[go: up one dir, main page]

100% encontró este documento útil (1 voto)
958 vistas5 páginas

HORA SANTA - Miercoles Santo

Secuencia de una hora santa para el miércoles santo

Cargado por

Gilmer
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
100% encontró este documento útil (1 voto)
958 vistas5 páginas

HORA SANTA - Miercoles Santo

Secuencia de una hora santa para el miércoles santo

Cargado por

Gilmer
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 5

HORA SANTA

MIÉRCOLES SANTO
P. GilmerCoronel
Canto de exposición:

1. Exposición del Santísimo: (El Ministro que preside v a al Tabernáculo, hace una
genuflexión, remueve el Santísimo Sacramento de la luna, lo lleva al altar, y lo coloca en la
custodia viendo hacia los fieles y seguidamente lo inciensa)

V: Sea por siempre bendito y alabado.


R: Mi Jesús Sacramentado
V: Bendito y alabado sea Jesús Sacramentado
R: Sea por siempre bendito y alabado

Celebrante: Señor, aquí estamos en tu presencia, adorándote y alabándote, ayúdanos para que
podamos siempre estar junto a Ti, aumenta en nosotros la fe y danos la perseverancia para no
perdernos por el camino del mal, sino que, crezca en cada uno de nosotros la fe. Padrenuestro...
Ave María...Gloria al Padre...

V: Sea por siempre bendito y alabado.


R: Mi Jesús Sacramentado

Celebrante: Señor, te pedimos que nunca perdamos la esperanza, que día a día se acreciente y
podamos estar dándote gracias por todas las bendiciones que nos das y en especial por haberte
quedado en el Santísimo Sacramento. Padrenuestro... Ave María... Gloria al Padre.

V: Sea por siempre bendito y alabado.


R: Mi Jesús Sacramentado
Celebrante: Señor, te amamos, te bendecimos y por eso estamos hoy aquí. Danos tu gracia para
que nunca perdamos el valor de amar, que seamos capaces de ayudarnos unos a otros y de vivir
siempre en el amor. Que seamos capaces de morir a todas las cosas que nos van matando y
haciendo daño y podamos resucitar contigo en tu resurrección a una persona nueva hombre,
nuevo mujer nueva…. Padrenuestro... Ave María... Gloria al Padre.

Dile a Jesús todo lo que quieras: si tienes algunos problemas, si tu corazón está lleno de
esperanzas, lleno de deseo de estar unido a Él.

Confíale incluso aquéllas preocupaciones que no te atreves a contarle a cualquiera. Dile


incluso si te aprietan los zapatos, si te sientes cansado o desanimado por algo. Dile a
Jesús todo, con la sencillez de un niño.

Adoración:
1
Nos arrodillamos ante ti, como los magos que acudieron a Belén. Sus ojos descubrieron
que ese niño indefenso era Dios y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Nuestra fe también nos
asegura que en ese pedacito de pan consagrado, Señor, estás tú, amándonos, y queremos
ofrecerte nuestra gratitud, nuestra vida.
Nos arrodillamos ante ti, como el leproso del Evangelio, con humildad y confianza, para
decirte: “Señor, si quieres puedes limpiarme”; para escuchar tus palabras: “Quiero, queda
limpio”
Nos arrodillamos ante ti, como Simón Pedro, para decirte, arrepentidos: “Aléjate de mí,
que soy un pecador”; para sentir tu consuelo: “No temas, desde ahora serás pescador de
hombres”.
Nos arrodillamos ante ti, como la mujer pecadora. Nos ponemos a tus pies para
agradecer tus palabras de perdón: “tus muchos pecados han quedado perdonados, porque has
amado mucho… Tu fe te ha salvado, vete en paz”.
Como Jairo cayó a tus pies para pedirte por su hija, nos arrodillamos ante ti, para pedirte
por muchos hermanos nuestros que sufren enfermedades del cuerpo y del alma; para acoger tu
salvación: “No temas, basta que creas y se salvará”.
Como el leproso curado, que te buscó para agradecer su salud, también nosotros nos
postramos ante ti, para decirte: “Gracias por nuestra vida, por cada persona, por cada atardecer...
Gracias por perdonarnos y por alimentarnos con tu amor”
Nos arrodillamos ante ti, como María, la hermana de Lázaro, para decirte: “Si hubieras
estado aquí, no habría muerto mi hermano”; para recordar tu promesa: «Yo soy la resurrección
y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no
morirá para siempre.»
Nos arrodillamos ante ti, Señor, porque tú, siendo Dios, te arrodillas ante nosotros y nos
lavas los pies. Nos arrodillamos para escuchar tu enseñanza: “si yo, el Maestro y el Señor, os he
lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para
que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis”.

Canto:

MOMENTO REFLEXIVO

Silencio.

Oración:
Jesús, la adoración de hoy es el encuentro de mi alma y de todo mi ser contigo. Soy la
criatura que se encuentra con el Creador, el discípulo ante el divino maestro. El paciente
con el doctor de almas. El pobre pidiendo al rico. El sediento bebiendo de la fuente. El
débil ante el Todopoderoso. El tentado que busca un refugio seguro. El ciego que busca
la luz. El amigo que va al encuentro del amigo verdadero. La oveja perdida que ha sido
encontrada por el Buen Pastor. El corazón rebelde que hs encontrado su Camino. El
ignorante que viene a buscar Sabiduría. La novia que encuentra al Esposo del alma. La
nada que encuentra al que lo es Todo. El afligido que encuentra al Consolador. El
buscador que encuentra el Sentido de la Vida. Amén.

Silencio.

Canto: Un mandamiento nuevo

2
Oración Participada:
R./: “Jesús Eucaristía, ven a nuestras almas”.

Tú eres la paz donde todas las cosas se calman… R./


Tú eres el lugar para ocultarse del mal… R./
Tú eres la luz que brilla en la oscuridad… R./
Tú eres la chispa eterna del corazón… R./
Tú eres la puerta que se encuentra abierta de par en par… R./
Tú eres el huésped que espera adentro… R./
Tú eres el extraño en la puerta… R./
Tú eres la llamada del pobre… R./
Tú eres la luz, Tú eres la verdad, Tú eres la vida… R./
Tú eres el camino… R./
Tú eres mi amigo, mi Señor y mi Salvador por siempre… R./

Lector:
Abre tu corazón a Jesús, pídele que experimentes su presencia en todo momento,
principalmente en los momentos más difíciles para ti. Adora a Jesús también en
silencio. Pide la luz del Espíritu Santo para que así puedas sentir la presencia de Dios y
recibir su consuelo.

Si en algún momento difícil de tu vida no sientes la presencia de Dios, no te preocupes.


Sentir que Dios está lejos es una experiencia común, especialmente en tiempos de
sufrimientos. Dios está cerca de los que se encuentran angustiados. Y recuerda que tú te
encuentras siempre en la presencia amorosa de Dios. El nunca se olvida de ti. Pensar en
esto, es hacer una poderosa oración de fe.

Oración:
Señor; creo que Tú estás aquí, en este momento, amándome. Pero está oscuro y no
puedo ver tu esplendor. Hay silencio y no escucho tu voz. Mi corazón está muy roto y
temeroso de no poder sentir el calor de tu presencia amable. Sólo puedo orar: quédate
conmigo, Señor. Quiero ver tu rostro. Quiero saber que Tú estás cerquita de mí. Quiero
sentir que me tomas entre tus brazos. Quiero sentirme seguro junto a Ti. Quiero tener
paz. Aunque no te pueda sentir, sostenme fuerte. Aunque no pueda verte, permanece a
mi lado, nunca me dejes sólo. Aún en la hora más oscura, quédate conmigo, Señor. Me
encomiendo completamente a tu amor misericordioso. Amén.

Silencio.

Canto:

Lector:
Ten fe y no dudes; Jesús es infinitamente fiel a sus promesas.
Este momento de adoración es muy importante para ti pero para Jesús también. La
Madre María Inés decía que es «una audiencia especial con el Amado». ¡No
desperdicies esta hermosa oportunidad de estar con Él!

Encomienda tu pasado a la misericordia de Dios, encomienda tu futuro a su providencia


y vive el presente con todo su amor. Nuestra indignidad es grande, pero mucho más
grande es el amor y la misericordia de Dios.

3
Esta Visita Eucarística guía e influye en toda nuestra vida. Atrae juntos los frutos de
todas las otras prácticas de piedad que hacemos y los lleva a su realización.

Esta Hora Santa es el gran modo de sentir y de vivir a Jesús, es el gran modo de dejar a
un lado la infancia e ir formando en nosotros una personalidad en Cristo Jesús, es el
gran secreto para experimentar una transformación en nuestra vida. Es experimenta la
relación de Jesús con su Padre y con la humanidad. Es la garantía de la perseverancia.

Oración:
Divino Corazón de Jesús:
Por medio del inmaculado Corazón de María
Te ofrezco todas mis plegarias, trabajos,
Alegrías y sufrimientos de este día,
En reparación por los pecados y por la salvación de todos
Los hombres y mujeres
Según las intenciones especiales del Papa,
Con la gracia del Espíritu Santo,
Para gloria del Padre celestial.
Amén.

Silencio.

Lector:
Nuestra vida para ser Eucarística, debe ser trigo, semilla y tierra; luz y tinieblas,
crecimiento y molienda; ritmo y estación, ya árida, ya floreciente, ya árida de nuevo.
Fuerza eruptiva de fe y de esperanza.

Oración:
Que la fuerza de Dios nos gobierne
Que el poder de Dios nos preserve
Que la sabiduría de Dios nos instruya
Que la mano de Dios nos proteja
Que el camino de Dios nos dirija
Que el escudo de Dios nos defienda
Que las huestes de Dios nos protejan
Ahora y siempre. Amén.

Oración participada:
Gracias Jesús, por que darte con nosotros como lo prometiste a tus apóstoles. Ahora, en
estos momentos de oración oramos juntos y te decimos:
R./ “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”

Tu presencia nos llena de alegría… R./


Tu presencia nos da fortaleza… R./
Tu presencia nos ilumina… R./
Tu presencia nos da confianza para seguir siempre adelante… R./
Tu presencia nos da paz… R./
Tu presencia nos alimenta… R./
Tu presencia nos compromete a dar un buen testimonio… R./

4
Gracias Jesús, por quedarte entre nosotros en el sacramento de la eucaristía…
R./ Amén.

BENDICIÓN Y RESERVA
canto

2. Parte Final (Conclusiva)


Mientras tanto, arrodillado, el ministro inciensa el Santísimo Sacramento, si la exposición se hizo con la
custodia.

V. Les diste pan del cielo. (T.P. Aleluya).


R. Que contiene en sí todo deleite. (T.P. Aleluya).

Luego se pone en pie y dice:

Oremos:
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tú Pasión, te
pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu
Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.

R. Amén.

BENDICIÓN EUCARÍSTICA (Una vez que ha dicho la oración, el sacerdote o el diácono toma el paño de hombros,
hace genuflexión, toma la custodia o el' copón, y sin decir nada, traza con el Sacramento la señal de la cruz sobre el pueblo. A
continuación se pueden decir las alabanzas de desagravio) Se puede cantar mientras tanto.

ALABANZAS DE DESAGRAVIO

Bendito sea Dios.


Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

Reserva del Santísimo

-Canto

También podría gustarte