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Posadas Temas

Novena preparatoria para la celebración del nacimiento del Señor con temas sobre la acogida e indicaciones generales para realizarla en compañía de vecinos del barrio.
Derechos de autor
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Posadas Temas

Novena preparatoria para la celebración del nacimiento del Señor con temas sobre la acogida e indicaciones generales para realizarla en compañía de vecinos del barrio.
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NOVENA PREPARATORIA PARA LA

CELEBRACIÓN DEL NACIMIENTO DEL SEÑOR.

Guatemala, 2022
Indicaciones Generales:
 Deben organizarlo junto a los vecinos y grupos parroquiales asignados.

 El tema para reflexionar será impartido por un integrante del grupo parroquial
o koinonía.
• Si desean invitar a alguien de afuera, deben pasar previamente el nombre
a Padre Mauricio.

 Los gastos son sufragados por los vecinos, grupo y koinonía.

 La logística de sillas, sonido y demás, debe organizarlo cada grupo.

 Previamente se asigna una casa en donde se quedará la Posada esa noche


para que, al otro día, salga hacia la siguiente ubicación.
• Se invita a la familia a realizar una oración ya llegada la noche, en
compañía de los Santos Peregrinos.
• Al siguiente día, antes de retirarse, se agradece a la familia por darle
posada los Santos Peregrinos y se realiza una oración de bendición.

 En los avisos deben comunicar que, al siguiente día, se juntarán


en la casa donde se quedará la posada para acompañarla hacia la siguiente
ubicación.

Esquema General:
1. Canto tradicional para pedir posada.
2. Dinámica rompehielos e integración.
3. Celebración de la Palabra:
 Oraciones / Rito Penitencial
 Lectura de la Biblia
 Predicación / Reflexión
 Oración
4. Avisos y Oración Final
5. Actividad Distintiva Creativa
6. Refacción
Día Primero

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino


de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel
para recibir al Salvador; hoy nosotros en esta posada nos vamos a
preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la
venida de Dios entre nosotros.

(elegir un canto de Adviento o de Navidad)

Señor, mira a tu pueblo aquí reunido y concédenos un corazón abierto


y dispuesto para recibir la salvación que nos ofreces a través de tu
Hijo Jesucristo, que ha venido a traernos vida y reconciliación, que vive
y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos
de los siglos. Amén.

Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros pecados.


Especialmente, cuando hemos sido egoístas y no atendemos con
caridad las necesidades de los demás. Digamos todos:
Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Lectura del Evangelio según San Lucas 1, 26-33

Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una joven virgen que estaba comprometida en
matrimonio con un hombre llamado José, de la familia de David. La virgen
se llamaba María.

Llegó el ángel hasta ella y le dijo: -Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo.– María quedó muy conmovida al oír estas palabras, y se
preguntaba qué significaría tal saludo. Pero el ángel le dijo: -No temas,
María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y
darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y
justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de
su antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su
reinado no terminará jamás.- Palabra del Señor.
Les anunciamos la venida de Cristo, y no solo a una sino también a una
segunda que será sin duda mucho más gloriosa que la primera. La primera
se realizó en el sufrimiento, la segunda traerá consigo la corona del Reino.
Porque en nuestro Señor Jesucristo casi todo presenta una doble
dimensión. Doble fue su nacimiento: uno, de Dios, antes de todos los siglos;
otro, de la Virgen, en la plenitud de los tiempos. Doble su venida: una en la
oscuridad calladamente, como lluvia sobre el césped; la segunda, en el
esplendor de su gloria, que se realizará en el futuro.

En la primera venida fue envuelto en pañales y recostado en un pesebre; en


la segunda aparecerá vestido de luz. En la primera sufrió en la cruz, pasando
por encima de la ignominia; en la segunda vendrá lleno de poder y de gloria,
rodeando de todos los ángeles.
San Cirilo de Jerusalén

Para que recorriendo junto a María y José el camino a Belén abramos sin
miedo nuestro corazón a Cristo. Oremos. R/Ven, Señor, no tardes

Para que sepamos recibir a Cristo en esta Navidad. Oremos. R/

Para que por medio de los sacramentos y la vida de gracia preparemos


nuestro corazón para recibir a Cristo. Oremos. R/

(se pueden añadir otras peticiones)

Padre Nuestro… Ave María… Gloria…

Infunde Señor tu gracia en nuestros corazones, para que


habiendo conocido por el anuncio del ángel la encarnación de tu Hijo,
seamos llevados, por su pasión y muerte, a la gloria de la resurrección. Por
Cristo, nuestro Señor. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amen.
Día Segundo

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino


de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel
para recibir al Salvador; hoy nosotros en esta posada nos vamos a
preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la
venida de Dios entre nosotros.

(elegir un canto de Adviento o de Navidad)

Señor Dios nuestro, ayúdanos a saber construir en el mundo un


pueblo según tu corazón, donde reine la justicia, el amor y la
fraternidad. Te lo pedimos por tu Hijo, en quien somos tus hijos,
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros pecados.


Especialmente, cuando hemos sido egoístas y no atendemos con
caridad las necesidades de los demás. Digamos todos:
Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Lectura del Evangelio según San Lucas 1, 34-38

«María entonces dijo al ángel: -¿Cómo puede ser eso, si yo soy


virgen?- Contestó el ángel –El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que
nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel está
esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se
encuentra ya en el sexto mes del embarazo.

Para Dios, nada es imposible.– Dijo María: -Yo soy la servidora del
Señor, hágase en mi tal como has dicho.– Después la dejó el ángel.»

Palabra del Señor.


María fue fiel ante todo cuanto, con amor se puso a buscar el sentido
profundo del designio de Dios en ella y para el mundo. ¿Cómo sucederá
esto?, preguntaba ella al ángel de la anunciación.

Ya en el antiguo testamento el sentido de esta búsqueda se traduce en una


expresión de rara belleza y extraordinario contenido espiritual. “Buscar el
Rostro del Señor”. No habrá fidelidad si no hubiere en la raíz esta ardiente,
paciente y generosa búsqueda; si no se encontrara en el corazón del
hombre una pregunta, para la cual solo Dios tiene respuesta, mejor dicho,
para la cual sólo Dios es la respuesta.
San Juan Pablo II

Para que al igual que María, tengamos un alma llena de gracia para escuchar
el llamado de Dios. Oremos. R/Ven, Señor, no tardes

Para que por medio de la oración como lo hacía María, descubramos nuestra
vocación. Oremos. R/Ven, Señor, no tardes

Para que sepamos imitar la fidelidad de María a la voluntad de Dios. Oremos.


R/Ven, Señor, no tardes

(se pueden añadir otras peticiones)

Padre Nuestro… Ave María… Gloria…

Concede, Señor, a los que vivimos oprimidos por la antigua esclavitud


del pecado a ser liberados por el nuevo y esperado nacimiento de tu
Hijo. Él, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es
Dios por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amen.
Día Tercero

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino


de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel
para recibir al Salvador; hoy nosotros en esta posada nos vamos a
preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la
venida de Dios entre nosotros.

(elegir un canto de Adviento o de Navidad)

Señor, Padre de bondad, concédenos ser hijos tuyos como tu Hijo, que
buscó y amó siempre tu voluntad por encima de todas las cosas. Te
lo pedimos por Él que es nuestro Señor y vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros pecados.


Especialmente, cuando hemos sido egoístas y no atendemos con
caridad las necesidades de los demás. Digamos todos:
Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Lectura del Evangelio según San Mateo 1, 18-21

Este fue el principio de Jesucristo: María, su madre, estaba


comprometida con José; pero antes de que vivieran juntos, quedó
embarazada por obra del Espíritu Santo. Su Esposo, José, pensó
despedirla, pero como era un hombre bueno, quiso actuar
discretamente para no difamarla. Mientras lo estaba pensando, el
Ángel del Señor se le apareció

en sueños y le dijo: -José, descendiente de David, no tengas miedo de


llevarte a María, tu esposa, a tu casa; si bien está esperando por obra
del Espíritu Santo, tú eres el que pondrás el nombre al hijo que dará a
luz. Y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.-

Palabra del Señor.


El Verbo de Dios, incorpóreo, incorruptible e inmaterial, vino a nuestro
mundo, aunque tampoco se hallaba lejos, pues nunca parte alguna del
universo se hallaba vacía de él, sino que lo llenaba todo en todas partes, ya
que está junto al Padre.

Pero Él vino en su benignidad hacia nosotros, y en cuanto se nos hizo


visible. Tuvo piedad de nuestra raza y de nuestra debilidad y, compadecido
de nuestra corrupción, no soportó que la muerte nos dominase, parque no
pereciese lo que había sido creado, con lo que hubiera resultado inútil la
obra de su Padre al crear al hombre, y por eso tomó para sí un cuerpo como
el nuestro, ya que no se contentó con habitar en un cuerpo, ni tampoco
hacerse simplemente visible, hubiera podido ciertamente asumir un cuerpo
más excelente; pero él tomó nuestro mismo cuerpo.
San Atanasio.

Para que el nacimiento de Cristo sirva para renovar nuestra alma. Oremos.
R/ Te rogamos, Señor.

Para que por medio de nuestros actos diarios demos testimonio de la


presencia de Dios entre nosotros. Oremos. R/ Te rogamos, Señor.

Para que al igual que José y María sepamos llevar a Cristo todas las almas.
Oremos. R/ Te rogamos, Señor.

(se pueden añadir otras peticiones)

Padre Nuestro… Ave María… Gloria…

Dios y Señor nuestro, que en el parto de la Virgen María has querido revelar
al mundo entero el esplendor de tu gloria, asístenos con tu gracia, para que
proclamemos con fe integra y celebremos con piedad sincera el
misterio admirable de la encarnación de tu Hijo, Él, que vive y
reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los
siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.


Día Cuarto

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino


de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel
para recibir al Salvador; hoy nosotros en esta posada nos vamos a
preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la
venida de Dios entre nosotros.

(elegir un canto de Adviento o de Navidad)

Señor de bondad, tú que nunca te olvidas de tus criaturas, aunque


ellas se olviden de ti, concédenos la gracia de reconocer el amor
inmenso que nos tienes, a fin de que, reconociéndote a ti como Padre,
descubramos en los demás a nuestros hermanos. Por Jesucristo tu
Hijo y Señor nuestro. Amén.

Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros pecados.


Especialmente, cuando hemos sido egoístas y no atendemos con
caridad las necesidades de los demás. Digamos todos:
Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Lectura del Evangelio según San Lucas 1, 39-45

«Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una
ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entro en la casa de Zacarías y
saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre.
Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: -¡Bendita tú
eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he
merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?

Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis


entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas
del Señor!»

Palabra del Señor.


Después de la visión de la perfección, de la pureza de María, brotan
espontáneamente las palabras: toda hermosa eres, ¡oh, María! Esta
contemplación de la belleza sigue a la contemplación de la pureza y por esta
misma contemplación nos preguntamos: ¿por qué? ¿Cuál es la raíz de esta
belleza? Y encontramos la raíz de esta belleza en que María está
emparentada nada menos que con Dios; precisamente porque ha salido de
sus con una integridad. Así como un espejo blanco y puro refleja el cielo, así
debería ser el humano que está hecho a imagen de Dios. Aquí tenemos
finalmente un retrato de Dios, puro, incontaminado. En él podemos
comprender, mejor que en cualquier otra criatura, qué es Dios, conociendo
a la Virgen.

Y así se explica la belleza. Es una belleza divina que se refleja en la Virgen y


no solamente en su persona sino en todo cuanto ella cumple por designio
de Dios. María será la madre de Dios.
San Pablo VI

Para que hagamos nuestras las virtudes de la Santísima Virgen. Oremos


R/ Escúchanos, Señor.

Para que al igual que María seamos caritativos con los que nos rodean.
Oremos. R/ Escúchanos, Señor.

Para que como Juan el Bautista, saltemos de gozo por la presencia del Señor
entre nosotros. Oremos. R/ Escúchanos, Señor.

(se pueden añadir otras peticiones)

Padre Nuestro… Ave María… Gloria…

Señor y Dios nuestro, a cuyo designio se sometió la Virgen Inmaculada


aceptando, al anunciárselo el ángel, encarnar en su seno a tu Hijo:
tú que la has transformado, por obra del Espíritu Santo,
en el templo de tu divinidad, concédenos, siguiendo su ejemplo,
la gracia de aceptar tus designios con humildad de corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.


Día Quinto

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino


de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel
para recibir al Salvador; hoy nosotros en esta posada nos vamos a
preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la
venida de Dios entre nosotros.

(elegir un canto de Adviento o de Navidad)

Oh, Dios, que nunca te olvidas de cumplir lo que prometes, haz que, a
ejemplo de la Virgen María, estemos siempre atentos a escuchar tu
Palabra y a cumplir tu voluntad, a fin de que nazca, también en
nosotros Jesús tu Hijo amado que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros pecados.


Especialmente, cuando hemos sido egoístas y no atendemos con
caridad las necesidades de los demás. Digamos todos:
Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Lectura del Evangelio según San Mateo 1, 22-25

«Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor
por boca del profeta: la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le
pondrán por nombre Emmanuel, que significa: Dios-con-nosotros.

Cuando José se despertó, hizo lo que el Ángel del Señor le había


ordenado y tomó consigo a su esposa. Y sin que hubieran tenido
relaciones, dio a luz un hijo, al que puso por nombre Jesús.»

Palabra del Señor.


Si relacionas a San José con la Iglesia universal de Cristo, ¿no es este el
hombre privilegiado y providencial, por medio del cual la entrada de Cristo
en el mundo se desarrolló de una manera ordenada y sin escándalos? Si es
verdad que la Iglesia entera es deudora a la Virgen Madre por cuyo medio
recibió a Cristo, después de María es san José a quien debe agradecimiento
y una veneración singular.

José viene a hacer el broche del Antiguo Testamento, broche en el que


fructifica la promesa hecha a los Patriarcas y a los Profetas. Solo él poseyó
de una manera corporal lo que para ellos había sido mera promesa. No cabe
duda de que Cristo no solo se ha desdicho de la familiaridad y respeto que
tuvo con él durante su vida mortal como si fuera su padre, sino que la habrá
completado y perfeccionado en el cielo.
San Bernardino de Siena.

Para que imitemos a san José como siervos dóciles de Dios. Oremos.
R/Padre, escúchanos.

Para que como san José nuestros actos cotidianos sirvan al plan de
salvación de Dios. Oremos. R/Padre, escúchanos.

Para que aprendamos de san José a ser buenos padres. Oremos. R/

(se pueden añadir otras peticiones)

Padre Nuestro… Ave María… Gloria…

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, alegre por la venida de tu Hijo en


carne mortal, y haz que cuando vuelva en su gloria, al final de los tiempos,
podamos alegrarnos de escuchar de sus labios la invitación a poseer el
Reino eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.


Día Sexto

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino


de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel
para recibir al Salvador; hoy nosotros en esta posada nos vamos a
preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la
venida de Dios entre nosotros.

(elegir un canto de Adviento o de Navidad)

Señor, Dios Padre bueno que nos has mandado amarnos y servirnos
mutuamente, haz que, a ejemplo de María, que se apresuró a cruzar
las montañas para servir a su prima necesitada, nos dispongamos a
recibir a tu Hijo sirviendo a los hermanos. Te lo pedimos por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.

Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros pecados.


Especialmente, cuando hemos sido egoístas y no atendemos con
caridad las necesidades de los demás. Digamos todos:
Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Lectura del Evangelio según San Lucas 2, 1-7

«Por aquellos días salió un decreto del emperador Augusto, por el que
se debía proceder a un censo en todo el imperio. Éste fue llamado “el
primer censo”, siendo Quirino gobernador de Siria. Todos, pues,
empezaron a moverse para ser registrados cada uno en su ciudad
natal. José, también, que estaba en Galilea, en la ciudad de David,
llamada Belén, porque era descendiente de David; allí se inscribió con
María, su esposa, que estaba embarazada.

Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto y


dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en
un pesebre, pues no había lugar para ellos en la sala principal de la
casa.» Palabra del Señor.
Despierta, hombre: por ti Dios se hizo hombre. Despierta, tú que duermes,
surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te alumbrará. Te lo repito: por
ti Dios se hizo hombre.

Estarías muerto para siempre, si Él no hubiera nacido en el tiempo, si Él no


hubiera asumido una carne semejante a la del pecado. Estarías condenado
a una miseria eterna, si no hubieras recibido tan gran misericordia. Nunca
hubieras vuelto a la vida, si Él no se hubiera sometido voluntariamente a tu
muerte. Hubieras perecido, si Él no te hubiera auxiliado.

Estarías perdido sin remedio, si Él no hubiera venido a salvarte.


San Agustín

Para que no seamos indiferentes al nacimiento de Cristo. Oremos


R/ Señor, escucha nuestra oración.

Para que el nacimiento de Cristo transforme nuestras vidas.


R/ Señor, escucha nuestra oración.

Para que por nuestro testimonio, el mundo sepa que Cristo ha nacido entre
nosotros. R/ Señor, escucha nuestra oración.

(se pueden añadir otras peticiones)

Padre Nuestro… Ave María… Gloria…

Señor Dios, que con la venida de tu Hijo has querido redimir al hombre
sentenciado a muerte, concede a los que van a adorarlo, hecho niño en
Belén, participar de los bienes de su redención. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.


Día Séptimo

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino


de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel
para recibir al Salvador; hoy nosotros en esta posada nos vamos a
preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la
venida de Dios entre nosotros.

(elegir un canto de Adviento o de Navidad)

Dios de bondad que hiciste de José, un hombre justo para ser el padre
adoptivo de Jesús, concédenos un corazón siempre abierto a la
justicia y a la preocupación por los demás, a fin de que alcancemos
ser justos como tú mismo eres justo. Te lo pedimos por Jesucristo, tu
Hijo, nuestro Señor. Amén

Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros pecados.


Especialmente, cuando hemos sido egoístas y no atendemos con
caridad las necesidades de los demás. Digamos todos:
Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Lectura del Evangelio según San Lucas 2, 8-18

En la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se


turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció un ángel del Señor, y la
gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron muy asustados. Pero el
ángel les dijo: -No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena
noticia, que será de motivo de mucha alegría para todo el pueblo: hoy, en la
ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el
Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido,
envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

– De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y


alababan a Dios con estas palabras: -Gloria a Dios en lo más alto del cielo y
en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia. – Después que
los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros:
-Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor
nos ha dado a conocer.– Fueron apresuradamente y hallaron a María y a
José con el recién nacido acostado en el pesebre.

Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. Todos los
que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían.
Palabra del Señor.

En la Navidad hay que pensar una y otra vez. Así lo hicieron los pastores
que fueron los primeros testigos del nacimiento de Jesús, al ser convocados
por el ángel para comprobar el hecho acaecido. Fueron a Belén, encontraron
a Jesús, con María y José, y a la vuelta, contaron lo que se les había dicho
acerca del Niño. Y cuantos los oían se maravillaban de los que les decían
los pastores. Así podemos decir, el Evangelio comienza a ser noticia, a
difundirse discreta y secretamente, y a contribuir a la formación de esa
conciencia popular mesiánica que cogerá, luego, la predicación de Juan el
Bautista, el Precursor, y después el mismo Jesús.

Para que seamos humildes como los pastores. Oremos. R/Te rogamos, Señor.

Para que al igual que los pastores seamos testigos del nacimiento de Cristo.
Oremos. R/Te rogamos, Señor.

Para que así como los pastores manifestaron el nacimiento de Cristo,


nosotros llevemos la Buena Nueva a todos los confines del mundo. Oremos.
R/Te rogamos, Señor.

(se pueden añadir otras peticiones)

Padre Nuestro… Ave María… Gloria…

Dios todopoderoso y eterno, al acercarnos a las fiestas


de Navidad, te pedimos que tu Hijo, que se encarnó en las
entrañas de la Virgen María y quiso vivir entre nosotros,
nos haga participes de la abundancia de su misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.


Día Octavo

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino


de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel
para recibir al Salvador; hoy nosotros en esta posada nos vamos a
preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la
venida de Dios entre nosotros.

(elegir un canto de Adviento o de Navidad)

Señor, Dios de bondad, que quisiste buscar un lugar en medio de


nosotros para poner tu casa, concédenos un corazón abierto y
hospitalario a fin de que estemos dispuestos a recibir con alegría a tu
Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos. Amén.

Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros pecados. Especialmente,


cuando hemos sido egoístas y no atendemos con caridad las necesidades
de los demás. Digamos todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Lectura del Evangelio según San Mateo 2, 1-12

Jesús había nacido en Belén de Judá durante el reinado de Herodes. Unos Magos
que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: -¿Dónde está el rey de
los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos
a adorarlo.– Herodes y toda Jerusalén quedaron muy alborotados al oír esto.
Reunió de inmediato a los sumos sacerdotes y a los que enseñaban la Ley al
pueblo, y les hizo precisar donde tenía que nacer el Mesías.

Ellos le contestaron: -En Belén de Judá, pues así lo escribió el profeta: Y tu, Belén,
tierra de Judá, no eres en absoluto la más pequeña entre los pueblos de Judá,
porque de ti saldrá un jefe, el que apacentará a mi pueblo, Israel. Entonces Herodes
llamó en privado a los Magos, y les hizo precisar la fecha en que se les había
aparecido la estrella. Después los envió a Belén y les dijo: -Vayan y averigüen bien
todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren, avísenme, porque yo
también iré a rendirle homenaje.
– Después de esta entrevista con el rey, los Magos se pusieron en camino; y
fíjense: la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que se
detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. ¡Que alegría más grande: habían visto
otra vez la estrella! Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se
arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos
de oro, incienso y mirra. Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde
Herodes, así que regresaron a su país por otro camino. Palabra del Señor.

Es necesario que estos esforzados buscadores del Rey de los judíos salgan del
palacio de Herodes y se dejen de las interminables discusiones; es necesario que
abandonen la Ciudad Santa y confíen en la Estrella (es decir; en el signo que Dios
mismo ofrece para que puedan descubrir el nuevo lugar santo donde ha decidido
encontrar al hombre que lo busca).

“Y la estrella se paró en el lugar donde se encontraba el Niño”. En este momento


ya no hay separación porque se juntan el signo de la realidad. El signo ha sido
espectacular. “Y postrados lo adoraron”. La estrella no tiene ya ninguna función.
Ahora entre en juego la fe. Solamente la fe permite el ver más allá de las
apariencias e incita a adorar. Solo la fe consciente el ver la gloria, la grandeza
infinita que puede contenerse en la pequeñez. A. Pronzato.

Para que nuestros corazones estén abiertos a recibir todos aquellos signos que
nos manifiestan la voluntad de Dios. Oremos. R/Ven, Señor, no tardes.

Para que al igual que los Reyes Magos sigamos esos signos que nos llevan a
Cristo. Oremos. R/Ven, Señor, no tardes.

Para que al final del camino de nuestras vidas, habiendo seguido los signos que
Dios nos da lleguemos a adorar a nuestro Señor Jesucristo en la vida eterna.
Oremos. R/Ven, Señor, no tardes.

(se pueden añadir otras peticiones)

Padre Nuestro… Ave María… Gloria…

Apresúrate, Señor Jesús, y no tarde, para que tu venida


consuele y fortalezca a los que esperan todo de tu amor. Tú que vives
y reinas, con Dios Padre, en la unidad del Espíritu Santo, y eres Dios
por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.


Día Noveno

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Hermanos, estamos aquí reunidos esta noche para recordar el camino


de María y José a Belén. Así como Dios preparó al pueblo de Israel
para recibir al Salvador; hoy nosotros en esta posada nos vamos a
preparar para celebrar la fiesta de Navidad, que es la fiesta de la
venida de Dios entre nosotros.

(elegir un canto de Adviento o de Navidad)

Señor, hoy ha nacido tu hijo amado para traernos vida. Concédenos la


gracia de que permanezca en nuestro corazón y en nuestros hogares,
donde será siempre bienvenido y albergado. te lo pedimos por tu Hijo
que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
Rito penitencial: Hermanos, pidámosle perdón a Dios por nuestros
pecados. Especialmente, cuando hemos sido egoístas y no
atendemos con caridad las necesidades de los demás. Digamos
todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso…

Lectura del Evangelio según San Juan 1, 1-12

En el principio era el Verbo (la Palabra), y el Verbo estaba ante Dios, y el


Verbo era Dios. Él estaba ante Dios en el principio. Por él se hizo todo, y
nada llegó a ser sin él. Lo que fue hecho tenía vida en él y para los
hombres la vida era luz. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la
impidieron. Vino un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino
para dar testimonio, como testigo de la luz, para que todos creyeran por
él. Aunque no fuera él la luz, le tocaba dar testimonio de la luz.

Él era la luz verdadera, la luz que ilumina a todo hombre, y llegaba al


mundo. Ya estaba en el mundo, este mundo que se hizo por él, este
mundo que no lo recibió. Vino a su propia casa y los suyos no lo
recibieron; pero a todos los que lo recibieron les dio la capacidad para
ser hijos de Dios. Al creer en su Nombre.

Palabra del Señor.


Para nosotros la esperanza solo tiene un valor pedagógico; es un recuerdo
de la preparación secular a l venida de Cristo. Cristo ya ha venido. La realidad
del Mesías ya se ha cumplido para nosotros.

Esta es la espiritualidad de la Navidad, en la cual la historia, la teología, el


Misterio de la Encarnación, nuestro destino humano y sobrenatural, se
funden y se convierten en celebración, es decir, en Liturgia: una liturgia que
se alimenta de toda la tierra, de toda la historia y se levanta, hasta los cielos
hasta la gloria Divina.
San Pablo VI

Para que en la pequeñez sepamos ver la grandeza del Señor. Oremos.


R/Escúchanos, Padre.

Para que recibamos a Cristo en nuestros corazones en esta Navidad.


Oremos. R/Escúchanos, Padre.

Para que la luz de Cristo ilumine siempre nuestras vidas y seamos testigos
vivos de su presencia entre nosotros. Oremos. R/Escúchanos, Padre.

(se pueden añadir otras peticiones)

Padre Nuestro… Ave María… Gloria…

Señor y Dios nuestro, que cada año nos alegras con la fiesta esperanzadora
de nuestra redención, concédenos que, así como ahora recibimos gozosos
a tu Hijo redentor, lo recibamos también confiados cuando venga como
juez. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina, en la
unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen.

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