[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (1 voto)
39 vistas2 páginas

El Teatro Desde 1939 A Nuestros Días

Cargado por

tistos2511
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (1 voto)
39 vistas2 páginas

El Teatro Desde 1939 A Nuestros Días

Cargado por

tistos2511
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 2

EL TEATRO DESDE 1939 A NUESTROS DÍAS

TEATRO EN EL EXILIO
Destacó Max Aub, con obras como San Juan (1943) y, sobre todo, Alejandro Casona, que
cosechó un gran éxito en Buenos Aires con obras como La dama del alba (1944) y Los
árboles mueren de pie (1949). Su teatro mezcló sabiamente fantasía y realidad en un teatro
de evasión y de gran dimensión poética.
AÑOS 40: EVASIÓN Y HUMOR.
Destacaron especialmente Enrique Jardiel Poncela y Miguel Mihura. La obra más
representativa de Mihura es Tres sombreros de copa estrenada en 1952, veinte años
después de ser escrita. Es una comedia que satiriza la rutina y mediocridad de la burguesía
de provincias y la no menos miserable vida del teatro de variedades. Jardiel Poncela, por su
parte, destacó con Eloísa está debajo de un almendro (1940), que busca el humor mediante
situaciones ridículas e inverosímiles, en la línea del teatro del absurdo.
AÑOS 50: TEATRO EXISTENCIALISTA Y SOCIAL.
El teatro realista intentó renovar la escena española y manifestar su oposición a la
dictadura. Las obras plantearon temas como la injusticia social, la explotación, la vida de la
clase media y baja y la condición humana de los marginados. Destacan dramaturgos como
Alfonso Sastre, cuya obra Escuadrón hacia la muerte (1953) es un alegato pacifista y una
reflexión existencial de tipo pesimista sobre la condición humana. Cabe destacar también a
Lauro Olmo, con La camisa (1962), drama sobre la emigración.
La verdadera renovación del teatro español no se produce hasta 1949 (10 años después de
la guerra) cuando Antonio Buero Vallejo estrena Historia de una escalera. La producción
de Buero Vallejo se divide en:
a) Etapa existencial (reflexión sobre la condición humana). En Historia de una
escalera (1949) los protagonistas son unos vecinos cuyos destinos se
entremezclan. El paso del tiempo nos muestra como la historia se repite de
generación en generación. En 1950 escribe En la ardiente oscuridad, donde aparece
la ceguera como símbolo de las limitaciones humanas.
● Teatro social (denuncias de injusticias que atañen a la sociedad). Es un
teatro histórico con un tema central: el destino del pueblo en una sociedad injusta.
Destaca Un soñador para un pueblo (1958), sobre Esquilache, y, sobre todo, El
tragaluz (1967) centrada en unos personajes marcados inexorablemente por la
Guerra Civil.
● Etapa de innovaciones: La novedad técnica más llamativa es lo que se han
denominado “efectos de inmersión”, mediante los que se hace ver la realidad al
espectador a través de la mirada de un personaje. Destaca La fundación (1974),
en la que nos encontramos en un lujoso lugar que resulta ser la celda de una
prisión con cinco condenados a muerte.
AÑOS 60 Y 70.- RENOVACIÓN FORMAL

● Dentro del teatro comercial, siguen triunfando las comedias de Mihura, Jaime de
Armiñan, Ana Diosdado. Entre los nuevos sobresale ANTONIO GALA, que en
1963 estrena su primer comedia, Los verdes campos del Edén. Durante los años
setenta goza del favor del público con obras como Anillos para una dama.
● La experimentación. Como ocurre con la narrativa y la poesía, los nuevos autores
consideran acabado el realismo social y buscan nuevas propuestas que se
caracterizan por su oposición estética a los “realistas”, aunque en bastantes
ocasiones las obras tampoco están exentas de crítica social. Muchas de estas
obras no encontraron facilidades para ser representados, o por problemas con la
censura, o porque sus audacias formales no encontraron fácil eco en el público. Se
habla de “teatro soterrado”, “teatro del silencio”, “Teatro ‘underground’, “teatro
vanguardista”.
● Quizá lo más peculiar es el teatro de FERNANDO ARRABAL. Cultiva el absurdo, el
esperpento y, sobre todo, es conocido por la creación del teatro pánico, con el que
pretende conciliar lo absurdo con lo cruel e irónico. Destacan sus obras El triciclo
(1953) y Pic-Nic (1957). Exiliado en Francia desde 1955, sus obras pretenden ser un
teatro total que exalta la libertad creadora y persigue la provocación y el escándalo
del espectador.

DESDE 1975

● En el panorama del teatro bajo los últimos años del franquismo no puede faltar la
mención del fenómeno del “teatro independiente”. Bajo este rótulo se engloban
grupos como “Tábano” de Madrid; “Els joglars”, “Els Comediants” y “Fura dels
Baus” en Barcelona; “Aquelarre”, en Bilbao, “La Cuadra”, en Sevilla, etc.
● Finalizada la dictadura y eliminada la censura parecía abrirse una etapa
prometedora para el teatro. Pero, por el contrario, ha sido en estos años cuando la
crisis del teatro español se ha hecho más evidente.
● Francisco Nieva es probablemente el más importante de los dramaturgos
experimentales de la segunda mitad de siglo. Aunque escribe obras de teatro
desde los años cincuenta, no las ve representadas de forma regular hasta la
muerte de Franco. Su teatro va a caminar por la senda de lo surrealista, lo onírico,
lo fantástico y lo imaginativo… Podemos destacar su obra Coronada y el toro
(1974).
● Otros autores de esta época son Sanchís Sinisterra ¡Ay, Carmela! (1986), José
Luis Alonso de Santos: Bajarse al moro (1985); Fernando Fernán Gómez: Las
bicicletas son para el verano (1982).

También podría gustarte