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Sneiderman - CD Mecanismos de Defensa

Este artículo explora la subjetividad y mecanismos de defensa en niños latentes mediante la interpretación del Cuestionario Desiderativo infantil. Se presentan algunos hallazgos de una investigación con niños de 7 a 10 años en Argentina, donde se observan diferentes respuestas y defensas asociadas a conflictos evolutivos como la elaboración del Edipo y la castración.

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Sneiderman - CD Mecanismos de Defensa

Este artículo explora la subjetividad y mecanismos de defensa en niños latentes mediante la interpretación del Cuestionario Desiderativo infantil. Se presentan algunos hallazgos de una investigación con niños de 7 a 10 años en Argentina, donde se observan diferentes respuestas y defensas asociadas a conflictos evolutivos como la elaboración del Edipo y la castración.

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Subjetividad y Procesos Cognitivos, Vol.

21, Nº 1, 2017
Pág. 146-168, ISSN impreso: 1666-244X, ISSN electrónico: 1852-7310

EXPLORACIÓN DE LA SUBJETIVIDAD Y
MECANISMOS DE DEFENSA EN NIÑOS LATENTES
MEDIANTE LA INTERPRETACIÓN DEL
CUESTIONARIO DESIDERATIVO
EXPLORATION OF SUBJECTIVITY AND DEFENSE
MECHANISMS IN LATENT CHILDREN BY MEANS
OF THE INTERPRETATION OF THE DESIDERATIVE
QUESTIONNAIRE
Susana Sneiderman1, Lucila Salvay2, María Agustina D’Acunti3, Melanie
Ghidella4, Fiorella Martino5, María Victoria Sivori6 y colaboradores7

Resumen
El Cuestionario Desiderativo infantil explora la subjetividad captando las sutilezas
de los cambios evolutivos a partir de símbolos y argumentaciones, deseos y defensas.
Explora fantasías, temores, capacidad simbólica, elaboración de pérdidas y grado de
cohesión alcanzado por el yo. Emprendimos una aproximación normativa en niños de
7 a 10 años de ambos géneros (2014, CABA). Algunos resultados denotan respuestas
teñidas por diferentes conflictos evolutivos, ligados a la elaboración del Edipo y cas-
tración o bien al advenimiento de la pubertad. Se infieren también valores, ideales, vi-
vencias, que darán cuenta de ciertos rasgos de personalidad en formación. En latencia
temprana y tardía observamos respuestas y defensas fálico uretrales y fálico genitales,
que al fracasar dan lugar a respuestas alusivas a sensaciones corporales displacenteras
de desconocimiento del propio cuerpo o bien los diques anímicos asco, moralidad y
vergüenza. En la muestra total se observan mayores resultados y también diferencias
importantes por género.

1
Doctora en Psicología (UCES). Directora de la Investigación. Docente Titular UCES y USAL. E-mail:
susanasneiderman@hotmail.com
2
Especialista en Psicoanálisis con Niños (UCES). Codirectora de la Investigación. Docente Adjunta UCES
y USAL.
3
Licenciada en Psicología (USAL). Docente auxiliar UCES y USAL.
4
Licenciada en Psicología (USAL). Docente auxiliar USAL.
5
Licenciada en Psicología (USAL). Docente auxiliar UCES y USAL.
6
Licenciada en Psicología (USAL). Docente auxiliar USAL.
7
Han colaborado en la Investigación las alumnas Susana Bertuzi, Ana Domínguez Ferreyra y Maia Kurka,
de USAL.

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Subjetividad y Procesos Cognitivos, Vol. 21, Nº 1, 2017
Pág. 146-168, ISSN impreso: 1666-244X, ISSN electrónico: 1852-7310

Palabras clave: Cuestionario Desiderativo Infantil, deseos, defensas.

Abstract
The Desiderative Questionnaire for children explores subjectivity capturing the
subtleties of evolution changes from symbols and rationale, wishes and defences. It
explores fantasies, fears, symbolic capacity, loss bereavement and degree of cohesion
achieved by the ego. We undertook a normative approach in children 7–10 years old,
of both genders (2014, CABA). Some outcomes denote answers suggesting different
evolution conflicts, linked to the development of the Oedipus and castration or to
the advent of puberty. Values, ideals, experiences, which allow to assume certain
personality traits in formation are also inferred. In early and late latency, we observed
urethral phallic responses and defenses as well as genital phallic ones, which when
failed result in responses alluding to body disagreeable sensations due to unawareness
of own body or else mind ramparts relating to grossness, morality and shame. The
sample as a whole shows further results as well as significant differences by gender.

Keywords: Desiderative Questionnaire for children, wishes, defences.

Introducción
El Cuestionario Desiderativo es una técnica proyectiva verbal, reconocida y conside-
rada en nuestro medio, como una herramienta sumamente útil y rica, dado que, con
su sencilla y corta administración, logra explorar profundamente la subjetividad. Se
aplica en todos los ámbitos: área clínica, laboral, forense, educacional; y se administra
tanto a niños, como a adolescentes y adultos.

Nos interesa, en esta ocasión investigar y revisar los indicadores de interpretación de la


presente técnica, en su versión infantil. Pensamos que es un instrumento sensible para
investigar el desarrollo del psiquismo, captando las sutilezas de los procesos de cambio
ligados a los diferentes momentos evolutivos, como también permite explorar a partir de
los símbolos y argumentaciones, deseos, fantasías, identificaciones, temores, mecanis-
mos de defensa, tanto en cuanto a su repertorio como a su eficacia. A su vez podremos
evaluar si las defensas son concordantes con el momento evolutivo que atraviesa el niño.

Por otra parte, en un análisis de caso permite observar también la capacidad simbóli-
ca, elaboración de las pérdidas, y el grado de cohesión alcanzado por el yo en desa-
rrollo, dentro del proceso de subjetivación. Pensamos que se podrán explorar valores,
ideales, vivencias, que darán cuenta de ciertos rasgos de personalidad y/o de carácter
en formación. Por otra parte, postulamos la sensibilidad de dicha técnica para poder
detectar situaciones traumáticas ligadas a la violencia y el abuso infantil.

Presentaremos algunos hallazgos de nuestra investigación, con el objetivo de explorar


las erogeneidades y defensas en el “Cuestionario Desiderativo” versión infantil, en
una Muestra “no clínica”, de niños latentes (6 a 11) de la CABA del año 2014 al 2016.

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Alcances del Cuestionario Desiderativo


Esta técnica verbal es propicia para investigar defensas estructurantes y también ero-
geneidades a partir de los deseos, llevándonos a ciertas hipótesis acerca del funciona-
miento y estado del Yo, dando cuenta del repertorio de defensas con el que se cuenta
y de su eficacia.

Pensamos que en las respuestas positivas se despliega en forma secuencial el reper-


torio defensivo con que se cuenta, yendo de lo más adaptativo y funcional a lo más
regresivo, en la medida en que el sujeto se siente acorralado. Podemos delimitar si
prevalece la represión, la desmentida o la desestimación. En cambio, en las respuestas
negativas aparece el temor de aquello que ocurría si fracasaran dichas defensas. Po-
dremos observar pues, el retorno de lo reprimido, desmentido o desestimado. Es decir,
que a partir del análisis de las respuestas en las catexias negativas podemos llegar a
elaborar hipótesis predictivas.

Antecedentes históricos
El “Test Desiderativo”, originario de España (1946.), creado por los psiquiatras Pigem
y Córdoba, fue modificado en Argentina por Jaime Bernstein (1956), transformándolo
en el “Cuestionario Desiderativo” que se utiliza hasta nuestros días. En un momento
intermedio, entre la propuesta axiológica de los psiquiatras españoles y la reformu-
lación de Bernstein, en Holanda, D. Arn Van Krevelen, adapta la consigna de Pigem
para la exploración del psiquismo infantil.

El psicólogo holandés ajustó la consigna al mundo animista y mágico infantil, con el


propósito de obtener más información y a su vez enfrentar al niño de manera atenuada
con la problemática de la muerte y la finitud. Formula las preguntas tal como se reali-
za en los Test desiderativos de los “Tres deseos” y las “Tres bolsas de oro”, introduce
así en la consigna la figura de un hada que posee una varita mágica con la que puede
transformar al niño en lo que él quiera. Luego le pide que explique su elección. Este
autor fue quien amplió la prueba e introdujo la exploración de los aspectos rechazados
formulando una pregunta inversa. Se le dice al niño que el hada no quisiera transfor-
marlo en algo que no le agradase y por eso desea saber qué es lo nunca querría ser.
Para Bernstein esta propuesta fue muy adecuada, sin embargo, propone atenuar aún
más la consigna infantil diciendo: Supongamos que estuvieses durmiendo y que soña-
ses con un hada muy buena. Ella te pregunta si quieres que haga algo mágico para ti y
te transforme en algo muy lindo, que a ti te guste pero en algo que no sea una persona
puedes pedirle que te transforme en cualquier cosa. ¿Qué crees que le pedirías?”.

En la última década las investigaciones con esta técnica en Argentina se dedicaron


mayormente a estudiar adolescencia y adultez. Pérez de Polacino y León M. (2010)
publicaron su propuesta que tiene como eje transmitir los hallazgos y reflexiones de
la aplicación del CD a una muestra de 267 niños, de entre seis y once años de edad

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en escuelas primarias, en la CABA. Coincidimos con las autoras al sostener que el


acercamiento a alguna verdad del sujeto no se encuentra en el instrumento en sí, sino
en la lectura que se haga de la respuesta. Han tomado conceptualizaciones de Piaget
sobre la génesis del pensamiento y conceptualizaciones psicoanalíticas sobre el jugar,
las etapas libidinales, y la construcción del cuerpo y especialmente se han detenido
en testear el impacto del Cuestionario Desiderativo en los niños, preguntándose si
en ellos moviliza tanta angustia de muerte como lo suele hacer en los adolescentes y
en los adultos. Los propósitos que se fijaron para esta experiencia fueron testear las
dificultades de los niños para responder a la técnica, ayudar a facilitar su administra-
ción como también probar la eficacia de una propuesta de una consigna adaptada a las
necesidades evolutivas. También se han propuesto delinear referenciales que brinden
parámetros generales para interpretar teniendo en cuenta que la categoría “niño” no
constituye una clase homogénea, conjugaron aspectos evolutivos y una mirada psi-
coanalítica para leer tanto las maneras de preguntar como las respuestas obtenidas en
la muestra.

Consigna y administración
Por nuestra parte, podemos hacer referencia a la consigna propuesta por las mencio-
nadas autoras, con la que no acordamos enteramente ya que utilizan en la misma el
verbo “gustar”, mientras que para nosotros es sumamente importante preguntar por
el “deseo”. Entendemos que “gustar” tiene que ver con el agrado, la complacencia y
una atracción o rechazo por el símbolo de manera más o menos consciente, mientras
que hablar de deseo nos remite de manera directa al inconsciente. Además, sabemos
por estudios realizados respecto del valor semántico de las palabras y actos del habla
(Maldavsky, 2012) que este verbo se acerca a los rasgos Fálico genitales, pudiendo
inducir a respuestas ligadas a la armonía estética o bien en las catexias negativas, su
contrapartida, el rechazo o arruinamiento de ese equilibrio, mientras que el término
deseo es más profundo y apunta a un sentido identificatorio. El deseo alude a un con-
cepto capital en la obra Freudiana, que se refiere a la primera experiencia de satisfac-
ción, que inaugura un camino en el desarrollo, diferenciándose de la necesidad. Para
Freud la necesidad nace de un estado de tensión interna y encuentra su satisfacción
por la acción específica que procura el objeto adecuado (por ejemplo, la madre que
brinda alimento). El deseo se halla indisolublemente ligado a las «huellas mnémicas»
y encuentra su realización en la reproducción alucinatoria de las percepciones. La
fantasía es el correlato del deseo. Freud (1915c) prestó fundamental atención a este
estímulo interno, derivado de la pulsión, como un motor básico de los diferentes pro-
cesos psíquicos. Como estos deseos son a su vez derivaciones de las pulsiones, sobre
todo las libidinales, se pueden categorizar tomando en cuenta las correspondientes
mociones eróticas o psicosexuales. Es decir que tendremos deseos vinculados especí-
ficamente con las diferentes etapas erógenas. Así encontraremos 1) libido intrasomáti-
ca (LI), 2) oral primaria (O1), 3) sádico–oral secundaria (O2), 4) sádico–anal primaria
(A1), 5) sádico–anal secundaria (A2), 6) fálico–uretral (FU) y 7) fálico–genital (FG).

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El interpretar los deseos nos va a permitir inferir no solo la fantasía identificatoria,


sino también, la etapa psicosexual subyacente que nos permitirá operacionalizar el
tipo de defensa.

Objetivo
El Objetivo general de la presente Investigación denominada “Exploración de la sub-
jetividad y mecanismos de defensa en niños latentes mediante la interpretación del
Cuestionario Desiderativo”, realizada en la Universidad del Salvador, Buenos Aires,
es realizar una aproximación normativa a las respuestas del “Cuestionario Desiderati-
vo” en su versión infantil en niños latentes (6 a 10) de la CABA. En esta etapa hemos
trabajado como objetivos específicos explorar las respuestas en niños latentes, ambos
géneros, e inferir deseos, defensas, fantasías, temores, ideales, valores, etc., pudiendo
también señalar prevalencias de símbolos. En cuanto a las argumentaciones hemos
interpretado las erogeneidades subyacentes, y revisado también los indicadores de
interpretación aplicados.

El símbolo
El Símbolo es diferente del Signo, puesto que no posee un único sentido. El signo es
una expresión semiótica, podríamos decir que es una abreviatura convencional para
algo reconocido. El signo es algo concreto, un esquema, un código, que cobra sentido
solo cuando se le asigna un significado simbólico, es decir un valor subjetivo.

Una característica patognomónica del Símbolo es la variedad y diferencia del sentido


que se le asigna, su polisemia. Sin embargo, se observan a veces respuestas concretas,
que carecen de un trabajo simbólico y metafórico.

Para Freud, el símbolo será, aquel elemento del contenido manifiesto que señala la
presencia de algo reprimido y emplazado en lo latente. Una serie de manifestaciones
universales y culturales como los mitos y los cuentos representan esta serie de expre-
siones. Hacer uso del símbolo es mucho más que una simple apropiación pasiva de
su sentido. Usarlo significaría para un niño reactualizar las condiciones en que fue
creado, pareciera que lo individual reproduce lo universal y filogenético.

El símbolo es definido (Laplanche, 2004) como el modo de representación indirecto


y figurado de una idea, una fantasía, un conflicto o un deseo. Sin embargo, hemos
visto, especialmente en niños, que no siempre lo simbolizado es abstracto sino que
también puede ser concreto. El símbolo incluye formas de representación indirecta
propias del proceso primario como el desplazamiento y la condensación y además
puede presentar relaciones por analogía en cuanto a su forma, tamaño, función, o rit-
mo. Freud también aludía a que a veces el símbolo se ve influenciado por las reglas de
la contigüidad y de contraste. Por lo general la simbolización alude en última instancia
a ciertas temáticas o contenidos como la representación de los padres, los vínculos

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más trascendentes, el nacimiento, el cuerpo, la sexualidad la genitalidad y la muerte.


Los símbolos son pues eminentemente plásticos y capaces de transportar significados
múltiples y condensarlos.

Nos planteamos si en las respuestas del CD infantil habrá significados ligados a las
protofantasías originarias como escena de seducción, escena primaria, vida intrauteri-
na y temor a la castración, ya sea morigeradas o teñidas por los avatares de cada etapa
psicosexual.

Deseos y defensas
Ya mencionamos que el deseo representa a la vivencia de satisfacción ligada a las pul-
siones sexuales, y se enlaza a representaciones y características propias de cada etapa
psicosexual. En cada una de estas fases predomina también una defensa, fantasía, vín-
culo, vivencia, percepción y motricidad. También predominara un modo de expresión
verbal y no verbal al cual haremos alusión más adelante.

La siguiente Tabla 1 presenta el repertorio de defensas evolutivas para cada etapa del
desarrollo y la defensa que luego será estructurante para determinar la corriente psí-
quica prevalente (neurosis, psicosis, narcisismo no psicótico).

Tabla 1

Etapa Mecanismo de defensa Mecanismo de defensa


Meta pulsional
psicosexual evolutivo a partir de adolescencia

Introyección orgánica
Libido
Proyección orgánica Desestimación del afecto Alteración interna
intrasomática
Incorporación
Incorporación
Oral 1 Introyección Desmentida
Succión
Morder
Oral 2 Proyección Desmentida Devorar
(lo tanático)
Expulsar
Transformación en lo
Perder
Anal 1 contrario Desmentida
Aniquilar
Negación
(lo tanático)

Retener
Anulación Conservar
Formación reactiva Controlar
Anal 2 Represión
Aislamiento Dominar
Racionalización (Pulsión de dominio,
y Pulsión de saber)

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Destruir
Proyección
Penetrar
Fálico uretral Desplazamiento Represión
Cortar
Evitación
Castrar
Poseer
Fálico genital Represión Represión
Seducir

El concepto de libido intrasomática


Un concepto trabajado en la presente investigación, es la noción de libido intrasomá-
tica, propuesta por D. Maldavsky. La misma hace referencia a tiempos arcaicos del
desarrollo libidinal y la estructuración psíquica, que corresponden tomando en cuenta
el abordaje de la evolución psicosexual de la libido, a un estadio preoral, ligado a
la vida intrauterina y a los primeros momentos luego del nacimiento. Freud (1926),
en el texto “Inhibición Síntoma y Angustia” refiere que inmediatamente después del
nacimiento la investidura erógena va a recaer sobre los órganos internos del bebé,
como ser el corazón y los pulmones. Deseamos además agregar la importancia de los
estudios de Pierre Marty (1992), quien plantea también, que otro órgano de relevancia
a ser investido es la piel, pensada además como tejido conectivo. Indudablemente en
los primeros tiempos evolutivos lo más importante para el bebé es la supervivencia,
poder investir corazón y pulmones para respirar. Luego cobrará importancia el poder
ser erotizado, sostenido y acariciado por un agente externo.

En este tiempo primitivo, los estímulos del mundo interno y externo se confunden y
no pueden ser neutralizados sin un agente externo. La madre va a funcionar como un
yo auxiliar y “filtro” de cantidades imposibles de tramitar; lo que va a permitir que
paulatinamente el niño constituya su propia barrera de protección antiestímulo. Es un
momento arcaico donde solo se captan cantidades y aún no existe la cualificación. Se
trata de un momento de desvalimiento psíquico y orgánico donde lo importante es la
auto conservación y neutralizar la Pulsión de muerte.

Pensamos que en la clínica actual donde predomina el desvalimiento psíquico y/o


físico, es importante poder prever el advenimiento de síntomas puestos en el cuerpo,
como una forma de anunciar el peligro que no es sentido.

En niños latentes, la perturbación en la conciencia primordial da lugar a la pérdida de


la cualificación, es decir, el registro de los afectos y de los matices sensoriales diferen-
ciales. No hay una angustia como señal sino solo un estado de malestar con descarga
o apatía, no plausible de ser ligado a ningún contenido representacional. Tal es el caso
en cuadros con hiperkinesias, síntomas psicosomáticos, anorexia, adicciones, tenden-
cia al accidente, entre otros.

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Latencia
Freud en “Tres ensayos para una teoría sexual” (1905) hace referencia al período
de Latencia como una etapa más dentro del desarrollo de la psicosexualidad infan-
til, hacia la genitalidad adulta. En este texto, destaca que la sexualidad humana se
constituye en dos tiempos interrumpidos por un período de latencia, en referencia al
adormecimiento de las pulsiones sexuales. El primer período, se inicia con una fase
autoerótica, se pasa luego por un estadio narcisístico y por último se desenvuelve la
etapa fálica atravesada por el Complejo de Edipo, siempre con el predominio de las
pulsiones parciales. El segundo período se encuentra marcado por el despertar de las
pulsiones sexuales que ahora tomarán otro valor en la pubertad y adolescencia.

La latencia se puede subdividir en dos momentos, temprana (de 6 a 8 años) más cerca-
na a las vicisitudes del Edipo, y tardía que se extiende desde los 9 años hasta aproxi-
madamente los 10 u 11, momento en que comienza la prepubertad. Es esta fase la que
le proporciona al niño aquellos instrumentos, en términos del desarrollo del Yo, que lo
preparan para el incremento pulsional que sucede en la Pubertad.

Al finalizar la etapa fálico genital y declinar el Complejo de Edipo, las etapas prege-
nitales caen bajo la denominada “amnesia infantil” por una intensa represión. Uno
de los logros durante la latencia, es que las funciones del yo hayan adquirido mayor
estabilidad y una mayor resistencia a la regresión y desorganización. Se trata de un
yo paulatinamente más autónomo y capaz de defenderse con menor ayuda del mundo
exterior. Podemos observar algunas diferencias entre la latencia temprana y tardía, ya
que no es cierto que la sexualidad esté ausente, dado que existen actividades como la
masturbación, las actividades voyeuristas, exhibicionistas y sadomasoquistas.

Durante la primera etapa de la latencia, se va construyendo la instancia superyoica.


Habrá identificaciones secundarias que junto con la represión modificarán las metas
de las pulsiones sexuales y aparecerá así la ternura para mantener el vínculo con el
objeto. Habrá también menor ambivalencia. Los cambios se producen entonces en la
desexualización y mudanza de meta. Aparece la posibilidad de la sublimación, defen-
sa que es siempre funcional, y además se denota una mayor capacidad adaptativa y
plasticidad yoica. Habrá también un incremento del control yoico y del superyó sobre
la vida pulsional. Con la represión de las pulsiones sexuales se incrementa la actividad
consciente y preconsciente. Toma valor en este período el despliegue de una mayor
capacidad de simbolización y el despliegue de recursos creativos. Habrá un mayor
control, inhibición o modificación de impulsos.

Resumiendo, se espera en este período una mayor cohesión del yo, capacidad simbó-
lica y sublimatoria, creatividad, capacidad de frustración, pasaje desde el Principio
de Placer hacia el Principio de Realidad, fundamental para encarar exitosamente el
trabajo del aprendizaje en esta etapa.

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Se instalan al mismo tiempo los diques anímicos que, a saber, son: 1) Asco o repug-
nancia, vinculado con la formación reactiva y el cambio de meta sexual. 2) Pudor
o vergüenza, que se relaciona con la transformación del deseo exhibicionista y 3)
Conciencia Moral o culpa, es la instancia que formará parte del superyó, es el reco-
nocimiento del tabú del incesto, que permite diferenciar lo que está bien y mal, lo que
está dentro y fuera de la ley y de esa manera definir cuáles son las transgresiones. Se
relaciona también con las aspiraciones morales y éticas.

Por acción de la sublimación los niños pueden promover actividades socialmente


aceptadas, investigar, conocer, emprender actividades artísticas. Es un tiempo de tran-
quilidad teñido más o menos de una casta homosexualidad. La dependencia en el
apoyo materno y paterno respecto de los sentimientos de valía, son reemplazados de
a poco por un sentido de autovaloración derivado de los logros y la aprobación social
y objetiva. Se espera que con el superyó, el niño sea capaz de un mayor equilibrio
narcisista y mayor estabilidad en el afecto y en el estado anímico.

Se consolidan las actividades de la llamada “esfera libre de conflicto” (concepto de la


Psicología del yo) como el aprendizaje, la percepción, memoria y pensamiento. No
solo hay un mayor nivel de abstracción sino también pensamiento deductivo. Ya no
requiere pues de la percepción visual para constatar la castración materna.

Los varones, por la forma en que abandonan abruptamente el Edipo, son portadores
de un superyó más rígido. Esta característica hace que recurran a regresiones durante
la latencia y aun más en los comienzos de la pubertad (regresiones orales y anales).

La niña, en cambio, como su declinación del Edipo es de forma paulatina, posee


menor conflicto. Podemos decir también que su identificación es aún fálica y de ca-
racterísticas bisexuales.

Recordemos que a fines de la latencia temprana, alrededor de los 7 años, comienza a


elaborarse la noción de finitud. Aquí se observará con qué recursos y defensas, cada
niño enfrenta esa realidad, así como también sus fantasías y construcciones al respecto.

Durante este período ambos, niño y niña se irán decepcionando del padre idealizado
que todo lo podía, e irán engrandeciendo otras figuras de identificación. Estas figuras
al principio se proyectan en personajes no reales, revestidas de poderes mágicos y
omnipotentes. Son figuras antropomórficas o semihumanas que condensan poderes
(Hombre araña, Power Ranger) y distintos saberes. Luego, con la complejización del
preconsciente, estos superhéroes se acercarán más a figuras reales, aunque aún ideali-
zadas, como ídolos del deporte, modelos o artistas. Por lo general son personalidades
ligadas a ámbitos exogámicos, no familiares y que de alguna manera ocupan un lugar
en su medio o en la sociedad. Estas figuras representan los diferentes ideales.

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Ideales y símbolos en la latencia


Una de las funciones del superyó es la producción de ideales, que tendrán diferentes
contenidos y coloraturas de acuerdo con la erogeneidad:

Si prevalece la libido intrasomática el ideal está ligado al número (cantidad) y la ga-


nancia especulativa, al mismo tiempo en que se desarrolla un falso self sobreadaptado
y complaciente. Se busca la satisfacción a través de sensaciones corporales y con
exclusión del afecto.

Cuando prevalece la oralidad primaria, el ideal es la verdad y se aspira a lograr la paz


cognitiva y mental. Se identificará con símbolos que aluden al conocimiento científi-
co, el observar a distancia para explorar o contemplar, en el que prevalece un pensar
abstracto sin vinculo vital.

Para la oralidad secundaria, el ideal es el amor, que es en definitiva la unión con el


objeto. Por ello se identificará con símbolos románticos que reciben o dan amor incon-
dicional. Además, se observa especialmente en las niñas, el deseo por identificación,
de formar una familia, y tener hijos pequeños que la hacen imaginar una casa llena de
alegría y afecto. En los varones aparece el ideal ligado a una figura paterna nutricia,
protectora de su prole, como podría ser un perro guardián con sus cachorros.

Si prevalece la analidad primaria, el ideal será ante todo la justicia, la actividad vin-
dicatoria heroica. Se identificará con símbolos de acción y transgresores, justicieros,
independientes, con poder de convicción y persuasión sobre los otros. La fuerza estará
no solo en el ataque sino en la astucia.

Cuando se presenta un ideal ligado a la analidad secundaria, prevalecerá el orden y el


control, la organización mediante clases y jerarquías, ligadas al control de impulsos y
prevalencia por la utilidad y el saber. Se identificará con símbolos ligados al respeto
por el poder jerárquico Así, en las niñas, se mencionan figuras con cierta jerarquía
y poder como la maestra o directora de escuela. En los varones se enaltece el poder
militar o eclesiástico.

En la erogeneidad fálico uretral, el ideal está ligado a la dignidad, a la posibilidad de


sostener un proyecto ambicioso a pesar de la angustia y eventualmente del temor que
produce. Desean poder mantener la independencia y así eventualmente huir ante la
cercanía del objeto de angustia. Se juegan aquí identificaciones con símbolos fuertes e
independientes cuyos logros los han dignificado. Se jerarquizan los lugares y tiempos.

Rechazarán la inmovilidad (plantas, arboles) y seleccionarán símbolos que aluden a


la castración.

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Por último, en la erogeneidad fálico genital prevalece el ideal estético y de belleza. La


fantasía subyacente es de completud. Aquí las identificaciones son con símbolos que
impactan a través de lo estético, la armonía o la belleza. Por ej.: elecciones antropo-
mórficas como la Sirenita, la Bella, que además realizan actividades con movimientos
ondulatorios y rítmicos, flores coloridas, ropa con brillo, adornos, etc.

Lo adaptativo en latencia
Hablar de lo adaptativo implica referirnos tanto al yo y sus funciones como a las
defensas acorde a fines. La capacidad de adaptación en un niño latente alude a la
posibilidad de adecuación al principio de realidad por sobre el principio del placer, de
aceptar lo nuevo, de acomodación a reglas y circunstancias diferentes a las conocidas,
a la posibilidad de tolerancia de los propios límites, de experimentar regresiones sin
disgregación, al tiempo que implicaría la habilidad de instrumentar defensas acordes
al contexto que sean operativas. Existen defensas consideradas funcionales, instru-
mentales y por ello no patógenas. Nos referiremos a la sublimación, creatividad y la
defensa acorde a fines.

Podemos observar como a partir de la riqueza y creatividad de las identificaciones


simbólicas y respuestas verbalizadas, es posible detectar fijaciones y defensas que
aluden a un procesamiento adaptativo (o no) de los niños latentes.

Tabla 2. Ejemplos de respuestas infantiles con defensas adaptativas

Latencia temprana Argumentación Interpretación

Oralidad primaria: Escena


de ver una película donde se
Varón 6 años Es que yo vi una película que
explora.
se llama Indiana Jones que
Se vincula con fantasías acerca
3+ Un astronauta. me gusta como exploraban.
del origen.
Desmentida funcional

Fálico uretral: Escena de


Y es que cortan, cortan,
aburrimiento rutinario donde
cortan, no hacen nada más. Y
solo se corta.
3 – Una tijera. me aburre no hacer nada más
Represión funcional
que cortar solo cortar, cortar
Alusión al temor a la
y cortar.
castración

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Latencia tardía Argumentación Interpretación

Oralidad secundaria: Escena de


un papá canguro que tiene cría.
Porque me gustan cuando...
Analidad primaria: escena del
Varón 9 años viste que tienen para saltar
macho héroe que pega.
2 + Un canguro. muy alto y tienen cría y el
Desmentida funcional
macho pega.
Describe una escena ligada al
origen y vida intrauterina.

Fálico genital: escena de un brillo


excesivo
Libido intrasomática: da mucho calor,
Porque viste... brilla. Hace que
2 – El sol. como sensación displacentera.
te de mucho calor.
Represión funcional y desestimación
del afecto fracasado.
Fantasía de escena primaria.

Latencia temprana Argumentación Interpretación


Fálico genital: algo
exageradamente rico. La escena sin
Niña 6 años
Porque es riquísima. embargo es regresiva a la oralidad
3 + Una vaca llena de leche
secundaria.
Represión y desmentida funcional.

Anal secundario y fálico genital:


3 – Un popó Porque no me gusta su olor. referencia al dique anímico y rechazo.
Represión funcional.

Latencia Tardía Argumentación Interpretación


Oralidad secundaria: se trata de
Porque la leona tiene un límite una escena afectiva de una buena
Niña 10 años y porque protege mucho a sus madre protegiendo y cuidando a
3 + Una leona. crías y es buena madre. Las sus crías.
cuida. Es muy, muy segura. Desmentida del sadismo
funcional.

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Analidad secundaria: rechaza la no


utilidad. Represión funcional
Libido intrasomática: reactiva
Porque no sirve para
una sensación de dolor corporal
nada y cuando tenés
displacentero (lo anal). Desestimación
3 – La caca. gastroenterocolitis es lo peor.
del afecto fracasada.
Te duele mucho el culo. No da
Oralidad secundaria: Finaliza hablando
felicidad y tiene mal olor.
de rechazo por un dolor corporal y por
ello un afecto displacentero. Oralidad
secundaria. Desmentida funcional.

En los ejemplos mencionados de latencia temprana adaptativa, observamos respuestas


regresivas más narcisísticas propias de la oralidad primaria y secundaria que luego
al fracasar, por la cercanía al atravesamiento del Edipo, dan lugar a respuestas fálico
uretrales y genitales en las catexias negativas.

En cuanto a la latencia tardía, como defensas funcionales aparecen respuestas donde


prevalece el afecto ligado a escenas de cuidado y afecto (oralidad secundaria) donde
los niños/as ya son capaces de ubicarse en lugares activos. Como contracara, al fra-
casar la defensa, la fantasía subyacente que aparece en las respuestas negativas está
ligada a sensaciones corporales displacenteras, de desconocimiento del propio cuerpo,
quizás por la cercanía al advenimiento de la pubertad, haciéndose presente de esta
forma la libido intrasomática.

Interpretación de la argumentación
Al solicitar un símbolo y luego pedir que se justifique la respuesta, estamos pidiendo
que se argumente, es decir, que se explique el por qué. Algunos niños solo logran
emitir un simple “porque me gusta” mientras que la mayoría consigue emitir frases y
hasta desplegar escenas.

En nuestra investigación nos dedicamos a estudiar por edad y género aquellos recur-
sos expresivos ligados al nivel formal, donde se emite actos del habla, y un nivel de
contenido, donde se llegan a desplegar escenas temáticas.

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Tabla 3

Nivel Formal:
Nivel de Contenido
Características de
Escenas o relatos típicos
los actos del habla
Dificultad o fallas en la simbolización
Escena que alude a un estado de
por
equilibrio o desequilibrio físico o
el apego a la realidad. Hiperrealismo.
corporal, en situación de estar por
Fracaso en la capacidad de fantaseo.
ejemplo en un medio acuático, o bien en
Concretización: Equiparan el símbolo
espacios con temperaturas agradables
al objeto concreto superponiéndolo.
y sensaciones ligadas al tacto, olfato,
Poca capacidad para transmitir
gusto. Escenas de ver el cuerpo por
emociones e imaginar. Ausencia de
dentro, aludir a sensaciones a nivel
matiz afectivo.
corporal. Alusiones a tomar aire, oxigeno
Lenguaje muy escueto y concreto.
o ahogarse
Puede fracasar la argumentación
Descripción de estado de euforia
Verbalizan banalidades.
orgánica, provocada por la incorporación
Se muestran complacientes y
de una sustancia o elemento tal como
LI aduladores
bebidas, comidas.
Pueden utilizar onomatopeyas de
Euforia y descarga, actividades
sonidos de objetos inanimados
corporales como correr, saltar, rebotar.
(auto, ascensor, etc.). Aparece la
Rechazo al estado de astenia y/o de
dramatización con movimientos
enfermedad. También su opuesto, valorar
corporales de objetos inanimados.
descansar o estar durmiendo.
Discurso especulador, con referencia
Escena de objetos maltratados
a números, cuentas, porcentajes y
físicamente, golpeados y lastimados.
ganancias o pérdidas. Hablan del
Que se les coloca encima peso corporal
cuerpo, tanto de funciones como
u objetos. Escenas donde se pisa, rompe,
órganos.
aplasta, etc.
Se muestran tensos en cuanto a lo
Escena de ahogo, de estar enterrado o
corporal.
alusión a muerte concreta.
Puede haber discurso catártico.

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Lenguaje abstracto y teórico.


Adquisición de algún conocimiento
Pensamiento metafísico y místico.
revelador o una verdad abstracta
Ausencia de emociones. Los
Escenas donde se posicionan observando
verbos son fundamentalmente de
desde arriba o de lejos, a la manera de
tipo representacional cognitivo
observadores no participantes. Escaso o
(observar, explorar, conocer, etc.) y
nulo contacto humano, sin compromiso
los sustantivos aluden a actividades
afectivo.
mentales. A nivel de actos del habla
Figuras mágicas, antropomórficas
O1 aparecen frases de deducción o
etéreas con capacidades omnipresentes
inferencias abstractas.
de ver todo. Expresión de sentirse ajeno
Dan oraciones o términos en clave.
a lo humano, a través de símbolos
Son ambiguos e indefinidos
antropomórficos como marciano,
Metalenguaje: citan libros, películas,
extraterrestre, etc.
series y explican sobre los personajes
Escena de ver o estar conectados
que eligen.
a aparatos multimedia, como tv,
Hablan de aparatos. Pueden
computadoras, celulares, etc.
expresarse con voz metálica.

Pueden perder distancia simbólica


y, hablar en 1º persona haciendo
autorreferencias afectivas.
Escena que contiene fantasía reparatoria
Los verbos aluden a los sentimientos
por haber cometido algún acto
y estados afectivos. Los sustantivos
“pecaminoso”, de daño al objeto y donde
también aluden a emociones. Pueden
se sugiere el sentimiento de culpa, o
expresar alegría, necesidad de
bien una escena que sugiere necesidad
compañía amorosa, de ser mimados
de reconocimiento y de afecto. Escenas
y cuidados, con voz imitando ser
O2 de cuidado protector de una cría.
más pequeños. También se lamentan,
Escenas donde hay afectos positivos,
quejan, lloriquean.
amor, mimos, caricias, cuidados y
demostraciones, o lo opuesto, escena de
Con estilo maníaco defensivo, se
maltrato afectivo y soledad. Nadie los
presenta lo verborrágico, exagerado,
quiere, nadie quiere estar con ellos por
con adjetivación y gesticulación.
ser malos.
Muchas asociaciones en corto tiempo.
Interrumpen al interlocutor por
impaciencia.

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Realiza generalizaciones a partir de Escenas expulsivas, donde falla el


particularidades. Justifica desde la control del objeto y aparece el sadismo.
racionalización y teoriza sobre temas Deseos de matar, reventar, etc. donde un
ligados a valores, creencias, ética personaje es provocador, infunde temor
moralidad, etc. con carácter de verdad y respeto por la fortaleza física o el lugar
absoluta. de poder abusivo. Un rey de la selva, un
Intenta transgredir el encuadre y arma letal, que hace estragos como forma
manejar o confundir al entrevistador. de descarga sádica.
Hace tergiversaciones. Realiza Escenas de afán justiciero y deseos de
A1
provocaciones y ostentaciones. venganza, a la manera de encarar una
Tratan de impactar con riqueza pelea por poder o justicia. Una resolución
intelectual. Emite verbalizaciones es la consagración de un liderazgo
desafiantes y cuestionamientos. poderoso, o su contrapartida, quedar en
Burlón. Palabras escatológicas. una posición de impotencia motriz, de
Utiliza verbos que aluden a acciones encierro y humillación. Ser poderoso o
expulsivas y querellantes declarando débil. Preservarse de un desquite y de la
su afán justiciero y de venganza. En violencia ajena.
niños aparecen frases de amenaza. Se privilegia el movimiento aloplástico.

Discurso ordenado, organizado, lineal,


detallado, descriptivo y concreto.
La secuencia estará dada por las leyes
de la contigüidad y la semejanza.
Ordenan: por lado, por el otro... o
enumeran. Términos correctos pero
sin metáforas ni imágenes plásticas
Argumentos distributivos: no sería ...
ni. Aclaran constantemente y buscan
Escenas donde lo importante es dominar
confirmación o rectificación ajena.
y controlar al objeto. El Respeto por un
Imperativos condicionales: si...
orden y poder jerárquico Escenas donde
entonces no... porque... Hay
aparece el orden y control de impulsos.
deducciones y conjeturas. Realizan
A2 Los objetos serán limpios, honestos, sin
enlace causal, comparaciones entre
agresión y que se mantienen bajo control.
rasgos objetivos y jerárquicos.
Las escenas muestran el valor por la
Intentan controlar el pensamiento
utilidad que algo puede tener para otros.
y los recuerdos. Realizan
Se rechaza el desorden y el descontrol.
generalizaciones.
Realizan elecciones dubitativas,
rectificadas.
Presentan varias alternativas o bien
pueden elegir lo mismo en las catexias
positivas y en negativas.
Responde de manera acorde al
contexto con frases como “porque si”,
o “porque me gusta”.

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Escena donde el deseo ambicioso es


el motor de búsqueda de una situación
Son expresivos y emotivos con
vivida por lo general como aventurera y
alternancia de bloqueos y distancia
riesgosa. Ej. Viajar, irse muy lejos, estar en
emocional. Aparece la evitación de
otro lugar. Su contrapartida, la calma está
ciertos temas y palabras. Los adjetivos
asociada a escenas rutinarias, pesimistas y
se basan en la clasificación de acuerdo
de encierro.
con el grado de cercanía y riesgo que
Escenas donde el protagonista es
implica una situación. Abundan las
independiente, valiente, libre mediante
afirmaciones acerca de localizaciones
acciones o lo opuesto, un objeto encerrado
espaciales (acá allí, lejos, cerca) y
o rechazado por que infunde temor o
temporales, (ayer, ahora, etc.). Los
bloqueo.
verbos se refieren a abrir, cerrar,
Las escenas donde lo importante es
entrar, salir, ir, volver, volar, etc.
mantener y regular la distancia, por
Frases entrecortadas y frases con
medios físicos como traslado, movimiento,
FU suspenso.
o por recursos para que nadie se acerque
Evasivas. Utilizan muletillas para
como por ejemplo tener espinas, olor
llenar espacios.
desagradable, etc. No es generar rechazo
También atenuadores y
sino distancia como evasión.
minimizaciones. (Un poco de miedito)
La motricidad es evitativa, la importancia
Autointerrupciones. Abundan
es identificar donde está el objeto
secuencias ordenadas, coherentes, con
fobígeno para poder regular la distancia
un ritmo y tono determinado, que se
y eventualmente huir. El bloqueo del
ve interrumpido por secuencias menos
movimiento es productor de angustia.
ordenadas, con otro ritmo diferente,
Escenas donde no se puede escapar o
que puede ser más acelerado o bien
mover.
en un tono más bajo. Interrumpen el
Escenas de desorientación, perderse.
discurso ajeno. Piden opiniones por
Circunstancias donde cuentan temores,
inseguridad.
fantasías terroríficas, miedos concretos.

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Utilizan un estilo seductor y


El deseo de completud estética marca
exhibicionista ante un espectador para
la búsqueda de la recepción de un don
impactar.
o regalo. Esa fantasía de completud
Hay riqueza simbólica. Redundancia
se obtiene mediante adornos, objetos
sintáctica. Fantaseo embellecedor o
estéticos, brillo, perfume, etc. Su
afeante. Gesticulan mucho, dramatizan,
contrapeso es la pérdida de la armonía
imitan, adjetivan utilizando tanto
y la aparición de un sentimiento de
superlativos como diminutivos.
asquerosidad. Escenas en donde se valora
Ponen énfasis y exageran. Hacen
la belleza la armonía y el movimiento
FG exclamaciones. Comparan cualidades.
estético (por ejemplo ondulatorio) de
Frases: “tan... que”, “tal... que...”,
objetos con diseños, formas, texturas,
“tanto... que”.
colores, olores agradables o su
Acompañan con onomatopeyas
contrapartida que genera asco.
especialmente para expresar asco y
Los movimientos son atractivos y
rechazo.
tendientes a provocar agrado basado en
Expresan frases de incredulidad y
lo estético. Actividades motrices como el
rareza.
baile, o aún el de las olas representan este
Utilizan la frase “me gusta”. Clasifican
tipo de fantasía.
y dicen que algo es lindo o es feo.

Muestra
La muestra total quedo conformada por un total de 123 casos no clínicos, 70 niñas
(56.91%) y 53 varones (43.09%) de 6 a 11 años. Cabe destacar que se excluyeron de
la muestra los casos clínicos como también abundantes casos mal administrados.

La distribución por edades fue la siguiente:

Tabla 4

Cant Porcentaje
N = 123 Cant % de fem % de masc Total de
casos en la muestra
casos casos fem x edad x edad casos
masc total
6 años 3 37,50% 5 62,50% 8 6,50%
7 años 14 66,67% 7 33,33% 21 17,07%
8 años 22 53,66% 19 46,34% 41 33,33%
9 años 15 48,39% 16 51,61% 31 25,20%
10 años 13 72,22% 5 27,78% 18 14,63%
11 años 3 75,00% 1 25,00% 4 3,25%

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Obteniendo una Media de:

Edad Mujeres = 8.43

Edad Varones = 8.23

Media total = 8.33

Procedimiento
Una vez recolectado los datos, se realizó un análisis exhaustivo de cada una de las
respuestas de cada subgrupo, aplicando los siguientes indicadores: tipo de símbolo,
secuencia, características del símbolo, nivel formal, nivel de contenido, defensa. Lue-
go se realizó un análisis de confiabilidad interjueces. De esa manera se llegó a algunas
conclusiones ligadas a erogeneidades expresadas en los deseos, defensas que acompa-
ñan, buscando también respuestas redundantes y propias de la latencia.

Algunos resultados y discusión


En esta oportunidad, haremos referencia a la variable deseos como expresión de las
erogeneidades y defensas, en catexias positivas y negativas de ambos géneros.

Como podemos observar en la Tabla 5, casi la mitad de las niñas (41,43 %) tiende a
utilizar como primer recurso defensivo, la represión exitosa que acompaña los deseos
fálico genitales. Esto da lugar a respuestas con adjetivos ligados a lo estético, alusio-
nes a objetos agradables, vistosos, brillantes, etc. y expresiones con exageraciones
y dramatizaciones. Como segundo recurso pero en una distribución muy alejada de
esta proporción, aparece la oralidad secundaria propia de respuestas ligadas al afecto
positivo y la compañía (14,29%) acompañadas de una desmentida exitosa, en general
de los aspectos sádicos. Ya luego, se hacen presentes respuestas con iguales propor-
ciones, de atributos fálico uretrales (12,86%) y anal secundario (12,86%), pudiéndose
observar la importancia dada a los espacios y regulación de la distancia (FU) como
también al orden, la utilidad y la moralidad (A2).

Llamativamente, con la misma exacta frecuencia y porcentaje (12,86%), observamos


la presencia de deseos ligados a la libido intrasomática, con repuestas donde se je-
rarquiza el cuerpo, las funciones, como respiración o el oído, las sensaciones, por
ejemplo, de frio o calor, los movimientos como saltar, rebotar, nadar y los estados
corporales de bienestar vinculados al dormir o comer.

Esta escala permanece con pocas variaciones en las respuestas a las siguientes ca-
texias.

La Tabla 6, de respuestas generales de los varones, demuestra que los niños responden
con una distribución más homogénea, ya que en primer lugar observamos deseos de

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la analidad primaria (24,53%) donde prevalece la fantasía de poderes que permiten la


aniquilación y la venganza, acompañada de una desmentida exitosa. Luego tenemos
argumentaciones fálico uretrales (22,64%) con jerarquización de los espacios y la
regulación de la distancia y de oralidad secundaria (22,64%) que expresa afectos po-
sitivos. Cabe resaltar, que han sido los niños entre 9 y 11 años aquellos que recurren
a deseos orales secundarios inclusive por sobre la analidad primaria. Es decir, que en
la medida que avanza la edad hay mayor control de los impulsos y prevalece el afecto
por sobre el acto.

Tabla 5. Mujeres catexias positivas

Totales (70) Frec 1+ % 1+ Frec 2+ % 2+ Frec 3+ % 3+


LI 9 12,86% 10 14,29% 9 12,86%
O1 1 1,43% 6 8,57% 6 8,57%
O2 10 14,29% 11 15,71% 10 14,29%
A1 3 4,29% 2 2,86% 1 1,43%
A2 9 12,86% 6 8,57% 5 7,14%
FU 9 12,86% 7 10,00% 5 7,14%
FG 29 41,43% 28 40,00% 32 45,71%
FRACASO 0 0,00% 0 0,00% 2 2,86%

Tabla 6. Varones catexias positivas

Totales (53) Frec 1+ % 1+ Frec 2+ % 2+ Frec 3+ % 3+


LI 6 11,32% 8 15,09% 8 15,09%
O1 2 3,77% 3 5,66% 7 13,21%
O2 12 22,64% 4 7,55% 7 13,21%
A1 13 24,53% 4 7,55% 6 11,32%
A2 3 5,66% 7 13,21% 4 7,55%
FU 12 22,64% 18 33,96% 7 13,21%
FG 5 9,43% 9 16,98% 12 22,64%
FRACASO 0 0,00% 0 0,00% 2 3,77%

Ahora bien, tomando en cuenta que las catexias negativas expresan el fracaso de las
defensas, donde se puede predecir aquello que ocurriría en las situaciones en que no
es posible apelar a las defensas, hemos notado que en ambos géneros tomando los to-

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tales, se da el mismo resultado, la prevalencia notoria del lenguaje de la libido intraso-


mática (Tabla 7 y 8). Ya en un análisis más fino, por edad y corte etario mencionamos
que en las niñas más pequeñas de 6 se equipara (30%) la enunciación de repuestas
ligadas a la libido intrasomática con un deseo fálico genital, al estilo del arruinamiento
de un equilibrio estético. Esa prevalencia trepa a los 7 años (44,68%) donde ese tipo
de respuestas serán las dominantes.

En los varones, la presencia de la libido intrasomática (Tabla 8) como expresión de


una defensa fracasada, prevalece de manera absoluta, observándose también un incre-
mento en el grupo de 7 años, llegando a un 61,90 %.

Tabla 7. Mujeres catexias negativas

Totales (70) Frec 1– % 1– Frec 2– % 2– Frec 3– % 3–


LI 27 38,57% 24 34,29% 31 44,29%
O1 1 1,43% 1 1,43% 0 0,00%
O2 9 12,86% 12 17,14% 9 12,86%
A1 3 4,29% 4 5,71% 0 0,00%
A2 2 2,86% 8 11,43% 5 7,14%
FU 9 12,86% 5 7,14% 9 12,86%
FG 18 25,71% 16 22,86% 15 21,43%
FRACASO 1 1,43% 0 0,00% 1 1,43%

Tabla 8: Varones catexias negativas

Totales (53) Frec 1– % 1– Frec 2– % 2– Frec 3– % 3–


LI 23 43,40% 24 45,28% 27 50,94%
O1 1 1,89% 1 1,89% 0 0,00%
O2 6 11,32% 2 3,77% 4 7,55%
A1 3 5,66% 3 5,66% 1 1,89%
A2 4 7,55% 2 3,77% 4 7,55%
FU 9 16,98% 7 13,21% 7 13,21%
FG 6 11,32% 14 26,42% 8 15,09%
FRACASO 1 1,89% 0 0,00% 2 3,77%

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A modo de cierre podemos confirmar que la importancia del procesamiento del Edipo
en el desarrollo psíquico a los 6 y 7 años, como también la irrupción pulsional y su
imposibilidad de tramitación en momentos previos a la pubertad (9 a 11 años) llevan a
un protagonismo de respuestas y deseos fálico genitales y de libido intrasomática. Sin
embargo, podemos notar la distribución más homogénea en los varones que da lugar
a mostrar mayores recursos e inclusive mayor expresión del afecto.

Quizás cabe preguntarnos qué ocurrirá con estos niños no clínicos a la brevedad en su
pubertad y adolescencia, como también reflexionar porque estos resultados tienen en
común los hallazgos en una muestra de adultos (Sneiderman, S. 2012) donde la libido
intrasomática toma el podio al fracasar las defensas desplegadas en las respuestas po-
sitivas. Por ahora solo son enigmas que intentaremos responder en nuestras próximas
investigaciones.

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Fecha de recepción: 31/01/17


Fecha de aceptación: 27/03/17

168 “2017, 21”

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