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Articulos APR 2005

El documento resume brevemente la batalla de La Coruña ocurrida el 16 de enero de 1809 entre las tropas británicas y francesas. Señala que esta batalla marcó el comienzo de la guerrilla gallega contra las tropas francesas ocupantes y el inicio de la guerra de independencia española.

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Articulos APR 2005

El documento resume brevemente la batalla de La Coruña ocurrida el 16 de enero de 1809 entre las tropas británicas y francesas. Señala que esta batalla marcó el comienzo de la guerrilla gallega contra las tropas francesas ocupantes y el inicio de la guerra de independencia española.

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Reyes magos y magas

ues sí, Juanchito, sobrino. La verdad es que Rollito.


este año los reyes magos lo tienen crudo.
Con semejante panorama, no me dejaba yo Tengo el texto, sobrino. En exclusiva. Me lo
nombrar rey mago ni harto de sopas. Con la acaba de pasar mi topo Gigio en La Moncloa.
que está cayendo. Antes, ser rey mago era Y los de Oriente y tú lo tenéis chungo. De
algo. En tu debut salías en camello por los momento, a partir del año próximo tendrá que
arenales siguiendo la estrella, y luego, ya haber una reina maga por cada dos reyes,
sabes: una cena con Herodes a la ida, una como mínimo. «Y si no hay reinas magas
copita con san José y los pastores en el por- suficientes, se nombran, y en paz –ha dicho
tal, vuelta por un camino distinto para darle en consejo y conseja de ministros y ministras
por saco al tal Herodes, y santas pascuas. De la titulara del ramo y de la rama–. Además, se
ahí en adelante, lo mismo pero con juguetes acabó lo de majestades excelentísimas por
para los niños: la Mariquita Pérez, el traje de aquí y altezas ilustrísimas por acá. Eso ni es
vaquero o de indio, el mecano, los juegos moderno, ni es democrático. Este año serán
reunidos Geyper, los Pinipón, la Barbie, el los señores reyes Baltasar, Melchor y Gas-
disfraz de la Harry Potter o la espada del Se- par, a secas. Y mucho ojo: sin jerarquías ra-
ñor de los Anillos. Lo normal. Llegabas la no- cistas. Por ese orden».
che del 5 de enero, y aquello era tirar a pi-
chón parado: cabalgata, zagales mirándote Pero la cosa no acaba ahí. La Ley de Reyes
con la boca abierta, caramelos, aplausos, Magos y Magas de Género y Buen Rollito
recepción de las autoridades. Un chollo que prohíbe terminantemente a sus majestades
te rilas. referirse en el futuro a los niños españoles
como niños españoles. Cualquier discurso
Pero figúrate, esta temporada. Para llegar a público deberá empezar con las palabras
España los reyes deben pasar por Oriente, «niños y niñas de las diversas naciones y/o
como siempre. Y eso está un pelín jodido. nacionalidades de aquí, patatín y patatán», a
Tienen que cruzar el Tigris y el Eúfrates sin fin de no crispar con terminología fascioma-
que los marines norteamericanos los liberen chista. También, por supuesto, quedará
de sí mismos, como al resto de Iraq, dándo- prohibido en las alforjas reales todo juguete
les matarile cuando pasen cerca. Pero es bélico, violento o sexista, como pistolas, es-
que, si los reyes magos sobreviven a esos padas, armas galácticas u otros instrumentos
hijos de puta, todavía tendrán que vérselas que inciten a la violencia; pero también mu-
con otros hijos de puta un poquito más acá, ñecas, cocinitas, cochecitos de bebé y otros
cuando pasen por Israel, en las variedades juguetes que rebajen la condición femenina a
hijo de puta ultra con trenzas, kipá en el co- los nefastos roles de siempre, etcétera. Los
gote, escopeta y tanque Merkava guardándo- juguetes deberán ser «asexuados, plurales,
le las espaldas, o hijo de puta con chaleco de metrosexuales, paritarios, igualitarios y sani-
cloratita en la variedad Alá Ajbar y hasta lue- tarios». Por ovarios. Y ojo. Los medios infor-
go Lucas. mativos que retransmitan la noche de reyes
tendrán la obligación de tapar el rostro de
Pensarás, Juanchito, porque eres tierno y todos y cada uno de los ochenta mil niños
pánfilo, que al llegar a España mejorará el que aparezcan en las imágenes, bebés inclui-
asunto. Pero no. Lo de Faluya y Ramala dos, a fin de preservar la intimidad de las
habrá sido un musical de Hollywood compa- criaturas. Y novedad espléndida: los padres
rado con esto. Para empezar, la estrella que de cualquier niño o niña salvajemente gol-
los guía dejará de verse cuando lleguen a la peado o golpeada por un caramelo arrojado
costa, engullida por las luces de las urbaniza- por los reyes durante la cabalgata o cabalga-
ciones y campos de golf que hemos construi- to, podrán interponer la correspondiente de-
do para que las mafias rusas, inglesas, italia- nuncia ante la Guardia Civil, y sacarles una
nas y demás blanqueen a gusto la viruta. Pe- pasta.
ro la estrella da igual, oye. ¿No son magos?
Que se compren un GPS. El drama se plan- Van a ser tiempos duros, sobrino. Vienen
teará cuando, al desembarcar con sus pa- tiempos muy duros. Así que ve pensando en
quetes y toda la parafernalia, sepan que el papá Noel.
Gobierno acaba de aprobar el decreto ley de
Reyes Magos y Magas de Género y Buen

El Semanal 2 de enero
El día que palmó Moore
a saben ustedes que, más que nada por fasti- el próximo fin de semana no es sólo un epi-
diar a ciertos soplapollas, me gusta recordar sodio militar aislado. Rara vez una batalla se
aquí, de vez en cuando, fechas de batallas, limita a eso. La de La Coruña, también llama-
aniversarios históricos y cosas así. Cada uno da de Elviña, marcó para Galicia el comienzo
tiene sus querencias, y ese ejercicio reaccio- de algo mucho más importante. Los habitan-
nario y fascista de saber de dónde vienes y lo tes de aquellos pueblos devastados por unos
que hicieron tus abuelos Cebolleta, y evitar, y otros, la gente harta de que ejércitos ex-
sabiéndolo, que el aprovechado de turno te tranjeros se pasearan por allí ahorcando, ar-
lleve otra vez al huerto, me consuela mucho. cabuceando, quemando pueblos y robándolo
Y entretiene. Como dicen en Mursia: pase- todo, empezó a cabrearse. A echarse al mon-
mos muy buenos ratos echando pan a los te. Y así, las tropas francesas que habían
patos; y cuanto más pan echemos, mejores expulsado a los ingleses se vieron pronto
ratos pasemos. Y resulta que, hojeando li- acosadas por partidas de guerrilleros que
bros, acabo de darme cuenta de que el próxi- poco a poco incrementaron sus acciones y se
mo fin de semana hay otro aniversario a ma- hicieron numerosos. Imagínense el cuadro:
no: ciento noventa y seis años desde la bata- campesinos, estudiantes, curas con sotana
lla de La Coruña. Allí lo saben de sobra, por- remangada, trabuco y toda la parafernalia, en
que se conmemora con uniformes de época, plan hola caporaliño Dupont, te suena la miña
conferencias, exposiciones y parada militar, cara, ris, ras. A tomar por o saco. Sólo en una
gracias al ayuntamiento local –Francisco Váz- noche, el 2 de febrero, doscientos gabachos
quez es un alcalde sin complejos–, a la Aso- fueron degollados por campesinos entre La
ciación Napoleónica Española, a los Royal Coruña y Betanzos. Y así fue a más la cosa,
Green Jackets ingleses y a varias institucio- cada uno por su cuenta al principio, hasta
nes francesas y británicas, que luego, a prin- formarse un auténtico ejército regular, como
cipios de verano, cuando mejora el tiempo, ocurrió en el resto de la Península, en una
reconstruyen la batalla con uniformes, cargas guerra que cuando todavía era estudiada en
de caballería, cañonazos y olor a pólvora. los colegios la llamábamos guerra de la Inde-
pendencia –de la independencia de España–
Y es que la Historia sólo está muerta para los y en la que participaron juntos y revueltos,
imbéciles, o para los que gallean de nación aunque a mucho cantamañanas no le guste
pero no comparten la palabra: mierdecillas recordarlo, gallegos, vascos, catalanes, astu-
aldeanos que, por defender la memoria pro- rianos, andaluces, aragoneses y demás. O
pia, niegan y ofenden la de otros. O, peor sea: todo cristo.
aún, la memoria que ellos mismos tienen en
común con otros; que, además, suele ser casi En cuanto a La Coruña, pues eso. Seis me-
toda. Por eso me alegra que los coruñeses ses después de aquella batalla, los marisca-
recuerden aquellos duros días invernales de les Soult y Ney, con todos sus anfansdelapa-
1809, cuando el cuerpo expedicionario britá- trí, abandonaron una Galicia que los ejércitos
nico, intentando embarcar ayudado por las franchutes nunca lograrían pacificar. Verdes
tropas españolas y por la población civil, se las había segado el Petit Cabrón. Que luego
retiraba ante los ejércitos imperiales manda- eso fuera bueno o malo –el infame Fernando
dos por el mariscal Soult, y en pleno combate VII, etcétera–, ya es harina de otro costal. Lo
el general inglés Moore palmó alcanzado por que importa es que el domingo próximo
un disparo de artillería. Y allí sigue enterrado habrá conmemoración allá arriba. También lo
el hombre. Una retirada, por cierto, la británi- recordarán, supongo, cuantos gallegos tienen
ca, que como todos los historiadores subra- memoria y aman su tierra, y lo recordaremos
yan –desde los clásicos Toreno y Arteche el resto de españoles que amamos a los ga-
hasta el contemporáneo Navas con su estu- llegos. Y a quien no le guste, que le vayan
pendo análisis de la guerra napoleónica en dando.
Galicia–, se hizo a la manera tradicional de
esos hijos de puta: con la arrogancia y cruel-
dad anglosajonas habituales, saqueando,
quemando y violando, sin importarles un ca-
rajo que la pobre gente víctima de su desor-
den fuese española, gallega y aliada.
Pero, ingleses aparte, lo que se conmemora

El Semanal 9 de enero
Aquí no sirve ni muere nadie
eguimos actualizándonos, pardiez. En la aca- ra que agitan como la ausencia de la que nie-
demia de suboficiales de Lérida, Defensa –el gan. Bicolor, tricolor, multicolor, technicolor o
nombre empieza a parecer un chiste– ha reti- cinemascope. Lo mismo si la izan que si la
rado la inscripción «A España servir hasta descuartizan.
morir». La decisión se tomó por presiones de
vecinos y políticos locales, que pedían la des- Respecto a lo que decía antes, me explico
aparición de un mensaje que consideraban más. Quienes crean que en un país normal,
«una vergonzosa agresión al paisaje, al buen con fronteras y política exterior, los ejércitos
gusto y a la libertad». Y bueno. Lo del paisaje resultan innecesarios, son unos pardillos. Esa
y el buen gusto podría ser; pero la agresión a murga sería preciosa en un mundo ideal, pe-
la libertad no termino de verla del todo. Mi ro nada tiene que ver con éste. Ciertos canta-
libertad, por lo menos, no se ve agredida por- mañanas olvidan, o ignoran, que quienes en
que los suboficiales del Ejército sirvan a Es- 1936 vertebraron la defensa antifranquista,
paña hasta morir, en Lérida o en donde sea. tonterías populacheras aparte, fueron los or-
Más bien al contrario. A mí, la verdad, que en ganizadísimos comunistas y los militares pro-
un ejército voluntario, como el de ahora, haya fesionales leales a la República. En cuanto al
individuos e individuas dispuestos a dejarse presente de indicativo, la razón de que Esta-
escabechar por España, siempre y cuando dos Unidos, nos cuaje o no, sea árbitro del
sea en condiciones normales de milicia y no mundo no se basa sólo en su potencia eco-
en vuelos chárter de segunda mano para nómica, sino en su carísima y eficaz máquina
ahorrarle cuatro duros al ministerio, me pare- militar sin complejos. Europa es un ratoncillo
ce estupendo. Alguien tendrá que hacerlo en ese terreno, y España la colita cochambro-
llegado el caso, digo yo. Y además lo llevan sa de ese ratón. Pregúntenselo a Javier Sola-
incluido en el oficio y en la mierda de sueldo na, el míster Pesc del circo Price, cuando va
que cobran. De modo que si a alguien le pa- a Israel y esa mala bestia de Sharon se le
rece mal, sólo veo una explicación: ese al- descojona en la cara. O a nuestro genio de la
guien cree que no hace falta que nadie mue- blitzkrieg diplomática y el buen rollito, el mi-
ra por España. nistro Moratinos, la próxima vez que los ingle-
ses le metan la Royal Navy en el estanque
Dejemos las cosas claras. En este país ruin e del Retiro. El pacifismo y el antiamericanismo
insolidario, y en lo que a mí se refiere, las rinden en titulares de prensa; pero la falta de
banderitas e himnos nacionales, regionales y fuerzas armadas propias significa que, si algo
locales, los villancicos navideños, las salves se va al carajo, habrá que pedir ayuda a los
marineras y rocieras, las jotas a la Pilarica o a Estados Unidos, como en las guerras mun-
San Apapucio, los pasos de Semana Santa y diales, Bosnia, Kosovo y demás. Siempre y
la ola en los estadios cuando juega la selec- cuando Estados Unidos no esté con el otro
ción tal o la cual, se los pueden guardar algu- bando. Lo ideal, claro, es acabar de una vez
nos donde les alivien. Cuando políticos, ge- con las armas y las guerras y besarnos todos
nerales, obispos, financieros y presidentes en la boca dialogante, muá, muá, slurp. Pero
futboleros, entre otros, agitan desaforada- esa película hace tiempo que la quitaron de
mente trapos, crucifijos, folklore, camisetas o los cines.
lo que sea, en vez de heroísmo, patrias, dig-
nidades, espiritualidades, tradiciones y cosas Aunque, volviendo a lo de la academia de
así, lo que yo veo es a millones de infelices Lérida, cabe una segunda posibilidad: que
manipulados desde hace siglos por aquellos aparte de quien cree innecesario que exista
que diseñan las banderas y los símbolos, gente capaz de sacrificarse por España, haya
utilizándolos para llevarse al personal a la a quien le conviene que nadie la defienda si
cama. Lo que no es incompatible –acabo de la maltratan o descuartizan. En el primer caso
escribir una novela sobre eso– con la ternura nos las veríamos con un ingenuo, o un imbé-
y respeto que siento por los desgraciados cil. En el otro caso, con un relamido hijo de la
que lucharon, sufrieron y palmaron por una gran puta.
fe, por un deber o porque no tenían más re-
medio. Pero entre quienes se benefician de
ello, no veo distinción entre derechas, izquier-
das, nacionalistas o mediopensionistas. En
sus manos pecadoras, tan sucia es la bande-

El Semanal 16 de enero
Tres lanceros bengalíes
oy lector respetuoso, de toda la vida, de tres Henry Kamen fue más lejos hace unas sema-
historiadores anglosajones: Ian Gibson, Paul nas, entrevistado cuando su biografía del du-
Preston y Henry Kamen. Sobre todo de este que de Alba. Esta vez el historiador se metió
último, cuyos trabajos sobre la monarquía de en el jardín de las relaciones hispanobritáni-
los Austrias honran mi biblioteca junto a libros cas sobre Gibraltar. La cosa coincidió con el
de los también británicos Elliot y Parker, y del solo de flauta, o succión entusiasta, que
francés Braudel, entre otros. Añadiré que nuestro ministro Moratinos le hizo hace poco
comprendo el interés, cariño e inquietud de al Foreign Office y al gobierno del Peñón, en
Gibson, Preston y Kamen por esta España a magistral golpe de mano perfectamente sin-
la que tantos esfuerzos y páginas dedican, y cronizado con la política exterior e interior
que les corresponde con lectores y afecto. española: para desbloquear las negociacio-
Eso otorga, sin duda, derecho a opinar sobre nes, concedes lo que te pedían, y así puedes
nuestra historia y nuestro presente. Sin em- seguir negociando nuevas concesiones. Na-
bargo, en los últimos tiempos me opinan has- die puede acusarte, por tanto, de no tener
ta en la sopa. Abro un diario o una revista, y buen talante y buen diálogo. El caso es que,
allí está uno de los tres hablando de esto y interrogado sobre ello, don Henry sentó su
aquello. Ya no se limitan a la historia o a la posición de hispanista documentado: Gibral-
actualidad de España, sino que también, a tar no es una colonia, dijo. Es España la que
veces, toman partido en política actual, en aún tiene colonias en el Mediterráno. No re-
cuestiones autonómicas e incluso en política cuerdo en este momento si llegó a nombrar a
exterior. No pueden evitarlo, supongo, si les Ceuta y Melilla o se cortó un poquito y hubo
preguntan por todo eso. Yo mismo leo muy elipsis. De cualquier modo, blanco y en car-
atento sus entrevistas y artículos, natural- tón se llama leche.
mente. Lo que pasa es que a veces me que-
do con una sensación incómoda, haciéndome Lo de Paul Preston también fue pedrada en
siempre la misma pregunta. Por qué no se ojo de boticario. Cito de memoria, pero la
limitarán a ser historiadores prestigiosos y idea básica de lo que dijo hace un par de me-
prudentes. Dicho menos fino: para qué cojo- ses, en la correspondiente entrevista, es que
nes se meten en camisas de once varas. el franquismo español fusiló mucho en Cata-
luña. Ojo. No que fusilara mucho en toda Es-
En el último mes o poco más, verbigracia, he paña, o que los catalanes franquistas fusila-
leído opiniones del irlandés Ian Gibson y del ran mucho allí, o que la derecha y la izquier-
inglés Henry Kamen a favor de que los archi- da catalanas se ajustaran las cuentas, como
vos de Salamanca pasen a Cataluña. Sobre en todas partes, durante la guerra civil. Qué
ese asunto, yo mismo tengo mis ideas. Como va. En Cataluña, puede leerse en los subtítu-
cualquiera. Pero en momentos como éste, los, los malos vinieron de fuera: Castilla y
cuando todo se jalea y utiliza como quijada toda la parafernalia. Todos los piquetes de
de burro, como argumento para quienes dan ejecución llegaron del exterior, mientras la
la razón a mi abuelo, que en paz descanse, totalidad del pueblo catalán sufría bajo un
cuando decía que los españoles sólo vale- régimen militar que sólo le dio por saco a él.
mos para salir dándonos navajazos o garrota- Y a los vascos, supongo: ahí todos eran gu-
zos en los cuadros de Goya, o sea, en tiem- daris, y a ésos también los fusilaron los de
pos como los que vivimos, cuando nos juga- fuera. El resto, los españoles rojigualdas, fue-
mos lo que nos estamos jugando entre la ma- ron, fuimos –seguimos siéndolo– cómplices
la fe, el rencor y la hijoputez ancestrales de de Franco, invasores y verdugos.
esta tierra de caínes insolidarios, no me pare-
ce correcto que las visitas que toman café En fin. Yo seguiré leyéndolos, claro. A los
opinen cómo deben estar colocados los mue- tres. Con mucho interés y respeto. Pero esas
bles del salón. Es como si Javier Marías, que boquitas, místeres. A ver si cuidamos esas
además de rey de Redonda es respetadísimo boquitas.
en el Reino Unido de Gran Bretaña, dijera
cuando presenta allí una novela que ya es
hora de que le devuelvan a Grecia los frisos
del Partenón, a Egipto unas cuantas momias
y el Ulster a Irlanda.

El Semanal 23 de enero
La negra marajeta
ue todo un espectáculo. Estaba sentado en pelado. ¿El favor de qué, imbécil? Anda y
una terraza de bar portuario, al sol, mirando vete por ahí. El camarero mira alrededor, mi-
los barcos amarrados. Hacía buen día y to- ra a su interlocutora, nos mira a todos. Luego
das las mesas estaban ocupadas a tope, ma- se pone rojo como un tomate y desparece de
más con sus niños, parejas, matrimonios ma- nuestra vista. La pava sigue a lo suyo. En
yores y demás. Los camareros no daban vosotros y todos vuestros muertos, dice. Et-
abasto. Y en ésas aparece una negra. Una cétera. Al rato, el camarero aparece con un
mujer africana de color, para que me entien- vigilante de seguridad: uno de esos guardas
dan. Los que estábamos sentados éramos jurados vestidos de Rambo, con porra, boqui-
todos blancos, o casi, y la mujer que apareció toqui y demás. Noventa kilos de guardia y
era negra. Tanto, que parecía de color azul una pinta de agropecuario que corta la leche
marino. Grandota, desgreñada, vestida con de los cafés. A esas alturas, aparte de los
descuido, una cesta colgada del brazo. Y en parroquianos de la terraza, hay un huevo de
ésas, la prójima, como digo, llega, se para gente de la calle que se ha parado a mirar.
delante de la terraza, da unos pasos entre las Parece una verbena.
mesas, pide limosna. Casi nadie le da. O na-
die. De pronto se pone a pegar gritos. Me Circule, señora, por favor, dice el guarda muy
tenéis hasta el coño, aúlla en perfecto caste- educado. Está usted molestando. La negra
llano. Harta me tenéis. Idiotas. Imbéciles. se lo queda mirando, los brazos en jarras. ¿Y
Subnormales. Racistas. Ésa no ha venido en si no me sale del coño?, pregunta. ¿Me vas a
patera, me digo. El acento es de Valladolid, o pegar con la porra? ¿Es que me vas a pegar
cerca. Habla mejor que yo y que la mayor con la porra, hijoputa racista? El guardia nos
parte de quienes están aquí. Mi prima lleva mira a todos como antes nos había mirado el
en España un rato largo, o toda la vida. Co- camarero. Los pensamientos casi pueden
noce a los clásicos. oírsele al infeliz, porque hace poco viento:
menudo marrón me voy a comer. Señora, por
Lo más interesante, palabra, es la actitud de última vez, dice. La otra lo manda a tomar por
la gente. Los que estamos lejos miramos y ahí, tal cual. Vete a tomar por culo, dice.
escuchamos con la boca abierta, completa- Rambo traga saliva. Toca la porra que lleva al
mente patedefuás; pero los ocupantes de las cinto. Mira otra vez al respetable. Traga más
mesas cercanas no se atreven a mirarla, por saliva. Lo que pasa por su cabeza está más
si la emprende con ellos. Hacen como que no claro que si lo dijera cantando, como en los
se dan cuenta de nada, los ojos fijos en el musicales del cine. Vaya ruina. Menudo ma-
horizonte. Y la negra, dale que te pego. Sois rrón me voy a comer, du-duá. Si en España
un hatajo de imbéciles, remacha. Hijos de la un guarda de seguridad le toca un pelo a una
gran puta. Harta me tenéis. Miserables. Ca- negra, delante de doscientos testigos y tal
brones. O viene muy caliente, pienso, o está como está el patio, por lo menos sale en el
como unas maracas. Las de Machín, por su- telediario. Así que el pobre hombre hace lo
puesto. Majareta perdida. Al fin, un chico jo- único que puede hacer: se aparta de la mujer
ven que está con su novia mira a la negra y y se va lejos, hablando por el boquitoqui, aquí
dice: tranquila, tía. Entonces la otra vocea cero cuatro, cambio, muy serio y profesional,
que tranquila de qué, que ella está tranquilísi- como si pidiera refuerzos. Y allí se queda,
ma, que los que no están tranquilos son el lejos, quince minutos haciendo el paripé, has-
montón de hijos de puta que en ese momento ta que la negra se aburre y se va paseando
hay sentados en la terraza. Blancos racistas por el muelle, escupiéndoles a los barcos. Y
de mierda. En ese punto me digo que, si yo pienso, bueno. Esto se va al carajo, en
quien monta semejante pajarraca fuera blan- efecto. Sin duda iba siendo hora. Pero mien-
co y varón, incluso blanca y hembra, ya se tras se va o no se va, la cosa tiene su puntito.
habría llevado su poquito de leña, o sea. Sí. Algunos vamos a reírnos una jartá.
Hostias hasta en el cielo de la boca. Pero
ésta es hembra y negra. Tela. A ver quién es
el chulito que le dice ojos oscuros tienes.

Al fin, como la individua no afloja, un camare-


ro se ve en la obligación. Hágame el favor,
señora. ¿El favor?, pregunta la otra a grito

El Semanal 30 de enero
El domingo que fue Goobels
e telefonean mi agente norteamericano, ratita. Los otros palestinos, la grandísima ma-
Howard Morhaim, y Daniel Sherr, y algunos yoría, están allí, en Israel, machacados por
amigos argentinos, franceses y españoles, los tanques y por la intransigencia que, des-
todos judíos hasta las cachas, para decirme graciadamente –España también tiene lo su-
qué pasa, Arturete, te has vuelto mochales o yo, a su manera–, no es exclusiva de aquella
qué, antisemita y neonazi a estas alturas de tierra. Esos palestinos no anhelan morir en
la feria, qué callado te lo tenías, cabrón, juas, nombre de nada, sino que los dejen vivir, te-
juas, porque según cierto mensaje que circu- ner agua potable, comer, caminar sin que les
la por Internet habrías dicho, literalmente, corte el paso una alambrada o les disparen.
que los judíos somos unos hijos de tal y cual Y ningún imbécil o imbécila han de matizarme
–Pérez-Reverte llama a los judíos hijos de eso, porque lo presencié muchas veces, en
puta. Protesta y pásalo, dice el mensaje anó- otro tiempo. Hay, en efecto, hijos de puta que
nimo–, y por lo visto hay un montón de emi- se vuelan a sí mismos dentro de un autobús
lios y cartas a periódicos de gente que no con pasajeros inocentes. Y hay otros hijos de
sabemos si habrá leído o no tu puñetero artí- puta que encargan a la aviación o a la artille-
culo, chico, pero te pone como hoja de pere- ría que le pegue un zambombazo a una es-
jil. Y hasta una ex política bajuna y hortera cuela con niños dentro. En 1974 pasé un día
que, consecuente con su antiguo oficio, ejer- entero sacando criaturas aplastadas entre los
ce de tertuliana en la telebasura, te compara escombros del campo de refugiados de Ain
con Goebbels y Eichmann. A ver qué pasa Helue. Sé lo que digo. Así que déjense de
contigo, colega. gilipolleces, y no me obliguen a matizar que
todos los hijos de puta son iguales; pero que,
Así que yo, bueno, pues cuento lo que hay. Y en cuanto a motivos, algunos son más igua-
de paso se lo recuerdo a ustedes. Que el 2 les que otros. Respecto al holocausto y el
de enero publiqué un artículo en el que, entre antisemitismo, tampoco me toquen la flor.
otras cosas, apuntaba que en Israel hay –se Esa atrocidad ocurrió hace más de medio
sobreentiende que entre otras– dos varieda- siglo, la recordamos todos muy bien, y no
des que detesto: «Hijo de puta ultra con tren- justifica lo injustificable.
zas, kipá en el cogote, escopeta y tanque
Merkava guardándole las espaldas, o hijo de De cualquier modo, el mecanismo no es nue-
puta con chaleco de cloratita en la variedad vo. En los doce años que llevo tecleando esta
Alá Ajbar y hasta luego Lucas». Está claro página, ha pasado muchas veces, y volverá a
para quien no sea un malintencionado, un pasar. Cuando de fanáticos e imbéciles se
fanático o un imbécil, que la frase no sólo trata, da igual que uno mencione a israelíes,
alude a judíos, sino también a palestinos, a palestinos o a taxistas. La diferencia es
aunque los fariseos escandalizados omitan que, cuando digo que un taxista es un ladrón
esto último. Pero es que, además, ni siquiera y un sinvergüenza y los taxistas protestan
utilizo la palabra judío, pues no me refiero a porque insulto al gremio del taxi, la cosa que-
quienes pertenecen a esa religión y usan la da en esperpento. Lo otro tiene ribetes más
dignísima kipá –el gorrito mosaico–, sino a un sombríos, pues prueba que quienes viven de
grupo concreto que vive en Israel. Ese ser víctimas, rentabilizando cada ocasión, se
«ultra» con «escopeta y tanque Merkava frotan las manos ante supuestas conspiracio-
guardándole las espaldas» alude a los colo- nes, enemigos y odios, sean judeófobos, na-
nos armados, extremistas y fanáticos, que, cionalistófobos, o capullófobos. Aún así, lo
criticados por sus propios compatriotas y en- peor no son los manipuladores que sacan
frentados al gobierno israelí, al que acusan partido de esa murga, sino los cantamañanas
de blando –y ser más duro que Sharon tiene que, ingenuamente, se dejan llevar por ellos
tela–, agravan el conflicto con su cerril intran- al huerto. Así que también yo he mandado un
sigencia. mensaje por Internet y por teléfono móvil: «Si
los tontos volaran, El Semanal lo leeríamos a
En cuanto a los palestinos, pues bueno. Ésos la sombra. Pásalo».
no han protestado, posiblemente porque ca-
recen de infraestructura internacional que
permita inundar Internet y los teléfonos móvi-
les con chorradas. O quizá entendieron a
quién me refería al hablar del chaleco de clo-

El Semanal 6 de febrero
Aceite, cultura y memoria
cabo de recibir el primer aceite del año, que habrían sido sin la madre nutricia– sigan
me envían los amigos: aceite de oliva virgen, friendo con grasa y manteca.
decantado y limpio tras su recolección hace
un mes o dos. Siempre me llegan por estas Creo que quienes califican, sin matices, el
fechas algunos litros embotellados y enlata- acto de comer de acto cultural equiparable a
dos que atesoro en la bodega, y que irán ca- visitar un museo, son unos tarugos y unos
yendo poco a poco, durante los próximos me- simples. Sobre todo si observas a ciertos co-
ses, con mucha mesura y respeto. Y tiene mensales: su conversación, sus maneras y
gracia. Soy todo lo contrario a un gourmet. hasta su forma de repantigarse en la silla. La
Como y bebo lo justo. Pero antes, con la ju- cultura nada tiene que ver con ellos, tanto si
ventud y las prisas del oficio y esas cosas, engullen solomillo como si mastican una pági-
todavía le daba menos valor a la cosa gastro- na de los diálogos de Platón. Pero es verdad
nómica. Tomaba aceite con tostadas, o que algunos aspectos de la gastronomía sí
echándolo a la ensalada, o con huevos fritos, tienen mucho que ver con la cultura. Salud y
sin reparar demasiado en ello. Quienes, co- cocina aparte, consumir aceite no es un acto
mo yo, comen casi de pie, ya saben a qué banal. Es, también, participar de un rito y una
me refiero. Lo que pasa es que luego, poco a tradición seculares, hermosos. El currículum
poco, con el tiempo y la calma, cuando la de ese bello líquido dorado es impresionante:
mirada en torno y hacia atrás suele ser de zumo del fruto del olivo –la seitún árabe– y
más provecho, empecé a advertir ciertos ma- del trabajo honrado y antiguo del hombre, ya
tices. A valorar cosas de las que antes pasa- era parte de los diezmos que el Libro de los
ba por completo. En lo del aceite de oliva re- Números recomendaba reservar a Dios. Tam-
sultó decisivo mi amigo y compadre Juan Es- bién se utilizaba en la consagración de los
lava Galán, que es autoridad aceitil –en el sacerdotes y los reyes de Israel, y más tarde
buen sentido de la palabra–. Y no es que me ungió a los emperadores del Sacro Imperio y
haya vuelto un experto; pero es verdad que a los monarcas europeos antes de su corona-
ahora, cuando abro una botella o una lata y ción. Y en sociedades de origen cristiano,
echo un chorrito de ese líquido aromático, como la nuestra, el aceite estuvo presente
dorado y transparente, sé muy bien lo que durante siglos, tanto en la unción del naci-
tengo delante. Y me encanta. miento como en la extrema unción de la
muerte. La costa mediterránea está jalonada
No se trata de aceite nada más, ni de comi- por ánforas olearias de innumerables naufra-
da, ni de cocina. El aceite de oliva forma par- gios, y los viejos textos abundan en alusio-
te no sólo de nuestra mesa, sino de la memo- nes: el Deuteronomio llama a Palestina tierra
ria, de la cultura y hasta de la verdadera pa- de aceite y miel, Homero menciona el aceite
tria, si entendemos así ese lugar viejo, sabio, en la Ilíada y en la Odisea, Aristóteles detalla
generoso, llamado Mediterráneo: esa bullicio- su precio en Atenas, y Marcial, que era roma-
sa plaza pública donde nació todo, en torno a no e hispano –esa Hispania que algunos im-
las aguas azules por las que ya viajaban, béciles niegan que haya existido nunca–, po-
hace diez mil años, naves negras con un ojo ne por las nubes el aceite de la Bética. Y todo
pintado en la proa. Hablo del lago interior que eso, de algún modo, se contiene en cada
nos trajo dioses, héroes, palabra, razón y chorrito de aceite que ponemos sobre una
democracia. Del mar de atardeceres color de humilde tostada. Así que, por una vez, permí-
vino y de orillas salpicadas de templos y oli- tanme un consejo: si quieren disfrutar más
vos, donde se fundieron, para alumbrar Euro- del aceite de oliva de cada día, piensen un
pa y lo mejor del pensamiento de Occidente, instante, cuando lo utilicen, en todo lo que
las lenguas griega, latina y árabe. Un crisol significa y lo que es. Luego viértanlo con cui-
de donde saldría el español que hoy hablan dado y mucho respeto, procurando no derra-
cuatrocientos millones de personas en el mar una gota. Sería malversar nuestra propia
mundo. Hablo del mar propio, nuestro, que historia.
nunca fue obstáculo, sino camino por donde
se extendieron, fundiéndose para hacernos lo
que somos, Talmud, Cristianismo e Islam. No
es casual que todavía hoy los pueblos bárba-
ros –filósofos, escritores y científicos no alte-
ran el concepto histórico, pues nunca lo

El Semanal 13 de febrero
Estampitas en Chiclana
upongo que recordarán ustedes la magnífica da. A la abuela chiclanera le salió el chino
película Los tramposos, de Pedro Lazaga, en mal capado porque se lo ganó a pulso. Así
la que Tony Leblanc y Antonio Ozores, en que lástima, la justa. Cuando el otro día le
una secuencia antológica del cine español, le comentaba la cosa a mi plas, bebiéndonos
dan el timo de la estampita a un paleto en la unas garimbas en un bar de Leganés, el anti-
estación de Atocha. Y si no la recuerdan, o guo rey del trile enarcó una ceja, como suele
son demasiado jóvenes para conocerla, de- hacer, con esa cara de boxeador currado –el
berían comprar el vídeo, o el deuvedé, o lo Potro del Mantelete– que tiene, se apoyó en
que sea. La película es de finales de los cin- el mostrador y dijo muy serio: la codicia, cole-
cuenta, y cualquiera diría que ese mundo ga. Parece mentira que aún te aligeren de
desapareció del todo. Pero no. Quedan fle- esa manera, cuando todo cristo sabe lo del
cos. Aunque parezca mentira, aún hay prin- timo. Pero la codicia es mala que te rilas. Te
gaos a los que endiñársela, como dice mi pone un trapo en el careto y no ves más que
amigo Ángel Ejarque Calvo, de quien varias lo que te interesa. Y los viejos más que más,
veces he hablado en esta página: ex estafa- oyes, porque algunos, con los años y los
dor y ex trilero que dejó la calle hace ya quin- achaques y la artrosis –yo empiezo también
ce años –cómo pasa el tiempo, colega– y con la artrosis, colega, hay que joderse–, se
trabaja honradamente, lo que no le impide vuelven egoístas que no veas, y todo es
seguir siendo, más que mi tronco, mi plas. Mi amarrar para ellos. Y claro, como a pesar de
hermano. El caso, como digo, es que la últi- los tiempos que corren, y de la chusma que
ma víctima del timo de la estampita, hace hay suelta, aún quedan artistas de la calle, a
unas semanas, fue pringá, y de Chiclana. veces llega gente fina, con arte y labia, y les
Una entrañable ancianita de 77 tacos. Y el da el tiznao. Como en mis tiempos del cuplé.
proceso táctico del timo se desarrolló como
mandan los cánones. Delicioso, de puro orto- Después de decir eso, Ángel encendió un
doxo. Se lo cuento. Marlboro –todavía lo llama rubio americano,
porque es un clásico–, le dio un sorbo a la
La mujer se vio abordada por una joven que, garimba y se quedó pensativo. Y en cuanto a
haciéndose pasar por deficiente mental, pre- los abuelos, añadió de pronto, qué quieres
guntaba por un convento de monjas. Des- que te diga. Pensamos que los puretas, por
pués de un ratito de parla, la joven hizo creer la edad y las canas y la experiencia, son to-
a la anciana que acababa de encontrar un dos buenos, sabios y tal. Pero los abuelos
fajo de billetes. Estampitas, claro. Más soba- son como los demás, colega. Pueden ser
do, imposible. Y a estas alturas. Pero la unos marrajos de mearse y no echar gota. Un
abuela entró a por uvas. Entonces apareció delincuente, un estafador, un trilero, cualquie-
el gancho: una segunda estafadora que pro- ra que se busca la vida en la calle por necesi-
puso a la anciana engañar a la presunta defi- dad o por vicio, puede ser, como te digo, un
ciente, darle algo de viruta a cambio del fajo y golfo o un obligao por las casualidades. Cada
repartírselo entre las dos. Así que con la in- uno es cada cual, y ahí no me meto. Pero
tervención de un tercer cómplice, supuesto entre la gente que se llama decente, muchos
taxista que se ofreció a llevar a la víctima a lo son porque no tienen más remedio, o nun-
su casa y luego al banco, sacaron tres mil ca tuvieron ocasión de tocar otro registro, o
euros que la abuela tenía encalomados en la no tienen huevos para currárselo. Hasta que
cartilla, o en donde fuera. Resumiendo: cuan- de pronto creen que salta la liebre, y que sale
do la anciana abrió el sobre, descubrió que gratis. Ésta es la mía. Y claro. Se aprove-
era chungo. Que sólo había recortes de pe- chan. Pero no te hagas ilusiones, tronco. Lo
riódicos y que los estafadores le habían puli- mismo entre los jóvenes que entre los abue-
do los ahorros de toda la vida; y además, an- los hay perros a punta de pala. Lo de sinver-
tes de abrirse, las cuatro joyas que tenía. Cla- güenza es una de las pocas cosas que no se
vadito a la copla: le dije a mi chiclanera hasta quitan con la edad.
mañana, y me fui.

Dirán algunos de ustedes, conmovidos en


sus nobles sentimientos: pobre viejecita inge-
nua. Pues no. Discrepo como discrepa mi
consorte Ángel. De pobre y de ingenua, na-

El Semanal 20 de febrero
Nos encantan los Titanics
o siempre, claro. Pero a menudo, cuando me Lo que más sorprende, a estas alturas de la
topo con alguna de esas carnicerías colecti- feria y con la información que lleva siglos cir-
vas que luego dan tanto cuartelillo a los pro- culando, es que sean tan pocos los que asu-
gramas de sobremesa y a las tertulias radio- men la realidad. Y ésta es que, ruletas cósmi-
fónicas, en plan qué horror más horrible, cas aparte, el ser humano tiene lo que mere-
quién lo iba a decir y no somos nadie, pienso ce. Por supuesto, los dinosaurios no fueron
en lo estúpidos que somos todos. En primer culpables del meteorito que los hizo polvo.
lugar, por sorprendernos cuando la naturale- Pero desde los dinosaurios ha llovido un rato
za o la vida misma, que van a lo suyo, dicen largo; y el hombre, con permiso de meteori-
aquí estoy y se cobran, de golpe, sus diez- tos, maremotos y algunos imprevistos más,
mos y primicias. Después, porque el género ha tomado el control de buena parte de lo
humano –o por lo menos su parte privilegia- que se refiere a su destino, o pretende tomar-
da– sigue empeñado en convencerse a sí lo. Ahora, la tecnología permite incluso vio-
mismo de que es joven, guapo e inmortal, de lentar a la Naturaleza, transgredir sus leyes y
que el dolor y la muerte pueden ser manteni- someterla a la ambición y la arrogancia: des-
dos a raya, y de que basta pulsar la tecla en- de urbanizar zonas agrestes hasta mover
ter del ordenata para que el confort y la vida cauces de ríos, modificar el litoral, talar bos-
sigan su curso tranquilo. Y claro. El Universo, ques, exterminar especies, cubrir de basura
que es un cabrón sin sentimientos, estira de el mundo. Todo para llegar cinco minutos
pronto las patas, bosteza, pega un zarpazo al antes, trabajar menos, no subir tres pisos,
azar, y una parte de la Humanidad se va a apretar un botón y tener luz, agua y diversión,
tomar por saco con la cara asombrada de o vivir diez años más de la cuenta. Eso está
quien murmura: esto no puede ocurrirme a muy bien, claro. Todos lo disfrutamos según
mí. Después la gente acude indignada y con nuestras posibilidades. La diferencia es que,
pancartas a pedirle cuentas a Dios, al Gobier- cuando llega la factura, unos pagan sin re-
no, a Telefónica, al alcalde, al maestro arme- chistar, asumiendo el precio, y otros no. La
ro. Como ese tarugo a quien hace un par de mayoría ponemos el grito en el cielo. Ade-
semanas, cuando los temblores de tierra de más, casi siempre palman justos por pecado-
Lorca, escuché decir en la radio: «Llevemos res. Aunque los justos, la verdad, siempre
(sic) nueve días durmiendo en la calle. No que pueden se pasan al otro bando. Ningún
hay derecho. A ver si tenemos un poquito de desgraciado lo es por gusto. Nunca.
compasión», y le faltaba el canto de un euro
para echarle la culpa al Pesoe. De cualquier modo, antes no era así. En
otros siglos, cuando el dolor y la muerte eran
Todo esto viene a cuento de ese avión des- socialmente correctos y no se les ponía un
aforado que acaban de construir, de dos pi- biombo de estupidez delante, el hombre tenía
sos o algo así, que puede llevar juntos a la útil certeza de su fragilidad. La desgracia
ochocientos y pico pasajeros; algo utilísimo era tan común que estábamos preparados
en los tiempos que corren, para que todos para enfrentarla y seguir adelante en la lucha
podamos disfrutar de una playa paradisíaca por la vida. Hoy no existe ese consuelo.
en el Caribe por quince euros al mes y ser Nuestro egoísmo e inconsciencia nos dejan
felices hasta no echar gota. Lo que pasa es indefensos ante el horror que siempre ace-
que algunos leemos eso y pensamos en el cha. Ni siquiera las palabras caridad y com-
zeppelín Hindenburg; y en el Concorde que pasión son lo que eran. Se las dejamos al
se fue a hacer puñetas; y en el desaforado e ayuntamiento, al Samur, a las oenegés, y
insumergible Titanic; y en las moles gigantes- después del telediario nos vamos a Thailan-
cas con las que te cruzas en el mar, bloques dia con un piercing en una teta. La plegaria
de apartamentos a flote que en vez de ser del hombre moderno es: que no me toque a
gobernados por marinos lo son por agencias mí. Pero claro. La vida es muy perra, oigan.
hoteleras; y en esas torres gemelas y edifi- Tarde o temprano, siempre toca.
cios de tropecientas plantas, aprovechadísi-
mos y ultramodernos, edificios inteligentes
diseñados para ser evacuados en cuatro
horas pero que sólo aguantan dos en caso de
incendio, o de avionazo suicida. Etcétera.

El Semanal 27 de febrero
Lo que se perdió “La Codorniz”
lgunos aún recordamos La Codorniz, revista el uso del masculino para referirse a oficios
del humor más audaz para el lector más inte- cuando los desempeña una mujer». Como
ligente, desde cuyas páginas genios como ejemplos señala los de autora y médica; que
Tono, Mihura, Serafín, Mingote –nuestro que- son poco originales, la verdad, porque el pri-
rido Antonio Mingote– y otros muchos hicie- mero ya lo utiliza todo cristo y no pasa nada.
ron la vida más soportable en tiempos de dic- De hecho no recuerdo a nadie, por machista
tadura, delación, estupidez y cobardía. Yo que sea, que haya dicho nunca: la autor. Y
hojeaba de pequeño aquella revista, que mi en cuanto a lo de médica, conozco a unas
padre leía cada domingo. Y la echo de me- cuantas doctoras que si las llamas así –
nos. O quizá a quien añoro es a la gente que tampoco a muchas jueces les gusta que las
escribía en ella, y a la gente capaz de leerla. llamen juezas– se cabrean un huevo. Ahí, por
tanto, la imaginación desasiste un poco a la
Por suerte, España no pierde el humor. Su- humorista o humoristo. Otros habrían lucido
rrealista, claro. Como cuadra al panorama. El más. ¿Qué tal soldada, cooperanta, albañila,
último rasgo me tiene doloridos los ijares de amanta, alguacila, soprana, homosexuala?
tanta risa: un folleto de la federación de servi- ¿O matizar guardia y electricista por oposi-
cios y administraciones públicas de Comisio- ción a guardio y electricista
nes Obreras. El autor de la redacción es un
genio anónimo. O una genia anónima. Al- Pero donde ya te caes de la silla, tronchándo-
guien se despertó chistoso o chistosa y deci- te, es en los ejemplos prácticos de máxima
dió alegrarnos el día. Campaña de comunica- claridad y legibilidad. Nada de niños, jóvenes
ción no sexista, se titula. Y lo de dentro está o ancianos; lo recomendable es decir «la in-
a la altura. Te partes. Humor fino e inteligen- fancia, la juventud, las personas mayores».
te, como corresponde a la tradición del orga- Palabras como padres, maestros o alumnos
nismo. Salero. Guasa que La Codorniz habría quedan proscritas; nos referiremos a ellos
acogido con aplausos. como «comunidad escolar», procurando no
llamar padres a los padres, sino
«¡Lenguaje genérico sin exclusiones! ¡Haz «progenitores». Buenísimo, ¿verdad? A los
visible a las mujeres en tu lenguaje cotidiano! extremeños –se los cita expresamente, pues
¡Usa el genérico para todas y para todos!» sin duda se trata de algún chiste regional co-
Así empieza la cosa, signos de exclamación mo los de Lepe– se les llamará: «población
incluidos, a fin de provocar las primeras risas. extremeña o de Extremadura». No diremos
De ponerte a tono, o sea, arrancándote la parados sino «población en paro», ni trabaja-
primera y grata mueca cómplice. Y a conti- dores sino «personas trabajadoras». Los fun-
nuación del estupendo exhorto, el folleto en- cionarios serán «personal trabajador de las
tra en materia: «La utilización del género administraciones públicas»; los psicólogos,
masculino como sinónimo de neutro y com- «profesionales de la Psicología»; los bombe-
prensivo de hombres y mujeres (…) es un ros, «profesionales del servicio de extinción
error cultural impuesto en los tiempos». Y ojo. de incendios»; y los soldados –esto es subli-
En este punto crucial conviene que el lector me por su laconismo y sabor castrense–, «la
se seque las lágrimas de risa, a fin de que la tropa». Pero la alternativa más rotunda es la
vista vuelva a ser de nuevo nítida y no pierda de lector –«persona que lee»–; y la más deli-
una sílaba de lo que sigue. «Es necesario ciosa, en lugar de españoles, «la ciudadanía
construir y normalizar un lenguaje genérico del Estado español». Tela.
para todas y todos que, manteniendo la máxi-
ma claridad y legibilidad, contribuya a trans- Lo mosqueante es que, a ratos, sospecho
mitir valores y conductas de igualdad.» que la secretaría de servicios y administracio-
nes públicas de Comisiones Obreras puede
Reconozcan que el redactor o redactora del haber publicado todo eso en serio. Luego
folleto o folleta claro y legible estaba sembra- muevo la cabeza. Imposible, concluyo. Se
do. Pero lo mejor viene luego, cuando reco- puede ser imbécil, pero no tanto. Cachondos,
mienda, entre otras simpáticas ocurrencias, es lo que son. Unos cachondos. Y cachon-
«emplear nombres colectivos genéricos en das.
vez del masculino», «generalizar la utilización
de abstractos» y, entre otras perlas de inge-
nio, dos hilarantes hallazgos. Uno es «evitar

El Semanal 6 de marzo
Los garrotazos de Goya
cabo de leer un libro que todavía no está pu- que pertenece al pasado. Cuando lees sobre
blicado. La amistad tiene obligaciones inelu- la destrucción de la segunda república –ya
dibles; algunas se asumen con gusto y otras, nos habíamos cargado la primera y dos mo-
a regañadientes. Ésta es de las primeras; de narquías– en manos de los de siempre, te
las que son un privilegio. Alguna vez he estremeces estableciendo siniestros parale-
hablado aquí de mi amigo Juan Eslava Ga- lismos con la infame clase política de ahora,
lán, uno de los novelistas más prolíficos y aún más arrogante, iletrada y bajuna que
cultos que honran el paisaje. Juan es de los aquélla. Y así, Juan desgrana una actualísi-
pocos escritores que conozco capaces de ma historia trágica, violenta, retorcida en oca-
reivindicar sin complejos nuestra actividad siones hasta el esperpento, con esos trágicos
profesional –dignamente mercenaria cuando quiebros de humor negro que también, inevi-
se tercia y se cobra–, como trabajo honorabi- tablemente, son ingredientes de nuestra ibéri-
lísimo y estupendo, sin necesidad de adere- ca olla.
zarla con justificaciones éticas, estéticas, psi-
cosomáticas, y demás mariconadas al uso, Todo estaba a punto, es la primera evidencia.
tan del gusto de ciertos cantamañanas de la Una república desventurada en manos de
tecla. (Como, por cierto, un tal Álvaro Delga- irresponsables, de timoratos y de asesinos,
do-Gal, intelectual de oficio y sobre todo de un ejército en manos de brutos y de matari-
beneficio, cuyo último libro-ensayo, Buscando fes, un pueblo despojado e inculto, estaban
el cero, les recomiendo encarecidamente que condenados a empapar de sangre esta tierra.
lean –no se quejará de que no le hago publi- Luego, prendida la llama, la chulería de los
cidad, mi primo–, pese al espantoso esfuerzo privilegiados, el rencor de los humildes, la
que supone, a fin de comprobar hasta qué desvergüenza de los políticos, el ansia de
punto se puede ser retórico y pedante en 265 revancha de los fuertes, la ignorancia y el
páginas, y medrar en España a base de farfo- odio hicieron el resto. No bastaba vencer; era
lla y cuento chino.) necesario perseguir al adversario hasta el
exterminio. Murió más gente en la represión
Pero a lo que iba. El libro que acabo de cal- que en los combates; en ambos lados, anal-
zarme y que todavía no pueden leer ustedes fabetos presidiendo tribunales gozaron de
es el manuscrito recién parido de una historia más poder que magistrados del Supremo.
de la guerra civil española. Un texto que no Hubo valor, por supuesto. Y decencia. Y lec-
se parece a ninguno de los que conozco –los ciones de humanidad e inteligencia. Pero to-
hay excelentes–, y cuyo título dice mucho: do eso quedó sepultado por las pavorosas
Una historia de la guerra civil que no le va a dimensiones de una tragedia que todavía hoy
gustar a nadie. No sé cuándo saldrá. En pri- necesita reflexión y explicaciones. Este libro
mavera, supongo. Así que no consideren es- cuyo manuscrito acabo de leer se aventura a
to la promoción de un amigo por parte de un ello, y lo consigue con amenidad y con una
amigo; aunque también lo sea, claro, un poco extraordinaria, abundante y rigurosa docu-
adelantada. Se trata, en realidad, de confiar- mentación que –es su principal virtud– ni si-
les mi satisfacción. Ya tenía yo ganas, en quiera se nota. Juan lo ha escrito a su mane-
estos tiempos en que, pese a cuanto ha llovi- ra humilde, como suele. Como quien no quie-
do, seguimos mirando hacia atrás con las re la cosa. Y, como decía antes, sin buenos
orejeras puestas, de tropezarme con un rela- ni malos. Las dos Españas mamaron veneno
to de nuestra guerra civil donde el papel de de la misma sucia leche. Abran los periódicos
hijo de la gran puta estuviese, como corres- de hoy mismo y reconózcanlas. Estas pági-
ponde, puntual y equitativamente repartido nas lo ponen de manifiesto de forma estreme-
por todos y cada uno de los rincones de cedora. Por eso se trata de una historia de la
nuestra geografía nacional. guerra civil que no le va a gustar a nadie. Ya
era hora.
Mientras leía despacio y con ganas el manus-
crito de Juan, pensé otra vez que el viejo Go-
ya nos pintó mejor que nadie: dos gañanes
enterrados hasta las corvas, matándose a
garrotazos. La sombra de Caín es ancha en
la triste España. Lo fue siempre, y aquella
guerra fue prueba de ello. El error sería creer

El Semanal 13 de marzo
Maestros y narcos mejicanos
i hay algo estupendo en Méjico, son los Cada vez que voy a Méjico y me preguntan
maestros. No enseñantes, ni docentes, ni por la música narca, digo lo mismo: lo inmo-
esas gilipolleces que utilizamos aquí a modo ral, lo censurable, es que el Gobierno permita
de innecesario eufemismo. Se llaman a sí la pobreza y la injusticia que empuja a la gen-
mismos maestros, y a mucha honra. Quien te a buscarse la vida con el tráfico de droga,
ha visitado sus modestas escuelas rurales o y que tanto alto personaje de la nación haya
del extrarradio monstruoso del Deefe, sabe mojado en la salsa. Además, el narcotráfico
hasta qué punto su trabajo es heroico, hasta es una realidad social. Ese mundo existe,
qué extremo llega su amor por la lengua es- tiene sus costumbres, su música y su literatu-
pañola de la que tan orgullosos se sienten, y ra. Negarlo no soluciona nada. Los niños de
lo respetados que son por la sociedad a la las escuelas seguirán oyendo Carga ladeada,
que sirven. Tienen sus cosas, claro. Sus ma- La banda del carro rojo o Regalo caro en ca-
fias sindicales y demás. Pero eso va en dos sa, por la calle, en los centros comerciales,
direcciones, y casi nunca es malo. Al contra- entre otras cosas porque esas canciones
rio. Que un millón de maestros se pongan de cuentan historias fascinantes y las cuentan
acuerdo para pelear por ellos y por sus alum- muy bien, conectando con el sentir popular.
nos, me parece magnífico. Ojalá en España, En Méjico, la palabra Gobierno fue casi siem-
en vez de héroes solitarios por una parte y pre sinónimo de enemigo –es herencia de
abúlicos mercenarios de la tiza por otra, tu- familia, dice un corrido famoso, trabajar co-
viéramos una mafia magistral como ésa, ca- ntra la ley–. En ciertos estados norteños, nar-
paz de romperle la cara, metafórica o literal- cos y pistoleros son leyenda, y hasta tienen
mente, a tanta Logse, a tanta idiotez, a tanto su patrón sinaloense: el bandido Malverde,
diseño, a tanta pseudocultura paleta y a tanto santificado por el pueblo. Por eso, iniciativas
ministro analfabeto. Pero, en fin. Cada cual como la de llevar esas canciones a las escue-
tiene lo que merece tener. las son oportunas e inteligentes. Permiten
justo lo que no hace el pusilánime Gobierno:
El caso es que en los estados de Sinaloa, razonar, orientar, debatir el problema. Expli-
Michoacán y Tamaulipas, según me cuentan car el lado oscuro de ese mundo sucio a los
los amigos, se ha retirado de las aulas el libro jóvenes que, fascinados por leyendas falsa-
Cien corridos mexicanos, que formaba parte mente idílicas, aspiran a convertirse en trafi-
de las bibliotecas escolares seleccionadas cantes por poder y por dinero, soñando con
por doce mil maestros de allí. En Méjico son música, mujeres y carros del año. A vivir, co-
los profesores quienes deciden con qué libros mo cerveza Pacífico en mano decía mi com-
trabajan sus alumnos, y uno de los elegidos padre el Batman Güemes, «tres años como
había sido ése, pues el corrido fue siempre un rey en vez de treinta como un buey».
medio tradicional, popularísimo, para contar
la vida real, tan ajena a los discursos oficia- Por eso dedico hoy esta página a los maes-
les: antes hablaba de revolución y delincuen- tros de Méjico. Son ellos quienes tienen ra-
cia, y ahora de narcotráfico. El libro en cues- zón. El narcotráfico existe, luego debe expli-
tión incluye corridos narcos, y algunos sena- carse. Lo que hace daño es lo inexplicable:
dores han puesto el grito en el cielo. Esas que la televisión que censura una obra maes-
canciones, dicen, pervierten a la juventud y tra como la canción Pacas de a kilo difunda
cuentan historias ilegales. Por eso está prohi- sin escrúpulo programas de basura rosa, o
bida su difusión radiofónica o televisada, muy idiotice a los jóvenes con la siniestra vacui-
en la línea de la actitud oficial sobre el asun- dad de Gran hermano. E incluso, puestos a
to: ya que no puede erradicarse el problema, comparar, algunos de los valores que cantan
que mucha gente vive de eso y que gente los narcocorridos tienen su puntito en los
poderosa coquetea con el negocio, la solu- tiempos que corren. Hablo en serio. Conozco
ción es negar la evidencia y mirar para otro a traficantes mejicanos más leales, fiables y
lado. Tuve ocasión de comprobarlo cuando cumplidores que algunas de las llamadas
publiqué en Méjico La Reina del Sur, y algu- personas decentes. .
nos políticos le hicieron una promoción efica-
císima exigiendo que se retirase de las librerí-
as. Así que les estoy muy agradecido a esos
pendejos por ponerme un piso.

El Semanal 27 de marzo
La niña del pelo corto
demás de los perros, me gustan los críos pe- aplastara cosas que sólo él puede ver, y me
queños. Me refiero a los de cuatro, cinco pregunto qué tendrán en ese momento en la
años, o así. Apurando mucho, llego hasta los cabeza, a qué ensueño mental, a qué pirueta
de siete u ocho. A partir de ahí empiezan a de su imaginación prodigiosa corresponden
parecerse demasiado a los adultos en que aquellas actitudes exteriores que para noso-
tarde o temprano se convertirán. Deberíamos tros, adultos razonables que encerramos en
liquidarlos a esa edad, dice un amigo mío manicomios a quienes hacen eso mismo con
que no destaca por su filantropía. Herodes unos cuantos años más, constituyen un mis-
vio la jugada: habría que despacharlos cuan- terio.
do carecen de currículum y aún no son estú-
pidos, malvados o peligrosos. Antes de que En aquel patio de recreo vi a la niña. Debía
se desgracien y nos desgracien a todos. An- de tener cinco o seis años, llevaba el pelo
tes de que dejen de ser deliciosos animalitos muy corto y estaba sentada en un peldaño de
para convertirse en basura y azote del mun- la escalera con un libro ilustrado abierto so-
do. Eso es lo que dice mi amigo, que es algo bre la falda. Leía con una concentración ex-
drástico. Yo no llego a ese extremo, pero traordinaria, ajena al griterío del patio, pasan-
denme tiempo. Es verdad que a veces me do las páginas enrocada en aquel rincón del
pregunto para qué crecerán. Para qué dia- mundo, en el refugio que el libro le proporcio-
blos crecemos. naba. No leía con expresión plácida, sino
obstinada; baja la cabeza, como si el esfuer-
El caso es que me gusta observar a los críos. zo de mantener a raya el bullicio circundante
Son fascinantes. Como los adultos somos no fuera fácil. Se diría que aquella singular
imbéciles, creemos que funcionan sin ton ni trinchera no se la regalaba nadie, sino que la
son, en plan majareta; pero en realidad actú- conquistaba palmo a palmo, a golpe de vo-
an y razonan según una lógica rigurosísima luntad. Enternecedoramente pequeña, sola y
de la que sólo ellos poseen la clave. Son me- orgullosa, con su jersey de pico verde, su
tódicos e implacables como un filósofo ale- falda de cuadros escoceses y sus calcetines
mán. Cuando asistes a una discusión entre arrugados. Deliberadamente ajena a todo.
un niño pequeño y un adulto, al fin descu- Ella y su libro.
bres, aterrado, que el más consecuente y
lúcido siempre es el niño. A veces te miran Fue entonces cuando levantó la vista y me
con una fijeza tan extraordinaria, escrutándo- vio al otro lado de la verja. Sonreí como un
te los adentros, que terminas enrojeciendo, Hermano de la Costa le sonríe a otro, cómpli-
inseguro y confuso. Son jueces implacables y ce; pero la niña me miró suspicaz, sin devol-
honrados; por eso resultan tan tiernos en sus ver la sonrisa, y comprendí cómo ella real-
afectos, tan crueles en sus combates, tan mente me veía: adulto, extraño, intruso, in-
cabales en sus sanciones. Son lo que los oportuno. Aquella francotiradora diminuta,
adultos deberíamos ser un día, o siempre, y deduje, no necesitaba mi presencia, ni mi
al cabo dejamos de ser y ya nunca somos. sonrisa de aliento; estaba lejos de mí y de
todos nosotros, en el mundo creado por las
Ayer me detuve ante la verja de un colegio páginas de aquel libro y por sus particulares
infantil. El griterío se oía desde el otro lado de ensueños. Construía un espacio propio, ínti-
la calle. Era la hora del recreo, y correteaban mo, en el que mi sonrisa y yo estábamos de
por el patio los zagales, con sus babis los más. Así lo demostró bajando de nuevo la
más pequeños y sus jerséis de pico los ma- vista, ignorándome con el resto del universo
yores. Estuve un rato viéndolos alborotar en hostil que ese libro mantenía a raya página
corros, reír, pasarse la pelota. Siempre me tras página. Y mientras me apartaba con sigi-
fijo más en los niños que van por libre; los loso respeto de la verja, pensé: Herodes se
que juegan solos o vagan a su aire. Me que- equivocó. Quizá ella se salve un día. Tal vez
do mirando al que camina marcando muy esa niña solitaria y tenaz nos haga mejores
serio el paso militar, como si desfilara, al que de lo que somos.
desliza pensativo la mano por los barrotes de
la reja, a la niña que habla sola mientras
hace extraños gestos con las manos, al que
corre emitiendo indescifrables sonidos con la
boca, al que salta pisando el suelo como si

El Semanal 3 de abril
Matando cofrades
cabo de ponerme ciego a matar cofrades y postas entre algunas tonterías y ciertos exce-
nazarenos de Semana Santa, pistola en ma- sos, cuando las cosas rebasan lo razonable y
no, con el fondo de La Macarena, el Gran se vuelven cursilería meapilas y capillita exa-
Poder y el Cristo de San Bernardo. Bang, gerá. Lo que le reprocho al autor del juego es
bang, bang. Todo eso, por supuesto, en la que lo haya perpetrado de una manera tan
pantalla del ordenata. Pistola virtual, claro. mediocre y desabrida. Tan chapucera.
Matanza cofrade, se llama el juego. Matanza
uno y matanza dos, porque tiene segunda En cuanto a las cofradías de marras, en fin.
parte. La mano guasona de un amigo sevilla- Es asunto de los sevillanos, y con su pan se
no me lo envió todo ayer. Un juego cutre y de lo coman, que allí el principal fenómeno so-
pésimo gusto, por cierto. Más que para matar cial y cultural –casi el único– sea la Semana
cofrades de la Semana Santa, el juego es Santa, y que todo cristo cifre en las cofradías
para darle patadas en la boca al patoso que el pulso de la ciudad, el prestigio ciudadano,
lo parió. Pero la cuestión es otra. Al patoso la razón de su existencia y la gloria de su ma-
que lo parió, que por lo visto es un informáti- dre. Lo que ya no veo claro es que esas co-
co de Utrera, las cofradías sevillanas le piden fradías hayan convertido sus imágenes reli-
un año de cárcel y ocho mil mortadelos de giosas en símbolo de una determinada Sevi-
multa. Como lo oyen. O leen. Cuando Matan- lla, la que ellos manejan, marcas registradas
za cofrade 1 apareció en Internet –la segun- incluidas, pero no estén dispuestos a comer-
da parte es de otro fulano que se sumó por se las duras tanto como las maduras; a enca-
su cuenta y en plan solidario al escabeche–, jar críticas que en realidad no van contra imá-
las cofradías, que en Sevilla mandan más genes que a cualquier no creyente –variedad
que un capitán general cuando los capitanes humana tan respetable como la del creyente,
generales mandaban algo, hicieron detener al incluso en la tierra de María Santísima– le
autor por la Guardia Civil, la fiscalía intervino, importan un carajo, sino contra esa determi-
y un juzgado dictó auto de apertura de juicio nada Sevilla, que a unos gusta mucho y a
oral, que aún está pendiente. Resumiendo: al otros repatea el hígado, que utiliza tales imá-
pazguato de la matanza lo pueden meter en genes como pretexto, escudo o bandera. El
la cárcel por atentar «contra los sentimientos punto es delicado, y sólo los muy ecuánimes
religiosos y contra la propiedad industrial». podrían trazar la línea que separa la blasfe-
Como ustedes, supongo, yo también aluciné mia gratuita de la crítica social. Cuando uno
una miaja con eso de la propiedad industrial, se apropia de símbolos, ejerce el poder y me-
hasta que me informaron de que las imáge- dra gracias a ellos, se expone a que esos
nes del Gran Poder y la Esperanza Macarena símbolos, como él mismo, se vean cuestiona-
están registradas como marcas. Para enten- dos, criticados y atacados. No encajar las
dernos: si usted se aplasta un dedo con un reglas del juego con deportividad –al final me
martillo y blasfemando en arameo se cisca en voy a creer, como dice Antonio Burgos, que
algo, ojo. Puede estarse ciscando en una el humor lo tienen en Cádiz– difumina la dis-
marca registrada. El siguiente paso puede tancia que media, por ejemplo, entre este
ser la Menetérica, que decía Chiquito de la estúpido asunto y aquellas multas y detencio-
Calzada, llamando a su puerta. Así que cui- nes de hace medio siglo por blasfemia, o
dadín, pecadores de la pradera. Con la Se- aquellos prisioneros fusilados después de la
mana Santa de Sevilla no se juega. guerra civil por destruir imágenes religiosas
cuando la quema de conventos.
Uno comprende ciertas cosas, y se le eriza el
vello con otras. Lo del vello no es de oír el Y ya que estamos metidos en faena, la sema-
paso racheao de los costaleros, precisamen- na que viene hablaremos de la cultura en
te. Se puede estar, sin pegas, de acuerdo Sevilla. Si Dios quiere.
con el asunto base: Matanza cofrade es una
cutrez. Lo que le reprocho al informático de
Utrera, que ni sé cómo se llama, ni me impor-
ta, no es que haga un juego para liquidar co-
frades; cosa que puede tener, incluso, su
puntito si se hace con gracia y talento. A ve-
ces también a mí me entran ganas –virtuales,
por supuesto– de moverme con cartuchos de

El Semanal 10 de abril
El ombligo de Sevilla
María José, la telefonista del hotel Colón, me Siempre que viajo allí me pregunto lo que
va a echar una bronca, como suele, en plan: podría ser esa ciudad si dejara de mirarse en
esta vez se ha pasado varios pueblos, don su espejo autista y se abriera al mundo con la
Arturo, de Dos Hermanas a Lebrija, o más cultura como reclamo y bandera. Hablo de la
lejos, a ver quién le manda a usted meterse cultura de verdad, no de la caduca soplapo-
con la Sevilla de mi alma. Pero uno debe ser llez de diseño que pretenden vendernos polí-
consecuente; y la semana pasada, al socaire ticos y mangantes en busca de la foto y el
de Matanza cofrade y la parafernalia blasfe- telediario del día siguiente, o del folklore de-
mo-judicial que arrastra cual bata de cola, se magógico y sentimental con el que quienes
me calentó la tecla y prometí hablar hoy de manejan el cotarro pretenden –y lo consiguen
cultura sevillana. De manera que cumplo, desde hace siglos– llevarse al huerto a la
arriesgándome a que me quiten los premios ciudadanía. Hablo de la Sevilla que va más
que en esa ciudad me dieron por la cara, a allá de los retablos barrocos en misa de do-
que el director de ABC –allí y en Madrid El ce, de los bares de tapas, de los pasos de
Semanal sale con ese diario– se acuerde de Semana Santa, de la Feria de Abril y los car-
mis muertos, a que los amigos dejen de man- nets del Betis o del otro, de los apresurados
darme aceite, y a que Enrique Becerra diga rebaños de chusma guiri que el sevillano ne-
que el cordero con miel o la carrillada de ibé- cesita tanto como desprecia. ¿Imaginan uste-
rico me los va a poner la madre que me parió. des parte de la pasta invertida en cofradías y
Pero uno tiene derecho a hablar de lo que casetas de feria, empleada en hacer de esa
ama. Y el caso, como dije que diría, es que ciudad un verdadero polo de atracción, no
con la palabra cultura ocurre algo extraño. sólo del turismo, sino de la cultura internacio-
Cuando la pronuncian, cinco de cada diez nal? ¿Calculan lo que supondría aprovechar
sevillanos piensan en la Semana Santa o la el clima, el fascinante escenario, la abruma-
Feria de Abril. A lo más que llegan algunos dora riqueza de palacios, atarazanas, lonjas
es al barroco de las iglesias. Mi compadre e iglesias, para proyectar la ciudad hacia el
Juan Eslava cuenta lo del turista que va en exterior, celebrar conciertos de renombre in-
carruaje por la Alameda, y cuando pasa ante ternacional, organizar ferias y exposiciones
una estatua y pregunta si se trata de un pin- que atrajeran a artistas, críticos y público cul-
tor, un escritor, un músico o un poeta, el or- to de todo el mundo? ¿Imaginan una gestión
gulloso cochero responde: «Qué va, hombre. cosmopolita, lúcida y eficaz, de tanto arte,
Es Manolo Caracol». arquitectura y belleza, con la extraordinaria
marca registrada de Sevilla como argumen-
Pese a los esfuerzos, casi suicidas, de heroi- to? Es desolador que una ciudad así no se
cos paladines locales por romper la burbuja haya convertido –la ocasión perdida de la
en que esa ciudad vive ensimismada, el grue- Expo se esfumó con los mediocres y los cate-
so de los esfuerzos culturales sevillanos pasa tos que la gestionaron– en sede anual, bi-
por el embudo de las cofradías locales, es- anual, quinquenal o lo que sea, de aconteci-
tructura social en torno a la que se ordena la mientos culturales que pongan su nombre, a
vida pública. El resto es secundario, no inter- la manera de Venecia, Salzburgo, París o
esa. Los museos languidecen, las exposicio- Florencia, en la vanguardia de la cultura inter-
nes llegan con cuentagotas –y sólo si está nacional. En lugar de eso, Sevilla sigue resig-
Sevilla de por medio–, las librerías cierran, nada a ser una pequeña ciudad onanista y a
las bibliotecas no existen o se ignoran. Si se veces analfabeta, que no llora por las cenizas
tratara de una ciudad donde imperase la mo- perdidas de Murillo, pero sí cuando pasa la
destia, uno creería que ésta se avergüenza Virgen; y que emplea el resto del año en dis-
de cuanto la hizo hermosa e inmortal. Pero cutir sobre si los arreglos florales de la Espe-
no es modestia sino egoísmo autocompla- ranza Macarena eran mejores o peores que
ciente, indiferencia a cuanto no sea arreglar- los de la Esperanza de Triana.
se el Jueves Santo para salir con la medalla
de la cofradía al cuello, a pintarla en la Feria,
a tomarse una manzanilla en Las Teresas o
en Casa Román, mirando alrededor mientras
se piensa, o se dice, que Sevilla es lo más
grande del mundo, y qué desgracia la de
quienes no nacieron sevillanos.

El Semanal 17 de abril
Déjenme morir tranquilo
e escrito alguna vez que vienen tiempos du- atreva a tomar una decisión de ese tipo. Que
ros, predicción para la que tampoco hace los alivie su padre, dicen. Y me temo que en
falta ser muy perspicaz. Nunca hubo tantos España vamos camino de lo mismo, con toda
imbéciles imponiendo su dictadura, ni tanta la cobertura mediática de la Schiavo aquella
gilipollez elevada a la categoría de norma a la que le daban matarile o no se lo daban,
obligatoria. Nunca al qué dirán y a lo social- como a la Parrala; y las consejerías de Sani-
mente correcto se le dio tanto cuartelillo. Nun- dad suspendiendo a médicos por sedar a
ca condicionó tanto nuestras vidas el capri- pacientes en las últimas, como si lo ético fue-
cho de las minorías, la demagogia de los se que palmes aullando y nadie haga nada.
oportunistas, la estupidez de los tontos del Al final van a poner esto difícil de narices. Y
culo. El ejemplo de cómo ese delirio vuelve a cuando me llegue el turno, seguro que me
las sociedades enfermas e irreales lo tene- joden vivo. Ni aspirinas me van a dar. Para
mos en aquellos países que nos preceden en que todos esos capullos en flor puedan alar-
el asunto; pero en vez de ponérsenos los pe- dear de socialmente correctos, voy a terminar
los de punta al advertir los riesgos y el abis- echando espumarajos, como un perro. Men-
mo, nos adherimos con el entusiasmo des- tándoles a la madre.
aforado del converso. En esta España a me-
nudo escasa de cultura y de criterio, cuando Así que aprovecho para ponerlo negro sobre
se pone de moda una estupidez, en vez de blanco, y que esta página de El Semanal val-
llamarla por su nombre y ocuparnos de cosas ga como documento notarial, llegado el caso.
más urgentes, nos ponemos a considerarla Si cuando me toque decir hasta luego Lucas
con toda seriedad. Ninguno de nosotros se la no consigo organizarlo a mi aire, si el mar no
traga de verdad, pero miramos de reojo a los colabora espontáneamente en el asunto, o el
otros, vemos que nadie protesta y que todos Alzheimer no permite que me acuerde de
–que a su vez nos miran de reojo a nosotros– dónde está el gatillo de la pistola, y por mi
parecen aprobar la novedad. Así que, hacien- mala estrella termino en un hospital, con las
do de tripas corazón, nos resignamos a esa limpiadoras afiliadas a Comisiones Obreras –
enésima vuelta de tuerca. las del folleto feminista del otro día– pisándo-
me el tubo del oxígeno, háganme un favor.
No deja de tener siniestra gracia que Europa, No es lo mismo acortar la vida que acortar la
que alumbró palabras como democracia y agonía, así que no me fastidien. Tampoco
derechos del hombre, y que pese a lo que vengan a darme la murga con gorigoris, veli-
está cayendo permanece como referente mo- tas encendidas y pazguatos arrodillados en la
ral de lo que aún llamamos Occidente, en sus acera con los brazos en cruz bajo pancartas
comportamientos sociales tenga como refe- proclamando que mi vida es sagrada. Mi vida
rencia las actitudes, los valores de una socie- –lo dice el propietario titular– no es más sa-
dad tan enferma e hipócrita como la nortea- grada que la de mi labrador Mordaunt o la de
mericana. En materia de sanidad, por ejem- los millones de seres humanos que, como el
plo, y me refiero a hospitales, dolor, muerte y resto de los animales y las plantas, han pasa-
todo ese cuello de botella por el que, tarde o do por este mundo cochambroso a lo largo
temprano, la mayor parte de nosotros termina de los siglos y la Historia, y seguirán pasan-
pasando, sospecho que vamos a terminar do. A ver quién puñetas se han creído que
como en los Estados Unidos, donde nadie se somos. Por eso, el médico que, con mi con-
atreve a poner una inyección si no es delante sentimiento o el de los míos, decida aliviarme
de su abogado, porque en cuanto le irritas un el trayecto ahorrándome sufrimiento inútil,
poro a un paciente, te denuncia y te saca una nunca será un asesino, sino un amigo. Mi
pasta flora, en un país donde un fulano se último amigo. Que otros hagan lo que quieran
fuma tres paquetes diarios durante cincuenta con sus vidas, pero a mí permítanme no per-
años, y encima, cuando palma, su familia le der la compostura. Déjenme morir tranquilo.
trinca una millonada a las tabacaleras. De
ayudar a bien morir, ni te digo. Y no hablo de
eutanasia, sino de que te alivien el trámite
cuando estás listo de papeles. Pero allí, con
semejante presión, teniendo en la chepa a
los meapilas, a los que buscan pasta y a los
bobos de nacimiento, no hay médico que se

El Semanal 24 de abril
Esa rayita chunga
amos a poner las cosas claras, tío. No te voy sino que palmó con la novia, con dos amigos
a decir nada que no sepas. Pero tu madre me y con un pobre hombre que venía en direc-
pide que te resuma la película. Según ella, ción contraria, camino del trabajo, a las seis
con veinte años te pones de perico hasta las de la mañana. Otro cretino irresponsable que,
cejas. ¿Quieres que te lo diga con sus mis- ignorando el valor de la vida, la derrochó es-
mas palabras? Sin pegas te lo repito: «Mi hijo túpidamente y se la quitó a unos cuantos
está hundiéndose en el mundo de la coca y más. Un tiñalpa cutre que, como decía Clint
nos está arrastrando a nosotros al infierno». Eastwood en Sin perdón, perdió cuanto tenía
¿Te reconoces en el retrato? Fíjate lo acojo- y también cuanto podría llegar a tener. Y ese
nada que estará, la pobre, para contarme será tu epitafio, amigo. Todos nos iremos un
eso. Y contármelo así. También cuenta que día. Sí. Pero tú te habrás ido mucho antes.
me lees desde hace tiempo. Lector acérrimo, Como un carajote, que dicen los andaluces.
te llama. Y ahí me pilla por los huevos, por- Como un imbécil.
que de eso a llamarte amigo mío no cabe el
canto de un euro. ¿Comprendes? Me implica También queda la segunda posibilidad, y no
y me compromete. Un amigo tuyo se está sé cuál es peor. Puede que tengas suerte y
jodiendo la vida con la puta coca, viene a sobrevivas. Te harás mayor, tendrás un cu-
contar –en traducción libre, claro, porque tu rro, te casarás o lo que sea. Y aunque eres
vieja no habla así ni de coña–, así que dile un tío seguro y dices que controlas, que sólo
algo. Y aquí me tienes, oye. Diciéndotelo. es de sábado en sábado y etcétera, llegará
un momento en que no podrás hacer nada
Vaya por delante que comprendo lo fácil que importante sin cantar línea en ese bingo. De
es. Te vas de fiesta con tu churri el sábado eso dependerá la concentración, la lucidez, la
por la noche, empiezas la marcha, pillas un energía. Serás un esclavo toda tu vida, o la
ciego entre música y baile, y siempre hay un vida que te quede por vivir. Porque ésa es
amigo, o tú mismo, que tiene a mano treinta otra. La coca rompe los sesos, colega. Ese
mortadelos para medio gramo; y como en anuncio del gusano que se mete por las na-
este país de mierda todo cristo trapichea con pias es, por una vez, verdad de la buena.
perico sin que pase nada, te basta mirar alre- Cuando de tanto dejarlo para más tarde ten-
dedor y encuentras suficiente para empolva- gas el tabique nasal hecho polvo, cuando
ros tú y tu cari, y encima aún queda para un sangres como un gorrino y te pases el día
nevadito como postre. Eso también lo com- sorbiéndote los mocos con la gente mirándo-
prendo. Las pirulas, como a estas alturas sa- te entre compasiva y asqueada, y necesites
be todo dios –menos los retrasados mentales empericarte, no ya con medio gramo un fin de
que aún las engullen–, tienen muy mal rollo y semana, sino con un gramo diario, y se te
te hacen polvo; y cuando mezcla, la peña vaya la viruta en pagarte las dosis –echa
palma que te rilas. Por otra parte, si te empo- cuentas en euros y acojónate, colega–, la-
rras te vas abajo y se acaba la fiesta. Así que mentarás no haberte conformado aquellos
el perico parece lo adecuado. ¿Verdad? Te sábados con unas cervezas. Si no reaccionas
pones hasta las patas de alcohol, luego te a tiempo, te habrás convertido en una piltrafa.
metes una raya, y acto seguido te comes el Y lo que es peor: lo sabrás cada vez que te
mundo, tan lúcido y despejado como si aca- mires al espejo. Para entonces puede que
baras de salir de la ducha. Pero tiene truco, me sigas leyendo, si aún le doy a la tecla.
tío. Te lo juro. Es como jugar al póker con el Igual sí, igual no. Pero si quieres que te diga
diablo de tahúr. A la larga siempre pierdes. la verdad, me importa un bledo que a esas
alturas me leas o no, porque ya no serás ni
Puedes perder, sin más, en la primera mano. sombra de lo que eres. Ni yo estaré orgulloso
Que pasa mucho, por cierto. A tu edad uno de llamarte amigo, ni lo mío te servirá para
se cree inmortal. Invulnerable. Metes a tu nada. Serás un perfecto mierdecilla, tío. ¿De
pavita en el Focus o el Ibiza, lo pones a cien- verdad vas a hacernos a tu madre y a mí esa
to ochenta y te crees lúcido y despejado. Yo putada?
controlo, dices. Nos vemos en tal sitio para
seguir la fiesta. Y donde te ven al día siguien-
te es en las páginas de sucesos, colega, con
la gente que mueve la cabeza y dice: otro
gilipollas que no sólo palmó él, que todavía,

El Semanal 1 de mayo
La delgada línea gris
ientras el 21 de octubre se acerca despacio, El caso, como digo, es que estás entre ellos y
con viento flojo del nornoroeste, te apoyas en dices: son mis compadres y la siguiente an-
la barra del bar de Lola, que hoy se llama La danada de a 36 libras la pago yo. Entonces
Gallinita de Cai y está en el barrio de la Viña, ves al final de la barra un periódico con los
con el Atlántico y el Estrecho ahí mismo. Y en titulares llenos de esa otra España virtual,
la barra, a tu lado, hay compadres que entran divorciada de la real. De ese zoco moruno de
y salen, piden esto o lo otro, preguntan cuán- golfos encorbatados y sin encorbatar que te
to se debe y pagan como hombres cabales, agría la leche, quieras o no quieras, a cada
de esos que puedes dejar tranquilamente a tu paso que das en este país desgraciado que
espalda sabiendo que por ahí nadie te la en- tan mala suerte tiene. Y piensas: hay que ver.
diña. Y te miras en el espejo donde pone Co- Tanto sinvergüenza donde siempre, que para
ñac Fundador y piensas: qué suerte tienes, eso no pasa el tiempo. Tanto oportunista,
colega, de que esta tropa te llame amigo. El tanto demagogo, tanto cretino arrogante, tan-
caso es que estás, como digo, con una man- to analfabeto, tanto insolidario, tanto irrespon-
zanilla y una tapita de jamón, mientras Fito sable gobernando u oponiéndose, turnándo-
Cózar cuenta el chiste del burro y el león, y se en la infamia desde hace siglos. Devol-
Juan Eslava sonríe guasón, leal, como un viéndonos al pozo cada vez que estamos a
armario lleno de historias. Junto a ellos, el punto de sacar dignamente la cabeza, y la-
joven Fran, de Casas Viejas, se emociona vándose luego las manos diciendo yo no sa-
recordando cómo Seisdedos y sus paisanos bía, no era mi intención, yo sólo pasaba por
dijeron hasta aquí hemos llegado y se liaron ahí. Entiéndaselas con el almirante francés, o
a tiros con la Guardia Civil, Dani Heredia po- con el maestro armero. Siempre salió barato
ne ojos de soñar con libros y con un mundo hacer el destrozo y escurrir luego el bulto en
de gente que lea, y Óscar Lobato, el viejo este país con tan mala memoria, donde nin-
zorro con memoria de linotipia y esa cara ta- gún culpable paga los tiestos rotos. Y sin em-
llada por los siglos y por la vida, te cuenta la bargo, pese a todo, tan siniestros fulanos no
prosapia, con nombre y apellidos, de quien consiguieron acabar nunca con los Nicolás
plantó la viña que alumbra la manzanilla que Marrajo que estaban de turno, con la delgada
te bebes. línea gris que todavía vertebra lo que nos
queda. Con la gente que apechugó junto a la
Siguen entrando, y cada uno paga una ronda. Aceitera, o donde fuera, y que hoy aguanta
Mientras el fantasma entrañable de Carlos cada día en el trabajo, en la vida, en los sue-
Cano le cuenta a Javier Collado, el piloto del ños que ni siquiera nuestra nauseabunda
Pájaro, la historia de María la Portuguesa, clase política ha podido truncar. Tataranietos,
Antonio Marchena, el de la Caleta, viene de nietos, hijos de aquellos pobres héroes saca-
darse un remojón en el bajo de la Aceitera y dos de hospitales, cárceles y tabernas, que
cuenta, mirándote con ojos de bronce tartési- pagaron, como siempre, por los que no pa-
co, que las cuadernas de los setenta y cuatro gan nunca. Reflexionar sobre todo eso ca-
se distinguen todavía, a pesar de que los ca- brea mucho, claro. Pero también salva un
brones de los ingleses de Gibraltar lo han poquito. O un muchito. De pronto echas un
expoliado todo mientras aquí las autoridades vistazo alrededor, miras los caretos honrados
se tocaban la minga. España, pisha. Etcéte- que tienes cerca, te asomas la calle y pien-
ra. Y al rato entra Paco Molero, con veintiséis sas, bueno. Menos mal que existe el bar de
tacos y ese corazón que le salta en el pecho Lola, y ahí se te quita el frío. Si uno se fija,
cuando mira hacia el mar y la historia, con la aún queda gente, y ganas. Y dignidad. Quizá,
cabeza ocupada por el proyecto histórico- después de todo, esos hijos de puta no pue-
pedagógico-textil que tiene entre manos, dan con nosotros. Y esta vez no me refiero a
esas camisetas conmemorativas de una bata- los ingleses.
lla perdida para las que se ha entrampado
hasta las cejas. Y mientras se toma un vino
de Jerez, a su lado Miguel Galeote pone so-
bre la barra, para que la admiremos, la repro-
ducción perfecta, a escala, del almirante Gra-
vina. Que sólo le falta hablar.

El Semanal 8 de mayo
Somos el pasmo de Europa
ambién vamos a tener una de las leyes anti- mierda.
tabaco más severas y radicales de Europa. O
eso dicen. Que luego se cumpla, es lo de En lo demás, lo mismo. Punteros que echas
menos. Lo que cuenta, acabo de oírle en la la pota. Tenemos unos derechos y libertades
radio a un político de fuste, es que España tan sólidos y avanzados que, desde el humil-
está en vanguardia de toda iniciativa que se de navajero al mafioso internacional, todos
encamine a la salud, la educación, la felicidad vienen a España a disfrutarlos. Y nuestros
y el buen rollito. Para pioneros, nosotros. Se jóvenes, no es que estén protegidos: están
acabó la caspa fascista. Se dan lecciones de acorazados. Si un maestro llama tonto a un
mus de diez de la mañana a cinco de la tar- alumno, los padres pueden demandarlo por
de. Pero en algo discrepo de mi primo: a ser violencia escolar y por insultar al colectivo de
asombro del mundo no hemos llegado por las disminuidos psíquicos. Pero ni los padres
buenas. Sólo con esfuerzos históricos prolon- tienen bula: a una madre acaban de caerle
gados es posible mantenerse en tan especta- seis meses por maltratar salvajemente con
cular vanguardia. Hace año y pico, por ejem- dos bofetadas a su criatura de quince años.
plo, éramos pasmo de Occidente con lo de En cuestiones de paridad hombre-mujer tam-
Iraq. De todos los presidentes europeos, el bién somos faro del universo: mitad y mitad
nuestro era el único a quien Bush permitía en todo, haya o no haya, por decreto; el caso
poner los zapatos sobre la mesa en las fotos: es que cuadren las cuentas. Sin olvidar los
el amigo Ansar. Y en lo espiritual, calculen. asuntos lingüísticos: somos el único país cul-
Nadie tocó la guitarra ante el difunto Juan to –es una clasificación, no una definición–
Pablo II como nuestras amigas Catalinas y donde el BOE prescinde del diccionario, de
Josefinas. Por su parte, la conferencia epis- las academias, de los filólogos y de los clási-
copal siempre hizo encaje de bolillos conde- cos, y el Gobierno se mofa de la lengua es-
nando al mismo tiempo el aborto y el uso del pañola a medida que a cada ministro o minis-
preservativo, aparte de recomendar la casti- tra le sale de los huevos y huevas. En mate-
dad como revolucionario tratamiento contra el ria de uniones y adopciones homosexuales,
Sida. Comparado con algunos de los dober- nuestra legislación superará también cuanto
man de Dios que tenemos aquí –que además nadie ha legislado nunca; de modo que toda
predican desobediencia civil sin que nadie los España está loca por salir del armario, a ver
meta en la cárcel–, el papa Ratzinger es si trinca algo: una adopción de niños, un
mantequilla blanda. Un osito buen puesto de trabajo, un marido. En el ám-
bito escolar, no sólo hemos logrado que cada
En milicia también somos vanguardia a tope. comunidad autónoma eduque como le salga
El mérito no es de la nueva administración, del ciruelo, sino que poseemos el fastuoso
ojo, porque ya el anterior gobierno consiguió récord de diecisiete sistemas educativos dis-
que el español fuese el único ejército del tintos. Que además estamos a punto de enri-
mundo, por delante incluso del norteamerica- quecer con la francofonía, la portuguesía, la
no, donde las mujeres están en unidades de iparraldía y la magrebía; hasta el punto de
combate de primera línea; detalle que confie- que la UNESCO alucina con lo nuestro y le
re a nuestras fuerzas armadas una despiada- pide la fórmula a Harry Potter. Encima, de
da ferocidad. Además, hemos inventado el postre, vamos a pasar a la historia de las
concepto brillantísimo de fuerzas armadas ciencias políticas inventando el Estado Mo-
desarmadas, con soldados que no son para nárquico de Naciones Plurilingües Federal y
la guerra –que está mal vista por la socie- Republicano Según y Cómo, antes llamado
dad– sino para atender a niños huérfanos en España y ahora marca Acme. Más avanza-
maremotos o cosas así. Sobre el pacifismo dos, imposible. Cómo será la cosa, que ya ni
combinado con la integración de extranjeros, bandera usamos. No hace falta. Se nos cono-
ni les cuento. En Melilla, donde si un día hay ce en seguida por la cara de gilipollas.
enemigo éste será moruno, casi el cuarenta
por ciento de los soldados en algunas unida-
des es de origen marroquí: más integrados y
pacíficos a la hora de combatir, imposible. De
momento le queman el coche al sargento
cuando hay discrepancias tácticas. A ver qué
se han creído estos españoles racistas de

El Semanal 15 de mayo
La perra color canela
l perro estaba suelto en la autovía, solo, des- buen perro.
concertado, esquivando como podía los co-
ches que pasaban a toda velocidad. Cuando Les cuento. Mientras repostaba en una gaso-
reaccioné, era tarde. Mientras consideraba el linera de la carretera de Andalucía, una perra
modo de detenerme y sacarlo de allí, lo había color canela se acercó a olisquear mi coche,
dejado atrás. Estacionar el coche con ese y después volvió a tumbarse a la sombra. Le
tráfico era imposible, así que no tuve más pregunté al encargado por ella, y me contó la
remedio que seguir adelante, mirando por el historia. Casi un año antes, un coche con una
retrovisor, apenado. Algo más lejos se lo con- familia, matrimonio con niños, se había dete-
té a una pareja de motoristas la Guardia Civil: nido a echar gasolina. Bajó la perra y se puso
kilómetro tal, perro cual. El cabo movió la ca- a corretear por el campo. De pronto la familia
beza. Nada que hacer, señor. Ocurre mucho. subió al coche y éste aceleró por la carretera,
Además, aunque vayamos a buscarlo, no se dejando a la perra allí. El encargado la vio
dejará coger. Nos pondrá en peligro a noso- salir disparada detrás, dando ladridos pegada
tros y a otros automóviles. Y usted habría al parachoques, y alejarse carretera adelante
hecho mal en detenerse. Además, a estas sin que el conductor se detuviera a recogerla.
horas se habrá ido, o lo habrán atropellado. Al cabo de una hora la vio regresar, exhaus-
Mala suerte. ta, la lengua fuera y las orejas gachas, gimo-
teando, y quedarse dando vueltas alrededor
Sin duda el guardia tenía toda la razón del de los surtidores de gasolina. De vez en
mundo, pero yo seguí camino con un extraño cuando se paraba y aullaba, muy triste. Al
malestar, las manos en el volante y la imagen encargado le dio tanta pena que le puso
del perro entre los automóviles grabada en la agua, y al rato le dio algo de comer. Cada
cabeza. Su desconcierto y su miedo. Sintien- vez que un coche se detenía en la gasoline-
do, además, una intensa cólera. Supongo ra, la perra levantaba las orejas y se acerca-
que mientras los automovilistas esquivába- ba a ver si eran sus amos que volvían. Pero
mos a ese pobre animal de ojos aterrados no volvieron nunca.
que no sabía cómo franquear las vallas y qui-
tamiedos de la carretera, algún miserable La perra se quedó aquí, contaba el encarga-
regresaba a su casa o seguía camino de su do. Mis compañeros y yo le fuimos dando
lugar de vacaciones, satisfecho porque al fin agua y comida. El dueño nos dejó tenerla,
se había quitado de encima al maldito chu- porque vigila por las noches. Además, hace
cho. No es lo mismo un cachorrillo en Navi- compañía. Es obediente y cariñosa. Al princi-
dad, en plan papi, papi, queremos un perrito pio la llamábamos Canela, pero a una com-
–cuántos perros condenados a la desgracia pañera se le ocurrió que era como la mujer
por esas palabras–, que uno más en la fami- de la canción de Serrat, y la llamamos Pené-
lia al cabo del tiempo: veterinario, vacunas, lope. El caso es que ahí sigue. ¿Y sabe usted
dos paseos diarios, vacaciones, etcétera. lo más extraño? Cada vez que llega un co-
Entonces la solución es quitárselo de encima. che, la perra se levanta; y en cuanto se para,
Posiblemente así lo decidió el dueño del pe- se asoma dentro a olisquear. Los perros son
rro que estaba en la autovía: una parada en listos. Tienen buena memoria y más lealtad
el arcén y ahí te pudras. También es lo que que las personas. Fíjese que nosotros la tra-
hizo, tiempo atrás, un canalla en una gasoli- tamos bien, no le falta de nada y hasta collar
nera de la nacional IV: el dueño de una perra antiparásitos lleva. Pero ella sigue pendiente
color canela a la que no olvidaré en mi vida. de la carretera. Los perros piensan, oiga. Ca-
Llevo doce años escribiendo esta página, y si como las personas. Y ésta piensa que sus
no recuerdo si alguna vez hablé aquí de ella. amos vendrán a buscarla. Cada vez que llega
Ocurrió hace tiempo, pero lo tengo fresco un coche, se acerca a ver si son ellos. Sigue
como si hubiera ocurrido ayer. Y aún me que- creyendo que volverán. Por eso lleva tanto
ma la sangre, porque es de esos asuntos a tiempo sin moverse de aquí. Esperándolos.
los que me gustaría poner un nombre y un
apellido para ir y romperle a alguien la cara,
aunque eso no suene cívico. Me da igual.
Con chuchos de por medio, lo cívico me im-
porta una puñetera mierda. Ningún ser huma-
no vale lo que valen los sentimientos de un

El Semanal 22 de mayo
Una de almogávares
e ese centenario se ha hablado poco, pues en Constantinopla, durante una especie de
nadie puede hacerse fotos a su costa. Hace botellón que terminó como el rosario de la
setecientos años justos, además de salvar el aurora. A esas alturas, claro, el emperador
imperio bizantino del avance turco, los almo- Andrónico II se preguntaba, con los huevos
gávares arrasaron Grecia. Fue un episodio por corbata, si había hecho bien contratando
sólo comparable a la conquista de América a semejantes bestias. Así que su hijo Miguel
por bandas de aventureros sin nada que per- invitó a cenar a Roger de Flor, que era el jefe,
der salvo el pellejo –que se cotizaba a la ba- y a los postres hizo que mercenarios alanos
ja– y con todo por ganar si salían vivos. Pero los degollaran a él y a un centenar largo de
en esta España donde los libros escolares no oficiales. Fue el 4 de abril de 1305. Después
los determina la memoria, sino el pesebre de aquello los griegos creyeron que la tropa
donde trinca tanto sinvergüenza periférico y almogávar, sin jefes, pediría cuartel. Pero eso
central, esas historias han sido eliminadas, o era desconocer al personal. Cuando apareció
manipuladas en beneficio de los golfos que el inmenso ejército bizantino para someterlos,
organizan el negocio en plazos de cuatro aquellos matarifes oyeron misa y comulgaron.
años: los que van de una urna a otra. El resto Luego gritaron: Desperta ferro, Aragón, Ara-
importa un carajo. De los almogávares, como gón, y se lanzaron contra el enemigo, pasán-
de lo demás, no se acuerda casi nadie. Eran dose por la piedra a veintiséis mil bizantinos
políticamente incorrectos. Madrugando el en un abrir y cerrar de ojos. Lo cuenta Ramón
siglo XIV, el emperador de Bizancio pidió Muntaner, que estuvo allí: no se alzaba mano
ayuda para frenar el avance de los turcos, y para herir que no diera en carne. No quedó
la corona de Aragón envió sus temibles Com- sólo en eso. Enterados los almogávares de
pañías Catalanas. Lo hizo para quitárselas de que nueve mil mercenarios alanos –los que
encima. Estaban integradas por almogáva- aliñaron a Roger de Flor– volvían a su tierra
res: mercenarios endurecidos en las guerras licenciados y con familia, les salieron al paso,
de la Reconquista y en el sur de Italia. Sus hicieron picadillo a ocho mil setecientos y se
oficiales, de mayoría catalana, eran también quedaron con sus mujeres. Después, durante
aragoneses, navarros, valencianos y mallor- una larga temporada y pese a estar rodeados
quines. En cuanto a la tropa, el núcleo princi- de enemigos, se pasearon por Grecia sa-
pal procedía de las montañas de Aragón y queando y arrasando, por la patilla, cuanto se
Cataluña; pero las relaciones mencionan les puso por delante. Fue la famosa vengan-
apellidos de Granada, Navarra, Asturias y za catalana. Y cuando no quedó nada por
Galicia. Feroces y rápidos, armados con equi- robar o quemar, fundaron los ducados de
po ligero, combatían a pie en orden abierto, Atenas y Neopatría: estados catalano-
con extrema crueldad, y entraban en comba- aragoneses leales al rey de Aragón, que
te bajo la señera cuatribarrada de Aragón. aguantaron durante tres generaciones hasta
Sus gritos de guerra eran Aragón, Aragón, y que con el tiempo, el sedentarismo y el con-
el terrible, legendario, Desperta, ferro. La his- fort, se fueron amariconando –hijo caballero,
toria es larga, tremenda, difícil de resumir. nieto pordiosero– y quedaron engullidos, co-
Seis mil quinientos almogávares recién des- mo el resto de Grecia, por la creciente marea
embarcados en Grecia destrozaron a fuerzas turca que había de culminar con la caída de
turcas muy superiores, matando en la primera Constantinopla. Y ésa, colorín colorado, es la
batalla a trece mil enemigos, sin dejar con historia de los almogávares. Admitan que es
vida –eran tiempos ajenos al talante, al buen una buena historia. Vive Dios.
rollito y al diálogo entre civilizaciones– a nin-
gún varón mayor de diez años. En la segun-
da vuelta, de veinte mil turcos sólo escaparon
mil quinientos. Y, tras escaramuzas menores,
en una tercera escabechina los almogávares
se cepillaron a dieciocho mil más. Eran leta-
les como guadañas. Además, entre batalla y
batalla –españoles a fin de cuentas– pasaban
el rato apuñalándose entre sí por disputas
internas, o despachando a terceros en plan
chulito, como los tres mil genoveses a los que
por un quítame allá esas pajas acuchillaron

El Semanal 29 de mayo
Exterminio en el mar
etesto esas sucias jaulas: los campos de con- de el confinamiento impide la inmigración y el
centración y exterminio de atún rojo. Han pro- desove, las redes de deriva, los palangres
liferado como basura en la costa de Alicante kilométricos, la localización aérea, casi han
y Murcia. Instaladas además, con el mayor exterminado la especie. Ahora van a buscarlo
desprecio para quienes navegan, en medio hasta Sicilia. Hace veinte años, las almadra-
de las rutas habituales. Bajas a la camareta a bas artesanales del Estrecho, embudo natu-
hacerte un café, y cuando subes a cubierta te ral del atún rojo hacia el Atlántico, conseguí-
ves en un laberinto de redes y jaulas. De no- an setenta toneladas a la semana. Hoy, con
che pueden convertirse en una pesadilla, so- suerte, tres o cuatro. En el último medio siglo,
bre todo cuando se funde la luz de alguna las existencias de atún disminuyeron un no-
baliza. Son siniestras. Se distinguen de las venta por ciento. Pero todo tiene su intríngu-
piscifactorías normales, de los criaderos de lis. Este pez, que puede llegar a cuatrocien-
otras especies, en que las jaulas de atún rojo tos kilos de peso, no se considera adulto has-
huelen a muerte y a dinero fácil. ta que alcanza los treinta kilos; pero la ley
sólo prohíbe capturar ejemplares de peso
Se llaman así, criaderos o viveros, pero quien inferior a seis kilos. El resto es barra libre. Y
conoce el mar sabe que es mentira: el atún según cuentan mis amigos de Torrevieja –en
no se cría cautivo. Como ya conté alguna cuyo Club Náutico se encuentran algunos de
vez, el atún es un pez que no puede dejar de los mejores pescadores deportivos del Medi-
nadar, porque entonces no respira. Un atleta terráneo–, hoy es raro hacer una captura de
que necesita aguas libres. Lo que ocurre es más de diez kilos.
que los grandes bancos de atún se cercan,
sin importar peso ni edad, se meten en jaulas El hecho de que en Japón, principal importa-
de engrase, se atiborran de pienso, y cuando dor y consumidor de pescado del mundo, se
están gordos, se matan. Así, oficialmente, no pague el atún rojo a casi cuatrocientos euros
se le llama pesca sino cría de vivero. Y a na- el kilo, explica muchas cosas. Explica, por
die interesa demostrar lo contrario: las autori- ejemplo, que las asociaciones ecologistas
dades siguen mostrándose sospechosamen- presenten cada año dos mil denuncias que
te pasivas, los políticos dicen que eso crea nadie atiende, mientras el Gobierno y las au-
puestos de trabajo, y los pescadores, princi- tonomías correspondientes califican de em-
pales perjudicados, se ponen al servicio de presarios modelo a los magnates de la indus-
los empresarios, cobran y callan. Que Espa- tria atunera. Explica también que en el mes
ña sólo conceda cuatro licencias para el atún de julio, además de los devastadores operati-
rojo no es problema: se traen barcos france- vos puestos en pie por los que controlan el
ses o italianos. Y nadie rechista. Ante las ci- negocio, todo cristo en las costas española y
fras –500 millones de euros de exportación marroquí se lance al menudeo, a ver si consi-
anual– no hay ecología que valga, aunque gue un atún rojo para los importadores japo-
suponga pan para hoy y hambre para maña- neses, cuyos agentes compran a pie de playa
na. En eso vivimos al día, como en todo. Y y cuyos barcos frigoríficos rondan con total
quien venga detrás, que se busque la vida. impunidad. Explica, en fin, que cuando me
tropiezo en el mar con una de esas siniestras
Así que dentro de unas semanas se reanuda- jaulas, se me ponga una mala leche espanto-
rá la matanza. El cimarrón, el atún rojo que sa. O que cuando avisto un remolcador que
emigró en primavera al Mediterráneo para lleva a rastras, camino del presunto criadero,
desovar, intentará regresar a las aguas frías la red o jaula en la que acaban de meter el
del Atlántico. Es lo que los pescadores lla- penúltimo banco de atunes rojos, lamente
man atún de revés: bancos de atunes nadan- mandar un simple velero, y no un submarino
do cerca de la costa, en busca del Estrecho y con el que torpedear a esa gentuza.
el mar abierto. Durante tres mil años, fenicios,
cartagineses, romanos, visigodos, árabes,
andaluces, se dedicaron a su captura con las
tradicionales almadrabas. El equilibrio ecoló-
gico pudo mantenerse durante treinta siglos;
pero las cosas han cambiado. Además de los
cercos masivos con avanzada tecnología pa-
ra llevar el atún a las jaulas de engrase, don-

El Semanal 6 de junio
El caso de La Niña
a Niña Rodicio, que anda en líos laborales rencia de los otros ávidos Rambos, ella ase-
desde que TVE la quiso echar a la calle por gura nunca quiso cobrar. Cómo se han ceba-
meter presuntamente mano a la caja –allí do con su acrisolada honradez, en vez de
aseguran que se gastaba el dinero de la co- atacar a otros reporteros ladrones como los
rresponsalía de Tel Aviv en ropa cara y artí- que saquearon los museos de Bagdad, de
culos de lujo–, ha publicado un libro autojusti- donde ella admite haberse llevado sólo pe-
ficativo en el que, creyendo que la mejor de- queños recuerdos: «Un par de fotos del mu-
fensa es el ataque, describe el mundo de los seo de Sadam y un pedazo de cuerno de
reporteros de guerra como un cuento de marfil y creo que fui la que menos se llevó.
hadas donde ella, valerosa e incomprendida Mucha gente cayó en la tentación, me consta
Cenicienta, se enfrentaba con mucho coraje que hay colegas que lo hicieron. A mí jamás
e independencia ideológica a una chusma de se me hubiera ocurrido».
colegas españoles mercenarios, machistas,
cobardes, embusteros, fantasmas y sin es- Como dice la sabiduría popular, a la pájara
crúpulos, que no la soportaban por lo guapa y se la conoce por la cagada. Eso mismo es lo
lo inteligente y lo buena periodista que era y que le dije a Márquez cuando telefoneó des-
sigue siendo. Casualmente, los únicos de de Israel para decirme alucino, colega, esa
quienes habla bien y dice que la apreciaban, tía cuenta que la echaron por independiente y
Julio Fuentes y Ricardo Ortega, están muer- objetiva, cuando aquí los palestinos no la po-
tos. Que ya es mala suerte. En cuanto al re- dían ni ver porque pasaba de ellos, y no iba a
sto, la Niña desvela lo malos periodistas, lo un campo de refugiados ni a una intifada aun-
vagos, lo mentirosos y lo perros que son to- que se lo pidieran de rodillas. Ni trabajaba ni
dos; por ejemplo, tipos tan sospechosos de dejaba trabajar. Tiene huevos que precisa-
toda la vida como los veteranos Alfonso Rojo, mente ella acuse a la gente de trabajar desde
Márquez y Fran Sevilla. A mí también me los hoteles. Así que, oye, no sé qué harán
incluye en la relación aunque me jubilé hace Alfonso, Fran y los otros, pero yo le voy a
once años, supongo que para agradecerme meter una demanda judicial que va a escupir
haberla citado con poco afecto en Territorio las muelas. Eso dijo Márquez; pero mi res-
Comanche. Contando lo que dice que otros le puesta fue déjala estar, hombre. No merece
han contado que les contaron, afirma que la pena. La Niña Rodicio es una desventura-
pasé veinte años pagando a soldados para da que se vio metida, jovencita y demasiado
que disparasen y presumir de tiros, y que en verde, en un mundo muy duro que le venía
mis tiempos mozos fui, simultáneamente, grande. El día que su directora de Informati-
agente de la CIA y del KGB. vos la mandó al extranjero, la hizo polvo. La
megalomanía se le disparó con los viajes, los
La verdad es que no pensaba ocuparme del hoteles caros, el dinero, el presunto glamour
asunto. No cazo ratoncitos a estas alturas, y del reportaje de guerra, la gente diciéndole:
bastante tiene ya la Niña encima. Pero el otro huy, hija, qué hace una chica con esa voz de
día abrí El Semanal y encontré cinco páginas pito en sitios como éste. Todo eso hizo que al
con entrevista dedicadas a promocionar el final se le exaltara la olla. Encima, la Tribu
libro de la honrada tragafuegos, con una foto nunca la tomó en serio: recuerda sus histe-
«en su minúsculo y dos veces hipotecado rias de diva ultrajada y sus aviones B-52
apartamento de Madrid». Y lo del minúsculo y bombardeando en picado. Así que dejadla
dos veces hipotecado apartamento me con- tranquila, que va apañada. Teclear un libro
movió tanto que leí la entrevista entera mien- paranoico se le antojó mejor terapia que un
tras movía la cabeza y pensaba: pobre chica. psiquiatra. En realidad deberían olvidarse del
La acusan injustamente de robar una pasta dinero, readmitirla en TVE y devolverla a una
gansa, y ya ves. Vive en la miseria. Sedotta, mesa de redacción o a un despacho, de don-
calumniatta y abandonatta, la pobre, por ra- de esa pobre infeliz nunca debió haber sali-
zones políticas, por supuesto, después de lo do. .
difícil que es salir en la tele compitiendo en
plena guerra con hombres sudorosos y ma-
chistas, mientras una va bien maquillada, con
pashmina de seda, ropa superfashion y taco-
nes, pagando todo eso del exiguo sueldo de
la tele, sin plus de peligrosidad que, a dife-

El Semanal 12 de junio
Canutazos impertinentes
unca me gustó hacer el payaso, ni que los cámara de soslayo mientras guiña un ojo al
payasos ganen su jornal a mi costa. Quizá teleespectador, como diciendo: a ver por dón-
por eso me irrita cierta clase de periodismo de nos sale ahora este gilipollas.
basura que se hace en televisión, a base de
reporteros provocadores que se plantan en Sobre todo tratándose de políticos, la cosa no
actos oficiales o en situaciones más o menos tiene remedio. Ahí son todos iguales, sin dis-
serias y, bajo pretexto de una divertida y sa- tinción de sexo o ideología: ven una cámara y
na informalidad, impertinencia tras imperti- se les hace el culito gaseosa. Hasta los más
nencia, procuran dar un tono grotesco a la brillantes se prestan al juego al verse interpe-
información. Eso, que en el mundo rosa tiene lados micrófono en mano. Asistí a una de-
un pasar –quien vive de dar espectáculo, con mostración práctica el otro día, durante un
su pan se lo coma–, se extiende también, sin acto de la Real Academia Española. Nos dis-
escrúpulos, a asuntos más serios como la poníamos a inaugurar una placa conmemora-
cultura, o la política. Rara es la tele que no tiva en la casa donde murió Cervantes. Se
dispone de un programa donde sus reporte- trataba de un acto solemne, con los académi-
ros ponen la alcachofa, no para solicitar infor- cos allí congregados, y el alcalde de Madrid,
mación, sino para el intercambio de supues- Ruiz-Gallardón, había anunciado su asisten-
tas ingeniosidades o tonterías a palo seco, cia. En ésas, un reportero televisivo, que lle-
siendo el objetivo real ridiculizar al entrevista- vaba un rato haciendo el gamba por los alre-
do. Siempre que me toca estar en público dedores, pegó bajo la placa cervantina una
eludo prestarme a ese tipo de canutazos, que foto de la presidente de la comunidad de Ma-
rara vez favorecen a nadie, y sólo sirven para drid, Esperanza Aguirre, con quien el alcalde
que el reportero se apunte haber logrado una de la ciudad tiene, como sabemos, ciertas
chorrada más y que la gente pueda reírse a diferencias. Yo estaba entre los académicos
gusto. Ni siquiera en la etapa pionera de esa con traje oscuro, corbata y toda la paraferna-
clase de programas, cuando Wyoming y su lia; y como nadie intervenía, me acerqué al
brillante equipo realizaban Caiga quien caiga reportero, le pasé amistosamente un brazo
con humor y extrema inteligencia, fulanos por los hombros para apartarlo de la cámara,
simpáticos como Pablo Carbonell o Sergio tapé con una mano la alcachofa, y le dije al
Pazos consiguieron arrancarme más que un oído: «Éste es un acto muy serio de la Real
saludo cortés. A veces, ni eso. Academia, no del alcalde. Así que, como lo
envilezcas, te pego una hostia. Personalmen-
Comparados con algunos de sus epígonos te». Algo desconcertado, mirando la insignia
en los tiempos que corren, aquellos caradu- académica que yo llevaba en la solapa, el
ras eran exquisitos. Algunos hasta se corta- reportero inquirió, perspicaz, si lo estaba
ban un poco ante la gente respetable. Ahora, amenazando. Respondí: «Evidentemente», y
quienes practican el género entran a saco sin volví junto a mis compañeros. Llegó entonces
el menor escrúpulo; y lo que es peor, sin el alcalde, el reportero le metió el micrófono
hacer distinciones entre lo respetable y lo en la boca, el alcalde pareció encantado con
otro. Por supuesto, la culpa no es suya –a fin que hubiera periodistas divertidos y cachon-
de cuentas hacen un trabajo con el que se duelos que aliviasen la formalidad de aquel
ganan la vida–, sino de las cadenas que se acto cultural, y yo, discretamente, me fui a
lucran con esa clase de esperpentos, del pú- tomar una caña. Al rato, desde el bar, vi pa-
blico bajuno que los disfruta, y sobre todo de sar el cortejo con mis compañeros camino de
quienes se prestan indignamente, con tal de la segunda parte del acto, hacia la iglesia de
aparecer treinta segundos en la tele, a las las Trinitarias. Delante iban la cámara, gra-
más peregrinas idioteces. A uno se le cae el bando, y el alcalde de charla con el reportero
alma a los pies cuando ve a gente en princi- como si fueran compadres de toda la vida. Y
pio respetable, políticos de fuste o personali- qué quieren que les diga. Pedí otra caña.
dades de las ciencias, las artes o las letras,
dar cuartel en ese tipo de emboscadas grose-
ras, deteniéndose en mitad de un acto oficial
a responder, con una sonrisilla forzada y bus-
cando desesperadamente una palabra o fra-
se ingeniosa, a las incongruencias que plan-
tea un entrevistador irreverente que mira a la

El Semanal 19 de junio
Un lector indeseable
cabo de leer que un jambo al que han juzga- fusco, o chaira, significa que me trague las
do en Barcelona por un sucio asunto de viola- milongas sin masticar. Una cosa es la chus-
ción, lesiones y asesinato, me hace el dudo- ma brava, a mucha honra, y otra la escoria.
so honor de citar párrafos de una novela mía, Una cosa es que la vida te haga caer en el
entre otras, en una especie de diario que ha lado malo, y buscártela incluso con muescas
escrito en el talego sobre su última peripecia. de palmados en las cachas del baldeo, y otra
Y la peripecia fue que el fulano, aprovechan- que seas una alimaña sin escrúpulos ni con-
do un permiso carcelario, fue a los juzgados, ciencia. Porque hasta entre los hijos de puta
tiroteó a los mozos de escuadra que traslada- hay clases; o más bien ahí es precisamente
ban a un colega, y dejó a uno tetrapléjico y donde las clases son más claras. A dos políti-
en silla de ruedas. Los dos choros empren- cos, a dos especuladores o a dos sinver-
dieron la fuga; y al poco, sorprendiendo en un güenzas con corbata no los distingue más
descampado a una pareja de novios, el cole- que el color del Bemeuve. Pero entre la gente
ga le pegó seis buchantes al novio y acto se- del bronce, a menudo las diferencias te sal-
guido, sin despeinarse, violó a la novia. Tal tan al careto. No es lo mismo un gitano came-
cual. En calentito y sin que le temblara el pul- llo sin conciencia de Las Barranquillas –me
so. Al menos eso afirma el diario de mi lector, importa un huevo que se reboten los gitanos
que le echa toda la culpa a su consorte. El que no lo son: vayan y miren– o un payo hijo
caso es que, como guinda, uno de los dos de puta como el Anglés y sus colegas de Al-
fulanos, o los dos, que de eso no estoy muy cásser, o el murciano basura y miserable que
seguro, tienen el bicho: el sida. Así que el abusaba de bebés para ponerlos en Internet
episodio puede inscribirse en toda la mierda –lástima que se hayan perdido viejas y boni-
de esa España marginal, cutre, oscura, tan tas tradiciones del maco, y yo me entiendo–,
miserable y cruel que se te clava en la boca que un fulano a quien la jodía vida ha puesto
del estómago; la España real que sigue ahí al en mal sitio y se lo monta como puede, pero
apagar la tele aunque sólo salga en la sec- sin olvidar que hasta para buscársela hay
ción de sucesos, y de refilón, cuando histo- reglas. Que incluso un asesino a sueldo co-
rias así destapan la cloaca. Una España ne- mo el capitán Alatriste, un matarife como Se-
gra y perra que nada tiene que ver con esa bastián Copons, un ex presidiario como Ma-
donde se hacen afotos los políticos: la euro- nolo Jarales Campos, un tipo duro como San-
pea, la civilizada, la socialmente correcta has- tiago Fisterra, una pinche narca cabrona co-
ta echar la mascada, que según Rodríguez mo Teresa Mendoza, tienen sus códigos. Sus
Zapatero y su peña –y hasta hace dos días límites. Y que sin esos límites, serían –
Aznar y la suya– funciona de cojón de pato. seríamos todos– una puñetera mierda.
Quiero decir que va bien.
Así que, por si ese fulano de Barcelona o su
El caso es que, volviendo a mi lector talegue- maldito colega el violeta de gatillo y bragueta
ro y a su colega, me gustaría precisar un par fácil no lo han entendido, se lo explico clarito.
de cosas. Más que nada por si, al leer ciertas Dije alguna vez que todo lector es un amigo,
novelas mías o alguno de estos artículos, pero ahora lo matizo. Las citas literarias del
alguien se confunde un poquito. El hecho de zumbado de Barcelona demuestran que no
que a veces, cuando se me pone, puche el todo lector lo es. Cada artículo que publico en
golfaray o les haga homenajes a pájaros ilus- esta página, cada novela que echa a rodar
tres como a mi paisano el Maca –«Le tiré por el mundo, es una botella con mensaje
cuando se iba»–; al gran Pepe Muelas, vir- dentro, que uno tira al mar confiando en que
tuoso de la estafa, que en paz descanse; a llegue a buenas manos. Resulta imposible
mi plas Ángel Ejarque, rey del trile; a ese elegir a los lectores, pero los amigos son otra
querido Juan Rabadán del que nunca más cosa. A cierta clase de amigos sí que los elijo
supe –uno de mis viejos remordimientos– y a yo. Y por el mismo precio, también a ciertos
otros cuyos nombres no derroto porque si- enemigos.
guen en activo, no significa que sea un julan-
dra que no sabe distinguir a un casta legal de
un resabiado cabrón. Tampoco el hecho de
que en mis novelas aparezcan personajes
que viven en el lado oscuro de la vida y de la
calle, gente de mala lengua y peor espada, o

El Semanal 26 de junio

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