TEÓRICO N°5
Prof. María José Pérez
UNIDAD II. Modelo óptico. Ideales.
Modelo óptico
Lacan retoma el estadio del espejo, en un movimiento de complejización que terminará con lo que se
encuentra casi al final de las Observaciones sobre el informe de Daniel Lagache: «Psicoanálisis y
estructura de la personalidad» y que habitualmente se llama el "esquema óptico" Este escrito fue
redactado cerca de pascuas del 1960. Nosotros estudiamos el capítulo 3: “De los ideales de la persona”.
En la séptima sesión de su primer año de seminario, el 24 de febrero de 1954, Lacan anunciaba que
había “fomentado para [sus oyentes]un pequeño modelo, sucedáneo del estadio del espejo”.
Si se toma un espejo esférico y se dispone frente a él un florero sobre una caja en la que previamente
se ha colocado un ramo de flores invertido, y si el observador logra posicionarse correctamente frente
a ese montaje, podrá observar una imagen de las flores saliendo del florero al que se ve directamente.
El esquema indicad en el libro de Bousasse (Obs., p.653) al que Lacan se refiere es el siguiente. Fig.1.
(p.126)
Casi inmediatamente, dos sesiones más adelante, (la 10) vemos a Lacan operar una inversión completa:
el ramo va a situarse arriba, en la parte directamente visible, y es el florero el que va debajo para formar
la “imagen real”, la que no se obtiene sino por el hecho del espejo esférico y de un cierto del
observador.
Este esquema lo tienen en el Seminario 1, clase VII, p.191. y en “Observaciones…”, p. 654.
Dos sesiones más adelante Lacan señala la cosa de este modo: “Vean ustedes, a la izquierda, el espejo
cóncavo gracias al cual se produce el fenómeno del ramillete invertido; aquí, por comodidad lo he
transformado en florero invertido. El florero está en la caja y el ramillete encima”. (p.190)
Es necesario suponer que, a su criterio, el florero conviene para metaforizar el cuerpo.
Este esquema tiene una potencia metafórica que es necesario captar. Es un montaje metafórico. Lacan
enuncia claramente el valor metafórico de cada uno de los componentes: “La caja representa el cuerpo
de ustedes. El ramillete son los instintos y deseos que se pasean”. “…el ojo es aquí el símbolo del
sujeto” (clase 7, p. 129)
El mérito esencial de este montaje es el de localizar al sujeto que, en el Estadio del espejo, (versión
1949) permanecía indiferenciado del cuerpo, del niño.
Aquí el sujeto está representado de manera metafórica. Esta distinción permite a Lacan usar la tríada
promovida desde el 53: SIR
“¿Qué significa entonces este ojo que está aquí?
Significa que, en la relación entre lo imaginario y lo real, y en la constitución del mundo que resulta
de ella, todo depende de la situación del sujeto. La situación del sujeto – deben saberlo ya que se los
repito- está caracterizada por su lugar en lo simbólico: dicho de otro modo, en el mundo de la
palabra”. (clase 7, p.130)
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S.I.R. pasó por aquí: el cuerpo en tanto real (el florero) es como tal inaccesible a la mirada y por lo
tanto al sujeto (determinado en el orden simbólico), el cual nunca tendrá más que una aprehensión
imaginaria de ese cuerpo. La imagen real está entre el espejo y el sujeto. Una imagen "real" en esta
mención se refiere al uso en física, en la física es una imagen de tres dimensiones por oposición a las
imágenes planas. (Nada que ver con la categoría lacanianas)
Entonces, desde el 24 de marzo de 1954, en su clase 10 (punto 2), en su primer seminario él introduce
un espejo plano. De esta manera, los tres términos decisivos son: el ojo (simbolizando al sujeto, él
mismo determinado por el simbólico), las flores (simbolizando "instintos y deseos" y remitiendo al
real del cuerpo) y el florero (simbolizando la forma unitaria e imaginaria del cuerpo), se encontrarán
los tres frente al espejo.
Lacan introduce lo que no está de ninguna manera en la experiencia de la física, ese espejo plano que
permitirá diferenciar al máximo Ideal del yo y yo ideal.
Leemos p.192, (2 párrafos): “Pasemos el ojo... [hasta] …pongan una mano ante ustedes”
En la p. 213, (clase 11 del Seminario I), dice:
“De la inclinación del espejo depende que veamos, más o menos perfectamente, la imagen. En cuanto
al espectador virtual, aquel al cual ustedes sustituyen mediante la ficción del espejo [plano] para ver
la imagen real [[ el gran Otro]], basta que el espejo plano esté inclinado de cierto modo, para que
esté en el campo desde donde se ve muy mal”
“Podemos suponer ahora que la inclinación del espejo plano está dirigida por la voz del otro” (Sem. 1,
p.213). (con mayúsculas sería. En el Sem. 2 recién escribe ese otro con mayúsculas: Otro)
El simbólico determina el lugar, no ya solamente de S sino a partir de ahora de SV (sujeto virtual ya
que se sitúa en el espacio virtual abierto por el espejo plano) por medio del juego con el espejo. “…la
regulación de lo imaginario depende de…el vínculo simbólico entre los seres humanos” (p.213).
“El intercambio simbólico es lo que vincula entre sí a los seres humanos, o sea la palabra y en tanto
permite identificar al sujeto” (p.215)
Y Lacan llega a frases como estas: “En otros términos, la relación simbólica define la posición del
sujeto como vidente. La palabra, la función simbólica, define el mayor o menor grado de perfección,
de completitud, de aproximación de lo imaginario. La distinción se efectúa en esta representación
entre el Ideal-lch y el Ich-ideal, entre el yo-ideal e ideal del yo. El ideal del yo dirige el juego de las
relaciones de las que depende toda relación con el otro” (p.214)
El S, el I y el R vienen a integrarse al Estadio del espejo para fabricar la distinción entre:
Ideal del yo y yo ideal
El ideal del yo pertenece únicamente a la dimensión simbólica, y el yo ideal está enteramente apresado
en la dimensión imaginaria. El yo ideal es una imagen, el ideal del yo no lo es. Esta oposición no
variará nunca.
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En el Seminario 1, p.215 leemos: “¿Cuál es mi posición en la estructuración imaginaria? Esta
posición solo puede concebirse en la medida en que haya una guía que esté más allá de lo imaginario,
a nivel del plano simbólico, del intercambio legal, que solo puede encarnarse a través del intercambio
verbal entre los seres humanos. Ese guía que dirige al sujeto es el ideal del yo”
“El Ich Ideal, ideal del yo, es el otro [Otro] en tanto hablante, el otro [Otro] en tanto conmigo tiene
una relación simbólica”. (p.215)
“Observaciones…” (1960)
Entre el seminario 1 y “Observaciones…” hay un intervalo de 6 años. Las nuevas anotaciones son
importantes. Es sujeto no está designado con la letra s sino con la S barrada.
El sujeto virtual, SV en su seminario ahora recibe doble escritura S no barrado, y sobre todo I, que
designa aquí el Ideal del yo (SI). En el esquema óptico, el Ideal del yo, es el lugar simbólico desde
donde el sujeto es mirado por el Otro.
Algunas citas:
“Este modelo recubre la función de desconocimiento que la concepción del estadio del espejo sitúa
en el principio de la formación del yo.” [como “efecto de asumir la imagen especular”, que sería la
“imagen virtual que un espejo [plano] puede dar de la imagen real”]
“Las relaciones de las imágenes i(a) e i´(a) han de tomarse como sosteniendo una subordinación
imaginaria” (a lo simbólico).
“En i´(a) hay una forma del otro que su pregnancia introduce como enajenación radical”.
“Lo que el modelo indica también por el florero escondido en la caja es el poco acceso que tiene el
sujeto a la realidad del cuerpo”
En la página 658 de “Observaciones…” Lacan introduce un pequeño detalle que nunca antes había
mencionado, que está notablemente ausente en el texto de 1949 y en otros que lo precedieron y que es
el siguiente: sucede comúnmente que, frente al espejo, en ocasión de su experiencia singular, cada
niño se vuelva hacia aquél o aquella que lo sostiene buscando un instante su mirada. Éstas son las
primeras líneas por medio de las cuales Lacan presenta el asunto:
“Pues el Otro en el que se sitúa el discurso, siempre latente en la triangulación que consagra esa
distancia [a----a´], no lo es tanto [ no es tan latente] como para que no se manifieste hasta en la
relación especular en su más puro momento: en el gesto por el que el niño en el espejo, volviéndose
hacia aquel que lo carga, apela con la mirada al testigo que decanta, por verificarlo, el
reconocimiento de la imagen del jubiloso asumir donde ciertamente estaba ya” (Observaciones, p.
658).
Aquí dice que el Otro es el resorte de la palabra. La función de la palabra es determinante de la
subjetivación. Otro en que se sitúa el discurso.
“no puede estar ausente de ninguna distancia tomada por el sujeto en su relación con el otro [ a´], el
de la díada imaginaria”.
Aquí comienza todo un movimiento complejo que ya no consiste solamente en hacer interactuar el
estadio del espejo y SIR sino en operar una redefinición del sujeto y del objeto. Ese giro del niño va
a traer consecuencias sobre la estructura del sujeto en su relación al Otro. Lacan va a proponer una
nueva definición del sujeto en las primeras sesiones del Seminario 9 “La Identificación”: “Un
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significante es lo que representa a un sujeto para otro significnate”, Luego, en 1962 la irrupción del
objeto (a) como real va a producir un "cambió la mano".
Ideal del yo.
Simbólico, se escribe con mayúscula. Viene del Otro.
Permite organizar la relación especular. Es donde el sujeto se ve como amable y aspira a ser para el
Otro el yo ideal.
Observaciones… (1960):
“El lugar del sujeto es en la elisión significante. El ideal del yo es una formación que viene a ese lugar
simbólico [al lugar de la elisión significante (S1…S2)], y es esto es en lo que corresponde a las
coordenadas inconscientes del yo”.
“Es la constelación de insignias la que constituye para el sujeto el Ideal del yo”. Insignias no llegan
a ser significantes, juegan una por una, no se articulan. Vienen del Otro, dice que son “marcas de
respuestas que hicieron de su grito llamado, marcas donde se inscribe la omnipotencia del Otro”
Este punto SV es donde Lacan única el I(A). Es el lugar desde donde el Sujeto es mirado y desde donde
se dice qué y cómo debe ser para alcanzar la perfección.
Se puede leer I(A) como Ideal del Otro.
El I(A) viene a salvar, a rescatar al Sujeto que quedó entre dos significantes. Esta identificación
primaria al I(A) le da cierta consistencia. El Sujeto se aliena al I(A) porque es del Otro.
Sem. 1: Dirige el juego de relaciones de las que depende toda relación con el otro (semejante).
Subversión del sujeto p.787: El I(A) se forma por identificación primaria alienante a un significante
tomado del Otro, a una insignia que sería el raso unario que viene a colmar la marca que el sujeto
recibe del significante, es decir a colmar la división o fading del sujeto. Leeemos cita de “Subversión
del sujeto” p. 787: “Lo dicho primero, decreta, legisla aforiza….”
Yo ideal
Es imaginario.
Se forma vía identificación con la imagen en el espejo plano.
Freud caracteriza al yo ideal como omnipotente, con todas las perfecciones y todas las satisfacciones
a su alcance. Abandonado se lo intenta recuperar.
El sujeto intenta recuperar la perfección del yo ideal cumpliendo las exigencias del ideal del yo.
¿A qué se identifica el niño a nivel del yo ideal? a una imagen donde goza de todas las perfecciones y
satisfacciones de su majestad el bebe.
El niño para constituirse se soporta narcisísticamente en la mirada y en la voz del Otro.
El sujeto queda fijado a una imagen (yo ideal) que es la imagen que le viene del Otro. Esa imagen se
fija como punto de mira, como consecuencia de la función del ideal Simbólico: I(A). Mi ideal es ser
yo Ideal.
Fin de análisis en 1960: Para llegar a este punto, más allá de la reducción de los ideales de la persona,
es como objeto a del deseo como lo que ha sido para el Otro, como el sujeto está llamado a renacer
para saber si quiere lo que desea. El analista al responder con un vacío cuestiona las identificaciones
imaginarias e ideales. El sujeto puede ir a la posición de sus ideales y subjetivar los significantes que
determina su posición. El giro de 90° permite la asunción de las posiciones ideales.