El fundamento de la felicidad está en ser un pacificador.
Mateo 5:9
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados Hijos de Dios.
(Mt.5:9).
I. La cualidad. Pacificador.
El que pacifica o restablece la paz. No es solo un pacifista que se pronuncia a favor de la paz, sino que el
pacificador tiene una parte activa en el establecimiento de la paz.
Existen muchos pacifistas en el mundo pero muy pocos pacificadores. Ser un pacifista es una postura muy
cómoda. Ser un pacificador implica salir del área de comodidad para reconciliar.
Incluso existen muchos cristianos pacifistas, que 'desean' la Paz, pero eso no nos hace felices, al contrario,
nos hace sentir tristes al ver la falta de paz en el mundo. Nuestra tarea es ser pacificadores. ¿Se refiere a la
paz entre las naciones? ¿Está hablando de la paz en nuestro país? Por supuesto que debemos orar por la paz
en nuestro país y mundial. Sin embargo hay algunas áreas en las que tenemos una participación directa
como pacificadores y es precisamente a la que nos ha llamado el Señor.
Para poder entender mejor el concepto de pacificador es necesario que entendamos el concepto de
reconciliación.
Reconciliación implica un cambio de relación. Es una nueva relación sin recelos, sin rencores entre dos
personas que estaban enemistadas, De hecho es lograr que dos personas sean amigas. Y el mejor ejemplo de
reconciliación que tenemos es que de nuestro Dios y el hombre. Vemos como Dios es un pacificador y por
eso la bienaventuranza dice que los pacificadores serán llamados hijos de Dios.
1. El hombre por su pecado está en enemistad con Dios (Is 34:1-4; Sal 7:11-17)
“Dios está airado contra el impío todos los días” (Sal 7:11) Y esa ira tiene efectos tremendos para el
impío porque si no se arrepiente entonces Dios le castigará, pero observe que el castigo no es
correctivo, sino que es definitivo (Sal 7:12-17). Por eso no creemos en la existencia de un purgatorio
Pablo al escribir a los romanos dice que “la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad
e injustica de los hombres que detienen con injusticia la verdad” (Rom 1:18).
Como choca esta verdad con el concepto desequilibrado de un Dios que debido a su amor es un ser
bonachón, que nunca se enoja, ni mucho menos castiga.
Ahora bien, aún entendiendo que Dios, es alguien que se aíra y castiga; hay quienes piensan de si
mismos como alguien piadoso, es decir, alguien no impío. Miran sus buenas acciones y creen que
delante de Dios están bien. ¿Pero que dice Dios? (Rom 3:10-12, 23). “NO hay justo ni aun uno… no
hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”
Y debido a esto (13-18 ) “quebranto (falta de fuerza) y desventura (sumidos en la tristeza) hay en sus
caminos”, y no conocerán “camino de paz”. Los estándares de Dios son perfectos. Un Dios perfecto
en santidad exige perfección, y al mirarnos declara que ningún ser humano llena sus requerimientos.
Esto es un problema mayúsculo para el hombre. No es bueno tener enemigos, pero es mucho peor
cuando a quien tienes de enemigo es a Dios. Y el hombre no regenerado se encuentra en esta
condición ante Dios.
Sin embargo sabemos que el Dios de amor hizo algo extraordinario:
2. Dios buscó al hombre por medio de Cristo para hacer la paz con él. Su muerte hizo posible la
reconciliación. (Ro 5:1,10,11; Col 1:20-23, Ef 2:14-19).
Dios olvida nuestras ofensas totalmente por muy grandes que hayan sido.
Cuando comparamos Colosenses 1:15-19 y la descripción que hace de Cristo con Colosenses 1:21 y
la descripción que hace del hombre antes de ser reconciliado, vemos un contraste impresionante:
Cristo: Vr 15-19
La imagen del Dios invisible. 15 (Santo, Glorioso,
El creador y el sustentador de la creación. 16 (El todo poderoso)
El que es antes que todas las cosas. 17 (El eterno)
La cabeza de la iglesia. 18a
El que tiene la preeminencia en todo. 18b (El soberano)
En quien habita toda plenitud de la deidad (19, 2:9)
VS
El hombre. Vr 21
Extraño.
Enemigos.
Haciendo malas obras.
Si nosotros pusiéramos de un lado a la persona mas rica del mundo y del otro lado a la persona mas
pobre , el contraste no se acercaría un poco a este que se nos presenta.
Si pusiéramos de un lado a la persona más moral y del otro a la persona mas malvada el contraste no
se acercaría un poco al que se nos presenta aquí.
Dios y el hombre están en dos esferas completamente distintas. Uno es creador, el otro es creación;
uno es santo y el otro pecador; Uno es ofensor y el otro ofensor; Y debido al pecado Dios está
enemistado con el hombre.
Lo que Dios hizo es extraordinario. Pues Dios buscó al hombre para reconciliarlo con él. Esto es algo
que para nosotros los seres humanos no es común ver. Que el ofendido busque al ofensor para
reconciliarse, normalmente aceptamos la idea de que sea el ofensor el que busque al ofendido, pues
de lo contrario sería como una muestra de debilidad. Sin embargo vemos que eso fue lo que hizo
Dios.
¿Cómo lo hizo? Vr 20.
Generalemte buscar la reconciliación implica despojarse de una posición.
No es sencillo porque es dejar a un lado el orgullo. Y acercarse a la persona que nos ha ofendido. Sin
embargo lo que Dios hizo para reconciliarnos va mas allá de despojarse del orgullo. EL se despojó de
una posición de privilegio para venir a buscarnos, Él envió a un Príncipe de Paz para esa empresa (Is
9:6). Pero él no vino para ofrecernos diplomáticamente un acuerdo de paz, a cambio de no
aniquilarnos.
La forma en que ese príncipe de paz abrió la posibilidad de paz para nosotros fue por demás
increíble. Dios mismo había establecido desde el inicio que el hombre hallaría reconciliación con
Dios por medio de la muerte de un sustituto inocente, hasta ante de Cristo esos inocentes eran
corderos que eran muertos y su sangre derramada en lugar de la de los pecadores quien al creer con
fe en ese sacrificio eran perdonados por Dios. Pero Cristo fue el cordero provisto por Dios para
quitar de una vez y para siempre el pecado de en medio, y así permitirle al hombre tener una
relación con Dios nueva y permanente. La reconciliación requería un sacrificio sangriento, que
quitara nuestros pecados de en medio. Y eso fue lo que Cristo hizo. Siendo príncipe se humilló
muriendo en una cruz para pagar delante de Dios la deuda que teníamos debido a nuestros pecados,
derramando su preciosa sangre hasta la última gota para perdón de nuestros pecados.
Es realmente incomprensible que Dios sacrificará tanto por tan poco. Que estuviera dispuesto a
pagar un precio tan alto por algo tan bajo.
¿Con que motivación lo hizo? Vr 22.
Cuando alguien que ha sido ofendido busca al ofensor para reconciliarse, y está dispuesto a
humillarse de tal forma, podríamos dudar de sus motivaciones. Vemos como algunos son capaces
de dejar a un lado sus diferencias por buscar un bien “común”. Lo vemos con políticos, con
empresarios, con deportistas, etc. Pero ¿Qué bien común persiguió Dios para buscar al hombre que
lo había ofendido? Según el vr 22 podemos responder que ningún bien común, Dios no buscó su
bienestar sino solamente el de nosotros. “…para presentarnos Santos, Sin mancha e Irreprensibles
delante de él.”
¿Qué tanto anhela Dios la reconciliación? Vr 23.
Los Colosenses habían hallado esa preciosa reconciliación porque escucharon el Evangelio. El cual se
estaba predicando en todo el mundo. Pablo mismo se llama a si mismo como un ministro del
evangelio. Pero ellos predicaban el evangelio porque fueron enviados a eso por el Señor. (Mt 28:18-
20; Mr 16:15). Esto nos muestra que es una anhelo tan grande en el corazón de nuestro Dios que
mandó a aquellos que ya habían sido reconciliados con él a ir por todo el mundo y anunciar este
mensaje de reconciliación. Todos los que hemos sido reconciliados con Dios somos ministros de la
reconciliación con Dios.
Pero todavía para dejar mas patente el deseo de Dios de que el hombre se reconcilie con él. Nos
envía a rogar a las personas que lo hagan. (2 Co 5:17-20) Pablo dice que como si ¡Dios rogase por
medio de nosotros! ¡Somos nosotros quienes deberíamos rogarle a Dios por reconciliación! ¡Somos
nosotros quienes necesitamos de él! ¡Somos nosotros los que llevamos todas las de perder, pues de
no haber reconciliación Él no pierde nada! Sin embargo fue él quien nos buscó, insistentemente y
de una forma que pareciera que somos muy valiosos para él… no puedo comprenderlo. ¿Se da
cuenta que Dios es un pacificador?
Cuando nosotros no estamos rogando por la reconciliación de las almas con Dios, estamos
menospreciando todo lo que Dios ha hecho.
Debemos estar listos para presentar el evangelio en todo momento, conscientes de la enemistad que
existe entre el hombre y Dios.
Hacer esto nos hará dichosos. Sal 126:5,6
Por eso no es correcto que nosotros seamos orgullosos, porque esa no es una actitud de Dios sino
del diablo.
3. Cuando el hombre esta en paz con Dios. Puede encontrar la paz de Dios.
Cuando el hombre tiene paz con Dios, puede tener la paz de Dios, cuando tiene la paz de
Dios puede tener paz con otros hombres.
Esto es posible cuando compartimos las bases de tener la paz de Dios.
a. Tener a Cristo. (Jn 16:33) “…en mi tengáis paz”
b. Manifestar el fruto del Espíritu en su vida. Gal 5:22.
c. Confiando en Dios y sus promesas (Sal 4:8; Is. 26:3; Jn 16:33; 1 Pe 5:7).
d. Teniendo una vida de oración constante. (Fil 4:6,7).
e. Cultivar una vida de pensamientos limpios (Fil 4:8-10; Is 26:3).
4. Para ser pacificadores. Se hace necesario que nosotros estemos en paz con los demás también.
Para ser pacificadores se requiere estar en paz. En paz con Dios, disfrutando la paz de Dios y
teniendo paz con los demás.
Cristo dijo que debemos estar perfectos en unidad para que el mundo crea el mensaje de paz que
predicamos.
A. Del hombre con el hombre
- Cuando dos personas están en enemistad. Podemos hacer la obra de restablecer la paz entre ellos.
Especialmente cuando hablamos de cristianos. Ejemplo de Pablo con Onésimo y Filemón, Pablo con
Evodia y Síntique.
Esto es algo muy común en el ministerio. Llegamos a encontrarnos con situaciones de conflicto entre
hermanos y debemos ayudarles para que se mantenga la unidad del Espíritu.
La Biblia nos enseña que la unidad en la Iglesia es muy importante, porque de esta manera el mundo
conocerá y creerá que Jesús fue enviado y podrá aceptar el amor de Dios para ellos (Jn. 15:23). Así
que debemos guardar la unidad en la Iglesia (Ef. 4:3).
Aunque no es agradable enfrentar conflictos debemos verlos como una oportunidad para aprender
(y enseñar a otros) como Iglesia. No se trata de mantener la unidad superficialmente, sino de que
estemos unidos en un mismo Espíritu, una misma esperanza, una vocación, un Señor, una fe, un
bautismo, un Dios y Padre. (Ef 4:1-6) Esta unidad es un proceso, no se da de la noche a la mañana y
para esto es muy importante la labor de un Pastor. Quien enseñando la verdad en amor hace que la
iglesia crezca y se una como un solo cuerpo (Ef. 4:11-13). Una iglesia dividida generalmente ha sido
una iglesia mal enseñada.
Aún cuando haya unidad en estos elementos, pueden haber aún ciertas diferencias entre hermanos,
para esas diferencias se necesita la longanimidad, soportarnos en amor unos a otros.
Algunos factores a considerar para ser un pacificador entre hermanos:
• Apelar a su obediencia y sujeción a Dios. Esto les permitirá ceder y aceptar sus errores porque no
se trata de salirse con la suya.
• Ser imparcial, buscar el beneficio de la obra de Dios. Evitar tomar partido solamente por las
apariencias, evitar juzgar escuchando solamente una parte.
• Se necesita prudencia para hablar y tratar el asunto. Pr 26:17. Mt 18:16-17 (desde la perspectiva
de los testigos o de la iglesia que trata un problema entre hermanos)
• Pedir a Dios sabiduría de lo alto para juzgar el asunto (ejemplo de Salomón) Stg 3:17
• Juzgar el asunto en base a la Palabra de Dios no en base a conceptos humanos. 2 Ti 3:16-17; 1 Pe
1:19
- Somos llamados a tener y buscar la paz entre nosotros. Así que en cuanto dependa de nosotros
debemos estar en paz con todos los hombres. (Mr 9:50; Ro 12:18; 14:19; Ef 4:3; Heb 12:14)
Esto tiene que ver en problemas entre otra persona y yo.
Como siervos de Dios debemos evitar ser contenciosos, no está bien que tengamos problemas con
media iglesia, ni que aprovechemos nuestra posición para pelear con ventaja. (1 Ti 3:3; 2 Ti 2:24-26;
2 Ti 3:10)
Debemos buscar a nuestro ofensor como Él Señor mismo lo ejemplificó y lo enseñó. (Mt 18:15-17).
Ojo de ir siempre con la motivación correcta.
Si esto debemos hacer con quien nos ha ofendido ¿Cuánto más debemos hacerlo con quien hemos
ofendido?
Debemos estar dispuestos a perdonar como el Señor lo hizo con nosotros. (Mt 18:21)
II. La promesa. Serán llamados hijos de Dios.
1. ¿Porqué serán llamados hijos de Dios?
• Solo un hijo de Dios puede restablecer la paz porque tiene paz con Dios y la paz de Dios.
• Es uno de los distintivos del cristiano.
o Predicar el Evangelio de paz
o Procurar la paz con todos. (Ro 12:18; 1 Pe 3:10,11)
• Es una semejanza que tenemos con nuestro Padre (Heb 13:20), que otros podrán reconocer
2. ¿Por quién serán llamados hijos de Dios?
• Por Dios mismo.
• Por otras personas.
¡Qué alegría debe producir en el cristiano que debido a la semejanza en esta cualidad con su Padre
Dios, sea reconocido como su hijo!
A veces buscamos ser reconocidos como hijos de Dios por nuestro atuendo, conocimientos, por ciertas
costumbres ó prácticas religiosas. Pero un verdadero distintivo de un hijo de Dios es que manifiesta este
rasgo de carácter de su Padre.
EN RESUMEN: Es muy feliz el cristiano que procura restablecer la paz de los demás, siendo embajador activo
del evangelio, reconciliando a los enemistados y ayudando a otros a tener la paz de Dios, porque eso prueba
a los demás que es un verdadero hijo de Dios.