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MOSAICO

Mosaico

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MOSAICOS APLICADO O ENGARZADO

(Mosaïques serties)
(Onlays)

Mosaico a partir de un proyecto.

Pieles rebajadas: entre 3 a 4 décimas.

-Se dibuja el proyecto en papel cuadriculado o simil japonés, a partir de la utilización de


hierros y tinta.
-Se pasa el proyecto hacia el libro, con los hierros y un poco de calor (sin ennegrecer las
marcas).
-Se retira el papel del proyecto del libro y se vuelve a trazar el diseño humedeciéndolo
previamente y con poco calor, repetidamente, hasta lograr el gofrado (“froid naturel”).
También se podría dorar, ennegrecerlo artificialmente o utilizar películas de color. El
gofrado se logra con un hierro ligeramente caliente que se pueda soportar perfectamente
sobre la mano y con un cuero húmedo. Y luego se repasa con un hierro un poco más
caliente pero que no rechine sobre la esponja.
-El término “froid naturel” (naturaleza fría) viene de la época monástica donde se
imprimía con “tacos” de madera sobre cuero húmedo; es decir: se imprimía con madera
(naturaleza) y sin calor (en frío).
-Al proyecto se le sacan fotocopias. Cortar todas las piezas de mosaico a partir de las
fotocopias. Pegar las piezas con agua de engrudo sobre los pedazos de cuero rebajados a
3 o 4 décimas (del lado de la flor), respetando los colores previamente adjudicados a
cada pieza. Cortar las piezas una vez secas con tijera o bisturí siguiendo el diseño de la
fotocopia. Si se quiere lograr un bisel mientras se cortan las piezas se sujeta el bisturí
inclinado ligeramente en oposición a la pieza siguiendo el trazado del hierro (del lado de
la carne). Los diseños también pueden obtenerse utilizando los hierros un poco calientes
sobre el papel montado al mosaico.
-Luego de cortados y encolados, se pegan los mosaicos sobre el libro o plaqueta
procurando no salirse de los márgenes trazados por los hierros.
-Finalmente, se vuelve a pasar el hierro caliente humedeciendo un poco la zona, o bien
se vuelve a dorar con oro o película de color.

Mosaico a partir de un modelo en rhodoïd.

Pieles rebajadas: entre 3 a 4 décimas

-Cortar el rhodoïd al tamaño exacto de la tapa del libro a decorar. Si el diseño es solo
para la tapa usar un rhodoid de 3 décimas. Si el diseño incluye también el lomo, usar
uno de 2 décimas.
-Cortar un cartón un centímetro más grande por lado que el rhodoïd y dibujar el
contorno del mismo bien centrado.
-Pegar el o los dibujos a mosaicar dentro de los límites marcados en el cartón
adjudicándoles la ubicación deseada para el diseño.
-Poner el rodhoïd sobre el cartón haciendo coincidir los límites y sin que se muevan los
dibujos previamente ubicados.
-Cortar las piezas de los dibujos por transparencia sobre el rhodoïd y numerar las formas
como guía. Es conveniente cortar el rhodoid “a medio espesor” para luego terminar de
desprender las piezas una vez marcadas todas.
-Ponerle a cada pieza cinta adhesiva doble cara en varios lugares sobre el borde.
-Apoyar el rhodoïd cortado sobre la tapa del libro o plaqueta y luego ubicar cada pieza
con cinta adhesiva en su lugar correspondiente.
-Retirar el rhodoïd dejando las piezas adheridas a la tapa del libro o plaqueta y marcar
con el repujador caliente los contornos de las piezas manteniendo la herramienta a 45
grados aproximadamente y siguiendo el dibujo hacia la derecha.
-Una vez terminado el marcado retirar las piezas de la tapa del libro o plaqueta y rascar
suavemente los lugares donde se ubicarán los futuros mosaicos para mejorar la
adherencia.
-Cortar los mosaicos poniendo las piezas de rhodoïd con cinta adhesiva sobre las pieles
rebajadas a 3 o 4 décimas que previamente fueron adheridas a un papel con agua de
engrudo (por el lado de la flor).
-Pegar las piezas en los lugares previamente marcados sobre la tapa del libro o plaqueta,
teniendo cuidado en no pasarse de las marcas.

Mosaico a partir de un frotado.

Pieles rebajadas: entre 2,5 a 4 décimas.

-Esta técnica fue muy apreciada por las viejas generaciones de encuadernadores y
doradores pero cayó en desuso a pesar de su gran sencillez. Se consigue por frotado y se
corta con tijeras pero no es de tanta precisión como las otras técnicas. De todas formas,
sirve para paliar la pérdida de un dibujo o una pieza de rhodoïd o para agregar algún
mosaico a un trabajo ejecutado anteriormente.
-A un diseño con hierros marcados en la tapa de un libro se le asegura bien tensado un
papel simil Japón y a partir del frotado se obtiene la ubicación de todas las piezas y los
márgenes para cortarlas.
-Este papel es luego encolado con agua de engrudo sobre las pieles rebajadas para
mosaico y una vez seco se corta cada pieza para luego ubicarla en el diseño definitivo
sobre la tapa del libro. Finalmente, se quita el papel pegado a las piezas humedeciéndolo
y se repasan los hierros.
Mosaico a partir de impresión.

Pieles rebajadas: entre 2,5 y 3 décimas.

-La impresión del mosaico es directamente tomada a partir del trazado de los hierros ya
ejecutado sobre el libro u otro objeto. Gracias a su precisión esta técnica se adapta al
mosaicado de trabajos de grandes dimensiones.
-Se recomienda evitar para esta técnica las pieles frágiles, sin grano o de colores claros.
-Elaborar un diseño en papel simil japonés y trasladarlo a la tapa del libro a partir de los
hierros calientes. Luego, se repasa gofrando o dorando los trazados.
-Se recortan los mosaicos aproximadamente medio centímetro más grandes que las
marcas del trazado de los hierros. Se moja varias veces su flor y se le da agua de
engrudo por el lado de la carne, hasta que la piel estire y recubra por completo los
bordes del trazado.
-Se apoya la pieza de mosaico bien empapada y con la ayuda de un pincel de cerdas
duras o un algodón bien apretado se imprimen los límites de la pieza. Luego, se repasa
con los hierros apenas tibios sobre la pieza de mosaico, se monta sobre un papel fino y
se deja secar.
-Una vez secos los mosaicos se cortan por las líneas “impresas” marcadas con
anterioridad y se dispone a pegar cada pieza en su lugar para, finalmente, repasar con
los hierros y el repujador.

Mosaico bombée.

Pieles rebajadas: entre 5 y 10 décimas.

-Se pueden cortar los mosaicos a partir del proyecto con hierros, o bien trabajar con un
rhodoid. Ambos métodos son exactamente iguales a los anteriormente descriptos
(“Mosaico a partir de un proyecto” y “Mosaico a partir de un modelo en rhodoid).
-La gran diferencia del método con respecto a los anteriores es que se hace con pieles de
mayor espesor y el efecto se logra a través de un biselado de la pieza.
-Una vez secos los mosaicos (ya montados sobre el papel con agua de engrudo),
cortarlos y biselar sus bordes con el bisturí –por el lado de la carne. El bisel se obtiene
por la inclinación que le damos al bisturí. Cuanto más nos alejamos del borde de la
pieza, el biselado será lento y progresivo; por el contrario, si se realiza un biselado más
cercano al borde de la pieza y con caída más vertical, el biselado y en consecuencia el
bombée, será más marcado y abrupto.
-Pegar los mosaicos con mezcla de cola vinílica y engrudo. Repasar los trazos con los
hierros tibios para forzar el pegado de los biselados o con el repujador caliente. Dejar en
prensa toda una noche con poca presión.
-Se puede obtener un efecto bombée desigual. Esto se realiza biselando la pieza cada
vez menos –progresivamente- a medida que recorremos toda su circunferencia. Se
pueden lograr distintos efectos dependiendo de la forma de la pieza y la desigualdad
provocada en el biselado.
Mosaico bombée sobre papel.

Pieles rebajadas: entre 2,5 y 3 décimas.

-Esta técnica permite trabajar con diseños bajo la cobertura del libro o plaqueta.
También, permite trabajar con pieles muy rebajadas sobre diseños que se forman
pegando papeles uno sobre otro –en escalera, de mayor a menor- y luego lijando o
biselando el conjunto. Se obtiene un redondeado o un bombée muy marcado, pero a
menudo estéticamente pesado.
-Una vez cubierto el diseño realizado en papel con una piel muy rebajada, se pega en el
libro o plaqueta y se trabajan sus bordes con hierros o repujador para mejor adherencia.

MOSAICOS INCRUSTADOS O BORDE A BORDE


Mosaïques sans sertissage)
(Inlays)

Mosaico con borde recto (sin rebajar).

Pieles rebajadas: entre 3 y 4 décimas.

-Importante: para esta técnica todas las pieles que intervienen en la decoración deben
estar rebajadas exactamente al mismo espesor.
-En caso de tener pieles de distinto espesor (por trabajar con pieles de distintas especies
por ejemplo), se deberá suplementar la diferencia de espesores montando las pieles que
lo requieran sobre un papel por el lado de la carne. Es indispensable contar con un
micrómetro o espesímetro para las mediciones.
-Realizar el diseño. Cortar un rhodoid acorde a la medida de la tapa del libro o plaqueta,
ubicar el diseño en el espacio y copiarlo.
-Recortando el diseño en el rhodoid se obtienen las piezas y los espacios que deben
calarse sobre la tapa del libro (formas y contra-forma).
-A partir de las piezas en rhodoid marcar las pieles previamente pegadas con agua de
engrudo a un papel (por el lado de la flor).
-Cortar las piezas y realizar el calado correspondiente en la tapa del libro o plaqueta.
-Probar el diseño para asegurarse que todo se ajusta a la perfección.
-Se pueden pegar todas las piezas sobre un papel fino y luego ubicar el diseño completo
en el calado de la tapa del libro o plaqueta (en caso de ser un diseño en red). O bien ir
pegando de a grupos y luego uniendo grupos. O bien pegar pieza por pieza, si el diseño
no es en red, es decir que no tiene continuidad.

Mosaico con borde rebajado.

Pieles rebajadas: entre 7 a 10 décimas. (Pieles para cubrir un libro).

-Esta técnica permite la unión de dos pieles del mismo espesor mediante un bisel de la
piel de la cobertura del lado de la flor y un bisel idéntico en el mosaico que se quiere
unir pero del lado de la carne. Se utiliza mayoritariamente para realizar una
encuadernación con dos o tres pieles que difieren por grano o color y tiene la ventaja
que no corre riesgo de separarse con el tiempo en las uniones (como sucede a veces en
el mosaico con borde recto). Además, permite la utilización de hierros entre las uniones.
-Para un diseño recto, realizar un trazado con una plegadera donde se quiere ubicar la
unión. A dos milímetros de esa marca cortar la piel de la cobertura (corte bien recto).
Luego, con el bisturí, realizar un bisel desde la marca sobre los 2 mm que quedaron, a
45 º y muy parejo. El mismo bisel debe realizarse sobre la piel del mosaico pero del
lado de la carne.
-En caso de que el diseño sea irregular, curvado, etc. Preparar un rhodoid de 3 décimas
de espesor si es para las tapas y si pasa también por el lomo de 2 décimas de espesor.
Copiar el diseño y cortar las piezas. La misma pieza de rhodoid servirá tanto para
marcar el mosaico como para marcar la piel de recubrimiento.
-Marcar a partir del rhodoid la piel de cobertura. Con un compás seguir estás marcas
agrandando la medida 2 mm. Cortar por esta nueva marca y biselar los 2 mm quedan
por el lado de la flor.
-Marcar a partir del rhodoid la piel del mosaico y cortar, o cortar directamente
utilizando el rhodoid. Biselar 2 mm por el lado de la carne.
-Unir las pieles exactamente sobre sus biseles.
-Par a cortar los biseles se puede utilizar una regla con bisel o bien fabricarse unos
cartones biselados endurecidos con cola, engrudo u otro material acorde.

Mosaico Creuzevault.

Pieles rebajadas: entre 2 y 3 décimas de espesor.

-Mosaico atribuido al encuadernador Henri Creuzevault. El mosaico debe estar


integrado a la piel de la cobertura, por eso debe ser rebajado al mínimo espesor.
-Recortar los mosaicos con rasgándolos con bisturí o a mano para un efecto irregular o
bien con tijera o a partir de un rhodoid para mayor precisión, según el efecto que se le
quiera dar.
-Marcar el cuero donde se pegarán los mosaicos, bien a partir de una hoja recortada con
los dibujos de los diseños, o bien a partir de un rhodoid. También se puede marcar las
ubicaciones con una plegadera fina ya que esta marca luego desaparecerá.
-Rasgar los lugares donde van ubicados los mosaicos para obtener un mejor pegado.
-Humedecer la piel antes de pegar los mosaicos que habrán sido encolados a partir de un
“glacis” (se reparte cola sobre un vidrio y se apoyan los mosaicos sobre el mismo; este
método permite un encolado uniforme y sin excesos).
-Dejar secar bajo peso y verificar por el lado de la carne de la piel que todos los
mosaicos se encuentran a nivel. Si no es así, con un bisturí o cuchillo repasar el sector.
-Una vez terminado cubrir el libro como siempre.

Mosaico évidée (vaciado).

Pieles rebajadas: entre 3 y 5 décimas de espesor.

-Esta técnica sirve para realizar cierto tipo de diseños. Como su nombre lo indica
(évidée quiere decir vaciado), se ajusta perfecto para diseños en los que se realizan
calados a partir de una pieza y generalmente se juega con el color de la piel de fondo.
-Realizar un diseño y pasarlo a un rhodoid.
-Encolar la piel para el mosaico con agua de engrudo sobre papel del lado de la flor.
-Recortar el mosaico a partir de la contra forma del rhodoid (sacadas las piezas del
mismo).
-Se pueden pintar los bordes del mosaico con acrílico o bien incrustar el mosaico
mediante el método “Creuzevault”.
-Trazar sobre el libro el perímetro del mosaico a partir del rhodoid.
-Encolar el mosaico mediante un “glacis”, pegarlo y luego retirar el papel
humedeciéndolo.
-Repasar los contornos con repujador.

Mosaico hueco (bajo relieve).

Pieles rebajadas: entre 3 y 5 décimas de espesor

-Si se quiere obtener un bajo relieve poco profundo se deberá pegar sobre el cartón que
constituirá la tapa del libro un papel fino. En cambio, para obtener mayor profundidad,
se pueden adherir papeles de mayor espesor sobre el cartón. La idea es que el calado
llegue a levantar ese papel adherido y no lleguemos a cortar el cartón.
-Hay dos métodos similares pero con distinto acabado, uno con el borde pintado y el
otro con el borde del corte cubierto con un listel de piel.
-Se supone que para el primer método se aplica el relieve poco profundo y el segundo
método se logra mejor con mayor profundidad. Pero también puede usarse el pintado
con el segundo método y, con bastante práctica, cubrir con un listel un bajo relieve poco
profundo.
Método 1:

-Tener en cuenta el pegado de papeles sobre los cartones que formarán las tapas.
-Realizar un diseño.
-Pasarlo a un rhodoid y cortar las piezas.
-Poner cinta scotch de doble pegante a espacios regulares todo alrededor de las piezas
de rhodoid (por el reverso).
-Presentar el rhodoid (la contra-forma) sobre la tapa del libro y cortar muy suavemente
el cuero siguiendo el contorno del diseño. Conviene darle muchas pasadas, con
suavidad, hasta llegar al pepel montado sobre el cartón.
-Aplicar una cola (colle bériplast 201) sobre el fondo del corte y sobre las paredes para
endurecer la materia e impermeabilizarlo, puede ser mezcla de PVA y metilcelulosa.
-Pintar las paredes del corte con pintura acrílica un poco diluida (sin tanta materia).
Darle las pasadas necesarias hasta que cubra bien.
-Cortar el mosaico que fue pegado previamente sobre un papel con agua de engrudo
(por el lado de la flor), a partir del rhodoid manteniendo bien derecho el bisturí.
-Pegar el mosaico sobre el fondo y luego de secado retirar el papel humedeciéndolo.

Método 2:

-Tener en cuenta el pegado de papeles sobre los cartones que formarán las tapas.
-Realizar un diseño.
-Pasarlo a un rhodoid y cortar las piezas.
-Poner cinta scotch de doble pegante a espacios regulares todo alrededor de las piezas
de rhodoid (por el reverso).
-Presentar el rhodoid (la contra-forma) sobre la tapa del libro y cortar muy suavemente
el cuero siguiendo el contorno del diseño. En la segunda pasada inclinar levemente el
bisturí hacia el lado interno de la pieza. Llegar esta vez hasta el segundo papel para que
el bajo relieve sea más profundo.
-Aplicar una cola (colle bériplast 201) sobre el fondo del corte y sobre las paredes para
endurecer la materia e impermeabilizarlo, puede ser mezcla de PVA y metilcelulosa.
-Cortar el mosaico que fue pegado previamente sobre un papel con agua de engrudo
(por el lado de la flor), a partir del rhodoid manteniendo bien derecho el bisturí.
-Pegar el mosaico sobre el fondo y luego de secado retirar el papel humedeciéndolo.
-Cortar listeles previamente pegados sobre un papel con agua de engrudo por el lado de
la flor, de la altura exacta de los bordes del bajo relieve. Biselar uno de sus bordes y
pegarlos cubriendo así todo el borde. Ayudarse con una maculatura para mantener
limpio el mosaico previamente pegado. Terminar en un ángulo.

Mosaico en relieve.

Pieles rebajadas: los mosaicos en relieve se utilizan a su espesor natural, el mismo que
solemos utilizar para cubrir. Los listeles que cubren los bordes deberán estar a 3
décimas de espesor.
-Igual que en el método de bajo relieve, se deberán trabajar los cartones con papeles.
-Tener en cuenta el pegado de papeles sobre los cartones que formarán las tapas.
-Realizar un diseño.
-Pasarlo a un rhodoid y cortar las piezas.
-Poner cinta scotch de doble pegante a espacios regulares todo alrededor de las piezas
de rhodoid (por el reverso).
-Presentar el rhodoid (la contra-forma) sobre la tapa del libro y cortar muy suavemente
el cuero siguiendo el contorno del diseño. Conviene darle muchas pasadas, con
suavidad, hasta llegar al pepel montado sobre el cartón.
-Aplicar una cola (colle bériplast 201) sobre el fondo del corte y sobre las paredes para
endurecer la materia e impermeabilizarlo, puede ser mezcla de PVA y metilcelulosa.
-Preparar los mosaicos pegando la piel sobre papeles de mucho gramaje o cartones hasta
obtener el espesor deseado. Pegar con cola fuerte y dejar secar toda una noche bajo
peso. Una vez seco cortar los mosaicos con ayuda del rhodoid.
-Aplicar una cola (colle bériplast 201) sobre los bordes de los mosaicos. Dejar secar un
poco y luego pintar con acrílico un poco diluido. Repetir la operación hasta que el
resultado sea el deseado.
-También se puede utilizar el listel de piel para cubrir los bordes de los mosaicos. En
este caso, se deberá tener en cuenta el espesor del listel antes de realizar el calado sobre
la tapa del libro o plaqueta. Para este método conviene cortar la piel que cubre el libro
con las formas del rhodoid y luego los mosaicos con la contra-forma.
-Una vez preparados los mosaicos se aplican en sus lugares correspondientes, encolando
el fondo de los cortes.

Incisiones.

Pieles rebajadas: la piel de la cobertura se rebaja en general entre 5 y 10 décimas de


espesor, dependiendo el formato del libro, el tipo de piel y el gusto del encuadernador.

-Igual que en el método de relieve y bajo relieve, se deberán trabajar los cartones con
papeles. Cuantos más papeles o de mayor gramaje, mayor será la profundidad de la
incisión.
-Realizar un diseño.
-Pasarlo a un rhodoid de 3 décimas si el diseño es en las tapas y de 2 décimas si el
diseño pasa por el lomo.
-Cortar el rhodoid haciendo solo un corte (siguiendo una línea) y para separar el pedazo
realizar dos cortes perpendiculares. Así obtenemos las formas que nos servirán para
realizar las incisiones.
-Para ubicarlo sobre el libro, se pone cinta scotch doble pegante o cinta de papel a las
formas, se ubica la contra-forma y luego las formas se pegan en sus lugares. Se retira
luego la contra forma, solo dejando las formas en sus lugares correspondientes.
-Se realizan los cortes siguiendo las formas, suavemente, en varias pasadas, hasta lograr
la profundidad deseada. Luego, se corre la forma bien paralela a la distancia que
deseamos. Esto nos dará el ancho de nuestra incisión.
-Para finalizar, se recubre con cola (colle bériplast 201) el fondo de las incisiones y
luego se pintan con acrílicos rebajados en agua (poco pastosos). Se le dan varias
pasadas hasta cubrir correctamente, limpiando siempre los desbordes de cola sobre el
libro con un algodón húmedo.
-También las incisiones se cubren con listeles de piel. Eso depende de el ancho de la
incisión y la habilidad de quien lo ejecute. Estos listeles deben estar finamente rebajados
(3 décimas máximo).

Incrustaciones.

Pieles rebajadas: la piel de la cobertura se rebaja en general entre 5 y 10 décimas de


espesor, dependiendo el formato del libro, el tipo de piel y el gusto del encuadernador.

-Se deberá tener en cuenta más que nunca el espesor del objeto a incrustar ya que
deberemos tenerlo en cuenta y trabajar las tapas con papeles, cartulinas o lo que sea
necesario para dejar el lugar que luego necesitaremos calar.
-Hay dos soluciones dependiendo del objeto a incrustar: si el objeto es rígido y no se
corre riesgo de roturas se puede cortar el cuero a partir del mismo objeto (mantenerlo
pegado con scotch doble pegante o cinta de papel); en cambio, si es más frágil conviene
realizar un dibujo del objeto y trabajar a partir de él.
-Para el caso de un objeto frágil, pasar el dibujo a un rhodoid. Cortar la pieza en el
rhodoid y a partir de él cortar el cuero del libro. Siempre en varias pasadas, suavemente,
hasta obtener la profundidad deseada. Se debe mantener el bisturí sin torcerlo.
-Poner cola (bériplast 201) sobre el fondo y los bordes del recorte para endurecer toda la
materia. Se pueden realizar unos cortes sobre el fondo para lograr mejor adherencia con
el objeto a incrustar.
-Poner pegamento Araldite sobre la parte trasera del objeto. Colocarlo en el hueco
apretando con los dedos por unos segundos. Dejar luego el tiempo prudente de secado
con un peso.
-Se pueden recubrir los bordes del corte con un listel de piel o bien pintarlos.

Bibliografía:

-Jean Pierre Rousseau. La mosaique de cuir. Ulisse Editions.

** Los textos son solo una adaptación del libro original no una traducción.

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