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“Bajo el agua negra”

de Mariana Enríquez:
Memoria,
desapariciones
forzadas y terror
lovecraftiano
en Argentina
TADEO PALACIOS VALVERDE
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

C
on una obra narrativa debe, en parte, a la precocidad con En el presente estudio, abordamos
que ha sido recono- la que empezó a escribir y publi- el relato “Bajo el agua negra” de dicho
cida por la crítica en car, y a la entusiasta valoración crí- volumen mediante las estrategias de
Hispanoamérica, y tica que recibió su primer libro de transformación, resignificación e hibri-
dueña de una mar- cuentos Las cosas que perdimos en el dación que la autora despliega, a fin
cada preferencia estética hacia sub- fuego (2016). Son doce relatos cuyo de trasladar el subgénero del horror
géneros literarios como el terror, el núcleo remite a una inusitada inten- cósmico lovecraftiano a su contexto
realismo sucio o el hiperrealismo, ción de hibridar tópicos del realismo nacional y, desde aquel traslado/diá-
la escritora y periodista Mariana social, político y de denuncia con logo con los motivos lovecraftianos,
Enríquez (Buenos Aires, 1973) se el sustrato propio de narraciones abordar las memorias que evocan los
ha convertido en una de las auto- tributarias al influjo de autores del crímenes de derechos humanos perpe-
ras contemporáneas más leídas de weird fiction, literatura gótica y del trados por el aparato estatal, aun des-
los últimos años. Tal reputación se horror cósmico. pués de caídas las dictaduras militares.

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1. La memoria del se caiga y que los culpables resulten del caso) y personajes sumidos en la
horror impunes, la fiscal decide acudir a la marginalidad latinoamericana que,
villa con la finalidad de constatar la desgraciadamente, acaban siendo el
Nelly Richard ensaya una expli- información y reunir alguna prueba blanco principal de violencias múlti-
cación de por qué es necesario hacer adicional que le permita cumplir con ples y estructurales.
ejercicios de memoria que permitan su labor. Ello condice con Drucaroff quien
concertar espacios de procesos abier- Es evidente que Enríquez ha indica que, al ser Enríquez parte de la
tos. Señala que, precisamente, esas escogido conscientemente abordar el segunda generación de argentinos de
labores de reinterpretación se com- problema de los detenidos, torturados postdictadura, personas que nacieron
paran al proceder de quien “desata y y desaparecidos por efectivos de las a partir de 1970 y vivieron su juven-
vuelve a unir sus nudos para que los tud durante la década de los noventas,
eventos y los entendimientos puedan “conoció la impunidad de los crimi-
emprenderse nuevamente” (2004: 17). nales de lesa humanidad y entró a la
En esa misma línea, se tiene que la conciencia ciudadana al calor de
memoria agita el hecho estático una gravísima crisis económica”
del pasado y le otorga “nuevos (2016: 31). Una generación que,
significados no cerrados que tras el terrible proceso de la
ponen sus recuerdos a fun- Junta Militar (1976-1983),
cionar, haciendo que tanto llegó a la adultez “cuando
los comienzos como los el Estado tomó la deci-
finales reescriban nue- sión de hacer justicia”
vas hipótesis y conjetu- (2016: 31), en el marco
ras y así desmonten los de los procesos políticos
cierres explicativos de y judiciales de memo-
totalidades demasiado ria-reparación con los
seguras de sí mismas” que se inauguraría el
(2004: 17). siglo XXI. Esto puede
En “Bajo el agua explicar la constante
negra”, Enríquez nos presencia de un ima-
presenta a la fiscal ginario signado por el
Marina Pintas quien, carácter irresoluto, y por
luego de atender diversos eso mismo, persistente de
casos vinculados al conur- las desapariciones forzadas
bano, ahora debe investigar de los más de 30 mil argen-
el asesinato de los jóvenes tinos víctimas de los agentes
Yamil Corvalán y Emmanuel de un Estado capturado por la
López a manos de dos agentes Junta Militar. Así, retomando a
de policía ebrios. Todo parece indi- Drucaroff, en la obra de los auto-
car que ambas víctimas, moradores res como Enríquez, persisten “man-
de Villa Moreno, un asentamiento chas temáticas como ‘dos, pero uno
humano precario localizado a orillas Mariana Enríquez. Foto: Félix Busso. muerto’” (2016: 31), lo cual hace refe-
del río Matanza-Riachuelo, fueron rencia a la desaparición del colega,
agredidas físicamente y luego obliga- fuerzas del orden. Para conseguirlo, amigo, hermano o conocido, en suma,
das a entrar a la profundidad de aquel apuesta por crear una sinergia entre la ausencia insepulta de ese “otro” que
cuerpo de agua contaminada donde el relato social o de denuncia, afincado acaba por dotar a su literatura de un
acabaron ahogándose. Sin embargo, en la realidad pasada y presente de aura fantasmal (2016: 31).
el caso se complica aún más cuando Argentina, y el relato de terror pla- En el relato “Bajo el agua negra”,
una testigo le revela a Marina que el gado de imágenes gráficas y repulsivas se deduce, además, un cronotopo que
joven Emmanuel López, en realidad, hasta cierta medida, siempre apostando sitúa sus acontecimientos en algún
no estaría “muerto”, sino que ahora por enfocarse entre la relación que momento del siglo XXI, en plena
mismo se encuentra de regreso en Villa existe entre los agentes del estado (la etapa de la postdictadura y del pre-
Moreno. Por ello, temiendo que el caso policía responsable – la fiscal a cargo dominio de un estado de derecho

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democrático. Sin embargo, lo funda- hizo posible la condena del Podemos decir, en consecuencia,
mental de dicha decisión narrativa terrorismo de estado; la idea que la mímesis que refulge en el relato
se nos revela al constatar que la vio- del “nunca más” se sostiene en híbrido de Enríquez nos muestra que
lencia sistémica, exacerbada durante que sabemos a qué nos referi- los restos de los desaparecidos (parte
el gobierno de facto, aún sobrevive, mos cuando deseamos que eso nuclear de la narración) deben ser
puesto que ha calado en lo más pro- no se repita. Como instrumento primero descubiertos. Una vez que
fundo del andamiaje estatal al punto jurídico y como modo de recons- los cuerpos y la evidencia aporten su
de que, varias décadas después, muchas trucción del pasado, allí donde historia, estos son asimilados en una
de las prácticas delictivas de brutali- otras fuentes fueron destruidas constante labor de memoria dinámica
dad, agresión, tortura y segregación por los responsables, los actos que no debe quedar fosilizada, sino que
se han fundido a la propia esencia de memoria fueron una pieza abra la posibilidad de volver al pasado
de las agencias de orden público que central de la transición demo- y comprender el presente desde una
supuestamente tendrían que tutelar a crática, sostenidos a veces por el mirada crítica.
los ciudadanos. En este caso, podría Estado y de forma permanente
señalarse que la asimilación de accio- por organizaciones de la socie- 2. Cuando el
nes que vulneran las garantías funda- dad (2012: 24). horror cósmico
mentales de los individuos, muchas de lovecraftiano
ellas movilizadas por factores raciales El papel del relato de horror coad- acecha al sur
y socioeconómicos, se ha dado en un yuva a que el lector pueda hacerse una
proceso de naturalización en el que la idea de lo ominoso y esperpéntico que En una entrevista a Enríquez,
sociedad democrática, o un sector de resulta lidiar con tragedias semejan- ante la pregunta del periodista sobre
esta, considera necesarias y hasta “nor- tes, tragedias no dichas y sumidas en cuánto la influenciaba Lovecraft,
males” las intervenciones/ejecuciones la constante zozobra de las personas responde:
como las padecidas por Emmanuel y desaparecidas, de los seres queridos
Yamil en el relato, ambos jóvenes de que no llegan, y de quienes deben —Bueno, está el cuento “Bajo
recursos precarios, procedencia socioe- sobrevivir a la ausencia de los cuer- el agua negra”, que es una cita
conómica vulnerable y aun con algún pos a los que después de torturados directamente. El cuento lovecraf-
prontuario policiaco. se les erradica para borrar pruebas y tiano te permite una cosmogonía
Por lo que asumir, desde la labor responsabilidades al reducir sus des- tan amplia que la podés mani-
escritural, tópicos que aún palpitan pojos a cenizas imperceptibles. Como pular como quieras. Aparte, si
irresueltos en la agenda nacional (como en el caso de Emmanuel y Yamil, los la ponés en otra geografía, te
es el caso de los desaparecidos y las obligan a chapalear en el mar o en desconcierta totalmente. Hay
personas que sufren abuso desaforado los ríos, golpeados, débiles para que un escritor norteamericano que
desde las fuerzas del orden), se torna acaben hundiéndose como plomos. se llama Laird Barron que me
necesaria en la narrativa de Enríquez Richard, a partir de la labor de súper inspiró con eso, porque
con la finalidad de mantenerlos vigen- memoria y el tratamiento de los des- hace policiales lovecraftianos y
tes y, de ese modo, los afectados no sean aparecidos, concluye que: funcionan. No quería seguir con
consumidos por la condición doble de los monstruos más tradicionales;
víctimas de la violencia y desapare- No se trata, pues, de volver la no quería hacer ni vampiros ni
cidos. Esto último se encuentra ali- mirada al pasado dictatorial para zombis ni nada que no pudiera
neado a la consigna de concebir a la grabar la imagen contemplativa traducir más directamente.
memoria como una obligación, la de de lo que se ha sufrido y resistido Me preocupa cómo traducir el
mantener vivos a los ausentes e impe- sobre el presente, en el que esa terror, no hacer un trasplante
dir el olvido bajo cualquier costo con imagen se incrusta míticamente de temas. En la traducción del
el firme propósito de que los hechos como memoria, sino que se trata género, tenés que trabajar con
aciagos no vuelvan a ocurrir ni dañen de abrir fisuras en los bloques elementos propios (Zunini 2016).
a más personas. En ese sentido, desde de significación que la historia
los términos sugeridos por Sarlo: cierra como pasados y acaba- Hay que señalar que, si bien Enrí-
dos, con el fin de romper sus quez es de las primeras narradoras
La memoria ha sido el deber de verdades unilaterales utilizando argentinas de su generación en tras-
la Argentina posterior a la dicta- los pliegues del cuestionamiento ladar y construir un relato tributario a
dura militar (…). El testimonio crítico (2004: 24-25). los cánones del círculo Lovecraft, sin

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duda no ha sido la única en hacerlo. El horror cósmico se alza como del “mal”, son tenidas por deidades,
Quizá uno de los antecedentes más un rompimiento, una perturbación adoradas en cultos de orígenes remotos
célebres y famosos de esta operaciona- irreparable producto de la confron- y entre cuyos adoradores se cuentan
lización literaria haya sido la ejecutada tación del hombre con aquello que desde aborígenes hasta engendros e
por Jorge Luis Borges en su cuento escapa a todo límite de lo terreno y híbridos alienígenos.
titulado “There are more Things”, que, por ende, resulta incomprensible Hecho que puede verse repre-
contenido en el Libro de arena. Dicho bajo la lógica común. Por ello, a fin de sentado en las malformaciones que
cuento presenta incluso una dedicato- identificar sus influencias en el relato la fiscal Marina del relato de Enrí-
ria expresa a Howard Philip Lovecraft en ciernes, es menester acercarnos a quez atribuye a la contaminación en
y enerva un pastiche desde el cual se la subsunción de elementos y motivos el agua; pero que, desde la tradición
siguen líneas temáticas típicas del horror lovecraftianos dentro de la obra de de los mitos de Cthulhu, tendría que
cósmico; pero, claro, desde una locación Enríquez. Para ello, a su vez, debe- ver con caracteres hereditarios de los
y personajes típicamente argentinos. mos servirnos de la hipertextualidad sirvientes de Cthulhu, híbridos de ser
Howard Phillips Lovecraft (1890- de Genette que es entendida como humano y criaturas acuáticas, y su des-
1937) representa un antes y un des- “toda relación que une un texto B cendencia malograda, tal y como se
pués en la literatura. Considerado (en este caso “Bajo el agua negra muestra en la siguiente cita del relato:
por muchos como maestro del horror de Enríquez”) a un texto anterior A
moderno, Lovecraft es también reco- (“Los mithos de Cthulhu” de H. P. Había sido un extenso y com-
nocido como el artífice del horror cós- Lovecraft) en el que se injerta de una plejo juicio penal por daños: los
mico, subgénero literario a través del manera que no es la del comentario hijos de las familias que vivían
cual el autor de Providence dio vida a la (…)” (1989: 14). Asimismo, Genette cerca de esa agua, que la toma-
cosmología de “Los mitos de Cthulhu”, indica que una forma particular de la ban, aunque sus madres inten-
un famoso ciclo de relatos en los que hipertextualidad es la transformación taran quitarle el veneno hirvién-
el miedo a la destrucción de nuestra y la define como el hecho de que un dola, se enfermaban, morían de
propia humanidad, y de las leyes natu- texto B no hable en absoluto de A, cáncer en tres meses, horribles
rales que la rigen, es provocado por un pero aun así no pueda existir sin A. Por erupciones en la piel les destroza-
conjunto de amenazas encarnadas en ello, es necesario que se evidencie una ban brazos y piernas. Y algunos,
criaturas extraterrestres, eones adelan- evocación más o menos explícita, sin los más chicos, habían empe-
tadas a la civilización humana, ajenas necesariamente hablar de él ni citarlo. zado a nacer con malformacio-
a cualquier canon de la realidad física nes. Brazos de más (a veces hasta
de nuestro mundo y, por sobre todo, 2.1. Las influencias cuatro), las narices anchas como
imposibles de ser comprendidas —o extraterrenas las de felinos, los ojos ciegos y
tan siquiera conocidas— por la mente cerca de las sienes (Enríquez
humana sin que con ello le acarree A diferencia del horror román- 2016: 159).
consecuencias trágicas. Así, tales cria- tico y gótico que basaban sus modelos
turas, tan antiguas como el cosmos narrativos en la existencia de secre- 2.2. Atmósfera cientificista,
y, de alguna forma, más cercanas al tos irresolubles, genealogías malogra- personajes escépticos y
estatus divino que al de una criatura das, humanos monstruosos, entidades pérdida de un universo
mortal, apelan a despertar un terror incorpóreas y en la influencia fantas- antropocéntrico
que se mueve en los linderos materia- magórica sobre objetos o locaciones, el
les, un miedo primigenio comparado horror cósmico nos revela la existencia El horror cósmico es, en esencia,
al que sienten las criaturas originarias de criaturas materiales que bien pue- materialista y ello se comprueba en su
a un depredador del que no conocen den morar en las regiones más leja- obsesión por las tramas en las que las
nada hasta que es muy tarde. Y es que nas del universo o provenir de alguna definiciones físicas, químicas, arqueo-
el miedo, a decir del propio Lovecraft dimensión extraña. Incluso, pueden lógicas e históricas dotan de verosi-
en uno de sus más celebrados ensa- estar ahora mismo dormitando ocultas militud a lo narrado. No obstante, la
yos titulado El horror sobrenatural en la en alguna ciudadela ancestral, hundida figura del hombre deviene siempre
literatura, es “la emoción más antigua en el océano y construida por razas en insignificante ante la inmensidad
y más intensa de la humanidad (…), venidas a la Tierra mucho antes de del cosmos y frente a sus multiformes
y el más antiguo y más intenso de los que el hombre reinase sobre la super- criaturas. Usualmente los protagonistas
miedos es el miedo a lo desconocido” ficie. Dichas criaturas, aunque esca- asumen una postura incrédula vincu-
(Lovecraft 1995: 7). pan al concepto moral del “bien” y lada a su personalidad o a los oficios

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que desempeñan (algunos asociados […]. Todo era espantoso, pero será una procesión pagana en la que
a las humanidades, ciencias naturales, no era imposible. No había nin- los pobladores, casi posesos, levantan en
ciencias sociales). Tal carácter racio- gún chico muerto que vivía, no andas el cuerpo podrido y reanimado
nal y ávido de una explicación lógica, había ningún culto de muertos. de Emmanuel bajo la promesa de que
poco a poco, a medida que el horror (Y por qué no había imágenes este “mesías” oscuro ha llegado al fondo
alcanza a los personajes y estos des- religiosas y por qué el cura había del río contaminado. Ha despertado al
cubren su naturaleza cierta-material, hablado de Emmanuel sin que morador que habita sus profundidades
termina completamente destruido. ella siquiera se lo preguntara.) y ahora habrá de arrojarlo al mundo
En un primer momento, tenemos (Enríquez 2016: 171). que los desprecia. Tamaña sucesión de
a los policías que han asesinado a los desgracias desaforadas, y hasta cierto
chicos cuando le increpan a la fiscal 2.3. Sueños y desquiciamiento punto grandilocuentes, cumple con el
que (ella y su equipo) “No tienen idea final horrendo que les espera a quie-
de lo que pasa ahí adentro. Ni idea En las letras lovecraftianas, las nes, en la literatura lovecraftiana, son
tienen” (Enríquez 2016: 158) aludiendo visiones del mundo onírico juegan testigos del advenimiento de poderes
a un destino signado por la desgracia, un papel trascendental, pues, a decir que escapan de su comprensión, pero
un futuro hermanado a esa “villa mise- del propio Howard, muchas de las que sospechan ineludibles.
ria”, anunciado en los cultos profanos monstruosidades aparecidas en sus
que cunden en sus calles, conducido escritos también le atormentaron en 2.4. Descripciones
por el retorno del joven Emmanuel recurrentes pesadillas. Los sueños son monstruosas, atmósfera
cuyo cadáver reanimado emerge de usados como nexo interaccional entre oscura y obsesión por
las aguas del Riachuelo para poder los “dioses cósmicos” y los infortuna- el corpus sensorial del
vengarse y desatar un castigo liberador dos humanos quienes, movidos por horror
sobre el mundo. Se cumple, además, el una insana curiosidad, se entrometen
desmoronamiento de la posición escép- en terrenos dispuestos más allá de su Lovecraft otorga un lugar pre-
tica de la fiscal Marina, quien en todo erudición con fatídicas consecuencias. ponderante al arte de la descripción.
momento intenta asir cualquier expli- Usualmente el resultado esperable de Así, muchos de los relatos del género
cación medianamente racional frente a alguien que entra en contacto con las muestran detalladas elucubraciones
los hechos extraordinarios que presen- criaturas cósmicas de Lovecraft es que, descriptivas sobre las bestias que lo pue-
cia. Entre ellos, está el coro de criaturas o bien se une al culto que las consagra, blan, los parajes mostrados (Arkham,
deformes que no dejan de repetir el o bien opte por combatirlas, o bien Innsmouth, Dunwich, R’lyeh, entre
mantra “En su casa el muerto espera acabe desquiciándose y atentando con- otros) y, por supuesto, los sucesos acia-
soñando” (Enríquez 2016: 169), muy tra su vida. Usualmente es lo primero gos que preceden, conforman y suce-
similar a “En su morada de R’lyeh, que les permite escapar del desastre. den al clímax. Todo ello contribuye a
Cthulhu muerto aguarda soñando” Aquello que fue establecido de los la creación de una atmosfera maca-
(Lovecraft 2005: 565). Pero es inútil; sueños en la narrativa cosmogónica de bra y pesimista, en la que se busca
muy dentro de ella hay un sinnúmero los mitos de Cthulhu se subsume en encarnar el caos y la desesperanza de
de preguntas que se acumulan frente el pasaje en el que, tras hablar con la un cosmos destinado a la destrucción,
a lo inexplicable y que la irán some- testigo que acude a su despacho para mediante la evocación de sensaciones
tiendo al carácter sobrenatural de la revelarle que Emmanuel había regre- perturbadoras acompañadas de ele-
resurrección del joven presuntamente sado del Riachuelo con vida, Enríquez mentos místicos (maldiciones genera-
asesinado por la policía y ahora redi- señala que Marina era atormentada cionales, leyendas del folklore, grimorios,
vivo para vengarse, lo cual podemos por terrores nocturnos en los que podía reliquias arqueológicas, ruinas ances-
evidenciar en la siguiente cita: ver al cadáver de Emmanuel descom- trales, rituales de invocación, sacrificios,
ponerse (2016: 162-163). Por otro lado, culturas paganas, clarividencia, pesadi-
Marina intentó comprender la escena en la que somos testigos del llas, dioses totémicos); la presencia de
lo que sucedía en realidad: el suicidio del cura Francisco, mientras estímulos sensoriales que pueden o no
cura, acosado por quienes lo este le increpa a Marina que se ha tener un origen sobrenatural (olores de
odiaban en la villa, había per- dejado engañar por los habitantes de sustancias corruptas que acompañan
dido la cabeza. El chico deforme, la villa al acudir, en persona, al lugar a muchas de las “deidades”, sonidos
seguramente abandonado por su que se levanta a orillas del Riachuelo, es ajenos a cualquier tipo de instrumento
familia, lo seguía a todos lados una muestra de un horror que no hará humano, visiones tormentosas de mun-
porque no tenía a nadie más. más que crecer. En efecto, lo siguiente dos y entes extraterrenos durante el

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sueño o la vigilia, sabores y texturas en medio del desastre, no puede hacer por la desidia del Estado en su papel
indefinibles); y el uso de recursos esti- más que huir y llorar. de regulador, y ente garantista de un
lístico-narrativos como la primera o entorno saludable y pleno para que
tercera persona, la sobre adjetivación, 3. El monstruo bajo el sus ciudadanos puedan desarrollarse.
el uso de un lenguaje acorde al con- Riachuelo A su vez, provoca en los residentes
texto de la historia (usualmente clásico de la villa enfermedades y mutaciones
o rimbombante), la estructura narrativa Después de lo visto, tenemos un que los incapacita físicamente, como
de principios lentos que van in crescendo fresco en el que el horror político acaba si no bastase ya estar condenados a
hasta develarnos un final caótico. transmutando a un horror cósmico sin cargar con un estigma que, en última
Al respecto, basta con revisar la dejar un cariz de denuncia sumamente instancia, incrementa las posibilidades
escena final del cuento de de integrarse a un mercado
Enríquez en el que Marina, informal o, pasar de plano, a
quien ha presenciado hasta desempeñarse en actividades
allí una capilla profanada por ilícitas. La exclusión social y el
un tótem (una cabeza de vaca pasivo ambiental son, pues, los
clavada en una pica), cánti- grandes males denunciados en
cos monstruosos proferidos el relato de Enríquez.
por niños-molusco y el suici- Los policías ebrios
dio del sacerdote comunitario encuentran a una pareja de
de Villa Morena, ahora queda chicos que salen de un baile
atrapada en la procesión de en Constitución. Los juzgan
danzantes y adoradores de eso por su fenotipo racial, su pro-
que Emmanuel ha liberado y cedencia socioeconómica, por
que uno puede inferir que es su vestimenta y el tipo de per-
un dios dormido a la usanza formatividad individual que
del Cthulhu que aguarda cada uno despliega. Las últi-
silencioso en su ciudad hun- mas son percibidas como vul-
dida en el Pacífico. Se recrea gares y los hace sospechosos e
el caos del mito lovecraftiano indeseables, casi confirmando
a partir de elementos latinoa- apriorísticamente un presunto
mericanos como los cultos perfil delictivo. La madre de
paganos, los ritmos melódi- Emmanuel, el joven que ter-
cos de una murga atrofiada y minará liberando a la bestia
elementos culturales como la ancestral que dormitaba en
santería y las procesiones san- el Riachuelo, refiere a la fis-
torales comunes a los cultos cal Marina que su hijo algu-
católicos y sus hibridaciones nas veces había incidido en
andinas. algún robo menor, orillado
En un principio, la pro- Portada de Las cosas que perdimos en el fuego. por sus circunstancias. Pero,
tagonista confunde el rito con al momento de su detención,
un baile de carnaval. Sin embargo, marcado en contra de la radicaliza- no había realizado acto sancionable
pronto cae en cuenta de que está ante ción con los moradores de los conur- alguno. Es más, en este caso, ambos
una iniciación pagana, quizá en medio banos que sufren al día de hoy una muchachos regresaban a la villa sin
de los rituales iniciáticos para el final andanada de muestras estructurales perturbar el orden. Sin embargo, es
anunciado, una especie de revancha de violencia a manos del Estado. En la pareja de policías de la historia la
cósmica que incluso ha atrapado a los el caso de Villa Moreno, a la violencia que, desde un dejo lombrosiano, acaba
propios policías culpables de las muer- social y económica que sufran sus habi- atribuyendo una condena sumaria para
tes de Emmanuel y Yamil, a toda la tantes reducidos a pobladores de un el par de “delincuentes” con los que
gente del conurbano de Villa Moreno gueto, se suma la causa ambiental que se acaba de topar. Pero, antes de aca-
y que amenaza con lanzarse sobre el acabó perjudicando invariablemente a bar con sus vidas, deciden golpearlos,
resto del mundo. Marina, la fiscal que los habitantes a través del agua conta- humillarlos y finalmente, obligarlos a
ha tratado de mantener la compostura minada. Esta violencia es provocada nadar en el enorme foso séptico que

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formaban las aguas negras del Ria- caso de “horrorismo”. El neologismo que las cosas en tanto signifiquen ale-
chuelo. Los efectivos disfrutan del propuesto por Cavarero juega con la góricamente se encuentran sobredo-
espectáculo, se burlan y se ríen en unión de los términos terrorismo (en minadas, es decir, que no existe una
medio de la noche. Uno de los jóve- este caso, perpetrado por agentes del fidelidad o correspondencia unívoca
nes pide ayuda; lo escuchan, pero no Estado) y horror. Ahora bien, aunque entre el significado y el significante,
hay nada que pueda hacerse. Aquel el horrorismo con frecuencia tenga que sino una multiplicidad de sentidos.
era su aciago destino. La villa aglutina, ver con la muerte o, si se quiere, con Así, podemos proponer que aquel
además, un sinfín de personas como el asesinato de las víctimas inermes, horrorismo de Estado se corresponde
ellos, migrantes bolivianos, peruanos, alude a todos aquellos actos de vul- con la referencia alegórica benjami-
aimaras, guaraníes, mapuches, cam- neración de derechos fundamentales niana que Enríquez elabora con la
pesinos que dejan la pampa y deciden que pueden o atentan directamente concepción del monstruo lovecraftiano
viajar a buscar un porvenir provechoso. contra la vida humana y su dignidad, que, como un espectro, habita el fondo
Debido a lo anterior, nos parece y que se caracterizan “por una forma del riachuelo contaminado. En este
importante apuntar que el Estado particular de violencia que traspasa caso, el monstruo es una criatura inde-
argentino de la postdictadura y sus la muerte misma. Esto se evidencia cible, innombrable, incomprensible en
agentes responsables de cautelar el teatralmente en la escena infinita de toda su dimensión y, por esto mismo,
orden público, en este ínterin del relato, la tortura, cuyo origen etimológico peligrosa. El monstruo, además, des-
cumplen un rol legitimador y ejecu- remite al latín torquere: torcer, retorcer cansa bajo las aguas putrefactas del
tor de la violencia armada a través de el cuerpo, hacer ‘un cuerpo reducido Riachuelo y, aunque la comunidad
sus cuerpos policiales. Es claro que, a migajas por el tormentum’. Pero se del conurbano y el resto del mundo
de principio a fin, en “Bajo el agua da también una excedencia de signifi- lo ignoran (o prefieren no enterarse
negra”, palpita un germen autoritario cados respecto al crimen del homicidio de su existencia), representa una ame-
que acaba mezclándose con un cla- en casos de muerte violenta, incluso naza silente para todos. La criatura
sismo letal. La violencia manifestada instantánea” (Cavarero 2009: 61). existe desde tiempos primitivos y su
en brutalidad policiaca, detenciones Latinoamérica, y muy especial- amenaza es un retorno a un pasado
arbitrarias, agresión física, tortura y mente, Argentina y Chile conocen de dominado por sus designios en el que
asesinato acaba erradicando la exis- primera mano muestras de horrorismo el ser humano no tiene cabida. Las
tencia mortal de Emmanuel y Yamil desplegadas por parte del Estado. aguas turbias por donde no entra la
porque eran muchachos de un claro En Argentina, la profunda herida luz son su cobertor y se oculta bajo su
nivel socioeconómico precarizado, con del gobierno de la Junta Militar y los superficie contaminada, aguardando
antecedentes delictivos y que, además, casi 30 mil desaparecidos, los cientos en sus ruinas interiores el momento en
pertenecían a una población vulnera- de miles de torturados en instalacio- que algún estimulo exterior lo invoque.
ble al habitar un espacio contaminado, nes públicas y militares, aquellos que De ahí que no sea gratuito que su des-
poblado en su mayoría por migran- fueron electrocutados, carbonizados, pertar se dé, en este caso, gracias a un
tes y usado, en muchos casos, como fusilados, asesinados a golpes, violados, acto de horrorismo cuando el propio
guardia o centro de operaciones de arrojados desde aviones y helicópteros Emmanuel, quien sobrevive a la tor-
organizaciones criminales. a ríos, lagos y mar o quienes sufrie- tura y a la amenaza de ahogarse, llegue
¿Qué hacemos o cómo podemos ron la desaparición doble de sus seres hasta su recinto hundido para liberarlo
definir toda esta andanada de violencia queridos al sufrir el secuestro de ellos al fin. La violencia es una puerta de
que presenciamos? Frente a la comisión y luego la privación de reclamar su entrada para que el monstruo libere
de delitos tan atroces, Enríquez alude cuerpo porque este fue aniquilado para sus horrores sobre el mundo.
a una vejación criminal que se revela borrar el crimen e impedir cualquier ¿Cómo todo ello ensambla una
más profunda y particularmente per- rito fúnebre hacia el enemigo de la alegoría para referirse al Estado que
versa: un crimen que lesiona derechos junta, palpita por debajo de este relato siguió a la dictadura militar? El estado
fundamentales. Y es frente a crímenes ambientado en las décadas sucesivas de excepción, como la criatura, es un
como el descrito, crímenes comprendi- a la dictadura. ente enorme y monstruoso incapaz
dos por la humillación, tortura y luego Rodríguez define a la alegoría — de ser aniquilado. El tránsito hacia
el asesinato instigado por un odio que siguiendo a Walter Benjamín—, como la democracia ha extinguido su pre-
encuentra el desfogue a través de las “un modo de significación específico, sencia formal; sin embargo, ha dejado
herramientas del monopolio de la vio- una metáfora continua, el transporte un andamiaje asediado por prácticas
lencia social (el uniforme y la investi- de un sentido propio al sentido figu- cruentas que se han naturalizado en
dura policial), que estamos frente a un rado” (2013: 4). Nos advierte, además, casi una década de dominio dictatorial.

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Tales prácticas de abuso y crimen siste- a los que son pobres o son obre- que Enríquez urde en “Bajo el agua
mático se integraron a la médula estatal ros o están desahuciados y se negra” podría ser leída como una ima-
y, aun en plena democracia, comenza- ve que son negros, los torturan gen alegórica para denunciar que los
ron a integrar un repertorio que, como los policías y los militares (…). métodos violentos, los crímenes de lesa
en el caso del monstruo lovecraftiano (1992: 151). humanidad, el monopolio abusivo y
del Riachuelo, permanece hundido, grosero de la violencia desde un viso
suspendido, no-muerto y a la espera de El Estado, a través de la violencia racista y clasista pueden despertar al
que alguien las sustraiga de su letargo de sus agentes y en el relato estudiado, monstruo de la dictadura que duerme
al ejecutarlas contra sus objetivos habi- es percibido como un monstruo, como bajo la superficie del Estado postdic-
tuales: sujetos indeseables ayer y hoy, una criatura de un pasado nefasto que tatorial de la democracia. Esto hace
sujetos a los que se debe liquidar por no ha muerto porque, sencillamente, referencia a que quizá el modo bru-
resultar racial, política, socioeconómica no puede ser erradicado, sino, a lo tal que campeó durante la dictadura
o culturalmente incompatibles con el sumo, contenido. El Estado es como jamás se marchó, solo entró en letargo
proyecto de nación democrática con- una amenaza que, aun en la post- a la espera de ser liberado de sus ata-
temporánea. No en vano Piglia, en su dictadura, puede recobrar su cariz cri- duras institucionales para actuar en
novela La ciudad ausente, al referirse al minal cuando alguno de sus oficiales contra de los “enemigos de la patria”
papel del Estado en la etapa de violen- evoca el horrorismo de su proceder de turno. De ahí, resulta invaluable la
cia incontenible que vivió Argentina mediante la comisión de crímenes que, contribución que, desde el horror y una
durante la Junta Militar, apunta que: se suponen, fueron erradicados de su literatura que bebe incansablemente
lógica de funcionamiento institucional. de los márgenes, se pueda contribuir
La tortura es la culminación de El riesgo de volver está allí, al a afianzar un relato que ingrese a la
esa aspiración al saber, el grado alcance de un golpe o de un acto de disputa y al conflicto de memorias y
máximo de la inteligencia ins- horrorismo que evocan y materiali- evidencie los latrocinios que aún nos
titucional. El estado piensa así, zan la figura espectral del Estado de acompañan bajo el ropaje de la post-
por eso la policía fundamental- facto violador de derechos humanos. dictadura, la transición o la democra-
mente tortura a los pobres, sólo Por lo anterior, la versión de Cthulhu cia republicana.

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