Energía mecánica
La obtención de energía mecánica, es decir la que se relaciona con la posición y el movimiento de
los cuerpos, ha sido, desde siempre, una necesidad, por un lado, y un problema a resolver por el
hombre, por el otro.
En particular, abordaremos una de las formas de energía mecánica más solicitadas en la actualidad:
la energía mecánica de rotación.
La energía mecánica de rotación (o movimiento de giro) puede obtenerse, por ejemplo, a través de
máquinas llamadas genéricamente motores.
Un motor es una máquina que permite transformar algún tipo de energía en energía mecánica de
rotación.
Motor
Algún tipo de energía Energía mecánica de rotación
Por ejemplo, en el motor de un automóvil se transforma la energía térmica, obtenida de la
combustión, en energía mecánica de rotación; en un motor eléctrico, como el de un ventilador, se
transforma la energía eléctrica en energía mecánica de rotación.
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Motores de combustión externa
Máquina de vapor
Una máquina de vapor es un motor de combustión externa que transforma la energía térmica,
proporcionada por algún combustible, en energía mecánica. En esencia, el ciclo de trabajo se realiza
en dos etapas:
1. Se genera vapor de agua a una cierta presión por el calentamiento de la misma en una caldera
cerrada herméticamente, lo cual produce la expansión del volumen de un cilindro, empujando
un pistón. Mediante un mecanismo de biela-manivela, el movimiento lineal alternativo del
pistón del cilindro se transforma en un movimiento de rotación que acciona, por ejemplo, las
ruedas de una locomotora o el rotor de un generador eléctrico. Una vez alcanzado el final de
carrera el émbolo retorna a su posición inicial y expulsa el vapor de agua utilizando la energía
cinética de un volante de inercia.
2. El vapor a presión se controla mediante una serie de válvulas de entrada y salida que regulan la
renovación de la carga; es decir, los flujos del vapor hacia y desde el cilindro.
El motor o máquina de vapor se utilizó extensamente durante la Revolución Industrial, que desde
fines del siglo XVIII en Inglaterra y hasta mediados del siglo XIX, aceleró portentosamente el
desarrollo económico de muchos de los principales países de Europa Occidental y de los Estados
Unidos.
Tuvo un papel relevante para mover máquinas y aparatos tan diversos como bombas, locomotoras,
motores de embarcaciones y máquinas industriales en general. Es por eso que la máquina de vapor
suele presentarse frecuentemente como el símbolo técnico más importante de la Revolución
Industrial. Su gran importancia radica en el hecho de que permitió obtener energía mecánica
prácticamente en cualquier sitio, independientemente de las condiciones geográficas y/o climáticas
del lugar, aspectos éstos que condicionaban, en aquella época, la obtención de energía mecánica a
partir de ruedas hidráulicas (energía hidráulica de los ríos) y molinos de viento (energía eólica).
En la actualidad, la máquina de vapor ha quedado en desuso, ya que se ha visto desplazada, en
general, por los motores eléctricos en la maquinaria industrial y por los motores de combustión
interna en el transporte.
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Breve historia de la máquina de vapor
Desde tiempos remotos, existía un importante interés por elevar agua a distintos niveles y a la vez
descubrir la posibilidad de extraer el agua de las minas para mejorar el trabajo, dado el crecimiento
constante que tuvo la minería del carbón a partir del siglo XVII. En este contexto, surgirá el mejor
invento del siglo XVIII: la máquina de vapor.
En 1687 el francés Denis Papin (1647-1714) publica la “Descripción y empleo de la nueva máquina
para elevar el agua”, obra en la que describe el funcionamiento básico de su “máquina neumática”,
consistente en un cilindro vertical en el que se mueve un pistón como consecuencia del vapor del
agua calentada en el fondo del cilindro. El vapor hace ascender el pistón, el cual era sostenido en el
punto más alto de su recorrido. A continuación se enfriaba el cilindro con lo que el vapor
condensaba, soltándose a continuación el pistón que es empujado hacia el fondo por la presión
atmosférica.
La máquina de Papin no tuvo demasiada importancia práctica, pero estableció el principio clave de
que se podía utilizar el vapor para mover un émbolo hacia arriba y hacia abajo en el interior de un
cilindro.
En 1698, el mecánico inglés Thomas Savery (1650-1715) construye una máquina para bombear el
agua de las minas de carbón de Cornualles (Inglaterra), siendo ésta la primera vez que se emplea la
presión del vapor como fuerza motriz para un uso industrial. La máquina de Savery fue
perfeccionada por Thomas Newcomen (1663-1729) con su máquina atmosférica, que en 1712
estaba ya en funcionamiento, y que durante casi un siglo se empleó para extraer agua de las minas,
por lo que se la llamaba “el amigo del minero”.
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Máquina de Newcomen
La máquina de Watt
El rendimiento de la máquina de Newcomen era poco satisfactorio, más que nada porque el vapor
se enfriaba en el propio cilindro. De ello se dio cuenta un mecánico escocés llamado James Watt
(1736-1819), quien al reparar una máquina de Newcomen introduce en ella importantes
modificaciones. Hace que el vapor se condense en un recipiente especial y separado, el
condensador, que conecta con un tubo al cilindro al que, además, cierra por sus dos extremos. De
esta forma se podía mantener siempre caliente el cilindro, ahorrándose una importante cantidad
de combustible.
En 1768 Watt construyó un modelo que operaba de manera satisfactoria, aunque aún imperfecta.
En 1774, asociado con Matthew Boulton, lanzan la primera máquina construida en Kinneil, cerca de
Boroughstoness (Reino Unido). A partir de entonces la historia de la máquina de vapor será la de la
firma Boulton & Watt, y casi todas las mejoras que se introduzcan en ella serán obra del propio
Watt.
Entre las innovaciones que introdujo Watt en su versión de la máquina de vapor merecen
destacarse: un mecanismo para regular la distribución del vapor (el paralelogramo de Watt), una
máquina de doble efecto (en la que el vapor actúa alternativamente sobre ambas caras del pistón)
y una varilla que une el émbolo con un balancín articulado, la biela, por lo cual el movimiento
rectilíneo se hace circular.
Aplicaciones de la máquina de vapor
La posibilidad de obtener energía mecánica de rotación de una manera confiable y controlada hizo
que la máquina de vapor se incorporara rápidamente a los procesos productivos de la época,
constituyéndose en un factor clave de la Revolución Industrial. Entre sus aplicaciones más
importantes se pueden mencionar:
• Industria textil: El desarrollo de la máquina de vapor dio un gran impulso en la industria textil
siendo considerada como un clásico ejemplo del desarrollo de la Revolución Industrial.
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• Industria metalúrgica: se desarrollaron nuevos métodos para la utilización del hierro, lo que
condujo a la proliferación de máquinas de hierro de todo tipo, en reemplazo de las de madera.
La abundancia de carbón en Inglaterra fue clave en este aspecto.
• Bombas de vapor: para la impulsión de líquidos.
• Transportes: surgimiento del ferrocarril y de los barcos de vapor.
Imágenes de cómo se transmitía el movimiento de giro a las distintas máquinas en las fábricas
Imágenes sobre el trabajo de mujeres y niños durante la Revolución Industrial
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Impactos sociales
La industrialización que se originó en Inglaterra, y que luego se extendió por toda Europa y E.E.U.U.
de Norteamérica durante la Revolución Industrial, no sólo tuvo un gran impacto económico, sino
que además generó enormes transformaciones sociales.
Como consecuencia de la revolución agrícola y demográfica de aquella época en Inglaterra, se
produjo un éxodo masivo de campesinos hacia las ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en
obrero industrial. La ciudad industrial aumentó su población como consecuencia del crecimiento
natural de sus habitantes y por el arribo de este nuevo contingente humano, originándose el
llamado “proletariado urbano”.
La carencia de habitaciones fue el primer problema que sufrió esta población marginada
socialmente que debía vivir en espacios reducidos, sin condiciones de higiene ni comodidades
mínimas. A ello se sumaban jornadas de trabajo que llegaban a más de catorce horas diarias, en las
que participaban hombres, mujeres y niños con salarios miserables y carentes de protección legal
frente a la arbitrariedad de los dueños de las fábricas o centros de producción.
Como contraste al proletariado industrial, se fortaleció el poder económico y social de los grandes
empresarios, afianzando de este modo el sistema económico capitalista, caracterizado por la
propiedad privada de los medios de producción y la regulación de los precios por el mercado, de
acuerdo con la oferta y la demanda. Nacía así la “burguesía industrial”.
En este escenario, la burguesía desplaza definitivamente a la aristocracia terrateniente y su situación
de privilegio social se basó fundamentalmente en la fortuna y no en el origen o la sangre. Avalados
por una doctrina que defendía la libertad económica, los empresarios obtenían grandes riquezas,
no sólo vendiendo y compitiendo, sino que además pagando bajos salarios por la fuerza de trabajo
aportada por los obreros.
El trabajador promedio (que incluía a mujeres y niños) tenía una jornada laboral de entre 13 y 15
horas diarias, seis y a veces siete días a la semana por una paga miserable en condiciones
deplorables. En general, la mano de obra de fábrica consistía en tareas manuales repetitivas.
Trabajadores no capacitados eran con frecuencia puestos al mando de máquinas nuevas y
peligrosas. Las fábricas estaban mal iluminadas, eran muy ruidosas y carecían de una ventilación
adecuada. Las lesiones graves eran comunes y aquellos que no eran capaces de hacer sus deberes
eran despedidos.
En particular, los niños trabajaban en fábricas que eran insalubres y estaban expuestos a productos
químicos tóxicos con regularidad. En algunos casos, entraban en contacto con altos niveles de
fósforo, lo que provocaba que sus dientes se pudran. Otros murieron a causa de la inhalación
excesiva de vapores de fósforo que despedían estas fábricas. En las fábricas de algodón, los niños
generalmente manejaban maquinaria peligrosa, lo que provocaba que tengan lesiones graves y
accidentes. En otros casos, caían dentro de las máquinas dormidos por trabajar durante una
cantidad excesiva de tiempo y eran aplastados o mutilados por las máquinas con las que trabajaban.
Los niños que trabajaban en las minas de carbón a menudo morían a causa de las explosiones y
lesiones.
Videos: https://www.youtube.com/watch?v=koi1IjGnyyI
https://www.youtube.com/watch?v=RqScpCHA08U&t=129s