Poesía náhuatl: características, autores y poemas más representativos
Inscripciones en monumentos, cerámicas y códices atestiguan hoy en día la grandeza de las culturas de
lengua náhuatl que, además de todo su desarrollo arquitectónico y científico, forjaron un sistema de escritura y, con
él, una literatura digna de ser conocida, especialmente su poesía.
Si bien la conquista de América supuso la destrucción de las instituciones y producciones precolombinas, no
todo se perdió. En cuanto a la literatura, sobrevivieron relatos cosmogónicos y anales de la historia, pero sobre
todo, poesía.
La lengua náhuatl actuaba en la era prehispánica como una lingua franca del mundo azteca y tolteca. Los
aztecas, que llegaron a México-Tenochtitlán hacia el siglo XIII d.C., eran herederos de los toltecas, que habían
florecido entre los siglos IX y XI y ya conocían la escritura. Se sabe también que los teotihuacanos hablaban náhuatl y
que los olmecas dejaron las más antiguas inscripciones.
Estas culturas desarrollaron un sistema de escritura mixto que incluía signos pictográficos, ideográficos y
fonéticos que no han terminado de ser descifrados, si bien es cierto que la mayor parte de su legado fue de tradición
oral.
De acuerdo con Miguel León-Portilla, traductor y especialista en la materia, el conquistador Bernal Díaz del
Castillo y el misionero Andrés Olmo, también filólogo del náhuatl, atestiguaron la existencia de libros y códices en las
culturas prehispánicas. Pero destacó singularmente la obra de Bernardino de Sahagún.
Fraile y cronista, Sahagún compiló mucha de la poesía náhuatl en un manuscrito llamado Cantares
mexicanos y en otro llamado Romances de los señores de Nueva España. Estos materiales solo fueron
redescubiertos y traducidos en el siglo XIX, momento en el que inicia el estudio de la literatura náhuatl.
Categorías de la literatura náhuatl
Quienes escribían eran llamados o considerados tlamitini, que quiere decir "los que saben cosas". En
realidad, los tlamatinime (en plural) fungían como filósofos o poetas.
Desde el punto de vista literario, los documentos encontrados hasta la fecha dan cuenta de dos géneros que
fueron cultivados en la era prehispánica:
Tlatolli (palabra o discurso), relatos y discursos en prosa sobre historia, conocimiento, etc.; incluye
los xiuhámatl, que corresponden a los anales de historia;
Cuícatl (canto), que corresponden a los poemas y cantos.
Características de la poesía náhuatl
La poesía náhuatl era percibida como una fuente de conocimiento y de memoria ancestral. Por medio de
ella, se legaba a las generaciones el conocimiento. Junto a esto, se presume que los cuícatl también eran percibidos
como de inspiración divina. En ese sentido, se cree que quienes escribían poesía náhuatl no se consideraban solo
poetas, sino filósofos.
Las piezas poéticas que encontramos evocan recuerdos y promueven el diálogo interior, de manera que la
espiritualidad y la introspección son elementos muy importantes.
De acuerdo con León-Portilla, a esto se le suma el ritmo y la medida como elementos formales. Se sabe que
algunos de estos poemas fueron concebidos para llevar acompañamiento musical o para ser cantados. Los poemas
nahuas tienen, así, un tono lírico.
De acuerdo con León-Portilla, a esto se le suma el ritmo y la medida como elementos formales. Se sabe que
algunos de estos poemas fueron concebidos para llevar acompañamiento musical o para ser cantados. Los poemas
nahuas tienen, así, un tono lírico.
La autoría
Aunque existía una cantidad de literatura anónima, también abundaron los textos firmados. En algunos
casos solo se conoce el nombre del poeta. En otros, hay conocimiento de algunos rasgos biográficos.
Si bien algunos escritores nahuas firmaban sus obras, no se regían por nada parecido al individualismo
occidental. Los poetas nahuas se acogen a una tradición y, así, acuden unos a otros con total libertad, dentro de un
cierto sentido de hermandad y espíritu de colaboración. Al menos eso afirma Zora Rohousová en su ensayo "Debajo
el árbol florido".
Para Rohousová, los gremios y grupos elitistas de trovadores prehispánicos compartían el léxico y las
imágenes literarias, sin que eso fuera un factor a desestimar, pues la cultura dominante tendía a la percepción de la
sociedad como un todo.
Temas y propósitos de la poesía náhuatl
La poesía náhuatl reflexiona sobre los hechos más profundos de la vida, pero no responde preguntas ni llega
a conclusiones determinantes. Para los poetas, la vida se presenta como un misterio que no puede ser resuelto.
Este misterio vital es la principal preocupación. La peculiaridad del destino humano, que no es otra cosa que
el paso inclemente del tiempo y la inexorable muerte, es la angustia más patente.
Frente a esto, el amor romántico poco puede, No es, en realidad, una preocupación esencial de la poesía.
Dicen los investigadores que el amor nunca tuvo cabida en la poesía prehispánica náhuatl, a pesar de la presencia de
ciertos poemas eróticos. Y es que no se habla sobre la propia vida o las preocupaciones personales, pues no existe la
noción del individualismo, así como no existe el valor estético de la originalidad.
En realidad, los poetas abordan las preocupaciones compartidas por la élite. Sus temas serán, pues, el paso
del tiempo, la muerte, la guerra, y la poesía y el arte como flor y canto. Junto a esto, también se representaban los
mitos cosmogónicos, las creencias religiosas, la amistad en la tierra y, finalmente, pero no menos importante, la
invocación a dios, llamado "el dador de vida".
El estilo en la poesía náhuatl
De acuerdo con León-Portilla, las estrofas de los poemas en lengua náhuatl, así como las unidades de
expresión, se organizan por pares, lo que implica que es un desarrollo no lineal al nivel de contenido.
En ese sentido, un rasgo esencial sería el paralelismo. En términos poéticos, el paralelismo se corresponde
con aquellas oraciones de connotación afín o versos-línea, en las cuales se ve un complemento o un contraste. León-
Portilla expone el siguiente ejemplo: "En Tlatelolco ya se extiende la aflicción/ el sufrimiento ya se conoce"
(huexotzincáyotl, folios 6v-7r de Cantares mexicanos).
Otro elemento característico del estilo náhuatl de composición poética es la repetitividad de las ideas que,
dentro de un mismo texto, vuelven a emerger una y otra vez. Se presume que esta característica responde a la
voluntad de enfatizar el significado y el mensaje.
Pero un elemento que destaca sobre todos es el difrasismo. El difrasismo, tal como lo expone León-Portilla
citando a Garibay en su texto, "consiste en aparear dos metáforas que, juntas, dan el simbólico medio de expresar
un solo pensamiento".
Entre los ejemplos que señala el mismo León-Portilla, pueden nombrarse los siguientes: In ixtli, in yóllotl,
que traduce "rostro, corazón", para referirse a la persona; / In xóchitl, in cuícatl, que significa "flor, canto", para
hacer referencia a la poesía; n ibíyotl, in tlahtolli, que quiere decir "aliento, palabra", en alusión a la palabra o al
discurso. Ambas palabras de cada grupo son metáforas diferentes del mismo concepto.
Junto a estos elementos de estilo, aparecen también las llamadas partículas interjectivas. Se trata de sílabas
sin significado que cumplen la función de dar ritmo y musicalidad al texto.
Clasificación de la poesía náhuatl
Se pueden reconocer diferentes subgéneros dentro de la poesía náhuatl, tal como lo señala León-Portilla,
cada uno de los cuales recibe su nombre de acuerdo a su contenido y, en algunos casos, de acuerdo a su función.
Los teocuícatl, o cantos a los dioses, eran materia de enseñanza de los calmécac o "casas en hileras". Al igual
que los telpuchcalli o "casas de jóvenes", eran una suerte de centros educativos.
Los teocuícatl relataban los hechos primordiales o evocaban a la divinidad. Podían funcionar como himnos
sagrados musicalizados para las ceremonias. Tenían también un tono solemne y esotérico.
Es importante saber que para los poetas nahua, la poesía era en sí misma un tema de reflexión, pero se le
llamaba metafóricamente. Los xoxicuícatl, o cantos a la poesía (flor), y xopancuícatl, o cantos de primavera, son
expresión clara de esto. Por ejemplo, para llamar al poeta se le nombraba como "ave preciosa, pájaro rojo". Así, los
poemas serían "flores, perfumes, piedras preciosas o plumas de quetzal".
Los cuauhcuícatl, o cantos de águilas, los ocelocuícatl, también conocidos como cantos de ocelotes, y los
yaocuícatl, que son los cantos a la
guerra, son las diversas maneras de
nombrar los poemas en que se
exaltaban las glorias de los capitanes
famosos, las batallas y los triunfos de
unas culturas sobre otras. También
se podían cantar o actuar.
Los icnouícatl, o cantos de
tristeza o de angustia (huérfano), por
su parte, eran aquellos en los cuales
el poeta filosofa sobre los misterios
de la vida, como el tiempo y la
muerte.
Los teponazcuícatl son
aquellos poemas hechos para ser
musicalizados estrictamente. Ellos
fueron el origen del drama en la
cultura náhuatl.
Ahuilcuícatl y cuecuexcuícatl
son aquellos poemas referidos a los
cantos de placer o cantos de
cosquilleo respectivamente.
Poemas en náhuatl
El náhuatl es una lengua yotoazteca, imperante en el antiguo Imperio Azteca, con más de un millón de
hablantes en la actualidad. Del náhuatl encontramos bellas piezas poéticas que, generalmente, fueron creadas para
la transmisión oral, con las cuales sus creadores pretendían reflexionar sobre los aspectos más transcendentales de
la vida, entendida esta como un enigma difícil de resolver.
Algunos poemas son de carácter anónimo, sin embargo, hoy en día resuenan grandes figuras como
Tecayehuatzin o Nezahualcóyotl, entre otros.
Descubramos, a continuación, la belleza de estas creaciones a través de una selección de poemas cortos,
creados originalmente en náhuatl, traducidos al español.
1. La amistad
La amistad es un breve poema de Tecayehuatzin de Huexotzinco, filósofo y poeta prehispánico de poblano-
tlaxcalteca. En su creación poética destacan los cantos de melancolía (icnocuícatl), alegría de vivir (xopancuícatl) y
de belleza efímera (xochicuícatl).
Cual pluma de quetzal, fragante flor,
la amistad se estremece:
como plumas de garza, en galas se
entreteje.
Un ave que rumora cual cascabel es
nuestro canto:
¡qué hermoso lo entonáis!
Aquí, entre flores que nos forman valla,
entre ramas floridas los estáis cantando.
2. La flor y el canto
Este breve poema de autoría anónima, reflexiona sobre la poesía, temática habitual en la poesía náhuatl. En
este caso podría entenderse que la poesía mana del interior de su creador y este la comparte con el mundo.
Brotan las flores, están frescas, medran,
abre su corola.
De tu interior salen las flores del canto:
tú, oh poeta, las derramas sobre los demás.
3. Pajarillo
El siguiente poema alienta la importancia de valorar lo que tenemos a nuestro alrededor, por pequeño que
sea. A pesar de la adversidad, siempre hemos de encontrar un motivo por el cual “cantarle” a la vida. El solo hecho
de estar vivos ya es una razón para poder alegrarse.
Pajarillo, ¿por qué cantas? Pajarillo, ¿Por qué cantas? Pajarillo, ¿Por qué cantas?
Yo canto porque estoy alegre, Yo canto porque tengo vida, Yo canto porque hay sol,
yo canto porque siempre amanece, yo canto porque no estoy herido y tú, ¿por qué no cantas?
y tú, ¿Por qué no cantas? y tú, ¿Por qué no cantas?
4. Enigma de vivir
Enigma de vivir es un poema anónimo. A través de sus versos, este canto nos anuncia que no somos
inmortales. Al contrario, la vida es corta y efímera. Por ello, debemos disfrutar de cada momento y hacer de las
malas experiencias algo bello.
No es verdad que vivimos,
no es verdad que duramos
en la tierra.
¡Yo tengo que dejar las bellas flores,
tengo que ir en busca del sitio del misterio!
Pero por breve tiempo,
hagamos nuestros los hermosos cantos.
5. Sed de inmortalidad
Sed de inmortalidad es un poema asociado a Nezahualcóyotl, más conocido como "El Rey Poeta". Entre sus
creaciones abunda la temática de la muerte. En este canto el autor reflexiona sobre el inevitable destino que es la
muerte, aludiendo al deseo de poder ser inmortal.
Me siento fuera de sentido,
lloro, me aflijo y pienso,
digo y recuerdo:
¡Oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera!…
¡Vaya yo donde no hay muerte,
donde se alcanza victoria!
Oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera…
6. Sueño de palabras
Entre las creaciones del poeta y gobernante Tecayehuatzin, destaca este canto sobre la amistad.
¡Amigos, favor de oír
este sueño de palabras!:
en tiempo de primavera no da vida
el áureo brote de la mazorca:
nos da refrigerio la roja mazorca tierna,
pero es un collar rico el que sepamos
que nos es fiel el corazón de nuestros
amigos.
7. Canto primaveral
Los Xoxicuícatl o cantos a la poesía también forman parte de la composición de Netzahualcóyotl. En este
canto, el Rey Poeta reflexiona sobre la poesía y el creador de la misma, el poeta, el cual con su cantar agrada a los
hombres.
Sobre las flores canta el hermoso faisán:
ya sus cantos desata el Dueño del mundo.
Y solo les responden sus propias aves.
Son las aves rojas bellas que cantan.
Un libro de pinturas es tu corazón:
viniste a cantar, oh poeta, y tañes tu atabal.
Es que la primavera deleitas a los hombres.
8. Solo vinimos a soñar
Tochihuitzin Coyolchiuhqui fue coetáneo de Nezahualcóyotl, hijo de Itzcóatl, gobernante azteca. ¿Qué es la
vida sino un sueño? En este poema el autor atiende cuál es nuestra misión en la tierra.
Así lo dejó dicho Tochihuitzin,
así lo dejó dicho Coyolchiuhqui:
De pronto salimos del sueño,
solo vinimos a soñar,
no es cierto, no es cierto
que vinimos a vivir sobre la tierra.
Como yerba en primavera
es nuestro ser.
Nuestro corazón hace nacer,
germinan flores de nuestra carne.
Algunas abren sus corolas,
luego se secan.
9. La vida póstuma
La vida póstuma fue creado con motivo del deceso del príncipe Tlacahuepan. En la poesía náhuatl el tema de
la muerte está muy presente y este es un ejemplo de ello:
Áurea mariposa ya libando está:
la flor que se ha abierto es mi corazón,
oh amigos míos, es una flor fragante,
ya le esparzo en la lluvia.
10. Lo comprende mi corazón
Nezahualcoyotl reflexiona en este canto, de manera más transcendental, sobre la poesía. Un canto que nace
desde lo más profundo, desde su interior. ¿Afirma Nehualcoyotl con este canto que ha logrado hallar el verdadero
significado de la poesía?
Por fin lo comprende mi corazón:
Escucho un canto,
Contemplo una flor:
¡Ojalá no se marchiten!
11. Dolor del canto
El siguiente poema de Nezahualcóyotl alerta sobre la brevedad de la vida para ello utiliza elementos de la
naturaleza como son el sol y las flores.
Oye un canto mi corazón: Póngame yo un collar de varadas flores:
me opongo a llorar: me lleno de dolor. en mis manos estén:
Nos vamos entre flores: ¡florezca en mis guirnaldas!
tenemos que dejar esta tierra: Tenemos que dejar esta tierra:
estamos prestados unos a otros: estaos prestados unos a otros:
¡iremos a la Casa del Sol! ¡nos vamos a la Casa del Sol!
12. Amor y muerte
Amor y muerte es un canto anónimo que supone una reflexión sobre la propia muerte. Estos versos
esconden el lamento del poeta ante la imposibilidad de esquivar el destino, y la angustia que le provoca este final
inevitable al reiterar que “tiene que irse”.
¡Que se abra tu corazón!
¡Que tu corazón se acerque!
Tú me atormentas,
tú me das muerte.
He de irme para allá,
donde pereceré.
¿Llorarás por mí una última vez?
¿Por mí sentirás tristeza?
En realidad fuimos solo amigos,
yo tengo que irme,
yo tengo que irme.
13. Mi poema
Esta creación data de principios del siglo XVI y trata el tema de la poesía y canto. Su autoría se asigna a
Totoquihuatzin, rey de Tlacopan.
Yo prefiero esmeraldas,
yo oro estoy fundiendo:
¡Es mi canto!
En hilo ensarto ricas esmeraldas:
¡Es mi canto!
14. La vida pasa
La vida pasa es un canto anónimo que nos anima a disfrutar de la vida y de todo lo que nos rodea porque, a
pesar de todo, partiremos e igualmente la tierra seguirá. Así que no vale la pena lamentarse sino, más bien, hay que
vivir el momento.
¡Oh flores que portamos, estemos juntos, amigos míos!
oh cantos que llevamos, ¡Debemos dejar nuestros cantos:
nos vamos al Reino del Misterio! y con todo la tierra seguirá permanente!
¡Al menos por un día Amigos míos, gocemos: gocemos, amigos!