Génesis 2
Reina-Valera 1960
2 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. 2 Y acabó
Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra
que hizo. 3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda
la obra que había hecho en la creación.
El hombre en el huerto de Edén
4
Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día
que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, 5 y toda planta del campo antes que
fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios
aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la
tierra, 6 sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la
tierra. 7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su
nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
8
Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que
había formado. 9 Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista,
y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la
ciencia del bien y del mal. 10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se
repartía en cuatro brazos. 11 El nombre del uno era Pisón; este es el que rodea toda
la tierra de Havila, donde hay oro; 12
y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí
también bedelio y ónice. 13 El nombre del segundo río es Gihón; este es el que
rodea toda la tierra de Cus. 14 Y el nombre del tercer río es Hidekel; este es el que
va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates.
15
Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo
labrara y lo guardase. 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol
del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
18
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea
para él. 19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave
de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo
que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. 20
Y puso Adán nombre
a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se
halló ayuda idónea para él. 21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre
Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su
lugar. 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo
al hombre. 23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi
carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. 24 Por tanto, dejará
[a] [b]
el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola
carne. 25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.