John Thorp. “La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural”.
Circe, de clásicos y modernos 25/2 (julio-diciembre 2021).
DOI: http://dx.doi.org/10.19137/circe-2021-250205
La sorpresiva explicación
de Aristóteles sobre la
justicia natural
John Thorp [ Western University (Ontario-Canada) ]
[ jthorp@uwo.ca ]
ORCID: 0000-0002-2774-2835
abemos bien de la larga
S
Resumen: Este artículo estudia el tenso capítulo (V.7)
de la Ética nicomáquea sobre la justicia natural, y sos-
tiene que la principal tradición comentarista ha tomado tradición en filosofía
un camino equivocado al malinterpretar dos momentos
bastante precisos del argumento. Una vez corregidos moral y legal llamada
ambos errores, vemos surgir un Aristóteles que, lejos
de ser un campeón de la teoría de la ley natural en la
‘Ley Natural’, esto es, la
ética, sostiene que los principios morales con que los idea de que hay ciertos
humanos estamos naturalmente dotados son variables,
y en dos sentidos: no solo varían a través del espacio principios morales bási-
y el tiempo, sino que también pueden ser modificados
deliberadamente mediante el hábito.
cos que son forjados en
la naturaleza1. De acuerdo con dicha
Palabras clave: Aristóteles; ética; justicia; ley natural;
ambidestreza teoría, estos principios deberían ser
nuestra brújula moral última, y debe-
Aristotle’s surprising account of natural justice rían guiar la formulación del derecho
Abstract: This paper studies the fraught chapter (V.7) positivo, las leyes civiles promulgadas
of the Nicomachean Ethics concerning natural justice.
It argues that the main tradition of commentary on the
chapter has strayed onto a wrong path by misconstruing 1 Quiero expresar mi agradecimiento a Ma-
two quite precise junctures in the argument. When those
two errors are corrected, there emerges an Aristotle ría Angélica Fierro por organizar y mo-
who, far from being a champion of natural law theory derar el “III Workshop Internacional de
in ethics, holds that the moral principles with which Filosofía Antigua 2020” de la SADAF, en el
humans are naturally endowed are variable, and that
in two senses. Not only do these moral principles vary que se presentó una versión previa de este
across space and time, but also they can be deliberately artículo; agradezco a los participantes de
modified by habituation. ese taller por su discusión, especialmente
Keywords: Aristotle; ethics; justice; natural law; ambi- a Paula Mira, quien elaboró la respuesta
dexterity formal. También agradezco a Benjamin
Wilck por sus comentarios a un borrador
de este artículo. Y en especial a mi alumno
Saúl Madueño Álvarez por su trabajo en la
preparación de esta versión en español.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons 4.0 Internacional
(Atribución - No Comercial - Compartir Igual) a menos que se indique lo contrario.
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por los gobiernos. Estas leyes son eter- Existió esto y nadie sabe desde
nas, invariables, universales. También cuándo ha aparecido.
son bastante accesibles: podría decir-
se que instintivas. Nuestra obligación Y como dice Empédocles acerca de
moral última consiste en adherirnos no matar lo que tiene vida, dado que
ello no es para unos justo y para otros
a ellas, en dejarnos guiar en confor-
injusto,
midad con la naturaleza. La tradición
es larga y noble: Cicerón, Graciano, Sino que es ley para todos y se ex-
Aquino, Suárez, Grocio, Pufendorf, y tiende largamente
Locke, todos la promovieron, y ha sido Por el amplio éter y la inconmen-
recientemente revivida por el jurista surable tierra.
inglés John Finnis. Esta es también la
teoría moral básica adoptada por la Y como también lo dice Alcida-
Iglesia católica. Y a menudo se afirma mante en su Meseníaco,
que el primer filósofo que propuso y
expuso esta teoría fue Aristóteles. Con Libres dejó Dios a todos, a nadie hizo
el imprimatur del Maestro, su autori- esclavo la naturaleza.
dad ha sido inmensa.
En efecto, Aristóteles nos ofrece Un pasaje problemático
una declaración maravillosamente
clara y sorprendente de esta visión ues bien, hay un problema. En
en la Retórica (1.13), traducida por
Quintín Racionero (1373b3-18): P el único lugar del corpus aris-
totélico donde Aristóteles di-
rectamente discute la idea de justicia
[…] llamo ley, de una parte, a la que es natural, él sostiene, o parece sostener,
particular y, de otra, a la que es común. que la justicia natural es variable, κι-
(Ley) ‘particular’ es la que ha sido νητόν. A primera vista, hay pues una
definida por cada pueblo en relación
contradicción extrema. ¿Cómo puede
consigo mismo, y ésta es unas veces no
la justicia natural, la ley natural, ser
escrita y otras veces escrita. ‘Común’,
en cambio, es la (ley) conforme a la variable? La idea misma de una ley
naturaleza; porque existe ciertamente natural, sin duda, consiste en que es
algo –que todos adivinan– común- eterna e inmutable, y que constitu-
mente (considerado como) justo o in- ye así el conjunto estable de grandes
justo por naturaleza, aunque no exista principios de los cuales dependen to-
comunidad ni haya acuerdo entre los dos los principios menores.
hombres, tal como, por ejemplo, lo A lo largo de los siglos, muchos
muestra la Antígona de Sófocles, cuan-
comentaristas han estado bastante
do dice que es de justicia, aunque esté
intrigados con este texto, y han tra-
prohibido, enterrar a Polinices, porque
ello es justo por naturaleza: tado de comprenderlo, es decir, de
interpretarlo de manera tal que, des-
Puesto que no ahora, ni ayer, sino pués de todo, refleje la teoría de la ley
siempre natural. Lo que voy a sugerir es que
106 John Thorp / La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural
estos comentaristas han estado en ge- El texto en cuestión está en la Éti-
neral equivocados, y que Aristóteles ca a Nicómaco, 5.7. A continuación,
quiere decir lo que en efecto dice. Que el núcleo de la discusión (1134b 18-
por ‘ley natural’ él quiere decir algo 35)2,
La justicia política puede ser natural y le- Τοῦ δὲ πολιτικοῦ δικαίου τὸ μὲν
gal; natural, la que tiene en todas partes la φυσικόν ἐστι τὸ δὲ νομικόν, φυ-
misma fuerza y no está sujeta al parecer σικὸν μὲν τὸ πανταχοῦ τὴν αὐτὴν
20 humano; legal, la que considera las accio- ἔχον δύναμιν, καὶ οὐ τῷ δοκεῖν
nes en su origen indiferentes, pero que ἢ μή, νομικὸν δὲ ὃ ἐξ ἀρχῆς μὲν
cesan de serlo una vez ha sido estableci- οὐθὲν διαφέρει οὕτως ἢ ἄλλως,
da, por ejemplo, que el rescate sea de una ὅταν δὲ θῶνται, διαφέρει, οἷον τὸ
mina o que deba sacrificarse una cabra y μνᾶς λυτροῦσθαι, ἢ τὸ αἶγα θύειν
no dos ovejas, y todas las leyes para casos ἀλλὰ μὴ δύο πρόβατα, ἐτι ὅσα ἐπὶ
particulares, como ofrecer sacrificios en τῶν καθ᾽ ἕκαστα νομοθετοῦσιν,
honor de Brásidas, o las decisiones en for- οἷον τὸ θύειν Βρασίδᾳ, καὶ τὰ ψη-
ma de decretos. φισματώδη.
Algunos creen que toda justicia es de esta δοκεῖ δ᾿ ἐνίοις εἶναι πάντα τοι-
25 clase, pues lo que existe por naturaleza es αῦτα, ὅτι τὸ μὲν φύσει ἀκίνη-
inamovible y en todas partes tiene la mis- τον καὶ πανταχοῦ τὴν αὐτὴν
ma fuerza, como el fuego que quema tan- ἔχει δύναμιν, ὥσπερ τὸ πῦρ καὶ
to aquí como en Persia, mientras que las ἐνθάδε καὶ ἐν Πέρσαις καίει, τὰ δὲ
cosas justas observan ellos que cambian. δίκαια κινούμενα ὁρῶσιν.
Esto no es así, aunque lo es en un sentido. τοῦτο δ᾿ οὐκ ἔστιν οὕτως ἔχον,
Quizá entre los dioses no lo sea de ningu- ἀλλ᾿ ἔστιν ὥς. καίτοι παρά γε τοῖς
na manera, pero entre los hombres hay θεοῖς ἴσως οὐδαμῶς· παρ᾿ ἡμῖν
una justicia natural y, sin embargo, toda δ᾿ ἐστὶ μέν τι καὶ φύσει, κινητὸν
justicia es variable, aunque hay una justi- μέντοι πᾶν· ἀλλ᾿ ὅμως ἐστὶ τὸ μὲν
cia natural y otra no natural. φύσει τὸ δ᾿ οὐ φύσει.
Ahora, de las cosas que pueden ser de otra ποῖον δὲ φύσει τῶν ἐνδεχομένων
30 manera, está claro cuál es natural y cuál καὶ ἄλλως ἔχειν, καὶ ποῖον οὒ
no es natural, sino legal o convencional, ἀλλὰ νομικὸν καὶ συνθήκῃ, εἴπερ
aunque ambas sean igualmente mutables. ἄμφω κινητὰ ὁμοίως, δῆλον. καὶ
La misma distinción se aplica a los otros ἐπὶ τῶν ἄλλων ὁ αὐτὸς ἁρμόσει
casos: así, la mano derecha es por natura- διορισμός· φύσει γὰρ ἡ δεξιὰ
leza la más fuerte, aunque es posible que κρείττων, καίτοι ἐνδέχεται πάντας
35 todos lleguen a ser ambidextros. ἀμφιδεξίους γενέσθαι.
diferente a lo que los comentaristas En este pasaje, Aristóteles empieza
han querido ver. Y lo que él realmente por presentar el punto de vista fami-
quiere decir resulta ser sorprenden- liar de que la ley natural, o la justicia
temente liberador para los seres hu- natural, es universalmente válida y
manos. Aristóteles no pertenece a la que es independiente de los juicios
tradición de la ‘ley natural’ en la ética,
y ciertamente no debería ser conside- 2 Edición de Rackham (1982) y traducción
rado su filósofo fundador. de Pallí Bonet (1998).
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particulares de las personas. Pero a particular que pueda surgir3. Es decir,
continuación, y muy sorpresivamen- dentro de una ciudad determinada
te, parece revisar esta postura en res- habrá excepciones (ocasionales) a las
puesta a un argumento típico de los reglas de justicia reconocidas. Y está
sofistas. El argumento es el siguiente: previsto que estas excepciones surjan
lo que existe por naturaleza es inamo- de diversas maneras.
vible; todos los principios de la jus-
ticia son variables, por lo tanto, nin- i) La justicia natural es invariable,
gún principio de la justicia lo es por pero es posible que sus reglas no se
naturaleza. Aristóteles no acepta este formulen con suficiente exactitud
argumento y, contrario a lo que hubié- como para cubrir todos los casos
semos esperado, no lo hace negando adecuadamente. Es por ello que
su segunda premisa y afirmando que hay casos que no se ajustan a la re-
los principios (últimos) de la justicia gla, lo cual da la impresión de que
son de hecho inamovibles, sino más la justicia en sí misma es variable.
bien negando la primera premisa y Me parece que en su discusión de
afirmando que lo que es natural es va- este pasaje, Tomás de Aquino en-
riable, incluidos los principios natura- tiende las cosas de esta manera4.
les de la justicia. Sin embargo, luego Su ejemplo (de bienes) es el si-
parece moderar esta postura, señalan- guiente: hay una regla de justicia
do que los principios de la justicia son que indica que uno siempre debe
en cierto modo variables y en otro no. devolver a su dueño, cuando este
Esto ha dado lugar a una larga historia lo requiera, algo que nos haya sido
de comentarios que buscan esclarecer dado en custodia; pero si el objeto
de qué manera los principios de la en cuestión es un arma y el pro-
justicia son variables y de qué manera pietario está loco o está planeando
son invariables. Revisemos parte de la una insurrección contra la ciudad,
tradición de dichos comentarios. entonces uno no debe devolver
el arma. El verdadero principio
Intentos por resolver el de justicia natural existe, pero la
problema regla que lo expresa es solo una
formulación aproximada de este,
A. Inefabilidad de los principios
de justicia 3 De hecho, es sorprendente que a lo largo
de este capítulo Aristóteles no mencione
ni una sola vez reglas o leyes; habla sólo
uchos de los comentaristas que
M
de τὰ δίκαια, “cosas justas”, justicia. Quizás
han tratado de dar cuerpo a las no sea descabellado enmarcar la discusión
observaciones de Aristóteles, en términos de leyes, reglas o principios,
arriba señaladas, han supuesto que el pero debemos recordar que el lenguaje de
Aristóteles es más elíptico, o al menos más
sentido en el que la justicia es variable modesto.
consiste en que hay reglas de justicia, 4 Spiazzi (1964: 281-282). Ver también Ca-
pero que ellas no cubren todo caso ramello (1952) 1A 2AE 94.
108 John Thorp / La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural
pudiendo requerir revisión para por adelantado, no pueden asignarse
adaptar los casos difíciles. límites a represalias que podrían vol-
verse justas. Pero la guerra proyecta
ii) Una versión ligeramente distin- su sombra sobre la paz. La ciudad
más justa no puede sobrevivir sin
ta de esta sostendría no solo que
“inteligencia”, esto es, sin espionaje.
una regla de justicia dada pueda El espionaje es imposible sin la sus-
haber sido formulada inadecua- pensión de ciertas reglas de derecho
damente, sino que todo el tema natural. Pero las sociedades no solo
de la ética y la política es tal que, son amenazadas desde fuera. Las con-
en principio, es imposible enmar- sideraciones aplicables a los enemigos
car reglas universales que puedan extranjeros bien podrían aplicarse a
ser válidas para todos los casos5. los elementos subversivos al interior
Esto nos recuerda la observación de la sociedad7.
frecuente que hace Aristóteles en
la Ética, de que en este tema uno Estos tres intentos por entender lo
no debe buscar el mismo grado de que Aristóteles tendría en mente son
precisión y claridad que uno bus- versiones de la idea de que es difícil
ca en las matemáticas, entre otras formular una ley natural con tal pre-
observaciones del Estagirita en cisión que cubra todos los casos po-
ese sentido6. sibles, y es por esta razón que puede
parecer que la ley natural es variable.
iii) Leo Strauss, teórico de la ley na- Sin embargo, existe una seria dificul-
tural, ofreció una interpretación tad con respecto a esta idea. Apenas
algo diferente. Él ubica la variabi- unas páginas más adelante, Aristóteles
lidad de los principios de justicia dedica todo un capítulo de la Ética a
en la salvedad, bastante especial, Nicómaco (Libro V. capítulo 10) preci-
de que tales reglas podrían tener samente a ese fenómeno, llamándolo
que ser suspendidas en casos ex- ‘equidad’, ἐπιεικεία. ¿Por qué no men-
cepcionales para asegurar la pre- cionaría aquí este término técnico, si
servación de la sociedad: en efecto es lo que tiene en mente?
Una sociedad decente no irá a la gue- B. Variabilidad empírica
rra sin justa causa. Pero lo que haga
na segunda línea principal de
U
durante la guerra dependerá en cierta
medida de lo que el enemigo la obli- interpretación ha buscado com-
gue a hacer; y es posible que se trate prender lo que podría significar
de un enemigo inescrupuloso y sal- decir que la justicia natural varía de
vaje. Los límites no pueden definirse una ciudad a otra, en lugar de intentar
ubicar dicha variación en casos par-
5 Algo parecido es sostenido en Winthrop ticulares; así, por alguna u otra razón
(1978: 1202; 1207-1208). exótica, los casos más bien varían por-
6 Ver por ej. 1094b11ff., 1098a25ff., 1104a1ff.,
1107a26ff., 1112a33ff. 7 Strauss (2013: 202).
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que no se ajustan a una determinada iii) Una idea ligeramente diferente,
regla dada en una ciudad, o debido a impulsada también por Burns,
la falta en las personas de un correcto distingue entre principios forma-
entendimiento de los principios. Esta les o abstractos de justicia y prin-
interpretación busca pues comprender cipios concretos de justicia. Los
cómo las reglas mismas de la justicia principios abstractos de justicia
natural pueden ser distintas en distin- son estables y universales, tanto
tos lugares, o en distintos momentos. moral como empíricamente: son
prescriptivamente universales y,
i) Cicerón fue quizás el primero en de hecho, toda sociedad los incor-
dar voz a la idea de que las reglas pora en sus leyes. Sin embargo,
de la justicia natural varían de para ser incorporados en las le-
una ciudad a otra debido a que yes, es decir, para que tengan una
son percepciones imperfectas de existencia concreta, deben “com-
las reglas verdaderas, las cuales binarse con ciertos principios de
son inmutables y eternas8; esta justicia legal o convencional”11. Lo
idea también la encontramos en que hace que los principios de la
Tomás de Aquino9. De esta ma- justicia natural varíen es su com-
nera resolvemos nuestro acertijo, binación con elementos conven-
diciendo que las verdaderas reglas cionales; son estos realmente los
de la justicia natural son invaria- que varían. Burns no parece dar
bles pero que su formulación, im- un ejemplo aquí. Y no queda cla-
perfecta, es variable. ro por qué un principio de justicia
natural no puede simplemente ser
ii) Una segunda idea, propuesta, establecido desprovisto de ele-
pero no favorecida por el teóri- mentos convencionales.
co político Tony Burns, es que
los principios de la justicia natu- C. Mal comportamiento:
ral son moralmente invariables, invariabilidad prescriptiva,
pero empíricamente variables: los varianza descriptiva.
principios tienen validez univer-
sal, pero hay sociedades que no l comentarista del medioevo
logran incorporar uno o algunos
de ellos en sus leyes. Son moral-
mente ubicuos, por así decirlo,
E temprano, Heliodoro, entendió
el citado capítulo de la siguien-
te manera. La justicia natural es en
pero en algún lugar en particular sí misma invariable; la justicia de los
uno u otro de ellos puede estar dioses es de este tipo. Sin embargo,
empíricamente ausente10. los juicios concretos que hacen los se-
res humanos sobre la justicia a veces
8 Sabine & Smith (1929: 215-216). pueden ser erróneos; nuestros juicios
9 Caramello (1952) 1a2ae, 94; 4 & 5.
10 Burns (1998: 156-158). 11 Burns (1998: 159).
110 John Thorp / La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural
sobre lo que es justo pueden variar tural y la ley de la naturaleza es ana-
de persona a persona, en uno u otro crónica si es aplicada a un pensador
momento. Es en este sentido que se del siglo 11 más aún a uno del siglo
puede decir que la justicia natural es 4 a. C. Y, sin duda, el único ejemplo
variable: la verdadera justicia no cam- de Aristóteles en este capítulo es un
bia, pero nuestros juicios erróneos ejemplo de tipo descriptivo, el ejem-
sobre la justicia pueden variar12. Esta plo de la mano diestra.
parece ser, no obstante, una respuesta La variedad de estas especulacio-
pálida a la cuestión de cómo interpre- nes acerca de lo que Aristóteles ten-
tar a Aristóteles aquí; pues no parece dría en mente en este elusivo capítulo
tomar muy en serio la intrigante idea es sorprendente14. Sin embargo, todas
de la justicia natural variable. Cabe tienen un punto en común: buscan
decir, sin embargo, que es una inter- encontrar una manera de entender la
pretación que caló en la tradición. En idea de que la justicia natural puede
el siglo 11, Miguel de Éfeso, al comen- ser invariable de una manera y varia-
tar este pasaje, escribe: “La justicia es ble de otra. Lo que voy a argumentar
invariable para aquellos que están de es que todas estas especulaciones van
acuerdo con la naturaleza y que no se muy desencaminadas al tratar de re-
apartan de la naturaleza, pero para solver un problema que no existe.
aquellos que están dispuestos a la Aristóteles no está diciendo que la
maldad (τοῖς κάκιστα διακειμενοῖς) justicia natural sea en parte invaria-
es cambiante”; o asimismo “si todos ble y en parte variable. Una lectura
estuvieran de acuerdo con la natura- correcta del capítulo, creo, muestra
leza, la justicia natural no variaría”13. que su intención es aún más radical:
Y aquí el punto parecería ser que las la justicia natural es enteramente va-
reglas de la justicia natural son mo- riable, no hay regla o principio de jus-
ral o prescriptivamente universales, ticia que no esté sujeto a alteración.
pero, por el simple hecho de que las De hecho, lo dice exactamente dos
personas no siempre las obedecen, no veces, en 1134b 29 y 32.
son descriptivamente universales. Es A continuación, me enfocaré en
posible que esta interpretación pon- dos momentos de este texto proble-
ga los pelos de punta a algún filósofo mático para mostrar cómo, a mi pa-
analítico moderno, que la verá como recer, los comentaristas tradicionales
una grotesca confusión de leyes des- se han equivocado, y para sugerir de
criptivas con leyes prescriptivas: una qué manera debería interpretarse.
confusión de leyes naturales con leyes
14 Es también sorprendente que, al concluir su
de la naturaleza. Quizás, sin embar- discusión sobre este pasaje, los comentaris-
go, convenga no apresurarnos en este tas magistrales Gauthier & Jolif (1858-
punto. La distinción entre la ley na- 1859: 396) expresen perplejidad en torno a
lo que Aristóteles pudo haber querido decir
con la variabilidad de la ley natural: “il res-
12 Heyblut (1889: 101-102). terait à se demander pourquoi varient les
13 Hayduck (1901: 47). déterminations de la justice naturelle”.
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Reconsiderando dos pasajes Todo lo que es variable es convencional
en el texto Todos los principios de la justicia son
variables
Todos los principios de la justicia son
i) “esto” (l. 27)
convencionales
in duda, el texto de E.N. V.7 no
S es sencillo, pero parece estar di-
ciendo que las reglas de la justi-
cia, sean estas convencionales o natu-
Aristóteles presenta este silogismo
sofista y luego lo comenta. ¿Qué es lo
que dice? Pues bien, justo después
de la última cláusula del argumento
rales, son variables. Veamos pues un
sofista (que en realidad es la premisa
poco más de cerca qué tenemos aquí.
menor) dice: “Esto no es así, aunque
Aristóteles critica un argumento que
lo es en un sentido”. De manera que
“algunos” ofrecen. Probablemente se
parece estar diciendo, que en cierto
trate de un argumento sofista, ya que
modo es verdad, y en cierto modo no
su conclusión es que todas las leyes no
es verdad, que “Todos los principios
son naturales sino más bien conven-
de la justicia son variables”.
cionales: algo sacado, precisamente,
La cuestión fundamental que
del manual phýsis-nómos de los sofis-
quiero plantear es la del referente
tas. Tal como está, el argumento dice:
de la primera palabra de la segunda
Toda justicia es convencional, ya que
frase, “esto” (1134b27). Si bien algu-
Lo que es por naturaleza es invariable y nas traducciones o comentarios lo
Todos los principios de la justicia son dejan tan indefinido como el griego
variables τοῦτο16, en casi todos los casos que
conozco donde es tomado como de-
Nótese que este es un silogismo finido, ha sido así para referir a la úl-
cuya conclusión se enuncia primero, tima cláusula de la oración anterior
seguida de las premisas mayor y menor. “las cosas justas varían”17; y todos los
Si contraponemos la premisa comentaristas claramente lo leen de
principal para hacer que los términos este modo18. Parece pues que lo que
se correspondan15, obtenemos que el no es simplemente verdadero, sino
silogismo es una instancia sencilla de
16 Por ej., Apostle (1975: ad loc.); Ross
Barbara: (1915: ad loc.); Broadie & Rowe (2002: ad
loc.).
15 Es cierto que en este capítulo lo natural y 17 La excepción es SINNOTT (2007), quien
lo convencional no son tratados como con- traduce τοῦτο no por ‘esto’, sino por ‘eso’,
trarios sino como contradictorios: no hay apuntando no a la cláusula inmediatamente
término medio. Habríamos preferido qui- anterior, sino a algo más remoto.
zás ver una gama de casos con ley natural 18 Por ej., Jackson (1879: 41); Rackham
invariable en un extremo, algo como dere- (1982: 295); Burnet (1900: 234); Grant
cho consuetudinario en el medio, y conven- (1866: Vol 2, 127); Stewart (1892: Vol
ciones arbitrarias en el otro extremo. Pero 1, 495); Gillies (1893: 260); Gauthier
aquí solo tenemos las dos categorías, y todo & Jolif (1958-1959: Vol 2, 394); Tricot
lo que no está en una está en la otra. (1959: 251).
112 John Thorp / La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural
verdadero en cierto modo, es: “que dice que “Toda justicia es convencio-
las reglas de la justicia varían”. Y de nal” –la conclusión del argumento so-
esta manera nace la larga tradición de fista– no es verdadera de manera no
comentaristas que buscan encontrar cualificada, pero verdadera en cierto
una manera en que la justicia pueda sentido? ¿Cómo es eso en parte verda-
ser variable e invariable a la vez; va- dero y en parte no verdadero?
riable en un nivel pero invariable en Esto nos lleva al segundo momen-
otro, o variable en un sentido pero to problemático del texto, concer-
invariable en otro, o variable bajo al- niente a los dioses.
gunas condiciones pero normalmente
invariable. ii) los dioses
Sin embargo, como ya he señala-
do, en las siguientes líneas Aristóteles Las oraciones sobre los dioses
dice, dos veces, y muy explícitamente, son, por decir lo menos, algo oscuras.
que toda justicia es variable. Lo cual ¿Cómo concibe Aristóteles el rol que
es claramente incompatible con la juegan los dioses en la imagen que
afirmación de que la variabilidad de está desplegando?
la justicia es una especie de fenómeno En general, según la manera tradi-
parcial o intermitente. cional de entenderlo, los dioses, en su
Lo que sugiero es que estos pro- reino perfecto y sublime, viven ente-
blemas surgen porque los comenta- ramente de acuerdo con las verdades
ristas han entendido mal “esto”. O, eternas de la justicia natural. “En el
con mayor precisión, han entendido cielo”, dice Burnet, “hay una ‘justicia
mal cuál es su referencia. Han asu- inmutable’”19. En contraste, los seres
mido que “esto” refiere a la cláusula humanos viven en un ámbito más
inmediatamente anterior “Todos los oscuro y menos perfecto, con mu-
principios de la justicia son varia- chas reglas de justicia convencionales,
bles” y así iniciaron la investigación cambiantes e inconstantes, las cuales,
acerca de cómo aquello puede ser aunque pueden intentar capturar las
en cierto modo verdadero y en otro verdaderas reglas eternas, inevitable-
no. Lo que sugiero es que “esto” más mente quedan cortas.
bien refiere, no a la cláusula anterior, Este, por supuesto, es un punto
sino al argumento anterior como un de vista que encaja muy bien con la
todo (que de hecho es una oración); teología filosófica estoica y cristiana:
o, más precisamente, a su conclu- el Dios que mora en solemne impa-
sión, que es aquí la primera cláusula sibilidad. Pero nótese que Aristóteles
del texto, es decir: “Toda justicia es no está hablando de Dios, sino de dio-
convencional”. ses: el terreno donde él se encuentra
Por supuesto, con esta revisión de es griego, politeísta, donde los dio-
cómo entender la referencia de “esto”, ses realizan sus belicosas travesuras.
se nos presenta un nuevo problema.
¿Qué quiere decir Aristóteles cuando 19 Burnet (1900: 234, nota ad loc.).
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¿Qué está diciendo entonces Aristó- pectativa sobre su comportamiento.
teles acerca de los dioses? Ellos pueden sentir celos, pueden es-
Pues bien, parece estar diciendo tar enojados, pueden ser vengativos,
exactamente lo contrario de lo que pero el remordimiento no es propio
los comentaristas teístas antes aludi- de los dioses olímpicos. De manera
dos asumieron que él estaba diciendo. que quizás simplemente carecen de
Él no está diciendo que los dioses vi- conciencia moral, de un sentido mo-
van en un mundo de justicia natural ral integrado acerca de lo que deben
pura y sin problemas, etéreamente o no deben hacer. Quizás, como dice
alejado del desordenado mundo de Aristóteles, ἴσως.
los humanos: más bien está diciendo Estamos considerando pues la
que ¡entre los dioses, quizás, no hay cuestión acerca de, de qué manera es
justicia natural en absoluto! cierto y de qué manera es falso que
toda justicia es convencional. La res-
Quizá entre los dioses no lo sea de puesta es que, entre los dioses, quizás
ninguna manera, pero entre los sea cierto que toda justicia es conven-
hombres hay una justicia natural…. cional; entre los humanos, sin embar-
(1134b29)
go, esto es falso: vivimos con las res-
καίτοι παρά γε τοῖς θεοῖς ἴσως
οὐδαμῶς, παρ᾽ ἡμῖν δ᾽ ἔστι μέν τι
tricciones tanto de la justicia natural,
καὶ φύσει como las de las convenciones. Lo cual,
por supuesto, nos plantea la pregunta
Este es un contraste exactamente crítica: ¿qué quiere decir Aristóteles
opuesto al que normalmente se ha con justicia natural, o ley moral natu-
supuesto entre los dioses y nosotros. ral, en esta discusión? ¿Cuál sería un
Mientras que nosotros conducimos ejemplo de un principio de justicia
nuestras vidas en medio de reglas de natural que podamos hallar entre los
justicia tanto naturales como conven- humanos, pero no entre los dioses?
cionales, el mundo de los dioses quizá Permítanme recordar una famosa
carezca de justicia natural. Si cuentan historia de Heródoto21. El rey Darío
con algunas reglas de justicia (y en quedó impresionado por cómo dife-
otro lugar Aristóteles dice que no las rentes pueblos pueden tener tradicio-
tienen20), entonces esas reglas son pu- nes y valores morales profundamente
ramente convencionales. distintos. En cierta ocasión reunió a
¿Cómo explicar esta interpre- algunos griegos, cuya práctica fune-
tación? Bueno, recordemos la gran raria era la de quemar los cadáveres
variedad de historias acerca de los de sus padres, con unos calatianos
dioses olímpicos. No hay muchas (una tribu de la India), cuya práctica
escenas de uno u otro dios sintiendo funeraria era comerse los cadáveres
remordimiento, sintiendo que él o de sus padres. Los griegos encontra-
ella ha violado alguna importante ex- ron la idea de comerse los cadáveres
20 Ética nicomaquea 1178b10 21 Godley (1995: 3.38).
114 John Thorp / La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural
de sus padres absolutamente repug- de invitado-anfitrión, la obligación
nante; y los calatianos encontraron la de χάρις, de que cuando uno recibe
idea de quemar los cadáveres de sus un obsequio dado de manera desinte-
padres absolutamente repugnante. resada, se espera de uno también dar
Lo que Darío estaba ilustrando era a cambio un obsequio de manera des-
cuán profundamente arraigados pue- interesada23. Recordamos también los
den estar los distintos imperativos deberes hacia a los dioses: la instruc-
sociales en una población: para los ción que Sócrates dio cuando mo-
calatianos, hacer justicia a sus padres ría fue que alguien debería recordar
fallecidos consistía en comerse sus saldar la deuda religiosa sacrificando
cadáveres; para los griegos consistía un gallo a Asclepio. Es fácil pensar,
en quemarlos. Aristóteles había leído en nuestro propio tiempo en valores
a Heródoto y, en todo caso, esta dra- morales, en imperativos sociales de
mática historia, escrita un siglo antes, este tipo, que yacen tan profunda-
habría sido seguramente moneda co- mente en el alma que hasta cuentan
rriente en la Atenas de Aristóteles. como instintivos, pero que de hecho
Este tipo de valor profundamente varían de un pueblo a otro o a lo largo
arraigado, creencia moral, es lo que del tiempo. En el mundo académico
creo que Aristóteles tiene en mente defendemos la propiedad intelectual
aquí cuando habla de justicia natu- como algo sagrado y, en consecuen-
ral. Nótese que estas costumbres pro- cia, reprobamos el plagio con fero-
fundamente arraigadas son variables cidad; sabemos que en algunas otras
–varían entre pueblos– pero no son culturas repetir exactamente las pa-
convencionales: no son establecidas labras del maestro es lo que el estu-
por medio de edictos o decretos: son diante debe esforzarse por hacer. O el
fuerzas, para citar a Sófocles, “cuyo honor: hace siglo y medio, en nuestra
origen nadie conoce”. Un agente se propia cultura, un insulto proferido a
sentirá fuertemente atado por tales un hombre lo obligaba a buscar repa-
fuerzas; ellas corren por la sangre. ración, probablemente en un duelo. Y,
Son, hablando con cierta ligereza, in- en nuestro propio tiempo, en todo el
natas, ‘naturales’ en ese sentido22. mundo, hay culturas en las que la pre-
Por supuesto, no son solo prácti- servación del honor familiar, unido a
cas funerarias las que están en juego la pureza sexual de las hijas, es el ma-
aquí. Hay muchos valores o princi- yor imperativo moral. Y hay disputas
pios morales que ejercen una gran sangrientas entre tribus mantenidas
fuerza sobre las personas. Así, recor- a lo largo de la historia, cada nueva
damos de la Era Heroica la obligación generación imbuida de esa obligación
desde sus primeros años. La gran es-
22 Más estrictamente, querríamos decir que tudiosa de estos imperativos morales,
son cuestiones de cultura, embebidas a tra- tan profundamente distintos a través
vés la leche materna. Pero Aristóteles no te-
nía nuestro sentido, finamente afinado, del
debate entre naturaleza y crianza. 23 MacLachlan (1993: 4-12).
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de las sociedades, fue, por supuesto, fue tomada por un legislador: el asun-
la antropóloga estadounidense Ruth to en sí es indiferente, pero una vez
Benedict24. que la ley positiva ha sido decretada,
La prueba de Aristóteles para pre- es vinculante. Lo convencional es pro-
ceptos convencionales, esbozada al ducto de la consecución y el estableci-
comienzo de nuestro texto, consiste miento de una convención.
en que se trata de cosas que son origi- Imperativos sociales, tales como los
nalmente indiferentes, pero que, una rituales funerarios de los griegos o de
vez la ley ha sido aprobada, se vuelven los calatianos, serían obviamente con-
vinculantes. Un ejemplo familiar y es- siderados convencionales por los sofis-
tándar para nosotros sería la costum- tas –ya que varían de un lugar a otro;
bre de conducir por el lado derecho de pero para Aristóteles contarían como
la carretera: en sí misma no importa naturales– ya que no fueron determi-
si la regla es conducir por la derecha nados por un legislador a la manera de
o por la izquierda, sin embargo, una un decreto arbitrario. Y es por eso que
vez que la elección arbitraria ha sido Aristóteles puede decir aquí que las
hecha y la ley ha sido aprobada, esta- leyes naturales son variables: está pen-
mos sujetos a ella. Grandes muestras sando en imperativos sociales de este
de decoro, tales como la obligación tipo. Y es por eso también que sostiene
huésped-anfitrión, o la importancia que entre los dioses falta la categoría de
primordial del honor familiar, no pa- leyes naturales: ellos retozan sin estar
san esa prueba por ser convenciona- constreñidos por imperativos morales
les. Aristóteles las llamaría naturales. profundamente arraigados provenien-
Todos los preceptos morales, todas tes de tiempos inmemoriales: los dio-
las reglas de la justicia, son variables; ses no sienten tales restricciones.
pero mientras algunas de ellas son ob- Así pues, la visión de la justicia
viamente convencionales, estableci- natural de Aristóteles en absoluto
das por algún decreto arbitrario, otras consiste en que sus reglas sean uni-
son naturales, pues yacen mucho más versalmente iguales, invariables; sino
profundamente en el alma. más bien, sus reglas pueden variar
El desacuerdo de Aristóteles con la dramáticamente de un pueblo a otro,
visión sofista podría verse como una de una ciudad a otra. Pero, mientras
diferencia de lenguaje técnico, la cual esas reglas no sean el tipo de cosas
podría ser presentada de la siguiente que se establecen por algún decreto
manera. Allí donde los sofistas pensa- arbitrario, son naturales. De manera
rían que cualquier ley que sea variable que Aristóteles no suscribe en absolu-
o modificable es, por lo tanto, con- to los principios típicos y fundamen-
vencional, Aristóteles restringiría el tales de lo que en ética llamamos teo-
término ‘convencional’ a casos donde ría de la ley natural. Por tanto, la ley
una decisión esencialmente arbitraria natural, la justicia natural, es variable.
Podría parecer, sin embargo, que
24 Benedict (1934). estamos dejando algo fuera de escena.
116 John Thorp / La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural
Ciertamente, es verdad que el pasaje y Alcidamante tal vez pensaron que
de la Retórica con el que comenzamos habían captado una ley natural de
tiene en perspectiva leyes universales, validez universal, pero no fue así. La
eternas e inmutables. Ya sea que, al apelación a la ley natural fue una bue-
final, Aristóteles crea o no que tales na táctica retórica, sin duda, pero…
leyes existen, ciertamente tiene el con- Resulta que una discusión en la
cepto de ellas. Si le presentásemos un Retórica a Alejandro (1421b37 ss.)
ejemplo plausible de un principio de nos proporciona algunos ejemplos
justicia universal e inmutable, ¿cómo más plausibles de principios comunes
justificaría su afirmación de que todos de justicia. Se cree que esta obra es de
los principios de justicia son variables? un alumno de Aristóteles; pero ya que
Podríamos primero observar, por debemos suponer que este tema fue
cierto, que los ejemplos de supuestos muy discutido en el Liceo, creo que
principios universales, leyes de la na- podemos considerar que los ejemplos
turaleza, proporcionados en la Retó- son típicos. Entre ellos se encuentran:
rica no son demasiado convincentes. honrar a los padres y devolver el bien
Ciertamente, el mandato de Empédo- a nuestros benefactores. Estos son
cles contra la matanza de seres vivos y principios de justicia que uno pensa-
la obligación implícita del vegetaria- ría traspasan los límites de la ciudad,
nismo no se habrían aceptado en la que no son simplemente leyes con-
Atenas de Aristóteles. Tengo menos suetudinarias locales. ¿Cómo podría
certeza acerca del disgusto de dejar defender Aristóteles la idea de que
cadáveres sin enterrar; ciertamente principios como estos son variables?
fue un gran tabú en la Era Heroica; Creo que la respuesta radica en el he-
no tengo la impresión de que haya cho sorprendente de que Aristóteles
sido una cuestión de repugnancia está pensando en dos tipos diferentes
en la época Clásica. El escoliasta nos de variabilidad.
dice que, en este capítulo de la Retó-
rica, Aristóteles mencionó también Dos tipos de variabilidad
un tercer ejemplo, el dicho de Alci-
damante que ‘Dios ha dejado libres a e venido asumiendo que, cuan-
todos los hombres; la Naturaleza no
ha hecho esclavo a ningún hombre’.
El mismo Aristóteles, notoriamente,
H do Aristóteles dice que los pre-
ceptos de la justicia son cam-
biantes o variables, tiene en mente el
no habría aceptado esto como una tipo de caso que acabo de describir:
ley natural, un principio universal de creencias y valores morales profun-
justicia. ¿Hay candidatos más plausi- damente arraigados que pueden va-
bles para leyes naturales universales? riar entre pueblos: de tribu en tribu,
Los propios ejemplos de Aristóteles de ciudad en ciudad, y con el tiempo.
de supuestas leyes naturales sugieren Pero, en realidad, puede haber más
que no se tomó esta categoría dema- que eso. Permítanme centrarme aho-
siado en serio: Empédocles, Antígona ra en la oración final del texto que
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estamos considerando, las observa- en el idioma mismo. (En algunos luga-
ciones sobre la superioridad natural res del mundo de habla hispana, ‘zur-
de la mano derecha y la posibilidad do’ tiene el significado secundario de
de que todos podríamos llegar a ser ‘torpe’ –en la nota 26, abajo, sostengo
ambidextros. que probablemente ocurra lo mismo
Algunos de los primeros comen- en griego antiguo). Pero este pasaje de
taristas de esta parte del texto, en par- Aristóteles no trata de ese asunto; trata
ticular Heliodoro25, se enfrascaron en de ambidestreza y de la posibilidad de
la desagradable pero familiar diatriba que todo el mundo podría entrenarse
sobre cómo la derecha es mejor que la para volverse ambidextro.
izquierda, y que las personas diestras Hay un pasaje en Magna Moralia
se ajustan a la naturaleza mientras que que resulta útil aquí. El pasaje co-
las personas zurdas son contrarias a mienza (1194b30-37):
30 De las cosas justas, unas lo son por na- Τῶν δὲ δικαίων ἐστὶ τὰ μὲν
turaleza y otras por ley. Pero lo justo por φύσει τὰ δὲ νόμῳ. δεῖ δ᾿ οὕτως
naturaleza es preciso entenderlo no en el ὑπολαμβάνειν μὴ ὡς μηδέποτε
sentido de que no pueda cambiar nunca. Y ἂν μεταπεσόντα· καὶ γὰρ τὰ
es que incluso las cosas que son por natura- φύσει ὄντα μεταλαμβάνουσι
leza participan del cambio. Me refiero, por μεταβολῆς. λέγω δ᾿ οἷον εἰ τῇ
ejemplo, a que si todos practicásemos siem- ἀριστερᾷ μελετῷμεν πάντες
pre el lanzamiento con la mano izquierda, ἀεὶ βάλλειν, γινοίμεθα ἂν
llegaríamos a ser ambidiestros. Pero la mano ἀμφιδέξιοι· ἀλλὰ φύσει γε
35 izquierda es por naturaleza la mano izquier- ἀριστερὰ ἐστίν, καὶ τὰ δεξιὰ
da26, y la mano derecha seguirá siendo por οὐδὲν ἧττον φύσει βελτίω ἐστὶ
naturaleza mejor que la izquierda, aunque τῆς ἀριστερᾶς, κἂν πάντα
sepamos hacer todo con la izquierda igual ποιῶμεν τῇ ἀριστερᾷ καθάπερ
que con la derecha27. τῇ δεξιᾷ 28.
la naturaleza. Se trata de una creen- La autenticidad de esta obra es
cia que tiene una historia terrible en debatida pero, quienquiera que la
nuestra cultura, pero que ha quedado haya escrito, sigue la misma fe de las
profundamente arraigada, consagrada otras obras éticas de Aristóteles y, por
lo tanto, cuando esta obra trata un
25 Heyblut (1889: 101-102). tema de manera más completa que las
26 Parece estrambóticamente pleonástico de- otras, se puede confiar en ella. Preci-
cir que la mano izquierda es naturalmente samente ella (Magna Moralia, 1, 33)
la mano izquierda; sugiero que, así como nos proporciona una discusión sobre
δεξιός tenía el significado secundario de
diestro, hábil, así ἀριστερός probablemente
el asunto de la ambidestreza y la supe-
tenía, como significado secundario, torpe, rioridad natural de la mano derecha,
tosco. La oración entonces leería: “Pero la en conexión con la distinción entre
mano izquierda es por naturaleza la mano justicia natural y convencional. Si to-
torpe, y la mano derecha seguirá siendo por
naturaleza mejor que la izquierda [….]” 28 Texto griego de la edición de Susemi-
27 Martínez Manzano & Rodríguez Du- hl (1883); reproducido en Armstrong
plá (2011: ad loc.). (1935).
118 John Thorp / La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural
mamos en serio este ejemplo de ambi- a tus enemigos”. Si esto contara como
destreza y seguimos sus implicaciones, un precepto natural, y creo así es, en-
obtendremos un resultado realmente tonces, como es sabido, encontramos
notable. Hasta aquí he entendido que a Sócrates, en la República, tratando
la variabilidad de la justicia natural se de cambiarlo, es decir, sugiriendo que
debe a que sus preceptos difieren de el precepto debería más bien ser “haz
un estado a otro, de un pueblo a otro. el bien a tus amigos y enemigos por
Pero lo que tenemos aquí es un senti- igual”. En otras palabras, Sócrates se
do de variabilidad bastante distinto. La propuso aquí, en el ámbito de la éti-
gente puede comprometerse a cambiar ca, mejorar en cuanto naturaleza. En
activamente sus inclinaciones natu- nuestra propia cultura, en nuestro
rales. Por lo tanto, aunque la mayoría propio tiempo, hemos visto grandes
nacemos diestros, podemos lograr, a alteraciones de la ‘ley natural’, por
través del ejercicio, convertirnos en ejemplo, en la resistencia al racismo,
ambidextros. Es decir, ‘podemos me- a la misoginia y a la homofobia.
jorar en cuanto a naturaleza’. Si esto es correcto, si tenemos ra-
Cabe destacar aquí que no se trata zón en tomar seriamente las implica-
sólo de desobedecer las inclinaciones ciones del ejemplo de la ambidestre-
naturales de forma aislada o episódi- za, entonces encontraremos la con-
ca; si nos tomamos en serio la analo- clusión verdadera, la razón de fondo
gía de la ambidestreza, lo que se está por la que Aristóteles no debe ser
proponiendo es que nos entrenemos incluido entre los teóricos de la ley
para adquirir un hábito o habilidad natural. Y esta razón consiste en que,
que sea mejor que aquello con lo que para él, lo que es natural no es nece-
la naturaleza nos ha dotado. Nuestras sariamente lo mejor. Y esto realmente
inclinaciones naturales, en la analo- rechaza la premisa fundamental de la
gía, siguen siendo nuestras inclina- teoría de la ley natural.
ciones naturales, pero aprendemos a
mejorarlas. Una objeción respondida
La ambidestreza es un ejemplo
atlético; pero no es difícil pensar e objetará aquí que la idea mis-
también en ejemplos morales. La
ley consuetudinaria de la Retórica a
Alejandro de que debemos honrar a
S ma de mejorar la naturaleza
apela a una medida objetiva o
estándar de bondad, de excelencia, y
nuestros padres, por ejemplo, podría que esto parece socavar el rumbo de
ampliarse a la consideración de que mi argumento en contra de conside-
debemos honrar no solo a nuestros rar a Aristóteles como un teórico de
padres, sino a nuestros mayores en la ley natural. ¿No he estado acaso
general. O también, como sabemos, argumentando que Aristóteles se re-
un precepto moral muy extendido en siste a cualquier idea de un estándar
el mundo griego era que, en general, moral absoluto, eterno, integrado en
“debes hacer bien a tus amigos y dañar la naturaleza?
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Quizás la manera de aclarar esto un principio fundamental de la teo-
sea sugerir que Aristóteles está aquí ría. Los comentaristas aprovechan el
pensando y escribiendo más al modo hecho de que Aristóteles parece luego
de un historiador social que al modo suavizar esta afirmación, al decir que
de un filósofo abstracto. Él está obser- es en parte cierto y en parte falso que
vando que la gente puede realmente tales reglas cambien. Y esta salvedad
exaltarse y ofuscarse a partir de su desencadenó siglos de cavilaciones
propia certeza acerca de algún u otro acerca de cómo esto podría ser el
principio moral que les parezca na- caso, y más aún, de cómo podría ser
tural; pueden llegar a pensar que se posible salvar a Aristóteles como un
trata de una verdad eterna, inmutable, teórico de la ley natural.
y existente, por así decirlo, en la natu- He argumentado que la lectura
raleza. Pueden escribir versos poéticos tradicional del capítulo comete dos
y conmovedores al respecto (piensen errores importantes acerca del texto;
en Empédocles, Antígona de Sófocles, cuando estos errores son corregidos,
en Alcidamante). Y la observación iró- todo el asunto luce muy diferente. El
nica de Aristóteles acerca de tales su- primer error es acerca de la referencia
puestos principios eternos es que, tar- de una palabra, el pronombre demos-
de o temprano, cambian: ya no obtie- trativo “esto”, τοῦτο; este refiere a la
nen el amplio asentimiento que alguna conclusión de todo un argumento, en
vez obtuvieron y comienzan más bien lugar de solo a su premisa menciona-
a ser sometidos a revisión. De manera da inmediatamente antes. El segundo
que quizás Aristóteles no está diciendo error tiene que ver con los dioses; ha
que, definitivamente, no podría existir sido irresistible para los comentaris-
un principio moral eterno en la natu- tas asumir la referencia a los dioses
raleza –sino solamente que él nunca como una invocación a la idea estoica
ha visto uno que realmente haya so- o cristiana de la deidad existente en
brevivido a la prueba del tiempo. impasible perfección; yo sostengo
más bien que Aristóteles está pensan-
Conclusión do en los belicosos dioses olímpicos
de la mitología griega, que son todo
l capítulo de Aristóteles acer- menos impasibles y cuya brújula mo-
E ca de la justicia natural ha sido
durante mucho tiempo un lugar
muy problemático para los comenta-
ral es decididamente superficial. Solo
hay que corregir estos errores al leer
el texto y la imagen completa lucirá
ristas. Parece muy difícil ajustarlo a muy diferente.
la visión estándar de que Aristóteles Lo que Aristóteles está diciendo
fue uno de los fundadores de la teo- es que los humanos, a diferencia de
ría del derecho natural en la ética. los dioses, tenemos principios natu-
Él afirma en este capítulo –o parece rales de justicia que son ‘innatos’. No
afirmar– que las reglas naturales de la son producto de la legislación y no
justicia son cambiantes, lo cual niega sabemos realmente de dónde vienen.
120 John Thorp / La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural
Sin embargo, están profundamente Gauthier, R.A., O.P., y Jolif, J.Y., O.P.
arraigados en nuestras almas y es- (trads. y comp.) (1958-1959). Aris-
tamos convencidos de su verdad, su tote. L’Éthique à Nicomaque. Intro-
universalidad y su eternidad. Ahora duction, traduction et commentaire.
Louvain: Publications universitaires.
bien, resulta que tales principios pue-
den variar de una ciudad a otra, de una Gillies, J. (trad.) (1893). Aristotle. Aristo-
tribu a otra, de una sociedad a otra; y tle’s Ethics. London: Routledge.
seguramente también cambiarán con Godley, A.D. (trad.) (1995 [11921]).
el tiempo. Además (y esta es la sorpre- Herodotus. Books III-IV. Cambridge
sa a la que aludo en mi título), los hu- Mass. & London: Harvard University
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manos tenemos la capacidad de tras-
cender tales principios naturales de la Grant, A. (ed.) (1866). Aristotle. The Eth-
justicia, de resistir su poder instintivo, ics of Aristotle. London: Longmans,
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y de apuntar hacia aquello que parezca
mejor. Nuestros principios de justicia Hayduck, M. (ed.) (1901). Michael
naturales e innatos no solo son varia- Ephesius. In Librum Quintum Ethi-
corum Nicomacheorum Commenta-
bles e inestables; éticamente, no son lo
rium. Berolini: Academia Borussica.
decisivo y fundamental. (Commentaria in Aristotelem Graeca,
Aristóteles no fue un partidario 22.3).
de la teoría de la ley natural de la mo-
Heylbut, G. (ed.) (1889). Heliodorus. In
ralidad y, lo que es más enfático, no Ethica Nicomachea Paraphrasis. Bero-
fue su fundador. lini: Academia Borussica. (Commen-
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Recibido: 02-10-2021
Evaluado: 10-10-2021
Aceptado: 13-10-2021
122 John Thorp / La sorpresiva explicación de Aristóteles sobre la justicia natural