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Revisión de La Neuropsicología Del Maltrato Infantil

El documento discute las alteraciones neurobiológicas y el perfil neuropsicológico de las víctimas de maltrato infantil. Se observan daños en el hipocampo, amígdala, cerebelo, cuerpo calloso, corteza prefrontal e hipotálamo. Esto produce un perfil caracterizado por problemas de regulación emocional, cognición social, planificación y toma de decisiones. El maltrato modifica la arquitectura cortical y puede aumentar el riesgo de consumo de drogas.
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Revisión de La Neuropsicología Del Maltrato Infantil

El documento discute las alteraciones neurobiológicas y el perfil neuropsicológico de las víctimas de maltrato infantil. Se observan daños en el hipocampo, amígdala, cerebelo, cuerpo calloso, corteza prefrontal e hipotálamo. Esto produce un perfil caracterizado por problemas de regulación emocional, cognición social, planificación y toma de decisiones. El maltrato modifica la arquitectura cortical y puede aumentar el riesgo de consumo de drogas.
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Revisión de la neuropsicología del maltrato infantil: la neurobiología y

el perfil neuropsicológico de las víctimas de abusos en la infancia


Idea principal
El maltrato infantil supone un factor ambiental estresante, susceptible de interferir en el desarrollo del
sistema nervioso central del niño, afectando a su funcionamiento actual y posterior, la vulnerabilidad del
sistema nervioso a los efectos ambientales adversos produce alteraciones en la plasticidad cerebral y en la
capacidad de reorganización y generación sináptica, efecto de la experiencia los malos tratos tempranos
originan inhibición de la neurogénesis, una pérdida acelerada de neuronas (disminución no deseada de la
materia gris), retrasos en el proceso de mielinización (menor sustancia blanca, conectividad e
hipofuncionalidad neuronal) y alteraciones del proceso natural de poda neuronal (posible causa de muerte de
neuronas aptas o mantenimiento de neuronas que debieran ser podadas)
Se observan alteraciones neurobiológicas en hipocampo, amígdala, cerebelo, cuerpo calloso, corteza
prefrontal e hipotálamo y en el funcionamiento del sistema de liberación de neurotransmisores de tipo
catecolaminas y el eje de activación hipotalámico-hipofisario-adrenal (HHA)

Ideas secundaria
Los daños en las áreas cerebrales mencionadas, permiten explicar el perfil neuropsicológico que más
frecuentemente se ha encontrado en niños maltratados, pues un determinado estado cerebral explicará el
modo de funcionamiento de los diversos procesos cognitivos
Este perfil se caracteriza por un estado cognitivo de hipervigilancia, percepción de amenazas procedentes del
entorno, excesiva identificación de emociones de miedo e intenciones agresivas en los otros, problemas de
conducta, agresividad, dificultades para el aprendizaje, menor adaptación escolar y desarrollo intelectual,
mayor comorbilidad psiquiátrica, patologías del estado anímico y peor ajuste social en la vida adulta
Estos déficits y alteraciones neurobiológicas pueden pasar inadvertidos durante la infancia, enmascarados por
el propio proceso del desarrollo y emerger cuando tal proceso finalice y el individuo no haya logrado
desarrollar todo su potencial
Alteraciones neurobiológicas a causa del maltrato infantil
A través de estudios de revisión sobre la neurobiología del maltrato infantil y diseños experimentales,
principalmente basados en técnicas de neuroimagen, se sabe que los daños del maltrato sobre el cerebro
afectan a las regiones del hipocampo, al complejo de la amígdala extendida, al cerebelo, al cuerpo calloso, a la
corteza prefrontal y al eje hipotalámico-hipofisario-adrenal de respuesta fisiológica al estrés
Hipocampo: altos niveles de estrés temprano están en la base de la reducción del volumen del hipocampo
(menor sustancia gris) encontrada en niños con historial de abusos infantiles.
Amígdala: La principal alteración en esta región es una hiperreactividad amigdalina y la alteración de sus
proyecciones, el estrés correlaciona con un incremento de los niveles de dopamina y una disminución de la
serotonina en el complejo de la amígdala extendida (núcleo central de la amígdala y núcleo accumbens),
ocasionando hiperactivación del lóbulo temporal, denominada “irritabilidad límbica”

Cerebelo: Pacientes con lesiones en el vermis y el lóbulo posterior del cerebelo muestran afectaciones
cognitivo-conductuales consistentes en alteraciones generales de las capacidades ejecutivas, en la fluidez
verbal, el razonamiento abstracto y en la organización visoespacial, así como dificultades en la expresión y el
desarrollo afectivo, así como la disminución de la capacidad de seguimiento de señales gestuales, posturales y
verbales, imprescindibles para la comunicación e interacción social.
Cuerpo calloso: La región del cuerpo calloso comprende una agrupación de fibras mielinizadas cuya principal
función es la conexión homotópica interhemisférica para la transferencia de información sensorial, motora y
cognitiva entre zonas correspondientes de un hemisferio y otro.
El proceso de mielinización posnatal es determinante para el desarrollo de la funcionalidad del cuerpo calloso,
lo que lo convierte en una estructura especialmente vulnerable a los efectos del maltrato infantil.
Existe un efecto diferencial en las lesiones del cuerpo calloso según la interacción entre el sexo de la víctima y
el tipo de maltrato. A este respecto, el cuerpo calloso de los varones parece ser más vulnerable a los efectos
del maltrato por abandono y del emocional o psicológico, mientras que en las mujeres parecen ser más
devastadores los efectos del abuso sexual y del maltrato físico.

Corteza prefrontal: Los principales déficits encontrados en niños maltratados consisten en una serie de
limitaciones de tipo cognitivo-conductual, las cuales evidencian retraso madurativo cortical, esto es, un nivel
inferior de sus capacidades madurativas comparado con su estadio del desarrollo esperable por su edad
cronológica. De esta manera, el estrés temprano potencia la maduración precoz del CPF antes de desarrollar
éste las capacidades que permiten el avance madurativo e intelectual.
Eje hipotalámico-hipofisario-adrenal: Ante situaciones estresantes el hipotálamo reacciona segregando el
factor de liberación de corticotropina, el cual llega a la glándula hipofisaria, estimulando la secreción de la
neurohormona corticotropa. Ésta llega a las glándulas suprarrenales, donde finalmente ocurre la liberación de
glucocorticoides (GC). Esta mayor sensibilidad al estrés aumenta la probabilidad de desarrollar patologías
relacionadas con los trastornos de ánimo, ansiedad o depresión, así como mayor percepción de estrés en
estímulos poco estresantes e incluso neutros.

Perfil neuropsicológico de víctimas de maltrato infantil


Las consecuencias cerebrales expuestas anteriormente suponen la base neurobiológica sobre la que se
fundamenta el perfil neuropsicológico de las víctimas de malos tratos. Este perfil se caracteriza por
alteraciones en las áreas de memoria y atención, lenguaje, capacidad viso-espacial, regulación emocional,
dificultades en la cognición social, el desarrollo intelectual y en las funciones ejecutivas
Regulación emocional
La vía principal por la que un niño aprende a regular su comportamiento y sus emociones es a través del
aprendizaje vicario de los modelos a los que está expuesto y de las contingencias que siguen a sus
comportamientos. En las situaciones de violencia infantil el cuidador frecuentemente responde de manera
agresiva y hostil, o con rechazo e ignorancia, a la expresión emocional del niño. En consecuencia, el niño
acabará desarrollando un estilo cognitivo de afrontamiento desadaptativo del estrés, caracterizado por
hiperresponsividad emocional en contextos donde el daño potencial real es mínimo, con tendencia al
mantenimiento de estados anímicos disfóricos, respuestas pasivas y rumiación de las causas y consecuencias
de los eventos negativos
Cognición social
El correcto comportamiento social está vinculado con la cognición relativa a la inteligencia emocional y la
capacidad de regulación emocional.
Se relaciona con el funcionamiento de un determinado circuito cerebral, el constituido por el complejo de la
amígdala extendida, la ínsula, el fascículo uncinado, el hipocampo y la región ventromedial de la corteza
prefrontal, configurando el cerebro social. En los casos de niños con historial de maltrato, las capacidades
perceptivas emocionales y empáticas se muestran alteradas
El afrontamiento de las adversidades en niños maltratados se basa en disfunciones ejecutivas, tales como la
menor capacidad de inhibición y de control emocional o la capacidad de cambio y desplazamiento del foco
atención
Planificación de la conducta y toma de decisiones
El comportamiento reactivo se debe a la toma de decisiones impulsivas, escasa planificación previa a la acción
y escaso control de la propia respuesta comportamental e incluso a errores en la meta cognición, al no poder
ejercer el control cognitivo sobre otros procesos cognitivos.

El maltrato infantil modifica la arquitectura de la red cortical y puede


aumentar el riesgo de consumo de drogas.
Idea principal
El Dr. Martin Teicher y sus colegas de McLean Hospital, Harvard Medical School y Northeastern University
obtuvieron imágenes por resonancia magnética (MRI) de 265 adultos de entre 18 y 25 años. Basándose en las
respuestas de los jóvenes a una serie de instrumentos de sondeo, entre ellos la entrevista de antecedentes
traumáticos TAI (Traumatic Antecedents Interview) y el cuestionario de trauma en la infancia CTQ (Childhood
Trauma Questionnaire), los investigadores determinaron que 123 de ellos habían sufrido negligencia o abuso
físico, emocional o sexual durante la infancia.
Adultos jóvenes que habían sido maltratados en la niñez presentaban diferencias en nueve regiones corticales
en comparación con quienes no habían sufrido maltrato. Las diferencias podrían comprometer las aptitudes
socio-perceptuales básicas del grupo con antecedentes de maltrato, su capacidad de mantener un equilibrio
saludable entre la introversión y la extroversión y la habilidad de autorregular sus emociones y conductas.
Conceptos clave
El grado de centralidad: es el número de conexiones directas que un nodo tiene con otros nodos. La
intermediación refleja el número de veces que un nodo actúa como puente a lo largo del camino más corto
entre otros dos nodos. Las regiones con mayor centralidad ejercen más influencia en la comunicación dentro
de la red que las regiones con menor centralidad;
Los “clubes de ricos”: son núcleos neurales que conectan entre sí regiones corticales sumamente centralizadas
(es decir, bien conectadas). Los clubes de ricos actúan como la columna vertebral de comunicación de la red.
Se dice que el fenómeno del club rico está presente cuando los centros de una red tienden a estar más
densamente conectados entre sí que con los nodos de menor grado.

Ideas secundarias
Los investigadores evaluaron la centralidad y determinaron la membresía en clubes de ricos midiendo el
espesor de 112 areas corticales con imágenes de resonancia magnética. Luego calcularon el grado en que las
medidas del espesor entre las distintas regiones se correlacionaban entre las personas que habían sufrido
maltrato y las del grupo de control. Las regiones que tienen una sólida correlación con su espesor están
conectadas directamente por medios de conductos de fibras o están asociadas funcionalmente.
Las conclusiones del estudio sugieren que el maltrato infantil es un factor estresante grave que altera las
trayectorias del desarrollo cerebral. Las regiones que participan en el monitoreo de la percepción o conciencia
interna de las emociones se convierten en núcleos de actividad sumamente conectados y por lo tanto pueden
ejercer mayor influencia en el comportamiento de una persona. Al mismo tiempo, las regiones que controlan
los impulsos pierden conexiones y quedan relegadas a una labor menos central dentro de la red. Estos
cambios pueden sentar las bases para que haya un mayor riesgo de consumo de drogas y otros trastornos de
salud mental a lo largo de la vida.

Descripción de la imagen: Componentes de la red de conectividad estructural cortical en controles sanos no expuestos y
adultos jóvenes con antecedentes de maltrato. Los paneles muestran las conexiones nodales primarias (en púrpura) con
el cíngulo anterior izquierdo, la ínsula anterior derecha o el precúneo derecho (verde) junto con sus conexiones nodales
de segundo grado (en azul).

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