Michael J Sodaro Politica y Ciencias Politica Cap 2
Michael J Sodaro Politica y Ciencias Politica Cap 2
U N A I N T R D D U C C I D N
M I c H A E L m m uA R m m
CAPÍTULO 2
LA TEORÍA POLÍTICA:
Algunos debates contemporáneos
Elisa Chuliá '
Los comentarios de Paloma Aguilar, José Ignacio Torreblanca, Miguel Herrero, Antonia Ruiz, Jaime Pastor y Ana Royal me han
permitido m ejorar versiones previas de este capítulo. A todos ellos agradezco su generosa contribución de tiempo y atención a
este intento de exponer sucintamente en qué consiste la teoría política y en torno a qué debates giran algunas de sus principales
aportaciones contemporáneas.
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20 Política y ciencia política: Una introducción
definieron conceptos y establecieron categorías para Como ha escrito Giovanni Sartori (1984: 47), "la filo
agrupar los fenómenos. A p artir de estos conocimien sofía política ha sido (...) un componente esencial e
tos, reflexionaron sobre el buen gobierno y las virtu imposible de eliminar del discurso político. No es justo
des cívicas; en definitiva, acerca de los valores que que la ciencia empírica de la política venga a eclipsar
debían inform ar la acción política y la convivencia. la, ni tampoco tiene sentido que el científico político
Estos escritos de pensamiento político conjugaban, desconozca lo que es el fundamento de su campo". En
por regla general, la descripción y la explicación de consonancia con esta posición de Sartori, aunque este
los fenómenos políticos con los razonamientos sobre libro ofrece una aproximación empírica al estudio de
cómo podían progresar las comunidades políticas. la política, dedica este capítulo a exponer algunas de
Ofrecían, en definitiva, un enfoque "comprensivo" o las cuestiones que han suscitado el interés de los filó
"integral" de la política. sofos políticos durante la segunda mitad del siglo XX.
En nuestros días, estas dos vertientes de la inves Pero antes de que el lector se adentre en esta in tro
tigación en ciencia política —la que se plantea cómo ducción a la teoría política normativa, es im portante
"es" la realidad política y la que se pregunta cómo advertirle de un posible error. La teoría política nor
"debería ser”— aparecen habitualmente separadas: mativa no se debe confundir con los enfoques (teó
los autores que se dedican a una y otra son, por regla ricos) de investigación empírica, a los que a menudo
general, distintos, como también lo son las revistas y tam bién se refieren los politólogos como "teorías de
publicaciones académicas que recogen sus contribu la ciencia política" (o incluso "teoría política" sin más
ciones. Las obras que describen y explican los hechos adjetivos). Tales enfoques (entre los que destacan los
políticos se adscriben a la c ie n c ia p o lític a em p írica , que se exponen en el Capítulo 4) ofrecen herram ientas
mientras que las que especulan sobre los valores y los conceptuales, analíticas y teóricas para analizar
preceptos de acuerdo con los cuales debería regirse la em píricam ente la realidad política, es decir, para
comunidad política se clasifican como te o r ía p o lític a explicar el funcionamiento actual o efectivo de la
n o rm a tiv a o filo s o fía p o lític a . Dicho sucintamente, política. En cambio, la teoría política norm ativa
la ciencia política empírica se interesa por el "ser", y se aproxim a a los fenómenos políticos a través de
la teoría política normativa por el "deber ser". la reflexión especulativa o filosófica. No pretende
Para el estudiante de ciencia política, tan impor contrastar sus razonamientos con la realidad, sino
tante como distinguir la teoría política normativa reflexionar en torno a los principios éticos y morales
de la ciencia política empírica es saber que ambas que deben inform ar un orden político orientado a
se han enriquecido y pueden seguir enriqueciéndose procurar a sus ciudadanos una "vida buena".
mutuamente. Al fin y al cabo, como afirm a Brian En parte por la dilatada historia de la filosofía po
Barry (2001: 770), "las conclusiones acerca de cómo lítica, su acervo es tan amplio y diverso que una breve
funcionan las cosas tienen normalmente implicacio introducción como ésta no puede más que enfocar
nes normativas". Asimismo, razonamientos teóricos la atención sobre una selección muy restringida de
ligados a las cuestiones que se plantean los filósofos cuestiones, autores y obras, obviando referencias sin
políticos subyacen, de m anera más o menos explícita, duda importantes. Aquí nos centraremos en la teoría
a buena parte de las investigaciones empíricas que política liberal, predominante en la segunda mitad del
desarrollan muchos politólogos. siglo XX. Esbozaremos primeramente tres de sus pi
Lo cierto es que la tendencia a identificar "ciencia lares conceptuales (la libertad, la justicia y la sociedad
política" con "ciencia política empírica" parece en la civil), para después apuntar algunas críticas significa
actualidad dominante. El grueso de la investigación tivas formuladas a sus supuestos y argumentos.
politològica contemporánea se centra en el análisis
de los fenómenos políticos y la explicación de sus 2. EL PREDOMINIO DE LA TEORÍA
causas y consecuencias de manera lógica, sistemática POLÍTICA LIBERAL EN LA SEGUNDA MITAD
y contrastable (es decir, verificable). Sin embargo, DEL SIGLO XX: TRES CONCEPTOS CLAVE
un libro de introducción a la ciencia política que no
recogiera la contribución de la teoría norm ativa al La teoría política normativa, en tanto subdisciplina
desarrollo de la disciplina y no expusiera algunas de la ciencia política, ha recibido una atención aca
de las principales cuestiones intelectuales que p re démica desigual a lo largo de las aproximadamente
ocupan a los filósofos políticos resultaría incompleto. cinco décadas que constituyen el período que aquí
Capítulo 2 / La teoría política 21
nos ocupa. De acuerdo con una interpretación bas cuestionar el alcance de la obra que muchos politólo
tante extendida, la filosofía política experimentó una gos consideran el principal hito en la historia reciente
crisis en torno a la Segunda Guerra M undial de la de esta subdisciplina de la ciencia política: Una teoría
que no se recuperaría hasta los años 70. En efecto, en de la justicia, publicada en 1971 por el estadounidense
las dos prim eras décadas de la posguerra abundaron John Rawls (1921-2002). A p artir de la publicación de
las críticas a la filosofía política, en la cual se tendía esta obra y del lanzamiento por las mismas fechas de
a ver un ejercicio de elucubración sobre preferencias algunas de las revistas académicas más im portantes
morales cuya pretendida validez universal no hallaba de filosofía política, esta últim a se torna más crítica
respaldo en la realidad. Tras su declive en los años respecto a los principios morales que subyacen a la
50 y primeros de los 60, la teoría política normativa realidad contemporánea, al tiempo que refuerza su
resurgió en el contexto de significativos cambios so- intención de transform arla. Su principal objetivo no
ciopolíticos, como los que plasm aron el movimiento consiste tanto en entender los fundamentos de los
a favor de los derechos civiles en Estados Unidos y las comportamientos individuales, cuanto en ofrecer
masivas protestas estudiantiles en Europa. orientaciones sobre instituciones, políticas y prácti
Esta interpretación de la historia reciente de la cas sociales deseables, asentadas en unos principios
filosofía política ha suscitado, con razón, algunas re “razonables” (es decir, establecidos mediante el uso
servas. Se ha subrayado que es precisamente durante de la razón y justificables en térm inos racionales) y
esas décadas de supuesto declive cuando autores universalmente aceptables.
como Friedrich Hayek (1889-1992), Michael Oakeshott En cualquier caso, antes y después de Rawls, gran
(1901-1990), Karl Popper (1902-1994), H annah Arendt parte de los autores que han m arcado la historia
(1906-1975) e Isaiah Berlin (1909-1997) y, desde una contemporánea de la filosofía política occidental
perspectiva marxista, Herbert Marcuse (1898-1979) com parten unas premisas sobre el individuo y su re
o Louis Althusser (1918-1990), publicaron sus princi lación con el Estado que constituyen los fundamentos
pales obras. Como ha señalado Parekh (2001), estos del pensamiento liberal. Esta corriente comenzó a
autores —todos ellos europeos— entendían mayori- desarrollarse en el siglo XVII, im pulsada fundam en
tariam ente que la contribución de la filosofía política talmente por el filósofo John, Locke y, en los siglos
consiste en poner de relieve las características funda siguientes, por economistas como Adam Smith (1723-
mentales de la existencia hum ana y la vida política 1790) y John S tuart Mili (1806-1873). Desde sus pri
en el mundo moderno. Testigos de las atrocidades meras formulaciones, el pensamiento político liberal
provocadas por el ascenso de las* dictaduras totalita se ha ido construyendo sobre tres grandes ideas: 1)
rias (fascistas y comunistas) en la prim era mitad del los seres humanos son racionales y poseen derechos
siglo XX, se em peñaron en identificar las causas de individuales inviolables, entre ellos, el derecho a con
“tantos errores cometidos por la hum anidad” (Pop figurar la propia vida en la esfera privada con plena
per 1994: 11). Así, por ejemplo, Popper las atribuyó libertad, y los derechos a la propiedad y a la felicidad;
a la construcción de utopías y la creencia en que las 2) el gobierno y, por tanto, la autoridad política deben
leyes del desarrollo histórico pueden conocerse y, por resultar del consentimiento de las personas libres y re
tanto, que la historia puede predecirse (historicismo); gular la vida pública sin interferir en la esfera privada
Oakeshott, al exceso de confianza en la razón como de los ciudadanos, y 3) el Estado de Derecho {rule o f
instrumento de la política (racionalismo), descuidan law) obliga a gobernantes y gobernados a respetar las
do la importancia de los hábitos morales de compor reglas, impidiendo el ejercicio arbitrario del poder.
tamiento, que ni responden estrictamente a la razón Como veremos a continuación, aun cuando el nú
ni son universales, o comunes a toda la gente; Hayek, cleo de las premisas del liberalismo ha permanecido
al abandono de la tradición liberal, según la cual las estable a través de los siglos, el desarrollo del pensa
sociedades evolucionan espontáneamente y no a golpe miento liberal contemporáneo ha ido matizando el
de proyectos de planificación social impuestos “desde contenido de estos principios. Si el liberalismo clásico
arriba”; y Marcuse, a la búsqueda de efectividad y efi ensalzaba la libertad como bien máximo y absoluto,
ciencia propias del capitalismo tecnocràtico. los teóricos liberales contemporáneos han puesto de
Minusvalorar la contribución de estos autores relieve la complejidad y ambigüedad de este valor.
al avance y a la consolidación de la teoría política Mientras los liberales clásicos circunscribían la in
normativa en el siglo XX sería tan desacertado como tervención de los gobiernos a preservar y proteger
22 Política y ciencia política: Una introducción
los intereses de los individuos y a prevenir que és conceptos de libertad: la negativa y la positiva. La
tos se inflijan daños, en décadas recientes algunos libertad negativa resulta de la no interferencia de
teóricos liberales han subrayado la imposibilidad de otros en el área de acción individual, en tanto que la
alcanzar una verdadera igualdad de oportunidades libertad positiva implica la voluntad de adquirir el
si el Estado y la sociedad no resuelven los problemas control sobre la propia vida. De acuerdo con el concep
de distribución de los recursos de la sociedad, es de to de libertad negativa, cuanto más amplia es el área
cir, no promueven medidas de justicia distributiva de no-interferencia, más extensa es la libertad. Aunque
o redistributiva (igualitaria). Y en tanto que los libe el área de acción libre debe estar limitada por la ley,
rales clásicos situaban al individuo en el centro de tiene que existir un área mínima de libertad personal,
sus preocupaciones intelectuales, muchos teóricos de privacidad inviolable por otros (y en particular, por
liberales contem poráneos han puesto de relieve la los poderes públicos). Para los defensores de la liber
im portancia y el poder de las organizaciones de la tad negativa, sólo la existencia de esta área garantiza
sociedad civil como instituciones que m edian entre el desarrollo de las facultades naturales que permiten
el individuo y el Estado, contrapesando el poder de al individuo perseguir los fines que considera buenos
este último. o deseables, o, según argumentaba Mili a finales del
siglo XIX en su célebre ensayo Sobre la libertad, descu
2.1. La libertad brir "la verdad”.
En cambio, para los defensores de la libertad positi
¿Dónde empieza y dónde acaba mi libertad como va, libre es el individuo cuya razón y voluntad (su "yo”
ciudadano? ¿Quién puede obligarme a obedecer y en superior) logran dom inar sus deseos y pasiones (su
virtud de qué? Estas preguntas nos remiten al deba "yo” inferior). A Berlin le preocupaba especialmente
te sobre el concepto y el valor de la libertad. No es que algunos ideólogos pudieran atribuir (o "elevar”)
casual que la publicación a finales de los años 50 de la razón y la voluntad de los individuos a una entidad
algunas de las grandes contribuciones de la filosofía social; es decir, que trasladaran atributos individuales
política contemporánea sobre la libertad se produje a la colectividad. Este traslado del nivel individual al
ra en plena lucha entre los paradigm as ideológicos nivel colectivo podría conducir a que, en virtud de los
del capitalismo y del comunismo durante la Guerra supuestos intereses y la libertad de la colectividad, se
Fría. Pero tampoco parece accidental que coincidiera considerara lícito y aceptable menoscabar o destruir
con la percepción de que los problemas morales que la libertad individual. Berlin sostenía, por tanto, que
plantean las relaciones políticas estaban siendo pos la libertad positiva (cuando devalúa al individuo al
tergados en el debate intelectual de la época. trasladar su "yo” superior al colectivo social) encierra
"Descuidar el campo del pensamiento político por el riesgo de convertirse en un argumento justificador
su objeto de estudio inestable, por sus límites borro de la coacción. De hecho, según Berlin, las dictaduras
sos, (...) es simplemente perm itirse perm anecer a en sus diferentes variantes (totalitarias y autoritarias),
merced de creencias primitivas y no expuestas a la así como también los nacionalismos, suelen construir
crítica”. Con estas palabras rechazaba Isaiah Berlin su base de legitimación sobre este entendimiento per
en 1958 la tendencia de sus coetáneos a concebir verso de la libertad positiva.
las ideas como productos derivados de los intereses En verdad, el discurso de Berlin resulta tan denso
m ateriales (una postura característica, aunque no de y lleno de matices que sus reservas hacia la libertad
forma exclusiva, del marxismo) y, por tanto, menos positiva no implican una defensa incondicional de la
merecedoras de atención y análisis que tales intere libertad negativa. No se le ocultaba que la libertad
ses (Berlin 1993: 189). Y como si ante tal descuido del negativa puede acabar siendo una libertad muy re
poder de las ideas creyera necesario reaccionar recu ducida o pobre. Asimismo, reconocía que lo que uno
perando lo más básico o prim ordial de la reflexión concibe como su propio deseo puede ser el resultado
filosófica sobre la política, convertía la libertad en el de internalizar lo que otro persuasivamente le incita
núcleo de sus razonamientos. a desear. No es, por tanto, inconcebible una dictadura
La principal aportación de Berlin al debate sobre la respetuosa de la libertad negativa.
libertad consiste en la advertencia de que la libertad Pero, como recordaba Hayek por las mismas fechas
no es un concepto unívoco e intrínsecamente condu en su libro Los fundamentos de la libertad, publicado
cente a un orden liberal; y ello porque coexisten dos en 1960, tampoco es impensable que un régimen que
Capítulo 2 ! La teoría política 23
principio rawlsiano de la diferencia se sigue, pues, Nozick niega que una distribución pueda ser justa
la necesidad de luchar contra las desigualdades de en virtud de unos principios distributivos “pautados”
origen, azarosas y arbitrarias desde un punto de vis (como los formulados por Rawls), esto es, de princi
ta moral, las que portan aquellos peor dotados por pios orientados hacia un resultado final y que no en
la naturaleza. En cualquier caso, la prioridad que tren a considerar cómo se han generado los derechos
Rawls concedía al prim ero de sus dos principios (o de propiedad. Desde una posición en ocasiones eti
principio de la libertad), excluyendo la posibilidad quetada como liberalism o libertario, Nozick afirm a
de limitaciones de las libertades básicas en virtud de que ningún principio de justicia “pautado” puede ser
ventajas sociales o económicas que podrían derivarse permanentemente realizado sin interferir de forma
del segundo principio, situaba su filosofía política en continua en las vidas de la gente, bien impidiéndole
la tradición del liberalismo; eso sí, de un liberalismo que transfiera recursos como desee, bien tomando
calificado como “social” o “igualitario” o “liberalis recursos de algunas personas que otras, por alguna
mo del bienestar” (welfare liberalism). razón, decidieron previamente transferirles.
El liberalism o social de Rawls se distancia del li Contra el argumento libertario de que la igualdad es
beralismo clásico en cuanto que reserva al Estado un enemiga del individualismo y la libertad, se ha erigido
papel que va más allá del de regulador y supervisor Ronald Dworkin. De acuerdo con este filósofo del de
del libre juego de las fuerzas del mercado. Antes bien, recho, al contrato social que establecen los individuos
basándose en los principios de justicia, el Estado debe desde la situación del velo de la ignorancia rawlsiano
m itigar la desigualdad distributiva redistribuyendo subyace una teoría que supone la existencia de derechos
determinados bienes sociales prim arios y, por tanto, individuales humanos o naturales (es decir, previos a
ayudando a los más desfavorecidos económicamente. los derechos positivos o creados por la legislación).
En definitiva, la teoría rawlsiana, fundada en el prin Para Dworkin, entre ellos ocupa un lugar fundamental
cipio netamente liberal de la igualdad de derechos el “derecho a la igual consideración y respeto” cuando
y libertades, legitima la provisión de los servicios y se trata de diseñar y adm inistrar las instituciones po
las prestaciones sociales del Estado del bienestar y líticas que gobiernan a los individuos. Dworkin (1984,
justifica la intervención de los gobiernos en la conse 2003) defiende que los derechos a ejercer las libertades
cución de un orden social justo. se derivan, en realidad, del derecho a la igualdad. Aun
“El Estado mínimo es el Estado más amplio que cuando los seres humanos sean responsables de las
cabe justificar. Cualquier Estado más extenso viola elecciones que adoptan en sus vidas, en la medida en
los derechos de la gente”. Con estas frases comenzaba que la naturaleza reparte dones tales como el talento,
Robert Nozick un capítulo de su libro Anarquía, Estado la inteligencia o ciertas habilidades de modo moral
y Utopía, en el que discutía los argumentos de quienes, mente arbitrario, esas cualidades no deben afectar la
como Rawls, justifican un Estado que intervenga en la distribución de los recursos en la sociedad.
realización de un orden justo (Nozick 1974:149). Según Por su parte, Amartya Sen (1980, 2000) ha intro
este autor estadounidense, la justicia se alcanza a ducido nuevas preguntas en el debate de la justicia,
través de las transacciónes e iniciativas voluntarias de dirigiéndolo hacia la idea de las “capacidades básicas”
los individuos, portadores de derechos, de acuerdo con como dimensión de relevancia moral. Para Sen, lo
tres principios: 1) la adquisición original de propiedad, importante de una teoría de la justicia basada en la
es decir, la apropiación de las cosas que carecen de equidad es si los individuos, con los recursos o medios
propietario, 2) la transferencia de propiedad de una de que disponen, tienen la capacidad (o disfrutan de
persona a otra, y 3) la rectificación de la injusticia en la libertad) de conducir diferentes tipos de vida que
las propiedades, al objeto de subsanar actos inicuos les parezcan razonables. Los bienes prim arios y los
que se hayan podido cometer históricamente contra recursos se convierten, pues, en libertad para elegir
la propiedad de determinados grupos o personas una vida particular. Y en la medida en que aumenta la
(como, por ejemplo, expropiaciones sin adecuada libertad así entendida, se genera progreso.
indemnización de resultas de una política racial o de Los argumentos de Rawls, Nozick, Dworkin y Sen
una guerra). remiten a la cuestión esencial de hasta dónde debe
Nozick postula que la distribución de la propiedad llegar el Estado para promover la justicia social o dis
es justa, si los propietarios tienen derecho a sus pro tributiva. Enlazan así con el debate sobre la libertad
piedades conforme a estos tres principios. Así pues. y sobre cómo controlar el poder del Estado e im pedir
Capítulo 2 I La teoría política 25
que, quizá am parándose en valores liberales (como democrático, que nos hace ciudadanos; ni tam poco
temía Berlin), estrangule la libertad de sus ciudada el mercado, que m axim iza nuestras opciones como
nos. Éste es precisamente el planteamiento desde el consumidores; ni la nación, que nos lleva a exigir
que cobra relieve la idea de la sociedad civil. la autonom ía del pueblo del que formam os parte.
“En el ám bito de la vida asociativa de la sociedad
2.3. La sociedad civil civil es donde se definen todos los argum entos sobre
la vida buena y se ponen a prueba, resultando así
El concepto de sociedad civil, que comenzó a utili ser todos ellos parciales, incompletos y, en últim o
zarse hace más de 200 años como baluarte contra la térm ino, insatisfactorios” (Walzer 1998: 384). La
limitación de las libertades impuesta por las m onar ventaja de la sociedad civil reside precisam ente en
quías absolutas, experimentó un resurgimiento con su carácter inclusivo de diferentes proyectos: de ahí
las transiciones a la democracia del último cuarto del que se desarrolle en muchos escenarios, englobando
siglo XX. Aunque algunos autores ya destacaron la a agentes que actúan en la com unidad política (por
contribución de la sociedad civil a la deslegitimación ejemplo, los partidos políticos), el mercado (los ne
de las dictaduras del Sur de Europa y su sustitución gocios familiares, las cooperativas de trabajadores,
por regímenes democráticos en los años 70 (para el las asociaciones de consumidores) y la nación (los
caso español, por ejemplo, Víctor Pérez-Díaz 1987 grupos nacionales).
y 1993), su papel se reivindicó especialmente en las Como afirm a Walzer, no hay Estado alguno que
transiciones de la Europa del Este. La caída del muro pueda mantenerse permanentemente al margen de
de Berlín en 1989 plasmó simbólicamente el prota la sociedad civil. No puede sobrevivir sólo mediante
gonismo de la sociedad, más o menos flexiblemente la coacción, necesita crear y reproducir lealtades; en
autoorganizada al margen de las estructuras estata definitiva, precisa construir legitimidad. Pero tam
les, en el desplome de los aparentemente poderosos bién la sociedad civil requiere del Estado como marco
Estados del llamado “socialismo real” de Polonia, de actuación y autoridad capaz de hacer frente a las
Checoslovaquia, Hungría o la República Democráti relaciones desigualitarias que pueden generarse en el
ca Alemana. En gran medida, estos acontecimientos seno de la sociedad civil. Estado y sociedad civil no
históricos estim ularon una discusión de filosofía po son, por tanto, conceptos indefectiblemente opuestos.
lítica que entronca con los principios del liberalismo. Del mismo modo que el Estado puede contribuir
Si bien cabe encontrar múltiples definiciones de a desarrollar la sociedad civil, también otras insti
sociedad civil, suelen coincidir en considerar como tuciones privadas o mercantiles, como las familias y
su núcleo la existencia de numerosas asociaciones las empresas pueden estim ular tal desarrollo o, por
independientes del Estado que estructuran y coordi el contrario, inhibirlo. Lo estimulan cuando respetan
nan a los individuos que forman una comunidad e los derechos individuales de sus miembros o partici
influyen en la adopción de decisiones políticas. Pero, pantes y actúan de acuerdo con reglas que generan
para los teóricos de la sociedad civil, la virtud de ésta comportamientos transparentes, cooperativos y pre
no reside en el mero hecho de asociarse, sino en lo decibles. Ahora bien, si es cierto, en línea con Walzer,
que producen esas redes de relaciones sociales crea que el “civismo” sólo puede ser aprendido a través de
das para la defensa de intereses, ideologías, creencias las redes asociacionales, también lo es que no todas
o instituciones. Producen, concretamente, una vida las asociaciones son civiles. La sociedad civil tiene,
social pública, en otras palabras, un espacio de libre por tanto, que vigilar la aparición de asociaciones
intercambio de visiones e ideas, en el que, a través de “inciviles”, que operan sin sujetarse a las reglas del
la discusión y el debate, se va formando la opinión juego democrático, omiten la necesaria información
pública. La publicidad que caracteriza a esta opinión sobre sus objetivos y actuaciones, y adoptan decisio
contrasta con la opacidad o falta de transparencia con nes sin abrir cauces de debate y participación entre
la que a menudo operan el Estado y las burocracias. sus miembros.
Teóricos de la sociedad civil, como Michael Walzer, El concepto de sociedad civil condensa, por tanto,
han defendido que ésta constituye el entorno más la discusión sobre cómo m ejorar la calidad de la de
adecuado para la “vida buena”. En efecto, el escena m ocracia involucrando más a la ciudadanía. Pero no
rio en el que mejor se desarrolla esa “vida buena” no es el único. Con cierta frecuencia se escucha la queja
es, según Walzer, la comunidad política del Estado de que la democracia se convierte en un conjunto
26 Política y ciencia política: Una introducción
hueco de instituciones si los ciudadanos se lim itan a limita básicamente a elegir cada cierto tiempo a los
votar a sus representantes cada cuatro o cinco años; representantes políticos o sociales. No obstante, en
en otras palabras, la democracia es poco dem ocráti qué medida estos conceptos mejoran como referentes
ca cuando no hay otra participación más que la que morales al más clásico de sociedad civil es una cues
producen las elecciones. Este tipo de críticas a la tión que dista de estar clara.
democracia representativa se rem ontan al menos a
finales del siglo XIX, encarnándose inicialmente en 3. TRES CRÍTICAS A LA
el filósofo ginebrino Jean-Jacques Rousseau (1712- TEORÍA POLÍTICA LIBERAL
1778), para quien los ciudadanos gobernados por
regímenes representativos sólo son libres el día de la
3.1. ¿Dónde queda la comunidad?
elección. Otros muchos autores han seguido la este
la de la crítica de Rousseau, articulando diferentes De lo hasta aquí expuesto se desprende con claridad
discursos. Así, el republicanism o (como principio fi- que la teoría política liberal no constituye un cuerpo
losófico-político, y no como opción por una forma de homogéneo de pensamiento filosófico. Entre los teó
Estado no monárquica) adopta una postura crítica ricos liberales, hay quienes, desde una concepción
ante el modelo de la democracia representativa, toda estricta de la libertad negativa, subrayan el riesgo
vez que ésta tiende a adorm ecer el interés político y de que los Estados invadan la sociedad civil, por lo
el intercambio de opiniones del que surge la voluntad cual proponen lim itar las capacidades estatales y
popular, obstaculizando así el necesario proceso de otorgar mayor protagonismo a los mecanismos del
control perm anente de los gobernantes para que no mercado. Sin embargo, a otros les preocupa más el
se desvíen de la virtud moral. riesgo que suponen las desigualdades sociales para el
En este contexto cabría citar asimismo el discurso ejercicio de la libertad, y postulan un Estado activo
sobre la democracia participativa, que comenzó a que procure crear oportunidades iguales para todos
articularse desde los años 60 frente a una visión de la los ciudadanos.
democracia como un espacio en el que los grupos de Pero, por encima de las divergencias sobre el signi
interés poderosos defienden sus posiciones, compiten ficado de los conceptos de libertad, justicia y sociedad
y negocian entre sí y con las elites políticas, al margen civil, y sobre cuál debe ser el papel de los Estados en
de la ciudadanía. Como alternativa a este denomina la consecución de estos valores, los teóricos liberales
do “pluralismo democrático de grupos de interés", así com parten una visión originariam ente individua
como también a la teoría de la democracia basada lista. Cómo promover el bienestar de los individuos
en la elección racional (que destaca el acto de votar es la pregunta de partida que todos se formulan. La
como eje central de la democracia) se han planteado autonomía de los individuos para decidir cómo vivir
otros modelos de democracia: el de la democracia mejor su vida, cómo construir sus planes vitales, se
deliberativa (Jürgen Habermas) pone el énfasis en la convierte en una prem isa básica del pensamiento
consecución de consensos a través de la discusión, en liberal. Junto a ella, otro factor aglutinador de bue
tendida como el razonamiento entre ciudadanos igua na parte de la filosofía política liberal reside en la
les y que comparten criterios de lo que es razonable, confianza en la razón como instrum ento mediante el
como forma de llegar a la verdad y la justicia; el de la cual alcanzar una sociedad política legítima, es decir,
democracia fuerte (Benjamín Barber) valora que los considerada justa (y, por tanto, justificable) por los
ciudadanos lleguen conjuntamente a un compromiso individuos que viven en ella.
público del que también participen organizaciones y Esta dimensión individualista de la teoría política
grupos de interés. liberal se ha visto sometida desde los años 80 a fuer
Los conceptos de “democracia deliberativa" o “de tes ataques de autores que insisten en la necesidad de
mocracia fuerte" representan referentes normativos enfocar la atención en la comunidad. Según los deno
o modelos ideales que nos alertan ante la tendencia minados “comunitaristas" (entre los que cabe destacar
de conformarnos con el funcionamiento de la demo a Alasdair Macintyre y Michael Sandel), la teoría polí
cracia representativa o la democracia pluralista de tica liberal mantiene una concepción “atomista" de los
los grupos de interés; es decir, nos advierten de las seres humanos, haciendo caso omiso de la pertenencia
carencias de las “democracias electorales" o “pro- de éstos a grupos sociales. Cuando los liberales hablan
cedimentales", en las cuales el ciudadano común se de autonomía personal o de elección individual, o