OBRA DE TEATRO
Un guión original para su representación durante Semana Santa
Autora:
Silvia Diana Reid Rodríguez
El Milagro (Drama para Semana Santa)
NARRACIÓN:
Había pasado aproximadamente tres años desde que el Maestro había ascendido, y muchos de
los que le habían seguido habían vuelto a su lugar de origen. En ese entonces, un viajero va de
camino rumbo a Jerusalén y llega a casa de una joven hebrea después de una noche de mucho
caminar…
PRIMERA ESCENA:
(La casa de la joven, la mesa en la que se realiza la narración está ubicada a un costado del
escenario, de manera que las escenas pueden iniciar sin apagar luces…)
(La joven se encuentra barriendo fuera de la casa cuando el viajero llega)
Viajero: ¡Buen día!
La Joven: ¡Buen día buen hombre! ¿Qué puedo hacer por usted
Viajero: ¿Me podría regalar un poco de agua, pues el camino ha sido largo y aún me falta
mucho por recorrer?
(La joven, dejando el que hacer, entra en la casa e invita al viajero a pasar)
La Joven: Por favor pase usted a nuestra humilde morada. Mi padre y mi hermano están en
el campo trabajando, pero creo que podría ofrecerle algo de pan y un poco de vino para que
calme la sed.
Viajero: Mujer, gracias por hacer misericordia conmigo, pues llevo toda la noche caminando
y me hacía falta el alimento.
(La joven trae al forastero una vasija para que se lave del polvo del camino y luego le sirve
el pan y el vino)
La Joven: Tenga buen hombre, lávese usted el polvo del camino.
Viajero: ¡Gracias!
La Joven: Tome usted un poco de vino, mientras le preparo algo de comer.
Viajero: No tengo como pagarle tanta bondad, ¡Jehová le premie su buena voluntad!
(La joven atiende al visitante, le sirve algo de pan, cuando éste después de un rato le
pregunta)
Viajero: Y dígame buena mujer ¿Qué ha sucedido en estos contornos? Pues hace mucho,
abandoné esta región y hasta ahora no había podido regresar.
La Joven: ¡Señor! ¿No ha oído usted sobre Jesús el Nazareno y todo lo que ha ocurrido en
estos lugares?
Viajero : No, Pero dígame: ¿Qué ha sucedido? Y ¿Quién es este Jesús a quien pronuncia
con tanta emoción?
(La joven se acerca a la mesa del viajero y toma asiento para así iniciar su relato)
La Joven: Hubo en días de Tiberio César un profeta de Dios llamado Juan, hijo de un
sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Habías. Este Juan, predicaba en el desierto acerca
del bautismo para perdón de pecados, tal como lo dice en los libros del profeta Isaías.
Hablaba también acerca de la venida de nuestro Mesías esperado…
(Se apagan las luces y al otro extremo del escenario aparece Juan el Bautista, rodeado de
algunos mientras predicaba y bautizaba en el río Jordán)
SEGUNDA ESCENA:
(Aparece Juan rodeado por un soldado, dos sacerdotes y algunas personas del pueblo).
Juan: ¡Raza de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? Haced, pues frutos
dignos de arrepentimiento y no digan dentro de vosotros a Abraham tenemos por padre,
porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aún de estas piedras.
Un Hombre: Entonces, ¿Qué haremos?
Juan: El que tiene dos túnicas de al que no tiene, y el que tiene que comer haga lo mismo.
Un Publicano: Maestro ¿Qué haremos?
Juan: No exijáis más de lo que os está ordenado.
Un soldado. ¿Y yo, qué haré?
Juan: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.
El hombre, publicano y soldado: Asienten.
Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo de quién no soy
digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará con Espíritu Santo y fuego…
(Es importante que cada una de las personas haga la pregunta con tal interés, pues debe
mostrar que realmente deseaban hacer lo correcto).
ACONTECIÓ QUE HABLANDO JUAN Y BAUTIZANDO LLEGÓ JESÚS
(Jesús camina en medio de la gente, entra al agua y se pone frente a Juan para ser
bautizado).
Juan: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?
Jesús: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia.
(Jesús es bautizado y cuando sale del agua mira hacia el cielo. En ese momento la escena
se detiene y se oye la voz de la joven diciendo:)
La Joven: Algunos dicen que en ese momento el Espíritu Santo descendió sobre este Jesús
en forma de paloma y que Juan escuchó cuando el Señor dijo a Jesús: «Tú eres mi Hijo
Amado; en ti tengo complacencia.
(La escena vuelve a la casa, la joven se detiene y el viajero dice:)
TERCERA ESCENA:
Viajero: No se detenga, prosiga por favor, quisiera escuchar más acerca de este hombre
llamado Jesús.
La Joven: Después de su bautismo su fama se difundió por toda la región pues el Maestro,
como todos lo llamaban era un hombre de gran poder y de mucha misericordia… En su
recorrido, muchos fueron sanados y hubo quienes le vieron levantar a algunos de la muerte.
Viajero : ¡Pero cómo dice usted! ¿Levantar muertos? ¿Está usted segura que este hombre
era del Señor? (muy exaltado se levanta de la mesa).
La Joven: Por favor, ahora soy yo quien le ruega me permita continuar. Tome asiento.
Viajero: Perdone, pero debe usted entenderme, no había escuchado algo semejante.
La Joven: Pues bien, permítame contarle… En una ocasión iba el Maestro.
(La voz se va perdiendo suavemente)
CUARTA ESCENA:
(Mientras la joven aparece la escena. Jesús, caminando por la ciudad rodeado de una
multitud y repentinamente llega Jairo y postrándose dice:)
Jairo: ¡Maestro! ¡Maestro! ¡Mi hija está agonizando, ven y
pon las manos sobre ella para que sea salva!
(Cuando Jesús se dispone a ir tras Jairo, aparece una mujer que se acerca desde atrás..)
Jesús: ¿Quién ha tocado mis vestidos? (mirando a su alrededor)
Un discípulo: Maestro, ves que la multitud te aprieta y dices ¿Quién me ha tocado?
La mujer: Maestro, he sido yo (con su rostro avergonzado). Pues hace 12 años sufro de un
mal y pensé: si quizá tocare el borde de su manto, seré salva.
Jesús: Hija, tu fe te ha hecho salva, ve en paz y queda libre de tu azote.
(Mientras Jesús hablaba vino un criado de la casa de Jairo y le dice:)
La Criada: Tu hija ha muerto… ¿para qué molestes al Maestro?
(Jairo llora profundamente conmovido por la triste noticia, más Jesús interviene)
Jesús: No temas, cree solamente
(Luego el Señor se dirige a los que le seguían y le dice a Pedro y Juan)
Jesús: Pedro, Juan, ¡seguidme!
(Al llegar a la casa de Jairo, Jesús se dirige a la gente que allí se encuentra)
Jesús: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino que duerme. (Dicho esto
camina al cuarto de la niña, seguido de Pedro y Juan)
Jesús: ¡Niña, A ti te digo levántate! (y la niña se levantó y anduvo y corre hasta donde su
madre en presencia de todos los presentes).
Niña: ¡Mamá! (la niña abraza a su madre)
Jairo: ¡Gracias! Maestro. ¡Gracias! Abraza al Maestro,
con mucha alegría por lo ocurrido)
Jesús: Sólo, no digas a nadie lo sucedido.
(La escena finaliza, y regresamos a la casa de la joven)
QUINTA ESCENA:
Viajero: Comprenderá usted que me resulta difícil aceptar todo esto. Pero me gustaría
conocer a este hombre y poder comprobar todo lo que usted me ha dicho con mis propios
ojos.
(En ese instante la joven entristece, sus ojos se humedecen y dice…)
La Joven: Creo mi Señor, que será algo imposible, porque… ¡el maestro ya no está!
Viajero: ¿Cómo? ¿No está? ¿Es que acaso se fue a otra región? Yo iría de ser necesario.
La Joven: Si me permite continuar sabrá usted por qué Él ya no está; y de que manera podrá
usted encontrarlo.
Viajero: Por favor continúe. Prometo esforzarme por no interrumpirla más…
(La joven se levanta, busca algo de agua, sirve para ambos y entonces dice:)
La Joven: El Maestro Jesús, no sólo hizo milagros y bienes en todos los lugares que visitó;
sino que también enseñaba la palabra de Dios y decía muchas cosas que a algunos no
gustaba.
Viajero: Explíquese por favor…
La Joven: Una vez…
(comienza la trama)
SEXTA ESCENA:
(Aparece Jesús enseñando a una multitud)
Jesús: «Todo el que cayere sobre aquella piedra será quebrantado, más sobre quien ella
cayere le desmenuzará»
Un joven: Maestro: sabemos que dices y enseñas rectamente, y que no haces acepción de
personas, sino que enseñas el camino de Dios con verdad. ¿nos es lícito dar tributo a César
o no?
Jesús: ¡Mostradme una moneda! (levantando la moneda a vista de todos) ¿De quién es la
imagen y la inscripción?
La Multitud: ¡De César!
Jesús: Pues, dad a César, lo que es de César y a Dios, lo que es de Dios.
(Todos en la escena quedan paralizados momentáneamente, se apagan las luces y se oye
una voz…)
La Joven: Por esta causa muchos se unieron contra Él… Trataron muchas veces de engañarle
y como no pudieron compraron por 30 piezas de plata a uno que le seguía, y éste lo traicionó,
entonces, el maestro fue arrestado…
GETSEMANI: Marcos Vidal.
https://www.youtube.com/watch?v=GzLxncU_rwQ&ab_channel=EsperanzadeVi
da
(Se encienden las luces y aparece Jesús, azotado y golpeado en el patio de la casa del Sumo
Sacerdote y cerca, Pedro observando)
Una mujer: ¡Éste, también estaba con Jesús!
Pedro: ¡Yo no lo conozco!
Otro: ¡Sí!, tú también eres de ellos!
Pedro: ¡Que te he dicho que no lo soy! (grita enfadado)
Otra Mujer: Seguro que éste estaba con él, además, es de Galilea.
Pedro: ¡ni siquiera sé de qué estás hablando!
(En ese momento el gallo canta, Pedro dirige su mirada a Jesús, quien le mira compasivo y
Pedro se va y al salir del patio, se vuelve contra una pared y llora desconsoladamente…)
Pedro: ¡Señor! ¡Perdóname! He sido un cobarde. ¡Perdóname! Yo debía haberte defendido
y no pude Señor, no pude, yo que juré dar mi vida si fuese necesario por ti… ¡No he
podido!….
(Se apagan las luces y comienza la siguiente escena: Jesús ante Pilato. La escena da inicio
con Jesús golpeado y custodiado por dos soldados, tirado en el piso frente a Pilato, con el
sacerdote a su lado presentando su acusación ante Pilato).
SÉPTIMA ESCENA:
Pilato: ¿Qué acusación traéis contra este hombre?
Sacerdote: A éste, hemos hallado, que pervierte a la nación y que no permite dar tributo a
Cesar, diciendo que: ¡él es el Cristo, un Rey!
Pilato: (dirigiéndose a Jesús) ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Jesús: Tú lo dices.
Pilato: (dirigiéndose al sacerdote) Ningún delito hallo en este hombre.
Sacerdote: ¡Pero su majestad! Alborota al pueblo enseñando por toda la región de Judea,
desde galilea hasta aquí.
Pilato: Me habéis presentado a este hombre como que perturba al pueblo, pero habiéndole
interrogado delante de vosotros, no he hallado en este hombre delito alguno de aquello de
que le acusas. Y ni Herodes, porque os remití a él y he aquí, nada digno de muerte he hallado
en este hombre. Le soltaré pues, después de castigarle.
Alguien: ¡Fuera con éste! ¡Suéltanos a Barrabás!
La Joven: «Todos los que estaban en el lugar al escuchar tal grito, se pusieron frenéticos y
comenzaron a pedir que fuese crucificado el Maestro, Así que Pilato firmo la sentencia de
muerte contra el Maestro, y les entregó a Barrabás, tal como ellos habían pedido»
(mientras se escucha la voz de la joven, la escena continúa en silencio, sólo con los gestos
de la gente eufórica y Pilato firma la sentencia y la entrega al Sacerdote, se apagan las
luces).
Se encienden las luces, Jesús cae al suelo y una anciana se le acerca y le dice:
Anciana: Maestro, lloramos por ti (se acerca y le da agua)
Jesús: (toma agua, visiblemente cansado y agitado, le dice a la anciana) No lloréis por mí,
sino llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos. (Pausa) Porque si con el árbol verde
hacen estas cosas… ¿Qué no harán con el seco?
Los soldados levantándole le llevan hacia la cruz y lo crucifican… (la multitud rodea desde
una prudente distancia)
Jesús: (ya crucificado dice) Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen…
(DURANTE UN MOMENTO TODOS GUARDAN SILENCIO, EMPIEZA A
OSCURECER Y EL VELO DEL TEMPLO SE RASGA).
Jesús: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu (Se escucha el temblor e la tierra y la
multitud debe huir, gritar, desesperarse.)
Soldado: Verdaderamente éste Hombre era justo. (se apagan las luces y se escucha la voz
de la joven)
La Joven: «Había un hombre llamado José de Arimatea, el cual era miembro del concilio,
varón bueno y justo. Éste, que también esperaba el reino de Dios y no había consentido en
el acuerdo y en los hechos de ellos, fue con Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Y Quitándolo,
lo envolvió en una sábana y lo puso en el sepulcro.
(Se encienden las luces y la escena vuelve a la casa).
OCTAVA ESCENA:
El viajero, notablemente entristecido, se levanta de su silla, da unos pasos y en la puerta de
la casa, mirando al cielo dice…
Viajero: Oh, cuán insensatos hemos sido, y tardos de corazón para no creer lo que los
profetas habían dicho sobre el Mesías. Cuán grande pecado ha caído sobre nuestra nación,
porque ahora estamos condenados. ¿por qué tenía que morir?
La Joven: No buen hombre. Es cierto, Jesús murió, pero la historia no termina allí. (Ella se
levanta, le toma del brazo y le invita a sentarse nuevamente y le dice…)
La Joven: El primer día de la semana, muy de mañana
vinieron al sepulcro…
(comienza la escena, llega las mujeres y aparece un ángel)
Angel: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ¡ha resucitado!
(Las mujeres corren a dar aviso a los discípulos. Pero María Magdalena, no se va, sino que;
quedándose lloraba al Maestro. Entonces el ángel le pregunta…)
Angel: Mujer, ¿Por qué lloras?
María: Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde le han puesto. (Cuando se volvió ve
a Jesús allí, pero no sabe que es él)
Jesús: Mujer, ¿Por qué llora? ¿A quién buscas?
María: Señor, si tú lo has llevado dime donde lo has puesto
(profundamente dolida y llorando conmovedoramente)
Jesús: María
María: ¡Maestro! (trata de acercarse)
Jesús: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre… más ve a mis hermanos y diles
subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.
(Se apagan las luces y se oye la voz de la joven nuevamente).
La Joven: Durante cuarenta días se les apareció a los discípulos, les habló acerca del reino
de Dios. (pausa) Esta era ya la tercera vez que Jesús aparecía a sus discípulos.
(Se encienden las luces y aparece Jesús con sus discípulos…)
Jesús: Simón, hijo de Jonás ¿Me amas más que a estos?
Pedro: Si Señor, Tu sabes que te amo.
Jesús: Apacienta mis corderos. (pausa) Simón, hijo de Jonás. ¿Me amas?
Simón: Si Señor, tu sabes que te amo.
Jesús: Pastorea mis ovejas. (pausa) Simón, Hijo de Jonás, ¿Me amas?
Pedro: Señor, tú lo sabes todo; Tú sabes que te amo (entristecido).
Jesús: Apacienta mis ovejas.
NOVENA ESCENA:
(Se apagan las luces y comienza la última escena. En casa de la joven)
Viajero: Usted me dijo al principio que yo podría encontrarlo. Dígame, ¿cómo puedo
hacerlo? Porque yo creo que este hombre realmente era el Hijo de Dios.
La Joven: Escucha este pequeño mensaje que te ayudara a entender el plan de Dios para
toda criatura, incluyéndote a ti.
MENSAJE:
Pastor: Que tal hombre y todos los presentes buenas noches a todos, ¿crees tú y creen ustedes
cielo muchas o pocas personas irán al cielo?
Viajero: bueno al cielo creo que irán muchas personas
Pastor: ¿crees tú que iras al cielo? y ¿porque?
Viajero: a mí el cielo me espera, porque soy una buena persona
Pastor: ¿deberás crees que eres una buena persona? Probemos eso, ¿estás dispuesto?
Viajero: claro que si
Pastor: ¿Cuántas mentiras has dicho en tu vida?
Viajero: ufff, sin contar
Pastor: Si yo te digo una mentira, ¿que soy para ti?
Viajero: un mentiroso
Pastor: ¿tú eres un?
Viajero: un mentiroso está bien, pero quien no ha mentido en esta vida.
Pastor: ¿Pero acaso Dios no ha dicho en su Palabra que no mintamos?
Pastor: Ahora, vayamos a otro mandamiento. ¿alguna vez has cogido algo que no te
pertenece?
Viajero: bueno creo que cuando era niño, pero eso fue hace mucho tiempo.
Pastor: yo también había hecho eso hace mucho tiempo, pero que hayan dejado de robar no
quiere decir que yo no sea un ladrón.
Tú y yo hemos roto la ley de Dios, por lo que entonces somos mentirosos y ladrones,
¿verdad?
Viajero: está bien reconozco que también lo soy
Pastor: con esto termino, para ir terminando, ¿oíste que fue dicho, que “no cometerás
adulterio? Mas el Señor Jesús dijo: que cualquiera que mire a una mujer para codiciarle en
su corazón, ya cometió adulterio. Dime ¿has visto a alguien con deseo?
Viajero: si, ¿qué hombre no es capaz de hacer eso no?
Pastor: ¿Sigues pensando que eres una buena persona?
Viajero: creo que con esto me veo en la obligación de retractarme, no soy tan bueno como
creía.
Pastor: Dime ahora, la Biblia dice que algún día todos compareceremos ante el tribunal de
Cristo y ahí seremos juzgados por las cosas malas que hemos hecho en esta vida. ¿crees tú,
que el Señor te declarará inocente o culpable?
Viajero: culpable
Pastor: ¿a dónde enviaría Dios a los culpables?
Viajero: al infierno.
Pastor: ¿eso te preocupa?
Viajero. Si claro, no quiero terminar en el infierno, ¿pero entonces todas las cosas buenas
que hecho no tienen valor para Dios?
Pastor: definitivamente que no, porque dice que la Biblia que no somos salvos por nuestras
buenas obras, sino que somos salvos por gracia, dice además que nuestras obras delante de
Dios son como trapos de inmundicia.
Viajero: entonces ¿Qué puedo hacer para evitar que termina mi alma en el infierno?
Pastor: Sabes, lo único que puedes hacer son dos cosas, lo primero que debes hacer es
arrepentirte de tu pecado, es decir reconoce delante de Dios que lo has ofendido y que te
duele haberlo hecho y que no quieres volver a ofenderlo jamás, que te ayude en ese deseo.
En segundo lugar, es que creas en Jesucristo como tu único y suficiente salvador, pero esta
es una decisión y convicción del corazón, porque implica aferrarte con todas tus fuerzas,
con toda tu alma y todo tu ser. Como cuando te aferrarías a un paracaídas cuando el avión
en el que volabas se parte en dos. Lo único que te salvaría seria el aferrarte a ese salvavidas
por es el único que salvaría tu vida. La Biblia dice que en ninguno otro hay salvación porque
no hay otro nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos, sino en Cristo Jesús,
ese es el hombre del cual hemos venido hablando en todo este tiempo.
Pastor: ¿dime cuando crees poder aceptar a Jesucristo como tu Señor y Salvador?
Viajero: hoy necesito hacer eso porque si hoy muero sin tener a Cristo en mi vida, terminara
mi alma en el infierno, y eso me aterroriza.
Pastor: Bueno antes de acostarte ya sabes lo que tienes que hacer, pide perdón a Dios por
tus pecados y dile tu necesidad de que Cristo te Salve, que inscriba su nombre en el libro de
la vida y te de vida eterna. Y cuando lo hagas abras pasado de condenación a Salvación, de
muerte a vida, de tinieblas a luz.
Pastor: muchos de los que están acá hoy, han hecho eso, pero sé que algunos todavía no lo
han hecho, ¿puedes decirle y animarle a que tomen esa decisión que es la decisión más
trascendental que toda persona debe tomar en la vida?
Viajero: amigo, ya sabes has escuchado y visto lo que es capaz de hacer Dios en la vida del
más vil pecador, perdonar tus pecados y darle salvación y vida eterna tan solo con
arrepentirte de tus pecados y creer en el Señor Jesucristo, si lo haces, de inmediato tienes
salvación y vida eterna. Te recomiendo que lo hagas hoy, porque mañana puede ser
demasiado tarde.
Pastor: gracias amigo viajero, ahora continua tu viaje, en este peregrinaje en esta tierra, pero
acuérdate bien que tú ya no eres ciudadano de esta tierra, tu eres un ciudadano del reino de
los cielos, es decir que tu destino no es Jerusalén, sino ti destino es la Nueva Jerusalén, la
Jerusalén celestial.
Pastor: Llévate este mensaje del cielo, porque para eso vino el salvador, para morir y dar su
vida por ti y por mí. Que Dios te bendiga y te guarde, gracias por venir, te esperamos
mañana, a las siete de la noche, en este mismo lugar, y trae a tus parientes, amigos y vecinos.
Es un mensaje del cielo que queremos hacerles llegar a todo Pamplona.
Viajero:
Un largo viaje:
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