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Marzo 2024

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Arquidiócesis de Santo Domingo

Arquidiócesis de Santiago
Diócesis de Barahona
Diócesis de Baní
Diócesis de Puerto Plata
Diócesis de San Pedro de Macorís
Diócesis de San Francisco de Macorís
Diócesis de Mao-Montecristi
Diócesis de San Juan de la Maguana

Valor del Mes:

“La Oración”
Que propicia la reconciliación

Lema del Mes:


“Como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden”
(Mt 6, 12b)

Plan de Pastoral

Marzo 2024
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Acción Significativa del Sector:


Realizar un retiro sectorial para preparar la pascua.
Rezar el vía crucis por el sector.
Acción Significativa en la Familia:
Acudir en familia a las celebraciones de la Semana Santa.
Acción Significativa en las Redes:
Elaborar avisos con las actividades de Cuaresma y Semana Santa.

Índice
Primera Parte:
Iluminación Bíblica desde la Palabra de Dios:
“Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt. 6, 12b). . . . . . . . 3
Lectura Orante con el Lema del Mes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
Encuentros de Evangelización en el Sector. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
24 Horas para el Señor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Retiro de Cuaresma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Siete Dolores de la Virgen. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
Meditaciones Semana Santa (Lunes, Martes y Miércoles Santo) . . . . . . . 36
Adoración Eucarística Jueves Santo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .41

Segunda Parte:
Lecturas Diarias y Celebraciones Dominicales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Triduo Pascual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Acompañemos a María en este Sábado Santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103

Colaboradores: Hna. Angela Cabrera (Arquidiócesis de Santiago), Dra. Luz Minerva


Jerez, Pbro Ángel Diaz, Pbro. Zacarías Castro, Pbro. Rigoberto Samora, Pbro. Misael
Amparo, Pbro. Santiago Sánchez, Pbro. Argelis Vásquez Pbro, Darwin Rosario, Pbro.
Cristian Paulino (Diòcesis de San Francisco de Macorís), Yudelka Acosta, Sandra y
Johnny Martínez, Pbro. Santos Miguel Monciòn, Pbro. Gregorio Santana, Pbro. Daniel
Lorenzo Vargas Salazar, Pbro. Miguel A. Amarante (Arquidiocesis de Santo Domingo).
Corrección: Ruth Nolasco Lamarche
Coordinadora: Eugenia López
Diagramación y Arte final: Jesús Pérez
Diseño de Portadas: Hamlet Pérez
Para contacto Vicaría de Pastoral: Correo Electrónico:
guiamensual.vipastoral@arzsd / guiamensual.vipastoral@gmail.com
Teléfonos: 809-682-0815, 809-685-3141, Ext. 261-262, 809-221-3126
Redes Sociales: www.facebook.com/vicariadepastoralsantodomingo
Impresión: Editora Amigo del Hogar / Manuel María Valencia No. 4,
Santo Domingo, D. N. / Teléfono: 809.548.7594

2
Plan de Pastoral - Marzo 2024

Iluminación Bíblica desde la Palabra de Dios

Iluminación Bíblica de Propicia la Reconciliación


“Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt. 6, 12b)

El Padrenuestro es la oración del Discípulo de Jesús, la cual el maestro


ha enseñado como una regla de vida.
El tema del perdón será fundamental en la nueva vida del seguidor de
Aquel que nos ha mandado a amarnos, los unos a los otros, como Él nos ha
amado. El cristiano que ama reconoce la grandeza de la misericordia divina,
y por lo tanto es capaz de pedir perdón cuando lacera ese amor que debe
tener a sus hermanos. Pero también es capaz de perdonar a aquellos que
le han ofendido.
Lamentablemente no siempre somos coherentes y no tenemos la
capacidad de perdonar al otro. En esto, el modelo es Dios, que perdona
mucho y siempre como se nos muestra en la parábola del rey que quiso
ajustar las cuentas con sus siervos, (cf. Mt. 18, 23-35). Y que deja resonando
en nosotros una cuestión fundamental: “¿No debías tú también compadecerte
de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?”.
Llama la atención que, al perdón Divino, que manifiesta la grandeza de
la misericordia de Dios, se le coloque como condición el perdón humano, la
de perdonar a nuestros hermanos, pues de algún modo queremos limitar
el perdón de Dios, que como hemos dicho, perdona lo mucho y perdona
siempre. Pero, más allá de ver limitada la misericordia Divina, debemos
nosotros de adecuar nuestro comportamiento al de Cristo Maestro, ya que
estamos llamados a ser y actuar como Él, pues en el Bautismo hemos
asumido ese compromiso.
Además, los versículos 14-15 del mismo capítulo 6 de Mateo nos
invitan a perdonar primero las ofensas de nuestros hermanos, para
que veamos manifestarse en nosotros la misericordia de Dios: “Que, si
vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también
a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres,
tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”. La pregunta en todo
caso será: ¿el perdón humano no es más bien una derivación del perdón
ofrecido por Dios? En la parábola ya citada de Mt 18 resulta evidente la
prioridad de la acción Divina cuando señala el rey, quien personifica el
actuar de Dios: “Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda
porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte de tu
compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?”. Partiendo de
la parábola, el perdón ofrecido en el Padre es perdón para ser donado y
vivido en la comunidad de orantes.
El perdón de Dios no dependerá jamás del perdón nuestro, pero el
perdón que hemos dado nos permitirá volvernos con valentía, al Padre mío
y al Padre de mis deudores, sabiendo que todos compartimos la misma
situación: estamos todos necesitados del perdón. Y, el perdón que recibimos
de Dios es el perdón que nosotros otorgamos.
3
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Lectura Orante
“Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt. 6, 12b)

Canto “Ven Espíritu ven”.


Oración:
Oh mi buen Jesús, tú que eres misericordioso como el Padre, nos enseñaste
y nos mandaste a perdonar, mostrándonos en el momento más difícil de tu vida,
que es posible el perdón, cuando estabas en la cruz, perdonando a aquellos
que no creyeron que eras el Hijo de Dios. Mira el corazón de los que el Padre
te ha confiado, para que haga de ellos hombres y mujeres con tus mismos
sentimientos, siendo capaces de amar y perdonar sin medida.
Canto “Hoy perdóname”.
Lectura (busquemos leyendo, Mt. 6, 12b)
Para la lectura hay elementos esenciales que no se pueden evadir; la
elección del tiempo y del espacio, así podemos propiciar un verdadero encuentro
con el Dios que me habla en la lectura, lejos de ruidos, distracciones y demás.
Un lugar donde estemos solos con Él, y un tiempo donde nada ni nadie
interrumpa ese encuentro de oración, para poner no solamente nuestros ojos
sobre las letras del texto bíblico, sino también el corazón. Es el momento de
leer, releer y rumiar ese mensaje que Dios me está dando.
En este texto, Jesús sigue hablando sobre los asuntos de la vida ordinaria
en sus seguidores, el tema de la oración, que será fundamental, y en ella el
tema del perdón como un don de Dios que debemos dar a los demás.
Meditación: Qué nos dice el texto
Hay una petición de perdón (perdona nuestras ofensas) que hemos hecho
al Padre en el (12a) que se verá condicionada por una afirmación (como
nosotros perdonamos, a los que nos ofenden) que hacemos en (12b), y que
refleja que verdaderamente el perdón que recibimos de Dios Padre es el regalo
que debemos dar a nuestros hermanos.
Siempre será necesario el perdón, pues el mismo tiene un efecto curativo,
tanto para el que humildemente reconoce que ha fallado y se acerca a pedirlo,
como para aquel que tiene que ofrecerlo. Son dos corazones que quedan
sanados, liberados, perdonados.
Por eso hay que propiciar siempre la reconciliación entre los hermanos,
y la reconciliación con Dios. Sabemos que estamos llamados a la perfección
y a la santidad, pero no somos perfectos y la santidad debemos de irla
construyendo día a día, y en ese caminar fallamos, erramos, caemos, por lo
que se hace necesario el acercarnos a la misericordia divina, pero también el
ser misericordiosos con nuestros hermanos.
Oración Respuesta a Dios
Es el momento de reconocer que Dios Padre me escucha, entonces debo
de hablarle. Qué le digo a Dios que me habló en el texto sagrado.
Lo que he leído, aquello que he reflexionado, ahora lo convierto en oración.
La oración es la primera respuesta al Dios que habla, la segunda respuesta será
la acción. Es el momento de pedirle a Jesús que me dé un corazón semejante
al suyo para perdonar como Él me perdona, para poder perdonar lo mucho y
siempre, para perdonar 70 veces siete.
4
Plan de Pastoral - Marzo 2024

Acción significativa en la familia


Un acto de reconciliación familiar, donde puedan perdonarse de corazón
todos los miembros de la familia y al final compartir el abrazo sincero de la paz
que deje sellado el amor restablecido entre padres e hijos, y entre esposo y
esposa. Finalizando con un canto de acción de gracias. Participar en familia
en las celebraciones de la Semana Santa.

ENCUENTROS DE EVANGELIZACION
Marzo mes para propiciar la reconciliación con el hermano tomando en
cuenta el lema: “como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” (Mt. 9,12 B).
Primer Encuentro de evangelización
Semana del 4 al 9 de marzo

Con Jesús en comunión y oración transformemos la nación.

1. Ambientación
En cada parroquia o lugares de encuentros, colocar un papelógrafo con
el tema del año “con Jesús en comunión y oración transformemos la nación”.
Colocar fotos de personas pidiendo perdón. El próximo 8 de marzo Dia
Internacional de la Mujer resaltemos la vivencia de la oración de las mujeres.
2. Introducción
Iniciamos el mes de marzo, y juntos a él un tiempo para reflexión y de
perdón, “con la cuaresma” un tiempo para propiciar la reconciliación con el
hermano, valor que vivimos en todo el mes de marzo, y así renovaremos la
oración del Padre Nuestro reflexionando a Mateo (9,12B) que nos dice “como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
En este encuentro vamos a fijar nuestra atención en como nosotros
propiciamos la reconciliación con los hermanos siguiendo lo que nos dice el texto.
Cuando perdonamos a los que nos ofenden, hay una renovación y liberación
en ambas partes porque hay un regreso de Dios y así dejamos al hombre viejo
y tenemos la disposición del cambio radical para dar los verdaderos frutos del
Espíritu Santo.
3. Cantos: perdón señor, perdón.
4. Oración: Leer con actitud reflexiva y meditar el salmo (104, 1-12).
5. Diálogo
Después de la reflexión y meditación del salmo vamos a responder algunas
preguntas que van a guiar el dialogo.
• ¿De qué nos habla el texto?
• ¿A quién anunciamos?
• ¿A que invita la meditación?
• ¿Qué nos invita a recordar?
• ¿Qué narra el texto?
• ¿Por qué debemos de dar gracias?
6. Canto: a ti levanto mis ojos.

5
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

7. Lecturas de la palabra de Dios en lugar de leer una cita publicada, le


colocamos varios encuentros que estuvo Jesús con las mujeres para
reflexionar y poder compartirlos en las comunidades.
• María Magdalena (Juan 20,11-18).
• La pecadora arrepentida (Lucas 7, 11-17).
• La suegra de Pedro (Marcos 9, 29-31).
• La viuda de Salmo (Lucas 7, 11-17).
• Las mujeres que acompañaban a Jesús (Lucas 8, 1-3).
8. Reflexión de los textos dados escoge dos o tres de esos textos y
medítalos, en los cuales Jesús quiso propiciar la reconciliación. Es bueno
que se haga conciencia del por qué Jesús tuvo ese trato con las mujeres.
En una cita de: Juan Pablo II “las mujeres no abandonaron a Jesús en su
ultimas horas y más trágica de su vida mortal”.
10. Oración.
Hacer la Oración del Padre Nuestro, el Avemaría y el Gloria, pidiendo que
cada día nos reconciliemos con nuestros hermanos.
11. Canto Final: Danos un corazón fuerte para amar.

Segundo Encuentro de Evangelizacion


Semana del 11 al 17 de marzo

Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden (Mateo 9,12 b).
Ambientación:
Animar a todos los participantes a caminar juntos para lograr la reconciliación
en las familias.
1. Introducción:
El camino a la santificación de la familia es la acogida que tenemos que darle
al llamado de la reconciliación. reconciliándonos uno con otros fomentaremos
la unidad familiar.
El papa Juan Pablo VI en la encíclica: Humanal vital; dice que “si el pecado
le sorprendiese todavía, recuran con humildad y perseverancia a la misericordia
de Dios. Y” El Papa Francisco nos exhorta a pedir perdón y no es necesario
grandes discursos, el secreto para curar las heridas es no dejar pasar el día
sin reconciliarse con el hermano”.
2. Canto: Renuévame Señor con tu espíritu.
3. Oración: Hacer una Oración reflexiva, meditada y despacio del salmo
60, luego elegir las frases que más le llaman la atención.
4. Diálogo:
Abrir un dialogo donde expresen
¿Qué frase les llamo más la atención del salmo y por qué?
¿Qué relevancia tiene en nosotros perdonar al que nos ofende?
¿Cómo reconocer si Dios habita en nuestras familias?
¿Qué comportamiento observamos después de reconciliarnos en las
familias?

6
Plan de Pastoral - Marzo 2024

5. Profundización del tema.


En muchas ocasiones las familias pasan por diferentes situaciones que
tienden a separar al uno del otro, en vez de acudir a Dios para que les
ilumine como solucionar esos percances. Muchas veces se encierran en
sí mismo y caen en pecado que los aparta de la gracia de Dios, siendo el
Padre Nuestro clave para curar todas las heridas de la familia cuando están
en crisis. La iluminación bíblica nos dice en (Mt 9,12b)” como nosotros
perdonamos a los que nos ofenden”, propiciar la reconciliación con las
familias es reconciliarnos con Dios, ya que después de haber pecado puede
ser una experiencia transformadora y liberadora, así podamos encontrar la
paz y la gracia de Dios. Jesús invita a descubrir en cada miembro de la
familia la imagen de Dios, poniendo en práctica el respeto, el servicio y
siempre empeñados en promover una autentica comunidad de personas
fundada y alimentada por la comunión interior del amor. Es importante
recordar que todos somos imperfectos y que debemos reconcílianos como
familia manteniendo un proceso continuo de renovación.
6. Lectura Bíblica Lucas 15, 11-32: antes de leer el texto te invito hacer
la siguiente Oración
Señor hazme silencio para que pueda escuchar tu palabra. Que la
lectura y meditación de tu palabra me una cada día más íntimamente a
ti. Dame tu espíritu, dame entendimiento para comprender lo que tú me
quieres decir. Que tu palabra se convierta en cimiento dentro de mí, que
crezca y se transforme en mi interior y me transforme a mí. Hazme tierra
fértil para que tu palabra pueda dar fruto, fruto de ese amor de la cual habla
cada página de las sagradas escrituras. Que conozca tu voluntad y que con
tu gracia pueda vivir según ella. Amén.
7. Reflexionemos el texto de Lucas 15, 11-32. Que nos habla del
valor de la reconciliación con el hermano y analicemos las siguientes
preguntas.
1. ¿Quién es el hijo?
2. ¿Quién representa el hijo mayor?
3. ¿El hijo menor reconoció que había ofendido?
4. ¿La recreación del padre fue lo que nos dice (Mt 9,12b)?
5. ¿Qué testimonio de reconciliación tú has dado en tu hogar?
6. ¿Cómo vive tu con tu pareja y con tu familia lo de (Mt. 9,12b)?
7. ¿Cómo encontró el hijo la reconciliación?
8. ¿Compara lo que dice la biblia en el (Éxodo 34: 6) y lo que Lucas
(15,24) nos presenta?
8. Enseñanza magisterial.
En el catecismo de la iglesia católica #1439 nos explica la misericordia
que Dios tiene para aquellos que se reconcilian consigo mismo y cuando
nosotros perdonamos a los que nos ofenden, como lo hizo el padre en la
parábola del hijo prodigo.
Reflexión Final:
La reflexión de los textos leídos nos indica el auténtico significado del valor
de la reconciliación que nos ayuda a cambiar el estilo de vida a tener un cambio
diferente del vivido atrás, salir de situaciones materialista, humanas para
7
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

adoptar la actitud divina, olvidar los problemas que la vida nos presenta y llegar
a ser reflejo de Cristo, viviendo la reconciliación en la familia que es primordial
para poner todo en orden y así poder vivir en la paz que Dios nos brinda.
Oración Final:
Señor hazme instrumento de tu paz.
11. Canto Final: Hoy perdóname o el hijo prodigo.

Tercer Encuentro de Evangelizacion


Semana del 18 al 23 de Marzo

1. Ambientación: En la casa o en algún lugar visible colocar lema del año y


el valor del mes. Resaltar las celebraciones de la Semana Santa.
2. Introducción:
Estamos en la última semana de cuaresma para entrar en la Semana Santa
y como cristianos que somos vamos a vivir este tiempo con gozo y alegría,
sobre todo propiciando la reconciliación con nuestros hermanos dejándonos
tocar el corazón por el hijo de Dios, Jesucristo. Recordando que la familia es la
escuela donde empieza a entenderse la vida de Jesús y es la escuela donde se
inicia el conocimiento del Evangelio por su madre María.
3. Canto: Perdón señor hemos pecado (cancionero Vocacional) o puede ser otro.
4. Oración:
Pedir la presencia del Espíritu Santo, para que nos ilumine en el caminar de
nuestras vidas y así poder discernir bien el tiempo de cuaresma.
5. Dialoguemos:
1. ¿Por qué es bueno asistir a la celebración en la semana santa?
2. ¿Qué significa la cuaresma para ti?
3. ¿Con que frecuencia participo del sacramento de la penitencia?
4. ¿Cómo puedo dar testimonio de fe en la cuaresma?

5. Profundización del tema


A partir de cada celebración nos llenamos cada día de la vida en Jesús es
de ahí que la cuaresma es un tiempo propicio para el encuentro con un mismo
Dios y con el prójimo a través de la reconciliación con quien nos juntamos y nos
perdonamos los unos con los otros como el Padre Nuestro nos lo recuerda.
El perdón, la penitencia y la reconciliación nos propician la armonía, la paz y
el entendimiento al hermano. La cuaresma es reflexionar, superarnos cada día,
acércanos a la Oración, ayudar al prójimo, actuar con bondad y solidaridad en
el entorno familiar, parroquial y profesional, para que nuestras acciones estén
dirigidas a mejorar la vida de quienes nos rodean.
Presentamos estas citas bíblicas que nos ayudan a profundizar más. Si
lo consideramos oportuno Podemos seleccionar dos o tres para la reflexión.
(Luego en nuestros hogares podemos leer y meditar las demás)
1. Efesios (4,32).
2. Colosenses (3,13).
3. Mateo (18,15).
4. Hechos de los Apóstoles (3,19).
8
Plan de Pastoral - Marzo 2024

5. 1ra. Juan (4,10).


6. Salmo (79,9).
7. 1ra. Juan (2,2).
8. 2da. Corintios (5,18).
6. Reflexionemos los textos dados en base a la reconciliación y
misericordia con el hermano:
1. ¿Cómo dio testimonio de la verdadera reconciliación?
2. ¿Cómo puedo ayudar a mi familia a ser testigo del amor de Dios?
3. ¿Cómo vivir la Semana Santa en santidad?
4. ¿Cuáles acciones puedo hacer para ayudar a mi familia a crecer en la
santidad?
7. Reflexión final
“Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden” es el lema del mes
de marzo, pues es un tiempo muy importante que nos invita a reflexionar sobre
el perdón, la oraciòn, el compartir y sobre todo a propiciar la reconciliación con
los que nos rodean, de ahí que el Padre Nuestro, tal como nos enseñó Jesús, es
esencial meditarlo, hacerlo nuestro cada día y llevarlo a la práctica con el prójimo.
8. Oración:
Todos a una voz rezan el Padre Nuestro de rodillas y hacen un minuto de
silencio.
9. Canto final:
Yo soy testigo del amor de Dios.

Esquema de 24 horas para el Señor

Tema: La oración nos lleva a una vida nueva


(cf. Rm 6,4) 8 y 9 de Marzo
Recomendaciones
• En la jornada pueden integrarse, además de la oración, el ayuno y la abstinencia.
• Es bueno ofrecer el sacramento de la penitencia.
• Se expone el Santísimo Sacramento durante las 24 horas.
• Nos acompañamos del Padre Nuestro como modelo de oración.
• Se puede iniciar y terminar con la misa.
• Podría ayudar bastante si se distribuyen las horas entre las pastorales y los
grupos apostólicos.
• El esquema de oración es sencillo: Oremos, comentario, reflexión y diálogo
espiritual ofrecido en petición.
• Llevar la Biblia, el Santo Rosario, la guía mensual y otros.
Introducción
Llega a su undécima edición «24 horas para el Señor», la iniciativa
cuaresmal de oración y reconciliación instituida por voluntad del Papa Francisco.
También este año el evento se celebrará en las diócesis de todo el mundo en
vísperas del cuarto domingo de Cuaresma, del viernes 8 al sábado 9 de marzo.
El lema elegido por el Santo Padre para este año está tomado de un
versículo de la Carta a los Romanos: «Llevemos una vida nueva» (Rm 6,4).
9
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Como estamos en el año de la oración, es necesario saber que la oración nos


ayuda a llevar una vida nueva. En este año vamos a recorrer, con la Palabra de
Dios, los diferentes tipos de oraciones.
6:00 am: Santa Misa
7:00 am: Adoración eucarística: “Señor enséñanos a orar”
Terminada la Eucaristía se procede a exponer el Santísimo Sacramento y
con ello dejar inaugurada la Jornada 24 Horas para el Señor.
1. Exposición y anuncio de Intenciones
2. Canto eucarístico
3. Silencio (15 minutos)
4. Texto: Lucas 11,1-4
5. Silencio (15 minutos)
6. Canto eucarístico
7. Momento de alabanzas (10 minutos)
8. Padre nuestro, Ave María y gloria
9. Canto final.
8:00 am: La oración nos ilumina para iluminar a los demás
a) Hacemos el Santo Rosario con los misterios luminosos. Iniciamos con un
canto Mariano.
b) Credo.
c) Primer misterio: por los que sufren.
d) Segundo misterio: por los que necesitan el perdón.
e) Tercer misterio: por los que necesitan fuerza para la tentación.
f) Cuarto misterio: por los que trabajan por el pan.
g) Quinto misterio: por los que experimentan el mal.
Oremos con Lucas 1,46-55: «Mi alma engrandece al Señor, y mi espíritu
se regocija en Dios mi Salvador. Porque ha mirado la humilde condición de esta
su sierva; pues he aquí, desde ahora en adelante todas las generaciones me
tendrán por bienaventurada. Porque el poderoso hizo grandes cosas; y santo
es su nombre. Y de generación en generación es su misericordia para los que
le temen. Ha hecho proezas con su brazo; ha esparcido a los soberbios en
el pensamiento de sus corazones. Ha quitado a los poderosos de sus tronos;
y ha exaltado a los humildes; a los hambrientos ha colmado de bienes y ha
despedido a los ricos con las manos vacías. Ha ayudado a Israel, su siervo,
para recuerdo de su misericordia tal como dijo a nuestros padres, a Abraham y
a su descendencia para siempre».
09:00 am. Oración de alabanza por las bendiciones recibidas
a) Oramos con Génesis 32,9-12: «Dios mío, tú eres el Dios de mi abuelo
Abraham y de mi padre Isaac. Tú me ordenaste regresar a mi tierra, con
mis parientes, y me prometiste tu ayuda. Siempre me tratas con mucha
bondad, aunque no lo merezco, pues soy yo quien debe servirte. Cuando
crucé el río Jordán, sólo tenía un palo para defenderme, pero ahora tengo
gente y ganado para formar dos grupos. Tú me prometiste que me iría bien,
y que mis descendientes llegarían a ser como la arena del mar, que no se
puede contar. ¡Líbrame ahora de mi hermano Esaú! Tengo miedo de que
venga y nos ataque a todos» (Repetir dos veces y meditar en silencio 10
minutos).
10
Plan de Pastoral - Marzo 2024

b) Comentar: En un momento de angustia y temor, Jacob clamó a Dios para


que lo protegiera de los deseos de venganza que, por años, lo mantuvieron
distante de su hermano Esaú, y la respuesta del Señor produjo reconciliación
y amor entre ellos (10 minutos).
c) Reflexionar: Qué bueno saber que podemos expresar a Dios nuestros
sentimientos y cómo nos sentimos, sabiendo que Él no nos juzga, sino que
nos entiende y nos escucha. Ser conscientes de esto es ya una respuesta
a nuestras oraciones (10 minutos).
d) Silencio (10 minutos).
e) Diálogo: Expresar libremente nuestra alabanza a Dios por las bendiciones
recibidas en mi vida (15 minutos).
f) Canto de alabanza: No sé cómo alabarte (5 minutos)

10:00 am. Oración para recordar los favores de Dios


a. Oramos con Ex 15,1-5: «Voy a cantar en honor de mi Dios, pues ha
tenido una gran victoria: ¡hundió en el mar caballos y jinetes! Yo le dedico
este himno, porque él me da fuerza y me salva. Él es mi Dios; por eso lo
alabo. Él es el Dios de mi padre; por eso lo adoro. ¡Mi Dios es el Dios de
Israel! ¡Mi Dios es un gran guerrero! Hundió en el mar los carros egipcios,
¡el ejército entero del rey! ¡Mi Dios ahogó en el Mar de los Juncos a los
mejores oficiales de Egipto! ¡Todos ellos se hundieron como piedras en lo
más profundo del mar!» (15 minutos).
b. Comentar: Moisés y el pueblo eran testigos una vez más de cómo la
mano de Dios los protegía de sus opresores mientras ellos podían seguir
avanzando. Lo que en un momento fue miedo e impotencia ante el acoso
del ejército egipcio, se transformó repentinamente en un cántico de
gratitud y esperanza tras la intervención del Señor a su favor (15 minutos).
c. Reflexionar: La incertidumbre y el temor nos pueden llevar a perder el gozo de
la compañía de Dios. Revisar nuestra historia de vida al detalle, nos permitirá
hallar más motivos para cantar a Dios que para tener miedo (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos).
e. Recordar las maravillas que Dios ha realizado en mi historia de Salvación
(10 minutos).
f. Canto: Yo tengo fe.

11:00 am. Oración para pedir perdón por los pecados


a. Oramos con Nm 14,17-19: «Por eso te pido que muestres tu gran poder.
Tú mismo has dicho que tienes mucho amor y paciencia, y que por eso
perdonas al pecador. Tú has dicho que castigas a los hijos, a los nietos y a
los bisnietos, por la maldad de sus padres. Dios mío, si desde Egipto has
aguantado a este pueblo, y si realmente es tan grande tu amor, perdónale
este pecado» (Repetir y orar en silencio 15 minutos).
b. Comentar: Ante la desazón provocada por las murmuraciones y la falta
de fe en algunos miembros del pueblo, Moisés eleva una oración rogando
perdón y misericordia para que el Señor los vea con piedad y no los elimine
de la faz de la tierra. Finalmente, sus ruegos son escuchados, pues Dios
perdona al pueblo y hace nuevos planes para este (10 minutos).
c. Reflexionar: La misericordia del Señor va más allá de lo que podamos
creer o pensar. Una genuina oración de arrepentimiento y súplica puede
ocasionar grandes cambios en las decisiones de Dios (10 minutos).
11
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

d. Silencio (10 minutos).


e. Diálogo: Pedir perdón por los pecados cometidos. Recemos el Salmo 50
(10 minutos).
f. Canto: Perdona a tu pueblo Señor.
12:00 m. Oración para clamar por misericordia
a. Oremos con Deuteronomio 3,24-25: «He visto tu grandeza y tu poder.
Ni en el cielo ni en la tierra hay otro Dios como tú, que pueda hacer tantas
maravillas. Permíteme cruzar el río Jordán. Déjame ver las hermosas
montañas, ¡déjame contemplar el Líbano!» (10 minutos).
b. Comentar: Una mala decisión había vetado a Moisés de pisar la tierra
prometida, ahora debe asumir las consecuencias de sus actos; pero, aun
así, ruega al Señor para que cambie de parecer, y aunque no logró tocar
con sus pies el territorio que anhelaba, Dios le permitió tener vida suficiente
para contemplar desde la distancia la promesa (10 minutos).
c. Reflexionar: Es posible que a causa de nuestras acciones las cosas no
salgan siempre como anhelamos. Entender que el Señor ejerce disciplina,
pero que al mismo tiempo tiene misericordia, permitirá que vivamos con
más reposo nuestros procesos en Dios (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos).
e. Dialogar frente a Jesús Sacramentado sobre la misericordia que Dios ha
tenido conmigo y cómo puedo hacer llegar esa misericordia a los demás
(10 minutos).
f. Rezar el Salmo 32: “Que tu misericordia Señor venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti” (05 minutos).
g. Canto: Himno de año de la misericordia: Misericordiosos como el Padre.
1:00 pm. Hora de Reparación del Sagrado Corazón de Jesús
a. Acto de Ofrecimiento: Soberano Señor Sacramentado, segura prenda de
la eterna Gloria; esta estación recibe con agrado, por ser Tu pasión tierna
memoria. Haz que, destruido el reino del pecado, Tu Iglesia Santa cante la
victoria asistiéndola siempre con tus dones, en sus necesidades y aflicciones.
b. Silencio (5 minutos).
c. Acto de Desagravio y reparación. Responder todos: Perdón, Señor
perdón.
Ω Por blasfemias, indiferencias y sacrilegios a la Eucaristía, las personas
y cosas santas.
Ω Por las injurias contra el Papa y los obispos de la Iglesia
Ω Por las persecuciones contra sacerdotes y religiosos/as
Ω Por los pecados de los miembros de la Iglesia.
Ω Por no santificar fiestas y preceptos.
Ω Por no dar testimonio de santidad.
Ω Por no participar en la evangelización
Ω Por no socorrer a los pobres y desvalidos.
Ω Por hacer del dinero nuestro Dios
Ω Por los lujos y vanidades.
Ω SE PUEDEN AGREGAR OTRAS SUPLICAS DE PERDÓN.

d. Oración “Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Te adoro pro-


fundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo. En repara-
12
Plan de Pastoral - Marzo 2024

ción por las ofensas, sacrilegios e indiferencias con los que Él es ofendido.
Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores”. Amén.
e. Silencio (5 minutos).
f. Canto eucarístico 7. SILENCIO (15 minutos).
g. Letanías al Sagrado Corazón de Jesús. Respondemos: Ten piedad y
misericordia
• Dios Padre, celestial.
• Dios Hijo, Redentor del mundo.
• Dios Espíritu Santo.
• Trinidad Santa un solo Dios.
• Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
• Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la
Virgen Madre.

CORAZÓN DE JESÚS…
• unido sustancialmente al Verbo Divino.
• de infinita majestad.
• templo santo de Dios.
• tabernáculo del Altísimo.
• casa de Dios y puerta del cielo.
• horno ardiente de caridad.
• mansión de Justicia y de amor.
• lleno de bondad y de amor.
• abismo de todas las virtudes.
• dignísimo de toda alabanza.
• Rey y centro de todos los corazones, en que están escondidos todos
los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
• morada de toda la plenitud divina.
• en quien el Padre se agradó.
• de cuya plenitud todos hemos recibido.
• fuente de vida y santidad.
• propiciación por nuestros pecados.
• desgarrado por nuestros pecados.
• hecho obediente hasta la muerte.
• con lanza traspasado.
• fuente de toda consolación.
• vida y resurrección nuestra.
• paz y reconciliación nuestra.
• salud de los que en Ti esperan.
• esperanza de los que en Ti mueren.
• delicia de todos los santos.
h. Himno al Sagrado Corazón de Jesús
2:00 pm. Oración para pedir el favor de Dios
a. Oramos con 1 Samuel 1,11: «Dios todopoderoso, yo soy tu humilde
servidora. Mira lo triste que estoy. Date cuenta de lo mucho que sufro; no
te olvides de mí. Si me das un hijo, yo te lo entregaré para que te sirva sólo
a ti todos los días de su vida. Como prueba de que te pertenece, nunca se
cortará el cabello» (10 minutos).
13
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

b. Comentar: En medio del dolor por su esterilidad, Ana viene al lugar del
encuentro con Dios, en donde convierte su oración en un clamor por la vida.
El Señor entiende la situación de esta mujer, y contrario a la indiferencia
que antes presentaran su esposo y el mismo sacerdote, Dios atiende su
ruego y responde su petición (10 minutos).
c. Reflexionar: Nuestra fe se afirma al saber que tenemos un Dios que
entiende nuestro dolor. El encuentro con el Señor produce esperanza y
respuesta en medio de la incertidumbre (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos)
e. Diálogo espiritual: Hablar de mi situación actual y cómo Dios cambió mi
lamento en danza (10 minutos).
3:00 pm. Coronilla a la Divina Misericordia
a. Padre Nuestro, Avemaría, y Credo.
b. Al comenzar cada decena (cuentas grandes del Padre Nuestro) decir:
“Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de
Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, para el perdón de nuestros
pecados y los del mundo entero”.
c. En las cuentas pequeñas del Ave María: “Por Su dolorosa Pasión, ten
misericordia de nosotros y del mundo entero”.
d. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres veces: “Santo Dios,
Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”.
e. Texto Bíblico: Leer el Salmo 1.
4:00 pm. Oración para pedir cuidado y protección
a. Oremos con 2 Samuel 22,1-7: «¡Dios mío, yo te amo porque tú me das
fuerzas! Tú eres para mí la roca que me da refugio; ¡tú me cuidas y me libras!
Me proteges como un escudo, y me salvas con tu poder. ¡Tú eres mi más alto
escondite! Tú mereces que te alabe porque, cuando te llamo, me libras de mis
enemigos. Hubo una vez en que la muerte quiso atraparme entre sus lazos;
fui arrastrado por una corriente que todo lo destruía. Me vi atrapado por la
muerte; me vi al borde de la tumba. Lleno de angustia llamé a mi Dios, y él me
escuchó desde su templo; ¡mi oración llegó hasta sus oídos!» (10 minutos).
b. Comentar: Luego de arduas batallas, encarnizadas persecuciones y fuertes
luchas con los gigantes, el rey David logra salir con vida. En este cántico, se
expresa cómo la muerte fue una compañera permanente en la travesía del
rey y la forma en que su angustioso clamor llegó hasta el trono del Señor,
recibiendo su protección en cada situación de peligro (10 minutos).
c. Reflexionar: La inminencia de la muerte y los constantes peligros son parte
de nuestra realidad humana, pero también lo es la misericordia y el cuidado
de un Dios que escucha desde su trono y nos brinda su cuidado (10 minutos).
d. Rezar: Salmo 121 (10 minutos).
5:00 pm. Oración para pedir protección para la nación
a. Oremos con 2 Reyes 19,15-16.19: «Dios de Israel, tú tienes tu trono sobre los
querubines. Tú eres el único Dios de todos los reinos de la tierra; tú eres el
creador del cielo y de la tierra. ¡Préstanos atención! Mira lo que nos está suce-
diendo… Dios nuestro, te rogamos que nos salves del poder de los asirios, para
que todas las naciones de la tierra sepan que tú eres el único Dios» (10 minutos).
b. Comentar: Senaquerib, queriendo amedrentar e invadir a Judá, envía unas
fuertes amenazas buscando poner en duda el poder de Dios ante su pueblo;
14
Plan de Pastoral - Marzo 2024

Ezequías acude al Señor y presenta el ultimátum dado por el adversario.


La respuesta de Dios y sus palabras son contrarias a las de la amenaza. El
ruego del rey consiguió tranquilidad y paz para el pueblo, mientras que el
enemigo cayó bajo el poder del Dios del que se burló (10 minutos).
c. Reflexionar: Tenemos un Dios ante el cual podemos traer todo aquello que
nos preocupa y nos afecta. Nuestra confianza debe ser más grande que
nuestro temor (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos)
e. Diálogo espiritual: Mencionar los problemas nacionales y presentarlos
ante el Señor con un Padre Nuestro (10 minutos).
f. Himno al Sagrado Corazón de Jesús
6:00 pm. Oración para interceder por la familia
a. Oremos con 1 Crónica 29,18-19: «Dios de nuestros antepasados
Abraham, Isaac y Jacob: haz que tu pueblo tenga siempre esta manera de
pensar y de sentir, y que te ame con todo el corazón. Y te pido que le des a
mi hijo Salomón el profundo deseo de obedecer y poner en práctica todos
tus mandamientos; también te pido que le permitas construir el templo con
estos materiales que he reunido» (10 minutos).
b. Comentar: Antes de morir, David convocó a una gran colecta para la construcción
del templo, que su hijo dirigiría, y aunque sabía que Salomón era el elegido por
Dios para sucederlo en el trono, también tenía claro que este no estaba exento
de extraviarse de la Ley. La oración del rey ofrece gratitud y también pide para
que su hijo sea obediente a las indicaciones del Señor siempre.
c. Reflexionar: Es un privilegio poder interceder por nuestra familia. Ser
obedientes a Dios es darle honra a él y reconocer la labor de quienes
ruegan por nosotros.
d. Silencio (10 minutos)
e. Oración de intercesión: por nuestras familias, de manera especial por los
miembros más vulnerables.
7:00 pm. Oración cuando nos sentimos angustiados
a. Oremos con 2 Crónicas 20,6-9.12: «Dios de nuestros antepasados, ¡tú
estás en los cielos, y dominas a todas las naciones de la tierra! ¡La fuerza y
el poder te pertenecen! ¡Nadie puede vencerte! Dios nuestro, tú expulsaste
a los pueblos que antes vivían en este territorio, y nos lo diste a nosotros,
que somos descendientes de tu amigo Abraham. Éste ha sido nuestro
país, y en él edificamos un templo para honrarte; allí hicimos esta oración:
“Si en alguna ocasión nos castigas con toda clase de males, y en medio
de nuestras angustias venimos a buscarte a este templo, escúchanos y
ayúdanos”. Dios nuestro, ¡castígalos! Nosotros no podemos hacerle frente
a un ejército tan grande. ¡Ni siquiera sabemos qué hacer! Por eso nos
dirigimos a ti en busca de ayuda» (10 minutos).
b. Comentar: Josafat clama en medio de un gran temor, sabe que está en
desventaja ante un ejército gigante que los amenaza a él y al pueblo; con
miedo en su corazón, este hombre pide al Señor que tome el control de la
situación. Finalmente, Dios acude al llamado del rey y pelea por el pueblo
interrumpiendo ese gran peligro que se les venía encima (10 minutos).
c. Reflexionar: Cuando no sabemos qué hacer, no hay un mejor espacio que
la oración para buscar respuestas. Que el temor no impida nuestro deseo
de buscar la ayuda de Dios (10 minutos).
15
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

d. Silencio (10 minutos)


e. Dialogar sobre como Dios me protege en medio de mis angustias (05 minutos).
f. Canción: Nadie te ama como yo.
8:00 pm. Oración para afirmar nuestra confianza en Dios
a. Oremos con el Salmo 16,1-5: Cuídame, Dios mío, porque en ti busco protec-
ción. Yo te he dicho: «Tú eres mi Dios; todo lo bueno que tengo, lo he recibido
de ti. Sin ti, no tengo nada». La gente de mi pueblo, que sólo a ti te adora, me
hace sentir feliz. Pero quienes adoran ídolos sufrirán en gran manera. ¡Jamás
rendiré culto a los ídolos! ¡Jamás les presentaré ofrendas! Tú eres mi Dios,
eres todo lo que tengo; tú llenas mi vida y me das seguridad (10 minutos).
b. Comentar: Este himno inicia generando un reconocimiento de gratitud
especial hacia Dios por todo lo bueno que se ha conseguido, pues todo
ha sido gracias al favor de Dios. La alegría en este himno se sustenta en
la adoración al Dios verdadero, condenando al mismo tiempo a quienes se
rinden a otros dioses (10 minutos).
c. Reflexionar: La seguridad y confianza del creyente está en la verdadera
adoración al Señor. En contraste, poner la fe en aquello que no corresponde
al Señor solo podrá producir amargura (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos)
e. Orar el Padre Nuestro y mirar en él la confianza que debemos tener en
nuestro Padre Dios (10 minutos).
9:00 pm. Oración para aceptar la voluntad de Dios
a. Oremos con Marcos 14,35-36: «¡Padre!, ¡papá!, si fuera posible, no me dejes
sufrir. Para ti todo es posible. ¡Cómo deseo que me libres de este sufrimiento!
Pero que no suceda lo que yo quiero, sino lo que quieras tú» (10 minutos).
b. Comentar: En un momento de profunda agonía, y cautivado por la dureza
de la prueba que se acercaba, el Señor Jesús cae postrado ante el Padre
rogando ser liberado de su sufrimiento; pero en medio de su dolor, él da
cuenta de su obediencia al expresar una de las oraciones más difíciles
de hacer, pues prefirió aceptar la voluntad de Dios, aunque esta fuera en
contra de sus anhelos personales (10 minutos).
c. Reflexionar: Las decisiones de Dios sobrepasan nuestra realidad humana.
Aferrarse a la voluntad Divina no nos asegura que el dolor se vaya, pero
nos acerca más al corazón del Padre (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos)
e. Dialogar frente a Jesús Sacramentado sobre los momentos que se me ha
hecho difícil cumplir la voluntad de Dios (10 minutos).
10:00 pm. Oración de gratitud por la salvación dada por medio de Jesús
a. Oremos con Lucas 2,29-32: «Ahora, Dios mío, puedes dejarme morir en paz.
¡Ya cumpliste tu promesa! Con mis propios ojos he visto al Salvador, a quien
tú enviaste y al que todos los pueblos verán. Él será una luz que alumbrará a
todas las naciones, y será la honra de tu pueblo Israel» (10 minutos).
b. Comentar: Simeón había vivido bajo la firme esperanza de poder ver y
conocer al Mesías. Transcurrido el tiempo y con la ilusión intacta, este hombre
recibe el regalo esperado y prometido por el Espíritu Santo; Simeón no solo
pudo contemplar al Salvador del mundo, sino que fue honrado al poder tenerlo
entre sus brazos. Había valido la pena la espera, su vida ya tenía todo el
sentido posible, ahora estaba listo para partir con el Señor (10 minutos).
16
Plan de Pastoral - Marzo 2024

c. Reflexionar: Nada puede dar más sentido a nuestra vida que poder acoger la
experiencia con el Salvador. Abrazar a Cristo es vivir para siempre (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos).
e. Dialogar sobre mi paciencia para esperar en las promesas de Dios (10
minutos).
11:00 pm. Oración por la unidad de la iglesia
a. Oremos con Juan 17,11.20-21: «Padre celestial, dentro de poco ya no
estaré en el mundo, pues voy a donde tú estás. Pero mis seguidores van a
permanecer en este mundo. Por eso te pido que los cuides, y que uses el poder
que me diste para que se mantengan unidos, como tú y yo lo estamos… No
pido sólo por ellos, sino también por los que creerán en mí cuando escuchen
su mensaje. Te pido que se mantengan unidos entre ellos, y que, así como tú
y yo estamos unidos, también ellos se mantengan unidos a nosotros. Así la
gente de este mundo creerá que tú me enviaste» (10 minutos).
b. Comentar: Esta es la oración sacerdotal del Señor Jesucristo; su clamor
al Padre deja ver su interés por la unidad y el cuidado para los que creen.
Jesús pide para que se mantengan unidos a Dios aquellos que han creído
y los que vendrán después de estos; pero, al mismo tiempo, solicita que
haya unión entre ellos, pues esta será la señal más grande ante el mundo
de su identidad como hijos de Dios y discípulos de Cristo (10 minutos).
c. Reflexionar: Tenemos un Señor que gime e intercede a favor nuestro de forma
constante. Él se une a nuestra petición y se hace uno con nosotros (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos).
e. Canto de alabanza: Tu fidelidad es grande (5 minutos)
12:00 am. Oración por fortaleza a pesar del temor
a. Oremos con Hechos 4,29-30: «Ahora, Dios nuestro, mira cómo nos han
amenazado. Ayúdanos a no tener miedo de hablar de ti ante nadie. Ayúdanos
a sanar a los enfermos, y a hacer milagros y señales maravillosas. Así harás
que la gente vea el poder de tu siervo Jesús, a quien elegiste» (10 minutos).
b. Comentar: La persecución a los apóstoles había comenzado; Pedro y Juan
son retenidos e interrogados a causa de su predicación, pero al ser puestos
en libertad, se les advirtió que no podían seguir hablando de Jesús. En
medio de esta situación, los apóstoles se unen y ruegan al Señor que los
cubra de valor para enfrentar las amenazas y anunciar a Cristo con mucha
más fuerza que antes (10 minutos).
c. Reflexionar: El Señor es quien nos fortalece en medio del temor. Un
corazón decidido por Cristo es un recurso valioso en manos de Dios.
d. Silencio (10 minutos).
e. Canto de alabanza: Mi fuerza y mi poder es el Señor (5 minutos).
1:00 am. Oración por nuestros seres queridos distantes
a. Oremos con Romanos 1,9-12: «Dios es testigo de que siempre oro por us-
tedes, y de que siempre le pido que me permita ir por fin a visitarlos, si él así
lo quiere. Tengo muchos deseos de ir a verlos y darles ayuda espiritual. Así
su confianza en Dios será permanente, y podremos ayudarnos unos a otros,
gracias a la fuerza de esa confianza que tenemos en Dios» (10 minutos).
b. Comentar: En la introducción a su mensaje, Pablo le expresa a la
comunidad de Roma su profundo anhelo por verlos pronto. Su intención
es poder compartir con ellos y generar espacios de apoyo mutuo desde la
17
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

experiencia de este encuentro, y les comenta que ya ha realizado varios


intentos para poder verlos sin lograr tener éxito; a pesar de esto, hay algo
que Pablo hace desde la distancia y es orar siempre por ellos (10 minutos).
c. Reflexionar: No importa que tan lejos estemos de otros, la oración es el
recurso que nos une a pesar de las distancias. Permanezcamos siempre
juntos en oración (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos)
e. Rezar el Padre Nuestro pidiendo la protección por nuestros seres queridos
que viven en distancia.
f. Canto de alabanza: Dios está aquí (5 minutos).
2:00 am. Oración por sabiduría para nuestros seres queridos
a. Oremos con Efesios 1,17-19: «Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo,
es decir, al Padre maravilloso, que les dé su Espíritu, para que sean sabios y
puedan entender cómo es Dios. También le pido a Dios que les haga comprender
con claridad el gran valor de la esperanza a la que han sido llamados, y de
la salvación que él ha dado a los que son suyos. Pido también que entiendan
bien el gran poder con que Dios nos ayuda en todo» (10 minutos).
b. Comentar: Esta oración es la continuación de un mensaje de amor que Pa-
blo envía a los creyentes en Éfeso, enseñándoles cómo Dios ha pensado
en todos desde antes de la fundación del mundo y ahora nos adopta como
hijos suyos. Los efesios entienden esto y viven la experiencia del amor al
prójimo y la esperanza de la salvación de una forma especial; a pesar de
esto, Pablo ruega para que esta comprensión sea cada vez más amplia y
valiosa en ellos (10 minutos).
c. Reflexionar: El Señor ha pensado en nosotros desde siempre. Esto indica
que su amor para con nosotros es eterno (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos).
e. Orar y dialogar: Salmos 119,66-90.
3:00 am. Oración para pedir confianza en Dios en medio de las dificultades
a. Oremos con Efesios 3,16-19: «Por la inmensa riqueza de su gloria, pido
a Dios que, por medio de su Espíritu, los haga cristianos fuertes de ánimo.
También le pido a Dios que Jesucristo viva en sus corazones, gracias a la
confianza que tienen en él, y que ustedes se mantengan firmes en su amor
por Dios y por los demás. Así ustedes podrán comprender, junto con todos
los que formamos el pueblo de Dios, el amor de Cristo en toda su plenitud.
Le pido a Dios que ustedes puedan conocer ese amor, que es más grande
de lo que podemos entender, para que reciban todo lo que Dios tiene para
darles» (10 minutos).
b. Comentar: Las constantes persecuciones y aprehensiones que sufrían
los creyentes, hacían que el ánimo de algunos hermanos menguara un
poco. Pablo se presenta como ejemplo vivo de confianza narrando cómo
ha podido soportar su periodo en la prisión, y animando así a la comunidad
a seguir avanzando sin temor. El amor y la confianza son las armas que
presenta Pablo en esta oración para enfrentar las pruebas y comprender el
propósito de Dios tras ellas (10 minutos).
c. Reflexionar: Las diversas dificultades nos van llevando hacia el rincón del
desánimo. El amor y la confianza en Dios nos ayudan a salir de allí (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos).
e. Dialogar sobre nuestros desánimos y presentarlos en oración.
18
Plan de Pastoral - Marzo 2024

4:00 am. Oración por el favor de Dios hacia nuestros semejantes


a. Oremos con 2 Tesalonicenses 1,11: «Le pedimos a nuestro Dios que los
haga merecedores de haber sido elegidos para formar parte de su pueblo.
También le pedimos que, con su poder, cumpla todo lo bueno que ustedes
desean, y complete lo que ustedes han empezado a hacer gracias a su
confianza en él» (10 minutos).
b. Comentar: Pablo exalta la labor de sus hermanos en Tesalónica, pues a
pesar de los conflictos que enfrentaban, se mantenían firmes y confiados en
Dios; tal es el ejemplo de este grupo de creyentes que son presentados como
modelo a seguir ante las otras comunidades. El apóstol pide a Dios para que
la fe sólida de sus hermanos se siga manteniendo firme, pues de esta forma
seguirán siendo merecedores de la herencia en el Reino de Dios (10 minutos).
c. Reflexionar: La senda de la fe suele tornarse dura en algunas ocasiones. Dios
nos acompaña en el camino para ayudarnos a llegar a la meta (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos).
e. Recuerda a los que necesitan el favor de Dios e intercede por ellos.

5:00 am. Oración de adoración y exaltación a Dios por su grandeza


a. Oremos con Apocalipsis 4,11: «Señor y Dios nuestro; tú mereces que
te alaben, que te llamen maravilloso, y que admiren tu poder. Porque tú
creaste todo lo que existe; gracias a ti, todo fue creado» (10 minutos).
b. Comentar: Este cántico hace parte de la maravillosa visión del trono en
el cielo; y es allí, en el lugar mismo donde habita Dios, que las potestades
espirituales y humanas se postran para reconocer su señorío y autoridad
sobre todo lo creado. Este canto exalta una realidad que solo pertenece
al Señor, pues él es el único merecedor de la adoración universal (10
minutos).
c. Reflexionar: No es necesario esperar a ser llamados por Dios a su
presencia para rendirle adoración. Desde nuestra realidad actual podemos
expresar nuestra gratitud elevando una alabanza (10 minutos).
d. Silencio (10 minutos)
e. Dedicar un momento para la oración de alabanza en voz alta (05 minutos).
6:00 am. Terminar con la Santa Misa.

Retiro de Cuaresma 2024


Año de la Oración
“La Oración para atravesar el desierto”
INTRODUCCIÓN
El año 2024 ha sido convocado por el papa Francisco como año de
oración; vamos a realzar esta dimensión en el contexto de la Cuaresma. Nos
apoyaremos, de manera especial en el mensaje del santo Padre para este
año, llamado: “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”. Al mismo
tiempo, recuperaremos imágenes y escenas bíblicas que muestren la travesía
del pueblo de Dios en el desierto con el fin de sacarle provecho espiritual.
También recomendamos la lectura atenta de la Carta Pastoral de los obispos
dominicanos, sobre la oración, titulada: La Oración, “Señor, enséñanos a orar
como Juan enseñó a sus discípulos” (Lc 11,1).
19
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

El siguiente retiro parte de la imagen espiritual del “desierto” en su


perspectiva orante. Teniendo en cuenta que el desierto no tendría sentido ni
estaría soportado por la esperanza, si no es en actitud de atravesarlo para
alcanzar la tierra prometida, Cristo Jesús.
El pueblo de Israel fue conducido por el desierto durante 40 años; referencia
temporal que evoca un período de tiempo largo. De igual manera, la Cuaresma
es como un desierto; una experiencia para ser vivida de manera personal
y, a la vez, en actitud comunitaria y sinodal. Esos 40 días que forman la
Cuaresma son un tiempo prudente para recapacitar y tomarse en serio el don
de la libertad que la vida en el Señor nos ofrece.
El desierto es una experiencia de paso, no un lugar para establecerse y
permanecer. Es la etapa de purgación y purificación, siendo Dios, con sus
instrumentos, el guía principal. Dicha transformación tiene como meta, llegar a
compartir con Dios, la misma santidad que ha querido para nosotros y nosotras.
No tendría razón de ser que nuestra vida cristiana se prolongue en forma de
Cuaresma, sin experimentar la Pascua de la Resurrección.
En el caminar por el desierto, se espera que alcancemos el despojo de todo
lo inauténtico, hasta llegar al encuentro personal y real con nosotros mismos,
con el Señor y con los hermanos y hermanas de peregrinación. Esperamos que
la experiencia, nos haga salir diferentes; que quienes empezamos la marcha
no lleguemos igual al final de la jornada.
Vamos a tratar cinco temáticas: 1) Realidad de esclavitud. 2) Dureza del
camino y murmuraciones. 3) Infidelidad del pueblo: paciencia y providencia de
Dios. 4) Alianza. 5) Cristo: la tierra prometida; el desierto redentor. En cada una
de las reflexiones se presenta una aplicación a la vida personal, con referencia
comunitaria. Una lectura atenta favorece la oración y la meditación.
PRIMERA REFLEXIÓN
REALIDAD DE ESCLAVITUD
Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de
esclavitud (Ex 20,2).
El papa Francisco inicia su mensaje de Cuaresma recordando que “cuando
nuestro Dios se revela, comunica libertad: Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice
salir de Egipto, de un lugar de esclavitud” (Ex 20,2).
El pueblo de Israel había llegado a Egipto voluntariamente. Se sometió al poder
del faraón, a cambio de los beneficios que recibía. Se conformó forzadamente
con la esclavitud, sin poder salir del enredo con sus propias fuerzas. Con la zarza
ardiente, el Señor atrajo a Moisés para hablarle del dominio del faraón:
“Yo he visto la opresión de mi Pueblo, que está en Egipto, y he oído
los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy bien sus
sufrimientos. Por eso he bajado para liberarlos del poder de los egipcios y
hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que
mana leche y miel” (Ex 3,7-8).
El proyecto de liberación nace por iniciativa divina. El pueblo no lo
pidió. Dios se compadeció de la realidad. El Señor constató cómo el dominio
opresor había contaminado la tierra, el aire, el agua, y también los corazones.
La imagen de Dios mirando la condición de la persona esclava, la
contemplamos en la figura de Agar. Ella huye de casa de Sara, a causa de los
maltratos. Fugitiva, indefensa, encinta, en el desierto, se le presenta el ángel del
20
Plan de Pastoral - Marzo 2024

Señor para acompañarla y asistirla. Como resultado, termina expresando: “Tú


eres el Dios que me ve”; “He visto al que me ve” (Cf. Gn 16,13).
El Señor aboga mediante sus mensajeros, para que el faraón deje salir al
pueblo de la esclavitud: “Deja ir a mi pueblo” (Ex 16,17). Pero Él endureció su
corazón (Ex 7,3). Aunque parece contradictorio, queda evidente de que será por la
fuerza del Señor, y no por la nobleza del corazón que el pueblo gozará de libertad.
El profundo amor de Dios por su pueblo queda reflejado en Oseas 9,10
cuando dice: “Como uvas en el desierto encontré a Israel”.
De ahí que decide, el Señor, no abandonarlo a su suerte. Emprende la
conquista fundamentada en el amor. Y así, con la imagen de un marido
que busca enamorar nuevamente a su esposa infiel, le dice a su pueblo:
“Voy a seducirla, la llevaré al desierto y le hablaré al corazón. Allí
le daré sus viñas… allí me responderá como en su juventud… aquel día me
llamará Esposo mío, y ya no me llamará ídolo mío… Le apartaré de la boca el
nombre de los baales” (Os 2,16-19).
Dios quiso hacer pasar a su pueblo por esa tierra espantosa (Dt 1,19),
tierra de prueba y purificación, para hacerle entrar en la tierra prometida. Un
camino expresamente escogido por Dios. No era el más cómodo, ni el más
corto (Ex 13,17). Necesitaban un guía, y el Señor quería ese rol. Dios quiso que
su pueblo naciera allí; en el fuego de la adoración (Ex 3,17).

1.2. MEDITACIÓN PERSONAL


“La oración es tratar de amistad, estando muchas veces tratando a
solas con quien sabemos nos ama” (Santa Teresa de Jesús).
La Cuaresma es un desierto. Pregúntate en esta Cuaresma, cuáles realidades
de esclavitud amenazan tu vida. Ponle nombre a los “capataces”, autorizados por
el faraón, que quieren controlar y gobernar tu vida. Intenta poner tres “capataces”,
por ejemplo: el celular, cuando él te usa a ti, en vez de usarlo tú a él.
Escribe tres capataces en la línea en blanco __________________, __
__________________y___________________________ ¿Hay otro más?
____________________________.
¿En qué realidad te descubre el Señor? Escribe una frase que describa
cómo Dios te ve__________________________________________________
__________________
¿Tú tienes claro el camino hacia el cuál Dios te conduce? ¿Te dejas guiar?
¿De qué tierra te están sacando y hacia dónde van? _____________________
_________________________.
¿Sientes que el Señor escucha tus gritos? ¿Escuchas cuando el Señor
te llama por tu nombre y te dice: dónde estás? ¿Tú escuchas los gritos de tus
hermanos? ¿Qué estás haciendo ante sus sufrimientos y sus esclavitudes?

Ora con el Salmo 62,2:


¡Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo: mi alma está sedienta de ti, mi
carne tiene ansia de ti como tierra seca, reseca sin agua!

SEGUNDA REFLEXIÓN
DUREZA DEL CAMINO Y MURMURACIONES
Para irnos adentrando en la espiritualidad del desierto, hemos de tener en
cuenta, a partir del pueblo de Israel, que se trata de la etapa donde ya está fuera
21
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

de Egipto. Está fuera, pero no ha llegado a la tierra prometida. Comienza la


etapa de prueba, en la medida en que experimente la dureza del camino.
La vegetación del desierto es pobre y escasa (Cf. Is 6,11); es tierra infértil. En
el Éxodo, Dios tenía plena conciencia del lugar hacia el cual dirigía a su pueblo
amado. Porque lo amaba decidió hacerlo atravesar un camino largo y difícil,
que le llevara mucho tiempo; todo el necesario para que ese pueblo, reconocido
como “duro de cabeza” y “terco” (Ex 33,3), pudiera recapacitar y renacer.
La salida no fue fácil. Iban con su imaginario verde, poblado de bosques
y abundante comida; sin embargo, era un lugar ajeno y vivían como esclavos.
Comenzaron la experiencia de tocar, con sus pies, un lugar descampado, que
les hizo tocar fondo. Le dieron una libertad, pero no la tenían en sus manos. La
libertad tenía que ser conquistada. El desierto, entonces, es tiempo de conquista;
pudiéramos compararlo como ese gimnasio donde se ejercita la templanza.
¿Qué hace el desierto árido?: es un lugar de carencia de las mínimas
seguridades. Caminaron sin agua (Ex 15,22), algunas veces ésta aparecía
amarga (Ex 15,23); el alimento, podrido (Ex 16,24); un sol aplastante (Ex 16,21).
El hambre y la sed despertaron las quejas y las murmuraciones.
El desierto reveló el corazón humano. Comenzó la etapa de las
murmuraciones:
• Ojalá hubiéramos muerto en Egipto cuando nos sentábamos junto a la olla
de carne y comíamos pan hasta hartarnos. Nos han traído a matarnos de
hambre (Ex 16,3).
• Cómo echamos de menos el pescado que gratuitamente comíamos en
Egipto, los pepinos, melones, porros, cebollas y ajos (Nm 11,5).
• ¿Está o no está con nosotros el Señor? (Ex 17,7).
El pueblo no supo vivir con paciencia su escasez. Tampoco supo
interpretarla a los ojos de la fe. Sólo pensaba en comer (Nm 11,4).

2.1. MEDITACIÓN PERSONAL


“La oración es para muchos una esclavitud, un acto pesado, un acto
molesto. Y, sin embargo, la oración es la suprema libertad del alma. No es lo
mismo ir andando por una calle que volar como las aves… La oración es un
vuelo, no es un ir andando… Pero primero tengo que hacer el recorrido o el
peregrinaje de la oración... (Fernando Rielo, La Oración)

Tú también tienes un desierto interior. El desierto lo llevas dentro. Se


hace necesario atravesarlo, encontrarte contigo, sin miedo a las zonas áridas
que te habitan. Así acontece que cuando no riegas tu interior con el agua de la
oración; al igual que el desierto, te puedes tornar inhabitable. No te extrañes,
entonces, de personas que no quieran entrar dentro de sí, ni toleran el silencio.
Sin embargo, aunque sea un paso difícil, bajar hasta el fondo es necesario,
porque allí también encontrarás buenas sorpresas insospechadas. Que no te
espante tu propia testarudez para emprender el camino.
“También hoy, el pueblo de Dios lleva dentro de sí ataduras opresoras
que debe decidirse a abandonar. Nos damos cuenta de ello cuando nos
falta la esperanza y vagamos por la vida como en un páramo desolado, sin
una tierra prometida hacia la cual encaminarnos juntos” (Papa Francisco).
Los israelitas extrañaron las “ollas de carne” que dejaron atrás… Esas
“ollas” son, para nosotros, los privilegios, el confort, la comodidad que admitimos
22
Plan de Pastoral - Marzo 2024

en nuestras vidas, sin tomar en cuenta qué tanto nos ata y nos encadena. Para
salir de la esclavitud hay que desapegarse de esas “ollas”, no cargarlas ni
con las manos ni con el corazón, tampoco alcanzarlas con la memoria. El Señor
permite que éstas queden vacías para purgar nuestro “estómago”.
Pregúntate:
• ¿Sabes atravesar el desierto con paciencia?
• Intenta escribir alguna expresión que hayas dicho para renegar de lo que
has tenido que asumir.
• ¿Cuál ha sido tu queja más frecuente ante el Señor?
• ¿Qué le has reclamado a tu familia en tu propio beneficio
• ¿Tú amarras la cara, pones el rostro triste cuando las cosas no van bien?
¿Cómo expresas tu descontento?
• ¿Cómo enfrentas las contrariedades en la vida cotidiana?
Ora con el Salmo 41,2-3: “Como anhela la cierva estar junto al arroyo, así
mi alma desea, Señor, estar contigo. Sediento estoy de Dios, del Dios de vida;
¿cuándo iré a contemplar el rostro del Señor?”.

TERCERA REFLEXIÓN
INFIDELIDAD DEL PUEBLO: PACIENCIA Y PROVIDENCIA DE DIOS
Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo (Ex 32,7)
“El éxodo puede interrumpirse” (Papa Francisco). Acontece, cuando el
pueblo deja de peregrinar en esperanza, para arrematar justamente contra Dios
y contra el instrumento que Él ha elegido para guiarlo. El pueblo se revela contra
Dios, pero teniendo el rostro de Moisés como referencia (Nm 17,1). El mismo
Moisés clama ante el Señor, y lo interroga: “¿Qué hago con este pueblo? Por
poco me apedrean” (Nm 17,4).
El pueblo se gestionó un dios a su manera, lo fabricó a su criterio: un
becerro de oro (Ex 32,1). Mientras Moisés mediaba por el pueblo, el mismo
Señor le dijo: Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo (Ex 32,7).
El Señor era consciente de que era a Él mismo que lo estaba despreciando. Le
dolió el desprecio del pueblo, y se enojó (Nm 14,11). Recuerdan los obispos
dominicanos, comentando este episodio, en la Carta Pastoral, que la oración
intercesora de Moisés llegó al corazón de Dios para que perdone la culpa de
su pueblo (Conferencia Episcopado Dominicano, Carta Pastoral 2024, 11).
La paciencia ante el pueblo terco, que retrasaba su propia liberación, se
registra cuando Moisés intercede compadecido ante el Señor, y Él aplaca su
ira. Una manera de decirnos que el Señor no está eternamente enojado (Ex
32,14). Moisés era consciente de que no tenía fuerzas para garantizar todo lo
que el pueblo reclamaba. A lo largo del éxodo, la providencia del Señor se fue
dejando sentir, de diversas maneras. Algunos elementos de esta providencia:
• El Señor se dispuso a caminar, iba peregrinando a pie, acompañando al
pueblo a su ritmo (Ex 33,14):
• Dios caminaba delante del pueblo: de día en una columna de nubes para
guiarlos (Ex 13,21).
• De noche, el Señor iba en una columna de fuego para alumbrarles (Ex 13,21).
• La tienda del encuentro era el lugar donde Dios hablaba con Moisés como
un amigo (Ex 33,7).
• La serpiente de bronce nos hace pensar que Dios, con la mirada,
reconstruye lo que le pertenece, y el pueblo es su propiedad (Nm 21,6).
23
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

• Hizo brotar agua abundante de la roca y bebieron las personas y las bestias
(Nm 20,11).
• Encontraron manantiales y palmeras para acampar (Ex 13,27).
• El Señor les dio carne y pan en abundancia (Ex 16,7).
• Les providenció tanta carne hasta provocarles vómitos de tanto comer
(Nm 11,20).
Sin embargo, el pueblo seguirá murmurando, porque en Egipto tenía comida
variada, y ahora expresa: “se nos quita el apetito de no ver más que maná”
(Nm 11,5). Dijo que el pan insípido le daba nauseas (Nm 21,5). Así agradeció el
pueblo la providencia de Dios.
“La llamada a la libertad madura durante el camino… Israel, en el
desierto, lleva a Egipto dentro de sí...” (Papa Francisco).

3.1. MEDITACIÓN PERSONAL


“La oración es como el cauce barredero en el cual el agua va ahondando
la tierra y se hace más profundo, hasta que se va haciendo un gran cauce, un
inmenso cauce, el inmensísimo cauce que llega hasta la salida al mar. Es la
libertad” (Fernando Rielo).

La peregrinación por el desierto es tiempo de lucha y de purificación.


Es necesaria la experiencia del vacío para llenarnos, no de “carne caduca”,
sino como dice el salmista, de “pan de ángeles” (Sal 78,25). En este sentido, el
desierto, no sólo muestra ser un lugar de sacrificio, sino de encuentro profundo
con Dios, y de consecuente conversión. Dios se manifiesta allí en el desierto
de nuestras vidas, en la aridez de nuestra existencia. Cuando no hay nada
qué “comer”, de qué “sustentarse”; cuando no se tiene sentido a la vida, Él nos
prepara una mesa generosa.
El hambre del pueblo fue necesaria para que aprendiera a valorar la providencia
divina. La comida que el Señor providenció les hizo callar la boca. Los murmuradores
tuvieron que aprender, a fuerza de gratuidad, a contemplar la gloria de Dios
aconteciendo. Dios nos prepara la mesa. Y no sólo se preocupa en abastecerla de
buen pan, sino que coloca los principios necesarios para compartirla. Nos educa en
nuestra ignorancia y nos hace crecer en conciencia para nuestro bien.
También nosotros fuimos ayudados, de diversas maneras, a atravesar los
desiertos, a salvarnos de las “picaduras de alacranes” y a peregrinar hacia
la tierra prometida. ¿Tengo esperanza de que en el desierto de mi vida, de mi
familia, de mi comunidad, broten bellas flores?
Comenta, desde tu propia experiencia de vida: “Más temible que el
faraón son los ídolos” (Papa Francisco)
• ¿Cuáles son los “becerros de oro” que la sociedad te ofrece?
• ¿Has tomado la decisión de salir de la esclavitud?
• ¿Tú podrías escribir los nombres de los nuevos “Moisés” que te están
ayudando a conquistar la verdadera libertad?
• ¿Cuál ha sido el método con el que Dios te ha ido educando?
• ¿Estás dispuesto a romper con el viejo mundo de esclavitudes, cómo lo harás?
• ¿Cuál ha sido tu experiencia sobre la providencia de Dios?
• ¿Cómo agradeces y te llenas de gratitud ante la providencia de Dios?
Reza con el Salmo 94, 8-9:
“No endurezcan sus corazones como en Meribá, como en el día de Masá en
el desierto, allí me desafiaron sus padres y me tentaron, aunque veían mis obras”.
24
Plan de Pastoral - Marzo 2024

CUARTA REFLEXIÓN
ALIANZA
“Ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios” (Ex 6,7).

“Los llevé (de Egipto) en alas de águila y los traje hasta mí” (Ex 19,4). El fin
de atravesar el desierto era tener allí experiencia profunda de Dios, mediante
la adoración hasta alcanzar la identidad plena (Ex 3,17). Moisés nos ejemplifica
los frutos de la adoración y la alabanza al Dios de la vida y la libertad, de
manera especial en el pasaje donde se narra la lucha entre los amalecitas y los
israelitas en Rafidín (Ex 17,8). Mientras Moisés tenía las manos en alto vencía
Israel. Cuando las bajaba vencía Amalec. Le pusieron a Moisés una piedra para
sentarse y, Aarón, por un lado, y Jur, por otro, les sostenían los brazos arriba.
Fue así que el pueblo de Dios, por su ayuda, pudo vencer (Ex 17,12).
En el desierto del Sinaí se consolidó la alianza, que hizo de aquel pueblo
pobre, terco y errante el pueblo de Dios (Ex 3,17). Dios quiso que su pueblo
naciera en el desierto. Pero no lo llamó a vivir allí. Ni a que construyera casa en
dicho lugar. Sino que lo condujo para que lo atraviese. Él quiso que el desierto se
transformara en paraíso. Con razón nos habla el papa Francisco de la valentía de
la conversión. Hay que tener “voluntad de acero” para salir de la esclavitud.
Para Moisés, la alianza no se limitó a la sana convivencia con Dios, sino al
anhelo profundo de comunión con Él.
Los 10 mandamientos han de comprenderse desde el corazón de la
Alianza. Ellos pertenecen a la revelación de Dios. Dios los reveló a su pueblo
en la montaña santa. Los escribió con su dedo (Ex 31,18). Indican las
condiciones de una vida liberada de la esclavitud del pecado. El Decálogo,
es pues, un camino de vida y una escuela de libertad. Pero ese camino
desembocará en Cristo, que es la vida misma. El Señor no vino a abolir esos
mandamientos con sus enunciados negativos o positivos, que ponen en relieve
los deberes y derechos esenciales del ser humano, sino que Él los lleva hasta
la plenitud, que es Él mismo, su persona.

4.1. MEDITACIÓN PERSONAL


El profeta Ezequiel (cap.16), le recuerda a Jerusalén su historia de vida,
de dónde lo sacaron. Intenta tú hacer un paralelo, resumido, con el antiguo
Israel y tu propia historia de salvación:
Por tu nacimiento eres_____________________ Tus padres
fueron___________________ Cuando viniste al mundo dabas repugnancia
porque________________________
Yo pasé junto a ti, y te vi, y te dije vive, y te hice crecer. Te
desarrollaste. Estabas sin ropas. Te faltaba__________________ Yo
cubrí tu desnudez con__________________________ Me comprometí
e hice alianza contigo. Te bañé, te lavé, te ungí. Te puse vestidos
y zapatos. Te adorné con_______________________ Te alimenté
con__________________________
Te hiciste cada día más elegante, con fama, por lo que yo había
hecho de ti. Te apegaste a tu belleza. Aprovechaste tu promoción
para_________________________. ¡Qué débil era tu corazón! Te olvidaste de
cuando eras_____________________ Te deslumbraste tanto en tu propio yo,
que caíste de golpe.
25
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Ahora te miras y te sientes ser________________________ Por todas


partes se burlan de ti. Pues te digo: yo, el Señor, voy a retomar mi alianza
contigo. Porque tú te olvidaste, pero yo no te olvido. Tú te recordarás
de_______________ y tu conducta y actitud te harán sentir_____________.
Cuando te haya perdonado tú sabrás que_______________________ Y la
vergüenza no te dejará sentir orgullo jamás.
“Dios no se cansa de nosotros. Acojamos la Cuaresma como el tiempo fuerte
en el que su Palabra se dirige a nosotros: Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice
salir de Egipto, de un lugar de esclavitud” (Ex 20,2). Es tiempo de conversión,
tiempo de libertad (Papa Francisco). Es tiempo de actuar, y en Cuaresma actuar
es también detenerse. Detenerse en la oración… y detenerse con el hermano.
No tener otros dioses es detenerse ante la presencia de Dios, en la carne del
prójimo. Por eso, la oración, la limosna y el ayuno son tres ejercicios en un único
movimiento de apertura, de vaciamiento… Desacelerar y detenerse.
La dimensión contemplativa de la vida, que la Cuaresma nos hará descubrir,
movilizará nuevas energías. Delante de la presencia de Dios nos convertimos
en hermanos y hermanas, percibimos a los demás con nueva intensidad; en
lugar de amenazas y enemigos encontramos compañeros y compañeras de
viaje. Este es el sueño de Dios, la tierra prometida hacia la que marchamos
cuando salimos de la esclavitud (Papa Francisco). Reza con Deuteronomio
5,15: “Acuérdate que fuiste esclavo en el país de Egipto y de que tu
Dios te sacó de allí con mano fuerte y con tenso brazo”.

Reza con Éxodo 20,3: “No tendrás otros dioses delante de mí”.
Algo más: Moisés es la figura de oración de intercesión que tendrá su
culmen en Cristo. Realza la dimensión de amistad con Dios: hablaban como
amigos; muestra el enfoque contemplativo de la oración, que a su vez es
pausada y extendida. Tiene tiempos fuertes en la montaña; sabe bajar al llano
cotidiano del pueblo y, desde ahí, comunicar y guiar. Pone en evidencia uno de
los rasgos decisivos de la oración, la humildad. Gracias a esta intimidad, él
obtiene fuerzas y tenacidad para mediar. No pide para él, sino para el pueblo que
Dios ha reunido (Ver Ex 3,1-10; 32,1-34; 33-11; Nm 12,7-8.3; CCE 2574-2577).
Él buscaba ver el rostro de Dios, pero el Señor le permitió ver sus espaldas, a
fin de que miraran juntos, hacia la misma dirección, el pueblo (Ex 33,18.23).

QUINTA REFLEXIÓN
CRISTO: LA TIERRA PROMETIDA, EL DESIERTO REDENTOR.
“Este es mi Hijo Amado” (Lc 3,17).

Jesús vivió, en su propia persona, las diferentes etapas del pueblo de Dios.
Él atravesó el desierto. Fue conducido hasta allí por el Espíritu y fue sometido
a la prueba (Lc 4,1-11). Marchó hasta ese lugar con profunda identidad, la
confirmada al momento del bautismo: “Este es mi Hijo Amado” (Lc 3,17). Con
esta identidad clara, Jesús pudo diferenciar, distinguir, y optar por las verdades
de su Padre, y no por las medias verdades colocadas por el demonio. Fue al
desierto lleno del Espíritu, y conducido por Él.
El demonio le presentó a Jesús las raíces de las tentaciones resumidas
en tres. ¿Cómo Jesús superó las tentaciones del maligno? Meditemos este
intenso diálogo de propuestas y respuestas:
26
Plan de Pastoral - Marzo 2024

La primera tentación está vinculada al pecado de “avidez” (desear tener


incansablemente, cada vez más cosas). El demonio le dice: “Si eres Hijo de
Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan” (Lc 4,3).
A esta primera cuestión Jesús responde: “No sólo de pan vive el hombre”.
A pesar del hambre que el Señor experimentó, se mantuvo firme, no cayó en
gula. El diablo le ofreció aquello que le sería irresistible, pues pacientemente lo
había estudiado, y aguardó hasta que sintiera necesidad. Jesús fue sostenido,
no por el pan material en ese momento, sino por la Palabra del Padre, su
verdadero alimento. Ante el pan transitorio, optó por la Palabra eterna.
2) La vanagloria y el orgullo (el afán de dominar todo y a todos). El demonio
le propone: “Te daré todo ese poder y su gloria… si te postras ante mí” (Lc
4,6-7). A la segunda tentativa engañosa, el Señor dijo: “Al Señor, tu Dios,
adorarás y a Él sólo darás culto”. El demonio ofreció lo que consideró
suyo, desde su dominio espiritual. Jesús nos enseña a no rendir honores a
la persona equivocada. Es duro abrazar un “poder” voluntariamente, y que
luego éste lleve a la perdición definitiva.
3) La idolatría de uno mismo (querer ser el centro y no una criatura). El
demonio le sugiere: “Si eres Hijo de Dios, tírate abajo desde aquí…” (Lc
4,9). Finalmente, Jesús le responde al maligno: “No tentarás al Señor, tu
Dios”. En esta respuesta vemos el silencio orante de Jesús, quien no busca
aparentar ni demostrar nada. Ha dejado a Dios ser Dios. Nos enseña a no
emplear los dones para figurear o hacer teatro. También aquí se observa
la tentación que lleva al exhibicionismo, y el mal uso de las gracias que el
Señor regala para servir y no para auto-referencia.

En el desierto de nuestras vidas, Jesús es “el agua viva”, “el pan del cielo”,
“el camino”, “la luz”; Él es la “nueva serpiente” elevada en la cruz, a la cual mirar
y quedar sanos. Él es la personificación de la providencia. Multiplica los panes
en los despoblados de nuestra existencia. Es el nuevo Moisés, pero mucho
más; es el Hijo de Dios. El Señor Jesús te ha liberado, ha pagado el precio de
tu libertad (Cf. Gal 5,15). Sin embargo, tú necesitas ejercitarte en mantenerla y
hacerla vigente mediante todas las mediaciones necesarias y válidas.

5.1. MEDITACIÓN PERSONAL


Jesús en el desierto nos habla de la importancia del “no” en nuestras vidas.
No se negocia con el maligno. Tener claro el “no” es una buena zapata para
mantener la fidelidad del “sí” a Dios.
Las veces que el demonio ataca, apela a la identidad de Jesús: “Si tú eres
Hijo de Dios”. De esta manera, el Señor nos enseña que manteniendo nuestra
identidad clara cerramos la brecha para que entre la cizaña del enemigo.
Es hora de sacudirnos esa “inexplicable añoranza por la esclavitud” que
llevamos dentro y abandonar las “ataduras opresoras” que nos paralizan y nos
impiden soñar con un mundo distinto (Papa Francisco).
Responde en oración:
• ¿La oración es para ti, como el agua para el camello, que la toma en
abundancia para atravesar el desierto? __________________________
• ¿Tú tienes claro el horizonte, el camino hacia la tierra prometida? ¿En qué
se nota? _________________________________
• ¿Cuáles son tus compañeros de peregrinación hacia la tierra prometida?
_______________________________
27
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

• ¿Cómo comparas la tierra prometida con la Pascua de resurrección?


_____________________________
• ¿Con qué propuesta se acerca el maligno para intentar engañarte y
apartarte de Dios? ____________________________
• ¿Qué te ha enseñado Jesús sobre cómo vencer las tentaciones? _______
___________________________
Reza con Gálatas 5,1: “Cristo nos ha liberado para ser libres: manténganse
firmes y no se dejen atrapar de nuevo en el yugo de la esclavitud”.
Al final de este recorrido comprendemos mucho mejor el título del mensaje
cuaresmal de este año 2024, regalado por el Papa Francisco: “A través del
desierto Dios nos guía a la libertad”. La mediación o herramienta privilegiada
es recuperar la vida de oración. Ella nos devuelve la esperanza, nos hace ver
la realidad, nos libera de los faraones de hoy, nos anima en la lucha, refuerza
la vida de comunión y de sinodalidad y actualiza lo que el santo Padre expresó
a los jóvenes en Lisboa: “Busquen y arriesguen. No estamos en agonía sino
en un parto nuevo”. La esperanza, llevada de la mano de la fe y de la caridad
nos animará a seguir adelante. El futuro es de nuestro Dios. ¡Feliz y fecunda
Cuaresma que desemboca en la Pascua, la Novedad Total!

Celebración de los Siete Dolores de la Virgen María 2024


“Como perdonamos a los que nos ofenden”
La Oración que propicia la reconciliación
Como comunidad, nos reunimos para meditar y considerar los sufrimientos
de la Virgen María. Su presencia constante al lado de su Hijo, Jesús, durante toda
su vida pública, la establece como un modelo de auténtica maternidad. Al aden-
trarnos en la contemplación de los Dolores de la Virgen María, deseamos dirigir
nuestros pensamientos hacia todos aquellos que enfrentan adversidades en la
vida: abusos, injusticias y dificultades. A través de esta reflexión, buscamos gene-
rar empatía hacia los problemas que aquejan a nuestra sociedad, particularmente
hacia las mujeres que sufren violencia y las madres que padecen por sus hijos.
Motivación general
En este mundo, el amor y el sufrimiento van de la mano. San Juan de la Cruz
nos enseñó que quien no ha experimentado la tristeza, no puede comprender
plenamente el amor. Por eso, Jesús nos dijo en el Sermón de la Montaña:
“Dichosos los que lloran, porque serán consolados” (Mateo 5:5). La Iglesia nos
invita a reflexionar sobre los siete dolores de la Virgen María, un número que
simboliza plenitud en la Biblia. Estos dolores están estrechamente relacionados
con Jesús, ya que el sufrimiento de María surge de su profunda unión con el
Redentor. Sus corazones eran uno solo, por lo que los sufrimientos de Cristo
son también los de su Madre, y viceversa. En ellos, existe una reciprocidad
perfecta tanto en el amor como en el sufrimiento.
Durante estas meditaciones, es importante considerar nuestra propia vida,
la familia, la comunidad, nuestro entorno y nuestra parroquia. Muchas personas
sufren dolores, incluso hasta la muerte. Las dificultades internas son las más
dolorosas, ya que a menudo no se expresan. Las madres llevan cruces pesadas
por hijos desobedientes, malcriados o rebeldes, que les causan gran dolor y
28
Plan de Pastoral - Marzo 2024

tristeza. Además, los conflictos armados y desastres naturales también llenan


de dolor el corazón de muchas madres.
Es fundamental que no permanezcamos indiferentes al sufrimiento de
nuestras madres. Debemos orar constantemente a Dios para vivir en paz y para
que nuestros hogares estén impregnados de comprensión, amor, cariño y respeto.

Primer Dolor La Profecía de Simeón


1. Invocación:
Animador(a): Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al
pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
2. Lectura Lucas 2, 33-35.
3. Mensaje:
María y José quedaron sorprendidos por las palabras de Simeón. No solo
asintieron con la cabeza, sino que expresaron sus propios pensamientos.
Como cualquier madre, María sabía que su hijo era especial, pero poco a poco
comprendió el significado profundo de las palabras de Simeón, tanto para ella
como para su hijo. Simeón, un hombre justo y piadoso, había sido guiado al
Templo por el Espíritu Santo. Este le había prometido que vería al Mesías
antes de su muerte. Aunque era anciano, Simeón miraba hacia el futuro con
esperanza en una nueva era. Al tomar al niño en sus brazos, alabó a Dios, pues
todos sus sueños se habían hecho realidad y estaba contento de partir en paz.
El ejemplo de Simeón nos enseña cómo recibir a Jesús y dar gracias a Dios
por este regalo. Su mensaje sobre el futuro y la gloria de Israel es profético.
Oremos para reconocer a Jesús como nuestro salvador y acogerlo plenamente
en nuestra vida. Podemos imaginar el dolor que sentiría una madre si, después
de celebrar el bautismo de su hijo y escuchar lo maravilloso que será su futuro,
le dijeran que también experimentará un gran sufrimiento. Esto marca un nuevo
capítulo en la vida de María, indicando que su sufrimiento estará ligado a su hijo.
María, como la Virgen Dolorosa, se convierte en el modelo de todas las madres
que sufren por sus hijos: aquellos que son asesinados, mueren en accidentes, son
perseguidos o sufren enfermedades graves. Ella nos muestra que, al confiar en
Dios y dejarnos guiar por el Espíritu Santo, podemos enfrentar el dolor con fortaleza
y apoyar a nuestros seres queridos, incluso en momentos difíciles. Su ejemplo nos
enseña que, aunque servir al bien común pueda ser difícil, la perseverancia, la fe y
la confianza en Dios revelarán nuestro papel único en la familia de Dios.

4. Oración:
Virgen María, por el sufrimiento que experimentaste cuando Simeón predijo
que una espada atravesaría tu corazón, por los dolores de Jesús y por la
comprensión de que tu participación en nuestra redención estaría marcada por
el dolor, te acompañamos en tu aflicción... Y, gracias a los méritos obtenidos
por este sufrimiento, permítenos ser dignos de ser tus hijos y seguir tus virtudes.
Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu eres
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María Madre
de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.
5. Canto: Santa María de la esperanza.
29
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Segundo Dolor La huida a Egipto


1. Invocación:
Animador (a): Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste
al pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
2. Lectura Mateo 2. 13-15.
3. Mensaje:
Pensemos en el intenso sufrimiento que experimentó María cuando ella y
José tuvieron que escapar abruptamente de noche para proteger a su amado
Hijo de la violencia ordenada por Herodes. María experimentó una profunda
angustia y sufrió numerosas privaciones durante el largo viaje hacia tierras
extranjeras en el exilio.
María se vio obligada a abandonar su hogar junto a su familia, temerosa de la
persecución. Recordemos las palabras de Jesús: “Fui...forastero, y ustedes me aco-
gieron en su hogar”. Muchas personas y familias en todo el mundo siguen los pasos
de María, huyendo de la guerra, desastres y persecuciones, buscando oportunida-
des para trabajar y vivir con dignidad. Nos enfrentamos a preguntas como: ¿Cuándo
he sido un extraño necesitado de acogida? ¿Cuándo he tenido la oportunidad de dar
la bienvenida a un extraño? ¿Cómo he respondido a estas situaciones? Debemos
reflexionar sobre estas cuestiones, considerando cómo actuaría la Madre de Dios y
cómo hemos actuado nosotros en momentos de necesidad.
María, Madre compasiva: Tú comprendes el dolor de ser separado abrupta-
mente de los seres queridos, sin saber cuándo se podrá reunir de nuevo, y rodeado
de extraños. Intercede por aquellos que se encuentran aislados en hospitales,
asilos o en sus hogares, sin la presencia de sus seres queridos. Especialmente,
ruega por los ancianos que han pasado meses sin ver a sus hijos y nietos. Que no
se sientan solos, sino que sientan la presencia reconfortante de Jesús y de ti a su
lado. Madre compasiva, concédenos la gracia de perseverar en la confianza y el
abandono a Dios, incluso en los momentos más difíciles de nuestra vida.
4. Oración:
Virgen María, por el sufrimiento que experimentaste al tener que huir de
manera repentina, enfrentando grandes dificultades, especialmente porque
tu Hijo era aún un bebé. Poco después de su nacimiento, aquel que vino a
traernos vida eterna ya era perseguido con la intención de matarlo. Nos unimos
a ti en este dolor... Y, gracias a los méritos obtenidos por él, ayúdanos a resistir
siempre las tentaciones del maligno.
Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte, Amén.
5. Canto a María: Madre óyeme

Tercer Dolor La pérdida de Jesús en el Templo


1. Invocación:
Animador(a): Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al
pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
30
Plan de Pastoral - Marzo 2024

2. Lectura Lucas 2, 41-45.


3. Mensaje:
En su tiempo en Nazaret, Jesús demostró respeto y obediencia hacia la
Virgen María y el justo José, reconociendo así la importancia central de la
familia en la formación de la persona. María y José integraron a Jesús en la
comunidad religiosa, llevándolo a la sinagoga y enseñándole la peregrinación
a Jerusalén, como relata la Escritura. A los doce años, Jesús permaneció en el
Templo, revelando a sus padres que debía ocuparse de las cosas de su Padre
celestial, es decir, de la misión divina que le había sido confiada.
Es reconfortante saber que tenemos a esta sagrada familia -Jesús, María y
José- como protectores de nuestras propias familias, y como el modelo perfecto
a seguir en nuestra vida familiar. Sin embargo, lamentablemente, no todas las
familias disfrutan del mismo amor y armonía que reinaba en Nazaret. Muchos
niños y ancianos no han tenido la misma suerte que la mayoría de nosotros.
Vivimos en un mundo donde la crisis familiar es grave y se está volviendo cada
vez más común incluso en las sociedades prósperas y desarrolladas de hoy en
día. Hay numerosos hogares rotos, familias destrozadas y niños que carecen
del amor y cuidado de padres amorosos, así como de la estabilidad y felicidad
que brinda una familia unida. Muchos bebés ni siquiera experimentan el calor y
la seguridad de los brazos maternos, ya sea porque son abandonados al nacer
o, peor aún, porque son objeto de aborto dentro del seno materno.
Podemos preguntarnos qué podemos hacer desde nuestro propio hogar
para contribuir a solucionar esta grave problemática. Aunque pueda parecernos
que somos impotentes y que poco podemos hacer, con una sólida formación
familiar podemos gradualmente cambiar nuestra sociedad para mejor.

4. Oración:
Virgen María, por el sufrimiento que experimentaste al perder a tu Hijo y
por las lágrimas que derramaste durante los tres días angustiosos buscándolo,
te acompañamos en tu dolor... Y, gracias a los méritos obtenidos por ese
sufrimiento, te pedimos que los jóvenes no se desvíen por malos caminos.
Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte, Amén.
5. Canto a María: María tu que velas junto a mí.

Cuarto Dolor María Dolorosa en el camino del calvario

1. invocación:
Animador(a): Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al
pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
2. Lectura: Lucas 23, 26-31.
3. Mensaje:
Acerquémonos a la dolorosa escena donde María acompaña a su amado
hijo Jesús en su camino hacia el Calvario. Esta madre, tan tierna y amorosa, se
31
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

encuentra junto a su hijo en medio de aquellos que lo llevan hacia una muerte tan
cruel. Reflexionemos sobre el inmenso dolor que sintieron cuando sus miradas
se encontraron: el sufrimiento de una madre bendita que intenta brindar apoyo
a su hijo. María, nosotros también deseamos estar junto a Jesús en su Pasión;
ayúdanos a reconocerlo en nuestros hermanos y hermanas que sufren.
En el camino hacia el Calvario, Jesús se encuentra con María, su madre,
y María se encuentra con Jesús, su amado hijo nacido de sus entrañas. El
intercambio de miradas es profundo, lleno de amor y ternura, comunicándose
en un silencio amoroso y compasivo. La mirada es el lenguaje más íntimo entre
aquellos que se aman. En este encuentro no hay necesidad de palabras; la
única expresión es la mutua mirada que revela el intenso y profundo dolor
que madre e hijo comparten. El dolor de la madre al ver a su hijo condenado
injustamente y llevado al tormento y la muerte es insondable. El inocente es
sentenciado por los culpables, y la madre, consciente de la injusticia que se
está tramando, acepta con fe y abandono el plan del Padre.
Caminando junto a María en el camino de la cruz, clamamos: “Señor Jesús,
como María tu madre, también nosotros deseamos acompañarte, ofreciéndote
nuestra compañía y nuestro amor tierno, estando a tu lado mientras el dolor te
consume y la cruz te abruma. También queremos estar junto a tantos hermanos
y hermanas que están sumidos en el dolor, desfigurados y sin fuerzas para
levantarse ni mirar hacia adelante, buscando una mirada que les brinde la
fuerza para continuar. Para ellos, te pedimos fe y esperanza, así como una
madre amorosa que los mire con compasión y los acompañe en su sufrimiento.
4. Oración:
Virgen María, por las lágrimas que vertiste y el dolor que experimentaste al
ver a tu Hijo llevando la cruz, como si estuviera cargando con nuestras culpas,
llevando el instrumento de su propia muerte, te rogamos, Señora, que nos
concedas la gracia de reconocer el sufrimiento y la entrega de tu hijo Jesús.
También te pedimos que nos ayudes a levantarnos del dolor y del pecado, y que
nos permitas acompañarte en tus dolores como verdaderos hijos tuyos.
Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte, Amén.
5. Canto a María: Contigo María.

Quinto Dolor La crucifixión y la agonía de Jesús

1. Invocación:
Animador(a): Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al
pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
2. Lectura Jn. 19, 25-27.
3. Mensaje:
Cuando Dios había decidido venir a la tierra había pensado ya desde toda
la eternidad en encarnarse por medio de la criatura más bella jamás creada.
Su madre habría de ser la más hermosa de entre las hijas de esta tierra,
32
Plan de Pastoral - Marzo 2024

embellecida con la altísima dignidad de su pureza inmaculada y virginal. Y así


fue. Todos conocemos la grandeza de María. Pero María no fue obligada a
recibir al Hijo del Altísimo. Ella quiso libremente cooperar. Y sabía, además, que
el precio del amor habría de ser muy caro. “Una espada de dolor atravesará tu
alma” le profetizó el viejo Simeón. Pero, ¡cómo no dejar que el Verbo de Dios
se entrañara en ella! Lo concibió, lo portó en su vientre, lo dio a luz en un pobre
pesebre, lo cargó en sus brazos de huida a Egipto, lo educó con esmero en
Nazaret, lo vio partir con lágrimas en los ojos a los 33 años, lo siguió silenciosa,
como fue su vida, en su predicación apostólica.
Lo seguiría incondicionalmente. No se había arrepentido de haber dicho
al ángel en la Anunciación: “Hágase”. A pesar de los sufrimientos que habría
de padecer. ¡Pero si el amor es donación total al amado! Ahora allí, fiel como
siempre, a los pies de la cruz, dejaba que la espada de dolor le desencarnara su
corazón tan sensible. A Jesús debieron estremecérsele todas las entrañas de
ver a su Madre, con sus ojos desencajados de dolor, la Virgen de los Dolores.
Ella nos enseña la valentía con que el cristiano debe sobrellevar el dolor. El
dolor no es ya un mal del pecado que nos atormenta tontamente; es el precio del
amor a los demás. No es el castigo de un Dios que se regocija en hacer sufrir a sus
criaturas, es el momento en que podemos ofrecer ese dolor por el bien espiritual
de los demás. Ella miró la cruz y a su Hijo y ofreció su dolor por todos nosotros.
4. Oración:
Virgen María, por las lágrimas que vertiste y el dolor que experimentaste al
presenciar la crueldad de clavar los clavos en las manos y pies de tu amado Hijo,
y luego al verlo agonizar en la cruz; para concedernos vida a nosotros, él llevó
su pasión hasta la muerte, y este fue el punto culminante de su sufrimiento; Tú
misma sentirías una angustia tan intensa en aquel momento; te acompañamos
en tu dolor. Y, gracias a los méritos obtenidos por ese dolor, te pedimos que
nunca permitas que sucumbamos al pecado y que nos concedas la gracia de
recibir los frutos de la redención.
Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte, Amén.
6. Canto a María: Dolorosa de pie junto a la Cruz.

Sexto Dolor La lanzada y el recibir en brazos a Jesús ya muerto

1. Invocación
Animador(a): Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al
pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
2. Lectura Mc. 15, 42-46
3. Mensaje:
Antes de ser colocado en la tumba, Jesús es entregado a su Madre,
representando un corazón destrozado que nos enseña que incluso en la muerte,
una madre puede darle un último beso a su hijo. Postrada ante el cuerpo de
Jesús, María lo abraza completamente en un acto de íntima conexión. Este
33
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

momento se conoce como la “Piedad”, un símbolo desgarrador que resalta que


el amor sobrevive más allá de la muerte. Porque el amor verdadero es eterno y
perdurable. Aunque la batalla haya llegado a su fin y la muerte no haya podido
romper el lazo amoroso, aquellos dispuestos a sacrificar sus vidas por Cristo, lo
encontrarán. Transfigurados, trascienden más allá de la muerte.
María, permaneciendo junto a su hijo incluso después de su muerte, nos
muestra la importancia de enfrentar la muerte con dignidad. El cuerpo de Jesús
no permanece en la cruz, sino que es bajado para ser sepultado. En el mundo
actual, muchos de nuestros semejantes cargan sus propias cruces: cruces
de pobreza, falta de hogar, guerra y persecución. Debemos preguntarnos si
estamos atentos a aquellos que nos rodean, si estamos pendientes de no
dejarlos solos con sus cargas.
Hoy en día, las madres enfrentan cruces de las que deben liberar a sus
hijos. Cruces de mentira, una sexualidad mal dirigida, vicios, violencia, hambre,
indiferencia y juicios sociales. Cuántas madres lloran sobre los cuerpos de sus
hijos maltratados, asesinados o victimizados por la sociedad. María se convierte
en un modelo de maternidad, mostrándonos cómo acompañar a nuestros hijos
hasta el último aliento y hacerlo con dignidad.
4. Oración:
Virgen María, por las lágrimas que derramaste y el dolor que sentiste al
presenciar la lanzada que atravesó el corazón de tu Hijo; seguramente sentiste
como si la lanzada hubiera penetrado tu propio corazón. El Corazón Divino,
símbolo del inmenso amor que Jesús tenía no solo por ti como madre, sino
también por nosotros, por quienes entregó su vida. Tú, que habías sostenido
en tus brazos a tu Hijo, radiante de sonrisas y bondad, ahora lo recibías de
vuelta muerto, víctima de la maldad de algunos hombres y también víctima
de nuestros propios pecados. Te acompañamos en tu dolor... Y, gracias a los
méritos obtenidos por ese sufrimiento, te pedimos que nos concedas la gracia
de amar a Jesús como Él nos amó.
Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte, Amén.
2. Canto a María. / Dios te Salve María

Séptimo Dolor El entierro de Jesús y la soledad de María.


1. Invocación:
Animador(a): Dios te Salve María, estrella de la luz, que sola quedaste al
pie de la Cruz.
Todos: A mi Dios llamaste con gran soledad, socorre, Señora, mi necesidad.
2. Lectura Jn. 19, 38-42.
3. Mensaje:
¡Oh Madre, tan afligida!
María llevó el cuerpo de su Hijo en su vientre virginal. Y lo llevó, más que
en sus brazos, en su corazón, especialmente cuando estuvo junto a la cruz
a sus pies. Y después, cuando ya había expirado y lo bajaron de la cruz, lo
sostuvo una vez más en sus brazos, como tantas veces lo había hecho cuando
34
Plan de Pastoral - Marzo 2024

era niño. Aquí concluye la vida terrenal de Jesús. Lo llevan al sepulcro. Para
María, también es cumplimiento de su misión. Ella lo trajo al mundo, lo cuidó, lo
educó; ahora, muerto, lo recibe en su regazo y lo entrega a la tierra, al lugar de
los muertos. La separación definitiva de los restos del ser amado, al momento
de la sepultura, aumenta el dolor de la muerte. María no fue una excepción. La
inmensa soledad y el vacío profundo que sintió María después de que Jesús fue
sepultado, ningún ser humano podría haberlo aliviado.
Al igual que muchas madres entonces y ahora, al enterrar a su hijo, se despide
de él para siempre. Lo hace sabiendo que no lo volverá a ver, que su hijo solo
queda en su corazón y en su recuerdo. Es un adiós definitivo para ella. Por eso,
precisamente, es el último de sus siete dolores. Sin embargo, para María ya no
habrá más sufrimiento por su Hijo Jesús, pues la alegría será inmensa al enterarse
de su resurrección del lugar de los muertos. Lo que parecía una derrota clamorosa
para Jesús ya no lo es, sino que se ha convertido en su gran victoria. Cristo asciende
victorioso del abismo, como reza el pregón pascual. Y aún hay más: ahora vendrá
la segunda parte de la misión de María, la que Dios nunca le reveló antes, pero que
su Hijo le encomendó en la cruz: acompañar los primeros pasos de la comunidad
cristiana que surge en la Pascua. Ella sigue siendo la madre de Jesús y, al mismo
tiempo, la madre de la Iglesia y de cada uno de nosotros.
Que los dolores de nuestra Señora, la Virgen María, nos ayuden a encontrar
sentido en nuestro propio sufrimiento y a comprender con amor el sufrimiento
de nuestro prójimo. Que, como fieles discípulos de Jesús, nos esforcemos en
aliviar el sufrimiento de nuestro mundo y de nuestros hermanos.

4. Oración final:
Virgen María, como Madre adoptiva de todos nosotros, estuviste presente
en cada uno de los sufrimientos de tu hijo Jesús, y ahora te encuentras sola,
sumida en la aflicción. Nos unimos a ti en este momento de dolor, y te pedimos
que, por los méritos de tu sufrimiento, nos concedas la gracia particular que
cada uno de nosotros necesita.
Dios te salve María, llena eres de gracia, El Señor es contigo, bendita tu
eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte, Amén.
Reunidos en un círculo con la imagen de la Virgen María en el centro,
ofrecemos nuestro agradecimiento a Dios por habernos dado a María como
madre celestial. Reconocemos y agradecemos a María por su fe inquebrantable,
por haber aceptado el plan de Dios para su vida, por haber llevado a Jesús
en su seno y por haber dedicado su vida entera a cuidarlo y estar cerca de
él. Dirigimos nuestras peticiones a la Madre, deseando que, al igual que ella,
podamos permanecer fieles al plan de Dios en nuestras vidas y estar seguros de
que, incluso en momentos de dolor, Dios está siempre con nosotras. También
expresamos nuestro agradecimiento por el don de la maternidad que hemos
recibido de Dios.
Hacemos un Padrenuestro, un Ave María y nos damos un fuerte abrazo y
cantamos a la Virgen María la canción.

5. Canto a María:
Ven con nosotros a caminar.

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Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Meditaciones de Semana Santa


La oración es relación con Dios y credencial de fe, esperanza y caridad
Jesús enseña a orar con Mateo, Marcos y Lucas
LUNES SANTO
La oración es intimidad con Dios, comunión | Estar con Él.
Experimentar el amor del Padre con el Evangelio de Mateo
Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al
anochecer, estaba allí solo (Mt 14,23)
1. Introducción
Jesús nos ha mostrado un camino que nos lleva hasta
su Padre. Gracias a su venida y su Palabra se ha abierto
para los que creen en su mensaje una nueva relación con
Dios, que sobrepasa el orden de las creaturas y nos une
a la familiaridad de las divinas personas, hijos de Dios
que expresa el evangelio de Juan en su primer capítulo.
Jesús nos da muestras concretas de su filiación
divina, una y otra vez parece refiriéndose al Padre, de modo especial en el
evangelio de Juan (1,1; 5,19; 6,38.44; 14,28.31; 15,10; 16,28), se destaca una
relación de intimidad que sugiera la vida de intensa y confiada oración.
“Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al
anochecer, estaba allí solo” (Mt 14,23). Esta es una referencia comúnmente
referida como un modo habitual de Jesús orar a su Padre celestial.
2. Canto
3. Oración
Oración de abandono
Padre mio, me abandono a Ti. Haz de mí lo que quieras. Lo que hagas
de mí te lo agradezco, estoy dispuesto a todo, lo acepto todo.Con tal que Tu
voluntad se haga en mí y en todas tus criaturas, no deseo nada más, Dios mío.
Pongo mi vida en Tus manos. Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi
corazón, porque te amo, y porque para mí amarte es darme, entregarme en
Tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tu eres mi Padre. Amén.
(San Carlos de Foucauld)
4. Textos para reflexionar: Mateo 5,38-48; Mateo 6,7-15; Mateo 11,25-30; Mateo 23, 9-12.
5. Diálogo
• ¿Qué referencia al Padre te llama más la atención?
• ¿Qué enseñanzas acerca de la oración ofrece Jesús con respecto a su Padre?
El Evangelio de Mateo se caracteriza por destacar de modo más especial
la relación de Jesús con su Padre. Es el evangelio que más protagonismo da
a la persona del Padre, de hecho, se sitúa muy en consonancia con el Antiguo
Testamento, como cumplimiento de las promesas hechas por Dios a través de
los profetas. Jesús en el Evangelio de Mateo es una especie de nuevo Moisés,
a quien Padre ahora encomienda la tarea de un nuevo caminar liberador cuyo
centro está en el Sermón de la Montaña, capítulos 5, 6 y 7 de Mateo.
36
Plan de Pastoral - Marzo 2024

Hay ahora un nuevo culto en Jesús marcado por una relación más personal
y cotidiana con Dios, que se expresa en lo ordinario del día a día, en la
confianza familiar de un hijo hacia el Padre, en donde todo se vuelve secundario
o irrelevante, porque pueden incluso ser llamados dichosos los que lloran y
sufren, ya que para ellos es el Reino de Dios.
La Bienaventuranzas del Evangelio de Mateo (Mt 5,3-12) cumplen este
propósito, porque son una invitación a ver a Dios, a vivir la bienaventuranza
de Dios, que es verlo a Él, tenerlo a Él. Por eso podemos entender que la
enseñanza de Jesús sobre la oración está en mostrarnos a Dios como su Padre
y Padre nuestro.
Se trata de llegar a vivir y experimentar el amor y la misericordia de Dios
Padre. La oración es entrar en el nuevo fuego de la caridad que está en Dios,
dejarse invadir afectuosamente del amor entrañable de Dios Padre.

6. Oración con Jesús y San Mateo | 5 minutos


Tomar una de estas frases para meditar sobre mi oración.
• 6, 5-8 Enseñanzas sobre la oración: no aparentar, en secreto, con pocas
palabras
• 6, 9-13 Enseñanza del Padre nuestro.
• 11, 25 Oración de alabanza al Padre
• 14, 19 Bendice y da gracias por los alimentos en la multiplicación de los panes.
• 14, 23 Sube al monte para orar a solas.
• 15, 36 Da gracias en la segunda multiplicación de los panes.
• 26, 26 Bendice y da gracias en la Ultima Cena.
• 26, 30 Canta los Salmos en la Ultima Cena.
• 26, 11ss Ante la muerte se retira a orar para buscar la voluntad del Padre.
• 26, 46 Al morir, se dirige al Padre citando el Salmo 22.

7. Canto: Tu llegaste a mí.


No hay otro camino de oración cristiana que Cristo. Sea comunitaria o
individual, vocal o interior, nuestra oración no tiene acceso al Padre más que
si oramos “en el Nombre” de Jesús. La santa humanidad de Jesús es, pues, el
camino por el que el Espíritu Santo nos enseña a orar a Dios nuestro Padre.
(Catecismo de la Iglesia Católica 2664)

Padre nuestro y Ave María. | Saludo de la paz. | Despedida.

MARTES SANTO
La oración es disciplina de la voluntad y la libertad.
Providencia y abandono en Dios.
Esperanza, confiar en Dios. En la Palabra del Hijo en San Marcos

1. Introducción
La oración de Jesús es también una invitación a la esperanza. Ayer
centramos nuestra reflexión sobre la oración de Jesús como una invitación a
experimentar la cercanía, la intimidad y comunión con el amor de Dios Padre.
Como podemos ver, la oración nos puede ayudar también a fortalecer las
virtudes teologales de amor, esperanza y fe, y los evangelios también nos
muestran un camino de oración en el que podemos poner especial atención a
alguna de las divinas personas en particular.
37
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Siguiendo el Evangelio de Marcos vemos que las actuaciones de Jesús


provocan en quienes lo escucha una profunda confianza y abandono en
sus palabras. Jesús habla con una nueva manera de enseñar que la gente
prontamente dice que tiene un hablar con autoridad.
Al leer el evangelio según san Marcos notamos que la clave de oración está
en las peticiones y solicitudes que hace la gente a Jesús, pues tienen puesta
su esperanza en Él. La gran clave de oración que nos enseña Jesús en san
Marcos tiene que ver con la confianza práctica en que su actuación, su Palabra,
generará una nueva realidad, un milagro.
2. Canto: En Jesús puse toda mi esperanza.
3. Oración
Oración de la paz
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Que allá donde hay odio, yo
ponga el amor. Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde
hay discordia, yo ponga la unión. Que allá donde hay error, yo ponga la verdad.
Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe. Que allá donde desesperación, yo
ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que allá
donde hay tristeza, yo ponga la alegría.
Maestro, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, ser
comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar. Porque es dándose
como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo,
es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida
eterna. Amén. (San Francisco de Asís)
4. Textos para reflexionar: Marcos 2,1-12; Marcos 5,21-24. 35-43.
5. Diálogo
• ¿Qué te llama la atención en estos textos?
• ¿Qué enseñanza encuentras para la oración?
El Evangelio de Marcos nos da un panorama bastante interesante sobre las
actuaciones de Jesús y una enseñanza fundamental acerca de la oración y Jesús.
Primero, las actuaciones de Jesús son tan distintas y tan llenas de vida,
que se vuelve claramente Jesús la expresión de lo que todo el mundo busca y
desea en su vida. Jesús encarna la esperanza de su pueblo, de su gente, de
todo aquel que lo escucha o ha oído hablar de Él. Por eso toda oración no es
más que la seguridad de que todo lo que le pedimos a Dios o demandamos de
Él ya está dado de alguna manera al momento de nuestra plegaria.
Segunda cosa, el evangelio de san Marcos nos pone como enseñanza
fundamental de oración a Jesús como destinatario de la misma. Esta es una
revolución religiosa y espiritual, porque la oración sobrepasa el sentido de lo mítico
o lejano o extraño a la experiencia de los hombres, para hacerse cotidiano, cercano
y a través de uno de nosotros del Hijo del Hombre, Jesús, un maestro de oración y
de fe que habla con autoridad y quien descansa la esperanza de su pueblo.
4. Oración con Jesús y San Marcos | 5 minutos
Tomar una de estas frases para meditar sobre mi oración.
X 1, 21 Participaba de la oración del día sábado en la sinagoga.
X 1, 35 Ora de madrugada, en soledad.
X 1, 39 Frecuentaba las sinagogas.
38
Plan de Pastoral - Marzo 2024

X 6, 41 Bendice los panes y pescados en la multiplicación de los panes.


X 6, 46 Luego de la multiplicación de los panes y se va al cerro a orar.
X 7, 34 Antes de curar al sordomudo mira al cielo y suspira conmovido.
X 8, 8 En la segunda multiplicación de los panes da gracias y bendice los alimentos.
X 9, 29 La oración le da fuerzas para superar el poder del mal.
X 11, 24-25 Enseñanzas sobre la oración.
X 14, 22-24 Bendice y da gracias en la Ultima Cena.
X 14, 32 ss Ante la adversidad ora en Getsemaní para buscar la voluntad del Padre.
X 15, 34 En la cruz, próximo a la muerte, ora con las palabras del salmo 22.

5. Canto: Cuando el pobre nada tiene (Va Dios mismo en nuestro mismo caminar)
La oración de la Iglesia, alimentada por la palabra de Dios y por la celebración
de la liturgia, nos enseña a orar al Señor Jesús. Aunque esté dirigida sobre todo
al Padre, en todas las tradiciones litúrgicas incluye formas de oración dirigidas a
Cristo. Algunos salmos, según su actualización en la Oración de la Iglesia, y el
Nuevo Testamento ponen en nuestros labios y graban en nuestros corazones
las invocaciones de esta oración a Cristo: Hijo de Dios, Verbo de Dios, Señor,
Salvador, Cordero de Dios, Rey, Hijo amado, Hijo de la Virgen, Buen Pastor,
Vida nuestra, nuestra Luz, nuestra Esperanza, Resurrección nuestra, Amigo
de los hombres... (Catecismo de la Iglesia Católica 2665)

Padre nuestro y Ave María. | Saludo de la paz. | Despedida.


MIÉRCOLES SANTO
La oración es buscar la voluntad de Dios | discernimiento, seguir la luz de la fe.
Seguir la voz del Espíritu Santo.

1. Introducción
El Evangelio de Lucas es considerado el Evangelio del Espíritu Santo, porque
en sus textos la tercera persona de la Santísima trinidad tiene cierta preponderancia,
protagonismo o precedencia. Todo lo que Jesús hace y dice está movido por una
acción del Espíritu Santo, así mismo los pasajes de la Anunciación, la Visitación,
la presentación en le templo del niño Jesús, las tentaciones en el desierto, la
primera aparición pública de Jesús, tienen una clave reumatológica.
También el Evangelio de Lucas es el evangelio de la oración, porque las
enseñanzas sobre la oración son mucho más abordadas y con diferentes
tópicos o temas. Es el evangelio del discipulado. Jesús maestro de oración y de
vida una y otra vez está poniendo el acento en el alcance que tiene la oración
como prueba de la propia fe.
La gran clave del Evangelio de Lucas es ofrecernos la oración como un
espacio primero de fe, en el que el creyente es iluminado por el Espíritu y esta
misma iluminación se vuelve la clave de interpretación de los acontecimientos
de la vida, las respuestas a las grandes preguntas del vivir humano del creyente,
el núcleo del discernimiento. Orar es buscar la voluntad de Dios en todo.

2. Canto: Creo en Jesús


3. Oración
Oración al Espíritu Santo
Ven Espíritu Divino, manda tu luz desde el cielo, Padre amoroso del pobre; don
en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
39
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en


el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y
reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.
4. Textos para reflexionar: Lucas 1,5-25; Lucas 1,26-38; Lucas 1,39-45:
Lucas 4,16-22; Lucas 10,21-22; Lucas 11,1-4; Lucas 11,5-13; Lucas
11,14-22; Lucas 18,1-8; Lucas 18,9-14; Lucas 23,39-43; Lucas 23,44-46.
5. Diálogo
• ¿Qué elementos nos regala el evangelio de Lucas para nuestra oración?
• ¿Qué cosas vemos que más se repiten en los textos?
• ¿Cómo asocias en tu vida diaria tu oración con la persona del Espíritu Santo?
Jesús es maestro de oración y ofrece enseñanzas fundamentales para
la oración. Como los momentos especiales cuando sentimos que Dios tiene
la iniciativa de impactar nuestras vidas con su acción, lo que muchas veces
llamamos encuentro con Dios o consolaciones espirituales; también están algunas
claves como la de dejarse llevar por el Espíritu, alabar y dar gracias como hace
María, la perseverancia en la oración y creer que Dios es un Dios providente, ser
insistentes, estar reunidos, escuchar al necesitado. La gran cosa es que si nos
dejamos guiar por el Espíritu nuestra vida entera es una oración, como Jesús,
cuya última palabra fue decirle al Padre que le entregaba su Espíritu.
6. Oración con Jesús y San Lucas | 5 minutos
Tomar una de estas frases para meditar sobre mi oración.
 2, 46 En el Templo, la casa de su Padre, a los doce años de edad.
 3, 21 En el momento de su bautismo, se encuentra orando
 4, 1-2 Antes de iniciar su predicación se retira al desierto y ora durante 40 días.
 4, 3- 12 Al ser tentado responde con la fuerza de la Palabra.
 4, 16 ss Tenía la costumbre de ir a la sinagoga los días sábado.
 5, 16 Buscaba lugares tranquilos para orar.
 6, 12-13 Antes de elegir a sus discípulos sube al cerro y pasa la noche en oración.
 9, 16 Bendice los alimentos en la multiplicación de los panes.
 9, 18 Se retira a lugares apartados para orar
 9, 28 Sube a un cerro a orar y mientras estaba orando se transfigura.
 10, 17 A la vuelta de la misión de los 72, bendice y da gracias al Padre.
 11, 1 ss Al ver cómo él oraba sus discípulos le piden que les enseñe a orar.
 11, 2 ss Les enseña el Padrenuestro.
 18, 1 ss Enseña a sus discípulos la necesidad de perseverar en la oración.
 18, 9 ss Les enseña la humildad en la oración.
 22, 17-19 Da gracias en la Ultima Cena.
 22, 39 Como era su costumbre, fue a orar al monte de los Olivos.
 22, 40 Les enseña a sus discípulos a orar para no caer en la tentación.
 22, 41 ss Ante la proximidad de la muerte ora para buscar la voluntad del Padre.
 23, 46 Al morir, sus últimas palabras se dirigen al Padre con un Salmo (31).
 24, 30 Los discípulos de Emaús lo reconocen al bendecir y partir el pan.
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Plan de Pastoral - Marzo 2024

7. Canto: El Magnificat
8. Oración final
Padre nuestro y Ave María. | Saludo de la paz. | Despedida.
JUEVES SANTO
Adoración de la Reserva del Santísimo
La Oración de Getsemaní
Comunión con Jesús en el misterio de su Pasión y luz para nuestras decisiones
1. Ambientación
Preparar el área de la reserva de la Eucaristía, para vivir una vigilia de
adoración provechosa, decorando con luces, manteles y flores, con la sencillez
y dignidad que merece ese momento tan especial. Conviene colocar el título de
esta meditación en un lugar visible y delicado, así como simbología que evoque
la oración en Getsemaní, la Eucaristía, el orden sacerdotal y el mandamiento
del amor y el servicio.
2. Introducción
Habiendo participado de la celebración de la Cena del Señor, nos queda
aún el sabor gustoso de la donación que Cristo hace de sí mismo para la
salación de todos, en la Eucaristía se nos da en su cuerpo y en su sangre.
Unidos a este misterio, recordamos el sacerdocio cristiano y el mandato divino
de amar como él nos ha amado. Junto a todo ello queda la llamada especial que
nuestro Señor hace al servicio.
Ahora estamos en su presencia, en este servicio de oración que hacemos
como tributo y honra al don de su Persona y modo especial para entrar en
su intimidad y llenarnos de su amor filial al Padre y beneficiarnos de su amor
extremo a la humanidad.
3. Canto Eucarístico: Ahí en la Eucaristía
4. La Eucaristía y la oración
En este año de la oración aprovechamos este momento especial para
significar el gran regalo de la Eucaristía, oración por excelencia del cristiano.
La oración más grande, fuente y cumbre de la vida cristiana. Dentro y fuera de
la celebración de la Santa Misa nos favorecemos con esta gracia especial de
la comunión con Dios y con los hermanos. Jesús nos muestra esta especial
confianza en la oración y en la necesidad del apoyo de los hermanos en los
momentos difíciles de nuestra existencia.
5. Texto Bíblico: Mateo 26,30-45

6. Meditación | 5 minutos
X ¿Qué enseñanzas nos da Jesús acerca de la oración?
X ¿Cuáles han sido tus momentos de mayor intensidad en la oración?
X ¿Qué cosas has recibido en la oración?
X ¿Qué cosas te impiden mantenerte en la oración?

7. Silencio | 10 minutos
8. Canto: Cantemos al Amor de los amores.
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Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

9. La oración de Jesús comunión en su misterio pascual y abandono en


las manos del Padre
Ante el dolor más profundo de su vida Jesús no entra en otra disyuntiva más que
en la de volverse a la intimidad de su oración al Padre. Frente al dolor humanamente
siempre pareciéramos estar solos, la lejanía de Dios podría insinuarse, pero la
verdad de la fe ilumina nuestro dolor para vislumbrar incluso en el momento de
mayor oscuridad la pronta cercanía del amanecer, la claridad que solo se ve con
los ojos que han llorado, como dice la canción, y que han visto a Dios.
10. Silencio | 10 minutos
11. Canto: La barca
12. La oración es buscar la voluntad del Padre | Discernimiento
La oración de Jesús en el huerto en una enseñanza universal del sentido
de la oración y uno de sus frutos más buscados, obtener de Dios la iluminación
para tomar la decisión más adecuada. Se trata del ejercicio cristiano y sabio del
discernimiento, que traduce en buscar honestamente la voluntad de Dios en las
decisiones y actuaciones más apremiantes de la vida, hasta el punto de hacerlo
algo cotidiano. Al final ha de quedarnos claro como a Jesús, que debe hacerse
y cumplirse la voluntad del Padre.
13. Silencio | 10 minutos
14. La solidaridad de nuestra pobre oración
Un detalle de la oración en Getsemaní es la búsqueda de apoyo de Jesús en
su círculo más íntimo y la solidaridad de estos al acompañarlo en un momento
de dolor y espanto manifiestos, Jesús les confiesa su tristeza y su angustia. Los
discípulos, Pedro, Santiago y Juan corresponden al llamado, están con Jesús
en una situación límite de su vida. Su compañía es hasta ese momento fiel y
decidida, pero sus fuerzas y su ánimo se quedan a medio camino porque no
pueden velar despiertos; cansados, se quedan dormidos. Esa es la oración y
fidelidad nuestra, que no siempre está a la altura, pero ha sabido mantenerse
aún con deficiencias y precariedades.
Pensemos en tantos padres y madres, que cansados intentan mostrar
fidelidad y cercanía con sus hijos pequeños, pero el sueño parece arrebatarles
el propósito; en los esposos que se prometen fidelidad y entrega, y los afanes
de la vida les arruinan las veladas y los encuentros de intimidad y cercanía; en
los amigos que olvidan responder una llamada o contestar un mensaje; en los
jóvenes que cansados olvidan cosas importantes; en los enfermos y mayores,
que no olvidan tareas o cosas, si no las fechas y los días, nombres y recuerdos.
Hay tantas cosas de tantas gentes nuestras que nos parecen olvidos suyos
y hasta indelicadezas, y que la oración de Jesús nos descubre como resultado
de precariedades y cansancios humanos, muchas veces marcados también por
la tristeza y el miedo.
Llevemos al silencio de nuestra oración lo que somos, la pobreza de nuestro
servicio, reconociendo que no siempre estamos a la altura y expresemos al
Señor nuestra buena voluntad y disposición de ser y estar para Él y los demás.
15. Silencio | 10 minutos

16. Canto final: Nadie te ama como yo.


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Plan de Pastoral - Marzo 2024

LECTURAS MARZO 2024


Las citas bíblicas de las Lecturas Diarias utilizadas son tomadas del
Calendario Litúrgico 2024 de la Conferencia del Episcopado Dominicano

1 Feria de Cuaresma (Abstinencia)


Viernes Morado

Lectura del Libro del Génesis 37,3-4.12-13a.17b-28


José era el preferido de Israel, porque le había nacido en la vejez, y le hizo
una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los
demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo. Sus hermanos trashumaron
a Siquén con los rebaños de su padre.
Israel dijo a José: «Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén;
ven, que te voy a mandar donde están ellos.»
José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde
lejos. Antes de que se acercara, maquinaron su muerte.
Se decían unos a otros: «Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a
echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en
qué paran sus sueños.»
Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo: «No le quitemos
la vida.» Y añadió: «No derramen sangre; échenlo en este aljibe, aquí en la
estepa; pero no pongan las manos en él.»
Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando
llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la
túnica con mangas, lo cogieron y lo echaron en un pozo vacío, sin agua. Y se
sentaron a comer. Levantando la vista, vieron una caravana de ismaelitas que
transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto.
Judá, propuso a sus hermanos: «¿Qué sacaremos con matar a nuestro
hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pon-
dremos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra.»
Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron
de su hermano, lo sacaron del pozo y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte
monedas. Estos se llevaron a José a Egipto. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 104,16-17.18-19.20-21
R/. Recuerden las maravillas que hizo el Señor
Llamó al hambre sobre aquella tierra: cortando el sustento de pan; por delante
había enviado a un hombre, a José, vendido como esclavo. R/.
Le trabaron los pies con grillos, le metieron el cuello en la argolla, hasta que
se cumplió su predicción, y la palabra del Señor lo acreditó. R/.
El rey lo mandó desatar, el señor de pueblos le abrió la prisión, lo nombró
administrador de su casa, señor de todas sus posesiones. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 21,33-43.45-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del
pueblo: «Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la
rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda, la
arrendó a unos labradores y se marchó de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores para
percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los
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Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

criados, apalearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo


otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último,
les mandó a su hijo, diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo.” Pero los labradores,
al ver al hijo, se dijeron: “Éste es el heredero: vengan, lo matamos y nos quedamos
con su herencia.” Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y
ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?»
Le contestaron: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará
la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.» Y Jesús
les dice: « ¿No han leído nunca en la Escritura: «La piedra que desecharon los
arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido
un milagro patente”? Por eso les digo que se les quitará a ustedes el reino de
Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron
que hablaba de ellos. Y, aunque intentaban echarle mano, temieron a la gente,
que lo tenía por profeta. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
La primera lectura de hoy es un bello relato que tiene a Jacob como
principal referente, aunque quien asume el protagonismo es su hijo José. Como
en tantos episodios de la historia del pueblo elegido se resalta con un trazo
firme la providencia de Yahveh que es el protector de sus hijos, incluso en las
escenas no sobradas de humanidad ni de inicial éxito.
José es el hijo preferido de su padre Jacob, lo que, sumado a sus habituales
sueños, suscita entre sus hermanos celos y envidia. Los sueños de José tienen
dualidad de sentido, pues por una parte parecen ser los desencadenantes de la
crisis fraterna y, por otra, serán el clavo ardiente que salvará a nuestro protagonista.
Algunos de los hermanos no ocultan su intención homicida cuando
advierten la llegada al grupo del hijo preferido de Jacob, quien pagará su culpa
del viejo delito cuando suplantó a Esaú y ahora, engañado, palpa la túnica de
su hijo vendido como esclavo. Sin embargo, la providencia de Dios no se rinde
ante estas dificultades y no permite la muerte de José; sale en su defensa y la
sentencia de muerte se torna destierro con dirección a Egipto, donde tendrá
lugar el desenlace de la apuesta salvadora de Yahveh.
En el Evangelio de hoy Jesús ilustra el rechazo de Israel hacia Él con tres
parábolas de las que vemos la primera. Los labradores son el pueblo rebelde,
refractario a los mensajes del Señor; los criados del relato son los profetas; y es obvio
que el hijo es Jesús de Nazaret, hijo del dueño de la viña que no es otro que Dios.
El final del relato es cruel, letal. Y el narrador pregunta sobre qué suerte
deberían correr los labradores homicidas y conjurados. La gente que escucha
la parábola responde con un veredicto inexorable contra ellos, admitiendo que
es oportuno el traspaso de la viña a otros labradores.
Nuestro énfasis debe indicar no sólo la larga historia de rechazos que el
pueblo de Israel manifestó contra su dueño y Dios, volviendo sus ojos a los
ídolos y dueños foráneos, sino también, y sobre todo, al rechazo del Hijo en la
Nueva Alianza. El Mesías, la piedra angular rechazada, es llevado a la muerte;
pero Dios, el Padre de la vida, lo resucitará de entre los muertos y será el mejor
activo de la nueva construcción de un Pueblo libre en el nombre del Señor.
Vale la pena retener el encargo de la Palabra hoy: el Pueblo mesiánico
debe ser fecundo, dar frutos, que no son otros que la reconciliación entre los
hermanos, buscar el Reino de Dios y su justicia, a tiempo y a destiempo.
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Plan de Pastoral - Marzo 2024

2 Feria de Cuaresma
Sábado Morado
Lectura de la profecía de Miqueas 7,14-15.18-20
«Señor pastorea a tu pueblo con el cayado, a las ovejas de tu heredad, a las
que habitan apartadas en la maleza. Pastarán en Basán y Galaad como en tiempos
antiguos; como cuando saliste de Egipto, y te mostraba mis prodigios. ¿Qué Dios
hay como tú, que perdonas el pecado y absuelves la culpa al resto de tu heredad?
No mantendrá por siempre la ira, pues se compadece en la misericordia.
Volverá a compadecerse de nosotros y extinguirá nuestras culpas, arrojará
a lo hondo del mar todos nuestros delitos. Serás fiel a Jacob, piadoso con
Abrahán, como juraste a nuestros padres en tiempos remotos, Señor Dios
Nuestro.» Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 102,1-2.3-4.9-10.11-12
R/. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice,
alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu
vida de la fosa, y te colma de gracia y de ternura. R/.
No está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo; no nos trata como
merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. R/.
Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre los
que lo temen; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros
delitos. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 15,1-3.11-32
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús todos los publicanos y los pecadores
a escucharle. Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos: «Ese acoge
a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo esta parábola: «Un hombre
tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: “Padre, dame la parte que me
toca de la fortuna”. El padre les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se marchó
a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente. Cuando lo
había gastado todo, vino por aquella tierra un hambre terrible, y empezó él a
pasar necesidad. Fue entonces y tanto le insistió a un habitante de aquel país
que lo mandó a sus campos a guardar cerdos. Le entraban ganas de llenarse el
estómago de las algarrobas que comían los cerdos; y nadie le daba de comer.
Recapacitando entonces, se dijo: “Cuántos jornaleros de mi padre tienen
abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en
camino adonde está mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra
ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros”.
Se puso en camino a donde estaba su padre; cuando todavía estaba lejos,
su padre lo vio y se conmovió; y echando a correr, se le echó al cuello, y se
puso a besarlo. Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti;
ya no merezco llamarme hijo tuyo”. Pero el padre dijo a sus criados: “Saquen
enseguida el mejor traje y vístanlo; pónganle un anillo en la mano y sandalias
en los pies; traigan el ternero cebado y mátenlo; celebremos un banquete,
porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos
encontrado”. Y empezaron el banquete.
45
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Su hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver se acercaba a la


casa, oyó la música y el baile, y llamando a uno de los mozos, le preguntó qué
pasaba. Este le contestó: “Ha vuelto tu hermano; y tu padre ha matado el ternero
cebado, porque lo ha recobrado con salud”. Él se indignó y se negaba a entrar,
pero su padre salió e intentaba persuadirlo. Y él replicó a su padre: “Mira: en
tantos años como te sirvo, sin desobedecer nunca una orden tuya, a mí nunca
me has dado un cabrito para tener un banquete con mis amigos; y cuando ha
venido ese hijo tuyo que se ha comido tus bienes con malas mujeres, le matas
el ternero cebado”. El padre le dijo: “Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo
mío es tuyo; deberías alegrarte, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha
revivido, estaba perdido y lo hemos encontrado”». Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
Los profetas nos tienen acostumbrados a entrañables mensajes de
esperanza, y Miqueas no es menos en este texto. La prosperidad vuelve a ser un
disfrute del rebaño que se siente pastoreado por Yahveh, y lo hace con sabores
de enorme confianza, religión íntima empapada de fe y quietud en el Señor.
El profeta no tiene ante sus ojos la prosperidad de antaño, pero en cambio
se siente guiado por su Señor que derrocha ternura y misericordia con todos
sus hijos; constata, a su vez, que su Señor perdona siempre y nunca falta a
su promesa de amor que formuló otrora a sus padres, y en esta experiencia
salvadora cifra su dicha el rebaño de Israel; porque la grandeza de su Señor
no radica en las maravillas de antaño, sino en el derroche de perdón en favor
de su pueblo, ya que es el Dios que reconcilia porque le gusta la misericordia.
En efecto, la parábola evangélica de hoy es un impresionante canto a la
misericordia de Dios Padre que no condena a los que de Él se alejan, sino que
espera, paciente, su regreso. Frente al que da la espalda a la bondad de un
padre, y la actitud de quien se siente con derecho a todo, brillan por sí mismas
las entrañas de un Padre que sólo sabe amar y perdonar, animar y bendecir,
acoger y enamorar lo inmensamente divino, por lo entrañablemente humano.
Quien está con el padre, pero con talante de inquilino y a quien desagrada
que su padre ejerza de tal; y los que se desempeñan como el hermano mayor no
están habilitados para identificar al Dios de Jesús de Nazaret: éste es nuestro
Padre que nunca nos echará en cara el que dilapidemos con contumacia la
inmensa riqueza que supone vivir en su nombre y bajo su amparo.
Hasta la belleza plástica de atisbar el horizonte por si regresara su hijo
ausente nos habla de un Padre que es sólo y puro amor que, con alegres
brazos abiertos, espera ansioso el regreso de sus hijos. Una alegría así es
el perfecto intermediario para aceptar la salvación que Jesús de Nazaret nos
ofrece a todos, porque Él es nuestra vida y nuestra alegría.
Hoy debemos agradecer la amnesia de nuestro Padre que no se acuerda de lo
que el hijo menor hizo contra Él, y, a la vez, bendecir su bondad que disuelve como
un cubo de hielo en verano la actitud de los que creen controlar su misericordia.

3 III Domingo de Cuaresma


III Semana del Salterio Morado
Comunión y Oración para ser templos vivos del Señor
Algunas Orientaciones:
En esta celebración comienzan los ritos de Iniciación Cristiana para los
catecúmenos que se preparan para recibir los sacramentos de iniciación cristina
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Plan de Pastoral - Marzo 2024

la noche santa de la vigilia pascual. En los lugares donde se estén preparando


adultos para recibir la iniciación cristiana, que dos bautizados vestidos de blanco
den la bienvenida a los candidatos al catecumenado. Al final de la celebración
que se le entregue una tablilla con su nombre, como signo de su inscripción al
proceso catecumenal. Continuar resaltando el lema y valor del mes. Colocar
en un lugar visible elementos alusivos a la Liturgia de la Palabra: Jesús como
templo de Dios, la tabla con los mandamientos, la cruz, panes ácimos…colocar
en el mural imágenes o textos cortos relacionadas con el templo.
Monición de Entrada:
Queridos hermanos: Como comunidad cristiana nos congregamos ante el
altar del Señor para participar de la Santa Eucaristía en este Tercer Domingo de
Cuaresma. Hoy es un día especial para meditar en nuestra vida de fe, valorando
hasta qué punto les hemos sido fieles a Dios.
La Liturgia de la Palabra nos habla sobre los mandamientos, el sentido
redentor de la Cruz y el Templo nuevo y definitivo que es Cristo Resucitado. En
Él se dará la presencia de Dios entre los seres humanos y está en medio de
nosotros para presentar al Padre nuestra acción de gracias.
Puestos de pie, y cantando junto al coro, iniciemos nuestra Celebración
recibiendo a Cristo que viene a presidirla en la persona de su ministro.
Oración Colecta:
Señor, Padre de misericordia y origen de todo bien, que aceptas el ayuno,
la oración y la limosna como remedio de nuestros pecados, mira con amor a
tu pueblo penitente y restaura con tu misericordia a los que estamos hundidos
bajo el peso de las culpas. Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura: Éxodo 20,1-17


Dios ha liberado a su pueblo de la esclavitud y le entrega la ley como un
sello de su amor para envolver toda la historia de la salvación y reordenar sus
diversos preceptos. Ese Dios liberador es el único Dios y solo a Él debemos
obedecer guardando su ley y meditando en ella. Escuchemos.
Lectura del Libro del Éxodo 20,1-17
En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Se-
ñor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses
frente a mí. No te harás ídolos, ―figura alguna de lo que hay arriba en el cielo,
abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra―. No te postrarás ante ellos, ni
les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado
de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo
con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No
pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor im-
pune a quien pronuncie su nombre en falso. Fíjate en el sábado para santificarlo.
Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de
descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo,
ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus
ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que
hay en ellos. Y el séptimo día descansó: Por eso bendijo el Señor el sábado y
lo santificó.
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Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Honra a tu padre y a tu madre: así se prolongarán tus días en la tierra que el


Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No
darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo;
no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni
su asno, ni nada que sea de él.» Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 18,8.9.10.11
R/. Señor, tú tienes palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor
es fiel e instruye al ignorante. R/.
Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del
Señor es límpida y da luz a los ojos. R/.
La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos
del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de
un panal que destila. R/.
Segunda Lectura: 1 Corintios 1,22-25
El apóstol reconoce en la cruz la verdadera sabiduría y marca del cristianismo.
Así pone su confianza en la sola fuerza de Cristo, pues de lo contrario se mostraría
enemigo de la cruz, que es un signo vivo de la salvación. Escuchemos.
Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 1,22-25
Hermanos: Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero
nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad
para los griegos; pero para los llamados a Cristo –judíos o griegos–: fuerza de
Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres;
y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres. Palabra de Dios.
Aclamación Jn 3,16
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todo el que cree
en Él tiene vida eterna
Evangelio: Juan 2,13-25
Jesús profesa el más profundo respeto al Templo, para Él, la casa de su
Padre, y se indigna al ver que se le convierta en un mercado. Por eso, en un
gesto profético expulsa los vendedores para purificarlo y les habla del Nuevo
Templo que es su Cuerpo.
Con el canto de aclamación nos preparamos para escuchar la proclamación
del Santo Evangelio.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 2,13-25
Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró
en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas
sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas
y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas;
y a los que vendían palomas les dijo: «Quiten esto de aquí; no conviertan en
un mercado la casa de mi Padre.» Sus discípulos se acordaron de lo que está
escrito: «El celo de tu casa me devora.»
Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: « ¿Qué signos nos
muestras para obrar así?» Jesús contestó: «Destruyan este templo, y en tres
días lo levantaré.» Los judíos replicaron: «Cuarenta y seis años ha costado
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Plan de Pastoral - Marzo 2024

construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» Pero él hablaba del
templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se
acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la Palabra que
había dicho Jesús.
Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron
en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos,
porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un
hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
La religión en el pasado estuvo muy vinculada a la política. La política,
en particular la autoridad, necesitaba siempre una legitimación religiosa. En
tiempos de Jesús las mismas autoridades religiosas eran autoridades políticas.
Jesús intentó liberar la religión de la política, con el gesto profético de la
purificación del templo, convertido en una especie de Banca Nacional. Por ello
fue condenado a muerte.
No es fácil liberar la religión del poder político, de la búsqueda de poder.
Algunos creen ilusoriamente que la política actual es totalmente temporal. Al
contrario, la política está ocupando el puesto de la religión.
Lo que le preocupaba a Jesús es que el sistema político-religioso ocupara
el puesto de Dios. Al final todo se convierte en un mercado y se olvida que todo,
también la religión y la política, deben estar al servicio del hombre. Por eso los
profetas recordarán las exigencias del Decálogo, sobre todo en lo que toca a
las relaciones con el prójimo y la tutela de los derechos fundamentales: la vida,
la verdad, el amor, la propiedad.
La propuesta de Jesús es destruir el sistema y edificar otro nuevo. Se trata de
construir un nuevo modelo de religión no centrado en el templo y la dependencia
política, sino en adorar a Dios en espíritu y verdad. Esto es posible gracias a su
propia persona resucitada por el Padre. Es en Jesús donde el Padre se hace
presente y actuante. La desaparición del templo y del sacerdocio hizo que el
judaísmo y el cristianismo pusieran en el centro la Palabra de Dios y la vida familiar.
Sin duda en el cristianismo el centro es Jesús, Palabra encarnada, que
se hace presente en la comunidad de los creyentes a través de su Espíritu.
Esta comunidad es una comunidad de fe y no una comunidad política. Es una
comunidad que se constituye como tal cuando se reúne como Iglesia para
escuchar la Palabra de Dios y celebrar la Eucaristía. De hecho, el lugar de
reunión al principio fueron las propias casas.
Con el tiempo también el cristianismo reconstruyó sus templos y sus
ministros se convirtieron en sacerdotes. Pero nunca debemos olvidar que sólo
los nombres se parecen a lo que era el culto antiguo. Desgraciadamente, a
veces volvemos al culto antiguo. Por eso es necesario avivar el espíritu profético
de Jesús en nuestras comunidades para que huyan de la tentación del poder
y sean manifestaciones de la debilidad de Dios. La salvación está en la cruz y
no en el poder. Que la celebración de la Eucaristía avive en nosotros el espíritu
profético, para ser testigos de las exigencias de Dios en nuestro mundo.

Oración de los fieles


Quien preside: Oremos a Dios Padre, que escucha nuestra oración en
medio de su templo, que es toda la Iglesia y aclamémosle diciendo: Salva y
renueva a tu pueblo Señor.
49
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

• Por la Iglesia y sus servidores, para que continúen animando al pueblo de


Dios a respetar el Templo y a guardar los mandamientos por amor y no por
miedo. Oremos.
• Por los gobernantes, para que se mantengan fieles a los principios de su
misión y pongan en práctica políticas públicas para mejorar la calidad de
vida de las personas. Oremos.
• Por los que sufren, para que unan sus padecimientos a la cruz de Cristo
y encuentren en ella la sabiduría y fortaleza necesaria para mantenerse
firmes en la fe. Oremos.
• Por los catecúmenos que inician su proceso de iniciación cristiana, para que
sean dóciles a la voz del Espíritu que le llama a una vida nueva. Oremos.
• Por todos nosotros, para que podamos reconocer a Jesús como el nuevo
Templo de Dios y vivamos este tiempo de Cuaresma como un camino de
conversión que nos lleva a un encuentro personal con Él. Oremos.
Quien preside: Señor, Dios nuestro, que has amado tanto al mundo y
que nos has entregado a tu Hijo único, escucha nuestras súplicas y realiza tu
voluntad en nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
RECORDATORIO: - 8 y 9 de Marzo - 24 Horas para el Señor. Iniciativa
cuaresmal de oración y reconciliación del Papa Francisco convocando a toda
la Iglesia Universal. Animémonos a participar en nuestras parroquias y capillas.
(Ver sugerencia de esquema de oración en la primera parte de la Guía Mensual).

4 Feria de Cuaresma
Lunes Morado
Se puede hacer conmemoración de San Casimiro
Lectura del Segundo Libro de los Reyes 5,1-15a
En aquellos días, Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un
hombre que gozaba de la estima y del favor de su señor, pues, por su medio,
había dado el Señor la victoria a Siria. Pero este gran guerrero era leproso.
En una de las correrías, una banda de sirios había traído cautiva de Israel a
una jovencita, que pasó al servicio de Naamán. Dijo ella a su señora: –«Ojalá mi
señor fuera a ver al profeta de Samaria: Él lo libraría de la lepra».
Naamán fue a informar a su señor: – «Esto y esto dice la muchacha
israelita». Y el rey de Siria contestó: – «Ven que te voy a dar una carta para el
rey de Israel.»
Naamán se puso en camino, llevando tres quintales de plata, seis mil monedas
de oro y diez trajes. Y presentó al rey de Israel la carta que decía: – «Cuando
recibas esta carta, verás que te envío a mi ministro Naamán para que lo libres de
la lepra». Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras, exclamando:
«¿Soy yo acaso un dios capaz de dar muerte o de dar vida, para que éste me
encarga de librar a un hombre de su lepra? Fíjense bien y verán que está buscando
un pretexto contra mí». Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró que el rey de
Israel había rasgado sus vestiduras, le envió este recado: «¿Por qué has rasgado
tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel.»
Vino Naamán con sus caballos y su carroza y se detuvo a la entrada de la
casa de Eliseo. Eliseo le mandó un mensajero a decirle: «Ve, báñate siete veces
en el Jordán y tu carne quedará limpia».
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Plan de Pastoral - Marzo 2024

Naamán se enojó y se marchó gruñendo: «Yo me imaginaba que saldría


en persona a encontrarme, y que en pie invocaría el nombre del Señor su Dios,
pasaría su mano sobre la parte enferma y me libraría de la lepra. ¿Es que los
ríos de Damasco, el Abana y el Farfar, no valen más que todas las aguas de
Israel? ¿No puedo bañarme en ellos y quedar limpio?». Dio media vuelta y se
marchó furioso. Pero sus siervos lo abordaron diciendo: «Señor, si el profeta
te hubiese prescrito algo difícil, ¿no lo habrías hecho? Cuánto más si lo que te
prescribe es simplemente que te bañes para quedar limpio.»
Entonces Naamán bajó y se bañó en el Jordán siete veces, según la palabra
del hombre de Dios y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió con su
comitiva al hombre de Dios y se le presentó diciendo: «Ahora reconozco que no
hay dios en toda la tierra más que el de Israel». Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 41,2.3;42,3.4
R/. Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿Cuándo veré el rostro de Dios?
Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios
mío. R/.
Tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R/.
Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte
santo, hasta tu morada. R/.
Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias
al son de la cítara, Dios, Dios mío. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 4,24-30
Vino Jesús a Nazaret y dijo al pueblo en la sinagoga: – «Les aseguro que
ningún profeta es bien mirado en su tierra. Les garantizo que en Israel había
muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años
y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna
de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de
Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin
embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo
empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba
su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y
se alejaba. Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
La primera lectura de hoy es una imagen de la sencillez de Dios. Con
frecuencia pedimos al Señor que nos ayude, pedimos su auxilio, nos llega en
algo sencillo y desconfiamos, esperamos que nos pida o nos ordene algo difícil.
Queremos que Dios adopte nuestras complicaciones y oímos extrañados que
solamente pide que nos bañemos siete veces en el Jordán para quedar limpios
y nos molesta que no se ocupe personalmente de nuestros problemas.
Como Naamán, nos consideramos a nosotros mismos como seres
importantes, merecedores de atención personalizada y directa. Despreciamos
lo sencillo que Dios nos pide y buscamos la forma de complicarlo, tal vez para
ser los únicos que tengan la llave de acceso a la divinidad, los únicos con
autoridad para enlazar con ella y comunicarla con los demás. Eliseo no baja
con la varita mágica a curar al funcionario real. Manda a un criado para darle
unas simples y precisas instrucciones.
51
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

El Evangelio nos muestra que es difícil ser profeta en la propia tierra. Los
seres humanos tenemos memoria, casi siempre muy selectiva. No escuchamos
lo que nos dice el predicador, sino que lo tratamos de anular recordando quienes
fueron sus padres, cuánto dinero tenían, y, si se nos calienta un poco la boca,
podremos achacarle crímenes horrendos. Todo menos escuchar lo que nos dice.
Aceptamos al profeta como lo harían los moradores de Nazaret: si viene
cargado de regalos, si nos soluciona los problemas de liquidez, si nos resuelve
el lio de la hipoteca, si nos llena la despensa y la cartera, si nos cura todas
las dolencias que podamos tener. Solamente así seremos sus defensores, al
menos mientras lo necesitemos.
Si el profeta viene a transmitirnos palabras que nos indican caminos para
llegar a conocer al Dios amor, si nos invita a ser solidarios, a desprendernos de
lo nuestro para compartirlo, entonces nos llenaremos de rabia y, si podemos, le
despeñaremos por el barranco, lo echaremos a un aljibe con lodo para que se
ahogue, como a Jeremías, o lo crucificaremos con toda tranquilidad. Es difícil
la vida del profeta.
En una situación como la vivida por Jesús aquel día, si tuviéramos poder,
haríamos descender rayos del cielo “para que sepan de quién soy yo”. Y
nuevamente, Jesús, nos da otra lección de paciencia y dignidad: sin aspavientos,
sin ira, sin amenazas tremendas, “se abrió paso entre ellos y se marchó”.
Los judíos no podían aceptar la interpretación de Jesús, pues esperaban
una liberación del pueblo, pero sometiendo a los demás pueblos. Esperaban la
instauración de la primacía de Israel sobre el mundo y se encuentran con un
mensaje de que Dios ha preferido a una viuda de Sidón y a un leproso de Siria,
en lugar de quedarse entre su pueblo. Jesús habla de un Dios que ellos no
pueden reconocer. ¿Y nosotros, de qué Dios queremos que nos hablen?

5 Feria de Cuaresma
Martes Morado

Lectura del Profeta Daniel 3,25.34-43


En aquellos días, Azarías oró al Señor diciendo: «Por el honor de tu
nombre, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes
de nosotros tu misericordia. Por Abrahán, tú amigo, por Isaac tu siervo, por
Israel, tu consagrado: a quien prometiste multiplicar su descendencia como las
estrellas del cielo, como la arena de las playas marinas.
Pero ahora, Señor, somos los más pequeños de todos los pueblos; hoy
estamos humillados por toda la tierra, a causa de nuestros pecados. En este
momento no tenemos príncipes, ni profetas, ni jefes; ni holocausto, ni sacrificios,
ni ofrendas, ni incienso; ni un sitio donde ofrecerte primicias, para alcanzar
misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde, como
un holocausto de carneros y toros o una multitud de corderos cebados; que éste
sea hoy nuestro sacrificio, y que sea agradable en tu presencia: porque los que
en ti confían no quedan defraudados.
Ahora te seguimos de todo corazón, te respetamos y buscamos tu rostro: no
nos defraudes, Señor; trátanos según tu clemencia, y tu abundante misericordia;
líbranos con tu poder maravilloso y da gloria a tu nombre, Señor.». Palabra de Dios.
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Plan de Pastoral - Marzo 2024

Salmo Responsorial: 24,4-5ab.6-7bc.8-9


R/. Señor, recuerda tu misericordia
Enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas, haz que camine con
lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y salvador. R/.
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate
de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R/.
El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace
caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 18,21-35


En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano
me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?» Jesús
le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.»
Y les propuso esta parábola: Se parece el Reino de los Cielos a un rey
que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le
presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar,
el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus
posesiones, y que pagara así.
El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia
conmigo, y te lo pagaré todo.” El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó
marchar, perdonándole la deuda. Pero al salir, el empleado aquel encontró a uno
de sus compañeros que le debía cien denarios, y, agarrándolo, lo estrangulaba,
diciendo: “Págame lo que me debes.” El compañero, arrojándose a sus pies, le
rogaba, diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré.” Pero él se negó y fue
y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron
a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo:
“¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No
debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión
de ti?” Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda
la deuda.
Lo mismo hará con ustedes mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de
corazón a su hermano.» Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
En este tiempo de gracia que nos ofrece el Señor las lecturas bíblicas nos
ayudan a superar nuestras caídas y asumir actitudes propias de un verdadero
discípulo de Jesús. Dentro de esas actitudes hoy se resalta el perdón.
En la primera lectura de hoy escuchamos una verdadera liturgia penitencial.
La entraña de esta afectuosa oración de Azarías nos la podemos apropiar
los seguidores de Jesús, en esta Cuaresma. Como en más de una ocasión
nos hemos distanciado de Dios, debemos pedirle como Azarías que “no nos
desampare para siempre, no rompa su alianza, no aparte de nosotros su
misericordia”.
¡Qué sería de nosotros si nuestro Dios nos diese la espalda para siempre,
si no quisiera volver a hablarnos y nos dejase a nuestra suerte! Nunca hemos
disfrutado tanto de la vida como cuando hemos vivido en armonía y amistad con
Él. Por eso, desde lo más profundo de nuestro ser, y con nuestros desvaríos
en las manos, queremos ofrecerle algo a nuestro buen Dios. No, nosotros no
pensamos ofrecerle “carneros, ni toros, ni corderos cebados”. Le queremos
53
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

ofrecer algo mucho más valioso: nuestro corazón contrito y nuestro espíritu
humilde, nuestra búsqueda continua de su rostro, nuestra plena confianza de
que nos va a tratar según su clemencia y su “abundante misericordia”.
No cabe duda de que Jesús se explica bien. La parábola de hoy es bien clara. El
impetuoso y espontáneo Pedro plantea a Jesús una cuestión que también nosotros
vivimos: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar?”, y,
creyendo que es generoso en el perdón, continúa: “¿Hasta siete veces?”.
Nosotros, los cristianos, no somos los que tenemos que cumplir unos
preceptos morales porque están mandados. Lo nuestro no es una moral del
libro. Nosotros somos los que nos hemos encontrado con Jesús, que nos ha
seducido y nos ha convencido de que seguirle a Él por amor es el mejor camino
para encontrar el sentido y la alegría de vivir.
Nuestro criterio de actuación moral no apunta a unos mandatos, sino a una
Persona. Es como decir: “haz con los demás lo que Cristo ha hecho contigo”.
Tenemos que amar no porque esté mandado, sino porque Cristo nos ha amado
primero y nos sigue amando. Tenemos que perdonar siempre, hasta setenta veces
siete, no porque sea un precepto de la ley, sino porque Cristo nos ha perdonado
y nos sigue perdonando con abundancia. Tenemos que entregar la vida por los
demás no por cumplir un mandamiento, sino porque Cristo ha entregado la vida
por nosotros… y así todo lo demás. Nuestra referencia no es un mandato, sino
una Persona. Lo nuestro es seguir a Jesús, nuestro Maestro y Señor.

6 Feria de Cuaresma
Miércoles Morado

Lectura del Libro del Deuteronomio 4,1.5-9


Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos
y decretos que yo les mando cumplir: Así vivirán y entrarán a tomar posesión
de la tierra que el Señor, Dios de nuestros padres, les va a dar. Miren, yo les
enseño los mandatos y decretos que me mandó el Señor, mi Dios, para que los
cumplan en la tierra donde van a entrar para tomar posesión de ella. Pónganlos
por obra, que ellos son su sabiduría y su inteligencia a los ojos de los pueblos
que, cuando tengan noticia de todos ellos, dirán: “Cierto que esta gran nación
es un pueblo sabio e inteligente.” Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande
que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre
que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean
tan justos como toda esta ley que hoy les doy?
Pero, cuidado, guárdate muy bien de olvidar los sucesos que vieron tus ojos,
que no se aparten de tu memoria mientras vivas; cuéntaselos a tus hijos y a tus
nietos». Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 147,12-13.15-16.19-20


R/. Glorifica al Señor, Jerusalén
Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión. Que ha reforzado los
cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.
Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz; manda la nieve
como lana, esparce la escarcha como ceniza. R/.
Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna
nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. R/.
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Plan de Pastoral - Marzo 2024

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 5,17-19


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No crean que he venido
a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Les
aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la
más pequeña letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos
menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante
en el Reino de los Cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el
Reino de los Cielos». Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El mejor argumento que puede esgrimir Moisés ante los suyos para motivarles
a que sigan la ley de Yahveh, en el largo camino del desierto, es la historia
de superación que ellos y sus padres han vivido en el pasado. La fuerza de la
exhortación estriba, además, en que, si cumplen la Ley del Señor que por su medio
dio a los israelitas, pisarán más pronto que tarde la anhelada Tierra de la promesa.
La teología del Deuteronomio pone bien de manifiesto que la Ley mosaica
es expresión de la voluntad divina y, por lo mismo, contenido primordial de la
Alianza. Si tal cumplimiento se verifica, los peregrinos del desierto caerán en
la cuenta de que es una ley sublime, mejor que cualquier otra de los pueblos
vecinos, y, al mismo tiempo, será la mejor prueba de que el Señor está en
medio de su pueblo, el que Él se escogió como heredad.
Por eso el pueblo elegido debe mimar la memoria para cantar y contar, de
generación en generación, cuánto ama Dios a su pueblo. Y así la historia de
salvación se suma al argumento de la Ley para cultivar la fidelidad del pueblo a
su Dios de generación en generación.
Los primeros cristianos disputaban no poco respecto a cómo hacer ahora,
en el nuevo tiempo, una apropiada lectura de la vieja Ley mosaica: ¿obligaba
aún?, ¿había que releer sus preceptos? Los fariseos admitían, de entrada, que el
hombre debe practicar las buenas obras que lo hacen justo a los ojos de Dios, pero
la interpretación de la ley que hacían los llevó al atolladero de una insoportable
casuística que los hacía caer en la trampa del menor esfuerzo posible.
Jesús, por su parte, ha sido enviado como Mesías no para anular la fuerza
normativa del Antiguo Testamento, sino para encauzar su plena realización
como una ley del Espíritu, donde quede siempre a salvo el amor servicial a Dios
y al prójimo, clave de toda norma dada por Dios a sus hijos.
La propuesta de Jesús es admirablemente sencilla: vivir la Ley desde
dentro, desde la luz de la propia conciencia y corazón, como un regalo de Dios,
y advertiremos por nosotros mismos cuán atractivo es el camino del seguimiento
del Maestro y cuán sugerente es la plenitud de su Palabra.
Por esto es severo el juicio sobre los que conculcan la norma divina, dado
el valor de Palabra y voluntad del Padre que tiene. Lo que evoca el precioso eco
del genial resumen de San Agustín: “ama, y haz lo que quieras”.

7 Feria de Cuaresma
Jueves Morado
Lectura del Profeta Jeremías 7,23-28
Así dice el Señor: Esta fue la orden que di a mi pueblo: «Escuchen mi
voz. Yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen por el camino que
55
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

les mando, para que les vaya bien. Pero no escucharon ni prestaron oído,
caminaban según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, me
daban la espalda y no la frente.
Desde que salieron sus padres de Egipto hasta hoy, les envié a mis siervos,
los profetas, un día y otro día; pero no me escucharon, ni prestaron oído:
endurecieron la cerviz, fueron peores que sus padres.
Ya puedes repetirles este discurso, que no te escucharán; ya puedes
gritarles, que no te responderán. Les dirás: “Aquí está la gente que no escuchó
la voz del Señor su Dios y no quiso escarmentar. La sinceridad se ha perdido,
se la han arrancado de la boca”». Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 94,1-2.6-7.8-9
R/. Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: no endurezcan su corazón
Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva.
Entremos en su presencia dándole gracias, aclamándole con cantos. R/.
Entren, postrémonos por tierra bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.
No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el
desierto: Cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque
habían visto mis obras. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 11,14-23
En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y
apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero
algunos de ellos dijeron: «Si echa los demonios es por el arte de Belzebú, el
príncipe de los demonios».
Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él leyendo, sus
pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba
casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su
reino? Ustedes dicen que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y sus
hijos, ¿por arte de quien los echan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces.
Pero si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de
Dios ha llegado a ustedes.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes
están seguros. Pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de
que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo, está contra mí; el que
no recoge conmigo, desparrama». Palabra del Señor.
Meditación
Una historia de amor quedó rota muchas veces. No cualquier historia de
amor, sino la historia de amor de Dios con su pueblo. Dios quiso demostrar su
enorme amor a su pueblo acercándose a él, haciendo un pacto, una alianza
de amor con él. “Yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo”. No le basta con
haberle creado, busca mantener con su pueblo unas relaciones cercanas,
presididas por su amor.
Como prueba de ello, y porque es Dios y sabe bien los recovecos de
la vida humana, le indica el camino a seguir a través de sus enseñanzas y
mandamientos. Y con todo el cariño posible les dice: “Escuchen mi voz…
Caminen por el camino que les mando, para que les vaya bien”.
Pero el pueblo, con harta frecuencia, no escuchó su voz, y el Señor con
dolor reconocía: “No escucharon ni prestaron oído, caminaban según sus ideas,
56
Plan de Pastoral - Marzo 2024

según la maldad de su corazón obstinado, me daban la espalda y no la frente”,


Aunque sabemos que siempre hubo “un resto” del pueblo que escuchó la voz
de su Dios y le hizo caso.
Ya que Jesús, llegada la plenitud de los tiempos, vino a renovar e intensificar
este pacto de amor con toda la humanidad, y ya que estamos en Cuaresma
podemos preguntarnos cómo va nuestra historia personal de amor con Jesús.
Una variante de lo que acabamos de decir la vemos en el Evangelio de hoy.
Unos se acercan a Jesús, le piden ser curados por Él, le aceptan, se admiran,
y otros le rechazan esgrimiendo toda clase de argumentos. Ante la curación de
un mudo poseído por el demonio, “algunos dijeron: si echa los demonios es por
arte de Belcebú, el príncipe de los demonios”. Un argumento pobre e ilógico que
Jesús rebate con claridad. De esta manera, Satanás estaría contra sí mismo,
estaría en guerra civil.
Jesús aprovecha esta ocasión para hablarles del reino de Dios, el núcleo
principal de su predicación. Jesús ha venido a anunciarnos el proyecto de Dios
sobre toda la humanidad. Es lo que él llama el reino de Dios. Es decir, esa
sociedad que acepta el acercamiento amoroso de Dios a toda la humanidad
y que Dios, que es amor, reine y dirija su vida, y que no tengan cabida los
contrarios, como pueden ser el dinero, el poder, la mentira, la corrupción, el mal
personificado en el demonio.
Dios está dispuesto a tener unas relaciones de amor con toda la humanidad.
Su amor se lo ofrece a todos. En nuestras manos está aceptar a Dios o rechazarlo
y que sean sus contrarios los que rijan nuestra vida. Pero una prueba de que
el Reino de Dios ya ha llegado es que Jesús vence a uno de sus enemigos, al
demonio, y lo expulsa de los endemoniados. Por eso, “si yo echo los demonios
con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a ustedes”.
Feria de Cuaresma o Memoria Libre
8 San Juan de Dios, Religioso (Abstinencia)
Viernes Morado
.
Lectura del Profeta Oseas 14,2-10
Así dice el Señor Dios: «Israel, conviértete al Señor Dios tuyo, porque
tropezaste por tu pecado. Preparen su discurso, vuelvan al Señor y díganle:
“Perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios.
No nos salvará Asiria, no montaremos a caballo, no volveremos a llamar dios a
la obra de nuestras manos. En ti encuentra piedad el huérfano”.
Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se
apartará de ellos. Seré rocío para Israel, florecerá como azucena, arraigará
como un álamo. Brotarán sus vástagos, como de olivo será su esplendor, su
aroma como del Líbano. Volverán a descansar a su sombra: cultivarán el trigo,
florecerán como la viña, será su fama como el vino del Líbano. Efraín ¿qué me
importan los ídolos? Yo le respondo y lo miro: Yo soy ciprés frondoso, de mi
proceden tus frutos. ¿Quién será el sabio que lo comprenda, el prudente que
lo entienda? Rectos son los caminos del Señor, lo justos andan por ellos, los
pecadores tropiezan en ellos.» Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 80,6c-8a.8bc-9.10-11ab.14 y 17
R/. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.
Oigo un lenguaje desconocido: Retiré sus hombros de la carga, y sus
manos dejaron la espuerta. Clamaste en la aflicción y te libré. R/.
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Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Te respondí oculto entre los truenos, te puse a prueba junto a la fuente de


Meribá. Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti, ojalá me escuchases,
Israel. R/.
No tendrás un dios extraño, no adorarás a un dios extranjero. Yo soy el Señor,
Dios tuyo, que te saqué del país de Egipto. R/.
Ojalá me escuchase mi pueblo, y caminase Israel por mi camino: Te
alimentaría con flor de harina, te saciaría con miel silvestre. R/.

Lectura del Santo Evangelio según san Marcos 12, 28-34


En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué
mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús: «El primero es:
“Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo
tu ser.” El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay
mandamiento mayor que éstos».
El letrado replicó: «Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el
Señor es único y no hay otro más que él y hay que amarlo con todo el corazón,
con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo
vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había
respondido sensatamente, le dijo: «No estás lejos del Reino de los Cielos». Y
nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
Nos encontramos en la parte final del libro de Oseas, en donde encontramos
un mensaje más que sugerente: aún es posible la alegría porque el tiempo de la
conversión sigue vigente. El Señor sabe esperar, y desea la vuelta de los suyos,
porque ama sin cálculo y sin medida.
En los mensajes anteriores el profeta ha dejado muy claro que, aunque todo
esté perdido, siempre queda el amor gratuito y generoso de Dios. Y aunque
no sea fácil entender esta postura divina, los oráculos del profeta dejan caer
siempre las semillas de la esperanza en la tierra de su pueblo.
El profeta usa variadas imágenes de verdor para señalar esperanzas: Yahvé
se presenta a los suyos como rocío, ciprés lozano, árbol de hoja perenne, en
definitiva, como el hacedor de la felicidad de su pueblo, porque sólo en el Señor
podrá encontrar Israel la vida permanente, si abandona de una vez los ídolos.
Luego del episodio con los saduceos sobre el tema de la resurrección, Jesús
escucha a un maestro de la ley, al parecer buscador sincero de la verdad. Su
pregunta surge de la maraña de preceptos con el que el judaísmo de entonces
camuflaba lo más nuclear de la Alianza. La conocida respuesta de Jesús tiene
suma importancia, y no porque establezca el principio del amor como norma
suprema, sino porque Jesús señala con autoridad la doble y necesaria vertiente
de este amor: Dios y el prójimo, al mismo nivel y con la misma luz, como vasos
comunicantes, de uno a otro.
De aquí nace toda la fuerza y dinamismo de los demás preceptos, tradiciones
y observancias religiosas. Cualquier acto de culto y cualquier expresión religiosa
son vanos si no expresiones de amor. El Evangelio zanja la cuestión de qué
amor es primero: el amor al prójimo está en el mismo nivel que el amor a Dios, y
no hay determinación más relevante que estas dos caras de la misma moneda.
El maestro de la ley que hace la pregunta aprueba la respuesta del Maestro
de Galilea, y eso que suponía una crítica frontal al templo y al culto que allí se
58
Plan de Pastoral - Marzo 2024

exhibía. Por eso Jesús le reconoce estar cercano al reino de Dios. Jesús no nos
ofrece un resumen de la ley, ni una simplificación digerible de los mandatos allí
incluidos, sino el enfoque que da sentido a la vida de todo seguidor de Jesucristo.

9 Feria de Cuaresma o Memoria Libre: Santa Francisca Romana, Religiosa


Sábado Morado

Lectura del Profeta Oseas 6,1b-6


Vamos a volver al Señor: él, que nos despedazó, nos sanará; él, que
nos hirió, nos vendará. En dos días nos sanará; y viviremos delante de él.
Esforcémonos por conocer al Señor: su amanecer es como la aurora, y su
sentencia surge como la luz. Bajará sobre nosotros como lluvia temprana, como
lluvia tardía que empapa la tierra. «¿Qué haré de ti, Efraín? ¿Qué haré de ti,
Judá? Su piedad es como nube mañanera, como rocío de madrugada que se
evapora. Por eso los herí por medio de los profetas, los condené con la palabra
de mi boca. Quiero misericordia, y no sacrificios; conocimiento de Dios, más
que holocaustos.»”. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 50,3-4.18-19.20-21ab
R/. Quiero misericordia y no sacrificios.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa. Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.
Los sacrificios no te satisfacen, si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión, reconstruye las murallas de Jeru-
salén: Entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 18,9-14
En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola por algunos que, teniéndose por
justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás: «Dos
hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El
fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no
soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno
dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo.” El publicano,
en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se
golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador.”
Les digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se
enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
La tradición de los profetas es admirable porque de un drama personal y de
un episodio que lacera su corazón ―amor dolorosamente burlado― ofrecen un
mensaje más que alentador y afectivo: el acuerdo que Yahveh establece con su
pueblo es un hermoso matrimonio de amor mutuo, de cariño sin reservas; romper
este convenio reviste, cuando menos, el perfil de grave ruptura.
A Dios no le convence ni poco ni mucho que se mantenga la dulce quietud
de la alianza por el mero logro social y personal; por el contrario, a él le agrada
sobremanera la conversión interior, un corazón vuelto siempre a su agrado y
59
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

dignidad, ya que detesta la falsía del culto, la religión vacía, la manipulación de


lo religioso que disimula el insobornable amor de Dios a su pueblo.
El que desea ser conocido por sus hijos solamente pide amor congruente,
traducciones diarias y prácticas en las formas convivenciales de servicio,
reconocimiento y gratitud. Y es que un sencillo y veraz gesto de misericordia
tiene más cercanía de Dios que todos los holocaustos y sacrificios.
En el Evangelio de hoy encontramos un modelo y un contra modelo de
relación con nuestro Padre: uno de pie, el otro postrado; uno agradece a Dios
ser como es, el otro sólo demanda misericordia. Dos maneras de decir de Dios:
una haciéndole saber los propios logros y méritos; otra, la que lo espera todo de
Dios porque, como pecador, no puede hacer mejor cosa.
Sencilla lección la de esta página evangélica: Dios se deja descubrir desde
la evidente indigencia de los hombres porque se nos ofrece como misericordia
y bondad, no como garante de hipotéticos e interesados méritos personales.
En definitiva, este relato de Lucas nos habla del perfil de misericordia de todo
el evangelio anunciado por Jesús que, a su vez, nos exige una sincera conversión
y la reconciliación personal y comunitaria.

10 IV Domingo de Cuaresma (Laetare)


IV Semana del Salterio Morado o Rosado

En comunion y oracion caminemos en la luz de Cristo


Algunas Orientaciones:
En este domingo se tienen los exámenes preparatorios para el bautismo de
los adultos; pueden utilizarse las oraciones rituales y las intercesiones propias
del rito de iniciación. Después de la homilía se tienen el rito del exorcismo y la
unción con el óleo de los catecúmenos a los candidatos al catecumenado. Se
sugiere entregar una pequeña cruz a cada candidato por el catequista.
Monición de Entrada:
Queridos hermanos: Dios, nuestro Padre, nos convoca hoy a esta Eucaristía
en este Cuarto Domingo de Cuaresma, también llamado Laetare (¡Alégrate!),
cuando ya estamos cercanos a celebrar el misterio pascual del Señor en la
Semana Santa, para que reflexionemos sobre el misterio de la cruz de Cristo.
La Eucaristía es la renovación de este misterio. El misterio de la cruz
ilumina nuestra vida, especialmente en los momentos de aflicción espiritual o
corporal. La Palabra de Dios, es la que mejor nos va guiando en nuestro camino
cuaresmal y hoy la Liturgia de la Palabra nos muestra el amor infinito que Dios
siente por todos nosotros. Él, envió a su Hijo al mundo no para condenarnos,
sino para salvarnos.
Pidamos al Señor en esta Eucaristía, que nos dejemos amar por Él, que
nos ama con ternura de Padre, y sepamos corresponderle como verdaderos
y fieles hijos suyos. Todos de pie, y cantando junto al coro, recibimos a quien
presidirá en nombre de Cristo y demás ministros que le acompañan.
Oración Colecta:
Señor, que reconcilias a los hombres contigo por tu Palabra hecha carne,
haz que el pueblo cristiano se apresure, con fe viva y entrega generosa, a
celebrar las próximas fiestas pascuales. Por nuestro Señor.
60
Plan de Pastoral - Marzo 2024

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura: 2 Crónicas 36,14-16.19-23


El autor del libro de las Crónicas nos describe cómo Israel purifica sus
pecados en el exilio y Ciro, rey de Persia, le concede la libertad. Anticipo de la
auténtica liberación que nos da Cristo Rey de Reyes. Escuchemos.
Lectura del Segundo Libro de las Crónicas 36,14-16.19-23
En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron
sus infidelidades, según las costumbres abominables de los gentiles, y
mancharon la Casa del Señor, que él se había construido en Jerusalén.
El Señor, Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio
de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero
ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se
mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo a tal
punto, que ya no hubo remedio. Incendiaron la casa de Dios y derribaron las
murallas de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos
sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos
a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del
reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta
Jeremías: «Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todos los
días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años».
En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la Palabra del
Señor, por boca de Jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia,
que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: «Así habla Ciro,
rey de Persia: El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de
la tierra. Él me ha encargado que le edifique una Casa en Jerusalén, en Judá.
Quien de entre ustedes pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, y suba!»
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 136,1-2.3.4.5.6
R/. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti.
Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de
Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras. R/.
Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores, a
divertirlos: «Cántennos un cantar de Sión». R/.
¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera! Si me olvido de ti,
Jerusalén, que se me paralice la mano derecha. R/.
Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo
a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías. R/.
Segunda Lectura: Efesios 2,4-10
El Apóstol nos ofrece el anuncio de la salvación: el amor de Dios es grande,
pues en su Hijo nos ha liberado gratuitamente de la esclavitud del pecado.
Escuchemos.
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 2,4-10
Hermanos: Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó,
estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo — por
pura gracia están salvados—, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado
en el cielo con él. Así muestra en todos los tiempos la inmensa riqueza de su
61
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque están salvados por
su gracia y mediante la fe. Y no se debe a ustedes, sino que es un don de Dios;
y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues,
obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las
buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos. Palabra de Dios.
Aleluya Jn 3, 16
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todos los que
creen en él tienen vida eterna
Evangelio: Juan 3,14-21
Escucharemos a continuación el hermoso relato del encuentro de Jesús
con Nicodemo. Invitación del Maestro a creer en Él, para tener vida eterna.
Todos de Pie y con el canto de aclamación nos preparamos para escuchar la
proclamación del Santo Evangelio
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 3,14-21
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la
serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que
todo el que cree en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca
ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no
mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se
salve por él. El que cree en él, no será condenado; el que no cree, ya está
condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. Esta es
la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron
la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra
perversamente detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado
por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que
se vea que sus obras están hechas según Dios». Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El pueblo de Dios trataba de recordar su historia para no olvidar lo que había
recibido, también los golpes y castigos. Éstos procedían también del amor de
Dios, que, como un padre, corrige a sus hijos para que no echen a perder su vida.
El pueblo muchas veces no quiso obedecer y perdió su libertad, sin la cual la vida
tiene poco valor. Pero el castigo no es la última palabra de parte de Dios. El pueblo
de Dios consideró siempre un regalo inolvidable la liberación del exilio y la vuelta a
la propia patria tal y como narra el libro de las Crónicas. Era la prueba del amor de
Dios, de un amor que perdona y da siempre la oportunidad de comenzar de nuevo.
Para los primeros cristianos la experiencia del amor de Dios era una realidad
evidente. Lo habían experimentado en la vida de Cristo Jesús. En Él el pueblo
había descubierto el gran don de Dios a los hombres, precisamente cuando éramos
pecadores y enemigos de Dios. Es Dios el quien toma la iniciativa de reconciliarse
con el hombre, de suprimir la enemistad, enemistad existente tan sólo de la parte
del hombre, pues Dios había estado siempre con la mano tendida en signo de
amistad. Era el hombre el que rehusaba estrechar esa mano. Sólo ante el “excesivo
amor” de Dios el hombre se rindió definitivamente y lo acogió en su vida.
La cruz de Cristo es el signo por excelencia del amor de Dios. Es ese
amor el que ha cambiado totalmente el significado de ese signo de muerte
para hacer de él un signo de vida. La cruz no es el signo de una condena,
62
Plan de Pastoral - Marzo 2024

aunque Jesús haya sido condenado a muerte y elevado en la cruz como Moisés
elevó la serpiente en el desierto. Dios no ha enviado a Jesús para condenar al
mundo, sino para salvarlo. Solamente el amor salva. Jesús es al mismo tiempo
el Salvador y la salvación. Salvarse significa incorporarse, mediante la fe, a
Cristo muerto y resucitado.
Entonces ¿por qué el hombre se cierra al amor? ¿Por qué no sabe el
hombre hoy día todo lo que ha recibido de Dios? Probablemente porque no
se lo enseñamos. No le enseñamos al niño a ver todo lo que ha recibido.
Le enseñamos a ver sólo lo que le falta, lo que tienen los demás y él no. Le
enseñamos al niño a creerse con derecho a todo, de manera que ya no se trata
de un “recibir”, sino un coger lo que a uno le pertenece. En esta cultura en el que
desaparece la gratuidad y el don, el amor la tiene difícil.
Únicamente la contemplación del Crucificado, levantado sobre la tierra, con
los brazos abiertos, deseoso de abrazarnos, puede provocar en nosotros una
respuesta de amor. Un amor que sin duda hay que educar y cultivar para que no
se quede en puro sentimentalismo como cuando vemos en la televisión la entrega
generosa de tantas personas. Nos conmovemos unos instantes y volvemos a
nuestros intereses. Que la celebración de la Eucaristía nos lleve a vivir el amor de
Dios que nos perdona y nos hace testigos de su amor en el mundo.
Oración de los fieles
Quien preside: Hermanos, en este día del Señor oremos a nuestro Padre
del cielo para que escuche misericordioso las súplicas que le hacemos por las
necesidades de la Iglesia, del mundo y de nosotros mismos. Supliquemos con
fe y esperanza, diciendo: Padre Celestial, escúchanos
• Por la Iglesia, que camina por el desierto de la Cuaresma hacia la plena luz
de la Pascua. Oremos.
• Por los cristianos, para que, en este tiempo de Cuaresma, olvidemos lo que
nos separa y avancemos, guiados por el Espíritu Santo, en aquello que nos
une. Oremos.
• Por todas las naciones, para que vivan en paz, alcancen el desarrollo
necesario y todo el mundo experimente días de gracia y salvación. Oremos.
• Para que en nuestro país prevalezca la preocupación sincera por los más
necesitados. Oremos.
• Por los jóvenes y adultos que se preparan para recibir los sacramentos
de iniciación cristiana en la vigilia pascual, para que al experimentar el
encuentro con Cristo sean transformados en creaturas nuevas. Oremos.
• Por todos nosotros, para que la Cruz de Cristo no sea motivo de curiosidad,
indiferencia, o mera compasión, sino la meta cristiana que nos transforme
interiormente y nos haga desear la vida divina que Dios nos ofrece. Oremos.

Quien preside: Señor, Dios nuestro, que quieres que todos se conviertan y
tengan la vida eterna, escucha nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor.

11 Feria de Cuaresma
Lunes Morado
Lectura del Profeta Isaías 65,17-21
Así dice el Señor: «Miren, yo voy a crear un nuevo cielo y una nueva tierra:
de lo pasado ni habrá recuerdo ni vendrá pensamiento, sino que habrá gozo y
63
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

alegría perpetua por lo que voy a crear. Miren, voy a transformar a Jerusalén en
alegría, y su pueblo en gozo; me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo,
y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos; ya no habrá allí niños malogrados ni
adultos que no colmen sus años, pues será joven el que muera a los cien años,
y el que no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán sus frutos». Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 29,2.4.5-6.11-12a. y 13b
R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.
Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis
enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir
cuando bajaba a la fosa. R/.
Tañan para el Señor, fieles suyos, den gracias a su nombre santo; su cólera
dura un instante, su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto, por la
mañana, el júbilo. R/.
Escucha, Señor, y ten piedad de mí, Señor, socórreme. Cambiaste mi luto
en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 4,43-54
En aquel tiempo, salió Jesús de Samaria y se fue a Galilea. Jesús mismo había
hecho esta afirmación: «Un profeta no es estimado en su propia patria.» Cuando
llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había
hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en
vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo
que Jesús había llegado de Judea a Galilea fue a verle, y le pedía que bajase a
curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Como no vean signos y
prodigios, no creen.» El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera
mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está curado». El hombre creyó en
la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados
vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a
qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Hoy a la una lo dejó la
fiebre». El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había
dicho: «Tu hijo está curado». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo
lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea. Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
El profeta Isaías, una vez finalizado el destierro del pueblo de Israel, anuncia
un cielo y una tierra nuevos, como premio a aquellos que han permanecido fieles
al Señor y no se han dejado seducir por las idolatrías de los que los habían
llevado al exilio. Este fragmento es un cántico a la esperanza y, sobre todo, a
la misericordia de Dios, pues pone en sus labios lo que el Señor le ha indicado.
Presenta un marco idílico donde habrá gozo y alegría perpetua, donde no
se oirán gemidos ni llantos. Se desecha el riesgo de guerras y catástrofes e
intentando olvidar todas las desdichas pasadas. Habla de que esta situación se
mantendrá en el futuro y que el gozo será permanente. Con todo esto, el profeta
nos invita a ser constantes en la fe, fieles al Señor a pesar de las adversidades,
convencidos de nuestras creencias, pase lo que pase.
La constancia es premiada por Dios, por lo tanto, seamos fieles en su
seguimiento, pues el futuro será halagüeño. A pesar de todo lo malo que nos
64
Plan de Pastoral - Marzo 2024

pueda pasar, hay que mantener la esperanza y decir junto al salmista: “Te
ensalzaré Señor, porque me has librado. Señor, sacaste mi vida del abismo.
Cambiaste mi luto en danzas”.
El Evangelio de Juan nos relata cómo Jesús vuelve a Galilea desde Jerusalén,
donde había realizado varios signos y, tras pasar por Samaria, se dirige a Caná,
donde había transformado el agua en vino. Jesús indica a sus discípulos que un
profeta no es bien recibido en su tierra, sin embargo, los galileos lo recibieron
bien, porque habían visto los signos que había realizado en Jerusalén.
Un funcionario real, que tenía un hijo enfermo, le pide que baje a Cafarnaúm
a curar a su hijo que se moría. Jesús les recrimina que no crean si no ven
prodigios; pero ante la insistencia del funcionario, le dice: “anda, tu hijo está
curado”. El funcionario no lo puso en duda, creyó en lo que Cristo le había dicho
y se puso en camino. Esto es lo que nos pide el Señor en esta cuaresma: que
creamos y nos pongamos en camino hacia la Pascua.
Este tiempo es un tiempo de renovación, de movimiento, no debemos
quedarnos quietos, arropados porque ya pertenecemos a tal o cual asociación
religiosa; porque somos “cumplidores”, ya que vamos asiduamente a misa y
practicamos los preceptos.
Jesús nos pide que nos pongamos en camino, que no seamos “agua
estancada”, sino al contrario, corriente de agua que fluye sobre las peñas sin
descanso, hasta alcanzar el remanso que significa la desembocadura en el mar
o en otro río, pero con el movimiento constante de búsqueda de Dios. Creamos,
como hizo el funcionario, y pongámonos en camino en busca de Jesús.

12 Feria de Cuaresma
Martes Morado

Lectura del Profeta Ezequiel 47,1-9.12


En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo del Señor.
Del zaguán del templo manaba agua hacia Levante —el templo miraba a
Levante—, el agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía
del altar. Me hizo salir por la puerta del Norte y me dirigió por fuera a la puerta
exterior que mira al Levante, el agua iba corriendo por el lado derecho.
El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia levante. Midió mil
codos y me hizo atravesar las aguas: ¡agua hasta los tobillos! Midió otros mil
y me hizo cruzar las aguas: ¡agua hasta las rodillas! Midió otros mil y me hizo
pasar: ¡agua hasta la cintura! Midió otros mil. Era un torrente que no pude cruzar,
pues habían crecido las aguas y no se hacía pie; era un torrente que no se podía
vadear. Me dijo entonces: «¿Has visto, hijo de Adán?» A la vuelta me condujo
por la orilla del torrente. Al regresar, vi a la orilla del río una gran arboleda en
sus dos márgenes. Me dijo: «Estas aguas corren a la comarca de Levante,
bajarán hasta el Arabá y desembocarán en el mar, el de las aguas pútridas, y lo
sanearán. Todos los seres vivos que bullan allí donde desemboque la corriente,
tendrán vida, y habrá peces en abundancia; al desembocar allí estas aguas,
quedará saneado el mar y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.
A la vera del río, en sus dos riberas, crecerán toda clase de frutales; no se
marchitarán sus hojas ni sus frutos se acabarán; darán cosecha nueva cada
luna, porque los riegan aguas que manan del santuario; su fruto será comestible
y sus hojas medicinales.». Palabra de Dios.
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Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Salmo Responsorial: 45,2-3.5-6.8-9


R/. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos, aunque tiemble la tierra y los montes se desplomen en el
mar. R/.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su
morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila, Dios la socorre al despuntar la
aurora. R/.
El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de
Jacob. Vengan a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 5,1-3a.5-16
En aquel tiempo, se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a
Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman
en hebreo Betesdá. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos
enfermos, ciegos, cojos, paralíticos, que aguardaban el movimiento del agua.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús,
al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: «¿Quieres
quedar sano?». El enfermo le contestó: «Señor, no tengo a nadie que me meta
en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha
adelantado». Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y echa a andar». Y al
momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla». Él les contestó: «El que me ha
curado es quien me ha dicho: Toma tu camilla y echa a andar.»
Ellos le preguntaron: «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y
eches a andar?» Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque
Jesús, aprovechando el barullo de aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: «Mira, has quedado
sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor». Se marchó aquel hombre
y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos
acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El profeta Ezequiel nos muestra un gran templo, un culto organizado en
sus mínimos detalles, una preocupación por la justicia del príncipe en sus
relaciones con el pueblo y una ecuánime distribución de la tierra; todo esto
constituye un reino utópico. La justificación y mensaje de esta visión utópica
es que hombres y naciones tienen necesidad de esperanzas, que nunca se
realizan completamente, pero permiten continuar el camino hasta encontrar las
corrientes de agua vivificante que todo lo cubren y sanean, para convertirse en
fuente de vida.
En este capítulo en concreto el templo es fuente de agua viva, cuya
organización se interrumpe con una visión simbólica; el profeta ve una corriente
de agua que brota de los fundamentos del templo, se vuelve cada vez más
profunda y recorre el país hasta llegar al Mar Muerto, cuyas aguas son saneadas.
Entendiendo el templo como lugar donde habita Dios, todo se vuelve vida,
de ahí que se haga alusión a momentos de la creación. El templo es casa de
oración para los cristianos, donde se va cubriendo la vida para la conversión; por
tanto, dejémonos sumergir poco a poco en las aguas del Espíritu de Dios que
66
Plan de Pastoral - Marzo 2024

paulatinamente va fortaleciendo nuestra vida para “propiciar la reconciliación”


nuestra con Dios y con nuestros hermanos.
En el Evangelio de hoy Jesús vuelve a transgredir el sábado. Esta vez con un
paralítico postrado en una camilla. El sábado no es un impedimento para Él. El mayor
impedimento personal que encuentra está en el paralítico, a quien Jesús le pregunta
si quiere quedar sano, y el paralítico le contesta que no tiene quien le ayude.
El paralítico no percibe el rasgo salvador que tiene la pregunta de “si
quieres quedar sano”, más bien como dependiente que es espera la ayuda de
alguien para que lo lance al agua, creyendo en la superstición; pero no espera
el gesto salvador de la curación que le ofrece Jesús. El paralítico tiene puesta
sus esperanzas en las aguas de la piscina, y no en la palabra de quien le habla.
Jesús, compadecido de aquel hombre, sabiendo que llevaba mucho tiempo
esperando, le dice que se levante que tome su camilla y eche a andar. Y al
momento el hombre quedó sano. Sólo una palabra de quien es la fuente de
agua viva hizo posible la curación de aquel hombre. ¿Por qué a veces nos
empeñamos en ver una vertiente de la fuente, y no la fuente misma de la vida?
La vida no tiene una sola oportunidad, ni tampoco una sola visión. La vida tiene
muchas maneras de brillar y Jesús ofrece una que es liberadora.

13 Feria de Cuaresma
Miércoles Morado
Lectura del Profeta Isaías 49,8-15
Así dice el Señor: «En el tiempo de gracia te he respondido, en día de salvación
te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo: para restaurar el
país, para repartir heredades desoladas, para decir a los cautivos: «¡Salgan!»
A los que están en tinieblas: “Vengan a la luz.” Aun por los caminos pastarán,
tendrán praderas en todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño
el bochorno ni el sol, porque los conduce el Compasivo y los guía a manantiales
de agua. Convertiré mis montes en caminos y mis senderos se nivelarán. Mírenlos
venir de lejos, mírenlos, del Norte y del Poniente, y los otros del país de Sinín.
Exulta, cielo; alégrate, tierra; rompan a cantar, montañas, porque el Señor
consuela a su pueblo, se compadece de los desamparados. Sión decía: «Me ha
abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado.» ¿Es que puede una madre
olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues,
aunque ella se olvide, yo no te olvidaré». Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 144,8-9.13cd-14.17-18
R/. El Señor es clemente y misericordioso.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el
Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor
sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R/
El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus
acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan
sinceramente. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 5,17-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Mi Padre sigue actuando, y yo
también actúo.» Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no
67
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

sólo violaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose
igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: «Se lo aseguro: el Hijo no puede
hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace éste, eso
mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que
él hace, y le mostrará obras mayores que ésta, para su asombro.
Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también
el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha
confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al
Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Se lo aseguro: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee
la vida eterna y no será condenado, porque ha pasado ya de la muerte a la
vida. Les aseguro que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la
voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre
dispone de la vida, así ha dado también al Hijo disponer de la vida. Y le ha dado
potestad de juzgar, porque es el Hijo del Hombre.
No les sorprenda que venga la hora en que los que están en el sepulcro
oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida;
los que hayan hecho el mal, a una resurrección de condena. Yo no puedo hacer
nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco
mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.» Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
En la primera lectura de hoy nos encontramos con otro texto profético en el
que Yahveh se nos ofrece no como el castigador ni el censor de su pueblo, sino
como el que siempre escucha y responde a su pueblo, el que lo auxilia contra
toda lógica, el que sin descanso defiende a Israel. Por ello, el camino de los que
retornan de la oscuridad ―las tinieblas del exilio― lo ven transformado en pastos,
agua y sombra que facilitan el transitar del pueblo a la luz, a la libertad. Este
pueblo es guiado por un pastor, cuya imagen los buscadores de Dios del pueblo
del Nuevo Testamento asocian al mesías que es siempre favorable a su pueblo.
Porque Dios está siempre en medio de su pueblo, por ello la esperanza da
sentido a que piensen que se acerca la salvación: el pueblo se recompone, los
cautivos dejarán tal condición, y los ciegos caminarán en la luz. La bendición de
Dios se torna patrimonio del pueblo, cuyos mejores síntomas son la abundancia
de bienes y el cambio de las condiciones dolorosas de vida. Ya hay fuerza
para superar dificultades y obstáculos, y el pueblo elegido puede esperar con
la mejor razón la tierra prometida. La creación se goza con la salvación de su
Dios, el que no sabe olvidar lo que crea y ama aún más y mejor que una madre.
El relato del Evangelio de hoy se hace eco de la curación del paralítico,
segundo de los signos del Evangelio de Juan. Se afirma la unidad de acción
entre el Padre y el Hijo: Jesús es igual al Padre, depende de Él en todo, copia
de Él su actuación fundamental, que sigue siendo dar la vida. Porque el Hijo no
hace nada por su propia cuenta, porque hace lo que ve hacer al Padre.
Unidad de acción que se hace visible en la vida y en el juicio; y quien así lo
acepta por la fe honra al Padre y al Hijo, tiene la vida y no derivará en desgracia
alguna. Hay armonía perfecta de voluntades, hay también reciprocidad de
afectos y amores entre uno y el otro, siendo el cauce del amor la vía más eficaz
de la gracia. Y si el Hijo tiene el poder decisorio sobre la vida y la muerte es
porque lo ha recibido del Padre, y la curación del paralítico es la mejor señal.
El Evangelio de Juan deja bien claro que Jesús vino para salvar, no para
juzgar; y recibir a Jesús es aceptar al Padre y participar plenamente en su vida,
68
Plan de Pastoral - Marzo 2024

y no aceptar a Jesús significa rechazar también al Padre y, por tanto, quedar


excluido de la vida. En resumen, Jesús es la vida, y ésta la da por el Bautismo,
el cual está prefigurado en el baño de la piscina en el caso del paralítico.

14 Feria de Cuaresma
Jueves Morado
Lectura del Libro del Éxodo 32,7-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: «Anda, baja del monte, que se
ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado
del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se
postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Este es tu Dios, Israel, el
que te sacó de Egipto.”» Y el Señor añadió a Moisés: «Veo que este pueblo es
un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos
hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo.»
Entonces Moisés suplicó al Señor su Dios: «¿Por qué, Señor, se va a
encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto con grande poder
y mano robusta? ¿Tendrán que decir los egipcios: “con mala intención los
sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie
de la tierra”? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu
pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste
por ti mismo: “Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y toda
esta tierra de que he hablado se la daré a su descendencia para que la posea
por siempre.”» Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado
contra su pueblo. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 105,19-20.21-22.23
R/. Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo.
En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición; cambiaron
su Gloria por la imagen de un toro que come hierba. R/.
Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en la tierra de Cam, portentos junto al mar Rojo. R/.
Dios hablaba ya de aniquilarlos; pero Moisés, su elegido, se puso en la
brecha frente a él, para apartar su cólera del exterminio. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 5,31-47
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Si yo doy testimonio de mí mismo,
mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido
el testimonio que da de mí.
Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio a la verdad.
No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que
ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron
gozar un instante de su luz.
Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que
el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de
mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado
testimonio de mí. Nunca han escuchado su voz, ni visto su semblante, y su
palabra no habita en ustedes, porque al que él envió no le creen.
Estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas
están dando testimonio de mí, ¡y no quieren venir a mí para tener vida! No
69
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

recibo gloria de los hombres; además, los conozco y sé que el amor de Dios no
está en ustedes. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibieron; si
otro viene en nombre propio, a ese sí lo recibirían.
¿Cómo podrán creer ustedes, que aceptan gloria unos de otros y no buscan
la gloria que viene del único Dios? No piensen que yo les voy a acusar ante
el Padre, hay uno que les acusa: Moisés, en quien tienen su esperanza. Si
creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él. Pero si no dan fe
a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis palabras?». Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El Antiguo Testamento nos va revelando el rostro misericordioso y perdonador
de nuestro Dios. En este pasaje del Éxodo vemos cómo el Señor, “ayudado” por
la intercesión de Moisés, es capaz de perdonar el pecado idolátrico de su pueblo,
un “pueblo de dura cerviz”, que se olvida rápidamente los grandes favores que le
había dispensado el Señor, empezando por sacarle de la esclavitud de Egipto.
“El Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo”.
Cuando llega Jesús, el corazón perdonador de nuestro Dios se manifiesta.
Es como el Padre que sale todos los días a ver si vuelve a casa su despistado
hijo menor. Cuando le ve venir, corre hacia él, le abraza, le cubre de besos, le
perdona su desvarío y le sigue invitando al banquete de su amor. Y también
recuerda con cariño a su hijo mayor: “todo lo mío es tuyo”. Por si fuera poco,
tenemos un intercesor, un abogado más poderoso que Moisés, a Jesucristo:
“Hijitos míos, les escribo esto para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos
un abogado ante el Padre, a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación
por nuestros pecados”. ¡Mejor abogado no podemos encontrar!
¿Quién puede testificar de Jesús, de que todo lo que dice es verdad, de que
es el Hijo de Dios, el Mesías? En el Evangelio de hoy Jesús habla de varios que
pueden testificar a favor suyo. Empieza por Juan: “Tras de mí viene uno más
fuerte que yo, ante quien no soy digno de soltarle la correa de sus sandalias”.
Sigue otro testimonio mayor que el de Juan: “las obras que el Padre me ha
concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí; que el Padre me
ha envidado”. Un nuevo testimonio son las Escrituras, que hablan de Él.
Otro testimonio de más calado: “El Padre que me envió, él mismo ha dado
testimonio de mí”. La obra más deslumbrante del Padre a favor de Jesús fue su
resurrección. Al tercer día le resucitó dando testimonio de que está siempre con
Él, de que le ha salvado de la muerte. Con tal testimonio nos podemos fiar de
Jesús, de todo lo que dice, de todo lo que hace, de sus promesas. Todo ello es
verdad y conduce a la vida.

15 Feria de Cuaresma (Abstinencia)


Viernes Morado
27 º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Francisco Ozoria
Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo
32º Aniversario de la Dedicación de la Catedral de la Vega. Solemnidad en la Catedral

Lectura del Libro de la Sabiduría 2,1a.12-22


Se dijeron los impíos, razonando equivocadamente: «Acechemos al justo,
que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara
nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; declara que conoce
70
Plan de Pastoral - Marzo 2024

a Dios y se da el nombre de hijo del Señor; es un reproche para nuestras ideas


y sólo verlo da grima; lleva una vida distinta de los demás, y su conducta es
diferente; nos considera de mala ley y se aparta de nuestras sendas como si
fueran impuras; declara dichoso el fin de los justos y se gloría de tener por padre
a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace
de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus
enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar
su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa,
pues dice que hay quien se ocupa de él.» Así discurren, y se engañan, porque
los ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios, no esperan el premio de
la virtud ni valoran el galardón de una vida intachable. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 33,17-18.19-20.21 y 23
R/. El Señor está cerca de los atribulados.
El Señor se enfrenta con los malhechores para borrar de la tierra su
memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R/.
El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo
sufra muchos males, de todos lo libra el Señor. R/.
Él cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará. El Señor redime a
sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30
En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por
Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las
Tiendas. Cuando sus parientes habían subido ya a la fiesta subió también él; no
abiertamente, sino a escondidas.
Entonces algunos que eran de Jerusalén, dijeron: «¿No es este el que
intentan matar? Pues miren cómo habla abiertamente y no le dicen nada. ¿Será
que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos
de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde
viene.» Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: «A mí me
conocen y conocen de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta,
sino enviado por el que es veraz: a ése ustedes no le conocen; yo le conozco
porque procedo de él y él me ha enviado.»
Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque
todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El texto del Libro de la Sabiduría, que hoy hemos escuchado, subraya la
antipatía de los impíos que se tornan feroces contra los débiles y justos, hasta el
punto de querer suprimirlos de la faz de la tierra. Cuanto más abundan se burlan
de la bondad del justo porque éste cree que es suficiente confiar fielmente en
Dios que no le dejará caer en manos de los enemigos. Se trata de la perpetua
historia de la pugna entre el bien y el mal, el trigo y la cizaña, el justo y el injusto.
Merece un subrayado especial el hecho de que la vida del justo es, por sí
misma, un serio reproche, una evidente denuncia de todo aquel que olvida la
ley como luz de la vida. Es más que patente la similitud de este mensaje del
libro de la Sabiduría con el que nos trasladan otras páginas de la Escritura.
No nos cuesta trabajo alguno reconocer en esta página bíblica al Justo por
antonomasia, Jesucristo, que con su entrega nos abre las puertas de la filiación
divina y la clave del inmenso amor de Dios Padre a sus hijos.
71
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

A su manera, el evangelio de Juan aborda las demandas de Jesús que


provocan serios conflictos en su auditorio. Caigamos en la cuenta de que
está en Jerusalén y habla a los judíos en el contexto litúrgico de la fiesta de
las Tiendas; allí Jesús se autocalifica como luz y vida, sin silenciar algunas
alusiones a su muerte, ya no muy lejana.
Para el Evangelio lo que menos importa es el origen humano del venidero
Mesías, cuestión de máxima relevancia para los judíos, porque se afirma que
procede de Dios y solo en Él tiene su verdadera fuente. Viene de Dios y a Él
vuelve, y esta afirmación parece suficiente para generar la polémica entre los
judíos. El texto, además, expresa la paradoja según la cual los condenados
en este juicio se autoproclaman jueces, y el condenado por ellos resulta ser
su juez.
En efecto, el misterio de la procedencia y naturaleza de Jesús se declara sólo a
la fe que los judíos rechazan tener. Por no creer, ven en las palabras de Jesús moti-
vos suficientes, razones blasfemas, para ser condenado a muerte. Y otra paradoja:
se ven capaces de determinar la muerte de Jesús que tiene una hora determinada
allí donde Jesús tiene su origen. La hora de Jesús es el tiempo de Dios, y sólo él
conoce las claves oportunas. Desafío para nuestra fe que ve en las palabras y los
hechos de Jesús las mejores razones de la procedencia del Ungido del Señor.

16 Feria de Cuaresma
Sábado Morado

Lectura del Libro de Jeremías 11,18-20


El Señor me instruyó y comprendí, me explicó lo que hacían. Yo, como
cordero manso, llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que contra
mí planeaban: «Talemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra vital,
que su nombre no se pronuncie más». Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas
rectamente, pruebas las entrañas y el corazón; veré mi venganza contra ellos
porque a ti he encomendado mi causa. Señor Dios mío. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 7,2-3.9bc-10.11-12
R/. Señor, Dios mío, a ti me acojo.
Señor, Dios mío, a ti me acojo, líbrame de mis perseguidores y sálvame;
que no me atrapen como leones, y me desgarren sin remedio. R/.
Júzgame, Señor, según mi justicia, según la inocencia que hay en mí. Cese
la maldad de los culpables, y apoya tú al inocente, tú que sondeas el corazón y
las entrañas, tú, el Dios justo. R/.
Mi escudo es Dios, que salva a los rectos de corazón. Dios es un juez justo,
Dios amenaza cada día. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 7,40-53
En aquel tiempo, de la gente que habían oído estos discursos de Jesús, unos
decían: «Este es de verdad el profeta.» Otros decían: «Este es el Mesías.» Pero
otros decían: «¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura
que vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?» Y así surgió
entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero
nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y
estos les dijeron: «¿Por qué no lo han traído?». Los guardias respondieron:
72
Plan de Pastoral - Marzo 2024

«Jamás ha hablado nadie así.» Los fariseos les replicaron: «¿También ustedes
se han dejado embaucar? ¿Hay algún jefe o fariseo que haya creído en él? Esa
gente que no entienden de la ley son unos malditos.»
Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo,
les dijo: «¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y
averiguar lo que ha hecho?» Ellos le replicaron: «¿También tú eres galileo?
Estudia y verás que de Galilea no salen profetas.» Y se volvieron cada uno a su
casa. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El pasaje de hoy, del libro de Jeremías, nos enseña sobre el valor de la
fidelidad a la verdad, incluso en momentos difíciles. En nuestra vida diaria,
también podemos encontrarnos en situaciones en las que la verdad y la fidelidad
a Dios son desafiantes. Podemos enfrentar resistencia y oposición, pero al igual
que Jeremías, debemos confiar en la providencia divina y perseverar en nuestro
compromiso con la verdad y la justicia.
También, la lectura del Evangelio de hoy nos presenta la diversidad de
opiniones sobre Jesús. Algunos están dispuestos a aceptarlo como el Mesías,
mientras que otros dudan y cuestionan. En medio de este conflicto, vemos la
figura de Nicodemo, un fariseo que busca la verdad con un corazón abierto.
Aunque enfrenta la oposición de sus compañeros fariseos, Nicodemo defiende
el derecho de Jesús a ser escuchado y juzgado justamente.
En nuestra sociedad actual, también nos encontramos con diversas opiniones y
perspectivas. La diversidad puede ser una fuente de enriquecimiento, pero también
puede generar conflictos. En este contexto, el valor de la reconciliación se vuelve
fundamental. La reconciliación no significa renunciar a nuestras convicciones, sino
buscar la unidad a través del amor, el diálogo y el respeto mutuo.
El lema que nos guía este año nos recuerda que nuestra misión como cristianos
es transformar la nación con Jesús. Transformar implica cambiar, renovar y sanar.
Y la reconciliación es la llave que nos permite abrir las puertas a la transformación.
Al reconciliarnos con Dios y con nuestros hermanos y hermanas, contribuimos a
construir un tejido social más sólido, basado en el amor y la justicia.
En este tiempo de oración, elevemos nuestras súplicas al Señor. Pidamos la
gracia de ser fieles a la verdad, de tener corazones abiertos al diálogo y de ser
agentes de reconciliación en un mundo que tanto lo necesita. Que, con Jesús a
nuestro lado, en comunión y oración, podamos ser instrumentos de transformación
para construir una nación guiada por los principios del Reino de Dios.

17 V Domingo de Cuaresma
Primera Semana del Salterio Morado
Colecta del Sacrificio
Algunas Orientaciones:
Con esta Eucaristía iniciamos los días que preceden a la Semana Santa.
Deben ser de especial preparación para celebrar la pascua del Señor. En
este domingo se tienen los exámenes preparatorios para el bautismo de los
adultos, pueden utilizarse las oraciones rituales y las intercesiones propias del
rito de iniciación. Se sugiere entregar el Credo y la oración del Padre Nuestro.
Recordar que hoy se realiza la colecta del sacrificio, la cual nos invita a la
73
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

generosidad y a colaborar para ayudar a nuestros hermanos y hermanas más


necesitados.
Monición de Entrada:
Queridos hermanos y hermanas en Cristo Jesús: Sean todos bienvenidos a
la Casa del Señor, en ese V Domingo del Tiempo de Cuaresma, donde Él nos
invita a participar del banquete pascual. La Cuaresma va llegando a su término.
En este período de gracias especiales, Dios nos ha invitado de muchas maneras
al cambio de vida, a la oración, a la conversión, a abandonar el pecado, a crecer
en la amistad con EL.
Nuestra Iglesia nos recuerda que en este tiempo es propicia la reconciliación
y nos invita a poner en práctica el lema del mes: “Como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.”
La Liturgia de la Palabra de este día nos invita a estar atentos en Jesús
nuestro Señor y Salvador, vencedor del pecado y de la muerte, que quiere
habitar en nuestros corazones. Todos de pie y cantando junto al coro, recibimos
a quien presidirá en nombre de Cristo y demás ministros que le acompañan.
Oración Colecta:
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que tu gracia nos ayude, para que vivamos
siempre de aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por
la salvación del mundo. Por nuestro Señor.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura: Jeremías 31,31-34


El profeta anuncia que Dios hará una alianza nueva, distinta a las otras,
que fueron quebrantadas por el pueblo de Israel, pueblo repetidamente infiel a
su Dios; esta será inscrita en el corazón. Cuando Dios perdone el pecado de su
pueblo, todos conocerán al Señor. Escuchemos.

Lectura del Libro de Jeremías 31,31-34


«Miren que llegan días —oráculo del Señor— en que haré con la casa de
Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus
padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: Ellos, aunque yo
era su Señor, quebrantaron mi alianza —oráculo del Señor—. Sino que así será
la alianza que haré con ellos, después de aquellos días —oráculo del Señor—:
Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y
ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su
hermano, diciendo: Reconoce al Señor. Porque todos me conocerán, desde el
pequeño al grande—oráculo del Señor—, cuando perdone sus crímenes y no
recuerde sus pecados». Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 50,3-4,12-13.14-15.18-19
R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi
culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu
firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. R/.
74
Plan de Pastoral - Marzo 2024

Segunda Lectura: Hebreos 5,7-9


El texto sagrado que vamos a escuchar subraya la condición humana de
Jesús, que le permite ser la víctima inmolada en sacrificio salvador. Su sacrificio
se convierte en salvación para nosotros. Escuchemos.

Lectura de la Carta a los Hebreos 5,7-9


Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó
oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia
fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y,
llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en
autor de salvación eterna. Palabra de Dios.
ALELUYA Jn 12,26
El que quiera servirme, que me siga, dice el señor, y donde esté yo,
allí también estará mi servidor
Evangelio: Juan 12,20-33
Jesús anuncia que su reino se extenderá a toda la tierra cuando haya sido
levantado en la cruz. Les invito a ponerse de pie, y con el canto de aclamación,
nos preparamos para escuchar la proclamación del Santo Evangelio.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 12,20-33
En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había
algunos gentiles; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le
rogaban: «Señor, quisiéramos ver a Jesús.» Felipe fue a decírselo a Andrés; y
Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del
hombre. Les aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda
infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde,
y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi
servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará. Ahora mi alma está agitada
y, ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para
esta hora. Padre, glorifica tu nombre». Entonces vino una voz del cielo: «Lo he
glorificado y volveré a glorificarlo». La gente que estaba allí y lo oyó decía que
había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo: «Esta voz no ha venido por mí, sino por ustedes.
Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser
echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí».
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir. Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Quien preside: Amados hermanos en Jesucristo, en los días ya inmediatos
a la celebración de la Pascua del Señor, supliquemos por las necesidades de
la Iglesia y de la humanidad, para mostrar de esta manera nuestra cristiana
preocupación por ellas. Respondamos con fe y con esperanza a las peticiones
diciendo: Dios refugio nuestro, óyenos.
• Para que la Iglesia sea para el mundo signo de esperanza, acogiendo,
animando y consolando a todos los hombres. Oremos.
• Por el papa Francisco, los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y
consagradas para que den testimonio del perdón y la reconciliación. Oremos.
75
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

• Por nuestros gobernantes para que gobiernen con equidad y justicia a favor
de los más vulnerables. Oremos.
• Por todos los enfermos y por todos los que sufren, para que puedan descubrir
a Cristo en el amor de los creyentes y se sientan fortalecidos en sus pruebas.
Oremos.
• Por los jóvenes y adultos que se preparan para recibir los sacramentos de
iniciación cristiana en la Vigilia Pascual, para que al experimentar el encuentro
con Cristo sean transformados en creaturas nuevas. Oremos.
• Por todos nosotros que estamos aquí reunidos, para que comprendamos que
solo el que entrega su vida como servicio, a imitación de Cristo, la guarda
para siempre. Oremos.
Quien preside: Dios, Padre nuestro, que liberaste a Jesús resucitándolo
de la muerte, escucha la oración que te presentamos, como Él, en los días de
nuestra vida mortal. Por Jesucristo, nuestro Señor.

18 Feria de Cuaresma
Lunes Morado
63º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de
Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Arzobispo
Metropolitano de Santo Domingo y Mons. Jesús María de Jesús
Moya, Obispo Emérito de San Francisco de Macorís
Lectura del Libro de Daniel 13,1-9.15-17.19-30.33-62
En aquellos días, vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín, casado
con Susana, hija de Jilquías, mujer bellísima y religiosa. Sus padres eran
honrados y habían educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy
rico y tenía un parque junto a su casa; y como era el más respetado de todos,
los judíos solían reunirse allí. Aquel año fueron designados jueces dos ancianos
del pueblo, de esos que el Señor acusa diciendo: «En Babilonia la maldad ha
brotado de los viejos jueces, que pasaban por guías del pueblo». Estos solían ir
a casa de Joaquín, y los que tenían pleitos que resolver, acudían a ellos.
A mediodía, cuando la gente se marchaba, Susana salía a pasear por
el parque de su marido. Los dos ancianos la veían a diario, cuando salía a
pasear, y se enamoraron de ella. Pervirtieron sus pensamientos y desviaron los
ojos para no mirar al cielo, ni acordarse de sus justas leyes. Un día, mientras
acechaban ellos el momento oportuno, salió ella como de ordinario, sola con
dos criadas, y tuvo ganas de bañarse en el parque, porque hacía mucho calor.
Y no había nadie allí, fuera de los dos ancianos escondidos y acechándola.
Susana dijo a las criadas: «Tráiganme el perfume y las cremas y cierren la
puerta del parque mientras me baño.»
Apenas salieron las criadas, se levantaron los dos ancianos, corrieron
hacia ella y le dijeron: «Las puertas del parque están cerradas, nadie nos ve,
y nosotros estamos enamorados de ti; consiente y acuéstate con nosotros. Si
no, daremos testimonio contra ti diciendo que un joven estaba contigo y que
por eso habías despachado a las criadas.» Susana lanzó un gemido y dijo:
«No tengo salida: si hago eso, seré rea de muerte; si no lo hago, no escaparé
de sus manos. Pero prefiero no hacerlo y caer en sus manos antes que pecar
contra Dios.» Susana se puso a gritar, y los ancianos, por su parte, se pusieron
76
Plan de Pastoral - Marzo 2024

también a gritar. Uno de ellos fue corriendo y abrió la puerta del parque. Al oír
los gritos en el parque, la servidumbre vino corriendo por la puerta lateral a ver
qué le había pasado. Y cuando los ancianos contaron su historia, los criados
quedaron abochornados, porque Susana nunca había dado qué hablar.
Al día siguiente, cuando la gente vino a casa de Joaquín, su marido, vinieron
también los dos ancianos con el propósito criminal de hacer morir a Susana. En
presencia del pueblo ordenaron: «Vayan a buscar a Susana, hija de Jilquías,
mujer de Joaquín.» Fueron a buscarla y vino ella con sus padres, hijos y parientes.
Toda su familia y cuantos la veían lloraban. Entonces los dos ancianos se
levantaron en medio de la asamblea y pusieron las manos sobre la cabeza de
Susana. Ella, llorando, levantó la vista al cielo, porque su corazón confiaba en
el Señor. Los ancianos declararon: «Mientras paseábamos nosotros solos por
el parque, salió ésta con dos criadas, cerró la puerta del parque y despidió a
las criadas. Entonces se le acercó un joven que estaba escondido y se acostó
con ella. Nosotros estábamos en un rincón del parque y, al ver aquella maldad,
corrimos hacia ellos. Los vimos abrazados, pero no pudimos sujetar al joven,
porque era más fuerte que nosotros y, abriendo la puerta, salió corriendo. En
cambio, a ésta le echamos mano y le preguntamos quién era el joven, pero no
quiso decírnoslo. Damos testimonio de ello.»
Como eran ancianos del pueblo y jueces, la asamblea los creyó y condenó
a muerte a Susana. Ella dijo gritando: «Dios eterno, que ves lo escondido, que
lo sabes todo antes de que suceda, tú sabes que han dado falso testimonio
contra mí, y ahora tengo que morir, siendo inocente de lo que su maldad ha
inventado contra mí.»
El Señor la escuchó. Mientras la llevaban para ejecutarla, Dios movió con
su santa inspiración a un muchacho llamado Daniel; este dio una gran voz:
«¡No soy responsable de ese homicidio!» Toda la gente se volvió a mirarlo,
y le preguntaron: «¿Qué pasa, ¿qué estás diciendo?» Él, plantado en medio
de ellos, les contestó: «Pero ¿están locos, israelitas? ¿Conque, sin discutir la
causa ni apurar los hechos condenan a una hija de Israel?, Vuelvan al tribunal,
porque ésos han dado falso testimonio contra ella.»
La gente volvió a toda prisa, y los ancianos le dijeron: «Ven, siéntate con
nosotros y explícate, porque Dios mismo te ha nombrado anciano.» Daniel les
dijo: «Sepárenlos lejos uno del otro, que los voy a interrogar yo.» Los apartaron,
él llamó a uno y le dijo: ¡Envejecido en años y en crímenes! Ahora vuelven tus
pecados pasados, cuando dabas sentencias injustas condenando inocentes y
absolviendo culpables, contra el mandato del Señor: “No matarás al inocente
ni al justo.” Ahora, puesto que tú la viste, dime debajo de qué árbol los viste
abrazados.» Él respondió: «Debajo de una acacia.» Respondió Daniel: «Tu
calumnia se vuelve contra ti. El ángel de Dios ha recibido la sentencia divina y te
va a partir por medio.» Lo apartó, mandó traer al otro y le dijo: «¡Hijo de Canaán,
y no de Judá! La belleza te sedujo y la pasión pervirtió tu corazón. Lo mismo
hacían con las mujeres israelitas, y ellas por miedo se acostaban con ustedes;
pero una mujer judía no ha tolerado su maldad. Ahora dime: ¿bajo qué árbol los
sorprendiste abrazados?» Él contestó: «Debajo de una encina.» Replicó Daniel:
«Tu calumnia se vuelve contra ti. El ángel de Dios aguarda con la espada para
dividirte por medio. Y así acabará con ustedes.»
Entonces toda la asamblea se puso a gritar bendiciendo a Dios, que salva
a los que esperan en él. Se alzaron contra los dos ancianos a quienes Daniel
había dejado convictos de falso testimonio por su propia confesión. Según la ley
77
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

de Moisés, les aplicaron la pena que ellos habían tramado contra su prójimo y
los ajusticiaron. Aquel día se salvó una vida inocente. Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 22,1-3a.3b-4.5.6


R/. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo.
El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R/.
Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine
por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado
me sosiegan. R/.
Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza
con perfume, y mi copa rebosa. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y
habitaré en la casa del Señor por años sin término. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 8,12-20


En aquel tiempo, Jesús volvió a hablar a los fariseos: «Yo soy la luz del
mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».
Le dijeron los fariseos: «Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no
es verdadero». Jesús les contestó: «Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi
testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y adónde voy; en cambio, ustedes
no saben de dónde vengo ni adónde voy. Ustedes juzgan por lo exterior; yo no juzgo
a nadie; o, si juzgo yo, mi juicio es legítimo, porque no estoy yo solo, sino yo y el que
me ha enviado; y en su ley está escrito que el testimonio de dos es válido. Yo doy
testimonio de mí mismo, y además da testimonio de mí el que me envió, el Padre».
Ellos le preguntaban: «¿Dónde está tu Padre?». Jesús contestó: «Ni me
conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre».
Jesús tuvo esta conversación junto al arca de las ofrendas, cuando
enseñaba en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado
su hora. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
Las lecturas de hoy nos invitan a meditar sobre la integridad y el testimonio
en medio de las pruebas y desafíos de la vida. En particular, las Escrituras nos
han guiado a través de pasajes del Libro de Daniel (13,1-9.15-17.19-30.33-62)
y del Evangelio según San Juan (8,12-20), ofreciéndonos valiosas lecciones
sobre el valor del testimonio y la luz de la verdad que nos guía.
En el relato del Libro de Daniel, nos sumergimos en la historia de Susana,
una mujer virtuosa que se encuentra en medio de una encrucijada moral.
Enfrentada a una acusación falsa, Susana se mantiene firme en su integridad y
fidelidad a Dios. A pesar de la presión y las amenazas, ella confía en el Señor
y rechaza ceder ante la injusticia. Este pasaje nos recuerda la importancia de
permanecer fieles a nuestros principios, incluso cuando enfrentamos situaciones
difíciles y tentaciones.
En el Evangelio según San Juan, Jesús se presenta como la luz del mundo
(Juan 8,12). Él nos llama a seguirlo, a caminar en su luz y a ser testigos de
la verdad que Él nos revela. En un diálogo con los fariseos, Jesús destaca la
importancia del testimonio y cómo su Padre da testimonio de Él. Nos invita a
reconocer la verdad de su mensaje y a ser portadores de esa luz en un mundo
a menudo envuelto en las sombras de la confusión y el pecado.
78
Plan de Pastoral - Marzo 2024

El valor del testimonio adquiere una relevancia especial en nuestros días,


donde la verdad a menudo parece ser relativa y maleable. En un mundo lleno
de distracciones y desafíos éticos, como creyentes y buscadores de la verdad,
se nos llama a ser testigos de la luz de Cristo en nuestras vidas cotidianas. Esto
implica vivir de acuerdo con los principios evangélicos, siendo coherentes en
nuestras acciones y palabras.
Además, el testimonio no se limita a palabras, sino que se expresa a través
de nuestras vidas y acciones. Nuestra fidelidad a Dios y nuestro compromiso
con la verdad deben reflejarse en cómo tratamos a los demás, en nuestra
sinceridad y humildad, y en nuestra disposición para servir a los demás con
amor y compasión.
En conclusión, las lecturas de hoy nos invitan a ser como Susana, fieles a la
verdad incluso en medio de la adversidad, y a seguir a Jesús, la luz del mundo,
proclamando su verdad a través de nuestro testimonio diario. Que el Espíritu
Santo nos guíe y fortalezca en esta misión, para que podamos ser faros de luz
en un mundo sediento de verdad y amor.

19 Solemnidad: San José, Esposo de la Virgen María


Martes Blanco
11º Aniversario del inicio del ministerio del Papa Francisco

Lectura del Segundo Libro de Samuel 7,4-5a.12-14a.16


En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: “Ve y dile a
mi siervo David: “Esto dice el Señor: Cuando tus días se hayan cumplido y te
acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de
tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él construirá una casa para mi nombre,
y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y
él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu
trono permanecerá por siempre.” Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 88,2-3.4-5.17 y 29


R/. Su linaje será perpetuo.
Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por
todas las edades. Porque dije: “Tu misericordia es un edificio eterno, más que el
cielo has afianzado tu fidelidad.” R/.
Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: “Te fundaré un
linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades.” R/.
Él me invocará: «Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora.” Le
mantendré eternamente mi favor, y mi alianza con él será estable. R/.
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 4,13.16-18.22
Hermanos: No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida
por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de
heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así,
la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la
descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que
es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: “Te hago padre de muchos
pueblos.”
79
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo


que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda espe-
ranza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho:
“Así será tu descendencia.” Por lo cual le valió la justificación. Palabra de Dios.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 1,16.18-21.24a
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado
Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba
desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por
obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla,
decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se
le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de David, no
tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella
viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de los pecados.” Cuando José se despertó, hizo
lo que le había mandado el ángel del Señor. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
Celebramos hoy la Solemnidad de san José, esposo de la Virgen y padre
adoptivo de Jesús. Se podría decir que de la misma manera que el ángel del
Señor anunció a María su futura maternidad, también se puede decir que el
ángel del Señor anunció a José su deber de aceptar a María como su esposa.
Y así como María dijo su famoso “hágase”, de igual manera José “hizo como
el ángel del Señor le había mandado”. José conocía muy bien las leyes judías
y sabía que denunciar públicamente a su esposa, acusándola de infidelidad,
podía llevar a esta a morir apedreada en la vía pública.
La confianza que Dios deposita en José pone de manifiesto hasta qué punto
Dios valora al hombre. Somos ciertamente muy poca cosa; sin embargo, Dios no
sólo ha tomado nuestra carne naciendo de una mujer, sino que se dejó cuidar en
todo en su primera infancia por unos padres humanos; y luego, aprendió de su pa-
dre, José, las costumbres y tradiciones propias de su región, de su país, de su culto
En su fiesta, nos encomendamos al que fue siempre fiel a Dios, al que
contó en todo con la confianza de su Creador. Le pedimos nos consiga de Dios
la gracia de una fe a la medida de la suya cuando cuidaba de Jesús y de María;
una fe que nos lleve a sentirnos más responsables con Dios, que también se
hace presente en nuestra vida.

20 Feria de Cuaresma
Miércoles Morado

Lectura del Libro de Daniel 3,14-20.91-92.95


En aquellos días, el rey Nabucodonosor dijo: «¿Es cierto, Sidrac, Misac y
Abdénago, que no respetan a mis dioses ni adoran la estatua de oro que he
erigido? Miren: si al oír tocar la trompa, la flauta, la cítara, el laúd, el arpa, la
vihuela y todos los demás instrumentos, están dispuestos a postrarse adorando
la estatua que he hecho, háganlo; pero si no la adoran, serán arrojados
inmediatamente al horno encendido, y ¿qué Dios les librará de mis manos?».
Sidrac, Misac y Abdénago contestaron: «Majestad, a eso no tenemos por
qué responder. El Dios a quien veneramos puede librarnos del horno encendido
80
Plan de Pastoral - Marzo 2024

y nos librará de tus manos. Y aunque no lo haga, conste, majestad, que no


veneramos a tus dioses ni adoramos la estatua de oro que has erigido».
Nabucodonosor, furioso contra Sidrac, Misac y Abdénago, y con el rostro
desencajado por la rabia, mandó encender el horno siete veces más fuerte que
de costumbre, y ordenó a sus soldados más robustos que atasen a Sidrac,
Misac y Abdénago y los echasen en el horno encendido.
El rey los oyó cantar himnos, extrañado se levantó y preguntó, estupefacto,
a sus consejeros: «¿No eran tres los hombres que atamos y echamos al
horno?». Le respondieron: «Así es, majestad». Preguntó: «Entonces, ¿cómo es
que veo cuatro hombres, sin atar, paseando por el fuego sin sufrir nada? Y el
cuarto parece un ser divino».
Nabucodonosor, entonces, dijo: «Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y
Abdénago, que envió un ángel a salvar a sus siervos, que, confiando en él,
desobedecieron el decreto real y entregaron sus cuerpos antes que venerar y
adorar a otros dioses fuera del suyo». Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: Daniel 3,52.53.54.55.56


R/. A ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres. A ti gloria y alabanza por los
siglos. Bendito tu nombre, santo y glorioso, a él gloria y alabanza por los siglos. R/.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria. A ti gloria y alabanza por los
siglos. Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos. A ti
gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 8,31-42


Ellos replicaron: «Nuestro padre es Abrahán». Jesús les dijo: «Si fueran
hijos de Abrahán, harían lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratan de matarme
a mí, que les he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no lo hizo
Abrahán. Ustedes hacen lo que hace su padre».
Le replicaron: «Nosotros no somos hijos de prostituta; tenemos un solo
padre: Dios.» Jesús les contestó: «Si Dios fuera su padre, me amarían porque
yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me
envió». Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El Libro de Daniel nos presenta la historia de Sadrac, Misac y Abdénago,
quienes se enfrentaron a la difícil decisión de obedecer al rey Nabucodonosor o
mantener su lealtad al Dios de Israel. Ante la amenaza de ser arrojados al horno
de fuego, ellos respondieron con valentía: “Si nuestro Dios, a quien servimos,
puede librarnos, que nos libre; de lo contrario, majestad, ten entendido que no
serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que has levantado”
(cfr. Dn 3,17-18). Este pasaje nos invita a reflexionar sobre la importancia de
mantenernos fieles a nuestra fe, incluso en medio de las pruebas y persecuciones.
En el Evangelio según San Juan, Jesús nos dice: “Si se mantienen fieles
a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; conocerán la verdad y la
verdad los hará libres” (Jn 8,31-32). La fidelidad a la palabra de Cristo nos da la
fortaleza para resistir las tentaciones y las presiones del mundo que nos rodea.
En un mundo que a menudo nos desafía a comprometer nuestros valores
y creencias, recordemos la promesa de Jesús: “Si el Hijo los hace libres, serán
81
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

realmente libres” (Juan 8,36). La verdadera libertad se encuentra en vivir de


acuerdo con la verdad revelada por Cristo, sin ceder a las presiones del mundo.
Que este tiempo de reflexión nos inspire a ser testigos valientes de nuestra
fe, a seguir el ejemplo de aquellos que, a lo largo de la historia, han defendido la
verdad incluso en medio de la adversidad. Que el Espíritu Santo nos fortalezca
para permanecer fieles a la palabra de Dios y para dar un testimonio valiente en
el mundo que nos rodea.

21 Feria de Cuaresma
Jueves Morado
Lectura del Libro del Génesis 17,3-9
En aquellos días, Abrán cayó de bruces, y Dios le dijo: «Mira, éste es mi pacto
contigo: Serás padre de muchedumbre de pueblos. Ya no te llamarás Abrán, sino
que te llamarás Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre. Te haré crecer
sin medida, sacando pueblos de ti, y reyes nacerán de ti. Cumpliré mi pacto contigo
y con tu descendencia en futuras generaciones, como pacto perpetuo. Seré tu Dios
y el de tus descendientes futuros. Les daré a ti y a tu descendencia futura la tierra en
que peregrinas, como posesión perpetua, y seré su Dios.» Dios añadió a Abrahán:
—«Guarda mi alianza, tú y tus descendientes, por siempre.» Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 104,4-5.6-7.8-9
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente.
Recurran al Señor y a su poder, busquen continuamente su rostro.
Recuerden las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, ¡su elegido! El Señor es
nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R/.
Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil
generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 8,51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Les aseguro: quien guarda mi
palabra no sabrá lo que es morir para siempre».
Los judíos le dijeron: «Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán
murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no conocerá
lo que es morir para siempre”? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que
murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El
que me glorifica es mi Padre, de quien ustedes dicen: “Es nuestro Dios”, aunque
no lo conocen. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como ustedes,
un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, su padre, saltaba
de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron: «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a
Abrahán?». Jesús les dijo: «Les aseguro que antes que naciera Abrahán existo
yo». Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió
del templo. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
El pasaje del Génesis nos hace testigos de la alianza que Dios establece
con Abrahán. Dios se revela a sí mismo como “Dios Todopoderoso” y sella una
alianza eterna con Abrahán y su descendencia. Este pacto es un testimonio
82
Plan de Pastoral - Marzo 2024

del amor incondicional de Dios hacia su pueblo, un amor que trasciende el


tiempo y abraza a todas las generaciones. La fidelidad de Dios a sus promesas
se manifiesta a lo largo de la historia, y en nuestra propia vida, podemos
experimentar esa fidelidad cuando confiamos en su voluntad.
Al llegar al Evangelio según San Juan, encontramos a Jesús proclamando
su divinidad de una manera que desafía la comprensión humana. Jesús
afirma: “Les aseguro que antes que naciera Abrahán existo yo.” Jesús está
declarando su existencia eterna y su identidad divina. Esta afirmación despierta
la incredulidad entre aquellos que lo escuchan, pero también nos invita a
reflexionar sobre la naturaleza trascendental de nuestro Salvador.
La respuesta de Jesús a la incredulidad de sus oyentes nos lleva a
reflexionar sobre la importancia de creer en Él. Nos dice: “Les aseguro: quien
guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.” Aquí, Jesús nos
presenta la promesa de la vida eterna para aquellos que creen en Él y siguen
sus enseñanzas. Este mensaje nos llama a profundizar en nuestra fe, a confiar
en la palabra de Cristo y a vivir de acuerdo con sus mandamientos.
En la Eucaristía, participamos en la realidad de la alianza eterna que Dios ha
establecido con su pueblo. Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, se hace
presente en el pan y el vino consagrados, ofreciéndonos su cuerpo y su sangre como
fuente de vida eterna. En este misterio, encontramos la respuesta a la pregunta
fundamental sobre el sentido de nuestra existencia: nuestra unión con Dios.
Que estas reflexiones sobre las escrituras nos inspiren a vivir con mayor
fidelidad a la Palabra de Dios, confiando en su amor eterno y buscando la vida
eterna que solo Él puede ofrecernos. Que la gracia del Espíritu Santo nos guíe en
nuestro caminar de fe, para que, al igual que Abrahán y los creyentes de todas
las generaciones, podamos experimentar la plenitud de la comunión con Dios.

22 Feria de Cuaresma (Abstinencia)


Viernes Morado
Lectura del Profeta Jeremías 26,10-13
Oía el cuchicheo de la gente: «Pavor-en-torno, delátenlo, vamos a
delatarlo.» Mis amigos acechaban mi traspiés: «A ver si se deja seducir y lo
violaremos, lo cogeremos y nos vengaremos de él.»
Pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado; mis enemigos tropezarán
y no podrán conmigo. Se avergonzarán de su fracaso, con sonrojo eterno que no
se olvidará. Señor de los ejércitos, que examinas al justo y sondeas lo íntimo del
corazón, que yo vea la venganza que tomas de ellos, pues a ti te encomendé mi
causa. Canten al Señor, alaben al Señor, que libró la vida del pobre de manos
de los impíos. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 17,2-3a.3bc-4.5-6.7
R/. En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza, Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.
Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi
baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R/.
Me cercaban olas mortales, torrentes destructores, me envolvían las redes
del abismo, me alcanzaban los lazos de la muerte. R/.
En el peligro invoqué al Señor, grité a mi Dios: Desde su templo él escuchó
mi voz y mi grito llegó a sus oídos. R/.
83
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 10,31-42


En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús.
Él les replicó: «Les he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi
Padre: ¿por cuál de ellas me apedrean?» Los judíos le contestaron: «No te
apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo
un hombre, te haces Dios».
Jesús les replicó: «¿No está escrito en su ley: “Yo les digo: son dioses”?
Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios, (y no
puede faltar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿dicen
ustedes que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de
mi Padre, no me crean; pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean a las
obras, para que comprendan y sepan que el Padre está en mí y yo en el Padre.»
Intentaron de nuevo detenerlo, pero se les escabulló de las manos. Se
marchó de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde antes había bautizado
Juan, y se quedó allí. Muchos acudieron a él y decían: «Juan no hizo ningún
signo; pero todo lo que Juan dijo de este era verdad.» Y muchos creyeron en él
allí. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
En este episodio del Evangelio, vemos cómo algunos judíos toman piedras
para apedrear a Jesús después de que Él afirmara: “Yo y el Padre somos uno”. La
declaración de Jesús no es simplemente una afirmación de unidad en propósito
o misión, sino una afirmación de unidad esencial en la divinidad. Jesús nos
revela su identidad única como el Hijo de Dios, consubstancial con el Padre.
Este mensaje desafía las expectativas y creencias de aquellos que lo escuchan,
generando una reacción de incredulidad y hostilidad.
En su respuesta, Jesús apela a las obras que realiza en nombre del Padre
como evidencia de su unidad con Él. Les insta a mirar más allá de las palabras
y contemplar las obras milagrosas que testifican su origen divino. Sin embargo,
la ceguera espiritual impide que algunos reconozcan la verdad. Jesús, en
su misericordia, ofrece una oportunidad para la conversión al recordarles las
Escrituras y la imposibilidad de que la Palabra de Dios falle.
En nuestra vida cristiana, nos enfrentamos a desafíos similares. El mundo
a menudo cuestiona la divinidad de Jesús, y nosotros, como discípulos, somos
llamados a testificar con valentía sobre su identidad única como Hijo de Dios. Al
igual que Jesús invitó a aquellos incrédulos a mirar sus obras, nosotros también
debemos mostrar a través de nuestras acciones y testimonio la realidad de la
presencia divina en nuestras vidas.
La lectura culmina con Jesús retirándose de la multitud y escapando de su
intento de apedreamiento, mostrando que su hora aún no ha llegado. Esto nos
recuerda que Jesús, en su soberanía divina, sigue un plan perfecto y se somete
al tiempo del Padre.
En este tiempo de Cuaresma, se nos llama a reflexionar sobre nuestra res-
puesta a Jesús. ¿Estamos dispuestos a aceptar su identidad divina y a seguirlo
con fe y obediencia? ¿O nos aferramos a nuestras propias ideas preconcebidas
y resistimos la verdad que nos ofrece? Que la gracia del Espíritu Santo ilumine
nuestros corazones para reconocer a Jesucristo como el único Salvador y Se-
ñor de nuestras vidas, y que podamos ser testigos valientes de su verdad en
el mundo.
84
Plan de Pastoral - Marzo 2024

23 Feria de Cuaresma
Sábado Morado
Lectura del Profeta Ezequiel 37,21-28
Así dice el Señor: «Yo voy a recoger a los israelitas por las naciones adonde
marcharon,
voy a congregarlos de todas partes y los voy a repatriar. Los haré un solo
pueblo en su país, en los montes de Israel, y un solo rey reinará sobre todos
ellos. No volverán a ser dos naciones ni a desmembrarse en dos monarquías.
No volverán a contaminarse con sus ídolos y fetiches y con todos sus crímenes.
Los libraré de sus pecados y prevaricaciones, los purificaré: ellos serán mi
pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David será su rey, el único pastor de todos
ellos. Caminarán según mis mandatos y cumplirán mis preceptos, poniéndolos
por obra. Habitarán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, en la que habitaron
sus padres; allí vivirán para siempre, ellos y sus hijos y sus nietos; y mi siervo
David será su príncipe para siempre. Haré con ellos una alianza de paz, alianza
eterna pactaré con ellos. Los estableceré, los multiplicaré y pondré entre ellos
mi santuario para siempre; tendré mi morada junto a ellos, yo seré su Dios, y
ellos serán mi pueblo. Y sabrán las naciones que yo soy el Señor que consagra
a Israel, cuando esté entre ellos mi santuario para siempre.» Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: Jeremías 31,10.11-12ab.13
R/. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
Escuchen pueblos, la Palabra del Señor, anúncienla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá, lo guardará como un pastor a su rebaño.» R/.
Porque el Señor redimió a Jacob, lo rescató de una mano más fuerte. Vendrán
con aclamaciones a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor. R/.
Entonces se alegrará la doncella en la danza, gozarán los jóvenes y los
viejos; convertiré su tristeza en gozo, los alegraré y aliviaré sus penas. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 11,45-57
En aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver
lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos
y les contaron lo que había hecho Jesús.
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron:
«¿Qué estamos haciendo? Este hombre hace muchos milagros. Si lo dejamos
seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar
santo y la nación.»
Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: «Ustedes
no entienden ni palabra; no comprenden que les conviene que uno muera por el
pueblo, y que no perezca la nación entera.» Esto no lo dijo por propio impulso,
sino que, por ser sumo sacerdote aquel año, habló proféticamente, anunciando
que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para
reunir a los hijos de Dios dispersos.
Y aquel día decidieron darle muerte. Por eso Jesús ya no andaba
públicamente entre los judíos, sino que se retiró a la región vecina al desierto,
a una ciudad llamada Efraín, y pasaba allí el tiempo con los discípulos. Se
acercaba la Pascua de los judíos, y muchos de aquella región subían a
Jerusalén, antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús y, estando
en el templo, se preguntaban: «¿Qué les parece? ¿No vendrá a la fiesta?»
85
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de


dónde estaba les avisara para prenderlo. Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
Las lecturas de hoy nos presentan un mensaje de esperanza, revelando la
fidelidad de Dios a sus promesas y la respuesta de la humanidad ante el milagro
de la resurrección.
En el pasaje del Profeta Ezequiel, escuchamos las palabras de Dios prometiendo
reunir a su pueblo disperso y hacer de ellos una sola nación. Esta promesa es una
expresión de la misericordia divina que busca restaurar la unidad y la comunión con
su pueblo. Ezequiel profetiza sobre un tiempo en el que Dios establecerá un pacto
de paz eterna con su pueblo, manifestando su deseo de ser su Dios y que ellos
sean su pueblo. Esta visión nos recuerda que, incluso en medio de la desolación y
la dispersión, Dios está obrando para restaurar y unir a su pueblo.
En el Evangelio según San Juan, nos encontramos con el relato de la
resurrección de Lázaro. Este milagro poderoso de Jesús no solo muestra
su dominio sobre la muerte, sino que también despierta diversas reacciones
entre la gente. Algunos creen en él y lo siguen, mientras que otros se sienten
amenazados por su creciente influencia.
Es interesante notar cómo en el Evangelio de Juan, después de este milagro,
las autoridades judías se reúnen para decidir qué hacer con Jesús. En su diálogo,
Caifás, el sumo sacerdote, profetiza sin darse cuenta al decir que es mejor que
un hombre muera por el pueblo y no perezca toda la nación. Aquí, vemos la
providencia divina actuando incluso a través de las intenciones maliciosas de los
hombres, preparando el camino para el cumplimiento del plan redentor de Dios.
Estas lecturas nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia respuesta a la
obra de Dios en nuestras vidas. ¿Estamos dispuestos a reconocer los signos
de su amor y redención? ¿O, como las autoridades judías, nos aferramos a
nuestras propias agendas y nos resistimos a la transformación que Dios desea
realizar en nosotros?
En este tiempo de Cuaresma, se nos anima a examinar nuestras vidas, a
dejar que la luz de Cristo ilumine las áreas oscuras y a abrir nuestros corazones
a la gracia redentora de Dios. Que podamos acoger con fe y esperanza la
promesa del Profeta Ezequiel y celebrar la victoria sobre la muerte que Jesús
nos ofrece. Que nuestra respuesta sea la de aquellos que creen en el Señor y
lo siguen con alegría y gratitud.

24 Domingo de Ramos en la Pasión del Señor


II Semana del Salterio Rojo
Seamos siervos del Padre como Jesús
Algunas Orientaciones:
Adornar con abundantes Ramos el templo. Se preparará todo lo de la
liturgia para lograr una celebración gozosa, solemne y digna del Rey de Reyes,
Señor de Señores.
Monición de entrada:
Queridos hermanos en Cristo: empezamos hoy la Semana Santa, esta es
una semana solemne en la que queremos vivir con Cristo, su Pasión, Muerte y
86
Plan de Pastoral - Marzo 2024

Resurrección. Hoy recordamos la entrada victoriosa de Cristo en Jerusalén para


consumar su misterio Pascual. También leemos la Pasión en donde Cristo, el Sier-
vo, cumple su misión de Servidor, entregando su vida al servicio de todos nosotros.
Después de habernos preparado desde el principio de la cuaresma con nuestra
penitencia, obras de caridad y la oración, hoy nos reunimos para iniciar unidos con toda
la iglesia, la celebración anual de los misterios de la pasión y resurrección de nuestro
Señor Jesucristo, Misterios que empezaron con la entrada de Jesús a Jerusalén.
Hoy acompañaremos al Señor, que está presente con nosotros. Con las
palmas en las manos, con cantos en nuestra boca y una gran alegría en el corazón,
recibamos al Mesías, pobre y humilde, como nuestro Rey y nuestro Salvador.
Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 11,1-10
Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los
Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la aldea
de enfrente y, en cuanto entren, encontrarán un borrico atado, que nadie ha
montado todavía. Desátenlo y tráiganmelo. Y si alguien les pregunta por qué lo
hacen, contéstenle: “El Señor lo necesita” y lo devolverá pronto.»
Fueron y encontraron el borrico en la calle, atado a una puerta, y lo soltaron.
Algunos de los presentes les preguntaron: «¿Por qué tienen que desatar el
borrico?» Ellos les contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron.
Llevaron el borrico, le echaron encima sus mantos, y Jesús se montó.
Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el
campo. Los que iban delante y detrás gritaban: «Hosanna, bendito el que viene
en nombre del Señor. Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.
¡Hosanna en el cielo!». Palabra del Señor.
BREVE HOMILÍA
Procesión con los ramos: El que preside dice: Como la muchedumbre
que aclamaba a Jesús, acompañemos también nosotros con júbilo al Señor.
- Se inicia la procesión con este orden: el que lleva el incienso va delante, el
que lleva la Cruz adornada con ramos en medio de dos ministros con velas
encendidas, luego el sacerdote con el diácono y los ministros y a continuación
todos los fieles cantando.
Oración Colecta
Dios todopoderoso y eterno, tú quisiste que nuestro salvador se hiciese
hombre y muriese en la cruz, para mostrar al género humano el ejemplo de una
vida sumisa a tu voluntad; concédenos que las enseñanzas de su pasión nos
sirvan de testimonio, y que un día participemos en su gloriosa resurrección. Por
nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura: Isaías 50,4-7
Este texto del profeta Isaías subraya la figura del siervo abatido y sufriente, pero
a su vez resalta el valor de la confianza que atraviesa en el sufrimiento, sabiendo
que el que confía en el Señor no quedaría defraudado. Atentos, escuchemos.

Lectura del Libro de Isaías 50,4-7


Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido
una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche
87
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

como los iniciados. El Señor me abrió el oído. Y yo no me he rebelado ni me


he echado atrás. Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que
mesaban mi barba; no oculté el rostro a insultos ni salivazos.
Mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba confundido; por eso ofrecí el
rostro como pedernal, y sé que no quedaré avergonzado. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 21,8-9.17-18a.19-20.23-24
R/. Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Al verme, se burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza: «Acudió al
Señor, que lo ponga a salvo; que lo libre, si tanto lo quiere.» R/.
Me acorrala una jauría de mastines, me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies, puedo contar mis huesos. R/.
Se reparten mi ropa, echan a suertes mi túnica. Pero tú, Señor, no te quedes
lejos; fuerza mía, ven corriendo a ayudarme. R/.
Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré. Fieles
del Señor, alábenlo; linaje de Jacob, glorifíquenlo; témanle linaje de Israel. R/.
Segunda Lectura: Filipenses 2,6-11
El apóstol describe en esta lectura que Cristo siendo Dios, se despoja de
su rango y asume la condición de esclavo, y se sometió a la muerte de cruz.
Asumamos pues, con fortaleza y valentía, nuestra condición humana y divina a
ejemplo de Cristo. Escuchemos.
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2,6-11
Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de
Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se
rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-
nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en
la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria
de Dios Padre. Palabra de Dios.
Aclamación Fil 2,8-9
Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por
eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre».

Evangelio: Marcos 14,1–15,47


El Texto evangélico nos pone de manifiesto los momentos más determinantes
de la vida de Jesús y el camino previo a su traición, pasión, crucifixión y muerte.
Les invitamos a ponerse de pie y con el canto nos disponemos a la proclamación
del Evangelio.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 14,1–15,47
Palabra del Señor.

MEDITACIÓN
En estas lecturas, se nos revela el misterio de la entrega, el servicio y el
sacrificio que culminan en el sacrificio redentor de nuestro Señor Jesucristo.
Comenzamos con el pasaje de Isaías, donde encontramos la figura del
“Siervo del Señor”, un retrato profético de Jesús. Este Siervo, lleno de sabiduría
y enseñanza, enfrenta la adversidad con valentía. A pesar de los insultos y la
88
Plan de Pastoral - Marzo 2024

persecución, no se aparta de la voluntad divina. Aquí, anticipamos la figura de


Cristo, quien, en su pasión, acepta el sufrimiento en obediencia al Padre para la
redención de la humanidad. Este Siervo es un modelo para nosotros, llamados
a seguir el camino de la entrega y la obediencia, incluso cuando enfrentamos
dificultades.
En la Carta a los Filipenses, el Apóstol Pablo nos presenta el himno
cristológico que describe la humillación y exaltación de Cristo. Jesús, siendo
de naturaleza divina, no consideró la igualdad con Dios como algo a lo que
aferrarse. En su humildad, se hizo hombre y se sometió incluso a la muerte en
la cruz. La exaltación de Cristo después de su sacrificio nos revela la victoria
sobre el pecado y la muerte. Este himno nos llama a imitar la actitud de Cristo,
buscando la humildad y el servicio desinteresado en nuestra propia vida.
Finalmente, llegamos al Evangelio según San Marcos, que nos presenta
la narrativa apasionante de la Pasión y Muerte de Jesús. Desde el ungüento
derramado por la mujer en Betania hasta el momento en que Jesús exhala su
último aliento en la cruz, somos testigos de la entrega total de nuestro Salvador.
Jesús enfrenta la traición, la negación y el abandono, todo por amor a nosotros
y en obediencia al plan divino de redención. La cortina del templo se rasga,
simbolizando el acceso directo a Dios para todos a través de la muerte de Cristo.
En estas lecturas, se nos presenta el drama de la salvación, donde la
obediencia, la humildad y el sacrificio se entrelazan para ofrecernos el regalo
inigualable de la vida eterna. En esta temporada de Cuaresma, somos llamados
a reflexionar sobre nuestra propia respuesta a este sacrificio redentor. ¿Cómo
respondemos al amor desbordante de Dios manifestado en la cruz?
Que el misterio de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo resuene
en nuestros corazones, transformándonos y guiándonos hacia una vida de amor,
servicio y entrega. Que vivamos con gratitud por la redención que se nos ha dado
y que, al seguir a Cristo, podamos compartir la esperanza de la Resurrección.
Oración de los fieles
Quien preside: Oremos a Dios Padre, que por nosotros entrego a su Hijo
Jesús a la muerte y lo levantó, como mediador nuestro, y digámosle: Señor,
escucha y ten piedad.
• Por el Papa Francisco, los obispos, sacerdotes, diáconos y consagrados y
consagradas, para que les conceda salud y fuerzas en la conducción de tu
Iglesia por el camino de la verdad, la justicia y la Paz. Oremos.
• Por las autoridades de servicios en nuestro país y comunidades, permíteles
un corazón sensible, para que ejerzan con valentía y entereza el servicio
que le has encomendado. Oremos.
• Por los enfermos, los internos en las cárceles, inmigrantes y descartados
de nuestro mundo, para que encuentren en nuestra sociedad hombres y
mujeres que le acojan y le sirvan. Oremos.
• Por los niños y los jóvenes, para que dispuestos a los estudios y a la entrega
sin reservas les concedas un espíritu dócil a tu voluntad. Oremos.
• Por la comunidad aquí presente, para que le haga sensible a la escucha y
meditación de la Palabra, sean luz y vida para los creyentes. Oremos.

Quien preside: Escucha, Padre, la oración de tu pueblo, que conmemora


la pasión de Jesucristo tu Hijo, para que, siguiendo su ejemplo, cumpla siempre
tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

89
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

25 Lunes Santo
Morado
59º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de
Mons. Rafael Leónidas Felipe Núñez, Obispo Emérito de Barahona

La Solemnidad de la Anunciación del Señor por disposición de la CED


se celebrará el Lunes 8 de Abril.
Lectura del Profeta Isaías 42,1-7
Así dice el Señor: «Miren a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien
prefiero. He puesto mi espíritu sobre él, para que traiga el derecho a las nacio-
nes. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la
quebrará, el pábilo vacilante no la apagará. Promoverá fielmente el derecho, no
vacilará, ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes que
esperan las islas.»
Así dice el Señor, Dios, que creó y desplegó los cielos, consolidó la tierra
con su vegetación, dio respiro al pueblo que la habita y el aliento a los que se
mueven en ella: «Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la
mano, te he formado y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones.
Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión y de
la mazmorra a los que habitan en tinieblas.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 26,1.2.3.13-14


R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa
de mi vida, ¿quién me hará temblar? R/.
Cuando me asaltan los malvados para devorar mi carne, ellos, enemigos y
adversarios, tropiezan y caen. R/.
Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla; si me declaran la
guerra, me siento tranquilo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el
Señor, se valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 12,1-11


Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a
quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta
servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una
libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los
enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por
qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a
los pobres?» Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era
un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando. Entonces
Jesús dijo: «Déjala: lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los
pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no siempre me tienen.»
Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron, no sólo
por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los
muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque
muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús. Palabra del Señor.
90
Plan de Pastoral - Marzo 2024

Meditación
Hoy, al meditar sobre las lecturas de la Palabra de Dios, contemplamos
la figura del Siervo del Señor, revelada por el Profeta Isaías (Isaías 42,1-7), y
somos testigos del amor y la devoción sincera en el Evangelio según San Juan
(Juan 12,1-11). Estas lecturas nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza del
servicio, la entrega y la adoración que deben caracterizar nuestra respuesta al
llamado de Dios.
Comencemos con el pasaje de Isaías, donde se nos presenta la figura del
Siervo elegido por Dios. Este Siervo, con la delicadeza de quien no quebranta
una caña cascada y con la paciencia de quien no apaga la mecha humeante,
manifiesta la ternura y el cuidado divino. Su misión es llevar a cabo la justicia
en la tierra, guiando a los ciegos, liberando a los cautivos y proclamando la luz
a los que están en tinieblas. En este retrato, reconocemos a Jesucristo como el
Siervo perfecto que cumplió esta misión en su ministerio terrenal.
Pasamos luego al Evangelio según San Juan, donde se nos presenta el
hermoso relato del ungüento derramado sobre Jesús por María, hermana de
Lázaro. Este acto de profunda devoción y amor refleja la comprensión intuitiva
de María sobre la misión única de Jesús. El perfume caro derramado sobre los
pies de Jesús es un gesto de entrega total y adoración. Aunque Judas Iscariote
cuestiona la aparente extravagancia del acto, Jesús elogia a María, resaltando
que ella ha anticipado su sepultura.
Estos dos pasajes convergen en la idea del servicio desinteresado y la
adoración genuina. Jesús, el Siervo del Señor, es ungido para cumplir su misión
de redención y reconciliación. María, reconociendo la importancia de la obra
de Cristo, se entrega a Él con un gesto de adoración. Ambos testimonios nos
desafían a considerar cómo respondemos al llamado de Dios en nuestras vidas.
En esta Cuaresma, somos llamados a imitar la actitud de María,
reconociendo la grandeza de la obra salvadora de Jesucristo. Al igual que ella,
debemos ofrecer nuestros dones y talentos al servicio del Señor, sin reservas ni
cálculos egoístas. La devoción sincera y la entrega generosa son las respuestas
apropiadas a la misericordia y el amor desbordante de Dios.
Que estas lecturas nos inspiren a renovar nuestro compromiso con el
servicio humilde y la adoración sincera, reconociendo en Jesucristo al Siervo
del Señor que nos guía hacia la luz de la vida eterna. Que, al seguir sus pasos,
podamos ser canales de su gracia y amor en el mundo.

26 Martes Santo
Martes Morado

Lectura del Profeta Isaías 49,1-6


Escúchenme, islas; atiendan, pueblos lejanos: Estaba yo en el vientre, y el Se-
ñor me llamó en las entrañas maternas y pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una
espada afilada, me escondió en la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me
guardó en su aljaba y me dijo: «Tú eres mi esclavo, Israel, de quien estoy orgulloso.»
Mientras yo pensaba: «En vano me he cansado, en viento y en nada he gastado
mis fuerzas.» En realidad, mi derecho lo llevaba el Señor, mi salario lo tenía mi
Dios. Y ahora habla el Señor, que desde el vientre me formó siervo suyo, para
que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel; ―tanto me honró el Señor.
91
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Y mi Dios era mi fuerza―: «Es poco que seas mi siervo y restablezcas las tribus
de Jacob y conviertas a los supervivientes de Israel; te hago luz de las naciones,
para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.» Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 70,1-2.3-4a.5-6ab.15 y17


R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo,
líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R/.
Se tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi
alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.
Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi
juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R/.
Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste
desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R/.

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 13,21-33.36-38


En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo: «Les aseguro que
uno de ustedes me va a entregar.» Los discípulos se miraron unos a otros
perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, el que Jesús tanto
amaba, estaba reclinado a la mesa junto a su pecho.
Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces
él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: «Señor, ¿quién es?»
Le contestó Jesús: «Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado.» Y, un-
tando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en
él Satanás. Entonces Jesús le dijo: «Lo que tienes que hacer hazlo en seguida.»
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba
la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para
la fiesta o dar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es
glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificara en sí
mismo: pronto lo glorificara. Hijos míos, me queda poco de estar con ustedes.
Me buscarán, pero lo que dije a los judíos se lo digo ahora a ustedes: “Donde
yo voy, ustedes no pueden ir.”»
Simón Pedro le dijo: «Señor, ¿a dónde vas?» Jesús le respondió: —«Adonde
yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde.» Pedro
replicó: «Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti.»
Jesús le contestó: «¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará
el gallo antes que me hayas negado tres veces.» Palabra del Señor.
Meditación
Hoy, en este bendito Martes Santo, reflexionamos sobre las Sagradas
Escrituras que nos guían en nuestro camino hacia la celebración del Triduo
Pascual, el corazón mismo de nuestra fe cristiana.
En este día, las lecturas nos ofrecen una visión profunda y significativa de
la obra redentora de Dios y la importancia crucial de este momento en nuestra
preparación para la celebración de la Resurrección.
En la primera lectura, tomada del libro de Isaías (Isaías 49,1-6), el profeta
nos presenta la figura del Siervo del Señor, elegido desde el seno materno para
92
Plan de Pastoral - Marzo 2024

llevar a cabo una misión divina. Este Siervo, destinado a ser una luz para las
naciones, nos recuerda la voluntad de Dios de redimir a toda la humanidad.
En este Martes Santo, somos llamados a reconocer que, a través de los
eventos que estamos por conmemorar en los próximos días, Cristo se revela
como el Siervo obediente que entrega su vida por la salvación de todos nosotros.
El Salmo Responsorial nos invita a proclamar la confianza en Dios, quien es
nuestra roca y nuestro refugio. En este día sagrado, elevamos nuestros corazones
en acción de gracias, reconociendo que la salvación viene solo de Él. Nuestras
bocas resuenan con las palabras del salmista: “Mi boca contará tu auxilio, y todo el
día tu salvación”, porque hoy, más que nunca, experimentamos la realidad de esa
salvación que se nos ofrece a través del sacrificio amoroso de Jesucristo.
El Evangelio según San Juan nos presenta el momento dramático en el
que Jesús anuncia la traición de uno de los suyos. Este pasaje nos sumerge
en el misterio del amor divino que se manifiesta en la entrega total de Cristo.
En esta última cena, Jesús establece el sacramento de la Eucaristía, un regalo
inigualable que nos conecta de manera profunda con su sacrificio redentor.
Hoy, en este Martes Santo, se nos presenta una oportunidad única de
sumergirnos en la contemplación de la Pasión y Muerte de nuestro Señor
Jesucristo. Nos preparamos para caminar con Él en los próximos días, desde la
última cena hasta la cruz, para experimentar la plenitud de su amor redentor y
la esperanza de la Resurrección.
Que este día nos inspire a renovar nuestro compromiso con Cristo, a acercar-
nos a la Eucaristía con humildad y gratitud, reconociendo el regalo incomparable
que recibimos. Que, al igual que Pedro, aprendamos a confiar en la misericordia
divina, incluso en medio de nuestras debilidades. Que el Martes Santo sea para
nosotros un paso significativo en nuestra preparación espiritual para el Triduo
Pascual, donde encontraremos la plenitud de la vida nueva en Cristo resucitado.
Que la gracia del Señor Jesús, el Siervo obediente, guíe nuestros corazones
en este día sagrado y nos prepare para recibir con alegría la luz de la Resurrección.

27 Miércoles Santo
Miércoles Morado
Lectura del Libro de Isaías 50,4-9a
Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado, para saber decir al abatido
una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche
como los iniciados. El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás:
ofrecí la espalda a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi
barba; no oculté el rostro a insultos ni salivazos. Mi Señor me ayudaba, por eso
no quedaba confundido; por eso ofrecí el rostro como pedernal, y sé que no
quedaré avergonzado. Tengo cerca a mi abogado, ¿quién pleiteará contra mí?
Vamos a enfrentarnos. ¿Quién es mi rival? Que se acerque. Miren, el Señor me
ayuda, ¿quién me condenará? Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 68,8-10.21bcd-22.31 y 33-34


R/. Señor, que me escuche tu gran bondad en el día de tu favor.
Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño
para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre; porque me devora
el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R/.
93
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

La afrenta me destroza el corazón, y desfallezco. Espero compasión, y no


la hay; consoladores, y no los encuentro. En mi comida me echaron hiel, para
mi sed me dieron vinagre. R/.
Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción
de gracias. Mírenlo, los humildes, y alégrense, busquen al Señor y vivirá su
corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. R/.
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 26,14-25
En aquel tiempo, uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a
los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué están dispuestos a darme, si se
lo entrego?» Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces
andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.
El primer día de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le
preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» Él
contestó: «Vayan a la ciudad, a casa de fulano, y díganle: “El Maestro dice: Mi
momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos.”»
Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la
Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo:
«Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar.»
Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo
acaso, Señor?» Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo,
ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero
¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido.»
Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?»
Él respondió: «Tú lo has dicho.» Palabra del Señor.
MEDITACIÓN
Hoy nos encontramos aquí en medio de la Semana Santa, en el Miércoles
Santo, un día que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la preparación
para el triduo pascual, el momento culminante de nuestra fe cristiana. Las
lecturas que hemos escuchado nos ofrecen una guía espiritual para comprender
el significado profundo de este día.
En la primera lectura, tomada del libro de Isaías, encontramos palabras que
resuenan con la figura de Jesús y su disposición a enfrentar los desafíos que le
esperan. Isaías nos habla de un siervo obediente, un discípulo fiel que confía en
la fuerza de Dios en medio de la adversidad. Este pasaje nos invita a contemplar
la entrega total de Jesús, quien asumió la voluntad divina con humildad y amor.
El Salmo responsorial nos lleva a expresar nuestra confianza en la bondad del
Señor. En medio de las tribulaciones podemos clamar: “Señor, que me escuche tu
gran bondad el día de tu favor.” En este Miércoles Santo, pidamos al Señor que su
bondad nos acompañe en nuestra preparación para la celebración de la Pascua.
Que nuestra confianza en Él nos fortalezca en los momentos de prueba.
El Evangelio de hoy nos presenta un momento crucial en la historia de la
Pasión. En este pasaje, vemos cómo Judas Iscariote se acerca a los sumos
sacerdotes para traicionar a Jesús por treinta monedas de plata. Este acto nos
recuerda la fragilidad humana y la tentación de apartarnos del camino de la
verdad. A través de la traición de Judas, podemos reflexionar sobre nuestras
propias elecciones y la necesidad de estar alerta contra las tentaciones que
puedan desviarnos de seguir a Cristo.
En este Miércoles Santo, se nos invita a contemplar la figura de Jesús
Nazareno, el siervo obediente, el Salvador que carga con nuestras faltas. En la
94
Plan de Pastoral - Marzo 2024

preparación para el triduo pascual, recordemos que cada paso de Jesús en esta
Semana Santa es un paso hacia nuestra redención. Contemplemos su amor
incondicional, su humildad y su sacrificio para que podamos renovar nuestro
compromiso con Él.
Encomendémonos a la misericordia divina, reconociendo nuestras
debilidades y buscando la gracia de Dios para permanecer fieles a su voluntad.
Que este Miércoles Santo nos inspire a seguir a Jesús con un corazón humilde
y obediente, confiando en que su sacrificio nos conduce a la verdadera libertad
y vida eterna. Que el Señor, en su gran bondad, nos guíe y fortalezca en este
camino de preparación para la Pascua.
TRIDUO PASCUAL

28 Misa Vespertina en la Cena del Señor


Jueves Santo Morado
Algunas Orientaciones:
Se adorna con flores bien dispuestas el altar y sus alrededores. Todo bien
hermoso y festivo. Tener elegidas las 12 personas para el lavatorio de los pies.
Tener poncheras, agua y toallas para el lavatorio de los pies y para que el que
preside se lave las manos. El lavatorio debe hacerse en un lugar visible para
todos los presentes. Disponer de vasos sagrados para la comunión bajo las dos
especies. Tener preparado el monumento que deberá ser sencillo y bello. Se
tiene preparada la lista de los adoradores.
Es el día de la institución del sacerdocio ministerial por lo que puede haber
un signo de cariño a los presbíteros de la Parroquia. Hoy se reciben los Óleos y el
Santo Crisma en la comunidad parroquial, que deben ser acogidos con amor por
la comunidad. Deben ir en la procesión de inicio de la Celebración, llevados por
personas del Consejo Pastoral Parroquial y en una bandeja adornada con flores
y luces. Durante el Gloria, donde sea posible, se hacen sonar las campanas y/o
campanillas que no se tocarán hasta el Gloria de la Vigilia Pascual.

Orientaciones para la Recepción de los Óleos de los Catecúmenos, de los


Enfermos y del Santo Crisma en la Comunidad Parroquial.
En la procesión de entrada, el presbítero o los delegados de la Parroquia
que los recibieron en la Catedral, llevan los Oleos, en una bandeja adornada
con flores. Al llegar al Altar, los depositan sobre él, y el presbítero al incensar el
altar los inciensa.
El presbítero que preside, después del saludo, antes de introducir la Liturgia
del día, dice algunas breves palabras sobre los Oleos, su significado y el uso que
se les dará. Luego, los muestra al pueblo, que los acoge como don de salvación,
como signos de la presencia de Cristo por medio de su Espíritu. Toda la Asamblea
con un aplauso expresa su acogida al Señor a través de estos Oleos.
Finalmente, un ministro lleva a un lugar destacado y reservado los Santos
Oleos y el Santo Crisma.
Monición de Entrada:
Buenas noches, hermanas y hermanos en Cristo. Con la celebración de esta
Eucaristía de la Cena del Señor, damos inicio al Triduo Pascual de la Pasión,
Muerte y Resurrección del Señor; la Fiesta más importante de todo el año litúrgico.
95
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Hoy nuestra Iglesia Universal, conmemora la institución de la Santa


Eucaristía, sacrificio de la alianza nueva y eterna, el banquete nupcial de su
amor, y conmemora el Sacerdocio Ministerial, para poder realizar su mandato
de perpetuar la ofrenda de la víctima de salvación en su memoria.
En esta celebración, se nos recuerda el mandato al amor fraterno, a través
del signo del lavatorio de los pies, memoria viva del mandamiento que, el Señor
Jesús nos ha dejado sobre el amor fraterno y sobre el servicio, al recordar este
gesto de lavar los pies a sus discípulos.
Recordando, pues, tantos dones que el Señor nos ofrece en este día,
dejemos espacio en nuestro corazón para celebrar, con fe profunda y sincera,
los Misterios de nuestra salvación. Con alegría recibamos -de pie y cantando- a
quien preside esta celebración, y ministros que le acompañan.
Primera Lectura: Éxodo 12.1-8.11-14
Esta lectura del libro del Éxodo describe cómo los judíos celebraban, de
generación en generación, su cena pascual, mostrándonos cómo Dios pasó por
Egipto para liberar a su pueblo, convirtiéndolos de un pueblo de esclavos a ser
un pueblo de siervos. Escuchemos.
Lectura del Libro del Éxodo 12.1-8.11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: «Este
mes será para ustedes el principal de los meses; será para ustedes el primer
mes del año. Digan a toda la asamblea de Israel: “El diez de este mes cada uno
procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado
pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar
el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un
animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardarán hasta
el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer.
Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la casa donde lo
hayan comido. Esa noche comerán la carne, asada a fuego, comerán panes sin
fermentar y verduras amargas. Y lo comerán así: la cintura ceñida, las sandalias
en los pies, un bastón en la mano; y se lo comerán a toda prisa, porque es la
Pascua, el paso del Señor.
Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los
primogénitos del país de Egipto desde los hombres hasta los ganados, y me
tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre
será su señal en las casas donde habiten. Cuando yo vea la sangre, pasaré
de largo ante ustedes y no habrá entre ustedes plaga exterminadora, cuando
yo hiera al país de Egipto.» «Este día será para ustedes memorable, en él
celebrarán la fiesta al Señor, ley perpetua para todas las generaciones.”»
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 115,12-13.15-16bc.17-18
R/. El cáliz de la bendición es la comunión con la sangre de Cristo.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de
la salvación, invocando su nombre. R/.
Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava; rompiste mis cadenas. R/.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré
al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. R/.

96
Plan de Pastoral - Marzo 2024

Segunda Lectura: 1 Corintios 11,23-26


San Pablo, en su carta a los Corintios, nos habla de la transmisión de la
celebración de la eucaristía, realizada desde Jesucristo y las primeras comunida-
des; recordándonos, como Jesús, se da en su Cuerpo y Sangre. Escuchemos.
Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 11,23-26
Hermanos: Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que
a mi vez les he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a
entregarlo, tomó pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía.»
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva
alianza sellada con mi sangre; hagan esto cada vez que beban, en memoria
mía.» Por eso, cada vez que coman de este pan y beban del cáliz, proclaman
la muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.

Aclamación Jn 13.34
Les doy un mandamiento nuevo -dice el Señor: que se amen unos a
otros, como yo les he amado.
Evangelio: Juan 13,1-15
Jesús celebró la noche de Pascua y le da un nuevo sentido a aquella
celebración. Lo que Él hace a sus discípulos, nos pide hoy, a nosotros hacerlo
también con los demás: servir con sencillez y amor, como nos enseña san
Juan, en el mensaje que escucharemos a continuación. Puestos de pie para la
proclamación del Santo Evangelio.
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 13,1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora
de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en
el mundo, los amó hasta el extremo.
Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscario-
te, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto
todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se
quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina
y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se
había ceñido.
Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás
más tarde.» Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.» Jesús le contestó:
«Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.» Simón Pedro le dijo: «Señor,
no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.» Jesús le dijo: «Uno que
se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio.
También ustedes están limpios, aunque no todos.» Porque sabía quién lo iba a
entregar, por eso dijo: «No todos están limpios.»
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y
les dijo: «¿Comprenden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman “el
Maestro” y “el Señor”, y dicen bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el
Señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a
otros; les he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con ustedes, ustedes
también lo hagan.» Palabra del Señor.

97
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Meditación
En este sagrado Jueves Santo, celebramos la Misa de la Cena del Señor,
en la que recordamos los momentos sublimes en los que Jesús instituyó dos de
los sacramentos fundamentales para nuestra fe: la Eucaristía y el Sacerdocio.
A través de las lecturas que hemos escuchado, se nos revela la profundidad del
amor de Dios y la llamada a vivir ese amor en nuestras vidas.
La primera lectura, tomada del libro del Éxodo, nos transporta al tiempo en
que el pueblo de Israel estaba cautivo en Egipto. Dios, en su infinita misericordia,
les instruye a sacrificar un cordero y a marcar sus puertas con su sangre. Esta
sangre se convierte en un signo de protección y liberación. En la última Cena,
Jesús, el Cordero sin mancha, instituirá la Eucaristía, ofreciéndose a sí mismo
como alimento para nuestra redención.
El Salmo responsorial nos recuerda la respuesta del pueblo a la acción
salvadora de Dios: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre.” Que nuestra respuesta
a la generosidad divina sea la misma: elevar nuestras vidas como una ofrenda,
invocando siempre el nombre del Señor.
En la segunda lectura, tomada de la carta de San Pablo a los Corintios, el
Apóstol nos transmite las palabras que recibió del Señor sobre la institución de
la Eucaristía. “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en
memoria mía.” En cada celebración eucarística, participamos en el misterio de
la redención, recordando y actualizando el sacrificio de Cristo en la cruz.
El Evangelio según San Juan nos lleva al corazón de la última Cena, donde
Jesús, lleno de amor y humildad, realiza el gesto conmovedor del lavatorio de
los pies. Este acto nos enseña la importancia del servicio desinteresado, la
humildad y la disposición para servir a los demás. Nos invita a imitar a Jesús,
quien vino “no para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por
muchos.”
Asimismo, en este día, celebramos el don del sacerdocio, instituido por Cristo
para perpetuar su presencia en la Eucaristía y guiar a su pueblo. Recordemos en
nuestras oraciones a nuestros sacerdotes, quienes, siguiendo el ejemplo de Cristo,
dedican sus vidas al servicio de la comunidad y nos conducen hacia la salvación.
Que este Jueves Santo nos inspire a vivir con gratitud, humildad y servicio,
imitando el amor generoso de nuestro Señor Jesucristo. Que podamos
experimentar la presencia viva de Cristo en la Eucaristía y encontrar en el
servicio a los demás la grandeza de corazón. Amén.

Monición antes del lavatorio de los pies


La liturgia nos invita en este momento, al rito del lavatorio de los pies. Como
hizo Jesús, en expresión de amor y de servicio a sus discípulos, hoy el sacerdote
imita las mismas virtudes de humildad y sencillez. Procederá a lavar los pies a doce
personas, teniendo ese gesto de amor, enseñado por Jesús. Mientras el coro nos
acompaña con un canto apropiado, nosotros permanecemos en actitud reflexiva.
Oración de los fieles
Quien preside: Oremos a Dios Padre, que, en Jesucristo, Su Hijo, nos ha
amado hasta el extremo y digámosle: Padre de amor, escúchanos.
• Por la Iglesia Universal, para que, siendo una iglesia orante, continúe
testimoniando a Cristo, que se nos da en el sacramento del amor, y pueda
seguir viviendo en unidad y comunión con Él. Oremos.
98
Plan de Pastoral - Marzo 2024

• Por el Papa, nuestros obispos y nuestros sacerdotes, para que reciban a


través de la oración, la fortaleza para seguir viviendo cada día su ministerio
sacerdotal, y siendo fieles al evangelio, edifiquen a la comunidad cristiana
con su testimonio. Oremos.
• Por los que gobiernan las naciones, para que el Señor dirija los pensamientos
hacia el servicio, la justicia y trabajen por la paz, a fin de que todos los
pueblos puedan vivir en libertad. Oremos.
• Por los enfermos y por todos los que sufren, para que encuentren consuelo
y fortaleza en la oración, y sientan la compasión y la misericordia de Jesús,
que carga con nuestras enfermedades y sufrimientos. Oremos.
• Por nuestras familias, para que sean fortalecidas con la oración,
permanezcan unidas y que progresen en los valores que necesita nuestra
sociedad. Oremos.
• Por todos nosotros, reunidos para la Cena del Señor, para que, recibiendo
el cuerpo y sangre de Cristo, imitemos sus virtudes, y sirvamos a los demás
con amor, como hizo Jesús a sus discípulos. Oremos.
Quien preside: Dios, Padre nuestro, que has amado tanto al mundo que
entregaste a tu Hijo a la muerte por nosotros, escucha nuestras súplicas,
concédenos lo que te pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios Todopoderoso, que la Cena de tu Hijo, que nos alimenta
en el tiempo, llegue a saciarnos un día en la eternidad de tu reino. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Monición para la procesión al monumento después
de la Oración de Comunión
Ahora quien preside y acompañado de los ministros llevará la reserva
eucarística al monumento en su honor. Allí en turnos acompañaremos en
oración a Jesús en su dolor y en su decisión de hacer la voluntad del Padre, sin
importarle el sufrimiento.

29 Viernes Santo de la Pasión del Señor


Viernes Santo Rojo

Jesús por medio de la cruz nos reconcilió con el Padre


Algunas Orientaciones:
Hoy toda la Liturgia se centra en Jesucristo en la Cruz. El signo principal es
la Cruz. La que usemos en la celebración debe ser grande y después de pasar
a besarla, la colocaremos en un lugar visible. El templo debe estar sin flores, las
imágenes tapadas con paños morados, el altar vacío, sin manteles ni velas. El
Sagrario debe estar vacío. Entre los avisos del final de la celebración debemos
hacer la invitación al acto de la mañana, en el cual acompañaremos a María en
su soledad y tristeza.
Monición de Entrada:
Esta tarde estamos reunidos para celebrar la muerte victoriosa de Cristo
en la cruz. Contemplemos y meditemos en Jesús: el Cordero sacrificado para
nuestra liberación. La muerte de Cristo fue la causa de que nuestra muerte
99
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

fuera vencida. Jesús, el Señor, muere en la cruz. Y nosotros estamos aquí


movidos por la fe, por la admiración, por el agradecimiento, por el amor. Porque
su Sangre, su Cruz, son la fuente de nuestra vida, la luz de nuestro camino, la
fuerza que nos transforma.
La celebración de hoy no es la Eucaristía, la Iglesia no celebra la misa en
este día. La liturgia de hoy tiene cuatro partes: Lectura de la Palabra de Dios, ora-
ción de los fieles, veneración de la Cruz y la distribución de la Sagrada Eucaristía
reservada anoche. Comencemos hoy nuestra celebración en silencio. Después
nos arrodillaremos orando ante Jesús desde lo más profundo de nuestro corazón.

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura: Isaías 52,13–53,12


El profeta nos narra el cuarto cántico del siervo de Dios, manifestando el
éxito que alcanzará no obstante a su rechazo, maltrato, desprecio y humillación.
Imitemos, pues, su entrega y salgamos a su encuentro. Escuchemos.
Lectura del Libro de Isaías 52,13–53,12
Miren, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se
espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto
humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al
ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio?
¿A quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote,
como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza.
Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como
un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los
rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó
nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado,
pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes.
Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos
errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre
él todos nuestros crímenes.
Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero
llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la
boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo
arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le
dieron sepultura con los malhechores, porque murió con los malvados, aunque
no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca.
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento. Cuando entregue su vida como
expiación, verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere
prosperará por su mano. A causa de los trabajos de su alma, verá y se hartará; con
lo aprendido, mi Siervo justificará a muchos, cargando con los crímenes de ellos.
Por eso le daré una parte entre los grandes, con los poderosos tendrá parte en los
despojos; porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores,
y él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores. Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 30,2.6.12-13.15-16.17 y 25
R/. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, pon-
me a salvo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. R/.
Soy la burla de todos mis enemigos, la irrisión de mis vecinos, el espanto
100
Plan de Pastoral - Marzo 2024

de mis conocidos; me ven por la calle, y escapan de mí. Me han olvidado como
a un muerto, me han desechado como a un cacharro inútil. R/.
Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios.» En tu mano están
mis azares; líbrame de los enemigos que me persiguen. R/.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. Sean
fuertes y valientes de corazón, los que esperan en el Señor. R/.
Segunda Lectura: Hebreos 4,14-16;5,7-9
El autor sagrado nos exhorta a mantener la fe por medio del Sumo Sacerdote,
Jesús, el Hijo de Dios, quien a pesar de ser Hijo aprendió, sufriendo, a obedecer. Que
seamos imitadores de la fe y la obediencia que cultivó Cristo Jesús. Escuchemos.
Lectura de la Carta a los Hebreos 4,14-16;5,7-9
Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo
sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un
sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha
sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso,
acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y
encontrar gracia que nos auxilie oportunamente. Cristo, en los días de su vida
mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo
de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo,
aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido
para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna. Palabra de Dios.
Evangelio: Juan 18,1–19,42
Escucharemos el relato de la Pasión según san Juan. Ésta es una
continuación de la última cena y del discurso de despedida. Pongamos atención
a esta gran lección de generosidad. Puestos de pies. Escuchemos.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 18,1–19,42
Meditación
Hoy, en este Viernes Santo, estamos llamados a reflexionar sobre el misterio
profundo de la Pasión y Muerte de nuestro Señor Jesucristo. Las lecturas de
hoy nos sumergen en el sufrimiento redentor del Siervo Sufriente, preanunciado
por el profeta Isaías. Este Siervo, sin pecado, carga con nuestros pecados y nos
redime a través de su sacrificio.
Isaías nos presenta la figura de este Siervo, despreciado y traspasado por
nuestras rebeldías. Nos invita a contemplar el sufrimiento inocente que lleva a cabo
por amor a nosotros. En el Salmo, exclamamos con el corazón contrito: “Padre, a
tus manos encomiendo mi espíritu”. La confianza total en la voluntad divina, incluso
en medio del sufrimiento, es la senda que nos señala el Siervo Sufriente.
La Carta a los Hebreos nos recuerda que nuestro Sumo Sacerdote,
Jesucristo, entiende nuestras debilidades, ya que ha experimentado en su
carne propia el sufrimiento y la tentación. Él, que no conoció el pecado, se hace
pecado por nosotros para que, a través de su sacrificio, podamos acercarnos
con confianza al trono de la gracia.
La lectura de la Pasión según San Juan nos sumerge en la dolorosa realidad
del sacrificio de Cristo en la cruz. No es simplemente un relato histórico, sino un
acontecimiento eterno que trasciende el tiempo y el espacio. Jesús, el Hijo de
Dios, entrega su vida por amor a cada uno de nosotros. En la Cruz, contemplamos

101
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

el amor divino que alcanza su máxima expresión. La muerte de Jesús no es un


final trágico, sino un acto redentor que nos ofrece la esperanza de la salvación.
En este día, somos llamados a contemplar la cruz como el árbol de la vida, el
instrumento de nuestra reconciliación con Dios. La muerte de Jesús es el puente
que nos lleva de la esclavitud del pecado a la libertad de los hijos de Dios.
Hermanos y hermanas, en este Viernes Santo, no podemos quedarnos
indiferentes ante el sacrificio de Cristo. Su muerte no es solo para recordar, sino
para transformar nuestras vidas. Nos invita a cambiar nuestro estilo de vida, a
abandonar el pecado y abrazar la gracia que fluye de su sacrificio.
Que esta celebración nos inspire a vivir de manera coherente con el
Evangelio, a amar como Cristo nos amó y a ser testigos de su amor redentor
en el mundo. Que la Cruz de Cristo sea para nosotros fuente de esperanza y
fortaleza en medio de las pruebas. Encomendemos nuestras vidas al Señor
en este Viernes Santo, confiando en su misericordia y abrazando el regalo
inestimable de la salvación que nos ofrece en la cruz.

ORACIÓN UNIVERSAL DE LOS FIELES: (MISAL ROMANO)


Ante la muerte de Cristo que da la vida por la humanidad entera, nuestra
oración de hoy debe ser más intensa, para que a todos llegue la salvación que
nace de la cruz. Y dejémonos tocar el corazón por la pasión que viven tantos
hermanos y hermanas en todo el mundo. Unámonos, pues, ahora, en la oración
que abarca a todos y a todas para que el fruto de la salvación alcanzada por
Cristo en la Cruz llegue a toda la humanidad.
Introducción antes de la veneración de la cruz:
En la cruz instrumento de muerte, reconocemos a Cristo que con su muerte
y resurrección abrió la puerta para que, a toda la humanidad, redimida por la
cruz, alcance la salvación y la vida abundante.
Recibamos ahora, en medio de nuestra asamblea, la cruz de Jesucristo. En
ella, Cristo, nuestra vida, se entregó para nuestra salvación, vida y resurrección.
Dispongámonos a adorarlo a Él que ha muerto para darnos vida en abundancia.

Monición después de la veneración de la cruz


Después de un gesto de veneración a la Cruz, como signo de solidaridad
con nuestros hermanos cristianos que viven en Tierra Santa de Jerusalén y
sus alrededores, que viven en situación social, económica y política muy difícil,
haremos nuestro aporte para que, unidos al de tantos católicos sea un apoyo
para aliviar sus necesidades.
Monición antes de la comunión
Ahora tendremos la Sagrada Comunión para aquellos que están
debidamente preparados. La Eucaristía celebrada ayer nos alimenta también
hoy. Nos disponemos para participar de la comunión, esto significa participar en
la victoria de Cristo sobre la muerte. También significa seguirlo en el camino del
sacrificio y del servicio a los demás. Recibiremos a Cristo que nos da la fuerza
y nos ayuda en nuestro caminar hacia el Padre.
Terminada la Comunión, después de nuestro celebrante rezar la oración
sobre la Asamblea; dados los avisos, se despoja el altar y todos salimos en
paz y en silencio, sin despedirnos. Seguiremos en nuestros hogares con
recogimiento acompañando a Jesús en su sepulcro.

102
Plan de Pastoral - Marzo 2024

30 Sábado Santo Mañana


Sábado Santo Morado

Hoy la iglesia no celebra acciones litúrgicas, excepto la Liturgia


de las Horas. Acompañemos a María junto al sepulcro de Cristo, y
participemos de su dolor y de todos los que sufren en nuestro pueblo.

Ambientación general:
Presentamos la oración de Laudes y una reflexión en compañía de
María. La podemos realizar en familia, en comunidad, en la parroquia y hasta
personalmente. Se necesita un lugar o ambiente de silencio para celebrarla en
todo su sentido. Es conveniente que se preparen bien las canciones. El lugar
de la oración debe estar lo más sobrio posible, con una cruz o crucifijo cubierta
con un manto morado y una imagen de María cerca de la cruz.
Monición Ambiental:
Durante la mañana del Sábado Santo la Iglesia permanece junto al sepulcro
del Señor, meditando su pasión y muerte, o está con María, acompañándola en
su soledad y en su llanto.
Es un día de oración, silencio y meditación, un “día de desierto”. Representa
en la vida cristiana esos momentos de vacío, de niebla, en los que lo único posible
es la esperanza. Dios lleva al desierto a los que quiere; allí Dios encuentra un
buen momento para hablar con los amigos. Nuestra vida está, de ordinario, muy
llena de cosas. No tenemos tiempo para nada, y menos para pensar en Dios.
Dios, en este día de Sábado Santo, calla para que aprovechemos el tiempo
en orar, reflexionar y meternos dentro de nosotros mismos; lo hacemos en
compañía de María, que no habla, sólo llora, está en silencio y está en espera.
Acompañemos a María, y dejemos que ella esté a nuestro lado, en silencio,
enseñándonos con su silencio.
Canto: Dolorosa de pie junto a la cruz.
Himno (Hacemos todos juntos este himno tan bonito)
Dame tu mano, María, la de las tocas moradas; / clávame tus siete espadas
en esta carne baldía. Quiero ir contigo en la impía tarde negra y amarilla. Aquí,
en mi torpe mejilla, quiero ver si se retrata / esa lividez de plata, esa lágrima que
brilla. ¿Dónde está ya el mediodía luminoso en que Gabriel, / desde el marco del
dintel, te saludó: «Ave, María”? Virgen ya de la agonía, tu Hijo es el que cruza
ahí. / Déjame hacer junto a ti este augusto itinerario. Para ir al monte Calvario
cítame en Getsemaní. Qué lejos, madre la cuna y tus gozos de Belén: / “No, mi
Niño, no. No hay quien de mis brazos te desuna” Y rayos tibios de luna, entre las
pajas de miel, / le acariciaban la piel sin despertarle. ¡Qué larga es la distancia y
qué amarga de Jesús muerto a Emmanuel! A ti doncella graciosa, hoy maestra
de dolores, / playa de los pecadores, nido en que el alma reposa, / a ti te ofrezco,
pulcra rosa, las jornadas de esta vía. A ti, Madre, a quién quería cumplir mi
humilde promesa. / A ti, celestial princesa, Virgen sagrada María. Amén.
A. Salmo 63 Animador(a): El salmista expresa su lamento al Señor por todo
lo que traman los malos contra el justo. Pero, al mismo tiempo, proclama la victoria
del Señor sobre sus planes que hace que el justo se alegre y que se feliciten los
rectos de corazón. Hoy, nosotros, nos lamentamos de la muerte de Jesús y la
103
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

situación dolorosa de muchas personas y pueblos enteros, pero nos refugiamos


en el Señor, ya que sabemos que con Él la misericordia de Dios vencerá.
Todos: Harán llanto por el hijo único, porque siendo inocente fue muerto
el Señor. (Se puede cantar o recitar a dos coros).
Escucha, ¡Oh, Dios!, la voz de mi lamento, /protege mi vida del terrible ene-
migo; escóndeme de la conjura de los perversos/y del motín de los malhechores:
afilan sus lenguas como espadas/y disparan como flechas palabras venenosas,
para herir a escondidas al inocente, /para herirlo por sorpresa y sin riesgo.
Se animan al delito, /calculan cómo esconder trampas, y dicen: “¿Quién lo
descubrirá?” /inventan maldades y ocultan sus invenciones, /porque su mente y
su corazón no tienen fondo.
Pero Dios los acribilla a flechazos, /por sorpresa los cubre de heridas; su misma
lengua los lleva a la ruina, /y los que lo ven menean la cabeza.
Todo el mundo se atemoriza, /proclama la obra de Dios y medita sus
acciones. /Él justo se alegra con el Señor, se refugia en él, /y se felicitan los
rectos de corazón. Gloria al Padre y al Hijo...
Todos: Harán llanto por el hijo único, porque siendo inocente fue muerto el Señor.
Cántico de Isaías:
El himno con el que vamos a orar a continuación está tomado de Isaías,
quien pone en boca del rey Ezequías la oración de un enfermo que se siente
llegado ya a las puertas de la muerte: y ora, sus ojos mirando al cielo se
consumen, esperando contra toda esperanza, el Señor intervendrá finalmente
devolviéndole la salud. Por eso entona un cántico de acción de gracias. Junto
al sepulcro de Cristo vislumbramos la intervención del Padre a su favor.
(Lo podemos orar o cantar a dos coros).
Cántico del Libro de Isaías (38,10-14.17-20)
Yo pensé: “En medio de mis días tengo que marchar hacia las puertas
del abismo; me privan del resto de mis años”. / Yo pensé: “Ya no veré más al
Señor en la tierra de los vivos, ya no miraré a los hombres entre los habitantes
del mundo. Levantan y enrollan mi vida como una tienda de pastores. Como
un tejedor devanaba yo mi vida, y me cortan la trama”. Día y noche me estás
acabando, sollozo hasta el amanecer. Me quiebras los huesos como un león,
día y noche me estás acabando.
Estoy piando como una golondrina, gimo como una paloma. Mis ojos
mirando al cielo se consumen: ¡Señor, que oprimen, sal fiador por mí! Me has
curado, me has hecho revivir, la amargura se me volvió paz cuando detuviste mi
alma ante la tumba vacía y volviste la espalda a todos mis pecados.
El abismo no te da gracias, ni la muerte te alaba, ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa. Los vivos, los vivos son quienes te alaban como yo
ahora. El padre enseña a sus hijos tu fidelidad. Sálvame, Señor, y tocaremos
nuestras arpas todos los días en la casa del Señor. Gloria al Padre y al Hijo...
Todos: Líbrame, Señor, de las puertas del abismo.
Salmo 150 Animador(a):
La fe en el Señor se convierte en alabanza al entrever su victoria. Con el
Salmo 150 anticipamos ya los cantos de fiesta por lo que acontecerá esta noche
santa con la resurrección. Por eso, nosotros los cristianos somos capaces de
alabar y bendecir al Señor en medio de la tormenta de la vida personal, familiar,
104
Plan de Pastoral - Marzo 2024

social y mundial. Sabemos que Él triunfará con su misericordia y, por eso, le


alabamos anticipadamente.
Digamos juntos: Todos: Estaba muerto, pero ahora vivo por los siglos de
los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del hades.
B. Alaben Señor en su templo, / alábenlo en su augusto firmamento. Alábenlo
por sus obras magníficas, /
C. Alábenlo por su inmensa grandeza. Alábenlo tocando trompetas, /
D. Alábenlo con arpas y cítaras, Alábenlo con tambores y danzas, /
E. Alábenlo con trompas y flautas. Alábenlo con platillos sonoros, /
Alábenlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor.
Gloria al Padre y... Todos: Estaba muerto, pero ahora vivo por los siglos
de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del hades.
Lectura: Juan 19, 38-42. Silencio contemplativo
Reflexión:
Aquí estamos acompañando a María, a una mamá que ha perdido a su
hijo. En nuestra cultura, ¿qué se hace cuando a una mamá se le muere el hijo?
¿Qué se hace si es joven y lo matan violentamente? ¿Qué hacemos si sabemos
que lo han matado injustamente? ¿Nos escondemos como los apóstoles o
vamos valientemente a acompañar a la mamá? Creo que a eso hemos venido,
a acompañarla en esta mañana de soledad. María, madre, no es día para
hacer discursos, sino para acompañarte en esta soledad en que tu hijo está ya
sepultado. Aprovechamos para ir recordando algunos aspectos de estos días.
Nos hemos acostumbrado a ver a María, en Semana Santa, como la
Virgen dolorosa, sufriente, llorando… Sin embargo, el único recuerdo que los
evangelios nos han reservado es el de una Madre valiente, que se mantuvo de
pie junto al tormento de su hijo, es decir, que no se dejó derrumbar por el dolor.
María estuvo junto a la cruz. Como hemos leído en el Evangelio de Juan. Para
Jesús, ver a su Madre que le acompaña tuvo que darle un poco de ánimo, al
darse cuenta de que no está tan solo como pensaba, pues quien más le quiere,
su Madre, está junto a Él, no le ha abandonado, le sigue.
Sin embargo, esta misma situación, mirándola desde otra perspectiva,
podía hacerle sufrir más; es humano que el hijo no quiera que su mamá se
entere de sus sufrimientos, no desea que le vea en esa situación… mejor si
se entera después que ya está muerto, y que no sufriese al ver todo lo que
está pasando… Y para María ¿qué sería? Pongámonos en sus zapatos, en la
situación de una mamá a la que están torturando a su hijo y ella lo está viendo
todo… ¿Qué pasaría por su mente y por su corazón? Estaba, María, junto a la
cruz. Hace falta ser valiente. ¡Hace falta ser madre!
Silencio contemplativo.
Al terminar, todos dicen: Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la
muerte, y una muerte de cruz
Cántico Evangélico (Lucas 1, 68 – 79) Animador(a):
Agradezcamos al Padre, que tanto nos ha amado y que envió a su Hijo para
iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, y guiar nuestros pasos
por el camino de la paz. Digamos juntos: Todos: Salvador del mundo, sálvanos;
tú que con tu cruz y con tu sangre nos redimiste, socórrenos, Dios nuestro.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, / porque ha visitado y redimido a su
pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación / en la casa de David, su siervo,
105
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

según lo había predicho desde antiguo/por boca de sus santos profetas. Es la


salvación que nos libra de nuestros enemigos/y de la mano de todos los que nos
odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, / recordado
su santa alianza / y el juramento que hizo a nuestro padre Abraham. Para
concedernos que, libres de temor, / arrancados de la mano de los enemigos, le
sirvamos con santidad y justicia, / en su presencia, todos nuestros días. Y a ti,
niño, te llamarán profeta del Altísimo, / porque irás delante del Señor a preparar
sus caminos, /anunciando a su pueblo la salvación, /y el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, / nos visitará el sol que nace de lo
alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, / para guiar
nuestros pasos por el camino de la paz. Todos: Salvador del mundo, sálvanos;
tú que con tu cruz y con tu sangre nos redimiste, socórrenos, Dios nuestro.
Preces:
Quien coordina: Por intercesión de María, la madre de Jesús y nuestra
madre, pedimos a nuestro Redentor que por nosotros y por todas las personas
quiso morir y ser sepultado, para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle,
diciendo: Señor, ten piedad de nosotros.
• Oh, Señor, que junto a tu cruz y a tu sepulcro tuviste a tu Madre dolorosa
que participó en tu sufrimiento, - haz que los cristianos sepamos participar
y combatir el sufrimiento de los más pobres de nuestro pueblo. Oremos.
• Señor Jesús, que como grano de trigo caíste en la tierra para morir y dar
fruto abundante, - haz que también nosotros sepamos morir al pecado y
vivir para Dios y la comunidad. Oremos.
• Señor Jesús, que estuviste en el vientre del sepulcro para vencer a la
muerte, - haz que en nuestro país y en el mundo, se respete la vida desde
el seno materno hasta su muerte natural. Oremos.
• Oh, Pastor de la Iglesia, que quisiste ocultarte en el sepulcro para dar la
vida a las personas, - haz que nosotros sepamos también participar en dar
sentido a la vida de los demás. Oremos.
• Nuevo Adán, que quisiste bajar al reino de la muerte, para librar a cuantos,
desde el origen del mundo, estaban encarcelados, - haz que todas las
personas privadas de libertad material y espiritual escuchen tu voz y tengan
sentido en sus vidas. Oremos.
• Cristo, Hijo de Dios vivo, que has querido que por el bautismo fuéramos
sepultados contigo en la muerte, - haz que siguiéndote a ti cambiemos
nuestra manera de vivir. Oremos.
En este momento se invita a quien quiera expresar alguna petición al Señor
por su familia, por su Sector o por el país se acerca a la imagen cubierta de
Jesús y expone sus penas y dolores.
Quien coordina: Movidos por el espíritu filial que Cristo nos mereció con su
muerte, digámosle al Padre: Padre nuestro…
Acompañando y acompañados por María pedimos su intercesión diciendo.
Dios te salve, María, llena eres de gracia…
Conclusión: V. (+) Él Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve
a la vida eterna. R. Amén.
Canto a la Virgen.
Avisos: Recordamos la hora de la celebración de la Vigilia Pascual.
106
Plan de Pastoral - Marzo 2024

30 Sábado Noche
Vigilia de la Pascua de la Resurrección del Señor Blanco
Aleluya, Jesús Resucitado nos reconcilió con el Padre
Algunas orientaciones:
La liturgia de esta noche contiene cuatro partes:
• Primera parte: El Lucernario o Liturgia de la luz, que iniciaremos con la
bendición del fuego, y termina con el cántico del Pregón Pascual.
• Segunda parte: La Liturgia de la palabra, con la proclamación de las siete
lecturas del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento.
• Tercera parte: La Liturgia Bautismal en la que serán bautizados nuestros
catecúmenos (si los hay) y se hace la renovación de nuestras promesas
bautismales, y
• Cuarta parte: es la Liturgia Eucarística.
Se comienza la Vigilia Pascual fuera de la Iglesia para allí hacer la Liturgia de
la Luz -preparar bien el cirio pascual, que debe ser nuevo, bien adornado y preparar
el porta cirio. Preparar el fuego en el lugar donde se va a iniciar la vigilia, y desde
allí salir en procesión con la luz hacia el templo. Que todos lleven sus velones o
velas para encender. Preparar bien el pregón pascual. Preparar bien las lecturas
y sus respectivas moniciones. Que las lecturas sean bien proclamadas, se sugiere
que los salmos sean cantados, para dar mayor solemnidad a la Celebración.
Destacar el canto de la gloria, tocar la campana, crear un ambiente de
fiesta. Si hay bautizos preparar bien el signo del agua en lugar destacado y
adornado. Enfatizar la Renovación de las Promesas Bautismales. Preparar
los vasos sagrados suficientes para la comunión. Al final de la celebración se
puede tener un momento para compartir un brindis con toda la comunidad.
Monición de Entrada:
Hermanos y Hermanas: ¡Buenas noches! Nuestra comunidad cristiana se
regocija con la presencia de todos ustedes. Sean bienvenidos y bienvenidas
a celebrar la Vigilia Pascual 2024. Hoy es la fiesta de las fiestas cristianas,
celebramos el hecho fundamental de nuestra fe que es Jesucristo.
Esta es la noche de las noches. La noche por excelencia: las tinieblas se
desvanecen, la oscuridad queda derrotada, la muerte es vencida de modo
definitivo y Cristo se alza victorioso ante su pueblo.
Por ello, nos reunimos en vigilia de oración a la espera de Cristo resucitado,
para escuchar la Palabra de Dios, para participar en los Sacramentos de la
Iglesia, para celebrar con Cristo el Banquete pascual.
Con mucha alegría damos inicio a esta noche gozosa.
Bendición del fuego. l Preparación del Cirio Pascual l Procesión
Monición para iniciar la procesión:
Hermanos y hermanas, como en otro tiempo los hijos de Israel, guiados
en la noche por la columna de fuego, pasaron de la esclavitud de Egipto a la
libertad de Canaán, así también hoy nosotros iluminados por la luz del Cirio
Pascual seguiremos a Cristo que sale resplandeciente del sepulcro y a la luz de
su triunfo nos dispondremos a inaugurar las fiestas pascuales.
Pregón Pascual
107
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

LITURGIA DE LA PALABRA

SEGUNDA PARTE: LITURGIA DE LA PALABRA


Cada lectura lleva su monición, su salmo cantado preferiblemente y su oración.
Monición a la Liturgia de la Palabra
Hermanos y hermanas: con el canto solemne del pregón Pascual, hemos
entrado ya en la Noche Santa de la Resurrección del Señor. Ahora escucharemos
detenidamente y en silencio meditativo la proclamación de la Palabra de Dios.
A través de ellas recordaremos, las muchas y variadas maravillas que Dios ha
realizado en su historia, para salvar al primer Israel, de igual modo, al llegar
los últimos tiempos envió a su hijo para que con su muerte y resurrección la
salvación alcanzara a todos los hombres.
LECTURAS
• Primera Lectura: Génesis 1,1-31;2, 1-2 / Salmo 103,1-2a.5-6,10.12.13-
14.24 y 35 ó Salmo 32,4-5.6-7.12-13.20 y 22.
• Oración del Celebrante.
• Segunda Lectura: Génesis 22,1-18 / Salmo 15,5.8.9-10.11
• Oración del Celebrante.
• Tercera Lectura: Éxodo 14,15--15,1./ Salmo Éxodo 15,1-2.3-4,5-6.17-18 /
• Oración del Celebrante.
• Cuarta Lectura: Isaías 54,5-14 / Salmo 29,2.4.5-6.11.12a y 13b
• Oración del Celebrante.
• Quinta Lectura: Isaías 55,1-11 / Salmo Isaías 12,2-3.4bcd.5-6
• Oración del Celebrante.
• Sexta Lectura: Baruc 3,9-15.32-4,4 / Salmo 18,8.9.10.11
• Oración del Celebrante.
• Séptima Lectura: Ezequiel 36,16-28 / Salmo 41,3.5bcd;42,3.4 o Salmo
50,12-13.14-15.18.19
• Oración del Celebrante.
Terminada esta oración se encienden los cirios del altar y se canta el Gloria.
Luego el celebrante procede a la Oración Colecta. Terminada la oración nos
sentamos.

Lectura: Romanos 6,3-11


Finalizada la lectura todos se levantan, y el sacerdote entona solemnemente
el Aleluya que repiten todos.
Salmo Responsorial: 117, 1-2.16ab-17.22-23: Este es el día en que actuó
el Señor.
R/ Aleluya, Aleluya, Aleluya. l Evangelio: Marcos 16,1-7 l Homilía

TERCERA PARTE: LITURGIA BAUTISMAL


Letanía de los Santos. / Promesas Bautismales. / Bautismo de los elegidos

CUARTA PARTE: LITURGIA EUCARÍSTICA


Se sigue la Eucaristía como de costumbre. Se puede tener al terminar una
fiesta de gran alegría. Se invita a todos a celebrar en sus casas con gran alegría
esta Pascua con una comida buena y abundante.
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Plan de Pastoral - Marzo 2024

31 Domingo de Pascua en la Resurrección del Señor


Tercer Dia del Triduo Pascual. Blanco
Primer día Cincuentena Pascual o Gran Domingo de Pascua

Aleluya, Jesús Resucitado nos reconcilió con el Padre


Monición de Entrada:
Queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Pascua de Resurrección!
Demos un fuerte aplauso a Cristo resucitado.
Jesucristo ha resucitado para darnos vida, una vida nueva llena de alegría, de
confianza plena en nuestro Dios y en que Él siempre cumple sus promesas. Cristo
ha vencido la muerte, por su sangre derramada en la cruz hoy tenemos nueva vida.
En la alegría de esta pascua, nos hemos reunido en torno a su mesa
para celebrar el banquete eucarístico. La Liturgia de la Palabra de este día de
Pascua nos reviste de gozo, por la esperanza en la vida eterna, pues si por
medio del bautismo hemos muerto al pecado con Cristo, tenemos la certeza de
que también resucitaremos con él.
Este es el día en que actuó el Señor, el sepulcro está vacío, alegrémonos
como el discípulo amado y vivamos jubilosos este acontecimiento de fe,
repitiendo todos el lema del año: “Con Jesucristo, en comunión y oración,
transformamos la nación”.
Cristo ha resucitado, dispongámonos a celebrar esta victoria con toda la
Iglesia Universal. Uniendo nuestras voces a las del coro nos preparamos para
recibir a quien preside y sus acompañantes.
Oración Colecta:
Señor Dios, que en este día has abierto las puertas de la vida por medio
de tu Hijo, vencedor de la muerte; concédenos, al celebrar la solemnidad de
su resurrección, que, renovados por el Espíritu, vivamos en la esperanza de
nuestra resurrección futura. Por nuestro Señor.

LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura: Hechos 10, 34a.37-43
El pasaje que escucharemos a continuación es un relato de aquellos
primeros cristianos testigos de la Resurrección de Cristo. Pedro nos hace un
recuento de la vida de Cristo, de cómo paso haciendo el bien y curando a los
oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él. Escuchemos.
Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 10, 34a.37-43
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Ustedes conocen lo que
sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la
cosa comenzó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con
la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a todos los
oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en Judea y en Jerusalén. Lo
mataron, colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó al tercer día y nos lo hizo
ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que él había designado: a nosotros,
que hemos comido y bebido con él después de su resurrección.
109
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne testimonio de que Dios lo


ha nombrado juez de vivos y muertos. El testimonio de los profetas es unánime:
que los que creen en él reciben, por su nombre, el perdón de los pecados».
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 117,1-2.16ab-17.22-23
R/. Este es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. R/.
«La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa». No he
de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. R/.
La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el
Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. R/.

Segunda Lectura: Colosenses 3,1-4


San Pablo, en esta segunda lectura, nos exhorta a siempre buscar los
bienes de allá arriba en donde está Cristo, junto a Dios, pues nuestra vida debe
estar con Dios, para así poder disfrutar en su gloria. Escuchemos.
Lectura de la Carta del Apóstol san Pablo a los Colosenses 3,1-4
Hermanos: Ya que han resucitado con Cristo, busquen los bienes de allá
arriba, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspiren a los bienes
de arriba, no a los de la tierra. Porque han muerto; y su vida está con Cristo
escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también
ustedes aparecerán, juntamente con él, en gloria. Palabra de Dios.

SECUENCIA DE PASCUA
Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la Víctima propicia
de la Pascua.
Cordero sin pecado que a las ovejas salva, a Dios y a los culpables unió
con nueva alianza. Lucharon vida y muerte en singular batalla, y, muerto el que
es la Vida, triunfante se levanta.
«¿Qué has visto de camino, María, ¿en la mañana?» «A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada, los ángeles testigos, sudarios y mortaja. ¡Resucitó de
veras mi amor y mi esperanza!
Vengan a Galilea, allí el Señor aguarda; allí verán los suyos la gloria de la
Pascua.» Primicia de los muertos, sabemos por tu gracia que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu
victoria santa.
ALELUYA 1 Cor 5,7b-8ª
Ha sido inmolada nuestra victima pascual: Cristo. Así pues, celebremos
la pascua en el Señor.
Evangelio: Juan 20,1-9
La resurrección de Jesucristo es el misterio central de nuestra fe y el
fundamento principal de nuestra esperanza de liberación total de todo aquello
que nos reprime, como aquella mañana del primer día de la semana en que
todo nuestro dolor fue sepultado y Cristo con su resurrección nos dio nueva
vida. Todos de pie, para recibir el mensaje salvífico cantando como hermanos.
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Plan de Pastoral - Marzo 2024

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 20,1-9


El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer,
cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien
quería Jesús, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos
dónde lo han puesto».
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían
juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero
al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.
Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las
vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el
suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al
sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura:
que Él había de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor.
Meditación
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: ¡Feliz y bendito Domingo de
Pascua!
Hoy nos reunimos para celebrar el evento más grandioso y trascendental
en la historia de la humanidad: la resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Este día, este momento, nos llena de esperanza, nos llena de alegría,
porque Cristo ha vencido la muerte y nos ha abierto las puertas de la
vida eterna. Las lecturas de hoy nos revelan la magnitud de este misterio
glorioso.
En los Hechos de los Apóstoles, Pedro nos habla con valentía y claridad
acerca de la resurrección, proclamando que Jesús fue ungido por Dios y que
Dios lo resucitó de entre los muertos. Este testimonio nos invita a reflexionar
sobre la importancia de la fe en la resurrección, una fe que transforma nuestras
vidas y nos impulsa a vivir como testigos de la victoria de Cristo sobre el pecado
y la muerte.
El Salmo responsorial nos llena de gratitud y jubilo, “Este es el día en que
actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo”. En este día de resurrección,
elevamos nuestros corazones en acción de gracias, reconociendo que el Señor
ha obrado maravillas y nos ha librado de las ataduras del pecado. Nuestra
respuesta debe ser la alegría y la alabanza, porque el amor divino ha triunfado
sobre la oscuridad.
La carta a los Colosenses nos llama a dirigir nuestra mirada hacia lo alto,
a buscar las cosas de arriba donde Cristo está sentado a la diestra de Dios.
La resurrección de Cristo no es solo un evento del pasado, sino una realidad
presente que debe transformar nuestras vidas diarias. Somos invitados a vivir
de manera coherente con nuestra fe, a poner nuestra mente en las cosas del
cielo, a vivir la esperanza que brota de la Resurrección.
Finalmente, el Evangelio según San Juan nos narra el encuentro de María
Magdalena con el sepulcro vacío. La experiencia de ver la tumba abierta y
vacía transforma su tristeza en alegría. La resurrección de Jesús no solo es
un evento histórico, sino una realidad que puede transformar nuestras vidas
hoy. Como cristianos, somos llamados a superar nuestras propias tumbas de
desesperación y pecado, sabiendo que Cristo ha vencido todo aquello que nos
separa de Dios.
111
Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden

Queridos hermanos, en este día de Pascua, recordemos que la Resurrección


de Cristo no es solo un consuelo para nuestras penas, sino una fuente de poder
que nos impulsa a vivir como hijos e hijas de la luz.
Que esta celebración renueve nuestra esperanza, fortalezca nuestra fe y
nos lleve a compartir la buena noticia de la resurrección con todos aquellos que
nos rodean. ¡Cristo ha resucitado! ¡Aleluya!

Oración de los fieles


Quien preside: Oremos a Dios Padre, autor de la vida, que resucitó a su
Hijo Jesucristo. A cada invocación vamos a responder: Jesucristo resucitado,
escúchanos.
• Por la Iglesia universal, para que cada uno de sus miembros, a través de la
resurrección de Jesucristo, transformemos nuestras vidas y lleguemos a ser
luz de esperanza para nuestros hermanos y acerquemos a aquellos que no
conocen al Señor que nos da la vida. Oremos.
• Por los gobernantes de las naciones, para que no cierren sus ojos a la verdad
que es Cristo y crezca en ellos el deseo de la buena convivencia y el interés
por el bien de los más necesitados. Oremos.
• Por todas las familias, para que en ellas se promuevan los valores cristianos,
se formen hombres y mujeres que trabajen por el bien común y por la extensión
del reino de Dios a través de la vida consagrada. Oremos.
• Por todos los que sufren enfermedades del cuerpo y del alma, para que la
esperanza de la resurrección y la bondad de Dios siembren en sus corazones
paz y consuelo. Oremos.
• Por todos nosotros, que con gran alegría celebramos a Cristo Resucitado, día
de gozo, para que la Resurrección del Señor, nos llene de vida, y así como
fue removida esa piedra del sepulcro, sea removida nuestra vida de pecado
y sepamos reconocerlo al partir el pan. Oremos.

Quien preside: Escucha, Señor, en la plegaria de tu Iglesia, el anhelo de


toda la humanidad: la resurrección y la vida sin término. Te lo pedimos por
Jesucristo, tu Hijo, a quien has constituido Señor de vivos y muertos, cabeza
de la humanidad, que vive intercediendo por nosotros, y reina por los siglos de
los siglos.

VIVAMOS INTENSAMENTE LA OCTAVA DE PASCUA


La Octava de Pascua: son los días que siguen al primer Domingo de
Resurrección. Todos los días de la Octava de Pascua para la liturgia constituyen
como un mismo día con el Domingo de Resurrección. Sigue la alegría sana y
profunda, se omiten todas las celebraciones del Santoral. Son días privilegiados,
se equiparán a las Solemnidades del Señor y tienen misa propia, por tanto,
sugerimos que se elija un horario adecuado para todos, porque todos debemos
participar. Es la semana del compartir fruto de la Resurrección del Señor.

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