[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
28 vistas14 páginas

El Discurso Escatologico Sobre El Cuerpo

Analisis poetico

Cargado por

Luciana Ponce :D
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
28 vistas14 páginas

El Discurso Escatologico Sobre El Cuerpo

Analisis poetico

Cargado por

Luciana Ponce :D
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 14

l u i s f e r n an d oc h u e c a

pontificiauniversidad católicadel perú

el discur so escatológico sobr e el cuer po


en la poesía de j .e.eielson

i n t r o d u c c i ó n

e l DiccionariodelaReal Academi a presentados capítulosparalapalabra«escatología».


El primero establece la relación con el griego  y se define como «conjunto
de creenciasy doctrinas referentes ala vidade ultratumba». El segundocapítulo, el
que nos interesa en nuestro trabajo, define la palabra como «tratado de las cosas
excrementicias» y «cualidad de escatológico», en el sentido de excrementicio, y
establece la procedenciadel griego , . El Dicci onari odeAutoridades, de
1732, noincluyelapalabra,y el diccionarioetimológicode Corominasbajo«escatológico»
señala «referente a los excrementos y suciedades»; la inclusión de las suciedades,
sin embargo, no la desconoce el DRAE, que en «excremento» apunta lo siguiente:
«1. Residuosdel alimento que, después de hechaladigestión, despide el cuerpo por
el ano. 2. Cualquier materiarepugnante quedespiden desí laboca, nariz u otras vías
del cuerpo. 3. El que se produce en las plantas por putrefacción».
Tenemos así definido, en lo fundamental, lo escatológi co como lo referido a las
sustancias que despide el cuerpo que son consideradas desagradables o repugnan-
tes; en primer lugar, pero no únicamente, las sustancias fecales. Y como discurso
escatológi co, de modo amplio, podemos comprender aquellos expresiones verbales
que hablan de dichas materias o sustancias.
Es interesante, sin embargo, hacer dos anotaciones adicionales, laprimeraes la
posible relación entre las dos acepciones de escatología. Sin pretender certidumbre
en lo que sigue, es posible sugerir una cercanía entre ambas. De hecho el prefijo

16 7
griego escasi idéntico en ambos casos, y lo excrementicio menciones escatológicas en poesía escrita
puede fácilmente vincularse con «loúltimo» (enla primera
acepción de escatología).1 La segunda anotación tiene que
ver conlavaloración queseñalael diccionario:loexcrementicio La etapaque hemos definido como la primera de la poesía
hacereferencia asustancias desagradables, repugnantes, lo de Eielson, que vade Moradas y visiones del amor enteroa
«sucio». Es necesario, al respecto, recordar con Bataille (y Primera muertedeMaría, secaracterizapor el «predominio
con él aFreud, aunque no lo mencione) que larepugnancia deun lenguajelujoso y brillante —en el queunaadjetivación
frentealascosas esaprendida: «Hemos olvidado rápidamente muy cuidadosacumple un papel primordial—, en consonancia
el esfuerzo que nos cuesta comunicar a nuestrosniños las con larecreación —desdeuna visión claramente moderna—
aversiones que nos constituyen, que hicieron de nosotros de las mitologías clásica y cristiana y con unasensación de
seres humanos. Nuestros niños no comparten de por sí mundoen ruinas y de muerte».5 Ellafue la que comenzó a
nuestras reacciones»(Bataille, 1992: 84). Freud, por su parte, definir laimportancia, en el panoramadelapoesía peruana,
anota que«en laprimera infanciano existe ninguna huella de JorgeEduardo Eielson y laque permitióque se le ubicara
de vergüenza hacia las funciones excretoras, ni ningún como poseedor de un lenguaje propio, sólido y altamente
desagrado hacialos excrementos, por los cuales los niños renovador. En estamismaetapade deslumbrantey riquísima
pequeños muestran un gran interés, así como hacia todas factura, sin embargo, encontramos también las primeras
las secreciones del cuerpo» (Freud, 1975: 8). muestrasde unaclaracríticaasu lenguaje y a laretóricade
Los estudiosliterarios nohan atendido,casi, alas manifes- sus textos.
tacionesescatológicasennuestros másimportantes escritores. Bacanal, poemade 1946, en estesentido, hasido señalado
Sin embargo en lenguacastellanano son casos extraños los por lacríticacomoun clarohito deeste autocuestionamiento.
depoetas onarradores quehan abordadoen sustextos estas JoséMiguel Oviedodice, al respecto, que«El temadeBacanal
preocupaciones por las excreciones del cuerpo humano y no es la poesía, sino el poeta, visto ahora como una figura
sus significados simbólicos. Octavio Paz, uno de los que sí irrisoria y banal, en medio de un decorado en decadencia
han tomadoen serio un tematan fácilmente censurable, se que es quizá unaalusión asu propiovirtuosismo retórico»
refiere —en su lamentablemente poco leído Conjunciones (Oviedo, 1985: 194).Lacríticacomentadasebasaenlapresencia
y disyunciones— a Francisco de Quevedo como «el poeta de términos y construcciones que amenazan labelleza del
excremental» y cita del español el famoso verso que dice: discursoy nos aproximan aloconsideradosucioy repelente,
«La vida empieza en lágrimas y caca» (Paz, 1969: 27-40 ).2 en relación con un personaje vinculado al mundo de las
Entreel Perú, más alládel casoque estudiaremos en nuestro imprentas:
trabajo, podemos recordar, como emblemático, el famoso
«Trilce I », cuyaalusión al acto deladefecación es inequívoca ¿Conocéis la imprenta del bruto que reina, come y
(Vallejo, 1988: 111). caga enjoyado
en su trono de hierro y papiro?
La poesía de Jorge Eduardo Eielson (Lima, 1924) repre- Desde el alba, entre rayos y trompetas,
senta,apesar deloqueen un primer momentopodríaparecer pintadas prostitutas a caballo lo asisten,
debido a la usual asociación del poeta a la corriente de la empolvan y pulen sus uñas con limas de lata y
poesía pura de la llamada generación del cincuenta, 3 un frascos rotos (Eielson, 1998: 103 )
campo privilegiado paranuestra aproximación. Eielson no
solopresentaen su poesíaal cuerpocomo unejeestructurador, Palabras como«bruto», «caga», «prostitutas», «sobacos»
sinoque, apartir deeste, desarrollaunaseriedeexploraciones «venéreo»,«ramera», al ladodeotrascomo«trono», «sagrado»,
dediversas manifestacionesy modalidadesdel cuerpo, 4 que «dios», «rey», «paraíso» —para solo citar algunas de las
requieren pronta investigación. primeras estrofas del poema— nos sitúan anteun escenario

16 8
complejo, resultado de la reiterada presencia de figuras
antitéticas y términos que refier en lo desagr adable y
mor adas y visiones
nauseabundo. Eielson logracon estos procedimientos (que
exceden su condición deresonancias del influjo vanguardista
del amor enter o
de aproximar términos lejanos, descubriendo de ese modo
las ocultas relaciones que los vinculan, que, por lo demás,
son posibles de observar desde sus primeros libros) no solo
Quedó lamuerte
erte aniquilada
alterar algunos de los cimientos de su lenguaje poético, y convertidaen
dae victoria.
sino, en palabras de Ricardo Silva-Santisteban, «obtener Marcos, VI, 3
M
unanuevabellezadentro delo horribley lorepulsivo» (Silva-
Santisteban, 1976: 21).
Horribles y repulsivasson también,dentrodelavaloración ¡Oh Amor, pasto invisible
socialmente aceptada, las alusiones a lo escatológico que De mi corazón, qué lejos
encontramos en el poema: A tus calladas posadas con hambre
De amanecer me llego,
¿Conocéis la imprenta del bruto que reina, come y Primera faz del gozo,
caga enjoyado Consuelo abierto
en su trono de hierro y papiro?
Entredormidos pétalos,
Qué blancotu martirio,
y más adelante: Tu eternidad —tu edad—
Tus últimos ojos abiertos
Padre mío fulgurante que te orinas en el cielo De quien te asila esplendor!
y tornas a tu cueva con las uñas en pantalla Señor en un níveorosal transfigurado
De ti quedan las rosas,
Si bien son solodos frenteaun poemadecuatro páginas, El blanco de los días que te exclama.
son importantes paraestablecer la lógica del poema (laaso-
ciación del poder con el exceso, con lasatisfacción inmediata ¿En qué nuevos hilos tu luz
de las necesidades y con la transgresión de principios y de Descenderá, y rodeándote
espacios) y para dibujar al personaje que atraviesa sus El interior de la tierra
versos. La bacanal que se representa en el poema juega A adorarte acudirá?
con las imágenes de un sagrado degradado, bajo laformade Ved estasombraesperanzada,
un dios, rey y señor de la noche que no deja claro si su Estos brazos levantados
formaes humanao animal. Y el afanoso vivir que los sepulta:
En esta medida, es apropiado relacionar el poema y el ¡Oh amargurade existir,
cuerpo de su personajecon lo que Mijaíl Bajtíncalificacomo De soñar tan sólo acostumbrado!
grotesco; pero no al grotesco carnavalesco que el estudioso ¡El incendio —estoy en llamas puras—
ruso define como regenerador, comonexo entre lamuerte De tu imagen en mi pensamiento!
y laviday quequedaclaramenteexplicadobajola figuración Nada aquejaya tu cielo
de un cuerpo que «no está separado del resto del mundo, Tu reinado las tardes esparcen.
no estáaislado oacabado ni es perfecto, sino quesale fuera ¡El sol de tus brazos abiertos!
de sí, franquea sus propios límites» (Bajtín, 1974: 29-30), Y espuma blanca es tu perfil

16 9
sino a un grotesco en el que también es fundamental la Sobre los pur os valles, eléctricos sotos,
atención «por todo lo que sale, hace brotar, desborda el Tras las ciudades que un ángel diluye
En el cielo, cargado de heces sombrías y santas,
cuerpo, todo loque buscaescapar deél […]; las excrecencias El joven oscuro defiende a la joven.
y ramificaciones adquieren un valor particular; todo lo que, Contemplan allí al verde, arcaico Señor
en suma, prolonga el cuerpo, uniéndoloa los otros cuerpos De los cedros, reinar furtivo en sus telas,
o al mundo no corporal» (Bajtín, 1974: 285); pero en el que Guiar la nube esmeralda y sonora del mar
estaatención haperdido comocontextoel sentido regenerador Por el bosque, o besar los abetos de Dios,
del grotesco de laculturapopular y ladimensión de mundo Orinados por los ángeles, la luna y las estrellas:
Manzanas de amor en la yedra de muerte
invertido, y se limita solo a ser expresión de vida inferi or Ve el joven, solemnes y áureos cubiertos
(Bajtín, 1974: 40-41). En la fronda maldita, que un ciervo de vidrio estremece.
El valor de lo escatológico, entonces, en Bacanal, se La joven, que nada es ya en el polvo sombrío,
inscribe en los marcos de este grotesco limitado, dismi- Sino un cielo pur o y lejano, recuerda su tumba,
nuido, que se erige más como crítica social aciertos usos Llueve e irrumpe en los brazos del joven
En un rayomuy suave de santao paloma (Eielson, 1998: 47)8
(abusos) del poder,6 que como reconocimiento de los valores
de esa vidadesbordante del cuerpo.
En este sentido, por ejemplo, la mención deliberada- Lasmenciones, comoen el casode Bacanal,corresponden
mente ambigua del «bruto que reina» (y las menciones al aladefecación y alaorina. El significadodeestas,sin embargo,
hocico, ala pelambre, así como las asociaciones a diversos es absolutamente distinto. No se busca, aquí, evidenciar lo
animales) no es utilizada para establecer la borrosa franja que animaliza al hombre ni se pretende mostrar su «baja»
—y la cercanía, en esamedida— queexisteentreel hombre condición. Por el contrario, el poema ni siquierapresentalo
y el animal irracional 7 (como lo podemos ver, por ejemplo, escatológicocon relación alos personajes humanos (el joven,
en Nocheoscuradel cuerpo), sinoparaexpresar ladegradación la joven muerta, el Señor de los cedros) sino vinculado con
de lavidahumanaen ciertas circunstancias. En estamedida, los ángeleso los personajes celestiales.
los fragmentos de discurso escatológi coque aparecen en el EduardoUrdaniviaencuentra, como propuestade lectura,
poema sellan l a animali dad del personaje: defecar casi que el poemaconstruyeun escenarioque representael Anti-
simultáneamente al comer, y sin cambiar de espacio o Paraíso (el bosque en el que vive el Señor de los cedros)
preocuparse por la privacidad, o atreverse a orinar en el (Urdanivia, 1981: 71-79); en su planteamiento loscielos están
cielo, transgrediendo todanorma, radicalizan la condición cargados de heces y el ángel orina para intensificar la
animal de este profano dios del poema que, contra lo que naturaleza arcaica y sombría del bosque custodiado por el
pensaba Oviedo, parece alejarse de la figura del poeta, emisario de ese Dios lejano y cruel queprovoca el miedo y
aunque sí es claro el cuestionamientodel lenguaje. la huida de los jóvenes. Lo escatológico, en este sentido,
L as menci ones escatológicas en l a poesía de Jorge aparecería, junto con otros elementos, como símbolo de
Eduardo Eielson, sin embargo, no se i nician con Bacanal. unadimensión invertidade losagrado. Entendiendoel poema
En realidad, casi desde sus primeros momentos podemos de esta manera, o tomándolo, más bien —dentro de la
rastrear en su obr a ciertas referenci as que, aunque con atmósferade muerte del conjunto y, en realidad, de toda la
si gno difer ente, pueden ubicarse como registros de ese etapa de la poesía de Jorge Eduardo Eielson en la que se
mundo escatológico que no es ajeno alas pr eocupaci ones inscribeReinos—, comolafiguraciónde un mundo intermedio
del poeta. entre la tierra y el cielo (una suerte de purgatorio) que
En Reinos, libro emblemático de estaprimeraetapa de debe ser atravesado por lajoven muerta (por lo que el joven
Eielson y de su brillante lenguaje, publicadoen 1945, leemos, la ayuda a cruzar o, desconociendo su muerte, intenta
por ejemplo, en «Reino primero»: rescatarla), lo que sí es indiscutible es el hecho de que las

17 0
heces, en otra de las magistrales figuras antitéticas de Entre las rocas.
Eielson, aparecencomosombríasy santas.«Heces sombrías», Masquién pudieraunanoche
más allá de lo inhabitual de la mención de las heces en un Robarse tu muerte divina
poema y lo más inhabitual aún de calificarlas, es semán- Hablarte cuando todos callan
ticamente aceptable: las heces pueden concebirse, sin Rodearte¡oh mortal maravilla!
dificultad, como parte del mundo de lo «oscuro», «inferior»; En polvo, cuando todos hablan.
son las «heces santas» las que se enfrentan radicalmente a Y cual los escombros queaguardan caer
nuestra percepción habitual de lo escatológico. Los excre- Desde sus sombras inertes,
mentos, que provocan aversión en los seres humanos Dejados por su curso de astro plebe,
(hemos visto que luego dela niñez y nonaturalmente, sino Hacer de ti un castillo inútil
por enseñanza,) y se relacionan con el mundode lo bajo (lo Habitado por un pensamiento.
«bajocorporal», lodesechable, loque debeocultarse, incluso
lo pecaminoso), emergen en el poema parasantificarse; al Nocturnamenteel corazón
ser las heces calificadasde santas —o, igualmente, al hablar De tus labriegos brilla, Señor;
delaorinade losángeles— seproduce un quiebresemántico Y cuando llueve, intactas aguas;
y se explora un terreno poco comentado y aceptado, pero Cuando hablas, quedaluz
universalmente difundido: laposible dimensión sagrada de De voces en el aire desvelado:
lo excrementicio, sobre la que la investigación de John G. Escuchan loque callas,
Bourke no dejadudas (Bourke, 1975). Lamúsica mejor, lo transparente,
Es cier to que el poema establece el contraste entre el El paso de los días de alegría,
ci elo cargado de heces del inicio y el ci elo puro en que la La dichaenmudecida por los años,
joven se convierte; pero l o es también que ambos son El sordo, atroz redoble
calificados de santos, sin que en ninguno de los casos se De tus maderos cruzados
pueda presentir una intención paródica que invierta su Ante tus brazos abiertos.
sentido. Quizá —para profundizar en la explicación— el Entonces, cuando nos dejes,
cielo de la joven es puro y lejano justamente debido a su No habrá remedio en laluz ni en el aire
reciente transformación. Pequeño de nuestro respiro,
Otro aspecto que supone una exploración más en el Ni en las grandes cenizas,
terreno delas relaciones entre lo escatológico y lo sagrado Ni en la falta de dolor.
es el hecho de que el Señor de los cedros besa«los abetos (Pero cuando tus manos
de Dios, orinados por los ángeles». Esto nos remite auna De las mías sabias y tus pies
serie derituales y prácticas tanto ancestrales como todavía De mis pasos se cansen,
existentes en las llamadas culturas primitivas, de carácter Cuando solo, cenital, desordenado,
mágico, chamánicoo medicinal. Al respecto, Bourke reseña El mineral de mis gestos ceda,
unadanza delos indios zuñi de Nuevo Méxicoque concluía Qué suave y seguro tu regreso,
con la bebidade orinapor parte de los danzarines (Bourke, Tu rostro de perla sobre el mío,
1975: 26-33 ) y recuerda que «la saliva, los excrementos, la Pañuelo pálido y divino).
orina, el flujo catamenial, lasangre, bilis, cálculos, huesos,
cráneos constituían todas ellas sustancias misteriosas y, por Te ven mis ojos, Señor,
tanto, «medicinales», especialmentesi proveían de un santo Te ven mis manos y mis pies,
o de un Lama» (Bourke, 1975: 299). No debemos olvidar, A cada instante mío, mis actos

17 1
con relación a esto, el interés de Eielson por las prácticas También en Antígonaleemos:
chamánicas, que se evidencia, por ejemplo, en su serie de
XI II
cuadros «Cabezas de Chamán» o en opiniones como «Una Cucarachas solares t reparán en túmulo de Polinices,
ceremoniaque se vale tantode laintrospección chamánica lampreas de esmeralda en su vendaje egipcio, de género
como del análisis freudiano» (Canfield, 1993: 175), refirién- blanco. Y donde lahortalizaloca y lafrutal ofrendayacen,
dose asu libro Nocheoscura del cuerpo. junto a su tumba labrada, de ónix y cera, nada sino un
hediondo saxofón ha de quedar, soplando eternamente
En el mismo libro, en «Genitales bajo el vino», leemos: hasta sacarlo de su tumba, desolado. (Eielson, 1998: 74)

Mi pecho junt o amis intestinos Lahediondez, también adscribiblealoescatológico, aquí


Se ha cuajado (Eielson, 1998: 62) se presentacomo característicade un saxofón que canta al
lado de la tumba de Polinices, acompañando las ofrendas,
Si bien la mención no es directa como en los casos o, quizás, siendo unaofrendamás que nosolo velaal muerto,
anteriormente citados, sí es evidente la relación entre los sinoquebuscadespertarloy arrancarlo,si acasofueraposible,
intestinos, lafunción digestivay laevacuación, en este caso, de la muerte. Estehediondo saxofón nos permite revertir
del ser humano. Así, es posibleestablecer, por laproximidad la consideración negativade su mal olor; su repugnancia al
en el sintagma, un vínculo entre el pecho del poeta(lafigura olfato no impidesu labor de compañíay rezo; lo escatológico
del poeta es la que se reproduce en este poema), o sea, su aparece, entonces, nuevamente ligado alafunción religiosa
corazón que, aunque aparecefrío en el poema, es el motor de o, en todocaso, humanizante. Recordemos, en estesentido,
lavida, su aliento escritural, y loescatológico; es decir, entre queen muchospoemas deEielson, el saxofón es unaalusión
el actode escrituray laeliminación de desechos corporales. al corazón del hombre en situaciones de pesar, el canto del
Los librosque siguen aReinos y que preceden aBacanal saxofón es sonido de la vida en esos, casi lo único que
no difier en mucho de las posibi lidades que ya hemos sobrevive.
revisado. Quizás sean Antígonay Ájax en el infierno(ambos Ájax en el infierno, por su parte, representa el sueño de
de 1945) los querevisten mayor importancia, en este sentido. un moder no Ájax: al fi nal del poema lo vemos en su
En Antígona el orín aparece como sustanciacorrosiva: dormitorio, sobre su cama, con la cara mojada por el agua
de un vaso caído sobre él. Es el agua laque le haprovocado
XI un sueño en el que, en un establo, este joven mecánico
Yoadivino tu rostro entre esos arces, mordidopor layedra confunde su ser con el míticohéroe griego; el contrapunto
y el orín, velando sus heridas. (Eielson, 1998: 73)
lo sitúa, entonces, confundido frente a una civilización
absurda y degradada, ajena, y acusado por Palas de haber
En un escenario de guerray muertegeneralizada —que cambiadode vida. En ataquede locura, luego deun irrisorio
combina sabiamente remoto con lo moderno—, la mítica accidente, mata vacas y carneros que no dejan de verter
figura deAntígona apareceen su papel protector, velando a unasangreinterminable quelo bañadramáticamente. Busca
los muertos o cuidando a los que están a punto de morir que su vida termine —como en el mito—, pero no logra
(representados por Polinices); pero aparece —a partir de ser herido por las bestias; estas, más bien, lo protegen con
su rostro— comosuelo, árbol o piedrainvadida por layedra extremo cuidado. Buscatambién acabar con Palas de quien
u orinada. El contrasteentre lafunción de soporte, apoyo, sufre acusaciones. En lo más desesperado del sueño se
aquelloen locual layedrapuedeinstalarse y el menosprecio despierta.
que supone que se orine sobre ella, permiten reconocer Es en este contexto que, durante el onírico escenario
que lo escatológico intensifica lo hiriente y caótico de la de este sueño aparecen las menciones escatológicas del
situación. poema:

17 2
Las cabras, como grandes estrellas de cuerno, De nieve son, chispazos de oro puro,
con el pellejo seco, caldearon su corazón, Pues en mí ya estás, todo en llamas,
durmiendo sobre él, meándose y defecando sobre su
blanco cuerpo (Eielson, 1998: 81)
En las casas hundidas de sol
Repartido atus pastores
Cuando pudo levantarse, al día celeste, Palas lo recibió A los sagrados bosques donde habita
con una estrella de mármol en el establo. Él bramó de Tu antigua, azul paciencia.
dolor. Los músculos del estómago abriéronsele en gajos Quién como tú pudiera, lejos
de naranja. Laescupió salvajemente y learrojó lalechuza
Desde su quieto retiro
hierática a la cara. (Eielson, 1998: 82)
Desdesu moradade astros
A los oscuros corazones acercarse,
Y: Convidar sus faenas al destello. ¡Oh reposo,
De tantas horas y de nunca,
En la oscuridad tendido en la gran meada dorada, evocó Los azules auxilios perdidos
la ciudad, las calles puras de Atenas, los frontispicios Cual laespumaen el océano,
augustos, cargados de pámpanos a la altura del cielo. La quietud del misterio paralelo
(Eielson, 1998: 85)
A tus dos brazos!

En laprimera, las deyecciones animales, antes que mal- ¡Oh Padre


tratar u ofender al cuerpo caído de Ájax, lo protegen. Así, De las hortalizas y las nubes,
aunqueen esos momentos Ájax no loquiera, las cabras con Consejero de reyes y mendigos,
susexcrementos calientan su corazón y lo mantienen vivo. Se te encuentra a colmo, dormido, despierto,
Eielson así vuelve a alterar la percepción habitual de lo Hundido entelarañas, amado
excrementicioy lecontrapone un valor demasavivificadora; Extensamente hastael residuo,
«el excremento—nos dice Octavio Paz— es muertey vida. Hastael amago celeste de los huesos!
[…] es un desecho quees también un abononatural: muerte Santo abrigo para mí,
que davida» (Paz, 1969: 29). Además, en la escenareferida Perdónamesi traspasado,
encontramos aÁjax sacrificando, aunque involuntariamente, Anegado de anhelos me hundo
alas bestias quelo abrigan; el sacrificio, al lado delafunción En la albanada, si me ahogo
protectora de los excrementos, y la sangre derramándose En solitariosfuegos míos,
incontenible configura, sin lugar a dudas, una escena de En la voluntad que yace
gran contenido ritual. En lo profundo de cada acto
El segundo caso nos sitúa frente a una posibilidad no Desmembrada. Que yatodo lo oculta
extrañaa los usos habituales del hombre. Si consideramos El velo de tu sangre,
el acto de escupir como expresión de desprecio por lo que La esenciaperenne de tu ausencia.
recibeel escupitajoo por quien presencialaacción,lamención ¡Oh viento mío, que en el follaje
escatológica de escupir en el poema permite reforzar ese Te agitas, cual infinito pecho,
sentimiento. En flores, en pasos, en polvo y sonido:
En laterceramención la figuraque se presentaesla de Tus libertades son gracias,
una«gran meadadorada», querecuerdaaÁjax lamajestady Leña maravillosa, leña azul que arde
cercaníade su hábitat ateniense, ahora perdido. La meada En iris de luz profunda!
es grande, en el sentido, muy posiblemente, de grandiosa, ¡La luz que rige el cielo en auge,

17 3
y es dorada, de oro, brillante, admirable; en esa medida, Mujer vestida de iguana, arrodillarte y decirle:
justamente, permite al personajerecordar su mundo perdido Bendito seas, amor mío, por luminoso y por imbécil,
Por desordenado y triste, porque te comes las uñas
en el que «todo era sabio y nítido». El contraste entre Y los piojos y los lirios de tu santa axila,
nuestraapreciación común de un gran charco de orinay la Y amaneces como un loco sentado en una copa.
«gran meada dorada» del poema, permite establecer una Bendito seas, amor mío, que nunca has llorado,
relación con la orina de los ángeles y las heces santas de Bello rostro agusanado y borrado antes del beso,
Reinos, se confirma, así, laexploración por parte de Eielson Después del poema, el canto y la pura blasfemia.
de una dimensión sacra de lo escatológico, que quiebra, Bendito seas, amor mío, por tener huesos y sangre,
Y una cabeza pálida y soberbia, part ida por el rayo.
nuevamente, nuestro usos y percepciones cotidianas. Y por no estar jamás ni en triunfo ni en derrota,
Las referencias escatológicas en En La Mancha y El Sino amarrado como un tigre a mis cabellos y mis uñas.
ci rco (ambos poemas de 1946) se alejan de estosrodeos ala Bendito seas por gruñón, por delicado y estúpido,
esfera de lo sagrado escatológico que se puede apreciar en Por no tener infierno ni cielo conocido, ni muerte
los conjuntos recién reseñados, para aproximarse a las Ni vida, ni hambre ni comida, ni salud ni lepra;
Medusa de tristes orgías, de penas jubilosas,
coordenadas que poseían en Bacanal , libro inmediatamente De torpes esmeraldas en la frente, y bosques
posterior. Sin embargo, ciertarelación con locómico popular, De cabellos devorados por el viento.
sobre todo en el caso de El ci rco, permiten que hablemos Vacío de sesos, de corazón, de intestinos y de sexo,
de los grotesco, pero ahorasí dentro delalógicadelo carna- Bendito seas, amor mío, por todo esto y por nada,
valesco. El circopuede ser, como sabemos, unasimbolización Por miserable y divino, por vivir entre las rosas
paródicadel mundo. Y atisbar por el ojo de la cerradura cuando alguien
se desnuda.
Luego de Bacanal, Eielson escribe Doble Diamante Viva sombra destructora de mejillas y de espejos,
(1947 ). Además de algunas menciones escatológicas en el Ladrón de uvas, rapazuelo, dios de los naipes y la
poemaquele danombre al conjunto o en el «Soneto de agua ropa sucia.
de mar», llama laatención, sobretodo, el poema«Serenata». Dulce Caco de celestes dedos y cuernos de hierro,
Se tratade un extraño textoque se aproxima al lenguaje de Señor del vino que me matas con dagas de heliotropo.
Bendito seas, labios de gusano, cascada de avena,
Bacanal y de otros textos anteriores que buscan esarelación Por poderoso e idiota, por no tener hijos ni padres,
entre lo sublime y lo horrendo. Aquí, sin embargo, a pesar Ni barbas ni senos, ni pies ni cabeza, ni hocico ni corola,
del uso de ciertos calificativos como «imbécil», «labios de Sino un ramo triste de botones sobre el pecho.
gusano» o «mi serable» —siempre al lado de tér minos Bendito seas, amor mío, por todo esto y por nada,
antitéticos que atenúan la fuerza de estos insultos para Bendito seas, amor, yo me arrodillo, bendito seas
alejarlos de la función denigratoria—, el poema parece (Eielson, 1998: 110-111).
expresar sincero afecto por el personaje, Caco, cuya figura
construye: El poema, de intensa belleza, aparece en primer lugar
El dulce Caco clama entre sus joyas, sus amores como un juego lingüístico: Eielson se propone, al parecer,
y sus heces. enfrentar al lenguaje a sus extremos para vaciarlo de sus
Quieto animal de hastío: cubridlo de rocío. habituales connotaciones, sin por eso afectar una lectura
Mansa mujer que atravesáis su cuerpo dormido: consistente. Más que un personaje real, el Caco del poema
Tended vuestro armiño, vuestro cabello, apaciguad esunacreación verbal, inclusodentro delatramadel poema.
su sangre.
Dormido así, su vida es solo baba y olvido,
La clave de esta lectura la tenemos en los últimos versos:
Y viento que abriga y perdona, económico y dulce, una serie de figuras antitéticas («de celestes dedos […] ni
Y un saxofón perdido, como una ola de oro, hocico ni corola») de la que resulta que el personaje es
Salpica su corazón sin despertarlo. Deber tuyo es, infernal y celestial, dulce y asesino, poderoso e idiota, y

17 4
que no es animal ni humano, ni hombre ni mujer, ni animal Con su semblante de oro,
ni flor; es, como dice uno de los versos, alguien que —en Con su seguro, atroz metal!
sentido literal y en la connotación cotidiana— no tiene «ni
piesni cabeza». ¿Quiénes, entonces?Nadie, seríalarespuesta En lanoche,
más apropiada. No se trata de un ser contradictorio que Señor de los ciervos escondidos,
encierra en sí laposibilidad de ser él mismo y su contrario, Corazón sin pasoentre esplendores,
como sí ocurre en Nocheoscura del cuerpo. En «Serenata» Quien olvidado en sus instantes
es fundamentalmente un juego verbal que anticipa los Sus pastoraleshoras mata
próximos juegos y metamorfosis lingüísticas como los que Sólo en su calma
aparecerán en Temay vari aciones. Indestructible soledad
En este contexto, el personaje Caco, tanto un fantoche Su vidaha de entregar
como un semidiós, poderosoy ridículo, mezcla inverosímil Su vida—sombra buena—
del audaz ladrón mitológico con el hombre tímido, cobarde De tu brillanteespejo armada.
e irresoluto que da la segunda acepción del diccionario, En lanoche, Señor,
representaesaposibilidad del lenguaje de extenderse hasta Más acá de lo que dura y del amor
lo máximo sin quebrarse, sin dejar de poder transmitir Librado a tu servicio,
sensaciones y emociones. En las algas rendidas y los peces,
Planteado el poema de esta manera, las menciones En la delgadagreda inculta,
escatológicas (como los oxímoros y las contraposiciones) O el sabio pasado durmiente,
se convierten en parte de ese juego. El poetabusca, como Rutilando en miserable tornasol,
dice Ricardo Silva-Santisteban, «producir bellezadentro de En tiernaguerra caigo. Y aún a veces
lo repulsivo» y, en estesentido, neutralizar la repugnancia Cuando hasta el bien desciende
de palabras como «heces», que puede convivir con pleno En menesteres de lanza,
derechojuntoa«joyas»y «amores», oempujarnosaobservar ¿En qué búsquedatenaz, terrestre,
al «dulce Caco», con cierta extraña y cómplice ternura, Corazón perdido en rayos
comiéndose «las uñas / Y los piojos y los lirios de su santa De luz celeste, en crudo río
axila». El poema da una nueva muestra —dentro de una De culpas me aventuro y muero?
atmósfera de irrealidad en este caso, aunque sin perder su ¿Por qué, Señor, tan solo,
intensidad poética—, de la posibilidad del lenguaje para Blanco amor y autor de mi sombra,
desprenderse de ciertas connotaciones tan ligadas a los Náufrago natural me dejas
términos escatológicos y lucir nuevamente preparado para Entre islas de sombras y fuego?
usos y simbolizaciones ajenas a lapercepción cotidiana. ¿O acaso, cual cantar en silencio urdido,
Esto precisamentepuedeobservarse en Primeramuerte Cual la ligeraaraña o el gozo,
deMaría (1949), poemaen el que el barrio pobrey pestilente Secretamente, desde tus cielos,
en el que vivía María, al serle devuelta su cercanía luego Tocado dehumilde apariencia
de unasúplica, laconduce aun «planetade oro: la felicidad». Bajas parasiempre hastami amor,
Vemoscómolahediondez (si bien nose especificasu origen, Hastami luz, divino inanimado,
podríaconsiderarsetambién, por lo menos, humano) puede En otra luz?
ser considerada «perfume adorado» y posibilitaimágenes
de consuelo, como ocurría con el «hediondo saxofón» de
Antígona, o la«gran meadadorada» de Ájax en el infierno. Lima, 1942

17 5
La otra referencia escatológica de Primera muerte… Relacionado con lo anterior, evidentemente, estáel de-
corresponde aladescripción de María; dice el verso «María seo demostrar lavidadesnuda, descarnada; estose vincula
erafea, su salivasagrada». Aquí se produce un doble juego con la vivenciade la soledad en el poemario, la conciencia
de contraposiciones: primero, la fealdad de lamujer frente de ser un cuerpo dirigido inevitablemente haciala muerte
a su carácter sagrado. En segundo lugar, lacondición sacra y con el uso de un lenguaje sin adornos, directo, punzante,
de la saliva, imagen nos remite a heces santas de «Reino que sepuede asociar a lavoz deun predicador callejero que
primero». exhortay estremecea sus interlocutores. Ladesnudez del
En Habitación en Roma(1952), lavoz confesional y directa lenguaje y la desnudez de la soledad agudizan la mirada
que enuncia los poemas menciona lo escatológico con sobre los cuerpos y sobre su físico discurrir (sonreír, cami-
múltiple propósito. En primer lugar, busca enfatizar la nar, dormir, comer, beber, amar, bailar, despertar, fumar),
miseria (moral y material) de la injusta sociedad edificada entre los que se cuentan también las deyecciones.
sobre la base de la modernidad capitalista, que ha acabado
con lo auténtico (Fer nández, 1996) y que hunde a sus pero luchar luchar luchar
habitantes en la más extrema soledad. En esa medida, las todas las noches con un tigre
hasta convertirlo en una magnolia
referencias ahecesu orines enlas callesromanas intensifican y despert arse
el distorsionado funcionamiento del aparato social: a ello despertarse todavía y no sentirse
se deben las calles hedientas, los borrachos orinando en aún cansado y rehacer aún
ellas, las heces regadas, así como las paredes sucias, la raya por raya el mismo tigre odiado
prostitutas, la violencia, los pordioseros, etc. sin olvidar los ojos los intestinos
ni la respiración hedionda
todo eso para mí
sin embargo
es mucho más fácil mucho más suave
avanzo siempre siempre
créame usted
donde se orina el sol
que arrastrar todos los días
se orina la luna llena
se orinan los borrachos el peso de un corazón desolado (Eielson, 1998: 177)
vocifera la mierda
aúlla la soledad (Eielson, 1998: 164) Finalmente, en contextos comolos descritosen Habitación
en Roma, el hablantepoético sesientellamado areconocer
como puedo yo escribir
que «Junto al T íber l a putrefacci ón emi te destellos
y escribir tranquilamente
y ala sombra gloriosos».9 Lo excrementicio, entonces, resulta lo más
de una cúpula impasible puro, lo más auténtico y real; la miseria material de los
de una estatua pobres y marginales, la abismadasoledad en la que viven,
que sonríe es la que redime. El hablante, entonces, cuestionaincluso
y no salir gritando su escritura («cómo puedo yo escribir») y presiente que
por los barrios horrendos
de roma «lamer las llagas de un borracho» y «dormir […] / sobre los
y lamer las llagas de un borracho excrementos tibios / de unaputao un pordiosero», es decir,
desfigurarme la cara aproximarse a la descaranada realidad directa y concreta-
con botellas rotas mente es lo que le ofrece lasalvación. Nuevamente, como
y dormir luego en la acera en Ájax en el i nfierno, losexcrementos secaracterizan como
sobre los excrementos tibios tibios y, apesar del desamparo querepresentan, protectores.
de una puta o un pordiosero (Eielson, 1998: 193)
Eielson denuncialadeshumanización de la vidaque, entre
otras cosas, se manifiestaen la marginalidad innegable de

17 6
los excrementos que pueblan las calles (donde «vocifera la y el acto originaunaplacidez incalculable, ala que el poema
mierda»); pero, al mismo tiempo, anunciaque es allí, donde otorgacaracterísticas cósmicas. Freud señala, al respecto,
se encuentran algunos de los pocos «destellos gloriosos» «que el niño consideralos excrementoscomo unaparte de
que aún existen. su cuerpo y les da la significación de «primer regalo», con
Luego de Habitación en Roma y Mutatis mutandis(1954) el cual puede mostrar su docilidad a las personas que lo
Eielson comienzaaescribir (en 1955) Nocheoscuradel cuerpo, rodean o su negativa a complacerlas» (Freud, 1972: 1203).
que recién publicaíntegramente en 1989.10 En este libro el Eielson, que ha mencionado la utili zación del análi sis
cuerpo es gravitante, tanto, que incluso el título que para- freudiano en la composición de Noche oscura del cuerpo
frasea a San Juan de la Cruz expresa su importancia. Se (Canfield, 1993: 175 ), concibe la defecación, justamente,
trata de un recorrido ritual por el cuerpo del hombre, que comosello delareconciliación con el mundo y como regreso
atraviesamomentos de dolor, mutilaciones, etapas de extre- simbólico al mundo de la infancia («En donde yacen los
ma soledad, etc., que conducen a una reconciliación del caballos / Y el tambor de nuestra infancia»).
hombre —al comprender y aceptar su esencia múltiple, Laimagen del anillo de oro, figuraque se propone como
contradi ctoria— consigo mismo, con la especie humana y símbolodelaeternidady quecierracircularmenteel conjunto,
con el cosmos como totalidad. En Nocheoscura del cuerpo, al vincularsecon el primer poema—que aludíaal tiempo de
además de tres menciones escatológicas que apuntan a laprocreación yal pasadoinmemorial—, nospermite entender
reforzar la fisicidad del conjunto (al no desconocer las loescatológico, aquí, bajoun signo queapenas aparecíaen la
funciones orgánicas primarias), encontramos un poema que poesíaanterior deJorge EduardoEielson: nose exploraen el
resulta fundamental para tener una idea completa de las poema la dimensión sagrada de las deyecciones, sino, más
figuraciones de lo escatológico en Eielson. Se trata de bien, la r itualidad que permite establecer una relación
«Último cuerpo», poema que cierrael libro: reconfortanteentreel hombrey el mundo o,más ampliamente,
ente el hombre y el cosmos. Las heces suponen un puente
Cuando el momento llega y llega entre hombre y tierra, entre espacio cósmico y especie
Cada día el momento de sentarse humildemente humana, entre el hombre queabandona «unaparte inútil de
A defecar y una parte inútil de nosotros
Vuelve a la tierra
nosotros», que será, sin embargo, de sumautilidad para la
Todo parece más sencillo y más cercano regeneración y la prolongación de la vida humana. El
Y hasta la misma luz de la luna excrementocomofertilizante del suelo del cual saldrálavida.
Es un anillo de oro Luego de varios conjuntos entre los que es importante
Que atraviesa el comedor y la cocina mencionar, paranuestro tema, Ceremoni asolitaria, libroen el
Las estrellas se reúnen en el vientre quelasmenciones escatológicas retoman lapreocupación por
Y ya no duelen sino brillan simplemente
Los intestinos vuelven al abismo azul
acentuar la dimensión física del hombre en su cotidiano
En donde yacen los caballos enfrentamientocon el absurdo y lasoledadque cubrenlavida
Y el tambor de nuestra infancia (Eielson, 1998: 230) con su manto, Eielson escribe Ptyx, último conjunto que el
autor hadado aconocer, y que rindehomenaje, desdeel título
El poema aborda el significado y el simboli smo del al célebre«Sonetoen ix» deMallarmé. Ptyxpresentaun gran
momentode ladefecación. El hecho de ser el poema final, desplieguesimbólico: apartir delafiguradelacaracolaevocada
que cierra circularmente el conjunto y que completa el por el título, el poemaseubicaen un espacioque es,al mismo
sentido de esa búsqueda ritual a través del cuerpo, nos tiempo, laberinto, casay cuerpo.
permite afirmar lacentralidad del simbolismo escatológico En Ptyx las menciones escatológicas aparecen muy
que maneja. Como parte de lareconciliación con el mundo vinculadas con otro aspecto que también se aborda en el
que hemos mencionado, lamateria fecal regresa ala tierra conjunto:la dimensión erótica y sexual de los personajes.11

17 7
Así, frente a un mundo de prohibiciones y de miedos, la alejado de l as restr icciones a su sexualidad y al juego
sexualidad y la satisfacción ritualizada y pública de las excrementicio que le imponen luego los adultos. A pro-
necesidades fisiológicas se levantan como símbolo de la pósito, en una nota a pie de página, Freud i ndica que
libertad conseguida: «sostiene Lou Andreas-Salomé que laprimera prohibición
que se alza ante el niño, la de procurarse un placer por
XV medio de la actividad anal y de sus productos, ejerce una
La Risa Clara del Payaso influencia determinante sobre todo su desarrollo ulterior.
Despedazó nuestra Costumbre
Y el Mundo nos pareció fresco e intacto
La criatura comienza a darse cuenta en esta ocasión de la
Como acabado de hacer (Eielson, 1998: 347) existencia de un mundo exterior hostil a sus impulsos, y
aprende, adiferenciar su propia personade aquellas otras
XXVII quele rodean y adesarrollar laprimera «represión» de sus
Por esta razón posibilidades de placer. Lo «anal» pasa a constituir, desde
Nadie jamás te había dado un instante de Ternura
estepunto, el símbolo detodo lo prohibido, de todo aquello
Nadie jamás había puesto en tus manos
Un solo Pedazo de Pan que nos es preciso rechazar y apartar de nuestro camino»
Solo el Mayordomo recogía tus Augustas Heces (Freud, 1972: 1203). En este sentido, liberarse de tal
Y las devoraba con euforia (Eielson, 1998: 359) prohibición, es decir sentirse en lalibertad de defecar libre
y placenteramente, por ausencia o eliminación del ente
XXXV repr esor o contr ol ador, supone como paso inmediato
Nunca orinábamos en el W.C.
(obviamente esto no como parte de algo factible en la
Sino contra las paredes del Corredor Frío y Oscuro
Formando un Zócalo Transparente que recorría la Casa realidad o en la teoríapsicoanalítica, sino dentro del juego
De un extremo a otro (Eielson, 1998: 367) de simbolizaciones del poema) el desarrollo de la vida en
plenalibertad, en laque impulsos e instintos se satisfacen.
En un sentido semejante se puede leer la referencia
En el poema XV quedaclaraesarelación entrelo erótico, escatológica del poema XXXV . Pero en este, además, la
lo escatológico y los sueños, en el contexto de la libertad orina forma un «Zócalo Transparente», una especie de
lograda poemas antes a raíz de la muerte de la Señora. El caminoen clave, de recorridoceremonial quepermite andar
mundo«acabado de hacer» puede, muy bien,vincularse con a gusto por el «Corredor Frío y Oscuro». Lo escatológico,
el sentido de regressus ad uterum que Eielson le da al como en algunos de los textos de los libros anteriores,
conjunto: «Setrata deun regressusad uterum, porque vuelvo supone seguridad y pureza.
alo que era antes, a lo que hasido, alo que quería ser y no El poema XXVII abor da otro aspecto, que se había
fue, pero al mismo tiempo es un retorno placentero, insinuado en Reinos: la escatofagia o coprofagia. El DRAE ,
justamente, como un regressus ad uterum, que se cumple escuetamente, refiere bajoestas palabrael «hábitode comer
estando, al mismo tiempo, distante de todo eso, distante excrementos» y la «ingestión de excrementos». En «Reino
en el tiempo y en el espacio. El texto es un laberinto que, primero» presenciábamos al Señor de los cedros «besar los
tratando deconducirme ala salida, alaluz, no me conduce abetos de Dios / Orinados por los ángeles»; este poema de
a ninguna parte. Pero en ese recorrido, renazco, no solo Ptyx nos presenta, por su parte, al Mayordomo, —ambiguo
literariamente,sino alaverdaderavida; esunaresurrección personajequerepresenta, en ciertomodo, laautoridaddela
que se realiza con ayuda de la escritura».12 El retorno al Señoray que tiene algún trato con lo oscuro y misterioso—
útero supone libertad, la misma que en parte —y solo en devorando con euforia las heces del amante del Yo poético.
parte— se prolonga durante los primeros años de la vida Es interesante relacionar esto con actos como los que
que son, justamente, los tiempos en que el niñoestá todavía Bourke ubica en ritos y ceremonias mágico-religiosas y

17 8
vincula, también, con personas atacadas por enfermedades lo escatológico vivificante : M uy r elacionado con la
mentales. dimensión sagrada de lo escatológico. Es el discurso más
pr esente a tr avés de Poesía escr ita. Son muestras el
«hediondo saxofón» de Antígona, el dormir de Ájax sobre
di scur so escat ol ógi co del cuer po la orina y las heces de la vacas, o el del Yo poético de
en poesí a escr i t a Habitaci ón en Roma sobre «losexcrementos deuna puta»,
el «perfumeadorado» de PrimeramuertedeMaría, e incluso
el «Zócalo Transparente» de Ptyx.
Luego de esterecorrido a través de las menciones escato- la escatofagia: También muy vinculado con losanteriores.
lógicas por la poesíade Jorge Eduardo Eielson, cabe hacer Son los casos de Reinos(discretamente) y de Ptyx (de modo
lapregunta de si es posible plantear, en laobra del poeta, la muchomás abierto).
existencia de un discursoescatológico sobreel cuerpo.13 Hay énfasisde la realidad física del individuo: En Habitación
que decir, en primer lugar, que no se pretende con esta en Romaesto esevidente. También en las menciones iniciales
pregunta, revisar la centralidad de lo excrementicio en de Nocheoscura del cuerpoy la de Ceremonia solitaria. Este
Poesía escrita. Sugerir siquieraesto comounade las claves discurso sedamásclaramente en los conjuntosen losque la
de lecturasería mucho más que un exceso. Loque sí esin- cor poral idad, la dimensión física del cuerpo tiene una
discutible esque el cuerpo sí es ejefundamental en lapoesía importanciagravitante.
del peruano y que requiere, en esta medida, ser estudiada énfasis en lo degradado y miserable : Lo vemos más
su presencia con más atención y profundidad. En este claramente en Bacanal («el bruto que reina, come y caga /
sentido, acercarse a los componentes de esa constante enjoyado») y en Habitaci ón en Roma («vocifera la mier-
referencia corporal —que no son siempre los mismos ni da»). Hay un propósito marcado de crítica ala civilización
tienen el mismo signo alo largo de todo Poesía escrita— se occidental.
presenta como una necesidad. De ella desprendemos la lo escatológico como puente reintegrador : El regressus
importancia —teniendo claramente en consideración que ad uterum que Eielson menciona. Lo vemos en los libros
se trata de uno, y solo uno, de los aspectos que competen a más recientes, en los que de algún modo se propone una
la aparición del cuerpo en Poesía escrita— deesta revisión reconciliación del hombre con el mundo y laidea dela feli-
y dil ucidación de los si gni ficados de las referencias cidad: Nocheoscura del cuerpo, cuya publicación definitiva
escatológicas a través de los poemas de Eielson. es de 1989) y Ptyx.
Podemos, entonces, volver alapregunta: ¿las menciones Se debe notar que cada uno de estos fragmentos de
escatológicas consti tuyen algo que podemos ll amar un discurso nocorresponde aun solomomento delaproducción
discurso escatológi co?Creemos, por la revisión hecha, que poéticade Eielson, sinoamomentos distintos. Puede ocurrir,
nohay unaunidad, através deesacasi permanente mención como vemos, que en un mismo libro se expresen dos o
de los excrementicio, que nos permita hablar de un único hasta tres de los fragmentos discursivos identificados. O
discurso. Más bien se pueden observar hastaseis discursos queun fragmento, desarrollado en un momento, se retome
diferentes o fragmentos de un discurso escatológico, para posteriormente, incluso matizado. Todo esto nos lleva a
usar unaparáfrasis deRoland Barthes. percibir lacomplejidadde laobradeun autor tan importante
Sintetizandonuestras observaciones, podemos apuntar: como Eielson, cuya obraes imposiblede clasificar de modo
relación de lo escatológico con lo sagrado: Menciones certero bajo un rótulo definido, no solo por su constante
como «heces santas», «saliva sagrada» o «gran meada experimentación con los lenguajes, por su naturaleza trans-
dorada», en Reinos, Ájax en el infierno oPrimera muertede gresiva o porque refleja, de muchos modos, a la persona
María. que escribe y sus modos —también cambiantes como

17 9
cambiante es el ser humano— de ver y entender la vida y elementos de ese texto mayor que es el configurado por
el mundo en el que vive. las menciones, alusiones y simbolizaciones del cuerpo en
Creemos, finalmente, que el texto polimorfo, multi- la Poesía escri ta de Jorge Eduardo Eielson. Un texto defi-
vocal, que estos fragmentos deun discursoescatológicosobre nitivamente indispensable paraunaapreciación cabal de su
el cuerpo construyen, nos permite tener en claro uno de los obra.

more ferar um 5/6 (2000).

b i b l i o g r a f í a

BAJTI N , M. (1974), La cultura popular en la Edad Media y el OVIEDO, J.M . (1985), «Jorge Eduardo Eielson o el abismo de la
Renacimiento. Barcelona: Barral editores. negación». En: Cuadernos hispanoamericanos, 417; pp. 191-196.
BATAILLE , G. (1992), El erotismo. Bar celona: Tusquets Ed. PAZ, O. (1969), Conjunci ones y di syunci ones. M éxico, D.F.:
BOURKE , J.G. (1975), Escatología y civilización. Madr id: Ed. Cuadernos de Joaquín Mortiz.
Guadar rama. SI LVA-SANT ISTEBAN, R. (1976), «L a poesía de Jorge Eduardo
CANFIELD , M.L. (1993), «Conversazioni con J.E. Eielson». En: Eielson». Prólogo dePoesía escrita de Jorge Eduardo Eielson.
Poesia Scri tta. Milán, Casa Editrice Le Lettere; pp. 7-13. Lima: INC; pp. 931.
EIELSON , J.E. (1998), Poesía escrita. Bogotá: Editorial Norma. SANDOVAL, R. (1994), «Ptyx: Eielson en el caracol». En: Lienzo,
FERNÁNDEZ COZMAN , C. ( 1996), Lashuellas del aura. La poética de 15; pp. 273-291.
J.E. Ei elson. Lima-Berkeley: Latino-americana Edit ores. URDANIVIA, E. (1981), «Los Reinos de Jorge Eduardo Eielson».
FREUD, S. (1972), Obras completas IV. M adrid: Ed. Bibliot eca En: Revista de Críti ca Li ter aria Latinoamer icana, 13; pp.
Nueva 71-79.
—(1975), Prólogo al libro de John Gregory Bourke, Escatología VALLEJO, C. (1988), Poesía completa. Edición crítica de Raúl
y civi lización. Madrid: Ed. Guadarrama. Hernández Novás. [La Habana]: Procultura.

1 6
Hace falta un estudio lexicográfico más exhaustivo sobre larelación entre Pareciera, por las constantes refer encias al mundo editorial, aludir al
ambos términos, y un mayor desarrollo de su etimología. poder desaforadode la prensa, especialmenteal oscuro mundo dela prensa
2
El mismoversoes citado, también, por el DiccionariodeAutoridades, en el amarilla.
7
capítulo correspondiente a «excremento». Recordemos que «brut o» es necio, incapaz, vicioso, torpe, rudo, pero
3
Sobre la fácil y equívoca asociación de Eielson a esta corriente y a la también animal irracional.
8
generación del 50 ver «La esencial inclasificabilidad del poeta. Ubicación Hemos restituido en el verso quinto la contracción «al» (que aparece en
de Jorge Eduardo Eielson», segundo capítulo de nuestra tesis de licen- la edición de Reinos de La Clepsidra, 1973, y en la edición del INC de la
ciaturaLaaproximación deloscontrariosen Noche oscuradel cuerpo deJorge Poesía escrita de Eielson, 1976), en lugar del artículo «el» que aparece en la
Eduardo Eielson. Lima: PUC, 1999. edición colombiana, de la que citamos.
4 9
Nota provisional: Estas modalidades serán estudiadas en nuestra tesis de Título de uno de los poemas; pp. 192-194.
10
maestría, uno de cuyos capítulos es el trabajoque presentamos ahora. Para Sobre los avatares editoriales de este libro, ver el capítulo 4 de nuestra
entender mejor la complejidad de la presencia del cuerpo en la poesía de tesis de licenciatura: «Ubicación de Noche oscura del cuerpo».
11
Jorge Eduardo Eielson, hemos identificado cinco discursos sobre el cuerpo La dimensión erótico-sexual ha sido poco tocada por la poesía de Jorge
que son posibles de rastrear, y que no corresponden, necesariamente, a Eduardo Eielson. Eros/iones, un conjunto incluido en la edición de Poesía
etapas separadas de su poesía, sinoque es posible, por lo menos en algunos escr i ta del INC, compuesto por intensos poemas de doble lect ura que
casos y con relación a algunos de los discursos, identificar su convivencia abordabanestos territorios, nohasido reimpresoen las ediciones siguientes
enun mismotextoolibro. Estos discursos son,provisionalmente: a.Discurso de la poesía reunida del autor.
12
escatológico del cuerpo. b. Discurso erótico del cuerpo. c. Discurso del Eielson en unaentrevistacon MarthaL. Canfield, en larevista colombiana
cuerpofinito.d. Discursomísticodel cuerpo. e. Discursodel cuerpolacerado. Gradiva en 1990. Citado por Renato Sandoval (1994: 279).
5 13
Ver capítulo tres denuestra tesis de licenciatur a: «Las etapas de la Poesía El realidad bastaría con decir «discurso escatológico», puesto que lo que
escrita de Eielson». atañe a este campo está siempre vinculado, necesariamente, con el cuerpo.

18 0

También podría gustarte