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Propiedad Intelectual según ley 11.723, decretos reglamentarios y convenciones internacionales ratificadas en
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                       ¿ DISTRAÍDA YO ?
El autor prohibe terminantemente modificación alguna en el título de la obra,
aunque la misma fuera una adaptación, lo que de todas maneras implicaría una
autorización expresa del autor para modificar el texto original.
Autor: M. Román Sarmentero
Personajes:      Daniela Queen             Luis y Sebastián (Ladrones)
                 Rafael (novio)            Policía      Vanina y Carolina (Amigas)
Escenario: Sala de estar, casa de Daniela Queen. Un sofá en el centro del escenario,
      una mesa sobre un lateral, una mesa pequeña frente al sofá, un perchero
      hacia atrás y una ventana abierta al fondo de la escena.
Escena: Al abrir el telón, la escena está vacía, momentos después se asoman espiando
      Luis y Sebastián, dos tontos ladrones que entran por la ventana con una bolsa
      en la mano cada uno.
Luis: ¿Estás seguro que es lo mejor meternos en esta casa, meternos?
Sebastián: Arriesguémonos, el asunto es que la policía nos pierda de vista.
Luis: Pero si la ventana está abierta, debe haber gente, debe haber...
Sebastián: Tenés razón Lucho, así que andá a investigar.
Luis: Y vos, ¿que vas a hacer?
Sebastián: Voy a ver que pasa con la policía, para que cuando esté despejado y
       tengamos
       ruta libre, nos podamos ir.
Luis: Voy a revisar, voy...(sale)
Sebastián: (Espiando por la ventana por la que entraron) ¡Uy!, se quedaron de guardia,
       ¿cómo hacemos para salir con las bolsas?
Luis: (Entrando) Que raro, no hay gente, no hay...
Sebastián: No se habrán dado cuenta que les quedó la ventana abierta.
Luis: En una de esas vuelven enseguida, vuelven...¿qué hacemos?
Sebastián: Presiento que van a quedarse un largo rato haciendo guardia, y si cuando
       vienen los de esta casa arman escándalo, se nos vienen encima.
Luis: ¿Y entonces?
Sebastián: (Piensa por un momento) Ya se, ya se, ya se…
Luis: ¿Qué?
Sebastián: No, no…(vuelve a pensar)…la tengo, la tengo, la tengo…
Luis: Si, si…
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Sebastián: No, no…(vuelve a pensar)…ya está, ya está, ya está…
Luis: ¿Qué?
Sebastián: No, no…(vuelve a pensar)…ahora si…
Luis: Ahora no te creo mas…(apartándose de él).
Sebastián: Vení para acá…lo único que se me ocurre....vamos a hacer así, escondamos
        bien las joyas en la casa, sacamos ropa de esta gente, nos disfrazamos, y
        volvemos mañana cuando esto esté mas tranquilo.
Luis: Vamos a cambiarnos, ¡rápido! (salen ambos).
(Momentos después entra Daniela con un sombrero puesto).
Daniela: Con lo fuerte que está el sol y yo que me iba sin sombrero...(busca por
        distintas partes hasta que finalmente encuentra el que muy visiblemente estaba
        colgado en el perchero, se lo coloca sobre el que ya traía puesto)...¿eh?...
¡ah!...ya tenía uno, ¿cuándo me lo puse?, bueno, no importa
        ....(sale).
Sebastián: (Entra cambiándose con ropa de mujer) Me pareció oír voces…
Luis: (Entra también cambiándose) ¿Está todo bien, está?
Sebastián: Fue una falsa alarma, terminemos con esto...
Luis: No me gusta vestirme de mujer, no me gusta...
Sebastián: A mi tampoco, pero por lo visto, acá no viven hombres, y además la policía
        busca a dos tipos, no a dos mujeres....vamos a terminar de cambiarnos (salen
        para seguir cambiándose).
(Momentos después llaman a la puerta. Luis atraviesa la escena haciéndose la dama
        fina, pero torpemente, como para atender la puerta).
Sebastián: (Aparece detrás de él) ¿Qué vas a hacer?
Luis: Voy a ver quien es, voy a ver...
Sebastián: Pero no, tarado, mirá si es algún conocido de la que vive acá (se escucha
        desde fuera la voz que dice: “Es la policía, abran por favor”).
Sebastián: ¿Viste animal?
Luis: ¿Qué hacemos?
Sebastián: Esperá que voy a espiar por la ventana...(se acerca a la ventana y espía) se
        quedó frente a la puerta...
Luis: Y bueno, mientras nos dormimos una siestita...(se acuesta en el sofá).
Sebastián: Uy…viene para la ventana, ¡rajemos! (sale rápido. Luis no escuchó bien,
        cuando se está por incorporar, ve aparecer al policía por entre las cortinas de
        la ventana).
Policía: (También algo tonto) Holaaaaa...¿no hay nadie en casa?
(Luis se refugia en el sofá, el policía comienza a entrar por la ventana).
Policía: Quizás haya una persona desmayada y necesite ayuda....pero alguien debe
        haber para que esté la ventana abierta...(Luis se hace el dormido, cerrando los
        ojos poco disimuladamente. Policía ve finalmente a Luis) Acá hay
        alguien...¿está dormida señora?
Luis: (Abriendo un solo ojo ) ¿Cómo dice? (fingiendo la voz).
Policía: Que llamé a la puerta y no me contestó.
Luis: ¡Ah!....es....que....soy sorda, soy...
Policía: Disculpe usted que haya entrado por la ventana, pero acaban de robar una
        joyería grande del barrio y no debería dejar su ventana abierta.
Luis: Ya...la voy a cerrar...
Policía: Bueno, me voy, permiso...(sale hacia la puerta).
Luis: (Hacia el lateral opuesto) ¡Seba!...¡Seba!...
Policía: (Vuelve a entrar sorprendiéndolo) Está con llave.
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Luis: (Queriendo disimular)...¿Eh?...¿con llave?...(levanta la voz para que escuche
        Sebastián) La puerta está con llave...
Policía: Es lo que le termino de decir, ¿por qué grita?
Luis: No....es que....los…(se corrige) “las” sordas...a veces levantamos la voz sin
        darnos cuenta.
Policía: ¿Me abriría?
Luis: ¿La puerta?
Policía: Si, la puerta...
Luis: Este...y ya que la ventana está abierta, ¿por qué no aprovecha?
Policía: (Duda) Bueno...cualquier cosa que necesite, me avisa. (sale por la ventana).
Sebastián: (Entrando sigiloso) ¿Ya se fue?
Luis: (Con inocencia) Si, macanudo el tipo, dijo que cualquier cosita que necesitemos,
        lo llamemos...
Sebastián: Vámonos una vez que se haya alejado un poco.
Luis: ¿Guardaste bien las joyas?
Sebastián: En un lugar que nadie sospecharía, donde te mostré...
(Entra Daniela y los sorprende)
Daniela: Hola.
Luis: ¿Qué le decimos?
Daniela: ¿No me dirán que ustedes son….mi ex-compañeras de la escuela?
(Ellos se miran extrañados y volviéndose hacia ella, contestan afirmativamente con la
        cabeza, se abrazan los tres y gritan como un gran reencuentro).
Daniela: La verdad, me sorprendieron, aunque me enviaron la carta de que iban a
        venir, no me esperaba encontrarlas dentro de la casa (ellos se quedan mirando y
        contestan a todo que si).
Sebastián: (Fingiendo la voz) Es que...
Daniela: ¡Claro!...así es más original la sorpresa (ellos hacen un tonto amague de
        contestar sin decir nada)...¿y se quedan varios días, no?, (reiteran amague de
        contestar sin decir nada)…y supongo que dormirán acá (reiteran amague)… a
        ver...espérenme un momento, siéntense, pónganse cómodas...(sale).
Luis: ¿Qué hacemos?
Sebastián: Con el cuento este de las compañeritas, podemos estirar el tiempo acá
        dentro, nos quedamos una hora o dos, y si afuera está tranquilo, tomamos las
        bolsas y nos vamos....
Luis: ¿Y si nos quedamos a dormir?, ya que nos invitó...
Sebastián: Pero sos loco...hay que rajar ni bien podamos.
Daniela: (Entrando) ¿Saben qué?, puse a preparar para tomar un te, pero no tengo
        masitas o algo para acompañarlo.
Sebastián: No importa...
Luis: ¿Cómo que no importa?, a mi el te me gusta con masitas...(Sebastián lo codea).
Daniela: Claro, así que vayan a comprar mientras yo lo preparo...
Sebastián: Pero...
Daniela: Sin peros, compren lo que gusten y después tenemos horas para conversar
        (llevándolos hacia la entrada) Apúrense que se va a enfriar el te (los termina de
        sacar de escena). Y ahora a arreglar un poco la casa, sino que van a pensar de mi
        las chicas... (sale y momentos después se escucha desde el interior “¿Qué es
        esto?”, entra a escena con la ropa de los muchachos)...¿será ropa de
        Rafael?...ay, mi amorcito, que descuidado que es, cuando nos casemos lo voy a
        tener cortito (coloca la ropa de ambos en una bolsa y se asoma por la ventana
        para llamar a alguien).
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Daniela: ¡Carlitos!...¿me llevás esto a la lavandería?, decile a doña Clotilde que después
       la voy a buscar, que es para Daniela Queen...(hace que entrega la bolsa a
       través de la ventana) ¡Gracias!...(se vuelve hacia el interior) y ahora, a seguir
       arreglando.
(Entra y sale de escena volviendo a limpiar donde ya lo había hecho, de pronto
       recuerda algo).
Daniela: ¡Ay!, tenía que pedir mis vacaciones en la fecha que yo quería....¿para cuándo
       era que las quería?....bueno....para la época de vacaciones....bueno, mejor se lo
       pido por teléfono...(toma el teléfono y sin marcar el número, se queda esperando
       que la atiendan).....Hola....hola....no contesta nadie....¡ah!, tendría que marcar el
       número.... ¿adónde copié el teléfono de mi trabajo?....(cuelga el teléfono y sale
       de escena colocándose un walkman, pero sin prenderlo).
(Entran Luis y Sebastián trayendo algo para acompañar el te).
Luis: Ya está despejado afuera está.....agarremos las joyas y rajemos.
Sebastián: Yo me quedo dándole charla y vos vas a buscarlas...
Daniela: (Entrando) Volvieron chicas....bueno, ¿traigo el te?
Sebastián: No...
Luis: Si...(enojándose porque quiere comer).
Sebastián: No, que lo traiga Luis...ina (se corrige) Luisina lo puede traer (Luis se da
       vuelta como buscando a la persona a la que Sebastián hace referencia sin
       percatarse que habla de él).
Luis: (Se da cuenta por los gestos de Sebastián que habla de él y corrige) Yo, yo
       Luisina…(Sale Luis).
Sebastián: Vos vení y contame algo de tu vida (le hace señas a espaldas de ella que
       vaya a buscar las joyas. Sale Luis).
Daniela: ¿Qué te puedo contar?, han pasado tantos años...
Sebastián: Este....no se....a ver por ejemplo, ¿qué música escuchás?
Daniela: ¿Quién, yo?, cualquiera...
Sebastián: Digo…ahora, ¿qué música estás escuchando?
Daniela: Ninguna.
Sebastián: No, como tenés los auriculares puestos...
Daniela: (Tocándose la cabeza) ¡Ah!, ¿cuándo me lo puse?....no, está apagado...ay
       Daniela, ¿qué te está pasando?
Sebastián: Que ocurrente que sos (falsamente).
Daniela: En el trabajo me dicen que soy un poco distraída, pero creo que exageran...a
       todo esto, ¿se van a quedar a dormir?
Sebastián: ¡Imposible!, imposible…quedamos de ir a dormir a la casa de la tía....
       Daniela.
Daniela: ¿Daniela?
Sebastián: Si, una tía de Luis...sina, no creo que la conozcas.
Daniela: No se, el nombre me resulta familiar.
Sebastián: Eh….claro, se llama como vos....
Daniela: ¡Ah, si!, por supuesto, yo también me llamó Daniela...
(Entra Luis y le hace señas que NO, Sebastián no entiende a que se refiere)
Sebastián: (Queriendo simular) ¿Qué pasó Luis...ina?, (insinuante) ¿no encontraste la
       tetera?
Luis: Ni la tetera, ni las jojoyas. (Sebastián se contiene para no pegarle).
Daniela: ¿Qué joyas?
Sebastián: No...¿joyas dijo?, no, olla....”o - lla”, olla para hacer la cena, para
       después...
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Daniela: No te preocupes, la preparo yo...(sale).
Sebastián: ¿Qué pasa?
Luis: Desaparición doble, no están ni las joyas ni nuestra ropa no está.
Sebastián: ¿Se estará queriendo pasar de lista la “tipa” esta?
Luis: No creo, ya tuvo oportunidad de llamar a la policía cuando nos fuimos a
       comprar, y parece que no lo hizo, ¿la agarramos del cogote y la hacemos
       confesar la hacemos?
Sebastián: ¡No!, somos ladrones, no homicidas, evitemos cualquier acción violenta, las
       vamos a encontrar aunque nos lleve más tiempo, pero ahora que aparentemente
       tenemos la suerte a nuestro favor, no nos vamos a arriesgar sin motivo.
Luis: Insisto, ¿y si nos quedamos a dormir como ella dijo?
Sebastián: ¡Fenómeno!....ay, no...
Luis: ¿Qué pasa?
Sebastián: Que como no sabía esto de la desaparición de las joyas, le dije que era
       imposible que nos quedemos, que íbamos a dormir a la casa de una tía tuya.
Luis: Imposible.
Sebastián: ¿Por qué “imposible”?
Luis: Porque soy huérfano de tía…¿y qué hacemos?
Sebastián: ¡¿Qué hacemos?!, ¡¿Qué hacemos?!, ¿todo tengo que pensarlo yo, (lo
       abofetea, Luis queda susceptible y lloroso). Vámonos y asegurémonos de que
       quede la ventana abierta (señalando a la ventana por la que entraron)...entramos
       de noche y revisamos bien una parte de la casa, y si no encontramos las joyas,
       mañana venimos a visitarla y mientras uno la entretiene, el otro revisa.
Luis: Buenísimo...
Daniela: (Entrando) ¡Ya está listo! (deja la bandeja en una mesita, reparte las tazas,
       pero no sirve el te, ella revuelve su taza vacía) yo le pongo poca azúcar porque
       prefiero que no esté tan dulce, pero los edulcorantes no me gustan.
Sebastián: A mi me gusta con algo (da vuelta la taza para mostrarle a Daniela que
       aún no le ha servido).
Daniela: ¿No les serví?, ay, perdón...(les sirve, se sirve ella y empieza a ponerle azúcar
       sin detenerse) capaz que tengan razón mis compañeros de que ande un poco
       distraída, pero no es por la primavera como dicen, porque yo a Rafael lo conocí
       en otoño.
Luis: ¿Quién es Rafael?
Daniela: ¿Qué Rafael?
Sebastián: Vos dijiste que a no se que Rafael lo conociste en otoño…
Daniela: Ah, Rafael, mi novio, ya se los voy a presentar
(Mientras dialogan Daniela y Sebastián, Luis se dedica a comer de manera ansiosa y
       sin prestar atención al diálogo de su compañero).
Sebastián: (Temeroso) ¿Estará por venir?
Daniela: Todos los días se da una vueltita...¡ah!, pero cierto, creo que hace unos días
       que nos hemos peleado...(deja de poner azúcar y lo prueba)...le habré puesto
       una cucharadita de mas, ya no me gusta cuando sabe dulzón...¿saben lo que se
       me ocurrió?
Sebastián: Ni la menor idea.
Daniela: Este es un momento significativo para nosotras, así que vamos a sacarnos
       algunas fotos, voy a buscar la cámara...(sale).
Sebastián: ¡No!
Luis: ¡Qué bueno!, a mi me gustan que me saquen fotos, me saquen.
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Sebastián: Pero no te das cuenta que no podemos dejar que nos saque fotos, si se
        llega a dar cuenta de quienes somos, tendría pruebas en nuestra contra.
Luis: Entonces no le dejamos sacar...pero, ¿con qué excusa?
Sebastián: Vamos a hacerla mejor, la dejamos que saque todas las fotos que quiera y
        después le velamos el rollo...
Daniela: (Entrando) A ver...pónganse juntas...(saca varias fotos desde distintos
        ángulos y luego deja la cámara sobre la mesa).
Sebastián: Vení, sentate acá conmigo, contame algo de tu vida.
Daniela: ¿Otra vez?
Sebastián: Pero antes no me contaste nada al final (Con música apropiada, se dan dos
        escenas, por un lado Sebastián que hace que dialoga con Daniela, aunque no
        quita su vista de encima de Luis, a quien le hace señas para aproveche a velar
        el rollo, pero éste en un principio no le comprende porque está ocupado
        comiendo, Sebastián le señala a Daniela hacia sus espaldas para que ella se de
        vuelta y él pueda aprovechar a hacerle señas a Luis, después de varios intentos
        en que Luis no comprende, le dice:)
Sebastián: ¡El rollo!
(Luis, trata de encontrar la forma de abrir la máquina para velar el rollo. Finalmente
        lo consigue, pero manifiesta con la cara que no entiende que hay que hacer, le
        hace señas a Sebastián, quien le responde con gestos sin saber que quiere Luis,
        éste insiste hasta que a Luis se le escapa...)
Luis: ¡Que no tiene rollo!
Daniela: (Reaccionando) ¿Qué cosa no tiene rollo?...(Luis esconde la cámara).
Sebastián: Noooo, quiere decir que vos estás divina, que te envidia que no tenés ni un
        rollo, a él...ella (se corrige)...a ella le cuesta mucho bajar de peso....eh....nosotras
        nos vamos a tener que ir porque se nos va a hacer tarde y vos también seguro
        que tenés que acostarte temprano.
Luis: Eso, eso, acostate temprano.
Sebastián: Para levantarte temprano.
Luis: Eso, eso, levantate temprano.
Daniela: Bueno, la seguimos mañana. (sale).
Sebastián: ¿Adónde fue?
Luis: Que se yo...
Sebastián: ¿Qué pasa con el rollo de fotos?
Luis: Esta tipa es medio rara, la cámara no tiene rollo.
Sebastián: ¿Cómo no va a tener rollo?
Luis: ¿No nos estará haciendo una trampa, no estará?
Sebastián: No se, esta mina me confunde, mejor, vamonos…
Luis: Si, y volvemos más tarde...pero, ¿no la saludamos?. (amaga ir hacia ella).
Sebastián: No, mejor vámonos ahora, antes de que suceda algo...(salen).
Daniela: (Entrando, trayendo puesto un salto de cama) ¿No apagué la luz?...ah, estaba
        con gente...¿o no?, bueno, mejor me voy a dormir y listo...(disminuye la luz.
        Llaman a la puerta)...(vuelve a entrar y atraviesa la escena) ¿a esta            hora?...
(sale a atender y vuelve a entrar con dos mujeres).
Carolina: ¡Daniela!...somos nosotras...Vanina y Carolina (señalándose).
Daniela: ¡Ah!...(como que las ha reconocido, luego cambia de expresión al decir)...y,
        ¿quiénes son ustedes?
Vanina: Como dice la expresión...”hay cosas que no cambian nunca”, somos tus ex
        compañeras de escuela.
Daniela: ¿No habían venido ustedes ya?
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Carolina: Recién llegamos, se nos hizo tarde porque el colectivo tuvo un problema en
        la ruta, hubiéramos llegado hace tres horas.
Vanina: ¿Ya te habías acostado?, seguro que ya no nos esperabas...
Carolina: Nosotras teníamos muchas ganas de conversar, después de tanto tiempo,
        pero si querés, lo hacemos mañana teniendo todo el día por delante.
Daniela: Bueno...entonces las otras dos chicas eran otras compañeras..
Vanina: ¿Qué otras dos chicas?
Daniela: Las que fueron mis compañeras de primaria.
Carolina: Entonces también fueron nuestras compañeras...¿quiénes son?
Daniela: Mañana van a venir y se las presento.
Carolina: Pero, ¿cómo se llaman?
Daniela: ...No se si no me lo dijeron, o si me lo dijeron, no me acuerdo.
Vanina: Debés estar cansada, decinos donde podemos dormir, así ya no te robamos
        mas horas de sueño...(a Carolina) quizás ella tenga que levantarse temprano
        mañana para trabajar.
Daniela: Pasen por acá....(salen).
(Momentos después entra Sebastián y Luis, aún vestidos de mujer, por la ventana del
        fondo).
Luis: Es incómodo andar con esta ropa, ¿no podíamos vestirnos como siempre no
        podíamos?
Sebastián: Porque si nos llegara a sorprender, es mejor que nos encuentre así y no que
        se de cuenta que somos ladrones...ahora a buscar...
(Comienzan a buscar hasta que aparece Daniela y enciende luz general).
Daniela: ¿Volvieron?
Luis: Si, lo que pasa es que nos olvidamos las joyas...
Daniela: ¿Cómo?
Sebastián: No, no…las joyas no, eh…si, si
Daniela: ¿Si o no?
(Contestan simultáneamente Luis y Sebastián:)
Luis: ¡No!
Sebastián: ¡Si!
Daniela: ¿Cómo?
Luis: ¡Si!
Sebastián: ¡No! (Con expresión de querer matar a Luis por delator) Sabés lo que pasa
        Danielita...es que...la abuelita de Luisina le dejó como herencia unas joyas, y
        como son de mucho valor, las llevamos de manera disimulada en unas bolsas
        ordinarias.
Luis: (Ingenuamente) ¿Mi abuelita?
Sebastián: (Disimulando) Si, tu abuelita, la que murió...
Luis: ¿Se murió mi abuelita? (llora ridículamente)
Sebastián: (Entre consolándole y pegándole) Y quedaron acá en tu casa, ¿nos harías el
        favor de darnos esas bolsas?
Daniela: Yo no me acuerdo de haberlas visto, pero las voy a buscar, espero no despertar
        a las chicas...(amaga salir).
Sebastián: ¿Qué chicas?
Daniela: Unas compañeras de la escuela que llegaron hace un momento.
Luis: ¿Nosotras?
Daniela: No, las otras chicas, les dije a ellas, que las iba a presentar a ustedes porque
        debieran conocerlas...voy a ver si están despiertas...(sale).
Luis: ¿Qué hacemos?
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Sebastián: ¡Qué raro!, vos siempre preguntando lo mismo...nos tenemos que ir, y lo
       peor es que ya no podemos venir vestidos así, tendremos que inventar otra
       excusa para entrar y revisar la casa...¡Vámonos!
Luis: (Mientras ambos van saliendo por la ventana) Pero, ¿cuándo se murió mi
       abuelita
       que nadie me dijo nada?
Daniela: (Entrando con una bolsa en la mano) Las chicas ya se durmieron....uy, ¿dónde
       están?...¿se fueron?...que lástima, justo que había encontrado las joyas.
Policía: (Asomándose por la ventana) ¿Algún problema señorita?
Daniela: ¿Qué hace usted en mi ventana?
Policía: Perdone, pero estaba en la otra cuadra y vi gente que entraba y salía por la
       ventana, pensé que podrían estar robándole.
Daniela: No, son mis ex-compañeras de escuela, son tan ocurrentes las chicas, y justo
       encontré lo que ellas habían perdido.
Policía: ¿La llave de la puerta de entrada?
Daniela: (Mostrando la bolsa) No, las joyas estas que eran de su abuela.
Policía: (Desconfiando) ¿Me permite verlas de cerca?
Daniela: Si, como no...(se las da).
Policía: (Tras observarlas detenidamente) ¿Sabe una cosa mi estimada señorita?, éstas
       parecen ser las joyas que robaron esta tarde...
Daniela: No me diga...quiere decir...¿qué las chicas son ladronas?
Policía: Lamento que se decepcione de sus amigas, pero es así...¿dónde fueron ellas?
Daniela: ¿Quienes?
Policía: Sus antiguas compañeras de escuela, ¿dónde están?
Daniela: (Confundida) Durmiendo
Policía: Pero, ¿no salieron....?, ¿durmiendo adentro?, ¿me permite pasar?, voy a tener
       que llevarlas detenidas.
Daniela: Y, si es su deber...
(Entra el policía por la ventana, cruza el escenario y sale por el lateral opuesto.
       Comienza a escucharse alboroto desde dentro, que ocasionan las chicas.
       Entran a escena traídas por el policía).
Carolina: Daniela, ¿qué significa esto?
Daniela: No se....el policía dice que ustedes robaron unas joyas.
Vanina: ¡Está loco!, no hace una hora que llegamos a esta ciudad.
Policía: Tendrán que probarlo, ahora vamos...(las saca de escena).
Daniela: Ya me desvelaron...me voy a preparar un sándwich...(sale).
(Vuelven a aparecer en la ventana, entran Luis y Sebastián, pero vestidos de varones)
Luis: Sos terco...nos vamos a meter en problemas, nos vamos.
Sebastián: (Mostrando un arma) Con esto no...
Luis: ¿Vas a usar eso vas a usar?
Sebastián: Sabés que no me gusta, pero si es necesario, lo que sea, pero tenemos que
       apoderarnos de esas joyas, y si las chicas estas dicen algo o gritan, con esto las
       voy a hacer callar.
Daniela: (Entrando con el sándwich en la mano) Uy...y ustedes, ¿quiénes son?
Sebastián: Eeee somos...los hermanos de las chicas que vinieron a visitarte antes.
Daniela: Cierto, que parecidos que son....(señalando a Sebastián) y vos debés ser el
       hermano de Luisina...
Sebastián: Las chicas se olvidaron las joyas de la abuela.
Daniela: Pobrecitas....
Luis: ¿Por qué pobrecitas?
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Daniela: Porque vino la policía y se las llevó detenidas.
Luis: ¿A nosotros?
Sebastián: No imbécil, a nuestras hermanas no, seguramente a las otras chicas...pero,
       ¿por qué?
Daniela: Porque justo había encontrado las joyas de la abuela y apareció un policía y
       dijo que eran robadas, así que arrestaron a dos de mis amigas, no se si a las
       otras dos también las habrán arrestado.
Luis: No, las otras están en total y completísima libertad, y no tienen nada que ver con
       el robo, ellas nos enviaron por las joyas, pero por las de la abuela, con las
       robadas no tienen nada que ver.
Sebastián: ¿Las joyas ahora las tiene la policía?
Daniela: Una de las bolsas si, pero cuando fui a prepararme esté sándwich, vi que
       había otra mas...
Luis: (Mirando con deseo el sándwich) ¿Me convidás un poquito de tu sándwich me
       convidás? (Sebastián lo golpea disimuladamente, ella afirma con un gesto y se
       lo alcanza. Luis come ansioso).
Sebastián: Seguramente que la bolsa que llevó la policía eran las joyas robadas, esta
       otra bolsa debe contener las joyas de la abuela...si querés dámela que se la llevo
       a las chicas.
Daniela: ¡Ah, no!, ya pasaron muchas cosas para que sea tan irresponsable, sólo se la
       daría a las chicas en sus propias manos.
Luis: (Que ha dejado de comer y abrió el pan de sándwich) Pero esto, ¿es sándwich de
       que?, no tiene nada en el medio no tiene (muestra que solo es pan)
Daniela: Ay, olvidé poner algo en el medio (lo toma de la mano de Luis) ya regreso
       (sale de escena).
Luis: Metele el revólver en la cabeza y obligale a que nos devuelva las joyas nos
       devuelva.
Sebastián: Menos mal que estoy yo para pensar, usá la cabeza, si lo hacemos como
       decís vos, después tenemos que arriesgarnos a vivir huyendo porque nos haya
       denunciado y evitar que nos reconozcan....o tenemos que matarla.
Luis: ¿Y entonces?
Sebastián: Entonces hacemos la más fácil, ella dijo que se la daría a las chicas....pues
       traigámosle a las chicas.
Luis: ¿Y cómo hacemos?
Sebastián: ¿Por qué llegaste tan tarde al reparto de cerebros?
Luis: No me avisaron cuando había…
Sebastián: Callate, mirá, hacemos así, nos ponemos la ropa de mujer y venimos,
       ¿adónde está la ropa?, ¿dónde la pusiste?
Luis: La tiré en el baldío de acá a la vuelta.
Sebastián: Busquémosla rápido.
Daniela: (Entrando) Ya está.
Luis: ¿Y el sándwich?, ¿ya te lo comiste?
Daniela: (Mirándose las manos) No...ah, me lo olvidé...(amaga a salir).
Sebastián: Esperá...si les decimos a las chicas que vengan, vos le darías las joyas...
Daniela: Claro, son de ellas.
Sebastián: Les vamos a avisar, tené la bolsa preparada porque las chicas andan
       apuradas.
Daniela: Bueno, la voy a buscar (tras la salida de ella, Luis y Sebastián salen rápido).
(Momentos después entra Rafael).
Rafael: Hola...
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Daniela: (Entra a escena con el sándwich, se coloca junto a él sin percibir su
       presencia) Me encontré un sándwich, que bueno...(asustándose) Y vos, ¿quién
       sos?
Rafael: ¿Cómo quien soy mi amor?, soy Rafael, tu novio.
Daniela: ¿Mi novio?, pero, ¿no estábamos peleados nosotros?
Rafael: No, hace como dos meses nos peleamos, y sólo fue por unos días...si no vine a
       verte ayer fue porque estoy cerrando un negocio que me tiene preocupado.
Daniela: ¡Ah!, ¿y en qué era que trabajabas vos?
Rafael: Dani, hace dos años que estamos de novio y siempre trabajé en el mismo lugar.
Daniela: Ah, si, si, en la joyería....¡hoy asaltaron una joyería!
Rafael: La joyería donde trabajo yo, mi cielo.
Daniela: ¿Y no te hicieron nada?
Rafael: Como te puedo explicar…si... y no.
Daniela: ¿Cómo es eso?
Rafael: Vení, sentate y escuchame...(se sientan) escuchame con atención y pensá que lo
       que te voy a decir, lo hice por nosotros, nada mas que por nosotros...
Daniela: Bueno, contá.
Rafael: No me hicieron nada físicamente, no me lastimaron ni nada de eso, pero si me
       hicieron algo, me hicieron un favor...
Daniela: Y si, al llevarse las joyas, tenés menos para estar mostrando a los clientes, así
       que trabajás menos...
Rafael: No, no, no...nada que ver…yo había hecho una falsificación de las joyas para
       vender las verdaderas por mi cuenta y quedarme con el dinero, así podríamos
       comprar lo que necesitamos para nosotros, para casarnos...
Daniela: ¿Me estás proponiendo matrimonio?...¡qué amor!
Rafael: ¿Cómo que te estoy proponiendo matrimonio?, ya lo hice hace un año y ya me
       habías dicho que si...
Daniela: Ah, ¿si?...bueno, esto sería...una reconfirmación...(avergonzada).
Rafael: (Resignado) El asunto es que yo acababa de cambiar las originales por las falsas
       y llegaron estos dos imbéciles que se robaron casi todas las joyas falsas, y la
       policía está tras ellos sin saber que el verdadero tesoro lo tengo yo.
Daniela: Pero eso no se hace, eso no está bien...a mi dirán que soy una distraída, pero se
       muy bien que es lo que está bien y que es lo que está mal.
Rafael: Pero mi amor, lo hice por nosotros, para que podamos casarnos...
Daniela: No va a haber casamiento con dinero ganado en forma deshonesta.
Rafael: ¿Y qué querés que haga?
Daniela: Andá, devolvé eso, y después venís y sacamos cuentas de como podríamos
       arreglarnos con el sueldo de los dos.
Rafael: Te amo tanto que si así lo querés, así lo haremos (amaga irse pero se vuelve y
       acota) pero prometeme una cosa...
Daniela: ¿Qué?
Rafael: Que cuando vuelva, te vas a acordar de mi.
Daniela: Por supuesto, ¿cuándo me olvido de algo yo?
(Sale Rafael, momentos después entran Carolina y Vanina).
Vanina: ¡Qué barbaridad!, menos mal que se aclaró todo.
Daniela: ¿Volvieron?, ¿ustedes eran las que querían la otra bolsa?
Carolina: ¿Qué otra bolsa?
Daniela: La otra bolsa con joyas que quedó guardada allá dentro.
Vanina: ¿De dónde sacaste esa bolsa?
Daniela: No se, ¿no la trajeron ustedes?
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Carolina: ¡No!, por favor, hay que hacerla desaparecer, basta de problemas...(salen las
        tres hacia el interior. Entran Luis y Sebastián por la ventana, vestidos otra
        vez de mujer).
Luis: Que bueno, con las otras minas en cana, tenemos vía libre y todo va a salir
        fenómeno...
Sebastián: Ahora la llamo....¡Daniela! (fingiendo la voz)
Luis: (Remedando a su compañero) ¡Daniela!
(Entran Daniela, Carolina y Vanina trayendo la bolsa)
Sebastián: (Fingiendo la voz) ¿Qué hacen estas chicas con la bolsa?, dame eso...
Vanina: No señor, bastante problemas nos trajo.
Sebastián: Dame eso...(comienzan a correrse por el escenario y a pasarse la bolsa
        entre las chicas hasta que llaman a la puerta y todos se detienen. Carolina
        queda con la bolsa).
Daniela: (Pregunta sin ir a atender) ¿Quién es? (se escucha la voz que responde “la
        policía”).
Carolina: ¿Qué hacemos?, hay que hacer desaparecer la bolsa...
Sebastián: Dámela, que yo me encargo de hacerla desaparecer
Carolina: No te tengo confianza, éste nos va a meter en problemas otra vez.
Luis: Entonces hacemos entrar al policía y le decimos que ustedes tienen las joyas...
Sebastián: No imbécil, el policía se llevaría las joyas….eh, la bolsa (se corrige)
Vanina: Entonces esto lo trajeron ustedes.
Sebastián: No, en realidad....(comienza a fingirse triste) fueron nuestros hermanos,
        nosotros no queremos que los metan presos.
Vanina: (Desconfiando) ¿Qué hermanos?
Daniela: Ah, si, antes vinieron dos muchachos.
(El policía comienza a entrar por la ventana a espaldas de ellos).
Daniela: ¿Y qué hacemos con el policía y con las joyas?
Policía: (Interviniendo) ¿Se aceptan sugerencias?
Daniela: Si, diga nomás...(se da vuelta hacia el policía) ¿y este quién es?
Luis: El popo...(asustado).
Daniela: ¿Popo le dicen a usted?, perdonemé, pero podrían ponerle un sobrenombre
        más lindo.
Luis: El popolicía.
Policía: Si, el popolicía, que quiere sasaber de quien son las jojoyas.
Carolina: (Pasándole por la fuerza la bolsa a Sebastián) Usted dijo que eran suyas.
Sebastián: (Pasándosela a Vanina) No señorita, ustedes no querían soltarlas porque
        evidentemente son suyas.
Vanina: (Pasándosela a Luis) Nosotras no le creíamos, pero ahora estamos totalmente
        convencidas...
(Entra Rafael cuando Daniela le arrebata la bolsa a Luis y sin ver al policía)
Rafael: Dejen de pelear por esas joyas, son falsas.
Policía: ¿Cómo que falsas?
Rafael: (Recién percibe la presencia del oficial) ¿Y usted?
Policía: Usted sabe algo de todo esto, y mas le vale que empiece a aflojar la lengua.
Rafael: ¿Yo....?
Sebastián: ¡Si!, a mi también me interesaría escuchar esa explicación...
Rafael: Bien....(no sabe que decir)…este...yo trabajo en la joyería...
        y...sospechábamos....que se estaba por cometer.....el asalto....
Luis: Si nosotros no le habíamos dicho a nadie...
Sebastián: ¡Callate!
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Rafael: ...Y cambiamos las joyas originales para que no nos roben las verdaderas....
Policía: ¿Y cómo no nos dijeron nada?, semejante despliegue policial y todo por unas
       joyas falsas...
Rafael: Es que....una vez cometido el delito...., había que hacer algo de “ruido” para
       que todos crean que habían robado las verdaderas y no volvieran por ellas.
Luis: (A Sebastián) Nos jodieron.
Policía: ¿Qué dijo?
Sebastián: Nada, nada, pero bueno, el asunto es que las joyas están sanas y salvas, y
       usted puede volver a la seccional, con la satisfacción del deber cumplido...
Policía: Pero por alguna razón, aquí están las joyas falsas...
Daniela: Cierto, ¿no?, ¿se pueden poner de acuerdo para saber quién las trajo?
Vanina: Yo les voy a decir la verdad....ellas...(señala a Luis y Sebastián que levantan
       los brazos resignadamente)...no fueron...(los muchachos bajan los brazos
       inmediatamente).
Luis: (A Sebastián) ¿No fuimos?
Sebastián: Callate animal...(se le cae un arma).
Policía: ¿Y eso?
Sebastián: Eh…un souvenir…
Vanina: Le explico, esta chica le sacó el arma a su hermano para que no cometiera
       ninguna locura, ellos fueron quienes asaltaron la joyería, pero ya escaparon,
       debería seguirlos, tomaron por la ruta que va hacia el norte, y hace como tres
       horas que salieron.
Policía: Entonces debo apresurarme (sale rápido).
Carolina: Pero, ¿qué hacés tarada?, ¿no te das cuenta que los dos tipos son éstos que
       están disfrazados de mujer?
Vanina: Si, pero pensalo, si realmente fueran malos chicos, nos hubieran matado a
       todos, y no lo hicieron.
Carolina: ¿Y?
Vanina: Que no son malos, merecen una oportunidad...
Carolina: ¿Vos creés?
Rafael: Creo que tiene razón, yo también iba a hacer algo que estaba mal, pero por
       amor a Daniela desistí de la idea, y creo que también merezco otra oportunidad...
       (se acerca a Daniela tomándole la mano).
Vanina: Además, parece que Daniela va a estar ocupada, y no nos va a poder
       atender...necesitamos quien nos lleve a recorrer la ciudad...
Carolina: Vos querés decir…¿estos dos?
Luis: Si, si…
Vanina: Si, ¿por qué no?
Carolina: Pero, no vestidos así.
Luis: No, no…
Sebastián: Nos cambiamos rápido y venimos a buscarlas...
Vanina: No, no nos vengan a buscar.
Luis: ¿No?
Vanina: No…nos vamos con ustedes, hay dos personitas que necesitan estar solas...
       (salen Vanina, Carolina, Luis y Sebastián).
Rafael: Bueno, parece que ahora vamos a estar solos…
Daniela: ¿Para qué?
Rafael: Dani...tenemos que hablar de nosotros, de nuestro futuro...
Daniela: Ah, si, si...
Rafael: Podríamos....pasar una velada romántica.
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Daniela: ¿Querés velas?
Rafael: ¿Velas?
Daniela: Si, vos dijiste que hagamos una velada.
Rafael: En fin de cuentas, no sería una mala idea...¿apagamos la luz y prendemos
       alguna vela?
Daniela: ¿No te enojás si te digo una cosa?...no me acuerdo donde las guardé...
Rafael: No te preocupés, después de todo, ni siquiera velas necesitamos, sólo
       necesitamos apagar la luz (la acerca a la ventana) y dejarnos iluminar por la luz
       de la luna...(le toma las manos y se acercan)
Daniela: Yo....
Rafael: (Interrumpiendo) No, no importa que no te acordés donde está el interruptor de
       la luz....alguien la apagará por nosotros....(se oscurece la escena mientras una
       luz azul desde la ventana refleja la silueta de ellos besándose).
                             TELON