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Tesis Georgina Catacora
Tesis Georgina Catacora
Tesis Georgina Catacora
DIRECCIÓN DE POSGRADO
FACULTAD DE CIENCIAS AGRICOLAS, PECUARIAS y FORESTALES
“Dr. Martín Cárdenas”
AGROECOLOGIA UNIVERSIDAD COCHABAMBA
Cochabamba-Bolivia
2016
HOJA DE APROBACIÓN
…………………………………………………
Ing. Agr. Georgina M. Catacora Vargas
POSTULANTE
…………………………………………………
Dra. Johanna Jacobi
TUTORA
…………………………………………………
Dr. Ing. Agr. Freddy Delgado
CO-TUTOR
…………………………………………………
Dr. Prof. Stephan Rist
CO-TUTOR
…………………………………… …………………………………………
Ing. Mag. Jhon Omar Delgado Ing. Freddy Espinoza C
VºBº DIRECTOR POSGRADO VºBº DECANO FCAPyF
FCAPyF
DEDICATORIA
Que todos los esfuerzos – grandes y pequeños,
contribuyan a optar, fortalecer, construir y recrear
sistemas alimentarios y sociedades saludables…
a visibilizar que la alimentación del presente y futuro
nace en la agricultura campesina de base agroecológica…
a renovar la esperanza y la solidaridad
alrededor de la agricultura.
AGRADECIMIENTOS
Los tutores de esta investigación, Dra. Johanna Jacobi, Dr. Freddy Delgado Burgoa y
Dr. Stephan Rist, fueron una guía y apoyo constante en todo el proceso;
Miguel Ángel Crespo, Sara Crespo y Antonio Sanjinés prestaron una colaboración
muy importante en el contacto inicial con los actores locales y la organización
logística del estudio;
Los colegas del Proyecto R4D fueron la compañía en varias visitas de campo;
INTRODUCCIÓN ..................................................................................................... 1
CONCLUSIONES……………………………………………………………………...…69
Bibliografía ........................................................................................................... 73
ANEXOS................................................................................................................ 82
INTRODUCCIÓN
Para lograr el objetivo del Proyecto, este se organiza en cinco paquetes de trabajo
(WP, según su nombre en inglés), cada uno enfocado a los siguientes temas: WP1
Contexto – Análisis de políticas y opciones políticas; WP2 Social – Instituciones y
1
actores; WP3 Económico – Actividades, medios de vida y cadenas de valor; WP4
Ecológico – Integridad y resiliencia; y WP5 Integración de resultados, opciones
políticas, evaluación y difusión.
En Bolivia, el Proyecto R4D se aplica a tres sistemas alimentarios cada uno ubicado
en tres diferentes municipios del Departamento de Santa Cruz: sistema agroindustrial
a ser estudiado en el Municipio de San Pedro; sistema indígena en el Municipio de
Cabezas; y el sistema agroecológico en el Municipio de La Guardia y el Municipio de
Samaipata, donde se encuentran miembros de la Plataforma Agroecológica del
Trópico, Sub-Trópico y Chaco.
2
sobre la agrobiodiversidad existente en diferentes sistema agrícolas. Este
conocimiento resulta de un abordaje amplio más allá de las cuestiones biológico-
ecológicas, ya que también integra aspectos sociales como acceso a semillas y
contribución de la agrobiodiversidad en la alimentación de las familias productoras. El
aporte a la investigación doctoral es a través de la generación de información inicial
pero relevante para el análisis de la influencia del sistema alimentario agroindustrial
(soya producida en tres municipios) a la seguridad y soberanía alimentaria local. Por
tanto, este estudio de maestría proporciona información cuantitativa y cualitativa para
una temática relevante – la agrobiodiversidad, bajo el reconocimiento de su
relevancia en la sustentabilidad alimentaria – y para procesos de investigación-
acción vigentes.
3
OBJETIVOS Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
Objetivo general
Preguntas de investigación
4
CAPÍTULO I. MARCO TEÓRICO-METODOLÓGICO
5
relativa dentro de las dinámicas productivas de cada agroecosistema caracterizado.
Complementariamente, se la describe en función de la inclusión de especies
vegetales y animales nativas con el fin de visualizar cuál sistema alimentario
contribuye a la conservación in-situ. Finalmente, analiza la dinámica de acceso al
material genético utilizado y la contribución de la agrobiodiversidad a la alimentación
local, tomando como base de estudio la dieta de las familias productoras. Con ello, la
investigación aporta a un abordaje integral y transdisciplinar de la riqueza biológica
en los agroecosistemas relativos a diferentes sistemas alimentarios.
6
actividades agropecuarias son un componente importante, pero no la totalidad del
sistema.
Con base a lo anterior, Rastoin y Ghersi (2010) definen sistema alimentario como la
red de actores interdependientes ubicados en una determinada zona geográfica que
participan directa o indirectamente en la creación de un flujo de bienes y servicios
destinados a la satisfacción de alimentos de uno o más grupos de consumidores, a
nivel local o fuera de la zona considerada. Por tanto, los sistemas alimentarios
comprenden todos los procesos requeridos para generar alimentos, incluyendo los
insumos y productos de cada etapa (Colonna et al., 2013).
7
largo del sistema alimentario, así como los subsistemas que interactúan dentro y
alrededor del mismo: de recursos naturales, informaciones, servicios y político.
8
El marco de análisis de los sistemas de producción menciona que éstos se
relacionan y son influidos por el mercado, políticas, instituciones, servicios
disponibles y el flujo de información; empero, ninguno de estos factores se
consideran parte intrínseca del sistema productivo sino del contexto. En la actualidad
se reconoce que un sistema de producción agrícola abarca desde fincas individuales
hasta sectores agropecuarios específicos. Los enfoques de género, seguridad
alimentaria y manejo de recursos naturales también son parte del análisis
contemporáneo de los mismos (Dixon et al., 2001).
9
especialmente aplicado en las producciones agroforestales como de café y cacao
(por ejemplo, ver Méndez y Bacon, 2005). Así mismo, agrobiodiversidad es un factor
central de las dinámicas culturales y del conocimiento y en los procesos de co-
evolución Naturaleza-Sociedad (Norgaard y Sikor, 1999; Toledo y Barrera-Bassols,
2008).
10
discontinuar los procesos de auto-regulación esenciales para una actividad
agropecuaria productiva, rentable, conservadora y saludable.
11
especies existentes en un predio, paisaje o región (riqueza) y la proporción de
individuos de cada especie respecto al total (abundancia), calculada mediante una
fórmula conocida como índice de Shannon (Griffon, 2008). Si bien estos valores son
útiles, resultan incompletos desde una perspectiva técnica y socio-cultural.
12
CAPÍTULO II. DESCRIPCIÓN DEL CONTEXTO DE ESTUDIO
San Pedro parte la Provincia Obispo Santistevan del Departamento de Santa Cruz
con una extensión total es 40,075 km2. La actividad económica más importante la
agropecuaria, ocupando el 83,5% de la superficie del municipio en la producción
intensiva y 3,14% en la extensiva. Otros usos son la forestal (1,2%), áreas protegidas
(11,54%) y urbana (0,14%). Según el PDM 2014-2018, este uso de tierra implica un
conflicto con el Plan de Uso de Manejo de Suelos (PLUS) en un 15% de su superficie
por el uso agropecuario en tierras de vocación forestal.
San Pedro se ubica en la llanura aluvial del departamento de Santa Cruz, en una
superficie de topografía bastante plana (2% de pendiente) y una altura que varía
entre 190 a 227 m.s.n.m. A nivel bioclimático se encuentra en una región
termotropical pluviestacional (Navarro, 2011), lo que determina su clima tropical
lluvioso con una época seca con volúmenes de precipitación que permiten dos
temporadas agrícolas al año (verano que inicia en noviembre, e invierno en junio).
Los principales eventos climatológicos son vientos fuertes (hasta de 50 km/hora),
sequía e inundaciones, los que influyen como factores erosivos del suelo.
Hasta el 2012, los pobladores eran algo más de 19 mil habitantes. El 50% de la
población tiene una edad de 15 a 34 años. El costo de la canasta básica familiar es
de aproximadamente Bs. 588 mensuales. En promedio, los ingresos (monetarios y
13
no monetarios) y gastos mensuales son similares, oscilando alrededor de Bs. 794,
dando lugar a un mínimo o ninguna capacidad de ahorro.
14
el 11% para ganadería intensiva). El 3% de la superficie del municipio se destina a la
conservación a través del Área Protegida Municipal Parabanó.
Cabezas pertenece a la etno-ecoregión del Chaco Norte, una de las tres del Chaco
boliviano. La mayoría de la población es guaraní del grupo étnico Isoseños,
correspondiente al departamento de Santa Cruz, y que tienen un origen mestizo
entre Ava (guaraní) y Chané (awawak). La diferenciación económica y ejercicio
15
cultural en Cabezas están fuertemente influidos por factores históricos: peonaje en
las haciendas o dispersión geográfica por no poseer tierra. Aproximadamente el 45%
de la población exclusivamente guaraní (Díez Astete, 2011).
El municipio también es parte del Parque Nacional Amboró (PNA), el cual cubre un
superficie de más de 637 mil hectáreas distribuidas entre nueve municipios de cuatro
16
provincias del Departamento de Santa Cruz. El 70% de la superficie es estrictamente
parque natural y el restante 30% área natural de manejo integrado.
El 34% de la superficie de Samaipata está dentro del PNA, lo que hace que tenga
una gran riqueza biológica, especialmente de fauna silvestre. Las actividades
ganaderas ocupan cerca del 30% del área y otro 30% se destina a la actividad
forestal, que incluye la extracción de madera, aprovechamiento de leña y la
recolección de productos no maderables. La superficie restante del municipio se
distribuye entre la agricultura (alrededor del 6%) y la zona urbana.
Colonna et al. (2013) distingue los siguientes sistemas alimentarios según las
características e interrelaciones entre las actividades que cada sistema alimentario
involucra: (i) sistemas alimentarios domésticos; (ii) sistemas alimentarios locales; (iii)
sistemas de producción de alimentos regionales; (iv) sistemas agroindustriales; y (v)
17
sistemas alimentarios de calidad diferenciada. La investigación se enfocó en tres de
estos sistemas, los cuales – dadas las características del contexto nacional y local
donde se materializan – adquieren denominaciones y características particulares.
Estos sistemas son: (a) sistema alimentario agroindustrial; (b) sistema alimentario
indígena relativo a una combinación del sistema doméstico y local según la
clasificación de Colonna et al. (20013); y (c) sistema alimentario agroecológico,
correspondiente en gran medida al de calidad diferenciada.
18
plazo (Chumacero (Coord.), 2013). En el contexto de San Pedro y los monocultivos
que allí se producen, esta característica se traduce en el mercado de servicios de
asesoramiento técnico, créditos en efectivo o en especie (por ejemplo, a través de
agroquímicos o maquinaria), transporte, almacenamiento y procesamiento.
19
Con base a lo anterior, los elementos predominantes del sistema alimentario
indígena estudiado son la producción para el auto-consumo. Sólo los excedentes son
comercializados y a través de circuitos sociales inmediatos o locales. El intercambio
de alimentos y semillas es otra práctica importante. El procesamiento artesanal se
practica dentro de las familias con fines de conservación y autoconsumo. Otras
características de este sistema alimentario son la redistribución de los recursos
productivos disponibles, diversificación de actividades económicas y baja inversión.
20
los territorios indígenas pero también la que es introducida a través de los programas
de desarrollo estatal y de compensación por la explotación de hidrocarburos, como la
electrificación y la apertura de caminos; (iv) los cambios en los patrones de consumo
de alimentos por la expansión del sistema alimentario agroindustrial; (v) el deterioro
ambiente, entre otros (Colque et al., 2015; Díez Astete, 2011).
Altieri y Nicholls (2000); Gliessman (2015); Nicholls et al. (2013); Norgaard y Sikor
(1999); Sevilla Guzmán (2006), entre otros, proveen mayor detalle sobre las
propiedades de los sistemas alimentarios agroecológicos. A nivel ecológico-técnico,
se encuentra el potenciamiento de la agrobiodiversidad desde el predio hasta la
dieta, por lo que no se practica el monocultivo. También la aplicación de un manejo
destinado a la conservación de suelos y el reciclaje de nutrientes, materiales y
energía. Respecto a la dimensión socio-cultural, resalta la auto-gestión; el
relacionamiento económico mediante circuitos cortos; la pluri-actividad a lo largo del
sistema alimentario, ya la producción como la comercialización es altamente
protagonizada por la familia o asociación productora; la utilización del conocimiento
local; y el auto-consumo. Adicionalmente, los valores de conservación son premisas
centrales, por lo que existe un permanente reconocimiento de la relación intrínseca
entre en entorno biofísico y el componente social.
21
En el Municipio de Samaipata, el sistema alimentario agroecológico está
protagonizado por diferentes actores. Entre ellos, productores individuales o
articulados en iniciativas comunes; productores individuales de nacionalidad
extranjera; consumidores motivados por la alimentación saludable y conservación
ecológica; y el sector público (Gobierno Autónomo Municipal de Samipata y el
Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras a través del Consejo Nacional de Producción
Ecológica, MDRyT-CNAPE).
22
consumo de alimentos agroecológicos. Para ello han implementado un sello
alternativo de garantía y realizan ferias de promoción y venta en Santa Cruz de la
Sierra (https://plataformaagroecologica.wordpress.com).
23
CAPÍTULO III. MARCO METODOLÓGICO
3.1 Aspectos epistemológicos
3.1.1 Transdisciplinariedad
24
El enfoque transdisciplinario adquiere una importancia especial respecto a estudios
sobre (agro)biodiversidad dada su complejidad, múltiples funciones y procesos de
co-evolución eco-social de la que resulta (Vara-Sánchez y Cuéllar-Padilla, 2013).
Para el estudio de la agrobiodiversidad en diferentes sistemas alimentarios, la
transdiciplinariedad fue aplicada integrando aspectos relevantes aportados por la
biología, agroecología, agronomía y nutrición para caracterizar la diversidad vegetal y
animal existente en los lugares de producción agrícola, las formas de acceso a
semillas, y el aporte de la agrobiodiversidad en la alimentación familiar. De esta
manera, fue posible una aproximación en la comprensión del grado de
agrobiodiversidad con la inclusión de aspectos sociales y culturales inter-
relacionados, y no únicamente desde dinámicas lineales especialmente biológicas o
agronómicas.
25
dentro de las familias de las comunidades productoras incluidas en el presente
estudio. Mediante el involucramiento e interacción de diferentes tipos, fuentes y
formas de conocimiento, fue posible un acercamiento a la vivencia y convivencia de
los actores locales en sus propios contextos eco-sociales. Ello aportó a comprender
de mejor manera algunos de la racionalidad detrás de los diferentes niveles de
agrobiodiversidad en los sistemas alimentarios caracterizados.
26
aproximación a la realidad. Ello permite no sólo tener conocimiento de las
condiciones locales y los códigos de comunicación, sino también la comprensión de
la percepción de los actores involucrados de su propia realidad y de su entorno eco-
social (Tapia y Syndicus, 2012). El enfoque de revalorización adquiere mayor
importancia ante los casos de pérdida de saberes sobre la agrobiodiversidad, lo que
implica la reducción de conocimiento y estrategias adaptadas a los contextos eco-
sociales (Vara-Sánchez y Cuéllar-Padilla, 2013).
27
a los procesos y sus causas, especialmente socio-económicas (Hernández et al.,
2010; Páramo, 2013b). El enfoque utilizado es también descriptivo-analítico porque
incluyó la caracterización del estado de la agrobiodiversidad en diferentes sistemas
alimentarios, y una aproximación a las causas socio-económicas que lo determinan.
Los niveles de análisis fueron tres: (i) índice de agrobiodiversidad; (ii) conservación
in-situ de la agrobiodiversidad vegetal y animal; y (iii) contribución de la
agrobiodiversidad a la alimentación familiar. A continuación se describe la
metodología aplicada en cada uno de ellos.
Índice de agrobiodiversidad
28
Índice de dominancia de Berger-Parker (BP)
BP = Nmax/N
Donde:
Nmax = Número de individuos de la especie más abundante
Los datos requeridos para el cálculo de los diferentes índices se obtuvieron mediante
un diagnóstico participativo consistente en visitas a los predios de producción con
los/as agricultores. Allí se realizaron croquis y muestreos aleatorios para definir la
diversidad y densidad de las especies agrícolas. Los datos colectados en las visitas
29
de campo fueron complementadas con un cuestionario y, cuando fue requerido, por
entrevistas semi-estructuradas para mejorar la claridad de los datos. El Anexo 1
presenta el formato de consolidación de los datos colectados para el cálculo de los
índices de agrobiodiversidad, entre otros.
Las categorías de análisis aplicadas a este nivel del estudio fueron: (i) presencia y
abundancia relativa de especies vegetales nativas; (ii) presencia de especies
animales nativas; y (ii) acceso y rotación del material genético utilizado. De manera
complementaria, se caracterizó el período de rotación del mismo respecto a las
especies vegetales de la agrobiodiversidad presente. Este análisis se enfocó sólo en
los vegetales por tener mayor precisión en la narrativa y memoria de los/as
agricultores/as entrevistados/as.
30
El volumen de la cosecha destinada a la alimentación familiar se realizó con base los
volúmenes totales y sub-totales de la cosecha del sistema y por cultivo,
respectivamente, con base a los registros de los/as entrevistados respecto a la última
temporada agrícola. Debido a la imprecisión de datos respecto a la agrobiodiversidad
animal, esta categoría de análisis se enfocó sólo a los cultivos.
31
3.2.3 Ubicación del estudio
32
3.2.3 Número y selección de la muestra
El estudio reporta los hallazgos de 25 agroecosistemas: (i) diez en el sistema
agroindustrial en las comunidades de San Pedro y Sagrado Corazón del Municipio de
San Pedro, (ii) seis en el indígena en La Ripiera en el Municipio de Cabezas, y (iii)
nueve en el agroecológico en las comunidades de Samaipata y Bermejo del
Municipio de Samaipata (Cuadro 1). En casa agroecosistema se aplicaron dos
encuestas: (a) sobre agrobiodiversidad y temas relacionados (según el formato de
consolidación de datos del Anexo 1) y (b) “Recordatorio de las 24 horas” (Anexo 2).
Adicionalmente se realizaron 16 entrevistas abiertas tipo conversación. El Cuadro 2
provee la lista codificada de los agroecosistemas caracterizados y el tipo de
instrumento aplicado. La investigación se realizó de febrero a julio 2016, cubriendo la
temporada agrícola de verano 2015/2016.
Encuestas Recordatorio
Sistema Entrevistas
Municipio Comunidad agrobiodiversidad de 24 horas
alimentario abiertas (#)
(#) (#)
Agroindustrial San Pedro San Pedro 8 8 4
S. Corazón 2 2 2
Indígena Cabezas La Ripiera 6 6 4
Agroecológico Samaipata Samaipata 4 4 3
Bermejo 5 5 3
Total 25 25 16
33
contribuir con la investigación. Aproximadamente un 50% de las personas
contactadas en el sistema agroindustrial y un 30% en el agroecológico no aceptaron
participar en la investigación. Según la opinión de productores/as con quienes se
realizó la investigación, esto se debe al recelo que genera proveer datos que puedan
ser utilizados en procesos impositivos y de reversión de tierras. En otros casos, fue la
falta de interés por conversar y compartir información sobre las actividades
productivas por el tiempo que ello resta a las actividades agrícolas.
Instrumento aplicado
Recordatori
Entrevistas
Sistema
Encuestas
Superficie
agrobiov.
abiertas
o de 24
Código Municipio Comunidad
horas
alimentario (hectáreas)
34
3.2.3 Análisis de datos
35
CAPÍTULO IV. ÍNDICE DE AGROBIODIVERSIDAD
36
Figura 3. Riqueza de especies (S) en los sistemas alimentarios estudiados.
Fuente: Elaboración propia.
37
La Figura 5 muestra que los tres sistemas analizados son significativamente
diferentes entre sí en términos de agrobiodiversidad absoluta. En promedio, el
sistema agroindustrial presenta un índice H' de 0.39 y el indígena de 1.19. A pesar
que en el sistema indígena el nivel de agrobiodiversidad es evidentemente mayor
que en el agroindustrial, ambos se encuentran por debajo del valor de diversidad
habitual de H', el cual generalmente varía de 1.50 a 3.50 en estudios empíricos
(Magurran, 2004). En todo el estudio realizado, el valor de agrobiodiversidad más
bajo registrado fue de 0.00 en dos agroecosistemas agroindustriales. En uno (AI05)
donde se sólo se cultiva arroz (como especie vegetal) y se crían pocas cerdos (como
especie animal). A pesar de existir dos especies en el agroecosistema, el valor de H'
fue nulo por la diferencia en la proporción de individuos: aproximadamente 36
millones de plantas de arroz versus 3 unidades de cerdos. El otro agroecosistema
(AI05) también con H' igual a cero, incluye dos especies, soya (con
aproximadamente 18 millones de individuos) y ganado vacuno (seis cabezas). Con la
diferencia en el número de individuos por especie en ambos casos, los ejemplos se
tratan básicamente de un solo monocultivo.
38
índice de Shannon con ejemplos empíricos sobre la riqueza de especies y
complementarlo con otros índices. Éstos índices complementarios (de dominancia y
equitabilidad) junto con otros ejemplos de campo son descritos en los siguientes
subtítulos.
39
Figura 6. Análisis de diferencia significativa del índice de dominancia (BP) en los
sistemas alimentarios estudiados.
Fuente: Elaboración propia.
40
El sistema agroecológico, por ser más diversificado y producir sobre pequeñas
unidades de tierra (en promedio 2.27 hectáreas en contraposición a 76 hectáreas en
promedio entre las personas entrevistadas en el sistema agroindustrial), involucra
una mayor agrobiodiversidad y menos dominancia de una especie en términos de
número de individuos. Por lo que el mayor grado de agrobiodiversidad en los
sistemas agroecológicos se refleja en una menor dominancia de especies, que varía
de baja a media-alta entre los sistemas caracterizados. Los valores mayores valores
de BP o de dominancia de especies se encontró entre los predios agroecológico en
estadios iniciales, donde las prácticas de asociación de cultivos es aun incipiente.
41
y E describe el grado de equilibrio en el número de individuos entre de las especies.
Por ello, es posible tener sistemas con dominancias significativamente diferentes
entre sí (Figura 6), empero con niveles de equitabilidad comparables (Figura 8).
42
otra manera, a mayor riqueza de especies, la distribución del número de individuos
se hace más equiparable (caso ID01 y AE07).
43
4.5 Agrobiodiversidad y productividad
44
los valores de productividad más bajos del sistema agroecológico son comparables
con los valores de productividad más elevados del sistema agroindustrial, con la
diferencia que los primeros proveen mayor diversidad de cosecha que los segundos.
Figura 10. Análisis de diferencia significativa de la productividad proyectada con base a los
rendimientos actuales de los sistemas alimentarios agroindustrial de San Pedro y
agroecológico de Samaipata.
Fuente: Elaboración propia.
Productividad
Sistema # Superficie Productividad
Agroecosistema total
alimentario Especies (ha) (ton/ha)
(ton/temporada)
AI02 Agroindustrial 2 20.15 70.23 3.49
AI09 Agroindustrial 1 9.00 28.40 3.16
AI03 Agroindustrial 2 260.00 710.00 2.73
ID01 Indígena 10 0.03 3.53 191.88
AE02 Agroecológico 35 0.03 4.10 163.46
AE01 Agroecológico 35 0.55 51.80 94.20
AE07 Agroecológico 8 3.21 64.76 20.19
Fuente: Elaboración propia con base a los datos de campo obtenidos.
45
Cuadro 4. Detalle de agroecosistemas en sistemas alimentarios agroindustrial y agroecológico con
menores niveles de productividad en la temporada agrícola 2015/2016.
Productividad
Sistema # Superficie Productividad
Agroecosistema total
alimentario Especies (ha) (ton/ha)
(ton/temporada)
AI06 Agroindustrial 2 20.00 42.90 2.15
AI10 Agroindustrial 2 87.00 187.60 2.16
AI01 Agroindustrial 2 20.00 45.00 2.25
AE03 Agroecológico 14 2.40 7.98 3.32
AE03 Agroecológico 18 0.86 3.14 3.66
AE06 Agroecológico 10 2.19 12.04 5.51
Fuente: Elaboración propia con base a los datos de campo obtenidos.
Figura 11. Productividad proyectada con base a los rendimientos actuales de los
sistemas alimentarios agroindustrial de San Pedro y agroecológico de Samaipata.
Fuente: Elaboración propia.
46
(ver la relación entre el número de especies, superficie cultivada y productividad en el
Cuadro 3 y Cuadro 4). Esta eficiencia productiva es consistente con lo reportado por
(Rosset, 1999), quien por medio de un estudio extensivo de la literatura encontró que
a menor unidad de superficie mayores son los niveles de productividad.
47
fundamental de diseño y manejo de los agroecosistemas a fin de asegurar la
fertilidad de suelos y la regulación de las poblaciones plaga (Altieri y Nicholls, 2013;
Altieri y Nicholls, 2003; Altieri, 1999b). Además que la conservación es un valor
fundamental desde la filosofía agroecológica.
Otro aspecto a considerar es que los sistemas con niveles de agrobiodiversidad más
elevados tienen mayor potencial de resiliencia socio-ecológica (Nicholls et al., 2013).
Ello por la manutención de las funciones ecosistémicas, la diversificación productivo-
económica y la eficiencia productiva expresada en los volúmenes de cosecha totales
y por unidad de superficie. Esto último se hace evidente en los casos caracterizados
(Cuadro 3 y Cuadro 4). Los sistemas productivos agroindustriales, al incluir la
mayoría un sólo cultivo – soya – han sido severamente afectados por dos procesos.
Por un lado el socio-económico debido a la reducción entre el 20 y 30% de los
precios de venta de la soya (Paz Vargas, 2015) en comparación con la última
temporada agrícola. Otro proceso de afectación es el climático. Los patrones
irregulares de precipitación han sido un factor determinante para la disminución de
los volúmenes cosechas especialmente en los sistemas agroindustriales e indígena.
Esto junto con la reducción de los precios de venta de la soya y los costos invariables
48
de los insumos y maquinaria, han resultado en ingresos limitados en la campaña del
verano 2015/2016 en el caso del sistema agroindustrial.
Los factores climáticos de sequía también han tenido también un impacto muy
severo en los sistemas alimentarios indígenas, a pesar de tener niveles elevados de
agrobiodiversidad. Sin embargo, esta misma diversidad (particularmente la animal)
es la que ha sostenido alimentaria y económicamente a las unidades familiares
durante el período de estudio.
49
CAPÍTULO V. CONSERVACIÓN IN-SITU DE LA
AGROBIODIVERSIDAD
50
Cuadro 5. Especies nativas en producción en los sistemas alimentarios estudiados.
Especies vegetales
Achachairú Rheedia spp x
Ají Capsicum spp. x x
Amaranto Amaranthus Spp. x
Cacao Theobroma cacao x
Capulí Physalis peruviana x
Cedrón (arbusto) Alyosia citrodora x
Chirimoya Annona cherimola x x
Estevia Stevia rebaudiana x
Frijol Phaseolus vulgaris x x
Guapurú Myrciaria cauliflora x
Guayaba Psidium guajava x x
Jitomate Solanum lycopersicum x
Maíz* Zea mays x
Papa Solanun tuberosum x
Pimentón Capsicum annum x
Pitanga Eugenia uniflora x
Tomate Lycopersicun esculentum x
Tomate de árbol Solanum betaceum x
Totaí Acrocomia aculeata x
Yuca Manihot esculenta x x
Zapallo Cucurbita maxima x x
Especies animales
Cuy Cavia porcellus x
Total 1 7 19
* Se incluyó al maíz como especie nativa por ser Bolivia considerado centro segundario de origen
debido al alto nivel de razas nativas: 77 comparadas con las 69 registradas en México (Serratos
Hernández, 2009).
Fuente: Elaboración propia con base a Vavilov (1951); VMA-BIODIVERSITY )2009, 2010).
51
5.2 Acceso al material genético utilizado
La dinámica del acceso y rotación del material genético utilizado (vegetal y animal)
varía según el sistema alimentario. En el sistema agroindustrial, las fuentes de
acceso de semilla de los cultivos predominantes son las certificadas y las de uso
propio. Las semillas certificadas están registradas ante el Instituto Nacional de
Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF). Hasta el 2015 se registraron 154 de
soya, once de ellas en el mismo 2015. De este total de variedades sólo tres son de
mayor difusión y uso actual. La más popular es NIDERA 8015 desarrollada por
Syngenta de Argentina, representada en Bolivia por INTERAGRO S.A. Las otras
también utilizadas pero en menor proporción son PARANA registrada a título
individual a nombre de Clovis Wazilewski, y otra denominada Sengüé, cuyo registro
no está disponible en el Informe Anual 2015 del INIAF. Respecto al arroz, son 35
variedades registradas hasta el 2015, de las cuales cuatro fueron nuevos registros en
este año. Del total de variedades, las más producidas son MAC-18 desarrollada por
el Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT) y en menor grado Saavedra-44
por el entonces Ministerio de Desarrollo Rural, Agropecuario y Medio Ambiente
(MDRAyMA) junto con el CIAT. Otra variedad también utilizada es Saciat-39
introducida al mercado por el CIAT (INIAF, 2015).
52
escala (AI09, con 9 hectáreas) se estimó el uso del 16% de su cosecha de arroz
como semilla.
La semilla producida para uso propio en algunos casos también es utilizada para el
acceso a otros insumos productivos. Por ejemplo, se identificó un caso de
intercambio de semilla de arroz (2 toneladas) por agroquímicos (en el
agroecosistema AI07).
53
producen, con excepción de las comerciales ya citadas. Por lo que un análisis mayor
de las mismas no fue posible.
Las fuentes de provisión de las semillas comerciales son los mercados locales
inmediatos (la comunidad de Mora a aproximadamente 10 kilómetros) y otros más
distantes (el mercado de abasto y las agropecuarias de Santa Cruz de la Sierra).
Como se indicó anteriormente, otro origen de las semillas son las donaciones desde
el sector público. En el caso de compra, lo precios equivalentes por tonelada son de
USD 450 y USD 500 en el caso del maíz, y USD 580 en el caso del frijol. Dado que
en el sistema indígena la siembra de estos cultivos se realiza en superficies muy
reducidas, la inversión real por compra semilla por cultivo gira alrededor de USD 5
por temporada.
Respecto al recurso genético animal, las gallinas, patos, cerdos y cabras son de
reproducción propia una vez comprados por primera vez en un reducido número
inicial. El ganado vacuno presentes en el sistema alimentario indígena de La Ripiera
desde el 2011 mediante un proyecto de compensación por la explotación de
hidrocarburos que entregó cinco cabezas de ganado a cada familia.
54
5.2.3 Sistema agroecológico
55
agroecológica (AE09) que incluye el cultivo de cuatro especies se registró una
dependencia completa en semillas comerciales. Al contrario, bajo un sistema
de bosque comestible (AE05), la unidad familiar presentó hasta un 87% de
auto-suficiencia en semillas y material vegetativo de propagación (entre
producción para uso propio y recolección del bosque) de las 55 especies que
conforman el agroecosistema.
La rotación del material genético vegetal en los sistemas estudiados son afectados
por factores socio-económicos, además de los técnico-productivos. En el sistema
agroindustrial depende de cuatro factores principales: (i) disponibilidad comercial, (ii)
manutención del vigor de las semillas de uso propio, (iii) pureza de la semilla, y (iv)
capacidad de producción. La disponibilidad comercial está definida por las empresas
importadoras y productoras de semilla certificada. Según narrativa de los
funcionarios de las mismas, las variedades comerciales tanto de soya como de arroz
se discontinúan cada tres a cuatro años para ser reemplazadas por nuevas
variedades. Esto coincide con lo expresado por los productores. También es
consistente con las narrativas de innovación tecnológica y de crecimiento económico
sobre las que se basa la agricultura industrializada. Es decir, la “actualización”
tecnológica periódica (en este caso de variedades) como una estrategia de
movilización de la economía monetaria alrededor de la agricultura (Thompson et al.,
2007).
56
Complementariamente a los anteriores factores, la pérdida de pureza de la semilla de
uso propio es un factor que genera la necesidad de cambio de la variedad utilizada.
Según la narrativa de los productores, esto sucede en la soya cuando
accidentalmente (a través de la maquinaria de cosecha o infraestructura de
almacenaje) se mezcla semilla “nueva” (con mayor vigor) con otra “vieja”. Este es un
evento esporádico en el manejo de la semilla de soya de uso propio. En el caso del
arroz se da cuando en la producción en campo comienzan a emerger
espontáneamente las variedades localmente adaptadas que poseen cascarilla roja,
lo que le da el nombre coloquial de “arroz rojo”. La cascarilla de ésta es de difícil
extracción durante el pelado y la mezcla entre “arroz blanco” con el “arroz rojo”
reduce el precio de venta por motivos estéticos.
57
no está ligada a procesos comerciales sino de auto-abastecimiento según su
tradición productiva (Díez Astete, 2011). El acceso limitado a recursos monetarios
entre las familias es otro factor por la reducida compra de semillas.
Con base a los datos descritos, es posible distinguir diferencias marcadas entre los
sistemas agroindustrial, indígena y agroecológico estudiados en San Pedro, La
Ripiera y Samaipata, respectivamente, con relación las especies nativas que
albergan y, por tanto, su capacidad de contribuir en la conservación in-situ. La
práctica de policultivos y los períodos de rotación de semillas más prolongados son
factores inter-relacionados que apuntan al mayor potencial de los sistemas indígenas
y agroecológicos para iniciativas de conservación.
58
aunque sean tradicionalmente parte de la dieta (como el maíz o yuca), no son
integrados en el sistema productivo. Los altos niveles de inversión (por ejemplo, la
maquinaria especializada que tiene un costo unitario mínimo de un cuarto de millón
de dólares) y de kis costos de producción (entre USD 450 a USD 550 por hectárea,
en promedio) son las razones más importantes para el enfoque económico-monetario
que rigen las decisiones en el sistema agroindustrial. Por su parte, el propósito de
auto-abastecimiento, la cercanía a los bosques, la cultura del policultivo y el
reconocimiento explícito de la importancia de la agrobiodiversidad y especies locales
entre las familias de los sistemas indígena y agroecológico, determinan en gran
medida la inclusión de especies nativas en sus dinámicas productivas.
Algo importante que destacar es que la inclusión de especies nativas en los sistemas
alimentarios indígena y agroecológico no necesariamente implica la conservación in-
situ de las variedades locales. Esto es claro en el caso del maíz y frijol que si bien
ambas se consideran especies nativas – en el caso del maíz por ser Bolivia
considerada centro de origen secundario por el elevado nivel de razas que alberga,
(Serratos Hernández, 2009), las variedades utilizadas son comerciales (híbridas en el
caso de maíz) y no nativas. Por lo que en la dinámica actual se conserva la especie,
pero no variedades relevantes para el patrimonio genético nacional. En el caso de las
especies producidas a partir de variedades silvestres (como capulí), otras frutales sin
mejora genética a nivel comercial (como achachairú, guayaba y chirimoya) y árboles
de usos medicinales (como guabirá), la conservación in-situ que implica su inclusión
en los sistemas productivos es relevante.
59
decir que la proliferación de semilla de uso propio en el cultivo de esta oleaginosa es
un fenómeno relativamente reciente como resultado del encarecimiento de la semilla.
Con base a los datos reportados por (Suárez et al., 2010) el costo de la tonelada de
semilla certificada de soya en el 2009 era USD 450. Productores relatan que años
recientes cuando el precio de venta de la soya era mayor (USD 300 por tonelada), el
costo de la semilla certificada ascendía a USD 900 por tonelada. Por tanto, entre los
productores pequeños y mediados la necesidad de paliar los costos de producción
de monocultivos agroindustriales ha sido una motivación para la innovación en el
acceso a semilla por vías alternativas. Ello ha sido coadyuvado por la tradición
cultural ya que la mayoría de este grupo de productores son inmigrantes desde valles
y tierras altas del país (Paz Balivián, 2009), donde tradicionalmente se practica la
producción de semilla de uso propio.
60
respectivamente. A pesar de esta particularidad que aporta a la fortaleza y auto-
sustentabilidad de los sistemas alimentarios, es importante también reconocer que
una de las limitaciones del sistema agroecológico es el limitado acceso a semillas
ecológicas y de producción propia. Si bien el porcentaje de auto-abastecimiento es
considerable, este resulta insuficiente dada la gran diversidad de cultivos que los
sistemas agroecológicos albergan.
Figura 13. Porcentaje de especies cultivadas a partir de semillas de uso propio en los
sistemas indígena de La Ripiera y agroecológico de Samaipata.
Fuente: Elaboración propia.
61
CAPÍTULO VI. CONTRIBUCIÓN DE LA AGROBIODIVERSIDAD A LA
ALIMENTACIÓN FAMILIAR
62
Por tanto, en términos de cantidad absoluta los sistemas agroindustriales y
agroecológicos proporcionan volúmenes importantes de alimentos a las familias
productoras; empero, respecto a la variedad – el segundo requisito para una
alimentación saludable (Blanco, 2008) – el sistema agroindustrial es muy limitado por
proporcionar sólo una especie de alimento (Figura 16). Los sistemas indígena y
agroecológico cumplen de una manera significativamente diferente con esta
condición.
63
Figura 15. Análisis de diferencia significativa de la proporción del volumen de cosecha
de los sistemas alimentarios estudiados destinados al auto-consumo.
Fuente: Elaboración propia.
64
Figura 17. Destino de la diversidad de cultivos según el volumen total cosechado y
distribución de la diversidad de cultivos destinados al consumo familiar en el sistema
agroecológico de Samaipata.
Fuente: Elaboración propia.
65
6.2 Aporte nutricional de la agrobiodiversidad producida
Figura 18. Ejemplos de unidades productivas específicas que ilustran el aporte nutricional de la
agrobiodiversidad en los diferentes sistemas alimentarios estudiados.
Fuente: Elaboración propia.
66
En el sistema indígena, el aporte de la agrobiodiversidad en la nutrición familiar en
términos de nutrientes es el más bajo a pesar que el 100% de la cosecha se destina
al auto-consumo. Durante el período de realización del diagnóstico de “Recordatorio
de las 24 horas”, se registró escasez de alimentos por las reducidas cosechas a
causa de la sequía y los animales domésticos que consumieron los cultivos. Dada la
falta de forraje por la ausencia de lluvias, el ganado de La Ripiera se alimentó de los
cultivos destinados para las familias, según la narrativa de los entrevistados. A su
vez, esta situación se debe a dos motivos de manejo. Una es la falta de protección
física de los cultivos (por ejemplo, mediante cercas), y también la elevada cantidad
de ganado respecto a la disponibilidad de forraje. Como se mencionó en secciones
pasadas, en la comunidad de La Ripiera el ganado fue introducido como parte de un
proyecto de compensación por la explotación de hidrocarburos. Al momento de la
entrega, varios beneficiarios desconocían sobre el manejo de ganado y el proyecto
se limitó a la entrega de los animales, sin capacitación complementaria. Uno de los
resultados de esta situación es un número elevado de ganado vacuno (140 animales
en marzo 2016) que dado el tipo de vegetación y manejo de la misma en La Ripiera,
sobrepasa la capacidad de provisión de volúmenes adecuados de biomasa para la
alimentación del ganado vacuno y caprino existente en la comunidad.
67
por los hacendados de manera recurrente, mientras que la servidumbre sólo en
ocasiones muy esporádicas (generalmente en Navidad). Por tanto, es posible que el
arroz se haya convertido en símbolo de diferenciación social en el imaginario de
los/as pobladores/as de La Ripiera, quienes ahora tienen la capacidad de consumir
este cereal cuantas veces les sea posible según su capacidad de compra. Otro
motivo complementario a los anteriores, son los precios menores del arroz en el
mercado de abarrotes, en comparación a otras fuentes de carbohidratos.
68
CONCLUSIONES
69
diversidad de cultivos y sus cosechas. Ello acompañado con la diversificación
productiva inherente de sistemas biodiversos, hace que la agrobiodiversidad
contribuya también a la sostenibilidad socio-económica.
70
Tomando en cuenta las características de inclusión de especies nativas en el
sistema, el origen y rotación del material genético, otra conclusión que surge del
estudio es que el sistema agroecológico seguido por el indígena, tiene el mayor
potencial de aportar a la conservación in-situ de especies nativas con importancia
agrícola y alimentaria.
71
nutricional a las familias productoras. En otras palabras, gracias a la
agrobiodiversidad, los sistemas agroecológicos evidencian la multi-funcionalidad de
la agricultura. Finalmente, integrando los resultados, es posible concluir que la
agrobiodiversidad y su manejo es un elemento central para el fortalecimiento de la
seguridad alimentaria y la soberanía alimentaria y productiva.
72
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81
ANEXOS
82
Anexo 1 – Formulario de consolidación de datos sobre
agrobiodiversidad
83
AGRODIVERSIDAD EN SISTEMAS ALIMENTARIOS AGROINDUSTRIAL, INDÍGENA Y AGROECOLÓGICO EN TRES
MUNICIPIOS DE SANTA CRUZ, BOLIVIA
85
Lugar
Fecha
Encuestador/a
¿Qué ingredientes
¿En qué cantidad?
uso? Medida estándar ¿Dónde adquirió?
(medida casera)
(ración sólida y líquida)
¿Qué ingredientes
¿En qué cantidad?
uso? Medida estándar ¿Dónde adquirió?
(medida casera)
(ración sólida y líquida)
86
5. ¿Comieron algo entre ( ) Sí ¿Qué comieron? ….………………………………………..…
almuerzo y cena? ¿A qué hora? ….………………………………………..………
( ) No ¿Dónde? ………………………………………………..…………
¿Se cocinó a gas o leña? ….……………………….………
¿Qué ingredientes
¿En qué cantidad?
uso? Medida estándar ¿Dónde adquirió?
(medida casera)
(ración sólida y líquida)
¿Qué ingredientes
¿En qué cantidad?
uso? Medida estándar ¿Dónde adquirió?
(medida casera)
(ración sólida y líquida)
87
Anexo 2 – Memoria fotográfica.
88
Sistema de Policultivo en ID01, sistema alimentario indígena.
(La Ripiera, febrero 2016)
Fotografía: Georgina Catacora Vargas
89
Sistema de Policultivo en ID04, sistema alimentario indígena.
(La Ripiera, febrero 2016)
Fotografía: Georgina Catacora Vargas
90
Producción de cultivos asociados en AE 01, sistema alimentario agroecológico.
(Samaipata, mayo 2016)
Fotografía: Georgina Catacora Vargas
91
Policultivo de plantas medicinales y aromáticas en AE02, sistema alimentario
agroecológico. (Samaipata, mayo 2016)
Fotografía: Georgina Catacora Vargas
92