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Capitulo 6 - Mecanicmos Del Precio

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CAPITULO 6

El Mecanismo del Precio y los Mercados


En el sistema económico capitalista, en ausencia de un organismo central de planificación, la solución
de los problemas económicos fundamentales de qué producir, cómo producir, para quién producir,
equilibrio y crecimiento económico, etc., se dejan al libre juego del mecanismo del precio. La
existencia de un mecanismo libre de precios que sirva de guía de la actividad económica es,
precisamente, una de las características esenciales e inherentes a la organización económica
capitalista.
Naturaleza del Precio
¿Qué es el precio? una persona acostumbrada a las diarias transacciones que tienen lugar en nuestro
medio económico definiría el precio como la cantidad de dinero que damos a cambio de una cosa.
Esta definición no es del toda incorrecta: pero tiene serias limitaciones. Definido en esta forma, el
concepto precio carecería de sentido económico en una sociedad en la que las transacciones
económicas diarias se realizan en ausencia del dinero. Es conveniente apuntar aquí que el dinero, en
la forma conocida en nuestro medio económico, no es en modo alguno esencial al cambio comercial;
si bien tiene la ventaja de facilitar grandemente las transacciones económicas. Así, por ejemplo, en
una sociedad en la que el dinero sea totalmente desconocido, el cambio comercial tiene lugar en forma
directa. Es decir, las cosas se cambian directamente según la razón de cambio acordada por el grupo.
En esta situación, que llamaremos trueque, existe una relación de cambio entre las cosas, que resulta
ser de la misma naturaleza del cambio monetario que tiene lugar en una sociedad monetizada.
Vamos a suponer, para ilustrar mejor este punto, que en una situación de trueque un abrigo de piel se
intercambia por 10 pares de zapatos, y que un par de zapatos se intercambia por una camisa. En esta
situación podemos establecer rápidamente la relación de cambio entre los zapatos, los abrigos y las
camisas. Para adquirir un abrigo de piel hay que dar 10 pares de zapatos o 10 camisas. Los zapatos y
las camisas se intercambian en una relación de uno a uno. Esta relación de cambio indica que en
ausencia del dinero podemos expresar el precio de un objeto en términos de ciertas unidades de los
demás objetos, en la misma forma que en una sociedad monetizada expresamos el precio de las cosas
en términos de cierta cantidad de dinero. Luego, si existe una relación de cambio o precio aun en
ausencia del dinero, es necesario. por lo tanto, buscar una definición que se ajuste mejor al fenómeno
del precio. Una definición más adecuada sería la siguiente: el precio es el coeficiente de cambio de
una cosa por otra. En una situación de trueque este coeficiente de cambio necesariamente estará
expresado en términos de las unidades físicas de un objeto que tendremos que dar a cambio de una
determinada cantidad de los demás objetos. En una economía monetizada este coeficiente de cambio
se expresa convenientemente en términos de un valor monetario. El hecho de que expresemos el
coeficiente de cambio en términos de un valor monetario o como una relación física, como en la
situación de trueque, no cambia la naturaleza económica existente. Por ejemplo, si el precio del abrigo
en términos monetarios es de $20.00, dada la relación de cambio existente bajo la condición de trueque
(1 abrigo = 10 camisas = 10 pares de zapatos) el precio de las camisas y de los zapatos sería de $2.00
por unidad.
La definición anterior puede modificarse para que refleje las relaciones de cambio en una sociedad
monetizada. En este caso la definición quedaría en la siguiente forma: El precio es el coeficiente de
cambio de las cosas, expresado en términos de un valor monetario

Las Funciones del Precio


Dada la naturaleza de la organización económica capitalista basada en la descentralización de las
actividades económicas, el mecanismo del precio desempeña cinco funciones importantes, a saber:
como regulador de la producción, como regulador del uso y disposición de los recursos económicos,
como regulador de la distribución y el consumo y como agente equilibrador del sistema económico.
Examinemos en detalle estas importantes funciones del mecanismo del precio.

El Precio como Regulador de la Producción


El precio constituye el primer indicador que ayuda a los empresarios en la importante decisión de qué
cosas producir y en qué cantidades. La decisión de producir o no un determinado producto y en qué
cantidades, depende del precio que se logre en el mercado. Los empresarios se sentirán inclinados a
iniciar la producción de un determinado artículo si al precio del mercado les permite un margen de
ganancia razonable. La decisión de cuánto producir depende igualmente de la reacción del consumidor
al precio del producto. Si al precio del mercado el producto se vende rápidamente, habrá una tendencia
de parte de los productores a acelerar la producción, Por el contrario, si al precio del mercado el
producto se mueve con lentitud, será necesario reducir la producción.
Las oscilaciones en el precio de un producto son un factor que hay que tomar en consideración. Es
posible que al precio establecido los consumidores tiendan a levantar el producto del mercado a un
ritmo más acelerado que el que pueden lograr los productores en producir el producto. En este caso el
precio del producto tenderá a aumentar. Un aumento en el precio del producto será un estímulo
adicional para que los productores aumenten la producción. Si por el contrario el producto tiende a
estancarse en el mercado, habrá una tendencia a la contracción de producción. La reducción en el
precio, como consecuencia de la negativa de los consumidores a comprar al precio establecido, puede
provocar el abandono total de la producción del artículo en cuestión.

Regulador del Uso y Disposición de los Recursos Económicos


La segunda función importante del precio es la de ayudar a determinar el uso más eficaz de los recursos
económicos. Que uso en particular hemos de dar a los factores de producción y en que proporciones
hemos de combinarlos para lograr la máxima productividad son las dos fases más importantes del
problema de como producir. El precio de los factores de producción funciona a manera de timón, que
dirige el movimiento de los factores en las diferentes fases productivas.
Los factores de la producción tenderán a moverse de las ocupaciones menos remuneradas a las de
mayor remuneración. El factor trabajo, por ejemplo, tenderá a moverse de los sectores económicos
que pagan salarios bajos a los sectores económicos que pagan salarios más altos. Este fenómeno se
observa claramente en las sociedades en proceso de desarrollo económico. En estas sociedades la
agricultura constituye la fuente principal de ingresos, pero los salarios tienden a ser muy bajos. A
medida que toma auge el proceso de desarrollo económico, por vía del proceso de industrialización,
los salarios tienden a elevarse en el sector industrial, y se produce una emigración de obreros del sector
agrícola al sector industrial. Asimismo, el capital invertido en sectores económicos menos
remunerativos tenderá a emigrar hacia sectores económicos en los que la inversión de capital rinda
utilidades más elevadas. Que un predio haya de utilizarse para la agricultura, para la construcción o
para la ganadería dependerá, en última instancia, de la renta que se espera lograr de cada una de estas
ocupaciones. Es decir, el precio que obtengan los factores de la producción de cada uso alternativo
determinará el uso que finalmente daremos a los recursos económicos.
En segundo lugar, el precio de los factores de producción determina a su vez la proporción en que
éstos han de usarse en has distintas funciones productivas. En una sociedad económicamente
subdesarrollada y con abundante mano de obra el bajo costo del factor trabajo induce a depender más
de este servicio que de los demás, en los diferentes procesos productivos. Como hemos indicado
anteriormente, el crecimiento económico se refleja en un aumento en el costo de los factores de
producción. A medida que el factor trabajo aumenta en precio como consecuencia del desarrollo
económico, se iniciará el fenómeno de la sustitución del factor trabajo por otros factores menos
costosos. El proceso de sustitución llega a su fin cuando se logra la combinación de costo mínimo.

El Precio como Regulador del Consumo


La tercera función importante del precio es la de regular la distribución de bienes y servicios. El precio
actúa como un agente racionador, en la medida en que tiende a ajustar la producción a las necesidades
de consumo de la sociedad. La porción de la producción total que le toque a cada individuo depende,
en última instancia, del precio de las cosas. Al precio del mercado, cada individuo obtendrá aquella
cantidad del producto que le permitan sus ingresos. Suponiendo que el ingreso de las personas se
mantiene constante, un aumento en el precio significará una reducción en las cosas que pueden
adquirir, y viceversa. Es así como los cambios en el precio de los productos tienden a ajustar el
consumo individual al estado de la producción.
La función reguladora del consumo del mecanismo del precio puede verse mejor si analizamos dos
posibles situaciones. Suponiendo que los precios del mercado oscilan libremente y que el ingreso de
los consumidores se mantiene constante, ¿qué ocurriría si de repente se produce una reducción drástica
en la producción de un artículo? La competencia entre consumidores para mantener el nivel de
consumo acostumbrado tenderá a provocar un aumento en el precio. En ausencia de otros factores,
mientras la producción esté por debajo de las necesidades de consumo, el precio tenderá a subir hasta
que se establezca un precio que armonice la producción con las necesidades de consumo. Al aumentar
el precio los consumidores se verán obligados a ajustar el consumo al nivel de su ingreso. Cada
individuo se verá obligado a conformarse con una cantidad menor del producto. Un ajuste parecido,
pero en dirección opuesta ocurre cuando, por alguna razón, se registra un aumento en la producción
de un artículo. Suponiendo igualmente que no ha habido cambios en los ingresos de los consumidores,
el incremento en producción producirá una lucha entre productores por conquistar el mercado. Ningún
productor logrará aumentar sus ventas manteniendo el precio que prevalecía antes del cambio en
producción. La competencia entre los productores provocará, sin duda, una reducción en el precio. El
productor que se obstine en mantener el precio anterior registrará una reducción en sus ventas y una
acumulación de inventarios. Bajo condiciones de libre competencia, llegará el momento en que todos
los productores ofrecerán el producto a un precio más bajo que el anterior. Al bajar el precio, los
consumidores podrán comprar una mayor cantidad del producto, y en esta forma se establece un
equilibrio entre la producción y el consumo.

Distribución de la Producción
La distribución de la producción entre los diferentes miembros de la sociedad es una de las funciones
más importantes en cualquier sistema económico. Cuánto le toca a cada cual, en el sistema capitalista,
depende de los salarios, las ganancias, los intereses y las rentas obtenidas en el proceso productivo.
Las ganancias, las rentas personales, los salarios y los intereses constituyen los precios de los factores
de producción. En este sentido, el capitalismo logra la distribución de la producción mediante un
sistema de precios para los factores de la producción. Se presume, en principio, que los precios de los
factores de producción (al igual que los precios de todas las cosas) quedan determinados en el sistema
capitalista mediante el libre juego de la oferta y la demanda de los servicios productivos. Vamos a
suponer por el momento, para simplificar, que ello es así. Independientemente de si los precios de los
servicios productivos se establecen libremente, por el juego de la oferta y la demanda, lo cierto es que
cuánto toca a cada cual, de la producción total en un año determinado, depende de cuánto fueron sus
ganancias, sus intereses, sus rentas o sus salarios, durante ese año. Evidentemente, el mecanismo del
precio sigue siendo el instrumento de distribución de la producción en el sistema capitalista.

Equilibrio del Sistema Económico


El mecanismo del precio también actúa como fuerza equilibradora del sistema económico. Si los
factores de producción tienden a moverse de las ocupaciones de menor rendimiento a las de mayor
rendimiento, o lo que es lo mismo, emigran de la ocupación menos remunerada a las de mayor
remuneración, llegará el momento en que el rendimiento de cada factor será igual en todas las
ocupaciones. De conformidad con el principio de rendimientos decrecientes, el movimiento de
factores del sector económico A al sector económico B, causará una reducción en el rendimiento del
factor B y un aumento en el rendimiento de los factores en A. Llegará el momento en que el
rendimiento de los factores en A será igual al rendimiento en B. Vamos a suponer que la industria de
la construcción ofrece mayores ganancias que la agricultura. El capital tenderá a liberarse de la
agricultura y a emigrar hacia la construcción. A medida que más capital entra en la industria de la
construcción, la competencia de las empresas constructoras para atraer los factores de la producción
especialmente el factor trabajo, hará que los costos tiendan a aumentar, y el margen de ganancias
tienda a reducirse. Tarde o temprano llegará el momento en que no haya más incentivos para el
movimiento de capital del sector agrícola al sector de construcción. Obviamente, este punto llegará
cuando el rendimiento de un dólar invertido en el sector de la construcción sea tan productivo como
un dólar invertido en la agricultura.
Este proceso de ajuste ocurre igualmente en el sector productor de artículos de consumo. ¿Qué
ocurriría si, al precio del mercado de refrigeradores, los consumidores compran rápidamente la
producción y los productores tienen buenos beneficios? Hemos de esperar una emigración de capital
de otras ocupaciones menos lucrativas hacia el sector productor de refrigeradores. El advenimiento de
nuevas empresas, tarde o temprano causará un aumento en la producción, una reducción en el precio
de los refrigeradores y un aumento en los costos de producción. El aumento en el costo de producción
que se producirá como consecuencia del precio más alto que deberán pagar las empresas por los
factores de producción, unido a la reducción en el precio, llegará a eliminar las ganancias excesivas,
hasta el punto en que desaparezca todo incentivo de movimiento de capital. Cuando cese todo
movimiento de los factores de producción, habremos llegado a una situación de equilibrio en que el
mecanismo del precio ha jugado el papel principal.

Deficiencias del Mecanismo del Precio


Obstáculos al Equilibrio. Lo anterior describe la tendencia hacia el equilibrio del sistema económico
capitalista, sujeto al mecanismo del precio. ¿Cuán realista resulta esta tendencia hacia el equilibrio?
A esta pregunta tenemos que contestar inmediatamente que, si bien el mecanismo del precio tiende a
llevar al sistema económico hacia un equilibrio general, hay varios obstáculos que lo impiden.
Algunos de estos obstáculos son de naturaleza institucional, como, por ejemplo, las medidas
restrictivas impuestas por el gobierno. Otros surgen de las condiciones creadas por la lucha económica
de las empresas para controlar el mercado, como los convenios económicos de carácter monopolístico.
Hay aún otros obstáculos que pueden considerarse como barreras naturales al libre desenvolvimiento
de los procesos económicos. Analicemos los obstáculos más sobresalientes que impiden el logro de
un equilibrio perfecto del orden económico.
El primero de ellos es la relativa inmovilidad de los factores de producción. El equilibrio de la
economía sólo se lograría si, en ausencia de impedimentos artificiales o legales, existiese perfecta
movilidad, de suerte que ocurriera el rápido movimiento de los factores de la producción de las
ocupaciones menos productivas hacia las de mayor productividad. El capital, la tierra y el factor
humano no se mueven de una ocupación a otra con la rapidez que supone el principio del equilibrio.
Para que el capital ocupado en una línea de producción pueda liberarse y entrar en otra de mayor
productividad, se requiere que transcurra un periodo de tiempo relativamente largo. Transcurrido éste,
podemos observar una clara tendencia hacia el movimiento de capital de una ocupación a otra, guiado
por las posibilidades de mayores ganancias.
El uso del factor tierra tiende a ser igualmente fijo a corto plazo. El cultivo de la piña puede ser en un
momento dado más lucrativo que el cultivo de la caña; pero la transferencia no puede hacerse
rápidamente. La relativa inmovilidad de la tierra proviene, en parte, de la amovilidad del capital
involucrado en la fase agrícola. El cambio de uso de la tierra implica también una modificación de la
maquinaria (capital), que requiere, igualmente, algún tiempo para consolidarse.
El factor trabajo tiende a ser el más movible de todos; pero está aún muy distante de ser perfectamente
movible. Las causas para la relativa inmovilidad del factor trabajo son varias. La primera es de
naturaleza técnica. Las ocupaciones que requieren obreros diestros pagan mejores salarios que las que
emplean obreros no diestros; pero no se observará un movimiento rápido de obreros no diestros en la
dirección esperada. La carrera de medicina goza de gran prestigio en nuestra sociedad y es la más
lucrativa; no obstante, hay una gran escasez de médicos. El costo de la educación, los requisitos de
entrada a las escuelas de medicina, la larga espera que requiere la profesión antes de poder practicarla,
son todos impedimentos que imposibilitan el rápido movimiento de personas que desean dedicarse a
dicha profesión.
Hay también lo que podría llamarse barreras naturales al libre movimiento del factor trabajo. Las
ocupaciones en los grandes centros urbanos están, por regla general, mejor remuneradas que las
ocupaciones en las zonas rurales. Pero a veces las largas distancias que hay que recorrer para trabajar
en los centros urbanos constituyen un obstáculo claro al libre movimiento de obreros. El impedimento
es todavía mayor si los medios de transportación son inadecuados. Muchos obreros prefieren un
salario más bajo, a sufrir los inconvenientes de un sistema de transportación deficiente.
Finalmente, pueden señalarse obstáculos de naturaleza social. El moverse de una ocupación de bajo
salario a una mejor pagada, a veces requiere la separación prolongada de la familia, No todos los
obreros están en disposición de alejarse de la familia para trasladarse a los centros de trabajo. una gran
cantidad de trabajadores rechaza ocupaciones mejor remuneradas a fin de estar cerca de sus familiares.
Esta tendencia es muy marcada en las sociedades en donde los lazos familiares constituyen un fuerte
elemento de cohesión social.

Intervención del Gobierno


Bajo condiciones normales, el mecanismo del precio logra ajustar la producción a las necesidades del
consumo. Hemos visto que en épocas de gran abundancia el precio tiende a bajar, permitiendo así a
los consumidores adquirir una mayor cantidad de la producción con el ingreso monetario disponible.
En épocas de baja producción el precio tiende a subir, obligando en esa forma a los consumidores a
ajustar el consumo al ingreso disponible. Este ajuste automático de la producción y el consumo
presupone que el mecanismo del precio se desenvuelva libre de toda intervención que, en alguna
forma, pueda interferir con el libre juego de las fuerzas económicas. Ahora bien, el mecanismo del
precio no siempre logra con igual eficacia distribuir la producción entre los diferentes sectores de la
población. En épocas consideradas como anormales, el libre juego del mecanismo del precio puede
crear una distribución inadecuada de la producción. Por ejemplo, si en épocas de baja producción se
permite que el precio aumente sin límites, llegará el momento en que las clases sociales de ingresos
bajos no podrán adquirir la cantidad de bienes necesarios para atender adecuadamente sus necesidades
de consumo. Por otro lado, en épocas de gran producción, la reducción sin límites del precio puede
llevar a la ruina a los sectores productores. Cuando estas situaciones ocurren, se admite la intervención
del gobierno a fin de establecer aquellas regulaciones que ayuden al mecanismo del precio a lograr
las funciones descritas anteriormente.

Precios Máximos Cuotas de Consumo


Para ayudar al mecanismo del precio en la función de regular la distribución de la producción, se
practicó en Estados Unidos, durante la Segunda Guerra Mundial, la fijación de precios máximos y la
fijación de cuotas de consumo. La fijación de precios máximos tenía como propósito permitir cierta
oscilación del precio, teniendo en consideración un techo máximo a fin de que los grupos de ingresos
bajos pudieran conseguir una adecuada cantidad del producto. Esta política permite cierta flexibilidad
de los precios por debajo del límite máximo.
El sistema de cuotas consiste en asignar, mediante cupones de consumo, las cantidades de un producto
que, a los precios del mercado, podría adquirir cada persona. Este sistema se utilizó especialmente en
la distribución de los artículos de primera necesidad. Ambos sistemas de regulación coexistían en los
casos de artículos de primera necesidad cuya producción total no era suficiente para satisfacer las
necesidades de consumo. La política de precios máximos, unidos al sistema de cuotas, tiene como
propósito ajustar el consumo a la producción durante épocas en que el libre mecanismo del precio no
logra una adecuada distribución.

Los Precios de Paridad


En épocas de sobreproducción, se practica en Estados Unidos el Sistema de precios de paridad para
asegurar a los productores un precia que les permita funcionar con un margen razonable de ganancias.
El sistema de precios de paridad implica una política de subvenciones monetarias directas a los
productores. La política de precios de paridad consiste en fijar un precio para el producto, que
garantice un margen razonable de ganancias, tomando en consideración los costos de producción. El
gobierno esté dispuesto a compensar a los productores por la deficiencia que haya entre el precio de
mercado del artículo y el precio de paridad establecido como razonable. por ejemplo, si el precio de
mercado de un artículo es de 6 centavos y el precio de paridad fijado es de 10 centavos, el gobierno
cubriría la diferencia mediante una subvención de 4 centavos por unidad. En esta forma se mantiene
en plena producción un sector económico que, de otro modo, registraría grandes oscilaciones que
podrían resultar en detrimento de la estabilidad económica nacional.
Estas medidas reguladoras siempre se han considerado como extraordinarias en el sistema capitalista;
y ha habido una tendencia clara a levantarlas una vez restablecida la normalidad. Esta actitud está en
armonía con la idea de que los procesos económicos, si se dejan al libre juega de las fuerzas
económicas del mercado, pueden lograr eficazmente las funciones de regular los procesos de
producción, distribución y consumo.

Naturaleza de los Mercados


En el vocabulario corriente usamos el concepto "mercado" para referirnos al sitio específico en donde
se compran y se venden cosas. Esta definición no es incorrecta; pero resulta demasiado estrecha.
Cuando los economistas hablan del mercado del azúcar, o el mercado del petróleo, no están pensando
específicamente en el sitio en que concurren los compradores y vendedores de estos productos. Lo
que tienen en mente son las condiciones generales de producción, distribución y consumo de estos
productos. En este sentido, el concepto "mercado", para el economista, es mucho más amplio que el
significado que le damos en el uso corriente. Cuando el economista habla de mercado se refiere, por
lo tanto, a las condiciones generales en que se producen y se venden determinadas cosas. La estructura
y condiciones en que se desenvuelve la industria del acero, en lo que respecta a la producción y
distribución de dicho metal, constituye el "mercado del acero", según el significado de los
economistas. Dadas las diferentes condiciones bajo las cuales se desenvuelve la compra y venta de
los productos, se acostumbra a distinguir el mercado local del mercado mundial.
A los fines del análisis de la teoría del precio, ampliaremos aquí el concepto "mercado", para incluir
la peculiar organización de la producción, distribución y consumo del producto de una industria en
particular, Al analizar la organización de un mercado, según la definición anterior, tendremos en
mente dos aspectos del problema: las condiciones bajo las cuales se desenvuelve la producción y las
condiciones generales en que operan los consumidores de un producto.

Tipos de Mercado
Tomando en consideración la peculiar organización de un sector industrial en particular podemos
establecer cuatro tipos de mercados: competencia perfecta, competencia imperfecta (o competencia
monopolística), Oligopolio y monopolio.

Competencia Perfecta
Para que exista un mercado de competencia perfecta se supone que concurran las siguientes
condiciones: un número ilimitado de pequeñas unidades de producción y consumo; todas las firmas
competidoras producen un bien homogéneo; libre entrada y salida de firmas al sector industrial; no
intervención del Estado en la actividad económica; conocimiento de las condiciones del mercado por
los interesados; y, finalmente, perfecta movilidad de los factores de producción. Un breve examen de
cada una de estas condiciones nos ayudará a entender mejor las conclusiones económicas que se
derivan de una situación de competencia perfecta.
La primera condición necesaria para que rija un mercado de competencia perfecta tiene que ver con
el número y tamaño de las unidades de producción y consumo. Es preciso que tanto las unidades de
producción (empresas) como las unidades de consumo sean numerosas y pequeñas en tamaño. La
capacidad productiva de cada una de las empresas que componen la industria debe ser tan reducida
que la producción de una firma tomada individualmente constituya una porción insignificante de la
producción total del sector industrial. Esta condición asegura que ninguna empresa podrá afectar o
influenciar el precio de mercado del producto por acción individual. La empresa podrá duplicar su
producción o reducirla a la mitad Sin que ello afecte significativamente el volumen de producción
total. Quedando la producción total prácticamente inafectada por la acción individual de cualquiera
de las firmas que procediera como se indica arriba, la consecuencia lógica es que el precio del producto
no podrá ser alterado por la voluntad de las empresas. las empresas tendrán que aceptar el precio del
mercado como un dato inevitable.
Es igualmente necesario a la competencia perfecta que las unidades de consumo sean numerosas y
pequeñas. Esta condición asegura que cada unidad de consumo absorberá una porción tan pequeña de
la producción total que ningún consumidor podrá afectar el precio del producto por iniciativa
individual; dada la limitada capacidad de consumo de cada unidad, cualquier aumento o reducción en
el gasto de los consumidores individuales no afectará significativamente el consumo total, por lo que
tampoco afectará el precio del producto, Cada unidad de consumo se ve, por lo tanto, obligada a
consumir la porción que le permita su capacidad de consumo al precio establecido en el mercado.
La segunda condición necesaria para que exista un régimen de competencia perfecta es que no haya
impedimentos de ninguna clase a la actividad económica en generar. Esta condición presupone que el
gobierno no intervendrá en forma alguna que pueda afectar las decisiones en cuanto al volumen de
producción, las decisiones del consumidor o el precio del producto.
El principio de no intervención se extiende no sólo a la esfera gubernamental, sino también a las
instituciones económicas privadas tales como las asociaciones de productores, los sindicatos obreros
y otras organizaciones influyentes. Descartando la posibilidad de que las instituciones públicas y
privadas influyan colectivamente en las decisiones económicas de las unidades de producción y
consumo, la producción, distribución y consumo son procesos que se rigen por el libre juego de las
fuerzas económicas del mercado.
En tercer lugar, un mercado de competencia perfecta presupone completa libertad de movimiento de
los factores de producción, así como de los artículos producidos. Los factores de la producción se
moverán con entera libertad hacia las ocupaciones de mayor remuneración. Igualmente, los
productores tendrán perfecta libertad de moverse de los mercados de precios bajos hacia los mercados
de precios más elevados. Así también los consumidores podrán moverse hacia los mercados de precios
más bajos. Esta condición asegura un ajuste inmediato a cualquier cambio que ocurra en las
condiciones del mercado.
Una cuarta condición para un mercado de competencia perfecta es la libertad de entrada y salida de
las unidades de producción a los sectores económicos. Esta libertad asegura que, si las condiciones
económicas en un determinado sector son prósperas, se desarrollará una corriente de capital de otros
sectores económicos menos prósperos hacia el sector mencionado. Nuevas empresas podrán entrar a
cualquier sector industrial si las condiciones son atractivas, así como abandonarlo si se tornan
desfavorables.
Finalmente, un mercado de competencia perfecta presupone perfecto conocimiento de las condiciones
del mercado. Los productores se enterarán rápidamente de cualquier cambio en las mismas, y lograrán
un ajuste inmediato a la nueva situación. De igual modo, los consumidores tendrán completa y rápida
información de cambios en el precio del mercado. Esta condición supone que ninguna unidad
productiva podrá sacar ventaja a las demás o que, a lo sumo, cualquier ventaja que una empresa logre
sobre las otras será transitoria; ya que éstas llegarán a enterarse de las causas de la ventaja y,
consecuentemente. tomarán las medidas necesarias para superar la situación. Podrá una firma producir
con mayor eficacia que las demás si, por ejemplo, adopta una nueva técnica de producción; pero es
de presumir que, bajo condiciones de competencia perfecta, no tardarán las demás en adoptar la misma
técnica productiva, eliminando de esta forma la desventaja.
Los consumidores deberán también tener perfecto conocimiento de las condiciones del mercado para
que haya competencia perfecta. En esta forma siempre pagarán el precio más bajo que prevalezca en
el mercado para un producto. Esto significa que un productor no podrá mantener un precio más alto
que las demás firmas que elaboran el producto, puesto que si insistiera en ello perdería todos sus
clientes. Si un productor redujera el precio para atraer una mayor cantidad de consumidores no podría
lograr una ventaja permanente, ya que todas las empresas procederían en igual formar. Si existe en
verdad perfecto conocimiento de las condiciones del mercado, cuando un empresario reduce el precio
del producto, todos los demás harían otro tanto y si alguna ventaja existiera sería de naturaleza
transitoria.
Si todas las condiciones que hemos descrito arriba estuvieran presentes en una industria, las decisiones
en cuanto al nivel de producción de cada firma (y por supuesto de todo el Sector industrial), e precio
del mercado y las cantidades a consumirse estarían determinadas por el libre juego de las tuerzas del
mercado. Esta es, precisamente, la característica esencial de una situación de competencia perfecta.
Desde el punto de vista de la teoría del precio, el precio de competencia perfecta estaría determinado
por el libre juego de la oferta y la demanda. La oferta y la demanda vienen a ser los dos determinantes
del precio, bajo condiciones de competencia perfecta.
Corrientemente se establece una diferencia entre un mercado de competencia perfecta y un mercado
de competencia pura. La diferencia establecida es realmente cuestión de grado. Habrá competencia
perfecta cuando todas las condiciones que hemos mencionado concurren en un mercado. La condición
que determina si se trata de un mercado de competencia perfecta o de un mercado de competencia
pura es el elemento de conocimiento perfecto de las condiciones del mercado. Esta condición supone
que los ajustes de los empresarios y de los consumidores. Ante cualquier cambio en las condiciones
del mercado, tecnología, precio, etc., se realizan en forma automática. Hemos mencionado que, como
consecuencia de este ajuste automático, ninguna empresa podrá mantener por tiempo ilimitado una
ventaja sobre las demás. La ausencia del elemento de conocimiento perfecto de las condiciones del
mercado hará del ajuste de los empresarios un proceso mucho más lento. Pasará algún tiempo para
que los consumidores o los productores se den cuenta del cambio de situación, pudiendo en esa forma,
una empresa, mantener una ventaja sobre las demás por un tiempo mayor. El tiempo que una empresa
pueda mantener dicha ventaja depende de cuán perfecto sea el mecanismo de información que impere
en el mercado.
Esta diferencia entre competencia pura y competencia perfecta sólo afecta la rapidez con que las
firmas pueden lograr los ajustes necesarios a los cambios que puedan ocurrir en las condiciones del
mercado. Pero en los aspectos más importantes, como son, por ejemplo, las decisiones respecto de
cuánto producir y el precio que se establezca en el mercado los resultados finales son iguales. Bajo
condiciones de competencia pura o perfecta, la determinación del precio del producto y el volumen
de producción de cada firma (y por ende de toda la industria) es un proceso que se rige por el libre
juego de la oferta y la demanda.

Competencia Imperfecta o Competencia Monopolística


Un segundo tipo de mercado es el que se ha conocido bajo el nombre competencia imperfecta o
competencia monopolística. El mismo nombre con que se ha definido este tipo de mercado revela la
existencia de ciertos elementos que llevan una determinada imperfección al mercado. La mejor
manera de conocer las características distintivas entre un mercado de competencia perfecta y un
mercado de competencia imperfecta o monopolística es analizando las fuentes de la imperfección.
Como recordaremos, bajo condiciones de competencia perfecta no hay nada que pueda inducir a un
consumidor a preferir el producto de una empresa en detrimento de las demás. Ello es así porque el
producto de una firma, bajo condiciones de competencia perfecta, es idéntico al producto de las demás.
Dadas las otras condiciones examinadas en la sección anterior, la homogeneidad del producto es lo
que asegura la imposibilidad de que los consumidores establezcan preferencia por él producto de una
empresa en particular en detrimento de las demás.
Todas las empresas están en igualdad de condiciones. El elemento de competencia imperfecta aparece
precisamente cuando por alguna razón, se rompe esta igualdad de condiciones entre las firmas que
componen el sector industrial. Cuando en un sector económico una empresa puede inducir a los
consumidores a preferir su producto en perjuicio de las demás empresas que componen la industria,
estamos frente a un mercado de competencia imperfecta,
En un mercado de competencia imperfecta prevalecen todas las condiciones que hemos descrito para
un mercado de competencia perfecta, excepto la Condición de que el producto sea homogéneo. La
característica esencial y distintiva de un mercado de competencia imperfecta o monopolística es
precisamente la diferenciación del producto. Cada firma en la industria elabora un producto que se
diferencia en algo del producto de las demás firmas. A veces esta diferenciación es más aparente que
real, pero le da cierta distinción.
Las fuentes de diferenciación del producto de una industria, que convierten un mercado de
competencia perfecta en un mercado de competencia imperfecta o competencia monopolística, son
varias.
La importancia del elemento de diferenciación es que induce en alguna forma a los consumidores a
preferir el producto de una empresa en particular por otras razones que no son las diferencias en
precios. Como se recordará, una de las condiciones de competencia perfecta es que los consumidores
no tendrán incentivos para preferir el producto de una empresa en particular, excepto diferencias en
precios.
Se han señalado varios elementos de diferenciación del producto de una industria como suficientes
para establecer una situación de competencia imperfecta o monopolística. En primer término, se señala
el costo de transportación del cliente. Las diferencias en los costos de su transportación pueden inducir
a un consumidor a preferir comprar en los mercados más cercanos. El costo de transportación es un
elemento adicional al precio del mercado que el consumidor suele tomar en consideración. En segundo
término, el consumidor puede ser inducido a preferir el producto de una empresa en particular por la
garantía de buena calidad asociada con el prestigio de una casa comercial de reconocida reputación.
En tercer término, las facilidades que brindan los diferentes productores puede determinar la
diferencia. La rapidez en el servicio, buen trato, los términos del crédito, etc., son elementos que
pueden definitivamente inducir a una persona a preferir el producto de una firma en particular en
perjuicio de las demás que componen la industria. Esta condición es aún más significativa en aquellas
ramas del comercio en las que las relaciones humanas juegan un papel importante, no así en aquellas
en donde las relaciones son impersonales.
Los derechos de uso exclusivo de una marca registrada constituyen un elemento de mayor importancia
al explicar las imperfecciones del mercado. Los derechos de marcas registradas establecen la más
clara diferenciación de los productos. El nombre único de un producto protegido por leyes del Estado
pone a su productor en ventaja definitiva sobre los demás empresarios. El hecho de que nadie más
pueda usar el nombre Colgate en la industria de dentífricos otorga a la concesionaria un determinado
poder monopolístico sobre dicho producto.
Los productores del dentífrico Colgate pueden reclamar que su producto es distinto a los producidos
por los demás. La acción deliberada de diferenciar el producto mediante el simple truco de introducir
un nuevo diseño en la envoltura, un nuevo sabor, y hasta un nuevo componente químico de efectos
"sorprendentes," constituye precisamente el espíritu de competencia en un mercado de competencia
monopolística o imperfecta. El producto de las firmas que componen la industria es fundamentalmente
el mismo, y sin embargo se convierte en cosas distintas mediante el proceso de diferenciación que
hemos descrito.
Hemos utilizado indistintamente el nombre competencia imperfecta y competencia monopolística
para referirnos a una misma realidad, a pesar de que tanto la Profesora Joan Robinson como el Profesor
Edward H. Chamberlain insisten en que se trata de dos situaciones distintas. Aunque los puntos de
partida de uno y otro autor son distintos, la realidad descrita por una y otro se refiere a la ausencia de
competencia perfecta en la realidad. Lo cierto es que lo que la Profesora Robinson llama
imperfecciones del mercado, y los elementos monopolísticos que menciona el Profesor Chamberlain,
conducen a la misma conclusión de que en la realidad, "cada productor tiene un monopolio limitado"
sobre su producto, lo cual le permite competir con los demás productores en la industria sobre la base
de otros elementos además del precio del producto. Mediante este proceso de diferenciación cada
firma en un mercado de competencia monopolística se aísla en alguna medida de las demás firmas, y
puede, en esa forma, ejercitar un limitado poder monopolizador sobre los consumidores. En este
sentido, el fenómeno de la determinación del precio y el volumen de producción de cada firma se aleja
de las condiciones establecidas para un mercado de competencia perfecta. Cada firma puede, en escala
limitada, manipular el precio y la producción.

Oligopolio
Bajo condiciones de competencia perfecta ninguna firma, como condición indispensable, tiene poder
económico suficiente como para afectar el precio del mercado mediante manipulaciones en el volumen
de su producción. Cada firma es tan pequeña, y el número de firmas en la industria tan grande, que
ninguna de ellas podrá afectar las condiciones del mercado en beneficio propio. En segundo término,
cada firma actúa con independencia de las demás. Estas dos condiciones quedan significativamente
modificadas en el caso de un mercado de oligopolios. Un mercado de oligopolios presupone un
número reducido de firmas con una capacidad productiva lo suficientemente grande como para poder
afectar la producción total en ese sector industrial por acción individual. Puesto que la capacidad
productiva de cada firma constituye una porción substancial de la producción total de ese sector
industrial, cada firma individual podrá afectar el precio del mercado del producto mediante
manipulaciones en el volumen de su producción. En esa forma, un oligopolista podrá lograr un
aumento en el precio mediante una reducción en la producción, o podrá provocar una reducción en el
preció mediante un aumento en la producción. Mientras en un mercado de competencia perfecta se
presupone que cada firma actúa con independencia de las demás bajo condiciones de oligopolio, las
firmas actúan en una relación de interdependencia. Es decir, cualquier decisión tomada por cualquiera
de las firmas que componen el mercado afecta en tanto grado a las otras que casi seguro será
prontamente seguida por las demás firmas. Una tercera condición de la situación de oligopolio es la
diferenciación del producto. La diferenciación puede ser real o sencillamente imaginaria, pero lo más
importante es que cada firma pretende convencer a los consumidores de que se trata, en efecto, de
productos distintos. Como cuarta condición, aunque los productos de cada firma son distintos deben
no obstante ser buenos sustitutos. De ahí que la diferenciación no puede llegar al punto de hacer de
los productos cosas totalmente distintas.
En algunos casos las empresas no pueden alcanzar el grado de diferenciación que les permite aislarse
de los demás productores, y los consumidores son indiferentes en cuanto a cuáles de los productos
comprar en el mercado. Este es el caso, por ejemplo, de los productos de aluminio y acero, y muy
especialmente en la industria de herramientas. Un martillo, verbigracia, es un sustituto perfecto de
cualquier otro martillo. Cuando el producto de un oligopolista es tan parecido al producto de las demás
empresas en el mercado que el consumidor es indiferente en cuanto a cuál de los productos preferir,
existe oligopolio puro o perfecto. Cuando la diferenciación es suficiente para inducir a los
consumidores a preferir el producto de una firma al producto de las demás, existe una situación de
oligopolio diferenciado o imperfecto.

Monopolio
Finalmente tenemos el mercado de monopolio. Existe una condición de monopolio cuando la
producción de un sector industrial está bajo el absoluto control de un solo productor. Esto es
precisamente lo que quiere decir mono-polio, "único productor". El concepto monopolio presupone
además de un solo productor para todo el sector industrial, la ausencia de sustitutos perfectos (o
imperfectos) para el producto del monopolista, el cual es claramente distinto a cualquier otro en la
economía. Los cambios en la producción y en el precio de todos los demás productos en la economía
no tienen efecto alguno en las decisiones del monopolista en cuanto a precio y producción. El
monopolista está, por así decirlo, solo en el mercado. Se habla de una situación de monopolio
imperfecto cuando, contrariamente a las condiciones descritas arriba, la política en cuanto a precio y
producción del monopolista es muy sensible a la política de precio y producción de otros productos,
aunque éstos sean de género distinto. Así, por ejemplo, teóricamente el sistema de alumbrado eléctrico
compite con el sistema de alumbrado de gas corriente. En estos casos de monopolios imperfectos se
produce el fenómeno de sustitución de un producto por otro en reacción a las diferencias en precio.
Resumen
Problemas Económicos Fundamentales
1. ¿Qué producir? 4. ¿Para quién producir?
2. ¿Cuánto producir? 5. Equilibrio económico
3. ¿Cómo producir? 6. Crecimiento económico

En el capitalismo, el libre juego del mecanismo del precio es la solución a los problemas económicos
fundamentales.
El mecanismo libre de precios sirve de guía a la actividad económica y es una característica esencial
e inherente en la organización económica capitalista.

Naturaleza del Precio


El dinero facilita las transacciones económicas, pero no es esencial al cambio comercial.
En una sociedad donde el dinero es desconocido los cambios comerciales (transacciones) tienen lugar
de forma directa. Las cosas se cambian directamente según una razón de cambio acordada (trueque).
El trueque es una relación de cambio entre las cosas que resulta ser de la misma naturaleza del cambio
monetario en una sociedad monetizada.
En ausencia de dinero podemos expresar el precio de un objeto en términos de ciertas unidades de los
demás objetos, en la misma forma que en una sociedad monetizada expresamos el precio de las cosas
en términos de cierta cantidad de dinero.
En una situación de trueque el coeficiente de cambio esta expresado en términos de unidades físicas
de un objeto que tendremos que dar a cambio de una determinada cantidad de los demás objetos.

En una economía monetizada este coeficiente de cambio se expresa en términos de un valor monetario.

El hecho de que se exprese el coeficiente de cambio en términos de un valor monetario o como relación
física (trueque) no cambia la naturaleza económica existente.

Definiciones de Precio

Definición para personas corrientes


“La cantidad de dinero que damos a cambio de una cosa”
Definición en ausencia de dinero (Relación de Cambio o Trueque)
“El precio es el coeficiente de cambio de una cosa por otra”
Definición para una sociedad monetizada
“El precio es el coeficiente de cambio de las cosas, expresado en términos de un valor monetario”
Las Funciones del Precio
1. El Precio Como Regulador De La Producción 4. El Precio Como Regulador De La Distribución De
La Producción

2. El Precio Como Regulador Del Uso Y Disposición 5. El Precio Como Agente Equilibrador Del Sistema
De Los Recursos Económicos Económico

3. El Precio Como Regulador Del Consumo

El Precio Como Regulador De La Producción


La decisión de producir o no un determinado producto, y en qué cantidades, depende del precio que
se logre en el mercado.
Si el precio del mercado les permite un margen de ganancia razonable, los empresarios se sentirán
inclinados a iniciar la producción de un determinado artículo.
La decisión de cuanto producir depende igualmente de la reacción del consumidor al precio del
producto.
Si al precio del mercado el producto se vende rápidamente habrá una tendencia de parte de los
productores a acelerar la producción, por el contrario, se reducirá. [si el precio es aceptable la
producción y el producto se vende rápido se acelera la producción lo contrario la producción se
reduce.]
Es posible que al precio establecido los consumidores tiendan a levantar el producto del mercado a un
ritmo más acelerado que el que pueden lograr los productores en producir el producto por lo que el
precio del producto aumentará. [Si el producto se vende más rápido de lo que los productores pueden
producirlo el precio del producto aumenta.]
Un aumento en el precio del producto será un estímulo para que los productores aumenten la
producción por el contrario si el producto tiende a estancarse en el mercado habrá una reducción de
la producción. [Si el precio del producto aumenta los productores estimula a los productores a producir
más, pero si el producto se estanca en el mercado la producción se reduce.]
La reducción del precio como consecuencia de la negativa de los consumidores a comprar al precio
establecido puede provocar el abandono total de la producción del artículo en cuestión. [si las personas
no lo compran por estar caro se abandona la producción del artículo]

El Precio Como Regulador del Uso y Disposición de los Recursos


Económicos
Ayuda a determinar el uso más eficaz de los recursos económicos.
Que uso y en qué proporción se deben combinar los factores de producción para lograr la máxima
productividad.
El precio de los factores de producción funciona como un timón que dirige el movimiento de los
factores de producción en las diferentes fases productivas.
Los factores de la producción tienden a moverse

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