Las ventanas de los cielos
(El diezmo y la ofrenda)
La Biblia nos habla que existen unas ventanas en los cielos; normalmente cuando usted abre las
ventanas de su casa las abre para que haya ventilación, entre el sol o se ilumine esta. Pero, ¿para
qué cree usted que Dios abre las ventanas de los cielos? O ¿qué sucede cuando Dios abre dichas
ventanas?
La respuesta es sencilla la Biblia nos dice en Mal 3:10 que cada vez que Dios abre las ventanas de
los cielos es para derramar bendición sobre sus hijos hasta que sobreabunde. Pero no todos reciben
dicha bendición. ¿Cuál será esa causa? Imagine que existe una llave que abre estas ventanas para
que la bendición caiga. Ahora, ¿cuál es la llave que abre las ventanas de los cielos?
Como cristianos hijos del Dios Altísimo debemos saber que dicha llave es el diezmo y la ofrenda; la
cual traerá sobreabundancia en tu ingreso económico ya sea a través de tu salario o en tus negocios.
Cuando hablamos de diezmo u ofrenda estamos hablando del dinero obtenido de nuestro trabajo que
le corresponde a Dios (10%) y el que le queremos dedicar a Dios; la ofrenda (opcional pero no limosna).
Hay que entender que el dinero es amoral, o sea que el dinero puede servir para bendición o para
maldición. La persona que no ama a Dios puede usar el dinero para maldecir a otros, pero la persona
que ama a Dios usa el dinero para bendecir a otros.
La definición de dinero nos dice que es un medio físico que se usa para pagar bienes o servicios. El
dinero en sí no es malo pues este no debe ser un problema para el hombre, el problema realmente es
el amor al dinero.
1Ti 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la
fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
Cuando piensas tanto en el dinero al punto que ya llegaste a amarlo y deseas amontonarlo esto te
puede llevar a olvidarte de obedecer a Dios y alejarte de sus caminos y acabarás por tener muchos
problemas y sufrimientos.
Veremos a nuestro alrededor que hay muchas personas que poseen muchas riquezas por haberse
esmerado de más; y por un momento pensaremos que como es que han sido prosperados sin ser hijos
de Dios. Veamos que dice la Biblia acerca de los que han sido traspasados de muchos dolores por
amar al dinero y que sucede con los que aman al Señor:
La prosperidad viene de Jehová
Cántico gradual; para Salomón.
Sal 127:1 Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad,
en vano vela la guardia.
Sal 127:2 Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, y que comáis pan de dolores;
pues que a su amado dará Dios el sueño.
De nada va a servir que trabajes sin descanso y que tengas mucho dinero, si cuando te vas a sentar
a la mesa nadie quiere estar contigo, tienes mucho materialmente pero por dentro estás vacío porque
te olvidaste de tus hijos, te olvidaste de tu familia y de tu casa. Tienes mucho dinero pero no tienes
felicidad y tal vez tu familia está a punto de desintegrarse. Así que lo que te llevas a la boca es pan de
dolores porque sabes que no hay paz en tu casa.
La bienaventuranza del que teme a Jehová
Cántico gradual.
Sal 128:1 Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.
Sal 128:2 Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.
Todo lo contrario al hombre que se afana por el dinero, el que trabaja arduamente pero que anda en
los caminos del señor y que toma su tiempo para refrescarse espiritualmente y deleitarse en su
presencia le irá bien, tendrá paz, armonía y amor con su familia. Por ello es que la Biblia dice en Pro
10:22 que la bendición de Jehová es la que enriquece, y no añade tristeza con ella.
Pero ¿por qué muchos creyentes no son prosperados? O ¿qué sucede con el creyente que no es
bendecido? La Biblia dice:
Mal 3:8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado?
En vuestros diezmos y ofrendas.
Mal 3:9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.
Mal 3:10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová
de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que
sobreabunde.
Entiéndase que el creyente que no diezma u ofrenda le está robando a Dios; y la Biblia es clara cuando
dice que al que le ha robado en esto a Dios maldito es. Es por ello que vemos que salarios no alcanzan
para mantener a la familia, negocios no prosperan y proyectos fracasan. En pocas palabras hay
escases y pobreza por causa de dicha maldición.
También debemos entender que como creyentes hijos de Dios el diezmar y ofrendar es una obligación
ya que es algo que no es nuestro. El 90% de nuestros ingresos podemos administrar, pero el 10%
restante le corresponde a nuestro Señor y él nos instruye a depositarlo fiel y constantemente en
nuestra Iglesia. Debemos estar conscientes de que esa parte de nuestros ingresos es de él y romper
con la mentalidad de que podemos usarlo.
Pero para el que cumple Dios le dice que hay alimento en su casa y Dios lo reta a que lo pruebe en
esto y él abrirá las ventanas de los cielos y derramará bendición hasta que sobreabunde. Tendrás para
saciar tus necesidades pero aún te sobrará en abundancia. En ningún otro aspecto permite El Señor
que lo probemos más que en este. Es una oportunidad para tomar esa llave y abrir las ventanas de
los cielos y vivir bajo su bendición.
Ya se dijo que hay que diezmar y ofrendar porque para el creyente es una obligación ya que es algo
que le corresponde a Dios, porque delante de Él nuestra ofrenda es algo santísimo.
Lev 27:28 Pero no se venderá ni se rescatará ninguna cosa consagrada, que alguno hubiere dedicado a
Jehová; de todo lo que tuviere, de hombres y animales, y de las tierras de su posesión, todo lo consagrado será
cosa santísima para Jehová.
Lev 27:29 Ninguna persona separada como anatema podrá ser rescatada; indefectiblemente ha de ser
muerta.
Lev 27:30 Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es;
es cosa dedicada a Jehová.
Todo lo consagrado a Jehová es cosa santísima; si alguno rescata o quita lo consagrado a Dios esto
se maldice. Nadie debe tomar las cosas de Dios para aplicarlas a otros propósitos; esto aplica tanto
para las cosas como para las personas.
Entonces si nosotros tomamos el diezmo para comerlo o para gastarlo en otras cosas ¿qué va a
suceder? Es obvio que no tendrá una verdadera utilidad, se nos va a ir como agua y por consecuencia
de la maldición el otro 90% no alcanzará para las necesidades, ni sobreabundará. Aquí lo
verdaderamente importante es que “lo de Dios no se toca”.
¿Por qué Dios le reclama su dinero al hombre? Dios pide varias cosas del ser humano: en primer lugar
está el sacrificio humano y en segundo lugar está sus finanzas porque el dinero es lo más cercano a
él.
El cristiano diezma para honrar a Dios y para aprender a tener temor de Dios:
Deu 14:22 Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año.
Deu 14:23 Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el
diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que
aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.
Cuando tu diezmas dice la Palabra que donde tu comas (tu casa) el pondrá su nombre allí. Tu hogar
tiene la maraca de que eres propiedad del Señor tu Dios y Él te guarda. El enemigo, no tocará tu
morada, no tocará tus finanzas y por añadidura vendrán otras cosas más como la fuerza, la vitalidad,
la salud, etc.
Se nos ha enseñado otras veces que el temor a Dios es el respeto y la obediencia de hacer lo que él
nos manda. Por ejemplo el santificarse es temor de Dios ya que no te contaminarás con los deleites
de la carne o con el pecado y te apartas de estos por temor a Dios. Así mismo es temor a Dios el
obedecer en el diezmo todos los días, todos los años.
La oración perfecta o modelo que el señor nos dejó es el Padre Nuestro. Esta está compuesta por
siete importantes puntos a seguir en las peticiones o clamor de la oración. El tercero de estos nos dice
“venga tu reino” Significa que se implante el reino de Dios sobre la tierra y que se expanda. Que se
predique el evangelio de poder y más almas lleguen al conocimiento de la verdad y acepten al Señor
Jesucristo como Único y Suficiente Salvador, que Él sea su único Dios y que estas se salven.
Pero, ¿de qué forma se seguirá predicando el mensaje? Se necesitan medios económicos. Tanto para
los misioneros, para los evangelistas en campañas, en congresos y en las iglesias.
El Reino de Dios se expande a través de los diezmos y ofrendas. Muchas veces, si no en todas
nuestras oraciones decimos “venga a nosotros tu reino”, alcanza a más almas, pero ¿estamos
contribuyendo en la Obra del Señor? Reflexione que hasta en el ministerio de Jesucristo hubo un
administrador de los diezmos y las ofrendas (este era Judas).
Toma esta palabra a tu vida para lo siguiente:
Tómala como esa llave que abre las ventanas de los cielos para derramar bendición sobre ti.
Tómala para que seas bienaventurado.
Tómala para que te vaya bien.
Tómala para que te alcance y te sobre.
Tómala para que Dios quite las manos del diablo de tus finanzas.
(Pero también)
Tómala como mandato.
Tómala para no robarle a Dios.
Tómala como temor a Dios.
Tómala para honrar a Dios.
Recuerda que el diezmo siempre extiende el reino de Dios sobre la tierra. Y les dijo: Cuando oréis, decid:
Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como
en el cielo, así también en la tierra. ¡AMÉN!