SEMINARIO BÍBLICO GUATEMALTECO
Programa de Licenciatura en Biblia y Ministerio
Énfasis en Estudios Pastorales
VIDA MATRIMONIAL
Proyecto
presentado como requisito del curso de
HOGAR CRISTIANO
Oscar Manuel Sebastián Lorenzo y Gilberto Abisay Velásquez
21 de mayo de 2024
INTRODUCCIÓN
Cuando desde el principio alguien ore por su pareja desde la juventud, tiene una vida
agradable en el futuro, ya que, Dios responde la oración de alguien que desea lo mejor para su
vida. Además, involucra a Dios en sus planes matrimoniales, por ello, el matrimonio sin Dios,
suele tener grandes problemas y caos, ya que Satanás declara guerra sobre el matrimonio,
llevándolos a la tentación y fracaso total de su relación.
Por los demás, se debe depender de Dios en el matrimonio, ya que está establecido como
un símbolo de obediencia y armonía eclesial para la gloria del Señor. Así que, es mejor
involucrar a Dios en el estilo de vida matrimonial para no caer en las trampas del enemigo. Otra
de las cosas, el hombre tanto la mujer debe estudiar la Biblia antes durante y hasta el final del
matrimonio o el final de la vida.
VIDA MATRIMONIAL.
CAPÍTULO 1.
DIOS ESTABLECE EL MATRIMONIO.
1.1. La formación del matrimonio por Dios (Génesis 1:26-28; 2:7, 18-25;)
Pollard y Brown (Entonces, como el matrimonio es la base del hogar, o sea, la familia, es
imprescindible que llame a mis lectores a considerar seriamente y con espíritu de oración lo que
Dios ha revelado acerca de este tema de vital importancia (P. 148)
Dios creo al hombre a su imagen, a su imagen de Dios lo creo (Génesis 1:26).
En el capítulo dos de Génesis verso 18 (Génesis 2:18) dice “no es bueno que el hombre esté solo;
le haré ayuda idónea, la palabra idónea significa (delante o adelante, en dirección, en frente) para
él.
Pollard y Brown (2018) La Biblia comienza con el matrimonio de Adán y Eva (Gn. 2:20-24)
y termina con la cena de las bodas del Cordero, donde la esposa —la Iglesia— se casa con su
esposo (Ap. 19:7-9). La historia del amor de Cristo por su Iglesia se ilustra con la figura de un
esposo salvando a una esposa, dando su vida por ella, amándola, santificándola y glorificándola.
El apóstol Pablo presenta este cuadro cuando ordena a los esposos que amen a sus esposas
como Cristo amó a la Iglesia y se dio a sí mismo por ella. Pablo subraya que el amor que Cristo
demostró en la redención de los pecadores es el modelo de la manera cómo los maridos deben
amar a sus esposas. Aunque el marido no puede salvar el alma de su esposa, su vida con ella es
un cuadro de la redención que se encuentra en Cristo. (p. 16).
Cuando Dios quiso cuidar el jardín del Edén y sojuzgar la tierra, instruyó a una familia
compuesta por Adán y Eva para que se enseñoreara sobre ella (Gn. 1:28) (p. 17).
Sería difícil exagerar la importancia que la Biblia le da al matrimonio. Jesús dijo que el reino
de los cielos es como una boda (Mt. 22:2-14). No obstante, estas palabras apenas empiezan a
comunicar el valor del matrimonio. En Efesios 5:22-23, el apóstol Pablo revela que Dios creó el
matrimonio con un propósito muy específico: Declarar visiblemente la gloria del amor de
Jesucristo por su Iglesia (p. 147).
Lo que constituye el Señor en la instrucción del matrimonio es, obediencia y amor, por ello,
en Hebreos capítulo 13 verso 4 dice “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin
mancilla”; vemos lo que el Espíritu Santo declara sobre el matrimonio.
La mujer tiene la responsabilidad de sujetar a su marido, representa la iglesia o el cuerpo de
Cristo, cuando la mujer se sujeta, esta haciendo la voluntad de Dios y cumpliendo los
mandamientos del Señor.
Pollard y Brown (2018) “Además, la sujeción de la esposa a su marido es una evidencia de
que ella cree en el evangelio, pues su vida refleja a la Iglesia sujetándose a Cristo. Así es
como la sujeción de la esposa refleja un fruto del poder del evangelio. Esto es cierto porque
creer en el auténtico evangelio conduce a una vida de obediencia, puesto que “la fe sin obras
es muerta” (Stg. 2:20). Las Escrituras enseñan que la esposa debe “sujetarse” a su propio
marido “en todo” y que debe “respetarlo” (Ef. 5:22, 24, 33) (p. 147).
La relación sexual entre pareja casados, es bueno delante del Señor, todo el cuerpo del
hombre tanto de la mujer, son buenos, y es para el disfruto de la pareja durante su vida en
este mundo.
La idea de que Dios haya diseñado nuestros órganos sexuales para nuestro placer casi toma
por sorpresa a mucha gente. Pero el Dr. Henry Brandt, un psicólogo cristiano, no recuerda:
“Dios creó todas las partes del cuerpo humano. No creó algunas partes buenas o malas; las
hizo bueno todas, porque cuando hubo acabado su creación, la contempló y dijo: “He aquí
que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31) (p. 18)
1.2. Dios bendijo al matrimonio (Génesis 1:28)
Lo bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos, llenad la tierra, y sojuzgadla, y
señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven
sobre la tierra.
John MacArthur (2008) DIOS LOS BENDIGO: Esta es la primera vez que Dios habló
directamente a Sus criaturas. Es significativo que sus primeras palabras fueran de bendición.
FRUCTICOS Y MULTIPLIQUENSE: Este fue el primer mandamiento de Dios. No hay una
connotación negativa aquí, solo la palabra positiva de bendición. Como veremos muy pronto, la
humanidad es la única parte de la creación terrenal de Dios a la que Él le dio la opción de
obedecer (p. 15). La obediencia a la palabra de Dios, también es parte de la bendición de él al
matrimonio y respuesta del hombre hacia el amor y bendición que ha recibido de parte de Dios.
1.3. Dejará a su padre y madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne
(Génesis 2:24 Mt 19:12).
El plan y principio original de Dios es que el hombre depende de él, de su provisión, de su
poder, obedeciendo su palabra y de la responsabilidad que le ha otorgado al hombre.
El verbo “dejará” (aflojar, soltar, renunciar, abandonar, apartar, dejar libre)
https://www.logosklogos.com/strong_hebrew/5800
El verbo “unirá” (acercar, alcanzar, apegarse, entregar, quedar).
https://www.logosklogos.com/strong_hebrew/1692
1.4. Responsabilidad matrimonial (2:15).
Puso Dios en el huerto de Edén, para que los labrara y lo guardase.
Otra responsabilidad del hombre es amar a su esposa, así como Cristo amó a la iglesia y se
entregó a si mismo por ella (Efesios 5:25; Colosenses 3:14) amar a su esposa como ama a su
propio cuerpo, el amor con que ama al esposo es un amor sacrificial (1 Corintios 13:4-7).
Pollard y Brown (2018) “El apóstol Pablo presenta este cuadro cuando ordena a los esposos
que amen a sus esposas como Cristo amó a la Iglesia y se dio a sí mismo por ella. Pablo
subraya que el amor que Cristo demostró en la redención de los pecadores es el modelo de la
manera cómo los maridos deben amar a sus esposas. Aunque el marido no puede salvar el
alma de su esposa, su vida con ella es un cuadro de la redención que se encuentra en Cristo”
(p. 16).
También el hombre y la mujer, tienen la responsabilidad de criar bien a sus hijos, en todo,
para que vivan feliz y disfruten las bendiciones del matrimonio.
1.5. Satanás con la tentación en el matrimonio (3:13)
Satanás es astuto y puso en duda el mandamiento de Dios a Adán y a Eva, pues cayeron en el
engaño y mentira del diablo.
Pollard y Brown (2018) Esto explica por qué el diablo ha librado siempre una batalla
incesante contra el matrimonio, queriendo pervertirlo, robárselo y destruirlo. ¿Por qué el
diablo aborrece tanto el matrimonio? ¿Es porque sencillamente quiere generar entre los
cónyuges todo el odio, separación, discordia y desengaño que pueda? ¿Es porque
aborrece a los hijos del matrimonio? Aunque estas pueden ser algunas de sus razones,
tengamos en cuenta que el diablo aborrece el matrimonio porque aborrece el evangelio de
la gracia de Dios en Jesucristo (p. 147).
1.6. Las consecuencias de la desobediencia (fracaso matrimonial 3:14:24)
Satanás: Dios maldijo a la serpiente por cuanto fue la que engañó a Eva, y puso enemistad
entre la mujer y su simiente, junto a ello, la salvación en el futuro.
La mujer: multiplico en gran manera los dolores en sus preñeces, dolor de parto y deseo de
su marido y él enseñoreará de ti.
Hombre: No comerás de él, maldita sea la tierra por tu causa, con dolor comerás de ella
todos los días de tu vida. Espino y cardos te producirá y comerás campo del campo. Con el sudor
de rostro comerás el pan hasta que vuelvas de la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo
eres, y al polvo volverás.
CAPÍTULO 2.
Matrimonio judío.
2.1. La práctica judía en el Matrimonio.
Para los judíos, el trato de la mujer se basa en engendrar hijos, en algunos casos las mujeres eran
estéril, no podían engendran hijos, por ejemplo; en caso de Ana mujer de Elcana, la mujer de
Manoa, madre de “Sansón” y la mujer de Zacarias, madre de Juan el Bautista “Elisabeth” (Lucas
1:1-25). Pero la alegría de una mujer judía es gozar la presencia de su hijo, vemos en la vida de
la esposa del Leví, padre de Moisés, su mamá Jocabed escondió a Moisés tres meses porque era
hermosos y tuvo que esconderlo, pero Dios hizo la obra sobre natural de la vida de Moisés
(Éxodo 2:10).
2.2. La poligamia en el Antiguo Testamento (1 Samuel 1)
El comienzo del libro de Samuel, inicia con un hombre llamado Elcana que tenía dos
mujeres, una era Pennina, ella puede dar hijos a su esposo, y la otra es Ana, era mujer que no
podeía dar hijos a él. Por lo tanto, había conflicto en el hogar, una se burlaba de la otra,
haciendo entristecer a la otra por ser una mujer estéril.
Según Wight 1999 dice “La ley mosaica permitía la poligamia entre el pueblo hebreo. Las
esposas tenían cierta protección contra abusos, y había varios reglamentos en atención a esos
matrimonios. Había entre los israelitas una tendencia muy marcada hacia la monogamia. Sin
duda la razón principal para esto era que la costumbre de tener más de una esposa era muy
costosa para la mayoría del pueblo.
La ley prohibía la multiplicidad de esposas en los reyes de Israel (Deut. 17:17). La causa
de la mucha dificultad en las vidas de David y Salomón fue por seguir el ejemplo de los reyes
paganos de sus tiempos de tomar muchas esposas, y especialmente esposas paganas, en lugar
de obedecer la ley de Dios (p. 117)
David, por matar a Goliat le fue dado a Milca (1 Samuel 18:27) cuando Nabal murió, su
mujer fue toma por David como mujer (1 Samuel 25:39; 43) de igual forma tomo a Ahinoam
de Jezreel.
2.3. Cristo en contra de la poligamia (Mt 19:1-12).
Cuando Jesús enseña a las personas en su tiempo, hablaba del matrimonio, se ha cambiado la
manera original por la dureza del corazón, desde el principio no fue así (Marcos 10:1-10) de
igual manera (Mateo 19:4-8).
Capítulo 3
La Fuerza Para el Matrimonio
Uno de los principios que una pareja no debe olvidar, es someterse unos a otros en el
temor de Dios, y la Biblia enseña cuando dice lo siguiente “Someteos unos a otros en el temor de
Dios” (Efesios 5:21). Por lo tanto, este texto nos muestra que hay que aprender, pues, primero a
servir a los demás, ayudados por el Espíritu, para poder hacer frente así con éxito a los retos y
dificultades del matrimonio. De esta forma Keller (2014) contribuye diciendo:
El ministerio del Espíritu en nuestras vidas es lo único que va a prepararnos en la
forma adecuada para poder hacer frente a los retos del matrimonio. Y únicamente estando
llenos del Espíritu dispondremos de los recursos necesarios para cumplir con el deber de
servir y ser de ayuda a nuestra pareja. En los versículos 22-24, Pablo dice, en clara
controversia, que la mujer ha de someterse al marido, añadiendo, acto seguido, que los
maridos han de amar a sus esposas de la manera como Cristo amó a la iglesia,
“entregando su vida por ella” (25), que es, en comparación, una petición de mayor
renuncia a los propios intereses que lo que se les pide a las mujeres. Tal como tendremos
ocasión de ver, cada petición se articula desde distintos presupuestos, siendo, por tanto,
distintas las obligaciones, pero manteniéndose la exhortación al sacrificio personal en
aras de un mutuo beneficio. Tanto da que seamos el marido o seamos la esposa. No
podemos vivir para satisfacer nuestros propios intereses, sino para ser primeramente
ayuda idónea de nuestra pareja. Y esa es, sin duda alguna, la función más importante que
pueda darse dentro del matrimonio cristiano (pp 49, 59)
En esta sección vemos que el apóstol Pablo está aplicando un principio general que rige
en la vida cristiana, porque al ser discípulos de Cristo, reciben la guía divina en todos los
aspectos de la vida, incluso en el de ser un buen marido o una buena esposa.
El Esposo Como la Cabeza del Hogar
Antes de emprender este aspecto, les quiero regalar un dato importante que obtuve en el
proceso de investigación, la palabra esposo, viene de la palabra arcaica que podemos deletrear
casa-cinta. La palabra cinta aquí quiere decir una tira de metal o un cordón que se usaba para
unir o atar las cosas. En otras palabras, un esposo es el que mantiene el hogar unido.
“El varón es cabeza de la mujer, como Cristo es la Cabeza y el Salvador de la Iglesia, que
es su Cuerpo” (Ef 5,23)
Decir que el varón es cabeza de la mujer, no sólo es tabú para el mundo, sino que se
experimentaría un gran rechazo. Esto no es una sorpresa, vivimos en una sociedad que rechaza,
mayoritariamente, el plan de Dios para la familia. Diría más, en la Iglesia podemos encontrar
miembros que se irritan ante este tema. Como bien se define en el siguiente anunciado Cartilla
(2018):
Vamos por parte. El matrimonio implica reciprocidad. Por eso, que nadie se
imagine que Dios subraya un liderazgo de parte del esposo relegando a la mujer a un rol
secundario. El matrimonio no es un ámbito privado de maridos dominantes. Esa verdad
está entretejida en todas las Escrituras, que enseñan claramente los principios
matrimoniales. La Palabra de Dios nos enseña que los varones y las mujeres son iguales
ante los ojos de Dios. En Cristo todos estamos unidos con Él y nadie tiene privilegios
espirituales. “No hay judío ni griego; no hay esclavo ni hombre libre; no hay hombre ni
mujer; porque todos son uno en Cristo Jesús” (Gál 3,28). Nadie en el pensamiento de
Dios es de segunda. En Cristo y ante Dios, todos somos iguales. Nadie es superior a
nadie. Tampoco la Escritura señala cuáles son los roles femeninos y cuáles masculinos.
Aunque es claro, que asigna la cabeza de la familia al varón, al esposo. Por supuesto,
Dios creó el diálogo, el compartir la responsabilidad familiar, especialmente en todo el
sentido del complemento. El don en la mujer de ser madre, impedirá para siempre que
ella sea de segunda. Insisto: complementariedad (p.2)
De esta forma se puede comprender que en general, el hombre es más fuerte físicamente,
por esa misma razón, Pedro dice lo siguiente: “los maridos comprendan que deben compartir su
vida con un ser más débil, como es la mujer: trátenla con el respeto debido a coherederos de la
gracia que da la Vida” (1Pe 3,7 RVR60). Esto significa que los esposos son responsables de
llevar el peso y la carga para proveer de lo necesario y proteger a la familia.
Claro, son diferentes los varones de las mujeres, lo que los hace complementarios, pero
esa diferencia jamás es en la dignidad. Esto lo reafirma con exactitud la expresión bíblica de que
“los dos serán una sola carne” (Gén 2,14). Por esto, no hay nada más desagradable, en esta
sociedad, que el machismo y el feminismo. Ser cabeza no da derechos a despreciar a los demás, a
ser un dominante, sino a estar al servicio de la esposa y de los hijos para darles seguridad. Dios
confía en el esposo la responsabilidad del liderazgo en la familia. De esta forma Jackson (1984)
contribuye diciendo:
Desde que Dios creo a Eva para que fuera la ayuda de Adán, el hombre, como la
cabeza inmediata de la familia, ha sido el responsable ante Dios, su deber es cuidar de su
familia, y es responsable ante Dios por lo que sucede en el hogar, porque él es la cabeza
de la mujer.
Esto no quiere decir que un esposo pueda tratar a su esposa como una esclava.
Pero sí debe representar con firmeza lo que es recto. Eva comió del fruto prohibido, le
ofreció a Adán, y é comió. Pero fue a Adán, como la autoridad de ese hogar, a quien Dios
interrogo acerca de ello. Aunque Adán trato de lanzar la culpa a Eva, ambos fueron
castigados. Como cabeza del hogar, el esposo debe ser el ejemplo en vencer la tentación,
y así debe guiar y enseñar a los miembros de su familia para que ellos también puedan
vencer. Nunca se logra nada bueno tratando de culpar a otra persona por nuestros propios
fracasos y pecados (p. 105)
El modelo del lugar que le corresponde al esposo es Cristo. Esto implica los deberes de
cuidado, alimento, protección y auto-sacrificio. Resuena en mis oídos la expresión de Juan,
esposo miembros del Movimiento, cuando en los albores del Movimiento, decía “el esposo no es
un rey para ser servido, sino para llevar la corona de espinas como Cristo”. En otras palabras,
servicio sacrificado.
Por lo tanto, el esposo, entonces, es cabeza de la familia, pero no es una especie de
dictadura en la que el resto de la familia existe sólo para hacer su voluntad. En otras palabras, las
funciones ordenadas por Dios en la familia no tienen nada que ver con la superioridad o
inferioridad. Hay esposas que tienen más capacidades para ciertos temas, o son más inteligentes,
sabias, educadas, disciplinadas, y más exigentes que sus esposos, sin embargo, Dios ha hecho a
la familia para que el esposo sea la cabeza, porque la mujer es el "vaso más frágil" y, por lo tanto,
el marido le debe a su esposa auto sacrificio y protección.
Como bien se define en el siguiente anunciado, “Lo importante es que el esposo como
cabeza y la mujer como vaso más frágil se estimen el uno al otro más que a sí mismo. El
principio fundamental es: “Ámense cordialmente con amor fraterno, estimando a los otros como
más dignos” (Rom 12,10). Este es el punto de partida para todo lo que Pablo tenía que decir
sobre la familia. El resto de la Palabra de Dios, inspirada en Pablo, presenta los diferentes
espacios de los esposos, esposas e hijos, ubicándolos en el contexto de esta importante lección
sobre la humildad. Aquí se establecen los principios fundamentales de la entrega y sumisión
mutua, la igualdad en dignidad, la tierna abnegación, la humildad y el servicio amoroso. Estas
son las claves para la armonía familiar y para la construcción de un verdadero hogar, cargado de
felicidad” (una carta de amor, Abril, 2018) .
El Esposo Debe Amar a la Esposa, Como Cristo amo a la Iglesia.
El principal obstáculo en la consecución de un corazón dispuesto a servir en el
matrimonio es el problema del egocentrismo que anida en el corazón humano. El egocentrismo
es una lacra que puede causar la ruina y es siempre un enemigo en la sombra en todo
matrimonio. Cuando hace su aparición, tiene que ponérsele a raya de inmediato. De esta forma
Keller (2014) contribuye diciendo:
Para lograr un matrimonio feliz, es necesario aplicar la capacidad que el Espíritu
forma en nosotros para el servicio, lo que supone retirarse del centro, para poner delante
las necesidades de los demás. La obra del Espíritu de hacer real el evangelio en nuestras
vidas debilita el natural egocentrismo del alma. De hecho, va a ser tarea imposible luchar
contra el egocentrismo y tener una pronta disposición para el servicio, sin esa ayuda
sobrenatural.5 La profunda felicidad que puede vivirse en el matrimonio tiene gran parte
de su fundamento en la renuncia generosa al propio yo ayudados por el Espíritu. La
verdadera felicidad se descubre en la prioridad que damos a las necesidades de nuestra
pareja. Prioridad que es respuesta voluntaria ante lo que Jesús ha hecho por nosotros.
Habrá entonces quien pregunte: “Si pongo la felicidad de mi pareja por delante de mis
necesidades, ¿qué gano yo con ello?”. La respuesta es clara: felicidad. Eso es lo que
ganamos. Una felicidad derivada de servir a las personas en vez de usarlas, que nunca te
hará sentir mal. Es el gozo que resulta de servir a otra persona con un coste por nuestra
parte (pp 54,55)
También Jesus enseña sobre la importancia del servicio a los demás, cuando dice
““Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de
mí, la hallará” (Mateo 16:25). Pero haber, Abisay que tiene que ver esto con el matrimonio,
bueno, La esencia de su mensaje es, pues: “Si buscas tu felicidad antes que buscarme a mí, no
conseguirás nada de ello; si, en cambio, buscas primero servirme a mí por delante de tu felicidad,
obtendrás ambas cosas.
Y esta mismo principio El apóstol Pablo aplica este principio al matrimonio. Si buscamos
servir a los demás por encima de nuestra propia felicidad, descubriremos una nueva manera de
ser feliz, mucho más real y profunda. Son muchas las parejas que han descubierto está
insospechada realidad. ¿Por qué es esto así? Por la sencilla razón de que el matrimonio ha sido
“instituido por Dios”. Un Dios para el que el amor en entrega de sí mismo es atributo esencial y
reflejo de su naturaleza, de forma muy particular en lo que revela la obra de Cristo.
La Biblia habla mucho acerca del amor, nos enseña que el amor de un hombre para su
esposa es un amor muy especial, diferente de los demás, ella es la única mujer en todo el mundo
quien ha de ser su compañera hasta que la muerte los separe. Debería amarla como si fuera parte
de el mismo.
El mejor ejemplo de un amor sin egoísmo es el amor que Cristo tiene para nosotros, los
que formamos su iglesia, el dio su vida por nosotros. La Biblia contribuye diciendo respecto al
amor que un esposo debe tener por su esposa cuando dijo “Maridos, amad a vuestras mujeres, así
como Cristo amo a la iglesia, y se entregó a si mismo por ella” (Ef 5: 25 RVR60) tristemente
hoy, muchos hombres no aman su esposa, por lo que piensan, es que ella la he comprado por
tanto ella es de mi propiedad, la cuido porque he invertido dinero en ella. Pero la Biblia enseña
que un hombre debe cuidar a su esposa porque la ama, fin, no hay otra razón. De esta forma
Jackson (1984) contribuye diciendo:
Si un hombre ama su esposa tanto como se ama sí mismo, cualquier cosa que
lastime a su esposa lo lastimara a él, el tratara de protegerla de cualquier daño y
sufrimiento y pensaba en su bienestar aún más de lo que piensa en sí mismo.
Un hombre puede demostrar esta clase de amor para su esposa en muchas formas:
siendo amable, bondadoso y considerado, darle lo que necesita, pensar en lo que le gusta
y le disgusta, tratar de hacer feliz; estas son también maneras en que el esposo le puede
decir: TE AMO, si de en cuando el hombre gasta dinero en cosas pequeñas para agradarse
a sí mismo, debería permitir que su esposa hiciese lo mismo. Le puede dar a conocer que
la ama y la aprecia llevándole de cuando en cuando algún regalo. (p 108)
La Esposa Debe Someterse a su Esposo.
“Las mujeres deben someterse a sus esposos al igual que se someten al Señor. Porque el
esposo es cabeza de la esposa, de la misma manera que Cristo es cabeza y salvador de ese cuerpo
suyo que es la iglesia. Así que las esposas deben estar sujetas en todo a sus esposos, así como la
iglesia lo está a Cristo” (Ef 5: 22, 24)
Como bien se define en el siguiente anunciado “Estos versículos a menudo
fastidian a los lectores modernos. El pasaje trae a la mente pasividad, impotencia y una
obediencia sin sentido hacia alguien que puede que no tenga la integridad para merecerlo.
La palabra griega usada para someterse en estos versículos es hupotasso, que significa
someterse voluntariamente, ceder al consejo de otro, colocar el poder de uno bajo la
autoridad de otro”
¿Qué quiere decir realmente la Biblia cuando dice que las esposas deben someterse a sus
maridos?
Es un tema delicado, sobre todo porque a menudo se malinterpreta de forma sexista o
como una obediencia incondicional. Añada a esta receta nuestra cultura occidental (donde es
fácil encontrar un estilo de vida centrado en uno mismo), y entonces el conflicto interno y
externo que usted describe es evidente.
Sin embargo, una mirada más cercana a las Escrituras muestra el cuadro completo del
matrimonio: una relación que refleja el amor entre Cristo y Su Iglesia. Cuando un esposo se
somete al Señor, guiando a su esposa con un corazón de siervo y alimentando los talentos que
Dios le ha dado, ella puede someterse a él con confianza, apoyarse en él y confiar en su
cobertura. Esto seguirá siendo relevante siempre.
Como bien se define en el siguiente anunciado, “La sumisión bíblica le permite a
una esposa seguir con confianza el liderazgo de su esposo. Y Efesios 5:23 deja en claro
que un hombre tiene la responsabilidad del liderazgo en su hogar. Pero su esposa se
somete a él como un líder, no como un tirano o su superior. Desafortunadamente, en
nuestra cultura se ha hecho muy fácil olvidarse por completo de la importancia del
liderazgo masculino. No podemos inclinarnos tanto hacia un lado tratando de evitar la
dominación masculina que nos vayamos al otro extremo y despojemos a los esposos de su
autoridad. Dicho esto, el liderazgo no le da al esposo el derecho de robarle a su esposa el
ser un individuo único. Él no puede ignorar o burlarse de sus opiniones y sentimientos. Y
nunca debe abusar de su liderazgo para salirse con la suya. Un esposo debe amar y cuidar
a su esposa, morir por ella si es necesario, así como Cristo amó a la Iglesia. Debe incluirla
en decisiones importantes y considerar sus perspectivas con cuidado y respeto. Día tras
día, debe sensibilizarse cada vez más a la idea de liderar con amor porque, en última
instancia, responderá ante Dios por la forma en que trata a su esposa” (Enfoque a la
familia, 1 de Agosto, 2023)
Referencia Bibliografica
Cartilla. (Abril de 2018). Conversión pastoral por una centralidad en la familia. Obtenido de
https://www.hogaresnuevos.com/cartilla/Cartilla_N%C2%B0_387.pdf
Compelling. (s.f.). Truth . Obtenido de https://www.compellingtruth.org/Espanol/esposas-
sometanse.html
Jackson, R. (1984 ). Matrímonio y Hogar . Irving, Texas, Usa : De la universidad .
Keller, T. (2014). El Significado Matrimonio . España: Grupos Biblicos Unidos .
Odisea. (1 de Agosto de 2023). Enfoque a la Familia . Obtenido de
https://www.enfoquealafamilia.com/matrimonio/que-significa-someterse-al-esposo/
CONCLUSIÓN.
Dios al terminar la creación dijo: “he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31) por
tanto, el matrimonio, en el plan divino de Dios es, en gran manera muy bueno, pero Satanás lo
quiso destruir para su conveniencia, tentó a la mujer y la engaño al igual el hombre.
Por eso, Dios lo maldijo y dicto sentencia a la mujer y al hombre junto a ello la salida y
salvación en el futuro. Así que, el hombre y la mujer al formar una familia el enemigo querrá
destruirlos como al principio, poniéndoles tentaciones y problemas, para no vivir conforme al
plan divino de Dios.
BIBLIOGRAFÍA.
Jeff Pollard y Scott T. Brown (2018) Una Teología de la Familia,
Biblia Reina Valera 1960.
H. Wight, Fred (1999) Usos y costumbres de las Tierras Bíblicas. Editorial Revisada.
Tim y Bebervy (1976) Matrimonio y familia, el acto Matrimonial la Belleza del Amor sexual,
Editorial clie.