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Espiritualidad en el Servicio AA

Este largo documento discute la importancia de la espiritualidad en el servicio de Alcohólicos Anónimos, señalando que el servicio significa renunciar a los deseos personales y servir con gratitud para ayudar a otros, y advierte sobre los peligros del egoísmo y los deseos de dominio que pueden infiltrarse si no se siguen los principios espirituales.
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Espiritualidad en el Servicio AA

Este largo documento discute la importancia de la espiritualidad en el servicio de Alcohólicos Anónimos, señalando que el servicio significa renunciar a los deseos personales y servir con gratitud para ayudar a otros, y advierte sobre los peligros del egoísmo y los deseos de dominio que pueden infiltrarse si no se siguen los principios espirituales.
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«La espiritualidad en el servicio»

Abordar el tema: «La espiritualidad en el servicio», resulta difícil sustraerse de no hacer comentarios de tiempos
anteriores y presentes en donde por fortuna se ha podido vivir la experiencia en la cual parece ser que en todos los
tiempos ha existido comprensión por la mayoría de los AA de sentir y practicar los principios espirituales de nuestro
programa; sin embargo, las necesidades propias de nuestro programa propician que una minoría llegue a los
servicios generales sin la recuperación necesaria y sin haber formado parte de la rotación de servicio y estos son
presa fácil de aquellos cuya frustración y egoísmo se han visto impedidos de servir bajo el respeto de los principios
espirituales, creando confusión en estas mentes susceptibles y con ello propiciando el estancamiento de la
transmisión del mensaje; en consecuencia, el servicio espiritual que proporciona Alcohólicos Anónimos por medio
de sus miembros es la de transmitir el mensaje con gratitud y libre de todo egoísmo para entender que la
espiritualidad del servicio significa renunciar a los deseos personales, servir con gratitud en el anonimato con la
única satisfacción de ser útil a Dios, a mis semejantes como a mí mismo.
También la espiritualidad en el servicio significa el sentir gratitud por el programa que nos devolviera la vida sin
importar el invertir tiempo, dinero y esfuerzo; quien tiene estos dones dados por el Poder superior aporta la parte
más importante de la espiritualidad en el servicio que es la de construir y no la de destruir el programa que significa
vida y la esperanza de los alcohólicos que aún sufren. Entre ellos posiblemente los que componen nuestra propia
familia.
Que Dios nos libre del sentimiento de creer que ya hemos dado y recibido todo, pues esto traería como resultado lo
contrario de la espiritualidad en el servicio, que es el egoísmo. Jamás debemos permitirnos que los enemigos de AA
como son los deseos de dominio, de gloria, dinero y poder se infiltren en un programa 100% espiritual y 200%
reflexivo. No obstante, en los últimos años algunos miembros de AA y órganos de servicio no han sabido utilizar la
espiritualidad de los Doce Pasos, Doce Tradiciones y el legado de servicio; intentando bajo sus propios deseos
personales iniciar una era de cambios que, a decir verdad, de forma obstinada y exigente y fuera de todo principio
espiritual nos convirtieron temporalmente en enemigos de nosotros mismos. Iniciándose como consecuencia la
ruptura de la unidad en nuestro país. Unidad tan necesaria para conservar la sobriedad de nosotros mismos y con ello
se propició temporalmente abandonar las rutas espirituales de responsabilidad en beneficio del alcohólico sufriente.
En resultado, han tenido que pasar cuatro o cinco años de enfrentamientos verbales y escritos para entender que
dentro de la espiritualidad de nuestro programa (servicio) no caben los enfrentamientos ni mucho menos ofrecer a
AA, por medio de sus compendios literarios como mercancía barata; hoy más que nunca debemos recordar que el
servicio espiritual es servir, servir y servir, y esperar pacientemente como ya lo estamos viviendo hoy de aquellos
hombres reformistas que regresan conscientes de que no son sometidos por el hombre en servicio, sino más bien se
ha tenido que vivir una vez más la experiencia de aquellos que abandonan los principios espirituales. Enfermamos y
morimos no como castigo de los AA, ni de Dios, sino más bien como un acto de desobediencia a nuestros principios.
Debemos aquilatar la experiencia del pasado para que dentro del servicio espiritual AA continúe siendo como
hasta hoy: una sociedad democrática en espíritu y en acción, y que más que ser un conjunto de principios debemos
ser un cúmulo de hombres en acción donde todos y cada uno de sus miembros tiene el mismo valor para el buen
funcionamiento de nuestra estructura de servicio pues, sin lugar a dudas, la espiritualidad en términos literarios es
calidad del espíritu, que bien entendido por nosotros no es otra cosa que la calidad del hombre en respuesta que ha
sido formado a la imagen y semejanza de su propio Creador (Dios como cada quien Lo conciba). Es importante
analizar que la parte más difícil de concienciar la espiritualidad del servicio es el grupo de terapia, pues en algunas
regiones se atraviesa por una etapa difícil, donde la libertad del uso de la palabra se ha convertido en libertinaje,
haciéndonos ante los ojos de los que llegan por primera vez y de la sociedad misma como una comunidad carente de
respeto a los principios que pregonamos en el mundo exterior, pues hoy en día en algunos grupos: la injuria, la
agresión directa y de mala fe aunados a la mala conducta nos llevan a abandonar cada día el respeto del grupo como
una entidad espiritual; aquí es donde valdría la pena reflexionar para darnos cuenta si en el compartimiento de
nuestra experiencia estamos dando la fortaleza y esperanza o si estamos acrecentando el odio, el resentimiento y la
frustración de los que recién inician en nuestro programa; valdría la pena para algunos intentar dejar a un
lado las poses erróneas de la creencia nada espiritual de que con terapia directa y agresiva los demás van a
encontrar su recuperación, pues hasta hoy la experiencia ha demostrado que solo se recuperan y conservan
su sobriedad los obedientes a los principios espirituales.
Dios nos permita entender que no es más espiritual el que «terapea» más ni el que sirve más, ni el que
conoce más sino más bien aquel que procura engrandecer su vida marchando por rutas espirituales, pues
esto sin lugar a dudas nos dará la comprensión de que, una vez que creamos estar recuperados o que hemos
llegado a la parte más alta, entender que el único camino que nos queda como hombres y servidores es
descender cuesta abajo con la convicción y decisión de ser uno más de esta sociedad que nos devolviera la
vida y disponernos, como buenos alcohólicos, a vivir la espiritualidad del servicio. Con la esperanza
nuevamente de continuar siendo útiles a Dios como a nosotros mismos y nuevamente con responsabilidad
y esperanza hacer de AA, un mundo mejor para que al término de nuestras vidas, expresar a Dios; gracias
por la vida que nos diste, útil y feliz, pero más gracias te damos por el que llegó hoy a vivir lo que nosotros
vivimos y de esto, todos somos responsables.

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