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Hans Kelsen Que Es La Justicia Ensayo

Este documento resume las críticas de Hans Kelsen a diferentes concepciones de justicia. Kelsen argumenta que la justicia y la felicidad no pueden definirse de manera objetiva ya que involucran juicios de valor subjetivos. También critica que las teorías de justicia a menudo presuponen respuestas a preguntas esenciales o pueden usarse para justificar cualquier orden social. Kelsen concluye que la justicia surge de conflictos de intereses que no pueden resolverse racionalmente.

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Hans Kelsen Que Es La Justicia Ensayo

Este documento resume las críticas de Hans Kelsen a diferentes concepciones de justicia. Kelsen argumenta que la justicia y la felicidad no pueden definirse de manera objetiva ya que involucran juicios de valor subjetivos. También critica que las teorías de justicia a menudo presuponen respuestas a preguntas esenciales o pueden usarse para justificar cualquier orden social. Kelsen concluye que la justicia surge de conflictos de intereses que no pueden resolverse racionalmente.

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La justicia se define en dar a cada uno lo que merece

o le corresponde, la justicia juzga respetando la


verdad, destacan distintos pensamientos de
importantes filósofos, como Sócrates, quien decía: “Lo
justo es lo legal”, Platón decía: “Hacer cada uno lo
suyo”, y Aristóteles decía: “La virtud o el hábito”.
Es una virtud del hombre; pues un hombre es justo
cuando su conducta concuerda con un orden que es
considerado justo. Un orden es justo cuando regula la
conducta de los hombres de una manera tal que a
todos satisface y a todos permite alcanzar la felicidad.
La aspiración de justicia es la eterna aspiración del
hombre a la felicidad en la sociedad. La justicia es la
felicidad social, es la felicidad que el orden social
garantiza. En este sentido, identifica Platón la justicia
con la felicidad cuando afirma que sólo el justo es feliz
y el injusto desgraciado.
Cuando Jesús admitió ser un rey ante el gobernador
Romano dijo: “yo he nacido y venido al mundo para
dar testimonio de la verdad”, Pilato pregunto: “Qué es
la verdad?” Por supuesto este no esperaba respuesta
alguna y Jesús tampoco se la dio, ya que lo esencial
de su misión como Rey no era dar testimonio de la
verdad, el solamente daría testimonio sobre la justicia
que el mismo quería realizar, asimismo surgió la
pregunta de Pilato ¿QUÉ ES LA JUSTICIA?
LA FILOSOFÍA DE LA JUSTICIA
Kelsen sostiene que la ciencia jurídica, el derecho,
debe estar separado de consideraciones de tipo
emotivo, subjetivo y, en todo caso, personalísimo; está
convencido de la existencia de múltiples órdenes de
normas, de los cuales unos responden a criterios
racionales y científicos y otros por su parte, responden
a criterios de opinión, fe, sentimientos u otras
consideraciones personales.
Sustenta esa división en su acercamiento
metodológico al problema de la justicia en una premisa
muy simple: la división en las formas de justificación.
Los seres humanos, según él, pueden pretender una
de dos cosas: o una justificación adecuada, que es
una relación medio-fin, o una justificación absoluta. La
primera forma de justificación es propia de ciencias
sometidas al imperio de la evidencia, de la experiencia,
como la física o la química. La segunda forma de
justificación es propia de o es perseguida comúnmente
por sistemas normativos de orden moral, metafísico o
teológico.
Sin embargo, esta postura no implica el rechazo de
conceptos como la Justicia, la cual es, depende, según
Hans Kelsen, de la felicidad la cual, con esta satisface
las necesidades de los seres humanos. Por ello me
cabe decir que la justicia se identifica con la felicidad
de Platón “solo el justo es feliz y el desechado infeliz”.
Aunque debemos tener en claro que como lo muestra
nuestro ya señalado autor difiere si la justicia es
colectiva o subjetiva. La justicia es felicidad para todos.
Sin embargo, Kelsen considera que la felicidad
individual, entendida como la satisfacción de todos los
intereses que una persona posee, en cierto momento
entra en conflicto con la felicidad de otro individuo.
La incompatibilidad entre ordenamiento social y
felicidad individual parece hacerse indiscutible en la
medida en que, en muchas ocasiones, la felicidad de
uno implica la infelicidad del otro o de los otros. Esto
se hace más evidente cuando entendemos por
felicidad la satisfacción de necesidades, pues, al igual
que en el ejemplo del amor, cuando se pretende que
las normas garanticen la felicidad individual siempre se
presentarán dificultades, ya sea por los distintos
sentidos de felicidad o por el tercero excluido durante
la elección.
Kelsen critica muchas de las varias concepciones de
Justicia que los más importantes filósofos de la historia
han construido. Son dos, en general, los argumentos
esgrimidos por Kelsen: las teorías de la Justicia
presuponen o posponen las respuestas a preguntas
esenciales, o las teorías de la Justicia sirven para
justificar cualquier orden social.
Es así como Kelsen empieza por el concepto de
justicia como felicidad. Aquí el hombre objeto de su
crítica será Jeremy Bentham. Considera que lo justo
es la felicidad individual, la cual es imposible, pues
ningún orden social puede garantizar a todos la
felicidad: “Muy a menudo nuestra felicidad depende de
la satisfacción de unas necesidades que ningún orden
social puede colmar”. Según el jurista, ni siquiera la
idea de Bentham en torno a la felicidad del mayor
número es útil, porque implica la objetivación del
concepto de felicidad en una investigación y
jerarquización de valores que representan lo que se
entiende por felicidad para la mayoría. Entender cuáles
son los intereses (valores) que merecen ser protegidos
y cómo han de ser jerarquizados, escapa de la razón y
supone un aplazamiento del quid de esta concepción
de Justicia.
Por esta razón, creía que un orden social no podía
asegurar la felicidad, sino solo en sentido colectivo,
esto es, la satisfacción de ciertas necesidades que el
legislador reconoce como dignas de ser satisfechas.
Sin embargo, ¿qué necesidades son dignas de ser
satisfechas y, sobre todo, cual es el orden jerárquico
que les corresponde? Para Kelsen esta respuesta no
podía ser resuelta mediante un conocimiento racional,
científico, dado que implicaba un juicio de valor de
carácter subjetivo, variable de acuerdo con la
idiosincrasia de cada individuo.
Así, en la medida que dichas necesidades y la
jerarquía de estas no serán las mismas para un
creyente, un ateo, un conservador, un liberal o un
comunista, las discusiones en tomo a cuál valor debe
primar, dependería de una deliberación política y no
jurídica.
Para que un ordenamiento jurídico acoja, proteja o
promueva la felicidad es inevitable que algunos
individuos terminen excluidos. Con el fin de salvar esta
dificultad, se presentan propuestas de corte liberal
como la de Bentham: en procura de la felicidad de
todos se busca la mayor felicidad posible del mayor
número de personas.
Esta alternativa de solución es viable pues, por lo
menos, se buscan los medios más idóneos para
satisfacer las necesidades de muchos. Sin embargo,
esto no hace menos fuerte la crítica de Kelsen dado
que se puede propender por la felicidad de una
mayoría, pero esta “felicidad” debe tomar carácter
objetivo en la materialidad que representa el colectivo.
El colectivo es el que decide el significado de felicidad
que prima y que debe ser atendido por el orden social
imperante. El sentido subjetivo de felicidad entonces
se identifica con la imposibilidad, por parte de un orden
social, de atender o identificar las infinitas e
indeterminadas definiciones particulares de felicidad.
De esta manera, se hace necesario que la noción
subjetiva e individual de felicidad sufra una
metamorfosis para convertirse en algo, si no
necesario, por lo menos, objetivo.
La felicidad objetiva es aquella que se impone por
parte de determinada forma de gobierno, de la misma
manera que se exige el concepto de libertad de la
mayoría en una democracia o de unos pocos en una
aristocracia. Pero esta aparente determinación fruto de
la imposición de un orden social específico también
tiene sus problemas pues ¿Qué necesidades y valores
deben garantizar las autoridades y los legisladores y
cómo deben jerarquizarlos? Para Kelsen esta pregunta
es determinante porque el tratar de resolverla, deja al
descubierto los infaltables conflictos de intereses que
permiten hablar de justicia. “Y solamente donde
existen conflictos de intereses aparece la justicia como
problema”
Aquí es interesante ver cómo Kelsen, después de
realizar sus críticas a Platón por transformar la
pregunta sobre la justicia en la pregunta acerca de la
felicidad, toma la vía opuesta al cambiar el orden del
cuestionamiento de la felicidad por el de la justicia.
Esto se evidencia, en última instancia, cuando señala
que el conflicto de valores da origen a la problemática
de la justicia puesto que es un problema que no puede
ser resuelto por medios racionales o científicos.
La felicidad social a la que se refiere Kelsen está
condicionada por la jerarquía de valores que existe en
una sociedad determinada. Estos valores pueden ser:
la vida humana, los intereses superiores de la patria, la
libertad, la seguridad económica, la igualdad, la
verdad, la justicia, etc. El problema no consiste
únicamente en la gran variedad de valores que puede
hacer parte del orden social imperante, sino en los
conflictos que suelen presentarse.
El ejemplo que cita el autor hace referencia al choque
entre el tradicional y siempre superior valor supremo
de la vida humana con los supremos intereses de la
nación que en caso de guerra obligan a los ciudadanos
a matar o a sacrificar su vida. Este caso es muy
significativo dado que la mayoría de las constituciones
actuales consagran el inalienable e inviolable valor de
la vida y a la vez reglamentan que sus ciudadanos
presten un servicio militar que los obliga a arriesgarla o
a matar.
También considera que los conflictos de intereses
implican la satisfacción de uno a costa de otro, ya sea
por la negación o postergación de la satisfacción de
los deseos de ese otro. Esto hace que el juicio referido
a valores esté siempre mediado por factores
emocionales subjetivos.
Después de lo anterior queda clara la posición de
Kelsen respecto a dos nociones determinantes para la
reflexión política: la primera, la felicidad; y la segunda,
la justicia. Ambas operan en el mundo de la
irracionalidad, las emociones, la subjetividad y el
relativismo. Es por eso por lo que pensar en la justicia
y la felicidad como fundamentos de cualquier “ciencia”
es un absurdo que es necesario evitar.
Esta revisión de las críticas de Kelsen a los principales
criterios de Justicia esbozados en la historia nos
muestra de forma meridiana que son dos, como se dijo
más arriba, las críticas que él formula: los criterios
absolutos presuponen o posponen la respuesta a
preguntas cruciales para entender la Justicia y, de
paso, estos mismos criterios pueden ser usados
‘racionalmente’ para sustentar cualquier tipo de orden
social, incluso aquellos autocráticos.
Luego entra en análisis la idea de Justicia como dar a
cada cual lo que le corresponde; para Kelsen, esta
idea tan recurrida supone dejar de lado la cuestión
principal: ¿qué corresponde a cada cual? El único
camino posible es que las leyes o las costumbres
hayan resuelto el asunto, lo que significará que el
criterio de Justicia no será otra cosa que un criterio de
poder quién dice qué corresponde y qué no
corresponde a cada cual y, por tanto, servirá para
justificar cualquier orden político, incluso si son
contradictorios o abiertamente injustos.
Kelsen afirma no poder contestar a la pregunta general
sobre qué es la justicia, ofreciendo una respuesta
relativa: su justicia. Para la construcción de ese
concepto, se basa en la idea de tolerancia. Parte del
supuesto de que el relativismo ético es siempre
tolerante, y que la tolerancia está íntimamente
relacionada con la libertad, la ciencia y la democracia.
El concepto de Justicia de Hans Kelsen se encuentra
afincado en un claro dualismo metodológico,
proveniente de su firme convicción en dos mundos
radicalmente diferenciados: el mundo del ser y el
mundo del deber ser. Las consideraciones absolutas
no tienen cabida dentro de las ideas kelsenianas, pues
nuestro autor las considera proclives al totalitarismo y
carentes de sentido científico. Esto lo lleva a criticar
con ahínco y en ocasiones con afán, las más
importantes consideraciones teóricas sobre el
fundamento moral de la ciencia jurídica.
 El afán eminentemente teórico de Kelsen por restar
prestigio a las tradicionales visiones sobre la justicia le lleva,
en particular en el caso de Platón, a análisis más bien
superficiales.
No es viable despachar a Platón como un simple
pensador que apela a las deidades, sino que existen
en él métodos perfectamente racionales -que por
racionales no dejan de ser iusnaturalistas-que deben
ser considerados con más delicadeza. Las críticas de
Kelsen a toda teoría de la justicia que deje ver algún
viso de absolutismo y, por ende, de totalitarismo-le
lleva a plantear, como buen y coherente positivista,
que la justicia es un concepto sujeto a la personal
apreciación, al campo subjetivo. Así, Kelsen nos hace
saber que su justicia es la justicia de la tolerancia, que
implica el irrestricto respeto por el individuo y por la
ciencia.
Conclusión
Hans Kelsen dice que no ha contestado “¿Que es la
justicia?”, pero tampoco se cree capaz de hacerlo
porque para él la justicia absoluta no existe, solo la
justicia relativa. Uno de los puntos importantes que
toca es que la justicia es una característica. Esta
constituye una virtud del individuo, se dice que aspirar
a la justicia es aspirar eterno a la felicidad social.
Platón indico justicia con felicidad cuando afirma que
solo el justo es feliz y desdichado el injusto, pero esto
no define exactamente que es justicia.
“La regla de oro” es un punto importante en el libro
esta consiste” no hagas a los demás lo que no quieres
que te hagan a ti”. Lo que las personas no quieren que
les hagan es lo que le provoca dolor físico o daño
mental y lo que cada uno desea es que le causen
placer.
Un punto importante para mí fue el cómo se compara
un valor sobre otro de acuerdo a cuál aprecias más ya
sea la vida sobre la libertad o tu ética profesional sobre
la compasión, pero no todos los individuos aprecian los
valores de la misma forma; al igual que la justicia no es
justa siempre al mismo tiempo con todos los
individuos, a veces lo que es justo para uno es injusto
para otro de ahí que Helsen se preguntaba al igual que
yo después de terminar de leer su libro en donde esta
lo justo en. Un muy cierto ejemplo sobre la injusticia
que da es como ni siquiera la naturaleza suele ser
justa con todos los seres humanos pues unos nacen
más inteligentes, más guapos, o adinerados que otros.
Se dice que ni siquiera el rey salomón pudo hacer
justicia cuando dos madres peleaban por la custodia
de su hijo y ordeno que lo partieran a la mitad y seria
entregada a que ella que retirase la demanda.
Este libro tiene una gran relación con la materia de
fundamentos del derecho puesto que el significado de
la justicia es un concepto básico para el sistema del
derecho; personalmente me hizo ver el concepto de
justicia de una forma que en realidad nunca había y
posiblemente habría pensado, me gustaría decir que
después de haber leído este libro comprendo mejor lo
que significa el concepto.
Esta lectura cambio para mí el concepto de justicia de
una forma muy interesante y me hizo pensar en la
supuesta justicia que el ser humano aplica en
diferentes escenarios de su vida desde lo sencillo
hasta lo complejo.
Palabras claves: Hans Kelsen, Pluralismo Jurídico,
Antropología Jurídica, Sociología Jurídica, Justicia.
En esta obra sobre el estudio de ¿qué es la
justicia? De Hans Kelsen nos plantea con
una breve introducción de un pasaje de la
vida de Jesús como nace esta interrogante,
nos plantea que nace a partir de la pregunta
¿qué es la verdad? Y sucesivamente ¿Qué es
la justicia? Su obra comienza mencionando
que la justicia es la aspiración del hombre a
la felicidad, entonces se nos plantea la
incógnita sobre que es en realidad la
felicidad y si es posible su realidad en una
sociedad, ya que la felicidad es un concepto
individual, cada persona tiene su percepción
sobre su propia felicidad
El libro nos habla sobre muchos temas que se sitúan
alrededor de lo que conocemos como justicia y que
debemos comprender para tener una idea más certera
de lo que hace referencia el concepto justicia, temas
como la verdad, el amor, la libertad, la seguridad,
igualdad, la vida y muchos más.
Menciona también a personas importantes para la
historia como Jesús de Nazaret, Platón, Jeremías
Bentham.
Nos da una visión de como ha cambiado o
evolucionado la justicia a lo largo de la historia y que
factores intervienen en dichos cambios pero no da
información clara ni indicios de una definición de
justicia.
Desarrollo
Hans Kelsen Nos trata de dar una explicación de como
llegar a la justicia y empieza explicando que para
alcanzar el orden social no es imprescindible la
presencia de justicia, afirma Platón que un hombre es
feliz cuando es justo y que un orden social debe
garantizar las posibilidades de felicidad a todos los
individuos, especificando que garantizar las
posibilidades de felicidad no es lo mismo que
garantizar la felicidad y yo lo compararía con el
progresismo cuyo fin es brindar a todos las mismas
oportunidades de progreso y no asegurar el progreso
de todos.
La Felicidad
La felicidad puede rosar la felicidad de otro y pone el
ejemplo del amor como primera fuente de felicidad y a
la ves fuente de desdicha y pone el ejemplo de 2
hombres que aman a una misma mujer pero según la
ley y según los sentimientos de las tres personas la
mujer no puede ser de los dos hombres y al decidir la
mujer por uno de sus dos pretendientes es imposible
que no deje a uno en desdicha pues la felicidad de los
hombres dependía de la compañía de la mujer y es
imposible totalmente encontrar una solución alternativa
en la que ninguno de los tres se vea afectado.
Tampoco el juicio del rey Salomón donde dos mujeres
reclamaban a un bebé como hijo y les propuso como
solución partir al niño a la mitad y entregar una mitad a
cada una y de ese modo encontrar a la madre
verdadera, no podría dar resultados favorables aplicar
ese juicio al caso anterior.
En la Naturaleza Kelsen sostiene que tampoco existe
justicia, la naturaleza como tal no es justa y que no hay
orden social que regule las injusticias de la naturaleza.
La diversidad de ideas entre los individuos impide que
tengamos un sentido no subjetivo de felicidad si bien el
filósofo Jeremías Bentham proponía que si la Justicia
es felicidad, un orden social justo garantizaba la
felicidad de la mayoría y entonces por felicidad
entendemos la cobertura de ciertas necesidades
reconocidas por el legislador lo cual es imposible de
lograr pues la felicidad del individuo es un conjunto de
pensamientos muy personales e individuales.
Sobre la libertad
El concepto libertad se identifica mucho con la justicia
donde un orden social justo garantiza la libertad
individual y a la ves la verdadera libertad no comulga
con el orden social, según el libro la libertad es
ausencia de toda coacción del gobierno.
Esa misma libertad es la que hace a la mayoría
gobernar una nación y dicha mayoría goza de la
libertad más plena aún si esta mayoría se encuentra
en contra de la minoría. Así es como se transforma la
justicia pasa de ser la garantía de la libertad de todos a
un orden que vela por los intereses de quien controla
el régimen.
La vida
Para algunos la vida humana es el valor supremo
moralmente hablando tanto es así como que todo ser
humano se abstiene de privar de la vida a otro ser
humano. También existe quien sostiene que el valor
supremo es la nación y todos sus intereses aún por
encima de la vida, la felicidad y la libertad esto implica
que cuando la nación lo requiera el individuo es capaz
y está preparado para morir por la patria y asesinar a
los enemigos de la nación cuando esta así lo requiera,
por enemigos de la nación entendemos tanto a fuerzas
extranjeras que amenazan la nación de cualquier
manera como a individuos nacionales que con su
conducta pongan en riesgo la patria como es el caso
de los criminales.
Platon dice: “La vida más justa es la más feliz”. Pero
también sabemos que el justo puede ser infeliz y el
justo ser feliz pero para llevar una sociedad en orden y
justa para todos, el gobernado debe creer en la frase
de otro modo nadie obedecería las disposiciones de la
ley.
La justicia en la aplicación de una pena
Una pena es determinada por el legislador sujeto a su
criterio pero no se ha podido evitar la conducta que la
pena intenta regular pues es el hombre por instinto
natural que busca cometer los delitos que la ley intenta
reducir o erradicar.
Cuando el legislador debe decidir qué pena aplicar
entre la prisión y la pena de muerte es necesario
conocer el efecto que tendrá en el hombre la
aplicación de cualquiera de las dos penas lo cual no es
posible pues no tenemos ese nivel de conciencia, ni
siquiera empleando métodos de experimentación
podemos saberlo porque todos los casos son distintos
e irrepetibles. De Cualquier modo las condiciones del
acto son justificadas por el fin pero no al revés.
La conciencia
La conciencia se relaciona con la justicia cuando trata
siempre de justificar la conducta del individuo y
Me gustaría usar como ejemplo la ley del talión donde
podías hacer justicia por mano propia y era justo para
su contexto histórico y el ambiente social, aunque
muchos no están de acuerdo y creen que era un
método mal aplicado de justicia yo sostengo que era
un método efectivo pues quién decidía afectar a otro
ya sabía las consecuencias que le traería, sabía que si
cometía el delito de robo podría ser amputado de una
mano. Creo que la ley del talión aún está vigente en
las escuelas, cuando se es pequeño si un niño decide
golpear a otro lo más probable es que el niño que fue
golpeado haga lo mismo y de esta forma el pequeño
que le gusta golpear a sus compañeros sabe que al
hacerlo corre el riesgo de recibir lo mismo.
La justicia ¿Es buena o es mala?
La justicia no es buena ni mala, si se mira desde el
punto que nos ha impuesto la sociedad, la religión o el
gobierno, es buena porque da a cada quién lo que
merece lo cierto es que no siempre es así en el caso
de la naturaleza no nace una persona con un mal
congénito por ser malo pues el hombre al nacer nace
bueno, entonces ¿es mala? No es mala porque nos ha
construido sociedades ordenadas, libres y funcionales
aunque no para todos, basta con la aprobación de la
mayoría para legitimarse como justas.
Más allá de pronunciar a la justicia como buena o mala
hay que recordar que depende del criterio del
individuo, el contexto histórico e incluso la cultura para
etiquetarlo no como bueno ni como malo sino como
justo por ejemplo en oriente un hombre puede tener
más de una esposa, en américa no nos parece la
mejor opción pues tenemos otro modo de vivir.
La justicia como valor
De todos los valores la justicia es el más alto, aún
sobre la libertad, el amor y el patriotismo pues todo el
que se considere libre es por una obra justa y aquél
que es preso o fue esclavo es porque la justicia así lo
dispuso al igual que en la felicidad el hombre de
buenas costumbres y respetuoso de la ley vivirá en
felicidad y todo esto ¿para qué? Para vivir en una
sociedad ordenada con ciudadanos responsables que
cumplan con sus obligaciones y gocen de sus
derechos. Escuché hace algunos días que la
Secretaría de Relaciones Exteriores quiere dar Asilo a
10,000 sirios, esta idea desde luego me causó
repugnancia y rechazo total pues nuestro país tiene ya
suficientes problemas como para resolver problemas
externos, tenemos a compatriotas mexicanos en la
pobreza extrema, tenemos por lo menos un
vagabundo rondando las calles de cada una de
nuestras colonias por lo que se me hace injusto ayudar
a un extranjero sin antes haber ayudado a un hermano
mexicano y por otra parte se me hace injusto
abandonar la nación con una crisis tan tremenda como
esa, es una actitud anti patriota.
Conclusión
En conclusión y personalmente después de leer el libro
caigo en la cuenta que la justicia es un concepto
personal de cada individuo, donde no hay formula que
dicte si la libertad vale más que la vida o si los
intereses del individuo son más pesados que los de la
nación, si la felicidad es para todos es un aspecto muy
propio de la justicia ajustado al contexto histórico y a
los sentimientos del hombre y es tema de la conciencia
el siempre tratar de justificar el actuar del hombre.
Lo que sí es cierto es que se considera siempre justa
la aplicación de la ley para mantener el orden social y
sólo ha servido para “justificar” la conducta humana
por temor, deseo e incluso necesidad.

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