[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
65 vistas22 páginas

Capitulo7 Bombus Ephippiatus

El documento proporciona información sobre las técnicas de cría de Bombus ephippiatus. Describe la anatomía general de los abejorros y las características morfológicas que distinguen a las reinas, obreras y machos. Explica que las reinas son más grandes y viven más que las obreras, y tienen cuerpos grasos más prominentes. También proporciona detalles sobre la distribución geográfica y biología de B. ephippiatus.

Cargado por

Orlando Valega
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
65 vistas22 páginas

Capitulo7 Bombus Ephippiatus

El documento proporciona información sobre las técnicas de cría de Bombus ephippiatus. Describe la anatomía general de los abejorros y las características morfológicas que distinguen a las reinas, obreras y machos. Explica que las reinas son más grandes y viven más que las obreras, y tienen cuerpos grasos más prominentes. También proporciona detalles sobre la distribución geográfica y biología de B. ephippiatus.

Cargado por

Orlando Valega
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 22

CAPÍTULO 7.

TÉCNICAS DE CRÍA

7.1. Biología de Bombus ephippiatus

7.1.1. Descripción de la especie

B. ephippiatus pertenece al subgénero Pyrobombus Dalla torre. Es un abejorro con

distribución mesoamericana. Habita regiones de montaña con un clima templado a frío. Se

caracteriza por tener un carácter tranquilo y dócil lo que facilita su manipulación. De

acuerdo a la clasificación por método de alimentación a larvas, son consideradas “pollen

storers”, ya que regurgitan de forma directa el alimento hacia cada una de sus larvas

Muestra un patrón de coloración de franjas amarillas predominantes y negras. Se

caracterizan además porque en los costados, en los tergitos 3-5 cuentan con pelos rojizos

(ver figura 20). Son especies donde se ha asumido que la diapausa no es obligada, ya que se

encuentran reinas casi todo el año. La colonia se muestra activa todo el año y dependiendo

de la altitud, variará el tamaño de la colonia, así en altitudes de 2500m la colonia presentará

un promedio de 400 individuos, mientras que en menores altitudes será de

aproximadamente 150 (Fuentes-Montemayor & Madrid-Cuevas, 2003).

De acuerdo a estudios realizados, se ha visto que el tamaño corporal de la reina de esta

especie es de aproximadamente 1.6-2 cm., mientras que la obreras muestran un tamaño de

1-1.5 cm. y los machos 1.2-1.5 cm. (Fuentes-Montemayor & Madrid-Cuevas, 2003).

7.1.2. Distribución geográfica

De acuerdo a las zonas geográficas presentadas en otro capítulo, esta especie presentaría

una distribución Neártica Sur, Neotropical Norte y Neotropical Oeste (Natural History

Museum, 2004).
Su distribución comprende ciertas regiones de México, extendiéndose hasta Sudamérica.

En México abarca los siguientes estados: Chihuahua, Zacatecas, Sn. Luis Potosí , Veracruz,

Nayarit, Tabasco, Hidalgo, Guanajuato, Querétaro, Morelos, Distrito Federal, Puebla,

Oaxaca y Chiapas.

Guatemala: Verapaz, Chimaltenango, Escuitla, Chiqué, Huehuetenango, Guatemala,

Quetzaltenango, Quiché, Sacatepéquez, San Marcos y Sololá.

El salvador: La libertad, Ahuachapán, y Morazán.

Costa rica: Cartago, Guanacaste, Alajuela, Heredia, Puerto Limón, Irazú, San José y

Puntarenas.

Panamá: Chiriquí

Honduras: Honduras (Díaz & Brahamovich, 2004).

7.2. Identificación de la reina, obreras y machos de B. ephippiatus en una colonia

7.2.1. Anatomía general de Bombus

Como característica de los insectos, el cuerpo de los abejorros se divide en cabeza, tórax y

abdomen. Presentan un par de antenas, tres pares de patas y dos pares de alas (ver figura

21). La estructura de su cuerpo es dura, esto no sólo las protege del ambiente, sino que sirve

como sostén de su musculatura interna. Dicha piel está constituida por células epidérmicas

que secretan una sustancia protectora llamada cutícula (Alford, 1975). La cabeza de estos

abejorros contiene el cerebro, glándulas salivares y un par de ojos compuestos (ver figura

22), tres ojos simples (ocellos), un par de antenas y el aparato bucal. Los ojos compuestos

son los encargados de percibir colores y formas, mientras que los ocellos simplemente

perciben diferentes intensidades de luz. Las antenas son órganos muy sensibles que

funcionan para el sentido del olfato o tacto. Cada antena se divide en una parte basal, un
pequeño pedicelo y un largo flagelo que a su vez se subdivide en varios segmentos; en el

caso de hembras tiene 10 segmentos, mientras que los machos presentan 11(ver figura 23).

Su aparato bucal cuenta con una lengua larga o proboscis que sirve para comer, una

mandíbula y varias glándulas salivares (glándulas postcerebrales y protorácicas,

hipofaríngeas y mandibulares). La saliva producida por estas glándulas es usada para diluir

sus alimentos y ablandar los materiales de la colonia, ya que la saliva contiene ciertas

enzimas digestivas. Estas glándulas además y en el caso de los machos, secretan sustancias

relacionadas con el comportamiento reproductivo. El tórax contiene la musculatura para el

vuelo, consiste de tres segmentos: el protorácico que contiene el primer par de patas,

mesotórax que contiene el segundo par de patas y el primer par de alas, y por último el

metatórax conteniendo el tercer par de patas y el segundo de alas (Alford, 1975). En cada

pata se distinguen 5 segmentos, siendo esta la estructura general de las patas de un abejorro,

pero en el caso de las hembras, las patas traseras contienen unas estructuras conocidas

como corbículas, que como ya se mencionó sirven para recolectar el polen (ver figura 24).

La deposición de polen en sus corbículas se lleva a cabo porque en sus patas tienen una

serie de pelos llamados cepillos, que como su nombre lo dice, cepillan el polen de sus

cuerpos y lo depositan en las corbículas (ver figura 25). Las alas por su parte son

membranosas más o menos transparente con una venación simple. El par de alas posteriores

son más pequeñas y están unidas al par de alas anteriores, por lo que a simple vista parece

que sólo contaran con un solo par. El abdomen consta de seis segmentos o tergitos. En

dichos tergitos se localizan las glándulas de cera, específicamente sobre los tergitos 3,4,5, y

6 (Curtis y Barnes, 1993). Alrededor del abdomen se encuentran células grasas que en el

caso de las reinas son más abundantes. En la parte ventral del abdomen se distinguen otros

seis segmentos que en este caso se llaman esternitos.


El tracto digestivo se extiende como un tubo largo desde la boca hasta el ano. Después de la

boca se observa la faringe, seguida del esófago, el cual se extiende hasta el abdomen donde

desemboca en una estructura llamada estómago de miel. Dicho estómago de miel sirve para

almacenar el néctar y regurgitarlo. La parte final de dicho estómago se conoce como

intestino anterior. Después continúa el intestino medio en el cual se lleva a cabo la

absorción y digestión. El siguiente tramo se conoce como intestino posterior o proctodeum

que se diferencia en el íleo y el recto. En esta parte se lleva a cabo la absorción de sales y

en el recto se acumulan todos los desechos para posteriormente expulsarlos por el ano (ver

figura 26). Entre el ventrículo y el íleo se encuentran una serie de túbulos muy delgados,

que son análogos a los riñones y que se llaman túbulos de Malphigi. Estos se encargan de

recoger todos los desechos excretores.

El sistema respiratorio está constituido por un arreglo de túbulos ramificados: la tráquea,

quien a su vez tiene en su base una serie de diminutos capilares llamados traqueolas, dentro

del abdomen se localizan los sacos de aire y su principal función se relaciona con el vuelo,

para que le de al abejorro un efecto de “flotar”(ver figura 26). Cuando un abejorro está

activo e inhala una mayor cantidad de oxígeno, al exhalar, este CO2 saldrá a través de

pequeñas cavidades de su cuerpo llamados espiráculos y en consecuencia se originará el

sonido del zumbido (ver figura 27)(Alford, 1975). Por último su sistema circulatorio costa

de un corazón en forma de bucle, es una circulación abierta, lo que significa que no hay

vasos sanguíneos y la “sangre” propiamente llamada hemolinfa, corre a través de todo el

cuerpo e irriga de forma directa todos los órganos.


7.2.2. Características morfológicas y de comportamiento de la reina y sus obreras

Como ya se ha mencionado, las obreras, así como las reinas son diploides (2n) ya que

provienen de huevos fertilizados. Cuando se tiene una colonia en cautiverio, es muy fácil

distinguir a la reina de sus obreras, principalmente porque la reina ha sido marcada (ver

figura 28). En el caso de tener alguna duda o al momento de querer recolectarla, se debe de

tener cuidado de no confundirse, aunque esto no es muy común puesto que las reinas se

aprecian forrajeando cuando apenas van a iniciar su colonia, ya que después son sus obreras

las que se encargan del forrajeo y la estación en la que se va a observar a las reinas

generalmente es en primavera, tiempo en el que emergen de su diapausa, así si se ve un

Bombus forrajeando en verano u otoño, seguramente se trata de una obrera, aunque

probablemente se trate de reinas vírgenes en busca de un macho (Prys-Jones & Corbet,

1991; Alford, 1975). En el caso de B. ephippiatus como se ha asumido que no realizan

diapausa si podría ocurrir el observar una reina en una estación no tan típica, pero para no

confundirla con una obrera se toman en cuenta diferentes características (Fuentes-

Montemayor & Madrid-Cuevas, 2003).

Dentro de esta especie se puede observar que el tamaño de las obreras está por debajo de la

reina, aunque en algunos casos se podría llegar a encontrar a alguna obrera muy grande y

hasta se podrían llegar a confundir con la reina (ver figura 29). Las características que las

diferencian, aunque no son tan obvias a simple vista son las siguientes:

Las reinas tienen cuerpos grasos mucho más gruesos, pesan más, generalmente son más

grandes, las membranas de su aguijón están mejor definidas, viven mucho más que una

obrera y en el caso de una reina fundadora de colonia, tiene su espermateca llena (Prys-

Jones & Corbet, 1991). La esperanza de vida de una obrera fluctúa entre las tres y cuatro

semanas (esto dependiendo del grado de actividad), muy similar a los machos, mientras que
una reina puede vivir todo el año. De acuerdo a un estudio realizado con esta especie se

determinó una esperanza de vida para obreras de 37 días mientras que para la reina fue de

199 días como mínimo pudiendo llegar a vivir todo un año (Fuentes-Montemayor &

Madrid-Cuevas, 2003).

En el caso de ver volando una probable reina, que pudiera confundirse con una obrera, se

debe observar detalladamente su abdomen, pues en el caso de que se tratara de una reina

virgen, su cuerpo graso sería muy prominente, mientras que el de las otras obreras se

observaría muy pobre. Además para estas alturas, es decir cuando las reinas vírgenes han

surgido, las obreras forrajeadoras ya serían viejas, por lo que se notaría un desgaste obvio

en su pilocidad (pelos) y en sus alas, mientras que las nuevas reinas lucirían fuertes y sin

desgaste alguno (Pelletier & McNeil, 2003).

Los individuos femeninos (obreras y reinas) cuentan con un par de ovarios, donde cada

uno se divide en cuatro túbulos productores de huevos (ovariolos) conectados a un par de

oviductos. Conectada con la vagina, se encuentra la espermateca, en donde se almacena el

esperma del macho. Los huevecillos son depositados a través de la abertura vaginal en

donde se encuentra el aguijón. Muy cerca del aguijón se encuentra un saco de veneno, que

es simplemente una glándula accesoria. Por su parte el veneno está formado por diferentes

aminoácidos que dan lugar a diferentes proteínas (Alford, 1975).

En el caso de las obreras, los ovarios no están desarrollados completamente por lo que son

muy pequeños y delgados y aún cuando los desarrollen, al no estar fertilizada sólo generará

machos (n) (Prys-Jones & Corbet, 1991).

Las antenas de los individuos femeninos constan de 12 segmentos, además su abdomen

presenta sólo 6 tergitos y esternitos. El abdomen se observa abultado y en la punta se

observa el aguijón a manera de un pequeño pico (Prys-Jones & Corbet, 1991). En sus patas
traseras presentan corbículas, característica muy obvia a simple vista que permite

distinguirlas fácilmente y las diferencia claramente de los machos, ya que a simple vista

parece como si tuvieran las patas muy gruesas. Las reinas por lo general son más grandes, a

pesar de que puede llegar a haber obreras gigantes, y aunque en un inicio pueda ser confuso,

si se ponen junto a la reina (se puede usar la reina marcada) se notará que aunque sean

grandes, la reina se observa más voluminosa, su abdomen se ve mucho más abultado por

dicha razón cuando se ponen en posición de ataque a la reina se le dificulta encorvarse,

mientras que una obrera se encorva perfectamente. Además el zumbido de una reina suele

ser más fuerte que el de una obrera.

Cuando se empiezan a producir nuevas reinas, éstas como parte de su instinto buscan la

salida del nido, así que generalmente se les localizan caminando lejos de la puesta por el

techo y sobre ventanas. Por otra parte, las obreras, se localizan generalmente sobre la

puesta ayudando con la incubación y la construcción de celdas.

La principal diferencia entre la reina y sus obreras, no recae tanto en cuestiones

morfológicas, sino en su comportamiento, ya que en una colonia, la reina pasará el mayor

tiempo incubando los huevecillos que ella misma ha depositado. Como parte de su

comportamiento a veces se oculta dentro del nido por un tiempo considerable, no se

muestra tan activa como sus obreras, si no está incubando generalmente está oculta. Por su

parte las obreras permanecen en una actividad constante, siempre se muestran construyendo

nuevas celdas, arrastrando los cadáveres lejos del nido o incubando.

7.2.3. Características morfológicas y de comportamiento de los machos

Los machos presentan un plan corporal como el descrito al principio del capítulo, pero

presentan unas cuantas diferencias. Al no representar fuerza de trabajo, no tienen corbículas


en sus patas traseras, por lo que a simple vista pareciera como si tuvieran las patas

demasiado delgadas. Además presentan antenas con 13 segmentos, así que a simple vista se

ven muy largas, siendo esta característica muy útil para distinguirlos. Además cuentan con

7 tergitos siendo más alargados. Por otra parte su aparato reproductor cuenta con las

siguientes características: cuentan con un par de testículos situados a cada lado de un ducto

llamado vaso deferente. Cada vaso deferente se enrolla en la parte próxima a los testículos

formando otras estructuras conocidas como testículos accesorios donde se almacena el

esperma maduro (Alford, 1975). Después se aprecia otro conducto llamado ducto

eyaculador que pasa a través del pene o endophalo. Todos estos elementos se encierran en

una cápsula, la llamada cápsula genital (ver figura 30)(Prys-Jones & Corbet, 1991).

Cuando los machos acaban de nacer y si se disectarán ante el microscopio, se podría ver

que sus testículos son relativamente grandes, ya que están llenos de esperma, el cual

todavía no ha migrado a los conductos deferentes por lo que todavía no están sexualmente

activos. Aproximadamente a los seis días de vida, y si se procediera de igual forma, se

podría ver que los testículos ya se muestran más pequeños y vacíos, mientras que los

conductos deferentes están llenos y gruesos, presentando una coloración lechosa. De

acuerdo a diferentes estudios, se ha determinado que la edad óptima para el apareamiento

es a la edad de 16 más menos 7 días, ya que en este rango de edad, de acuerdo a diferentes

disecciones es cuando se produce una gran cantidad de esperma. A pesar de esto se

consideran sexualmente activos y listos para el apareamiento en un rango de edad de entre

7 y 9 días (Baer et al., 2000).

Los machos se pueden distinguir relativamente fácil dentro de una colonia, ya que a

diferencia de las obreras y como ya se mencionó muestran patas traseras muy delgadas,

además su abdomen es más alargado y no presentan aguijón, por lo que la terminación de


su abdomen en más ovalada. Una característica muy obvia es que los machos presentan una

mancha a la altura de su boca a manera de “bigote” este bigote puede variar y ser muy

notorio en ciertos individuos o muy claro y poco visible. Por lo general muestran tamaños

corporales medianos, midiendo aproximadamente de 1.2-1.5 cm lo que hace posible

apreciar con mayor claridad sus características morfológicas (Fuentes-Montemayor &

Madrid-Cuevas, 2003).

De acuerdo a su comportamiento, los machos generalmente y al igual que las reinas

vírgenes buscan salidas, se encuentran en su gran mayoría caminando por el techo

transparente o en orificios a manera de ventanas, aunque muchos otros se observan

ayudando a la reina fundadora a incubar los huevecillos. Los machos al no presentar

aguijón, reaccionan diferente ante el peligro, si al momento de sacarlo con las pinzas se

tratara de una obrera, ésta inmediatamente recurriría a su posición de ataque enseñando su

aguijón y lanzando veneno. En cambio un macho al verse amenazado lo más normal es que

empiece a correr rápidamente por toda la caja y trate de ocultarse dentro de alguna celda.

Al andar a ciegas debido a luz roja (para manipularlos debe usarse luz roja, ya que no la

pueden ver), difícilmente volará pero se notará sumamente estresado y tratando de huir todo

el tiempo. Algunos machos tratan de imitar a las obreras y se tornan boca arriba y

emitiendo un fuerte zumbido, pero en esta posición es más fácil observar que no cuentan

con aguijón, pero si no se cuenta con la luz apropiada es posible caer en su engaño.

7.3. Técnicas de colecta en el campo y transporte de reinas fecundadas

Una vez en el campo se procede a buscar a las reinas, generalmente se busca reinas

fertilizadas que apenas estén forrajeando y en busca de un sitio para anidar. Normalmente

se procedería a buscar reinas a punto de iniciar colonia en primavera donde normalmente


salen de su diapausa y se evitaría tratar de capturarlas desde finales de verano pues ya se

estaría iniciando la diapausa. B. ephippiatus al parecer no realiza diapausa, por lo que

generalmente se encuentran reinas en casi todos los meses del año.

De acuerdo a sus características morfológicas se pueden distinguir a las reinas de algunas

obreras que pudieran estar sobrevolando el área. Una vez identificada la reina Se sujeta por

la pata trasera por medio de unas pinzas (fórceps) y se deposita en un recipiente pequeño de

plástico transparente, perforado para la ventilación y con una tapa segura.

En el caso de que se quiera hacer la colecta de colonias iniciadas se puede detectar a una

obrera forrajeadora y seguirla hasta el nido, así se podrá capturar toda la colonia para lo

cual es importante llevar el equipo indicado y se podría rociar a la colonia con un poco de

CO2 para adormecerla y de esta forma depositarla en una caja de madera perfectamente

diseñada para la colonia (Hernández, 2004)

7.4. Técnicas de manipulación de colonias en cautiverio.

7.4.1. Iniciación y crecimiento de las colonias

7.4.1.1. Diseño de las cajas

El diseño de las cajas para guardar colonias comerciales es muy sencillo.

Cuando las reinas son recolectadas en el campo se transfieren a pequeñas cajas de madera

(de iniciación) con las siguientes características: las medidas aproximadas son de 9x8x5 cm.

En la parte de enfrente cuentan con un vidrio para tener total control en la observación del

animal. El piso de la caja es de rejilla y se deposita un pedacito de cartón en el piso para

que ahí la reina comience su puesta. El techo es de madera y cuenta con un pequeño orifico

a manera de que quepa un tubo de ensayo especialmente perforado en su parte inferior para

que desempeñe la función de bebedero (ver figura 31). Cuando la colonia ya cuenta con
unas cuantas obreras (6-7) se transfieren a cajas medianas, las cuales son todas de madera.

Tienen una medida de 28x21x8 cm. y cuentan con dos orificios laterales a manera de

ventanas, las cuales están cubiertas con rejilla para mayor seguridad. El techo está cubierto

por un material plástico duro y transparente el cual cuenta con dos “puertas” para mejor

manipulación. Estas cajas tienen dos compartimentos, el primero y más grande donde se

establece el nido, ahí se encuentra la puesta, todas las larvas y es ahí donde se deposita el

alimento. El otro compartimiento es pequeño y se conecta con el principal por medio de un

orificio. Esta pequeña área es la cámara de excreción y además es ahí donde depositarán los

cadáveres de las obreras, machos o hasta de la reina en el caso de su muerte. De esta forma

mantienen un orden y un control dentro de la colonia. La caja cuenta con otro orificio en

uno de sus costados, el cual está bloqueado y se utilizará más adelante cuando se requiera

hacer una caja de extensión (ver figura 32). Cuando la colonia ya es lo suficientemente

grande y empieza a observarse una sobrepoblación para la caja mediana, se conecta otra

quedando unida por el orificio anteriormente mencionado y se sujeta con cinta de aislar o

canela. De esta forma se tiene una gran caja para evitar problemas por el reducido espacio.

7.4.2. Condiciones ambientales

Al tener a las colonias en cautiverio, hay que simular lo mejor posible sus condiciones

naturales, por esto se mantiene una temperatura de 30°C (temperatura a la cual se encuentra

el nido en la naturaleza), esto se logra con la ayuda de un calentador eléctrico. Se

mantienen en un lugar oscuro y se mantiene la humedad en 60% (Duchateau & Marien,

1999; Fuentes-Montemayor & Madrid-Cuevas, 2003). El cuarto donde se mantienen debe

de guardar calor, por esta razón es muy conveniente forrarlo de algún tipo de aislante como

unicel, así se evitará que el calor salga. Como una medida de seguridad se mantendrá una
luz roja especialmente en el momento de manipularlas, ya que el espectro visible de estos

abejorros no incluye la longitud de onda para observar el color rojo así que es como si

estuvieran a ciegas (ver figura 33)(Curtis y Barnes, 1993; Fuentes-Montemayor & Madrid-

Cuevas, 2003).

7.4.3. Técnicas de alimentación

Cuando se mantiene una colonia en cautiverio y para fines comerciales, lo que interesa es

contar con colonias continuas. Por esto es necesario evitar cualquier tipo de evento que

pusiera en riesgo su eficiencia. De esta forma el alimento es esencial para un buen

desempeño, por lo que debe ser altamente nutritivo y satisfacer todos los requerimientos

nutricionales del abejorro y lo más importante, nunca debe faltar (Pelletier & McNeil,

2003).

Como ya se ha mencionado, la alimentación de los abejorros es a base de néctar y polen,

por esta razón su alimentación cuenta con estos dos requerimientos. El néctar se les da en

botes con agujeros en su parte posterior o en tubos de ensayo igualmente perforados a

manera de bebederos. Este néctar, es una mezcla de diferentes azúcares a manera de jarabe

nutritivo diseñado especialmente para abejas y cuya receta puede variar. Por su parte, el

polen normalmente se obtiene de una colonia de Apis mellifera, por lo que resulta muy útil

criar colonias de estas abejas para tener una continua fuente de alimento.

El alimento es a base de polen, el cual se deposita en un mortero y se machaca

perfectamente con un pistilo (ver figura 34). Cuando el polen se ha triturado perfectamente,

se le agrega un poco del jarabe especial y de esta forma se hace una especie de masa con

una consistencia como plastilina suave y se comienzan a hacer rollitos (ver figura 35). La

longitud y el peso de cada rollito dependen del tipo de colonia. Para las cajas pequeñas se
necesita un trozo muy pequeño, de igual forma para las cajas medianas y grandes se

requerirán diferentes proporciones.

Una vez listo el alimento, se deposita en una charola y con ayuda de unas pinzas se

comienza a alimentar caja por caja. Cada caja se levanta de su lugar y se traslada a una

mesa de trabajo dentro del mismo cuarto. Para esto se enciende la luz roja y se depositan

los rollitos de alimento introduciéndolos por la puerta del techo y sobre el nido. Además se

retiran los rollitos viejos y duros que hayan sobrado de la comida anterior. Se revisan los

bebederos y en caso de necesitarse, se rellenan con el jarabe especial. Estos bebederos

deben revisarse perfectamente aunque estén llenos para evitar que los orificios sean

bloqueados por los mismos abejorros, ya que comúnmente rellenan de cera los orificios y

quedan sin acceso al jarabe. Normalmente la alimentación se lleva a cabo cada tercer día,

esto puedo variar de acuerdo a los requerimientos de la colonia, pero este tiempo es

bastante razonable para volverlas a alimentar ya que si se hiciera diariamente sería un

desperdicio de alimento.

7.4.4. Cuidados especiales

Como ya se mencionó anteriormente, el cuarto donde se guardan las colonias debe de estar

en oscuridad y evitar cualquier ruido que pudiera alterarlas, por esta razón deben estar en

un lugar silencioso y con ayuda del aislante a parte de guardar el calor, se evitará la

infiltración de ruidos molestos. Al momento de manipularlas se debe contar con una luz

roja y se debe tener mucho cuidado de no hacer ruidos innecesarios. Al momento de

transportarlas a la mesa de trabajo se debe tener cuidado de no azotar la caja, pues este

ruido a parte de molestar a la colonia tratada, perturbaría al resto de las colonias quienes

empezarían un zumbido muy fuerte entrando en un estrés total. Cuando se esté


manipulándolas, no se debe hablar o hacerlo lo menos posible, además algo que las molesta

mucho es el aire directo, por lo que se debe evitar respirar muy cerca de ellas o soplarles

por algún motivo, ya que esto las irrita y comienzan a mostrarse agresivas. En el caso de

que una o varias integrantes llegaran a escapar de su caja, ante todo se debe mantener la

calma y actuar con rapidez. Debido a que el cuarto cuenta con luz roja, el abejorro anda a

ciegas así que difícilmente volará por lo que es muy fácil regresarla a su caja. Con la ayuda

de unas pinzas se sujeta de su pata trasera sin apretar muy fuerte y se regresa a su caja. La

dimensión de las pinzas es muy grande para ellas, por esta razón no las lastimará y es una

herramienta muy útil para manipularlas.

Esta especie es muy tranquila y difícilmente atacará sin razón alguna, pero si algo llegara a

representar una fuerte amenaza para ellas, en el caso de las hembras y como ya se había

mencionado anteriormente, echará su cuerpo par atrás como si se acostará y se encorvaría a

manera de sobresaltar su aguijón. En esta posición permanecería unos segundos

acompañado de un zumbido muy fuerte y si la amenaza no se ha retirado, entonces es el

momento de arrojar su veneno, el cual sale disparado en todas direcciones.

Si el abejorro llegara a picar a un humano, el piquete no representa ningún riesgo, es como

un piquete por parte de una abeja del género Apis, sólo que a diferencia de éstas, no pierden

el aguijón así que podrán picar las veces que quieran. El piquete sólo causa una pequeña

inflamación en la zona afectada y un pequeño ardor momentáneo.

En general el veneno de los himenópteros consiste en una mezcla de enzimas, péptidos y

aminos vasoactivos. Las proteínas identificadas como las más alergénicas son: fosfolipasa

A2 y A1B, donde de acuerdo a diferentes estudios la fosfolipasa A2 causa alergia en un

gran porcentaje de individuos, ya que el efecto también se desata por inhalación. Por su

parte, el péptido más sobresaliente es la mellitina, la cual constituye más del 50% del peso
seco del veneno y causa una gran inflamación (INFOAGRO, 2004). Si la persona no es

alérgica y recibe una picadura, no pasará de un simple malestar local, pero en caso de que sí

lo sea pueden ocurrir diferentes consecuencias. Una persona puede ser alérgica no solo al

veneno, sino también al polen, desatando una respuesta inmune peligrosa al entrar en

contacto con estos alérgenos. Lo que pasa es que ante la presencia del alérgeno por primera

vez, la persona sensible a éste, aumenta la producción de anticuerpos conocidos como IgE,

los cuales circulan libremente y se adhieren a las células fagocíticas del sistema inmune

como a los basófilos del tejido conectivo. Una vez formado el complejo anticuerpo célula y

si la persona es expuesta por segunda vez al alérgeno, entonces se desatará la respuesta más

intensamente, donde aparte de producir más IgE, los complejos anteriormente formados

estimulados por el alérgeno, liberan todo su contenido químico siendo la histamina el

principal componente, esto crea una inflamación, además en el caso del polen se inician una

serie de síntomas parecidos a una gripa, acompañados de un posible dolor estomacal y

urticaria. El verdadero problema se enfrenta cuando comienza la dilatación de los vasos

sanguíneos, lo que afecta la presión y crea una constricción de los bronquiolos, resultando

en una asfixia (shock anafiláctico) (Curtis y Barnes, 1993).

Si la persona recibe una picadura y no muestra alguna reacción alérgica, solamente se le

debe dar un tratamiento considerado como leve-local, esto es que se le pondrá sobre la

picadura hielo o compresas de agua fría y si fuera necesario una crema antihistamínica. Si

por el contrario, la persona tuviera alguna reacción alérgica un tanto severa sería necesario

administrarle algún corticoide intramuscular, ya que las hormonas relacionadas con la

cortisona suprime la producción de glóbulos blancos y por tanto reduce la intensidad de la

respuesta inmune; y si llegara a empeorar, es decir si mostrara una reacción anafiláctica

(asfixia.), se debe de trasladar al individuo a algún centro médico para que le administren
adrenalina, ya que dicha hormona eleva la presión sanguínea revirtiendo el efecto

producido por la vasodilatación y aumenta la potencia muscular, pero esto sería en un caso

muy severo (Curtis y Barnes, 1993).

Como parte de los cuidados necesarios durante la crianza se recomienda hacer lo siguiente:

cuando la colonia empieza a producir los primeros machos y para fines prácticos se deben

aislar de su colonia parental, ya sea para ser estudiados de acuerdo a los fines del proyecto

o simplemente para evitar cruzas consanguíneas y llevarlos con otras reinas para fines

reproductivos.

Cuando se identifica a un macho de acuerdo a las características mencionadas

anteriormente, se saca de la colonia con ayuda de las pinzas y siguiendo el mismo

procedimiento, se les toma de su pata trasera y se sacan de la caja. En el caso de que se

tuviera duda si realmente se trata de un macho se recomienda guardarlos en frascos de

vidrio y sacarlos a luz del día para observar con claridad su morfología y en el caso de que

se tratara de una obrera, ésta deberá ser regresada a la brevedad posible a su colonia para

evitar que sea atacada por sus compañeras, ya que si pasa demasiado tiempo fuera de su

colonia, podría adquirir un olor extraño que evitaría que sus compañeras la reconocieran e

inmediatamente la atacarían al considerarla una extraña enemiga.

Se debe tener cuidado también al mover las cajas ya que un movimiento muy brusco podría

derramar los bebederos y muchos individuos morirían ahogados.

La mortalidad de las obreras es muy alta, situación que es totalmente normal, así se ha

determinado una mortalidad promedio de seis obreras cada dos días; pero debido al espacio

limitado no se pueden dejar todos los cadáveres dentro de la caja, así que se deben retirar

para ayudar a los abejorros a mantener su colonia limpia y evitar estrés al reducirse su

espacio con tantos cadáveres (Fuentes-Montemayor & Madrid-Cuevas, 2003). Como ya se


ha mencionado, uno de los principales parásitos de las colonias en crecimiento son las

polillas, así que se debe mostrar gran atención a la limpieza de las cajas y en el caso de

detectarse un nido de polillas, deberá ser retirado inmediatamente y revisar bien la caja para

que no quede ninguna larva, ya que se convierten en una verdadera plaga acabando con

colonias enteras. Por esta misma razón es necesario retirar el alimento viejo, ya que dicho

polen representa el lugar ideal para que las polillas depositen sus huevecillos.

El polen utilizado para fabricar su alimento debe ser limpiado minuciosamente antes de ser

utilizado, ya que es muy común que cuente con restos de otros insectos como patas de

abejas (generalmente el polen utilizado proviene de colmenas de Apis mellifera) u otras

estructuras que no forman parte de la dieta de los abejorros. Además se debe tener atención

especial en que no haya dentro del polen larvas de polillas pues si no se moliera bien el

polen y se depositara con estos invasores, empezarían a propagarse y a afectar severamente

a la colonia. Para evitar esto es recomendable mantener congelado el polen para matar

cualquier forma de vida que representara un problema.

Al estar manejando sustancias dulces como el jarabe especial, se debe tener cuidado de los

posibles derrames, ya que si el piso o alguna otra área quedara bañado de jarabe o si se

cayera alimento, esto atraería a otros insectos como hormigas, las cuales podrían entrar a

las cajas y convertirse en un verdadero problema, por lo que se debe mantener el lugar de

trabajo en perfectas condiciones de limpieza; además los tapones de los bebederos deben de

ser de un material plástico duro para que no se los coman (Fuentes-Montemayor & Madrid-

Cuevas, 2003).

Otro cuidado muy útil es en el momento de recolectar a las reinas vírgenes que han

aparecido en las cajas para reproducirlas, pues en el caso de esta especie, las obreras

pueden llegar a presentar un gran tamaño corporal (obreras gigantes) pudiéndolas confundir
con una reina, ocasionando problemas, ya que su desarrollo ovárico ha sido inhibido por la

reina, pero esto no es muy común ya que la reina generalmente sobrepasa el tamaño

promedio de las obreras.

7.4.5. Marcaje de las reinas

Uno de los procesos más utilizados y fáciles es el siguiente: cuando la reina acaba de ser

recolectada y cuenta con muy pocas obreras o de preferencia con ninguna, es cuando debe

de ser marcada, ya que de otra forma podría ser rechazada por sus obreras e incluso podrían

matarla al no reconocerla. El proceso es muy simple, se toma a la reina de su pata trasera

con ayuda de unas pinzas y se le coloca encima una rejilla, teniendo cuidado de no

aplastarla. Con ayuda de un palillo se marca a la reina en su tórax, para esto se sumerge la

punta del palillo en pintura y se toca a la reina por medio de la rejilla. Se debe evitar

depositar demasiada pintura, ya que podría resultar tóxica para la reina.

En el caso de que la reina ya cuente con algunas obreras, aunque estas no representarían

una amenaza mortal para la reina, se debe evitar el enfrentamiento, para lo cual la reina que

ha sido marcada permanece unos minutos fuera de la colonia con el fin de que el olor a

pintura no sea tan penetrante, además una vez que la pintura haya secado, se pude poner

unas gotas de jarabe sobre la reina para que adquiera el olor típico del alimento de su

colonia y de esta forma se puede regresar con total seguridad.

El comportamiento más común cuando se marca a la reina, es que una vez devuelta a su

caja, se esconda por varios minutos e incluso horas. Esto es un mecanismo de defensa, que

no sólo la protege de volver a ser agarrada, sino que le da tiempo para volver a adquirir el

olor típico de su colonia y de esta forma evita el ataque de sus obreras.


7.4.6. Cruzas

Cuando ya han aparecido los sexuados (machos y reinas) es el momento para iniciar la

reproducción. Para esto los machos, quienes aparecen primero que las reinas, son retirados

de su colonia parental y se espera unos días antes de ser cruzados. Una vez que los machos

han nacido, se espera de 7-9 días para ser cruzados, ya que en este tiempo ya es seguro que

estén sexualmente maduros, ya que para ese entonces el esperma ya debe de haber migrado

desde los testículos hacia los conductos deferentes, estando el macho listo para fertilizar a

la hembra (Baer et al., 2000). Una vez transcurrido este tiempo se realiza la cruza con una

reina virgen proveniente de otra colonia.

Por su parte las reinas, quienes aparecen en la colonia aproximadamente a la semana que

aparecieron los machos (dicho tiempo es sumamente variable) pueden ser retiradas de su

colonia y guardadas en pequeñas cajas en espera de la cruza . El tiempo promedio en el que

una reina virgen está sexualmente activa es de 6 días aproximadamente, así que pasando

este tiempo se lleva con los machos de otras colonias para iniciar las cruzas (Baer et al.,

2000). Las cruzas pueden realizarse de diferentes maneras, aquí se presentarán las dos

principales.

La forma más común es construir una jaula de vuelo, esta es una gran caja forrada toda de

maya con dos paredes de acrílico para facilitar la observación donde se depositan a los

sexuados y en donde tienen suficiente espacio para volar e iniciar la cópula (ver figura 36).

Generalmente se deposita una reina por cada dos machos y así tanto las reinas como los

machos tienen diferentes opciones, aunque generalmente son los machos quienes escogen a

sus reinas. Cuando todos los individuos se encuentran dentro de la jaula de vuelo, (la cual

se debe de poner a la luz del día, para simular mejor las condiciones naturales) al principio

se observará cierta incertidumbre por parte de todos, ya que será algo nuevo el estar en la
jaula volando y con tanta luz, así que en un tiempo variable, no mostrarán el mínimo interés

los uno con los otros (Fuentes-Montemayor & Madrid-Cuevas, 2003). Pasado algún tiempo

y cuando los abejorros ya terminaron de inspeccionar el lugar, generalmente uno de los

machos toma la iniciativa y cuando se entera de la presencia de las reinas, fija su interés en

una de ellas y empieza a corretearla por toda la jaula, esto parece alertar a los demás,

quienes empiezan a hacer lo mismo. Generalmente no se presenta problema por

disponibilidad de reinas, ya que no todos los machos buscan aparearse y muchos de ellos

siguen concentrando su atención en las nuevas condiciones a las que están sujetos.

El macho persigue a la reina y generalmente es en el vuelo cuando la monta. La aprisiona

con sus patas a manera de abrazo y continúan volando unos segundos. Por fin la reina suele

parar su vuelo y se queda quieta en un lugar donde el macho puede continuar con la cópula.

En este proceso la reina manipula su aguijón para no picar al macho y de esta forma quedan

unidos por sus partes genitales donde se inicia la fertilización .En este último paso, el

macho echa su cuerpo para atrás quedando unido a los genitales de la hembra y permanece

así unos minutos (ver figura 37). Es así como finaliza el apareamiento aunque normalmente

el macho sigue montando a la hembra aunque ya la haya fertilizado con el fin de evitar que

otro macho se acerque a la reina; aunque en esta especie la reina sólo copula con un solo

macho y una sola vez durante su ciclo de vida. Cuando se ha identificado una pareja dentro

de la jaula de vuelo, normalmente se sacan de la jaula utilizando las pinzas, donde se sujeta

a la reina de su pata trasera y difícilmente el macho se separará de ella, de esta forma se

saca a la pareja y se depositan en una pequeña caja para que continúen con el apareamiento

y llevar un mejor registro sobre la cruza.

En el caso de que ya hayan pasado algunas horas y ya no se observen más parejas,

difícilmente sucederá algo, así que se regresan a los machos y a las reinas que quedaron a
sus respectivas cajas, para lo cual es de gran utilidad marcar a las nuevas reinas y en

algunos casos a los machos, pero lo más común es cambiar de machos en el segundo

intento.

Otra forma es depositar a la reina con sus dos machos inicialmente en las pequeñas cajas y

sacarlos al sol durante un tiempo considerable donde se lleva registro de las cruzas.

Una vez identificadas las reinas que fueron fertilizadas, se espera que en las siguientes

semanas la reina empieza a depositar sus huevecillos, de los cuales si la fertilización fue

exitosa, se esperará que eclosionen obreras. En el caso de que salieran machos, sería señal

de que la fertilización no se llevó a cabo y por tanto la reina sólo podrá dar lugar a machos

haploides. Generalmente los machos se dejan en las cajas con sus reinas, pues al poco

tiempo después del apareamiento mueren (Prys-Jones & Corbet, 1991; Alford, 1975).

En el caso de que las reinas no hayan sido exitosamente fertilizadas, no es muy

recomendable volverlas a cruzar, pues para ese entonces ya se tratará de reinas no tan

jóvenes y parece ser que esto afecta su fecundidad. De acuerdo a estudios en esta especie el

promedio de edad de la reina recomendado como más exitoso para la cruza es de 2.5 días,

aunque generalmente se deja pasar unos cinco a seis días para asegurar que estén

sexualmente activas, un experimento hecho con dicha especie tuvo mayor éxito en cuanto a

la reproducción con reinas de esta edad (Fuentes-Montemayor & Madrid-Cuevas, 2003).

Uno de los principales problemas con las cruzas, es la sincronización de las colonias, ya

que no todas las colonias muestran el mismo grado de desarrollo, así mientras una colonia

ya está produciendo reinas nuevas, las otras a lo mejor ni siquiera han empezado a dar

machos, lo que retrasa enormemente el momento de las cruzas y se podrían desperdiciar a

muchas reinas, ya que cuando se dispusiera de machos de otras colonias, tal vez dichas

reinas ya serían muy viejas, o por el contrario podría ser que ya se contara con demasiados
machos por parte de todas la colonias, pero con ninguna reina. Este último caso no es

realmente un problema, pues normalmente los machos son muy abundantes, el verdadero

problema es con las reinas, pues la colonia no las produce en grandes cantidades, en

proporción con macho y obreras, la frecuencia de reinas es demasiado baja y la colonia da

reinas por un tiempo relativamente corto, así que una vez que la colonia ya acabó de dar

reinas, ya no se presentará ni una más y en el caso de todavía no contar con machos de otras

colonias, esto sería un verdadero problema.

También podría gustarte