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Ensayo Critico. Educacion Cristiana en La Familia

La educación cristiana en la familia es fundamental para el desarrollo espiritual de los niños. La familia provee el primer ambiente para aprender sobre Dios, los valores cristianos como la fe, la humildad y el amor. Aunque la educación cristiana enfrenta desafíos del secularismo, los padres juegan un papel clave en enseñar a sus hijos mediante la oración, lectura bíblica y asistencia a la iglesia. La iglesia complementa la educación de la familia a través de catequesis y activ
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Ensayo Critico. Educacion Cristiana en La Familia

La educación cristiana en la familia es fundamental para el desarrollo espiritual de los niños. La familia provee el primer ambiente para aprender sobre Dios, los valores cristianos como la fe, la humildad y el amor. Aunque la educación cristiana enfrenta desafíos del secularismo, los padres juegan un papel clave en enseñar a sus hijos mediante la oración, lectura bíblica y asistencia a la iglesia. La iglesia complementa la educación de la familia a través de catequesis y activ
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Escuela de Teología Santo Tomas de Aquino

Parroquia Don Bosco – San Félix


Catecismo de la Iglesia Católica

Educación Cristiana en la familia venezolana

Aunque muchas personas consideran el educar a los niños en el hogar relativamente como algo
nuevo, la educación cristiana en el hogar ha estado presente desde los primeros tiempos y es lo que forma
la primera base para la introducción o el conocimiento de Dios. La familia es la unidad básica de la
sociedad y es en este entorno donde se construyen los cimientos de la educación y los valores morales
que se inculcan en los niños. Las familias cristianas, en particular, tienen una gran responsabilidad en la
formación y educación de los niños para que puedan crecer con un fuerte sentido de la moralidad, el amor
y la compasión. Los principios y valores cristianos se basan en la fe, la humildad, la honestidad, la
bondad, el perdón, la paciencia, la gratitud, la responsabilidad y el amor. En una familia cristiana, estos
valores se inculcan desde temprana edad a través de la oración, la lectura de la Biblia y la asistencia
regular a la iglesia. La familia cristiana también es un lugar donde se fomenta el amor y el respeto hacia
los demás, la empatía y la compasión.

Es importante destacar que en la actualidad esta cultura o tradición de educación cristiana se está
haciendo cada vez más difícil, debido al enfoque que se está presentando en el secularismo actual, el cual
está haciendo un lado a Dios para vivir por los placeres del ser humano y a la cual la familia y la iglesia
no están ajenos. En la realidad que se presenta en el mundo, y en específico en nuestro país la cultura de
acompañamiento se está viendo afectada por las necesidades básicas de las personas y por tanto los
responsables directos (madre o padre), se encuentran fuera de casa o alejados de comunicar y enseñar lo
más esencia de Dios que es reconocerlo como padre ante sus hijos.

Desde la iluminación de la palabra de Dios, en Proverbios 22, 1-9:


“Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación.
El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los ha creado el Señor. El prudente ve el peligro y lo
evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. Recompensa de la humildad y del temor del
Señor son las riquezas, la honra y la vida. Espinas y trampas hay en la senda de los impíos, pero el que
cuida su vida se aleja de ellas. Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.
Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores. El que siembra
maldad cosecha desgracias; el Señor lo destruirá con el cetro de su ira.”

Es natural que en la crianza de los hijos se quiera preparar a cada uno de manera similar. Este
pasaje bíblico denota que los padres deben discernir los puntos fuertes especiales e individuales que Dios
le ha dado a cada uno de ellos. A su vez que no se debe condonar ni excusar la terquedad, cada niño tiene
una inclinación natural que los padres pueden desarrollar. Al hablar con maestros, otros padres y abuelos
seremos más capaces de discernir y desarrollar las capacidades de cada hijo. Muchos padres quieren
tomar todas las decisiones por sus hijos, pero esto los daña a la larga y esto se puede evitar solo inculcando
valores que les permita decidir por ellos pero que todo agrade a Dios. Cuando los padres enseñan a sus
hijos a tomar decisiones, no tienen que cuidar cada paso que estos den. Los padres saben que
permanecerán en el buen camino porque ellos solos lo han decidido. Prepare a sus hijos para que escojan
el camino correcto.

Desde la iluminación de la palabra de Dios, en Efesios 6, 1-6:


“Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor porque esto es lo justo, ya que el primer mandamiento que
contiene una promesa es este: Honra a tu padre y a tu madre, para que seas feliz y tengas una larga
vida en la tierra. Padres, no irriten a sus hijos; al contrario, edúquenlos, corrigiéndolos y
aconsejándolos, según el espíritu del Señor.”

Desde los deberes de los hijos y el papel fundamental que tienen los padres en la educación se
puede forjar actitudes de respeto y de cercanía a Dios, este paje afirma no solo la obligación de criar
sino enseñar la disciplina e instrucción de Señor. La familia es la mejor institución educativa, no hay
nada que sustituya para aprender sobre Dios y sus planes, la familia es la base de la educación cristiana.

La responsabilidad de los padres y representantes es la primera base, sin embargo, la iglesia y


sus miembros activos tienen participación de esta educación desde el acompañamiento a la familia, y
reforzar o enseñar la instrucción de los sacramentos e ir desarrollando el espíritu de compromiso de ser
un cristiano y ejemplo de Jesucristo, desde la catequesis, encuentros formativos y experiencias de vidas
acompañadas a una vivencia en familia.

Dentro de los puntos para ir reforzando la educación cristiana se debe reforzar desde la familia:
 Tiempos de oración común
 La comida y los vestidos son importantes, sin embargo, el acompañamiento y tiempo a
los miembros destaca importancia fundamental.
 Los momentos de compartir en familia permite el desarrollo el desarrollo de la
confianza y por ende la escucha.
 Colocar a Dios como centro de la vida del hogar, hará que por tradición y luego por
experiencia propia sean más cercanos a Él.

La vivencia y el acompañamiento de los miembros de la familia, tiene responsabilidad en la


iglesia local donde la doctrina y el congregarse nos hace más cercano, lo que debe llamar a lo siguiente:
 Velar por el acompañamiento de los fieles encargados de los ministerios (pastoral
familiar, catequesis de adultos, catequesis de niños y jóvenes).
 Catequesis de adultos velar por preparar u orientar los temas hacia la familia con más
frecuencia, desde la experiencia de vida se aviva nuestra fe y esta debe ser compartida.
 Invitación de la pastoral familiar a preparación de talleres y convivencias no solo
orientado a los adultos, sino que también los miembros en general tengan participación.

Se puede concluir que la educación cristiana se complementa y crece en la iglesia, pero depende de una
base fundamenta, la familia.
 La familia provee ambiente de grupo pequeño. En ella se da la oportunidad de conocerse
plenamente y se da el mayor nivel de convivencia.
 En la familia aprendemos a dar y a recibir. En ella aprendemos a compartir y velar por las
necesidades de otros.
 En la familia aprendemos valores espirituales. Cuando crecemos nuestros valores los adquirimos
en la familia, no en la escuela o iglesia. Los padres tienen más influencia con sus hijos que
cualquier otra persona.
 En la familia experimentamos afecto positivo incondicional. Es en ella que aprendemos a amar y
a ser amados por ser quien somos y no por lo que hacemos.
 Los niños aprenden mejor a través del ejemplo. Los niños imitan a sus padres y a los que los
rodean y desean ser como ellos. Los hechos hablan más fuerte que las palabras y los ejemplos
arrastran mientras que las palabras sólo pueden mover.
 La familia determina inicialmente cómo percibimos a Dios. Dios se revela a nosotros como Padre
y la familia influencia nuestra apreciación de Dios desde temprana edad.

Antonio Rojas
Christian Marcano
Alexander Malavé

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