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ESTÉTICA KANT Y LA FUNDAMENTACIÓN DE LA ESTÉTICA AUTÓNOMA 173

identidad de los términos, lo que hace innecesaria su confirmación en la expe­


riencia. Son entonces a priori.
En el primer apartado, "acerca de los juicios" pueden Al ser a priori, los juicios analíticos son necesarios y universales (la necesi­
dad y la universalidad van siempre juntas). Necesario es lo opuesto a contin­
profundizar sobre lo que vimos en un comienzo sobre juicios gente y universal, lo opuesto a particular; es lo que vale e1: t?�os los ��sos, lo
analíticos y sintéticos. Por otro lado, en las dos secciones que no tiene excepciones. Aunque siempre verdaderos, los JUlClOS anaht1cos no
siguientes se trabaja sobre la subjetividad, el desinterés y la amplían nuestro conocimiento. Sí lo hacen los juicios sintéticos, en los que el
universalidad del juicio estético según Kant. Por ultimo, tienen la predicado no está incluido en el sujeto. Es el caso de "la mesa es blanca". Estos
juicios son a posteriori; requieren que su verdad o falsedad sea confirmada en
selección de citas y la consigna del trabajo en grupo. Es una muy la experiencia.
buena idea volver sobre las respuestas que dieron en su momento Además de juicios analíticos a priori y sintéticos a posteriori, existen jui-
para prepararse para la prueba escrita. cios sintéticos a priori, estudiados en la Crítica de la razón pura. Respondiendo
a la aspiración de la ciencia, esos juicios amplían el conocimiento, siendo nece­
sarios y universales. "La línea recta es la más corta entre dos puntos", es un ca-
,
so de juicio sintético a priori. Es sintético, para Kant, porque el ser "mas corta
:u

no está contenido en el concepto de "línea recta" y es a priori porque lo que di­


ce el predicado es siempre así, sin que experiencia alguna pueda modificarlas.
Llegados a este punto, podemos preguntarnos si el juicio de gusto -es de­
cir el juzgar algo como bello- es analítico o sintético. Cuando digo "la rosa es
bella", el predicado no está incluido en el sujeto. Estamos entonces ante un jui­
cio sintético. Pero, diferente de los juicios que aportan conocimiento, el juicio
estético no dice nada acerca del objeto. Es un juicio subjetivo: habla del senti­
miento (de placer o de displacer) del sujeto. Dice Kant en la primera parte de la
Crítica de la fácultad de juzgar, titulada "Crítica de la facultad de juzgar estéti­
ca" (CFJE), que el color verde de los prados pertenece a la sensación objetiva,
mientras que el que nos agrade o no pertenece a una sensación subjetiva en la
que no es representado objeto alguno, "esto es, pertenece al sentimiento, por el
cual el objeto es considerado como objeto de la complacencia (que no es un co­
nocimiento de aquél)" (CFJE, p. 125).
Ahora bien, ¿el juicio estético es a priori? Uno de los subtítulos del tercer
momento de la "Crítica de la facultad de juzgar estética" es "El juicio de gusto_
reposa en fundamentos a priori". Asimismo, la conclusión del cuarto momen­
to es que lo bello es "objeto de una complacencia necesaria", y más adelante su­
braya Kant que el juicio de gusto es a priori al "atribuir esa complacencia como
necesaria a cada cual" (CFJE, p. 200).
Estas afirmaciones de Kant están llenas de matices, pues el juicio de gusto,
ACERCA DE LOS JUICIOS
si bien descansa en fundamentos a priori, no es un juicio lógico o de conoci­
miento. La particularidad del juicio de gusto es que siendo subjetivo aspira a la
validez universal. Para entender esta cuestión resulta imprescindible distinguir
Antes de entrar en el análisis de la CFJ creernos conveniente realizar un
entre juicio "determinante" y juicio "reflexionante". El juicio estético es un ti­
bre­ve rodeo y presentar algunas precisiones terminológicas. Debemos
po de juicio reflexionante. Diferente del juicio determinante, en el que lo parti­
considerar la cuestión elemental de que todo conocimiento está constituido
cular se subsume bajo lo universal (sea éste principio, concepto o regla), el jui­
por juicios y que éstos pueden ser afirmativos o negativos, verdaderos o
cio reflexionante es aquel que, dado lo particular, busca para sí lo universal. El
falsos, "analíticos" "sintéticos". Juicios analíticos son aquellos en los que el juicio determinante -aquel en el que lo universal está dado- fue el objeto de
predicado está conte­nido en el sujeto; son tautológicos, por lo que su forma la Crítica de la razón pura; el juicio reflexionante lo será de la CFJ.
subyacente es: "A es igual a A". El principio que sirve de fundamento de El juicio reflexionante, en tanto "re-flexión" (vuelta de la conciencia sobre
verdad a estos juicios es la
KANT Y LA FUNDAMENTACIÓN DE LA ESTÉTICA AUTÓNOMA 175
174 ESTÉTICA

sí misma), no conoce científicamente nada, pero conjetura o supone que lo' 2. La Analítica de lo bello
particular debe formar parte de lo universal (por encontrar). De esta manera,
mi juicio -subjetivo- pretende ser intersubj etivo, compartido por otros. La CFJ está dividida en dos partes: "Crítica de la facultad de juzgar estética"
Kant distinguirá entre dos tipos de juicios reflexionantes -estético y teleoló~ (CFJE) y "Crítica de la facultad de juzgar teleológica". Es preciso realizar aquí
gico- estudiados, respectivamente, en la primera y la segunda parte de la CFJ. una nueva aclaración terminológica, pues el término "estética" tiene doble sig-
Si el juicio estético remite al sujeto, el teleológico remite al objeto y se relacio- nificado en la filosofía kantiana. En la "Estética trascendental", expuesta en la
na con la posibilidad de extender el conocimiento científico. La teleología se Crítica de la razón pura, refiere a los principios a priori de la sensibilidad (la
convierte, así, en la Crítica de la facultad de juzgar, en una ficción heurística "Estética trascendental" se .ocupa de las intuiciones puras de espacio y de
que permite al científico no quedarse varado cuando se agota la explicación tiempo); en la CFJ refiere al sentimiento de placer o displacer y define al juicio
mecanicista (la de la ley causa-efecto, por ejemplo).
de gusto.
El juicio teleológico está basado en un principio apriorístico, puesto que la Agreguemos que, dentro de la CFJ, la "Crítica de la facultad de juzgar esté-
gradación, en una unidad, de las leyes naturales no puede derivarse de expe- tica" se divide, a su vez, en dos secciones ("Analítica de la facultad de juzgar es-
riencias concretas, sino que constituye la premisa en base a la cual, y solamente tética" y "Dialéctica de la facultad de juzgar estética"). La primera sección se di-
en base a la cual podemos establecer experiencias de carácter sistemático." Ese vide en dos libros (Libro primero: "Analítica de lo bello", y Libro segundo:
juicio responde a la necesidad de pensar la naturaleza según un principio de
"Analítica de lo sublime").
conformidad a fin. Se trata de encontrar una ley general que ordene la variedad La "Analítica de lo Bello", que analizaremos a continuación, se divide en
de leyes empíricas de la naturaleza, dándoles de una cierta uniformidad com- cuatro momentos. El primero -según la cualidad- muestra dos aspectos
prensible para nosotros. Dice Cassirer: esenciales del juicio de gusto: la subjetividad y el desinterés; el segundo -se-
gún la cantidad- establece que lo bello es lo que place universalmente sin con-
Si la multiplicidad y la desigualdad de las leyes empíricas fuese tan grande que,· cepto; el tercero -según la relación de fines- considera la conformidad a fin
aun siendo posible encuadrar algunas de ellas dentro de un concepto común de
del objeto bello (sin representación de un fin); finalmente, el cuarto momento
clase, no se pudiera en modo alguno comprender su totalidad en una gradación
-según la modalidad- define lo bello como objeto de una complacencia nece-
unitaria, ordenada por grados de generalidad, tendríamos que la naturaleza,
aun cuando la concibiésemos sometida a la ley causal, no era sino "un conglo- saria, basada en un sensus communis.
merado tosco y caótico". Ahora bien, la facultad del juicio opone a ese concep-
to de algo informe, no un orden lógico absoluto, pero sí la máxima que le sirve
de acicate y de orientación en todas sus investigaciones. Lo que hace es "presu- PRIMER MOMENTO: SUBJETIVIDAD Y DESINTERÉS
mir" una amplia sujeción de la naturaleza a leyes[ ... ].'3
Se suele considerar que el primer momento, relativo a la cualidad, es el más
Ahora bien, ¿cuál es el fin final de la naturaleza? Sólo puede serlo aquello que importante de la CFJE. Según la cualidad, los juicios pueden ser afirmativos,
sea capaz de formar un concepto de fines. Será el hombre únicamente quien, en. negativos o infinitos. Los afirmativos dicen que una cosa "es esto". Se trata de
tanto ser racional, pueda encontrar en sí mismo el fin de su existencia. Debemos la categoría que Kant llama "realidad".' 4
agregar que el fin final ha de ser incondicionado y lo único incondicionado es la El primer momento se inicia con una aclaración básica que hace a la esencia
buena voluntad, que se manifiesta en el hombre. Fiel a los principios de la Ilus- del juicio de gusto. Kant nos dice que ese juicio es "estético". Esta fórmula pue-
tración, Kant cierra su sistema filosófico con la idea de un ser libre y racional, ca- de parecer redundante e inútil, pero no lo es porque lo que él llama estético es
paz de ejercer su buena voluntad, que es lo único que resulta siempre bueno. Así, el carácter fundamentalmente subjetivo de la apreciación. Se entiende, enton-
la existencia en general tiene un fin final que es la realización de la vida moral. ces, por juicio de gusto o estético "aquel cuyo fundamento de determinación
Además de ser reflexionantes, los juicios teleológico y estético poseen en no puede ser de otro modo sino subjetivo" (CFJE, p. 121).
común el sentimiento de placer. El cap. VI de la Introducción a la Crítica de la Comentando la subjetividad del juicio de gusto, Gérard Genette (1930),
fácultad de juzgar tiene por título "Del enlace del sentimiento de placer con el quien se califica de hiperkantiano, explica:
concepto de la conformidad a fin de la naturaleza". Se observa allí que mientras
que la coincidencia de las percepciones con las leyes y los conceptos generales [... ]cuando me gusta o disgusta un objeto, es evidente que ese gusto o disgusto
de la naturaleza (las categorías) no tienen efecto sobre el sentimiento de placer, es un hecho "psicológico", y como tal subjetivo. Y si el sujeto es colectivo, como
"la unificabilidad descubierta de dos o más leyes empíricas heterogéneas bajo cuando un grupo cultural aprecia de la misma manera el mismo objeto, la apre-
un principio que las abarca a ambas, es el fundamento de un placer muy noto- ciación no deja de ser, aunque colectivamente -sociológicamente- subjetiva.' 5
rio, y aun a menudo de admiración ... " ( CFJ, p. 98).
ESTÉTICA KANT Y LA FUNDAMENTACIÓN DE LA ESTÉTICA AUTÓNOMA

Luego de aclarar que "el juicio de gusto es estético", Kant pasa a considerar más allá de la forma del objeto mismo, no apartarnos de su apariencia, de su
otro rasgo fundamental: el desinterés. El título del segundo parágrafo de la CF- irrealidad.
JE es "La complacencia que determina el juicio de gusto es sin interés alguno". Este modo "liberal" de trato con la realidad -diferente de las necesidades
No es la primera vez que el carácter desinteresado de lo estético es tratado·. prácticas de la vida, del reino de los deseos que "gasta" y consume sus objetos-
por los filósofos. Ya había sido considerado por los empiristas Shaftesbury 6 también es advertido y desarrollado por Schiller en la idea de juego, que en
Hutcheson, y antes por San Agustín (s. IV), Escoto Erígena (s. IX) y Santo To 7 esencia consiste en dejar que los objetos se manifiesten en su plena presencia.
más (s. XIII). Pero si bien ese concepto cuenta con una larga tradición, previa ai. Dejar subsistir libremente al objeto, más allá de nuestra necesidad o inte-
siglo XVIII, es entonces cuando adquiere una importacia mayor. rés, corresponde a lo que Elíseo Vivas llama "atención intransitiva" (véase in-
Se podría concluir que Kant no "inventó" nada. Sin embargo, es indudabl~ 1 fra). Por su parte, Luis Juan Guerrero utiliza la expresión "insularidad imagina-
que fue él quien pensó de manera más radical y sistemática el viejo tema del de:.
sinterés. Si con anterioridad al siglo XVIII había sido un rasgo más de lo estéti~
co, es en ese momento cuando se convierte en rasgo principal que funda, defi~
l
¡
ria". En el parágrafo "Insularidad imaginaria", del apartado "Nuestra actitud de
revelación y acogimiento de obras de arte'', dice:

nitivamente, la autonomía del campo estético. : t La característica primordial de toda obra de arte, considerada como una opera-
Aclara Kant que si bien el juicio de gusto no debe estar "determinado pór 1 ción contemplativa, se encuentra en el empuje propio que posee para exhibirse
ningún interés'', no quiere esto decir que "no determina ningún interés". En
una nota a pie de página explica que ese juicio puede ser muy interesante, es
decir, no fundarse en interés alguno, pero suscitar un interés (CFJE, p. 123). De
esta manera, en la sociedad, se vuelve interesante tener gusto; aporta un bene~
l
t
por sí misma en todo su esplendor. Y, por consiguiente, en su capacidad para
desligarse de todas aquellas vinculaciones que le dieron origen ... 16

Guerrero toma como ejemplo el caso del crucifijo que se convierte en obra
ficio mundano, aunque éste resulte, para Kant, meramente subsidiario. · de arte en la medida en que se desprende del mundo de la fe religiosa que lo ha
Según el filósofo de Koninsberg, sólo si el sujeto se desliga del interés por creado, de suerte que, prescindiendo de esa fe, llega a imponernos sus valores
el objeto puede apreciarlo estéticamente. El interés está ligado a la representa~ intrínsecos como imagen. De la misma manera, a comienzos del siglo XX, mu-
ción de la existencia de un objeto y va unido al deseo de poseerlo. El vino espu: · chas obras que -como las máscaras africanas- formaban parte del patrimonio
maso de las Canarias, para retomar su ejemplo, despierta el deseo. "No es sólo de museos de antropología pasaron a ser vistas principalmente por sus valores
una mera aprobación la que le dedico, sino que por este medio es producidá plásticos. Fue en parte Matisse, y luego los cubistas, quienes contribuyeron a la
una inclinación" (CFJE, p. 129). La inclinación, el ir hacia el objeto es lo propio relectura de esos trabajos y a su posterior traspaso a los museos de arte.
de lo agradable, de aquello que deleita. 1
A un cuarto de siglo de la aparición de la CFJ, el influjo del desinterés kan-
Encontramos en la CFJE la siguiente distinción: "Agradable llama alguien a tiano se hace sentir en obras como El mundo como voluntad y representación
lo que deleita; bello a lo que simplemente place; bueno a lo que es estimado, (1818), de Schopenhauer. La experiencia estética es vista como "contempla-
aprobado ... " (CFJE, p. 127). El agrado descansa sobre la sensación y "vale tam- ción'', abandono de la actitud normal, práctica e interesada, un doblegar la vo-
bién para los animales desprovistos de razón; la belleza sólo para los hombres'~ luntad, un olvido de sí, una ocupación de la conciencia con una representación
(Jbid.). Estas consideraciones se relacionan con temas tratados en el segundq estética del mundo.
momento de la CFJE, relativos a la cantidad: el interés, en el caso de lo agrada~ . El carácter desinteresado de la atención estética es un tema polémico. Co-
ble, es individual (el vino me es agradable), mientras que el desinterés, en el ca- mo veremos más adelante al considerar las prolongaciones de la estética kantia-
so de lo bello, es universal. na, autores del siglo XX demostrarán que no siempre se da un juicio puro de
Se distinguen dos tipos de deseo: uno, inmediato, instintivo, que es propió gusto, que ciertas apreciaciones, como la del crítico de arte, pueden estar liga-
de lo agradable sensitivo, y otro mediato, que es propio de la voluntad. Este se.:. das a la necesidad de comunicar sin que por esto se perviertan. Tampoco sería
gundo tipo de deseo corresponde a lo bueno, que está mediado por la referencia improcedente el deseo de posesión. ¿Será acaso el hecho de que Kant se ocupó
racional a fines y sometido al más alto interés: el bien moral. Quebrando la tra- más de lo bello en la naturaleza que de lo bello artístico, lo que lo ha llevado a
dición filosófica de la Antigüedad y del Medioevo, que sostuvo la unión de lo insistir en lo impropio del deseo de posesión? Es clara la imposibilidad real de
bello y de lo bueno, Kant -filósofo moderno- se preocupará por liberar sus poseer el cielo estrellado, las cataratas del Niagara o del Iguazú.
ámbitos definitivamente. La teoría kantiana del desinterés se hace sentir en autores como Hans G.
Por ser ajeno a la representación de la existencia del objeto, el juicio de gus- Gadamer, quien, buscando legitimar al arte, encuentra en el concepto de juego
to "es solamente contemplativo" (CFJE, p. 126). Me aparto de la contemplación una base antropológica principal. El juego, definido como automovimiento
si, por ejemplo, ante la vista de un palacio lo considero reprochando "en buen característico del ser vivo y manifestado en el arte, le permite al filósofo ale-
estilo rousseauniano, la vanidad de los grandes, que emplean el sudor del pue- mán justificar la autonomía y el desinterés de lo estético preconizados por
blo en cosas tan superfluas" (CFJE, p. 122). Contemplar un objeto supone no ir Kant.' 7
178 ESTÉTICA
KANT Y LA FUNDAMENTACIÓN DE LA ESTÉTICA AUTÓNOMA
179

El desinterés por la existencia del objeto se puso de manifiesto, de manera Por esa irreductibilidad de lo que juzgamos bello, Kant concluye que bello es
drástica, en algunas manifestaciones artísticas de la segunda mitad del siglo "lo que place universalmente sin concepto". En esto lo bello se distingue de lo
XX. Tal el caso de las obras de arte efímeras; no sólo "desaparecen", en el acto bueno "que es lo que place, por medio de la razón, por el mero concepto". Kant
contemplativo, las manzanas reales que Cézanne pintó; lo que desaparece, lite- distingue entre lo bueno para algo - mediatamente, o sea lo útil-y lo bueno en
ralmente hablando, es la misma obra en su materialidad. sí -absoluta e inmediatamente- (CFJE, p. 124). Cuando quiero encontrar algo
que es bueno tengo que saber primero qué clase de cosa es el objeto, es decir que
debo tener un concepto de éste. Para encontrar la belleza eso no es necesario.
SEGUNDO MOMENTO: LA VALIDEZ UNIVERSAL DEL JUICIO DE GUSTO
Kant da los siguientes ejemplos: flores, dibujos libres, rasgos que se entrelazan
sin designio bajo el nombre de follajerías, no significan nada, "no dependen de
La idea kantiana del desinterés del juicio de gusto abre las puertas a su vali- ningún concepto determinado y, sin embargo, placen" (CFJE, p. 125).
dez intersubjetiva. En efecto, la definición de lo bello presentada en el segundo Ahora bien, ¿cómo comunicar a los demás lo que es "sin concepto"? Es evi-
momento puede ser deducida de la anterior, que lo definía como objeto de dente que el juicio estético se encuentra en una situación de perplejidad radi-
complacencia sin interés alguno. cal. De lo bello difícilmente se puede hablar, por eso L. Wittgenstein sostiene,
Al ser nuestro juicio desinteresado podernos atribuir a otros la misma com- en el Tractatus Logico-philosophicus, que la Estética está en el límite de lo que
placencia. Este tema es tratado por Kant en el segundo momento de la "Analíti- 1 se puede decir y de lo que no puede ser dicho sino sólo mostrado.
ca de lo bello", dedicado a la cantidad. Para el investigador norteamericano Paul
Guyer, es el momento de la cantidad, y no el de la cualidad, el fundamental en l Lo que el juicio de gusto pone de manifiesto es nuestra capacidad de juicio
reflexiva. Con ella no conocernos nada del objeto; lo que se produce es una es-
la CFJ. Porque el juicio de gusto es universal, resulta necesario, desinteresado y
pecie de vuelta de la conciencia sobre sí misma (una re-flexión). Por su funda-
puramente formal. 18
mento de determinación subjetivo y por la ausencia de concepto, una ciencia
Kant se aparta de las posiciones relativistas, defendidas en diferentes pe,-
de lo bello es impensable. Pero sí es posible, corno hace Kant, una crítica del jui-
ríodos históricos y por múltiples razones. 19 Observa que, en el caso de lo cio, es decir una investigación de las formas a priori que hacen posible su uni-
agradable, sí podemos hablar de relatividad. El vino espumoso de las Cana- versalidad. Parte principal de esa crítica es el estudio del fundamento a priori
rias me es agradable a mí. Lo mismo podríamos decir de nuestras preferen- de la universal comunicabilidad del juicio estético, que resulta ser "el estado
cias por comidas o por sabores dulces o amargos. Vale aquí el principio: "a del ánimo en el libre juego de la imaginación y del entendimiento" (CFJE,
cada cual con su gusto". De gustibus et coloribus non est disputandum, de p. 134). Esa universal comunicabilidad reside en la armonía de las facultades
acuerdo al proverbio escolástico. Totalmente diferente es el caso del juicio (entendimiento e imaginación), como es requerible para el conocimiento en
estético porque cuando digo que algo es bello, quiero decir que es bello (y no general. Ahora bien, la relación entre imaginación y entendimiento tiene un
sólo para mí). Hablo entonces de la belleza como si fuera una propiedad de . sentido diferente de la que se da en el conocimiento, pues mientras allí el en-
las cosas y pretendo una aprobación universal. Más adelante, J. F. Herbart
tendimiento (mediante el concepto) es lo determinante, ahora está al servicio
(1776-1841), declarado kantiano, se encargará de estudiar el "umbral estéti- de la imaginación.
co" que separa el placer meramente subjetivo de aquél que pretende una
Cuando Kant dice que las facultades se hallan en libre juego, entiende la li-
aprobación universal. bertad de la imaginación no sujeta a la coerción del concepto, de manera que
Aclaremos que universalidad del juicio de gusto no es igual a aceptación puede crear, a partir del material dado, formas siempre nuevas. Tal "juego" de
obligada. Nuestras mejores razones no lograrán necesariamente convencer a imaginación y entendimiento se da en todo ser humano en virtud de su común
los demás de nuestra predilección. La universalidad debe ser interpretada en-
constitución. De allí la posibilidad de "universal comunicabilidad" del juicio
tonces como pretensión de comunicabilidad universal, porque cuando afirma- estético. Lo que se transmite es un estado de ánimo, un sentimiento de placer
mos que algo es bello creemos tener a nuestro favor un voto general. . . (no un conocimiento de un objeto).
El predicado del juicio de gusto no es un particular que, dado en una mtm-
Se pregunta Kant si el sentimiento de placer antecede al juicio o éste a aquél.
ción sensible, pueda ser pensado como contenido de lo universal. Aquí no hay
La solución de este problema, dice, "es la clave de la crítica del gusto y por eso
una universalidad semejante a la de las leyes físicas, que hacen de la individua-
merecedora de toda atención". Responderá que el placer no precede al juicio.
lidad de lo sensible un "caso" más de una ley. En el juicio de gusto, cada objeto
debe valorarse y comprobarse por separado. Observa Gadamer: Es, pues, la universal aptitud de comunicación del estado del ánimo en la re-
presentación dada, la que, como condición subjetiva del juicio de gusto, debe
Una puesta de sol que nos encanta no es un caso más de puesta de sol, sino que estar en el fundamento de éste y tener como consecuencia el placer en el objeto
es una puesta de sol única que escenifica para nosotros "el drama del cielo"!º (CFJE, p. 123).
180 ESTÉTICA

El placer estético resulta de la universal aptitud de comunicación del


del ánimo. Es la conciencia de una armonía espontánea -compartida por
dos- de la imaginacióny del entendimiento en libre juego. Si bien el placer
precede al juicio, no debemos entender que primero se da el juicioy luego
placer. No existe un momento del juicio y un momento del placer. No
entre ellos separación temporal sino lógica. El placer está en el juicio."
1) Luego de leer los fragmentos anteriores, definan con sus palabras y caractericen el
Juicio Estético según Kant. Expliquen a su vez los siguientes conceptos: Subjetividad,
desinterés y universalidad.

a. Según Kant, el juicio estético implica que el “sujeto se siente a sí mismo tal
como es afectado por la representación”. ¿Qué creen que significa esa frase y
con qué concepto visto lo podrían relacionar?
b. En torno a la cuarta cita, ¿Cómo interpretan que “apartarnos de la
contemplación” implica, para Kant, ver un palacio como “reprochándolo”?
c. Por último, consideren si los siguientes ejemplos y decidan si cumplen o no
con la definición de Juicio Estético dada. ¿Es posible considerarlos, siguiendo a
Kant, como Hecho estéticos? Justifiquen.
• El inodoro de Marcel Duchamp.
• Una marcha por reclamos sociales.
• La Gioconda de Leonardo Da Vinci.
• Una tarde compartida con amigos o en familia.
• La Basílica de San Pedro, en El Vaticano.
• Pueden presentar nuevos ejemplos.

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