Conflictos:
1. Definición:
El conflicto define al conjunto de dos o más hipotéticas situaciones que son
excluyentes: esto quiere decir que no pueden darse en forma simultánea. Por lo
tanto, cuando surge un conflicto, se produce un enfrentamiento, una pelea, una
lucha o una discusión, donde una de las partes intervinientes intenta imponerse
a la otra.
Si definimos el término desde un punto de vista simple, podemos decir que un
conflicto es una situación en la que dos o más personas no están de acuerdo
con el modo de actuar de un individuo o un grupo. Para que esta situación
exista es necesario que exista un desacuerdo que no haya sabido resolverse.
Por ejemplo: Si de una pareja una de las partes desea ir a un lugar de
vacaciones y la otra a un lugar diferente hay desacuerdo, si acceden a charlar y
resolver el problema de común acuerdo, entonces el conflicto no se produce, lo
contrario, si ninguno da el brazo a torcer, sí.
También hay otros tipos de conflictos según sus causas, elementos o ámbitos.
Por ejemplo, un conflicto puede ser individual o colectivo, intrapersonal o
interpersonal, intragrupal o intergrupal, intracultural o intercultural, etc.
2. Etapas:
Un conflicto es una situación en la que dos o más partes tienen intereses,
valores, objetivos o necesidades incompatibles o contrapuestos. Los conflictos
pueden darse en diferentes ámbitos, como el familiar, el laboral, el social o el
político. Los conflictos pueden tener consecuencias positivas o negativas,
dependiendo de cómo se manejen y se resuelvan.
Existen diferentes modelos para describir las etapas de un conflicto, pero en
general se pueden identificar las siguientes:
Etapa latente: Es la fase en la que el conflicto aún no se manifiesta
abiertamente, pero existen las condiciones que lo propician, como la
escasez de recursos, la falta de comunicación, la percepción de
injusticia, las diferencias culturales o ideológicas, etc. En esta etapa, las
partes pueden no ser conscientes del conflicto o evitarlo por temor o
conveniencia.
Etapa emergente: Es la fase en la que el conflicto se hace evidente, ya
sea por una acción o un evento que lo desencadena o por una
acumulación de tensiones que llega a un punto crítico. En esta etapa, las
partes expresan sus posiciones, intereses y emociones, y se produce una
confrontación que puede ser verbal, física o simbólica. El conflicto
puede escalar o desescalar según la intensidad y la frecuencia de las
interacciones.
Etapa de estancamiento: Es la fase en la que el conflicto se prolonga en
el tiempo y se vuelve crónico, sin que ninguna de las partes logre
satisfacer sus objetivos o necesidades. En esta etapa, las partes se
aferran a sus posturas, se polarizan y se deshumanizan mutuamente, y
se cierran al diálogo o la negociación. El conflicto puede generar
violencia, sufrimiento y daños irreparables.
Etapa de resolución: Es la fase en la que el conflicto se soluciona, ya sea
por la imposición de una de las partes, por la intervención de un tercero,
o por el acuerdo voluntario y cooperativo de las partes. En esta etapa,
las partes reconocen sus diferencias, buscan puntos en común, generan
alternativas y alcanzan una solución que sea aceptable y beneficiosa
para todos. El conflicto puede transformarse en una oportunidad de
aprendizaje, cambio y mejora.
Etapa de seguimiento: Es la fase en la que el conflicto se evalúa, se
verifica el cumplimiento de la solución acordada, y se previenen posibles
recaídas o nuevos conflictos. En esta etapa, las partes fortalecen la
confianza, el respeto y la colaboración, y se comprometen a mantener
una comunicación fluida y constructiva.
3. Manifestaciones (juegos psicológicos):
Los conflictos pueden manifestarse de diferentes formas, según el grado de
intensidad, la duración, el ámbito y las estrategias que se utilicen para
afrontarlos. Una de las formas de manifestación de los conflictos son los juegos
psicológicos, que son una forma disfuncional de comunicación que busca cubrir
necesidades de atención, reconocimiento y afecto de forma negativa.
Los juegos psicológicos se caracterizan por ser repetitivos, inconscientes,
manipuladores y destructivos. En ellos, las partes adoptan roles que les impiden
resolver el conflicto de forma constructiva, y que generan un costo emocional
elevado. Algunos de los roles más comunes son el de víctima, perseguidor y
salvador, que pueden intercambiarse según el desarrollo del juego. Por
ejemplo, una persona que se queja constantemente de sus problemas y rechaza
las soluciones que le ofrecen, adopta el rol de víctima, mientras que la que le
ofrece ayuda y consejo, adopta el rol de salvador. Sin embargo, si la persona
que se queja se siente molesta por la intromisión de la otra, puede pasar al rol
de perseguidor, y la que le ofrecía ayuda, al rol de víctima.
Los juegos psicológicos se pueden evitar o romper mediante una comunicación
asertiva, honesta y respetuosa, que exprese los sentimientos, necesidades e
intereses de cada parte, sin juzgar, culpar o atacar a la otra. También se pueden
utilizar dinámicas de resolución de conflictos, que son actividades que plantean
situaciones conflictivas reales o imaginarias, y que buscan que los participantes
encuentren una solución, ya sea por medio de la reflexión, el debate o la
cooperación.
4. Niveles de un conflicto:
Los niveles de un conflicto se refieren a las diferentes formas en que se puede
presentar una situación de desacuerdo o incompatibilidad entre dos o más
partes. Según la mayoría de las clasificaciones, existen cuatro niveles de
conflicto: intrapersonal, interpersonal, intragrupal e intergrupal. Algunas
clasificaciones también incluyen un quinto nivel: interorganizacional.
Conflicto intrapersonal: Es el que se produce dentro de una
persona, cuando tiene que enfrentarse a sus propios
pensamientos, emociones, valores o necesidades. Por ejemplo,
cuando alguien tiene que elegir entre dos opciones que le
generan dudas o contradicciones.
Conflicto interpersonal: Es el que se produce entre dos o más
personas, cuando tienen diferentes puntos de vista, intereses,
objetivos o expectativas. Por ejemplo, cuando dos amigos
discuten por una decisión, una pareja tiene problemas de
comunicación o dos compañeros de trabajo tienen un roce.
Conflicto intragrupal: Es el que se produce entre los miembros
de un mismo grupo, cuando hay divergencias o tensiones por la
forma de trabajar, los roles, las normas o los resultados. Por
ejemplo, cuando un equipo deportivo tiene conflictos internos,
un grupo de estudiantes tiene dificultades para hacer un trabajo
o una familia tiene desacuerdos sobre un asunto.
Conflicto intergrupal: Es el que se produce entre diferentes
grupos, cuando hay competencia, rivalidad, discriminación o
violencia por cuestiones de recursos, poder, identidad o
ideología. Por ejemplo, cuando dos empresas se disputan un
mercado, dos partidos políticos se enfrentan por una elección o
dos países entran en guerra.
Conflicto interorganizacional: Es el que se produce entre
diferentes organizaciones, cuando tienen objetivos, valores o
estrategias opuestos o incompatibles. Por ejemplo, cuando una
ONG denuncia a una multinacional por sus prácticas, una
asociación de consumidores demanda a una empresa por un
producto defectuoso o una federación deportiva sanciona a un
club por una infracción.