MAESTRA PUEBLO- MAESTRO GENDARME
Más allá de su contenido pedagógico, ¿Maestro pueblo o maestro gendarme? escrito por
Nidelcoff, nos habla, de un espíritu de época, es necesario ver sus condiciones de posibilidad
históricas, el contexto en el cual fue escrito. Si bien aborda problemáticas curriculares y
didácticas en los procesos de enseñanza y aprendizaje de la escuela primaria en contextos
populares, marginales, vulnerables, está explícitamente destinado a docentes que trabajan con
la complejidad y la espesura de una infancia signada por la pobreza y la exclusión; el texto
refleja el complejo contexto de los ’70 a través de un análisis crítico-reproductivista con
propuestas de corte clasista, desde una experiencia educativa comunitaria gestada por la
autora. Nidelcoff evidencia el carácter reproductor del sistema educativo de un sistema
desigual y conservador, y allí es fundamental la figura, el rol, el posicionamiento del maestro,
de este sujeto pedagógico, como pueblo o como gendarme, un maestro gendarme es aquel
que concibe que “los valores y características de la sociedad no deben cambiar, que deben ser
difundidos”. Son “agentes conscientes” que representan “[…] el actual régimen social, asumen
la responsabilidad de incorporar a los alumnos a dicho régimen, adaptándolos al sistema de
vida y a los valores que éste propugna”. La figura metafórica que elige la autora reside en que
“[…] sus tareas vigilan las fronteras […] de clase de nuestra sociedad”. 6 Pero también María
Teresa considera que una inmensa mayoría de la sociedad califica de “maestros a secas”,
“maestros neutros” quienes “[…] afirman que la escuela es la escuela y la política es la política
[…] no perciben o no quieren percibir las implicancias ideológicas y sociales de muchas de las
tareas y ritos escolares”. 7 Postura acrítica, apolí4 Ibidem 5 Ibidem 6 (Nota
NIDELCOFF,1974, p.3) En “Historias y (des) memorias del icónico libro “Maestro pueblo o
maestro gendarme?” García, Natalia Rev. Diálogo Educ., Curitiba, v. 19, n. 61, p. 551-575,
abr./jun. 2019 7 Ibidem 5 tica, que considera que la política, lo ideológico debe quedar por
fuera de los muros de las escuelas. El maestro gendarme no se auto percibe de esa manera por
cuanto opera en él la falta de conciencia y hasta de intención de que su función es conservar el
régimen social. Ahora bien, un maestro pueblo “no cree que su misión sea difundir en el
pueblo los valores del opresor, sino que, por el contrario, cree que el sentido de su trabajo es
ayudar al pueblo a descubrirse, a expresarse, a liberarse. Quiere construir la escuela del
pueblo, desde el pueblo […] con su trabajo quiere contribuir a crear hombres nuevos y a
alumbrar una sociedad nueva, donde se dé la promoción de los desposeídos, donde el pueblo
sea protagonista. Será un maestro para cambiar, no para mantener”. 8 Su obra está dirigida a la
formación de educadores comprometidos (maestros pueblo) para contrarrestar la formación
del educador tradicional de las clases dominantes (maestros gendarmes). Busca sustituir una
actitud policial y castradora por una actitud creativa de compromiso con la cultura, el entorno
del alumno, de la alumna. Un maestro pueblo productor de conocimientos, que asuma estar
con el grupo, acompañando su experiencia cotidiana y su condición de opresión. ¿Por qué nos
parece importante abordar la historia de la sindicalización docente? Por un lado, porque ese
proceso comienza a desdibujar la idea de que el maestro, la maestra, es docente por vocación,
como un apóstol, no como un trabajador de la educación. Y como educadores que somos es
imprescindible revisar estas transformaciones y considerarnos como tales, trabajadores de la
educación. Durante esta pandemia creo que muchos (que de alguna manera tuvieron que
cumplir el rol de docentes en casa) comienzan a verlo así, al menos es una esperanza que
abrigo, que se establezcan voces que comiencen a contrarrestar las de quienes se manifiestan
en contra de los paros docentes, porque están para darles clases a sus hijos, voces que se
sitúan desde muchos pre conceptos que descalifican el trabajo docente. El terrorismo de
Estado provocó también la ruptura de los lazos sociales y esto tiene sus consecuencias en la
actualidad. Por otro lado, vemos que fue una época de experiencias educativas diversas,
potentes, de gran compromiso, donde el sentido del maestro, de la maestra, del docente, de la
docente, era propiciar en el alumno su libertad de pensamiento, su expresión, su participación,
que implica que el rol del docente no sea el del poseedor del saber, más allá de la búsqueda de
la educación como derecho que contemple a todas y todos. En la próxima clase abordaremos
algunos de estos proyectos, uno de ellos se conoce como “Uso mis manos, uso mis ideas”. Elsa
Pallavicini, docente que tuvo a cargo este proyecto, cuenta que estuvo basado en la
metodología o en la ideología de Freire: la esperanza: “Cuando el sistema se cierra en la
opresión, si no se abre un huequito de esperanza, es imposible romper el círculo”.
mbién es necesario dar cuenta de estos procesos porque desde el poder militar se veía como
peligrosa la sindicalización, la organización de los trabajadores, haciendo valer sus derechos,
buscando cambiar el orden social desigual y excluyente. En este sentido, vale recordar que las
estadísticas marcan que el 30% de los desaparecidos son obreros; el 21% estudiantes; el 18%
empleados; el 18% profesionales, el 5% docentes. Luego autónomos y varios el 5%; amas de
casa casi 4%; periodistas 1,6%; actores y artistas el 1,3% y religiosos el 0,3%. En este 5% de
docentes desaparecidos se encuentran:
HISTORIA DE MAESTROS DESAPARECIDOS
EDUARDO REQUENA El Profesor que vivía como jugaba, jugaba como vivía “El Gallego” nació el
15 de noviembre de 1938 en Villa María, Córdoba. En 1963 se recibió de Profesor de Historia y
Geografía, desempeñándose en la escuela secundaria y en el profesorado de Bell Ville, donde
comenzó su recorrido sindical. Maestro y fundador del Sindicato de Educadores Privados y
Particulares de la Provincia de Córdoba (SEPPAC), integró el Bloque de Agrupaciones Peronistas
Docentes que, entre 1970 y 1973, dio origen a la Central Unificadora de Trabajadores de la
Educación (CUTE), entidad que bregó por la unidad sindical docente y que luego, en julio de
1973, contribuyó decisivamente a la constitución de la CTERA en el Congreso de Huerta
Grande. Eduardo fue secuestrado-desaparecido por una patota militar del III° Cuerpo de
Ejército el 26 de julio de 1976. Lo sacaron del café “Miracles” ubicado a pocos metros de la
plaza Colón en la capital de Córdoba. Lo estaban esperando. Él sabía que lo buscaban. El
profesor de Historia y Geografía era para entonces un militante gremial a tiempo completo.
Luego fueron a su casa y arrasaron con todo lo que encontraron, gran parte de sus valiosas
colecciones de libros y, especialmente, todos los escritos originales inéditos de sus
investigaciones sobre historia medieval, historia argentina y geografía económica. Fue visto en
el centro clandestino de detención “La Perla” antes de su asesinato. A Requena se lo conoce
también como el profesor futbolista, uno de los 35 deportistas que figuran en la investigación
que realizó el periodista Gustavo Veiga, que se compila en su libro publicado en 2006
“Deportes, dictadura y desaparecidos”. Se dice de él que “Vivía como jugaba, jugaba como
vivía” En el Espacio “La Perla” su Centro Educativo en Derechos Humanos lleva su nombre,
también una calle de su ciudad, Villa María y una escuela de la capital provincial. Cuando se
inauguró este Centro Educativo los alumnos de la escuela que lleva su nombre, del barrio
Ituzaingó de la capital cordobesa, cerraron la jornada de homenaje con un partido de fútbol.
No podía ser de otra manera