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Alquimia y Androquimia

Instrucción Grado de Aprendiz RAPMM
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Alquimia y Androquimia

El Arte Real en la Masonería es una senda iniciática que va más allá de la mera acumulación de
conceptos intelectualizados vinculados a las órdenes de arquitectura, este viaje implica adentrarse en la
transformación interior del individuo. Se trata de un proceso alquímico y espiritual donde se busca la
transmutación de lo profano en lo sagrado, utilizando el simbolismo de la construcción de un templo,
como metáfora de la edificación de un ser humano más sublime y virtuoso.

En el diálogo del "Catecismo de Aprendiz" del siglo XVIII, se revela una profunda comprensión de la
Masonería como un camino de estudio de las Ciencias y práctica de las Virtudes. Esto implica no solo
adquirir conocimientos intelectuales, sino también cultivar cualidades morales y éticas que guíen al
masón hacia una vida más plena y significativa.

El Arte Real implica, por tanto, un compromiso profundo con la autorregulación y la autorrealización. La
Regla (distintiva de Menfis Misraim), asociada al Compás y la Escuadra, se convierte en el símbolo de
esta autorregulación, donde el masón aprende a medir sus acciones y pensamientos de acuerdo con
principios éticos y morales elevados. Se convierte en su propio arquitecto interior, delineando su vida de
acuerdo con los preceptos de la sabiduría transmitida por la orden.

Este proceso de construcción interior no es solo individual, sino que también tiene una dimensión
colectiva y simbólica. En el Templo masónico, donde el mallete del Venerable da inicio a la reunión, se
representa el espacio sagrado donde los masones se congregan para buscar la verdad, la fraternidad y la
elevación espiritual. Cada ritual, cada enseñanza y cada símbolo dentro del Templo tiene el propósito de
guiar al iniciado en su viaje hacia la perfección moral y espiritual.

El secreto en la Masonería no se refiere únicamente a la discreción en cuanto a sus rituales y


enseñanzas, sino también a la preservación de conocimientos esotéricos y metafísicos que guían el
camino del iniciado hacia la iluminación y la trascendencia. Este secreto, enraizado en la tradición y
respaldado por la aplicación de códices bíblicos y enseñanzas morales, se convierte en una herramienta
esencial para la protección y preservación de la sabiduría transmitida dentro de la orden.

Así, el masón que abraza el Arte Real como un camino de autoconocimiento y transformación interior,
encuentra en la teurgia una herramienta complementaria para alcanzar estados de conciencia superiores
y una conexión más íntima con lo divino. La unión de estos dos aspectos enriquece y fortalece el viaje
espiritual del iniciado, proporcionando un marco integral para su desarrollo personal y su búsqueda de la
verdad espiritual.

La teurgia, en el contexto de la mística y la tradición de la Francmasonería Operativa medieval, es una


ciencia y un arte que busca la unión del individuo con lo divino a través de técnicas iniciáticas y prácticas
espirituales. El término teurgia deriva del griego "theos", que significa dios, y "ergon", que significa
trabajo. En su sentido más profano, la teurgia se asocia con la magia superior y la magia ceremonial,
permitiendo al adepto establecer una conexión con las inteligencias que habitan en la biosfera de la
cuarta dimensión.
Sin embargo, la perspectiva más profunda de la teurgia, preferida por los neoplatónicos y otros filósofos
de la antigüedad, la concibe como un conjunto de técnicas mediante las cuales el ser humano puede
realizar una transferencia de lo divino sobre sí mismo. Esta transelementación progresiva lleva al adepto
a una divinización gradual, donde el alma se eleva y se acerca a su verdadera naturaleza espiritual. Esta
visión está en línea con la idea de que el alma es una entidad inmutable y no generada, que trasciende
las limitaciones del cuerpo y la naturaleza material.

En el contexto de la Francmasonería Operativa medieval, la teurgia y la mística se consideran como la


ciencia del alma y el conocimiento de las técnicas mediante las cuales el alma opera para su propia
sublimación y la elevación de su envoltorio corporal. Es un camino de autoconocimiento, transformación
espiritual y conexión con lo divino, donde el adepto busca alcanzar estados de conciencia superiores y
una comprensión más profunda de la naturaleza espiritual del ser humano.

El masón se embarca en un camino completo de autotransformación y realización espiritual. El Arte Real


proporciona el marco ético y moral necesario para iniciar este viaje, la Teurgia brinda las herramientas
para la conexión espiritual con lo divino, y la Alquimia revela los secretos de la transformación interna y
la búsqueda de la perfección espiritual.

La Alquimia, como sabiduría ancestral, trasciende el mero acto de transmutar metales; se adentra en los
dominios del alma y la conciencia, manifestando un sendero de autodescubrimiento y metamorfosis
personal. Sus fundamentos encierran una filosofía intrincada y una espiritualidad profunda. Dentro de
esta vasta esfera de conocimiento, emerge la Androquimia, cuya esencia radica en la síntesis y
armonización de las polaridades masculinas y femeninas presentes en cada individuo, promoviendo así
una integración del ser. A su vez, las implicancias masónicas en este contexto alquímico añaden un velo
de misterio y enseñanzas codificadas que enriquecen la comprensión de estos saberes.

La Alquimia, más allá de la quimera de la piedra filosofal o el elixir inmortal, desvela un universo de
principios universales y verdades esenciales. Su propósito radica en conducir al buscador a un viaje
interior de depuración y despertar espiritual. El simbolismo de la transmutación de metales se convierte
así en un lenguaje arcano que revela la naturaleza misma de la transformación interna, donde el
individuo trabaja en la sublimación de sus aspectos más densos para desvelar su auténtico ser espiritual.

En este contexto alquímico, la Androquimia se alza como una senda de unificación y equilibrio entre las
energías contrapuestas. Su propósito trasciende la mera equiparación de fuerzas opuestas; apunta a una
integración total que propicie una armonía interna plena. Este proceso implica una exploración profunda
de lo que se considera erróneamente como “Yo” para pasar posteriormente a descubrir el “Yo soy”,
trascendiendo de la estructuras limitantes del ego/personalidad para alcanzar una expresión auténtica y
unificada del ser.

Las implicancias masónicas dentro de este vasto panorama de la Alquimia y la Androquimia añaden una
dimensión ceremonial y simbólica que nutre el camino del iniciado. La Masonería proporciona un marco
ritualístico y simbólico que guía al aprendiz en la comprensión y aplicación de los principios alquímicos
en su jornada espiritual. Los rituales masónicos, imbuidos de significados profundos, revelan enseñanzas
sobre la naturaleza del ser humano y su conexión con el universo.
El V.I.T.R.I.O.L., revelado al recipiendario durante la iniciación masónica, representa un portal hacia las
profundidades de la psique. Esta revelación simbólica convoca al iniciado a una introspección profunda,
a la exploración de los misterios ocultos dentro de sí mismo y al rectificar de aquello que está en
desequilibrio para alcanzar la verdad interna, personificada por la "piedra oculta". Esta experiencia busca
despertar en el iniciado una comprensión más profunda de sus dualidades internas y de las fuerzas
impulsoras de su evolución moral y espiritual.

La presentación de la Sal, el Azufre y el Mercurio durante la iniciación masónica apunta a transmitir


enseñanzas androquímicas esenciales. La Sal, como símbolo de estabilidad moral, alude a la necesidad
de mantener la integridad ética en el proceso evolutivo. El Azufre, como representación de la energía
creativa, inspira al iniciado a emprender cambios significativos en su vida. El Mercurio, en su fluidez y
adaptabilidad, invita a integrar nuevas experiencias y conocimientos en el camino hacia la iluminación
interior.

Preguntas:

1. ¿Cuáles son los aspectos de mi vida diaria que siento que necesitan ser purificados y elevados
para acercarme a mi naturaleza divina?
2. ¿Qué significa para mí la búsqueda de conexión espiritual con lo divino, y cómo puedo
incorporar prácticas o rituales que fortalezcan esta unión en mi camino de autoconocimiento y
elevación espiritual?
3. ¿Cómo interpreto el simbolismo alquímico en mi propia vida y qué pasos puedo tomar para
trabajar en la sublimación de mis cualidades más nobles?
4. ¿De qué manera puedo integrar y equilibrar mis aspectos masculinos y femeninos para alcanzar
una armonía interna que me lleve hacia la realización espiritual?
5. ¿Qué enseñanzas profundas encuentro en los rituales masónicos y cómo puedo aplicar estas
lecciones en mi vida diaria para un crecimiento espiritual continuo?
6. ¿Qué misterios internos y desequilibrios personales puedo explorar utilizando el símbolo del
V.I.T.R.I.O.L. como guía?
7. ¿Cómo puedo integrar de manera más efectiva las enseñanzas del Arte Real y la Androquimia en
mi vida diaria para avanzar en mi desarrollo personal y espiritual?

Es mi palabra
Karina Cabrera G.
V:.M:.

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