Mitos Leyendas 3
Mitos Leyendas 3
Compilación y Adaptación
D.R. © 2023, Laura Silvia Iñigo Dehud
ILUSTRADOR TÍTULO
D.R. © 2023, Universidad Autónoma del Estado de Morelos
Av . Universidad 1001 Col. Chamilpa Iñigo Dehud, Laura Silvia
CP 62209 Cuernavaca, Morelos Antonio Makhlouf Akl Doña Francisca la embrujada 6
publicaciones@uaem.mx Mitos y leyendas de México 3 / Laura Silvia Iñigo Dehud.. - -
libros.uaem.mx México : Universidad Autónoma del Estado de Morelos, 2023.
Adriana Vianey Ortíz García El mariachi negro 12
Cuidado Editorial y Corrección de estilo 68 p. : il. col.
Liliana Iñigo Dehud
Glenn Ávila Mancera La malvada sirena 16
ISBN 978-607-8784-99-8
Diseño y Coordinación editorial
Laura Silvia Iñigo Dehud 1. Mitología mexicana – Obras ilustradas 2. Leyendas mexicanas – Ana del Ángel Gámez El minero ambicioso 20
Obras ilustradas I. tit.
Ilustración
Antonio Makhlouf Akl Janick Altaira Cervantes Chávez La novia del mar 24
Adriana Vianey Ortíz García LCC F1227.2 DC 398.20972
Glenn Ávila Mancera
Ana del Ángel Gámez Gabriela Martínez Morales El jinete sin cabeza 28
Janick Altaira Cervantes Chávez La presente obra es un producto de investigación académica sin fines
Gabriela Martínez Morales de lucro. Glenn Ávila Mancera La niña que se convirtió en araña 32
Imagen de Portada Los mitos y leyendas contenidos en esta obra son del dominio público.
Antonio Makhlouf Akl Gabriela Martínez Morales Las cuatro marías 38
Revisión Editorial
Lorena Noyola Piña Janick Altaira Cervantes Chávez El callejón del beso 42
Héctor C. Ponce de León Méndez Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional. Ana del Ángel Gámez El hechizo del pando 46
ISBN: 978-607-8784-99-8
Glenn Ávila Mancera El diablo bebito 52
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Introducción
L
os mitos y leyendas representan una parte impor- Tanto los mitos como las leyendas son nuestra herencia,
tante en la tradición cultural de las sociedades. un patrimonio, que en este libro tratamos de registrar y
Los mitos tienen una explicación o simbología pro- rescatar, ya que son relatos orales que se han venido
funda en las cuales se presenta una explicación divina repitiendo de generación en generación como un gran
del origen y desarrollo de una civilización. legado cultural que no debemos dejar perder.
La leyenda, por su parte, es una narración oral o escrita, Esta obra está compuesta por trece leyendas de do-
que pretende explicar un fenómeno natural, como las minio popular, ilustradas por estudiantes y docentes de
tempestades o los terremotos, y lo cuentan a través de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos.
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Doña Francisca la embrujada
E
ra el año 1554, en ese entonces gobernaba el pero una tarde vio acercarse al templo a una hermosa
virrey don Luis de Velasco I en La Nueva España, muchacha que le hizo latir el corazón. Ella entró a la igle-
hoy Ciudad de México. En la casona número 7 sia y, cuando salió, él la siguió para saber donde vivía.
de la que hoy es Venustiano Carranza vivía doña Felipa Entonces ella llegó ante una modesta casa en la calle
Palomares de Heredia, rica viuda de uno de los conquis- Cerrada de Nacatitlán —hoy Cinco de Febrero—; giró
tadores; Felipa tenía un hijo llamado Domingo, criado y miró con ternura al joven. A partir de ese día Domin-
con lujos y grandes cuidados; Domingo era la adoración go de Heredia y Palomares comenzó a frecuentar a la
de la madre y siempre le recordaba que ya estaba en muchacha, llamada doña Francisca de Bañuelos y era
edad para casarse, que encontrara a una chica que hija única de padres humildes; al fin, después de meses
tuviera alcurnia y abolengo, claro, la madre tenía que de cortejo, le declaró su amor.
El joven Domingo buscó durante varios meses a la oídos de Felipa la noticia del amor que tenía Domingo, y
chica que le gustara y agradara a su madre, sin hallarla; obviamente lo que le contaron, no le agradó en absolu-
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to. Inmediatamente salió rumbo a la casa de Francisca nuevamente, y él le dijo que estaba decidido a casarse;
y golpeó el portón; fue la misma chica la que abrió. La por lo que la madre le pidió esperar hasta el sábado.
joven invitó a pasar a la señora a su casa, quien enton- La noche del viernes Felipa buscó nuevamente a la bru-
ces empezó a hablar con energía y tono de voz amena- ja, la cual le dijo que dejara que los jóvenes se casaran, y
zador diciéndole que no volviera a ver a su hijo Domin- después le daría un regalo a Francisca que la iría matando
esa orden. En ese momento apareció el joven que iba a Sorprendidos por la aceptación, los jóvenes se casa-
visitar a su amada, y ante Felipa, Domingo defendió su ron y fueron bien acogidos por doña Felipa. Pensaron
amor; por lo que su madre se alejó furiosa, mientras los que, aunque la chica era pobre, su belleza y bondad
Pero cuanto más mostraba Domingo su intensión A esa misma hora, la hechicera celebraba un dia-
de contraer matrimonio con Francisca, doña Felipa bólico rito: En una laguna degolló siete patos, y con su
más sufría y en su angustia por evitar la boda, buscó a sangre se embadurnó la cara invocando al demonio.
una conocida bruja en su casa, la hechicera la recibió Tres días después de la boda se presentó doña Felipa
como si supiera a qué iba; Felipa le describió su caso, y con aquel regalo: era un cojín de terciopelo relleno de
la bruja prometió darle una solución para el viernes. Sin las plumas de pato endemoniadas; desde esa noche,
embargo, en la noche, Domingo y su madre discutieron Francisca utilizó el cojín como su almohada.
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Al día siguiente la joven se despertó con un gran que las culpables habían sido su madre y la hechicera;
malestar: dolor de cabeza y mareos. Ningún remedio por lo que Domingo juró vengar su muerte.
fue suficiente, día con día Francisca se sentía peor, co- Al otro día, a escondidas, Domingo salió de casa y
menzó a estar pálida, débil, y cada vez más triste. En se presentó a hacer la denuncia ante el Santo Oficio,
unos cuantos días su rostro era cadavérico; Domingo, y esa misma tarde se presentaron en la casona, de un
preocupado, llamó al médico, quien examinó a la en- tajo abrieron el cojín, del cual cayeron las plumas que
ferma, el diagnóstico fue extraño y fatal. A los seis meses se movían como si fueran serpientes impulsadas por una
Una vez enterrada, Domingo se encerró en su recá- Sometida a martirios, doña Felipa aceptó su culpa y
mara durante días cayendo en una profunda depresión. reveló el lugar donde encontrar a la bruja. Condenaron
Besaba los lugares donde ella hubiera estado y dormía a las dos mujeres a morir quemadas en leña verde den-
Una noche, Domingo se despertó agitado, tuvo una Domingo vivió su duelo encerrado en casa. Después,
visión: era Francisca que venía del más allá para adver- no se supo nada más de él, aunque algunos aseguran
tirle del cojín embrujado que provocó su muerte; y le dijo que se fue a España llevándose su pena y fortuna.
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El mariachi negro
C
uentan los viejos de la ciudad de Taxco, en El hombre de nuestra historia, después de vagar
el estado de Guerrero, la historia de lo que por diferentes calles, estaba por llegar a las afueras
pasó en alguna de sus empinadas calles. de dicho templo cuando llamó su atención una figu-
Se dice que en las cercanías del Templo de la Pre- ra borrosa, desdibujada, pero enorme que estaba
ciosa Sangre de Cristo —mejor conocida como la calle arriba. El borracho, lejos de sentir temor e inti-
capilla de Chavarrieta—, una fría, silenciosa y solitaria midarse por aquella silueta aterradora comenzó a in-
madrugada, un borracho caminaba dando tumbos. sultarla; ya que en sus noches de juerga y aventuras
Era común encontrar a este hombre en el mismo esta- de copas se topaba con contrincantes que nunca
do todas las noches, recorriendo las calles, haciendo lograban intimidarlo, lo que lo hacía sentir invencible
griterío y desmanes, buscando pleito con cualquier pa- y envalentonado. Así pues, decidió retar a su ad-
seante que por mala suerte se topara con él, pero lo versario con una retahíla de improperios y groserías
que pasó aquella oscura noche cambió por completo mientras caminaba zigzagueando, pero decidido,
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Finalmente, al llegar cerca de la silueta divisada, insultos y correría con la velocidad que sus piernas
distinguió que era la figura de un mariachi con un tra- le permitieran a resguardarse en la seguridad de la
je negro como la misma cueva de lobos; adornaban capilla y, si tuviera suerte, pedir a algún buen samari-
el traje unos botones dorados que producían destellos tano ayuda; pero no, el borracho, contrariamente a
que cegaban al que lo mirara, y portaba sombrero, el lo esperado, arremetió en sus insultos, y amenazante
El borracho, sin mostrar mucha sorpresa ante esta —¿Crees que por ser el demonio me vas a intimidar?
aparición, siguió su camino directo hacia el mariachi, El mariachi negro avanzó tres pasos no con pier-
pero se dio cuenta que el tamaño de éste ya no era nas y pies, en vez de eso tenía patas con pesuñas—,
el de un hombre común y corriente, y que a cada y al llegar a unos centímetros de distancia del infe-
paso que daba su rival, crecía más y más hasta llegar liz borracho, extendió la capa que llevaba sobre su
a rebasar la altura de las torres del templo. hombro, cubrió completamente al hombre y ambos
lencio, repararía en lo que podía causar su griterío e Nunca más se supo de ellos.
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La malvada sirena
E
l Lago de Zumpango, en el Estado de México, Una tarde, un joven caminaba distraído cerca del
guarda celosamente una enigmática leyenda lago, de pronto escuchó un hermoso canto que lo
de una sirena que vive en sus aguas, y se rumora obligó a detenerse en la orilla; sorpresivamente la sirena
que por las tardes acecha a los jóvenes. surgió a la superficie, el muchacho la vio y cayó des-
Cuenta la leyenda que mucho tiempo atrás habi- mayado. Cuando volvió en sí, se dio cuenta de que se
taba el lago una sirena extraordinariamente hermosa. encontraba en una oscura cueva en el fondo del lago.
Su cabello era castaño y largo; sus ojos verdes como El joven era muy apuesto y la sirena lo veía fascinada;
esmeraldas y su piel tostada por el sol. Esta bella mu- por esta razón decidió no matarlo y mantenerlo en la
jer solía mostrarse por las tardes a los muchachos que cueva con ella.
tenían la mala suerte de pasar por allí y ser vistos por El joven quería regresar a su casa, a su vida, ver a sus
ella. Los jóvenes que la veían desaparecían y nunca amigos. También le preocupaba su mamá, quien esta-
más se sabía nada de ellos, porque ella los atrapaba ba enferma; además de que ella seguramente estaría
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El joven, con mucha angustia, le suplicó a la sirena detenerlo. Llegó a la orilla del lago y se tiró en él, pero no
que lo dejara ir a su casa para notificar a su madre que se encontró con la bella sirena sino con un ser grotesco,
estaba vivo y bien, y darle los medicamentos necesa- quien, al ver al joven, sin dudarlo lo ahogó en la entrada
rios. Tanto rogó, que la sirena al fin aceptó, pero con la de la cueva.
condición de que debía regresar. Cuando los vecinos se dieron cuenta que el joven
El muchacho salió corriendo, al llegar al pueblo les seguía desaparecido secaron el lago hasta localizar la
contó a todos los vecinos lo que le había pasado. Acor- cueva del fondo, de ésta salía un terrible olor, allí encon-
daron esconderlo para que no regresara a la cuerva y traron al joven muerto. Junto al cuerpo encontraron una
Cuando el joven estaba resguardado, los habitan- Nunca más intenten secar la laguna; de lo con-
tes fueron al lago para intentar atrapar a la sirena. Ella, trario, caerá mi maldición a todos los habitantes y sus
en cólera y entonó un canto tan fuerte que llegó hasta Todavía hay muchas personas que aseguran haber
los oídos del joven. Como embrujado, salió del refugio visto a la sirena o escuchado su canto en el Lago de
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El minero ambicioso
H
ubo una vez que en Pachuca, Hidalgo, vivía un pantaron y huyeron despavoridos. El charro se acercó y
hombre joven llamado Juan. Como muchos dijo: —Juan, yo puedo hacer realidad lo que quieres. Si
otros lugareños, trabajaba en una mina. Es- estás dispuesto, preséntate a las doce de la noche en la
taba descontento con su suerte ya que, según él, tra- Cueva del Coyote (así se llamaba una mina en desuso).
bajaba mucho y ganaba poco. Podemos agregar que Juan se presentó en el lugar. No había avanzado
era conflictivo y ambicioso. mucho cuando vio a una enorme serpiente; la capturó
Cierto día, después de su jornada, se fue a la can- y pensó en llevársela para venderla; mientras, la pon-
tina con otros mineros. Tomó de más y, muy borracho, dría en un pozo seco que estaba fuera de su casa. Así lo
comenzó a quejarse de su suerte; alardeaba de que hizo y tapió el pozo con madera.
daría cualquier cosa con tal de ser rico. En ese mo- Tambaleándose, el minero entró a su casa y se dur-
mento apareció un hombre vestido de charro negro. mió. Durante el sueño oyó un sonido extraño, lo des-
Ante esta aparición, los presentes en la cantina se es- cribiría como un siseo, que decía que agradecía que
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la hubiese llevado a su casa; que cuando despertara soñar que la serpiente le susurraba: —¿Juan, no te gus-
encontraría una buena recompensa; pero que, como taría ser más rico? Sólo dame otro hijo. En ese entonces
todo, tendría un costo: debía entregarle a uno de sus Juan había tenido muchos más hijos con diferentes mu-
dos hijos; Juan tenía una niña de seis años y un bebé de jeres, ya que se había vuelto mujeriego e irresponsable.
seis meses. Lleno de avaricia, fue entregando uno por uno a sus hi-
Al despertar, aún con la resaca, se dirigió al depósito jos. Su fortuna no tenía fin.
de granos y encontró costales repletos de dinero. Esta- Llegó el día que Juan murió. En su velorio, con
ba regocijándose de su buena fortuna cuando escuchó muchas personas presentes, entró un hombre alto
los gritos desesperados de su esposa, quien decía que vestido con un traje de charro negro. Todos se asus-
el bebé había desaparecido. Observó que su hija se- taron. El Charro Negro se aproximó al ataúd y gritó:
ñalaba el pozo; lo destapó y vio que la serpiente había —¡Vengo por el último pago! Enseguida se esfumó
desaparecido, pero en su lugar estaba su pequeño hijo dejando un terrible olor a azufre. En el ataúd sola-
Sin escrúpulos, con el dinero que encontró, Juan com- la había llevado el Charro Negro, quien no era otro
pró una hermosa hacienda. Tiempo después, volvió a que el mismo demonio.
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La novia del mar
E
sta leyenda tiene su origen en Campeche, al La leyenda cuenta que hace muchos años vivía en la
sureste de la República Mexicana. Campeche ciudad de Campeche una hermosa joven que solía pa-
es una bella ciudad que se ubica en el Golfo sear por la costa para disfrutar la brisa del mar y ver cómo
de México, es famosa por sus bellos edificios colonia- llegaban al puerto las enormes embarcaciones. Le gusta-
les y sus históricas murallas que fueron respuesta a los ba imaginar cómo serían aquellas tierras de donde venían
ataques piratas. tan exóticas y variadas mercancías, y cómo eran las per-
En esta bella ciudad amurallada se desarrolla la sonas que los tripulaban. Se cuenta que su belleza era tal,
siguiente narración; se trata de una historia donde el que hasta el propio mar se había enamorado de ella.
amor se manifiesta de una forma caprichosa, hasta el El mar provocaba la sonrisa de la joven ofreciéndole
grado de provocar un naufragio por celos. dulces oleajes y reflejando dorados destellos del sol,
En el malecón se ve la escultura de una mujer, la pro- coloreando de naranja el agua por las tardes, lo que
tagonista de esta historia, que espera por su amado sin fascinaba a la muchacha; a su vez, el mar se sentía
perder la esperanza y el anhelo de volver a verlo. complacido de tener a la hermosa joven a su lado.
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Durante sus paseos, una tarde la joven observó la llega- tuvo que zarpar, prometiéndole a su amada, con un
da de un barco del cual desembarcó un joven y apuesto tierno beso, que pronto regresaría para estar juntos el
en cuanto la vio, se enamoró perdidamente de ella. Muy Los celos del mar se transformaron en ira, y viendo la
pronto, los encuentros eran frecuentes y después de un oportunidad que quedarse nuevamente con la joven
tiempo, se volvieron inseparables; caminaban juntos tan- para él, decidió separarlos para siempre. Con inmensa
to por el malecón como tierra adentro, ella le mostraba furia creó una enorme tormenta con inmensas olas que
la ciudad; le platicaba de la gente que la habitaba, sus terminaron por hundir el barco donde viajaba el mari-
tradiciones y costumbres. Se les veía felices. nero. Jamás se volvió a saber nada del joven ni del resto
mujer ya no visitaba cada día la costa; el mar comenzó Desde entonces se puede ver a la joven mujer mi-
a extrañar el roce de sus dedos y que ya no había más rando hacia el mar, esperando en el malecón a que su
sonrisas dirigidas sólo a él. Entonces, un día el marinero amado marinero regrese.
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El jinete sin cabeza
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n Llera de Canales, en el estado de Tamauli- La joven esposa era hermosa y culta, hablaba varios
ro rancho muy cerca de la Estación Zaragoza; Una tarde, muerto de hambre y jalando un caballo
el rancho contaba con muchas cabezas de ganado que rengueaba dolorido por falta de herraduras, llegó
vacuno, docenas de yeguas a las que cruzaban con un soldado al rancho, a leguas se notaba que estaba
burro manadero, lo que producía muchos potrillos y agotado y que no era mexicano, a señas pidió agua y
mulitos. También había gallinas, patos y guajolotes. comida; una vez descansado y alimentado, comenzó
Sembrado, el rancho tenía gran variedad de árboles: a hablar en inglés —la joven esposa del ranchero en-
aguacates, papayas, nogales, naranjos, limas y limo- tendía muy bien el idioma—: “vengo huyendo de la
nes. En el lugar vivía un joven ranchero con su esposa, guerra en los Estados Unidos, perdí todo, pero cuento
él era un hombre de a caballo, el mejor vaquero de con mi honor; voy a la Ciudad de México a enlistarme
la región. Había luchado junto con el General Pedro en el ejército, soy militar y no sé hacer otra cosa. Por fa-
José Méndez contra la intervención de los franceses. vor, déjenme recuperar fuerza y me marcharé”, decía…
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Se le dio hospedaje y alimentos, y él a cambio era la ayuda de su caballo, lo jaló hasta que la cabeza se
acomedido y servicial, rajaba leña y cuidaba los ca- desprendió del cuerpo.
ballos, los herraba y paseaba; pero seguía comunicán- Desde entonces, muchos afirman que en las noches
dose sólo con la bella esposa del ranchero. de luna se ve cabalgando a un jinete, pero que el cuer-
En una ocasión, el joven ranchero se dirigió al río y en- po no tiene cabeza. Pasó mucho tiempo para que al-
contró muy juntos al soldado y a su esposa bajo la som- guien se atreviera a andar por esos caminos en la noche.
bra de un árbol. Lleno de ira por los celos, mandó matar Años después, por 1890, construyeron la vía del ferro-
a su esposa por infiel y, sin más, al soldado le ató las ma- carril y se cuenta que maquinistas y pasajeros al cruzar
nos por detrás, y con la ayuda de sus vaqueros, aventó aquel tramo de la vía, escuchaban gritos que brotaban
la reata de la rama más alta del mismo árbol en donde de las entrañas, en un idioma que no entendían; hubo
los encontró, se la puso en el cuello y lo colgó. Pero era quien decía que vio junto al tren y a toda carrera un
tanto el coraje, que no satisfecho con haberlo matado, caballo que echaba chispas con sus cascos, cola y crin,
amarró las piernas del pobre soldado ahorcado y, con montado por un jinete sin cabeza.
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La niña que se convirtió en araña
E
sta escalofriante historia es una de tantas leyen- La vida en la escuela transcurría de forma normal,
das que se cuentan en el estado de Hidalgo. Se hasta que todo el personal notó que una de las alumnas
dice que sucedió cerca de la ciudad de Pachu- de nombre Martha quien era de las más alegres y popu-
ca, en un convento construido en el siglo pasado y que lares de la escuela un día ya no quiso salir al patio a
Las instalaciones en cuestión había sido dividido en inhibida tanto en las clases como con sus compañeras.
dos secciones: de un lado se encontraban los dormito- Las maestras creyeron que era cosa transitoria y que
rios, comedor, capilla y huerto de las monjas; mientras en poco tiempo se le pasaría. Esto no sucedió, conforme
que del otro lado, dentro del mismo terreno, se encon- pasaban los días la niña se volvía más y más introvertida,
traba la escuela a la que asistían niñas de pocos recur- tal parecía que tuviera una profunda depresión.
sos, a quienes pagaban la colegiatura personas con Fue entonces cuando la directora decidió llamar a
dinero, es decir, era una escuela de beneficencia. los padres para averiguar qué tipo de problemas podía
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estar atravesando, o si sería problema familiar. Pero los —La señora fea de pelo blanco que está allá, en el
padres respondieron que en casa todo iba bien. Lo que sí rincón, no me deja salir. ¿La puedes ver?, ¿puedes ver
comentaron es que les extrañaba que Martha, quien an- cómo me mira llena de odio?
tes era feliz en la escuela y que durante las vacaciones Carla volteó a todos lados, y sorprendida le dijo que
contaba los días para volver a reunirse con sus compa- allí no había nadie, que seguramente no había dormido
ñeras y maestras, ahora ya no quería regresar a la escuela, bien y sería efecto de su imaginación.
les suplicaba que la sacaran, pero como ellos pensaban —Es que me tiene tomada por un brazo, no permite
que no era más que un capricho, no accedieron. que me mueva de aquí. Parece que soy la única que
Tiempo después lamentaron profundamente haber puede verla. —dijo con resignación.
tomado esta decisión. Carla pensó que no había nada que ella pudiera
Los días pasaron sin que hubiera ningún cambio; y, hacer por su amiga, así que salió al patio el resto del
finalmente, un día, Carla, una de las mejores amigas de tiempo que tenían para el recreo.
Martha, se quedó con ella en el recreo, quería intentar Nadie sabe qué fue lo que pasó durante ese tiempo,
conocer qué le pasaba. Así que comenzó a insistirle que porque cuando volvieron del recreo no encontraron a
le tuviera confianza y le contara lo que le estaba pa- Martha por ningún lado; se imaginaron que quizá ya
sando. Martha, con cara de angustia y la voz llena de había aceptado salir del salón; sin embargo, tampoco
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Una vez que las monjas habían agotado todas las for- De inmediato llamó a las monjas con tremendos gritos,
mas de encontrar a la niña, decidieron que lo mejor era diciendo que era la araña quien hablaba. Sin embargo,
reportar su ausencia a sus padres. cuando las monjas se acercaron ya no había ninguna
En el salón de clase se oían todos los murmullos de las araña, desapareció para no volver a verse jamás.
niñas alarmadas y las monjas preocupadas, cuando de Durante algún tiempo la escuela siguió funcionando,
pronto se escuchó una sieniestra voz que provenía del aunque desde entonces el salón de clases en cuestión
fondo del salón de clases. Era la voz de Martha, pero fue cerrado; no se le volvió a permitir el acceso a nadie.
Las monjas sacaron a todas las niñas del salón, ex- suceso. La leyenda cuenta que en la propiedad donde
cepto a su amiga Carla, quien finalmente fue quien está ubicado el convento, ahora clausurado, antes vivía
pudo identificar de dónde provenía la voz; en un rincón una bruja maligna, a quien le atribuyen la desaparición
del salón de clase, en el ángulo que se hace entre dos de la niña, quien se cuenta que todavía habita el con-
paredes, vio a su amiga, pero no en la forma física que vento, al cual se recomienda no entrar…
la conocía, pues ahora estaba convertida en una ara- Aseguran que Carla, hoy en día, sigue llorando por su
ña y poseía el rostro de Martha. amiga, afirmando que fue real y una obra del mal.
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Las cuatro Marías
L
a siguiente leyenda proviene de Tapalpa, en el les temían. Se decía que la peor era María Tomasa: in-
estado de Jalisco. Su nombre significa “tierra de ventaba chismes donde no los había o aumentaba los
color”. Y como todos los pueblos de México, tiene que ya existían. Aunque en realidad cualquiera de las
Sucedió que a finales del siglo XIX, vivían en Tapalpa Acostumbraban a reunirse alrededor de una fuente
cuatro mujeres unidas por la confabulación. Las cuatro conocida como La Pila, cercana a la casa de las cua-
tenían por primer nombre el de María, así pues, eran: tro; allí, cómodamente sentadas, acompañadas por el
María Amaranta, María Natalia, María Eduviges y María sonido del agua, llevaban a cabo sus habladurías.
Tomasa. La gente del pueblo les decía las Marías Len- Una tarde, se encontraban las arpías muy a gusto in-
guas; apodo ganado a pulso por ser muy chismosas y ventando o comunicando chismes de algún vecino, se
criticar a todos los que podían. No les faltaba lugar ni acercó a la fuente Macario, un indígena otomí, conoci-
momento. Sus habladurías ya habían causado daño en do por ser un hombre sabio que siempre se había dedi-
la reputación de muchos vecinos, por esta razón todos cado a la hechicería con resultados extraordinarios.
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Al escuchar el argüende que se traían, Macario se di- En ese mismo momento, las mujeres cayeron al suelo
rigió a las Marías Lenguas y les advirtió que, si no dejaban y se contorsionaban como si tuvieran un ataque. Poco
de hacer daño a las personas inventando chismes vene- a poco, se convirtieron en serpientes. Macario se dirigió
nosos, les iba a ir muy mal y tendrían que pagar las con- a ellas y les gritó: —Les di la oportunidad de que reca-
secuencias en la justa medida que ellas hacían el mal. pacitaran y cambiaran su perniciosa costumbre, pero
Las Marías se rieron al oír al brujo indio hablar, insen- no entendieron. ¡Yo las condeno a convertirse en serpi-
satas como eran, y a insultarlo violentamente. Ante los entes de piedra; serán ejemplo de lo que les pasa a las
insultos, Macario les respondió que ya estaban adverti- personas que viven y gozan arruinando a las personas
das y que, de no hacer caso, recibirían un terrible cas- con sus horribles chismes!
tigo. Como éstas siguieron burlándose, el indio recogió Y así fue, cada serpiente de piedra fue colocada en
agua de la pila, y diciendo un conjuro en otomí, mojó a un lugar donde quedaría para siempre. Desde ese día a
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El callejón del beso
L
a leyenda que narraremos nació en la ciudad de las noches para disfrutar la luz de la luna; Luis la vió y
davía era ocupado por los españoles. Con el paso de los días, ella comenzó a intercambiar
En uno de los tantos callejones con los que cuenta miradas tiernas que después pasaron a las sonrisas. Al
la ciudad, vivía una familia rica que provenía del viejo poco tiempo ambos estaban enamorados.
continente. Se cuenta que doña Carmen era hija única Un día de mala suerte, el padre de doña Carmen
del matrimonio; cuando Carmen era aún muy joven descubrió que su hija se relacionaba con un pobretón
murió su madre, y ella quedó al cuidado de un padre que, por mucho, no era de su clase social, y montó en
Cerca del hogar de Carmen vivía Luis, un joven que al algunos fue el encierro, las amenazas, y lo peor de todo:
pasar para dirigirse a su trabajo, observaba a la dama, comprometerla con un viejo y rico noble de España.
quien salía por las mañanas al balcón de su habitación La noticia pronto llegó a oídos de Luis, quien pensó
para observar a los paseantes y cuidar sus flores; y por en mil maneras para no perder a su enamorada pero,
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aparentemente, ninguna era conveniente. Después de fuerza. A la noche siguiente, nuevamente ambos sa-
darle vueltas al asunto tuvo una idea: lieron a sus respectivos balcones y, por primera y última
El balcón de la habitación de Carmen daba a un vez, unieron sus labios con un tierno beso, porque en
callejón tan angosto que era posible tocar con la mano ese momento apareció el padre de la joven y, al verlos,
la pared de la casa de enfrente. Don Luis buscó duran- enfureció por el atrevimento de su hija; en ese instante
te días al propietario de la casa; al encontrarlo, le rogó tomó una daga, se abalanzó sobre ella y se la clavó en
Al estar encerrada por el cruel castigo de su padre, Don Luis, desesperado y sin poder hacer nada, salió
Carmen no conocía los esfuerzos que realizaba su ama- corriendo de la casa para no volver jamás. Se dice que
do para que pudieran estar cerca. Hay que imaginar tiempo después murió sin volver a amar a nadie.
cual fue la sorpresa de Carmen al ver un día a su en- Este callejón ha sobrevivido hasta nuestros días y, pre-
amorado a tan sólo unos centímetros de ella; en cuanto cisamente, se le conoce como “El callejón del beso”
se vieron tocaron sus manos; sus corazones latían con debido a la trágica historia de estos enamorados.
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El hechizo del pando
L
eyenda narrada en el estado de Colima; se de- Hilario estaba convencido de que estaba embrujado
sarrolla durante el siglo XVII, en la época colonial. por una malvada mujer a quien él había amado con
Se habla de un maleficio, producto de errores del todo el corazón; pero se habían distanciado, ya que no
Hilario, con razón, sentía que su enfermedad se Se dice que ella tenía un carácter de los mil demonios,
agravaba día con día. Desde hacía mucho tiempo que lo celaba, lo agredía y que, seguro, ahora se vengaba
la padecía, y eran vanos todos los esfuerzos por alivi- de Hilario provocándole un mal incurable. Todo el ba-
arse. A decir verdad, no había sido revisado y atendido rrio de Manrique lo decía, y había quien aseguraba que
por un doctor y, menos aún, había llevado tratamiento Teofila, que era el nombre de la perversa mujer, tenía un
alguno. Pero él pensaba: muñeco idéntico a Hilario, con una espina clavada en
—¿Para qué atenderme por un médico? Ellos no la espalda, escondido en un lugar de su casa.
curan el hechizo, es más, no creen en él. Yo ya no tengo La espina clavada en la espalda del muñeco, le pro-
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saben curar, porque dicen que son los riñones. ¿Los riño- La recámara estaba iluminada por una pequeña
nes?, ¡Claro que no! Él estaba seguro que era el hechizo vela que difundía una tenue luz amarillenta y vacilante,
lo que lo tenía enfermo. Margarita, su hermana, preo- dando al lugar un aspecto lúgubre, desde el buró
cupada por la salud de Hilario le preparaba remedios en que estaba colocada, hasta otra mesa corriente
que le aconsejaban, sobre todo los boticarios. ¡Pero el llena de botellas y platos de cocina. Hilario, con una
hechizo no lo curaba ni los boticarios de Colima! respiración angustiosa y fatigada, yacía en una cama
Un día, ya al anochecer y con muy poca esperanza, de madera. En su semblante se observaba la cercanía
la bondadosa Margarita pensó hablarle a un médico del último momento. El médico lo examinó; percibió
para que fuera a visitar a Hilario, no para que lo curara, algunas palabras entrecortadas que decía Hilario por
sino para que lo viera en sus últimos momentos antes de la angustia de la respiración, y sacó del bolsillo hojas
la muerte y le diera el certificado de defunción, sin el de papel, y recetó. ¿Qué recetó? ¡Letra ininteligible,
cual no podía enterrar a su querido hermano. como la de todos los médicos! Letra que sólo saben
¡Qué ocurrencias! ¿Qué necesidad hay que sea un entender los boticarios, porque ellos todo lo saben. El
médico el que asegure que murió una persona, si sim- médico, antes de retirarse, lo único que le dio a Hilario
plemente ver el cadáver es prueba mejor que cualquier fue un poco de esperanza. Le prometió que si cumplía las
papel escrito?, pero así son las cosas. indicaciones, posiblemente se aliviaría. ¡Falsas promesas,
El médico llegó ya entrada la noche. el hombre estaba más muerto que vivo!
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Llamó aparte a Margarita para explicarle cómo de- había de poder la ciencia médica contra el hechizo!
bía darle la medicina a Hilario, y advertirle que ya era el Este sólo pueden curarlo los hechiceros.
último esfuerzo por la curación; le comentó que lo hacía Dichas creencias se confirmaron poco después de
en cumplimiento de un deber profesional, porque un que muriera Hilario, pues cuando su cadáver yacía ten-
buen médico, al igual que un buen soldado, tiene la dido para recibir la velación, repentinamente se levantó
obligación de luchar, aunque sea inevitable la derrota, de medio cuerpo atemorizando a los presentes y arrojó
recetaba los medicamentos por deber, pero sin ninguna —¿Vieron lo que pasó? —exclamaron todos— ¡No
expectativa de lograr la curación. cabe duda, estaba hechizado por aquella mala mujer!
El médico tenía la razón, Margarita llegaba de la boti- Sepultaron el cadáver de Hilario, que era conocido en
ca con el medicamento cuando Hilario murió. Bien cla- el barrio de Manrique con el apodo de El Pando, por su
ro lo decía el lúgubre canto del tecolote que desde al lento caminar, y por varios días, al anochecer, reafirman-
anochecer se escuchaba entre las ramas del aguacate do la creencia popular, siguió cantando lúgubremente
del corral, provocando en el barrio gran temor. ¡Qué un tecolote entre las ramas de un aguacate del corral.
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El diablo bebito
E
n la zona del bello estado de Guerrero, se cuen- momento en que el sol comenzaba a ocultarse tras las
ta una leyenda que se dice ocurrió en algún hermosas montañas de la sierra; así que guardó toda
pueblo perdido atrás de la montaña, donde los la herramienta en su viejo, sucio y desgastado morral
campesinos acostumbran, después de un largo día de para tomar el camino hasta su pueblo ubicado kilóme-
siembra o cosecha de los campos, reunirse con algu- tros más abajo del lugar donde se encontraban sus sem-
con un buen mezcal o un buen pulque antes de llegar Así tomó el camino hasta llegar al pueblo y, como es
a descansar a casa; y en una de esas noches ocurrió lo la costumbre, se animó entrar a la cantina de don Javier
que enseguida se va a relatar: donde sabía que encontraría a todos los hombres del
como tantos otros quien un día después de haber tra- —Un buen mezcalito antes de ir a casa no hace daño
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Así que don José entró a la cantina; allí se encontró meter miedo para que lleguemos temprano a la casa,
con don Genaro y don Isidro, viejos amigos campesi- no hagan caso de esas tonterías.
nos, quienes en ese momento comentaban la leyenda Después de echarse varios mezcales, don José salió
que andaba en boca de todos los del pueblo. Se decía de la cantina, atravesando parte del pueblo que, por
que después de las 12 de la noche el diablo andaba cierto, tenía muy poco alumbrado público, así que sólo
rondando el pueblo porque ya varios de los vecinos lo veía el empedrado de la calle por el reflejo de la luna
habían visto, todos con una forma diferente, pero todos llena, que aún se puede observar en todo su esplendor
aseguraban que no podía ser nada más que el mismo en el cielo despejado de varios pueblos del estado de
negro; otro vecino lo vio en forma de toro, y así suce- Don José iba caminando cuando de pronto escuchó
sivamente dijeron muchos acontecimientos. Don José un sonido, como un chillido, pensó que se trataba de
sólo se rió y, soltando una gran carcajada, dijo a sus una gata en celo; por lo que no hizo mucho caso y siguió
ebrios amigos: su camino; pero sólo había dado unos cuantos pasos,
—¡A mí el demonio me pela los dientes! —además, cuando volvió a escuchar el mismo ruido, pero ahora
añadió—: ¿Qué no se dan cuenta?, esas son puras más nítidamente, y esta vez sí distinguió claramente que
habladurías de nuestras esposas que no quieren que era el llanto de un bebé. Prestó atención para ubicar
vengamos a tomarnos nuestros mezcalitos, nos quieren de dónde venía el sonido hasta que descubrió que en
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la entrada de una casa abandonada se encontraba Llegó un momento en que ya no pudo avanzar más,
un bulto que se movía. Se acercó sigilosamente, y con decidió detenerse, ya que el bulto estaba demasiado
precaución retiró las mantas que cubrían “el bulto”; con pesado. Con curiosidad, quitó la cobija del bebé para
asombro observó que en el interior de la cobija estaba ver su cara, y de pronto el bebé exclamó:
—Maldita! ¡Mil veces maldita la mujer que te aban- Don José, horrorizado, vio que los ojos del bebé eran
donó! ¿Tú qué culpa tienes? —dijo don José con una rojos como el fuego, y que de su boca sobresalían largos
retahíla de adjetivos a la mujer o madre que él suponía colmillos. Sin pensarlo, aventó al bebé y corrió despavo-
Lo tomó entre sus brazos y decidió llevarlo a su casa Muchos dicen que desde ese día don José se volvió
mientras se resolvía el misterio de los padres del bebé loco; otros que llegó apanicado a su casa contándole a
que no paraba de llorar; así, comenzó el camino rumbo su esposa lo sucedido, y que después estuvo con fiebres
a casa, poco a poco el bebé fue controlando su llan- altísimas durante varios días hasta que murió. Nadie sabe
to, pero mientras don José avanzaba sentía más y más lo que pasó, sólo que se cumplió lo que don José le dijo a
peso del bebé que cargaba entre sus brazos. sus amigos en la cantina: “El diablo me pela los dientes”.
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La mulata de Córdova
S
e cuenta que corría el año 1618, en la Villa de do se dejaba ver, su presencia era considerada como
Córdoba de los Caballeros, en tiempos de la In- un escándalo, su belleza la hacía blanco de chismes,
quisición y el Santo oficio, existía una bellísima mu- por lo que se volvió retaída y huraña.
jer mulata, aunque curiosamente nadie sabía sobre su Además de ser hermosa, la mulata empezó a ser cé-
procedencia, se dice que durante la Colonia la habían lebre en el lugar, pues dicen que sabía sobre las artes
traído como esclava. No tenía padre ni madre, así que de la medicina, y que usaba las hierbas que conocía
todos la conocían simplemente como Soledad o La Mu- para realizar curaciones maravillosas, y en muchos ca-
lata de Córdoba. Su belleza era tan grande, que todos sos sanaba a los que padecían enfermedades mortales
los hombres se sentían atraídos por ella. o alguna peste; pero no sólo eso, se decía que también
Por la condición de su raza, ella vivía aislada, ya que invocaba tormentas y, que incluso, podría predecir los
los indios y los negros no eran bien vistos en la sociedad; temblores y los eclipses.
el color de piel de esta mujer era prueba fehaciente de Los rumores empezaron a correr; decían que la mula-
la unión entre blancos y negros. A pesar de esto, cuan- ta sabía de embrujos y encantamientos. También reiter-
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aban que por las noches de su cabaña se observaban La noche de la acusación el alcalde, policías y sirvi-
extrañas e intensas luces y música misteriosa. entes fueron hasta la cabaña de la Mulata; tampoco
Tales rumores empezaron a inquietar a algunos crédu- faltaron frailes que en nombre de la Santa Inquisición le
los y supersticiosos que decían que la mulata tenía pac- exigieron que abriera su puerta; ella, por miedo, no lo
tos con el demonio. También se rumoraba que tenía hizo, así que entraron a la fuerza para apresarla.
poderes mágicos y podía estar en dos lugares a la vez. Fue llevada en un carruaje custodiado por el Santo
Autoridades y vecinos comenzaron a espiarla; sin em- Oficio hasta el calabozo de la Fortaleza de San Juan de
bargo, la mulata asistía cada domingo a misa, lo que Ulúa, aunque otros dicen que fue en el Palacio de la
hombre mayor de edad que estaba apasionado con la A la mulata la juzgaron y culparon de tener pactos
Mulata, le confesó sus intenciones y le ofreció regalos, con el diablo, por lo que fue sentenciada a ser quema-
pero ella no respondió ni una sonrisa. da con leña verde frente todos, como ejemplo de lo
acusó a la Mulata de darle una pócima que le provocó Sin embargo, al estar bajo vigilancia en la cárcel, ella
la pérdida de la razón. El castigo seguramente sería la se ganó la confianza del carcelero a quien en alguna
hoguera, así vengaría el menosprecio de ella. ocasión había ayudado con la enfermedad de uno de
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sus hijos. Le pidió que le consiguiera un pedazo grande —Que alguien lo ocupe y que la nave comience a
de carbón, el hombre aceptó; lo consiguió y se lo llevó surcar los mares, sólo eso le falta. —Contestó el carce-
Entonces, con el carbón la mulata comenzó a dibujar —Pues observa muy bien lo que va a pasar, quiero
sobre las paredes húmedas y oscuras de su celda del que todos conozcan mi historia.
calabozo una ligera nave que se mecía con las olas del Sin decir más nada, la mulata de un salto subió en la
mar; el navío tenía grandes y blancas velas desplega- embarcación diciendo adiós al asombrado carcelero
das al viento. La mulata dibujó durante toda la noche mientras la nave se perdía en el bello horizonte dibujado
A la mañana siguiente, justo el día de su ejecución, Cuando fueron a buscar a la mulata encontraron
el carcelero fue a buscarla, se quedó asombrado por la al carcelero aferrado a la reja del calabozo vacío.
obra de arte que había realizado: los detalles estaban Después de contar su historia, nadie le creyó, todos
perfectamente delineados en una embarcación como pensaron que había perdido la razón o él había ayu-
si fuera a emprender una larga travesía. dado a la Mulata de Córdoba a escapar de una ho-
—¿Qué crees que le hace falta al barco? —La mu- rrible muerte. Nunca nadie pudo confirmar lo que real-
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El cerro de la vieja de Oaxaca
L
a siguiente narración es una leyenda que se dice Se dice que San Pedro Mixtepec es un lugar donde
sucede en el Cerro de la Vieja; el cerro forma —mucho tiempo antes de que fuera el lugar poblado
parte del municipio de San Pedro Mixtepec, del como lo es hoy en día— los hombres solían salir a cazar.
estado de Oaxaca; pequeño poblado con muy pocos Cuenta una leyenda de la región que una mañana
habitantes en el que todos se conocen. un grupo de cazadores salió a perseguir una presa; los
Como en todo nuestro país, existen narraciones que hombres detuvieron su paso al estar frente a una gran
se van pasando de generación en generación de for- roca; lo que llamó su atención fue que en la piedra se
ma oral. Las historias, leyendas, tradiciones y creencias veía claramente la figura de una hermosa india que lle-
que se cuentan cuando las familias o amigos se reúnen vaba largas trenzas negras. Cercano a la piedra, los ca-
alrededor del fogón; preparando telares o cuando se zadores vieron enormes cantidades de plomo, así que
están elaborando los espectaculares alebriges; cuando los hombres se apuraron a repartir el plomo sin perder
se prepara el nixtamal para las tortillas o disfrutando de de vista a la bella mujer. Una vez que cargaron el plomo
un espumoso chocolate. que les fue posible, bajaron al pueblo y contaron a sus
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compañeros lo que habían descubierto, dando como solo regresaban dos que decían nunca haber visto a
seña la impresionante imagen. la dama. Los que no regresaban jamás se les volvía a
Poco a poco se corrió la noticia, muchas personas ver. Comenzó entonces a considerarse el cerro como
figura de la que tanto se hablaba, como para conseguir Narran los pobladores del municipio que solían es-
el metal para las balas de sus rifles. Subían al cerro con cuchar los gritos aterradores de hombres que eran per-
gran entusiasmo, pero la mayoría regresaba decepcio- seguidos por la india, ya que una vez que se mostraba
nado porque no encontraban la piedra, el plomo que ante ellos, se desprendía de la roca para alcanzarlos y
buscaban y, mucho menos, la figura de la hermosa mu- desaparecieran para siempre. Personas que pasaban
jer. Los habitantes pensaron que todo había sido la in- por ahí, dicen que podían ver a lo lejos a una mujer en-
vención de unos cuantos. vuelta con un rebozo blanco que flotaba por el lugar.
Pasó el tiempo y algunos osados decidieron volver a Desde entonces, por la aparición que se presenta en él,
buscar, notaron que si subía un grupo de tres hombres, se le nombró “El Cerro de la Vieja”.
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FUENTES CONSULTADAS
La niña que se convirtió en araña Adaptación del texto recuperado de: https://masleyendas.com/leyendas-mexico/la-nina-se-convirtio-en-arana-522