[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
29 vistas3 páginas

Historias de Creación y Abraham

El documento resume las historias bíblicas de la creación, el diluvio, la torre de Babel y Abraham. Relata que, además de la narración bíblica, existen relatos similares de Babilonia sobre la creación y el diluvio. Describe la llamada de Abraham por parte de Dios para dejar su hogar y viajar a la tierra prometida de Canaán, donde Dios establecería una alianza con él y sus descendientes.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
29 vistas3 páginas

Historias de Creación y Abraham

El documento resume las historias bíblicas de la creación, el diluvio, la torre de Babel y Abraham. Relata que, además de la narración bíblica, existen relatos similares de Babilonia sobre la creación y el diluvio. Describe la llamada de Abraham por parte de Dios para dejar su hogar y viajar a la tierra prometida de Canaán, donde Dios establecería una alianza con él y sus descendientes.
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 3

Clase 2

Otras Historias Sobre La Creación Y El Diluvio

Además de la narración bíblica, hay otras primitivas historias de la creación y de una gran
inundación, que nos llegan de Babilonia. Algunas de las ideas se asemejan a los relatos
bíblicos; pero las diferencias, especialmente en el concepto de Dios, son muy marcadas.

El Dios de Génesis es un solo Dios, no varios dioses, y el hombre y la mujer son la obra
culminante de su creación. En el relato babilónico, los seres humanos aparecen como una
idea tardía, conveniente para los dioses, a quienes debían alimentar y servir.

El Dios de Génesis actúa por amor y justicia, y no por capricho o egoísmo.

El diluvio
Dios determinó borrar su creación con una inundación, pero encontró un hombre bueno,
Noé, quien confiaba en él y le obedecía, aun en esos días tenebrosos.

A pedido de Dios, Noé construyó una enorme embarcación —el arca— para preservar a
su familia y a miembros del reino animal. Noé también intentó persuadir a quienes lo
rodeaban para que retornasen a Dios, pero sin éxito.

Cuando vino el diluvio, Noé y su arca con su precioso cargamento sobrevivieron y,


cuando finalmente emergieron, construyeron un altar y dieron gracias a Dios. Dios
prometió que nunca más enviaría otro diluvio y entregó el arco iris como signo de su
inquebrantable promesa.

La Torre de Babel
Después del diluvio los hombres y las mujeres continuaron viviendo a su propio arbitrio.
No quisieron diseminarse y poblar la tierra como Dios instruyera a Adán y Eva y a sus
descendientes.

En lugar de eso se establecieron en un centro donde comenzaron a edificar un monumento


que haría honor a su soberbia y a sus logros.

Dios confundió sus planes, pero estaba claro que la mayoría no estaba preparada para
tomar el camino de Dios.

Abraham
En la segunda parte del libro de Génesis la pintura cambia: de la escena amplia pasa a
enfocar un hombre en particular, Abraham, su esposa y familia.

Dios aún deseaba darse a conocer a hombres y a mujeres y quería apartarlos de su


desobediencia para que tuvieran con él una feliz relación. La estrategia que planeó
consistió en elegir a un hombre —una sola familia— y hacer de él y de sus descendientes
una nación con una relación especial con Dios.
Se daría a conocer a ellos, les entregaría sus promesas y sus leyes. Ellos, a su vez, darían
a conocer a Dios a las demás naciones del mundo: este era el plan de Dios, su propósito
al elegir a esta gente.

¡Abramos la Biblia! 1
La promesa de Dios
Abraham y su mujer, Sara, vivían en la ciudad de Ur, al oriente de lo que se conoce como
la Medialuna Fértil.

Se trata de un semicírculo de tierra que va desde Egipto, pasando por Palestina y Siria,
para bajar luego al Río Éufrates, hasta el Golfo Pérsico.

En el medio del bienestar y de la cultura de Ur, Dios llamó a Abraham a abandonar su


hogar sedentario y comenzar una vida nómada, viajando hacia la tierra de Palestina. Dios
le prometió:

Haré de ti una nación grande, te bendeciré… y serán benditas en ti todas las familias de
la tierra». (Gn 12.2-3)
UR: LA CIUDAD DE ABRAHAM
Abraham y su esposa Sara vivían en la ciudad de Ur, en el sur de Babilonia, cuando Dios les dio
nuevas instrucciones. Debían abandonar la seguridad de la ciudad con su gran templo al dios-
luna, y partir en un largo viaje a una nueva tierra que Dios prometía darles.

Excavaciones en el lugar del antiguo Ur han descubierto los restos de casas de ciudadanos
acaudalados: dos pisos construidos alrededor de un patio pavimentado. Grandes cantidades de
tablillas de arcilla proporcionan registros del comercio —adquisición de tierras, herencias,
matrimonios— y de asuntos diplomáticos.
Por su parte, las ruinas de un gran templo piramidal escalonado dan testimonio de la
importancia de la religión.

Abraham obedeció al llamado de Dios. Por el resto de su vida viviría como un


nómada, trasladándose en función de las necesidades de agua de sus rebaños y familia,
aunque siempre dentro de la tierra de Canaán que Dios había prometido a sus
descendientes.

Dios hizo un pacto o alianza con Abraham. En una solemne ceremonia, prometió que
los descendientes de Abraham serían tan numerosos como las arenas de la playa o las
estrellas del cielo, y que heredarían la tierra de Canaán. (Génesis 22:17)

Había un gran obstáculo en la forma en que Dios había dispuesto cumplir su promesa.
Abraham y Sara no tenían hijos y ambos eran viejos. Sin embargo, la promesa involucraba
a sus descendientes.

Después de muchos duros años de espera, cuando Sara había sobrepasado la edad de
tener hijos, la promesa de Dios se cumplió y nació un hijo, Isaac.

La Biblia alaba a Abraham por su fe, porque continuó confiando en Dios aun cuando
parecía imposible que la promesa se cumpliera.

Una prueba aun mayor tuvo que afrontar la fe de Abraham. Cuando Isaac era ya un
muchacho, Dios hizo lo impensable y le pidió a Abraham que ofreciera a su hijo en
sacrificio. En aquel tiempo se practicaban sacrificios humanos entre los pueblos vecinos.

¡Abramos la Biblia! 2
Con el corazón dolido, Abraham se puso en camino con su atesorado y muy amado
hijo. Mientras iban hacia el lugar del sacrificio, Isaac advirtió que algo estaba mal, y dijo:

—Tenemos el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?


Abraham respondió:
—Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío. (Gn 22.7-8)
Al levantar Abraham el cuchillo para matar a su hijo, el ángel de Dios lo detuvo:
—No extiendas tu mano sobre el muchacho ni le hagas nada, pues ya sé que temes a Dios,
por cuanto no me rehusaste a tu hijo, tu único hijo. (Gn 22.12)
Abraham encontró un carnero en los arbustos, enredado por sus cuernos. Lo ofreció
en holocausto a Dios, en lugar de su hijo.
Ahora Abraham sabía que su Dios no quería los sacrificios humanos que otros dioses
exigían.
También descubrió que estaba preparado para confiar absolutamente en Dios y darle
el primer lugar, antes de cualquier otra cosa.

El pueblo judío considera a Abraham como el padre de su nación. No solo fue el


antecesor físico de sus tribus, sino que la promesa divina de heredar una nación y una
tierra le fue hecha a él.
Abraham es también el principal ejemplo de alguien que confía en Dios y le obedece
de todo corazón.

Versículo a Memorizar
Te convertiré en una gran nación y te bendeciré. Te haré famoso y haré que seas una
bendición para otros. Génesis 12:2 PDT

¡Abramos la Biblia! 3

También podría gustarte