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Iglesia y Política: Historia y Reflexión

1) La iglesia católica ha ejercido influencia política a lo largo de la historia, ocupando cargos de poder y tratando de imponer sus doctrinas. 2) Con el tiempo, la iglesia perdió poder a medida que los avances científicos cuestionaron sus enseñanzas y los estados modernos separaron la religión de la política. 3) Aún hoy existe debate sobre el rol que debe tener la iglesia en la política y sobre la participación de los cristianos en ella.
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Iglesia y Política: Historia y Reflexión

1) La iglesia católica ha ejercido influencia política a lo largo de la historia, ocupando cargos de poder y tratando de imponer sus doctrinas. 2) Con el tiempo, la iglesia perdió poder a medida que los avances científicos cuestionaron sus enseñanzas y los estados modernos separaron la religión de la política. 3) Aún hoy existe debate sobre el rol que debe tener la iglesia en la política y sobre la participación de los cristianos en ella.
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LA IGLESIA Y LA POLITICA.

En el año 325 d.C., cuando el Emperador romano Flavio Valerio Aurelio Constantino concedió legitimidad legal al
cristianismo, desde esa época sacerdotes, obispos, cardenales y Papas empezaron a moverse en el entarimado de la
política y del poder. Los obispos en poco tiempo se convirtieron en asesores de Emperadores y Príncipes, no sólo del
imperio romano, sino que de todas naciones.

Con el transcurso de los siglos, el poder espiritual y político de la iglesia católica no menguaba, por contrario se
acrecentaba cada vez más. Llegó un momento que la iglesia se convirtió en una dictadura terrible, todo aquel que
mostrara discrepancias con los dogmas de la fe era perseguido, encarcelado y acusado de hereje. Luego de ser
salvajemente torturado y confesado el delito, el procesado era llevado a la hoguera y quemado vivo en una plaza
pública. Los bienes del desgraciado eran confiscados y pasaban a formar parte del patrimonio de la iglesia.

Ante tanta inequidad por parte de la iglesia, los pueblos de Europa, con el paso de los años fueron acumulando un
profundo odio contra sacerdotes y obispos, sentimientos que hallaron su clímax, con la revolución francesa de 1789.
La revolución llevó a la guillotina a miles y miles de sacerdotes y obispos, ya que éstos al perder sus privilegios
conspiraron con potencias extrajeras, con el fin de abortar el proceso revolucionario.

Aún con ese golpe contundente que recibió la iglesia en Francia, los obispos siguieron inmiscuyéndose en la política.
En nuestra América, tenemos a jerarcas católicos que levantaron la bandera de la independencia. Una vez alcanzada
la liberación del yugo Español, los obispos, ocuparon cargos prominentes en los emergentes Estados, fueron
legisladores, gobernadores, Alcaldes, su propósito era incidir en el Estado, para que sus concepciones religiosas,
fueron incorporadas en las leyes en lo civil, matrimonio, divorcio, aborto, patria potestad, etc., en otras palabras
mantener el poder político y espiritual en la sociedad.

Sin embargo, la iglesia fue perdiendo fuerza y poder, ya que los avances científicos, la fueron desenmascarando de
las falacias que pregonaba por siglos. Con mucha resistencia los curas se replegaron a los templos y parroquias,
para dedicarse a su papel esencial que es predicar la biblia, y los asuntos de Estado, quedaran en manos de los
laicos. En México, por ejemplo, la iglesia tiene terminantemente prohibido inmiscuirse en asuntos de política. De
alguna manera la institución está homologada como que si fuese una institución militar.

Examinar la verdad. Se deben estudiar las propuestas antes de apoyarlas. Hablar es fácil, obrar en la verdad cuesta
la vida. Hay que buscar la verdad con la mayor objetividad posible. Más que basarse en lo que dicen los políticos,
hay que analizar lo que han hecho para ver si son coherentes, íntegros y honestos. El malvado siempre disfraza sus
intenciones con argumentos hermosos.

Evitar la demagogia. Los políticos saben qué teclas tocar para encender las emociones, muchas veces
irresponsablemente. Cuidado con la manipulación de los sentimientos hacia la patria, la raza, el sufrimiento de los
pobres, la libertad, etc. Con frecuencia se crea un mito en torno a un político o se destruye su reputación basado en
la repetición de falacias. El cristiano no se debe llevar por las emociones ni por la fiebre que incita a las masas. No
debe dejarse engañar por promesas. La prosperidad de los pueblos requiere un largo proceso de construcción y
fortalecimiento de un sistema de gobierno, de educación, de trabajo, etc. bajo un estado de derecho que proteja
justamente a todos los ciudadanos. Esto no se consigue con la demagogia. Hay que estar preparado para tomar
opciones que no sean populares pero que sean justas. Recordemos como Jesucristo fue condenado por las masas
porque matarlo "era conveniente".
El fin no justifica los medios. Nunca será aceptable utilizar un medio en sí mismo perverso para lograr un bien. Por
eso debemos condenar, por ejemplo, el terrorismo, el aborto, el secuestro, la mentira y la difamación.

Ordenar las prioridades. El bien común debe estar por encima de intereses personales. Al mismo tiempo no se
deben violar los derechos naturales de ninguna persona. No se debe votar por quien viola la ley natural aunque por
otra parte tenga buenas propuestas. Un católico no debe votar por candidatos que favorecen la inmoralidad, tal
como es, por ejemplo, el aborto. En casos, como ocurre con frecuencia, en que todos los candidatos carecen de una
clara posición moral que cubra todos los campos, el votante debe decidirse por el que al menos promueva los
valores fundamentales.

Obligación de participar en la política. En una democracia los gobernantes son elegidos por el voto popular. Por eso
todo ciudadano tiene la responsabilidad de votar habiendo seriamente estudiado los temas y conocido la posición
de los candidatos. Un católico no puede eludir su responsabilidad civil ya que eso sería cederle el paso al mal. El
hecho de que haya mucha corrupción en la política no exonera al cristiano de su responsabilidad. Más bien le debe
retar a trabajar por un mundo mejor. El que no vota o vota sin atención a las leyes de Dios es culpable de los
resultantes males. “Los fieles laicos de ningún modo pueden abdicar de la participación en la política

La libertad. La libertad es un don que conlleva una gran responsabilidad. Como católicos estamos comprometidos a
ejercer nuestra libertad siempre para hacer el bien y nunca para violar los derechos ajenos.

« Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres » (Hch 5, 29)

No cedáis en cuestión de principios;

Respetar la persona humana, especialmente los más débiles e indefensos.

En su visita a Estados Unidos en 1987 Juan Pablo II retó a los Estados Unidos a vivir completamente los nobles
preceptos de su Constitución respetando la dignidad de todo ser humano:

"Por esta razón, América, tu más profunda identidad y verdadero carácter como nación se revela en la postura que
tomes como nación hacia la persona humana. La prueba máxima de tu grandeza está en la forma que trates a cada
ser humano, pero especialmente a los mas débiles y mas indefensos"1

2- Más documentos en inglés sobre este tema >>>

Algunos dicen que no se debe votar basándose en un solo tema

Aunque es cierto que se deben considerar los diferentes temas que afectan a la nación, hay temas que son más
importantes que otros y en los que se fundamentan los demás. Hay algunas posiciones políticas que por sí solas son
tan graves que deberían ser suficientes para no votar por el candidato que las sostenga. Por ejemplo: no podemos
votar en buena conciencia por un candidato que promueva la "limpieza étnica", aunque tuviese un gran plan para la
economía. Por esta razón un católico no debe votar por un candidato que promueva el aborto.

EL CRISTIANO Y LA POLITICA.
¿Es legítimo que el cristiano participe en política?

JOSE FUE GOBERNADOR, GENESIS 41:40

SOMETEOS A TODA INSTITUCION HUMANA,YA SEA AL REY,Y A LOS GOVERNADORES. 1)PEDRO 2:13-14

Pagad a todos lo que debais: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que
honra, honra. (Romanos.13:1-7).

es necesario pagar los impuestos. Los que no lo hacen resisten no sólo al gobierno sino también a Dios. Jesús dijo,
"Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios" (Mat. 22:21).

Pablo escribió: “Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a
toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre
para con todos los hombres. (Tito.3:1-2)

Nos Guste o no, Dios nos manda a ser respetuosos a las autoridades y a ser obedientes ante las leyes.

Esto no sólo es parte de nuestros deberes como ciudadanos, sino también de nuestra condición de cristianos.
Asimismo, las autoridades deben actuar para ser dignas de ese respeto; nosotros, por nuestro lado, simplemente
estamos llamados a hacer lo que es correcto.

En casi todo el mundo, hoy quizás como nunca. Gobiernos que hace poco prohibían partidos rivales, ahora invitan su
competencia. Y ahora animan a todos sus ciudadanos a votar, para así fomentar la democracia.

Pero, ¿qué del cristiano? ¿Que debe hacer el cristiano para con el gobierno? ¿Debe obedecerlo? ¿Debe unirse a él?
¿Qué dice la Biblia acerca del cristiano y la política?

El cristiano debe obedecer al gobierno. La Biblia dice:

Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan. TITO 3:1

“Honrad al rey. 1)PEDRO 2:17

El cristiano debe respetar a los oficiales del gobierno. Debe sujetarse y obedecer a las leyes de su país.

El cristiano debe pagar sus impuestos. La Biblia dice:

Pagad a todos lo que debáis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto.

El cristiano debe orar por el gobierno. La Biblia dice:

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por
los reyes y por todos los que están en eminencia. 1)TIMOTEO 2:1-2-3

Pero ¿qué de las oportunidades de influir con el gobierno? ¿Debe el cristiano participar en las protestas contra el
gobierno? ¿Debe unirse a algún partido político? ¿Debe servir como oficial del gobierno? ¿Debe votar en las
elecciones?

La Biblia también contesta estas preguntas. Busquemos en la Biblia respuestas a ellas.


¿Debe el cristiano participar en las protestas contra el gobierno? La Biblia dice:

No hay autoridad sino de parte de Dios, De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios
resiste; y los que resisten, acarrean condenación para Si mismos. ROMANOS 13:1-2

El que participa en las protestas, resiste a la autoridad. Por eso el cristiano no debe participar en ellas. Ni debe
hablar contra las autoridades que Dios ha establecido.

¿Debe el cristiano unirse a algún partido político? La Biblia dice:

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque... ¿qué parte [tiene] el creyente con el incrédulo?

Los partidos políticos se forman de muchos incrédulos. El cristiano que se une a un partido político, se une en yugo
desigual con los incrédulos. Por eso, el cristiano no debe unirse a ningún partido político.

El cristiano, obedece el mandato de la Biblia, no puede cumplir con el deber del gobernante. Por eso, el cristiano no
puede ser policía, alcalde, o cualquier oficial del gobierno.

¿Debe el cristiano votar en las elecciones? La Biblia dice:

No hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.

El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes.

El cristiano no sabe quién va a ganar las elecciones. Pero por medio de la Biblia él sabe que Dios ya escogió al
candidato que él va a poner en poder. El sabe que los propósitos de Dios siempre se llevarán a cabo en las
elecciones. En esto descansa. No tiene que salir a votar.

Además, si el cristiano no debe gobernar ¿cómo puede él mandar que otra persona gobierne? El que vota ayuda a
poner en poder al oficial, y así ayuda a gobernar. El cristiano no puede gobernar. Por eso no debe votar.

El cristiano obedece a las autoridades. Paga sus impuestos. Ora por el gobierno. Pero no se mete en la política.

¿Por qué no?

Porque su “ciudadanía está en los cielos, Pertenece a otro reino, al reino de Jesús. Y las metas de la política de este
mundo y las del reino de Jesús no concuerdan. Por eso el cristiano no se puede meter en la política.

El político vive para su patria terrenal. Busca superar. El cristiano vive para la patria celestial. Busca servir. Vive en
este mundo así como vivió Jesús —sirviendo a sus prójimos, pero siempre puestos los ojos en el mundo venidero.
Jesús dijo que él “no vino para ser servido, sino para servir.

Además dijo:

Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían, pero mi reino no es de
aquí.

Por eso no te dejes llevar por la política. Consérvate para Jesús y para su reino eterno. En su reino Jesús te ofrece la
oportunidad de trabajar para el bienestar eterno de otros. Y te promete una recompensa eterna.

¿Qué Hacer si los Lideres son corruptos?


Ay lideres que mienten, hacen trampas, estafan y manifiestan evidencias de corrupción, ¿están los Cristianos ahora
“sin preocupación” en sus requisitos de obedecer a esta clase de líder? ¿Dependen de sus conductas, deben recibir
su respeto? ¿Tienen los individuos la libertad de decidir quién, o quién no se merece el honor?

Cristo le dijo a Sus discípulos: acerca de la hipocresía y la terrible conducta de ciertos lideres religiosos que tenían
poder sobre los Judíos. Esto revela la respuesta a estas preguntas. Fíjese: “En la cátedra de Moisés se sientan los
escribas y los fariseos: Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a
sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros
de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. (Mateo 23:2-4).

Para conseguir empleo o para recibir beneficios). Recuérdese Apoc. 21:8, "todos los mentirosos tendrán su parte en
el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Pronto los reinos y la política de este mundo, van a desaparecer. Jesús volverá. Y él reinará para siempre. La Biblia
dice: "Y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes.

La iglesia nunca (¡y nunca es una palabra fuerte!) debe identificarse con un partido político o sistema político en
particular. Una identificación tal podría resultar en un alfa rápido de privilegios temporales, pero que
inevitablemente arrastrará a la iglesia por el resbaloso declive político hacia el omega de la parálisis evangelística
y profética.

En resumen, “la iglesia deber ser la iglesia” y no una agencia sociológica más. Su enfoque más promisorio para
lograr un cambio en la sociedad es transformar individuos, gente. Al hacer esto, los adventistas cumpliremos de
una manera doble la misión de Dios en el mundo: Evangelismo y servicio.

EL CRISTIANO Y LA POLÍTICA

Existe una controversia sobre si el cristiano debe o no inmiscuirse en asuntos de política vernácula. La
controversia se ha atizado en virtud que en varios países del continente, no solamente los feligreses, sino los
pastores han lanzado su candidatura a cargos de elección popular. En virtud de lo anterior, es menester aclarar
algunos conceptos que nos orienten a entender de una mejor manera el fenómeno: El cristiano y la Política. En

primer lugar debemos definir qué es un cristiano yluego qué es política, y finalmente establecer la relación entre
uno y la otra. El cristiano es aquel individuo que mediante el acto del arrepentimiento de sus pecados ha sido
perdonado por Dios y en consecuencia, Jesucristo es el centro de su existencia. La política es la ciencia que estudia
todo lo relacionado a procurar el bien público temporal, es decir, el bienestar de los habitantes de un Estado.Si
vamos a hacer honor a la verdad, el objetivo de la Iglesia, de la cual el cristiano es parte, es en primer lugar, el
bienestar público espiritual y por lo tanto eterno, luego el material. Lo que la Iglesia pretende es que el individuo
conozca a Jesucristo para que su vida sea transformada. En cambio la política busca únicamente el bienestar
público material y por lo tanto temporal, pues en realidad no puede aspirar a más. Lo que esto significa es que el
cristiano que incursiona en politica tiene estrictamente que trascender la dimensión material de la política y
entrar en la dimensión espiritual que exige el Evangelio. Dicho de una manera sencilla, si un cristiano está en
política, su agenda no se agota en desarrollar obras de infraestructura, firmar tratados internacionales que
beneficien al país o impulsar leyes que actualicen y desarrollen a la nación, es un imperativo insoslayable que
desarrolle eventos de evangelización, campañas de promoción de los principios bíblicos, en fin, que sea un canal
para la propagación del Evangelio de Jesucristo, pues él entiende o debe en tender que la espiritualidad de una
persona determina siempre su realidad moral, material, familiar, en fin, todo lo que atañe a su vida. Sin Jesucristo
en el gobierno de la vida, el entorno y la existencia del hombre es una tragedia mayúscula. El cristiano es un
individuo que tiene un compromiso con Dios, después con el hombre. De manera que si vamos a incursionar en
política vamos a centrarnos en una transformación espiritual y luego buscaremos el bien temporal del hombre.
Sino vamos a ser capaces de honrar el deseo de Dios es preferible el oscurantismo privado que la necedad
pública. La incursión de un cristiano en la política no significa tener status, prestigio, reconocimiento, dinero,
servir al pueblo, significa, servir a Dios, ser ente de cambio, promover la palabra de Dios, significa ser luz y sal y
resplandecer como luminares en medio de una generación maligna y perversa. No tengo la menor duda que Dios
llama a hombres y mujeres cristianos a incursionar en política. La verdad de Dios tiene que fluir en todas las
esferas de la sociedad, empero, es importante tener este llamado. No es cualquier cristiano quien debe participar
en política sino aquel a quien Dios ha llamado y preparado para tal efecto. No podemos transar con el reino de las
tinieblas y hacer menos ni la sociedad puede esperar que seamos uno más del montón. El político cristiano tendrá
que sobresalir en todo y exaltar en nombre de Dios en cada instancia

Aug

15

EL CRISTIANO Y LA POLÍTICA VENEZOLANA

De este tema se desprenden varias interrogantes que podríamos investigar.

¿El cristiano puede participar en la política? ¿Por qué si?, ¿Por qué no?.

El mensaje de salvación que proclama el cristiano, no tiene que ver con el aquí y el ahora? O ¿la influencia del
cristianismo está divorciado con lo que sucede al país?

¿La opinión del cristiano debe hacerse conocer para el bien de su comunidad? ¿por cuál medio?

¿Qué modelo de país está en la mente del cristiano?, ¿Quién es el llamado a crearlo? ¿el mundano para que
vivan bien los cristianos?.

¿Qué modelo político se acerca mas al modelo bíblico de lo que debe ser el ambiente de vida en la tierra de un
cristiano? ¿La Democracia?, ¿El comunismo?, ¿El socialismo?, ¿ninguna de las anteriores?.

Como se ve, son muchas aristas del mismo tema, que los simplistas lo resumen con la frase “no somos de este
mundo”… por lo tanto no les interesa. Dejando a Satanás y sus seguidores como sus gobernantes, jueces, policías,
maestros, médicos, etc. Ellos sólo se sientan y esperan la venida de Cristo.

En cambio existen otras mentes pensantes, que reconocen que, “aunque Dios cuida de las aves, las aves no
esperan que Dios les fabrique sus nidos”. Este tipo de persona tiene la conciencia que está en sus manos, tanto
individual como colectiva, colaborar para el buen vivir en esta tierra mientras esperamos la parousía de nuestro
Señor Jesucristo.

Debido al espacio y el tiempo del lector, no desarrollaré cada uno de los cuestionamientos, sino daré un vistazo a
la situación política venezolana en relación a la participación del cristiano como ciudadano.

Veamos si la Biblia nos habla que los hombres de Dios participaron en la política de su época, para tenerlos por
modelo a seguir.

De todos es sabido, que debido al mal testimonio de los hijos de Samuel, el pueblo decidió acabar con el gobierno
Teocrático ejercido por los jueces de Israel (1 de Samuel capítulo 8). En esta parte de la historia, claramente se
observa que Dios permitió (bajo protesta) la instauración de un gobierno político humano, bajo un sistema
Monárquico, hereditario e iniciado por Dios mismo. Ciertamente no era la voluntad de Dios extender su poder de
soberano sobre un mortal, pero así como permitió el divorcio por la dureza del corazón de los hombres, permitió
la Monarquía para el gobierno político de la nación de Israel.

A partir del momento en que Saúl es proclamado rey, Dios le concede el atributo de tomar las riendas del país,
abarcando el área ejecutiva y legislativa. Su misión política era mantener la unidad de Israel, su economía interna
y relaciones exteriores. Este mismo perfil lo tuvo David, Salomón y los reyes del país dividido.

Todos estos reyes tuvieron participación del hombre de Dios por medio de sus consejos y advertencias, como
Samuel, Elías, Eliseo, Jeremías y todos los profetas. En Egipto, José fue consejero ante el Faraón y en el cautivero,
un José y un Daniel también participaron en la política, por medio de sus consejos sabios, eso sin olvidar a una
Ester, que gracias a sus consejos no permitió la destrucción de su pueblo.

¿Por qué en el Nuevo Testamento los apóstoles, ni Jesús participaron en la política?

La respuesta es sencilla…. Porque no podían…. La última aspiración de los judíos de gobernar su propio país se
esfumó con la desaparición de la familia Hasmonea, después del cautiverio.

En los tiempos de Jesús ya Israel había pasado bajo el yugo del imperio Griego y estaba siendo sometida por los
Romanos. Sin embargo los judíos trataban de influenciar en el gobierno a favor de su pueblo, a través de los
Saduceos y los Herodianos, en contra posición de los Helenistas, que su propósito era “civilizar” a los judíos.
El apóstol Pablo ordenó, como único medio de influencia política, orar por aquellos gobernantes donde la voz del
pueblo no es oída, como la monarquía. (1 Tim. 2:1.2: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones,
peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia,
para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad”).

Pero en caso de que el ente gubernamental o la constitución nos garanticen que podemos ser oídos… ¿No le
diremos nada?, ¿sólo nos remitiremos a la oración?. En los países comunistas o islámicos, donde el evangelio
está vedado y condenado con la muerte, el único medio para influir políticamente para que vivamos en paz y
quietamente es la oración y estar sumisos ante su violencia. Pero en los países donde se pide al pueblo que
opine, que reclame, que proteste cuando ve que sus derechos civiles están siendo quitados, no sólo la oración y la
obediencia es un medio político para mejorar el sistema de gobierno, sino nuestra voz, nuestros consejos y
sabiduría como el pueblo que teme a Dios.

Concluimos en cuanto a los pasajes que nos indican orar por el rey y sujetarnos, que éstos sólo se aplican en
gobiernos totalitarios donde no existe la libertad de expresión del ciudadano. En caso de existir la legislación
para que ejerza su derecho, todo cristiano está en el deber de hacer uso de su derecho. de corregir los errores de
sus gobernantes, así como destituirlos y elegir a los más idóneos.

Sin embargo, vemos en la actitud de los apóstoles, que ellos, aunque oraban por su gobernante, no se sometían
dócilmente a sus dictámenes autoritarios que contradecían la voluntad de Dios. (Hechos 4: 18-20: “Y llamándolos,
les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas Pedro y Juan
respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no
podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”).

El cristiano es la sal de la tierra (Mt. 5:13), la opinión del cristiano en un sistema político, no permite que la
política se corrompa.

Es necesario que los cristianos hagamos valer la voz de Dios en cuanto al futuro que se quiera imponer al país
donde vivimos. La decisión última la tomará el pueblo como voluntad divina, y el pueblo de Dios se someterá,
reconociendo el Señorío de quien le ha dado el poder al político que fue elegido para regir los destinos de la
patria.

Pastores En Política, ¿Qué Dice La Biblia?

Posteado: 12/03/2009 |Comentarios: 4 | Vistas: 12,613 |

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Ps. Fernando Alexis Jiménez

Silencio. El auditorio colmado. Expectativa. Frío. El aire acondicionado estaba demasiado alto. Uno que otro
espectador consultaba su reloj. Aquél sería un momento histórico en aquella asamblea de iglesias.

--Huelo a oveja, como ustedes, mis amados consiervos. Solo que ahora siento un llamado del Señor a
incursionar en el mundo de la política. Recuerden lo que dice la Biblia: "Cuando los justos gobiernan, el pueblo se
alegra"--, dijo el pastor Roberto, modulando cuidadosamente su voz de tal manera que pudiera imprimir un aire
de trascendencia a aquel momento.

Nadie dijo nada. Uno que otro comentó por lo bajo, pero finalmente salieron del lugar con la expectativa de
qué ocurriría en la próxima contienda electoral.

El domingo predicaba el pastor Roberto a la multitud congregada desde primeras horas de la mañana,
aprovechando uno que otro versículo para enfatizar sus aspiraciones a llegar a la Diputación del Departamento.
Desde el lunes hasta el sábado desarrollaba su actividad proselitista.

No era extraño verlo en los barrios entregando hojas volantes que promocionaban sus propuestas para el
gobierno. Eso sí, evidenciando que era cristiano porque al final de los mensajes, hacía notar su condición de
pastor.

Y perdió en las elecciones. Por un porcentaje abrumador. Se cayó de la nube en que andaba. Pero lo más
duro fue enfrentar la realidad: muchos de quienes congregaban en la iglesia, se habían ido. Apenas natural. En
cada congregación hay personas de corrientes políticas diferentes, que se deben respetar y no van a concebir ni a
aceptar que su líder religioso los comprometa o presione a votar por él.

Común hoy día


La política se ha convertido en una peligrosa tentación para sinnúmero de pastores y líderes con
congregaciones a cargo. Al fin y al cabo ejercen influencia y nada mejor que contar con esos seguidores-que les
han conocido como predicadores y guías y no como políticos--, para invitarles a sufragar a su favor.

Más peligroso aún: los políticos, concientes de esa situación, cual osos hormigueros, olfatean e identifican
qué líderes de iglesia tienen mayor reconocimiento y, por supuesto, potenciales sufragantes, para venderles la
propuesta de lanzarse a cargos públicos. Muchos han sucumbido al estímulo y enfrentan las terribles
consecuencias.

¿Qué dice la Biblia?

Antes de tomar cualquier decisión ante la posibilidad de incursionar en el mundo de la política, los pastores,
obreros y líderes deberían escudriñar la perspectiva bíblica. Y, si después de leer lo que dicen las Escrituras,
deciden proseguir en su propósito, dejar el ministerio. No es concebible que alguien utilice el púlpito y el
reconocimiento ganado en su desenvolvimiento eclesial, para captar votos.

El apóstol Pablo explicó que los gobernantes fueron instituidos por Dios, dejando claramente establecido
que se trata de un rol específico, distinto al llamamiento que se hace a los pastores, maestros, apóstoles, profetas
y evangelistas: "Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya
dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él. "(Romanos 13:1, Nueva Versión Internacional)

Es evidente que, si la política fuera ejercita sanamente en el mundo, serían gobernantes conforme a Su
voluntad, porque es Su prerrogativa definir quiénes tendrán las riendas en cargos públicos o legislativos en un
país, un estado o una ciudad: "Él cambia los tiempos y las épocas, pone y depone reyes. A los sabios da sabiduría,
y a los inteligentes, discernimiento. "(Daniel 2:21, Nueva Versión Internacional)

¿Está tentado por involucrarse activamente en la política? Recuerde que, como bien lo habrá leído, el
llamamiento de Dios es irrevocable. Y es específicamente al ministerio.--(Romanos 11:29; Filipenses 3:14; 2
Tesalonicenses 1:11; 2 Timoteo 1:9; Hebreos 3:1) Pero en las Escrituras aprendemos algo más: quien ejerce desde
la posición pública, bien sea en la rama gubernativa o de legislación, como Congresistas, Diputados o Concejales,
tienen dedicación específica a esa labor: "Por eso mismo pagan ustedes impuestos, pues las autoridades están al
servicio de Dios, dedicadas precisamente a gobernar."(Romanos 13:6, Nueva Versión Internacional)

No se puede servir a dos señores: al ministerio y a la política (Lucas 16:3). O estás convencido de tu
llamamiento a servir al Señor Jesús en su Obra, o te dedicas al proselitismo. Todo en esta vida es efímero, más
aquellas cosas que son del mundo, como la política (1 Juan 12:15-17).
¿Estoy en contra, como ministro de Dios, de que se haga política? En absoluto. Lo que considero más bien es
que sean miembros de la congregación, con esa vocación específica, quienes hagan incursión en el mundo
político. Si tienen propuestas buenas, sensatas y con principios cristianos, ganarán sufragantes.

No está bien que pastores y líderes aprovechen su investidura para pescar votos. ¿Por qué, mis amados
hermanos que comparten esta dualidad, no renuncian al pastorado si es tanto su amor por las almas para
servirlas desde lo secular? Seamos sinceros: porque quieren asegurarse, no arriesgar. Si pierden las elecciones,
siguen en la iglesia, como si nada. Y eso no es justo con los cristianos que se reúnen confiando en su liderazgo,
como hombres comprometidos con la Obra a tiempo completo.

El poder político desplaza a Dios

Por siglos ha habido en muchos países un matrimonio entre la Iglesia tradicional, la católica, y el poder
político. Y muchos pronunciamientos favorecen a los gobernantes de turno. No obstante, algo para destacar en
ellos es que no aceptan que los sacerdotes sean candidatos en política. Algo sensato. Sin embargo los evangélicos,
muchos de los cuales no ahorran esfuerzos en criticarlos, no solo se han enamorado de la política sino que sacan
de su contexto versículos de la Biblia, para sustentar sus aspiraciones seculares.

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¿Qué dice la Biblia? Que el propósito original de Dios era que el pueblo escogido se gobernara por el ejercicio
de jueces o profetas. Pero cuando Israel tuvo contacto con otras naciones, pidió rey. A este hecho se suma el que
los dos hijos del profeta Samuel no estaban haciendo bien su labor.

La Palabra nos relata que "Cuando Samuel entró en años, puso a sus hijos como gobernadores de Israel, con
sede en Berseba. El hijo mayor se llamaba Joel, y el segundo, Abías. Pero ninguno de los dos siguió el ejemplo de
su padre, sino que ambos se dejaron guiar por la avaricia, aceptando sobornos y pervirtiendo la justicia. Por eso
se reunieron los *ancianos de Israel y fueron a Ramá para hablar con Samuel. Le dijeron: "Tú has envejecido ya, y
tus hijos no siguen tu ejemplo. Mejor danos un rey que nos gobierne, como lo tienen todas las naciones.""(1
Samuel 8:1-5, Nueva Versión Internacional).

La comunidad de aquél entonces creyó que tendrían administración con líderes seculares que religiosos.
Tomaron una decisión, que si bien fue desacertada, no la desechó Dios. Al fin y al cabo, Él respeta nuestras
determinaciones. A nosotros nos corresponde asumir las consecuencias de cualquier opción por la que nos
inclinemos.
Es evidente que tener un rey, iba en contravía del plan de Dios para los israelitas; pero fue ellos quienes lo
decidieron: "Cuando le dijeron que querían tener un rey, Samuel se disgustó. Entonces se puso a orar al Señor,
pero el Señor le dijo: "Considera seriamente todo lo que el pueblo te diga. En realidad, no te han rechazado a ti,
sino a mí, pues no quieren que yo reine sobre ellos. Te están tratando del mismo modo que me han tratado a mí
desde el día en que los saqué de Egipto hasta hoy. Me han abandonado para servir a otros dioses. Así que hazles
caso, pero adviérteles claramente del poder que el rey va a ejercer sobre ellos." "(1 Samuel 8:6-9, Nueva Versión
Internacional)

Cabe preguntarse, ¿era conveniente el cambio que iban a dar en su esquema gubernativo? Por supuesto que
no. Un rey era absolutamente secular, en consonancia con el manejo que daban los demás pueblos a sus destinos.

El poder político y el mundo

Cuando vamos al libro del Deuteronomio, capítulo 17, desde el versículo 14 en adelante, hallamos que Dios
le advirtió a los israelitas lo que ocurriría cuando estuvieran bajo la dirección de un rey. ""Cuando tomes posesión
de la tierra que te da el Señor tu Dios, y te establezcas, si alguna vez dices: "Quiero tener sobre mí un rey que me
gobierne, así como lo tienen todas las naciones que me rodean" , asegúrate de nombrar como rey a uno de tu
mismo pueblo, uno que el Señor tu Dios elija. No aceptes como rey a ningún forastero ni
extranjero."(Deuteronomio 17:14, 15, Nueva Versión Internacional)

Lea cuidadosamente el texto. Señala que el gobernante debía proceder de los propios israelitas, pero no dijo
el Señor que tenía que ser escogido entre los sacerdotes y levitas. Era un oficio totalmente distinto, con roles
diferentes y metas que diferían unas de otras.

El funcionario debería ser esencialmente del ámbito secular, aunque orientado por principios de la Palabra.
No se creería superior a nadie -dicho sea de paso me preocupan los pastores y líderes a quienes gobierna el
orgullo y la prepotencia-y debía ser justo (versículos 16 al 20).

La política no debe mezclarse con el ministerio

La vida del rey Uzías es sobresaliente en la historia del pueblo de Israel. Gobernó en Judá. Residía en
Jerusalén. Contemporáneo de los profetas Isaías, Oseas, Zacarías y Amós. Estuvo al frente de esa posición por
espacio de 52 años. Sin embargo, cuando se consolidó, mezcló lo político con lo religioso.
No supo diferenciar un rol del otro. En ese convencimiento, desconociendo que uno era el llamamiento para
ser rey y otro bien distinto a ministrar delante de Dios, entró en el templo para ofrecer incienso:

"Sin embargo, cuando aumentó su poder, Uzías se volvió arrogante, lo cual lo llevó a la desgracia. Se rebeló
contra el Señor, Dios de sus antepasados, y se atrevió a entrar en el templo del Señor para quemar incienso en el
altar. Detrás de él entró el sumo sacerdote Azarías, junto con ochenta sacerdotes del Señor, todos ellos hombres
valientes, quienes se le enfrentaron y le dijeron: "No corresponde a Su Majestad quemar el incienso al Señor. Ésta
es función de los sacerdotes descendientes de Aarón, pues son ellos los que están consagrados para quemar el
incienso. Salga usted ahora mismo del santuario, pues ha pecado, y así Dios el Señor no va a honrarlo." Esto
enfureció a Uzías, quien tenía en la mano un incensario listo para ofrecer el incienso. Pero en ese mismo instante,
allí en el templo del Señor, junto al altar del incienso y delante de los sacerdotes, la frente se le cubrió de *lepra.
Al ver que Uzías estaba leproso, el sumo sacerdote Azarías y los demás sacerdotes lo expulsaron de allí a toda
prisa. Es más, él mismo se apresuró a salir, pues el Señor lo había castigado. "(2 Crónicas 26:16-20, Nueva Versión
Internacional)

Le invito para que, libre de todo prejuicio, estudie el pasaje. Dios no conjuga el ejercicio político con el
religioso y es evidente, que no es de su pleno agrado, que un pastor o líder-que predica desde un púlpito--,
aproveche ese privilegio para posicionarse secularmente. O se es pastor, o se es político. No está bien ejercer las
dos condiciones.

Ministrar y administrar, ¿cuándo se unen las dos?

La iglesia primitiva se vio inmersa en una situación de conflicto. En la Biblia leemos que "En aquellos días, al
aumentar el número de los discípulos, se quejaron los judíos de habla griega contra los de habla aramea de que
sus viudas eran desatendidas en la distribución diaria de los alimentos. Así que los doce reunieron a toda la
comunidad de discípulos y les dijeron: "No está bien que nosotros los apóstoles descuidemos el ministerio de la
palabra de Dios para servir las mesas. Hermanos, escojan de entre ustedes a siete hombres de buena reputación,
llenos del Espíritu y de sabiduría, para encargarles esta responsabilidad. Así nosotros nos dedicaremos de lleno a
la oración y al ministerio de la palabra." "(Hechos 6:1-4, Nueva Versión Internacional)

Los discípulos fueron muy claros es especificar que ellos se dedicarían "de lleno a la oración y el ministerio de
la palabra"(versículo 4) Era su prioridad. Además, tenían conciencia de su llamamiento.

Y, ¿qué decir de los pastores bivocacionales? Es algo distinto. Los ministros bivocacionales-soy uno de ellos y
trabajo como profesional con el gobierno de mi país-son aquellos profesionales que fueron llamados al ministerio
pastoral pero siguen ejerciendo secularmente por dos razones: la primera, su congregación no tiene el dinero
suficiente para contratarles a tiempo completo; segundo, consideran que vivir a Cristo también se puede hacer
desde lo secular, como debe ser.

El apóstol Pablo mismo trabajaba haciendo carpas de campaña para no ser gravoso a los hermanos de las
iglesias, y aún así, ejercía la predicación. Para desempeñarse laboralmente no necesitaba votos, en cambio
quienes se dedican a la política, sí los necesitan, y si aprovechan su condición de ministros o líderes, faltan a la
ética cristiana.

A Dios, lo que es de Dios...

Le invito para que lea conmigo un pasaje revelador del Evangelio que nos ayudará a concluir el tema:
"Entonces salieron los fariseos y tramaron cómo tenderle a Jesús una trampa con sus mismas palabras. Enviaron
algunos de sus discípulos junto con los herodianos, los cuales le dijeron: -Maestro, sabemos que eres un hombre
íntegro y que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la verdad. No te dejas influir por nadie porque no te fijas
en las apariencias. Danos tu opinión: ¿Está permitido pagar impuestos al *César o no? Conociendo sus malas
intenciones, Jesús replicó: -¡*Hipócritas! ¿Por qué me tienden *trampas?19 Muéstrenme la moneda para el
impuesto. Y se la enseñaron.-¿De quién son esta imagen y esta inscripción? -les preguntó.-Del César -
respondieron.-Entonces denle al César lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios. Al oír esto, se quedaron
asombrados. Así que lo dejaron y se fueron. "(Mateo 22:15-22, Nueva Versión Internacional)

Por favor, dígame si estoy equivocado; pero lo que entiendo es que el amado Señor Jesucristo supo
diferenciar lo político de lo religioso. Y ya que Él es nuestra autoridad espiritual, estoy convencido que no hay
lugar a muchas disquisiciones. La decisión de muchos pastores y líderes de amplio reconocimiento, de incursionar
en el mundo político, antes que beneficio, ha generado murmuraciones.

Valore su llamamiento ministerial, o quédese en el ejercicio secular en el cual podrá tener igualdad de
condiciones con aspirantes a cuerpos colegiados y cargos públicos. No permita que se confunda nuestro
testimonio de fe en Jesucristo con el aprovechamiento de privilegios para direccionar la opinión pública a favor
nuestro.

Concluyo reconociendo que mi planteamiento desatará polémicas. Lo reconozco y acepto. No obstante,


estoy dispuesto a asumir el sano debate porque considero oportuno que se levanten voces que pongan claridad a
asuntos tan delicados como el desenvolvimiento de la iglesia en su papel profético de proclamar a Cristo Jesús
frente al compromiso de estar desde el gobierno, no para predicar sino para administrar, como es su verdadera
esencia.
Oro a Dios por la vida de cada uno de ustedes...Y que sea Dios mismo quien arroje luz sobre el tema, si es
que alguien -llámese pastor o líder en ejercicio--todavía persiste en defender sus aspiraciones en el ámbito de la
política.

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