ISSN 0716-9736 / Revista Trabajo Social / No 74 / Agosto / 2008 / P.
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Marxismo, Psicoanálisis y Trabajo Social.
Comentario a la ponencia central de José
Paulo Netto
Marxism, Psychoanalysis and Social Work. Comment to
José Paulo Netto’s central conference
PROF. SAÚL KARSZ
El profesor Saúl Karsz es miembro de la Asociación Prácticas Sociales de París. 23, rue Albert Legrand 94110 arcueil/France;
saulkarsz@wanadoo.fr
Resumen
El autor en su respuesta a José Paulo Netto enfatiza el rol de psicoanálisis en la explicación y ac-
tualización de la problemática marxista; lo cual supone un doble encuentro, del psicoanálisis con
el marxismo, del marxismo con el psicoanálisis; en este encuentro Karsz señala que las prácticas
del trabajo social enseñan que ideología e inconsciente no son dos universos impermeables, sino
apenas dos dimensiones específicas de un solo y único sujeto humano.
-Palabras clave (Marxismo, psicoanálisis, estructura, sexualidad, trabajo social)
Abstract
The author in his response to Jose Paulo Netto emphasizes the role of psychoanalysis to explain
and update the Marxist problematic, which supposes a double meeting of psychoanalysis with
Marxism, the Marxism with psychoanalysis. In this meeting Karsz indicates that social work prac-
tices teach that ideology and unconscious are not two impenetrable universes, but only two
specific dimensions of a single human subject.
Key words (Marxism, psychoanalysis, structure, sexuality, social work)
¡Buenos días! Un placer estar aquí, con vosotros, evidencias, las frases atiborradas de vocablos pseu-
se suma el honor de comentar la ponencia de José do-técnicos que nadie se preocupa de definir, no
Paulo Netto. Comentario rápido, puesto que dis- son para nada discutibles. Lo más sano es espe-
pongo de 20 minutos solamente, pero, espero, rar que se agoten: los lugares comunes no duran
suficientes para contribuir a la discusión oral, en cien años, a la diferencia de la lluvia según Gar-
este recinto, en los pasillos, y más tarde, en la cabe- cía Márquez. Es cierto, sin embargo, que nuevos
za y en la práctica de las personas aquí presentes. o viejos lugares comunes suelen volver a llover...
Si les hablo en español (nací en Argentina), discul- Ponencia discutible, pues. Por ello quisiera propo-
pen si de vez en cuando aparece alguna fórmula en ner algunas críticas constructivas, para facilitar las
francés, lengua y país de adopción desde hace ya aperturas indicadas hace un momento.
varias décadas. ¡Vamos al grano, pues! Segunda puntualización: la cuestión del marxismo,
Primera puntualización sobre esta ponencia de referencia básica en la exposición de José Paulo.
Netto, a partir por supuesto de lo que he compren- Propondría, sin embargo, una cierta prudencia
dido: se trata de una ponencia alta y rotundamente cuando hablamos de “el marxismo” en singular: so
discutible. Lo cual no constituye en absoluto un pena de olvidar que lo han atravesado toda suerte
inconveniente, porque en realidad hay pocos tra- de corrientes y de tendencias, que lo siguen atra-
bajos escritos u orales que sean discutibles, que vesando, en el plano teórico, político, ideológico,
valga la pena discutir, y de cuya discusión que- e inclusive en lo que se refiere a la subjetividad de
pa deducir nuevas pistas, entrever horizontes quienes se adhieren a él. Y aunque todo el mundo,
inéditos. Considero que los lugares comunes, las o casi, pretende tener una opinión sobre el mar-
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xismo, pocos explican de qué marxismo se trata, lógica de conjunto, las razones de su desarrollo.
según qué obras, en favor o en desmedro de qué Se rechaza todo Marx como en su momento se
realizaciones concretas... Son numerosos los que rechazó todo Newton: ¡señalo, sin embargo, que
se dicen marxistas –como una buena parte de los incluso los cuerpos que no están de acuerdo con
que se adhieren al psicoanálisis– pero contribuyen Newton caen también hacia el centro de la tierra!
a su desaparición precisamente cuando creen ha- Problemática indispensable, además, para explicar
ber encontrado en el uno o en el otro un substituto cómo y porqué el trabajo social no puede carecer
laico de la verdad revelada. Olvidando que no se de “clientes”, ni dejar de enfrentarse a situaciones
trata de un bloque, sino de un movimiento, de un individuales y colectivas que requieren constante-
proceso dialéctico. Dos ejemplos breves. En su res- mente su intervención. ¿Profesión de porvenir, a
puesta a una discípula rusa que lo interroga sobre su manera?
las condiciones de la revolución socialista en Ru-
Tal es, siguiendo el título de esta jornada, el de-
sia, Marx responde... que no puede responderle,
safío del orden contemporáneo: la sociedad en
porque no ha estudiado suficientemente el tema,
su conjunto, y el trabajo social en particular,
y agrega este enunciado “¡yo no soy marxista!”.
aparecen como enigmáticos, sin lógica aparen-
Otro ejemplo: los conceptos de clases sociales y
te, radicalmente “irracionales”, si no se acude a
de lucha de clases funcionan a lo largo de la obra
análisis orientados por la problemática marxista.
de Marx sin que éste explicite demasiado su lógi-
Pero, agrego, y esto es igualmente importante,
ca, sus articulaciones y relaciones múltiples, sus
que la sociedad contemporánea tampoco se puede
efectos: de esto se ocuparía un importante capítulo
comprender recurriendo únicamente a ese tipo de
de El Capital, su obra teórica mayor. Se ocuparía,
orientación: el marxismo no constituye en absoluto
digo, porque Marx murió habiendo escrito apenas
la explicación última y definitiva de la sociedad ca-
unas pocas líneas a propósito de lo que era y si-
pitalista en su faz neoliberal, ni en ninguna otra.
gue siendo un concepto central. ¡Un autor serio
y definitivo hubiera por lo menos terminado su Cuarta puntualización. Por lo que escuchado y leí-
capítulo! Mediante esta abrupta ironía me propon- do de los trabajos de José Paulo Netto, no dudo de
go determinar que la teoría marxista es un trabajo que coincidimos en esta manera de encarar la pro-
sin fin, una construcción incesante. Imperfección blemática marxista. Es por eso, justamente, que
congénita del marxismo, válida igualmente para quisiera enfatizar problemas de dos órdenes. Por
la física, la geografía, el psicoanálisis: ¡garantías un lado, la suerte reservada a las construcciones
anti-esclerosis! Marx, al forjar un poderoso cuerpo no marxistas, me refiero a las así llamadas Ciencias
teórico, tiene razón en muchas cosas porque en va- Sociales. Éstas se han desarrollado en referencia al
rias otras se equivocó, le faltaron datos, no fue muy marxismo, en alianza con él, en oposición sobre
lejos, no tuvo tiempo o no supo hacerlo... Se trata todo, sacando partido de sus insuficiencias reales
de una problemática, de una manera de pensar, de y-o imaginarias. Diferentes figuras ilustradas por
tratar de pensar. Utilizarlo como dogma, callando los dos colegas que han comentado previamente,
sus puntos ciegos, sus necesarias lagunas, dejando en esta mesa, la intervención de Netto. Relación so-
de lado las ironías que aparecen más de una vez en bredeterminada, sin duda, que se juega en torno al
Marx, puede ser tranquilizador para sus adeptos, concepto complejo de clases sociales. ¿Existen hoy
¡pero desastroso para el pensamiento, para la críti- día clases sociales? Si no, ¿Qué o quién las rempla-
ca argumentada del mundo actual y para el esbozo za? Si no hay clases sociales, ¿Qué lógica organiza
de un mundo diferente! las relaciones sociales contemporáneas, a la escala
Tercera puntualización: hoy día el pensamiento nacional e internacional? Si al contrario, se consi-
marxista se encuentra en una situación paradóji- dera que hoy día hay clases sociales y relaciones de
ca. Toda suerte de indicios insisten en su radical clase, y que éstas condensan el núcleo estratégico
inconsistencia, en su pura y llana desaparición; del capitalismo en su estadio neoliberal, queda por
referirse todavía a Marx es como confesar una ter- averiguar cómo existen, de qué manera, según qué
nura inmoderada por los dinosaurios. Lo cual, sin modalidades, alianzas y oposiciones, ¡teniendo en
embargo, no impide que dicha problemática siga cuenta que de ningún modo vivimos ya en el siglo
siendo indispensable para pensar el orden con- XIX, ni siquiera en el XX!
temporáneo. No para detallar tal o cual aspecto, Sabemos que una buena parte de la psicología,
hacer un inventario de tal o cual sector económico de la psiquiatría, y la totalidad de las doctrinas
o político, sino para interrogar su razón de ser, su conductistas dedican muchísimo tiempo a esqui-
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MARXISMO, PSICOANÁLISIS Y TRABAJO SOCIAL. COMENTARIO A LA PONENCIA CENTRAL DE JOSÉ PAULO NETTO
var el concepto psicoanalítico de inconsciente, dialéctica, la contradicción, las contradicciones
empecinadas en remplazarlo por nociones más revisten un rol positivo de motor, de posibilidad
“educadas”, tranquilas, políticamente correctas de apertura y de porvenir. ¡Sin contradicción, es-
(en francés se diría: “más católicas”). Del mismo tamos muertos! Quisiera mostrarlo volviendo a la
modo, las Ciencias Sociales desarrollan mil sub- exposición de José Paulo.
terfugios para esquivar el concepto de clase social, Quinta puntualización. ¿Catastrofismo? Netto ana-
para evitar incluso de decir “clases sociales”, o, liza el estado de bienestar en términos de situación
peor, “lucha de clases”: ¡como si fueran palabras de excepción en la larga historia del capitalismo,
malditas! de ruptura en su historia supuestamente lineal e
¿Deduciremos que las Ciencias Sociales se equivo- implacable. Análisis equívoco, en mi opinión. No
can rotundamente, en la medida en que escamotan se trata de una excepción, sino más bien de una
un punto esencial, y que debemos por tanto expul- contradicción en el sentido dialéctico de este vo-
sarlas de los análisis de la sociedad contemporánea cablo. No un accidente fortuito, ni un paréntesis
y no tomarlas para nada en cuenta en las prácticas coyuntural, sino el resultado histórico –o sea esta-
concretas del trabajo social? ble e inestable– de relaciones de fuerza, alianzas y
Sin embargo, como por el marxismo, evitemos las oposiciones entre clases y grupos sociales. Debido
simplificaciones. El catecismo es estructuralmen- a que el capitalismo está plagado de tensiones y
te estereotipado y aburrido, más aun cuando se contradicciones, el estado de bienestar fue posible
pretende progresista. Las Ciencias Sociales, pre- y necesario. Se trató –y sigue tratándose, porque
ocupadas por cómo funcionan los individuos, los no ha desaparecido completamente– de una de las
grupos, las instituciones, pero poco interesadas en tendencias internas al capitalismo, como el neoli-
saber por qué funcionan así y qué es lo que realmen- beralismo –otra de sus tendencias internas– ocupa
te funciona, producen al mismo tiempo numerosas hoy día un lugar hegemónico. Pero el estado de
observaciones, análisis y descripciones sumamente bienestar tampoco representó una ruptura en la
instructivas, finalmente irremplazables... Si estas historia del capitalismo, sino una reorganización
disciplinas no tienen fundamentalmente la razón, inédita de las relaciones sociales, una modalidad
tienen sin embargo varias y sólidas razones para particular del capitalismo (el pacto fordista): la re-
desarrollarse de manera relativamente autónoma: distribución de una parte de la riqueza social que
la problemática marxista no explica todo porque la caracteriza al estado de bienestar no altera en abso-
realidad es demasiado compleja para aprisionarla luto las relaciones entre clases y grupos sociales, el
en una sola malla. Desde el punto de vista materia- lugar ocupado por unos y otros en la organización
lista y dialéctico que defiendo acá, la realidad no social. No se trata de una excepción, sino de una
es subsumible en ninguna teoría. Lo real no es en confirmación...
absoluto soluble en el concepto. Se puede y hasta Creo que al no dar a la contradicción un rol motor,
se debe conocer la realidad natural, la realidad his- o suficientemente motor, José Paulo subestima el
tórica, la realidad subjetiva, como nos lo muestra dinamismo del capitalismo, su capacidad de adap-
la historia de las ciencias. Historia hecha de avan- tación y readaptación. Y tal vez nos dé una imagen
ces extraordinarios y de perdurables impasses. La esencialista, poco dialéctica...
ciencia es un trabajo, el cientismo es una religión. Una opinión corriente sostiene que la sociedad
Lección de los tiempos modernos: no hay Discurso contemporánea esta en crisis. ¡Pésima metáfora! La
de la Verdad, salvo en ciertos lugares más o menos situación es grave porque el neoliberalismo es una
tétricos, pero sí hay discursos con algunas verda- salida de crisis puesto que produce un reacomoda-
des, discursos que se construyen, se rectifican, se miento de las relaciones sociales, de las relaciones
modulan, se perfeccionan, y quedan por definición capital-trabajo, una producción extraordinaria de
incompletos. A igual distancia del dogmatismo sin riquezas a la escala planetaria, una naturalización
matices y del eclecticismo sin principios. de las desigualdades sociales. Las sociedades eu-
Surge aquí un segundo orden de problemas: a pro- ropeas, las americanas del norte, y, por lo que sé,
pósito de la dialéctica y del rol de la contradicción. buena parte de las sociedades latinoamericanas, es-
Desde el punto de vista de las Ciencias Sociales, la tán bien e incluso muy bien... para ciertos grupos
contradicción desempeña un rol nefasto. Desde el y fracciones de clase, al mismo tiempo que están
sentido común, aparece como un sinónimo de in- mal e incluso terriblemente mal para otros grupos
congruencia y de absurdo. A partir de una postura y fracciones de clase. No se trata de la sociedad en
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general, sino de la sociedad vista desde la perspec- porta conocimiento, saber, argumento. Y que cabe
tiva económico-política de tal o cual grupo. Dato discutir. Y que, en todo caso, no es un calificativo
esencial, a partir del cual se puede repensar esta moral: los burgueses no son malos por definición,
categoría de crisis. como tampoco los pobres son angélicos por na-
Y llego por fin al trabajo social. Para señalar, ante cimiento. Por supuesto que ningún sistema social
todo, que lo que puede inquietar, sino desesperar financia profesionales e instituciones para que
a muchos trabajadores sociales es la crisis de una difundan la subversión, ni siquiera –como Paulo
cierta representación de la sociedad en la que se Freire por ejemplo– para contribuir a la “concien-
tización” de las masas populares. Imprescriptible
creía vivir. No es la sociedad real quien anda mal,
condición estructural. Que sin embargo no consti-
ésta anda tan bien y tan mal como hace un siglo.
tuye para nada una fatalidad que condena de una
Son las modalidades de este andar bien y de este
vez para siempre al trabajo social, ni un destino
andar mal las que cambian, y quedan por analizar.
al que irremediablemente los trabajadores sociales
Se halla en crisis una representación del bienestar,
deben someterse. Los asalariados del capitalismo
la idea de una salida durable de la pobreza, del
no siempre son sus cómplices. No hay fatalidad
acceso a la vivienda para todos, a los bienes cul-
porque, insisto, el capitalismo está atravesado por
turales, se halla en crisis la ilusión de un progreso
corrientes y tendencias contradictorias, y también
general y generalizado...
porque queda a cada trabajador social asumir el
Me parece indispensable que tomemos consciencia compromiso ético de la adhesión, o de la sumisión,
de la situación real para que, pese a todo, las in- o de la resignación, o bien de la lucha empecina-
tervenciones sociales continúen provocando algún da por ideales que nadie le financia pero que él y
efecto benéfico. Si persistimos en un esquema que otros consideran impostergables.
trata de las condiciones estructurales del capitalis- El trabajo social se ocupa de ciertos efectos domés-
mo pero sin tener suficientemente en cuenta sus ticos del capitalismo, en términos de vida conyugal,
tensiones y contradicciones, no veo bien qué se escolar, laboral, subjetiva. Los llamo “efectos ideo-
puede hacer en trabajo social, qué se puede hacer lógicos”. La clínica de la intervención social –que
con el trabajo social. Salvo repetir declaraciones trato de impulsar trabajando con equipos e institu-
llenas de buena voluntad humanista pero final- ciones– consiste en identificar esos efectos, lo que
mente bastante cursis, sobre la ayuda a los pobres, en ellos se pone en juego, y en la detección de vías
la asistencia a la gente con problemas materiales alternativas que quepa explorar.
y-o psíquicos, la defensa de la dignidad humana,
etcétera, etcétera. Por supuesto que está muy bien ¿Qué hacer –me dicen– de la esperanza que orien-
ayudar a los pobres, pero no por esto saldrán de la ta a numerosos trabajadores sociales, al comienzo
de su carrera al menos? Es cierto que hoy día hay
pobreza, como máximo tal vez puedan aguantarla
cada vez menos lugar para la esperanza porque
un poco mejor. Abolir la pobreza es una alternati-
quien busca esperanza debe dirigirse al lugar pro-
va improbable en el marco del capitalismo, sobre
picio (iglesia, mezquita, sinagoga) y conformarse a
todo en su fase neoliberal.
las prácticas que allí se le inculquen. Ese lugar no
No cabe denunciar al trabajo social porque, en será un congreso sobre trabajo social, ni esas prác-
efecto, éste es incapaz de resolver los problemas ticas la labor concreta de los trabajadores sociales.
de vivienda, de pobreza, de salud física o mental, Suministrar esperanza a la gente no tiene nada que
de mujeres maltratadas, de escolaridad... Incapaz ver con la intervención social, ni con la política
de resolverlos porque estos problemas se generan social, ni con la toma de posición individual y co-
en otras esferas, en otros mundos económicos y lectiva, con el compromiso ético. Lo realizable, lo
políticos, a los que el trabajo social no tiene ac- concretamente realizable es proponer elementos
ceso. Evitemos de culpabilizar inútilmente a los de lucidez, de “lucidificación” si me permiten...
trabajadores sociales, aunque sólo sea porque en
¿Cuál es la opción real del trabajador social sobre
nuestra tradición judeo-cristiana ya somos culpa-
el terreno?, me preguntan. Responderé en tér-
bles “naturalmente”.
minos de dosis, es decir de tendencias: ¿En qué
Por supuesto que el trabajo social es un aparato medida pongo en obra prácticas de control más
del Estado, del Estado burgués, – salvo que en mi o menos policíaco, de examen de moralidad, de
boca “burgués” no es un insulto, ni un cumplido cruzada que ignora toda duda y se ahorra toda in-
tampoco. Es simplemente un concepto, que com- terrogación? ¿Y en qué medida, por el contrario,
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MARXISMO, PSICOANÁLISIS Y TRABAJO SOCIAL. COMENTARIO A LA PONENCIA CENTRAL DE JOSÉ PAULO NETTO
mis prácticas hacen posible procesos de liberación tos, de diseño de estrategias y de puestas en juego.
de los que no soy el autor mesiánico pero a los A condición de mantener la distancia –jamás defi-
que contribuyo con empecinamiento y múltiples nitiva– entre saber y doctrina, entre investigación
limitaciones? Rol precioso, en este sentido, de un y revelación.
trabajo clínico que incluya la dimensión psíquica En esta actualización de la potencia explicativa de
pero dé la misma importancia a las dimensiones la problemática marxista, el psicoanálisis juega un
políticas, culturales, económicas: en la sociedad, y papel central. Porque las estructuras sociales no
también en las relaciones de pareja, en el hogar, en explican todo, y porque en las clases sociales y en-
la sala de clase, en la entrevista con una familia... tre ellas circula sexualidad, o sea amores y odios,
Tal es, a mi manera de ver, el dilema determinan- pulsión de vida y pulsión de muerte...
te: ¿En qué medida nos autorizamos a desarrollar
Esto supone un doble encuentro, del psicoanálisis
márgenes de maniobra respecto de la política social
con el marxismo, del marxismo con el psicoaná-
que nos emplea, de la que no somos para nada cul-
lisis. Un trabajo paciente de enseñanza recíproca.
pables pero de las que somos en mayor o en menor
Hoy día indispensable, en el interés del uno y del
parte responsables, según las prácticas que pone-
otro. Las prácticas del trabajo social nos enseñan
mos en obra, según los efectos que provocamos?
que ideología e inconsciente no son dos univer-
El discurso marxista, en la medida en que no re- sos impermeables, sino apenas dos dimensiones
nuncia a la cuestión del porqué, reviste aquí una específicas de un solo y único sujeto humano.
importancia decisiva, en términos de elucidación Dos lógicas que es tiempo de considerar simul-
de estructuras, de identificación de funcionamien- táneamente.
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