100%(1)100% encontró este documento útil (1 voto) 465 vistas48 páginasApuntes de Derecho Romano. Bienes. Fernando Hinestroza
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Apuntes de
derecho romano
—Bienes—
FERNANDO HINESTROSA
Universipap ExTERNADO DE COLOMBIAProhibida la reproduccién o eita impresa o electrénica total o patcial de esta obri, sin
autorizacién expresa y por escrito del Departamento de Publicaciones de la Universidad
Externado de Colombia,
sn 958-616-909-X
© FERNANDO HuNESTROSA, 1978, 2004
© _onivensipan ExrERNADO DE COLOMBIA, 1978, 2005
Calle 12 n° 1-17 este, Bogots - Colombia. Tel. 342 0288,
‘wonw.uexternado.edu.co
Primera edicién: noviembre de 1978
Nueva edicién: junio de 2005
Iustracién de cararula: Mercader ambulante (Aetale), siglo 1d. C. Piedra caliza. Estela
funeraria procedente de Virunum, conservada en el muro exterior de la Iglesia de Maria
Saal, Carintia, Austria, Tomado de Xavier Baska I ALrr. Historia Univeral del Arte
‘La antigiedadclisica Grecia Roma y el mundo mediterrineo vol. Barcelona, 1986.
Disento de cardtula y composicién: Departamento de Publicaciones
Impresisn y encuadernacién: Digiprint Editores EU,
con un tiraje de 1 1.000 ejemplares.
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Estos apuntes, redactados presurosamente para el servicio de los es-
tudiantes de primer ario de derecho romano, son el resultado de una
indagacién general, ante todo en las obras citadas en el texto, cuyo
métedo y expresiones siguieron con fidelidad. Disculpese, pues, la
audacia del autor, en obsequio de su afin de satisfacer aguella fi-
nalidad.Pro
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ConTENIDO
INTRODUCCION
1. Interés, derecho, cosa bien
2. Patrimonio, Derechos patrimoniales
Derechos de la personalidad
3. Sujetos, objetos, actuacién
4. Clasificacién de las cosas
5. Res in commercio y res extracommercium
6. Cosas inmuebles y muebles; fungibles; consumibles
7. Individualidad de las cosas
8. Los frutos
La proPreDAD
9. Concept romano de la propiedad
10. La propiedad quiritaria
11. Propiedad peregrina, provincial y pretoria
12. Contenido y limites de la propiedad
13. La copropiedad
La PosesiON
14, Ubicacién del tema
15. Elementos de la posesién
16. Sujetos y objeto de la posesién
17. Adquisicion y pérdida de la posesién
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18, Tutela de la posesin 40) 44.
19, Tutela de la quasi possessio y de la defentio 42, 45.
46.
ADOUISICION Y PERDIDA DE LA PROPIEDAD 42.
20. Adquisicién y pérdida de los derechos 42,PRO
21, Adquisicién originaria y adquisici6n derivativa 44) 47.
22. Res mancipi et nec mancipi 45, 48.
33. La maneipatio y \a in iure cessio 46 49.
24. Ocupacion 47, 50.
25, Tesoro 49 51
26. Res derelictae. Res derelicta si 52.
27. Adquisicién de frutos 52 53
28. Especificacién 52
29, Accesion 53 54,
30. Tradicién 5¢
31. Usucapio 6 5S.
32. Praescriptio longi temporis 7
33, Usucapion y longi temporis Praeseiptio, justinianeas 7
34, Longissini temporis praescriptio 7
35, Adsignatio a
DERECHOS REALES SOBRE COSA AJENA 7
36, Cosas muebles ¢ inmuebles 7
37. Derechos reales 7
38. Derecho real en cosa ajena q
39. Derechos reales de goce y derechos reales de garantia 7}
40. Servidumbres ~ Servidumbres prediales 1
41, Servidumbres prediales 1
42, Servidumbres risticas y urbanas 7
43. Constituci6n, extincién y tutela de las servidumbres §
Feananbo Hinesttosa | Apuntes de derecho romano Bienes
Usufructo y otros derechos de goce personal
Censo hereditario. Superficie, Enfiveusi
a perficie, Enfiteusis
ON DE LOS DERECHOS REALES
Evolucién
La rei vindicatio
Laaccién publiciana
Actio negatoria
. Proteccién pretoria
.. Acciones propias de otros derechos reales
._Defensas varias de la propiedad en relaciones
de vecindad
. Denuncia de obra nueva y caucién por
dafio temido
. La actio aguae pluviae arcendae
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95IntRopuccION
1. Interés derecho, cosa bien. Dentro de nuestra concepcién del dere-
cho, con arreglo a la cual, de un lado estan los sujetos y de otro los
objetos, de una parte se tiene el ordenamiento, y de otra el derecho
que ese ordenamiento concede a quien se encuentra en la situacién
por él prevenida, frente a los demas, de manera determinada o in~
determinada, resultan fundamentales los conceptos de interés, de-
recho, cosa, bien, Viviendo y habiendo de vivir, necesariamente, en
comunidad, cada cual se encuentra delante de los demas, obrando
y debiendo obrar parejamente en funcién de su apetencias, deseos,
a veces llamados necesidades, y de los de los demas. Deseo indivi-
dual, del grupo, de la colectividad, inmediato o mediato, primario 0
muy elaborado, segiin las circunstancias, que mueve a las gentes en
su actividad frente a la naturaleza y a los de mas.
Cémo esta organizada la comunidad? ¢El grupo de quienes des-
cienden de un tronco comin y sus afines es auténomo, tiene vida
independiente? ¢Esté asociado con otros grupos semejantes? Qué
poderes se ha reservado para si y cules se trasladaron a autoridades
comunes? ¢Cémo es la organizacién interna de cada grupoy cémo la
de la comunidad mayor? Son estos interrogantes interesantes para
observar la evolucién de la especie y explicar muchas de las actitudes
de las distintas sociedades en sus varios estados de evolucién.
un Fernanno Hinestrosa
De conformidad con el estilo de vida: némade, seminémade, se~
dentaria, como también, cuando los grupos humanos van tendien-
do al asentamiento, bajo la influencia del medio geopolitico: pais y
habitantes, van surgiendo variadas formas de detentacién de los
bienes fundamentales, esto es, de las porciones del mundo exterior,
necesarias o titiles para la comunidad. Inicialmente la idea de bien
se radica exclusivamente en esas porciones, que hoy denominamos
cosas y con mas precisién, cosas corporales, comenzando por el
territorio o sede del grupo.
Familias significa, asi, en un principio, el lugar, la sede del grupo
primario, la casa, el cortijo, la huerta; el ofkes griego. Y el conjunto
de bienes indispensables para la subsistencia se llama domus, de
donde viene el vocablo dominus y de éste dominio.
Enconflicto virtual o real, los distintos grupos entre sty, también, los
varios miembros de cada cual, esa rontencién puede ser resuelta bélica
cuasi bélicamente, pero tiende a serlo también mediante una regu-
lacidn de los deseos-intereses singulates y el establecimiento de po-
deres y imitaciones que aseguren un equilibrio minimo indispensable
para la coexistencia y, por esa via, para la convivencia. Obviamente
esa regulacién, emergente de la propia experiencia que va condicio-
nando la conducta humana, atiende lo que es importante, es decir, las
relaciones de mayor entidad y aquellas que, por su frecuencia, se
muestran mis propicias a suscitar esos enfentamientos. Y dentro de
esas relaciones las més significativas son las que surgen a propésito
de la detentacién de las cosas de especial valor para las gentes, dentro
del nivel econémico y la mentalidad sociales.
Existe una regulacién de la conducta, experimental, por usos, pric
ticas, habitos, que luego se denominaran costumbres (derecho
Apuntes de derecho romano ~Bienes— 8
consuetudinario), pero que inicialmente son los dictados bisicos
de comportamiento (reglas sociales), sin discriminacién alguna acerca
de su origen, fandamentacién y coercibilidad, De esa regulacién,
que tiende a compactarse y que se mueve en vias de precisién y
estabilidad, se desprenden prerrogativas, prohibiciones y también
deberes concretos de comportamiento, como también la posil
dad de tutelar compulsivamente esas prerrogativas o derechos y de
hacer efectivos los deberes de condueta y las penas, en los casos
prevenidos por las norma.
Elinterés de detentar algo o de disponer de él 0 de contar con un
servicio ajeno, en cuanto esté prevenido normativamente como
legitimo y en la medida de su legitimidad, viene a ser considerado
como un derecho, derecho radicado en la esfera de un sujeto que,
en cuanto tal, es sujeto de derecho, y por ello se habla de derecho
subjetivo, emanado de esa normatividad, ordenamiento 0 derecho
objetivo.
Ese derecho versa sobre un objeto. Objeto de derecho son bisica y
primariamente las cosas, porciones del mundo exterior, susceptibles
de detentacién y aprovechamiento particularizado y que por su pro-
pia calidad y la consideracién social, son materia de competencia.
Empero, no solamente las cosas, asi entendidas, pueden ser objeto
de interés-derecho. Se puede tener un derecho en cosa ajena, tam~
bién se puede tenerlo sobre cosas no corporales 0 incorporales, y
existen derechos de prestacién (créditos).
Se habla de derecho subjetivo como “un poder de voluntad o un
sefiorio de voluntad otorgado por el ordenamiento juridico” y, tam~
bién, como “un interés juridicamente protegido”. Lo cierto es queFeRNANDO HINESTROSA
ese poder, prerrogativa o derecho, concierne al sujeto (persona) en
cuanto taly en la medida en que se encuentra dentro de una deter
minada previsi6n juridica (supuesto de hecho), y que, para su efec-
tividad ordinaria y extraordinaria, es menester el otorgamiento de
medios de tutela efectiva a su titular, frente a quien o quienes sea
menester.
2, Patrimonio. Derechos patrimoniales, Derechos de la personalidad, La
esfera juridica individual se proyecta en su propia individualidad y
en los derechos que pueda tener sobre bienes, cosas, corporales 0
incorporales, derechos de prestacién. Por el primer aspecto se apre-
cia la personalidad y, més concretamente, los derechos de la perso-
nalidad, “derechos cuya funcién, respecto de la personalidad, se
especializa de modo de constituir el minimo necesario e impres-
cindible de su contenido...
Derechos esenciales, de acuerdo con la sensibilidad y la conciencia
moral de la sociedad en cuanto a la posicién del individuo dentro de
lasociedad”. (De Cupis. I diritti della personalitd, Milano, 1959,1, p-
13). Derechos, en fin, que constituyen la expresién de la misma per~
sonalidad, considerada en si: bienes inherentes a la persona y, por
tanto, intransmisibles, indisponibles,irrenunciables, imprescriptibles,
que nacen con la persona misma y se extinguen con ella: derecho a la
vida, a la integridad psicofisica, a las partes separadas del cuerpo, al
cadaver, a la libertad personal, a k libertad sexual, al estado civil, al
honor, a la intimidad, a la identidad personal, al nombre, derecho
moral del autor (Idem.).
De otro lado, se tiene Ia nocién de patrimonio, entendido
globalmente como un derecho de la personalidad: cada persona
tiene necesariamente un patrimonio, como una unidad, un total,
Apuntes de derecho romano —Bienes~ 15
compuesto de todos los derechos susceptibles de estimacién eco-
némica, pecuniaria, en oportunidades confundidos o identificados
con las mismas cosas sobre las cuales recaen (activo) y de todas las
obligaciones (deberes de prestaciGn) que pesan sobre el sujeto titu-
lar de él (pasivo). Aun cuando en la préctica se suele tomar como
patrimonio el solo activo y, en ocasiones, el activo liquido, resultan-
tes de restar del activo bruto el pasivo. (WinpscHibi.D. Lehréruch
des Pandektenrecht i, § 42 y n. 2, Trad. Trat. d der. civil alemdn, Bo-
gota, 1976, 1, 1, p. 156).
Mirando el patrimonio de cada cual observamos, antes que nada,
“sus cosas”; relacionando el activo se suele decir: “mi casa, mis
ganados, mis joyas, etc.”, aun cuando lo adecuado seria decir: “mi
derecho de dominio sobre tal casa, tales ganados, tales joyas,ete:”.
“Y siguiendo por ese camino se llegan a considerar los demas
derechos patrimoniales, 0 sea los derechos en cosas ajenas y los
derechos de prestacién, en cuanto integrantes del patrimonio,
como cosas, sc les llama cosas incorporales. Asi el propio patri-
monio se muestra como una de aquellas cosas incorporales, la
sintesis de las partes singulares que lo integran 0 como una de sus
partes (Ibid., p. 158).
Dada la importancia enorme de los derechos patrimoniales, es fun
damental su precisién conceptual y prictica: puntualizar los “bie~
nes” o las “cosas” sobre las cuales pueden recaer, el ambito de ellos
mismos y cémo se pueden adquirir, cémo se puede disponer de
ellos y cémo se pierden.
Elarticulo 653 c. c. dice: “Los bienes consisten en cosas corporales
0 incorporales. Corporales son las que tienen un ser real y pueden
ser percibidas, por los sentidos, como una casa, un libro. Incorporales6 FERNANDO HINESTROSA
las que consisten en meros derechos, como los créditos y las servi-
dumbres activas”.
Elarticulo 654 c. c.: “Las cosas corporales se dividen en muebles e
inmuebles”,
El articulo 664 c. c.: “Las cosas incorporales son derechos reales 0
personales”.
El articulo 665 c. c.: “Derecho real es el que tenemos sobre una
cosa sin respecto a determinada persona’,
Y el articulo 666: “Derechos personales © de crédito son los que
sélo pueden reclamarse de ciertas personas que, por un hecho suyo
ola sola disposicién de la ley, han contraido las obligaciones corre-
lativas”.
3. Sujetos,objetos, actuacién. En el sistema expositivo de las Institutas
o Institutiones (Gaius, Justinianus) se muestra el derecho, cual se ha
indicado habitualmente, como una representacién teatral, donde,
de una parte estén los personajes, actores: las personas, los sujetos
de derecho; de otra, el escenario, las cosas, los bienes; y, por ultimo,
Ja trama, la actuacién: la accién, el proceso.
“Gatus es un famoso escritor; conocido desde el siglo ut por su
prenombre de Gatus, cuyos nombre y vida siguen siendo ignora~
dos... Su obra fue sustancial, basicamente orientada a la observa~
cién dogmatica e histérica, préxima ala de POMPONIUS... Muestra
haber sido un vivaz maestro del derecho, extraiio al circulo de los
juristas rectores... Segtin Momsen, debi ser‘un jurista provin~
Apuntes de derecho romano ~Bienes- ”
ciano’, natural de Brusias en Bithynia... El sistema de las Institu-
ciones: Ius quod ad personas quod ad res pertinet, ius quod ad actiones
ppertinet (Derecho correspondiente a las personas, Derecho co-
rrespondiente a las cosas, Derecho correspondiente a las accio-
nes): se ha conservado hasta el presente” (KRELLER. Romische
Rechts-geschichte, § 12, 2, 1, Trad. Hist. d. der. rom., Bogota, 1966,
pp. 98y 99).
4, Clasificacin de las cosas. En el comentario segundo de las Institutas
de Gaius se lee: §§ Ly ss. ...Veamos ahora lo que corresponde a las
cosas que estan en nuestro patrimonio o que son consideradas como
fuera de él: Hay lugar a una summa rerum divisio: entre las cosas:
cosas relalivas al derecho divino y cosas que pertenecen al derecho huma-
no, Son de derecho divino (ves divini iuris): las res sacrae et religiosae.
Sagradas son las consagradas a los dioses superioress religiosas son
las cosas que inspiran respeto religioso, son las que estan dedicadas
los Manes [..] Sanctae son aquellas cosas, como los muros y puertas
de las ciudades, que en cierto modo son de derecho divino. Lo que
es de derecho divino no corresponde a los bienes de nadie; por el
contrario, lo que es de derecho humano, por lo general se encuen-
tra entre los bienes de alguien, aun cuando no pertenezca a nadie;
tal el caso de las herencias antes de la presencia del heredero...”
(para las citas y transcripciones de las T. de Gatus se han empleado
Gai Institutiones, Krueger & Stedemund, Berlin, 1891 y G. I. J.
Niiiez de Prado, Barcelona, 1965).
Esa clasificacién, no obstante la importancia que tuvo en su tiempo
y su utilidad para el cristianismo legado luego al poder, no posee en
sila importancia légica y sistemitica de otras clasificaciones, conte~
nidas en la misma Insti¢ufay que la posteridad recogié y conserva:8 FERNANDO HINESTROSA
Las cosas que son de derecho humano, son o piblicas 0 priva~
das (aut publicae sunt aut privatae). Las que son piiblicas no se
consideran entre los bienes de nadie, porque corresponden a la
colectividad (universitatis). Privadasson las que pertenecen alos
hombres considerados singularmente” (11 §§ 10 2 11).
“Por otra parte, las cosas son corporaleso incorporates. Coxporales son
Jas que se pueden tocar (guaedam tangi possunt), como un fundo, un
hombre, un vestido, el oro, la plata y tantas otras cosas innumera~
bles, Incorporales son las que no se pueden tocar (quae tangi non
‘possunt), como aquellas que consisten en un derecho, como la he-
rencia, el usufructo, las obligaciones que de cualquier modo han
sido contraidas, también se cuentan entre las cosas incorporales el
derecho de herencia, el de usufructo y el derecho a la obligacién, lo
mismo que los derechos de servidumbre prediales y rasticas” (u, §§
12a 14) (Cir arts, 653 y 654, 664 a 666 y 670 cc)
Seguidamente viene la distincidn entre res mancipiy res nee mancipi,
de la que se trataré 2 propésito de la propiedad y los modos de
adquitirla (infra § 22), propia de! tradicionalismo, el nacionalismo
y aun el exclusivismo del derecho romano antiguo (v GUARINO.
‘Storia del diritto romano, Milano, 1963, pp. 156 y 237 y ss.).
5, Res in commercio y res extracommerium. (Cosas que estén en el
comercio y cosas fuera del comercio), Obviamente se llega a una
distincidn fundamental en el tréfico juridico entre las cosas que son
susceptibles de detentacién y aprovechamiento econémico y de
disposicién, y cosas que por factores variados no lo son; en ultimas,
entre cosas que estin en el comercio, que son comerciales, y cosas
que no lo son, que no estin en aquél, De plano puede afirmarse que
las res divini iuris pot su indole misma y la consideracién social de
Apuntes de derecho romano ~Bienes- 19
ellas pertenecen a la primero categoria, Pero, a més de tales cosas,
hay otras que por su propio natural o por la regulacién social de su
detentacién 0 de su aprovechamiento, tampoco son comerciales, se
trata de las res communes omnium, las res publicaey las res universitatis.
Son casas comunes a todos las “que no pertenecen a nadie y cuyo uso
es comiin a todos”, como dice el articulo 714 del code civil francés,
Enel Digesto, Libro, tit. vit, § 1.2, con procedencia de MARCIANUS
se lee con relacién a las cosas: “Las que por derecho natural son
comunesa todos..., guidem naturali iure omnium communis sunt ili
aire, agua fluens,y mar, el litoral de los mares” (para las citas y trans-
cripciones del Digesto se ha empleado: Digestorum, Corpus luris
Civilis, Galisset, 19.* ed., Paris, 1878).
Son cosas priblicas, tanto las destinadas al uso piblico (res in usw
publica), como las de propiedad del Estado (res in patrimonio populi).
En el Digesto, XVUt, 1,6, pr. se lee, tomado de PoMPontus, con rela-
cién a los bienes que no estan en el comercio: [...] ut publica, qua
non in pecunia populi, sed in publico usu babeantur (las que no se
encuentran en los caudales del pueblo, sino en el uso puiblico), y en
el mismo libro xvi, tit. 1,72, 1: ..] aut publici est [..] sires non in
usu publico, sed in patrimonio fisci erit{...] (también es publica la
cosa que no esti para el uso piblico, sino en el patrimonio del fis~
co). El uso de estas cosas puiblicas puede ser atribuido transitoria~
mente por la autoridad a un particular, con fines de interés general,
yssu propiedad puede ser enajenada en ciertas circunstancias y me~
diante ciertos trdmites por el Estado (infra § 35).
Cosas de la colectividad (universitatis) son aquellas que pertenecen a
una comunidad pablica, principalmente a las ciudades, tales como20 Fennanvo Hunestiosa
Jos coliseos, las termas, los estadios. En rigor, son cosas piblicas, pero
ladistincién entre el Estado y las colectividades piblicas lleva a dife-
renciar entre esas dos especies de cosas (Cfr. arts. 674 a 684 c.c.).
6. Cosas inmuebles y muebles; fungibles; consumibles. Con arreglo a su
propia naturaleza, las cosas se clasifican en inmuebles (Jmmobiles) y
muebles (mobiles), segiin que se muevan o puedan mover o sean
inméviles (los terrenos) (arts. 654 a 656 c. c.) (infra § 37).
pac CURE GACH Vag
Las cosas se consideran fungibles (fiengible) cuando se las toma en
cuanto pertenecientes a un género (genus), 0 sea como intercam-
biables y reemplazables por otras similares, en el mismo ntimero y
calidad: tantas fanegadas de trigo, tantos litros de vino. En oposi-
Cién a las especies (species) que son tomadas en su singularidad, con
sus rasgos propios que las hacen distintas de cualesquiera otras:
este predio, esta nave (infra § 44, 1). Son consumibles (res quae usw
consummuntur) aquellas cosas que, de por si o por la manera como
se las contempla, se consumen con su utilizacién: los cereales, el
aceite (infra § 44, 1).
7. Individualidad de las cosas. Por distintas razones, conceptuales
econémicas y aun filos6ficas, se planted el tema de la individuali-
dad de las cosas: casas unitarias, cosas compuestas, cosas colectivas. El
Digesto 41, tit.3, 30, trae, tomada de PomPONtUs, la anotacién:*Los
cuerpos son de tres géneros (wu), unitatio, € que contiene un espé-
rity se les llama en griego Aenomenon, como un siervo, una viga,
una piedra y similares. Otro, guod ex contigentibus, boc est, pluribus
inter se cobarentibus constant (el queconsta de partes coherentes entre
si), cosas llamadas compuestas, como un edificio, una nave, un ar-
mario, El tercero es el que ex distantibus constant, ut corpora plura
(consta de cosas diferentes, como cuerpos vatios). Cosas colectivas
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes~ Ey
(universitas rerum), formadas de varias, designadas en colectivo,
como un rebafo, “Las cosas unitarias solamente pueden pertenecer
a uno solo, las compuestas pueden pertenecer a varios propietarios
a una colectividad de propietarios y las cosas colectivas, tanto a
propietarios colectivos, como a propietarios individuales”.
8. Los frutos. Las cosas pueden producir: los érboles fructifican, las
hembras dan leche y crias. El propietario tiene derecho a usar de la
cosa suya y a tomar sus fruos. Al separarlos de la cosa fructuatia los
adquiere por separacién (infra § 27). Pero es preciso tener en cuenta
que el propietario puede haber concedido derecho real sobre su cosa
(infra §§ 20 y 38),0 detentarla por intermedio de otro, a quien con-
fi la tenencia (infra § 15) y,en fin, que alguien puede ser poseedor y
no propietario (infra § 14). En tales casos se pregunta: ga quién per
tenecen los frutos de la cosa?, scdmo se adquieren esos frutos? y,
pensando en el aprovechamiento indirecto de los bienes, geabe in-
cluir dentro de los frutos los productos de la cosa (cénones, arriendos,
intereses)?
En el Digesso, Lib. 50, tit. 16, 77,se torna de Pautus esta explica-
cién “se llaman fruges los productos (reditus), no solamente cereales
© legumbres, sino también lo que se extrae de los fundos, en vino,
bosques, canteras o arcilla, Como lo escribié JULIANO, Frumentum
es lo que tiene espigas, como lo definié GaLo. Y, con origen en
Uzrianus, el D. 5. 3. 29, son frutos las pensiones o rentas pagadas
por los colonos por el aprovechamiento de un fundo, o las que se
pagan por servicios de esclavos o por transporte en naves o en ju-
mentos: Mercedes [...] loco sunt fructuum... (eft. arts. 714 y 717 c.c.).
EI poseedor de buena fe, en cierta asimilacién de tal figura a la
propiedad, adquiere los frutos separades antes de la listiscontestatiooy FERNANDO HINESTROSA,
(cfi. art, 964 c. c. ine. 3). Los hace suyos por percepcién, cual
gucede con el usufructuario (D. 7.4. 13) (cfr arts. 840 y 849 c. .)
(supra § 27).
La pRoPrEDAD
9, Concepto romano de la propiedad. No es posible tener una idea
cabal del concepto romano, o mejor, de la evolucién del concepto
romano de propiedad, sin una referencia, surmaria, pero nitida, a la
organizacién social de Roma:*La propiedad antigua no tiene nom-
bre, Los términos dominium y proprietas son bastante recientes;
mancipium se aplicé originalmente para designar el acto de la
mancipati (KASER,cit., Voct, Modi de acquisto dela proprietd, Mi-
Jano, 1952, p. 277) «
“in los tiempos arcaicos la propiedad era un derecho soberano
sobre el territorio, un derecho de naturaleza politica, encuadrado
dentro de un orden social extrafic al Estado, referido al poder mas
amplio del pater” (De Mantino. Individualismo e dritto romano,
Roma, 1941, nl, 1, trad., Bogoté, 1978).
Entendida en términos globales y habituales la propiedad como el
derecho sobre una cosa, que permite a.un sujeto de derecho (perso-
na),en la medida de la misma naturaleza de ésta y del propésito del
propietaro, extraer de ellas las ventajas naturales y juridicas para
fas cuales es apta, y disponer total o parcialmente de su derecho,
incluso con la constitucién de prerrogativas en favor de extrafios, 0
mis brevemente, como el stimmum de los derechos que se pueden.
tener sobre una cosa, la propiedad o dominio muestra la adserip-
ién de una cosa, de ordinatio corporal (art. 669 c. c.), pero, guar-
dadas proporciones, también incorporal (art 671 c.¢ Libro
[Apuntes de derecho romano ~Bienes= 3
co, en especial, tit. 1), Esto muestra la presencia de un derecho
subjetivo; es el aspecto individual o particular de la propiedad: las
ventajas, prerrogativas, privilegios de la titularidad, es “la funcién
privada de la propiedad” (inc. 1.° art. 30 C. N.). Pero, simultinea~
mente, irrescindiblemente, es preciso pensar en que éste, como to-
dos los demés derechos, pero quizé més que los otros, por la
magnitud o plenitud de las atribuciones que concede, se da y se
proyecta socialmente, en funcién de la colectividad: para servicio
personal, pero con arreglo a los valores comunes; lo que pone de
relieve el aspecto social, la funcién social de la propiedad (inc. 2.°
art. 30 C. N.). Funeién que hace pensar, antes que en los limites y
prohibiciones en obsequio de la comunidad en general y de quie~
nes estin més proximos al bien y a su titular, en orientaciones, que
antes que en una enunciacién 0 catélogo normativo formal, se en-
cuentran, 0 deberian estar presentes, en la mentalidad comin:
communis opinio, valores, mores maiorum.
El pueblo romano 0, més concretamente, el propietario romano, mien
tras se conservaron los rasgos propios de la nacionalidad, no hubo
menester de limitaciones legales, su espiritu civico, su propia menta~
lidad hacian que se comportara en el ejercicio de su derecho y en la
misma necesidad de ejercerlo, bona fides,con lealtad, autolimitindose
en beneficio piblico, de sus vecinos, de la ciudad, ete. Y es apenas
cuando aparecen el decaimiento de las costumbres ancestrales y la
contaminacién con otras culturas menos exigentes y menos respe-
tuosas de la individualidad y la comunidad, cuando resulta ttil y aun
necesaria la presencia de textos legales y formulas pretorianas para
recordar y hacer efectivo lo que antes era espontineo y natural.
El concepto de dominio o propiedad como suma del ius utendi, el
is fiuendi y el ius abutendi (derecho de uso, de goce y de disposi-Bi Fexnanbo Hinestosa
i6n) (efi art. 669 c, c.), no es romano sino medieval, Fueron, los
cultores y expositores por cuenta propia, del derecho romano
Glosadores y, en especial, los comentadores), quienes acuftaron esa
idea, tan propia de su mentalidad, como extrafia al derecho roma
no en si.
La familias, como entidad politica, soberana, bajo la jefutura igual-
mente soberana del pater, se asienta en un fundo: familias, donde
trabaja y realiza integra su vida elemental. Alli mora; en ese predio
se encuentran enterrados los antepasados, a quienes se rinde culto
(Ja historia romana es la historia de las familias, de las gens); “cada
fundo tiene sus Lares"; en el mantenimiento del grupo alli esti
expresada su supervivencia; de generacin en generacién la familia
Permanecera en la fémitias (consortium). En un principio, al pare-
Cer, como ocurre en pricticamente todos los pueblos, por sucesién
fundada en el parentesco: a los hijos varones, con preservacidn de la
unidad, y més tarde por via testamentaria, tendiente a consolidar
esa unidad econémica y politica: sucesién mas que en los mismos
bienes, en los poderes personales (ft. De Martino. Ob. cit. 1h 4y
5). “Estas ideas estin consagradas juridicamente en el régimen de
{a inalienabilidad del undo: el paver familias puede disponer de él
para administrarlo, pero no para sustraerlo a la familia” (Voct,
Instituzioni di diritto romano, Milano, 1954, p. 202).
La familia, se repite, como unided politica, religiosa, econémica,
soberana, bajo la jefatura tinica del pater, posee también cosas mue.
bles, cuya consideracién corresponde al valor social, politico y eco-
némico de ellas, dentro de la mentalidad de la época: los bienes
indispensables para la explotacién del fundo ~la economia es agra-
ria y rudimentaria~ y para los menesteres domésticos: los animales
de labranza y tiro, los esclavos, utensilios y aperos. Esas considera.
35
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes
ciones dieron lugar a la clasificacién de las cosas en res ey yr
nec mancipi, mencionada en el § 4 y que se desarrllara en $2,
enderezada a impedir o limitar la enajenacién de las més valiosas
politicamente, comenzando por el fundo. “En realidad, los ae
Iesy los esclavos sven para fines varios, pero todos atinentes i
necesidades fundamentals de la familia romana arcaica: su utili
dad es econémica, como econémico es su valor, y grande, puesto
que son las cosas que requieren mayor tiempo, fatiga y capil para
explicar integra su utilidad. Sentado lo anterior, la nocién de re
‘mancipi infra § 22) mis exacta es Ia que las define como ae
mayor valor econémico en la sociedad agricola y guerera de lo
origenes” (Voct. Modi di acquisto della proprietd, Corso di dir. rom.,
Milano, 1952, p. 271).
Los bienes son de la comunidad: familia, El pater, dentro de sus
poderes omnimodos, no limitados por el derecho, es representante
del grupo y obra en funcion de él est sueto alas mores maiorum,
los dioses fimitan su conducta y la someten a esos dictados y misio
nes (De Makrino. Ob. cit, 1,4), Pero el pater es el tinico sui fer
(pater no es estrictamente quien ha procreado, sino quien no ent
sometido a potestad, y fllino son solamente los hijos y, en gener 7
los descendientes, sino quienes estin sometidos a la potesta
(BonFANTE. Corso di diritfo romano, Milano, 1963, vol. 1, pp. 0 x
s8) y por lo mismo “el es el nico titular del pattimonio de la
familia: ninguno de los ‘sujetos’ a su potestad puede tener Patimo-
nio propio, necesariamente adquiere para aqueél. Son estos, caract =
res propios del derecho romano, que dificilmente se encuentran
otros pueblos” (Vocl. Ob. cit,, pp. 204 s.).
Con el tiempo y el cambio consiguiente de circunstancias y necesi~
dades, la rigidez de esa estructura va relajandose: el fundo se vuelve26 FirnaNvo Hinestrosa
enajenable; se admite la divisi6n del haber familiar (consortium) ala
muerte del pater, para estimular la prestacién del servicio militar se
econocié al filiius un pattimonio (peculium eastrense) (AUGUSTO),
integrado por lo adquirido por él en campaiia sustraido alos pode-
res del padre y, por esta va, la posibilidad de patrimonio propio de
los ‘sujetos’ a la potestad se fue abriendo camino més amplio:
eculiuo quasi castrense (Constantino y JUStINANO): ofcio pibli-
0, ejercicio de la abogacia; peculium adventicium: bienes heredados
de los ascendientes maternos (CONSTANTINO),
Ahora bien, captada la propiedad como un derecho emanado del
concepto politico de la familia, como proyeccién y manifestacion
‘material, ante todo territorial de ella,es natural que, como la sobe-
rania del grupo, la propiedad tienda a ser absoluta en si, aun cuan.
do no ilimitada en su ejercicio: poder sobre el suelo, el aire y el
subsuelo: aiquead coelum usgue ad infeas; plena in re potestas(potes-
tad plena sobre la cosa, desde el cielo hasta los infiernos), pero con
‘numerosos temperamentos propios de las necesidades puiblicas, del
interés general y de la vecindad.
10. La propiedad quiritaria En un principio el derecho: mores
maiorum, lex duodecim tabularum, interpretatio pontificum, estaba
circunsctito a los propios y respecto de las cosas situadas dentro de
|a civitas: los guirites (ius quiritium), tinicos que podian tener
dominium ex iure quiritiuni (dominio de derecho quiritari),y res-
ecto de las cosas yacentes en el suelo patrio, en las res sitae in Italico
solo (cosas situadas en el suelo italico),
La propiedad quititaria o, més concretamente, la propiedad a se-
Cas, requeria, pues, un sujeto cualificado juridico-politicamentes ciu-
dadano romano; un objeto similarmente cualificado: cosa situada
7
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes—
en territorio patrio (los territorios provinciales fueron considesdos
11 un principio del dominio eminente del Estado romano, y no
er i ;
Ia figura de la adsignatio (infra § 35); y un modo Same -
adquisicidn: sucesién por causa de muerte y, entre vivos, un nego
tio formal mancipatio, in iure cessia (infra § 23). Y para las cos
i i so-
nec mancipi, la traditio (infra § 30). Esa propiedad, 7 ovigen o-
berano, esté exenta, por ello, de los tributos propios de la propi
dad provincial.
11. Propiedad peregrina, provincial y pretoria. El derecho isso
: v : °
te se aplicaba a los ciudadanos romanos y a las o: :
oe Poros mediosformales propios. Los peregrinos, las cosas sitas
fiera y los modos diferentes podian dar lugar a figuras semejantes,
pero no la propiedad en sentido estricto.
“La propiedad peregrina presupone que no se pueda fe an
exinve Quiritiom. Eletrajer no puede adquitir un fondo propio
de dominium ex iure Quiritium cuando mas puede ser pose foe da
, Igualmente no se puede llamar propietario de una cosa mucble
pero el Pretor, por razones de utilidad prictica le conce le aciones
fingiendo que era ciudadano, como lo atestigua Gavo, en —
a acciones penales de dafio y de hurto” (Vocl. Ob. ct., pp. 208 y s.).
‘Tampoco puede haber propiedad avira en be provincia oe
ia; pueden ser poseidos y, a veces, ruados,
Sea ope i poo rate
el Princeps, provincias imperiales. El poseedor ag un tigen (a
pueblo) o un éributum (al Princes), pero tiene un derec! nena
ble transmisible alos herederos,y defensas con a
cedidas por el magistrado” (Voct. p. 209) (infra § 45).28 ‘Fernanpo Hinestaosa
En fin, quien detenta la cosa no puede ser considerado propietario,
no obstante su condicién personal y la calidad del bien, si su adqui-
sicién fue viciada: defecto en el titulo, Para esa situacién, “a seme~
janza de cémo en el derecho sucesoral, al lado de la hereditas, se
tiene In bonarum possessio” (SCHULZ. Derecho cldsico romano, trad.
‘Tejeiro, Barcelona, 1960 § 589, p. 327), surgis la propiedad bonitaria,
tuna posesisn que prontamente pasaba a ser propiedad en virtud de
la usucapio: de usus capere = captar por el uso (infra § 31), pero redu-
cida al ambito de los ciudadanos romanos o de quienes no siéndolo,
tenian el ius commercii, “Los juristas clisicos designaron a la pro-
piedad pretoria con las expresiones in bonis esse 0 in bonis habere
(estar en los bienes o tener los bienes), y de ahi el nombre de ‘pro-
piedad bonitaria’, pero nunca con el nombre de dominium” (Id. loc.
cit.), Propiedad, en rigor, sélo se tiene cuando ya la usucapio produ-
jo sus efectos, cumplidos sus requisitos. Mientras tanto lo que hay
es posesién, asi en algunos casos ésta se encuentre protegida con
tutelas similares a las del dominio, de las que es ejemplo la actio
Publiciana (infra § 49), a favor del poseedor, tomado como si fuera
propietario, contra quien actualmente esti poseyendo la cosa, pa~
recida a la accién reivindicatoria (cff. arts. 946 y 951 ¢. c.)
Estas diferencias se fueron etenuando, quiza se borraron con el trans-
curso del tiempo: la ciudadania romana se extendi6, no con la rapi-
dez que algunos historiadores hubieran deseado, de modo que por
el Edicto de ANTONINO CARACALA del 212 todos los habitantes del
imperio se convirtieron en ciudadanos romanos; bajo el Dominado
la diferencia entre fundos isélicos y fundos provinciales perdié todo
interés: todos quedaron sometidos a impuesto en favor del Estado
(6upra § 10 final); las formas antiguas de la mancipatio y la in iure
cessio fueron reemplazadas por los pasos de titulo (compraventa,
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes~ 29
permuta, datio in solutum -dacién en pago-) y modo (raditio) en
todos los casos (infra § 23 final).
12, Contenido y limites dela propiedad. Con frecuencia se lee y escu-
cha, repetida, mecinica y despectivamente la idea de que el dere-
cho romano era absolutista: el poder del pater, el concepto del
dominio y la autonomia de la voluntad, con las atribuciones ma-
ylisculas del acreedor. A todo ello es necesario ponerle sordina con
las consideraciones hist6ricas mencionadas antes, entre las cuales
posiblemente la mas apropiada es la de exigir tener en cuenta los
limites naturales de esos poderes en las costumbres. “La pietasy el
officium eran limites poderosos del ius; limites no juridicos pues
derivan de las mores. En sintesis, el derecho privado habria sido en
Roma el derecho de la libertad del pater familias (como jefe de la
familia, como propietario, titular del patrimonio comiin, como
estipulante, como acreedor); sin embargo, las mores habrian consti-
tuido la norma de conducta més grave y ms austera, sancionada
por la opinién publica y (més tarde) por el censor” (De Martino.
Ob. cit.,1, 6).
“De propiedad colectiva en Roma no puede hablarse sino con rela~
cién al ordenamiento gentilicio. Las res mancipi, esto es, las solas
cosas objeto de un verdadero poder de soberania por parte del jefe
del grupo en el tiempo més antiguo, son concebidas como un patri-
monio colectivo del consorcio gentilicio, que al disgregarse dio lugar
a la propiedad individual. Pero, mas que de la diferenciacién entre
‘mose ius,el régimen de la propiedad clisica e historica podria derivar
de la afirmacién progresiva de Ia familia frente a la gens, y por lo
mismo, del poder exclusivo del pater frente al consorcio gentilicio
arcaico” (Id. 1, 7). Se repite que el origen histérico de la propiedad,30 Fennanno Hinestrosa
como derecho del grupo familiar en cabeza del pafery su caracteriza-
cién nitidamente politica (supra § 9), explica el absolutismo de aquella,
al mismo tiempo que exige no dejarse llevar por apariencias y desvia-
ciones y confusiones nacidas de otras circunstancias histéricas y otras,
mentalidades: los romanos tuvieron una gran sensibilidad en la valo-
racién de las condiciones econémico-sociales de los derechos, que de
por si ejercfan en funcién de ella, “Jamas afirmaron un derecho de
caza y pesca exclusivo del propietario[...] en la adquisicién del teso-
ro yen la especificacién destacan Ia participacién del trabajo y dan
detecho al descubridor y al especificador; en la propiedad territorial
hay una subordinacién evidente de los derechos particulates a los
fines de interés general” (De Maino, Ob. cit., ul, 1). Desde las
propias x11 Tablas se dispuso que el propietario debfa dejar libre un
espacio de dos pies y medio entre su edificacién urbana y la del veci
no, de modo que unido ese ambitus al contiguo se tuvieran cinco pies
para el paso de peatones; en los predios risticos ese espacio era igual,
al servicio de los vecinos: “asf se tiene el fer Himiare"; andlogas limi-
taciones y reglas de vecindad se tienen con relacién a los arboles:
proyeccién de éstos a quince pies de altura sobre el predio vecino y a
tuna menor, posibilidad de cortar las ramas y utilizar la lefia; autoriza-
cidn al vecino para que recoja, dia de por medio, los frutos de sus
arboles caidos en el predio contiguo;y otras similares, bastante signi-
ficativas para el desarrollo econémico de la época y una convivencia
arménica, que fueron acentuéndose a medida que la relacién entre
los distintos miembros sociales se intensificé: permisién de usar las
aguas publicas tanto para tomar de ellas lo necesario, como en forma
de navegaci6n, lo cual implicaba, ademas, el derecho de paso; prohi-
bicién de demolicién de edificios y de disposicién de sus adornos, y
la muy conocida de infligir castigos crueles alos esclavos (Cfi. Voc,
§ 52, DE Martino. Ob. cit, tt, 5).
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes~ Ey
“La propiedad provincial estaba sometida a una serie de limites
importantes, establecidos en interés de la administracién del Esta~
do, que crecieron desmesuradamente bajo los Severos, relativos tanto
ala propiedad mobiliaria, como a la inmobiliaria. La primera, so-
metida a requisiciones indefinidas: prestaciones de género
alimentario, de animales y vehiculos para el transporte estatal, etc.
La segunda sujeta a cargas de alojamiento coactivo de tropas y a
otras andlogas. Ademis, respecto de esta se admitieron con mayor
largueza que en el territorio italico algunos limites, como por ejem-
plo para obtener el mejor aprovechamiento posible de las aguas
lluvias” (Voc, p. 213).
“E] objeto y el contenido de Ia propiedad se encuentran sujetos a
limites tanto de derecho publico, como de derecho privado, En
cuanto al objeto, la propiedad territorial plantea el problema de su
delimitacién, por la posibilidad que se presenta, especialmente en
ella, de intromisin en la esfera juridica ajena [...] En cuanto con-
cierne al contenido, la tendencia de los romanos, vinculada con la
configuraciGn primitiva de la propiedad territorial, fue la de fijarle
ala propiedad los limites mas amplios y dejar el campo més vasto a
Ia iniciativa privada [...] Dicho esto, es preciso agregar que la pro-
piedad, ante todo la territorial y Ia de los esclavos, encontré en el
derecho clésico una serie de limites y cargas sociales en tutela del
interés piiblico, que obraban, bien en sentido negativo, con restric
cién del contenido, 0 que imponian deberes positivos [...] En la
época romano-helénica tales limites legales fueron disciplinados
minuciosamente y acrecentados, de conformidad con las distintas
condiciones de la propiedad territorial en las provincias. Y surgie-
ron nuevos limites, por ejemplo en materia de utilizacién de las
aguas y de mineria” (BETTI. Istitwzioni di diritto romano, 1, Padova,
1947, § 109, pp. 375 ysss.).2 FERNANDO HINESTROSA
13. La copropiedad. El concepto romano de propiedad hacia ver con
desgano la posibilidad del condominio o coexistencia de varios de-
rechos de la misma indole, en igual o en diferente proporcién sobre
una cosa, La propiedad tiende a ser exclusiva, “La idea de una pro-
piedad miiltiple sobre la totalidad de la cosa fue rechazada siempre
por los romanos: Cetsus, en Utpiano, D. 14, 6, 5, 15: Duorum
quidem in solidum dominium esse non posse” (no puede haber propie~
dad completa de dos personas —sobre la misma cosa-) (JoERs -
Kunket. Derecho privado romano, trad. PRIETO Castro, Barcelona,
1965, § 67, 2).
La copropiedad o condominio significa que el mismo derecho, con-
currente, sobre una misma cosa, lo tienen varios conduefios 0 co-
propietarios. La primera forma de esta figura que se conoce en el
derecho romano es la del consortium familiar (supra § 9): el apre-
mio de la unidad familiar hace que la aglutinacién del grupo no
dependa dela vida del paver:a la muerte de éste debe continuar, los
hijos permanecen juntos en consortium (Gatus ti, § 154 a). “Pero
hay otra especie de sociedad, propia de los ciudadanos romanos,
que en otro tiempo existia, 2 la muerte del pater familias entre los
herederos propios, una especie de sociedad a la vez legal y natural,
que se llamaba ercto non cito, es decir, de propiedad pro indiviso.
Ercto, 0 sea propiedad indivisa, de donde viene el vocablo eras, que
designa al propietario; ciere, que significa dividir; de ahi por qué
usemos al efecto las palabras repartir y dividir”.
Como yase anoté (supra § 7), las partes que integraban una misma
cosa no podian ser propiedad de diferentes sujetos: Celsus, cit.
“nec quemquam partis corporis dominium esse” (no hay propiedad
de partes del cuerpo), pero s{ se admitia la propiedad de la cosa
total por cuotas, sobre una parte no fisica, sino ideal: Ip, “totius
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes— 3
corporis pro in diviso pro parte dominium habere” “La copropie~
dad o indivisién (communio, D. 17. 2. 31) debe diferenciarse pro
fundamente de la propiedad colectiva. En ésta el derecho sobre la
cosa pertenece a la colectividad, considerada como una persona
moral, por lo que no forma parte del patrimonio individual de los
miembros de la comunidad, En la indivisién cada copropietario
tiene en su patrimonio un derecho sobre el conjunto de la cosa...”.
(Ovrtiac y MaLarosst, Derecho romano y fiancés histérico, trad.
Faire, Barcelona, 1963, § 139, p. 492).
Enel condominio romano, mirado con desafecto por las restriccio-
nes que trafa consigo, cada coparticipe tiene la mayor independen-
cia; es una limitaci6n de la soberania inherente a la propiedad, y no
se presenta, por regla general, sino en raz6n de un pacto entre los
conduefios, cada uno de los cuales tiene un ius probibendi (derecho
de prohibit) que le permite vetar los actos dispositivos de hecho
(uso, goce) de los demés, en cuanto excedan el ejercicio normal de
su derecho, que es de libre enajenaci6n juridica en cuanto tal,o sea de
la cuota. Aguel ius probibendi, personal, auténomo, se contrapone a
los criterios de primacia de la mayorfa: cada copropietario, cualquiera
gue sea el monto de su cuota, tiene ese derecho, que no desaparece
frente a la unin de los demas (De Martino. Ob. cit., m1, 9).
‘A mis del ius probibendi existié el llamado ius aderescendi (derecho
de acrecimiento), por el cual los demas comuneros sucedian en el
derecho de aquél que por cualquiera circunstancia lo perda, en
proporcidn a sus cuotas respectivas: derecho de acrecimiento, ope
legis (por ley), esto es, por el mero hecho de ser comuneros, aparte
de cualquier pacto a propésito. “Hay en ello un vestigio del régi-
men primitivo en el que cada copropietario era considerado pro-
pietario del total de la cosa comtin, Cada copropietario tiene incluso™ Ferxanvo Hinestnosa
en la época clisica una vocacién a la totalidad de la cosa” (OuRLIAC
y MALarosse. Ob. cit., § 139, p. 493).
El condominio termina con la divisién, que puede lograrse me-
diante el ejercicio de una de dos acciones: la actio communi dividundo
(accién divisoria) y la acti familiae ersciscundae (accion de particién
de herencia); ésta cuando la comunidad es producto de una suce-
sién por causa de muerte, y aquélla en las demas hipstesis.
En las formulas correspondientes, en lugar de la condemnatio, que
atribufa al juez la facultad de condenar o absolver, si paret, se incluia
Ja adjudicatio u otorgamiento de “poder de adjudicar las cosas co-
munes o sus partes a uno u otro de los coherederos 0 copropieta-
rios: guantum adjudicati oportet adjudicato: adjudica lo que sea
menester adjudicar” (ARANGIO-RUtZ. Las acciones en el derecho pri~
vado romano, trad. GuTIERREZ-ALvIZ, Madrid, 1945, p. 73). Y el
modo de adquiir era entonces la adjudicatio.
En el derecho justinianeo el ius probibendi viene a menos y se im-
planta el sistema de mayorfas: cada copropietario no tiene un dere-
cho administrative auténomo, respetable en cuanto tal, con
independencia de su magnitud, sino que esta sujeto a las decisiones
de la mayoria (Cf. De Martino. Ob. cit., 11, 9) (Cfr. arts. 2323,
2322 y ss,, 1374 y ss. c.c5 608 y ss. y 467 yss.c. p.c.)-
La posEsi6n
14, Ubicacién del tema, Las cosas corporales, susceptibles de de-
tentacién material, pueden ser usadas y aprovechadas, dentro de
su propia naturaleza material y social, a distintos titulos, es decir,
que quien las tiene, bien sea por su propia actitud, bien por los
Apuntes de derecho romano ~Bienes— 35
antecedentes de su detentacién 0 por mandato normativo, puede
obrar auténomamente o por cuenta ajena o reconociendo dere-
cho extrafio.
Por lo general el comportamiento del detentador es el mismo alos
ojos de quienes observan su conducta, de modo que es necesario
rastrear los antecedentes y particularidades de Ia relacién para de-
terminar si él es propietario o poseedor, con o sin titulo, usurpador
0 fartivo, o tenedor, segiin las distinciones y calificaciones a que
estamos acostumbrados.
Sabiendo ya a qué se llama propiedad, quién puede ser propietario
y de qué modo (supra §§ 10 y 11), es oportuno indagar acerca de
{qué se entiende por posesién.
‘A los romanos corresponden las expresiones naturalis possess, (po-
sesién natural); fenere rem (tener la cosa); esse in possessione (estar en
posesisn), La posesién es, a primera vista, la tenencia de una cosa
corporal, su detentacidn, Sin embargo, intuitivamente se advierte
que no toda tenencia es posesién. “La palabra possidere (poser)
contiene la voz sedere (sentarse) [...]y dificilmente el significado de
ppossidere podria ser otro que el de “Sentarse en una cosa” (LABEO.
Poscesio apellata esta sedibus, quasi positio, quia naturaliter res tenetur
ab coqui ei insistit. D.41, pr. 2) (posesi6n viene de sede, como quien
dice posicién, porque quien tiene la cosa, naturalmente se instala
en ella). Consiguientemente, possessio significa ‘asentamiento’ y
possessor, la persona que esté ‘asentada en una cosa’. Originaria-
mente esos dos vocablos se referian s6lo a la tierra, y las x11 Tablas
no los aplicaron a las cosas muebles [...] En el derecho clisico,
‘possessor (poseedor) era la persona que tenia la disponibilidad fisica
de la cosa corporal, independientemente del derecho a poseerla. El6 Fenwabo HINEStROSA
duefio podfa ser también, y lo era por regla general, el poseedor de
a cosa; peto si la perdia o leera sustraida, dejaba de ser poseedor, si
bien segufa siendo duefio. En el caso de hurto, el Iadrén era el ac-
tual possessor. Asi, pues, la posessioentrafiaba una cuestidn de hecho y
no de derecho, pero era un hecho que, dentro de ciertos limites, pro-
ducia consecuencias juridicas, y los juristas clésicos solamente consi-
deraron la disponibilidad fisica como una verdadera posesién, cuando
esta disponibilidad era recorocida por el derecho”; de potis, pote: soy
sefior? BoNFANTE. cit,, MONTEL. Id possesso, Torino, 1962, p. 5.
De esa manera puede ocurtir: que el propietario no sea poseedor,
. P q Pp
que quien posea no sea propietario, que quien tenga la cosa no sea
poseedor, y, lo que es normal, que el propietario posea la cosa.
La posesién significa un poder de hecho sobre la cosa (res fact),
personal o por medio de alguien que obre por cuenta de quien
tiene ese poder (art. 762 c. inc. 2.°), y ala vez una disponibilidad:
la posesidn se puede transmitir por acto entre vivos 0 por causa de
inuerte (cfi. art. 777 c.c.). En tales circunstancias resulta mas nece-
saria la precisién del concepto en sus rasgos propios y en sus simi-
litudes y desemejanzas con las figuras afines (niBil commune habet
proprietas cum possessione (2) (la posesién no tiene nada en comén
con la propiedad), llegé a decir Utrianus: D. 41,2. 12, 1).
15. Elementos de la posesién, De tiempo atris se ha dicho que ele-
mentos de la posesién son el corpus el animus, material y animico,
ensu orden. El corpus corresponde al poder de hecho sefialado en el
§ anterior: es un poder actual, ejercido personalmente o por inter-
medio de otro (representante, arrendatario, comodatario), tomado
en siy en su disponibilidad. Del animus se afirma que es la “volun
tad de tener la cosa como propia”; “énimo de sefior y duefio”, segdin
|
[Apuntes de derecho romano ~Bienes— ”
las voces del art. 762 c. c. Animus possidendi, animus domini (4nimo
de poseer; inimo de dominio); la posesin es la imagen del dominio,
Fue PAULUS quien por primera vez presenté la teorfa romana de la
posesién: Possessia civilis, fundada en una iusta causa, apta para ad-
quit por ¢raditioo por usucapio, frente ala possessio naturals, como
relacién de hecho. Posesién juridica, caracterizada por el animo de
obtener y conservar el dominio (KRELLER. Ob. cit., § 19,1¥). Pero,
gen qué consiste ese animus?
“Para los romanos la posesién implica, de ordinario, una relacién
de hecho con la cosa, tal que permita disponer de la manera mas
completa, 0 sea, sefiorio, dominio de becho sobre la cosa, en contra-
posicién al sefiorio, por ast decirlo, de derecho, 0 sea, provisto de
tutela juridica erga omnes (frente a todos) que es la propiedad: sefio-
rfo aquel que puede concurrir con ésta en el mismo sujeto, como
también puede estar disgregado” (MonreL. I/passesso, p.5).
Pautus; Dig. 41, 2, 3, 1, dice: Possideri autem possunt: quae sunt
corporalia, § |. (pueden poseerse: las cosas corporales). E¢ apiscimur
‘possssionem corpore, ef animo, neque per se anim, aut per se corpore:
podemos adquirr Ia posesién corpore et animoy no con s6lo animo,
como tampoco por sdlo corpore.
Tal exigencia de los dos elementos, particularmente la del animus,
tiene importancia puntualizadora de la figura: para distinguir Ia
posesiGn propiamente dicha de la llamada en nombre ajeno: acree-
dor pignoraticio, secuestre, ¢ indicar que quien perdia la detenta-
cidn dejaba de ser poseedor; seguia siendo propietario, pero con el
solo animus no podia considerirsele poseedor.8 FeRNanbo Hlinestnosa
Sin embargo, el animus es algo muy distinto del capricho personal
de quien tiene una cosa: implica una posibilidad juridica y, si se
quiere, ética, de considerarse tal; una vocacién: el reconocimiento
de derecho ajeno incompatible con la autonomia del derecho pro-
pio, excluye In posesi6n (arts. 2531. 3.°, 775 y 777 c. c.} y “sélo
4nimo se poseen las cosas que en invierno se hacen inasequibles”
(fi. vs. art, 2523 c.c.).
En fin, “el animus no es simplemente un elemento implicito en el
comportamiento del sujeto,no significa solamente voluntad de ejer~
citar el poder que efectivamente se ejercita: voluntad orientada al
hecho en si mismo, en funcién de su calificacién como actus humanus,
y no solamente actus hominis; por el contrario, significa voluntad
orientada al derecho, correspondiente al contenido mismo del de-
recho; en otras palabras, la correspondencia del comportamiento
del poseedor con un tipo de relacién juridica real y no valorada
simplemente desde un punto de vista objetivo o formal, sino tam-
bién desde un punto de vista subjetivo; en suma, el arzimus no sig-
nifica simplemente voluntariedad del hecho, si no obtiene una
relevancia aut6noma en funcién de la distincidn del hecho volun-
tario como posesién en sentido técnico, y de la mera detentacién”
(MeNGoNI, Liacquisto a nondomino, Milano, 1949, p.136; MonTEL..
Ob. cit, p. 35).
16. Sujetos y objeto de la posesién. Para poder poseer se requiere ser
sui iuris, Pueden ser poseidas las cosas comerciales. Ademés, en
cuanto a la naturaleza de la cosa, en puridad de términos solamente
pueden ser objeto de posesién las cosas corporales: respecto de las
incorporales se habla de una guasi possesio (cff. supra § 15 y arts.
670y 776 c.c.).
Apuintes de derecho romano Bienes i
Como también se habla de una guasi possessio del estado civil: la
quasi possessio status filiationi (cuasi posesién del estado de filia~
cidn), de BARTOLO (efi. ats. 696 a 699 c. c.y 6.° Ley 45 de 1936).
17. Adquisicién y pérdida de la posesién, Reiterando la cita de PAULUS,
supra § 15, la posesién se adquiere con la toma de la cosa, acompa-
fiada del animus adquisitivo, La adquisicién implica un acto juridi-
co-material, como la ocupacién y, usualmente, la tradicién. Y se
mantiene en cuanto persistan aquellos dos elementos, poniendo
nuevamente de presente que de manera transitoria puede no te-
nerse el corpus, como en los casos de saltus hiberni o aestivi (Fandos
de utilizacién por temporadas invernales o estivales), 0 del esclavo
fugitivo o del prisionero de guerra, como también puede tenerse
por un mediador posesorio (v. gr. un arrendatario).
La posesién se pierde cuando la ausencia del corpus se contintia:
destruccién del objeto o su inhabilidad legal (v. gr. expropiacién), 0
fisica (inundacién, fuga del animal), por abandono (dereliccién, infra
26), 0 por transferencia a otro (tradicién). Como también concluye
por ausencia, pérdida del animus: reconocimiento de derecho aje-
not el constituto possessorio: quien venia poseyendo, como propieta-
rio 0 como solo poseedor, enajena su derecho, pero continia al
fiente de la cosa, v. gr, como arrendatario (eff. arts. 754 num. 5 y
2531, num. 3 ¢. c.) (infra § 30 1h).
La posesién se puede adquirir personalmente o por medio de in~
termediario, que realiza los actos materiales: possessio corpore,
aprebendere, capere, mientras que el adquirente pone el animus:
PAULUS cit.s Adguirimus possessione corpora et animo: animo quidem
nostro, corpore vel nostro vel alieno (adquirimos la posesién material0 FeRnaNbo Hinesthosa
mente y con énimo: el énimo ciertamente propio; el acto material,
nuestro 0 ajeno). Los alient juris adquieren para el pater.
18, Tutela de la posesin. La importancia de la posesién, a més de
servir de antesala a la usucapio (infra § 31), y mas tarde a la praescriptio
ongi temporis y a la praescriptio longissimi temporis (infra § 34), esta
en la tutela del Pretor, la cual permite afirmar, sin muchos temores,
su cardcter de verdadero derecho.
Esas defensas consistian en interdictos, mandamientos y prohibi-
ciones, que se vertian, igual que las actiones, en su edicto y se expe-
dian para cada caso sin conocimiento de causa (JOERS-KUNKEL.
Der. Priv, Rom. § 66).
Los interdictos eran de dos clases, segtin su funcién y la necesidad
del poseedor: los interdictos para retener la posesién, preventivos,y
los interdictos para recuperarla, remediales: inferdicta retinendae
‘possessionis e interdicta recuperandae possessionis, En ellos no se dis
cutfa el derecho de dominio, sino el hecho posesorio, y esta actitud
se transmitié al derecho moderno: el beati possidetis (ventaja del
poseedor), el respeto al status quo ante, manteniéndolo o disponiendo
su retorno a él (cfr art. 979 c. c.).
Empero, no toda posesién merecia esas tutelas; solamente la pose~
sién legitima podia ser objeto de proteccién de parte del magistra-
do: possesio iusta; possessor iustus. Y posesién justa era la non viciosa.
Posesién viciosa era tanto la violenta, como la furtiva, y la fundada
en un titulo precario. De donde la expresién: possessio iusta: nec vi,
nec clam, nee precaria (posesién justa, la que no es ni violenta, ni
clandestina, ni rebelde). Solo que esa calificacién, con miras a la
Apuntes de derecho romano ~Bienes— “
tutela, procede delante del propietario o poseedor justo que recla-
ma: el poseedor violento, clandestino o precario no puede impetrar
elinterdicto en contra del poseedor o propietario despojado, mas sé
contra terceros que le arrebaten o sustraigan la cosa, y, en el dere-
cho tardio, aun contra el propio poseedor robado, si éste recuperé
Ja cosa violentamente.
En el derecho clisico habia dos clases de interdictos retinendae
possessionis: el interdictum uti possidetis, para la defensa de las cosas
inmuebles contra toda clase de perturbaciones, y el interdictum
utrubi, para la de las cosas muebles, para el cual se tenfa en cuenta el
tiempo de posesién en el afio inmediatamente anterior y no la po-
sesién actual, Estos dos interdicta fueron asimilados y reunidos en
el derecho justinianeo en una sola accién posesori
En cuanto a los interdictos recuperandae possessionis (de recupera-
cién de la posesién), en el derecho clasico se tienen: el interdictum
utrubi (interdicto de cual de los dos) y el interdictum unde vi (inter-
dicto por causa de fuerza). El primero protegia a quien hubiera
poseido la cosa sin vicio por mayor tiempo en el afio anterior, y
podia ejercerse dentro del afio siguiente a la desposesi6n. El segun-
do daba la posibilidad de recuperar la posesi6n de inmuebles y tam-
bign duraba un afio a partir del despojo: exceptio temporis (excepcién
de tiempo). Bajo JuSTINIANO se refandieron en uno solo (cf. arts.
972y ss.c.c.).
Enel Edicto de ADRIANO aquellos interdictos se presentan asi:“In-
terdictos simples (incerdicea simplicia) contra aquel que priva al po-
seedor de la posesién o se la perturba, con su poder propio de
prohibicién a favor de ésta. Las formulas hablan concretamente de
‘violencia (v1), de clandestinidad (clam) y de ruptura de un présta-a FeRNanvo HiNEstRosA
mo concedido (precaria) /alzamiento del prestatario/ ...] Interdic-
tos bilaterales (interdicta duplicia), eficaces, en primer término para
la clasificacién de la situacién posesoria (de alli.: retinendae
possesionis) (para retener la posesidn), con fines de disponer la pre-
paracién de un litigio sobre la propiedad, pero como solamente
estaban al servicio de la conservacién de una posesién intachable y
legitima, se ocupaban también de climinar una posesién viciosa
(ilegitima) o (en materia de muebles), aquella transitoria todavia
no suficientemente consolidada (funcién recuperatoria)” (KRELLER,
Hist. d der. rom.,§ 19, 11.).
19, Tutela de la quasi possesio y de la detentio, El derecho del titular
de una servidumbre, guasi possessio, est sancionado con interdic-
tos. También lo esta el derecho de ‘detentacién’ del usufructuatio,
con interdictos posesorios ‘itiles’(infra § 44). No ocurre lo mismo
con el arrendatario, el depositario, el comodatario, quienes no eran
ni propietarios, ni poseedores y no gozaban, por tanto, de la protec-
cién de los interdictos, que competian al arrendador, al depositan-
te, al comodante (cft. SCHULZ. Ob. cit., § 754, p. 412). Y ast se
mantiene en el derecho actual (cfi. arts. 978, 885, 1987 a 1989 c.c.).
ADQUISICION Y PERDIDA DE LA PROPIEDAD
20, Adguisicion y pérdida de los derechos. Adquitir un derecho signi-
fica su incorporacién a la esfera juridica de determinado sujeto,
para lo cual, en el campo patrimonial, es indispensable un acto de
adquisicién de parte de él. Puede ocurrir que ese derecho no hubie~
ra existido antes en general o en su configuracién especifica, 0 que
hubiera pertenecido a otra persona, caso en el cual es necesario
observar si la adquisicién implica una traslacién o una constitucién
del derecho, en todo caso derivado del titular anterior, o si apenas
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes~ “6
presupone una pérdida del derecho de éste como un prius légico de
una adquisicién originaria.
“La adquisicién de un derecho es la vinculacién del derecho con un
determinado sujeto; la pérdida es la desvinculacién del derecho del
sujeto con el cual se encontraba unido hasta entonces, La adquisi~
cién no implica necesariamente la formacién del derecho. Esta se
da cuando no hay sucesién alguna, pues el sucesor adquiere el dere-
cho sin que éste se constituya entonces por primera vez. Lo mismo
acontece con la pérdida, que concierne al antecesor, sin que el dere-
cho desaparezca, La adquisicién que se cumple mediante sucesi6n
es una manera de adquisicién derivada, Por adquisicién derivada se
entiende aquella que se funda en un derecho existente, del cual se
deriva el derecho adquirido. Ademas de la adquisicién por suce-
sién (traslaticia), dentro de la adquisicién derivada se encuentra
también el caso en el cual del derecho precedente surge un derecho
de otra clase, por ejemplo una servidumbre del derecho de propie-
dad (constitutiva), Aquel de cuyo derecho se deriva el derecho ad-
quirido se llama autor del derecho. Lo contrario de la adquisicién
derivada es la adquisicién independiente (originaria)” (WrnpscHeID.
Lebrbuch des Pendektenrecht,t.1,§ 66, Trad, Trat, der. civ. alemdn, t.
1, vol. 1, pp. 280 y 281).
Estos conceptos de adquisicién (originaria y derivada: traslaticia y
constitutiva) y de extincién (pérdida del objeto, pérdida del dere-
cho, traslacién del mismo), son fundamentales y se predican en
general de los derechos, si bien estan referidas por su origen y por
Ia importancia del derecho indicador, al de propiedad.
EI Gawus, y por conducto de él en Justinianus, se encuentra una cla-
sificacién de los modos de adquirir el dominio, importante quiz4 en“4 Fernanbo Hinesteosa
su dia, pero sin valor alguno luego, que se recuerda aqui tan sélo
como antecedente hist6rico: “De lo dicho anteriormente se sigue
que las enajenaciones son nafurali iure, como las que se hacen por
tradicién, pues las civiles, como Ia mancipatio y la in ie cessi, son
derecho propio de los ciudadanos romanos”. Galus. Instit., 66.
21. Adquisicién originaria y adguisicion derivativa, Insistiendo en
esta clasificacién, apenas atisbada en los textos romanos, la adqui-
sicidn originaria, que ocurre cuando el derecho surge por vez pri-
mera o, se reitera de nuevo, pero sin antecedente, con los actos del
adquirente, se justifica por si sola: el ocupante de cosa sin duefio,
porque nunca lo tuvo 0 porque habiéndolo tenido lo perdié (res
derelictae ~cosas abandonadas-) (infra § 24), igual que quien toma
los frutos de la cosa por separacién o por percepcidn (supra § 8), 0
que quien adquiere el aluvién dejado por rio o lago contiguo a su
predio (infra § 29), son adquirentes originarios: para justificar su
derecho no tienen mis que mostrar sus propios actos, sin conexién
con precedentes que pueden no darse o dandose no se vinculan con,
la posteridad.
En tanto que la adquisicién derivativa implica, como su nombre lo
indica, una fandamentacién en el estado anterior, un eslabonamien-
to, de manera que el derecho actual se justifica con los anteriores y
con la regularidad de la cadena: Sucessio propiamente dicha, uni-
versal, mortis causa, y la translatio dominii, inter vivos, transferre
dominium.
De ahf se siguen dos observaciones de la mayor trascendencia: el
principio fundamental (regula iuris) de nemo plus iuris ad alium
transferre potest quam ipse habet (D. 50. 17.54, referido a ULPIANUS,
dicho mas elipticamente: nemo dat quod non habet de origen
[Apuntes de derecho romano ~Bienes— 4s
posclisico, que vierte en nuestra normatividad el articulo 752 c.
por medio de la tradicién, prototipo de modo de adquisicién
derivativa, no se pueden transferir mas derechos que los que el
tradente tiene sobre Ia cosa materia de la tradicién, Y la necesidad
de que por el transcurso del tiempo, sin alteraciones del estado vi-
gente, casi que por inercia se saneen los vicios o deficiencia de las
adquisiciones anteriores, tanto la tiltima como las precedentes, ger~
men de la usucapio y, mas tarde, de las praescriptiones: longi temporis
y longissimi temporis (infra §§ 31 y ss.).
22, Res mancipi et nec mancipi, De la distincién de Gatus entre mo-
dos naturales y modes civiles de adquirir el dominio se sigue la
importancia que tuvo la clasificacién de las cosas entre mancipi y
rec mancipi: en el commentarius secundus § 14 y ss. se refiere a ellas:
“son mancipi los edificios sitos en suelo itilico, y nec mancipi los
inmuebles urbanos. Mancipi son los animales feroces, luego de do-
mesticados, y nec mancipi las bestias salvajes, como los osos y los
leones, y los asimilables a ellos: elefantes, camellos. Casi todas las
cosas incorporales son nec mancipi, a excepcién de las servidumbres
nisticas. La diferencia entre las cosas mancipi y las nec mancipi es
magna: las cosas nec mancipi se enajenan con la mera tradicién, si
no obstante ser incorporales, pueden ser recibidas asi (§ 30). Res
mancipi son, en verdad, las que se pueden transferir a otro per
mancipationem, que es por lo que se les lama cosas mancipi
(mancipables). Y lo mismo vale la mancipatio que la in iure cessio
(mancipatio, idem valet et in iure cessio) (§ 22).
Esas restricciones formales, asi como las adscripcién de las cosas
més importantes politica y econémicamente a la categoria de res
‘mancipi, reservadas a los ciudadanos romanos y circunscritas a las
situadas en el territorio patrio, fundamentalmente los predios (f-46 Feenanvo HiNestRosa
milias), (supra § 9), a despecho de la pérdida de su interés en el
propio transcurso de la historia romana, permite apreciar el sentido
politico de la propiedad romana y su sometimiento a las tradicio-
nes gentilicias y, sobre todo, familiares.
23, La mancipatio y la in iure cessio. Por lo mismo que estas dos
formas corresponden histéricamente a la traslacién del dominio
sobre las res mancipi'y que esta categoria vino a menos y desapare-
cié con el paso del tiempo, es del caso estudiarlas juntas y separada-
mente de las demés.
“Mancipium es, en su estructura semantica, el acto de tomar [...]
este significado se encuentra ain en la ley de las x Tablas, donde
mancipium vale como mancipatio, esto es, indica un acto. De lo cual
se puede presumir que el sentido en el cual se encuentra en las XII
‘Tablas sea més préximo al original, que otros (como el de derecho
0 potestad: De Visscrier)" (Voct. Modi di acquisto, p. 274).
De la mancipatio dan cuenta las Inst. de Galus, 1, 119 y ss.:"“Qué es
a mancipatio? Como lo dijimos arriba: una venta imaginarias
racteristica del derecho propio de los ciudadanos romanos, que se
desarrollaba ast: delante de no menos de cinco testigos ciudadanos
romanos ptiberes y de otro de las mismas condiciones, quien tenia
una balanza de bronce, al que se llamaba Hbripens, el que recibe
mediante maneipio dice: ‘Afirmo que este hombre es mio ex iure
quirritium, y que debo adquiritlo por este bronce y esta balanza de
bronce’; cumplido lo cual con el bronce golpeaba ja balanza y daba
el bronce guasi pretii loco ~como en lugar del precio- a quien hacia
la mancipatio. "El mancipic accipiens era quien hablaba; el mancipio
dans permanecia en silencio, menos que quisiera reservarse algtin
derecho sobre el bien, caso en el cual expresaba la deduccidn: v gr.
deductio usu fiuetu (infra § 44), 0 de servidumbre (infra § 43).
[Apuntes de derecho romano ~Bienes~ 4”
“La mancipatio mantuvo su vigor durante toda la época clisica; de-
cay6, hasta desaparecer por completo en la época posclasica [...]
En el derecho justinianeo la abolicién expresa de la distincién en-
tre res mancipi y rec nec mancipi consagra legislativamente su fin”
(Voct. Modi di acquisto della proprietd. Corso di dir. Rom., Milano,
1952, p.59)..
La in jure cessio era un procedimiento apto tanto para transferir la
propiedad de las res mancipi, como de las res nec mancipis era, pues,
ambivalente. Consistia en una reivindicacién fingida, también des-
crita por Gatus (11, 24): La in iure cessiose hace de este modo: delan-
te de un magistrado del pueblo romano, como el Pretor; aquel a
quien la cosa se cede en derecho dice: ‘Digo que este hombre es mio
ex iure quiritium’;en seguida de esta vindicacién el Pretor interroga a
quien lo cede sobre si él lo contra vindica; si él niega o calla, ahi
mismo lo atribuye al vindicante. A esto se llama una accién de ley.
Lo mismo se hace en provincia ante el gobernador”.
También la in iure cessio permite la deductio de derechos reales
(infra §§ 43 y s.) desaparece en la época posclisica. Y ambas ins
tituciones son formas de actos reales, que se perfeccionan con la
entrega de la cosa.
24. Ocupacién. Posiblemente en la historia de la especie este fue el
primer modo de adquirir el dominio: los pueblos recolectores, caza~
dores, pescadores, adquirfan las presas ocupdndolas. Empero, el inte-
rés prictico de este modo, de grande importancia antes, ha mermado
eno relativo a sus expresiones elementales, de suerte que quiz sélo
se manifiesta en los derechos de pesca, tan destacados hoy en el pla~
no internacional y objeto de regulacién administrativa minuciosa, y
en la regulaci6n de la toma de naves que naufragan.a FeRnanbo Hinestosa
“La persona que ocupaba una cosa sin duefio, con énimo de retenerla
como suya adquirfa por ese acto (occupatio) la propiedad de Ia cosa
(res multi cedit occupanti—ta cosa de nadie pasa al ocupante~: Gayo.
2, 66 ss D. 41. 1. 3)” (Joers -Kunket. Ob. cit, § 73, p. 186).
La anterior precision implica destacar el acto, material e intencio-
nal ala vez, de la aprehensién, fandamento de la adquisicién, como
también plantear las exigencias de orden personal (sujeto) y mate-
rial (res habilis) para que esa toma de posesién se tradujera en pro-
piedad.
La posesién, que se adquiere por ocupacién o por tradicién (supra
§ 17), exige que el sujeto sea capaz (sui iuris, bésicamente). Los
alieni iuris adquieren para quien tiene la potestas sobre ellos.
La existencia de una res nullius era indispensable, :Pero qué cosas
eran nullius? Las que no tenéan duefio. Lo cual muestra, de una
parte, los objetos que nunca han sido detentados por nadie, y aque-
llos que, habiendo tenido duefio, ya no lo tienen, por pérdida del
derecho de él.
En el derecho romano la ocupacién propiamente dicha se realiza
respecto de: a. La insula in mari nata (isla surgida del mar), men-
cionada por Gatus, D. 41, 1, 7,3. Las islas surgidas en los rios son
materia de discriminacién, asf: agri limitati (territorios demarca~
dos) y agri arcifini (territorios con linderos arcifinios) (infra § 35).
Segiin que el rio fuera piblico y limitado su uso a los predios
riberanos, caso en el cual se adquitia la isla por ocupacién, 0 no lo
fuera, evento en el que la isla se adquiria mediante accesién, En el
derecho posclasico ésta vino a ser el modo propio de adquisicidn de
las islas fluviales (infra § 29 1.). En el mismo orden de ideas, se
Apuntes de derecho romano ~Bienes~ 49
adquieren por ocupacién las res nullius inventae in littore maris, 0
sea las que arroja el mar a la playa o litoral.
b, Los animales cazados o pescados, a los que se refiere Gato, D.
41.1, 5.1, Existia un derecho general de caza y pesca, no reservado
al propietario (supra § 12). Y en materia de caceria era menester
que el animal fuese salvaje y no doméstico 0 domesticado, pues, en
este caso tinicamente podia ser ocupado cuando hubiera perdido el
habito: consuetudo revertendiyy de todas maneras se hacia indispen-
sable la ocupacién definitiva de la bestia.
c. Por tiltimo, se adquieren por occupatio las res hostiles (cosas del
enemigo) (Gal.1l,§ 69, 4, 16), regulada en cuanto a la pertenencia
de es0s objetos, que no podia ser ni de ciudadanos romanos, ni de
habitantes de Estado con el cual Roma tuviera tratado o alianza, El
botin de guerra, por el contrario, pertenecia al Estado romano, y su
apropiacién particular constituia peculado; las cosas de ciudadano
romano recuperadas en la guerra, en raz6n del postliminium volvian
al dominio de él (Voct. Modi, p. 19).
Se advierte que la occupatio podia versar, a diferencia de lo que acon-
tece en el derecho moderno (cf. arts. 685 y ss. ¢.c.), no solamente
sobre bienes muebles (despojos que saca el mar, animales salvajes,
peces, pertenencias del enemigo), sino también sobre inmuebles
(islas maritimas y fluviales), hoy materia de sola accesién: articulos
726 y 675 c.c., giro que se manifesté a partir de la eliminacién de la
diferencia entre rios publicos y privados en el derecho posclésico
(supra a.).
25, Tesoro, Esta figura se conoce con el nombre de thesaurus, que se
adquiere por hallazgo o invencién (art. 699 c.c.). Su definicién esta50 FexNanpo HinestRosa
en el Digesto, Pautus, D. 41, 1, 31, 1: “Tesoro son las monedas
depositadas de antiguo por alguien de quien no hay memoria y
cuyo dominio ya no tiene”,
Son, pues, caracteres del tesoro: que se trate de bienes preciosos:
monedas, joyas; que se encuentren ‘depositados’: enterrados, ante
todo, pero también puede darse el caso de que se colocaran en el
interior de un muro; que no se sepa quién es su duefio: no se tenga
memoria de él; de lo cual, sumado a ese ‘depésito’, se sigue el abando-
no (dereliccidn) de ellos, determinante de la pérdida del dominio.
‘Ahora bien, en esta figura, por su propia naturaleza, se pueden dar
varias circunstancias de necesaria regulacién: que quien descubra 0
halle el tesoro sea el mismo propietario del inmueble donde se en-
cuentra enterrado, caso en el cual lo adquiere integro, Que el descu~
brimiento se haga en lugar sagrado o religioso; en esta eventualidad
también el inventor se hace duefio de todo el tesoro. Y, por tiltimo,
que siendo de propiedad privada el bien donde yace el enterramien-
to, su descubridor sea persona distinta del propietario del fundo.
Esta hipétesis es la més compleja y, por lo mismo, la més interesan-
te: el tesoro se divide en partes iguales, una para el descubridor, otra
para el propietario, siempre que el hallazgo sea casual, pues de lo
contrario corresponderi todo al propietario.
“El tesoro debe estar constituido por una cosa mueble de valor;
debe tratarse de una cosa oculta, cuyo descubrimiento puede ser
debido al acaso 0 a la voluntad de alguien; no debe haber alguien
que pueda reclamar pata xi la cosa hallada (att, 704 c. c.); el descu-
brimiento debe ocurrir en una cosa inmueble; debe ser casual, para
que se le aplique la division seftalada (casual en el sentido de que
Apuntes de derecho romano ~Bienes— st
no se haya emprendido obra con el fin de encontrarla y extraerla);
quien la descubre debe haber tomado posesién de ella. El derecho
del descubridor es real y se establece un condominio entre él y el
propietario del fundo” (Voct. Modi di acquisto, pp. 24 y ss.
En materia de tesoro, relativamente a la vida contemporénea, im-
porta destacar Ia regulacién de los descubrimientos arqueolégicos
y la importancia del patrimonio cultural de la Nacién.
26, Res derelictae, Res derelicta es la abandonada. La dereliccién es un
acto de abdicacién o renuncia del dominio y, por lo mismo, se inte-
grade un comportamiento, conducta apropiada, y de un propésito
abdicativo: animus dereliguiendi. Las cosas abandonadas tenfan due-
fio y lo perdieron en virtud de la dereliccién y en esa forma se con-
vierten en res mullius, susceptibles de ocupacion.
En tales circunstancias, las cosas abandonadas sin intencién de re
nuncia (el ejemplo chisico es el de las mercancfas que se arrojan al
mar para aligerar el peso de la nave) no pueden ser adquiridas por
ocupacidn: quien las aprehende toma posesién de ellas y solamente
sganard el dominio cuando cumpla los requisitos de la usucapioy por
este modo, cuando menos, con certeza, en el derecho justinianeo.
‘Asi sea sdlo por precisién conceptual, es itil poner de presente que
en el caso de dereliccién seguida inmediatamente de ocupacién (el
ejemplo preciso es el de las monedas que se arrojan a la multitud),
no cabe sostener que el que toma las cosas las adquiere por tradi-
cin, pues hay dos pasos sucesivos: el acto abdicativo y el adquisiti-
vo, ¥ no uno solo, La adquisicién es originaria: ocupacién de una
res nulliusy no derivativa: entrega-recepcisn, fraditio (JULIANO, D.
41, 7.2.15 47, 2, 43. 5).3 FeRnaNDo Hinesteosa
27, Adquisicion de frutos. Volviendo al tema de los frutos, entendi-
dos primariamente como aquello que se separa de una cosa matriz,
(ctia, frutos de vegetales), pero con concepto extendido a lo que se
puede extraer de ella ya lo que se percibe por su uso de parte de un
tenedor (supra § 8), se insiste en que el propietario, el poscedor de
buena fey el enfiteuta adquieren los frutos, considerados aparte de
la cosa como una entidad distinta de ella, por separatio; el usuftuc~
tuario los adquiere por percepcisn; y el tenedor por tradicién: “por
cuanto su percepcién se entiende realizada con el permiso del pro-
pietario” (Voct. Istituxioni, § 61).
28, Exspecificacion, “Especificaci6n es la produccién de una cosa nueva,
obtenida mediante la elaboracién de una determinada materia. El
término especificacién no se encuentra en las fuentes, que, en cam-
bio, hablan de speciem facereex aliena materia (confeccionar una es-
pecie con materia ajena) (D. 41, 1, 7, 7y 41. 1.24). De esta frase se
sigue que, por regla general, los romanos indican como materia la
cosa que es objeto de Ia obra del artifice (especificador), y como
speciesla cosa obtenida como consecuencia de tal obra” (Voc. Modi
di acquisto, p.239).
Ejemplos clisicos de especificacién son los del vino fabricado con
uvas ajenas y del recipiente confeccionado con metal extraiio. Y,
como es bien sabido,a este propésito se suscits una polémica viva y
profunda entre Sabinianos y Proculeyanos, demostrativa del estilo
y la riqueza de criterios y argumentos del derecho romano clisico,
acerca de quién debiera ser considerado propietario de la obra re~
sultante del trabajo de un especificador que habia empleado en ella
materia que no era propia, Para los Sabinianos la propiedad de la
materia determinaba la del producto; mientras que los Proculeyanos
sostenfan que el propietaric era el especificador, con fundamento
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes- 7
encl principio de res mullius cedit occupanti (supra § 24). Pensando
en la posibilidad de que fuera factible deshacer la obra y restablecer
Jaidentidad de la materia prima, surgié la idea de atribuir el domi-
nio al titular de la matena en el primer caso y al artifice en el segun-
do. Esta fue una tendencia intermedia acogida por Justiniano (D.
41, 1, 7,7). El propietario tenia, en la hipétesis de que no le corres-
pondiera a él la propiedad, las acciones correspondientes a la acce-
sin (infra § 29) (Joers-Kunxex, Ob. cit., § 74.7. pp. 190 y ss.).
Dicha media sententia, cuyos origenes son desconocidos, pero que
ciertamente era ya conocida por Pautus (Voct. Modi, p. 246), es
antecedente del criterio de los ordenamientos modernos, en los cua
les se tienen en cuenta el valor de la materia prima comparado con el
del producto y en el caso de que se hayan empleado ingredientes
tanto del especificador como de la otra persona, con mengua del
realce que le dieron los Sabinianos al factor trabajo (eff. art. 732c.c.).
29, Accesién. “Segin la doctrina tradicional, la accesién es la con
juncién de una cosa accesoria, perteneciente a un determinado pro-
pietario, con una cosa principal, perteneciente a otro propietario,
dela cual el propietario de la cosa principal resulta propietario tam-
bién de la accesoria” (Voct. Modi, p, 253).
El concepto de accesién es, pues, bastante amplio y se asienta en el
supuesto de que varias cosas se han coaligado, juntado, cualesquiera
que sean la causa y la intensidad de esa conjuncién, pero con la nota
basica de que, perteneciendo a distintos propietarios, una de ellas, con
arreglo al criterio que sea, es considerada como principal y otra como
accesoria, de manera que la primera absorbe a la segunda, dentro dela
idea de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, integrado a éste,
habida consideracién de la pérdida de identidad del primero.4 FERNANDO HINESTROSA
Numerosas son las hip6tesis de accesién y, por lo mismo, varias las
clasificaciones. Comenzando por la més general, fundada en la
naturaleza de las cosas materia de la accesién, se tiene que ésta
puede ser: a. De inmueble a inmueble; b. De mueble a inmueble, y
c. De mueble a mueble. Adicionalmente, pensando en la intensi-
dad de la conjuncién resultante se dice que la accesién puede ser a.
Definitiva, y b. Reversible, para lo cual es preciso emplear diferen-
tes criterios, distintos del meramente fisico-quimico.
Si una cosa se unia a otra por accesién, pasando a ser parte inte
grante de la misma, perdia su independencia como objeto de dere-
cho y su cualidad para ser objeto de propiedad separada, y sélo
quedaba una cosa y una propiedad. Pero la propiedad de la cosa
accesoria no se extingufa sin més; por el contrario, persistia en esta~
do latente por todo el tiempo en que la cosa era parte integrante de
la principal, y tan pronto se separaban ambas, renacia, La separa~
cién podia ser pedida, por una acci6n personal (actio ad exhibendum
-accién exhibitoria~) al propietario de la cosa compuesta; y una vez
conseguida, el propietario de la cosa accesoria, ya independiente,
podia reivindicarla, Pero cuando la separacién, segtin las ideas fisico-
técnicas de la época (influidas por la filosofia griega), no era posi-
ble, la actio ad exbibendum era rechaeada, considerindola como
perdida la propiedad sobre la cosa accesoria. En tal caso el propie~
tario se podia defender del enriquecimiento injusto de la otra parte
por via de excepcién (axceptio dali), 0 impedir que se le causaran
dafios, ejercitando las acciones personales adecuadas, como las de
delito que le pudieran corresponder por despojo de la cosa confun-
dida? (Joers-KunkeL, Ob. cit. § 73, 4, p. 188).
Siguiendo el patrén y los propios términos de P. Voct (Modi di
aacquisto della proprietd,cit.,pp. 254 y ss.) se explican las varias hip6-
Apuntes de derecho romano ~Bienes— 55
tesis de accesién: accesiones fluviales, siembra y plantacién, edifi-
cacién, accesiones metélicas, accesiones ligneas, casos residuales,
asi:
Accesiones de inmueble a inmueble
1, Accesiones fluviales, Son el aluvién, la avulsién, Ia isla fluvial y el
alveus derelictus, De aluvidn es de repetir la hermosa definicién re-
dactada por el sefior BELLO para el articulo 719 c. c.: “Se llama
aluvién el aumento que recibe la ribera de un rio o lago por el lento
¢ imperceptible retiro de las aguas”: el incrementum latens, GA, 1,
70, La avulsién consiste en el desprendimiento de una porcién de
predio riberano superior, que la corriente fluvial transporta a uno
inferior, al cual “se incorpora orginicamente” (JOERS-KUNKEL. Ob,
cit,, p- 190), es decir, hay arraigo (eff. art. 722 c. c.).“La isla nacida
en rio (oft. supra § 24) pertenece a los propietarios de los fundos
riberanos dentro de los limites dados por la linea media del rio (en
sentido vertical) y los confines del fando (en sentido horizontal)
(D. 41, 1.30)” (Voct. Modi, p. 254) (art. 726 c.c.). El mismo crite-
rio se sigue para la distribucién del cauce abandonado -alveus
derelictus~ por el rio (efé. art. 724 c.c.).
Accesiones de mueble a inmueble
IL. Statio e implantatio, El propietatio adquiere las plantas que na-
cen por siembra en su fundo, como también, y con mas veras, los
Arboles que crecen por haber enraizado en él (coalitio), adquisicién
que no se deshace por mas que se desarraigue el érbol. De esa ma~
nera también se consolidan la avulsién y Ia erusta lapsa: porcién de
tierra del vecino que se adhiere a mi territorio, en cuanto los arbo-
les hayan enraizado (D. 39, 2.9.2: si coalverit et unitatem cum terra
mea fecerit).56 FERNANDO HINESTROSA
IIL. Inaedificatio. La edificacién consiste en construir en suelo aje~
no, con materiales propios o ajenos. Aqui impera el principio de
superficies (edificacién, infra §45) solo cedit concretado en: ius
naturale, omne quod inaedificatur solo cedit (Gat, 11, 73), que expresa
el criterio inveterado de que el terreno priva sobre la edificacién 0
plantacién, Empero, ello no queria decir que el propietario de la
superficie (suelo) se hiciera duefio de los materiales empleados para
la construccién por él o por un extrafio (constructor), pues ese due-
fio conservaba su derecho a ellos, a la espera de la separacién, para
recuperarlos y ejercerlo individualmente. Entretanto, coexistian los
dos derechos, el del propietario del suelo y el del propietario de los
materiales, “una duplicidad del dominio”. Sin embargo, el propie-
tario de los materiales no podia reivindicarlos del duefio del terre-
no mientras no se produjera la separacién, pues esta (so/vere) estaba
prohibida por la ley de las xu Tablas. Tignum iniuctum aedibus ne
solvito—las vigas incrustadas en la casa no se separan- VI, 7 y 8. De
ahi que se le hubiera coneedido una actio de tigno iuncto, que le
procuraba el duplo del valor de esos materiales (Gal, D. 41, 1,7,
10), en el caso de que el constructor hubiera sustraido los materia~
les al duefio de éstos, y a pesar de que el propietario del fando
hubiera obrado de buena fe. En los demis casos la propiedad del
duefio de los materiales se consideraba “durmiente”, y que desper-
taba al separarse (solvere) los materiales.
Cuando era el poseedor de un fundo, propiedad de otro, quien edifi~
caba en él con materiales propios, el propietario del fundo adquiria el
dominio de los materiales, asi luego fuera demolida la construccién
(Gat, u, 73). No obstante lo cual, si el propietario reivindicaba el
fiundo, el poseedor podia conseguir, mediante la exceptio dali generalis
tuna compensacién, siempre que hubiera obrado de buena fe (SCHULZ.
Ob. cit., § 636, p. 350; De Marino, Ob. cit, 1,3).
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes~ 9
En el sistema moderno la siembra, la plantacién y la edificacién se
rigen por unas mismas reglas, en las cuales lo fundamental es la cali
ficacién de la conducta de los sujetos involucrados en Ia accesién:
arts. 738 y 739 c. c. Este tema cada dia adquiere mayor importancia
porel valor de las edificaciones comparado con el del suelo y la incer~
tidumbre acerca de cuando se consideran incorporadas en numero-
sos casos (p. ¢}., la maquinaria instalada en una bodega).
Accesiones de mueble a mueble
IV. Accesiones metaticas, Como lo indica la expresin, esta hipétesis
se refiere a la especificacién de dos especies metilicas, en forma tal
que pueda afirmarse que una se integré a otra (principal y acceso-
ria), caso en el que el propietario de la primera se hace propietario
de la segunda por el hecho de resultar, por la especificacién, duefio
del producto; apropiacién que es transitoria © provisional, como
quiera que cuando se separen los materiales, el propietario de Ia
cosa accesoria recupera su derecho, que le permite, incluso, deman-
dar la separacién. Esta regla solamente conocié la excepcién de la
“ferruminatio (soldadura) que por si sola se explica: “una cosa acce~
soria, p. ¢j., el brazo, se incorpora a una principal, p. ¢j., la estatua,
mediante una fusion de partes que deben adherirse. El propietario
de la cosa principal adquiere la obra, y dicha adquisicién no es re~
vocable asi las dos cosas posteriormente se separen” (Voci.
Istituzioni, p. 237). En la adplumbatio: ~soldadura con plomo- “la
conjuncién se hace con la interposicién de un tercero” (Vocl. Itit.,
p-237)y respecto de ella imperan las reglas generales.
V. Accesiones ligneas. “Se tigen por el principio de la propiedad re-
vocable, segiin resulta de Ut. D. 10, 4, 7, 1 y 2” (Voct. Modi, p.
263):38 FERNANDO HINESTROSA
1, Conjuncién de maderos en la hechura de las ruedas de un vehiculo,
0 2, en la de un armario o de una nave.
VI. Casos adicionales.a. Escritura. Gti, § 77:"si se trazan, aunque
sea en letras doradas, caracteres en un rollo de papiro o en una hoja
de pergamino que te pertenecen (charta, membrana), te pertenecen
igualmente, pues los caracteres son del rollo o de la hoja; asf mismo
siyo reclamo estos libros o estas hojas sin pagar los gastos de escri-
tura, puedo ser contenido por la exceptio de dolus malus”; b. Pintura.
‘A este respecto militaron dos tesis encontradas: una, segiin la cual
el pintor que pintaba en madera (¢abula) ajena, adquitia la propie~
dad de ésta, y otra, que seguia Ia tendencia general, expresada en el
caso de la scriptura, JusTINIANO opté por la apropiacién de parte del
pintor: D. 6. 1.23.3.c. Textura, La lana accede a la tela 0 al vestido
al que se incorpora: Paul, D. 41, 1, 26, pr. d. Tintura. El tinte
accede a la tela o lana tefidas: D. 41, 1,26,3."Si meam lanam fecit
purpuram...”, con insistencia en que se trata de accesién y no de
especificacién (Voct, Modi, p 264).
En general se consideraba principal la cosa tomada para la accesién
que se mostrara més parecida al resultado final (JorRs-KUNKEL.
Ob. cit. § 73, 4.b, p. 189), |o cual significaba, volviendo a la anota-
cin inicial, que hubiera dos species, no dos masas de géneros, even
tualmente sélo precisables en su cantidad: accesién entre especies y
no entre cantidades, que silo ocurrido era una unién de éstas, cada
‘uno de los propietarios seguia siendo duefio de lo suyo: Cum partes
duorum dominorum ferrumine cobaerant, hae cum querreretur utri
cedant ~cuando se une (funde) hierro de dos propietarios se pre~
guntaa quién pertenece el producto (segxin Casius, teoria sabiniana,
alde la barra més grande, o de mas precio, pero POMPONIUS, acogi-
doen el D. toma la posicidn proculeyana): suam cuiusgue remanere
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes— 9
~cada cual conserva lo suyo~ D. 41, 27, 2 (efi: arts, 729, 731 y 732
c.c). Asi mismo, si la conjuncién se ha operado de manera que no
es posible hacer la separacién: mezcla, commixtio (p. ¢), de granos
semejantes de varios propietarios), se establecia una especie de co-
propiedad; si con la voluntad de las partes, cada una de las cuales
podia pedir la division con la actio communi dividumdo (supra § 13);
pero si dicha voluntad no habia operado, cada cual conservaba su
derecho y la posibilidad de reivindicar lo que le correspondiera, a
prorrata de su derecho: pro parte vindicare, D. 6, 1,3,2 (Cf JoERs-
KUNKEL. Ob. cit., p. 189) (efi. art. 733 c.c,).
En caso de ser factible la separacién, adjuncién, cada propietario te-
nfa derecho a pedirla,con la acti.ad exbibendum (ab artificibus separari
at in pristinam materiam reduci solet—para separar el artificio y volver
Jas materias a su estado pristino- D. 41, 1, 1),y a reivindicar lo suyo:
aagetur autem in rem ~actio- D. 6, 1, 5,1 (i att. 727 cae.
En fin, como resulta de la relacidn precedente, para la tutela de los
derechos comprometidos en la accesion existian medidas a propési-
toy estaban también abiertas las acciones y excepciones generales.
30. Tradicin. 1. Delos modos de adquisicién estudiados: mancipatio
¢ in iure cessio, son derivativos, los restantes son originarios. La
traditic, sustitutiva de las dos primeras, es el paradigma de acto
centre vivos para la transmisi6n de derechos, cuanto lo primero, del
de dominio; en tanto que la usueapio (con sus agregaciones de longi
y longissimi temporis praescriptio) es, no obstante opiniones en con-
tra, un modo originario.
IL. “La tradicién, dice el art. 740 c. c., es un modo de adquitir el
dominio de las cosas y consiste en la entrega que el duefio hace de60 Fernanpo Hinestrosa
ellas a otro, habiendo por uaa parte la facultad c intencién de trans-
ferir el dominio, y por otra la capacidad e intencién de adquirirlo”.
La tradicién consiste, fundamentalmente, en la entrega, o mas am-
pliamente, en la puesta a disposicién, de una cosa, mediante la cual
se transmite, ora el dominio, ora la posesién de ella, ¢Qué se trans-
fiere? Es algo que depende, en primer término, de la intentio de las
partes y, seguidamente, como limitacién obvia, del derecho que te~
nia el éradens, pot aplicacién de la regla iuris ya mencionada: nemo
plus iuris fransferre potest, quam ipse habet (art. 752 c.
En el derecho arcaico la /raditio era un modo empleado tan solo
respecto de las cosas nec mancipi, por lo cual, a medida que esta
categoria fue perdiendo importancia, hasta desaparecer, la ¢raditio
fue cobrando mas fuerza, para legar a convertirse en el derecho
justinianeo, en el modo por excelencia de adquisicién derivativa
por acto entre vivos.
No hay duda ninguna de que la tradicidn es un negocio juridico:
presuponiendo un negocio generador de la obligacién de hacerla
(titulo traslaticio: arts. 765 y 759 c.c.), de modo que la‘entrega’ sea
el cumplimiento de aquella (art. 878 c. co.) la tradicién se pone de
presente como un negocio juridico, celebrado por dos partes:
tradente y accipiente, cuya funci6n, frente al titulo es de cumpli-
miento, y en cuanto al derecho real, es de transmisién. Negocio
real, porque exige la res, entrega, y abstracto, pues con las funciones
propias ya dichas, puede responder a causas varias.
Como todo negocio juridico, esta sometida a los requisitos de existen-
cia, validez.y eficacia generales,y a los propios de ellas (arts. 878 c. co,
1502, 1740 y 741 y ss. c.c.),estos rezumantes de la definicién misma,
‘Apuntes de derecho romano ~Bienes~ 6
IIL Siguiendo un orden légico para la exposicién de tales requisitos,
se empieza por la materialidad del acto: la entrega. La imagen que
viene derechamente a la mente es la de alguien que teniendo asida
una cosa la pone en manos de otro. Sin embargo, de ser esa la figura
tipica, aun empleada de ser posible, con el tiempo, y desde muy anti-
uo, se ha acudido a comportamientos entendidlos, a conductas sim-
bolicas, que eviten las incomodidades y sorteen los obsticulos de
aquel traspaso fisico, por lo cual al término enfrega se afiade, en afin
de plenitud, la expresion seftalada de: o puesta a disposicion.
Entonces, a la pregunta de gcémo se hace la entrega?, indispensa-
ble para que haya tradicién, se responde indicando los varios me~
dios reconocidos para ella, a saber:
a. La entrega directa, personal, el paso de la cosa de unas manos a
otras, habitual en la tradicién de cosas corporales muebles (art. 754,
1c).
b. Mostrando la cosa (art. 754, 2.° c. c.); en materia de inmuebles,
recorriéndolos, sefialando sus confines (entrega material, pues la
tradicién exige en nuestro derecho Ia inscripcién del titulo en el
competente registro, arts. 756 y 759 c. c.).
©. Por missus in vacuam possessionem fundi(D. 46, 3,79): poniendo a
disposicién del accipiens el fundo que no esta siendo poseido por
nadie (D. 41,2, 18. 2).
4. Por appositio custodis: entregando la cosa a un guardién que la
toma, por cuenta del accipiens. D. 41. 2, 51: atgue custodiam
(possuiessem, traditur mibividetur: puesto en custodia, se considera
entregado a mi.