[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
83 vistas14 páginas

El Positivismo

tema del positivismo

Cargado por

Jose Antonio
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
83 vistas14 páginas

El Positivismo

tema del positivismo

Cargado por

Jose Antonio
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 14

INTRODUCCIÓN El positivismo es una filosofía cuyo principio fundamental es la cosa en sí, es

una concepción moderna del mundo. Para esta posición a realidad son los fenómenos
existentes y las cosas; realidad que es el único objeto de conocimiento, donde se encuentra el
origen y validez que constituye el criterio de verdad del conocimiento. El conocimiento es el
proceso de aprehensión de los objetos a través de los sentidos; de lo cual la conciencia queda
constituida por las representaciones y los modos psicológicos de su conexión, nace con las
ciencias físiconaturales, que se limita a conocer el fenómeno y la causa renunciando los
problemas valorativos. El positivismo jurídico es una corriente jurídica que nace y se desarrolla
en la segunda mitad del siglo XIX, resultado de concepciones epistemológicas del Positivismo al
conocimiento del Derecho. De ahí la necesidad estudiarlo para tener claro su significado y sus
limitaciones, pues, hay que conocer sus raíces históricas, su relación con las grandes corrientes
del pensamiento jurídico en los siglos XVIII y XIX. A continuación, se aborda el positivismo y
positivo jurídico, los mismos que generan un conflicto conceptual dado que se da nivel de un
mismo paradigma, pues, lo corriente filosófica que orienta estas dos corrientes es el
Positivismo

DESARROLLO La presente investigación es de tipo exploratoria que reflexiona sobre la relación


que existe el positivismo y el positivismo jurídico, para evidenciar los fundamentos de la
primera en la segunda. El problema de investigación y su significancia se debe a que durante
las tres últimas décadas existe controversia en torno al positivismo jurídico y su decadencia,
siendo uno de los temas de debate en el mundo jurídico la afirmación de que el positivismo ha
dejado de existir y que ha sido sustituido por otras corrientes. El positivismo científico o
positivismo es un sistema filosófico, que considera que no existe otro conocimiento que el que
proviene de hechos reales verificados por la experiencia, negando así la posibilidad de que la
teoría pueda ser una fuente del conocimiento y que la filosofía pueda contribuir al
conocimiento científico. Existen diversos paradigmas que explican la realidad uno de ellos el
positivismo, el cual identifica la realidad de manera objetiva y empírica. Paradigmas que
responden a las preguntas, tales como ¿qué es realidad?, ¿qué es la ciencia?, ¿qué es el
conocimiento? ¿qué es el Derecho?, parar explicar de qué manera el abogado concibe todos
estos elementos (Vernengo, 1994). El positivismo combina el racionalismo, el empirismo y la
lógica inductiva y deductiva, denominado a veces como hipotético deductivo, cuantitativo,
empírico-analista y racionalista, naturalista. La ciencia para ser considerada como tal, debe
adaptarse al paradigma de las ciencias naturales, que caracterizaba por el monismo
metodológico, el método fisicomatemático, la explicación causal y la predicción (Pérez, 2015).
El positivismo ha evolucionado gracias a la tradición humanista del siglo XVII producto de la
Revolución Francesa y a los problemas que debe enfrentar la sociedad. Sus orígenes se
encuentran en los trabajos de investigación de las ciencias empíricas de mediados del siglo
XVIII donde intervinieron filósofos como David Hume, Saint-Simon y Immanuel Kant. Lo
característico de este positivismo es la conexión con la matemática. Augusto Comte se
desempeñó de secretario de secretario de Saint-Simon lo que ejerció influencia en las ideas de
aquel, la epistemología del positivismo clásico tuvo su origen en Francia en el siglo XIX siendo
su máximo propulsor Augusto Comte (1798 a 1857) quien utilizó por primera vez el término
positivista, influenciado por los filósofos empirista como Bacon, Hume, Locke y Condillac,
producto de la experiencia de los sentidos (Dos Santos, 2017). Saint Simon y Augusto Comte
crearon ley de los tres estados de la historia humana, teológico, metafísico, positivo. El
primero hace referencia a lo teológico ficticio, para explicar lo inexplicable o desconocido. El
segundo reemplazar la fantasía por la razón reflexiva, es decir para explicar los fenómenos
recurre a fuerzas ocultas, tales como la química y la física. El tercero corresponde a la etapa
más alta de la evolución humana que surge al derribar los mitos tanto teológicos como
metafísicos para transformarlos en experiencia humana como explicación de los hechos
(Marquisio, 2017). Marcó un hito en la concepción de la ciencia, en el modo de construcción
de la ciencia. Según su perspectiva, se debía construir un modelo que incluyera todas las ramas
del saber. Propuso un sistema unitario de conocimiento científico y una teoría orgánica basada
en el método baconiano. Años más tarde el positivismo fue introducido a Inglaterra por John
Stuart Mill, aplicándolo en la ciencia económica. Una de las corrientes que enfrentó al
positivismo fue la hermenéutica, que introdujo el método de la comprensión de los fenómenos
en lugar de la explicación como lo indica el positivismo, entre los principales representantes se
encuentran los filósofos Dilthey, Weber, Windelband, Rickert. Dada las limitaciones, surge el
positivismo lógico o neopositivismo en Austria y Alemania en 1920, inspirado en la revolución
en lógica, matemática y la física, cuyo objetivo fue crear una filosofía científica revolucionaria
(Iturralde, 2015). El positivismo influyó en Marx, Engels o Durkheim, en 1925 se gestó otro
movimiento en Viena denominado neopositivismo del cual surgió el denominado Círculo de
Viena, o Positivismo lógico, en la cual la tesis central de sus miembros fue que la ciencia era la
única forma de conocimiento y que existía que pudiera ser conocido fuera de lo que podría ser
conocido científicamente. El positivismo, es una corriente filosófica que funda la verdad en el
método experimental de las ciencias positivas y que rechaza o niega cualquier interpretación
teológica y metafísica. La realidad es lo verdadero y el único objeto del conocimiento, que se
debe explicar la totalidad de los fenómenos a través del método científico. Aquello que no
pueda someterse a las premisas y condiciones de esta concepción de la ciencia carece de valor.
Lo que se halle más allá de la relación causa-efecto pertenece a la fantasía. Los principales
caracteres del positivismo científico son: El rechazo de la metafísica y de toda proposición no
vinculada con hechos constatados; el empirismo, único medio de llevar a cabo observaciones
sistemáticas y ciertas, para deducir conclusiones válidas y; solo acepta la experiencia obtenida
por la observación de los fenómenos. El positivismo jurídico, tiene dos sentidos. Primero, como
un positivismo que es aquel regido por un método de investigación riguroso, sistemático y
verificable, sin dogmas y sin apelaciones sobrenaturales y, segundo, un positivismo jurídico,
concebido como la concepción del Derecho que eleva a la ley sobre las restantes fuentes del
derecho y conceptúa al ordenamiento jurídico como un todo pleno y coherente. El primero
proviene de Augusto Comte, quien caracterizó como “estado positivo o real, al tercer
momento de la evolución del pensamiento humano, luego de los que él denominó estado
teológico y estado metafísico. El estado positivo es empírico y relativo, y presupone la
invariabilidad y el poder predictivo de las leyes de la naturaleza. El segundo, reduce su ámbito
al campo del derecho, y se caracteriza por el análisis del derecho positivo, derecho puesto por
el gobernante, en oposición al derecho natural, o derecho puesto por Dios o por la naturaleza.
En este sentido aparece y se desarrolla con la concepción moderna del Estado, consolidándose
en el siglo XIX, a partir de la aparición del Código Civil napoleónico. El positivismo jurídico
frente al iusnaturalismo es una corriente laica o racional que explicó al Derecho como
producto de razón del hombre producto no se su voluntad. Hay que destacar el éxito de las
ciencias naturales en la primera mitad del siglo XIX preparó la base para que el positivismo
propusiera la aplicación de los métodos de las ciencias naturales en las sociales. (Botero, 2015)
Donde el positivismo invadió todas las ciencias sociales, incluso a la filosofía el Derecho no fue
la excepción. El positivismo jurídico está en contra las especulaciones teológicas y las
construcciones metafísicas, e insiste en la separación estricta del derecho de la ética, moral y
religión; así como, su independencia de toda consideración valorativa. El concepto positivista
de la ley considera al derecho en su estructura formal. Toda argumentación e interpretación
metafísica cae como especulación indemostrable en el rechazo. También es conocido como
formalismo jurídico, debido a que su estudio, en la perspectiva del derecho, es únicamente
acerca de los textos perceptivos dictados por el legislador. El positivismo jurídico fundamenta
el pensamiento jurídico reducido a derecho estatal producto del legislador; de aquí deriva la
común atribución al derecho, de aquellas características que son propias del derecho legislado
del Estado moderno, generalidad, imperatividad, coacción, presunta plenitud (García, 2015). El
positivismo jurídico es el estudio científico del derecho por consiguiente esa es la misión del
jurista. El fin de la ciencia del derecho es considerar el derecho tal como es y no como debería
ser. Sobre esta base se encuentra la aceptación de una clara distinción entre validez y valor del
derecho, entre las reglas que pueden ser válidas aún sin ser justas y aquellas que pueden ser
justas sin ser válidas; sólo las primeras son objeto del estudio científico del derecho. Para esta
corriente, los juicios morales son relativos y subjetivos. No existe ningún procedimiento
objetivo para demostrar la validez de ciertos juicios morales y la invalidez de otros. La idea de
que existe un derecho natural inmutable y universal y asequible a la razón humana es una
vana, aunque noble ilusión. La justicia del establecimiento y funcionamiento de la norma
queda como objeto acientífico fuera del ámbito de la ciencia jurídica. Para el positivismo
jurídico concuerda en: La distinción y la desconexión entre el derecho y la moral; es decir, la
distinción entre el derecho que es y el derecho que debe ser; La concepción del mundo jurídico
desde un punto de vista unidimensional: La concepción de que todo derecho positivo es justo
por el solo hecho de ser derecho positivo, sin importar su contenido, esto sin importar su
mayor o menor justicia de acuerdo con el sistema moral. La concepción de que las normas
jurídicas, es decir, la convicción de que las normas jurídicas consisten en órdenes impartidas
por unos seres humanos (los legisladores) para otros seres humanos; La idea de que el derecho
es un conjunto de normas que se aplican por medio de la fuerza; La concepción de que los
jueces aplican derecho, pero no crean derecho. El positivismo jurídico se manifestó a través de
varias escuelas: La escuela de la exégesis, apareció en Francia después de la promulgación
Código Civil (1804) y llegó a su apogeo a mediados del siglo. La tarea de los juristas se
concentraba en el estudio y exposición del citado texto legal. Creían los comentadores del
Código que con ese y otros Códigos habían cristalizado la evolución del derecho. La enseñanza
del del Derecho se limitaba a la enseñanza y exégesis de los Códigos. Los profesores no eran
profesores de derecho sino de leyes. La tesis de que el Código o la ley es la principal fuente del
derecho que conduce a admitir la omnipotencia del Estado, creador de la legislación. Exégesis
es la interpretación de textos legales surgidos de la Revolución. La exégesis comienza con el
dios Thot, que en Egipto era de la divinidad protectora de los escribas, quienes tenían el
secreto de las escrituras. Luego reaparece en Grecia como el dios Hermes y de aquí la palabra
hermenéutica como sinónimo de interpretación. Los exegetas sostenían que bastaba con
enseñar el Código Napoleón, pues allí estaba toda la razón escrita. La interpretación de la ley
está fundada en la interpretación del legislador. La interpretación de la ley consiste en hallar la
voluntad del legislador, que puede ser: Real: La ley regula una relación determinada, pero no
expresa la razón por la que lo hace; Presunta: Cuando el legislador ha omitido regular algo;
culto al texto de la ley: El intérprete debe atender únicamente a los dispositivos del Código. El
positivismo Kelsiano alcanzó su máximo esplendor con la rigurosa construcción teórica de Hans
Kelsen, quien elabora su pensamiento aplicando la pureza del método para delimitar con rigor
el campo normativo del derecho, declarando el culto del texto legal, que limita la actividad del
juez a una labor de interpretación, se agregaban el respeto de la voluntad del legislador, cuya
intención era necesario inquirir en cada caso, y una sumisión exagerada a las opiniones de los
autores de la misma escuela. Según el autor, el Derecho no tiene que ver con la conducta
fáctica de los hombres, sino solamente con lo jurídicamente preceptuado. Por ello no es una
Ciencia de hechos, como la Sociología, sino una Ciencia de normas; su objeto no es lo que es o
lo que sucede, sino un complejo de normas. Su carácter científico solo está garantizado si se
limita estrictamente a su misión y si mantiene puro su método de toda mezcla de elementos
ajenos a su esencia –es decir, de todo empréstito de una Ciencia de hechos como de la
Sociología, de la Psicología, pero también de toda influencia de “dogmas”, ya sean de
naturaleza ética o religiosa. Su concepción de la ciencia jurídica deriva de una teoría del
conocimiento fundada en la separación del mundo del ser, naturaleza, del mundo del deber
ser. Las normas jurídicas pertenecen a la esfera del deber ser. El derecho es una realidad
espiritual y no natural. La norma jurídica no es un imperativo de la voluntad sino un juicio
hipotético si es A debe ser B, que expresa el enlace específico de una situación de hecho
condicionante con una consecuencia condicionada. Si en la naturaleza la forma de enlace de
los hechos es la causalidad, en el mundo de la normatividad es la imputación (García, 2017).
Para Kelsen, el objeto de estudio de la ciencia jurídica se contrae a solo el ordenamiento
normativo, con prescindencia de la vida humana, relegada a constituirse en el contenido
factual de las normas. Los valores resultan ser, dentro del planteamiento elementos de
naturaleza metajurídica. La Teoría pura del Derecho no se ocupa de los contenidos, sino de la
estructura lógica de las normas jurídicas; examina el sentido, la posibilidad y los límites de un
enunciado jurídico en general y la clase y modo de su realización. Una norma jurídica, no vale
porque tiene un contenido determinado, sino porque ha sido creada de un modo
determinado, legitimado, en último término, por una Norma fundamental presupuesta. Esto
lleva a Kelsen a un cambio de sentido tanto del significado tradicional del derecho como de lo
antijurídico. Una conducta no es antijurídica porque sea contraria al valor y, por ello,
condenable según cualquier pauta trascendente al derecho positivo, o también por su cualidad
interna; sino sola y exclusivamente porque “el derecho positivo la ha hecho condición de un
acto coactivo, es decir, de una sanción”. Lo antijurídico no es la negación del derecho, y no es
gravado como una sanción porque es condenable; sino que se califica de antijurídico –sin
valoración alguna– porque un orden jurídico positivo lo ha unido a un acto coactivo, como
consecuencia jurídica que debe sobrevenir.
De aquí se desprende que el derecho positivo y la moral son dos órdenes normativos distintos
uno del otro. Esto no significa que sea menester renunciar al postulado de que el derecho
debe ser moral, puesto que, precisamente, sólo considerando al orden jurídico como distinto
de la moral cabe calificarlo de bueno o malo. Sin duda, el derecho positivo puede, en ciertos
casos, autorizar la aplicación de normas morales. Es decir que delega en la moral el poder de
determinar la conducta por seguir. Pero desde que una norma moral es aplicada en virtud de
una norma jurídica adquiere, por tal circunstancia, el carácter de una norma jurídica. Los
únicos juicios de valor que la ciencia del derecho podría pronunciar teóricamente son aquellos
que comprueban la conformidad u oposición entre un hecho y una norma jurídica. El hecho
sería entonces declarado lícito o ilícito, legal o ilegal, constitucional o inconstitucional
(Vásquez, et al., 2015). El hecho de preocuparse exclusivamente de las normas jurídicas y de su
forma, olvidando que es vital el contenido de estas y su materialización. La pretensión de
comprender al derecho como fenómeno o producto social, sin estudiar su interrelación con
otras ciencias afines como son la economía, la política, la sociología; así como, la historia, la
psicología, entre otras; La incapacidad para dar respuestas aceptables a los más exigentes
problemas ético-jurídicos de la sociedad La reducción del derecho, a un conjunto de recetas
legales que nunca dan con la solución adecuada, pues la plenitud y riqueza de los casos
concretos las exceden (Atienza, 2017). El orden jurídico puede presentar lagunas,
contradicciones lógicas y ambigüedades lingüísticas. Lo que demuestra que el derecho no es
un sistema autosuficiente de soluciones, lo que hace que los jueces justifiquen sus decisiones
recurriendo a principios o criterios no jurídicos.
¿Qué es el positivismo?

El positivismo es una corriente filosófica que sostiene que el conocimiento


científico es el único conocimiento auténtico. Representa una actitud crítica
hacia la filosofía tradicional, en especial la metafísica y la ontología.
Heredero del empirismo y la epistemología, el positivismo nació a mediados del
siglo XIX y se consolidó a partir del pensamiento de Henri Saint-Simon (1760-
1825) y Auguste Comte (1798-1857). Sostuvo que el
único conocimiento auténtico al que se puede aspirar es el que surge de la
aplicación del método científico.
Para el positivismo hay dos tipos de conocimiento genuino:
Conocimiento positivo. Es el conocimiento dado a posteriori, y se deriva
exclusivamente de la experiencia natural, sus propiedades y relaciones.
Conocimiento verdadero por definición. Es el conocimiento analítico y
tautológico, y se desprende de premisas anteriores ya consideradas
verdaderas. Es independiente a la experiencia.
Sin embargo, las limitaciones propias de esta perspectiva generaron una
reacción negativa conocida como “antipositivismo” o “negativismo”, que negó el
uso del método científico en las ciencias sociales. A la larga, este rechazo
permitió el surgimiento de enfoques de investigación cualitativos y no
exclusivamente cuantitativos, como era más común en el positivismo.
El positivismo o filosofía positiva es una teoría filosófica que se posiciona como
una alternativa epistemológica tanto al empirismo como al racionalismo,1
sosteniendo que todo conocimiento genuino se limita a la interpretación de los
hallazgos «positivos», es decir, reales, perceptibles sensorialmente y
verificables. Según esta postura, todo conocimiento genuino es o bien positivo
—a posteriori y derivado exclusivamente de la experiencia de los fenómenos y
de sus propiedades y relaciones— o bien verdadero por definición, es
decir, analítico y tautológico. Así, la información derivada de la experiencia
sensorial, interpretada a través de la razón y la lógica, constituye la fuente
exclusiva de todo conocimiento cierto.2 Los datos verificados (hechos positivos)
recibidos de los sentidos son conocidos como evidencia empírica; así pues, el
positivismo es la evolución lógica del empirismo.2
Esta línea de pensamiento se encuentra ya en la antigüedad griega. Como un
nuevo desarrollo del siglo XIX, se contrapuso a las
visiones escolásticas tradicionalmente imperantes de una
filosofía trascendental. Estas últimas perspectivas afirmaban, en cambio, que el
conocimiento se genera por propiedades eternamente válidas —y, en últimas,
creadas por Dios— de la mente o la razón. Esto podría demostrarse sobre la
base de resultados positivos.
En el contexto de los inventos, descubrimientos y la expansión del
conocimiento científico durante el Renacimiento, estos intentos tradicionales de
explicación filosófico-religiosa se habían vuelto cuestionables desde hacía ya
un buen tiempo. Esto probablemente condujo a la exigencia del positivismo
respecto a que los hallazgos positivos fueran interpretados sin apelar a
explicaciones teológicas o metafísicas, en contraste con la práctica habitual
hasta entonces.
Posteriormente surgieron diferentes aproximaciones positivistas, asociadas,
entre otros, a los siguientes filósofos: Henri de Saint-Simon (1760-
1825) Auguste Comte (1798-1857), Hippolyte Taine (1828-1893), Jean-Marie
Guyau (1854-1888), Jeremy Bentham (1748-1832), James Mill (1773-
1836), John Stuart Mill (1806-1873), Charles Darwin (1809-1882), Herbert
Spencer (1820-1903), Roberto Ardigò (1828-1920), Ludwig Feuerbach (1804-
1872), Eugen Dühring (1833-1921), Friedrich Nietzsche (1844-1900), Ernst
Mach (1838-1916), Ernst Laas (1837-1885), Richard Avenarius (1843-
1896), Hans Vaihinger (1852-1933), Friedrich Jodl (1849-1914), o Theodor
Ziehen (1862-1950).
El término positivismo se remonta a Auguste Comte (1798-1857). Él y sus
sucesores elaboraron su planteamiento hasta convertirlo en un enfoque social-
científico-humanista. El positivismo sociológico sostiene que la sociedad, al
igual que el mundo físico, opera de acuerdo con leyes generales. Se rechaza el
conocimiento introspectivo e intuitivo, así como la metafísica y la teología, en
tanto las afirmaciones metafísicas y teológicas no pueden ser verificadas por la
experiencia de los sentidos.
Aunque el enfoque positivista ha sido un tema recurrente en la historia del
pensamiento occidental,3 el enfoque moderno fue formulado por el filósofo
Auguste Comte a comienzos del siglo XIX.4 Comte sostenía que, al igual que el
mundo físico funciona según la gravedad y otras leyes absolutas, lo mismo
ocurre con la sociedad.5

Puede servirte: Naturalismo


Historia del positivismo
Algunos filósofos y científicos sostienen que el positivismo puede rastrearse a
la postura platónica respecto a la filosofía y la poesía. Esta disputa fue asumida
por Wilhelm Dilthey bajo la forma de ciencias naturales y humanidades.
Sin embargo, en términos formales, el positivismo nació en el siglo XIX de la
mano de Henri de Sain-Simon, Pierre-Simon Laplace y Auguste Comte. Estos
pensadores creían en el método científico, la observación como constatación
de la teoría y la poca fiabilidad de la metafísica para constituir pensamiento.
Comte describió la perspectiva epistemológica del positivismo en sus
obras Curso de filosofía positiva (1842) y Discurso sobre el espíritu
positivo (1844). En ellas desarrolló un análisis de los conocimientos
científicos a la fecha, necesarios para poder llevar el método científico a una
nueva ciencia social, madre de todas las ciencias.
La idea evolutiva del conocimiento era, para Comte, una serie de tres pasos:
conocimiento teológico, conocimiento metafísico y conocimiento positivo. Estos
consistían en el paso de la creencia por medio de la fe al uso de la razón, hasta
alcanzar el estadío en el que los seres humanos pudieran gobernarse a sí
mismos.
Apoyándose en Comte, otros pensadores desarrollaron sus propias ideas del
positivismo. Entre ellos están Émile Zola, Emile Hennequin, Wilhelm Scherer y
Dimitri Pisarev. Este movimiento fue el que terminó por determinar
la sociología tal como la entendía Émile Durkheim.
Durkheim retomó el método de Comte y lo refinó al orientarlo a la sociología. Lo
mismo sucedió con el positivismo lógico, fundado por el Círculo de Viena, que
dio como resultado el trabajo de Otto Neurath y Rudolf Carnap, pensadores
ineludibles del movimiento.
Historia
[editar]
Comte y las tres etapas
[editar]
Auguste Comte describió por primera vez la perspectiva epistemológica del
positivismo en Curso de filosofía positiva, una serie de textos publicados entre
1830 y 1842. Estos textos fueron seguidos por el trabajo de 1844, Una visión
general del positivismo. Los primeros tres volúmenes del Curso trataban
principalmente de las ciencias físicas ya existentes
(matemáticas, astronomía, física, química, biología), mientras que los dos
últimos enfatizaban el inevitable advenimiento de las ciencias sociales. Para
Comte, las ciencias físicas necesariamente tenían que llegar primero, antes de
que la humanidad pudiera canalizar adecuadamente sus esfuerzos hacia la
"ciencia reina" más desafiante y compleja de la propia sociedad humana.
Su Visión del positivismo, por lo tanto, se propuso definir los objetivos
empíricos del método sociológico.
Comte ofreció una explicación de la evolución social, proponiendo que la
sociedad pasa por tres fases en su búsqueda de la verdad de acuerdo con una
"ley de los tres estados" general. La idea tiene cierta similitud con la creencia
de Karl Marx de que la sociedad humana progresaría hacia
el comunismo (ver materialismo dialéctico), aunque Marx fue un crítico del
positivismo.6 Esta similitud es debida a que ambos estuvieron influidos por el
socialista Henri de Saint-Simon.
Para Comte, las tres etapas eran:7
Estado teológico: el hombre apela a deidades personificadas. En esta etapa, el
ser humano piensa que los desastres naturales son actos de una divinidad
sobrenatural. Comte dividió esta etapa en 3 subetapas:
Fetichismo: las personas primitivas creen que los objetos inanimados tienen un
espíritu vivo en ellos (ver animismo).8
Politeísmo: el fetichismo generó dudas en las personas, lo que provocó que las
personas fueran a posiciones politeístas donde la explicación de las cosas son
referidas a múltiples dioses que controlan las diversas manifestaciones
naturales.9
Monoteísmo: es la última subetapa. En esta subetapa, las personas creen que
una sola entidad teísta es responsable de la existencia del universo.9
Estado metafísico: es una extensión de la etapa teológica. En esta etapa, las
personas caracterizan a Dios como un ser abstracto descartando a un Dios
concreto.9 Las explicaciones de las cosas es dada por conceptos abstractos
impersonales.
Estado científico o positivo: se dan explicaciones a través del método científico.
Para Comte, esta es la etapa más elevada y evolucionada de la sociedad. 9 En
esta etapa la humanidad se gobierna a sí misma, no existe un poder superior
que gobierne las masas.10
Según Comte, estas tres reglas rigen el desarrollo de la sociedad. Cada etapa
es alcanzada una vez finalizada la etapa anterior, siendo completadas en
escala de progreso.11
Expansión del positivismo
[editar]

Caricatura de Émile Littré y Charles


Darwin representados como monos actuando mientras rompen la credulidad,
las supersticiones, los errores y la ignorancia.
La expansión de las ideas de Comte fue gracias a la acción del filósofo Émile
Littré, quien fundó la The Positivist Review en 1867. La lectura de las obras de
Comte fueron para Littré "el punto cardinal de su vida". Los escritos de Comte
pronto empezaron a ser traducidos a otros idiomas. Al idioma inglés fueron sus
obras traducidos por la escritora británica whig Harriet Martineau.12 El
chileno Jorge Lagarrigue traduciría los Principios de filosofía positiva al español
y publicaría en la Revista Chilena una defensa del positivismo.
Positivismo y cientificismo
[editar]
Artículo principal: Cientificismo
Según ciertas acepciones, el positivismo ha sido interpretado como
una corriente filosófica que afirma que el único conocimiento auténtico es
el conocimiento científico y que tal conocimiento solo puede surgir del método
científico, siendo el ejemplo ideal las ciencias físicas que triunfan claramente en
el dominio de la naturaleza y en las aplicaciones técnicas que de ella se
derivan. Esta postura es conocida como cientificismo.
Como consecuencia de esta postura, los positivistas critican la metafísica y
teología como pseudociencia por buscar lo que está más allá de la ciencia. Una
línea de crítica fue a partir de lo que se llamó las «trampas del lenguaje», lo
que supuso un interés en el estudio del lenguaje tanto en su dimensión
formal, empirismo lógico, como en cuanto lenguaje natural, estudiando los
«juegos del lenguaje», y dio lugar a la filosofía analítica.
El positivismo deriva del empirismo y de la epistemología que surge a inicios
del siglo XIX de la mano de los pensadores franceses Henri de Saint-
Simon y Auguste Comte, y del británico John Stuart Mill. Se extiende y
desarrolla por el resto de Europa en la segunda mitad del siglo. Desde un
positivismo extremo13 hasta un positivismo casi idealista, el siglo XIX y
comienzos del XX ofrecen un riquísimo panorama de autores y escuelas todas
bajo denominación positivista. El rasgo común que caracteriza a todos ellos es
la aceptación del conocimiento científico como única forma de conocimiento
legítimo y el rechazo a la metafísica y la teología como pseudociencia.
El positivismo surgió como manera de legitimar el estudio
científico naturalista del ser humano, tanto individual como colectivamente.
Según distintas versiones, la necesidad de estudiar científicamente al ser
humano nace debido a la experiencia sin parangón que fue la Revolución
francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y
al individuo como objetos tangibles en un modelo sociologico positivista.
La aplicación de la filosofía positiva a las diferentes ciencias y objetos de
investigación, así como la rigidez en que se consideren los principios
empiristas, dieron lugar a muy diversos tipos de empirismos y positivismos.1415

Características del positivismo


El positivismo puede caracterizarse, de manera general y más allá de sus
variantes, por una serie de rasgos.
Defendió el método científico como el único método posible para obtener
conocimiento válido, independientemente del tipo de ciencia del que se tratara.
Criticó y se alejó de cualquier forma de metafísica, subjetivismo o
consideraciones que no fueran objetivas en términos empíricos.
Su propósito central fue explicar causalmente los fenómenos del universo a
través de la formulación de leyes generales y universales.
Sostuvo que los métodos inductivos eran los únicos útiles para obtener
conocimientos. Valoró las pruebas documentales en contra de cualquier forma
de interpretación general.

Características
[editar]
Características del positivismo
A continuación se presentan las principales características que definen a la
corriente filosófica denomina Positivismo.

 Rechaza las nociones a priori y los conceptos o creencias de tipo universal que no
hayan sido comprobados.
 El positivismo se basa en que los hechos empíricos son los que fundamentan el
conocimiento.

 Promueve como válido el conocimiento de carácter científico respaldado por el método


científico.

 El método científico debe ser aplicado tanto a las investigaciones científicas como
humanísticas.

 El conocimiento que se obtiene del positivismo debe ser objetivo.

 Las pruebas documentadas son las más importantes, no sus interpretaciones.

Auguste Comte.
John Stuart Mill.
Estas corrientes tienen como características diferenciadoras la defensa de
un monismo metodológico (teoría que afirma que hay un solo método aplicable
en todas las ciencias). La explicación científica ha de tener la misma forma en
cualquier ciencia si se aspira a ser ciencia, específicamente el método de
estudio de las ciencias físico-naturales. A su vez, el objetivo del conocimiento
para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por medio
de leyes generales y universales, lo que le lleva a considerar a la razón como
medio para otros fines (razón instrumental). La forma que tiene de conocer
es inductiva, despreciando la creación de teorías a partir de principios que no
han sido percibidos objetivamente. En metodología histórica, el positivismo
prima fundamentalmente las pruebas documentadas, minusvalorando las
interpretaciones generales, por lo que los trabajos de esta naturaleza suelen
tener excesiva acumulación documental y escasa síntesis interpretativa.
Auguste Comte formuló a mediados del siglo XIX la idea de la creación de
la sociología como ciencia que tiene a la sociedad como su objeto de estudio.
La sociología sería un conocimiento libre de todas las relaciones con la filosofía
y basada en datos empíricos en igual medida que las ciencias naturales.
Una de sus propuestas más destacadas es la de la investigación empírica para
la comprensión de los fenómenos sociales, de la estructura y el cambio social
(razón por la que se le considera padre de la sociología como disciplina
científica). Comte presenta a la historia humana en tres fases:
Fase teológica o mágica: esto corresponde a la infancia de la humanidad; en
esta época las personas dan explicaciones mágicas de los fenómenos
naturales. También creen que ciertos fenómenos son causados por seres
sobrenaturales o dioses.
Fase metafísica o filosófica: en este estadio el hombre deja de creer en seres
sobrenaturales y ahora comienza a creer en ideas. Por lo que las explicaciones
son racionales, se busca el porqué de las cosas, y se sustituye a los dioses por
entidades abstractas y términos metafísicos.
Fase científica o positiva: es la definitiva. En esta etapa, según Comte la mente
humana renuncia a la búsqueda de ideas absolutas y en vez de esto, ahora se
dedica a estudiar las leyes de los fenómenos. El conocimiento se basa en la
observación y la experimentación, y se expresa con el recurso de
la matemática. Se busca el conocimiento de las Leyes de la Naturaleza para su
dominio técnico.
Además afirma que no es posible alcanzar un conocimiento de realidades que
estén más allá de lo dado, de lo positivo, y niega que la filosofía pueda dar
información acerca del mundo: esta tarea corresponde exclusivamente a las
ciencias.
Dentro de esta, desde la perspectiva de Leopold Von Ranke, se dice que el
historiador es imparcial, ya que es capaz de superar fobias, predilecciones o
emociones.
De acuerdo al positivismo clásico: basta con reunir cierta cantidad de hechos
documentados para que surja la ciencia de la historia.
El positivismo asume la cuantificación para que los historiadores puedan estar
seguros de sus afirmaciones mediante la medición de los historiadores, aunque
cuando ésta se convierte en la única solución aparece el problema de negar la
veracidad a todo lo que no esté cuantificado o probado.

Visión positivista de la historia del conocimiento


Auguste Comte entiende a la historia del conocimiento como el desarrollo
evolutivo de una creencia a un hecho. A grandes rasgos, divide la evolución del
conocimiento en tres grandes estadíos:
Conocimiento teológico. En el principio de la humanidad, las explicaciones para
el mundo estaban mediadas por la mitología, la teología y la creencia en lo
sobrenatural.
Conocimiento metafísico. En su punto medio, también llamado “Iluminación”, el
ser humano trasladó la respuesta de sus inquietudes al ámbito de la metafísica
y la filosofía especulativa. Este período se caracteriza por la búsqueda del “por
qué”.
Conocimiento positivo. Es la madurativa del ser humano, que se caracteriza por
el uso del método científico, así como la confianza en la física y la biología para
explicar el orden del mundo.
Esta consideración de la ciencia como la perspectiva definitiva y absoluta sobre
las cosas es, justamente, la mirada positivista. Según ella, todo lo que no se
ajuste a estos preceptos debe ser considerado como pseudociencia.
Reacción
[editar]
Esta sección es un extracto de Antipositivismo.[editar]
El antipositivismo (también conocido como no positivismo, negativismo,
sociología interpretativa, interpretativismo o interpretivismo) es el punto de vista
en las ciencias sociales según el cual los académicos deben necesariamente
rechazar el empirismo y el método científico en el desarrollo de teorías
sociales e investigación.
El antipositivismo es una reacción al positivismo. Se critica la incapacidad que
posee el método de las ciencias físico-naturales para conocer los objetos de
estudio de las ciencias sociales (la sociedad, el hombre, la cultura) ya que
poseen propiedades como la intencionalidad, la autorreflexividad y la creación
de significado, que son dejados de lado por la epistemología positivista.
También se critica la búsqueda de leyes generales y universales, pues deja de
lado los elementos que no pueden ser generalizados; defiende el conocimiento
de conocimientos más precisos, pero menos generalizables; y plantea la
necesidad de conocer las causas internas de los fenómenos, en vez de la
explicación externa de estos, en busca de la comprensión en lugar de
explicación.
El antipositivismo se relaciona con diversos debates históricos en la filosofía y
la sociología de la ciencia. En la práctica moderna, sin embargo, el
antipositivismo se podría equiparar con métodos de investigación cualitativos,
mientras que la investigación positivista es más cuantitativa. Los positivistas
suelen utilizar experimentos y encuestas estadísticas como métodos de
investigación, mientras que antipositivistas utilizan métodos de investigación
que se basan más en las entrevistas no estructuradas o la observación
participante. En la actualidad, se combinan a menudo métodos positivistas y no
positivistas.1617
Durante el siglo XIX, a partir de los estudios de Bertrand Russell y otros, el
filósofo Ludwig Wittgenstein elabora el texto Tractatus Logico-Philosophicus,
que sirve de inspiración para el surgimiento del Círculo de Viena, grupo de
intelectuales que tuvo como objetivo el alejar definitivamente a la ciencia de
la metafísica, a partir del desarrollo de la lógica de Russell. Esta propuesta
plantea un método basado en la experimentación, observación y recolección
objetiva de datos a fin de buscar explicaciones a las causas que originan los
fenómenos.
Corrientes positivistas
[editar]
Entre las corrientes positivistas se puede mentar el positivismo
ideológico, empiriocriticismo, positivismo metodológico o
conceptual, positivismo analítico, positivismo sociológico, positivismo
realista, iuspositivismo y neopositivismo (empirismo lógico o positivismo lógico).
Los enfoques sociológicos en filosofía de la ciencia y epistemología han sido
tradicionalmente los principales críticos del positivismo, aunque ambas
posturas no son necesariamente contradictorias.
En el campo del derecho, el denominado positivismo jurídico o iuspositivismo
no guarda relación en su origen con el positivismo filosófico, sino con el
concepto de derecho positivo (la consideración del derecho como creación del
ser humano).
Actualmente, en la psicología conviven múltiples escuelas, muchas de las
cuales se basan en el positivismo para el estudio del ser humano. Entre dichas
escuelas o enfoques destaca el cognitivo-conductual. Cabe mencionar el
avance de la neurociencia, que aborda temáticas mentales que antes parecían
inescrutables desde un punto de vista naturalista.

Representantes del positivismo

Además de positivista, John Stuart Mill fue uno de los fundadores del
utilitarismo.
Los principales representantes del positivismo fueron:
Henri de Saint-Simon. Filósofo, economista y teórico socialista de origen
francés, su obra (conocida como el “sansimonismo”) influyó en los ámbitos de
la política, la sociología, la economía y la filosofía de la ciencia.
Auguste Comte. Filósofo francés y padre fundador de la sociología y del
pensamiento positivista, fue inicialmente secretario del conde Henri Saint-
Simon, con quien luego se enemistó por diferencias conceptuales y personales.
Su obra se considera heredera de la de Francis Bacon.
Émile Durkheim. Sociólogo y filósofo francés, encauzó la sociología al ámbito
de disciplina académica. Reformuló el método de Comte y lo orientó al estudio
de las ciencias sociales.
John Stuart Mill. Filósofo, economista y político de origen británico, es un
representante de la escuela clásica de economía y uno de los teóricos del
utilitarismo, junto con Jeremy Betham. Miembro insigne del partido liberal, fue
un gran crítico de la intervención del Estado y un defensor del voto femenino.
Positivismo lógico
No debe confundirse el positivismo con el positivismo lógico o empirismo
lógico, también llamado “neopositivismo” o “empirismo racional”.
El empirismo lógico surgió durante el primer tercio del siglo XX, entre los
científicos y filósofos que integraron el llamado Círculo de Viena.
Esta corriente forma parte de las pertenecientes a la filosofía de la ciencia, que
limitan la validez del método científico a aquello empírico y verificable, es decir,
aquello que posee un método de verificación propio o, en todo caso, analítico.
A esto se le conoció como el verificacionismo.
El positivismo lógico fue mucho más estricto en su defensa de las ciencias
como única ruta al conocimiento viable que el propio positivismo, y fue uno de
los movimientos más fuertes dentro de la filosofía analítica. Entre sus campos
de estudio también figuraron la lógica y el lenguaje.
Recepción e influencias del positivismo
El positivismo dio origen a muchas corrientes en diferentes campos del saber,
como son, entre otros:
El iuspositivismo. Es una corriente de pensamiento jurídico que propone una
separación conceptual del derecho y de la moral, y rechaza cualquier
vinculación entre ambos. Plantea que el objeto exclusivo de estudio del
derecho debe ser el derecho positivo.
El conductismo. Es una corriente de pensamiento psicológico que propone el
estudio objetivo y experimental de la conducta. Sirvió de cauce para más de
diez variantes de conductismo surgidas entre el siglo XIX y el XX, que se
alejaron más o menos de conceptos como “mente”, “alma” y “conciencia”, para
centrarse en la relación entre los sujetos y su medio ambiente.
El empiriocriticismo. Es una corriente filosófica creada por el filósofo germano
Richard Avenarius (1843-1896), que plantea el estudio de la experiencia en sí
misma, sin atender a ninguna otra forma de pensamiento metafísico, es decir,
aspirando a una “experiencia pura” del mundo.

CONCLUSIONES El positivismo explica, controla y predice, la naturaleza de la realidad la


describe como dada, la relación sujeto-objeto la manifiesta como independiente, neutral y
libre de valores; su objetivo fundamental es la generalización mediante metodologías
deductivas, cuantitativas, centrada sobre semejanzas; la última explicación está orientada a la
causalidad, causas reales temporalmente precedentes y simultáneas; libre de valores que
pudieran contaminar los resultados. El positivismo jurídico descansa de los supuestos
epistemológicos del primero al conocimiento del Derecho. En el Ecuador, esta corriente cobra
importancia vigencia al ser un marco teórico dominante en el mundo jurídico Para el
positivismo jurídico, los juicios morales son relativos y subjetivos, ya que se puede demostrar
la validez de los juicios morales y la invalidez de otros; sostiene que todo derecho positivo es
justo por el hecho de ser derecho positivo, sin importar su contenido de acuerdo con el
sistema moral. El positivismo jurídico aplica la pureza del método para delimitar el campo
normativo del Derecho, eliminando los elementos extraños: sociológicos, históricos,
psicológicos, políticos, ampara la teoría de la exclusividad del derecho positivo, es monista o
unidimensional.

También podría gustarte