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Cantos Ordenacion Peresb

Este documento contiene los cantos para la misa de ordenación presbiteral de Ricardo Adolfo Fajardo Castellanos en la Diócesis de Tibú. Incluye 11 canciones que se cantarán durante diferentes partes de la misa, como la entrada, el ofertorio y la comunión, con letras que celebran el sacerdocio y la vocación sacerdotal.
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Cantos Ordenacion Peresb

Este documento contiene los cantos para la misa de ordenación presbiteral de Ricardo Adolfo Fajardo Castellanos en la Diócesis de Tibú. Incluye 11 canciones que se cantarán durante diferentes partes de la misa, como la entrada, el ofertorio y la comunión, con letras que celebran el sacerdocio y la vocación sacerdotal.
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DIÓCESIS DE TIBÚ

CANTOS MISA ORDENACIÓN PRESBITERAL


RICARDO ADOLFO FAJARDO CASTELLANOS
1. ENTRADA: PUEBLO DE REYES

Pueblo de reyes, Asamblea santa,


Pueblo sacerdotal, Pueblo de Dios,
¡bendice a tu Señor!

Te cantamos, oh Hijo amado del Padre,


te alabamos, eterna Palabra salida de Dios.
Te cantamos, oh Hijo de la Virgen María,
te alabamos, oh Cristo nuestro hermano,
nuestro Salvador.

Te cantamos a Ti, esplendor de la gloria,


te alabamos, estrella radiante que anuncias el día.
Te cantamos, oh luz que iluminas nuestras sombras,
te alabamos, antorcha de la nueva Jerusalén.

Te cantamos, Mesías que anunciaron los profetas,


te alabamos, oh Hijo de Abrahán e Hijo de David.
Te cantamos, Mesías esperado por los pobres,
te alabamos, oh Cristo, nuestro Rey de humilde corazón.

Te cantamos, mediador entre Dios y los hombres,


te alabamos, oh ruta viviente, camino del cielo.
Te cantamos, sacerdote de la nueva alianza,
te alabamos, Tú eres nuestra paz por la sangre de la cruz.

Te cantamos, Cordero de la pascua eterna,


te alabamos, oh Víctima que borra nuestros pecados.
Te cantamos, oh Templo de la nueva alianza,
te alabamos, oh piedra angular y roca de Israel.

Te cantamos, Pastor que conduces al Reino,


te alabamos, reúne a tus ovejas en un redil.
Te cantamos, oh Cristo, manantial de la gracia,
te alabamos, oh fuente de agua viva que apaga nuestra sed.

Te cantamos, oh viña plantada por el Padre,


te alabamos, oh viña fecunda, nosotros tus sarmientos.
Te cantamos, oh Cristo, maná verdadero,
te alabamos, oh Pan de la vida que el Padre nos da.

Te cantamos, imagen plantada por el Padre,


Te alabamos, oh Rey de justicia y Rey de la paz.
Te cantamos, primicia de aquellos que duermen,
«El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús» (San Juan María Vianney)
te alabamos a Ti, el Viviente, principio y fin.

2. CANTO PENITENCIAL

3. INTERLECCIONAL (ANTES DEL EVANGELIO): ALELUYA

RITO DE ORDENACIÓN

(Mientras se reviste con los ornamentos sacerdotales)

4. HIMNO DE LOS PASTORES

Cantemos al Señor con alegría,


unidos a la voz del Pastor santo;
demos gracias a Dios, que es luz y guía,
solícito pastor de su rebaño.

Es su voz y su amor el que nos llama


en la voz del pastor que Él ha elegido,
es su amor infinito el que nos ama
en la entrega y amor de este otro cristo.

Conociendo en la fe su fiel presencia,


hambrientos de verdad y luz divina,
sigamos al pastor que es providencia
de pastos abundantes que son vida.

Apacienta, Señor, guarda a tus hijos,


manda siempre a tu mies trabajadores;
cada aurora, a la puerta del aprisco,
nos aguarde el amor de tus pastores.

(Mientras el Obispo y los presbíteros saludan al neopresbítero)

5. SACERDOTE PARA SIEMPRE (Jesed)

Porque eres la razón de mi vida,


mi fuerza, consuelo y alegría;
porque eres al amor que yo soñé,
y sin ti estoy perdido y nada soy.

/Aquí estoy, Señor, toma mi vida,


Sacerdote para siempre quiero ser./

Al postrarme en tu presencia estoy temblando


consciente de mi nada y pequeñez,
y al levantarme con tu Espíritu divino
«El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús» (San Juan María Vianney)
tu siervo consagrado yo seré.

Mi vida como santo relicario,


tu presencia a los hombres llevará,
y en mis manos, tus manos los bendecirá,
y en mí, tu corazón los amará.

/Aquí estoy, Señor, toma mi vida


Sacerdote para siempre quiero ser/

De tu amor estoy sediento, oh Señor,


en Ti todo lo encuentro y soy feliz,
y en mi pecho tu Palabra incontenible,
con su fuego al mundo entero abrasaré.

Y no importan ya las dudas ni el temor,


tu amor todo lo puede y venceré,
y no importa lo que venga, si a mi lado,
paso a paso, Contigo contaré.

/Aquí estoy, Señor, toma mi vida


Sacerdote para siempre quiero ser/

Tú eres digno de ser preferido,


amado y servido sobre todo, oh Señor,
aquí estoy, Señor, toma mi vida,
Sacerdote para siempre quiero ser.

/Aquí estoy, Señor, toma mi vida


Sacerdote para siempre quiero ser/

6. OFERTORIO: NO ME HABÉIS VOSOTROS ELEGIDO

No me habéis vosotros elegido,


fui Yo mismo quien os elegí,
ya no os llamo «siervos» sino «amigos»,
permaneceréis para siempre junto a Mí.

Recordad mi nuevo mandamiento,


por el cual os reconocerán:
que os améis los unos a los otros,
como Yo os amé, para siempre, hasta el final.

Tomad y comed, esto es mi Cuerpo,


que se entrega por vuestra salud,
tomad y bebed, esta es mi Sangre,
que yo derramé por vosotros en la cruz.
«El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús» (San Juan María Vianney)
7. SANTO: SEÑOR DE GLORIA
Santo, santo, santo,
Señor de gloria y majestad;
toda la tierra está llena de ti,
Hosanna, Hosanna,
bendito nuestro Dios.
Bendito aquel que viene
en nombre del Señor.
Hosanna, Hosanna,
bendito es el Señor.

CANTOS PARA LA COMUNIÓN:


8. QUE DETALLE
Qué detalle, Señor, has tenido conmigo,
cuando me llamaste, cuando me elegiste,
cuando me dijiste que Tú eras mi amigo;
qué detalle, Señor, has tenido conmigo.

Te acercaste a mi puerta, pronunciaste mi nombre,


yo temblando te dije: aquí estoy, Señor.
Tú me hablaste de un Reino, de un tesoro escondido,
de un mensaje fraterno, que encendió mi ilusión.

Yo dejé casa y pueblo por seguir tu aventura,


codo a codo contigo comencé a caminar.
Han pasado los años, y aunque aprieta el cansancio,
paso a paso te sigo, sin mirar hacia atrás.

Qué alegría yo siento cuando digo tu nombre,


qué sosiego me inunda cuando oigo tu voz,
qué emoción me estremece, cuando escucho en silencio,
tu palabra que aviva mi silencio interior.

9. PESCADOR DE HOMBRES
Tú has venido a la orilla,
no has buscado a sabios, ni a ricos,
tan sólo quieres que yo te siga.

Señor, me has mirado a las ojos,


sonriendo has dicho mi nombre,
en la arena he dejado mi barca,
junto a Ti buscare otro mar.

Tú sabes bien lo que tengo,


en mi barca no hay oro ni espada,
tan sólo redes y mi trabajo

«El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús» (San Juan María Vianney)
Tú necesitas mis manos,
mi cansancio que a otros descanse,
amor que quiera seguir amando.

Tú, pescador de otros lagos,


ansia eterna de almas que esperan,
amigo bueno, que así me llamas.

10. GRITA, PROFETA


Has recibido un destino de otra palabra más fuerte:
es tu misión ser profeta,
Palabra de Dios viviente.
Tú irás llevando la luz en una entrega perenne,
que tu voz es voz de Dios y la voz de Dios no duerme.

/Ve Por el mundo, grita a la gente


que el amor de Dios no acaba,
ni la voz de Dios se pierde./

Sigue tu rumbo, profeta, sobre la arena caliente,


sigue sembrando en el mundo
que el fruto se hará presente.
No temas si nuestra fe ante tu voz se detiene
porque huimos del dolor y la voz de Dios nos duele.

Sigue cantando, profeta, cantos de vida o de muerte,


sigue anunciando a los hombres
que el Reino de Dios ya viene.
No callarán esa voz y a nadie puedes temerle,
que tu voz viene de Dios y la voz de Dios no muere.

11. SALIDA: HOY HE VUELTO


Cuántas veces, siendo niño te recé,
con mis besos te decía que te amaba;
poco a poco, con el tiempo, olvidándome de Ti.
/por caminos que se alejan me perdí./

Hoy he vuelto, Madre, a recordar


cuántas cosas dije ante tu altar,
y al rezarte puedo comprender
/que una Madre no se cansa de esperar./

Al regreso me encendías una luz,


sonriendo desde lejos me esperabas,
en la mesa la comida aún caliente y el mantel,
/y tu abrazo en mi alegría de volver./

«El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús» (San Juan María Vianney)

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