HÁBITO SECRETO DE ÉXITO
¡No hay fórmula mágica! Tan solo hábitos y
pasos sencillos para alcanzar tus metas en la
vida
Copyright 2021,Mexico, Marcell Ferrán
© Hábito Secreto de Éxito
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“El secreto para romper permanentemente cualquier mal hábito es amar algo
más grande que el hábito”
Bryant McGill.
“El éxito es la suma de pequeños esfuerzos que se repiten día a día”
Robert Collier.
ÍNDICE
SÍNTESIS
INTRODUCCIÓN
¿Por qué escribí este libro?
Historia real
Capítulo 1
FUNDAMENTOS
El poder de los hábitos
Cómo construir un hábito
Consecuencias de no tener buenos hábitos
Capítulo 2
Hábitos y relación con la sociedad
¿Cómo ser personas de buenos hábitos?
¿Cuáles son los hábitos malos que poseo?
¿Cómo cambiar tus malos hábitos?
10 hábitos comunes que restan valor a tu vida
Capítulo 3
10 hábitos que te convierten en una persona exitosa
Entendido esto, ¿te gustaría ser una persona de éxito?
Capítulo 4
La clave para triunfar está en crear de a un hábito
¿Cómo hacerlo?
Doce meses, doce hábitos
Capítulo 5
¿Qué necesitas para triunfar talento o hábitos?
Brilla con luz propia
Mantente en la cima
Capítulo 6
Como crear una personalidad triunfadora
Mente fuerte
De cero a hábitos millonarios
Capítulo 7
Prémiate por cada hábito bueno que implantes en tu vida
Secretos de vida que funcionan
Conclusiones generales
¿Me puedes ayudar?
Tengo una invitación para ti
Descargos de responsabilidad
SÍNTESIS
La mejor manera de moldear nuestra identidad es construyendo excelentes
hábitos en sencillos pasos. ¿Sabes por qué?
A veces pensamos que para hacer grandes cosas en la vida hay que dar saltos
inmensos, pero no es así; los cambios provienen de cientos de pequeñas
acciones, decisiones y conclusiones que aunque chicos son intentos gigantes
y poderosos a la hora de crear grandes transformaciones en nuestra
personalidad.
Para alcanzar resultados asombrosos no necesitamos hacer cosas muy
grandes, sino movernos de a poco hasta lograr la satisfacción acordada, y lo
más importante: saber cómo hacerlo.
La sumatoria de estos cambios minúsculos es lo que nos brindan felicidad, ya
que pueden agrandarse tanto que nos llevará a cambiar el estilo de vida, y
tener una rutina práctica, satisfactoria y fácil de llevar.
Algunos han pensado en transformar su vida, a cambio, otros están
conformes con ella. De cierta forma, estos últimos sí desean dar nuevos
pasos, atreverse a salir de la zona confortable en la que habitan, pero algunas
razones los detienen y prefieren seguir ahí: donde han estado siempre y se
sienten “seguros”.
La persona que desea llegar a convertirse en una de mejor condición tiende a
preocuparse desde el inicio por el tamaño de los cambios que ve necesarios
implantar en su modo de vida. Esto lo aterroriza, le produce pánico y genera
en ella una condicional suficiente para dejarlo estancado, sin permitirle entrar
en acción. No es así, pues ¿qué significado tendría hacer las cosas de golpe y
no disfrutar mientras suceden? En realidad, esa persona debería enfocarse en
la técnica y no en el resultado.
Imagínate si hubieras dado un pequeño paso como ahorrar diez dólares al
mes en tus últimos tres años de vida. ¿Para qué te servirían hoy?
Seguramente, a muchos no les parece relevante la cantidad, pero para otros
sería como una tabla de salvación en este momento; podrían tener la base
para iniciar un negocio, pagar una deuda, salir de paseo, comprar comida,
etc., y no necesariamente tendría que haber realizado un solo y grande
esfuerzo para lograr tal cantidad.
Por lo tanto, una mejora en nuestro estilo de vida no depende de grandes
fortunas (tal vez se presenten o no), ni talentos especiales o estudios
realizados, no obstante, de lo que sí depende es de las pequeñas acciones y
decisiones que adoptemos a diario, y la manera en que lo llevemos a cabo.
INTRODUCCIÓN
El tema de abandonar hábitos y crear nuevos es muy complejo. Algunos
logran identificar cuáles son los que no suman a su vida y los desechan, crean
otros que sí les sirven y los adoptan sin mayores sacrificios. Pero no todos
tenemos esa capacidad de adaptación para lograrlo. A otros nos cuesta un
poco más; desde la identificación de un hábito, su creación y adopción, o
abandono total, dependiendo el caso, hasta la convivencia normal a través de
los años.
Entonces, transformamos en un verdadero problema el contexto, en vez de
aprovechar los hábitos buenos y convertirlos en nuestros aliados para tener
una vida próspera, feliz y exitosa, hacemos todo lo contrario; dejamos que los
malos hábitos nos dominen, no sabemos qué hacer con los buenos y
desperdiciamos la oportunidad.
Y, este libro ha surgido como parte de la solución a ese problema. A través de
sus páginas vas a lograr identificar qué hábitos te suman y cuales restan a tu
vida. Crearás nuevos y erradicarás los que te hacen daño, y, de manera
puntual, aprenderás a convivir con los buenos hábitos para sacarles provecho.
Los ejercicios y experiencias que aparecen a medida que el tema se
desarrolla, se convierten en soporte para que el lector busque llegar a lo más
profundo de su razón y se identifique con los sucesos; de este modo,
despliegue las herramientas suficientes para discernir la manera más
provechosa en la adopción o supresión de hábitos.
¿Cuál es la mejor forma para hacerlo?
Indiscutiblemente, desde mi experiencia, la forma adecuada para conseguir
resultados es construir un paso a paso de adopción de hábitos.
La clave está en cimentar un hábito a la vez. Sí, “construye un hábito a la
vez”. Porque al realizarlo de otra manera, caerás en la tentación de perder el
enfoque y vas a dispersar tu energía sin obtener resultados.
Cuando creas, mejoras, erradicas o cambias tu primer hábito, el resultado es
que este se convierte en la piedra angular de tu creación. Mejor dicho, esto
hace que sientas el deseo de enfocarte en el segundo y luego en el tercero, el
cuarto, y así sucesivamente.
El progreso de la meta se clarificará al obtener el efecto de tu primera
creación. De ninguna manera querrás implementar varios hábitos y no ver la
realización de ninguno ¿cierto?
¿Te has preguntado cómo hacen las personas de éxito para lograrlo en unos
cuantos años?
Para la mayoría es un secreto. En la comunidad vemos a personas que de la
noche a la mañana, o en poco tiempo, se convierten en mejores versiones, se
vuelven millonarios, adquieren un buen estado de salud, rejuvenecen, se
convierten en seres felices y nos dejan sorprendidos. Lo mejor de todo esto es
que sabemos que ellos no poseen más talentos que el resto, han vivido con
privaciones como nosotros y hasta los hemos visto en la escala social más
abajo que la nuestra.
Entonces, ¿qué han hecho?
Sencillamente han creado hábitos, han invertido en pequeñas cosas que los
lleva a superarse, a hacer del mundo un lugar mejor y a adoptar un nuevo
estilo de vida exitoso y extraordinario.
Pero esta creación de hábitos no la han hecho como la mayoría acostumbra a
realizarlo, de ninguna manera, más bien, la experiencia con mayores
resultados se ha logrado a partir de la adopción de un hábito específico (un
hábito a la vez).
Después de implantarlo y disfrutarlo, se comienza con la creación y adopción
del segundo y así sucesivamente hasta hacer un hábito regular la creación y
aceptación de otros hábitos.
Esta experiencia es la que yo mismo he establecido en mi vida; y, la resumiré
en los siguientes renglones con el único objetivo de que le pueda servir a
alguno de mis lectores.
¿Por qué escribí este libro?
Aunque hay mucha información al respecto, sentí que a partir de mi propia
experiencia y la de personas reconocidas, podrían otros obtener la base para
adoptar hábitos buenos, sencillos y a cero costo, y también convertirse en
personas felices, sanas y exitosas. Pretencioso ¿verdad? Imagínate que
muchos no creen hasta no conocer experiencias reales, y esto no es nuevo;
viene desde tiempos bíblicos: exactamente, desde Santo Tomás.
Así mismo, a la gran mayoría nos cuesta creer, necesitamos ver hechos
palpables, casos reales para emularlos o por lo menos para tener cierto grado
de aceptación y empatía. Por lo tanto, aquí os dejo el primer caso, el mío,
para que se animen a adoptar algún hábito bueno y puedan dar un paso hacia
una vida más feliz.
Historia real
En 1985, cuando recién cumplí los nueve años, el médico le dijo a mi madre
que este niño tendría una esperanza de vida corta, no mayor a los doce o
quince años. ¿Cuál era la causa? Una patología avanzada denominada “asma
bronquial”.
Siempre había tenido problemas en las vías respiratorias, sin embargo, los
tratamientos sencillos y caseros habían sido suficientes para controlar la
enfermedad; así que hasta cuando avanzó y me volví oxigenodependiente, mi
familia se preocupó.
Lo que sucedió de ahí en adelante fue la implantación de cuidados extremos
por parte del círculo familiar, nos mudamos a una ciudad con menor nivel de
altura sobre el mar, se creó una barrera de sobreprotección a mi alrededor,
discusiones seguidas entre mis padres y un largo tratamiento a base de
terapias, broncodilatadores, nebulizaciones y esteroides orales.
Algunos días iba a la escuela o salía al parque; pero nada volvió a ser normal.
Cada mes que pasaba me acercaba al tiempo límite fijado por el profesional
de medicina y mamá lloraba tan solo al recordarlo. A raíz de esto, papá se fue
de casa, con el pretexto de que en otra ciudad tendría un empleo mejor
remunerado, y así ayudaría al pago de los altos costos correspondientes a mi
tratamiento.
Para cuando cumplí doce años, la relación con mis hermanos no era buena,
me culpaban de la pérdida de papá, pues para esa fecha, él ya tenía un nuevo
hogar establecido en la ciudad a donde se mudó y no hallaba tiempo para
visitarnos. Mi madre y mi abuela vivián estresadas todos los días, el dinero
no alcanzaba y los ataques de tos arremetían con tanta fuerza que hasta llegué
a desmayarme dos o tres veces en la semana.
Un buen día apareció en casa el hermano menor de mi madre. Unos meses
antes se recibió de licenciado en artes marciales y regresó con la esperanza de
colocar su propia academia y enseñar lo aprendido. Pero mi abuela lo
sermoneó y le hizo prometer que el dinero no sería invertido en la academia
de enseñanza, sino que debería ir para un nuevo tratamiento que prometía
alargar un poco más mis meses de vida.
Mi tío Andrés no se opuso, al contrario, ofreció su tiempo y servicios para
llevarme al médico y mamá lo permitió ya que ella podía ir al trabajo sin
otras preocupaciones.
Al día siguiente fuimos al hospital y después de recibir unas valoraciones, los
médicos instruyeron a mi tío en lo que seguía. El tratamiento no era
esperanzador y lo más probable consistía en una pronta hospitalización; mis
sistema respiratorio estaba colapsado.
Creo que al conocer la noticia lloramos por más de una hora, pero
terminamos caminando por las calles sin rumbo fijo hasta llegar a un parque.
Y allí, mientras mi tío preparaba el argumento que diría frente a mi familia,
empezó a realizar sus ejercicios rutinarios de respiración y estiramiento de
brazos y piernas.
Empecé a imitarlo. No fue fácil, pues cada vez que me movía, aparecía la
dificultad para que el aire circulara hacia mis pulmones. Más, con el paso de
los minutos, algo cambió en mi interior.
En realidad no fue mucho, tal vez era la emoción vivida unos minutos atrás
en el hospital o la alegría de poder disfrutar momentos así junto a mi tío; él
solo se limitaba a observarme y yo le admiraba como a uno de mis
superhéroes amados.
Como sonreí todo el resto del día, y por algún motivo tosí menos de lo
normal, mi tío le dijo a mamá que tendríamos que esperar a una nueva
consulta médica, ocho días antes de iniciar el siguiente tratamiento. Yo sabía
que esto no era real, pero callé porque tenía el presentimiento de que podía
salir algo fantástico de ahí.
Y, así fue. A partir del siguiente día, mi tío me llevó cada mañana al parque a
caminar, me enseñó las técnicas de respiración que él había aprendido en su
cátedra y como resultado, dos meses después, yo trotaba por cortos espacios
sin asfixiarme. Los espasmos y ataques de tos fueron disminuyendo
gradualmente, aunque continué dependiendo de los inhaladores, lo cierto es
que comencé una nueva vida al lado de las indicaciones que surgían de la
experiencia de aquel buen hombre.
Él fue la primera persona que me enseñó a usar la técnica de la adopción de
hábitos elementales en la vida, y de manera especial, me dio a entender que
no era necesario hacer varias cosas a la vez para conseguir un objetivo.
En mi caso, durante los dos siguientes años, solo implanté el hábito de
aprender a respirar, al lograrlo, fue notoria la mejoría en mi sistema
respiratorio y entorno familiar. La vida me cambió y aprendí a conseguir
logros a partir de pequeñas acciones, pero siempre respetando la premisa:
“una cosa a la vez”.
Han pasado algunos, bastantes años, desde que ocurrieron estos sucesos hasta
la fecha en que los escribo en los apuntes que preceden, con el único fin de
poner en juicio de ustedes la manera en que he venido adoptando buenos
hábitos, desde muy chico, y cómo me han servido para vivir bien. En este
tiempo en que los escribo recuerdo con nostalgia a mi tío Andrés, al médico
que me dio corta esperanza de vida y a mi abuela. Desafortunadamente, ellos
ya no están entre nosotros.
Sin embargo, tan continua ha sido mi felicidad en estos años, que a veces me
espantan los temores de que no haya sido mi gratitud tan grande con las
personas y el beneficio recibido. Por ello, trataré de que la información llegue
a otras almas y así se logre un mejor provecho.
¡Bienvenidos!
Capítulo 1
FUNDAMENTOS
T eóricamente un hábito es una práctica habitual de una persona, animal o
colectividad. Puede ser ir al baño, cepillarse, saludar al compañero de
oficina, desayunar en la cafetería, dormir doce horas, culpar a otros si
algo sale mal, procrastinar, ahorrar diez pesos al mes, tocarse la nariz, etc.
Como puedes ver, hay hábitos buenos, regulares y malos. Algunos nos
conducen al éxito, la buena salud, la prosperidad, la felicidad, pero otros nos
llevan directamente a ser personas fracasadas; porque los malos hábitos
tienen consecuencias negativas como una mala calidad de vida,
insatisfacciones y desordenes de índole emocional y psicológico. Son tan
dañinos e irreparables, difíciles de eliminar y en muchas ocasiones llevan a
caer en vicios, adicciones o hasta la misma muerte.
De los buenos hábitos casi no tenemos que hablar, siempre ha sido de este
modo; alabamos poco aquello que nos suma, que nos ayuda a sentirnos bien,
pero le hacemos apología a lo dañino. Por lo tanto, no hay que centrarnos en
darle mayor importancia a lo que nos está funcionando, más bien, debemos
ver con lupa aquello que nos lastima, eso que nos impide progresar y de
manera especial, nos mantiene estancados sin permitir que veamos lo bueno
que hay unos centímetros más allá de donde estamos.
Todo esto porque no hay cosa más difícil que eliminar un mal hábito de
nuestra vida. A diferencia de los buenos hábitos (pues estos con el menor
descuido se van de nuestro lado) los malos tienden a echar raíces y crecer tan
fuertes como se lo permitamos.
Los malos hábitos son costumbres adquiridas desde la infancia o por ahí en
un descuido, no hace falta cultivarlos con atención, ellos mismos se encargan
de arraigarse, sobreviven a situaciones funestas y son fieles compañeros.
Entonces ¿me das la razón en que la verdadera atención la debemos enfocar
en erradicar los malos hábitos?
Son esos los que nos enferman, nos mantiene sumisos causándonos depresión
y estrés, nos llevan a perder la confianza en uno mismo y en los demás,
influyen negativamente en nuestro entorno poniendo en peligro la relación
con la familia, amigos, compañeros, y de manera especial, nos alejan del
camino al éxito.
Una persona de malos hábitos jamás va a triunfar. Y, si por alguna causa lo
logra, su tiempo de brillo es limitado, el comportamiento mismo lo lleva a
perder en segundos lo que le costó construir en años de trabajo.
Así qué, amigo lector, en cuanto al tema de los hábitos, lo más lógico es
concentrarnos en corregir los malos que tenemos, afianzar los buenos y
procurar atraer los nuevos que sumen a nuestra vida. Todo esto sin ser
presuntuosos, sin querer avasallar y hacer todo a la vez, pues de esta forma
terminaremos, en realidad, no haciendo nada.
El poder de los hábitos
Crear un hábito bueno requiere de tener disposición, esfuerzo, tiempo,
constancia, tolerancia, paciencia y muchas otras características, a cambio,
crear un hábito malo no necesita sino de una pequeña oportunidad y ya está
viviendo con nosotros.
Ocurre todo lo contrario cuando queremos dejarlos. Los buenos desaparecen
como por arte de magia, en contraste, los malos se arraigan con tanta fuerza,
que terminamos sufriendo más de lo pensado cuando tomamos la decisión de
ya no tenerlos con nosotros.
Generalmente los hábitos se generan para ahorrar esfuerzo; de cierta manera,
el cerebro se vuelve eficiente y deja de pensar en las conductas básicas que de
otro modo tendría que ejecutar para hacer acciones repetitivas, centrándose
en nuevas conductas. Es decir, cuando se crea un hábito, el cerebro ya no
trabaja en eso, le cede el control a la costumbre. De ahí la importancia de
tener productivos hábitos, porque el cerebro no distingue entre lo bueno y lo
malo.
Imagínate que adoptas el hábito de comer solo una vez al día; las primeras
semanas sientes que no es lógico lo que haces, ves comida por todos lados,
las personas te invitan a ir al restaurante, te obsequian postres, platillos,
golosinas, sucede de todo cuanto no pasaba antes. Tal vez, la primer semana
tu organismo nota el cambio y se resiste, aparece el malestar físico y
psicológicamente eres un desastre. Algunos días la fuerza de voluntad te
abandona y terminas dando un par de bocados prohibidos, sintiéndote luego
mal por no cumplirte a ti mismo.
Pero si eres constante, después de dos o tres semanas, habrás superado todos
estos contratiempos y tu cerebro ni siquiera reconocerá el hecho de que antes
comías tres o más veces al día para sobrevivir.
Científicamente está comprobado que una sana alimentación puede realizarse
en una sola ingesta de comida balanceada. De hecho, hay países del mundo,
donde las personas no saben que en otros se come más de siete veces por
semana.
¿Cómo te sentirías tú adoptando un hábito como este?
Entonces, la tendencia natural del cerebro es convertir cualquier situación
vivida anteriormente en rutina. Así qué, él no reconoce si está implantando
un hábito que trabaje en provecho de la persona o por el contrario, uno que lo
lastima.
Al hacer una tarea tantas veces, la acción se vuelve automática, sin tener en
cuenta el grado de complejidad o facilidad con el que se desarrolle la labor.
Recuerdas la reflexión anterior donde citamos… ¿cómo hacen aquellos
conocidos para llegar al éxito en poco tiempo si ni siquiera tienen
habilidades, estudio o talentos excepcionales?
Sencillo, implantan hábitos en su vida y sacan el mejor provecho.
«En el año 2016 tuve la oportunidad de asistir a un evento privado de
nuevos inversores; el tema principal consistía en conocer las últimas
tendencias de inversión en dinero digital. O sea, todo lo correspondiente al
famoso Bitcoin y las criptomonedas. Fui con un amigo de la universidad,
Raúl del Solar. Recuerdo que me acompañó, pero él no sentía empatía por el
tema, de hecho, lo hizo por puro formalismo.
Después de tres horas escuchando al orador, un pequeño grupo y yo salimos a
otro lugar a comentar lo bueno y lo malo que podía resultar de aquella
innovación tecnológica para el mercado bursátil, en verdad, el asunto no me
pareció de gran importancia y el tal gurú no logró convencerme de otra cosa
diferente a vender lo que tenía ahorrado en criptos y dedicarme a varios
asuntos menos volátiles. A cambio, mi amigo se quedó hasta el final del
evento y salió bastante conmocionado.
De regreso a casa me recriminó por retirarme antes de tiempo de la dichosa
reunión y perderme las enseñanzas del último gurú orador. Para Raúl, había
sido lo más significativo de ese día. ¿Qué fue lo que hizo que mi amigo
tomara interés en algo que al comienzo no llamaba su atención?
El gurú financiero les dijo que en menos de diez años las personas que
invirtieran en Bitcoin y tomaran el hábito de aprender cada día sobre la
criptomoneda y practicarlo, serían millonarios. La mayoría que fuimos al
evento conocíamos las bondades de la cripto, sin embargo, estaba pasando
por un momento de desplome en el precio y por ninguna parte se le auguraba
un futuro prometedor; así es que dejamos de lado el proyecto.
A cambio, Raúl y otros pocos no sabían nada de esa forma de inversión, y
menos de la volatilidad de las criptomonedas, pero acogieron de buena
manera las prometedoras enseñanzas del gurú. Y, aunque mi amigo no era un
tipo experto, ni siquiera conocedor de las inversiones en línea, adoptó el
hábito de estudiar y aprender diariamente del tema y llevarlo a la práctica.
Cinco años después, en 2021, y luego de vivir una dura coyuntura moral y
sanitaria ¿cómo creen que ha avanzado la historia?
La respuesta: yo he mejorado en el tema económico realizando algunos
negocios, trabajando en otras inversiones y aún vivo del ejercicio de mi
profesión, cumpliendo un horario. ¿Y, Raúl? Para la fecha está visitando su
decimoquinto país: Grecia. Feliz de compartir todo el tiempo con su familia,
creyente acérrimo de las nuevas prácticas de inversión, a punto de alcanzar
libertad financiera, esperanzado en el futuro y adoptando hábitos que le
permitan continuar experimentando la deliciosa vida que ahora posee.
Así las cosas: ¿comprendes la importancia que tiene adoptar un hábito en
nuestra vida? El que sea; si lo haces eligiendo uno bueno, tiene igual
relevancia que si eliges uno malo. Entonces ¿qué opinas de centrarnos en no
dejar que ingresen malos hábitos a nuestra vida?
Lo que pretendo enfatizar aquí es el hecho verídico de que no necesariamente
se necesita de habilidades excepcionales para llevar a cabo una tarea, es con
aplicación de la disciplina, la constancia y el empeño para realizar una acción
que se convierte en una práctica con o sin sentido. Esta puede obrar en
beneficio o desfavorable a nuestra vida. Así es que el poder de un hábito
implantado en nosotros es tan grande que puede marcar lo que hagamos o
seamos de ahí en adelante.
Cómo construir un hábito
Un hábito (de manera especial uno bueno) se construye con la repetición, la
repetición y la repetición.
Los hábitos son conductas que después de ser practicadas con cierta
frecuencia se convierten en rutinas y las realizamos sin la necesidad de que
exista una intervención directa del cerebro. Esto significa que tales prácticas
son realizadas sin pensar en ellas y no requieren de más concentración porque
se ejecutan de manera irracional.
Cada vez que construimos un nuevo hábito, nuestro cerebro se moldea, dado
que es muy flexible y así se reconfigura nuestro mapa mental.
Como ves, todo el tiempo estamos predispuestos a aprender algo, los
circuitos neuronales nos han sido dados para moldearlos a nuestra
conveniencia. Por lo tanto, podemos aprovecharnos de esta realidad para
modificar lo que nos disguste tener o adoptar aquello que siempre hemos
anhelado.
Para construir un hábito podemos obrar de la siguiente manera.
Enviamos la señal a nuestro cerebro para que sea identificada (se
toma la determinación de lo que vamos a realizar)
De inmediato desarrollamos la rutina y le permitimos obrar en
automático.
Detectamos el beneficio que recibimos para ayudar al cerebro a
reforzar el hábito.
Entonces, la rutina se construye solo si le damos movimiento. Si no se pasa a
la acción, de ninguna manera el hábito queda implementado y por supuesto,
no funcionará.
Ejemplo de hábito no implantado:
Identifico la señal: “dejaré de fumar”
Desarrollo la rutina: de diez cigarrillos diarios continúo fumando 9 o
los 10.
No hay beneficio.
Esto no se convertirá en hábito porque no implemento la rutina,
sencillamente se queda en el primer paso que es la identificación de lo que
deseo.
Así lo pensemos a diario o cada momento, un hábito no se construirá hasta no
ponerlo en movimiento.
Consecuencias de no tener buenos hábitos
Tener hábitos bienhechores con nosotros nos ayudará a disfrutar de una mejor
calidad de vida, a prevenir patologías o problemas de salud, a mejorar nuestro
aspecto físico, subir la autoestima, tener finanzas saludables, ser personas
exitosas, tener excelentes relaciones sociales y personales, etc.
Si aún no los tenemos, hay que procurar hacerlo, ya que los hábitos controlan
nuestra vida, influyen de forma inconsciente en todo lo que hagamos, y de
manera objetiva, son los únicos culpables de nuestra felicidad.
Hay muchas personas que no son conscientes de que todas las cosas que nos
atañen son el resultado de nuestros buenos o malos hábitos y pasan las horas
buscando culpables externos. Esto no es así; el resultado de nuestra vida sea
bueno o malo, es la consecuencia de los propios actos. Y, esos actos, en un
porcentaje muy elevado proviene de nuestros hábitos.
Así es que, los hábitos que tenemos, y los que hemos tenido, son los únicos
que han influido consciente o inconscientemente para llevarnos a lo que
somos hoy. Puede que no veamos la importancia que tienen, pero las rutinas
que hemos venido realizando tienen o tendrán un impacto profundo en
nosotros. Hasta puede que influyan de manera indirecta en el entorno, los
compañeros de trabajo, los amigos, la familia, las finanzas de terceros, etc., lo
cierto es que de alguna forma terminarán perjudicando o no, a todo y a todos
los que nos rodean.
Por eso es tan importante enfocarnos en lo que hacemos diariamente.
Recuerda que un hábito siempre surge tras la reiteración de actos iguales, y a
veces ni siquiera nos damos cuenta de que los estamos dejando entrar en
nosotros.
El hábito, al ser un fragmento de nuestra conducta, no es condicionado por la
voluntad. De ahí que es muy sencillo que terceras personas nos implanten
rutinas sin que hagamos nada para evitarlo. Por eso, ojo con esto, porque si
caemos en la implantación inconsciente de un hábito, que generalmente es
uno malo, nos veremos condicionados a luchar con toda la fuerza si queremos
que desaparezca. Esto hará que gastemos energía en algo diferente a lo
realmente importante, alejándonos de lo que en verdad buscamos.
Capítulo 2
Hábitos y relación con la sociedad
U na persona de “malos hábitos no tiene empatía en la sociedad”.
Aunque, en realidad no es así como funciona. ¿Por qué sucede?
Los llamados “malos hábitos”, para algunos, pueden llegar a convertirse en
hábitos excepcionales, para otros. Y pasa porque no todos tenemos el mismo
punto de percepción de las cosas.
Por ejemplo, para el común de las personas, hablar poco en las reuniones es
una costumbre de baja autoestima, de parecer un ser introvertido, inseguro y
asociable. Este hábito, para ese común es malo. Sin embargo, para la persona
que lo adopta es bueno porque le evita relacionarse con gente desagradable,
ser inmiscuido en situaciones dudosas y le obvia el problema social más
popular del mundo: “el chismorreo”.
Luego, el hábito malo para unos es muy bueno para otros.
En general, un hábito es socialmente bueno o aceptado cuando las
consecuencias de este afectan a los demás de una u otra forma y esta acción
es tolerada por el común. Mientras que un hábito se aprecia socialmente malo
(no aceptado), cuando las acciones que proceden de él invaden la calidad de
vida de los terceros afectándolos mental, psicológica o físicamente.
Así es que cualquier rutina practicada influye de manera provechosa o
improductiva en los demás miembros con los que nos relacionemos. Y cada
uno de ellos es libre de calificar que tanto acepta o rechaza tal accionar.
Desde luego qué, también nosotros estamos en total libertad de escoger cual
hábito, proveniente de otra persona, permitimos o rechazamos ya que algunos
pueden traer consecuencias irreparables y en otros casos son difíciles de
eliminar o conducen a caer en vicios o adicciones.
A continuación, dependiendo en qué lugar del mundo te encuentres, podrás
identificar si es bueno o malo el hábito propuesto. La x está indicada desde
mi percepción latina. ¿Cuál es la tuya? Escríbela en tu agenda.
Hábito bueno malo
fumar x
Rascar la nariz en público x
Tocarse los genitales cada x
momento
Dar propina x
Agachar la cabeza frente a los jefes x
o autoridades
Pedir rebaja por todo precio x
Colocar más salsa a la pizza x
Gesticular más de lo normal x
Aplaudir por toda acción x
Decir hola a todo momento. x
Como ves, un hábito puede ser razonable para unos, pero no tiene que ser así
para otros. Esto sucede en cuanto a lo personal, nos parecen raros, molestos o
extraños.
Si has viajado por el mundo, te habrás dado cuenta de que en muchos países
un hábito es la cultura generalizada y así tenga afectación negativa a otros, se
ejecuta porque corresponde a una parte de su esencia social. Por ejemplo, no
usar zapatos dentro de las casas es un hábito común en países asiáticos y
algunos europeos. Sin embargo, si esto lo haces en los Estados Unidos, te
darán una mirada como si estuvieran viendo lo más raro y te tacharán de
insano por caminar en medias o descalzo.
Vivimos en una sociedad de costumbres, de rutinas creadas para apoyarnos
entre nosotros, especialmente para hacer que los grupos en que habitamos
sean territorios de paz, sana convivencia, justicia y progreso social. Por ende,
todo hábito que desarrolle uno de los miembros pertenecientes a cada
comunidad, se convierte directa o indirectamente en beneficio o destrucción
para los demás componentes. Visto de este modo, algunos hábitos son
vigilados por las autoridades correspondientes y aplicadas las debidas
sanciones a que diere lugar su mala utilización.
Un ejemplo concreto de las sanciones sociales hacia algunos hábitos es:
En Estados Unidos o los países latinos no tiene mayor inconveniente
si das un regalo y este no lleva envoltura, a cambio, en China, dar
algo sin envoltura es considerado como un insulto a la persona y
tiene connotación social de gravedad y abuso de confianza.
Así es que cuando hablamos de hábitos y costumbres todo cae en la cultura y
tradición de cada región, apreciándose de modo bueno o malo según sea el
grado de aceptación que hayan experimentado socialmente. Y, por esto
debemos averiguar un poco más al visitar un lugar específico, pues podemos
caer en errores y tendremos que disculparnos después.
Es muy diferente un hábito social a uno personal. Aunque, tiene sentido que
desde la adopción personal de rutinas podemos influir en otros y a su vez en
el colectivo, no resulta tan relevante como el hecho mismo de edificar un
hábito que tenga connotación directa sobre la comunidad. Es decir:
Si adopto el hábito de realizar una hora de ejercicio diario, esto no tiene
mayor trascendencia hacia las demás personas que habitan en mi comunidad.
A cambio, si adopto el hábito de fumar y no realizo la acción en privado, lo
más probable es que incite a otros al vicio. Sin tener la intención de hacerlo,
el mero hecho de la realización del acto lleva intrínseco el obrar sobre
terceros. Y como este no resulta ser un hábito socialmente aceptado por
todos, puedo estar cayendo en la percepción de la infracción a la norma de
convivencia social.
Existe un hilo muy delgado en cuanto a la aceptación social de hábitos ya que
no se percibe una definición consensuada internacionalmente donde se aclare
qué perjudica o ayuda a los demás. De este modo, es apenas lógico que nos
acatamos al buen o mal actuar de las personas, dependiendo de factores
externos como la cultura, la demografía, historia y región donde se desarrolle
la acción.
Podríamos decir que la aceptación y adopción de hábitos ocurre desde el
punto de vista que todo puede obrar en beneficio, más aquello que no incurra
en este postulado, sencillamente se desecha o se cambia por algo de mejor
provecho.
♦♦♦
Antes de avanzar vamos a realizar un pequeño, pero provechoso ejercicio.
¿Qué hábitos te gustaría cambiar en la región o comunidad donde vives?
Date un momento y analiza qué tipo de situación te saca de casillas y
crees que si no existen o mejoran, todo puede ser mejor. ¡Anímate a
escribirlas en tu agenda!
En lo personal, me gustaría que cambiara en mi región:
Besar la mano de los clérigos y eclesiásticos. (A pesar de la
pandemia se continúa realizando ¿lo puedes creer?)
Hacer fiesta en las calles.
Servir el plato más grande para el papá y esperar a que llegue para
comer.
No pedir ayuda por temor a que el vecino se entere.
Recibir en casa imágenes eclesiásticas para depositar el diezmo.
Algunos hábitos no están bajo nuestro control, así es que no podemos hacer
mayor cosa por librarnos de ellos o emancipar a los demás. Sin embargo,
somos personas libres y por lo tanto tenemos derecho a cambiar lo que no nos
beneficia, eso sí, respetando los acuerdos o pareceres de los otros.
Por último ¿has pensado que si olvidamos o dejamos de lado ciertos hábitos
sociales, perderíamos la identidad como cultura?
¿Cómo ser personas de buenos hábitos?
En páginas anteriores dijimos que no hay que centrarnos en los “buenos
hábitos” puesto que ya los tenemos y contemplamos su aprovechamiento.
Realmente es así, porque no hay modo de que un hábito bueno nos lleve a
vivir mal o desmejorar lo que poseemos.
Entonces ¿qué hacer?
Lo primero es identificar aquellos hábitos que no suman a nuestra vida,
desecharlos o transformarlos para su verdadero aprovechamiento.
Segundo, hay que enfocarnos en lo que sí está bajo nuestro control y sacar
partido de ello.
Los especialistas consideran que la energía que poseemos no debemos de
gastarla tratando de conseguir y adoptar buenos hábitos. Más bien, se debe
emplear en realizar el ejercicio de descubrir cuál de los hábitos que tenemos
es el que menos nos aporta y reconstruirlo. En dado caso que esa rutina no
aportante o sea de escaso interés, lo mejor es no desgastarnos en
transformarla sino que estamos en la obligación de erradicarla para siempre.
Desde luego que esto no es fácil, pues como ya se dijo, no hay cosa más
difícil que sacar un mal hábito de nuestra vida.
Enfaticemos: si deseas ser una persona de hábitos buenos, tendrás que
comenzar por identificar aquellos malos y desecharlos o transformarlos.
Así es que ve a por ello.
¿Cuáles son los hábitos malos que poseo?
Empieza por identificar los cinco hábitos que consideras malos para tu
progreso. Aquellos que por ningún motivo has podido erradicar de tu vida y
ves que te afectan en cualquier sentido.
Anótalos a continuación en tu agenda y analiza cada uno de ellos, sentirás
con son muchos, sin embargo, consigue saber cuales de ellos son la raíz
fundamental a tus problemas.
Ahora que los has identificado y luego de reflexionar un poco sobre cada
uno, vamos a enfocarnos en distinguir entre esos cinco cuál de ellos es el más
perjudicial para ti.
Nota: recuerda que el hábito más perjudicial no es aquel que creemos a
simple vista, sino aquel que se convierte en la base fundamental para detener
lo demás.
Con el siguiente ejemplo vas a comprender mejor la situación y si aún no has
detectado cuál es tu hábito más dañino, seguramente después de leer, lograrás
identificarlo.
«Juliana es una gran amiga latina a quien tuve la oportunidad de conocer hace
siete años atrás. Hasta hace cuatro, era una mujer de “buen comer” como
decimos en este lado del mundo, saludable, hermosa y de una sonrisa sincera.
A pesar de sus …no sé qué tantos kilos de más… ella procuraba ser una
persona agradable y permanecer “socialmente aceptable”.
Con los días los problemas de Juliana empezaron a aparecer. Su novio la
dejó, se retiró del trabajo en la oficina, se apartó de los amigos, peleó con su
familia y se mudó a vivir en una casa pequeña en las afueras del condado.
El problema de Juliana, al comienzo, no era la situación económica, la
apariencia física o falta de empatía. Sencillamente le fue tomando aversión a
todo aquello que le rodeaba. Ella sentía que la criticaban y juzgaban por algo
de lo cual no se sentía culpable y la mejor manera de sobrellevar esos
ataques, era evitándolos, alejándose de lo que hasta el momento la rodeaba.
A los pocos meses se enfermó, dejó de visitar a todos los conocidos, sus
finanzas se fueron abajo y cayó en una profunda depresión. Allá en su
soledad, la única forma que encontró para consolarse fue continuar comiendo
sin reparar en el daño que esto podía tener para su futuro.
Un buen día recibió la visita del fisco nacional; Juliana adeudaba algunos
impuestos y estaba siendo requerida por el estado. Entonces no vio más
alternativa que recurrir a una bienhechora oficina de abogados y el que tomó
su caso le recomendó pasar de inmediato por un consultorio de psicólogos
especializado en traumatología severa.
¿Por qué? ¿Qué tenía que ver la psicología o el comportamiento humano con
el déficit de finanzas de mi amiga?
La recomendación que le hizo el segundo profesional apenas analizó a
Juliana, era que debía ir con un médico dietista o nutricionista que le indicara
cómo podía deshacerse del sobrepeso y obtener el normal para su estatura.
Lo hizo porque la base de los problemas económicos de ella dependían
directamente de su comportamiento al verse como una mujer gorda».
Después de dos años ¿qué crees que pasó?
Sí. Juliana bajó 30 kilogramos de peso, se puso al día con sus finanzas,
reprogramó y cumplió con las citas de impuestos, volvió a hablarse con su
familia, se dio una nueva oportunidad en el amor, adoptó una sana rutina de
ejercicios y una dieta balanceada, y otra cantidad de cosas que por ahora no
voy a enumerarlas.
Total que, así, como la vida de mi amiga, probablemente hay un área de tu
vida, un hábito que está gritando con fuerza para que le pongas atención. Y,
en muchos casos, tan solo con eliminar o corregir tal hábito, harás que tu vida
de un giro favorable de muchos grados.
Si nos centramos en el problema de Juliana, podremos apreciar que el hábito
más malo que conservaba ella era comer demasiado. De allí que poseía
sobrepeso. En ningún momento era el hábito del mal genio, de no pagar las
deudas a tiempo o de estar sola; todos ellos eran el resultado de sentirse mal
por estar gorda.
Para los que alguna vez han sufrido de sobrepeso me van a entender mejor.
Par los que no, aquí tienen varias razones de porque este problema es la base
que soporta muchos otros.
Estar gordo no te deja sentir bien porque:
Evitas socializar al precio que sea
Haces a un lado tu parte romántica
Te sientes inseguro de tu apariencia y buscas una caparazón para
meterte
Afecta tus finanzas al esconderte
Tu salud sufre pésimas consecuencias
Pierdes los amigos y las oportunidades
Tu autoestima llega a tocar el suelo
Das vía libre para que otros malos hábitos lleguen a ti.
Los pensamientos sobre la muerte te atraen.
En conclusión, un solo hábito malo puede dañar todos los buenos que tengas
y hacer de tu existencia algo difícil de llevar. Con el ejemplo anterior ¿ves
cómo el hábito de comer demasiado se convierte en la principal causa de los
problemas de una mujer hasta llevarla casi al borde de la quiebra y
desesperación? Así nos pasa en la vida, existen situaciones, hábitos o
prácticas que desarrollamos a diario y como estamos acostumbrados a ellas,
no reconocemos que son la culpa raíz de todo lo que nos sucede en adelante.
De allí depende mucho para lograr adoptar un cambio significativo en la vida;
y es ese el descubrimiento sobre el cual debemos centrar nuestra atención y
enfocarnos en corregirlo.
Ahora que lo sabes ¿Cuál cree que es el hábito más dañino para tu existencia?
Tómate tu tiempo y observa el contorno ¡se vale llorar!
Como ya lo has reconocido, lo único que aplica es delimitar hasta dónde
puede convertirse en un hábito que sume a tu vida. si no es el caso, no queda
más que eliminarlo.
Entonces ¿cómo hago para que el mal hábito sume en mi vida y no reste?
Pasos:
Identifica los factores desencadenantes del mal hábito. Por ejemplo:
qué lo originó, por qué se arraigó en ti, por qué le permites que
continúe afectándote.
Comprende hasta donde es viable romper con el proceso automático
del hábito
Enfócate en el momento y no en el largo plazo
Reemplaza la rutina por una más flexible o que dé mayor resultado
Persevera hasta corregirlo
No sobrepongas la solución temporal a la definitiva.
Más, si al estudiar el mal hábito y reconocer que de ninguna manera vas a
obtener recompensa, lo mejor es erradicarlo al instante. No te pongas en el
plan de darle largas al suceso, pues resultarás atrapado en una coyuntura
difícil de salir.
Lo más viable es centrarse en la solución y un hábito a la vez. Establecer la
señal bien clara y el momento exacto de abandonarlo. Recuerda que esto no
tiene marcha atrás. Y por último, establece de inmediato una rutina clara para
reemplazar ese mal hábito.
¿Cómo cambiar tus malos hábitos?
Lo primero que debes hacer es cambiar el entorno, el indicio o la biósfera
donde se fundamenta ese hábito. Al deshacerte de este indicio, lo que pasa
básicamente es que esa rutina pierde poder sobre ti y terminas alejándote de
él.
Lo segundo, inmediatamente aplicable, es adoptar una rutina positiva que te
ayude a olvidar el hábito malo, en lo posible, que sea una costumbre de
diferente connotación a la que pretendes alejar.
…Cuando descubrí la plataforma de TikTok pasaba alrededor de media o una
hora viendo videos. En realidad, me atraía la nueva manera que tenía la
gente para comunicarse al mundo, me parecía tan natural lo que subían y era
algo novedoso (para mí) que no sentía estar creando un mal hábito. Tan solo
lo tomaba como parte del aprendizaje divertido. Pero si te das cuenta, la
plataforma está diseñada para que pases horas mirando, y después estos
bailes y demás videos no se salen de tu cabeza; en realidad, sientes la
necesidad de volver a ella y creas el mal hábito sin darte cuenta.
Cuando percibí que esta práctica me estaba poseyendo y que deverdad no
sumaba nada en mi vida, ni siquiera lograba desestresarme, revisé el entorno
sin descubrir un método o un plugin que me permitiera modificarlo.
Entonces, con todo el dolor del alma, desinstalé la aplicación. Eliminé para
siempre TikTock de mi móvil.
Pude ver el cambio inmediatamente, pasé de estar perdiendo media o una
hora de mi tiempo por día a adelantar un proyecto de arreglo en mi oficina.
No me llevó ni tres días olvidarme de la plataforma porque la nueva
decoración para mi lugar de trabajo consumió mi total atención. Tanto así que
terminé ubicando un espacio completo para leer libros de superación
personal, metafísica y psicología clínica. Así fue como abandoné el hábito de
ver video para desestresarme en TikTok y adopté el de lectura. Esto lo hice
con solo revisar el entorno del hábito que me sometía y eliminarlo al no
encontrarle provecho.
10 hábitos comunes que restan valor a tu vida
Seguramente has oído de otros tan o menos relevantes que los que continúan.
Sin embargo, enfoquémonos en estos ejemplos para ver la oportunidad de
enfrentarlos y erradicarlos si no nos están aportando beneficios.
Comer de noche: no solo es insalubre sino que afecta la convivencia
con los demás. Algunas parejas tienden a dañar su relación por esta
mala rutina, de manera especial, si una tiene que interrumpir su
sueño para preparar el plato de la otra. Si vives solo, tampoco es
benéfico para ti, comer de noche hace que el sueño sea desagradable,
duermes mal y te levantas enojado.
Distraerte: no hay nada más molesto que interactuar con una
persona distraída. Generalmente tiende a perder el tiempo y hacerlo
perder a los demás. El distraído se convierte en perezoso, poco
agradecido, no es curioso y termina por contagiar a los cercanos.
Hablar de más: este hábito no solo es de mal gusto, tiende a ser la
principal causa de otros problemas ligados a esta tendencia social. La
persona que desarrolla la característica de un “hablador” tiene fama
de mentiroso, prepotente y poco fiable. Con el tiempo la confianza
hacia él se destruye y termina por ser relegado de cualquier situación.
Vivir de apariencias: ¿eres de los que gastan el dinero sin haberlo
ganado antes? Un gran porcentaje de las personas hace esto y es por
dos razones principales:
1. Para cubrir una necesidad inminente
2. Por aparentar
Vivir de las apariencias es uno de los peores hábitos que
podemos llegar a desarrollar. ¿A quién queremos engañar? Si te
fijas, a nadie más que a ti te interesa vestir, comer, ejercitarte,
verte o sentirte de una u otra manera. A esos que queremos
impresionar en realidad no les interesa y ya tienen sus propias
preocupaciones para fijarse en la apariencia de otros.
Perder el tiempo: con sinceridad es uno de los hábitos más
demandados por las personas. Aunque, “perder el tiempo” es una
terminología relativa, vamos a referirnos aquí como el simple acto de
dedicarse a lo inútil. Esta connotación es referente a procrastinar,
pero difiere en rasgos tan contundentes como que se puede perder el
tiempo estando totalmente ocupados. De allí que es tan importante
no convertirnos en seres multitarea, aprender a decir no y regirnos
por calendarios apropiados.
Abandonar los proyectos: esta rutina termina llevando a muchas
personas a la quiebra. Generalmente quien abandona un proyecto no
es porque sea irresponsable, lo más lógico es que tenga problemas de
estabilidad emocional. Entonces, agota todas sus fuerzas en
comenzar, más, al no ver resultados tempraneros, abandona sin dar la
pelea. Quien toma el hábito de abandonar los proyectos es aquel
temeroso, quien no cree en sí mismo y no sabe lo que realmente vale
como persona.
Ir de fiesta: divertirse no es malo, al contrario, es lo más aconsejable
para que la persona se distraiga, olvide el arduo trabajo diario y
retome energías. El inconveniente está cuando esta práctica se
convierte en un hábito plausible. No solo dedicamos tiempo a ir de
fiesta el fin de semana sino que en días laborales atendemos primero
a la diversión que a otros compromisos. Entonces, nos volvemos
irresponsables, afectamos el trabajo de terceros y hacemos de la
pereza nuestra mejor compañía.
Persona multitarea: tenemos la costumbre de aceptar cuanta cosa
aparece, y lo hacemos por el simple hecho de no dar un no a tiempo.
Siempre existe ese temor a ser juzgados, si no complacemos a los
demás. Pero ¿de qué sirve decirle sí a todo? A parte de llenarnos de
ocupaciones, nos baja la autoestima porque vemos que nos falta
carácter para decir no. Además, convertirnos en personas multitareas
es predisponernos a la procrastinación; pretendemos hacer tanto que
al fin no hacemos nada. Y, si lo hacemos, puede que no sea de la
mejor calidad. Definitivamente este mal hábito debemos cambiarlo
por uno que sume a nuestra vida, por ejemplo: delegar.
Guardar zapatos bajo la cama: un gran porcentaje de las personas
poseemos esta tendencia. Y no solo ubicamos los zapatos allí, sino
que es un espacio donde dejamos lo inservible, de poco uso o lo que
queremos mantener oculto. Algunas técnicas de bienestar, como el
feng shui, nos aclaran que este espacio debe estar libre de objetos,
limpio y en lo posible, jamás ubicar el calzado allí. ¿Por qué? Los
zapatos simbolizan acción; por este motivo, si los dejamos bajo la
cama mientras dormimos, tendremos insomnio y amaneceremos
cansados. Lo mejor es cambiar este hábito por uno que nos brinde
mayores beneficios como: guardar una caja pequeña con monedas o
billetes a manera de ahorro.
Descuidar el vestuario: este hábito tiende a tener mayor
trascendencia en la población de más de cuarenta años. De manera
especial, en aquellas personas que ya han alcanzado ciertos ciclos de
realización personal como: tener una familia, estar pensionados,
desempeñar una profesión desde hace tiempo o ser dueños de un
negocio. La rutina diaria los lleva a esta etapa de la vida, entonces la
costumbre hace que no se perciba lo malo de andar descuidados tanto
en el vestuario como en la presentación corporal. Es una época en
que los hombres no atienden a los debidos cuidados de su barba,
olvidan lustrar el calzado y por lo general, dejan a un lado el uso del
perfume. En las mujeres, el arreglo del cabello no lo ven tan
necesario, tienden a olvidar el ejercicio y suben de peso, el usos de
cremas para la piel y maquillaje pasa a ser parte de un plano no tan
relevante.
Nota: de estos anteriores “hábitos malos” ¿tienes alguno en adopción? O
¿Cuáles de los que posees desearías eliminar de tu vida?
Deja este espacio para reflexionar; hazlo por no menos de siete minutos y
te aseguro que encontrarás más de lo que esperabas.
Como te has dado cuenta, el paso a paso para implantar hábitos buenos no
habla de que estamos sujetos a iniciar con ellos. En realidad, lo primero que
necesitamos hacer es descubrir cuales son los hábitos dañinos que poseemos
y eliminarlos o corregirlos.
En este proceso vamos a descubrir que no todo es tan malo como parece. Si
podemos realizar una acomodación de la rutina para nuestro beneficio, esto
significa que el hábito no es malo sino que se le está dando un enfoque
erróneo.
Y, desde este punto de vista puedes poner las cosas a tu favor. Cambiar un
hábito malo por uno provechoso lleva bastante tiempo, esfuerzo y arrojo. Sin
embargo, el punto primordial es la determinación con que se inicie el trabajo.
Si eres de las personas que dudan en llevar a la práctica algo, necesariamente
debes trasladar tu enfoque a un plano menos sentimental y más corajudo. De
esto depende ver resultados, porque no podemos esperar a tener cambios en
nuestra vida si nosotros mismos no los realizamos.
Ahora, puede darse la situación adversa y lo que pensamos desde el comienzo
se transforme en un ejercicio desagradable. Así es que, el hábito malo no
podemos convertirlo en uno rígido, debe estar sujeto, desde el primer
momento, a la flexibilización.
Al tomarlo de esta manera, tú puedes acomodarlo a los intereses que tengas
en el momento o a los que vislumbres en un futuro prometedor. La
rigurosidad en los hábitos admite ser implantada cuando ya tenemos
seguridad de su funcionamiento, mientras esto sucede y nos acomodamos a
eso, lo más práctico es ver los diferentes puntos o alternativas que nos ofrece
y sacar el mayor provecho de ellos.
Así pues, vamos de una vez a identificar los hábitos que de ninguna manera
nos suman beneficios a nuestra vida para volverlos objetivo central de
eliminación o transformación. Recuerda que el ejercicio puedes realizarlo
acomodando a tu manera los hábitos. Procura plasmar los que más puedas,
utilizando tu agenda.
¡No olvides el hábito de acompañarte siempre por un lápiz y papel; de esta
forma obtendrás un ejercicio visual agradable y con mayores beneficios!
Hábitos de salud mental
Hábito bueno malo adoptar eliminar
Comunicación x x
Vida social x
Miedo a morir x x
Diversión
Pensamiento
positivo
Relajación
Descanso adecuado
Refuerzo de talentos
Exceso de
ansiedades
Desvelos
Hábitos de salud física
Hábito bueno malo adoptar eliminar
Beber agua x x
Hacer deporte x x
Fumar x x
Cuidar la higiene
Dormir menos de 5
horas
Tomar alcohol
cepillarse
Trabajar 14 horas
diarias
No desayunar
Hacer la siesta
Gesticular a solas
Hábitos afectivos y morales
Hábito bueno malo adoptar eliminar
Poligamia
Te amo de despedida
Estar solo
Pedir perdón a toda
hora
Orar en las noches
Ser novio/a eterno
Abandonar a tu
pareja
Hábitos socioeconómicos
Hábito bueno malo eliminar adoptar
Asertividad
Capacidad de
negociar
credibilidad
Prejuicios
Endeudarse
Ahorro
Invertir
Reciclar
Capítulo 3
10 hábitos que te convierten en una persona exitosa
S on miles los hábitos que existen en el mundo y que cada persona puede
adoptar. Pero muchos de ellos no suman nada a tu vida y por esto no
debes desgastarte en modificarlos o aceptarlos porque eso, en definitiva,
no es relevante.
Si te fijas en las personas que tienen una mejor calidad de vida, diferente al
promedio, todos ellos poseen algo en común: pequeños hábitos que los
destacan y los han llevado al éxito.
Muchos piensan que los hombres y mujeres millonarios tienen dinero porque
se han enfocado en ello y es lo que les proporciona la felicidad. No sucede
así. Pese a todo lo que puede recibirse, la verdad es que los millonarios han
construido su camino a partir de bases diferentes a solo apañar riquezas.
La posición económica viene siendo la resultante de otras acciones más
trascendentales en el camino de ser feliz financieramente.
Ellos tienen la capacidad de ver que los objetos, la parte material, no es en lo
que deben enfocarse. Existe algo más allá y consiste en ganarse el respeto a
través de las relaciones sociales.
Una persona no puede ser exitosa si se esconde de su misma raza. Aunque,
algunos piensen lo contrario, el ser humano está diseñado para vivir y
permanecer en sociedad. Tan verdad es que hasta la fecha no hemos visto que
una hembra o un macho pueda reproducirse sin ayuda del otro. Esto apenas
sucede en varias especies de animales, ellos si están diseñados para vivir
exitosamente como seres unitarios; veamos.
Tal vez conozcas de un ermitaño que se siente realizado, quizás haya
alcanzado un grado de éxito personal con su estilo de vida, pero esto, desde
mi punto de vista, no puede ser una verdad absoluta referente al grado de
éxito personal. Aunque este individuo siente satisfacción por lo que hace, en
su interior debe concebir algún tipo de frustración por apartarse de las reglas
naturales de supervivencia.
Muy seguro es que el éxito personal se juzgue mejor, y de manera racional, si
puede ser medible. De una forma perceptiva debe ser comparable. Sin
embargo, este es un punto álgido donde la mayoría discrepa, pues como regla
de oro social, nadie debe compararse a otro.
Pero ¿entonces cómo sabemos si es éxito o fracaso lo que estamos viviendo?
La mayoría de los estudios concuerdan en que el éxito de una persona se
calcula por el grado de satisfacción que ella perciba sobre su vida. No todos
somos exitosos o felices con idénticas razones; unos pueden sentirse
realizados por tener muchos títulos, otros por tener dinero, otros por tener una
casa y un carro y algunos por el simple hecho de estar vivos.
Que sea falsa o verdadera esta premisa, tan solo depende del grado de
satisfacción indiscutible de la persona.
Ahora, ¿de qué manera te sentirías exitoso?
Descansa. Piensa por algunos minutos, describe minuciosamente la
forma de vida que te haría sentir realizado.
No tengas miedo de contarte a ti mismo como te sentirías al alcanzar la
completa felicidad, y por favor, no te mientas. Di todo lo que en realidad
sería necesario para alcanzar el éxito total.
O ¿es que alguien puede sentirse feliz por alcanzar la satisfacción de un área
específica en su vida, mientras que aprecia las necesidades en las demás?
Creo que no hay explicación para sentirse satisfecho tan solo por estar sanos,
si de ninguna manera tenemos alimento, agua, un techo para vivir, una pareja,
amigos, familia, etc.
♦♦♦
Vamos a dejar a los ermitaños y “aparentes exitosos” en el limbo. Y de aquí
en adelante nos centraremos en definir una persona realmente exitosa como
aquella que siente satisfacción plena en todas las áreas de su vida. O, a ese
sujeto que tiene salud, dinero, buenas relaciones sociales, familiares y
amorosas. Aquel que es feliz y gustoso con lo que hace y recibe a cambio.
Algunas personas como Mark Zuckerberg (el CEO de Facebook) o Elon
Musk (el CEO de Tesla) parece que nacieron con el éxito incluido, sin
embargo, no es así. En la vida práctica, sí existe este tipo de seres que nacen
siendo millonarios, no lo vamos a negar, ellos tienen absolutamente todo en
la vida y solo aparecen aquí en la tierra para disfrutar. Aunque, si lo vemos
con lupa, este grupo es escaso, un número insignificante para la cantidad de
personas que habitamos el planeta.
Por lo tanto, no vamos a centrarnos en este efímero grupo, más bien en aquel
donde sus miembros han conseguido ser célebres (dignos, felices, auténticos,
libres, realizados) por sus propios medios.
Entonces, te preguntas ¿cómo alcanzaron ellos el éxito? La respuesta es
sencilla, las personas exitosas comparten rasgos comunes, los cuales para la
mayoría de las personas son muy difíciles de seguir.
Es por esto por lo que en el mundo hay muy pocas personas verdaderamente
exitosas, pues casi nadie está dispuesto a pagar el precio para lograrlo.
No es un secreto que todos, desde que tenemos uso de razón independiente,
lo que más añoramos es ser felices, poder desarrollar todo nuestro potencial y
triunfar en las distintas áreas de la vida ¿verdad? Pero tampoco es un secreto
que le huimos a trabajar por ello, siempre nos parece mejor ser precavidos
antes que arrojados, guardar antes que invertir, permanecer a la sombra en
vez de ir adelante, esperar a que aparezcan las oportunidades en lugar de salir
a buscarlas, etc., en síntesis, nos quedamos estancados esperando siempre
algo mejor y que no demande mucho esfuerzo.
Las personas de éxito realmente no esperan a que llegue nada, lo único que
hacen es crear la oportunidad y recibir el fruto de ese trabajo.
No esperan nada de nadie porque saben que los otros también están buscando
su propia satisfacción, entonces hacen que las cosas pasen en vez de aguardar
que lleguen del cielo.
Entendido esto, ¿te gustaría ser una persona de éxito?
Si es positiva tu respuesta vamos a por ello. Revisa cuántas de estas
cualidades o hábitos posees o si te faltan algunos:
1. Los exitosos son persistentes: ¿Cuántas veces estás dispuesto a
fallar en algo y continuar? La persona que se programa para el éxito
suele permanecer hasta alcanzarlo, de ninguna manera empaca sus
cosas y se marcha a la primera falla. Al contrario, se queda a corregir
lo que sale mal, busca soluciones y retorna a la acción hasta obtener
resultados. ¿Has escuchado cuántas veces falló Thomás Alba Edison
antes de inventar la bombilla? Más de mil veces y, aunque no
contaba con los recursos necesarios persistió para alcanzar su
objetivo. Mireia Belmonte (nadadora olímpica) dijo: “tus
probabilidades de éxito aumentan cada vez que lo intentas”.
2. Crean objetivos realistas: toda persona exitosa crea un plan con un
objetivo claro, jamás lo deja a la deriva o espera a que aparezca por
arte de magia. Luego, establece metas acordes para que ese plan se
convierta en realidad. Todo necesita quedar escrito, la mente de las
personas es maleable y puede que la información importante se
pierda con el tiempo. Además, un objetivo realista adopta técnicas
eficaces como dividir una gran tarea en otras de menor proporción,
así, se dificulta menos el camino.
3. Utilizan el autoaprendizaje: ¿Cuántos libros has leído en el último
año? ¿Cuántos cursos has hecho por tu cuenta? ¿Aprendes a través
de videos educativos o prefieres la televisión? La mayoría de las
personas exitosas tienden a fomentar el hábito de la lectura y la
autoformación, a través de ella obtienen mayor conocimiento y
aprendizaje que con su educación formal. No es que tengan mayor
cantidad de materia gris en el cerebro, sencillamente han entendido
que para triunfar y mantenerse es necesario seguir aprendiendo. Y de
esta forma siempre nutren su conocimiento, así es como se llenan de
recursos y herramientas necesarias para alcanzar sus metas.
4. Son intrépidos: una persona audaz es aquella que toma riesgos,
utilizando siempre el sentido de la responsabilidad. De ninguna
manera, si quieres ser exitoso, puedes crear movimientos sin sentido.
No, porque eso en lugar de llevarte a la gloria, te dirigirá al fracaso
inminente. Las personas que actúan con decisión son capaces de
interpretar y actuar de manera rápida y eficaz en todos los campos de
la vida, no solo en los negocios. Los intrépidos se diferencian del
resto porque ahorran tiempo, si algo no sale como pensaban lo
corrigen de inmediato, jamás se quedan esperando. A cambio, el
resto de las personas tendemos a esperar; así perdemos los años, los
meses o los días desaprovechando el tiempo que bien podríamos
utilizar para construir algo aprovechable.
5. Son personas sociables: la mayoría son buenos comunicadores,
articulan sus ideas con claridad y las venden fácilmente. ¿Te da
miedo hablar en público? Difícilmente verás a un exitoso con miedo
o pánico escénico, porque ellos saben desde el comienzo que si
desean triunfar deben vender no solo su producto, sino de forma
puntual, su personalidad. Y, una persona introvertida, que no se da a
conocer, no vende nada, por lo tanto no consigue su objetivo. Con el
hecho de vender no me refiero al mero acto mercantil, sino que de
forma lógica a toda acción intercambiaría de emociones entre las
personas sin necesidad de que exista producto físico.
Por ejemplo, cuando buscamos pareja, lo que en realidad hacemos es
vendernos a nosotros mismos como un producto. Exponemos las
mejores características para que la otra persona nos compre (nos
acepte). Recuerda que al ser una persona sociable te vuelves
carismático y agradable, cuida las relaciones con otros y construyes
redes amigas que te servirán en cualquier momento.
6. Confían en ellos mismos y en los demás: para poder tener metas
ambiciosas, necesitas creer que si se pueden lograr y seguir los
planes hasta alcanzar el objetivo. Añadido a esto, la mayoría de las
cosas grandes no se pueden trabajar por sí solas, necesitamos hacerlo
en equipo y por ende debemos confiar en los demás. Esto no es
nuevo. Si te gusta leer libros de superación personal, quizás hayas
leído a Napoleón Hill y expresamente lo que escribió sobre el
exitoso industrial Andrew Carnegie, en 1930: “cuando crees en ti
mismo, crees en otros y estos a la vez tienden a creer en ti y lo que
haces”.
7. Las personas exitosas son activas: ya se ha dicho que para lograr
un cambio significativo y positivo en la vida hay que ser entusiastas.
Poner energía en lo que se hace y enfocarse en ello con verdadera
dedicación. Tal vez te graduaste de un colegio o universidad
prestigioso, o asistías a clases con profesores reconocidos y
adquiriste la gloria de esos conocimientos, pero esto no significa
nada sino llevas a la acción todo aquello que aprendiste. Los títulos
no poseen significado por sí solos, es lo que hagamos con ellos, la
orientación que les demos y cómo los manipulemos para nuestro
beneficio. En realidad, el conocimiento sin la práctica no tiene valor
significativo, de ahí que muchas personas que no poseen mayores
erudiciones (estudios) logran propósitos grandes tan solo llevando
sus objetivos a la acción. Al contrario, otros tienen muchos títulos y
conocimientos, pero sus cuentas bancarias están vacías porque no le
ponen acción al saber que poseen.
8. Desarrollan la empatía: comencemos por decir que empatía es la
capacidad que tiene una persona para reconocer al otro como un
individuo similar de mente propia, y es la regla de oro para vivir en
sociedad. Las personas de verdadero éxito utilizan esta filosofía para
caminar por la escalera del triunfo y disfrutan practicándola. Esta
regla de oro establece que debemos tratar a los otros como nos
gustaría que nos trataran. ¿Conoces a líderes mundiales que han
caído por el simple hecho de no saber tratar a las personas? Lo más
seguro es que llegaron hasta ese sitio, pero desperdiciaron la
oportunidad al convertirse en déspotas, tiranos o dictadores, en sí,
olvidaron continuar trabajando en armonía con su equipo y no
dominarlos.
9. Son líderes naturales: a pesar de que muchos comienzan a
desarrollar sus ideas en solitario, con el tiempo se convierten en la
guía de su grupo y actúan con base en esos parámetros. Las personas
exitosas, casi siempre, tienen iniciativa y creatividad, sin embargo, si
no las poseen saben que deben buscarlas y se rodean de otros con
esas características. Más, no permiten que ellos le indiquen lo que
debe hacer. No, siempre están al mando sin ser arrogantes o
controladores. Trabajan duro al lado de sus colaboradores y así
alcancen sus metas continúan esforzándose.
10. Son positivos: sea cual fuere la definición de éxito que
concibas, en lo que sí concordaremos es en que todas las personas
exitosas son seres que practican hábitos para mantenerse positivos;
sonríen, son amables, relajados, tienen fe y procuran mantener con
toda la gente una disposición agradable. Ya lo ha dicho Rafael Nadal
(número uno del tenis mundial masculino) que su éxito deportivo y
personal lo debe a solo una premisa: “ser una persona positiva y
pensar siempre que las cosas van a mejorar”. Su clave de triunfo es
esta y desde que la practica le mantiene la mente fortalecida, le da
seguridad y le permite trabajar bajo presión, siempre manteniéndose
dentro de los cánones de la disciplina y el esfuerzo
continuo.
En resumen ¿te falta adoptar alguno de los diez anteriores hábitos? ¿Dista
mucho de convertirte en una persona exitosa o estás en el camino correcto?
Recuerda que para serlo debes implicarte emocionalmente con tus proyectos,
otorgarle trascendencia a tus acciones y mantener el compromiso a lo que
hagas teniendo siempre claros tus objetivos.
Capítulo 4
La clave para triunfar está en crear de a un hábito
L a mayoría coincide en que el mejor sistema para establecer hábitos es:
crear, hacer, repetir, repetir y seguir repitiendo. Esto no es del todo
cierto. Porque también hay autoridades en la materia que señalan un
proceso de creación de hábitos como: abordar la idea, empezar de a poco,
crear la expectativa, comenzar a sentir, exponer el entorno favorable,
controlar el progreso, reacomodar la fuente, llegar a la meta y premiarte por
alcanzar el objetivo.
Y, todos los sistemas resultan ser válidos, dependiendo el enfoque final que
se les dé. Más, a las personas altamente exitosas, se les ha descubierto uno de
sus más grandes secretos en este tema y consiste en:
Adoptar un hábito a la vez
Si, porque si enfocas tus energía en muchas cosas, o terminarás dispersándola
o al poco tiempo te sentirán tan cansado que no dudarás en mandar todo al
bote de la basura.
Probablemente cuando te decidas a mejorar, eliminar, cambiar o implantar
nuevos hábitos en tu vida, tendrás muchas ganas de ver resultados al poco
tiempo y quieras hacer muchas cosas a la vez; esto acabará por agobiarte y
tirarás la toalla. Entonces, en definitiva no hay de otra que enfocarte en una
sola cosa.
Un ejemplo muy común es cuando decides adoptar el hábito de vivir
saludable. Así que, para lograr esto, el mismo día implantas una decena más
de ellos y a lo mejor:
Sales a correr en la mañana
Dejas de fumar
No vuelves a salir de fiesta
Te vas en bicicleta al trabajo
Rechazas los dulces, frituras y chocolates
Bebes más de dos litros de agua
Te inscribes a las clases de yoga
Objetas la televisión
Das un cambio al refrigerador para dar paso a las verduras y frutas
Permaneces erguido en la silla.
Todas estas son rutinas excelentes que posiblemente te van a llevar a
conseguir tu objetivo principal, pero empezar con todos estos buenos
propósitos al mismo tiempo puede ser una locura total.
Quizás esté equivocado y muchas personas lo logren; por el simple hecho de
que se mueven por la motivación inicial. Pero estoy seguro de que la mayoría
no lo logrará. Siendo optimista, tal vez aguanten una semana a ese ritmo y de
ahí en adelante abandonen el proyecto.
A lo mejor, el percance de renunciar a las rutinas no puede surgir de falta de
motivación, desidia o agobio, sino que de manera puntual, meternos de una
vez en tantas cosas nos lleva a disminuir el estado de salud mental y físico.
Entonces nos vemos obligados a no continuar.
De aquí que resulta ser muy importante para habituarnos a implantar hábitos
tener en cuenta que para nuestro bienestar es conveniente ir paso a paso:
recuerda siempre, un hábito a la vez.
Lo mejor es desarrollar un hábito y cuando lo tengas consolidado pasar al
siguiente.
¿Cómo hacerlo?
Lo más lógico es que te veas tentado a intentar con dos o más. Y, hasta te
plantees la pregunta de: ¿no estaré perdiendo demasiado tiempo?
Puede que al comienzo lo veas de esta forma. Pero no, lo que estás haciendo
es centrar todas tus energías en darle mayor poder a ese hábito nuevo. Sin
embargo, si continúas pensando que en realidad tienes mayores fortalezas y
que tu suficiencia te puede alcanzar para adoptar más que un hábito a la vez,
pues mejor enfócate en ir creando el hábito poco a poco haciéndolo cada vez
más complejo.
Es decir: si el hábito que has elegido consiste en nadar dos horas diarias;
empieza por hacer un precalentamiento de diez minutos, luego nada diez y
terminas con una elongación de tus músculos durante cinco minutos. Al día
siguiente cambias los diez minutos de nado por veinte, al tercero treinta y así
sucesivamente hasta alcanzar las dos horas.
Lo que logras con esta técnica es llegar al objetivo con un hábito fortalecido,
muy difícil de erradicar.
Notarás enseguida que es más fácil adoptar un hábito de forma progresiva.
Aunque, debes de tener cuidado aquí porque si es un mal hábito el que estás
construyendo, cuando desees eliminarlo te tomará más tiempo y esfuerzo.
Además, ten en cuenta que ese hábito bueno que estás implantando debe ser
algo concreto. Si no lo haces de esta manera, no vas a obtener los resultados
esperados. No es lo mismo decidir: “voy a salir a correr todos los días” que
“voy a correr todos los días dos kilómetros antes de las siete de la mañana”.
Cuando creas algo específico y lo ejecutas de la manera correcta, no puedes
obtener un resultado diferente al bueno, lo más lógico es que obtengas el
triunfo y no el fracaso.
Al definir el plan creativo del hábito no olvides que tu cerebro se resistirá a
las nuevas cosas. Una de ellas es que va a entrar en conflicto contigo por
realizar menos actividades de las acostumbradas.
Seguramente te has definido en la vida como una persona de mucha acción,
de muchos hábitos (recuerda que la mayor parte de lo que hacemos son eso:
rutinas), y entonces te inquietarás por no llevar a cabo varias funciones a la
vez. ¡Cálmate! Apacigua tu estado mental e identifica las posibles fallas que
pretenden no dejar realizar la adopción solitaria de dicho hábito.
¿Has escuchado hablar de los 21 días necesarios para implantar un hábito?
Quiero decirte que en ocasiones es menor o mayor el tiempo requerido. Tan
solo depende del grado de enfoque y expectativa que tengas hacia él. No
obstante, tan poco es para echar en saco roto la teoría de los veintiún días;
¿por qué? La respuesta es sencilla:
Porque tiene fundamentos científicos, ya que fue creada por el cirujano
plástico y psicólogo, doctor Maxwell Maltz, autor de “La Psicocibernética”,
que habla de que “para crear un buen hábito se debe practicar durante 15
minutos al día, a la misma hora y en el mismo lugar por un tiempo de 21 días
ininterrumpidos. Cada veintiún días las personas regeneramos células y las
células nuevas vienen grabadas con la información adquirida”.
Así es que, si creamos una rutina específica durante ese tiempo, existe una
mayor posibilidad de que se quede con nosotros. Desde que fue descrita esta
teoría en 1960, mucho se ha especulado de ella, pero aún no es punto final en
el tema de creación y adopción de hábitos.
Lo que en realidad ha funcionado para las personas exitosas, ha sido la
creación de un hábito a la vez, y combinándola con la teoría de los veintiún
días del doctor Maxwell Maltz, nosotros también podemos lograr una
adopción asombrosa de hábitos altamente efectivos.
Doce meses, doce hábitos
Lo más seguro es que en este momento ya tengas una lista de hábitos que
deseas eliminar, corregir o implantar en tu vida ¿verdad? A ciencia cierta has
notado que no interesa lo exitoso o fracasado que hayas llegado hasta aquí,
pues cualquiera de los dos casos puede cambiar en un momento y solo con
tomar la determinación de adoptar o eliminar una práctica en tu vida.
De este modo, y como este libro se basa en técnica de un solo hábito a la vez,
designemos un año para eliminar o implantar aquella costumbre que estamos
seguros nos ayudaría a vivir de una manera más agradable, saludable y
próspera. No sé cuál sea tu situación en este momento, por lo tanto, lo
acertado es que tú elijas aquellos doce pasos (hábitos) que te gustaría cambiar
o acoger.
Los que te dejo aquí plasmados están basados en experiencias reales y
aquellos que básicamente moldean la vida de gente exitosa.
¿Por qué los escogí?
Recuerda que la vida es más fácil e interesante si tenemos uno o más
referentes conocidos. Estamos diseñados para no aceptar como punto final lo
primero que nos dicen, entonces necesitamos apoyarnos desde la veracidad.
Y no es un tema de fe; es un respaldo a la intuición, a sentir que vamos por el
camino correcto.
Si no ofrecemos referentes conocidos te preguntarás: ¿de qué sirve tomar los
consejos de personas que no son dignas de emular o inexistentes? Por su
puesto sería equivalente a si tomamos un curso de finanzas dirigido por un
profesor que aún no posee bienes económicos o que está en la quiebra, o si
vamos al gimnasio y vemos que nuestro instructor es un tipo gordo. ¿Verdad
que no sentimos confianza?
Lo mismo pasa con este tema tan coyuntural. Necesitamos apoyarnos en
verdades, no podemos seguir los pasos de alguien que apenas está ensayando
o de aquellos que han sido ídolos, pero se han derrumbado apenas llegaron a
la meta.
Entonces, conozcamos los doce hábitos que de una u otra forma impactan en
la vida de las personas exitosas y que seguramente queremos adoptar o
eliminar de la nuestra.
Mes 1
Dormir cuando debes
Si te fijas en la biografía de las personas exitosas podrás notar que todas ellas
manejan un horario adecuado para dormir. Generalmente va entre las 10 pm y
las 5 am.
Muchos de nosotros tenemos el hábito de acostarnos tarde y entonces
compensamos las horas de descanso levantándonos sobre el medio día. A
esto le podemos sumar que si llueve o hace frío, aparecen mayores
dificultades para abandonar la cama. Por lo tanto, un hábito de éxito seguro
es corregir, eliminar o implantar el horario adecuado para nuestro descanso.
Si te levantas antes que todos en casa, vas a tener mejor concentración para
comenzar a realizar tu trabajo, hacer deporte o sencillamente encontrar
momentos únicos de paz que no suceden cuando está despierta la familia.
Dormir bien es vital para tener un siguiente día exitoso y productivo. Cuando
no descansamos lo suficiente, el día parece interminable, no logramos
concentración y tendemos a disminuir la calidad de nuestro trabajo.
¿Cuántas horas duermen las personas exitosas?
Según la revista Forbes.
Jeff Bezos (fundador de Amazon) duerme 7 horas, de 10 pm a 5 am.
Bill Gates (creador de Microsoft) 7 horas, de 12 a 7 am.
Bret Taylor (creador de Google Maps) 6 horas diarias
Elon Musk (CEO de Tesla) duerme 5 o 6 horas, de 1 a 7 am.
Richard Branson (fundador de Virgin Group) 6 horas, de 12 a 6 am.
Jack Dorsey (cofundador de Twitter) duerme 7 horas, de 10:30 pm a
5:30 am
Como ves, todos ellos son personas de mucho éxito y bastante ocupadas, pero
a diferencia nuestra, parecen ser superhéroes ¿verdad? A pesar de las
múltiples ocupaciones que mantienen, los exitosos consiguen disfrutar de
buen descanso diario, y lo hacen porque saben que es lo más importante para
tener un día productivo. Tienen un promedio de 6 horas diarias de pausa,
aunque, para cada persona el tiempo de sueño puede ser mayor o menor que
este. Cada cuerpo es diferente y cada persona está sujeta a verificar con
cuantas horas de descanso se siente satisfecho. ¿Has escuchado sobre el
inventor Nicola Tesla? Él tan solo necesitaba de dos o tres horas para reponer
sus energías, y ¿Leonardo da Vinci? Este genio, según dice la historia,
desarrolló un sistema de descanso que consistía en dormir 30 minutos cada
cuatro horas.
Y tú ¿tienes el hábito de dormir cuando debes y lo suficiente? Para lograrlo,
quizás quieras apoyarte en los consejos siguientes:
Mantén la habitación ordenada, oscura y silenciosa
Adquiere un buen colchón
Utiliza sábanas y mantas limpias
Deja libre el espacio bajo la cama
Lee un libro o medita unos minutos antes de dormir.
Mes 2
Ahorrar
No ahorrar y gastar más de lo que ganas es un problema generalizado. La
mayoría de las personas de escasos recursos se escudan en que apenas les
alcanza para subsidiar su calidad de vida y no hay manera de habituarse al
ahorro. Pero ¿qué enseñan los grandes gurús de las finanzas? “sí deseas
ahorrar y tienes un ingreso muy pequeño, lo más lógico es que te pagues a ti
primero y de ahí guardes una parte, la que sea, para tu ahorro”.
Esto quiere decir que todos podemos ahorrar, no tiene relevancia si es poco o
mucho. Lo que en verdad no conocemos es el hábito y el método del ahorro o
más bien, no hemos aprendido la sana administración de nuestros recursos.
Por esto, adoptar el hábito del ahorro o corregir el que tenemos es una de las
opciones más claras para ser libres financieramente. La mayoría de las
personas tienden a no ahorrar, y además, suman a esto otro hábito malísimo;
les gusta endeudarse.
Las deudas no son malas si se adquieren con fines puramente de inversión,
pero terminan siendo destructivas si se consiguen para pagar cosas que no
necesitamos o no podemos permitirnos.
Por eso antes de ingresar en una deuda vamos a realizar las siguientes
preguntas.
¿Lo necesito inmediatamente?
¿Puedo esperar hasta pagarlo en efectivo?
¿Qué tengo que sacrificar para tenerlo?
¿Cuánto terminaré pagando por él?
¿Qué pasa si espero dos semanas más para comprarlo?
Si después de responder a estos cuestionamientos entras en un proceso
dudoso, mejor es que evalúes de nuevo las posibilidades y la viabilidad para
pagarlo en efectivo. Y, mientras puedas, mantente alejado de las deudas. Esto
dice en la Biblia acerca del tema: “…el que pide dinero prestado, se convierte
en esclavo del que presta…Proverbios 22:7”.
Como ves, ahorrar no depende de la cantidad que devenguemos
mensualmente. Seguro que estarás pensando que tienes más gastos que
ingresos, sin embargo, discrepa sobre el siguiente punto:
Si de lo que recibes ahorras cinco dólares o su equivalente en la moneda de tu
país ¿esto afectaría tu calidad de vida en ese mes?
Lo más lógico es que no tenga mayor importancia, a cambio, al final del año
tendrás 60 dólares para gastarlos en lo que desees, continuar ahorrando o
atender a una situación determinada sin endeudarte.
Mes 3
Enamórate (consigue pareja)
Muchos creen que las cosas relacionadas con el amor habitan en un segundo
plano y no tienen mayor trascendencia en la vida. Aunque parezca mentira,
existen hombres y mujeres que a pesar de los años no han experimentado qué
significa inmiscuirse en una relación de pareja. Otros tantos, han sufrido
muchas rupturas amorosas, que volverse a enamorar puede llegar a
representar un gran desafío y temen sufrir de nuevo, ya no confían en el
amor.
Lo más complejo se presenta cuando tenemos pareja, pero perdemos el ánimo
hacia ella. Actuamos movidos por la costumbre de compartir y no vamos más
allá del acto sexual o la socialización.
Estar enamorados trae bastantes beneficios, puesto que el ser humano está
condicionado para vivir en compañía y no en soledad. Los tiempos de
introspección son necesarios, pero compartir la vida con alguien es muy
interesante.
No necesitas vivir en pareja, bajo el mismo techo, sino tener la certeza de que
existe un ser que te ama, que espera por ti y que más allá de lo que haya
sucedido en tu vida, hay maneras de tener una relación saludable.
El enamoramiento es un estado emocional que produce alegría. Todo lo
vemos maravillosamente y el impulso de vivir se aumenta. Por lo tanto,
mantenemos cultivando pensamientos positivos, las situaciones se aclaran y
el cosquilleo de la felicidad nos mantiene atrapados, lo más importante de
sentirnos enamorados es que nos hace sonreír automáticamente.
Al enamorarnos hacemos cosas que de otra manera no serían posibles y esto
afecta, casi siempre para bien la vida. Si vemos por el lado de las personas
exitosas, este es uno de los secretos que más celosamente guardan. Pues no
solo se enamoran de otras personas sino de sus negocios, del arte, de lugares
específicos, etc., y ¡nosotros creyendo que lo hacen porque son unos
promiscuos!
Mes 4
Construir varias fuentes de ingreso
No puedes hacerte millonario o libre financieramente si actúas con
mentalidad de pobre. De ahí que, depender de una sola entrada de dinero
resulta ser patético desde el lado que se le mire. Adoptar el hábito de
construir una fuente de dinero por mes, resulta genial para quienes ven
posible la libertad financiera. No tiene que ser una fuente significativa, que
produzca millones, sino que se trata de un nuevo ingreso. Entre más dinero
sumes a tu cuenta cada mes, este te llevará a vivir de una manera cómoda y
satisfactoria. Para construir nuevas fuentes de ingreso puedes tener en cuenta
lo siguiente:
Genera una lluvia de ideas y decídete por una
Identifica lo que te hace valioso
Ubica el mercado
Realiza un cronograma flexible
Busca los recursos
Toma acción.
Robert Kiyosaki es un empresario e inversionista de ascendencia japonesa y
muy conocido como escritor de libros relacionados a la educación y libertad
financiera, muchos de ellos se han transformado en grandes éxitos de ventas.
Lo que el señor Kiyosaki enseña a través de sus obras es la creación de
hábitos que realmente funcionan. En sus textos deja claro que para lograr la
felicidad no solo debe hacerse desde la parte espiritual, moral o sentimental,
sino de mejor manera sobre la parte económica. Entonces, él trata de instruir
que para que cualquiera puede tener riqueza suficiente es necesario que cree
varias fuentes de ingreso.
“No te eduques para ser empleado, sino para generar un sistema que te
conceda múltiples fuentes de ingreso”, dice. Y, pone como ejemplo su propia
vida:
Su sistema principal es la enseñanza de métodos financieros para lograr la
libertad económica, sus múltiples fuentes de ingresos conocidas son:
Creación y venta de libros Best -Sellers
Periodista de una columna semanal sobre el comportamiento de los
ricos
Inversionista en criptomonedas
Canal de televisión Rich Dad tv
Corporación Cashflow Technologies
Conferencista profesional
Coaching
Estas y muchas más son las fuentes de riqueza de este gurú financiero. Y, por
eso es millonario, ha descubierto y pone en práctica el hábito de no depender
tan solo de un ingreso.
A la fecha, querido lector ¿cuántas fuentes de ingresos posees?
¿Cuántas deseas tener en dos años?
Mes 5
Apagar la televisión y las redes sociales
¿Cuántas horas pasas viendo la tv y redes sociales? Diariamente son más de
cinco horas las que una persona promedio dedica a realizar estas actividades.
Ahora pregúntate ¿qué se puede hacer de productivo en este tiempo?
La respuesta es que puedes mejorar tu vida, leer, cocinar, ejercitarte, meditar,
crear una fuente nueva de ingreso, socializar con personas afines a tus
proyectos, etc.
Recientemente leí un artículo en la revista Dinero, donde comparaban a los
millonarios del mundo con las personas promedio y lo hacían basándose en
un estudio sobre el tema de: “¿Cuántas horas del día pasan frente a una
pantalla?”.
Es sorprendente saber que dos tercios de los millonarios ven menos de treinta
minutos de televisión al día, y cerca del 64% gastan menos de cuarenta
minutos navegando en internet. Además lo hacen si está relacionado con su
trabajo o es ineludible. Mientras que las personas promedio, principalmente
si están pasando por dificultades económicas, gastan más de cinco horas
viendo televisión (noticieros, deportes o la novela favorita) y entre dos y
cuatro horas revisando sus redes sociales y distrayéndose en sitios como
YouTube o juegos en línea.
Es de vital importancia que entiendas lo significativo que es crear el hábito de
alejar la tv y redes sociales de nosotros. ¿Qué relevancia tiene para tu vida los
estados de wasapp que publican tus contactos, las historias de Facebook o los
nuevos pasos de baile en Kwai?
Estas plataformas están diseñadas para crear en el usuario la rutina de
visitarlos. A ellos les favorece porque es una fuente de ingreso ya que les
pagan un porcentaje por el tráfico de visitas generadas, pero ¿tú que ganas
con ello? Se que estarás pensando que obtienes distracción, te relajas y de
paso te informas de la vida de los amigos, familiares y conocidos. En general,
¿podrías vivir sin ello y dedicarte a cosas más productivas? O por lo menos
has el intento de ver menos tv y redes sociales, verás cómo te cambia la vida.
Mes 6
Determinación
Este hábito es fundamental. Necesitas ordenarle a la mente que no dude, que
cambie el chip del temor por uno de éxito y sobretodo, salir del pensamiento
de víctima. Decidir hacer las cosas sin pensar más de lo necesario, tener el
valor, la osadía y el arrojo para enfrentar lo que venga, eso es actuar con
determinación.
Todos somos afectados por las circunstancias, de mayor o menor manera, a
veces de forma dramática. Pero esto no debe ser impedimento para continuar
sin dudar. Sin importar lo que haya pasado, siempre tenemos la oportunidad
de cambiar, de mejorar y encontrar posibilidades para tener una vida digna.
Sin embargo, la determinación de salir adelante y mantenerse en un estado de
triunfo es solo tuya. A nadie más le corresponde sentir ese ímpetu que te lleve
al premio.
Entonces, lo primero es decidir que tu tienes el control de tu vida, que eres
capaz de realizar el objetivo propuesto, así las circunstancias sean adversas.
Las dificultades externas y de tus propios pensamientos no pueden influir en
ti, recuerda que siempre van a estar ahí, a pesar de ello, atrévete a actuar.
Mes 7
Entrena tu cerebro
El cerebro como el cuerpo se deben mantener en forma para estimular la
memoria y la concentración. Seguir un estilo de vida saludable y realizar
ejercicios cerebrales de forma regular, pueden aumentar la reserva cognitiva.
Pensemos en el concepto de que tu mente es un músculo. Entonces necesita
crear firmeza, elasticidad y crecer; esto se logra con entrenamiento diario, al
igual que tu masa muscular física. Puedes ejercitarlo mediante la
concentración, la visualización, la memorización, recordación o técnicas de
mindfulness.
¡Hazlo solo por un mes! Y, verás como te cambia la vida. te sentirás más
interesado en los sucesos, tendrás claridad en la toma de decisiones, actuarás
de manera coordinada y la solución a problemas parece llegar como por arte
de magia.
Entrenar tu cerebro es un hábito fundamental porque permite que funcione
con intensidad. El neurocientífico colombiano, doctor Rodolfo Llinás, es el
primero en establecer una teoría completa sobre la forma como funciona
nuestro cerebro. Él ha dicho que “cuando pensamos estamos uniendo partes
de cosas, que llegan por diferentes vías al cerebro y se unen en un tiempo
determinado. Por supuesto, el cerebro no siempre trabaja con la misma
intensidad, lo hace dependiendo de los estados funcionales. Cuando las
células del tálamo funcionan a razón de dos ciclos por segundo, el cerebro
está en estado quieto o de sueño profundo. A 10 ciclos, la persona está
despierta, pero no presta mucha atención a lo que sucede. A 40 ciclos, el
cerebro está totalmente despierto y listo para la acción”. (fuente, revista
Semana, sección salud).
Entonces, necesitamos que el cerebro trabaje al máximo para poder tomar
todas esas decisiones, hay que mantenerlo lo más despierto posible y desde
luego, entrenarlo para que esto suceda.
Mes 8
Usa tu mano no dominante
Desde pequeños nos enseñan a dominar una sola mano, de hecho, es mal
visto que los chicos tomen la costumbre de usar la izquierda en vez de la
derecha. Otras teorías concuerdan en que los zurdos poseen más creatividad,
pero a su vez gozan de menos salud y una expectativa de vida un poco baja si
se le compara con los derechos. Todo esto no es otra cosa que pura
especulación, pues aún la ciencia no aclara la diferencia real entre unos y
otros.
Lo que sí se ha demostrado, es que los ambidiestros tienen mejores
posibilidades que cualquiera. ¿Conoces la razón? Sencillamente porque
desarrollan ambas partes del cerebro. Al utilizar ambas manos obligamos a la
activación creativa de los dos hemisferios cerebrales. Cada hemisferio se
especializa en algunas capacidades, esto se conoce como lateralidad cerebral,
sin embargo, no trabajan de forma aislada, ya que los cuerpos callosos
conectan los dos lados entre sí.
Al tomar el hábito de usar la mano no dominante, lo que en realidad hacemos
es poner a funcionar esa parte del cerebro que creemos está en reposo, y esto
puede influir en como percibimos las cosas. Sentimos que diferenciamos de
los demás y nos volvemos más seguros de lo que hacemos.
Leonardo Da Vinci, en una de sus primeras obras, demostró que era una
persona ambidiestra. Un grupo de expertos llegó a esta conclusión, tras
analizar la obra “Paesaggio” que se encuentra en la Galería de los Uffizi de
Florencia. Este trabajo que data de 1473 cuenta con dos escritos trazados con
la escritura espectacular del artista; el de frente está de derecha a izquierda y
el segundo texto, que se encuentra en la parte de atrás de la obra, está escrito
en orden de izquierda a derecha.
Esto confirmó a los expertos que el genio toscano era ambidiestro; las
pruebas contenían misma caligrafía, idéntica tinta y comparabilidad exacta
con otros textos de Da Vinci.
Mes 9
Estírate cada hora
Este hábito no solo es importante para mantener la buena salud, de manera
especial, nos permite estar concentrados y rendir al máximo. ¿Cuántas horas
pasas sentado frente a la pantalla del ordenador? El estilo de trabajo
contemporáneo nos lleva a esto y puede terminar en lo que se denomina
“síndrome de oficina”. Pues ni siquiera se tiene tiempo para tomar un respiro.
De aquí que la persona presente a diario un cuadro de dolor de cabeza,
hombros, lumbar, ojos enrojecidos, e inflamación de manos. Todos estos son
síntomas de permanecer en una misma posición por periodos muy largos.
El dolor muscular es el principal problema de mantener un estilo de vida
laboral sedentario. La falta de ejercicio puede terminar en disfuncionalidad o
sintomatología crónica de estrés, si no se toman las medidas adecuadas.
Por ello, para llevar una vida laboral sana, podemos adoptar una rutina
completa de respiración, estiramiento y ejercicios suaves sin salir de la
oficina. Lo más aconsejable es seguir algunos de los pasos propuestos a
continuación:
Descansa los ojos de la pantalla del computador cada veinte minutos
Levántate de la silla y muévete cada hora
Descruza las piernas
Siéntate con la espalda recta
Haz pausas laborales activas de estiramiento.
Estirar los músculos nos permite disfrutar de una vida más productiva,
evitamos enfermarnos ya que los ligamentos tienden a encogerse o tornarse
rígidos al permanecer sin actividad.
Si tu trabajo no es de oficina, no importa, también puedes adoptar este hábito
porque tu cuerpo también necesita ser elongado, cambiar de posición y
movido para evitar que tenga mal funcionamiento.
Mes 10
Recuerda diariamente tu objetivo
Si recuerdas tus metas a diario vas a permanecer enfocado; porque a veces
simplemente necesitas de recordar el motivo de tu lucha para tener la certeza
y la motivación de ganar la batalla.
Debemos adoptar el hábito de recordarnos por qué y para qué nos
enforzamos. Muchas veces nos olvidan, el mundo nos olvida y creemos que
no hay otra persona dispuesta a decirnos lo grandes y valiosos que somos,
entonces necesitaos darnos un empujón a nosotros mismos.
Recordar no es vivir en el pasado, añorar el tiempo que ya paso, las personas
que llegaron y se fueron, las situaciones que disfrutamos, pero que ahora no
están. El hábito de recordar a diario es con propósito al futuro, al proyecto
que nos hemos trazado y por el cual trabajamos. Cuanto más lo tengamos
presente, mayor será el enfoque sobre él, y los resultados se verán más
rápido.
En el noveno mes podemos continuar identificándonos con la gente exitosa si
tomamos el hábito de recordar diariamente nuestro objetivo primordial, y así
como ellos, avanzar hasta llegar a la meta.
Mes 11
Trabaja en equipo
Juntarse con otras personas que tengan nuestras mismas pasiones (gustos) es
el comienzo de toda oportunidad. En realidad hay situaciones que ameritan
permanecer solos, sin embargo, cuando aprendemos a trabajar en grupo se
puede apreciar una mayor satisfacción.
¿Por qué no darnos la oportunidad de trabajar con otros? De este modo
podemos ahorrar tiempo, recursos, esfuerzo, emociones, etc.
Simplemente hay que aprender a agruparnos, en el sentido más estricto, a ser
líderes, ejercer influencia con discreción sobre los otros para mejorar el modo
de realizar los actos.
Las personas de éxito jamás se encierran a realizar todas las tareas, en su
lugar, delegan lo más que pueden y ese tiempo lo dedican a crear otras
opciones, a mejorar lo que ya poseen, a optimizar la empresa o buscan crecer
ellos mismos.
El habito de trabajar en equipo debe ser una visión común, si bien es cierto
que el desempeño individual es importante, la unión de todo el grupo debe
ser suficiente para alcanzar las metas.
Ya lo dijo Walt Disney “puedes diseñar y crear, construir el lugar más
maravilloso del mundo, pero se necesita gente para hacer el sueño realidad”.
Todas las grandes obras que ha realizado el ser humano desde el inicio de la
civilización han sido creadas por grupos uniendo sus esfuerzos y unas, muy
poquitas, desde la individualidad.
Ahora, ¿ves cómo trabajar en equipo es esencial para poder construir un
mejor futuro?
Mes 12
Resolución de conflictos
Los problemas y conflictos forman parte de nuestro día día, a veces nos
encontramos en situaciones que no sabemos como resolver, que incluso
nosotros mismos entramos en contradicción. Nos sentimos tan confundidos
que salen a la luz las miradas evidentes, los roces, las suposiciones, puntos de
vista y acciones inciertas, terminando emproblemados y sin saber qué
decisión tomar.
Una persona de éxito muestra total interés por arreglar las desavenencias que
pueden generarse a su alrededor. Principalmente, no prestan atención a la
opinión que se genera por terceros, pues de antemano sabe que algunos
estarán de acuerdo con sus opiniones u obras y otros estarán siempre en
desacuerdo. Por lo tanto, la persona exitosa no da mayor importancia a las
pequeñas dificultades que transcurren a su paso, siempre está en la mejor
disposición de corregir sus errores y ofrecer disculpas a quien lo merece.
La idea que tiene es evitar el conflicto hasta donde le sea posible, agotando
toda las posibilidades antes de enfrentar a su opositor.
Una solución pacífica a un desacuerdo es el camino más seguro para
conservar la tranquilidad, ya que de otro modo, implicaría una disputa entre
las partes, el desgaste de energía, pérdida de tiempo y un choque fuerte de
emociones.
Así que, si tu pretensión es la de ser una persona exitosa, empieza por
cultivar el hábito de resolver los conflictos utilizando tus conocimientos y
habilidades.
Bonus
Cuida de ti
“Generalmente estamos tan ocupados que nos olvidamos de cuidar a la
persona más importante de nuestra vida: uno mismo”
Aunque suene egoísta, debemos anteponer primero nuestro bienestar al de los
demás. No tiene mayor relevancia si son los hijos, la pareja, los amigos,
compañeros de trabajo, etc.
Atiende a esto Si tú no te cuidas, te mantienes sano, alerta, coherente en tu
pensamiento ¿podrás hacer algo a favor de otro?
Quizás lo realices, pero no de la mejor calidad. No olvidemos que cada uno
de nosotros estamos en la tierra para vivir nuestra propia vida, así que adoptar
el hábito de cuidar de ti mismo es lo mejor que puedes hacer para que esto
pase. Nadie más se va a alimentar por ti o va a experimentar sensaciones por
ti. No existirá otro en tu lugar que engorde o enferme por ti, eso es asunto
tuyo y de nadie más.
Siempre hay que sacar tiempo y dedicarlo a nuestro cuidado, no importa lo
famoso que seas o lo ocupado que estés. Aprende de las personas exitosas
que siempre cuidan primero de ellos, así ante la opinión pública parezcan
seres ególatras.
El actor mejor pagado de Hollywood, Dwayne Johnson, también llamado La Roca,
hace ejercicio todos los días para mantener su figura musculosa y cuidar su
salud. Incluso se ejercita los lunes en la mañana, cuando muchos de nosotros
estamos durmiendo o denigrando por tener que ir al trabajo. Si echas un
vistazo a su Instagram, te darás cuenta de que “La Roca” está levantando
pesas y cuidándose a las 3: 55 am.
Y, tú ¿cuánto sacrificas por cuidar de ti?
Capítulo 5
¿Qué necesitas para triunfar talento o hábitos?
D esde mi experiencia te puedo confirmar que los hábitos son
amplificadores de los talentos; pues se necesita más de disciplina,
enfoque y perseverancia que de un conocimiento específico para
ejecutar un proyecto. Con esto no estoy diciendo que el aprendizaje de una
ciencia no es relevante, al contrario, la acción sin conocimiento no tiene
ningún sentido.
Las dos van de la mano y una es complemento de la otra, sin embargo, para
quienes jamás han encontrado la posibilidad de estudiar una carrera y obtener
un título, esto no debe ser un impedimento para salir adelante. A partir de la
implementación de hábitos lo puede lograr.
Científicamente se ha comprobado que los hábitos se forman y operan de
manera separada a la parte responsable de la memoria en nuestro cerebro.
Luego, cómo un hábito es una rutina automática, no necesitamos de
conocimientos adquiridos con anterioridad para ejecutar profesionalmente un
trabajo o cualquier acción.
Por ejemplo: si eres del grupo de personas entre 50 y 60 años, seguramente le
echarás la culpa a las nuevas tecnologías y la falta de oportunidad que existió
para ti en antaño, y es por eso por lo que aún no dominas la forma de escribir
y usar a las mil maravillas un computador ¿verdad? Así que, te culpas, baja tu
autoestima, te sientes inseguro, te victimizas y cree haber nacido sin mayores
oportunidades. Pero si en realidad quieres aprender a maniobrar un pc, debes
hacer algo que te saque de ese papel de víctima y te lleve al conocimiento. No
necesitas dedicar años, o pagar montones de dinero por ello. Entonces ¿qué
haces para lograr este objetivo? Lo más natural; adoptas hábitos, rutinas
puntuales de digitación y navegación en el sistema. Con la práctica de unas
semanas, de pocos días, aquello que no podías alcanzar porque no había
podido conocer antes, será cosa del pasado.
Me das la razón ¿cierto? No necesariamente son los talentos o habilidades
que poseemos, ni los títulos, la presencia, genialidades o todo aquello que nos
equipara con los superhéroes, lo que nos lleva a recorrer la cima del éxito.
Basándonos en esto, realicemos una inspección consciente de los talentos y
habilidades que poseemos y designemos los posibles hábitos que podríamos
adoptar en caso de no poseerlos.
Talento o habilidad Hábito
Si no poseo el talento
Autoconocimiento Lectura
Comunicación asertiva Expresión verbal
Toma de decisiones
Pensamiento creativo
Flexibilidad y adaptación
Confianza Caminar erguido
Proactividad
Memorizar Visualiza nombres de
compañeros de
trabajo
Asociación
Razonamiento
fuerza Ejercitarse
Resistencia
Paciencia Meditar
Velocidad
(Sugerencia: anótalo en tu agenda, complétalo y tenlo presente como
objetivo para lograr un cambio).
Por supuesto que no son únicamente estas las habilidades que posees, me
atrevería a afirmar que gozas del triple de ellas. Entonces, como ya cuentas
con lo básico ¿por qué no darles uso verdadero? Sin embargo, eso depende de
ti y lo que resuelvas para tu vida. Así que si deseas ser un escritor afamado,
pero aún no has realizado los cursos suficientes para comenzar, ni posees un
certificado de técnico en letras, lo único que tienes que hacer es adoptar los
hábitos de escribir y leer. Las técnicas de corrección de estilo, ortografía,
diseño, diagramación y edición pertenecen al trabajo de otro grupo de
personas encargadas de la preparación del libro y no necesariamente se
incluyen para ser escritor.
Brilla con luz propia
Para destacar entre las personas es ineludible dar lo mejor de ti, perfecciona
tu marca personal a través de aportar valor a los demás.
Ten en cuenta siempre que para brillar con luz propia, no necesitas apagar la
de los otros, al contrario, has que ellos brillen a la par contigo y tu resplandor
se notará por encima de todos.
¿Cómo conseguirlo?
Muy importante que utilices la adopción de hábitos, no copies los de otros ni
la manera de hacer sus rutinas, en lugar de eso, aterrízalos en la práctica
entendiendo que es a ti a quien deben satisfacer.
Aquí te dejo varias ideas para que consigas brillar con tu propia luz y de paso
ayudes a brillar la de los demás.
Se agradecido: reconoce el esfuerzo de los demás, halaga sin caer en
la hipocresía.
Ofrece ayuda voluntaria: no esperes a obtener recompensa por lo que
haces, pero mientras puedas ofrece apoyar a tu prójimo.
Comparte tus conocimientos: aporta valor a los demás dando tu
opinión o expresando lo básico de tu conocimiento, esto no te quitará
mucho, pero podrá sacar de apuros al necesitado.
Habla bien de los demás: hazlo de forma natural y sincera, aplaude
sus logros y reconoce sus talentos y habilidades.
Sonríe: quien sonríe naturalmente, genera sensación de bienestar a
quienes le rodean.
Trabaja la humildad y la generosidad: recuerda que siempre eres y
serás un aprendiz. Todas las personas tienen algo que enseñarte, no
lo rechaces.
Acepta que el brillo es para todos: ¿has mirado al firmamento en una
noche de luna? Todas las estrellas brillan de forma simultánea y,
todas sin excepción poseen encanto.
Has de intermediario: ayuda a que se desencadenen acontecimientos;
por ejemplo: relaciona a tu proveedor con un cliente amigo tuyo.
Si llevas a la practica lo anterior, y en su justa medida, harás que las personas
de tu entornos te tengan presente, te consideren y quieran estar a tu lado. La
persona que ayuda desinteresadamente tiene mayor posibilidad de que otros,
que están por encima de ella, la tengan en cuenta y gozará de su generosidad.
Además, ¿sabes qué tan satisfactorio puede resultar ser un referente para los
demás?
Mantente en la cima
El final del objetivo no consiste en alcanzarlo y dejarlo ahí, lo ideal es
conservarlo el mayor tiempo posible. Porque ¿de qué sirve el triunfo sino
somos capaces de disfrutarlo? Y, lo mejor es hacerlo en pequeños sorbos,
degustarlo poco a poco hasta sentir que nos hemos saciado.
Pero no hay que presumir, dar señales de que hemos triunfado y jactarnos de
gloria opacando a quienes estén a nuestro alrededor, pues no sabemos qué
sorpresa puede darnos la vida y es más plausible estar preparados, sin
soberbia.
Llegar a la cima y mantenerte es una alabanza interna para ti, lógicamente
hay que celebrarlo, es un triunfo particular, único e intransferible; así es que
¡gózatelo!, pero siempre dentro de los cánones indicados.
Si no lo haces de esta manera, quizás no funcione. En el mejor de los casos
vas a disfrutar del triunfo unos días, sin embargo, al término de la dicha te
encontrarás con una realidad inminente, y justa.
Cuando llegues a la cúspide agradece, celebra e inmediatamente vas a tener
que crear un plan de mejora, porque mucha competencia te va a estar
esperando. Y no hablo del enfrentamiento con otras personas, sino del que
deberás librar contigo mismo.
El ego, las pasiones, emociones encontradas y la falta de control sobre tu
cerebro te llevarán a creerte un superhumano; en realidad no lo eres, y si
deseas mantenerte disfrutando del triunfo, tendrás que continuar en actividad.
Capítulo 6
Como crear una personalidad triunfadora
Lavayan
felicidad reside en uno mismo, así es que no esperes a que los demás les
mal o bien para sentirte feliz o desdichado. Ellos son diferentes a ti
y no eres culpable de sus alegrías o tristezas, tampoco existen culpables de
tus éxitos o fracasos. Lo mejor es que si quieres triunfar en la vida, no esperes
a que los demás hagan lo que te corresponde.
Sabes que con constancia y esfuerzo apoyarás tus capacidades, y así podrás
conseguir cualquier cosa que te propongas sin tener que depender de terceras
personas.
Entonces ¿qué estás esperando?
Ahora que sabes cuales son las características de una persona exitosa y el
método para llegar a serlo a través de la adopción y eliminación de hábitos,
no puedes continuar en la misma posición que tal vez tenías al inicio de este
libro. Si procedes de esta manera, sin que algo haya mejorado en ti, lo más
seguro es que estés yendo por el camino equivocado.
El éxito depende exclusivamente de ti, y lograrlo es una de las mayores
expectativas que tenemos los seres humanos, pero no todos encuentran el
camino despejado. A muchos se les dificulta, otros, en realidad, no saben
cómo hacerlo. Pero tú que ahora conoces la técnica puedes avanzar sin
complicaciones.
Recuerda que lo mejor es adoptar un hábito a la vez. Por pequeño que sea
este, es de vital importancia que enfoques toda tu energía en uno solo. No
pretendas ir más rápido de lo necesario ni tan lento que se te haga eterno el
camino.
Ahora, para realizarte como una persona triunfadora, analiza cómo es tu
pensamiento en la vida diaria. ¿Te controla o tú lo controlas?
De esta coyuntura depende cuanto y como avances en la vida. Nosotros
tenemos absoluto control sobre lo que pensamos. Una parte de nuestro
pensamiento determina la intensidad y duración de nuestras emociones; es
por esto por lo que se crea la necesidad de cuidar lo que pensamos, pues en
ocasiones, cambiamos de actitud y es tan solo porque no nos damos cuenta de
qué es lo que estamos cavilando en ese momento.
De aprender a detectar y modificar los pensamientos nace la disposición a la
actuación del día a día. De allí que, si tenemos pensamientos equivocados,
estos afectan nuestra emociones y sentimientos y nos dejan en desventaja
frente a una posibilidad de actuar favorable.
No podemos tener más de un pensamiento al instante. Seguro has escuchado,
o tu mismo lo habrás experimentado, que podemos pensar muchas cosas a la
vez. Pero no es así, esta sensación se da por la rapidez con la que trabaja el
cerebro. Lo que en realidad sucede, consiste en que cada pensamiento es
independiente y no se da superponiendo a otro en el mismo momento. Ocurre
exactamente, como el idéntico hecho de ocupar un espacio, dos objetos no
pueden estar al mismo tiempo ocupando un equivalente lugar.
Así es que para controlar tu pensamiento, cada vez que detectes que uno
negativo te está afectando, cámbialo por uno de vibración positiva. De esta
manera tendrás control absoluto sobre tus emociones y pensarás en cosas
diferentes a las equivocadas.
Mente fuerte
La persona integral debe poseer no solo cuerpo fuerte sino también mente y
sentimientos capaces de resistir a la adversidad. ¿De qué nos vale poseer
músculos de acero si no somos capaces de dar un no rotundo a los caprichos
de los demás?
La persona mentalmente fuerte desarrolla autoconfianza, mantiene alta su
valoración y posee objetivos claros. De ninguna manera permite que otros
intervengan en la toma de sus propias decisiones, ni se deja influenciar.
Aunque le da el aprecio correspondiente a las opiniones de terceros,
permanece seguro de sí mismos y con una orientación absoluta de orgullo
personal.
A través de los hábitos tú puedes ser mentalmente más fuerte, esto te
distinguirá de los demás.
Procesa la información: quienes tienen una mentalidad fuerte ven
en detalle y de una manera asertiva cada situación. No permiten ser
arrastrados por la corriente, así pueden tomar mejores decisiones.
Persigue el objetivo: aprende a conectar neuronalmente toda
información con el objeto principal que persigues. Mantenerte
enfocado le dará más sentido al hecho.
Conecta con personas mejores que tú: una mente fuerte sabe que
necesita aprender más de lo normal. ¿A quien acude? A las personas
que están a un nivel mayor que el suyo. Por ejemplo, si tienes clara la
meta de ser un pintor, lo mejor es que te relaciones con pintores
famosos, o con los que están en proceso avanzado de serlo.
Desarrolla la resiliencia: la persona mentalmente fuerte supera
enormes desafíos, desarrolla habilidades para no decaer. Las
frustraciones y decepciones no son lazo para detener la acción, más
bien es el fundamento para adquirir sabiduría interior.
Reconoce tu valor: desplegar una mente fuerte nos permite vivir sin
apariencias y de manera gratificante, no convertirnos en
instrumentos de los demás. No hay que actuar como el avestruz. Este
animal al verse asediado agacha la cabeza dando una percepción de
temor. Hay que mantenerse dentro de los límites sin caer en la
arrogancia, pero conservando el nivel de valor que poseemos.
Enfréntate al miedo: la persona de mente fuerte sabe que esta es la
clave para marcar la diferencia entre un nivel de determinación y una
mentalidad débil. El miedo es una emoción que se puede transformar
en un impulso creador. Pero si te dejas invadir por pequeños temores,
estos se agigantan y terminan apabullándote.
Las barreras que te impiden actuar son las que tu mismo has construido, así
es que si fortaleces tu interior para romperlas, podrás dominar cualquier
situación y seguir adelante con tus proyectos.
De cero a hábitos millonarios
Ser rico no debería constituirse en el principal sueño de las personas, y
aunque muchos niegan que el dinero ocupa un lugar de menor relevancia en
su vida, la verdad es que no podemos existir plenamente sin él.
Aunque, el dinero no es el fin de las cosas, sin duda constituye el principal
método para lograrlas, así que no pretendas construir una vida feliz
apartándote de la fortuna.
Volverte millonario sigue siendo un tema tabú. Los que poseen el dinero no
sueltan prenda a los que pretenden alcanzar tan preciado estatus, pero hay
algo más tras el telón de este paradigma; los que ya son ricos procuran serlo
más cada día abriendo una brecha inmensa entre ellos y los pobres.
Existe la creencia de que para ser millonarios debemos sentar las bases antes
de los treinta años; sin embargo, tenemos referentes mundiales de que se
puede lograr amasar la fortuna a cualquier edad.
El creador de la cadena de restaurantes estadounidenses KFC,
Harland Sanders, no fue millonario hasta después de cumplir 65
años.
El inversionista Warren Buffett, con una fortuna superior a los 74 mil
millones de dólares, se hizo millonario a los 60.
El hombre más rico de México, Carlos Slim, entró al club de los
multimillonarios gracias a las inversiones en el sector inmobiliario y
lo hizo a los 51 años.
Oprah Winfrey, se hizo millonaria en el 2003. Su imperio de medios
OWN llevó a la mujer afroamericana a ganar miles de millones de
dólares cuando superó los 49 años.
La fundadora de Spanx, Sara Blakely, se hizo multimillonaria a los
41 años y aún posee el 100% de las acciones de su empresa.
Como estos y muchos ejemplos más, existen alrededor del mundo. Un
porcentaje muy alto pertenece a hombres y mujeres que han creados sus
fortunas desde cero. La mayoría coincide en que lo lograron después de haber
dejado sus trabajos dependientes y convertirse en emprendedores en
diferentes áreas. ¿Cómo llegaron ellos a la reservada zona de los millonarios?
Grant Cardone, en una colaboración para Entrepreneur, nos expresa su
opinión de cómo él se convirtió en millonario a los 30 años, después de haber
salido de la bancarrota y adoptar los siguientes hábitos:
Se enfocó en aumentar los ingresos y repetirlo; seguir el dinero te
forzará a controlar tus ingresos y ver oportunidades.
Dejar de presumir: no compres lujos hasta que tus negocios e
inversiones estén produciendo múltiples ingresos.
Invierte lo que ahorras; la única razón para guardar dinero es para
luego invertirlo. Ahorrar por ahorrar no genera ganancias.
Evita las deudas que no te pagan: la gente rica usa las deudas para
hacer negocios, invertir y hacer crecer sus flujos de dinero. Los
pobres se endeudan para comprar cosas que hacen más ricos a los
ricos.
El dinero no duerme: si tu competencia cierra a las 7, tu debes
trabajar tres o cuatro horas más. Asegúrate de esto y siempre
venderás algo.
Encuentra a tu mentor: búscate un referente, en lo posible que sea
millonario y sigue sus pasos. Estúdialos y duplica lo que ellos
hicieron.
Piensa en grande: no hay escasez de dinero en el planeta, solo falta
gente que piense en grande. Jamás apuntes a tener una cantidad
limitada, pues corres el riesgo de que tu cerebro lo de por hecho.
Construir hábitos desde cero es todo un reto, pero si logras hacerlo, serás una
persona exitosa, y además, un referente y ayuda para los otros.
Capítulo 7
Prémiate por cada hábito bueno que implantes en tu vida
A lo largo de los años conseguimos tantos objetivos que se vuelve
costumbre, y al poco de lograrlos planificamos otro y el siguiente, sin
detenernos un momento a incentivarnos a nosotros mismos.
Cuando pensamos en premios nos viene a la mente algo material como, un
libro, una comida especial o ropa nueva. No obstante, basta con que ese
premio sea algo que nos haga sentir bien ya que de este modo nos animamos
a seguir adelante.
Reserva un tiempo para ti, adéntrate en la naturaleza para escuchar su
silencio. Vete a un viaje solo, has eso que normalmente no te permitirías
hacer y por lo que si otra persona se entera, te juzgaría.
Aprende a premiarte, de manera especial cuando corrijas o elimines un hábito
malo. Ten presente que no puedes esperar a que sean los demás quienes te
feliciten por lo que haces. Muchas personas se quedan aguardando a que los
amigos o la familia les dé la razón por cada triunfo, pero ¿para qué esperar
reconocimiento de los otros si te tienes a ti mismo?
Es hora de que reconozcas que en tus manos está celebrar los éxitos; nadie
más sabe lo difícil o cómodo que fue el proceso, y por eso, saltar de la dicha
o consentirte es lo mejor que puedes hacer.
¿Hace cuánto te diste un regalo?
Tal vez vas a responder “nunca” y te creo porque muchas personas esperan a
que sean los demás quienes los halaguen y premien.
No es culpa de nadie, desde pequeños nos enseñaron que la aprobación de los
demás y el reconocimiento viene de otros, de una calificación o la opinión de
supuestos “sabios”.
Es hora de que cambies la mentalidad y juzgues lo logrado desde tu propio
concepto. Vivimos en un mundo de opiniones, donde todas parecen tener la
razón, pero lo que es bien para unos resulta ser mal para otros. Así es que, no
puedes permitir que opaquen tus logros y por el simple hecho de que ellos no
aplaudan tus méritos, tampoco tú lo hagas.
Prémiate por todos tus esfuerzos, eso sí, con regalos materiales y espirituales.
No todo en la vida es dinero, pero si puedes permitírtelo, hazlo. Cristalizar
los sueños es importante porque te hace sentir bien contigo mismo, te
empodera y te da razones suficientes para continuar mejorado.
Aunque, atención a este punto; jamás te premies por anticipado, esto hará que
te descuides y resultes engañado. Puede que cambie tu actitud, baje la
autoestima y te sientas desmotivado.
Prémiate de acuerdo con el logro alcanzado. Por ejemplo, si adoptaste el
hábito de “no endeudarte”, paga en efectivo tu regalo, de ninguna manera
utilices la tarjeta de crédito. Si dejaste el hábito de ir a fiestas, no puedes
celebrar reuniéndote con tus amigos en un restaurante o comprando una
botella de licor. Lo más lógico es que conviertas esa victoria desde tu
celebración.
Premiarnos en todo momento es sano, especialmente en los instantes difíciles
o de tensión. Pero hay que tener un motivo real, no hacer de esto un proceso
habitual por el siempre hecho de sentirnos a nuestro acomodo. Si has
cumplido con las expectativas, lo mejor es hacerlo, date un buen premio
porque es un motivo, más, si es solo por levantarte el ánimo, lo recomendable
es conseguir otra alternativa.
Los autoregalos son los principales motivadores cuando nos hemos propuesto
una meta difícil; te asegura continuar en positivismo y nunca viene mal tener
un detalle contigo. Así es que ¡no olvides premiarte por alcanzar logros,
aunque parezcan pequeños!
Secretos de vida que funcionan
Y, lo hacen de manera específica en las personas que hemos superado ciertos
obstáculos. Esta parte está dedicada a compartir pequeños secretos comunes
y más poderos del mundo para hallar motivación especial. Con ellos podrás
construir una vida bonita y ser feliz durante el proceso. Están dirigidos hacia
un mismo objetivo en el intento de comprender las funciones y estructuras de
temas trascendentales para la vida de los humanos.
Los secretos de la vida no son otra cosa que una filosofía de pensamiento.
Consiste en el entendimiento y aplicación consciente de las leyes naturales
que penetran todas las dimensiones del universo. Y, ¿cuáles son esas leyes?
Por ejemplo, la ley de atracción que funciona a través de la aplicación
constante del pensamiento:
Atrae lo que piensas
Pide y se te dará
Te conviertes en lo que más anhelas
Agradece y obtendrás más cosas para agradecer
Elije tu futuro a través de lo que piensas
Eres dueño de tu energía
Imagina y cree en ello.
Así que, los secretos son consejos básicos que se han experimentado por años
y han proporcionado buena calidad de vida a quienes los practican. Acá te los
dejo:
1. Jamás cuentes tus proyectos: aquellas personas que hacen públicas
sus intenciones tienen menos probabilidad de llevarlas a cabo. Por
un lado, se sienten demasiado comprometidas con los que conocen
sus proyectos y esto los frustra. Por el otro, al contarlo, crean en su
cerebro la ilusión de que ya lo han realizado y pierden el enfoque.
Cuando esto sucede, sustituyes mentalmente el auténtico logro por
una simulación del logro. Así es como, hablar de tus planes es
contraproducente, lo mejor es que “hagas más y hables menos”.
2. Vive sin arrepentimientos: no te obsesiones con el pasado, este
quedó atrás y ya no lo puedes cambiar. Enfócate en el presente, vive
cada momento sin colocar demasiadas expectativas en el futuro.
Muchos de los problemas tienen sus raíces en años anteriores, pero
siempre debemos actuar de forma coherente con el momento. No
tengas miedo de lo que fue o lo que vendrá, todos tenemos derecho a
reparar las acciones y vivir de un modo más provechoso.
3. Si no puedes hacerlo bien, hazlo con cuidado: nunca estaremos
satisfechos en su totalidad con nuestras creaciones, siempre va a
existir ese pero…, que no logramos superar. Somos nuestros propios
jefes de calidad, sin embargo, la satisfacción no se completará
porque tendemos a exigirnos demasiado. Lo mejor es dar todo lo que
poseemos para que salgan bien las cosas, así no existirá lugar a
culpas por si ocurren pequeñas fallas.
4. Aprende de los errores de los demás: si esperas a que todo te
ocurra para saber como funciona, tal vez no te alcance el tiempo. Así
es que revisa que les ha salido mal a otros y busca la manera de
corregirlo o mejorarlo.
5. Se avaricioso cuando los demás sean miedosos y viceversa: pero
hazlo con cautela, sin dejarte llevar por la opinión generalizada.
Revisa tu entorno y actúa de acuerdo con tus posibilidades. Compra
cuando los demás venden y vende cuando todos pretenden comprar.
6. Acepta la responsabilidad: ten presente que eres tú y no otra
persona la responsable de tus actos. Entonces ¿por qué dejar al
destino o a los demás lo que tu mismo has propiciado? Cada uno
tiene ya bastante con lo que vive, así es que no puedes sumar otra
carga a quien ya ha adquirido la suya.
7. Desarrolla mentalidad de abundancia: aléjate de las personas que
no te sumen o que te digan que no puedes lograrlo, algunas están
interesadas en que no progreses y te sembrarán pensamientos
negativos y de carencia. El juicio es tuyo, crea hábitos positivos y
vive desde el pensamiento de la exuberancia.
8. Mantén sanas relaciones sexuales: en general, la sexualidad refleja
como nos sentimos con nosotros mismos y es una manera de ponerle
termómetro a nuestra felicidad; pues la falta de frecuencia hace que
nos sintamos insatisfechos. Hoy en día, este tema continúa siendo un
tabú, pero es importante reconocer que estamos directamente
involucrados en la dinámica de la vida, y el sexo es otra más de esas
características, tal como puede ser respirar o alimentarnos. La
sexualidad es posible vivirla a plenitud, libre de crisis y sin
detrimentos emocionales o corporales, sin embargo, hay que
procurar hacerlo desde el lado más comprensivo y responsable. La
intimidad es una manera de comunicarnos, de recibir aceptación de
otra persona y sentirnos plenos, pero hay que realizar tal acto
apoyados en la higiene y los detalles que nos permitan sentirnos bien
y atractivos. Por ningún motivo te cohíbas de la satisfacción del
cuerpo, eso sí, teniendo siempre en cuenta que en un encuentro
sexual no solo compartimos caricias, expresiones y flujos corporales,
de manera puntual, estamos dando y recibiendo todo tipo de energía.
9. Vive tu vida: no pretendas vivir la de otros ni permita que ellos
entren en la tuya. Mantente saludable, has ejercicio, supérate, viaja,
invierte en ti. No te dejes presionar por los demás, cada uno tiene su
tiempo, cualidades, defectos y sueños. Recuerda que solo tienes una
vida ¡disfrútala!
10. No ofendas a nadie: con ello estás cuidando tu integridad,
tal vez no conoces el grado de reacción de quien tienes en frente. Por
esto, mantente lejos de la discordia y evita, mientras puedas, los
problemas.
Conclusiones generales
Aunque son muchos los libros existentes en el mercado, sobre el tema de
hábitos, este es uno diferente a todos porque está escrito desde la veracidad
del autor, y no pretende venderte otra cosa diferente a una visión de cambio y
de mejora para tu vida.
En estos tiempos tan coyunturales, donde el mundo ha dado un cambio,
necesitamos también hacerlo nosotros para no quedarnos estancados y
añorando lo que pudo ser, pero al final no se dio.
Tomemos nota que podemos lograrlo a través de la adopción de hábitos,
especialmente utilizando la técnica de analizar, corregir, eliminar o implantar
una rutina, más lo único que se te pide para conseguirlo es: “enfocar tus
esfuerzos en uno a la vez”.
Recuerda que si nos dedicamos a varios, no vamos a ver los resultados
esperados, pues lo único que estamos haciendo es dispersar la energía y
perder el control.
Utiliza tus propios recursos, acostumbra a llevar una bitácora o diario y en
ella anotar los proyectos, así como la forma en que los ejecutarás y los
triunfos obtenidos. No desfallezcas en el camino, ten siempre presente que no
es fácil, pero tampoco algo inalcanzable.
Existen muchas personas a nuestro alrededor que han logrado un cambio
significativo en todas las áreas de la vida, si te dedicas a ello y persistes, de
seguro tú también lo vas a lograr.
El camino del triunfo no es para los débiles, se necesita ser fuerte, física y
psicológicamente, así como desarrollar la confianza en ti mismo, cuidar de la
única persona que siempre estará contigo, o sea tú, aprender los secretos de la
vida para vivirla a plenitud y premiarte por cada mejora que alcances.
Los hábitos constituyen un gran porcentaje de lo que hacemos a diario; por
ende, no podemos culpar a otros de lo mejor o peor que nos va.
Sencillamente lo que somos hoy es el resultado de las rutina que ejecutamos
y lo que seremos en el futuro será la resultante de los hábitos que adoptemos
a partir de este momento.
Así que está en tus manos tener un mal, regular o excelente futuro, no
necesitas más que tu determinación y deseo por alcanzarlo.
No olvides que si quieres transitar por el camino de las personas exitosas
debes tener como finalidad emularlos a ellos ¿y, cómo lo haces? Copiando
algunos de sus mejores hábitos, viendo que puede mejorarles y tomando
acción inmediatamente. Así notarás grandes cambios, te volverá el gusto por
la vida y ¡serás muy feliz!
¿Me puedes ayudar?
Antes que pedirte algo quiero agradecerte por haber leído este libro: gracias,
gracias, muchas gracias. Para mí es muy importante lo que has hecho, de
manera especial para mejorar y crecer como autor.
Entonces, quiero pedirte, de manera personal y respetuosa, que me dejes un
comentario y una calificación en la plataforma. Por favor, no te sientas
cohibido de escribir lo que en realidad piensas de este libro. ¿Te gustó? ¿Te
parece monótono? Está bien, pero ¿puede mejorar?
De seguro lo tendré en cuenta para mi siguiente trabajo, gracias de nuevo,
Marcell
Tengo una invitación para ti
Te invito a leer mi otro libro, Procrastinación en emprendedores, para que
sigas mejorando tu vida y la lleves a un siguiente nivel.
Recuerda que puedes leerlo gratis con Kindle Unlimited. Aquí te dejo el
enlace hacia el libro:
https://mybook.to/Procrastinacion
Descargos de responsabilidad
Este libro ha sido escrito con fines informativos, educativos y de
entretenimiento. El autor ha hecho todo lo posible por proporcionar al lector
una información fiable, precisa, actualizada y completa. Sin embargo, el autor
no está comprometido ni es responsable del uso que se dé a esta guía.
El propósito del libro es educar. En ninguna circunstancia reemplaza los
conceptos y asesoramiento de un profesional en el ramo de la medicina, la
psicología, legal, financiera o al que diere lugar; por lo tanto, el autor no es
responsable de las pérdidas, directas o indirectas, en las que se incurra por el
mal uso o incomprensión del escrito.
Aclaramos que este documento es meramente informativo, escrito desde la
experiencia del autor, y debe tomarse como una guía, no como la fuente final.