perversiones
sexuales
Voyerismo
La palabra voyeur, de origen francés, deriva del verbo voir
(ver), junto con el sufijo de agente eur, y su traducción literal
es “el que ve”.
Candaules fue el último rey de Lidia y esposo de una dama increíblemente
bella. Él presumía a la mujer que tenía a su lado y cómo la poseía con
desesperación sutil. Se cuenta que en una ocasión conversó de eso con Giges,
quien –al parecer– era uno de sus trabajadores más fieles y amigo.
Giges creía en el amor del rey, pero era consciente que también exageraba en
algunos puntos de su historia. Candaules no necesitó de un largo debate e
invitó a su amigo a su dormitorio esa misma noche para que descubriera los
portentos de los que hablaba. Fugaces dudas y alegatos pasaron a un lado
cuando el hombre estaba escondido ya en la habitación del rey. Presenció el
acto y aquí no hay más que decir, porque Giges dio origen a lo que conocemos
como voyerismo.
La reina descubrió que Giges los
observaba, lo cual era una de las mayores
ofensas, ella le dio a elegir al “mirón” entre
matar al rey o morir por dicho acto, y sí,
tiempo después el hombre se convertiría
en rey de Lidia. El voyerismo ha tenido los
registros más interesantes con el paso del
tiempo y el candaulismo fue uno de los
primeros
Candaules, rey de Lidia, muestra su
mujer al primer ministro Giges (1648),
de Jacob Jordaens y Candaules, rey de
Lidia, muestra a su mujer escondiendo
a Giges, uno de sus ministros, mientras
se va a la cama (1830), de William Etty
masoquismo
Se define el masoquismo como la conducta sexual en la que se obtiene la
excitación y la satisfacción sexual a través del propio dolor físico o psíquico, la
humillación, la dominación y el sometimiento. En 1986 se acuño por primera vez
el término “masoquismo” a raíz de la latinización de su apellido Masoch,
Las aficiones eróticas de Masoch
Masoch se inspiraba en realidad en sus propias
tendencias para escribir sus libros. Su primera mujer
(tuvo tres), publicó un libro en el que describía todas
las manifestaciones de perversidad de su marido.
Afirmaba que Sacher-Masoch era un esclavo servicial,
un perro que adoraba las pieles y exigía a sus
mujeres que se las pusieran lo más a menudo
posible, sobre todo, cuando éstas se mostraban
crueles. Hacía unos contratos de matrimonio
bastante especiales con sus mujeres: se comprometía
a ser su esclavo y a obedecer todos sus caprichos
durante seis meses. Sus esposas podían golpearlo sin
medida. Murió en 1895 de un ataque cardiaco. Dicen
los que le rodeaban que sus últimas palabras fueron
“Aimez moi”.
El masoquismo del marqués de Sade
El marqués de Sade, que dio su nombre al
sadismopublicó su obra “Justine” donde ofrece a
una joven inocente como víctima masoquista para
los innombrables sádicos que poblaban sus libros.
Las categorías del masoquismo
1ra categoría: de orientación sexual, el masoquista no puede sentir placer
más que en un estado de inferioridad, humillación y sufrimiento. Intenta
identificarse como esclavo o servidor de la persona amada y degradarse por
ella.
2da categoría: Estos sienten una necesidad de castigo y buscan, de
modo inconsciente, la frustración y la injusticia.
Travestismos
El término Travestismo aparece en la
Alemania de 1910, su autor fue Magnus
Hirschfeld en su obra “Conductas sexuales
humanas”. En aquella época el acto de
vestirse con ropas del sexo contrario era
considerado como una perversión clínica.
También se han usado los términos "eonismo"
o transformismo, éste último señalaría un
hecho más puntual y exento de ningún tipo de
compromiso o sentimiento. Si bien las líneas
de separación entre los tres términos no son
fáciles de fijar.
Los primeros exploradores
romanos nos hablan de la
presencia de indígenas que
vestían "como mujer" para
quedarse a cuidar de ancianos y
niños en la tribu, mientras habían
mujeres que salían a cazar y
vestían como los hombres.
En la Grecia clásica dioses y héroes se
travistieron sin ningún rubos, eso si era
muy griegos y su masculinidad no
quedaba intacta dejando siempre
embarazadas a sus parejas. Hércules
para seducir a la reina Onfalia se
disfraza de mujer y vive como tal,
mientras su amante opta por el rol del
semidiós. Lo mismo hizo Aquiles para
no ser descubierto por Ulises.
En la mitología nos escontramos con
el todopoderoso Zeus travestido
para conseguir los favores de la
desdichada Calisto (clic), a la que
dejará debidamente embarazada.
También conocemos la historia de
Ceres que optó por una identidad
masculina para huir de Poseidón que
lo había violado o Ifis a quien
vistireron y educaron como varón
para evitar su muerte.
En la antigua Roma el travestismo no
estaba socialmente aceptado, aun así
emperadores, nobles y libertos lo
practicaron sin ningún tipo de rubor.
Nerón (clic) llegó a travestirse para casarse
con el liberto Diodoro. El emperador
Heliogábalo quiso ejercer como
emperatriz, casándose con su fornido
esclavo, tabién intentó que los médicos le
incrustaran una matriz.