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Manual de Derecho
Constitucional
José Alberto Estela Huamán
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
DEDICATORIA
El AUTOR
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
INTRODUCCIÓN
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Esperamos que el presente libro sirva de fuente de información para los estu-
diantes, abogados, magistrados y diversos profesionales relacionados con el que-
hacer jurídico asimismo brinde aportes al conocimiento y contribuya para motivar
a la investigación del Derecho Constitucional.
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
CAPÍTULO I
EL DERECHO Y LA SOCIEDAD
1. DERECHO
1.1. DEFINICIÓN DE DERECHO
El Derecho es un sistema estructurado que contiene principios y normas jurídicas que lo di-
ferencian de otros sistemas normativos y que, en su interior, se organiza partiendo de la unidad
más elemental –que es la norma jurídica-, subiendo a una mayor integración en grupos norma-
tivo, los que a su vez pueden ser insertados en subconjuntos denominados usualmente ramas
del Derecho, las cuales responden aún, a pesar de la evolución reciente, a la clásica diferencia
entre dos grandes conjuntos que conforman el derecho público y el derecho privado. Estos,
a su vez, tienen algo en común, que son los principios y las normas jurídicas del máximo nivel1.
Considerar el Derecho en su concepto general no hace ya necesario, en nuestra opinión,
hurgar en las diversas corrientes iusfilosóficas que concluyen en diferentes ensayos para deter-
minar su conceptuación, pues creemos que ninguna de las conceptuaciones del Derecho nos da
una noción definitoria desde el valor relativo de tales ensayos. La conceptuación del Derecho,
por lo demás, no puede fundarse en una abstracción porque es un producto social y, además,
un fenómeno cultural, en tanto constituye una manifestación de orden material como ideal e
intelectual, pues conjuga la conducta humana con la normatividad que la regula y los valores
que la orientan2.
Sin embargo, no se puede desconocer los diversos aportes de la doctrina jurídica a lo largo
de la historia, es así que para Santo Tomás, el Derecho es la ordenación de la razón encaminada
al bien común.
1 RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Décima edición. Lima: Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú. Pág. 231.
2 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Lima: IDEMSA. Pág. 18.
3 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Cuarta edición, Lima: IDEMSA.
Pág. 95.
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Abelardo Torré precisa que el derecho es “el sistema de normas coercibles que rigen la convi-
vencia social”. 4Conforme a Julien Bonnecase, “el derecho es el conjunto de reglas de conducta
exterior que, consagradas o no expresamente por la ley en el sentido genérico del término,
aseguran efectivamente en un medio y época dados, la realización de la armonía social, funda-
do, por una parte, en las aspiraciones colectivas o individuales, y por otra, en una concepción
aunque sea poco precisa, de la noción de derecho”5.
De acuerdo con Kant, “el derecho es el conjunto de condiciones mediante las cuales el libre
arbitrio del uno puede acordarse con el del otro siguiente una ley general de libertad”.
Así mismo para Santo Tomás, el Derecho: “es la ordenación de la razón encaminada al bien
común”6.
Giogio de Vecchio define el derecho como la “coordinación objetiva de las acciones posibles
entre varios sujetos, según un principio ético que las determina excluyendo todo impedimento”7.
Por su parte Marx considera, que el Derecho es un instrumento de dominación de una clase
sobre la otra.
Desde un punto óntico-valorativo, la definición del Derecho debe hacer referencia al valor
justicia. Esta constituye el valor principal para alcanzar por el derecho. La justicia es la que deter-
mina los límites de este. La justicia del Derecho, la necesidad de que respete ciertos principios
éticos o morales, constituyen el requisito para la existencia de aquel8.
Sea cual fuera la concepción tomada en la doctrina jurídica, y AFTALION,9precisa que el De-
recho es una forma de control social compuesta básicamente por normas coercibles porque el
Derecho también puede tener – y habitualmente tiene- elementos que no presentan el carácter
de coercibles, como son las expresiones normativas que definen términos jurídicos, que deter-
minan reglas de formación de las normas coercibles, etcétera.
4 MONROY CABRA, Marco Gerardo. (1986). Introducción al Derecho. Sétima edición, Bogotá: Temis. Pág. 16.
5 MONROY CABRA, Marco Gerardo. Introducción al Derecho. Ob. Cit. Pág. 17.
6 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ob. Cit. Pág. 94.
7 GIORGIO DEL VECCHIO. (1953). Filosofía del Derecho. 6ta edición, Barcelona: Bosch. Pág. 20.
8 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. 2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 94.
9 AFTALION, Enrique y VILANOVA, José. (1988). Introducción al Derecho. Buenos Aires: Abeledo-Perrot. Pág. 11.
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El Derecho, es pues, una tentativa de disciplina dentro del proceso de la vida social. Sus
mandatos establecen un ordenamiento público en el que es posible conocer lo que va a hacerse
y por quién en el campo de la conducta social.10
2. SOCIEDAD
2.1. DEFINICIÓN DE LA SOCIEDAD
La sociedad humana no es una coexistencia física, sino una delicada y fluctuante y comple-
jísima estructura de relaciones materiales y espirituales, sustentadas en la conciencia de multi-
plicidad de los objetivos de interés común12.
Sin pluralidad, sin unión, sin estabilidad, sin convivencia de seres inteligentes y libres, no
puede darse la sociedad, pero con sólo una pluralidad de seres inteligentes y libre, que juntos
conviven y cooperan establemente en vistas de un bien común13.
Una verdadera disciplina científica sobre el ser de la sociedad, debe alcanzar los condicio-
nantes y las causas de los hechos sociales14.
Si entendemos por sociedad la unión moral de muchos en busca del bien común, de esta
definición se desprenden los cuatro elementos causales postulados por la filosofía aristotéli-
co-tomista.
Desde el punto de vista sociológico se puede considerar que la sociedad humana es 1° la
simple suma de individuos, vale decir, la yuxtaposición de unidades humanas sobre un lugar
determinado, reunidas allí por acción de leyes físicas fundamentales, o 2° un ente colectivo con
vida propia, distinto de las partes que lo integran, cada una de las cuales cumpliendo funciones
diferentes, concurre a mantener la vida del todo, que se gobierna por leyes especiales15.
10 BORJA, Rodrigo. Derecho Político y Constitucional. México: Fondo de Cultura Económica (FCE). Pág. 288.
11 GONZALES OJEDA, Magdiel. (2013). Derecho Constitucional General. Perú: Universidad Ricardo Palma Fondo Editorial. Pág.
83.
12 PACHECO G, Máximo. (1988). Teoría del Derecho. Santiago: Editorial Jurídica. Pág. 25.
13 FERNÁNDEZ DEL VALLE, Agustín Besave. (2002). Teoría del Estado. México: TRILLAS. Pág. 57.
14 Ibídem. Pág. 58.
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La sociedad debe ser entendida como un conjunto de relaciones sociales en las que cada
acción social se encuentra inspirada en la unión o enlace de intereses consolidados por su racio-
nalidad y albe¬drío. Implica toda forma de convivencia entre los hombres. Aquellos intereses co-
existenciales se expresan a través de fines y valores, ya sean de carácter material o inmaterial.19
15 BORJA, Rodrigo. (1991). Derecho Político y Constitucional. Ob. Cit. Pág. 11.
16 Ídem.
17 Ídem.
18 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Cuarta edición. Lima: ADRUS. Pág. 35.
19 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pp. 35-36.
20 Ibídem. Pág. 35.
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tidades entre la sociedad y los organismos biológicos y cuyas implicancias políticas conducen
irremediablemente al totalitarismo21.
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3. EL DERECHO Y LA SOCIEDAD
Siendo una condición innata del ser humano el vivir en sociedad, solo en ella es posible que
se desarrolle material y espiritualmente; es también condición esencial que, para posibilitar y ga-
rantizar la convivencia social pacifica, existan normas o reglas que pueden ser impuestas, si es
necesario coercitivamente, a cada uno de los miembros integrantes de la sociedad (derecho)29.
Como no puede haber Derecho sin sociedad, ni sociedad sin Derecho, y existiendo entre De-
recho y sociedad una radical interdependencia, es necesario hacer algunas precisiones sobre el
concepto y evolución de la sociedad a fin de establecer qué tipo de sociedad es la que interesa
en relación con el Derecho30.
La palabra sociedad, del latín societas, tiene su equivalencia en la palabra griega koinomia,
que significa comunidad (en latín communitas). Los griegos no siguieron entre comunidad y
sociedad; la palabra koinonia, traducida por comunidad, comprende también el concepto de so-
ciedad. Aristóteles, dice que el Derecho tiene su sede en la comunidad de vida o koinonia. Hubo
dos formas originarias de comunidad: el oikos (comunidad doméstica y económica) y la polis
(comunidad ciudadana y política). El Derecho es inseparable de ambas, por tener un carácter
constitutivo en ellas. La Koinonia politiké es la comunidad de ciudadanos que habitan en la
civitas o polis (se identifica la societas civilis con la koinonia politiké). ARISTOTELES, distingue
entre la koinonia politiké y otras comunidades menores: “Todas las sociedades parecen ser
fracciones de la sociedad civil; los hombres, en efecto, se reúnen para satisfacer algún interés y
para procurarse lo que es esencial a la vida. La comunidad política se funda, al parecer desde
el comienzo, en esta necesidad utilitaria y subsiste gracias a ella; esta es, por otra parte, la meta
que se proponen los legisladores, que identifican lo justo con lo que es útil a la comunidad”. La
koinonia politiké procura el bien común, a diferencia de otras sociedades menores que propen-
den al bien particular31.
La societas romana se configura como una asociación de varias personas (socii) con un
interés común. Es el contrato por el cual varias personas se obligan a aportar bienes para la
27 Ídem.
28 Ídem.
29 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 23.
30 Ídem.
31 Ibídem. Pág. 24.
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realización de una actividad común a fin de repartirse las utilidades. Existió la societas omnium
bonorum (sociedad de todos los bienes por muerte del causante) y la societas alucuius negotia-
tionis (la sociedad constituida por acuerdo de voluntades)32.
En el siglo XVIII se separa entre sociedad civil o burguesa (se llamó burgueses a los habitan-
tes de la ciudad como única clase social que existió) y sociedad política o Estado. La sociedad
civil o burguesa es el conjunto de ciudadanos que habitan en el territorio de un Estado, cuyos in-
tereses pueden coincidir o ser opuestos a los intereses de este. Esto concepto de sociedad civil,
merced a los teóricos de la Ilustración, se consagro con la Revolución Francesa y la Declaración
Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. En el siglo XIX se consumó e
impuso la distinción entre la sociedad civil y sociedad política o Estado35.
Ahora con respecto a la sociedad moderna y como bien menciona el maestro Alzamora, se
constituye cuando surge ese estado de conciencia colectiva en el cual las representaciones de
todos sus integrantes se unifican y se dirigen al mismo fin. Ese fin es el bien común, esto es,
que interesa, a la vez a la colectividad y a cada uno. La sociedad no es un mero agregado de
individuos, sino una comunidad de individuos interrelacionados, con conciencia social o modo
común de pensar y opinar para regular y ordenar sus propios intereses, con tradición cultural,
pertinencia a un territorio, interdependencia de sus miembros, etc36.
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Existen varios tipos de sociedad: sociedad formada por un vínculo natural con cierta inde-
pendencia de la voluntad de sus miembros (familia, pueblo, nación, etc.), la sociedad que tiene
su origen en la voluntad de sus miembros (una sociedad comercial, una asociación profesional);
la sociedad humana ideal que comprende a todo el género humano de todos los periodos de la
Historia; la sociedad humana real que comprende a todos los seres humanos de cierta época
histórica (la sociedad primitiva, la feudal, la moderna, la industrial, la capitalista, la socialista, la
liberal, etc.); la sociedad civil como entidad subyacente o base legitimadora del Estado, pero
diferente de éste (la sociedad peruana, la inglesa, etc.); la sociedad fundamentada en una rela-
ción natural de parentesco (familia, etc.) o de espacio vital (pueblo, comarca, región, etc.); y la
sociedad como sistema37.
Es tarea específica del Derecho la de organizar la sociedad del modo más racional y justo
posible, eliminando hasta donde se pueda los motivos de fricción entre los ciudadanos38.
4. LA SOCIEDAD Y LA CONSTITUCIÓN
37 Ídem.
38 BORJA, Rodrigo. (1991). Derecho Político y Constitucional. México: Fondo de Cultura Económica (FCE). Pág. 288.
39 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. (5ta.ed.), Madrid: Marcial Pons. Pág. 214.
40 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pág. 216.
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Este es el principio de constitución económica que se impone con la Revolución y que ha sido
el fundamento sobre el que se ha elevado todo el constitucionalismo occidental desde entonces48.
El término Constitución Económica nace, pues, para defender 1789 frente a 1917, para de-
fender la propiedad privada frente a la posible socialización de la misma49.
En sus orígenes el concepto de Constitución Económica es un concepto de lucha, de com-
bate. No se trata de un término neutral, sino de un término en el que se expresa la defensa
del «modelo» de sociedad que está en el origen del Estado Constitucional frente a su posible
«desnaturalización revolucionaria en sentido socialista», de la que la experiencia rusa era una
buena muestra50.
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c) El pluralismo social
Los grupos sociales constitucionalmente reconocidos en los términos que acabamos de ver
constituyen la base material sobre la que se eleva el «pluralismo social». Si no hubiera grupos
50 Ídem.
51 Ídem.
52 Ibídem. Pág. 231.
53 Ídem.
54 Ibídem. Pág. 232.
55 Ídem.
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5. CONSIDERACIONES FINALES
El derecho es un sistema estructural integrado por principios y normas que provienen de un
poder jurídicamente institucionalizado y regula el comportamiento de las personas.
Finalmente, la sociedad debe tener y cultivar los valores como: la justicia, el orden y seguridad.
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6. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
1. AFTALION, Enrique y VILANOVA, José. (1988). Introducción al Derecho. Buenos Aires: Abe-
ledo-Perrot.
2. BORJA, Rodrigo. (1991). Derecho Político y Constitucional. México: Fondo de Cultura Eco-
nómica (FCE).
3. FERNÁNDEZ DEL VALLE, Agustín Besave. (2002). Teoría del Estado. México: TRILLAS.
4. GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Cuarta edición.
Lima: ADRUS.
5. GIORGIO DEL VECCHIO. (1953). Filosofía del Derecho. 6ta edición, Barcelona: Bosch.
6. GONZALES OJEDA, Magdiel. (2013). Derecho Constitucional General. Perú: Universidad
Ricardo Palma Fondo Editorial.
7. HOBBES, Thomas. (1994). Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiásti-
ca y civil. Sexta edición. Traducción de Manuel Sánchez Sarto. México: Fondo Editorial de
Cultura Económica.
8. MONROY CABRA, Marco Gerardo. (1986). Introducción al Derecho. Sétima edición, Bogotá:
Temis.
9. PACHECO G, Máximo. (1988). Teoría del Derecho. Santiago: Editorial Jurídica.
10. PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. (5ta.ed.), Madrid: Marcial
Pons.
11. RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Décima edi-
ción. Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
12. TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho.
Cuarta edición, Lima: IDEMSA.
13. VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Lima:
IDEMSA.
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CAPÍTULO II
EL ESTADO
1. EL ESTADO
1.1. CONCEPTO DE ESTADO
Etimológicamente la palabra Estado (status) significa situación. Ante una vaguedad como
ésta, nadie podría quedar satisfecho. La expresión republicana status republicae ya es, por su
segunda palabra más significativa; sobre todo desde que la introdujo Maquiavelo60.
El Estado no es otra cosa que la confesión de que esta sociedad se ha enredado consigo-
misma en una contradicción insoluble, se ha dividido en contradicción irreconciliables, que ella
es impotente para conciliar. Y para que estos antagonismos, estas clases con intereses econó-
micos en pugna no se devoren a sí mismas y no devoren a la sociedad en una lucha estéril, para
eso se hizo necesario un poder situado aparentemente por encima de la sociedad y llamado a
amortiguar el conflicto, a mantenerlo dentro de los límites del orden y este poder que broto
de la sociedad pero que se coloca por encima de ella y que se divorcia cada vez mas de ella,
es el Estado”.61
En realidad el Estado es una forma de poder y el poder no es una fuerza extraña al Derecho.
Cuando una comunidad social ha tomado conciencia del fin que cimienta la solidaridad de sus
miembros, cuando se ha hecho suficientemente coherente para que la representación de un
modo de vida deseable para todos se sobreponga a las aspiraciones individuales, entonces
adopta un tipo de organización social capaz de satisfacer sus exigencias. Este tipo de organiza-
ción social se expresa en una idea esencialmente contingente, ya que varía según los pueblos
que la adoptan; es la idea de Derecho, es decir, de una cierta configuración de relaciones socia-
les de la que proceden unas reglas de vida en común62.
60 FERNÁNDEZ DEL VALLE, Agustín Besave. (2002). Teoría del Estado. México: TRILLAS. Pág. 102.
61 ECHEVARRI, Álvaro. (1990). Teoría Constitucional y ciencia política. Cuarta edición, Bogotá: TEMIS. Pág. 69.
62 BURDEAU, Georges. (1977). Derecho Constitucional e Instituciones políticas. Madrid: Editora Nacional Torregalindo. Pág. 54.
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La doctrina tradicional sostiene que para que exista el Estado tiene que coincidir, al mismo
tiempo e interrelacionados, tres elementos básicos: el territorio, la población (o pueblo) y el po-
der. No hay Estado si falta alguno de ellos, y ninguno de los tres, por su cuenta y sin contar con
los otros dos, puede, por sí solo, constituir el Estado. El territorio es el soporte material o físico,
la población el componente personal, finalmente el poder ejerce la autoridad dentro de las fron-
teras que delimitan su competencia64.
1.2.1. EL TERRITORIO
Es, por decirlo así, el “elemento físico” del Estado, su soporte material. En cuanto tal es una
porción de superficie de tierra (el suelo) y la zona de espacio aéreo que a ésta le corresponde
según las leyes del Derecho internacional. Pero incluye también el subsuelo, las aguas interio-
res, los ríos y los mares, además de los buques de guerra, aeronaves y sedes diplomáticas en
el extranjero. Sin embargo, en una acepción más amplia, el territorio es un conjunto de datos fí-
sicos (suelo, situación geográfica, clima, estructura geológica…) que condicionan en un sentido
complejo la demarcación sobre la que se sustenta el sistema jurídico de poder65.
La doctrina clásica ha caracterizado al territorio señalando tres notas que los defines: unidad,
indivisibilidad e impenetrabilidad. Por la primera se entiende que el territorio es uno desde el
punto de vista político, aunque no necesariamente tenga que darse siempre la continuidad física
o material (como ocurre con países que incluyen dentro de sus límites islas o grupos de islas,
o que su jurisdicción abarca zonas de tierra a las que se accede teniendo que rebasar las fron-
63 FERRER MAC-GREGOR, Eduardo; MARTINEZ RAMIREZ, Fabiola y FIGUEROA MEJÍA, Giovanni. (Coordinadores). (2014).
Diccionario de Derecho Procesal Constitucional y Convencional. México: UNAM.
64 CAVERO LATAILLADE, Iñigo y ZAMORA RODRÍGUEZ, Tomás. (1995). Introducción al Derecho Constitucional. Madrid: Edito-
rial Universitas. Pág. 92.
65 CAVERO LATAILLADE, Iñigo y ZAMORA RODRÍGUEZ, Tomás. (1995). Introducción al Derecho Constitucional. Ob. cit. Pág. 93.
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teras de otros Estado o incluso continentes); la indivisibilidad significa que el territorio nacional
no es susceptible de partición ni cabe la cesión del mismo, ni de ninguna de las partes que lo
integran (esta misma nota se conoce también como la inalienabilidad del territorio y se explica
históricamente como una reacción a la concepción patrimonialista en la que el territorio se
concebía como patrimonio o propiedad del Príncipe); finalmente, la impenetrabilidad tiene que
ver con la soberanía: sólo el Estado tiene potestad o jurisdicción sobre su territorio, excluyén-
dose cualquiera injerencia de otros países sobre el mismo. Ningún gobierno extraño, dice, por
ejemplo, Duguit, “puede oponerse al libre ejercicio de la actividad gobernante en este territorio,
y si lo hiciere, violaría las reglas del Derecho internacional, o lo que se llama el principio de no
intervención” (hay autores que al referirse a esta característica prefieren hablar del principio de
exclusividad)66.
El doctor Ruiz de Castillo, catedrático de la Universidad Central de Madrid, distingue como
partes del territorio la tierra firme, los ríos, el mar territorial, el espacio aéreo, los barcos nacio-
nales y recintos diplomáticos67.
1.2.2. LA POBLACIÓN
Si el territorio, como hemos vistos, es el soporte material del Estado, la población, el pueblo
constituye su base humana. Frecuentemente cuando se utiliza la expresión “población de un
Estado” se quiere aludir con ello al conjunto de individuos que se encuentran sometidos a su
jurisdicción. En cuanto tal se trata de una noción adecuada para cuantificar, medir y clasificar
ese componente humano. Población significa, en este contexto, más un dato matemático o
demográfico que un conjunto de personas que comparten circunstancias históricas o creencias
comunes68.
1.2.3. EL PODER
El poder es una facultad, una energía que consiste encontrar una correlación de obediencia
en los ciudadanos. No hay fenómeno de poder si éste no se corresponde con el cumplimiento
por parte de quien obedece. Las razones para obedecer pueden ser distintas (el temor, la per-
suasión, el convencimiento íntimo, de que acatando lo dispuesto por la autoridad se actúa con-
forme a la justicia) pero lo que interesa es que, en efecto, haya obediencia. Es, pues, una cuali-
dad esencial del poder el ejercer influencia y condicionar la conducta de los hombres. Cuando el
poder consigue trasladar a los ciudadanos la creencia de que su autoridad es justa y necesaria,
ese poder ha alcanzado la legitimidad, como señala González Casanova69.
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Los gobernantes devienen en aquella parte poco numerosa de la sociedad política, que con-
duce a ésta a la consecución de sus fines existenciales70.
Para que el pueblo se constituya en Estado hace falta que exista un poder independiente,
una instancia de autoridad última y suprema que cuente con legitimidad suficiente y por lo tanto
con la capacidad exigida para suscitar y encontrar obediencia entre los ciudadanos73.
Álvaro ECHEVARRI 74 menciona tres etapas en la evolución del poder político: a) El poder
difuso, el cual corresponde a las comunidades primitivas conformado por pequeños grupos de
hombres, esta etapa del desarrollo social, que se prolongó por espacio de varios de miles de
años, los grupos humanos debieron poseer cierto tipo de normas, usos y costumbres no muy
diferentes de las que en la actualidad poseen algunas comunidades “primitivas”…; b) El poder
individualizado, consiste en aquella capacidad de dirección de la comunidad que se encuen-
tra radicada en un individuo. Presenta dos momentos claramente diferenciables, vinculados al
fenómeno del surgimiento de las clases sociales: 1. el poder en la comunidad, es el momento
del jefe; 2. el poder sobre la comunidad, el momento de los templos dioses y sacerdotes; c) El
poder institucionalizado; el poder político tiende a despersonalizarse y a complicarse institucio-
nalmente. El poder se ejerce fundamentalmente por medio de órganos e instituciones, y cada
vez menos por personas concretas. Las características del poder político institucionalizado son:
1. existencia de diversos órganos que desarrollan distintas tareas de ejercicio del poder político
(división del trabajo político); 2. un grupo más o menos numeroso de individuos (funcionarios)
que ponen en movimiento esos organismos mediante la realización de las tareas que le corres-
ponden; 3. existencia de ciertas normas (jurídicas) que definen los órganos del poder y sus
funciones (racionalización de las tareas políticas); 4. clara y precisa distinción entre el órgano
70 GARCÍA TOMA, Víctor. (1999). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Lima: Colección Textos Universitarios. Pág. 71.
71 GARCÍA TOMA, Víctor. (1999). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pág. 71.
72 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Lima: Gaceta Jurídica,
Lima. Pág. 360.
73 CAVERO LATAILLADE, Iñigo y ZAMORA RODRÍGUEZ, Tomás. (1995). Introducción al Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 101.
74 ECHEVARRI, Álvaro. (1990). Teoría Constitucional y ciencia política. Ob. Cit. Pp. 52 y ss.
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
del poder y quien ejerce el poder a través del órgano; 5. jerarquización de los órganos y de
las funciones, dentro de la institucionalización del poder aparece como primordial el principio
jerárquico, es decir, el escalonamiento de los órganos de acuerdo con su importancia y atri-
buciones, de inferiores a superiores dentro de la pirámide del poder, lo cual permite imprimir
una coherencia a las distintas tareas políticas y en consecuencia exigir responsabilidades, a
pesar de la extensión y complejidad del aparato político y del diverso origen de clase de los
funcionarios.
3. Es público: ejercido en nombre de la comunidad a la que ese gobierno representa y por quien
está legitimado para ello.
4. Es un poder determinado territorialmente: ya hemos indicado que los tres elementos que
componen el Estado se encuentran interrelacionados. En este caso el territorio sirve como
ámbito espacial de jurisdicción.
5. Es un poder jurídico: ya que se ejerce a través del derecho. El conjunto de reglas que regulan
la vida de la sociedad forman un sistema integrado de normas jurídicas interdependientes76.
Todo poder es un principio de movimiento, una dirección y coordinación activa que proyecta
su impulso hacia la realización del fin. En una precisa y brillante definición, Hauriou ha dicho que
“el poder es una libre energía que, gracias a su superioridad, asume la empresa de gobierno de
un grupo humano por la creación continua del orden y del derecho” 77.
75 CAVERO LATAILLADE, Iñigo y ZAMORA RODRÍGUEZ, Tomás. (1995). Introducción al Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 101.
76 Ídem.
77 FERNÁNDEZ DEL VALLE, Agustín Besave. (2002). Teoría del Estado. Ibídem. Pág. 113.
78 FERRERO REBAGLIATI, Raúl. (1975). Ciencia política, teoría del Estado y derecho constitucional. Lima: Editorial Studium. Pp.
147 – 148.
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Raúl Ferrero Rebagliati distingue tres funciones que cumple el Estado, orientadas al cumpli-
miento de sus fines. Tales son: tutela, suplencia y promoción79:
La tutela está representada por la acción que ejerce el Estado con el objeto de proteger los
derechos de los ciudadanos, garantizando su seguridad tanto en el aspecto interno como en el
aspecto exterior. Como se ha dicho, sin seguridad el hombre no ejerce actividad alguna y, por
ende, no desarrolla sus potencialidades humanas para la realización de su ser.
La función de la suplencia es aquella por la que el Estado reemplaza la falta de actividad pri-
vada, sea que esta inacción de los particulares obedezca a carencia de atractivos económicos o
a incapacidad material para desarrollarse en determinado ámbito de actividad. El Estado enton-
ces actúa para satisfacer las necesidades de la población, que no pueden quedar insatisfechas
por la impotencia de la actividad privada.
79 FERRERO REBAGLIATI, Raúl. (1975). Ciencia política, teoría del Estado y derecho constitucional. Ob. cit. Pág. 153.
80 THURY CORNEJO, Valentín. (2002). Cultura Política y Constitución. 1ra edición, Lima: Fondo de Desarrollo Editorial de la
Universidad de Lima. Pág. 238.
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
En efecto, si bien la mayor intervención del Estado en la vida social supone, en primer lugar,
una preeminencia del Ejecutivo que es el que realiza esa intervención, ella genera, al mismo
tiempo, un acrecentamiento de las funciones judiciales81.
El modelo constitucional del Estado Social lo que hace es sustraer porciones de ese ámbito
y ponerlo bajo la disposición de la comunidad y de las decisiones políticas de la mayoría, para
lograr así una satisfacción material de las necesidades de la población a través de la morigera-
ción de las desigualdades creadas por la libre competencia de las fuerzas del mercado. Y ello
se traduce, en la normativa constitucional, en la asunción por parte del Estado de una serie de
principios y valores de carácter social82.
El Estado ya no se abstiene, sino que intenta conformar una sociedad más justa e igualitaria, donde
se satisfagan las necesidades de todos sus miembros. Pasa a promover un nuevo tipo de integración
social, a través de una actividad prestacional con la cual asume la transformación del orden económico
y social existente. Este paso supone un resquebrajamiento de las bases sobre las que se estructuraba el
Estado Liberal, ya que la interrelación de las esferas de la sociedad y del Estado supone una nueva con-
figuración de la noción de los derechos del hombre. A las libertades negativas se suman las positivas y
éstas requieren, una actuación concreta de la estructura estatal para su satisfacción. Ello no quiere decir
que el Estado deje de ser neutral y respete la autonomía individual de sus ciudadanos, ya que respetar
su libertad significará crear las condiciones materiales efectivas para que la misma pueda ser ejercida84.
En este sentido, el concepto de Estado Liberal resulta ser una visión más ideológica, en tanto
que hablar de Estado capitalista supone un enfoque preponderantemente económico, y Estado
Burgués implica una explicación sociológica del Estado85.
81 THURY CORNEJO, Valentín. (2002). Cultura Política y Constitución. Ob. Cit. Pág. 238.
82 Ibídem. Pág. 247.
83 Ídem.
84 Ídem.
85 GONZALES OJEDA, Magdiel. (2013). Derecho Constitucional General. Perú: Universidad Ricardo Palma Fondo Editorial. Pág. 104.
29
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
2. EL ESTADO DE DERECHO
La idea directriz de la teoría del Estado de Derecho radica en el sometimiento pleno del
poder político a la ley y al Derecho y, en consecuencia, el ejercicio del poder público siempre de
acuerdo con lo previsto por un sistema de normas jurídicas legisladas que responden a determi-
nados valores políticos que dan sentido a esa misma sujeción. Es ese sistema de valores que se
trata de actuar mediante el sometimiento del poder a la ley, lo que constituye los presupuestos
del Estado de Derecho87.
3. CONSIDERACIONES FINALES
4. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
86 LUCAS VERDU, Pablo y MURILLO DE LA CUEVA, Pablo Lucas. (2000). Manual de Derecho Político. Tercera edición, Ma-
drid: TECNOS. Pág. 259.
87 MARTÍNEZ SOSPEDRA, Manuel. (2007). Manual De Derecho Constitucional Parte General. Valencia: TIRANT LO BLANCH.
Pág. 118.
30
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
6. FERRERO REBAGLIATI, Raúl. (1975). Ciencia política, teoría del Estado y derecho consti-
tucional. Lima: Editorial Studium.
7. GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho
Constitucional. Lima: Gaceta Jurídica, Lima.
8. GARCÍA TOMA, Víctor. (1999). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Lima: Colección
Textos Universitarios.
9. GONZALES OJEDA, Magdiel. (2013). Derecho Constitucional General. Perú: Universidad
Ricardo Palma Fondo Editorial.
10. LUCAS VERDU, Pablo y MURILLO DE LA CUEVA, Pablo Lucas. (2000). Manual de Derecho
Político. Tercera edición, Madrid: TECNOS.
11. MARTÍNEZ SOSPEDRA, Manuel. (2007). Manual De Derecho Constitucional Parte General.
Valencia: TIRANT LO BLANCH.
12. THURY CORNEJO, Valentín. (2002). Cultura Política y Constitución. 1ra edición, Lima: Fon-
do de Desarrollo Editorial de la Universidad de Lima.
31
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
32
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
CAPÍTULO III
EL DERECHO CONSTITUCIONAL
Cabanellas establece que: El Derecho Constitucional es la rama del Derecho Político, que
comprende las leyes fundamentales del Estado referentes a la forma de gobierno, los derechos
y deberes de los individuos y la organización de los poderes públicos88.
El Derecho Constitucional es parte del Derecho Público que regla el sistema de gobierno, la
formación de los poderes públicos, su estructura y atribuciones, y las declaraciones, derechos y
garantías de los habitantes, como miembros de la sociedad referida al Estado y como miembros
del cuerpo político (a título de ciudadanos)91.
El Derecho Constitucional es el sector del mundo jurídico que se ocupa de la organización
fundamental del Estado92.
88 CABANELLAS DE TORRES, Guillermo. (2008). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo 3. Buenos Aires: Heliasta
S.R.L. Pág. 123.
89 CABANELLAS DE TORRES, Guillermo. (2008). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo 3. Ob. Cit. Pp. 123-124.
90 Ibídem. Pág. 124.
91 BIELSA, Rafael. (1954). Derecho Constitucional. Buenos Aires: Depalma. Pág. 43.
92 SAGUES, Nestor Pedro. (2007). Manual de Derecho Constitucional. Buenos Aires: ASTREA Pág. 19.
33
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
El Derecho Constitucional, entendido normativamente, abraza toda aquella esfera del orde-
namiento jurídico estatal que fija los presupuestos para la misma formación del Estado y deter-
mina sus elementos constitutivos; que, estableciendo las modalidades de composición de sus
órganos fundamentales, específica sus atribuciones y dirige concretamente la actividad también
en sus relaciones recíprocas y regula, finalmente, las relaciones que surgen entre los órganos
del Estado y sus ciudadanos93.
El derecho constitucional es una disciplina jurídica que estudia no sólo a la Constitución, esto
es, al texto o documento codificado que todos conocemos, sino también a cualquier constitución,
sea ésta de orden liberal, autoritaria o socialista; esté o no vigente; también estudia toda aque-
lla legislación o normatividad constitucional cuya materia entra en los predios de este singular
mundo jurídico llamado “derecho constitucional”, sea que fuere una norma de iure o de facto. En
suma, esta disciplina estudia a todo lo que se presenta como fenómeno constitucional que de
una u otra manera entra en su ámbito y que, desde luego, no podría ser materia de estudio por
otra rama o disciplina jurídica. Visto en esta perspectiva, la ciencia del derecho constitucional ha
vadeado la rémora de considerar al derecho Constitucional como el derecho de la Constitución,
concepción que estuvo anclada al viejo liberalismo decimonónico y que hoy apenas se manifies-
ta en lontananza del tiempo96.
El concepto ideal del derecho constitucional, que participa de todas las cuestiones propias
de lo jurídico, es el que en su consecuencia y en su propósito puede establecerse a través de
una serie de condiciones97:
93 BISCARETTI DI RUFFIA, Paolo. (1987). Derecho Constitucional. Madrid: Tecnos. Pág. 43.
94 DUVERGER, Mauricio. (1970). Instituciones políticas y Derecho Constitucional. Barcelona: ARIEL. Pág. 59.
95 BORJA, Rodrigo. Derecho Político y Constitucional. México: Fondo de Cultura Económica (FCE). Pág. 304.
96 ETO CRUZ, Gerardo. Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I. Lima: ADRUS. Pág. 110.
97 CALZADA PADRÓN, Feliciano. (1990). Derecho Constitucional. México: HARLA S. A.
34
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
El derecho constitucional puede definirse, pues, como la rama del dere¬cho público que
estudia la estructura del Estado dentro del marco de la Constitución, la situación del individuo
frente al poder del Estado, la organización y funcionamiento de ese poder en sus aspectos fun-
damentales y las institucio¬nes políticas que constituyen el soporte de la vida estatal99.
El tratadista español Pablo Lucas Verdú por su parte, define el derecho constitucional como
“la rama del derecho público interno que estudia las normas e instituciones relativas a la organi-
zación y ejercicio del poder del Estado y a los derechos y libertades básicos del individuo y de
sus grupos en una estructura social”100.
98 NAJARRO MESA, Vladimiro. (2000). Teoría Constitucional e Instituciones Políticas. Octava edición. Colombia: Temis S.A. Pág.
23.
99 NAJARRO MESA, Vladimiro. (2000). Teoría Constitucional e Instituciones Políticas. Ob. Cit. Pág. 24.
100 VERDÚ, Pablo Lucas. (1976). Curso de derecho político, vol. 1, 2a ed., Madrid, Edit. Tecnos, pág. 355.
101 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. (5ta.ed.), Madrid: Marcial Pons. Pág. 43.
35
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
adecuar su conducta. De ahí que la expresión Derecho del Estado tenga que ser considerada
también desde este punto de vista102.
La Sociedad desemboca en el Estado y el Estado en la Constitución, ahora tenemos que
pasar a ver cómo la Constitución desemboca en la creación estatal de derecho para la sociedad,
cómo desemboca en el «ordenamiento jurídico»103.
El Derecho del Estado es un derecho que procede de un centro unitario por lo que a la
producción de las normas se refiere. Es un derecho que, al ser producido unitariamente, exige
unas relaciones entre las diversas normas que excluya las contradicciones entre ellas, ya que
el principio de no contradicción vale en la lógica jurídica igual que en la lógica en general. Es
un hecho que se construye sobre principios generales y abstractos: igualdad y libertad y sus
derivados jurídicos: persona, propiedad y contrato, de tal suerte que, incluso en los supuestos
en los que no haya una norma directamente aplicable a un caso concreto, es posible deducirla
del conjunto del sistema105.
Ésta es la razón de que la ciencia del derecho sea una dogmática jurídica, en la que, median-
te un procedimiento exclusivamente lógico, se va deduciendo de los principios más generales
y abstractos la forma de manifestación de los fenómenos jurídicos tal como se presentan en la
realidad106.
102 Ídem.
103 Ídem.
104 Ibídem. Pp. 43-44.
105 Ibídem. Pág. 44.
106 Ibídem. Pág. 45.
36
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
1.° Un proceso electoral, que es un proceso público y contradictorio, en el que los litigantes ex-
ponen sus argumentos ante un juez, el Cuerpo Electoral, que dicta una sentencia inapelable
a través del ejercicio del derecho de sufragio. Se trata de un proceso político, protagonizado
por agentes de naturaleza política, debatido con argumentos políticos y resuelto por un juez
político, que dicta una sentencia asimismo política110.
2.° Un proceso parlamentario, que también es público y contradictorio, en el que la mayoría y la
minoría parlamentaria han de ejecutar la sentencia dictada en su día por el Cuerpo Electoral,
traduciendo el mandato político de los electores en mandatos jurídicos, en leyes aprobadas
por el Parlamento. También se trata de un procedimiento político, protagonizado por agentes
políticos y en el que las decisiones de tipo político son lo determinante, aunque tales deci-
siones acaben objetivándose en normas jurídicas. La ley, igual que la Constitución, es el
resultado jurídico de un proceso político111.
Esta es la función del Derecho Constitucional, que podría ser definida como la de un Dere-
cho Procesal Político, como la de un Derecho para regular el proceso político en sus dos fases,
37
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
electoral y parlamentaria. Sería, en consecuencia, «el» Derecho que ofrecería un cauce preor-
denado de expresión al enfrentamiento entre los distintos proyectos de dirección política que
existen en la sociedad112.
La Constitución no puede, en consecuencia, predecidir el resultado del enfrentamiento políti-
co, ni desde el punto de vista del contenido ni siquiera desde el punto de vista del procedimiento
en los términos en que lo hace la Ley de Enjuiciamiento Civil. Pero la Constitución sí puede
poner unos límites a la acción política, a esos dos procesos políticos, a través de los cuales la
sociedad se autodirige113.
Y en esto consiste el Derecho Constitucional: en la fijación de los límites para el enfrenta-
miento electoral y parlamentario. Hay unos mínimos indisponibles para los agentes políticos. En
el enfrentamiento no vale todo. Hay que respetar unas reglas mínimas en el juego político. Tales
reglas mínimas son el Derecho Constitucional114
112 Ídem.
113 Ídem.
114 Ídem.
115 Ibídem. Pp. 55-56.
116 Ibídem. P. 56.
38
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
117 Ídem.
118 Ídem.
119 Ibídem. Pág. 58.
120 Ibídem. Pág. 59.
121 Ibídem. Pág. 60.
39
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Surge la necesidad de conciliar los intereses individuales y los co¬lectivos, de lograr que
coexistan, dentro del seno de la organización social, la libertad y la autoridad. Este es uno de
los problemas fundamentales que se pre¬sentan a la solución del derecho constitucional, y, en
general, a las demás ra¬mas del derecho. Teniendo en cuenta esta cuestión, algunos autores
han definido al derecho constitucional como técnica de la autoridad, en tanto que otros lo han
considerado como técnica de la libertad125.
3.1. EL DERECHO CONSTITUCIONAL COMO “TÉCNICA DE LA LIBERTAD”
Surgió, entonces, la idea de que el derecho constitucional debía ocuparse fun-damental-
mente de la consagración y de la garantía de esos derechos y liber¬tades, y se lo vio así como
“técnica de la libertad”. La idea de la Constitución fue concebida ante todo como la de un “pacto
social” en el cual los asociados acordaran el reconocimiento de sus derechos y se obtuviera por
parte de los gobernantes el respeto a ellos126.
40
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
41
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
De otro lado la realidad constitucional no se agota con las simples vigencias ya aludidas, sino
que esta incluye a otros elementos que aquí tomamos del profesor Domingo García Belaunde.
Ellos son133:
a) Factores del poder. Los que influyen en las decisiones del Estado como son por ejemplo, el
Ejército, la burocracia, la Iglesia.
b) Dinámica política, (grupos de presión, partidos políticos, luchas del poder por la opinión pú-
blica, la influencia de la ideología, etc)
c) Sistema socio-económico. (La presencia de intereses creados, los intereses de clases, la
propiedad de los medios de producción, etc.)
Profundizando más esta problemática Domingo García Belaunde en una forma, por demás
sencilla explica que134:
42
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
136 ETO CRUZ, Gerardo. (2013).Constitución y Procesos Constitucionales. Ibídem. Pág. 113.
137 NAJARRO MESA, Vladimiro. (2000). Teoría Constitucional e Instituciones Políticas. Ibídem. Pág. 53.
138 Ídem.
139 Ibídem. Pág. 54.
43
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
6. EL CONSTITUCIONALISMO
Los fenómenos más inmediatos que revistieron especial trascendencia durante este proceso
fueron los acontecimientos políticos que tuvieron un carácter esencialmente revolucionario, em-
pezando por la Revolución inglesa de la segunda mitad del siglo XVII; la Revolución Francesa,
que estalla en 1789, así como la Guerra de Independencia de Estados Unidos, que permitió la
promulgación, en junio de 1788, de la primera Constitución escrita que ha tenido una vigencia
tan prolongada142.
Si se parte del origen mismo de la palabra, cuya acepción latina ContipatioOnios significa
literalmente “acción de constituir”, deducimos que la Constitución reviste como característica
principal la de colocarse como ley primera o ley suprema, que da lugar a la formación de otras
leyes. Así, determinar la forma de gobierno, al tiempo que fija los derechos y las obligaciones de
quienes viven a su amparo; es decir, los ciudadanos y población en general. A través de ella ven
garantizadas las libertades que demanda el ser humano como ente social. De igual manera, los
órganos del Poder Público son resultado de la acción de la Constitución144.
140 Ídem.
141 CALZADA PADRÓN, Feliciano. (1990). Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pág. 130.
142 Ídem.
143 Ídem.
144 Ídem.
145 SACHICA, Luis Carlos. (1976). Exposición y glosa del constitucionalismo moderno. Bogotá: Temis. Pág. 17.
146 BIDART CAMPOS, Germán. (2000). “El futuro del Constitucionalismo y sus proyecciones hacia el sistema de derechos”. En:
Constitución y Constitucionalismo hoy. Fundación Manuel García Pelayo. Caracas. Pág. 332.
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Con motivo de los excesos de una irracional aplicación de ese individualismo en la vida de la
colectividad y de la aparición en la escena mundial de la llamada “cuestión social”, transformarse
en las primeras décadas del pasado siglo, en la nueva versión que representaba el constitucio-
nalismo social, en el que como bien afirma Mirkine de Guetzevich, se pretende “el control social
de la libertad individual”, ya que sostendrá junto a la libertad, la propiedad y la seguridad del
constitucionalismo liberal, los valores de la justicia y la solidaridad, insuflando toda una dimen-
sión social al derecho, que se proyecta en el nuevo Estado social de derecho en la expresión de
Hermann Heller y que se afianza, definitivamente, después de la segunda postguerra mundial149.
El constitucionalismo liberal que se fue expandiendo en Occidente a lo largo del siglo XIX,
a través de las constituciones de los diferentes países euro¬peos y americanos, y que hacía
énfasis en los derechos individuales y sus ga¬rantías, chocó contra otras concepciones, bien de
147 BIDART CAMPOS, Germán. (2000). “El futuro del Constitucionalismo y sus proyecciones hacia el sistema de derechos”. En:
Constitución y Constitucionalismo hoy. Fundación Manuel García Pelayo. Ob. Cit. Pág. 349.
148 HARO, Ricardo. (2002). Constitución, Poder y Control. México: UNAM. P. 139.
149 HARO, Ricardo. (2002). Constitución, Poder y Control. Ob. Cit. Pág. 140
150 NAJARRO MESA, Vladimiro. (2000). Teoría Constitucional e Instituciones Políticas. Ibídem. Pp. 46-47.
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
7. NEOCONSTITUCIONALISMO
151 HARO, Ricardo. (2002). Constitución, Poder y Control. Ibídem. Pp. 140-141.
152 Ibídem. Pág. 141.
153 SOSA SACIO, Juan Manuel. (2012). “ Neoconstitucionalismo”. Pp. 310-311 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario
de Derecho Constitucional Contemporáneo. Lima: Gaceta Jurídica S.A.
154 CARDUCCI, Michele. (entrevista). El 31 de Marzo de 2010. En la Revista “Punto edu PUCP”. En punto edu.pucp.edu.pe/
entrevistas/europa-no-es-un-lugar-feliz. Cfr. AGUILA GRADOS, Guido. (2011). El neoconstitucionalismo. Una mirada jurispru-
dencial. Lima: San Marcos y EGACAL. Pág. 91.
46
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
8. CROSS CONSTITUCIONALISMO
9. CONSIDERACIONES FINALES
El alejamiento del positivismo a los principios y directrices, constituye, un nueva teoría del
derecho, asimismo, existe la necesidad de fomentar, entre ellos, un equilibrio. El neoconstitu-
cionalismo, tiene como punto de partida, la jurisprudencia constitucional. Finalmente, el cross
constitucionalismo, trata del uso de las decisiones judiciales, teorías y argumentos doctrinarios
internacionales para poder interpretar el contexto de su país, en nuestro caso, debemos tener
en cuenta que somos un país pluricultural y multilingüe.
47
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
CAPÍTULO IV
LA CONSTITUCIÓN Y EL ESTADO DE DERECHO
1. LA CONSTITUCIÓN
La constitución es la norma jurídica fundamental que regula la vida de una sociedad estatal,
inspirada en su sistema de creencias sobre las relaciones que deben existir entre gobernantes
y gobernados y entre estos entre sí. Encuadra las acciones políticas, asegurando la libertad de
los ciudadanos y fijado límites a los gobernantes156.
Toda Constitución expresa una relación social particularizada que abarca al Estado y a la
sociedad, precisando los contenidos, modos, características y tipos conforme a los cuales se
formaliza la interacción Estado-sociedad. 157La Constitución va más allá de las regulaciones
concretas que contiene, y sienta unas líneas directrices que han de ser respetadas por todo el
155 GUASTINI, Ricardo. (2010). Interpretación, Estado y Constitución. Lima: ARA Editores. Pág. 88.
156 ISASI CAYO, Juan Felipe. (1997). Cultura Política y Constitución. 1ra edición, Lima: Fondo de Desarrollo Editorial de la Uni-
versidad de Lima. Pág. 49.
157 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2012). La Constitución de 1993. Sexta edición, Lima: IDEMSA. Pág. 31.
158 LÓPEZ GUERRA, Luis; Espín, Eduardo; GARCÍA MORILLO, Joaquín; PÉREZ TREMPS, Pablo y SATRUSTEGUI, Miguel.
49
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
ordenamiento jurídico, incluso en aquellos aspectos no tratados por las normas constituciona-
les158. La constitución quiere decir orden jurídico fundamental del Estado y de la sociedad, es
decir, incluye a la sociedad constituida, aunque ciertamente no en el sentido de nociones de
identidad, es decir, no solo es el Estado el constituido (la constitución no es solo Constitución
“del Estado”). Este concepto amplio de constitución comprende las estructuras fundamentales
de la sociedad plural, como por ejemplo, la relación de los grupos sociales entre si y de estos
con el ciudadano (¡tolerancia!).159
López Guerra precisa: “La Constitución, norma superior del ordenamiento jurídico, contiene
preceptos que poseen concretos mandatos normativos, susceptibles de aplicación inmediata”.
163
La Constitución tiene un valor de Derecho más fuerte, en el sentido de que esos poderes no
podrán válidamente contravenir sus disposiciones; si así lo hicieran, su actuación será incons-
titucional, y susceptible por tanto, de la correspondiente sanción, que puede llegar a la declara-
ción de nulidad.164
(1994). Derecho Constitucional. 2da edición, Volumen I, Valencia: Tirant lo Blanch. Valencia. Pág. 31.
159 HABERLE, Peter. (2003). El Estado Constitucional. Lima: PUCP Fondo Editorial. Pág. 3.
160 ARAGÓN REYES, Manuel. (2009). Estudios de Derecho Constitucional. Segunda edición, Madrid: Centro de Estudios Políti-
cos y Constitucionales. Pág. 160.
161 DE OTTO, Ignacio. (1999). Derecho Constitucional. Sistema de fuentes. Barcelona: ARIEL. Pág. 17.
162 DE OTTO, Ignacio. Derecho Constitucional. Sistema de fuentes. Ob. Cit. Pág. 16.
163 LÓPEZ GUERRA, Luis; Espín, Eduardo; GARCÍA MORILLO, Joaquín; PÉREZ TREMPS, Pablo y SATRUSTEGUI, Miguel.
Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pág. 47.
50
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
La Constitución, por ende, es la ley fundamental de dicho Estado, piedra de toque del orden
jurídico e instrumento que define el ser político de un país. Los pueblos encuentran en la Cons-
titución el fundamento de su propia existencia y el símbolo que los guía en su porvenir como
nación.165
Como afirma Aragón Reyes, la pluralidad de sentidos de los antecedentes históricos de
Constitución, así como lo precario de sus contribuciones, conducen inevitablemente a una con-
fusión que no se había disipado ni siquiera aun en Montesquieu, para el que la Constitución solo
tiene el significado de ordenación jurídica fundamental, esto es, de lex fundamentalis, cualquiera
que fuese su contenido o finalidad.166
La Constitución como norma suprema presupone, una determinada estructura del ordena-
miento y, en ese concreto sentido, es un concepto histórico: no todo ordenamiento tiene una
Constitución. No hay Constitución cuando creación y aplicación de derecho están aún unidas,
51
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
por ejemplo en los sistemas de derecho judicial. Tampoco hay si la creación de derecho no está
sometida a su vez a normas por ejemplo en el sistema de soberanía del parlamento. En todos
esos casos la teoría jurídica puede identificar una norma básica, una norma que fundamenta el
ordenamiento, pero esa norma básica, que puede incluso no estar específicamente formulada,
no es una Constitución en el sentido que este término tiene para la ciencia jurídica, esto es, no
es una Constitución como norma de derecho positivo.170
170 DE OTTO, Ignacio. Derecho Constitucional. Sistema de fuentes. Ibídem. Pág. 14 y 15.
171 LÓPEZ GUERRA, Luis; ESPÍN, Eduardo; GARCÍA MORILLO, Joaquín; PÉREZ TREMPS, Pablo y SATRUSTEGUI, Miguel.
Derecho Constitucional. Ibídem, Pág. 30.
172 MARTÍNEZ SOSPEDRA, Manuel. (2007). Manual De Derecho Constitucional Parte General. Valencia: TIRANT LO BLANCH.
Pág. 120 y ss.
173 KELSEN, Hans. (1994). “La garantía jurisdiccional de la Constitución. Justicia Constitucional”. Ius et Veritas 9, Lima: PUCP. P. 91.
174 GARCÍA ASENCIOS, Frank. (2012). Amparo versus Arbitraje. Improcedencia del amparo contra laudos arbitrales. Lima:
ADRUS, Pág. 94.
52
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
En síntesis, la Constitución es un simple acuerdo nacional, pero que halla su real concepción
–como norma fundamental- en la protección de los principios fundamentales que la enmarcan
dentro de un real Estado Constitucional, donde el principio de legalidad, basado en el cumpli-
miento de la ley, ha sucumbido frente al principio de constitucionalidad, ya que ahora prima la
Constitución sobre las leyes.174
Comúnmente el término “Constitución” es utilizado para referirse a una fuente del derecho a
un documento normativo que se diferencia de cualquier otra fuente por algunas características
formales. En primer lugar, la Constitución se distingue de otros textos normativos en virtud de su
procedimiento de formación, que es diverso de todas las demás fuentes del derecho. Muchas
Constituciones, por ejemplo, son fruto de la elaboración y aprobación por parte de una asamblea
“constituyente” elegida para ese propósito; otras traen legitimidad de un referéndum popular;
otras sin embargo, son fruto de una decisión unilateral del soberano (Constituciones llamadas
“otorgadas”, es decir, dadas generosamente por el soberano a “su” pueblo); etcétera. 175En se-
gundo lugar, la Constitución se distingue algunas veces de otras fuentes del derecho, de forma
particular de las leyes en virtud de un régimen jurídico especial, de una “fuerza” peculiar, que la
pone “por encima” de las leyes y de cualquier otra fuente.
175 De VERGOTTINI, G. (1991). Diritto costituzionale comparato. Padua. Pág. 154 y ss.
176 PIZZORUSSO, Alessandro. (1984). Lecciones de Derecho Constitucional. Tomo II. Madrid: Centro de Estudios Constituciona-
les. 1984. Pág. 144.
53
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
todas las normas jurídicas derivan de actos de este tipo, puesto que existen normas produci-
das por hechos jurídicos (la costumbre o el precedente, por ejemplo). En cuarta acepción -más
restringida- se habla también de fuentes para aludir a los documentos de los que las normas
pueden ser inducidas, al margen del carácter de acto jurídico que este tenga (condición, por
ejemplo, que se da solo en original firmado y no en sus copias).176
Pizzorusso señala la tercera acepción, es decir, aquella que tiene por fuentes a los actos o
hechos jurídicos (“hechos normativos”) de los que, en virtud de las normas sobre la producción
jurídica, deriva la creación, la modificación o la extinción de disposiciones y normas susceptibles
de valer como tales en el ámbito del ordenamiento jurídico de que se trate. 177Esta definición
presupone la posibilidad (demostrada por la experiencia) de configurar el régimen de las fuentes
como una de tantas “materias” que integran la esfera de operatividad del ordenamiento, de
modo que el que las normas que realizan tal disciplinan regulen, antes que cualquiera otra
actividad humana, precisamente aquella encaminada a la creación, modificación o extinción de
las normas jurídicas no es algo que excluya el que tales normas queden sujetas a la misma
disciplina que vale para las demás materias. Se asiste, así, a una especie de desdoblamiento
de las normas sobre las fuentes que, de un lado, regulan los modos de creación, modificación
y extinción de las normas y, de otro, están sujetas al régimen por ellas de los actos emanados
en virtud de las normas sobre las fuentes; experiencia jurídica –respecto del que se suscitan
los problemas propios a la fase de aplicación de cualquier normativa- y un acto de producción
normativa, llamado a encontrar, a su vez, aplicaciones en actividades posteriores. 178Cuando
estos actos produzcan normas sobre las fuentes se dará la presencia simultánea en ellos del
aspecto activo y pasivo del fenómeno de la regulación normativa de la actividad de producción
jurídica, encontrándonos, así, ante una especie de eficacia refleja de las normas sobre las fuen-
tes, aunque no distinta de la eficacia que las mismas normalmente ostentan frente a las demás
normas y actos normativos que tienen en ellas su origen y que puede incidir sobre su vigencia
(entrada en vigor, eventuales modificaciones de su contenido normativo, cese a su eficacia),
sobre su validez o sobre su alcance179.
Claro está que en general las Constituciones en sentido formal son fuentes del derecho. En
un primer sentido, la Constitución es fuente del derecho por entender, simplemente, que los
enunciados constitucionales expresan normas, las cuales encaminan la organización del Es-
tado y las relaciones entre el Estado y los ciudadanos. En un segundo sentido, la Constitución
177 PIZZORUSSO, Alessandro. (1984). Lecciones de Derecho Constitucional. Tomo II. Ob. Cit. Pág. 144.
178 Ídem.
179 Ibídem. Pp. 144-145.
180 ZAGREBELSKY, G. (1991). Manuale di diritto costituzionale. I, reimpresión actualizada. Turín. Pág. 105.
54
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
es fuente del derecho por entender que las normas constitucionales son idóneas: a) para abro-
gar y/o invalidar normas anteriores de rango subconstitucional materialmente incompatibles con
ella; b) para invalidar normas sucesivas de rango subconstitucional formalmente disconformes o
materialmente incompatibles con ella. En un tercer sentido, se puede decir que la Constitución
es fuente del derecho por entender que las normas constitucionales son idóneas para disciplinar
directamente no sólo la organización estatal y las relaciones entre el Estado y los ciudadanos,
sino también las relaciones entre particulares, y son por tanto susceptibles de aplicación jurisdic-
cional por parte de cualquier juez, y no exclusivamente del juez constitucional.180
181 GUASTINI, Ricardo. (2010). Interpretación, Estado y Constitución. Ob. cit. Pág. 87.
182 General Theory of Law and State, Cambridge. (1945). Traducción al castellano de Eduardo García Maynez, México, UNAM,
1989. Théorie pure du droit. París, 1962. Pág. 299 y ss.
183 PALADIN; “Diritto costituzionale”. Padua - 1991. Pág. 25. también Smend, R. (1988). Costituzione e diritto costituzionale.
Milán. Pág. 147
184 MATTEUCCI, N., (1963). “Positivismo giuridico e costituzionalismo”, Rivista trimestrale di diritto e procedura civile, 1963; Sar-
tori, G., Elementi di teoria politica, Bolonia, 1987. Pág. 11 y ss. Traducción al castellano en Alianza Editorial. Madrid - 1996.
55
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Desde este punto de vista, todo Estado tiene necesariamente su propia Constitución. Pue-
de tratarse de un conjunto de normas escritas o bien consuetudinarias. Estas normas, si son
escritas, pueden estar o no recogidas en un único documento. Pero, en todo caso, todos los
Estados están provistos de una Constitución de cualquier tipo. Este concepto de Constitución
es característico del positivismo jurídico moderno, y es el que hoy en día es adoptado por los
estudiosos del derecho público. 184La Constitución es el conjunto de las normas sobre la forma
de un Estado. Tal conjunto incluye:185
• Los órganos que identifican los órganos centrales del Estado y distribuyen entre ellas las
funciones fundamentales (legislativa, ejecutiva, jurisdiccional).
• Las normas que disciplinan las relaciones reciprocas entre tales órganos.
• Las normas que identifican y confieren funciones (en particular funciones normativas) a órga-
nos descentralizados y locales.
• Las normas que disciplinan los modos de formación de los órganos de los cuales proceden.
• Las normas que disciplinan las relaciones entre los órganos (centrales y locales) y los ciuda-
danos.
Se observa que entendida la Constitución de este modo, todo Estado tiene necesariamente
su propia Constitución. Puede tratarse de una unitaria o federal, monárquica o republicana, de-
mocrática o autocrática, liberal o antiliberal. Puede tratarse de un conjunto de normas escritas o
consuetudinarias. Estas normas, si están escritas, pueden ser, o no ser, reunidas (“codificadas”)
en único documento. Pero, en todo caso, todos los Estados están provistos de una Constitución
de cualquier tipo.186
185 GUASTINI, Ricardo. (2010). (2010). Interpretación, Estado y Constitución. Ibídem. Pág. 84.
186 Ibídem. Pág. 85.
187 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Lima: Gaceta Jurídica.
Pág. 75.
56
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
188 SOSA SACIO, Juan Manuel. (2012). “Constitución”. Pág. 53– En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho
Constitucional Contemporáneo. Lima: Gaceta Jurídica S.A. Lima.
189 SOSA SACIO, Juan Manuel. (2012). “Constitución”. Diccionario de Derecho Constitucional Contemporáneo. Ob. Cit. Pág. 55.
190 Ídem.
191 Ibídem. Pág. 56.
192 Ídem.
57
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Finalmente, respecto a este tema, Víctor García Toma 197 señala la siguiente clasificación:
Constitución Bovarista, Constitución codificada, Constitución compleja, Constitución consuetudi-
193 Ídem.
194 Ídem.
195 Ibídem. Pág. 57.
196 Ibídem. Pág. 58.
197 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009) Diccionario de Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pp. 76-80.
198 MARTÍNEZ SOSPEDRA, Manuel. (2007). Manual de Derecho Constitucional Parte General. Ob. Cit. Pág. 118.
58
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
2. EL ESTADO DE DERECHO
La expresión “Estado de Derecho” fue consagrada por R. Von Mohl en 1832, en el marco de
las monarquías limitadas de los Estados germánicos, en un contexto relativamente impropio,
dice A. Garrorena, en cuanto que todavía la vigencia del “principio monárquico” suponía tales
monarquías la subsistencia, para el poder de la Corona y de su Ejecutivo, de determinadas zo-
nas de inmunidad frente al Derecho. Esta concepción ha llegado a nuestros días con influencia
de la doctrina francesa de la supremacía de la ley como expresión de la voluntad general (…).
Estamos ante una teoría conectada a los valores liberales predemocráticos, unida a la idea de la
garantía de los derechos individuales civiles y políticos, con la pretensión de fundir así legalidad
y legitimidad. La justificación o legitimada del Estado se hace residir en la legalidad del ejercicio
del poder. Max Weber construye con estos elementos su tipo ideal de legitimidad racional. 199 To-
rres del Moral afirma que la construcción teórica no era neutral; la clave la proporciona la índole
de los derechos y libertades que garantizaba ese Derecho limitador del poder. Son derechos ci-
viles y políticos, no sociales ni económicos. (…) De este modo, los mecanismos constitucionales
del Estado de Derecho cobran todo su sentido en función del sistema político al que vienen a
justificar ideológicamente, sin mengua del inmenso avance histórico que ello supuso en relación
con el Estado absoluto. El único principio algo incómodo para la burguesía, la soberanía del
pueblo, se había ya transformado, en los albores de la revolución, en soberanía de la nación,
un ente mítico que se identifica con las personas que la componen, en una operación de fraude
histórico. 200Como menciona Lucas Verdú, la idea de Estado de Derecho es un producto típico
199 TORRES DEL MORAL, Antonio. (1988). Principios de Derecho Constitucional español. Madrid: ATOMO Ediciones. Pág. 32.
200 TORRES DEL MORAL, Antonio. (1988). Principios de Derecho Constitucional español. Ob. Cit. Pág. 33.
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
201 LUCAS VERDU, Pablo y MURILLO DE LA CUEVA, Pablo Lucas. (2000). Manual de Derecho Político. Tercera edición, Madrid:
TECNOS, Pág. 259.
202 RODRÍGUEZ GREZ, Pablo. (1995). Teoría de la interpretación jurídica. Santiago: Editorial Jurídica de Chile. Pág. 12.
203 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Cuarta edición. Lima: IDEMSA.
Pág. 1032.
204 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011. Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ob. Cit. Pág. 1032.
205 WOLFGANG ABENDROTH; ERNST FORTHOFF Y KARL DOEHRING. (1986). El Estado Social. Madrid: Centro de Estudios
Constitucionales: Madrid. Pág. 207.
206 PÉREZ LUÑO, Antonio Enrique. (1999). Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución. 6ta edición. Madrid: TEC-
NOS. Pág. 212.
60
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
social. La superación de esta antinomia solo podía llegar a partir de una síntesis entre ambas
nociones. Para ello era necesario concebir la ley no como un producto del arbitrio, sino de una
voluntad general encaminada directamente a garantizar los derechos fundamentales de los indi-
viduos. Hacia esa síntesis se dirigió la idea guía del Estado de Derecho, en el que los derechos
fundamentales no aparecen como concesiones, sino como el corolario de la soberanía popular
a través de cuyo principio la ley no sólo implica un deber, sino también un derecho para el indivi-
duo. Se cumplía así el axioma a tenor del cual el hombre solo puede ser libre en un Estado libre,
y el Estado sólo es libre cuando se edifica sobre un conjunto de hombres libres.207
La idea directriz de la teoría del Estado de Derecho radica en el sometimiento pleno del poder
político a la ley y al Derecho y, en consecuencia, el ejercicio del poder público siempre de acuer-
do con lo previsto por un sistema de normas jurídicas legisladas que responden a determinados
valores políticos que dan sentido a esa misma sujeción. Es ese sistema de valores que se trata
de actuar mediante el sometimiento del poder a la ley, lo que constituye los presupuestos del
Estado de Derecho.208
Un Estado moderno supone la vigencia de un Estado de Derecho, preocupado permanente-
mente porque la vida colectiva se desarrolle en forma ordenada, con paz y justicia, que exista
un grado aceptable de estabilidad y certidumbre jurídica, que los conflictos sociales los solucio-
ne un órgano jurisdiccional independiente y eficaz, que el bienestar se distribuya entre todos,
que todos tengan igualdad de oportunidades y acceso a la calidad de vida. Para lograr estos
objetivos se requiere de un decidido esfuerzo por adecuar el Derecho a las nuevas realidades;
de la sustitución de una mentalidad individualizada y consumista por una mentalidad solidaria
preocupada por todos, sin menguar la dignidad personal; que la política está orientada por el
horizonte ético de los valores; que se enfrente decididamente a la corrupción pública y privada;
que el Estado deje de ser el instrumento de aseguramiento de los privilegios consolidados, y
que la distribución del poder entre los diversos órganos estatales sea una realidad, extirpando
de raíz a la autocracia y a la dictadura.209
Por consiguiente y como bien menciona Aníbal Torres Vásquez, 210los presupuestos funda-
mentales del Estado de Derecho son: El sometimiento de las personas y de los poderes públicos
al ordenamiento jurídico; la división de poderes; y el reconocimiento de un orden valorativo.
207 PÉREZ LUÑO, Antonio Enrique. (1999). Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución. Ob. Cit. Pág. 213.
208 MARTÍNEZ SOSPEDRA, Manuel. (2007) Manual De Derecho Constitucional Parte General. Ob. Cit. Pág. 118.
209 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ob. Cit. Pág. 669.
210 Ibídem. Pág. 1034.
61
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Cuarto. Lo que acarrea la necesidad de definir la ley, entendiendo por tal la norma jurídica
ordinaria más importante, como norma de exclusiva función parlamentaria, así como el entendi-
miento del mismo como expresión de la voluntad de la comunidad.
Quinto. Como las exigencias anteriores son en extremo difíciles de satisfacer en un régimen
de concentración del poder, se exige, como corolario, la necesidad de que el sistema de go-
bierno este configurado de tal modo que tanto el órgano u órganos representativos encargados
de legislar, como los jueces, tengan una posición institucional que les haga independientes del
gobierno, y permita que estos últimos sean, además, independientes de la legislatura. Es decir,
un sistema institucional que, de alguna manera, acoja el principio de división de poderes.
211 MARTÍNEZ SOSPEDRA, Manuel. (2007). Manual de Derecho Constitucional Parte General. Ibídem. Pp. 120 y ss.
62
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
o ley orgánica de los jueces se defina de tal modo que no permita que los mismos tengan otra
vinculación que no se aquella que viene definida por la ley.
Séptimo. Una particular configuración del sistema legal, que se inspire en las siguientes
reglas de organización:
a) Jerarquía normativa. De tal modo que las distintas nomas del sistema se relacionan entre
sí en cuanto elementos de una ordenación jerarquizada; caracteriza relaciones de supra y
subordinación, que se corresponden con la distinta importancia política de los sujetos pro-
ductores de los diferentes tipos de nomas. Jerarquía e importancia política definida de modo
tal que el sujeto productor y el tipo de norma que el mismo produce son tanto más importan-
tes cuanto más inmediata y directa sea su relación con la sociedad civil, es decir, cuanto más
inmediato y directo sea su carácter representativo.
c) Reserva de ley. Es decir, que las cuestiones socialmente más relevantes y, en todo caso,
la regulación general y directa de los derechos individuales y de las libertades públicas, así
como, en caso, sus restricciones, queden reservados a la norma parlamentaria, constituyen-
do lo que en la tradición jurídica alemana se denomina la “cláusula de libertad y propiedad”.
d) Seguridad jurídica. Que viene determinada, en primer lugar, por la certeza del Derecho, en
segundo lugar por el carácter previo de la regulación, en tercer lugar por la existencia de un
sistema efectivo de garantía del cumplimiento igual de las nomas y, finalmente, la existencia
de instrumentos eficaces de defensa de los derechos e intereses individuales.
f) Responsabilidad. Todas las autoridades públicas, así como los funcionarios y servidores
de la autoridad vigente están obligados a desarrollar su actividad de conformidad con las
63
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
normas jurídicas. Las desviaciones de dicho principio, así como la infracción de normas con-
cretas por parte de autoridad o funcionario que las cometan, conllevará al despliegue de la
función instructora y, eventualmente, punitiva del Estado.
1) El Estado legal de derecho, con el sometimiento del poder a las leyes positivas;
2) El Estado judicial de derecho, que somete el poder al derecho y que se hace mediante la
aplicación que del mismo realizan los jueces;
3) El Estado Constitucional de derecho, Las notas básicas del Estado de derecho, que son las
siguientes; a) el sometimiento a la Constitución de todos los poderes públicos, b) la existen-
cia de una plena división de poderes en el Estado, c) el sometimiento a la ley y el control
de los actos de la Administración Pública por la jurisdicción contencioso-administrativa, que
plasman en el reconocimiento del principio de legalidad de la Administración Pública y d) la
protección, la garantía y eficacia de los derechos fundamentales y de las libertades públicas,
básicas y fundamentales en la configuración del Estado de derecho.212
212 GONZÁLEZ RIVAS, Juan José. (1997). Derecho Constitucional. Barcelona: Bosch, Pág. 30.
213 PÉREZ LUÑO, Antonio Enrique. (1999). Derechos Humanos. Estado de Derecho y Constitución. Ibídem. Pág. 212.
64
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Es muy frecuente incluir entre los requisitos que implica el funcionamiento del Estado de De-
recho el que se refiere a la defensa de los derechos fundamentales. Sin embargo, no siempre re-
cuerda la correlativa parte que le corresponde a la teoría de los derechos humanos en la forma-
ción del concepto de Estado de Derecho. De ahí que parezca tema obligado de una exposición
general de derechos humanos del condicionamiento mutuo existentes entre ambas nociones.215
Peter Haberle señala que, toda Constitución de un Estado constitucional vive en última ins-
tancia de la dimensión de lo cultural. La protección de los bienes culturales, las libertades cul-
turales especiales, las clausulas expresas sobre el patrimonio cultural y los artículos generales
sobre el Estado de cultura no constituyen sino las manifestaciones particulares de la dimensión
cultural general de la Constitución217.
Las disposiciones constitucionales que protegen derechos fundamentales y otros valores se-
mejantes “no deben ser formulas en términos demasiado generales”. 218La Constitución, norma
superior del ordenamiento jurídico, contiene preceptos que poseen concretos mandatos norma-
tivos, susceptibles de aplicación inmediata, 219por el cual la protección de los derechos funda-
mentales debe ser de inmediata atención.
65
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
3. CONSIDERACIONES FINALES
La Constitución, es indiscutiblemente considerada por la doctrina como la norma suprema de
todo ordenamiento jurídico que se encuentre bajo un Estado de Derecho. La Constitución, como
norma jurídica fundamental, constituye la base del ordenamiento jurídico unificado, que respeta
y garantiza los Derechos Humanos.
4. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
CAPÍTULO V
LAS FUENTES DEL DERECHO Y LAS FUENTES DE DERECHO CONSTITUCIONAL
La palabra fuentes designa las causas de creación del derecho, como también la manifesta-
ción o expresión visible del derecho. Igualmente se le ha atribuido el sentido de fundamento de
validez de las normas jurídicas220.
En su sentido original, fuente es el origen, nacimiento o causa del caudal que a partir de ella
corre. Por ello, la mayor parte de los autores definen las fuentes como el origen, causa o naci-
miento del derecho221.
El vocablo fuente, del latín fons, tiene una gran diversidad de acepciones, de las cuales ex-
traeremos la de principio, fundamento u origen de una cosa. 222En Derecho la palabra fuente es
utilizada con un sentido metafórico, para indicar el principio, fundamento u origen de las normas
que integran el ordenamiento jurídico vigente en una determinada sociedad y época. Así, po-
demos decir que en los sistemas jurídicos codificados el Derecho brota, en primer término, de
la ley; en tanto en los sistemas jurídicos que se adhieren al Common Law el derecho surge del
precedente judicial223.
Savigny denomina fuentes jurídicas a “las causas de nacimiento del derecho general, o sea,
tanto de las instituciones jurídicas como de las reglas jurídicas…formadas por abstracción de
aquella”. Para Savigny, la verdadera fuente que nos interesa es otro: alude no ya a la fuente
de validez de cierta norma, sino a la existencia misma de esa norma que actúa como fuente de
validez224.
220 MONROY CABRA, Marco Gerardo. (1986). Introducción al Derecho. Sétima edición, Bogotá: Temis. Pág. 103.
221 MONROY CABRA, Marco Gerardo. (1986). Introducción al Derecho. Ob. Cit. Pág. 100.
222 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Lima: IDEMSA. Pág. 202.
223 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (1999). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Lima: IDEMSA. Pág. 415.
224 FRIEDRICH. y VON SAVIGNY. (1879). Sistema de derecho privado romano. Traducción de J. Mesía y Manuel Poley. Tomo II.
Madrid. Pág. 63.
69
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Son numerosas las clasificaciones que se hacen sobre las fuentes de Derecho. Desde ya
hacemos presente que la doctrina no es uniforme en cuanto a la clasificación de las fuentes del
Derecho ni en cuanto a su denominación. Así, por ejemplo, a las fuentes materiales se les de-
nomina también fuentes de producción, y a las fuentes formas, fuentes de conocimiento. Aníbal
torres Vásquez, 225presenta una clasificación de las fuentes más importantes:
- Fuentes de producción
Las fuentes de producción responder a la pregunta ¿Quién produce el derecho? La respues-
ta es los poderes públicos y el pueblo. Cuando hablamos de fuentes de producción de Derecho
nos referimos al autor o autores de las normas jurídicas, o dicho de otro modo, a la persona o
personas o grupos sociales que tienen la potestad de crearlas (potestad normandi).
Las producción de normas válidas y eficaces presupone la existencia de un estructura de
poder, que ante la presencia de determinas situaciones y valoraciones, opta por una solución
normativa. Así, por ejemplo, el Parlamento produce leyes, el Ejecutivo produce decretos; la ju-
risprudencia es creada por el Poder Judicial. El pueblo establece usos y costumbres; los actos
jurídicos (contratos, testamentos, estatutos de personas jurídicas privadas, etc.) son creados
por el poder de la autonomía de la voluntad privada, dentro del ámbito liberal conferido por el
ordenamiento.
225 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (1999). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ob. cit. Pp. 416-425.
70
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
- Fuentes de conocimiento
Fuentes de conocimiento son los hechos o documentos a través de los cuales se tiene noticia
de las fuentes de producción (ejemplo, el diario oficial donde se publican las leyes).
71
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Las fuentes no estatales; tienen un origen extraestatal: las normas consuetudinarias que son produ-
cidas por los grupos sociales; el llamado Derecho convencional o negocial constituido por los preceptos
o normas de conducta adoptados de común acuerdo por los miembros de una colectividad cualquiera
(sindicatos, cooperativas, junta de acreedores, cartells, consorcios, asociaciones profesionales, cultura-
les o deportivas, etc.); los actos jurídicos que son producidos por la autonomía privada en virtud de la
delegación hecha por la ley a favor de los particulares para que ellos mismos determinen el contenidos
de las normas jurídicas que han de regir ciertos aspectos de su conducta. Estas normas producidas por
sujetos de Derecho no estatales tienen la calidad de jurídicas en cuanto son reconocidas por el Estado
que les otorga el respaldo de la coerción para obligar a quienes se nieguen a cumplirlas.
- Fuentes materiales
Las fuentes materiales, llamadas también reales, son los factores sociales, económicos, polí-
ticos, morales, culturales, éticos, religiosos, ideológicos, que influyen en la creación del Derecho
y constituyen el contenido de las normas jurídicas. Las fuentes materiales proporcionan la ma-
teria prima, la sustancia, con la que se fabrica el Derecho, imprimiéndole su sentido y finalidad.
- Fuentes formales
Estas fuentes responden a la pregunta ¿En qué forma se establece el Derecho? El Derecho
es producido en forma de leyes, decretos, reglamentos, sentencias, costumbres, contratos, etc.
Estas formas o modos como se establecen y exteriorizan las normas jurídicas, adquieren la nota
de Derecho positivo y obligatorio.
Las fuentes formales de derecho son las formas obligadas y predeterminadas que inevitable-
mente deben tomar los preceptos de conducta exterior para imponerse socialmente con el as-
pecto del poder coercitivo del derecho. Dicho de otra manera, una regla de conducta cualquiera
no se eleva a la dignidad de regla de derecho, dotada de la plenitud de sus efectos, es decir, de
regla de derecho positivo, según la expresión consagrada, sino cuando puede ostentar un origen
que se identifica con tal o cual fuente jurídica formal226.
Las fuentes formales del derecho nacen en relación con un ordenamiento jurídico determina-
do y son aquellas dotadas de fuerza obligatoria por mandato de dicho ordenamiento227.
72
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Las fuentes formales del Derecho son aquellas de donde emanan las normas jurídicas que
conforman el ordenamiento jurídico. 228Las fuentes formales son los medios admitidos por el
propio ordenamiento jurídico para la formulación de nuevas normas.229
Son los modos como el Derecho puede manifestarse para conseguir la nota de positividad y
ser su fuerza vinculante en una sociedad determinada.230
1.3.1. LA LEY
Etimológicamente, la ley proviene de la locución latina lex, legis, a la que se vincula el voca-
blo legere, que significa leer, y, por eso, tiene que ser escrita, para que pueda leerse.231
Por ley se entiende la expresión de las relaciones existentes entre hecho. Verbigracia, “el
calor dilata los cuerpos” significa que, dado el hecho del calor aplicado a un metal, se produce
otro hecho: la dilatación del metal.232
La ley en el ámbito jurídico, como lo expresa Torres Vásquez, 233es una prescripción dictada
por el órgano competente del Estado, según las formas prefijadas en la Constitución, que manda,
prohíbe o autoriza algo en consonancia con la justicia y para el bien de todos los miembros de un
comunidad. La prescripción legal es dictada sobre la base de la descripción de la realidad social.
La ley como fuente formal del Derecho en general es la norma jurídica escrita emanada del
órgano del Estado con competencia para dictarla. De este modo, su concepto tiene una latitud
tal que le permite abarcar la totalidad de las normas, cualquiera que sea su jerarquía y el órgano
del Estado que las ha dictado, comprendiendo, así desde las normas constituciones y legales,
hasta las reglamentarias, de carácter general o particular, sean dictadas por el Poder Legislativo
o por el Poder Ejecutivo, por los Gobiernos Regionales o por los Gobiernos Locales, y también
por otros órganos e instituciones del Estado con facultad para hacerlo.234
1.3.2. LA JURISPRUDENCIA
226 BONNECASE, Julien. (2000). Introducción al Estudio del Derecho. Segunda reimpresión de la segunda edición. Bogotá: Te-
mis. Pág. 73.
227 DE BUEN, Demófilo. (1977). Introducción al Estudio del Derecho Civil. México: Porrúa. Págs. 245 y 246.
228 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ob. Cit. Pág. 203.
229 PUIG BRUTAU, José. (1981). Introducción al Derecho Civil. Barcelona: Bosch. Pág. 163.
230 DE COSSIO, Alfonso. (1997). Instituciones de Derecho Civil. Madrid: Alianza Editorial. Pág. 33.
231 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ibídem. Pág. 208.
232 MONROY CABRA, Marco Gerardo. (1986). Introducción al Derecho. Ibídem. Pág. 106.
233 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (1999). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pp. 509 - 510.
234 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ibídem. Pág. 208.
235 MONROY CABRA, Marco Gerardo. (1986). Introducción al Derecho. Ibídem. Pág. 151.
73
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Desde luego, la jurisprudencia tiene mayor importancia en países de régimen jurídico angloame-
ricano o de common law, que en países de derecho escrito en que prevalece la ley.235
La jurisprudencia en sentido lato son las resoluciones que los magistrados judiciales emiten
en ejercicio de sus atribuciones jurisdiccionales, para solucionar los conflictos a ellos sometidos,
que se suscitan entre los individuos o entre estos y la sociedad. En el lenguaje jurídico puede
hablarse de “una jurisprudencia”, es decir, de una resolución de los tribunales sobre un caso
determinado o de la “Jurisprudencia” que sería el conjunto de resoluciones de los tribunales.237
Lo resuelto jurisdiccionalmente constituye, sin lugar a dudas, una norma jurídica que se inte-
gra al ordenamiento jurídico y que es obligatoria para las partes de la relación procesal, siendo
así también fuente de derechos subjetivos, cumpliéndose, por tanto, una de las funciones esen-
ciales de la jurisprudencia.240
74
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
1.3.3. LA COSTUMBRE
El vocablo costumbre proviene del latín cosuetumen, consuetudo, voces de las que deriva
consuetudinario, lo que es de costumbre, y que da lugar a la expresión norma consuetudinaria y
a que se pueda hablar de un Derecho consuetudinario.243
Las leyes con el fruto de ciertos actos humanos característicos o, si se prefiere, de un proce-
dimiento conocido y reglado que culmina con la publicación de una serie de enunciados lingüís-
ticos. Por eso, es inconcebible la idea de una ley no jurídica; podemos encontrar leyes inválidas,
por ejemplo porque lesiones la Constitución, pero no leyes fuera del mundo del Derecho. Esto
es algo que no ocurre con la costumbre, pues salta a la vista que numerosos hábitos o usos
sociales, en suma, que numerosas costumbres efectivamente practicadas por la sociedad no
presentan carácter jurídico; piénsese en las reglas de la cortesía, en los modas de vestir, etc.
Por eso, cuando se aborda el estudio de la costumbre como fuente del Derecho, el primer pro-
blema consiste en diferenciar las costumbres sociales de las costumbres jurídicas, teniendo en
cuenta que dicha diferencia no puede residir en el modo de exteriorizarse unas y otras, ya que
tal exteriorización es en principio idéntica: a través de la repetición de una conducta por parte de
los miembros de la comunidad.244
241 Ídem.
242 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (1999). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 526.
243 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ibídem. Pág. 221.
244 PIETRO SANCHÍS, Luis. (1997). Teoría del Derecho. Introducción al Derecho. Coordinador Luis Pietro Sanchís. Cuenca:
Ediciones de la Universidad de Castilla. Cuenca. Pág. 22.
245 MONROY CABRA, Marco Gerardo. (1986). Introducción al Derecho. Ibídem. Pág. 144.
75
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
En fin de cuentas, las costumbres es una regla de derecho que se constituye en forma pro-
gresiva bajo la influencia subconsciente de la noción de derecho y de las aspiraciones sociales,
o, dicho de otra manera, de las fuentes jurídicas reales.247
En países como Perú, cuyo sistema jurídico se basa en la norma escrita, pese a la riqueza
ancestral de la norma consuetudinaria, la ley prevalece y es la fuente fundamental del Derecho,
siendo la costumbre una fuente secundaria.248
La costumbre es un uso implantado en una colectividad y considerado por ella como jurídi-
camente obligatorio, es el derecho creado por las costumbres, el ius moribus constitutum. 249La
costumbre ha constituido la primera fuente formal del derecho desde el punto de vista histórico.250
De acuerdo con Alzamora Valdez, 251en las primeras etapas de la evolución jurídica de los
pueblos la costumbre revistió gran importancia la misma que ha sido despareciendo paulatina-
mente con los avances de la ley. Sin embargo, pese a que la aplicación de esta fuente es muy
limitada en nuestra época, en muchos casos deben tenerse en cuenta “los usos y modos con-
suetudinarios de conducta y que, incluso, hoy día, no puede trazarse una línea divisoria tajante
entre una regla jurídicamente obligatoria y una regla que no es obligatoria más que socialmente”.
252
Como afirma Alzamora, 253finalmente, el autor de la costumbre no es conocido. Aquella nace
de un acto o de una serie de actos, pero la crean todos los que la practican en el lento proceso
de su formación.
Por su parte Marcial Rubio Correa: “en definitiva, podemos concluir diciendo que la costum-
bre sí es una fuente del Derecho, aunque sometida a la legislación y a la jurisprudencia con
246 BONNECASE, Julien. (2000). Introducción al Estudio del Derecho. Ob. Cit. Pág. 74.
247 Ídem.
248 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ibídem. Pág. 221.
249 DU PASQUIER, Claude. (1983). Introducción al Derecho. Tercera edición. Traducción por Julio Ayasta González. Lima. Pág.
38.
250 ALZAMORA VALDEZ, Mario. (1987). Introducción a la Ciencia del Derecho. Lima: EDDILI. Pág. 241.
251 Ídem.
252 Ídem.
253 Ibídem. Pág. 243.
76
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
precedente vinculatorio donde existe. Si bien hay que utilizarla con prudencia y criterio restrictivo
por sus requisitos y características, es deseable y útil para que el sistema jurídico regule adecua-
damente las conductas sociales y para que sea aplicado con mayor beneficio para los sujetos
de Derecho en general”.254
Por todo lo mencionado la Costumbre viene a ser, entonces, la práctica inveterada de de-
terminados hechos aceptados como normativos por el consenso social y es, desde luego, una
fuente formal del Derecho no sistematizada. Y conviene así precisarlo desde que hemos venido
hablando de norma consuetudinaria y de Derecho consuetudinario. La Costumbre como fuente
jurígena es generadora de normas consuetudinarias y estás, en su conjunto, forman un Derecho
Consuetudinario, que regula la vida social de colectividades por lo general menos integradas a
la cultura occidental o al que la sociedad civilizada recurre para integrar vacíos.255
1.3.4. LA DOCTRINA
En primera cuenta la doctrina no es fuente formal de Derecho, salvo que la ley se remita
a ella, porque no crea normas jurídicas sino que las interpreta, describe, explica y sistematiza
para su mejor utilidad y aplicación y constituye al perfeccionamiento del ordenamiento jurídico
vigente. Es un medio de conocimiento del Derecho.256
254 RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Ob. Cit. Pág. 193.
255 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ibídem. Pág. 222.
256 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (1999). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 489.
257 BONNECASE, Julien. (2000). Introducción al Estudio del Derecho. Ibídem. Pág. 115.
258 MONROY CABRA, Marco Gerardo. (1986). Introducción al Derecho. Ibídem. Pág. 150.
77
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
De acuerdo con Monroy Cabra, 258se entiende por doctrina todas las teorías y estudios cien-
tíficos contenidos en libros, monografías, tratados, revistas, que contribuyen a la interpretación
del derecho positivo y guían las reformas de la legislación, así como son pauta para la aplicación
del derecho.
De acuerdo con García Máynez dice que, se da el nombre de doctrina a los estudios de
259
carácter científico que los juristas realizan acerca del derecho, ya sea con el propósito puramen-
te teórico de sistematización de sus preceptos, ya con la finalidad de interpretar sus normas y
señalar las reglas de su aplicación.
La doctrina sigue siendo la obra de los juristas, de los juristas de todas las épocas y de la
actualidad, pues en ella se desentraña la naturaleza y finalidad de las instituciones jurídicas,
se analizan las normas que integran el Derecho Objetivo, se ponen de manifiesto los principios
generales del derecho no receptados en normas positivas, se organiza el desarrollo legislativo
de las teorías que se van plasmando en la codificación, se perfecciona el ordenamiento legal y
se da mayor coherencia y organicidad al ordenamiento jurídico. La doctrina asume, así, un rol
importante en la formulación de las leyes y en la formación de la jurisprudencia.260
Así mismo la doctrina tiene un juego dialectico permanente mientras se va formando con-
senso entre los juristas. En este juego dialectico toma también fuerza la función jurígena de la
doctrina cuando arriba a la concordancia de opiniones y se proyecta a normar la vida social y
las relaciones jurídicas.261
La doctrina cumple una finalidad que no es sólo el estudio sistemático y ordenando de las
otras fuentes del derecho y de las instituciones jurídicas, 262cumple con dar los fundamentos a
la normativa vigente.
En ese sentido y como afirma Marcial Rubio Correa, 263la doctrina es el conjunto de escritos
aportados al Derecho a lo largo de toda su historia, por autores dedicados a describir, explicar,
sistematizar, criticar y aportar soluciones dentro del mundo jurídico. En síntesis, la doctrina es
una fuente del derecho formada por los escritos jurídicos hechos a lo largo de la historia.
Calzada precisa que: Toda disciplina que se especialice en el estudio de determinada rama
de la ciencia o de la filosofía requiere necesariamente precisar las fuentes que la originan; el
derecho, no podía ser la excepción264.
259 GARCÍA MÁYNEZ, Eduardo. (1967). Introducción al estudio del Derecho. México: Porrúa. Pág. 68.
260 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ibídem. Pág. 241.
261 Ibídem. Pág. 243.
262 Ídem.
263 RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Ibídem. Pág. 203.
78
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
La teoría de las fuentes del derecho constitucional se ocupa de los elementos constitutivos
necesarios para la elaboración, fundamento práctico y modo de expresión de las normas e insti-
tuciones de carácter constitucional. Alude las motivaciones, hechos, formas y contenidos de las
normas e instituciones del derecho constitucional265.
a) Fuentes históricas
Aluden a los elementos que permiten reconstruir el proceso de formación del derecho cons-
titucional a través de las distintas épocas del proceso de organización del Estado267.
Estas fuentes se componen de dos elementos: directos e indirectos.
- Los elementos directos. Son todos aquellos que permiten obtener información de manera
inmediata.
- Los elementos indirectos. Son todos aquellos que permiten completar o ampliar la informa-
ción recogida de los elementos directos.
b) Las fuentes reales
Hacen referencia a los contenidos normativos que constituyen la materia que se incorpora a
los preceptos constitucionales268.
264 CALZADA PADRÓN, Feliciano. (1990). Derecho Constitucional. México: HARLA S.A. Pág.146.
265 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Cuarta edición. Lima: ADRUS. Pág. 371.
266 Ídem.
267 Ídem.
268 Ídem.
269 Ídem.
270 Ibídem. Pág. 373.
79
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
80
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Dicha expresión hace referencia a aquellas leyes dictadas con anterioridad a la dación de
una Constitución, pero cuya validez es re¬novada por el legislador constituyente originario, el
cual, además de reconocerle vigencia dentro de las nuevas reglas constitucionales le asigna una
calidad y rango similar278.
Dicha expresión hace referencia a aquellas leyes dictadas por el Parlamento y que son de-
claradas por este como irreversibles.
Forman parte de este tipo de legislación: las leyes orgánicas y las leyes de desarrollo cons-
titucional.
El bloque de constitucionalidad
Se emplea en ocasiones la fórmula bloque de constitucionalidad para referirse a un conjunto
normativo, integrado por la Constitución y normas orgánicas, con un carácter de “Derecho más
fuerte”.
Entiendo por bloque de constitucionalidad al conjunto de reglas de naturaleza constitucional
con o sin supremacía, primarias o secundarias, formales o informales280.
81
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Esta noción alude al conjunto de prácticas político-jurídicas espontáneas que han alcanzado
uso generalizado y conciencia de obligatoriedad en el seno de una comunidad política283.
En el derecho constitucional no basta considerar la legislación constitucional en sí misma; es
preciso observar cómo “vive” en el seno de la comunidad política284.
López Guerra establece que: Más difícil es aceptar la costumbre pueda considerarse una
fuente del Derecho Constitucional, desde la perspectiva del constitucionalismo democrático mo-
derno. En otras ramas del Derecho se admite la posibilidad de la costumbre como fuente de
reglas jurídicas: costumbre que surge de un elemento material –la repetición de una conduc-
ta- y de un elemento de carácter psicológico, la convicción arraigada de la obligatoriedad de la
conducta repetida (opinio iuris sive necessitatis). Pero, dadas las características del Derecho
Constitucional, resulta inaplicable a su ámbito la teoría general de la costumbre como fuente del
Derecho.285
La costumbre es fuente del Derecho no escrita, por lo que un comportamiento constante y
uniforme se convierte en norma y en consecuencia es una norma que nace por uniformidad de
comportamiento, si se mantiene hasta que dicha uniformidad desaparece.286
283 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 371.
284 Ídem.
285 LÓPEZ GUERRA, Luis. (1994). Introducción al Derechos Constitucional. Ob. Cit. Pág. 66.
286 GONZÁLEZ RIVAS, Juan José. (1997). Derecho Constitucional. Barcelona: Bosch. Pág. 73.
287 CALZADA PADRÓN, Feliciano. (1990). Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 148.
288 ETO CRUZ, Gerardo. (2011). El Desarrollo del Derecho Procesal Constitucional a partir de la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Peruano. Cuarta edición. Lima: ADRUS. Pág. 259.
289 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 371.
290 Ídem.
82
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
En este respecto, el papel de las decisiones de los Tribunales es tan relevante en el Derecho
Constitucional como en las restantes áreas del Derecho. La aplicación por parte de los Tribuna-
les de las normas constitucionales viene, en efecto, a precisar el alcance de estas, y la interpre-
tación que debe dárseles: la eficacia del Derecho en último término, resulta de su aplicación juri-
dicial en cada caso concreto. Y ello tanto en lo que se refiere a la jurisprudencia de los tribunales
ordinarios como en cuanto al tipo especial que representan los Tribunales Constitucionales291.
En ese sentido, dicha jurisprudencia complementa el ordenamien¬to constitucional de un
país292.
291 LÓPEZ GUERRA, Luis. (1994). Introducción al Derechos Constitucional. Ibídem. Pág. 64.
292 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Ibídem. Pág. 371.
293 Ibídem. Pág. 416.
294 Ibídem. Pág. 423.
295 Ídem.
296 ETO CRUZ, Gerardo. (2011). El Desarrollo del Derecho Procesal Constitucional a partir de la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Peruano. Ob. Cit. Pág. 258.
83
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
3. CONSIDERACIONES FINALES
Las fuentes del derecho constitucional tratan acerca de los elementos constitutivos indis-
pensables para la elaboración, base práctica y modo de expresión de las normas, contenidos e
instituciones de la especialidad constitucional.
Las fuentes de derecho constitucional se clasifica en: históricas, reales o materiales y for-
males.
4. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
1. ÁLVAREZ GARDIOL. (1986). Introducción a una Teoría General del Derecho. Primera reim-
presión, Barcelona: Ariel.
2. ALZAMORA VALDEZ, Mario. (1987). Introducción a la Ciencia del Derecho. Lima: EDDILI.
297 CALZADA PADRÓN, Feliciano. (1990). Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 149.
298 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 424.
299 Ídem.
84
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
86
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
CAPÍTULO VI
1. LA INTERPRETACIÓN JURÍDICA
Gascón y García señalan que el término “interpretar” se puede aplicar, aunque con distintos
matices, a objetos diferentes. Se puede interpretar, por ejemplo, un comportamiento humano, un
acontecimiento histórico o social, etc301.
El problema de la aplicación del derecho se torna más complejo aun cuando las normas
que rigen el caso son confusas o contradictorias, o plantean dudas respecto a la posibilidad
de encuadrar en ellas la cuestión concreta que se trata de resolver. En tales casos es preciso
interpretar esas normas, lo cual constituye la segunda etapa en la tarea de aplicar el derecho303.
Mouchet y Zorraquín precisan que, interpretar las normas jurídicas significa desentrañar su
verdadero sentido y alcance. La interpretación constituye una tarea técnica que tiende a investi-
300 NEYRA ZEGARRA, Ana. (2012). “Interpretación. Pág. 269 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho Cons-
titucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
301 GASCÓN ABELLÁN, Marina y GARCÍA FIGUEROA, Alfonso. (2005). La Argumentación en el Derecho. Segunda Edición Co-
rregida, Lima: Palestra. Pág. 105.
302 ITURRALDE SESMA, Victoria. (2010). Sistema Jurídico, Validez y Razonamiento Judicial. Lima: ARA Editores. Pág. 188.
303 MOUCHET, Carlos y ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. (1996). Introducción al derecho. 12va edición, Buenos Aires: Abeledo –
Perrot. Pág. 252.
87
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
gar la inteligencia que debe darse a una norma, determinando así su campo de aplicación. Del
sentido o significado que se dé a la norma dependerá por consiguiente la posibilidad de com-
pletar con ella el silogismo jurídico, pues si el conflicto planteado no encuentra dentro de sus
prescripciones aquella resulta inaplicable304.
El problema de la interpretación supone, como es lógico, la existencia de una o varias nor-
mas que rigen un caso concreto, y cuyo verdadero significado se trata de dilucidar305.
Interpretar un enunciado quiere decir, ordinariamente, expresar su sentido recurriendo a sig-
nos diferentes de los usados para formularlo de manera original, por lo cual podemos afirmar
que interpretación, por lo tanto, es una relación entre sistemas de signos, que depende no solo
del conocimiento de cada signo, sino también del conocimiento de las relaciones existentes
entre los signos e implica para la determinación del sentido que entre emisor y receptor del
mensaje exista un lenguaje común y un código compartido306.
La interpretación considerada en sentido amplio, traspasa el circulo de la pura aplicación del
derecho y se mueve en la más amplia esfera de elaboración del mismo (tanto práctica como
teórica), si bien constituye únicamente y- ello revela el acierto de este punto de vista- un primer
estudio de esa elaboración, que recoge aquellas realidades o existencias, para después some-
terlas a ulteriores operaciones de construcción, sistematización y creación jurídica307.
Toda norma a pesar de que su contenido literal sea claro debe ser interpretada por cuanto
puede ser distinto el sentido de la norma de los que se deduce de su texto literal. Prohibir la in-
terpretación “significa” tanto como impedir a la vida que cree problemas jurídicos en los que el
legislador no ha pensado, y prescribir al Juez que no se acuerde de sus anteriores sentencias308.
Resulta claro que el problema de la interpretación jurídica puede plantearse de dos maneras dis-
tintas. Una de ellas es en el texto mismo de la norma. Tal es el caso del artículo 103 último párrafo de
la Constitución sobre el abuso del derecho. Otra distinta es cuando el contenido y significado abstrac-
to o teórico de la norma es claro, pero aplicado a la realidad resulta oscuro y, por tanto, su qué quiere
decir debe ser precisado en lo concreto. 309De acuerdo con Ricardo Lorenzetti, 310el problema de la
interpretación jurídica se encuentra sustentado en la subjetividad del intérprete, y las referencias al
texto son meramente instrumentales, para fundar una decisión que ya se ha tomado antes de leerlo.
La norma abstracta debe ser interpretada, o sea, se le debe averiguar en el sentido de su
contenido y después hay que examinar si la situación concreta se adapta a ella. Interpretar la
304 MOUCHET, Carlos y ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. (1996). Introducción al derecho. Ob. Cit. Pág. 252.
305 Ibídem. Pág. 252.
306 VERNENGO, Roberto, J. (2010). Curso de Teoría General del Derecho. Buenos Aires: Depalma. En: ASEFF, Lucia María. Los
Métodos Interpretativos. Lima: ARA Editores. 2010. Pág. 346.
307 CASTÁN TOBEÑAS, José. (1947). Teoría de la Aplicación e Investigación del Derecho. Madrid: Instituto Editorial Reus. Pág.
221.
308 JESCHECK, Hans- Heinrich. (1981). Tratado de Derecho Penal. Parte general. Tomo I, Barcelona: BOSCH.
309 Pág. 222.
310 LORENZETTI, Ricardo Luis. (2006). Razonamiento Judicial: Fundamentos de Derecho Privado. Lima: Instituto de Derecho
Privado Latinoamericano y GRIJLEY. Pág. 61.
88
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
norma y subsumir la situación son las tareas principales del jurista. No se realiza por separado,
sino una al lado de la otra… Al interpretar la norma y al intentar una subsunción, se advierte
pronto que existen muchísimos casos que se apartan, incluso en lo jurídicamente importante,
de la situación considerada previamente y regulada por la ley.311
La interpretación es una técnica de necesaria aplicación a los textos legales porque sus
redactores, por más cuidado y pulcritud que observen, no encuentran fórmulas que no lleguen
a suscitar dudas e incertidumbres, porque la dinámica de la vida social hace muy difícil que las
pautas de conducta puedan encerrarse en las normas y porque un solo vocablo tiene más de
un significado o porque un mismo objeto puede ser designado por carios vocablos, a más de
los problemas que presenta la construcción gramatical. A estas dificultades hay que agregar
las circunstancias históricas, políticas, sociales y económicas dentro de las cuales se gestan
las normas y el contenido variable de los conceptos jurídicos, como ocurre, por ejemplo, con el
orden público, buenas costumbres, buena fe y otros.312
Mouchet y Zorraquín, 315señalan que la interpretación de una norma puede ser doctrinaria,
cuando la realizan los jurisconsultos en sus estudios científicos.
311 BAUMANN, Jurgen. (1973). Derecho Penal. Conceptos Fundamentales y sistemas. Introducción a la sistemática sobre bases
de casos. Buenos Aires: Depalma. Pág. 67.
312 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Lima: IDEMSA. Pág. 269.
313 GUASTINI, Ricardo. (2010). “La interpretación de la Constitución”. En: Interpretación y Razonamiento Jurídico. Santiago Orte-
ga Gomero (Editor). Lima: Ara Editores. Pág. 22.
314 Ídem.
89
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Por su parte Vidal Ramírez, establece que la interpretación doctrinal es la que realizan los
estudiosos del Derecho y es la suma de las opiniones de los juristas, la comunis opinio doctoris,
que se traduce en lo que jurídicamente se conoce como doctrina.316
La interpretación doctrinal, llamada también científica, es la efectuada por los juristas con fines
científicos, didácticos y prácticos, con el propósito fundamental de encontrar la verdad en el cambio
jurídico. No tiene poder normativo, pero ejerce gran influjo en la función legislativa y judicial.317
La función judicial la ejercen por jueces, quienes, por medio de la sentencia, previo conoci-
miento de los hechos, aplican Derecho, después de interpretarlo, al caso concreto sometido a su
decisión.318Entre estos dos extremos hay que optar por una posición intermedia que considera
que la función del juez es interpretativa, pero sin que ello signifique suprimir o relajar la obedien-
cia que debe al orden jurídico positivo.319
De conformidad con Mouchet y Zorraquín,320la interpretación es judicial, si se cumple por los
tribunales en el ejercicio de sus funciones propias.
La interpretación judicial no es solo la aplicación del derecho al caso concreto, sino que pre-
supone una interpretación de la norma o del derecho. Ella es realizada por todos los órganos
jurisdiccionales desde el más alto grado hasta el más bajo, siendo su propósito aplicar leyes a
los casos comprendidos dentro de su ámbito de regulación. Las resoluciones que se expiden en
base a esta clase de interpretación se conoce con el nombre de jurisprudencia.321
La interpretación auténtica es la que se realiza mediante otra norma legal que, al explicitar la
anterior, debe disparar toda duda sobre su sentido, al aclararlo, explicitarlo o complementarlo.
Como puede apreciarse, entonces, no se trata propiamente de una interpretación, por lo menos
en el sentido técnico, sino de una nueva norma dictada al amparo de facultades constituciona-
les, legales o administrativa.322
De conformidad con Mouchet y Zorraquín, 323para que exista la interpretación auténtica se
requiere que el autor de la ley oscura o equivoca disponga, por medio de otra ley, cuál es el
315 MOUCHET, Carlos y ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. (1996). Introducción al derecho. Ibídem. Pág. 253.
316 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ob. Cit. Pág. 274.
317 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Lima: IDEMSA. Pág. 528.
318 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ob. Cit. Pág. 530.
319 RECANSENS SICHES y DEL VECCHIO. (1946). Filosofía del Derecho. Tomo I. México: UTCHA.
320 MOUCHET, Carlos y ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. (1996). Introducción al derecho. Ibídem. Pág. 253.
321 CASTILLO, José Luis, LUJAN TÚPEZ, Manuel y ZAVALETA RODRÍGUEZ, Róger. (2004). Razonamiento Judicial. Interpreta-
ción, argumentación y motivación de las resoluciones judiciales. Lima: Gaceta Jurídica. Pág. 52.
90
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
significado que debe acordarse a su precedente sanción. La nueva ley recibe en tal caso el
nombre de ley aclaratoria, y se aplica a todos los casos que deban juzgarse en el futuro. Pero
conviene analizar siempre con atención el contenido de estas leyes aclaratorias, pues ocurre
a veces que en la realidad modifican la disposición antigua, en vez de esclarecer su sentido, y
entonces deben considerarse simplemente como leyes nuevas que rigen los hechos y los actos
que ocurran con posterioridad.
La interpretación auténtica se cumple mediante una norma aclaratoria (norma interpretativa)
emanada del mismo órgano que creó la norma originaria (norma interpretada), a fin de aclarar
las dudas que suscita esta norma o cuando con base en este viene aplicando otras en forma
incorrecta o, simplemente, porque su creador espere que sea entendido en sentido diferente al
que se le ha dado o se pretende. En tal virtud, dos son los requisitos de la interpretación au-
téntica: a) que sea realizada por el mismo órgano que creó la norma que se interpreta o por el
órgano que lo sucede, y b) que se haga con otra norma (aclaratoria) de la misma jerarquía de la
norma interpretada.324
La interpretación auténtica debe respetar el sentido y la orientación de las normas que in-
terpreta, no siendo licito el añadir o mutar las valoraciones jurídicas, ya sea por estimaciones
sociales o consideraciones políticas de oportunidad o convivencia. Esta clase de interpretación
al hallarse contenida en una norma jurídica es por su procedencia de obligatorio cumplimiento.
Si bien por principio toda disposición jurídica puede ser objeto de interpretación auténtica hay
acuerdo para negar dicha posibilidad a las normas del Derecho consuetudinario y a los princi-
pios generales del Derecho.325
322 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ibídem. Pág. 273.
323 MOUCHET, Carlos y ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. (1996). Introducción al derecho. Ibídem. Pág. 253.
324 En: TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 539.
325 CASTILLO, José Luis, LUJAN TÚPEZ, Manuel y ZAVALETA RODRÍGUEZ, Róger. (2004). Razonamiento Judicial. Interpreta-
ción, argumentación y motivación de las resoluciones judiciales. Ob. Cit. Pág. 48.
91
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
cide con la gramatical, en el sentido de que se limita a precisas el significado de una expresión
que aparece indeterminado o ambiguo.327
Por lo tanto, la interpretación declarativa no es más que la expresión del lenguaje legal y
surge por lo general cuando este es claro.328
Las leyes pueden revelar un significado claro y definido, pero puede suceder que el legislador
se haya expresado indebidamente, con demasiada estrechez o con amplitud excesiva, en cuyo
caso procede una interpretación rectificadora que amplíe o restrinja las palabras de la ley para
obtener su verdadero sentido. La interpretación modificativa puede ser extensiva o restrictiva.329
1.2.2.3. INTERPRETACIÓN EXTENSIVA
La interpretación extensiva surge cuando las palabras de la ley se deben extender en base
a su estrecho y limitado tenor, apoyándose en el argumento a fortiori y el argumento analógico.
La ley dice menos de lo que quiere decir.330
Con la advertencia de que toda interpretación tiene una finalidad aclaratoria, puede ocurrir
que, aún cuando el texto de la norma sea claro y de fácil entendimiento, para su aplicación a una
relación o situación jurídica concreta sea necesario hacer una interpretación extensiva, pues su
tenor parece no hacerla aplicable a esa relación o situación jurídica.331
Cuando el texto legal dice menos de lo que es la voluntad de la ley (minus dixit quam voluit),
el intérprete amplia el significado del texto a supuestos que, de este modo, resultan incluidos
en su sentido. El sentido y alcance de la norma son más amplios que su formulación escrita.332
326 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 543.
327 BRAMONT ARIAS, Luis. (1972). Derecho Penal. Parte General. Tomo I. Lima. Pág. 154.
328 CASTILLO, José Luis, LUJAN TÚPEZ, Manuel y ZAVALETA RODRÍGUEZ, Róger. (2004). Razonamiento Judicial. Interpreta-
ción, argumentación y motivación de las resoluciones judiciales. Ibídem. Pág. 41.
329 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 544.
330 Ibídem. Pág. 41.
331 VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano. Ibídem. Pág. 275.
92
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
interpretación en sentido estricto, pues mientras estas se mantienen siempre en los límites del
significados natural de la palabra, aquellas no los respetan”.
Ferrara,334 precisa que la interpretación restrictiva tiene lugar especialmente en tres casos: 1)
si el texto, entendido en modo general como fue redactado, vendría a contradecir otro texto de
la ley; 2) si la ley contiene en sí misma una íntima contradicción (argumento ab adsurdum); 3) si
el principio aplicado sin restricción va más allá del fin para el que fue ordenado.
Los métodos, o cánones, o técnicas de interpretación, pueden ser concebidos también como
una manifestación del respeto a la ley, pues a través de ellos pretende determinarse que es lo
que esta dice.335
Los métodos de interpretación son procedimientos metodológicos en base a los cuales
podemos obtener conclusiones positivas frente al qué quiere decir la norma jurídica, desentra-
ñando, al aplicarlos, diversos contenidos provenientes de los criterios antes mencionados. Es
decir, los métodos de interpretación esclarecen el significado de las normas utilizando, cada uno,
variables de interpretación distintas a las de los demás. Criterios y métodos de interpretación
están estrechamente vinculados. Los criterios determinan el uso y las diversas combinaciones
posibles de los métodos. A ellos nos referimos cuando decimos que la posiciones axiomática de
interpretación determina también la metodología con lo cual trabajar.336
Toda labor hermenéutica se inicia con la interpretación de un texto o de las palabras fijadas
en una norma jurídica.337
Probablemente el método hermenéutico más antiguo es el literal, llamado también gramatical
o filológico, por cuanto la primera actitud del intérprete fue la de atenerse a las palabras del texto
332 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 544.
333 COVIELLO. Nicolás. (1938). Doctrina general del derecho civil. Traducción de Felipe de J. Tena. Uteha. México. Pág. 85.
334 ALZAMORA VALDEZ, Mario. (1987). Introducción a la Ciencia del Derecho. Décima edición, Lima: EDDILE. Pág. 262.
335 GASCÓN ABELLÁN, Marina y GARCÍA FIGUEROA, Alfonso. (2005). La Argumentación en el Derecho. Ob. Cit. Pág. 194.
336 RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Décima edición, Lima: Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú. Pág. 237.
337 CASTILLO, José Luis; LUJAN TÚPEZ, Manuel y ZAVALETA RODRÍGUEZ, Róger. Razonamiento Judicial. Interpretación,
argumentación y motivación de las resoluciones judiciales. Ibídem. Pág. 63.
93
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
escrito de la ley. Este fue el método propio de los glosadores, que recurrieron a la sinonimia y a
la etimología de las palabras. 338De acuerdo con Martínez Sospedra, 339la doctrina suele restar
importancia a la interpretación literal en sentido estricto, a la que en buena medida se viene a
hacer reo de “realismo ingenuo”.
El elemento gramatical de la interpretación tiene por objeto las palabras de que el legislador
se sirve para comunicarnos su pensamiento, es decir, el lenguaje de las leyes.340
Para el método literal, el procedimiento de interpretación consiste en averiguar lo que la
norma denota mediante el uso de las reglas lingüísticas propias al entendimiento común del
leguaje escrito en el que se halla producida la norma, salvo que los términos utilizados tengan
algún significado jurídico especifico y distinto del común, en cuyo caso habrá que averiguar cuál
de los dos significaos esta utilizado la norma. Es decir, el método literal trabaja con la gramática
y el diccionario.341
Es así, que cuando de la interpretación según las reglas del lenguaje aparezca sin lugar a
dudas, con toda claridad, el propósito o fin de la norma, se estará a esta significación, sin des-
naturalizarla; pero si no se obtiene una respuesta aceptable, se indagara por el espíritu de la
norma.342
El juez, en este caso, es neutro totalmente alejado de la creación, que debía enmarcar su
actividad dentro de las directrices retóricas utilizadas por esta escuela, para determinar la vo-
luntad del legislador, esto, es los principios generales del Derecho, los aforismos, las máximas
y los adagios.343
Alzamora precisa que “el examen lógico puede referirse al estudio de los elementos que
constituyen la formula (lógica interna) o la relación entre aquella y las circunstancias exteriores
(lógico externa)”.344
338 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 548.
339 MARTÍNEZ SOSPEDRA, Manuel. (2007). Manual De Derecho Constitucional Parte General. Valencia: Editorial TIRANT LO
BLANCH. Pág. 236.
340 MOUCHET, Carlos y ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. (1996). Introducción al derecho. Ibídem. Pág. 258.
341 RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Ob. Cit. Pág. 238.
342 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 554.
343 ASEFF, Lucia María. (2010). “Los métodos interpretativos”. En: El Derecho a la Acción, Ensayos sobre la interpretación y
aplicación del derecho. (2010). Pablo Raúl Ramírez (Editor). Lima: Ara Editores. Pág. 361.
344 ALZAMORA VALDEZ, Mario. (1987). Introducción a la Ciencia del Derecho. Ob. Cit. Pág. 267.
345 ALBALADEJO, Manuel. (1983). Curso de Derecho Civil Español. Tomo I, introducción y parte general, Barcelona: Bosch. Pág.
106.
94
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Albaladejo así mismo precias que “la lógica y la utilización de sus principios es indispensable
para interpretar, como para toda tarea que implique razonamiento. Pero, con particular aplicación a
la interpretación de las normas, la doctrina y la jurisprudencia suelen formular ciertas reglas lógicas,
como: debe rechazarse la interpretación que conduzca al absurdo; la norma que autoriza a lo más,
autoriza implícitamente a los menos; y cuando prohíbe lo menos, hay que entenderse prohibido lo
más; son de la ley no distingue, no se debe distingue; la inclusión de un caso supone la exclusión
de los demás, etc. Reglas no siempre exactas, pues, por ejemplo, la última, aplicada siempre, im-
pediría la regulación del caso no contemplado en la ley, por analogía del contemplado”.345
De acuerdo con Bramont Arias, “la interpretación lógica o teleológica se propone conocer la
voluntad de la ley con arreglo al fin perseguido. En tal virtud, el intérprete penetra en el texto de
la ley por todas las vías que puedan iluminar sus zonas oscuras o indecisiones”.346
La razón de ser de la norma es llamada ratio legis en la teoría y se la debe distinguir de algu-
nas otras figuras aparentemente similares.347
346 BRAMONT Arias, Luis. (1972). Derecho Penal. Parte General. Tomo I. Ob. Cit. Pág.153.
347 Ibídem. Pág. 240.
348 En: CASTILLO, José Luis, LUJAN TÚPEZ, Manuel y ZAVALETA RODRÍGUEZ, Róger. (2004). Razonamiento Judicial. Inter-
pretación, argumentación y motivación de las resoluciones judiciales. Ibídem. Pág. 75.
349 MOUCHET, Carlos y ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. (1996). Introducción al derecho. Ibídem. Pág. 258.
350 RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Ibídem. Pág. 242.
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
La norma jurídica no surge de la nada en un momento dado, sino que sui contenido es a me-
nudo el resultado de una larga elaboración histórica, en orden a satisfacer concretos intereses
y necesidades sociales, económicas, culturales, políticas, que deben regularse jurídicamente.
La norma nace con sujeción a determinadas aspiraciones sociales y constituye una realidad
histórica que evoluciona a lo largo del tiempo, adquiriendo en ocasiones una sabiduría superior
a la de su creador. El intérprete debe indagar no solo la voluntad del creador de las normas,
sino especial voluntad objetiva de ellas que lo conduzca a encontrar la solución justa. De esto
se deduce que la interpretación histórica se divide en una investigación sobre el origen histórico
de las normas y en una investigación sobre la evolución histórica el contenido de las normas.351
Supone que, salvo que se deduzca otra cosa, a los enunciados normativos se les debe atribuir
el significado que tradicionalmente se les venía otorgando. La hipótesis del argumento es que el
legislador tiende a no innovar en el uso de las palabras, garantizando así la seguridad jurídica.352
La interpretación histórica pretende determinar la voluntad de la ley (…), a partir del contexto en el
que la misma se elaboró. Su utilidad es discutida por la doctrina, buena parte de la cual reduce a una
función de corroboración de los resultados obtenidos mediante otras técnicas de interpretación.353
El Derecho envejece o, visto desde otra perspectiva, el cambio social se muestra más rápido
que el cambio normativo. Por eso, este argumento ordena que los enunciados jurídicos se inter-
preten teniendo en cuenta, no la realidad que contempló el autor de la norma, sino la realidad del
tiempo en que ha de ser aplicada y, por tanto, dando relevancia a los cambios culturales, políticos,
tecnológicos, etc., que hayan podido producirse. En ocasiones, esos cambios pueden ser de tal
entidad que la norma resulta obsoleta y caiga en desuso (por ejemplo, una vieja norma ordenaba a
los médicos tener cierto instrumental hoy abandonado o superado), pero en principio lo que supone
este argumento es que la norma se aplique, si bien atendiendo a la nueva realidad.354
Según este método, el intérprete para descubrir el sentido y alcance de la norma debe tomar
351 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 563.
352 PIETRO SANCHÍS, Luis. (1997). Teoría del Derecho. Introducción al Derecho. Coordinador Luis Pietro Sanchís. Cuenca:
Ediciones de la Universidad de Castilla. Cuenca. Pág. 27.
353 MARTÍNEZ SOSPEDRA, Manuel. (2007). Manual De Derecho Constitucional Parte General. Ob. Cit. Pág. 237.
354 PIETRO SANCHÍS, Luis. (1997). Teoría del Derecho. Introducción al Derecho. Coordinador Luis Pietro Sanchís. Ediciones de
la Universidad de Castilla. Cuenca.
96
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
El fundamento e importancia del método teleológico reside en el hecho que la norma jurídica no
tiene un fin en sí misma, ni su interpretación exige un conocimiento puramente teórico, sino que cons-
tituye un instrumento que busca resolver los conflictos sociales, lograr la paz social y organizar los
problemas y exigencias de la jurisprudencia y el único capaz de construir una argumentación razona-
ble. Ello se conecta a la exigencia que el Derecho debe adaptarse a las necesidad y requerimientos,
presentes y futuros, de la vida social, tanto en el aspecto cultural, económico, político o jurídico.356
El método teleológico alcanza una de sus cúspides más altas cuando, por ejemplo, en el
análisis del tipo objetivo o de la responsabilidad civil extracontractual se vincula el resultado o
el daño al comportamiento activo u omisivo realizado, y cuyo límite viene dado por el ámbito de
protección de la norma o el mismo alcance del tipo. En estos casos la relevancia jurídica de la
conducta depende de la superación del riesgo permitido y su concreción en el resultado y de la
vulneración del principio de confianza.357
Este es el método de interpretación propuesto por Carlos Cossio. Empírico porque se apoya
en la percepción del comportamiento de los integrantes de la comunidad, y dialectico porque el
conocimiento de esos comportamientos requiere la comprensión de sus sentidos conceptualiza-
dos en las normas jurídicas. La creciente captación del sentido exige un ir y venir entre el sustra-
to material (el comportamiento humano) y el sentido que finaliza cuando el sujeto cognoscente
que quiera la diáfana conciencia de haber comprendido el objeto cuyo conocimiento procura.358
El juez esta frente a una concreta controversia humana sometida a su conocimiento para
resolverla conforme a Derecho. El sentido objetivo del comportamiento de los litigantes está con-
ceptualmente expresado en normas jurídicas. La misión del juez consiste en definir, de acuerdo
con la prueba producida en el proceso, los hechos relevantes del caso y dirimir el conflicto en el
sentido indicado por las normas jurídicas aplicables a la situación.359
355 STC, EXP Nº 0000- 6-2009- PI/TC, Lima del 22/ 3/2010. En: TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho.
Teoría General del derecho. Lima: IDEMSA. Pág. 568.
356 En: CASTILLO, José Luis, LUJAN TÚPEZ, Manuel y ZAVALETA RODRÍGUEZ, Róger. (2004). Razonamiento Judicial. Interpre-
tación, argumentación y motivación de las resoluciones judiciales. Ibídem. Pág. 86.
357 En: ibídem. Pág. 87.
358 COSSIO, Carlos. (1959). El derecho en el derecho judicial. 2da edición. Buenos Aires: Abeledo Perrot. Pág. 135 y ss.
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Aníbal Torres Vásquez asevera que la Constitución Política como ley fundamental, que con-
sagra los derechos humanos (parte dogmática) y estructura al Estado (parte orgánica), no es
sólo una norma más para interpretar, sino también un criterio de interpretación del resto del orde-
namiento jurídico. por eso, a la interpretación conforme a la constitución se le denomina también
interpretación desde la constitución, es decir, que de entre los posibles sentidos de una norma
jurídica debe optarse por aquel que sea más conforme con el contenido de la Constitución. Esta
incorpora un sistema de valores que tienen un carácter informador de todo el ordenamiento jurí-
dico, por lo que este debe ser interpretado de acuerdo con dichos valores.362
Los criterios de interpretación jurídica son: el criterio tecnicista, el criterio axiológico, al criterio
teleológico y sociológico.
“De acuerdo con el criterio tecnicista, el intérprete asume que la tarea de interpretación con-
siste en desentrañar el significado de una norma jurídica a partir del Derecho mismo, sin inter-
vención de elementos extraños a lo técnicamente legal. Los medios de los que se valdrá el intér-
359 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ob. Cit. Pág. 571.
360 ASEFF, Lucia María. (2010). “Los métodos interpretativos”. En: El Derecho a la Acción, Ensayos sobre la interpretación y
aplicación del derecho. Pablo Raúl Ramírez (Editor). Ob. Cit. Pág. 377.
361 TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. (2011). Introducción al Derecho. Teoría General del derecho. Ibídem. Pág. 574.
362 Ídem.
98
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
prete serán la literalidad de la norma, su ratio legis, sus antecedentes jurídicos, su sistemática,
inclusive su dogmática. Explicamos brevemente estos conceptos”363.
Este criterio supone que el propio intérprete ha establecido previamente los objetivos a lograr
mediante el Derecho, o que en todo caso dicha predeterminación ha sido realizada por una per-
sona o autoridad que se la impone.365
Marcial Rubio Correa366 afirma que según el criterio sociológico, el intérprete asume que la
interpretación debe ser realizada de manera tal que, en la medida de lo posible, la aplicación
de la norma jurídica sea adecuada a las características sociales de la realidad normada. Esto
equivale a hacer intervenir en la interpretación jurídica consideraciones tales como las concep-
ciones ideológicas de los grupos sociales normados, sus costumbres, características generales
de vida, entorno social, intereses, etcétera.
2. LA INTERPRETACIÓN CONSTITUCIONAL
En el Derecho Constitucional, por el contrario, nos encontramos con la doble singularidad de que
la interpretación brilla por su ausencia desde los orígenes del Derecho Constitucional a comienzos
del XIX hasta los años cincuenta del siglo XX, y de que a partir de ese momento afirma su presencia
como «teoría de la interpretación de la Constitución» distinta de la interpretación jurídica general367.
363 RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Ibídem. Pág. 234.
364 Ibídem. Pág. 235.
365 Ídem.
366 Ibídem. Pág. 236.
367 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. (5ta.ed.), Madrid: Marcial Pons. Pág. 141.
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
368 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. Ob. cit. Pp. 124-125.
369 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I, Lima: ADRUS. Pág. 229.
370 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Ibídem. Pp. 127-128.
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
hacer la ley, y el Tribunal Constitucional, que tiene el monopolio del control de constitucionalidad
de la ley. Interpretación de la Ley e interpretación de la Constitución es una manera específica
de reflejar la vida de la Sociedad Civil y del Estado Constitucional371.
La finalidad de la interpretación es «hacer justicia». Como el legislador no ha podido prever
todas las circunstancias que pueden concurrir en cada caso, ha fijado «la ley», «la norma». Hay
que encontrar el «mejor encaje» posible del caso concreto en la ley, en la norma. Este es el
objetivo de la interpretación jurídica372.
La finalidad de la interpretación de la Constitución no es en absoluto ésa. La interpretación «me-
jor» de la Constitución es, por hipótesis, la que hace el legislador. El criterio de interpretación mejor
o peor es un criterio exclusivamente político. Es la sociedad a través de sus representantes la que
decide cuál es la mejor interpretación de la Constitución. Y porque considera que es la mejor, es por
lo que la sociedad elige una determinada mayoría parlamentaria y ésta aprueba las normas que
considera adecuadas a las preferencias políticas manifestadas por los ciudadanos en las urnas373.
Y es que el objetivo de la interpretación constitucional es completamente distinto del de
la interpretación jurídica en general. En la interpretación jurídica rige la igualdad. Por eso la
interpretación tiene que estar destinada a hacer justicia, a buscar lo mejor. En la interpretación
constitucional rige el privilegio. Se trata de un «privilegio igualitario», democráticamente definido,
democráticamente legitimado. Pero es un privilegio interpretativo del legislador. Siempre que el
privilegio no traspase el límite fijado por el constituyente, debe ser mantenido374.
Mediante este axioma se exige al juez constitucional “salvar”, hasta donde sea razonable-
mente posible, la constitucionalidad de una ley impugnada, en aras de afirmar la seguridad
jurídica y la gobernabilidad del Estado375.
Es decir, la expulsión de una ley del ordenamiento jurídico por inconstitucional, debe ser la
última ratio a la que debe apelarse. Así, la simple declaración de inconstitucionalidad no debe
ser utilizada, salvo si es imprescindible e inevitable376.
Mediante este axioma o pauta básica se asigna un sentido a una ley cuestionada de inconsti-
tucionalidad, a efectos que ella guarde coherencia y armonía con el plexo del texto fundamental.
101
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Dicha interpretación hace que la ley sea conforme a la Constitución; cabiendo, para tal efecto,
que se reduzca, sustituya o modifique su aplicación para los casos concretos377.
En este contexto, el TC ha tenido ocasión de precisar que “la experiencia demuestra que
residualmente la declaración de inconstitucionalidad puede terminar siendo más gravosa desde
un punto de vista político, jurídico, económico o social, que su propia permanencia dentro del
ordenamiento constitucional. Así, pues, los efectos de dicha declaración pueden producir, duran-
te un “tiempo”, un vacío legislativo dañoso para la vida coexistencial. En ese sentido, no debe
olvidarse que la jurisdicción constitucional desarrolla una función armonizadora de los conflictos
sociales y políticos subyacentes en un proceso constitucional, por lo que dichas sentencias se
constituyen en instrumentos procesales necesarios para el desarrollo de tal fin”378.
375 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I, Lima: ADRUS. Pág. 239.
376 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I. Ibídem. Pág. 240.
377 Ídem.
378 Ídem.
379 Ibídem. Pág. 230.
102
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
1.a La estructura normativa peculiar de la Constitución, diferente de la de las demás normas jurídicas.
2.a La remisión en general al legislador para que «cree» derecho dentro del marco fijado por la propia
Constitución. En los preceptos recién transcritos tal remisión es lo único que hace posible que
tengan algún contenido y puedan, en consecuencia, servir para algo. Pero la remisión es general
y tiene, como vamos a ver, alcance asimismo general para la interpretación constitucional.
3.a La existencia de un límite impreciso, pero de un límite, que, llegado el caso, puede y debe ser
hecho valer frente al legislador por el Tribunal Constitucional.
103
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
de la interpretación jurídica no es, por tanto, casual. Viene exigida por la propia naturaleza o
peculiaridad del Derecho Constitucional como derecho386.
El método tópico es un método impreciso, es por lo que en la doctrina y en la jurisprudencia
constitucional se han ido definiendo una serie de «principios de interpretación de la Constitu-
ción», a través de los cuales se intenta obtener algo más de seguridad desde el punto de vista
de la argumentación racional en dicho proceso de interpretación. Son los siguientes387:
1.” Principio de unidad de la Constitución. La interpretación tiene que estar orientada siempre
a preservar la unidad de la Constitución como punto de partida de todo el ordenamiento jurídico388.
Por su parte, Humberto Cuno Cruz precisa que en virtud de la cual la norma constitucional
no se puede interpretar de forma aislada, sino que debe considerarse dentro del conjunto cons-
titucional. En otras palabras, este principio busca considerar a la Constitución como un todo y no
limitar la interpretación de la norma de inferior jerarquía a una determinada norma constitucional,
en razón de la afinidad de la materia. De ahí que el juez constitucional no deba limitarse en su
labor interpretativa al cotejo con uno o varios artículos de la Carta, sino que debe basar sus
decisiones teniendo en cuenta la concordancia o armonización con todas aquellas que tengan
relación con el asunto a dilucidar389.
Conforme al cual la interpretación de la Constitución debe estar orientada a considerarla como
un “todo” armónico y sistemático, a partir del cual se organiza el sistema jurídico en su conjunto390.
2.° Principio de concordancia práctica. Con este principio se pretende «optimizar» la inter-
pretación de las normas constitucionales entre las que pueda darse una relación de tensión en
la práctica. Por ejemplo, en las relaciones entre el derecho al honor y la intimidad y la libertad de
información, o entre los principios de libertad y seguridad. Hay que interpretar la Constitución de
tal manera que no se produzca el «sacrificio» de una norma o valor constitucional en aras de otra
norma o valor. La tarea de «ponderación» de valores o bienes constitucionalmente protegidos es
importantísima en la interpretación constitucional391.
Humberto Cuno Cruz afirma que este principio se basa en la conexidad existente entre los
bienes constitucionalmente protegidos. Conlleva la complejidad de resolver, en ciertos casos,
el problema que se plantea cuando entran en conflicto bienes o intereses constitucionalmente
amparados, sobre todo cuando se trata de derechos fundamentales.
386 Ídem.
387 Ibídem. Pp. 141-142.
388 Ibídem. Pág. 142.
389 CUNO CRUZ, Humberto. 2012. “Interpretación constitucional”. Pp. 272-273 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario
de Derecho Constitucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
390 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I, Lima: ADRUS. Pág. 231.
391 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Ibídem. Pág. 142.
104
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Exige del intérprete constitucional un alto grado de ponderación de valores en conflicto, bus-
cando que prevalezca el equilibrio en la protección de los derechos, los que deben ser con-
servados en su mayor medida, salvo cuando la Carta les confiere expresamente un grado de
prevalencia sobre el otro392.
En virtud del cual toda aparente tensión entre las propias disposiciones constitucionales
debe ser resuelta “optimizando” su interpretación, es decir, sin “sacrificar” ninguno de los valo-
res, derechos o principios concernidos, y teniendo presente que, en última instancia, todo pre-
cepto constitucional, incluso aquellos pertenecientes a la denominada “Constitución orgánica”
se encuentran reconducidos a la protección de los derechos fundamentales, como manifesta-
ciones del principio-derecho de dignidad humana, cuya defensa y respeto es el fin supremo de
la sociedad y el Estado (artículo 1° de la Constitución)393.
392 CUNO CRUZ, Humberto. 2012. “Interpretación constitucional”. Pp. 272-273 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario
de Derecho Constitucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
393 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I, Lima: ADRUS. Pp. 231-232.
394 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Ibídem. Pág. 142.
395 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Ibídem. Pág. 232.
396 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 142.
397 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Ibídem. Pág. 232.
105
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
a) Por un lado, la oposición entre una doctrina literalista y una doctrina intencionalista.
b) Por otro lado, la oposición entre una doctrina estática y una doctrina dinámica.
398 CUNO CRUZ, Humberto. 2012. “Interpretación constitucional”. Pp. 272-273 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario
de Derecho Constitucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
399 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. (5ta.ed.), Madrid: Marcial Pons.
400 CUNO CRUZ, Humberto. 2012. “Interpretación constitucional”. Pp. 272-273 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario
de Derecho Constitucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
401 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Ibídem. Pág. 232.
402 COMANDUCCI, Paolo.(2010). “Constitucionalización y neoconstitucionalismo: significado”. En: Miguel Carbonell y Leonardo
García Jaramillo Editores. Colombia. Pág.116.
403 GUASTINI, Ricardo. (2010). Interpretación, Estado y Constitución. Lima: ARA Editores. Pág. 203.
106
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Las dos doctrinas que se oponen en la primera pareja individualizan (aun cuando sea de un
modo) dos técnicas interpretativas, es decir, dos modos, relativamente precisos, de argumentar
la interpretación elegida: que consiste en invocar, respectivamente, la “letra” del texto interpre-
tado y la (presunta) “intención” de la autoridad que lo ha dictado. También la doctrina dinámica
corresponde a una técnica interpretativa relativamente determinada: normalmente se argumenta
una interpretación “dinámica” (es decir, trivialmente, diversa de aquellas precedentes) aducien-
do una variante cualquiera de la así llamada “naturaleza de las cosas”, por ejemplo, el cambio
de las circunstancias (económicas, sociales, etc.), de la “conciencia social”, y de otras cosas
similares. Por el contrario, la doctrina estática no corresponde a algún argumento interpretativo
determinado, sinónimo quizás a un genérico argumento conservador: se debe interpretar así, y
no de otra manera, porque así es que se ha interpretado en precedencia.404
404 GUASTINI, Ricardo. (2010). Interpretación, Estado y Constitución. Ob. Cit. Pág. 205.
405 RUBIO CORREA M. A. (2013). La Interpretación de la Constitución según el Tribunal Constitucional. 3° edic. Lima: Fondo
Editorial de la PUCP. Pág. 67.
406 Ibídem. Pág. 76.
107
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
La interpretación teleológica existe dentro del derecho, pero tiene especial importancia dentro del
derecho constitucional, pues tiene por finalidad organizar en sus más amplios espacios a la sociedad
integralmente considerada y, por ello mismo, establece finalidades tanto de contenido como de forma.408
3. CONSIDERACIONES FINALES
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Es así que existen diversas, técnicas, métodos, criterios de interpretación normativa, por la
cual, dependiendo del caso se deberá desentrañar el verdadero sentido de la norma.
La interpretación jurídica, es un instrumento que el abogado debe tener presente, puesto
que, no puede caer en el simplismo de la lectura de la ley, puesto que detrás de una norma exis-
ten teorías, doctrinas, tesis, etc. que constituyen el fundamento de la norma jurídica.
La interpretación constitucional tiene como objetivo relevar y respetar la naturaleza de la
Constitución como unidad normativa completa vinculante que el Tribunal Constitucional hace
cumplir a través de sus sentencias.
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27. VERNENGO, Roberto, J. (2010). Curso de Teoría General del Derecho. Buenos Aires:
Depalma. En: ASEFF, Lucia María. Los Métodos Interpretativos. Lima: ARA Editores.
28. VIDAL RAMÍREZ, Fernando. (2012). Manual Introductorio al Derecho Civil Peruano.
Lima: IDEMSA.
110
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
CAPÍTULO VII
El poder constituyente puede dar forma a un sistema normativo enteramente propio, cuyas
normas reciben de la Constitución su condición de tales y tienen en ella, por tanto, el parámetro,
exclusivo, de validez. Además, y sobre todo, la Constitución decide, por voluntad del Constituyen-
te, el conjunto normativo que ha de operar en el territorio sobre el que se extiende, con eficacia la
fuerza que, monopolizada por quien constituye al Estado, pretende organizarse en su ejercicio412.
La expresión poder constituyente se refiere tanto a la facultad o potencia para establecer y
alterar la constitución (poder-función), como a quién lo hace (poder-persona)413.
Pérez Royo señala que: Sin poder constituyente no puede haber Constitución, es decir, no
puede haber Constitución racional normativa, en el sentido que se le da a este concepto en los
procesos revolucionarios, americano y francés, de finales del siglo XVIII414.
Tanto desde un punto de vista lógico como histórico el poder constituyente es una necesidad
para la Constitución escrita. La Constitución no puede ser pensada racionalmente si no es a
partir del poder constituyente415.
El poder constituyente reside en el pueblo; el ejercicio práctico de ese poder constituyente
se traduce en la Constitución; y la Constitución en cuanto producto del poder constituyente tiene
que estar por encima de los poderes constituidos416.
En el continente europeo, por el contrario, el poder constituyente ha sido un concepto pro-
blemático desde sus orígenes hasta casi nuestros días. No por razones de tipo teórico, sino
por motivos exclusivamente históricos. Como todos los elementos centrales del concepto de
Constitución, el poder constituyente también ha estado dominado por el enfrentamiento entre el
Antiguo Régimen y el Estado Constitucional a lo largo de todo el siglo XIX y por las dificultades
del proceso de democratización del Estado en la primera mitad del siglo XX417.
412 REQUEJO PAGÉS, Juan Luis. (1998). Las normas preconstitucionales y el mito del poder constituyente. Madrid: CEC. P. 54.
413 SAGUES, Nestor Pedro. (2007). Manual de Derecho Constitucional. Buenos Aires: ASTREA Pág. 65.
414 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. (5ta.ed.), Madrid: Marcial Pons. Pág. 107.
415 Ídem.
416 Ibídem. Pág. 108.
111
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Si partimos del significado liso y llano de la palabra “constituyente”, y entendiendo a ésta como la
acción de “constituir”, observamos que se revierte al principio de crear algo. En la materia que nos
ocupa tiene como única referencia el aspecto jurídico que “constituye o establece” un ordenamiento
legal, en el que se origina una serie de normas que han de regir la vida jurídica de una comunidad,
bien porque se trate de un reducido grupo o bien porque se refiera a una Nació418.
La teoría del poder constituyente se vincula estrechamente con el concepto de soberanía, el cual
reside única y exclusivamente en el pueblo, el que en todos los casos es el único que puede determi-
nar su propia forma de organización a través de un poder constituyente. Como afirma Pérez Serrano,
éste “organiza una estructura, no engendra un Estado, ni instaura por vez primera la autoridad419.
El poder constituyente originario es una facultad de acción que de¬riva del atributo ínsito de una
colectividad o de alguna(s) persona(s) en nombre de ella, de proveerse de manera autónoma una
organización político-jurídica a través del dictado de una Constitución, la cual deviene en norma fun-
damental. Representa la asociación de la voluntad con la fuerza, para adoptar una decisión sobre el
modo y forma de existencia política420.
El poder constituyente no sólo puede expresarse mediante una Asamblea Constituyente, esto es,
a través de un órgano de representación, como lo propusiera Abate Sieyé, sino también en forma
directa421.
Los elementos constitutivos del poder constituyente originario son: la voluntad política y la efec-
tividad422.
La voluntad política debe expresar una acción dotada de fuerza, potencia o energía encaminada a
crear o recrear la existencia de un Estado; para lo cual establece un orden normativo fundamental423.
La efectividad debe expresar que dicha acción debe orientar una capacidad de operar y regular
en y sobre la realidad. Por ende, aspira a alcanzar una capacidad de obediencia interna y de respeto
externo424.
Actitud o cualidad para “construir” una sociedad política. Implica la efectiva capacidad de dominio
y la existencia de una energía institucionalizadora para establecer una organización político-jurídica425.
Capacidad o energía que permite cumplir un fin o alcanzar una meta de naturaleza política. En
este contexto, el poder constituyente deviene en la capacidad o energía para constituir o dar consti-
tución al Estado, es decir, para estructurarlo y organizarlo política y jurídicamente426.
417 Ídem.
418 CALZADA PADRÓN, Feliciano. (1990). Derecho Constitucional. México: HARLA S.A. Pág. 154.
419 CALZADA PADRÓN, Feliciano. (1990). Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pág. 155.
420 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Cuarta edición. Lima: ADRUS. P. 506.
421 ETO CRUZ, Gerardo. (2011). El Desarrollo del Derecho Procesal Constitucional a partir de la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional Peruano. Cuarta edición. Lima: ADRUS. Pág. 81.
422 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ob. Cit . Pág. 506.
423 Ídem.
424 Ídem.
425 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Lima: Gaceta Jurídica,
Lima. P. 362.
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
El poder constituyente es el proceso fundacional u original que celebra la comunidad política para
darse a sí misma una organización jurídica, teniendo a la Constitución como base. De esta forma, el
poder constituyente como facultad que sostiene la estructura constitucional del Estado de Derecho
natural puro y es preexistente al derecho positivo427.
Por su parte, Linares Quintana define al poder constituyente como “la facultad soberana del pue-
blo a darse su ordenamiento jurídico-político fundamental originario por medio de una Constitución,
y a revisar ésta, total o parcialmente, cuando sea necesario.428
El poder Constituyente recoge del pueblo y de los acontecimientos históricos contenidos ideopo-
líticos como el liberalismo y el utilitarismo, pero en la versión nacional, que representa para el país
principios profundacionales y que van a definir el futuro del Estado Peruano, tanto en su estructura
orgánica como en sus funciones. Recoge, igualmente, contenidos axiológicos como los de justicia, o
los morales. De la misma manera, toma elementos histórico-geográficos que encierra principios de
continuidad y delimitación territorial. Todos estos antecedentes determinaron la Fórmula Política del
Estado Peruano, que se expresó en las Bases Constitucionales de 17 de diciembre de 1822, que a
su vez fueron sustento y guía de Constitución de 1823 y seguirán siendo de las posteriores Consti-
tuciones incluso la vigente.429
Aquí, precisamente, es donde radica la diferencia entre el poder constituyente y los poderes
constituidos, mientras que éstos son poderes de naturaleza jurídica, en la medida en que su forma-
ción y el ejercicio de sus competencias están definidos en la Constitución, el poder constituyente, por
ser él mismo el origen de todo derecho, no puede tener tal naturaleza430.
El poder constituyente es previo al derecho, opera en una suerte de vacío jurídico y, en conse-
cuencia, no puede ser interpretado jurídicamente431.
El poder constituyente, en la medida en que expresa la voluntad de la nación, es autónomo y
carece de límites. Los poderes constituidos, por el contrario, sí están sometidos a su manifestación
de voluntad y tienen que adecuar su conducta a lo que la Constitución establezca. En cada parte la
Constitución no es la obra del poder constituido, sino del poder constituyente432.
426 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pág. 364.
427 SOSA SACIO, Juan Manuel. 2012. “Poder constituyente”. Pág. 331– En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho
Constitucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
428 LINARES QUINTANA, Teoría Constitucional Tomo I, P. 81. Citado por BORJA, Rodrigo. Derecho Político y Constitucional.
México: Fondo de Cultura Económica (FCE). Pág. 317.
429 GONZALES OJEDA, Magdiel. (2013). Derecho Constitucional General. Perú: Universidad Ricardo Palma Fondo Editorial. Pp.
189-190.
430 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 109.
431 Ídem.
432 Ídem.
113
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
El poder constituyente es, pues, el instrumento a través del cual la nación decide organizarse
políticamente y ordenarse jurídicamente, reclamando para sí misma la posición de centro de poder
originario, autónomo e incondicionado433.
Por eso, el poder constituyente no puede ser pensado jurídicamente, aunque se ha intentado
hacerlo en infinidad de ocasiones… El poder constituyente remite al origen del poder y el poder es
previo al derecho, que no es más que un instrumento de canalización y ordenación del mismo. El
poder constituyente es sustancialmente resistente a toda explicación de tipo jurídico. El poder cons-
tituyente pertenece al mundo de la Política y no al mundo del Derecho434.
Debe precisarse que el Poder Constituyente es el producto de una decisión o acto político de un
pueblo o grupo social determinado, para que a través de él se dé, para el pueblo, una organización
política-jurídica; pero ese pueblo tiene límites, especialmente morales, éticos, axiológicos, y además
políticos, religiosos, etc., que regulan la vida social; por lo tanto, el Poder Constituyente, si bien por
encima del Estado y la ley no incide sobre él, sí tiene los límites señalados435
El poder constituyente tiene que ser políticamente un poder legítimo, es decir, un poder suscepti-
ble de ser explicado en términos racionales y de ser aceptado por la sociedad436.
Pero la legitimidad no fue sólo un recurso teórico para explicar coherentemente la ordenación
jurídica del Estado, sino que fue también el instrumento del que se hizo uso en la práctica para hacer
efectiva la idea del poder constituyente y de la Constitución racional normativa como orden de la
igualdad y la libertad. El concepto de legitimidad fue el que presidió el acto fundacional del Estado
en el continente europeo, que no puede, en consecuencia, ser entendido sino a partir del mismo437.
En dicho enfrentamiento será en el que se hará uso por primera vez en la historia de la teoría y
de la práctica política del término legitimidad en contraposición al de legalidad, no con la finalidad
puntual de rechazar algún comportamiento del poder, sino con la finalidad de justificar una acción
política de carácter conformador de dicho poder438.
Desde entonces la idea de legitimidad ha sido una constante en la teoría del poder constituyente.
No todo poder que produce un ordenamiento jurídico estable para un Estado es un poder constitu-
yente. Únicamente lo es aquel que está en el origen de una Constitución digna de tal nombre. Y para
ello el poder tiene que ser legítimo. El poder constituyente actúa en un vacío de legalidad, pero no
de legitimidad439.
Ahora bien, el concepto de legitimidad es un concepto muy difícil de definir. La línea que separa
un poder constituyente legítimo de otro ilegítimo es, necesariamente, imprecisa. Por eso la teoría del
433 Ídem.
434 Ibídem. Pág. 110.
435 GONZALES OJEDA, Magdiel. (2013). Derecho Constitucional General. Ob. Cit. Pág. 175
436 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 110.
437 Ibídem. Pág. 111.
438 Ídem.
439 Ibídem. Pág. 112.
114
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
poder constituyente se ha centrado en identificar lo que podríamos definir, haciendo uso de la termi-
nología acuñada por Bodino para la soberanía, como «señales características» de la legitimidad, que
nos permitan decidir con una cierta seguridad cuándo un poder constituyente puede ser calificado
como legítimo y cuándo no440.
Tan diversos son los orígenes de la teoría del poder constituyente como diversos son los aconte-
cimientos históricos que dieron paso a la conformación del mismo, específicamente a partir del siglo
XVIII, con la integración de las Trece Colonias de Norteamérica, como veremos más adelante411.
Para el tratadista Nicolás Pérez Serrano, el poder constituyente consiste en establecer o en refor-
mar la Constitución de un Estado; es decir, la cuestión se refiere al concepto de Constitución, la cual
un pueblo puede ir elaborando día a día o bien surgir a causa de un suceso que irrumpa en la vida
de la comunidad. “Existen, pues —señala el tratadista—, según el concepto de Constitución que se
prefiera, dos conceptos de Poder constituyente: uno, el que se refiere a la Constitución entrañable,
no improvisada, esencial y arraigada de un pueblo, cuya unidad política ha ido creando la estructura
adecuada para su desenvolvimiento orgánico; otro, el que alude a transformaciones instantáneas,
convulsionadas y racionalistas, que, con un fíat vigoroso, plasmen por obra del imperativo legal una
nueva realidad en la Nación442.
La Ley Fundamental de la Unión Americana, que data de 1787 y puede considerarse como la
primera de la época moderna, respondió a la necesidad de las Trece Colonias de darse una confor-
mación orgánica que a la postre derivó en la formación de la Nación que hoy se denomina Estados
Unidos de América. La importancia de este acontecimiento reside en que impulsó especialmente en
el resto del continente americano, la creación constitucional de diversas naciones, que retomaron de
aquella Carta conceptos, formas y maneras de organización política. El tratadista Haurióu señala:
“En ella se inspiran en gran manera las Constituciones francesas de 1791 y de 1848 y, en menor gra-
do, la Constitución alemana de 1919, llamada Constitución de Weimar, de este modo, la Constitución
de Estados unidos incluye dos aspectos diferentes: por una parte se crea un pacto federal entre las
trece ex colonias inglesas, en la naciente unidad que habría de protegerlas de cualquier anarquía o
peligro externo, y por la otra, contiene los fundamentos constitucionales para establecer un nuevo
orden bajo un Estado de Derecho443.
Así, el poder constituyente es el llamado a establecer la Carta Magna que un pueblo decide darse
a sí mismo para encauzar los actos jurídicos de su existencia como Nación, lo que implica también el
115
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
reconocimiento de que es en ésta donde descansa la soberanía. Respecto a la formación del poder
constituyente, Pérez Serrano reitera: “…no se acepta más poder constituyente que el singular y ex-
traordinario por virtud del cual un pueblo que no tenía Constitución se da su primera Ley fundamental
política o, al menos, modifica y reforma su Código político preexistente si ya lo tenía…Es decir que
para estos efectos no se consideran más constituciones que las ‘revolucionarias’, las modernas, las
nacidas de un acto legislativo solemne y extraordinario; ni se reputa constituyente otro poder que
el especial encargado de decretar y sancionar una Constitución de ese tipo, de lo cual también se
deduce en quién ha de encarnar ese poder constituyente, que en buena tesis sólo cabe atribuir al
pueblo o Nación como unidad política”444.
Considerado como uno de los grandes pensadores franceses que influyeron notablemente en la
adopción de las ideas relativas a la soberanía, y en no pocas ocasiones distinguido como el padre de
tal concepto. Rousseau publica en 1762 su obra más destacada sobre el tema: El contrato social. En
ella enuncia sus principales ideas acerca de esta cuestión y declara: “Encontrar una forma de asocia-
ción que defienda y proteja con la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado, y por la cual
cada uno, uniéndose a todos, no obedezca sino a sí mismo y permanezca tan libre como antes. Tal es
el problema fundamental cuya solución da el CONTRATO SOCIAL.” De acuerdo con el propio autor,
esta obra formaba parte de un proyecto mucho más amplio, pero que al parecer nunca pudo concluir445.
Un estudioso de la teoría política, George Sabine, afirma que conforme al ordenamiento del tema
de El contrato social, el autor “probablemente comenzó por exponer en forma abstracta su teoría de
la voluntad general y pasó después a hacer observaciones generales sobre historia y política. La
última parte del libro —agrega— tal como vio la luz, conserva rasgos de la lectura de Montesquieu,
al igual que el plan de constitución de Córcega publicado por Rousseau y que sus ‘consideraciones
sobre el gobierno de Polonia’. El contrato social, en su parte teórica, es excesivamente abstracto;
cuando Rousseau escribe acerca de problemas corrientes, es por lo general difícil ver la relación que
tiene la teoría con sus propuestas o las propuestas con su teoría446.
En la Francia revolucionaria del siglo XVII, la voz del abate Sieyés se hizo escuchar en todos los
ámbitos políticos a través de su obra ¿Qué es el Tercer Estado? precisamente cuando a los diversos
116
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
estamentos de la sociedad los inquietaba una preocupación: quiénes representarían sus intereses
de clase, y cuáles serían las consecuencias de la convocatoria formulada por el rey para que el pri-
mero de mayo de 1789 se reuniesen los Estados Generales. No olvidemos que éstos se reunieron
por última vez en 1614, y que en aquella ocasión, la alianza entre la nobleza y el clero dejaba en
minoría al “Tercer Estado”, lo que permitía asegurar de antemano los intereses de los privilegiados447.
Las condiciones políticas imperantes fueron el marco de mayor resonancia para la obra de Sie-
yés, quien en la práctica se convirtió, al decir de Paul Bastid, en “el espíritu mismo de la Revolución
Francesa”448.
Un estudioso mexicano de Sieyés, el catedrático Raúl Cardiel Reyes, en mi cuaderno denominado
Sieyés, ideólogo de la revolución, señala: “Siempre ha sido un enigma histórico, que ha desafiado por
mucho tiempo a sus intérpretes, el saber qué pensador o filósofo fue el ideólogo de la Revolución Fran-
cesa. Figuras sobresalientes se disputan este alto honor: Voltaire, que enseñó a Francia a pensar libre-
mente… Rousseau que enarboló el principio político de los tiempos modernos: el poder soberano del
pueblo; o filósofos ingleses que mostraron por vez primera la posibilidad de la democracia, como John
Locke, difundido ampliamente por la pluma de Voltaire; o Montesquieu, suma de sabiduría política, … o
el tempestuoso orador de los Estados Generales…Más adelante, Cardiel Reyes afirma que si durante
la Revolución Francesa nadie hubiese unificado las doctrinas políticas vigentes, éstas habrían provo-
cado la formación de grupos opuestos a su orientación, al intentar organizar de nueva cuenta el reino
de Francia. Y destaca: “A un genio superior se debe esa síntesis de las doctrinas políticas del tiempo
que unificó la acción revolucionaria. Ese genio fue Emmanuel José Sieyés. El citado autor sostiene
que éste aportó el fundamento político “de la nueva época a la nación, ente histórico, comunidad moral
y natural de los hombres, principio formativo de las instituciones de las costumbres y de las leyes”449.
Por su parte, el tratadista español Nicolás Pérez Serrano, citando a Zweig, afirma que durante
las discusiones de la Constitución Francesa del año III, Sieyés señaló y alabó “como una conquista
revolucionaria la diferenciación del poder constituyente como cosa distinta de los constituidos; y aun
añadió, el poco modesto abate y fabricante de Constituciones, que ese descubrimiento, muy Impor-
tante para la ciencia, era de origen francés, fijando por más en el año de 1788 la aparición de tan
sano y fecundo pensamiento”, La fecha en cuestión es la misma que aparece en la obra de Sieyés
denominada ¿Qué es el Tercer Estado?, por lo que el citado jurista deduce que autor se adjudica a
sí mismo “la gloria del venturoso hallazgo”. Más adelante, Pérez Serrano señala que en sus Memo-
rias, La Fayette “ advirtió que Norteamérica había conocido y practicado la apuntada diferenciación,
negándose a interferir o conjugar sus tareas, como las Asambleas francesas propendían a hacerlo
con grave retroceso desde el punto de vista doctrinal450.
117
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Se trata, sin duda, de la señal característica de la legitimidad del poder constituyente más deci-
siva. Si la Constitución es un orden de la igualdad y la libertad, es porque son los propios individuos
los que tienen que decidir en qué va a consistir dicho orden451.
Por eso, el poder constituyente está indisociablemente unido a una determinada concepción de
la soberanía, sin la cual no puede existir. Hasta que no se ha dado respuesta a la cuestión de dónde
reside el poder, no se puede obtener una respuesta a la cuestión del poder constituyente. De ahí que
dicho poder haya estado unido a la afirmación de la soberanía nacional o de la soberanía popular.
Cuando la concepción de la soberanía que se ha impuesto no ha sido ninguna de las dos, el poder
constituyente desaparece del horizonte452.
En su origen la teoría y la práctica del poder constituyente aparece conectada con la afirmación
de la soberanía nacional. Sin poder constituyente no hay Constitución. Pero sin soberanía nacio-
nal no hay poder constituyente. El poder constituyente es el instrumento a través del cual se hace
realidad una determinada concepción de la soberanía. Porque la nación es soberana es por lo que
dispone del poder constituyente y no a la inversa453.
Hasta que con el final de la Primera Guerra Mundial no se vuelva a plantear de manera expresa
el problema de la soberanía en términos de soberanía popular, no volverá a hacer acto de presencia
el poder constituyente en el constitucionalismo europeo454.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, la consideración del poder constitu-
yente como una consecuencia de la afirmación teórica y práctica de la soberanía popular ya no se
discute más. En el día de hoy sólo se considera legítimo el poder que descansa expresamente en
la soberanía popular. Si no hay una decisión expresa de los ciudadanos sobre la Constitución del
Estado, dicho Estado no está democráticamente constituido, lo que en la práctica equivale a decir
que no está constituido, que no tiene Constitución. El Estado que no está democráticamente consti-
tuido carece de legitimidad, no es Estado de Derecho. Pues el Estado de Derecho del siglo XX o es
Democrático o simplemente no es Estado de Derecho, sino otra cosa455.
118
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
o estructurarse una comunidad, cualquiera que ésta sea, en proporción a la población. El jurista
mexicano Jorge Carpizo define la relación de ambos términos: “Poder constituyente es sinónimo
de soberanía y de pueblo. En una teoría democrática, el poder constituyente sólo puede ser el
pueblo. El pueblo es quien decide sobre la forma de organización jurídica y quien se da su propia
constitución456.
En lo que respecta a la titularidad de la soberanía, a partir de la Revolución Francesa es el pue-
blo quien la ostenta, y no el rey. Y en la misma medida en que la soberanía se concibe como parte
inherente del pueblo, el poder constituyente también corresponde, como ya se ha señalado, única y
exclusivamente al pueblo457.
Perez Royo señala que dos son, por tanto, las notas que caracterizan al poder constituyente,
según Sieyés458.:
1.a Es un poder originario y único, que no puede encontrar su fundamento fuera de sí mismo, porque
más allá de él no hay nada.
2.a Es un poder incondicionado frente al cual no existen límites ni de tipo formal ni de carácter ma-
terial. En principio, el poder constituyente lo puede querer todo y quererlo de la forma que le
parezca oportuno.
Se trata de dos características que no caben en el mundo del derecho, que exige justamente lo
contrario:
1º La existencia de una norma que califique como jurídica una conducta o el ejercicio de una com-
petencia.
2.° La limitación de dicha conducta o del poder en el ejercicio de su competencia por lo que en la
norma se establezca.
El mundo del derecho no admite poderes originarios e incondicionados, sino únicamente poderes
derivados y condicionados o limitados.
Por su parte Víctor García Toma explica459 entre las principales características del poder constitu-
yente originario se encuentran las cinco siguientes: la inicialidad, la autonomía, la incondicionalidad,
la inmanencia y la temporalidad.
456 CALZADA PADRÓN, Feliciano. (1990). Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 159.
457 Ídem.
458 PÉREZ ROYO, Javier (1998). Curso de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 110.
459 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ibídem. Pp. 515-517.
119
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
a). La inicialidad
Expresa el hecho de la presencia de una voluntad político-jurídica constitutiva y principal. Sobre
él no preexiste ni se permite la presencia de ningún otro poder. Señálese además que no acepta
la vigencia de ninguna norma jurídica, en razón de que esta no rige ni “vive”. Por ende, ningún otro
poder o forma de organización puede, en estricto, ejercer la función que aquel desempeña.
b) La autonomía
Expresa el hecho de que ningún individuo o grupo puede invocar mérito o título alguno para “su-
jecionar” al ejerciente del poder constituyente originario y mucho menos substituirlo.
c). La incondicionalidad
Expresa el hecho de que el ejerciente del poder constituyente originario es libre de pronunciarse
según las formas, modalidades y contenidos de su actuación; habida cuenta que solo él está califi-
cado para fijar sus parámetros procedimentales y sustanciales.
d). La inmanencia
Expresa el hecho de un atributo inherente e intransferible del propio poder constituyente origi-
nario, de crear o recrear la estructura y organización política de un Estado naciente o reconstituido,
mediante la dación de una Constitución.
e). La temporalidad
Expresa el hecho de que dicho poder se hace efectivo por un lapso breve y para un fin determi-
nado: formular un texto fundamental. Cumplido dicho propósito, se inactiva política y jurídicamente.
En esa perspectiva es históricamente comprobable que actúa en momentos extraordinarios.
Por ende, se trata de una acción cronológicamente intermitente y discontinua.
Una cosa es el Poder Constituyente que presupone un momento fundacional de un nuevo orden
jurídico-constitucional, y la otra cosa es el Poder Constituido, que es ya el poder político estable, per-
manente y que tiene como fin producir normas infra-constitucionales. Con todo el Poder Constituido
puede devenir en Poder Constituyente Derivado, si es que reforma la Constitución a través de sus
mecanismos que ha preestablecido460.
120
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
García Toma467 precisa que entre las principales notas connotativas que presenta el poder consti-
tuyente derivado o instituido, como capacidad de reformar el texto fundamental, están las siguientes:
la legitimación, la limitación y la eficacia.
460 ETO CRUZ, Gerardo. (2011). El Desarrollo del Derecho Procesal Constitucional a partir de la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Peruano. Ob. Cit. Pp. 84-85.
461 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 526.
462 Ibídem.
463 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 362.
464 SOSA SACIO, Juan Manuel. 2012. “Poder constituido”. Pág. 330– En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho Consti-
tucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
465 SOSA SACIO, Juan Manuel. 2012. “Poder constituido”. Pág. 330– En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho Consti-
tucional Contemporáneo. Ob. Cit. Lima.
466 GONZALES OJEDA, Magdiel. (2013). Derecho Constitucional General. Ibídem. Pág. 190.
467 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ibídem. Pp. 529-531.
121
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
a) La legitimación
El accionar de dicho poder deriva de la misma Constitución que habrá de reformar. Esta es la
base de su propia fundamentación y consentimiento político468.
b) La limitación
El accionar de dicho poder parte de presupuestos establecidos por el poder constituyente origi-
nario; es decir, se encuentra subordinado al orden establecido en cuanto a su actuación y alcance
de su labor. Más aun, operan sobre aquel los topes extrajurídicos469.
La doctrina establece que los límites que caracterizan al órgano reformador pueden ser formales
y materiales470.
Los límites formales se refieren a la totalidad de requisitos objetivamente establecidos por la
Constitución para que el proceso de reforma prospere, a saber471.:
- La individualización del órgano con competencia para ejercer la potestad modificatoria.
- El íter procedimental.
- La ratificación ciudadana del proceso de reforma (opcional).
Los límites materiales se refieren a algunos contenidos de la Cons¬titución. Con ellos se indica
la presencia de parámetros de identidad o esencia constitucional, inmunes a toda posibilidad de
reforma.
c) La eficacia
El accionar de dicho poder tiene como fundamento el afirmar un vínculo armonioso entre el texto
constitucional y la realidad política y social472.
Siguiendo en parte a Pedro de Vega García consideramos que la reforma constitucional cumple
las dos funciones siguientes:
122
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Víctor García Toma señala que: Entre ambos poderes existe una ligazón irrompible. Al respecto
debe señalarse que no se trata de poderes de distinta sustancia, sino de un entroncamiento de gé-
nero a especie, que se presenta en dos momentos de vida institucional: en el primero como creación
o recreación de un orden constitucional; en el segundo la reforma del mismo475.
Seguidamente García Toma476 citando a Alberto Spota manifiesta que el mencionado autor distin-
gue conceptualmente el ejercicio de ambos poderes de la manera siguiente:
El poder constituyente originario es el que organiza y da asiento jurídico, por primera vez o nue-
vamente, a una comunidad. Su base de poderes es el de naturaleza política.
El poder constituyente derivado o constituido es la consecuencia de una norma constitucional
que faculta o permite la reforma del texto magno; por ende dicho poder tiene un origen estrictamente
jurídico. Así, cuando una Constitución anuncia la factibilidad y el procedimiento para su propia re-
forma, el poder que surge de ello tiene el carácter de constituido o instituido; o sea, es una potestad
cuyo asiento tiene base legislativa.
El poder constituyente originario es una expresión que alude a potencia, fuerza o dominación política.
El poder constituyente derivado o constituido se asocia con los conceptos de competencia, facul-
tad, atribución o capacidad jurídica. Se encuentra condicionado por la decisión inicial del legislador
constituyente y su legitimidad radica en la legalidad de la función regulada por la Constitución. En
otras palabras, la autoridad de dicho poder se encuentra en el texto básico del Estado, y funda la
validez de su actuación y su eficacia en el respeto a los parámetros procedimentales y sustanciales
establecidos por el poder constituyente originario en la Constitución.
El poder constituyente derivado o constituido es llamado también poder de reforma o de revisión,
es el que se desenvuelve conforme a las pautas jurídicas (de trámite y contenido) que marca la
constitución preexistente477.
Según la intensidad con que se ejercite, se distinguen algunas veces las enmiendas (cambios
secundarios) de las reformas (cambios más importantes) en la Constitución478.
La reforma de la Constitución ha de suponer, en la dimensión puramente interna del ordenamiento,
la aplicabilidad de todas las normas previas que no contradigan los nuevos preceptos constitucionales
sustantivos, con independencia de que la contradicción con Constituciones pretéritas haya supuesto
su inaplicación en algún momento del pasado. la reforma constitucional significa, en consecuencia,
474 Ídem.
475 Ibídem. Pág. 532.
476 SPOTA, Alberto. (1991). Lo político, lo jurídico, el derecho y el poder constituyente. Buenos Aires: Depalma. En: GARCÍA
TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 532.
477 SAGUES, Nestor Pedro. (2007). Manual de Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pág. 69.
478 Ídem.
123
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
bastante más que la simple revisión del texto constitucional; implica, también –y, quizás sobre todo-,
un verdadero reordenamiento del Derecho precedente, estructurado alrededor del criterio de la com-
patibilidad sustantiva entre las normas hasta entonces inaplicables y el nuevo texto constitucional479.
La reforma de las Constituciones ha tomado diferentes matices en cuanto a la interpretación de la
innovación admisible para la modificación o adecuación de un texto de esta naturaleza. Los mismos
defensores de la Constitución asumen posiciones diversas que abarcan desde prohibiciones abso-
lutas en lo que toca a reformas hasta el establecimiento de revisiones totales y periódicas o simple-
mente la inclusión de mecanismos que permitan, a partir de un riguroso procedimiento, la reforma de
la Carta Magna establecida por ella misma480.
De acuerdo con el tratadista Pérez Serrano, en la Francia posrevolucionaria, se dieron casos
tales como el que protagonizó Felipe Delleville; que el 22 de agosto de 1795 propuso “que se conde-
nase a muerte a quien pretendiera introducir reformas en la Constitución”. Tal inquietud era producto
del temor de que un nuevo constituyente destruyera el trabajo logrado, de manera que se soslayaba
la posibilidad futura de que una situación diferente pudiera exigir un contexto jurídico distinto del que
se tenía en ese momento481.
El jurista mexicano Jorge Carpizo señala la existencia de tres sistemas diferentes en cuanto a las
reformas constitucionales, los cuales se resumen de la siguiente manera482.:
a) El francés, que “implicaba que las reformas eran examinadas por varias legislaturas en forma
sucesiva”; la Constitución francesa de 1791, que requería la aprobación de por lo menos cua-
tro legislaturas más, de manera sucesiva, entre otros requisitos. Por su parte, “la Constitución
española de 1812 exigió tres legislaturas y la Constitución mexicana de 1824, únicamente dos
legislaturas”.
b) El norteamericano, que exige que una reforma constitucional sea aprobada por el Congreso
Federal con una “mayoría especial”, para después ser turnada a las Legislaturas Locales, de las
cuales se requiere una aprobación por mayoría.
c) El suizo, donde “para la reforma total o parcial de la constitución es necesario que se lleve a cabo
un referendo; es decir, que el pueblo exprese si acepta o no la reforma.
En lo que respecta a la Constitución actual de México, el título octavo, en su artículo 135, deter-
mina la forma y el procedimiento para la reforma de la Ley Fundamental483.:
Como resultado inequívoco de la soberanía de un pueblo, la Constitución se convierte en un
Estado de Derecho, en la Ley Primera o Ley Fundamental. Así, en palabras de Pérez Serrano, “el
poder constituyente —del cual se deriva la Constitución— organiza con estructura, no engendra un
Estado, ni instaura por primera vez la autoridad”484.
479 REQUEJO PAGÉS, Juan Luis. (1998). Las normas preconstitucionales y el mito del poder constituyente. Ob. Cit. Pp. 120-121.
480 CALZADA PADRÓN, Feliciano. (1990). Derecho Constitucional. Ibídem. Pp. 163-164.
481 Ibídem. Pág. 164.
482 Ídem.
483 Ídem.
124
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
La ‘supremacía’ dice la calidad de ‘suprema’, que por ser emanación de la más alta fuente de au-
toridad corresponde a la Constitución; en tanto que ‘primacía’ denota el primer lugar que entre todas
las leyes ocupa la Constitución485.
Esta circunstancia, que confiere a la Constitución el carácter de “suprema”, presupone que el
poder constituyente es distinto de los poderes constituidos, y que la Constitución tiene que ser nece-
sariamente rígida y escrita486.
Como resultado de la expresión soberana de una nación, que se traduce en primer lugar en la
formación de un poder constituyente, del cual derivan los poderes constituidos, que obedecen a la
conformación y aprobación de una Constitución, se genera un ESTADO DE DERECHO, producto
de la norma que se instituye487.
Desde luego que el contenido de la norma jurídica que establece el poder constituyente no puede
ser otro que el expresado en la Constitución; es decir, los poderes constituidos. En palabras del tratadis-
ta Schmill Ordóñez, (…) no hay más voluntad del Constituyente que el contenido de la Constitución, y
como este contenido consiste en el establecimiento de los órganos estatales, sus funciones y limitacio-
nes, la voluntad constituyente mexicana tan sólo consiste en la creación de un Estado de Derecho488.
De este modo, cuando se habla de un Estado de Derecho se da por sentada la existencia de una
Constitución. Ésta producto de un poder constituyente, señala de manera inequívoca las normas y
principios mediante los cuales han de conformarse los órganos del Estado, así como sus limitaciones
y las garantías que está obligado a proporcionar a todos los ciudadanos. Así, el principio del Estado
de Derecho es el resultado de la expresión soberana de una Nación, manifestada a través del pacto
social que representa el poder constituyente489.
Finalmente, entre nosotros, García Toma señala que la reforma constitucional es definida como
poder constituyente derivado o constituido en razón a que como expresión constituyente se coloca
en el lugar otrora ocupado por el operador o ejerciente originario; pero como expresión derivada o
constituida actúa en función a un ordenamiento jurídicamente preestablecido490.
Linares Quintana señala: El poder constituyente es la facultad soberana del pueblo a darse su
ordenamiento jurídico político fundamental originario por medio de una Constitución, y a revisar de
ésta total o parcialmente, cuando sea necesario. Mientras, que los poderes constituidos son creados
por la Constitución, que limita y regla, encontrándose, por consiguiente, en un plano de una jerarquía
institucional inferior del poder constituyente.491
484 Ídem.
485 Ibídem. Pp. 159-160.
486 Ibídem. Pág. 160.
487 Ibídem. Pág. 162.
488 Ibídem. Pág. 160.
489 Ídem.
490 GARCÍA TOMA, Víctor. (2014). Teoría del Estado y Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 533.
491 LINARES QUINTANA, Teoría Constitucional Tomo I, P. 84. Citado por BORJA, Rodrigo. Derecho Político y Constitucional.
México. Ob. Cit. Pág. 316.
125
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
4. CONSIDERACIONES FINALES
5. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
126
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
CAPÍTULO VIII
Si las normas de la Constitución peruana que se refieran a derechos deben ser interpretadas de
acuerdo con las normas internacionales sobre derechos humanos vinculantes para el Perú, y al ser
los Tribunales internacionales los que interpretan las referidas normas internacionales, entonces no
cabe más que admitir que los criterios jurisprudenciales que puedan definir estos tribunales serán
criterios que servirán para interpretar la norma constitucional peruana cuando se refiera a los dere-
chos constitucionales.492
Desde otra perspectiva, Peces-Barba, desde un punto de vista subjetivo, define los derechos
como “derechos subjetivos, libertades, potestades o inmunidades que el ordenamiento positivo esta-
blece, de protección a la persona, en lo referente a su vida, a su libertad, a la igualdad y no discrimi-
nación, a su participación política y social, a su promoción, a su seguridad, o a cualquier otro aspecto
fundamental que afecte a la libre elección de sus planes de vida (de su moralidad privada), basada
en la moralidad de la libertad, la igualdad, la seguridad jurídica y la solidaridad, exigiendo el respeto,
o la actividad positiva de los poderes públicos o de las personas individuales o grupos sociales, con
posibilidad de reclamar su cumplimiento coactivo en caso de desconocimiento o violación”.493
Concepto que no es tautológico como el de Fernández Galiano, quien señala que los derechos
fundamentales son “aquellos derechos de los que es titular el hombre, no graciosa concesión de las
normas positivas, sino con anterioridad e independientemente de ellas y por el mero hecho de ser
hombre, de participar en la naturaleza humana…”, 494ni formalista como afirma Javier Murgueza.
495
En efecto, tal concepto no sólo concreta ciertas exigencias humanas, sino que alude al carácter
histórico de su concreción; deja espacio a los ordenamientos jurídicos para el reconocimiento po-
sitivo de tales derechos, tanto a los aspectos normativos del proceso de positivización como a las
492 MESÍA, Carlos. (2005). Exégesis del Código Procesal Constitucional. Segunda edición, Lima: Gaceta Jurídica. Pág. 76.
493 PECES-BARBA, Gregorio. Curso de derechos fundamentales, Teoría General. Universidad Carlos III de Madrid. España. Pág.
469.
494 FERNÁNDEZ – GALIANO, A. (1988). Derecho Natural: Introducción filosófica al derecho. Madrid: CEURA. Madrid. Pág. 126.
127
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
técnicas de protección y garantías. Tal concepto tiene un cierto carácter teleológico ya que preserva
algunos valores últimos como son la dignidad de la persona, la libertad y la igualdad. Tal concepto
puede conjugar la exigencia ius naturalista de la fundamentación de los derechos y las técnicas de
positivización y protección de ellos.496
Como afirma López Guerra, desde la perspectiva constitucional, pues, los derechos fundamen-
tales aparecen doblemente caracterizados. Por una parte, por tratarse de esferas de libertad garan-
tizadas específicamente en el texto constitucional, disponiendo por ello de una garantía más fuerte
que la de otros derechos “no fundamentales”, reconocidos en las leyes ordinarias. En segundo lugar,
porque el reconocimiento y garantía de esos derechos son expresión de unos valores que inspiran
la organización política y que justifican la misma existencia de una Constitución. En otras palabras,
los derechos fundamentales no solo aseguran situaciones de individuos particulares, sino que, ade-
más, sirven para definir los valores y fines de la estructura política constitucional. Tienen así, los
derechos fundamentales, una finalidad individual y una finalidad colectiva.497
Pérez Luño, señala que los derechos fundamentales representa el resultado del acuerdo bási-
co de diferentes fuerzas sociales, logrado a partir de relaciones de tensión y de los consiguientes
esfuerzos de cooperación encaminados al logro de metas comunes. Por ello, corresponde a los
derechos fundamentales un importante cometido legitimador de las formas constitucionales del Es-
tado de Derecho, ya que constituyen los presupuestos del consenso sobre el que se debe edificar
cualquier sociedad democrática; en otros términos, su función es la de sistematizar el contenido
axiológico objetivo del ordenamiento democrático al que la mayoría de los ciudadanos prestan su
consentimiento y condicionan su deber de obediencia al Derecho. Comportan también la garantía
esencial de un proceso político libre y abierto, como elemento informador del funcionamiento de
cualquier sociedad pluralista.498
Desde un punto de vista axiológico, los derechos fundamentales son la concreta plasmación de
los derechos humanos en el ordenamiento interno.499
La dogmática de los derechos fundamentales, en tanto disciplina práctica, apunta, en última ins-
tancia, a la fundamentación racional de juicios de deber ser de derechos fundamentales concretos.
La racionalidad de la fundamentación exige que la vía desde las definiciones de los derechos funda-
mentales a los juicios de deber ser de derechos fundamentales concretos sea accesible, en la mayor
medida posible, a controles intersubjetivos. Pero, esto presupone claridad acerca de la estructura de
las normas de derechos fundamentales, como así también acerca de todos los conceptos y formas
de argumentación relevantes para la fundamentación jusfundamental. En modo alguno puede decir-
495 MURGUEZA, Javier y otros. (1989). El fundamento de los derechos humanos. Madrid: Debate. Pág. 21.
496 NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. (1997). Dogmática Constitucional Chile: MIXM y Universidad de Talca. Pág. 123.
497 LÓPEZ GUERRA, Luis. (1994). Introducción al Derechos Constitucional. Valencia: Tirant lo Blanch. Pp. 103 – 104.
498 PÉREZ LUÑO, Antonio Enrique. (1995). Los Derechos Fundamentales. 6ta edición, Madrid: TECNOS. Pág. 21.
499 DIEZ-PICAZO, Luis María. (2000). Constitución y Constitucionalismo Hoy. Caracas: Fundación Manuel García-Pelayo. Pág. 393
128
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
se que ya exista la suficiente claridad. Si se echa una mirada a la caracterización teórico- estructural
de los derechos fundamentales y de las normas de los derechos fundamentales que uno encuentra
en la jurisprudencia y en la literatura, lo que se obtiene es una imagen casi desconcertante.500
Los derechos humanos son: Un conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento
histórico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas, las cuales deben
ser reconocidas positivamente por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional.501
La interpretación de los derechos fundamentales también se halla informada por ciertos principios
o pautas hermenéuticas que el Colegiado Constitucional también se ha encargo de precisar, entre
los cuales destaca primordialmente, en la jurisprudencia del TC, el principio pro homine y el principio
de interpretación conforme a los Tratados Internacionales de Derechos Humanos y a la jurispru-
dencia de los tribunales internacionales en materia de derechos humanos. En lo que sigue vamos
a detenernos en el desarrollo jurisprudencial que el TC peruano ha efectuado de estos principios502.
El principio pro homine es un criterio hermenéutico que informa a todo el derecho de los dere-
chos humanos, en virtud del cual se debe acudir a la norma más amplia, o a la interpretación más
extensiva, cuando se trata de reconocer derechos protegidos e, inversamente, a la norma o a la
interpretación más restringida cuando se trata de establecer restricciones permanentes al ejercicio
de los derechos o suspensión extraordinaria503.
Del mismo modo, a este contexto pertenece el criterio de interpretación in dubio pro libertatis y
el in dubio pro homine. A través de ellos se exige al operador jurídico que si al interpretar un dispo-
sitivo normativo es posible concluir dos o más interpretaciones, se ha de decantar por aquella que
más y mejor favorezca o promueva la plena vigencia de los derechos humanos o fundamentales, en
buena cuenta, que más y mejor promueva el pleno desarrollo de la persona humana como fin. Este
principio se predica tanto de las disposiciones infraconstitucionales como de las de rango constitu-
cional, porque “en última instancia, todo precepto constitucional, incluso aquellos pertenecientes a
la denominada ‘Constitución orgánica’, se encuentran reconducidos a la protección de los derechos
fundamentales, como manifestaciones del principio-derecho de dignidad humana, cuya defensa y
respeto es el fin supremo de la sociedad y el Estado (artículo 1 de la Constitución)”504.
500 AlEXY, Robert. (1997). Teoría de los Derechos Fundamentales. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. Pp. 39-40.
501 PAZO PINEDA, Oscar Andrés. (2014). Los Derechos Fundamentales y el Tribunal Constitucional. Lima: Gaceta Jurídica. p. 24.
502 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I, Lima: ADRUS. Pp. 240-241.
503 WLASIC, Juan Carlos. Manual Crítico de Derechos Humanos. (2da. Ed. Actualizada). Buenos Aires: La Ley. P. 63.
129
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Este principio esencial en la interpretación de los derechos fundamentales y que puede ser deno-
minado también como la “regla de la preferencia”, significa básicamente que, ante eventuales dife-
rentes interpretaciones de un dispositivo legal, se debe optar por aquélla que conduzca a una mejor
protección de los derechos fundamentales, descartando así las que restrinjan o limiten su ejercicio.
Como ha establecido el TC, “el principio pro homine impone que, en lugar de asumir la interpreta-
ción restrictiva, se tenga que, por el contrario, optar por la tesis que posibilite que el particular pueda
ejercer su derecho (...)”505.
Como ha sido señalado profusamente en la doctrina, las fuentes del derecho internacional se
influyen recíprocamente. Así, éstas, a su vez, influyen y son influidas por las fuentes domésticas.
La interpretación de las normas internacionales también puede beneficiarse de la jurisprudencia
que se genere sobre el punto en los países parte del sistema, puesto que la aplicación de normas
domésticas a casos particulares también puede dar alcance y contenido más precisos a las normas
504 CASTILLO CÓRDOVA, Luis. “La interpretación iusfundamental en el marco de la persona como inicio y fin del Derecho”. En:
CASTILLO CÓRDOVA, Luis et al. (2009). Pautas para interpretar la Constitución y los derechos fundamentales, Primera edi-
ción, Lima: Gaceta Jurídica, P. 61.
505 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I, Ob. Cit.. Pág. 241.
506 Ídem.
507 Ídem.
130
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
de derechos humanos. Mirando esto desde otro ángulo, el juez nacional, al interpretar una norma de
derechos humanos nacional, también debe tener en consideración las normas internacionales y la
jurisprudencia internacional508.
En el plano de la interpretación de los derechos fundamentales llevada a cabo por los tribunales
internacionales, el TC ha sido claro en señalar que la relación entre éstos “... no alude a una relación
de jerarquización formalizada [entre los tribunales internacionales de derechos humanos y los tribu-
nales internos], sino a una relación de cooperación en la interpretación pro homine de los derechos
fundamentales. No puede olvidarse que el artículo 29.b de la Convención proscribe a todo tribunal,
incluyendo a la propia Corte, “limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda
estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de los Estados partes o de acuerdo con otra
convención en que sea parte uno de dichos Estados”509.
En reciente jurisprudencia El TC peruano ha sido concluyente en señalar que “los derechos re-
conocidos en los tratados sobre derechos humanos y su respectiva interpretación por los tribunales
internacionales, son, por así decirlo, un punto de partida, un referente “mínimo indispensable”, en
cuyo desarrollo se encuentra expedita la facultad de los Estados de ampliar su ámbito normativo, sea
sumando derechos “nuevos” inspirados en la dignidad humana, o acompañando a los ya previstos
de manifestaciones que impliquen una garantía adicional en su eficacia, esto es, en la proyección del
derecho jurídicamente reconocido a la realidad concreta510.
Si bien el principio de proporcionalidad fue entendido desde algunas posturas, como un mero
criterio de interpretación de los derechos fundamentales, hoy no queda duda de su carácter jurídico,
siendo concebido como un principio de carácter metodológico que actuaría como un “límite de lími-
tes”, es decir, como una pauta que permite concretar los límites que los derechos fundamentales le
imponen a la actividad limitadora del poder.511
Esta tesis descansa en la idea de que las restricciones o limitaciones impuestas por el poder a la
libertad de los individuos, también deben estar sujetas a límites, especialmente cuando se trata de
restricciones impuestas por el legislador ordinario. Sin embargo, no debe perderse de vista que tales
límites, antes que provenir del principio de proporcionalidad, provienen de los derechos mismos, de
modo que el primero solo permite hacer explícito el punto hasta el cual tales derechos toleran ser
limitados en un caso concreto.512
131
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
512 INDACOCHEA PREVOST, Úrsula. (2012). “Proporcionalidad”. Pág. 348. En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de
Derecho Constitucional Contemporáneo. Ob. Cit.
513 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I, Ibídem. Pág. 243.
514 Ídem.
515 Ídem.
516 Ibídem. Pp. 243-244.
517 Ibídem. Pág. 244.
132
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
y que son: i) la exigencia de idoneidad o adecuación; ii) la exigencia de necesidad; iii) la exigencia de
proporcionalidad stricto sensu.518
Los derechos fundamentales a criterio de García Toma son atributos del ser humano que se
encuentran garantizados y tutelados expresa o implícitamente por el ordenamiento constitucional de
un Estado en particular. Su denominación responde al carácter básico o esencial que estos tienen
dentro del sistema jurídico instituido por el cuerpo político519.
Entre nosotros, el Artículo 1 de la Constitución de 1993 precisa: La defensa de la persona huma-
na y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.
Carlos Fernández Sessarego manifiesta que El artículo 1 de la Constitución de 1993, al lado del
respeto de la persona humana, enuncia también el deber de la sociedad y del Estado de respetar su
dignidad. La “dignidad” es una calidad inherente a la persona, en cuanto esta es simultáneamente
libre e idéntica a sí misma. La libertad y la identidad sustentan la dignidad del ser humano. El ser
humano posee dignidad porque, siendo libre, es un ser espiritual, y además, por el hecho de que, a
pesar de que todos los seres humanos son iguales, no hay dos idénticos. Esta dignidad inherente a
su ser el sustento de los derechos fundamentales de la persona humana.520
Además, Carlos Fernández Sessarego, dice que: La persona humana o ser humano es, en sínte-
sis y a la altura de nuestro tiempo, una unidad psicosomática constituida y sustentada en su libertad.
El ente “persona humana” tiene, así, una estructura dentro de la cual se puede distinguir el soma
– o cuerpo en sentido estricto- y la psique. Se trata de una “unidad” por cuanto todo lo que afecta al
cuerpo en sentido estricto repercute, de alguna manera y magnitud, en la psique y, viceversa, todo lo
que afecta a la psique repercute en el soma o cuerpo.521
La dignidad de la persona humana es el valor básico que fundamenta los derechos humanos, ya
que su afirmación no sólo constituye una garantía, de tipo negativo que protege a la persona contra
los vejámenes y ofensas de todo tipo, sino que debe también afirmar positivamente, a través de los
derechos, el pleno desarrollo de cada ser humano y de todos los seres humanos522.
El principio de dignidad trata del ser humano (al que podemos llamar también persona), es el
centro de la sociedad, entendido a la vez como individuo y como sujeto de relaciones sociales. Esto
ocurre porque el ser humano es digno, concepto que ha sido desarrollado centralmente por la juris-
518 INDACOCHEA PREVOST, Úrsula. 2012. “Proporcionalidad”. Pp. 348-349. En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de
Derecho Constitucional Contemporáneo. Ibídem.
519 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Lima: Gaceta Jurídica.
Pág. 159.
520 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. “Defensa de la persona” (comentario al artículo 1 de la Constitución). En: La Constitución
comentada. Tomo I, Gaceta Jurídica, Lima, 2013, pp. 46-47.
521 FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos. “Defensa de la persona” (comentario al artículo 1 de la Constitución). En: La Constitución
comentada. Tomo I. Ob. Cit. Pág. 33.
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
522 NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto. (1997). Dogmática Constitucional. Chile: Editorial Universidad de Talca. Pág. 107.
523 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Lima:
Fondo Editorial PUCP, p. 55.
524 En: PÉREZ LUÑO, Antonio Enrique. (1999) Derechos Humanos, Estado de Derecho y Constitución. Sexta edición, Madrid:
TECNOS. Pág. 318.
525 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos Funda-
mentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución Ob. cit. Pág. 77.
526 LANDA ARROYO, César. (2006). Constitución y fuentes del derecho. Lima: PALESTRA, p. 17.
527 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos Funda-
mentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Ibídem. Pág. 48.
528 LANDA ARROYO, César. (1999). Tribunal Constitucional y Estado Democrático. Fondo editorial de la PUCP. Lima. Pp. 320-354.
134
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
derecho privado del pasado siglo, un persistente motivo de interés y de controversia, lo que con-
tribuyo poderosamente a impulsar su elaboración científica. Pero, al propio tiempo, determinó una
concepción marcadamente individualista de la dignidad y de los derechos de la personalidad en ella
basados, que fueron concebidos como un catálogo completo y cerrado de facultades y poderes del
hombre abstracto desasido de sus nexos sociales y comunitarios.529
La dignidad de la persona en cuanto realidad espiritual y moral, inherente al ser humano, ha sido
realzada por el Tribunal Constitucional Español señalando que “la dignidad ha de permanecer inalte-
rada cualquiera que sea la situación en que la persona se encuentre, constituyendo, en consecuen-
cia, un mínimum invulnerable que todo estatuto jurídico debe asegurar, de modo que, sean unas
u otras las limitaciones que se impongan en el disfrute de los derechos individuales, no conlleven
menosprecio para la estima que, en cuanto ser humano, merece la persona”.530
La protección de la dignidad constituye la piedra angular de los derechos fundamentales de las
personas y, por ello es el soporte estructural de todo el edificio constitucional, tanto de modelo políti-
co, como del modelo económico y social.531
La dignidad humana supone el valor básico (Grundwert) fundamentador de los derechos hu-
manos que tienden a explicitar y satisfacer las necesidades de la persona en la esfera moral. La
dignidad del hombre ha sido en la historia, y es en la actualidad, el punto de referencia de todas
las facultades que se dirigen al reconocimiento y afirmación de la dimensión moral de la persona.
Su importancia en la génesis de la moderna teoría de los derechos humanos es indiscutible. Basta
recordar que precisamente de la idea de la dignidad del hombre parte el sistema de los derechos
naturales elaborado por Samuel Pufendorf en su tratado De iure naturae et Gentium (1672).532
Finalmente, el artículo en mención señala que la dignidad es el fin supremo de la sociedad y el
Estado. En este sentido, Gutiérrez Camacho establece que el respeto a la dignidad de la persona
implica respetar a los individuos –en tanto que los sujetos racionales y moralmente autónomos- en lo
que deciden, reconociendo así su responsabilidad y atribuyéndole las consecuencias de las relacio-
nes normativas en las que participan conscientemente.533
529 PÉREZ LUÑO, Antonio – Enrique. (1997). Teoría de Derecho. Una concepción de la experiencia jurídica. Madrid: TECNOS. Pág.
224.
530 FERNÁNDEZ SEGADO, Francisco. (1993). “La teoría jurídica de los derechos fundamentales en la doctrina constitucional”. En Re-
vista Española de Derecho Constitucional, N° 39. España: Centro de Estudios Constitucionales. Pág. 202.
531 LANDA ARROYO, César. (2006). Constitución y Fuentes del Derecho. Ob. Cit. Pág. 15.
532 PÉREZ LUÑO, Antonio – Enrique. (1997). Teoría del Derecho. Una concepción de la experiencia jurídica. Ob. Cit. Pág. 224.
135
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
La Integridad moral:
Sáenz Dávalos señala: lo que se denomina como integridad moral tiene que ver con la percep-
ción que la persona realiza de sí misma y de su comportamiento a partir de los valores esenciales
con los que se identifica. La honestidad, la gratitud, la solidaridad, la responsabilidad, entre otras
cualidades compatibles con la moral, puede decirse que representan parte de lo que la persona
considera como inseparable o inescindible de su propia personalidad.539
533 GUTIÉRREZ CAMACHO, Walter y SOSA SACIO, Juan Manuel. “Dignidad de la persona” (comentario al artículo 1 de la Cons-
titución). En: La Constitución comentada. Tomo I, Gaceta Jurídica, Lima, 2013, p. 33.
534 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ob. cit. Pág. 138.
535 SÁENZ DÁVALOS, Luis R. “Derecho a la vida y a la integridad moral, psíquica y física” (comentario al artículo 2 inciso 1 de la
Constitución). En: La Constitución comentada. Tomo I, Gaceta Jurídica, Lima, 2013, p. 48.
536 CALIXTO PEÑAFIEL, Ivar. 2012. “Derecho a la vida”. Pág. 153 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho
Constitucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
537 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 115.
538 Ibídem. Pág. 122.
136
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
La integridad psíquica:
La integridad psíquica, en cambio, hace referencia al estado de tranquilidad interior. Al contexto
de normalidad en el que se desenvuelve el psiquismo o mundo interno de la persona y que por ser
esencialmente individual corresponde prima facie ser valorado en sus alcances por su propio titular540.
La integridad psíquica tiene pues, a diferencia de la integridad moral, implicancias hacia el ámbito
interno, mientras que la integridad moral intenta garantizar el plano externo. Aun cuando ambas ten-
gan que ver con lo que piensa o siente la persona, la distinción está en la incidencia o reflejo hacia
los ámbitos en los que se desenvuelve o vuelca sus experiencias el ser humano.541
La integridad física:
La integridad física pretende garantizar el estado de inalterabilidad del cuerpo de una persona o
su buen funcionamiento desde el punto de vista fisiológico y garantizar dicho estado frente a conduc-
tas que atenten contra el mismo.542
Además, señala este inciso que el concebido es sujeto de derecho en cuanto le favorece.
El concebido es el ser humano antes de su nacimiento pese a la dependencia para su subsisten-
cia, constituyéndose, éste en un centro de imputación de los derechos.
El inciso 2. Prescribe: A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen,
raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
El derecho a la igualdad es un principio-derecho que intenta colocar a las personas situadas en
idéntica condición en un plano de equivalencia. Ello implica una conformidad o identidad por coinci-
dencia de naturaleza, circunstancias, calidad, cantidad o forma. Ello de modo tal que no se establez-
can excepciones o privilegios que excluyan a una persona de los derechos que se conceden con
otra, en paridad sincrónica o concurrencia de razones543.
Generalmente el concepto de igualdad se encuentra constituida como una obligación de tratar
por igual a los iguales, la igualdad conlleva, así, su característica: es un límite a la actuación de los
poderes públicos. Dicho en otras palabras, la igualdad supone una prohibición de la actuación de
los poderes públicos que éstos no pueden franquear, ya que estos disponen de unos límites y esos
límites no son otros que los derechos fundamentales.544
El inciso 3. A la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay per-
secución por razón de ideas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio público de todas las
confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público.
539 SÁENZ DÁVALOS, Luis R. “Derecho a la vida y a la integridad moral, psíquica y física” (comentario al artículo 2 inciso 1 de la
Constitución). Ob. Cit. Pág. 66.
540 Ídem.
541 Ídem.
542 Ibídem. Pág. 67.
543 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 117.
544 MESÍA, Carlos. (2005). Exégesis del Código Procesal Constitucional. Segunda edición. Lima: Gaceta Jurídica. Pág. 316.
137
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
La libertad de conciencia es el derecho a mantener las propias convicciones acerca de todos los
asuntos y cada uno de los asuntos de la vida. Es preciso distinguir la libertad de conciencia de la
libertad de acción. Esta última consiste en la posibilidad de exteriorizar conductas de la vida social,
es decir, en la relación con los demás. La libertad de acción existe, pero tiene que ser ejercitada en
concordancia con las regulaciones de la vida social545.
El inciso 4. A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento me-
diante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa
autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley.
Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios de comunicación social se
tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común.
Es delito toda acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le impide circular
libremente. Los derechos de informar y opinar comprenden los de fundar medios de comunicación.
El texto señala los derechos básicos: la opinión y la expresión (esta última puede incluir perfec-
tamente la formación y difusión que añade nuestra Constitución) prohíbe molestar a las personas a
causa de sus opiniones546.
Juan José Solozábal, precisa que la libertad de expresión “es condición de la transparencia, la
existencia efectiva de alternativas, la responsabilidad y la participación racional del ciudadano en el
sistema político”. Mencionado autor expone que “la opinión pública presupone información sobre la
cosa pública”.
La libertad de información es un derecho específico de los periodistas y de los medios de comu-
nicación, en tema del conflicto de estos derechos con los de intimidad personal, el honor y la buena
reputación548.
El inciso 5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cual-
quier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las
informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o por
razones de seguridad nacional.
El secreto bancario y la reserva tributaria pueden levantarse a pedido del Juez, del Fiscal de la
Nación, o de una comisión investigadora del Congreso con arreglo a ley y siempre que se refieran
al caso investigado.
El derecho a la intimidad es un bien estrechamente relacionado con la propia dignidad humana.
545 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2012). La Constitución de 1993. Veinte años después. Sexta edición, Lima: IDEMSA,
pág. 109.
546 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem, p.
223.
547 SOLOZÁBAL, Juan José. (1988). “Aspectos constitucionales de la libertad de expresión y el derecho a la información”. En:
Revista Española de Derecho Constitucional. N° 23, Madrid: CEC. Pág. 141.
548 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem.
Pág. 242.
138
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Esto significa que es inherente a tal condición y requisito sine quo non para la plena realización del
individuo.549
Por secreto bancario se puede entender aquella información económica o financiera que, de
manera reservada u oculta, tienen los bancos respecto de sus clientes. Desde esta perspectiva, los
bancos deben de cuidar que tal información no sea de conocimiento de terceros. El Tribunal Consti-
tucional ha sostenido que la protección constitucional que se dispensa con el secreto bancario busca
asegurar la reserva o confidencialidad -términos ambos que aquí se utilizan como sinónimos- de
una esfera de la vida privada de los individuos o de las personas jurídicas de derecho privado (…).550
En síntesis, podemos decir que el derecho a la información pública es una especie que se des-
prende del derecho a la información, tiene una forma de derecho de petición, y consiste en poder
solicitar y recibir la información con la que cuentan las instituciones públicas, salvo las excepciones
expresamente consideradas en la Constitución y desarrolladas en la ley de la materia, restricciones
que deben ser interpretadas respectivamente frente al derecho interpretado extensivamente. La car-
ga de la prueba corresponde a quien niega a dar la información y el juez siempre debe ejercitar su
ponderación para determinar si los límites al derecho de acceso a la información son válidos y per-
tinentes de acuerdo a la razonabilidad y proporcionalidad, aun cuando las restricciones hayan sido
dadas por norma reglamentaria (es decir, por norma de tercer rango)551.
En síntesis, podemos decir que el secreto bancario es un derecho independiente de la intimidad
personal, pero sí vinculado a las esferas reservadas de la vida de la persona; consiste en que debe
mantenerse la reserva de las transacciones que la persona realiza en el ámbito bancario y financiero.
Excepcionalmente, se puede dar a la autoridad tributaria la información mínima indispensable para
que pueda controlar la evasión de impuestos a las mismas transacciones financieras, pero no infor-
mación adicional, la que sólo puede obtener a través de las vías constitucionalmente consideradas552.
La reserva tributaria es el derecho de las personas a que la administración no dé a conocimiento
de terceros la información económica que recibe para cumplir su función de fiscalización tributaria.
Es un derecho claro y distinto, para cuya especificidad no es decisiva la discusión sobre si un des-
prendimiento del derecho a la intimidad o la privacidad553.
La reserva tributaria, como el secreto bancario, protegen la intimidad personal patrimonial. Es
por ello que la SUNAT, tiene la capacidad de recibir la información patrimonial de sus contribuyen-
tes, para fijar las bases imponibles de sus ingresos, y desde tal perspectiva, determinar el monto
imponible a pagar por aquellos ingresos. Desde este punto de vista la reserva tributaria, constituirá
549 SALINAS SICCHA, Ramiro. (2010). Derecho Penal, Parte Especial. Volumen I. Lima: GRIJLEY y IUSTITIA. Lima. Pág. 518.
550 SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. (2009). El Nuevo Proceso Penal. Lima: IDEMSA. Pág. 317.
551 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem.
Pág. 298.
552 Ibídem. Pág. 306.
553 Ibídem. Pág. 310.
139
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
una prohibición, consiste en que, bajo ninguna modalidad salvo las expresamente determinadas
por ley, bajo ninguna modalidad salvo las expresamente determinadas por ley, pueda revelarse la
información proporcionada por los contribuyentes a ninguna modalidad salvo las expresamente de-
terminadas por ley, pueda revelarse la información proporcionada por los contribuyentes a ninguna
otra institución pública, menos aún privada, o tercero alguno ajeno a esta relación.554
El inciso 6. A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no sumi-
nistren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar.
El derecho a la autodeterminación informativa ha sido establecido en el Perú por el artículo 2
inciso 6 de la Constitución y enriquecido significativamente por la jurisprudencia constitucional y el
artículo 61.2 del Código Procesal Constitucional. Consiste en el derecho de cada ser humano de
controlar el registro, el uso y la revelación de los datos que le conciernen con la finalidad de proteger
su intimidad individual y familiar. De esta manera y en sentido preciso, la persona puede acceder
a los registros en los que se encuentren almacenados datos sobre ella para conocerlos, saber la
razón por la que se ha hecho el almacenamiento, quién y para quien lo ha realizado. La persona
interesada puede actualizar y rectificar la información, plantear la limitación o el impedimento de que
dicha información circule y, cuando sea razonable, puede pedir la cancelación del registro existente.
En todo ello establece con la mayor precisión la verdad informativa sobre ella misma y los límites de
su utilización555.
El inciso 7. Prescribe: Al honor y a la buena reputación, a la intimidad personal y familiar así
como a la voz y a la imagen propias.
Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviada en cualquier medio de comuni-
cación social tiene derecho a que éste se rectifique en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin
perjuicio de las responsabilidades de ley.
Enrique Bernales Ballesteros establece que el honor es el sentimiento de autoestima, es decir, la
apreciación positiva que la persona hace de sí misma y de su actuación. El honor es violentado cuan-
do esa autoestima es agraviada por terceros. Tales casos de una ofensa –en público o en privado -, o
de una agresión física, psicológica o espiritual. En este sentido, el honor es un sentimiento eminente-
mente subjetivo que, sin embargo, es susceptible de ser objetivamente defendido por el Derecho556.
El derecho a la buena reputación es la facultad referida a la opinión cierta, evidente y favorable
que los congéneres tienen de nuestra persona. Esta es “obra” modelada por la conducta y persona-
lidad de cada persona en el seno de las relaciones interpersonales557.
El derecho a la intimidad personal o familiar es la facultad de preservar un ámbito de desarrollo
554 CÁCERES J., Roberto E. e IPARRAGUIRRE N., Ronald D. (2011). Código Procesal Penal Comentado. Lima: Jurista Editores.
Pág. 307.
555 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem.
Pp. 323-324.
556 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. La Constitución de 1993. Veinte años después. Ob.cit. Pág. 121.
140
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
egoísta y particular, y, de manera concomitante un espacio para la actividad familiar, derecho sin
restricciones ni injerencia extras a dicho entornos. Es decir conlleva a no ser importunado558.
Facultad que protege un signo identificación externo; el cual se hace patente a través de las ca-
racterísticas de entonación, pronunciación y timbre de voz559.
El derecho de rectificación es la Facultad oponible ante la desnaturalización o contradicción de
los hechos referidos en una persona; vale decir, opera contra la información o inexacta560.
El inciso 8. A la libertad de creación intelectual, artística, técnica y científica, así como a la propie-
dad sobre dichas creaciones y a su producto. El Estado propicia el acceso a la cultura y fomenta su
desarrollo y difusión.
La propiedad intelectual reconoce derechos en dos aspectos. El primer aspecto es el del derecho
moral y consiste en atribuir la creación al ser humano que la produjo. Es un derecho imprescriptible.
El segundo aspecto es el derecho económico y consiste en la retribución que se debe dar al titular
de este derecho por las diferentes formas de utilización de la obra sujeta a propiedad intelectual. El
titular del derecho moral puede o puede no ser el titular del derecho económico a terceras personas
o instituciones, gratuita u onerosamente561.
La cultura es, en esencia, un fenómeno espiritual compartido por seres humanos dentro de la
sociedad. No hay cultura humana si, por acaso, el ser humano es criado fuera de la sociedad de su
raza. La cultura es, en síntesis, una manera de ver el mundo y de responder frente a él en términos
humanos. Es dinámica y se transforma a medida que ganamos experiencia y acumulamos nuevos
conocimientos562.
De esta manera, la cultura se nutre de la creatividad humana y, a la vez, la promueve en una
relación dialéctica permanente. Los seres humanos tenemos rasgos culturales comunes que perte-
necen a nuestra raza pero, también, particularidades culturales que corresponden a la evolución del
grupo humano más cercano en el que nos hemos socializado y a su relación con el entorno563.
El inciso 9. A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en él ni efectuar investiga-
ciones o registros sin autorización de la persona que lo habita o sin mandato judicial, salvo flagrante
delito o muy grave peligro de su perpetración. Las excepciones por motivos de sanidad o de grave
riesgo son reguladas por la ley.
El domicilio, constitucionalmente entendido, es un espacio físico de ubicación de la persona, ele-
gido libremente, pero también es un espacio cualitativo para el ser humano. Tiene la particularidad
557 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 112.
558 Ibídem. Pág. 123.
559 Ibídem. Pág. 139.
560 Ibídem. Pág. 133.
561 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem.
Pág. 371.
562 Ibídem. Pág. 376.
563 Ídem.
141
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
de ser un terreno de desarrollo de su vida privada, individual y familiar. Ni terceros ni privados, ni si-
quiera el Estado puede ingresar al domicilio sin permiso de quien lo habita. Tampoco pueden utilizar
aparatos que vulneren la intimidad dentro del domicilio. El domicilio, dice el Tribunal Constitucional,
no solo es la casa- habitación. También lo es el cuarto de hotel, de un medio de transporte o de un
lugar de recreo. Basta que allí se desarrolle la vida íntima de la persona y su familia. Es el respeto a la
individualidad y también a la realización de la persona el que exige que su domicilio sea inviolable564.
Podemos concluir diciendo que la inviolabilidad del domicilio es el derecho de la persona a que
el espacio en el que vive sola o con su familia, incluido el de su residencia temporal pero siempre
personal o familiar libremente elegida, en el que se desarrolla su vida privada y reservada, sea invio-
lable por otras personas privadas o por la autoridad. El domicilio en este caso incorpora como base
el concepto formal del Derecho Civil que discrimina entre el domicilio y residencia, pero lo enriquece
cualitativamente, considerándolo el espacio en el que la persona se realiza personalmente con inti-
midad. Las personas jurídicas tienen también derecho a la inviolabilidad de domicilio565.
El inciso 10 establece: Al secreto y a la inviolabilidad de sus comunicaciones y documentos
privados.
Las comunicaciones, telecomunicaciones o sus instrumentos sólo pueden ser abiertos, incauta-
dos, interceptados o intervenidos por mandamiento motivado del juez, con las garantías previstas en
la ley. Se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que motiva su examen.
Los documentos privados obtenidos con violación de este precepto no tienen efecto legal.
Los libros, comprobantes y documentos contables y administrativos están sujetos a inspección o
fiscalización de la autoridad competente, de conformidad con la ley. Las acciones que al respecto se
tomen no pueden incluir su sustracción o incautación, salvo por orden judicial.
Jorge Rosas Yataco establece que la prueba ilícita es aquella que se obtiene con infracción de
derechos fundamentales, entendiendo por obtención aquella labor tendente a llegar un resultado
probatorio al proceso, esto es, tanto la actividad de búsqueda e investigación de la fuente de prueba,
cuanto la labor de obtención del resultado a partir de una fuente de prueba por mecanismo que violan
los derechos fundamentales: aplicación a la fuente de un método ilícito y extracción de un resultado
que en sí mismo viola un derechos esencial.566
El inciso 11. A elegir su lugar de residencia, a transitar por el territorio nacional y a salir de él y
entrar en él, salvo limitaciones por razones de sanidad o por mandato judicial o por aplicación de la
ley de extranjería.
El derecho de libre tránsito consiste en movilizarse libremente dentro del territorio nacional, así
como en entrar y salir de él. Está referido a la libertad física de movimiento del ser humano y solo
puede serle aplicado a este, no a las personas jurídicas que no comparten las características huma-
142
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
nas de movilidad corporal. Los beneficiarios somos los peruanos, que siempre tendremos este dere-
cho en nuestro país, y los extranjeros con residencia establecida, es decir, autorizada expresamente
en el Perú. Esto incluye, desde luego, a los turistas mientras tengan visa habilitada. La libertad de
tránsito es restringida para extranjeros que no tengan autorización para ingresar o permanecer en
territorio nacional567.
El inciso 12. A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones en locales privados o abiertos
al público no requieren aviso previo. Las que se convocan en plazas y vías públicas exigen anuncio
anticipado a la autoridad, la que puede prohibirlas solamente por motivos probados de seguridad o
de sanidad públicas
El derecho de reunión consiste en la protección que la Constitución da a la congregación de un
grupo de personas deciden juntarse, para cualquier fin lícito y de manera pacífica, en forma temporal
y especialmente determinada, y sin necesidad de autorización previa. Las personas no tienen que
dar aviso a la autoridad si se reúnen en locales privados o abiertos al público y deben dar aviso si lo
hacen en plazas y vías públicas568.
El inciso 13. Prescribe: A asociarse y a constituir fundaciones y diversas formas de organización
jurídica sin fines de lucro, sin autorización previa y con arreglo a ley. No pueden ser disueltas por
resolución administrativa.
El derecho de asociación es la facultad que viabiliza la unión de un conjunto de personas, a efec-
tos de realizar una meta en común569.
En síntesis, podemos decir que el derecho de libre asociación se funda en la libertad del ser
humano para coexistir de manera más cercana con otros de su misma especie y buscar objetivos
comunes con alianzas de permanencia en el tiempo y de forma institucional. Lo que permite el dere-
cho de asociación es la integración libre y permanente de diversas personas para buscar objetivos o
finalidades en forma conjunta cuyo único límite es que sean legítimos570.
El inciso 14. A contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan leyes de orden público.
La libertad de contrato consiste en la libre determinación de si contratar o no, de elegir a la per-
sona sobre con quién contratar y de determinar qué contenidos contratar, partiendo de la premisa de
que un contrato tiene contenido patrimonial. Esto es el núcleo duro de este derecho571.
El inciso 15. Prescribe: A trabajar libremente, con sujeción a ley.
El derecho al trabajo es un atributo binario que implica de un lado, la facultad de acceder al mer-
cado de trabajo, para cuyo efecto el Estado debe adoptar las políticas necesarias para que se creen
las fuentes de empleo, se capacite a las personas para ocupar un puesto laboral y se impida cual-
quier forma de discriminación para el ingreso a una fuente de empleo; y del otro consistente en que
143
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
aquella persona que ya ocupa un puesto de trabajo no sea despedida sino por causa justa prevista
el ordenamiento jurídico572.
572 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 148.
573 SALOMÉ RESURRECCIÓN, Liliana. 2012. “Derecho a la propiedad”. Pág. 136 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Dicciona-
rio de Derecho Constitucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
574 Ídem.
575 Ídem.
576 Ídem.
577 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 129.
144
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Las convicciones son las ideas que nos hemos formado del cómo y el porqué de las cosas, que
no se refieren a hechos comprobables ni verdades incontrovertibles, sino que, por el contrario, son
elaboraciones propias, razonables y verosímiles, que pueden tratar sobre todos los aspectos de la
realidad o de las concepciones abstractas578.
El secreto profesional es una regla de juego en la relación profesional-usuario, o funcionario-usua-
rio, que obliga al profesional o al funcionario a guardar silencio sobre lo que tome conocimiento de la
otra parte en el contexto de la prestación de los servicios. Solo en este contexto es que el profesional
o el funcionario pueden eventualmente adquirir un derecho a guardar silencio: cuando alguna auto-
ridad pretenda coaccionarlo a que cuente lo que sabe579.
El inciso 19 señala: A su identidad étnica y cultural. El Estado reconoce y protege la pluralidad
étnica y cultural de la Nación.
Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante un intér-
prete. Los extranjeros tienen este mismo derecho cuando son citados por cualquier autoridad.
El Derecho a la identidad personal es un derecho fundamental de características complejas. En la
medida que es una garantía constitucional, despliega su eficacia en diversos ámbitos que inciden en
la protección de una amplia gama de derechos constitucionales; asimismo, repercute en una serie de
aspectos legales regulados tradicionalmente en el Código Civil – inscripción de nombre, documento
de identidad, partidas o registros- dándoles una nueva configuración580.
El derecho a la identidad se encuentra establecido en el artículo 2, inciso 19 de la Constitución
Política del Perú. Cabe señalar que no solo es un derecho de rango constitucional, sino que está pro-
tegido a nivel internacional por los instrumentos más importantes en materia de derechos humanos.
Así, por ejemplo, la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas señala en su
artículo 7 que todo menor será inscrito en los registros inmediatamente después de su nacimiento,
teniendo en consecuencia un derecho al nombre, así como a poseer una nacionalidad. Igualmente,
la Convención Americana de Derechos Humanos señala en su artículo 18 que toda persona tiene
derecho al nombre propio y a los apellidos, por lo que las leyes respectivas se encargarán de regla-
mentar dicho procedimiento de inscripción581.
Podemos señalar que la dimensión formal del derecho a la identidad comprende básicamente
el derecho a un nombre así como la inscripción de datos físicos y de origen que se encuentran, por
ejemplo, en las partidas o en el Documento Nacional de Identidad (DNI). De hecho el derecho a por-
tar un DNI también es una consecuencia del derecho a la identidad. En general, la lista de factores
de individualización de este tipo es significativa y todos están protegidos como derecho fundamental.
578 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Ibídem. Pág. 548.
579 Ibídem. Pág. 553.
580 ZARZOSA GONZÁLEZ, César. 2012. “Derecho a la identidad”. Pág. 116– En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de
Derecho Constitucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
581 Ídem.
145
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Podemos considerar, dentro de esta línea, las características que García Toma denomina “elementos
jurídicos” y que comprenden parte del catálogo de garantías ya mencionadas: derecho al nombre,
al domicilio, a la hora de vida reconocida y comprobada. A ello puede adicionársele otros elementos
formales a proteger, como el nivel de formación o las características profesionales de la persona582.
Asimismo, la dimensión sustancial o subjetiva del derecho a la identidad comprende aspectos
más amplios y densos. Pese a ello, su tratamiento en la doctrina no es nuevo. Ya hace varias déca-
das, Fernández Sessarego hacía alusión a esta dimensión cuando hacía referencia a la “dimensión
dinámica” del derecho a la identidad. Esta dimensión consiste en proteger la proyección social de la
personalidad, de tal manera que no sea alterado o desnaturalizado el patrimonio cultural del sujeto.
Igualmente, podemos ubicar esta dimensión del derecho a la identidad en un conjunto de elementos
ideológicos y conductuales. Los elementos ideológicos serían las convicciones políticas y religiosas
de una persona, así como la interpretación filosófica y moral de las cosas; mientras que los elemen-
tos conductuales serían el desenvolvimiento social, la idiosincrasia, cultura e incluso, características
biológicas que inciden en el comportamiento de una persona583.
El derecho a la identidad étnica y cultural es una garantía constitucional que obedece a una
realidad amplísima, la cual, con el desarrollo y profundización de una mirada interdisciplinaria del
Derecho contemporáneo, expresa la complejidad propia de nuestra época y de nuestro entorno,
dando lugar a la construcción de espacios de protección y reconocimiento para las personas que se
desarrollan y se vinculan al mundo natural de forma distinta a las sociedades occidentales. Así, el
derecho a la identidad étnica y cultural cobra vital importancia en realidades como la nuestra, pues
el Perú es multicultural y plurilingüe, como consecuencia de albergar a una variedad importante de
razas y culturas584.
Desde la perspectiva constitucional, el derecho a la identidad étnica y cultural encuentra su jus-
tificación en las bases mismas del Estado social y Democrático de Derecho estipulado en la Consti-
tución, pues, a diferencia de los Estados liberales que presuponen una sociedad homogénea, inte-
grada por personas iguales y libres en abstracto, este modelo tiene en claro que la proyección de la
persona se construye desde una perspectiva social y no a partir de una visión ideal. De esta forma,
también se respetaría el principio de igualdad, introduciendo el concepto de igualdad en la diversi-
dad, un concepto que aún hay que defender e instalar en las sociedades585.
A nivel internacional, su protección se da a través del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos que invoca la defensa de la etnicidad. Tanto el término antropológico de etnicidad como la
categoría constitucional de identidad étnica y cultural hacen alusión a los mismos presupuestos fác-
ticos: la raza y la cultura. Así, mientras la raza hace referencia a los rasgos biológicos relacionados
582 Ídem.
583 Ibídem. Pág. 117.
584 Ibídem. Pág. 118.
585 Ídem.
146
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
con el color de la piel, la cultura se refiere al lenguaje, religión y costumbres diferenciados de un grupo
social determinado. La conjunción de los dos elementos como parte de una misma garantía es resul-
tado de una discriminación generalmente combinada; es decir, que la descalificación o marginación
de un grupo suele darse por ambos factores. Sin embargo, la jurisprudencia constitucional peruana
ha establecido una diferencia entre los dos derechos que conforman esta garantía. Así, el primero
se trata de la identidad cultural de un grupo social específico o grupo diferenciado –llámese grupos
étnicos- dentro del pueblo en general, mientras que el segundo derecho hace referencia a la identidad
cultural en general, ganada a través de la historia, es decir, hay una relación de especie a género586.
El derecho a la cultura es Facultad de conocer y de adscribirse socialmente a un conjunto de
conocimientos, creencias, artes, la moral, costumbres y otras acciones vinculadas con el hombre
como miembro de una comunidad587.
El derecho al idioma es la facultad de comunicarse mediante la lengua de un pueblo o nación, o
común a varios de ellos. Es decir, conlleva un específico sistema de comunicación y expresión verbal
y escrita. Sobre la materia nuestra Constitución establece una doble regla según se trate de naciona-
les (particularmente los adscritos a etnias desplazadas políticamente) o extranjeros588.
El inciso 20. A formular peticiones, individual o colectivamente, por escrito ante la autoridad
competente, la que está obligada a dar al interesado una respuesta también por escrito dentro del
plazo legal, bajo responsabilidad.
Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional sólo pueden ejercer individual-
mente el derecho de petición.
El derecho de petición es la facultad de poder dirigirse por escrito y directamente a una autoridad
pública, con el objeto de solicitarle alguna acción vinculada con su quehacer funcional589.
El derecho de petición consiste en pedir a la autoridad aquello que ella evaluará discrecionalmen-
te si otorga o no con razonabilidad y proporcionalidad o, también, consiste en pedir una gracia. Es un
derecho que en lo esencial contiene la atribución de la persona de pedir y el deber de la autoridad de
recibir, procesar y responder por escrito el pedido590.
El inciso 21 prescribe: A su nacionalidad. Nadie puede ser despojado de ella. Tampoco puede
ser privado del derecho de obtener o de renovar su pasaporte dentro o fuera del territorio de la
República.
El derecho a la nacionalidad es la facultad que otorga la calidad o condición de nacional atribui-
da a una persona en razón de su entroncamiento con la Nación jurídicamente organizada a la que
pertenece591.
586 Ídem.
587 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 149.
588 Ibídem. Pp. 143-144.
589 Ibídem. Pág. 155.
590 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos Funda-
mentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem. Pág. 594.
147
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
591 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 128.
592 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem.
Pág. 600.
593 Ibídem. Pág. 602.
594 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 130.
595 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem.
Pág. 618.
596 Ibídem. Pág. 620.
597 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 111.
598 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos Funda-
mentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem. Pág. 632.
148
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
El inciso 23. A la legítima defensa. El derecho a la legítima defensa es una facultad que implica
una suerte de permiso para afectar mediante la violencia los bienes jurídicos de un sujeto agresor,
como consecuencia inmediatamente justificante de que este de manera previa ha promovido una
agresión ilegitima que pone en peligro los bienes jurídicos de otra persona, lo que obliga a esta a una
acción de defensa. Por extensión esta última puede promover dicho comportamiento resguardador
a favor de un tercero599.
El inciso 24. A la libertad y a la seguridad personales. En consecuencia: La libertad, en un sen-
tido amplio, es el ejercicio de la potestad espiritual del ser humano sobre sí mismo, se materializa
en el derecho de decidir sobre sí, y tiene la finalidad de hacerlo recorrer los caminos que él decida
sobre sí, y tiene la finalidad de hacerlo recorrer los caminos que él decida seguir para realizarse
cabalmente. En este sentido, la libertad es un medio de realización y, como tal, es una potestad
teleológicamente determinada600.
Atributo destinado a hacer uso de la autodeterminación existencial, así como de garantizar una
protección jurídica601.
El concepto seguridad quiere decir contar con el mínimo de condiciones necesarias para poder
ser libre y realizarse. No hay verdadera libertad ni verdadera posibilidad de realizarse humanamente
sin seguridad602.
a. Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe.
La regla de la libertad contenida en el litera a. del inciso 24 del artículo 2 de la Constitución es
aplicable a las personas en el ámbito del derecho privado. El Estado y sus funcionarios no se rigen
por el principio de libertad sino por el de discrecionalidad en el ejercicio de sus competencias expre-
samente establecidas603.
b. No se permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo en los casos previstos por
la ley. Están prohibidas la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres humanos en cualquiera de
sus formas.
La trata de seres humanos consiste en su explotación sexual, laboral o la privación de su libertad
bajo formas de esclavitud o servidumbre. La tecnología reciente incluye la posibilidad de explorarlo
extrayéndoles órganos. En la trata, casi siempre hay un interés económico de parte de quien explota,
aunque basta la privación de la libertad bajo estas formas para que se configure la ilicitud604.
599 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 125.
600 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem.
Pág. 651.
601 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 127.
602 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem.
Pág. 655.
603 Ibídem. Pág. 663.
604 Ibídem. Pág. 674.
149
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
La esclavitud es aquella condición jurídica en la que un ser humano no es tratado como tal sino
como una cosa y, en tal sentido, pertenece en propiedad a otro ser humano sin tener libertad ni
derecho otro alguno. El Esclavo es tratado así con la finalidad de aprovecharse de él, utilizando su
trabajo o sus servicios605.
La servidumbre es la situación en la que si bien el siervo es formalmente libre, por el tejido de rela-
ciones sociales, económicas y políticas en la que se encuentra inserto, prácticamente le es imposible
ejercer su libertad y, por consiguiente, se explota su trabajo606.
c. No hay prisión por deudas. Este principio no limita el mandato judicial por incumplimiento de de-
beres alimentarios.
El derecho establecido en este dispositivo consiste en que la persona no puede ser sometida a
prisión por no pagar deudas. Se entiende por tales las que se originan de las relaciones civiles (que
para estos efectos incluyen a las comerciales). Esto no quiere decir que el acreedor al que no se le
satisface su crédito quede imposibilitado de reclamarlo jurídica. Puede hacerlo por las vías judiciales o
extrajudiciales que tenga a disposición, pero ellas no incluyen el llevar a prisión al deudor en mora607.
Hay dos excepciones a esta regla. La primera se consigna expresamente, en el artículo 2 inciso
24 literal c) que es la deuda incumplida de deberes alimentarios. En este caso se abre constitucio-
nalmente la posibilidad de llevar a prisión al deudor en mora608.
d. Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté
previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni
sancionado con pena no prevista en la ley.
El principio de culpabilidad es exigible constitucionalmente y se halla implícito el principio en el prin-
cipio de legalidad. También está vinculado al principio de legalidad el de ne bis in idem, pues cuando se
produce el bis in idem la garantía de sanción cierta o determinable por el hecho ilícito realizado no se
cumple y ella es una de las finalidades esenciales para la existe el principio de legalidad 609.
La pena está determinada por el principio de proporcionalidad, que establece que debe haber una
armonía cualitativa y cuantitativa entre el delito cometido y la pena impuesta. Esta proporcionalidad
debe definirse en relación a cuán nociva es la conducta delictiva para la sociedad en la que ocurre610.
La presunción de inocencia es el derecho que asiste a un acusado a no ser condenado sin
pruebas de culpabilidad, o sin una actividad probatoria realizada con las debidas garantías, que de
alguna forma puede entenderse de cargo611.
605 ídem.
606 Ídem.
607 Ibídem. Pág. 683.
608 Ídem.
609 Ibídem. Pág. 710.
610 Ídem.
611 BORRELL MESTRE, Joaquín. (2008). “La Tutela judicial efectiva: la prueba en el proceso penal”. p. 133. En: Constitución y
justicia constitucional. Jornadas de Derecho Constitucional en Centroamérica. Edición: Rosa Esteve y Associats. Barcelona:
Centro de Estudios y Formación Constitucional Centroamericano.
150
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
• Por un lado, debe entenderse en el sentido de que presume que los ciudadanos no son auto-
res de hechos o conductas tipificadas como delito y que la prueba de la autoría y la prueba de
concurrencia de los elementos del tipo delictivo, corresponde a quienes, en el correspondiente
proceso penal, asumen la condición de parte acusadora, sin que pueda imponerse al acusado o
procesado una especial actividad probatoria, que dependerá siempre de la libre decisión que se
adopte respecto a su defensa.
• Por otro lado, el derecho a la presunción de inocencia significa que en los procesos en que se
enjuician acciones delictivas debe existir una prueba de cargo suficiente, realizada a través de
medios de prueba constitucionalmente legítimos.
Se ha dicho que este principio implica un “estatus de inocencia”, una “presunción de inocencia”,
o un “derecho a ser tratado como inocente”. Creo que, en definitiva, todas estas posturas son perfec-
tamente conciliables en sus fines prácticos.613
f. Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del juez o por las autoridades
policiales en caso de flagrante delito.
El detenido debe ser puesto a disposición del juzgado correspondiente, dentro de las veinticuatro
horas o en el término de la distancia.
Estos plazos no se aplican a los casos de terrorismo, espionaje y tráfico ilícito de drogas. En tales
casos, las autoridades policiales pueden efectuar la detención preventiva de los presuntos implica-
dos por un término no mayor de quince días naturales. Deben dar cuenta al Ministerio Público y al
juez, quien puede asumir jurisdicción antes de vencido dicho término.
Cáceres Julca sobre flagrancia precisa que: Se trata de aquellos casos en los que la autoridad poli-
cial encuentra al investigado con el objeto, instrumento, o en el proceso de realización del hecho punible,
es decir, cometiendo el delito o cuando se acaba de consumarlo e, incluso, cuando es sorprendido inme-
diatamente después de la comisión del hecho con efectos o con instrumentos del delito614.
El delito de tráfico ilícito de drogas es el acto ilícito contra la salud público que en su principal
modalidad es la promoción o favorecimiento al Tráfico Ilícito de Drogas, comete el que posea drogas
tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas para su tráfico ilícito, drogas como la pasta bási-
ca de cocaína. Conforme al Acuerdo Plenario N° 03-2008, el “correo de drogas”, solo interviene en
el transporte de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o precursores; es ajeno al
612 PALACIOS DEXTRE, Darío Octavio. (2011). Comentarios del Nuevo Código Procesal Penal. Lima: Grijley. Pág. 43.
613 Ibídem. Pág. 42.
614 CÁCERES JULCA, “La detención policial”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 7. Enero de 2010. Lima: Gaceta Jurídica.
Pp. 244-251.
151
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
núcleo de personas, integradas o no a una organización criminal, que lo captaron e hicieron posible
el desplazamiento de dichos bienes delictivos. Su labor se circunscribe a trasladar, instrumentalmen-
te, los bienes delictivos, sin interesar por cuenta de quien se realiza el transporte615.
El delito de terrorismo es el acto ilícito por el cual una persona, por propia iniciativa o como parte
de una organización que utiliza sistemáticamente el terror, causa zozobra en la población civil, a
quien genera un miedo insuperable debido a la potencial pérdida de su vida, su tranquilidad y sus
bienes, cuya finalidad es coaccionar a sociedades, pero especialmente a gobiernos, destruyendo la
gobernabilidad, el sistema democrático, la convivencia pacífica o el ordenamiento jurídico, utilizado o
promovido por una amplia gama de organizaciones políticas en la promoción de sus objetivos, tanto
por partidos políticos nacionalistas y no nacionalistas, de derecha como de izquierda, así como tam-
bién por corporaciones, grupos religiosos, racistas, colonialistas, independentistas, revolucionarios,
conservadores, ecologistas y gobiernos en el poder616.
La detención preventiva es una medida excepcional y que se aplica solamente en los casos en
que haya una sospecha razonable de que el acusado podrá evadir la justicia, obstaculizar la investi-
gación preliminar intimidando a los testigos, o destruir evidencia. Se trata de una medida necesaria-
mente excepcional en vista del derecho preeminente a la libertad personal y el riesgo que presenta
la detención preventiva en lo que se refiere al derecho a la presunción de inocencia y las garantías
de debido proceso legal, incluido el derecho a la defensa 617.
g. Nadie puede ser incomunicado sino en caso indispensable para el esclarecimiento de un delito,
y en la forma y por el tiempo previstos por la ley. La autoridad está obligada bajo responsabilidad
a señalar, sin dilación y por escrito, el lugar donde se halla la persona detenida.
El derecho a no ser incomunicado establece que la regla general consiste en que la persona
siempre puede comunicarse con los demás. Si está detenida podrá restringirse la comunicación,
pero no incomunicarse. Excepcionalmente, para garantizar el éxito de una investigación criminal, el
juez puede ordenar la incomunicación, motivadamente, y tal situación solo podrá durar el tiempo que
sea indispensable para la seguridad de la investigación en curso. En cualquier persona, la persona
siempre tiene derecho defensa y a comunicarse con su abogado, tal como autoriza expresamente el
artículo 139 inciso 4 de la Constitución618.
h. Nadie debe ser víctima de violencia moral, psíquica o física, ni sometido a tortura o a tratos in-
humanos o humillantes. Cualquiera puede pedir de inmediato el examen médico de la persona
agraviada o de aquélla imposibilitada de recurrir por sí misma a la autoridad. Carecen de valor las
declaraciones obtenidas por la violencia. Quien la emplea incurre en responsabilidad.
La agresión suele comportar una acción mediante la que se ejerce fuerza sobre otra persona que,
615 LUJÁN TÚPEZ, Manuel. (2013). Diccionario de Derecho Penal y Procesal Penal. Lima: Gaceta Jurídica S.A. Pp. 521-522.
616 LUJÁN TÚPEZ, Manuel. (2013). Ob. Cit. Pp. 513-514.
617 Ibídem. Pág. 474,
618 Ibídem. Pág. 766.
152
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
como resultado de ello, sufre algún tipo de daño. Esta conducta acostumbra a interpretarse como
violencia si se entiende que es intencionada, es decir, con el objetivo de dañar a la víctima. Lo más co-
mún es que los comportamientos violentos estén prohibidos por la ley y, por ello, constituyan delitos619.
Podemos afirmar que la proscripción de la violencia consiste en la prohibición de que se ejerza
poderío material sobre la persona de manera que se la afecta físicamente (en su corporeidad),
psíquicamente (en sus funciones mentales superiores) o moralmente (en sus aspectos espirituales,
valorativos y trascendentes). Puede utilizarse la fuerza pero con la finalidad de garantizar el orden en
la sociedad y hasta el límite en que ello sea necesario. Especialmente el Estado debe cuidar de no
convertir el uso legítimo de la fuerza en violencia es ilegítima620.
La violencia moral debe ser entendida como aquella que se ejerce sobre la parte espiritual de
la persona: sus valores, sus convicciones, sus creencias religiosas, etc. Este tipo de violencia trata
de desmoralizar a la persona, anulándola en sus concepciones más trascendentales y creándole
conflictos internos.
La violencia psíquica es la que se ejercita sobre las funciones psicológicas de la persona, qui-
tándole la capacidad de discernimiento. Es violencia psíquica, por ejemplo, confundir a la persona,
desorientarla en el tiempo, impedirle dormir y descansar adecuadamente, etc.
La violencia física es el daño concreto del cuerpo de la persona, que se puede materializar en
golpes, heridas o cualquier otra agresión ilegítima621.
La tortura es un ilícito que consiste en una acción destinada a infligir deliberada e intencional-
mente a un ser humano dolores y sufrimientos de cualquier naturaleza para obtener confesión pro-
pia, obtener información, punir de hecho o intimidar a la víctima o a terceros622.
El trato inhumano o humillante es aquel que menoscaba la autopercepción de la persona como
un ser digno y la coloca en situación de tener sentimientos que la disminuyen emocionalmente. Los
hechos que intencionalmente conducen a estas consecuencias pertenecen a este grupo de prohibi-
ción. Trato inhumano es ocasionar a la persona sufrimientos de especial intensidad, inferior a los que
produce la tortura. Trato humillante es aquel que pretende quitar valor moral al ser humano con el que
uno se relaciona, atender contra sus principios, hacer sorna de él o utilizarlo sin respetarlo por igual623.
Las declaraciones obtenidas por la violencia no pueden ser utilizadas válidamente en el Derecho,
salvo en el proceso que se realice contra el agresor que las obtuvo. En esta circunstancia, las decla-
raciones obtenidas por la violencia son instrumento incriminatorio contra dicho agresor y pueden ser
utilizadas como prueba válida624.
619 ECHEBURÚA, Enrique y REDONDO, Santiago. (2010). ¿Por qué víctima es femenino y agresor masculino? La violencia con-
tra la pareja y las agresiones sexuales. Madrid: PIRÁMIDE. Pág. 33.
620 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos
Fundamentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem.
Pág. 778.
621 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2012). La Constitución de 1993. Veinte años después. Ibídem. Pág. 190.
622 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos Funda-
mentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem. Pág. 790.
623 Ibídem. Pág. 794.
153
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
154
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Los derechos sociales tardaron un poco más en incorporarse. Fue la Constitución de 1920 la
primera de ocuparse de ellos, que luego fueron reconocidos extensamente por los textos de 1933 y
1979. Los derechos sociales en esta perspectiva, comprendían la protección de la familia; el derecho
a la educación de los hijos; la libertad de reunión; libertad de asociación; la libertad y secreto del voto;
el derecho de petición; la igualdad de los sexos; el igual acceso a los empleos públicos; y, finalmente,
una serie de especificaciones sobre la carrera del funcionario del Estado629.
Rasgo esencial de este artículo es la declaración iusnaturalista de que la libertad y la igualdad
de los seres humanos son anteriores al Estado y la persona humana, como tal, superior a éste. Las
cualidades que analizamos son anteriores y superiores, en el sentido que se ostentan por el hecho
del nacimiento y no porque son dadas por el poder humano, o sometidas al imperio de éste. La con-
secuencia evidente es que no pueden ser retiradas por el Derecho Positivo630.
El Estado democrático de derecho es la forma de convivencia de una comunidad política en don-
de sobre la base de las exigencias establecidas para el Estado Constitucional, su organización se ve
apuntalada con los principios-valores contenidos en la ideología democrática631.
Trataremos brevemente uno de los derechos constitucionales, cual es, el derecho a la verdad es
uno de los derecho no escritos En virtud de este derecho, toda persona puede conocer la verdad
sobre hechos, acontecimientos injustos y dolorosos que fueron provocados por múltiples formas de
violencia estatal y no estatal. Este derecho se traduce en la posibilidad de conocer las circunstancias
de tiempo, modo y lugar en las que ocurrieron tales hechos, así como los motivos que impulsaron a
sus autores632.
Asimismo, se ha precisado que se trataba de un derecho de carácter imprescriptible y que aun-
que hubiera transcurrido mucho tiempo, la persona directa o indirectamente afectadas, por ejemplo,
por la desaparición forzada de un familiar, conservan el derecho a saber en qué circunstancias se
produjo esta, quién fue su autor, cuál es su paradero de la víctima o de sus restos morales, entre
otros aspectos633.
El derecho a la verdad tiene una dimensión individual, siendo titulares de este derecho las vícti-
mas, sus familias y sus allegados. Estas personas tienen derecho a conocer las circunstancias en
que se cometieron las violaciones de los derechos humanos y, en caso de fallecimiento o desapari-
ción, del destino que corrió la víctima634.
627 ARAGÓN REYES, Manuel. (2009). Estudios de Derecho Constitucional. Segunda edición, Madrid: Centro de Estudios Políti-
cos y Constitucionales. Pág. 182.
628 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2012) La Constitución de 1993. Veinte años después. Ibídem, pág. 84.
629 Ibídem, pág. 85.
630 Ibídem. Pág. 87.
631 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 197.
632 SALOMÉ RESURRECCIÓN, Liliana. 2012. “Derecho a la verdad”. Pág. 151 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario
de Derecho Constitucional Contemporáneo. Gaceta Jurídica S.A. Lima.
633 SALOMÉ RESURRECCIÓN, Liliana. 2012. “Derecho a la verdad”. Pág. 152 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario
de Derecho Constitucional Contemporáneo. Ob. cit.
634 Ídem.
155
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
En este sentido, el Tribunal Constitucional peruano ha interpretado que las personas, directa o
indirectamente afectadas por un crimen de esta magnitud, tienen derecho a saber siempre, aunque
hayan transcurrido mucho tiempo desde la fecha en el cual se cometió el ilícito, quién fue su autor,
en qué fecha y lugar se perpetró, cómo se produjo, por qué se le ejecutó, dónde se hallan sus restos,
etc. (STC Exp. N° 2488-2002-HC/TC)635.
El derecho a la verdad tiene una dimensión colectiva pues, mediante su ejercicio, se permite a la
población conocer la verdad sobre hechos graves cometidos por el uso de la fuerza pública o por la
acción de grupos criminales. Asimismo, constituye la concretización de los principios de la dignidad
de la persona, del Estado Democrático y Social de Derecho y de la forma republicana de gobierno.
Impone, además, la exigencia de que se conozca cómo se actuó, a fin de que los actos criminales
no queden impunes636.
Sobre esta dimensión del derecho a la verdad, el Tribunal Constitucional ha interpretado que, si el
Estado Constitucional y Democrático de Derecho se caracteriza por la defensa de la persona huma-
na y el respeto a su dignidad, es claro que la violación del derecho a la verdad es una cuestión que no
solo afecta a las víctimas y a sus familiares, sino a todo el pueblo peruano (STC Exp. N° 2488-2002-
HC/TC). En consecuencia, se ha entendido que detrás de las demandas de acceso e investigación
sobre las violaciones a los derechos humanos no sólo están las demandas de justicia de las víctimas
y familiares, sino también la exigencia del Estado y a la sociedad civil para que adopten las medidas
necesarias a fin de evitar que tales hechos se repitan637.
El artículo 3 reconoce que existen los derechos fundamentales de los artículos 1 y 2 que hemos
comentado hasta aquí pero que adicionalmente existen tres mandatos adicionales638:
- El primero es que son parte de los derechos constitucionales todos los demás que la constitución
garantiza. Es una referencia a los derechos que se hallan consignados desde el artículo 4 hasta
el final de la Constitución639.
- El segundo consiste en que hay derechos análogos a los establecidos a lo largo de todo texto
constitucional, que no están escritos en el articulado de la Constitución, pero que también son
considerados derechos constitucionales640.
- El tercero, que hay derechos distintos a los escritos y a los dos párrafos anteriores, pero que se
fundan “en la dignidad del hombre, o en los principios de soberanía del pueblo, del Estado de-
mocrático de derecho y de la forma republicana de gobierno”. Estos también son considerados
derechos constitucionales641.
635 ídem.
636 Ídem .
637 SALOMÉ RESURRECCIÓN, Liliana. 2012. “Derecho a la verdad”. Pág. 152- 153 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccio-
nario de Derecho Constitucional Contemporáneo. Ibídem.
638 RUBIO CORREA, Marcial; EGUIGUREN PRAELI, Francisco y BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2010). Los Derechos Funda-
mentales en la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Análisis de los Artículos 1, 2 y 3 de la Constitución. Ibídem. Pág. 798.
639 Ídem.
640 Ídem.
156
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
En realidad, entonces, hay cuatro grupos de derechos constitucionales en el Perú. Los de los
artículos 1 y 2 de la Constitución conforman el primer grupo y luego vienen los otros tres grupos in-
corporados por el texto del artículo 3: los demás que la Constitución establece, fuera de los artículos
1 y 2; los análogos a todos los establecidos en la Constitución; y, los que se fundan en los cuatro
elementos finales enumerados en el propio artículo 3 .
4.CONSIDERACIONES FINALES
5. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
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159
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
160
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
CAPÍTULO IX
Tanto la Constitución de 1979 como la Constitución de 1993 han pretendido diseñar un modelo
de democracia liberal. En sus normas podemos advertir los elementos fundamentales de este sis-
tema político, tales como la proclamación del principio de la soberanía popular, la separación de
poderes, el mecanismo de sufragio basado en elecciones competitivas para la conquista del poder,
pluralismo ideológico y partidario, libertades públicas, separación de poderes, control y limitación del
poder político, etc.; en el marco de una economía de mercado capitalista que favorece la propiedad
privada de los medios de producción, al lado de otras formas de propiedad empresarial643.
Ambas constituciones definen, con pequeñas diferencias terminológicas, al Perú como una Repúbli-
ca, por oposición a la monarquía; así como reclaman su carácter de “democrática”, reafirmando el princi-
pio de soberanía popular, conforme al cual el poder emana del pueblo. La precisión es importante, porque
si bien es cierto el nacimiento de la republica puede históricamente identificarse con la ruptura del régi-
men monárquico, en la actualidad existen republicas autocráticas de las cuales hay que distinguirse644.
Ambas constituciones hacen, también, referencia al carácter “social” de nuestra república demo-
crática, pero, en nuestra opinión, con distintos alcances645.
En lo que refiere al régimen político adoptado en la Constitución de 1993, advertimos un híbrido
similar diseñado en las cartas magnas de 1979 y 1993, con la diferencia de que en la actual existe
una mayor preeminencia del Ejecutivo. Además, mientras que el Congreso en la Constitución de
1993 es unicameral, en las anteriores constituciones fue organizado bajo el sistema bicameral646.
En efecto, elementos del parlamentarismo encontramos en la posibilidad constitucional de con-
formar el gabinete con miembros en el Parlamento; en los mecanismos de control político como la
interpelación, censura y rechazo de la cuestión de confianza que constituyen recursos del Parla-
mento para frenar la acción del Ejecutivo y la correlativa facultad del presidente de la Republica para
disolver el Congreso, cuando se ha negado confianza o censurado dos consejos de ministros647.
642 Ídem.
643 ISASI CAYO, Juan Felipe. (1997). Cultura Política y Constitución. 1ra edición, Lima: Fondo de Desarrollo Editorial de la Uni-
versidad de Lima. Pág. 131.
644 ISASI CAYO, Juan Felipe. (1997). Cultura Política y Constitución. Ob. Cit. Pág. 131.
645 Ídem.
646 Ibídem. Pág. 140.
161
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Órgano constitucional autónomo; el cual bajo las características de unidad representativa, autóno-
ma, colegiada, plural, deliberante, permanente y plurifuncional, deviene en el canal por antonomasia
para la toma de las grandes decisiones legisferantes y la adopción de decisiones político-jurídicas
emanadas de la nación estadualmente organizada y por delegación democráticamente gobernada648.
Es la función más importante de la estructura del Estado Constitucional. Su ejercicio se manifies-
ta a través de la ley que es la expresión de la voluntad soberanas del Estado y que regula todos los
ámbitos de la sociedad. Esta regulación, por supuesto, está limitada por los principios y valores que
la Constitución consagra; por ello, en tanto la función legislativa está al servicio del Estado Cons-
titucional, esta debe ser, antes que nada, actuación de la Constitución o sea, fuente primaria de la
interpretación constitucional649.
Según la Constitución, el artículo 90, su titular es el Congreso de la República que es un órgano
legitimado democráticamente, y que está constituido de una cámara única. Es la cuarta Constitución
unicameral (Constitución de 1812, 1823 y 1867), después de una larga tradición de bicameralismo.
Está integrada desde el 28 de julio de 2011 por ciento 130 congresista, en virtud de la reciente Ley
N° 29042, Ley de Reforma Constitucional del artículo 90 de la Constitución650.
Función legislativa. La función principal del Congreso, por definición, es aprobar y derogar las le-
yes de la República en diversas materias; las cuales son adoptadas luego de un proceso deliberativo
acerca de la mejor política. El proceso de formación de leyes con: a) la propuesta parlamentaria; b)
debate y aprobación; c) promulgación y, finalmente, d) la publicación en el Diario Oficial El Peruano.
Esta función de legislación debe respetar el principio de Supremacía de la Constitución y de respeto
a los derechos fundamentales; caso contrario, se activará la jurisdicción constitucional para restable-
cer el orden jurídico651.
Función de legitimación política. Además de la función de dictar leyes, el Congreso de la República
tiene la responsabilidad de nombrar y remover de sus cargos a los más altos funcionario del Estado.
Así, conforme al artículo 101 de la Constitución, el ente parlamentario designa al contralor general,
al presidente del BCR y al presidente de la SBS; asimismo, al defensor del pueblo (artículo 161 de
la Constitución) y a los siete miembros del Tribunal Constitucional (artículo 201 de la Constitución)652.
647 Ídem.
648 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Gaceta Jurídica, Lima.
Pág. 369.
649 BASTOS PINTO, Manuel. 2012. “Poder Legislativo”. Pp. 334 - 335 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho
Constitucional Contemporáneo. Lima: Gaceta Jurídica S.A.
650 BASTOS PINTO, Manuel. 2012. “Poder Legislativo”. Pág. 335 – En: BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho
Constitucional Contemporáneo. Ob. Cit.
651 ídem.
162
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Función del control político. Es una función de tensión sobre las decisiones adoptadas en la con-
ducción política y administrativa del Estado Constitucional, en particular, del Poder Ejecutivo. El ente
parlamentario vigila, examina y censura a los funcionarios públicos por su conducta disconforme con
la Constitución. El contrapeso parlamentario se realiza a través de diferentes actividades contraloras:
La dación de cuenta (artículos 57, 118, 135, 137 y 159 de la Constitución), la “estación de preguntas”
(artículo 129 de la Constitución), la “moción de interpelación” (artículo 131 de la Constitución), “mo-
ción de censura” (artículo 132 de la Constitución, las “comisiones de investigación” (artículo 97 de la
Constitución, la “acusación constitucional” (artículo 99 de la Constitución)653.
652 ídem.
653 ídem.
654 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ob. Cit. Pp. 366-367.
655 BASTOS PINTO, Manuel. 2012. “Poder Ejecutivo”. Pp. 296 - 332 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. BASTOS PINTO, Manuel
et al. Diccionario de Derecho Constitucional Contemporáneo. Ibídem
656 ídem.
163
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Gobierno nacional, los gobiernos regionales y los gobiernos locales. La política nacional es la política
general del gobierno. La política sectorial, asimismo, es la puntualización de las políticas nacionales,
pero con incidencia positiva en una determinada rama de actividad social o económica658.
En el ámbito de la actividad administrativa, el Poder Ejecutivo dirige y controla los servicios públi-
cos a través de la actividad funcional de los diferentes ministerios: de educación, trabajo, orden inter-
no, justicia, medio ambiente, etc. En este ámbito se concretizarán la política nacional y sectorial659.
El Presidente de la República es el Jefe del Estado y personifica a la Nación (artículo 110 de la
Constitución).
De acuerdo con el artículo 118 de la Constitución, son Atribuciones del Presidente de la República:
1. Cumplir y hacer cumplir la Constitución y los tratados, leyes y demás disposiciones legales.
2. Representar al Estado, dentro y fuera de la República.
3. Dirigir la política general del Gobierno.
4. Velar por el orden interno y la seguridad exterior de la República.
5. Convocar a elecciones para Presidente de la República y para representantes a Congreso, así
como para alcaldes y regidores y demás funcionarios que señala la ley.
6. Convocar al Congreso a legislatura extraordinaria; y firmar, en ese caso, el decreto de convocatoria.
7. Dirigir mensajes al Congreso en cualquier época y obligatoriamente, en forma personal y por
escrito, al instalarse la primera legislatura ordinaria anual. Los mensajes anuales contienen la
exposición detallada de la situación de la República y las mejoras y reformas que el Presidente
juzgue necesarias y convenientes para su consideración por el Congreso.
Los mensajes del Presidente de la República, salvo el primero de ellos, son aprobados por el
Consejo de Ministros.
8. Ejercer la potestad de reglamentar las leyes sin transgredirlas ni desnaturalizarlas; y, dentro de
tales límites, dictar decretos y resoluciones.
9. Cumplir y hacer cumplir las sentencias y resoluciones de los órganos jurisdiccionales.
10. Cumplir y hacer cumplir las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones.
11. Dirigir la política exterior y las relaciones internacionales; y celebrar y ratificar tratado.
12. Nombrar embajadores y ministros plenipotenciarios, con aprobación del Consejo de Ministros,
con cargo de dar cuenta al Congreso.
13. Recibir a los agentes diplomáticos extranjeros, y autorizar a los cónsules el ejercicio de sus funciones.
14. Presidir el Sistema de Defensa Nacional; y organizar, distribuir y disponer el empleo de las Fuer-
zas Armadas y de la Policía Nacional.
657 ídem.
658 Ibídem. Pp. 332-333.
659 Ibídem. Pág. 333.
164
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
15. Adoptar las medidas necesarias para la defensa de la República, de la integridad del territorio y
de la soberanía del Estado.
16. Declarar la guerra y firmar la paz, con autorización del Congreso.
17. Administrar la hacienda pública.
18. Negociar los empréstitos.
19. Dictar medidas extraordinarias, mediante decretos de urgencia con fuerza de ley, en materia
económica y financiera, cuando así lo requiere el interés nacional y con cargo de dar cuenta al
Congreso. El Congreso puede modificar o derogar los referidos decretos de urgencia.
20. Regular las tarifas arancelarias.
21. Conceder indultos y conmutar penas. Ejercer el derecho de gracia en beneficio de los proce-
sados en los casos en que la etapa de instrucción haya excedido el doble de su plazo más su
ampliatoria.
22. Conferir condecoraciones en nombre de la Nación, con acuerdo del Consejo de Ministros.
23. Autorizar a los peruanos para servir en un ejército extranjero. Y
24. Ejercer las demás funciones de gobierno y administración que la Constitución y las leyes le en-
comiendan.
Así mismo el Poder Ejecutivo no es la Presidencia de la república. Está conformado, además,
por el Consejo de Ministros que es un cuerpo colegiado que opera como un mecanismo de control
intra órgano del poder, limitando el ejercicio de las atribuciones del presidente y compartiendo sus
potestades660.
De otro lado, la dirección y gestión de los servicios públicos, es decir de las entidades que tienen
por objeto la satisfacción de necesidades de carácter general, están confiadas al Consejo de Minis-
tros y a cada ministro en los asuntos que son de competencia de la cartera a su cargo, según lo
estable el art. 119 de la Constitución de 1993661.
660 ISASI CAYO, Juan Felipe. (1997). (1997). Cultura Política y Constitución. Ibídem. Pág. 171.
661 Ídem.
662 THURY CORNEJO, Valentín. (2002). Cultura Política y Constitución. 1ra edición, Lima: Fondo de Desarrollo Editorial de la
Universidad de Lima. Pág. 171.
663 GARCÍA TOMA, Víctor y GARCÍA YZAGUIRRE, José V. (2009). Diccionario de Derecho Constitucional. Ibídem. Pág. 367.
165
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
jurisdicción del Estado, la cual consiste en decir Derecho, es decir, decir que dice en concreto el De-
recho en los casos sometidos a su resolución. Hace esto mediante resoluciones judiciales, las más
conocidas de las cuales son las sentencias664.
Es la función del Estado Constitucional que consiste en dirimir los conflictos surgidos entre los
particulares y de estos con el Estado por violaciones de las leyes o los mandatos constitucionales.
Según el artículo 138 de la Constitución, su titular es el órgano Poder Judicial665.
El Poder Judicial, a diferencia del Congreso de la República y el Poder Ejecutivo, es el más in-
dependiente y menos político de todos. La justificación es porque posee la esencialísima tarea de
determinar, de manera imparcial y sin injerencias, que tiene la razón jurídica definitiva de la sociedad.
Modernamente, el Poder Judicial viene cobrando un papel importante en el quehacer de los Estados
Constitucionales, dejando de lado la vieja tradición de los jueces “nulos” y simples aplicadores de la
ley, para convertirse en garantes más activos de la Constitución y los derechos fundamentales; labor
que, generalmente, se ha concentrado frente al legislador en un contexto de activismo judicial666.
El Poder Judicial peruano se encuentra estructurado en forma jerarquizada por la Corte Suprema
de Justicia, las Cortes Superiores de justicia, los Juzgados Especializados o Mixtos, los Juzgados de
Paz Letrados y los Juzgados de Paz; y se rige por los principios constitucionales667.
Principio de exclusividad. Este principio es una manifestación de la soberanía estatal y consiste
en que la función de administrar justicia le pertenece única y exclusivamente al Estado. El Estado a
través de sus jueces y tribunales reunidos en el Poder Judicial tienen el monopolio de la resolución
de los conflictos que surjan en el seno de la interacción social; tanto para declarar el derecho como
para ejecutar lo regularmente decidido: “juzgar y hacer ejecutar lo juzgado”. Este principio se en-
cuentra recogido en el artículo 139.1 de la Constitución668.
Principio de unidad. Es una concreción del principio de exclusividad y está referida a la organización
y funcionamiento de la potestad jurisdiccional. Este principio debe ser entendido desde un punto de
vista organizativo y supone que la jurisdicción debe estar concentrada en un único cuerpo de jueces y
tribunales. Esto quiere decir, que estén sometidos a un único régimen jurídico. No se permiten tribuna-
les ad hoc, de excepción, fueros especiales o de privilegios o juzgados con estatutos propios669.
A pesar de que este principio se encuentra reconocido en el artículo 139.1 de la Constitución,
la Norma Fundamental ha admitido la existencia de otros órganos distintos del Poder Judicial que
también se les ha otorgado el ejercicio de la potestad de administrar justicia, aunque en materias
especializadas. Tenemos: El Tribunal Constitucional (artículo 202), el Jurado Nacional de Elecciones
664 RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Décima edición, aumentada. Lima: Fondo Edito-
rial de la PUCP. Pp. 51 - 52.
665 BASTOS PINTO, Manuel. 2012. “Poder Judicial”. P. 333 – En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho Constitu-
cional Contemporáneo. Ibídem.
666 Ídem.
667 Ídem.
668 Ídem.
669 Ibídem. Pp. 333 -334.
166
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
(artículo 178.4), y la militar y arbitral (artículo 139.1.), y la justicia comunal (artículo 149)670.
Principio de independencia. Este principio está consagrado en el artículo 139.2 de la Constitución
y en virtud de él, los jueces y los magistrados son autónomos para declarar el derecho y ejecutar las
decisiones judiciales sin ninguna influencia. No se permiten coacciones ni instrucciones de ningún
tipo, sea al interior propio del poder judicial como del exterior. Solo se sujetan a lo estrictamente
exigido por la Constitución y la ley. Este principio es el correlato del derecho de las personas a que
sus conflictos sean resueltos únicamente con las razones del Derecho. El Tribunal Constitucional lo
define como “albedrío funcional” (STC Exp. N° 0023-2003-AI, fundamento jurídico 28)671.
Garantía de inamovilidad de los jueces. Esta prevista en el artículo 146.2 de la Constitución y es
el status jurídico del juez que facilita su independencia en el ejercicio de sus funciones. La inamo-
vilidad es la estabilidad en el cargo e implica la prohibición de la separación de la carrera judicial.
Aunque ello no descarta la separación en virtud de un debido proceso disciplinario o no ratificatorio
por el Consejo Nacional de la Magistratura672.
Principio de imparcialidad. Está vinculado con la “recusación” y la “abstención”. Se exige que los
jueces no tengan ningún compromiso con las partes del proceso (imparcialidad subjetiva) ni relación
con la cuestión que se juzga (imparcialidad objetiva). Supone la carencia de interés personal en el
resultado de lo que se discute. En el sentido, la imparcialidad crea la obligación de los jueces de abs-
tenerse y el derecho de los justiciables a revocar al juez parcial cuando exista una razón legítima. Si la
independencia es una cualidad respecto de las influencias extrañas provenientes, en general, del sis-
tema social; la imparcialidad, en cambio, es la independencia, pero respecto del proceso y las partes673.
El Poder Judicial es, de acuerdo a la Constitución y las leyes, es la institución encargada de admi-
nistrar justicia a través de sus órganos jerárquicos que son los Juzgados de Paz Letrados, las Cortes
Superiores y la Corte Suprema de Justicia de la República.
El funcionamiento del Poder Judicial se rige por la Ley Orgánica del Poder Judicial que establece
su estructura orgánica precisa sus funciones.
La misión del Poder Judicial es: “Administrar Justicia a través de sus órganos jurisdiccionales,
con arreglo a la Constitución y a las leyes, garantizando la seguridad jurídica y la tutela jurisdiccional,
para contribuir al estado de derecho al mantenimiento de la paz social y al desarrollo nacional”.
167
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Al amparo de lo dispuesto en el artículo 151 del texto fundamental se ha establecido, por primera
674 ISASI CAYO, Juan Felipe. (1997). Cultura Política y Constitución. Ibídem. Pág. 190.
168
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Los gobiernos regionales son personas jurídicas de Derecho Público autónomas en lo político,
económico y administrativo que dentro de su circunscripción organizan y conducen la gestión pública
regional de acuerdo a las competencias exclusivas, compartidas y delegadas, en el marco de las
políticas nacionales y sectoriales, para contribuir al desarrollo integral y sostenible de la región pro-
moviendo la inversión público y privada y el empleo, y garantizar el ejercicio pleno de los derechos y
la igualdad de oportunidades de sus habitantes, de acuerdo con los planes y programas nacionales,
regionales y locales de desarrollo678.
Conforme al artículo 43 de la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, Ley N° 27867, constituye
una garantía del ordenamiento regional que los procedimientos administrativos en general, a nivel
de gobierno regional, se rigen por el ordenamiento jurídico de la República679.
675 GARCÍA TOMA, Víctor. (1998). Análisis Sistemático de la Constitución de 1993. Tomo II. (1era. Edición). Lima: Fondo de De-
sarrollo Editorial de la Universidad de Lima. Pág. 441.
676 GARCÍA TOMA, Víctor. (1998). Análisis Sistemático de la Constitución de 1993. Tomo II. (1era. Edición). Ob. Cit. Pág. 442.
677 Ídem.
678 MORÓN URBINA, Juan Carlos. (2014). Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General. Décima edición, Lima:
Gaceta Jurídica. Pp. 30-31.
679 MORÓN URBINA, Juan Carlos. (2014). Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General. Ob. Cit. Pág. 31.
169
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
En cuanto a los gobiernos locales, estas normas les son aplicables directamente y por entero a
todos los niveles de las municipalidades provinciales, distritales y delegadas; asimismo, a sus pro-
yectos y organismos públicos descentralizados680.
Existen municipios, cuya labor fundamental es la de prestar servicios públicos locales, mantener
el buen orden de la ciudad y tutelar sus intereses681.
680 Ídem.
681 ISASI CAYO, Juan Felipe. (1997). Cultura Política y Constitución. Ibídem. Pág. 215.
682 MORÓN URBINA, Juan Carlos. (2014). Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General. Ibídem. Pág. 31.
683 Ídem.
684 GRÁNDEZ CASTRO, Pedro. (2013). “Tribunal Constitucional” (comentario al artículo 201 de la Constitución). En: La Constitu-
ción comentada. Tomo III, Lima: Gaceta Jurídica, p. 1089.
170
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Suprema. Los miembros de Tribunal Constitucional gozan de la misma inmunidad y de las mismas
prerrogativas que los congresistas. Les alcanzan las mismas incompatibilidades. No hay reelección in-
mediata. Los miembros del Tribunal Constitucional son elegidos por el Congreso de la Republica con el
voto favorable de los dos tercios de número legal de sus miembros. No pueden ser elegidos magistrados
del Tribunal Constitucional los jueces o fiscales que no han dejado el cargo con un año de anticipación. ”
El artículo 202º atribuye a la constitución la función de administrar justicia constitucional, por el
cual se le reconoce la competencia para conocer en instancia única los proceso de inconstitucionali-
dad; conocer en última y definitiva instancia las resoluciones judiciales denegatorias de los procesos
constitucionales de habeas corpus, amparo, habeas data y la acción de cumplimiento; y finalmente,
conocer los conflictos de competencia.
El Tribunal Constitucional en la Constitución peruana de 1993, pese a su carácter jurisdiccional,
no se ubica dentro de la estructura y organización del Poder Judicial; por el contrario, la Constitución
le dispensa un régimen constitucional propio previsto en el Título V, que está referido a las garantías
constitucionales. Esto responde, por un lado a la necesidad de otorgarle mayor autonomía e indepen-
dencia en relación con el poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y demás órganos constitucionales685.
Debe reconocerse la función eminentemente garantista del control de constitucionalismo de
las leyes en vía incidental, control que el Tribunal ejerce en colaboración con los jueces ordinarios y
a partir de unas reglas de procedimiento que hacen del proceso ante el Tribunal Constitucional un
segmento del seguido ante el juez ordinario, por más que el proceso constitucional pueda proseguir
automáticamente pese a la consunción del juicio a quo y producir también efectos que trasciendan
a este último. Esta nota tan garantista tan destacada, -y patente, si se tiene en cuenta que el proceso
nace de la exigencia de amparar intereses de un sujeto determinado, aunque, como suele ocurrir,
se vinculen al mismo otros interés de grupo o colectivos-686.
685 FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, José. (2002). La Justicia constitucional europea ante el siglo XXI. Madrid: Tecnos. Pág. 50.
686 PIZZORUSSO, Alessandro. (1984). Lecciones de Derecho Constitucional. Tomo II. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. Pág. 9.
687 En: http://www.tc.gob.pe/tc_tribunal.php
171
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Víctor García Toma precisa que la jurisprudencia constitucional es aquella pléyade de principios,
criterios y doctrinas que se encuentran insertos en las sentencias o fallos de los tribunales constitucio-
nales, jueces, salas o tribunales jurisdiccionales con facultades para defender la plena vigencia de la
superlegalidad, jerarquía, alcance, contenido y cabal cumplimiento de la Constitución688. Pueden ser:
688 GARCÍA TOMA, Víctor. (2013). “Jurisprudencia constitucional y efectos de las sentencias de inconstitucionalidad” (comentario
al artículo 204 de la Constitución). En: La Constitución comentada. Tomo III, Lima: Gaceta Jurídica. p. 1106.
689 SOTO VALLENAS, Gastón. “Funciones del Consejo Nacional de la Magistratura” (comentario al artículo 154 de la Constitu-
ción). En: La Constitución comentada. Tomo III, Gaceta Jurídica, Lima, 2013, p. 1112.
690 GARCÍA TOMA, Víctor. “Jurisprudencia constitucional y efectos de las sentencias de inconstitucionalidad” (comentario al artí-
culo 204 de la Constitución). En: La Constitución comentada. Tomo III. Ob. Cit., p. 1106.
691 Ibídem. Pág. 1112.
692 Ibídem. Pág. 1113.
172
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Aun cuando en la literatura italiana el término “sentencia estimatoria parcial” o “sentencia esti-
matoria interpretativa” identifica a las sentencias “manipulativas” y que todas giran en torno al pro-
nunciamiento sobre la norma, el TC peruano ha marcado por ahora el reconocimiento expreso de
este tipo de sentencias. Así sostiene que, “en este caso el órgano de control constitucional detecta
y determina la existencia de un contenido normativo inconstitucional dentro de una ley o norma con
rango de ley. La elaboración de dichas sentencias está sujeta alternativa y acumulativamente a dos
tipos de operaciones: la ablativa y la reconstructiva”693.
De acuerdo con esta definición, el TC entiende que la operación ablativa consiste en reducir los
alcances normativos de la ley impugnada eliminando del proceso interpretativo alguna frase o hasta
una norma que colisiona con el Comando Normativo de la Constitución. En tal situación, se declara
la nulidad de las “expresiones impertinentes”; lo que genera un cambio del contenido preceptivo
de la ley. A su turno, la operación reconstructiva o de reposición consiste en consignar el alcance
normativo de la ley impugnada “agregándosele” un contenido y un sentido de interpretación que no
aparece en el texto por sí mismo694.
Ha sido el propio TC el que haciendo suyo los argumentos de este tipo de sentencias, en donde
justifica dichos fallos, en razón a dos principios de su actividad jurisdiccional, como son: el principio
de conservación de la ley, en donde el operador intérprete de la norma debe, prima facie reputar
constitucional la ley hasta donde sea razonablemente posible con el fin de afirmar la seguridad jurídi-
ca en un sistema jurídico, siendo la expulsión de una ley la última ratio a la que debería apelarse; y el
principio de interpretación desde la Constitución, mediante el cual se le asigna un sentido a una ley
cuestionada de inconstitucionalidad, a fin de qué guarde armonía e identidad con el plexo del texto
fundamental in totum695.
A continuación se pasará revista de estas variantes de sentencias interpretativas-manipulativas,
por lo menos de lo que el TC reconoce, aun cuando, de un universo de 203 demandas de inconsti-
tucionalidad planteadas hasta fines del 2006, sólo 12, es decir el 5.94%, han utilizado la técnica de
las sentencias interpretativas o manipulativas frente a la utilización normal que realizan los tribunales
constitucionales comparados696.
Sentencias reductoras
Normalmente son las que señalan que una norma o precepto es contrario a la Constitución en
una parte (frases, palabras, líneas, etc.) generando un vicio de inconstitucionalidad por su redacción
693 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I, Lima: ADRUS. Pp. 233-234.
694 ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Constitución y Procesos Constitucionales. Tomo I. Ob. Cit. Pág. 234.
695 Ídem.
696 Ibídem. Pág. 235.
173
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
excesiva o desmesurada. Lo normal en este tipo de sentencias es que el fallo no afecta al texto o a la
disposición, pero sí al contenido normativo. Aquí, la sentencia ordena una restricción o acortamiento
“extensión” del contenido normativo de la ley impugnada. Para tal efecto, se ordena la inaplicación
de una parte del contenido normativo en relación a algunos de los supuestos contemplados gené-
ricamente o bien en las consecuencias jurídicas preestablecidas’. Esto supone que la inaplicación
va a comprender a determinadas situaciones, hechos, acontecimientos o conductas originalmente
previstas en la ley; o se dirige hacia algunos derechos, beneficios, sanciones o deberes primigenia-
mente previstos697.
El propio TC reconoce que los efectos de este tipo de sentencias reductoras van a restringir el
ámbito de aplicación de la ley impugnada sobre algunos de los supuestos o consecuencias jurídicas
establecidas en la literalidad del texto698.
Sentencias aditivas
Son aquellas que declaran la inconstitucionalidad no del texto de la norma o de la disposición ge-
neral cuestionada, sino de los textos o normas que debieron consignarse para que la norma impug-
nada sea plenamente constitucional. Es decir mediante este tipo de sentencias se efectúa el control
de las omisiones legislativas inconstitucionales, añadiendo al texto normativo original supuestos o
consecuencias jurídicas distintos a los inicialmente contemplados, con el fin de evitar que una ley
cree por omisión situaciones contrarias a los principios, valores o normas constitucionales”699.
Como ha señalado el TC peruano este tipo de sentencia es utilizada para remediar la violación
del principio de igualdad que se produce como consecuencia de una omisión legislativa inconstitu-
cional; así, ha dicho el TC que “al extenderse los alcances de la norma a supuestos o consecuencias
no previstos para determinados sujetos, en puridad lo que la sentencia está consiguiendo es homo-
logar un mismo trato con los sujetos comprendidos inicialmente en la ley cuestionada”700.
Sentencias sustitutivas
Aquí lo que realiza el TC es sustituir a una parte del texto por otra formulada por el mismo en
el nivel de interpretación; este tipo de fallo establece que el precepto es declarado inconstitucional
“en cuanto prevé...” o señala “algo”, “en lugar de” otro aspecto que debería prever para ser constitu-
cional. El TC peruano las ha conceptualizado señalando que “son aquellas en donde el órgano de
control de la constitucionalidad declara la inconstitucionalidad parcial de una ley y, simultáneamente,
incorpora un reemplazo o relevo del contenido normativo expulsado del ordenamiento jurídico; vale
decir, dispone una modificación o alteración de una parte literal de la ley”701.
697 Ídem.
698 Ibídem. Pág. 236.
699 Ídem.
700 Ídem.
174
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
Sentencias exhortativas
Estas sentencias son llamadas también de recomendaciones al legislador y engloban un con-
junto de formulaciones o directrices que buscan la actuación del Poder Legislativo, significando así
una obligación de actuar del legislador que encuentra su origen en encargos constitucionales que
exigen un concreto desarrollo legislativo ulterior. Las exhortaciones, por lo general, aparecen como
obiter dictum, señalando principios que han de seguirse en la elaboración de una nueva ley, por lo
que bien pueden admitirse varias formas de exhortaciones, que van desde el simple consejo” hasta
fórmulas más coactivas702.
La praxis de esta sentencia en el Perú es, en muchos casos, permanente; en lo que respecta
a la conceptualización de estas sentencias, el TC señala que son aquellas en donde el órgano de
control constitucional declara la incompatibilidad constitucional de una parte o la totalidad de una
ley o norma con rango de ley, pese a lo cual no dispone su inmediata expulsión del ordenamiento
constitucional, sino que recomienda al Parlamento para que, dentro de un plazo razonable, expida
una ley sustitutoria con un contenido acorde a las normas, principios o valores constitucionales.
Sin embargo, en lugar de declarar su invalidez constitucional, le confiere al legislador un plazo de-
terminado o determinable para que la reforme, con el objeto de eliminar la parte violatoria del texto
fundamental703.
Los efectos de este tipo de sentencias, resultan ser muy particulares, por cuanto subyace en ella
el concepto de vacatio setentiae, mediante el cual se dispone la suspensión de la eficacia de una
parte del fallo; esto es, se modulan los efectos de la decisión en el tiempo, con lo cual, en parte, esta
figura se homologa con la versión de la vacatio legis o suspensión temporal de la entrada en vigencia
de una ley aprobada por el Congreso. Igualmente, el TC se ha pronunciado en forma puntual que la
exhortación de estos fallos puede concluir por alguna de las siguientes vías704:
175
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
tes. No obstante, puede ocurrir que en el segundo supuesto antes señalado, vincule posteriormente
al legislador por su incumplimiento, y en el tercer supuesto, impuesta una recomendación encami-
nada a que efectúe el legislador una de-terminada actividad y éste no lo hiciera, sí sería posible una
posterior sentencia que sí declare la inconstitucionalidad (sentenze monito)705.
Sentencias estipulativas
Finalmente, el TC identifica a esta variante de sentencia estimativa manipulativa como aquella
en donde el órgano de control de la constitucionalidad establece, en la parte considerativa de la
sentencia, las variables conceptuales o terminológicas que utilizará para analizar y resolver una
controversia constitucional. No obstante, bien cabe aquí formular una legítima crítica, porque se
observa permanentemente sentencias que pretenden convertirse en pedagógicas, dando a enten-
der que ellas cumplen un rol docente que consiste en hacer llevar ese saber a toda la comunidad.
En realidad, las sentencias no están hechas ni pensadas para enseñar a litigantes y abogados, las
sentencias no son para eso. Lo que debe hacerse en una sentencia es resolver un conflicto, despejar
una duda o precisar un derecho706.
Estamos de acuerdo con Pedro Grández Castro que precisa Las garantías orgánicas y funcio-
nales, asumidas simplemente en términos formales, no resuelven el problema de la independencia
e imparcialidad del juez constitucional que es el fin al que se orientan. Se requiere de una cultura
constitucional, que debe construirse en los espacios más amplios de la vida ciudadana, que debe
reconocer en el modelo de la democracia constitucional707.
705 FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, José Julio. (2002). La justicia constitucional europea ante el siglo XXI. Madrid: Tecnos, Pp. 123-
124. Citado por: ETO CRUZ, Gerardo. (2013). Ibídem. Pág. 239.
706 Ídem.
707 GRÁNDEZ CASTRO, Pedro. (2013). “Tribunal Constitucional” (comentario al artículo 201 de la Constitución). En: La Constitu-
ción comentada. Tomo III, Lima: Gaceta Jurídica, p. 1094.
708 http://portal.jne.gob.pe/informacioninstitucional/quienessomos/
176
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
- Fiscalizar la legalidad del ejercicio del sufragio y de la realización de los procesos electo-
rales, del referéndum y de otras consultas populares, así como también la elaboración de
los padrones electorales.
El rol que desempeña el JNE que es legitimar el gobierno elegido en las urnas, la labor de fiscalización.
- Velar por el cumplimiento de las normas sobre organizaciones políticas y además de las
disposiciones referidas a la materia electoral
Esta función debe ser acatada por los actores electorales y por las instituciones involucradas en esta causa.
709 HURTADO CRUZ, Virgilio Isaac. (2013). “Atribuciones del Jurado Nacional de Elecciones” (comentario al artículo 178 de la
Constitución). En: La Constitución comentada. Tomo III, Lima: Gaceta Jurídica, p. 630.
177
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
710 HURTADO CRUZ, Virgilio Isaac. (2013). “Atribuciones del Jurado Nacional de Elecciones” (comentario al artículo 178 de la
Constitución). En: Ob. Cit. p. 642.
711 Ibídem. Pág. 643.
712 Ibídem. Pág. 652.
713 Ibídem. Pág. 656.
714 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2012). La Constitución de 1993. Veinte años después. Sexta edición, Lima: IDEMSA. Pág. 803.
178
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
zar y ejecutar los procesos electorales en el Perú. Junto al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y al
Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), constituye el sistema electoral peruano.
La ONPE garantiza a todos los ciudadanos sin distinción, el derecho al voto y que el escrutinio
sea el reflejo exacto de la voluntad popular. En época electoral diseña y distribuye la cédula de su-
fragio, actas electorales y todos los materiales necesarios para las elecciones; asimismo capacita a
los miembros de mesa y demás actores electorales.
En periodo no electoral, la ONPE brinda apoyo y asistencia técnica a las organizaciones polí-
ticas en sus procesos de democracia interna y supervisa la actividad económica-financiera de los
mismos. La asistencia técnica electoral se brinda también a las organizaciones públicas, privadas y
de la sociedad civil que lo soliciten, de acuerdo a las normas legales vigentes y previa evaluación y
disponibilidad de recursos”.715
715 http://www.web.onpe.gob.pe/quienes-somos.html
716 VILA ORMEÑO, Cynthia. (2013). “Oficina Nacional de Procesos Electorales” (comentario al artículo 182 de la Constitución).
En: La Constitución comentada. Tomo III, Lima: Gaceta Jurídica, p. 701.
179
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
“El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC), organismo autónomo encargado
de la identificación de los peruanos, otorga el documento nacional de identidad, registra hechos
vitales: nacimientos, matrimonios, defunciones, divorcios y otros que modifican el estado civil. En
procesos electorales nuestra participación consiste en proporcionar el Padrón Electoral que será
utilizado el día de las elecciones.
Creada constitucionalmente mediante la Ley N° 26497, con fecha 12 de julio de 1995, nuestra
institución ha logrado en los últimos años, un gran salto cuantitativo y cualitativo en la identificación
y el registro de hechos vitales de todos los peruanos”.718
Las funciones constitucionales a cargo del RENIEC se encuentran reguladas en el artículo 183 de
la Constitución de 1993 encuadran en su labor de organizar y mantener el registro único de identifi-
cación de las personas naturales e inscribir los hechos y actos relativos a su capacidad y estado civil.
Textualmente la Constitución señala que la institución está a cargo de:
• Inscribir los nacimientos, matrimonio, divorcios, defunciones, y otros actos que modifican el estado Civil
• Emitir las constancias correspondientes.
• Preparar y mantener actualizado el padrón electoral.
• Proporcionar al Jurado Nacional de Elecciones y a la Oficina Nacional de Procesos Electorales la
información necesaria para el cumplimiento de sus funciones.
• Mantener el registro de identificación de los ciudadanos y emitir los documentos que acreditan su
identidad.
• Ejerce las demás funciones que la ley señala.
Tiene otras funciones como las expresamente constitucionales la Ley Orgánica del RENIEC (LOR)
señala lo siguiente, aunque ligándolo al Jefe de Reniec:
• Colaborar con el ejercicio de las funciones de las autoridades policiales y judiciales pertinentes
para la identificación de las personas, dejando a salvo lo establecido en el inciso siguiente y en
los incisos 1), 5) y 6) del artículo 2 de la Constitución, esto es a la identidad, a la información y a
la intimidad.
• Velar por los demás derechos inherentes a la persona derivados de su inscripción en el registro.
• Garantizar la privacidad de los datos relativos a las personas que son materia de inscripción.
• Implementar, organizar, mantener y supervisar el funcionamiento de los registros dactiloscópico
y pelmatoscópico de las personas.
• Brindar, durante los procesos electorales, la máxima cooperación a la ONPE, facilitando el uso de
su infraestructura material humana.
717 VILA ORMEÑO, Cynthia. (2013). “Oficina Nacional de Procesos Electorales” (comentario al artículo 182 de la Constitución).
En: La Constitución comentada. Ibídem. Pág.702.
718 http://www.reniec.gob.pe/portal/institucional.htm#
180
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
• En el ámbito institucional, debe promover la formación de personal calificado que requiera la institución.
El Consejo Nacional de la Magistratura surgió en Europa a inicios del siglo pasado. Sin embargo,
se notaría su presencia con mayor nitidez, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en medio de
Estados mejor organizados, como consecuencia de un largo trayecto histórico y de su recuperación
democrático, al dejar atrás sistemas totalitarios de gobierno: verbigracia, el fascismo720.
Gastón Soto Vallenas precisa El Consejo Nacional de la Magistratura es un órgano constitu-
cionalmente autónomo, integrante del Sistema de Justicia que contribuye al fortalecimiento de la
Democracia y el Estado de Derecho721. Asimismo, señala que los integrantes del Consejo Nacional
de la Magistratura representan a la Sociedad, que es diversa y multidisciplinaria, para el Poder Cons-
tituyente esto es saludable, porque refiere que la impartición de justicia es para todos los ciudadanos
y no solamente para los abogados722.
Concordamos con Gastón Soto Vallenas en el sentido que el Consejo Nacional de la Magistratu-
ra es una institución relevante para la democracia, gobernabilidad y el Estado de Derecho, toda vez
que sus funciones constitucionales inciden directamente en la mejora continua del sistema de justicia
a favor del ciudadano723.
El Consejo Nacional de la Magistratura, Se rige por la Constitución Política y su propia Ley Orgá-
nica, Ley N° 26397, publicada el 12 de diciembre de 1994.
Este Organismo, independiente por mandato constitucional, tiene la muy alta y delicada misión de
seleccionar, nombrar y periódicamente ratificar a jueces y fiscales sólidamente probos, independientes,
719 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2012). La Constitución de 1993. Veinte años después. Ibídem. Pág. 810.
720 TÁVARA CÓRDOVA, Francisco A. (2007). Comentarios sobre el Consejo Nacional de la Magistratura. Lima: Gaceta Jurídica.
pág.63.
721 SOTO VALLENAS, Gastón. “Funciones del Consejo Nacional de la Magistratura” (comentario al artículo 154 de la Constitu-
ción). En: La Constitución comentada. Tomo III, Gaceta Jurídica, Lima, 2013, p. 454.
722 Ídem.
723 Ibídem. Pág. 474.
181
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
provistos de irreductibles valores éticos y morales, idóneos para garantizar la plena vigencia de los
derechos de la persona y el respeto a su dignidad, a través de una correcta administración de justicia.
Respecto a la función de la selección de los magistrados coincidimos plenamente con esta pri-
mera atribución, sugiriendo que el concurso público tanto en antecedentes como en oposición –ido-
neidad jurídica- se complemente con otros mecanismos que como las entrevistas, los informes, los
test psicológicos, etcétera, puedan acumular elementos de juicio sobre calidades humanas y éticas,
la laboriosidad, la independencia y la ponderación de los postulantes.724
El inciso 2 del artículo 154 de la Constitución de 1993 se refiere a la ratificación de jueces y
fiscales de todos los niveles cada siete años. Sobre el particular Chirinos Soto establece que la ina-
movilidad resulta una virtual impunidad y la ratificación periódica invita a un mejor comportamiento725.
También el CNM tiene como función, procesar disciplinariamente, a jueces y fiscales que, inves-
tidos de cualquier jerarquía, incurren en faltas contra los deberes de función, desmereciendo en el
concepto público la imagen de probidad, idoneidad e imparcialidad que todo buen juez o fiscal deben
observar. Esto es, destituirlos cuando sea el caso.
La independencia que nuestra Carta Constitucional le confiere a este organismo, lo dota tam-
bién de la responsabilidad de elegir y destituir si es el caso, a quienes ejercen las jefaturas de dos
importantes organismos que concurren en la realización de las elecciones políticas generales y mu-
nicipales en el Perú”. 726En este sentido, la Ley Orgánica del Consejo Nacional de la Magistratura
establece en su artículo 21 que el Consejo nombra al Jefe de la Oficina Nacional de Procesos Elec-
torales y al Jefe del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil. Además, el Consejo queda
habilitado para elaborar y aprobar su reglamento interno, establecer las comisiones que considere
convenientes y ejercer el derecho de iniciativa legislativa, conforme a la Constitución727.
182
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
• El Fiscal de la Nación.
• Los Fiscales Supremos.
• Los Fiscales Superiores.
• Los Fiscales Provinciales.
• Los Fiscales Adjuntos.
• Las Juntas de fiscales.
El Ministerio Público es un órgano constitucional autónomo que integra la estructura del Estado
Constitucional y que se encuentra reconocido en el artículo 158 de la Constitución. Sus funciones
están recogidas en la misma Carta, en el artículo 159, y son las siguientes:732
- La defensa de la legalidad y de los intereses públicos;
- Velar por la independencia de los órganos jurisdiccionales y por la recta administración de justicia;
- Representar a la sociedad en los procesos judiciales;
- Conducir desde su inicio la investigación del delito;
- Ejercitar la acción penal de oficio o a petición de parte;
- Emitir dictamen previo a las resoluciones judiciales en los casos previstos por la ley.
- Ejercer iniciativa en la formación de leyes.
728 GÁLVEZ VILLEGAS, Tomas Aladino. (2010). El Ministerio Público. Visto a través de los dictámenes, resoluciones y otras deci-
siones de las Fiscalías Supremas. Lima: JURISTA editores, Pp. 28-29.
729 SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. (2009). El Nuevo Proceso Penal. Lima: IDEMSA. Pág. 71.
730 CÁCERES J., Roberto E. e IPARRAGUIRRE N., Ronald D. (2011). Código Procesal Penal Comentado. Lima: Jurista Editores. Pág. 50.
731 CUBAS VILLANUEVA, Víctor. (2009). El nuevo proceso penal peruano. Lima: Palestra editores. Pág. 179.
732 BASTOS PINTO, Manuel. 2012. “Ministerio Público”. Pág. 296– En BASTOS PINTO, Manuel et al. Diccionario de Derecho
Constitucional Contemporáneo. Ibídem.
183
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Se trata de atribuciones múltiples, variadas y amplias, que conlleva a que en puridad se conforme
un Magistratura independiente.
La creación del Ministerio Público como órgano constitucional autónomo sentó las bases para
establecer un nuevo sistema procesal en el que las funciones de persecución y de decisión sean
llevadas a cabo por órganos diferentes. Al Ministerio Público le corresponde la persecución del delito,
la investigación, en función de ellos se convierte al fiscal en Investigador, con lo que se ratifica su
reconocimiento como titular del ejercicio público de la acción penal y de la carga de la prueba dis-
puesto por los artículos 11º y 14º de la LOMP. En tanto que los órganos jurisdiccionales se encargan
exclusivamente de controlar el desarrollo de la investigación, de dirigir la etapa intermedia y la etapa
procesal de juzgamiento, su función principal es resolver, fallar.735
733 NEYRA FLORES, José Antonio. (2010). Manual de Derecho Penal & Litigación Oral. Lima: IDEMSA. Pág. 234.
734 CUBAS VILLANUEVA, Víctor. (2009). Ibídem. Pág. 184.
184
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
La Constitución de 1993 en el artículo 159º contiene una modificación esencial: el fiscal conduce
desde su inicio la investigación del delito, en consecuencia, asume la titularidad de la investigación,
tarea que debe realizar con plena iniciativa y autonomía. Así, el fiscal investigador sustituye al juez
instructor, cuya función exclusiva será dirigir la etapa procesal de juzgamiento.736
Con el nuevo sistema penal acusatorio, lo que se pretende es contar con un Ministerio Público
fuerte y protagonista, responsable de llevar a delante la investigación de los delitos, acusar a los
presuntos responsables y ejercer facultades discrecionales relevantes para mantener la carga de
trabajo del sistema en volúmenes razonables. Con ello se espera que el Ministerio Público fuera
capaz de contribuir en la consolidación del nuevo sistema procesal en tres áreas:737
El sustento constitucional del papel que cumple el Ministerio Público se encuentra establecido
en también en: (STC Exp. N° 03018-2011-PHC/TC, f.j. 5) Como ha sido explicado por el Tribunal
Constitucional, el artículo 159 de la Constitución señala qué funciones corresponden al Ministerio
Público: conducir desde su inicio la investigación del delito, ejercitar la acción penal pública de oficio
o a pedido de parte), emitir dictámenes previos a las resoluciones judiciales, entre otras, las cuales
deben ser ejercitadas conforme a los cánones que norma normarum establece las que se encuentra
respetar los derechos fundamentales.
185
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
toda la contratación, administración, utilización y pago de la deuda pública, tanto externa como interna.
• Supervisar la legalidad de la ejecución del presupuesto del Estado. Para ello investiga y dictamina
sobre las cuentas de todas las instituciones y reparticiones que manejan fondos del Tesoro Público.
• Supervisar los actos de las instituciones sujetas a control, que son todas las que manejan presu-
puesto del Estado o deuda pública.
Esta institución es definida como una persona jurídica de derecho público que goza de autono-
mía dentro del marco que le señala su ley orgánica740.
Las funciones del Banco, dentro de dicha finalidad, son las siguientes741:
• Regular la moneda y el crédito del sistema financiero, es decir, las medidas conducentes a que
la cantidad de moneda, su velocidad de circulación y demás elementos macroeconómicos, sean
los adecuados para lograr la estabilidad monetaria del Perú. Para ello, como se sabe desde los
elementos de la teoría económica, moneda y crédito son dos caras de la misma medalla desde
que el crédito acelera la circulación monetaria.
• Administrar las reservas internacionales, que están a su cargo. Esto quiere decir que no solo
utiliza las reservas, sino que también decide su inversión y su destino más seguro.
La institución del ombudsman es una pieza moderna y significativa en cuanto a las relaciones de
control entre los poderes742.
“El nacimiento del Ombudsman o Defensor del Pueblo se remonta a más de 200 años atrás en
Suecia, en donde surgió como una entidad de origen parlamentario con el encargo de velar por la
buena administración pública en favor de los ciudadanos.
La Defensoría del Pueblo en el Perú fue creada por la Constitución Política de 1993, como un
organismo constitucionalmente autónomo, para defender los derechos fundamentales, supervisar
el cumplimiento de los deberes de la administración estatal, así como la eficiente prestación de los
servicios públicos en todo el territorio nacional.
739 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2012). La Constitución de 1993. Veinte años después. Ibídem. Pág. 422.
740 GARCÍA TOMA, Víctor. (1998). Análisis Sistemático de la Constitución de 1993. Tomo II. Ibídem. Pág. 184.
741 BERNALES BALLESTEROS, Enrique. (2012). La Constitución de 1993. Veinte años después. Ibídem. Pág. 424.
742 SAGUES, Nestor Pedro. (2007). Manual de Derecho Constitucional. Buenos Aires: ASTREA Pág. 299.
186
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
La Defensoría atiende -en todo el país- quejas, consultas y pedidos de ciudadanos que, por al-
guna causa, han experimentado la vulneración de sus derechos. No desempeña funciones de juez
o fiscal ni sustituye a autoridad alguna. No dicta sentencias, no impone multas ni sanciones. Elabora
informes con recomendaciones o exhortaciones a las autoridades, cuyo cumplimiento encuentra
sustento en su poder de persuasión y en la fortaleza de argumentos técnicos, éticos y jurídicos.
La Defensoría del Pueblo es, pues, un colaborador crítico del Estado que actúa, con autono-
mía, respecto de cualquier poder público o privado, en nombre del bien común y en defensa de los
derechos de la ciudadanía. En razón de ello, ejerce su mandato con objetividad, profesionalismo y
responsabilidad, nunca por oposición arbitraria o injustificada frente al Estado”.743
Así se fija como atribuciones del Defensor del Pueblo las siguientes: la faculta de iniciar y prose-
guir de oficio o a petición de parte cualquier investigación que esclarezca los actos y resoluciones
de la Administración; ejercitar ante el Tribunal Constitucional la acción de inconstitucionalidad contra
la normas de rango de ley, e interponer la acción de Hábeas Corpus, Acción de Amparo, Hábeas
Data, Acción Popular y Acción de cumplimiento; iniciar o participar de oficio o a petición de parte
en cualquier procedimiento administrativo en representación de una persona o grupo de personas;
ejercitar el derecho de iniciativa; promover la firma, ratificación, adhesión y efectiva difusión de los
tratados internacionales sobre derechos humanos, organizar y administrar el Registro Nacional de
detenidos y Sentenciados a Pena Privativa de Libertad Efectiva; dictar los reglamentos que requiera
para el cumplimiento de sus funciones; y ejercer las demás atribuciones y facultades que establece
la Constitución y la ley744.
187
Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
Administradoras Privadas de Fondos de Pensiones AFP y de aquellas otras que por realizar opera-
ciones conexas o similares, determine la ley. (Constitución, artículo 87) 745.
Su jefe es el Superintendente de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fondos de
Pensiones746.
3. LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
La ley ha considerado de suyo importante empezar su contenido fijando el punto de vista orgáni-
co u organizativo de su ámbito, identificando cuáles son las personas jurídicas obligadas o procedi-
mentalizar sus declaraciones de voluntad y seguir los preceptos generales en su actuación, en sus
diversas relaciones748.
La mayor parte de los servidores de la Administración Pública están repartidos en las distintas
dependencias de los Ministerios.
746 RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Ob. Cit. Pág. 64.
747 Ídem.
748 MORÓN URBINA, Juan Carlos. (2014). Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo General. Ibídem. Pág. 24.
749 http://sistemas3.minjus.gob.pe/mision
188
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
9. Ministerio de Producción
10. Ministerio de Comercio Exterior y Turismo
11. Ministerio de Energía y Minas
12. Ministerio de Transportes y Comunicaciones
13. Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento
14. Ministerio de Mujer y Poblaciones Vulnerables
15. Ministerio de Ambiente
16. Ministerio de Cultura
17. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos
18. Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social
“El Ministerio de Justicia facilita el acceso a la justicia, promueve el respeto de los derechos hu-
manos y contribuye al logro de una sociedad más justa.
Por el lado del Estado, defiende jurídicamente sus intereses y el estado de derecho, garantizando
la seguridad jurídica. De igual manera es un Ministerio articulado, coordinado, y desconcentrado, con
objetivos y metas concretas y que genera confianza en la población, referente para todo el sistema
de administración de justicia, moderno, eficiente y eficaz, con soporte de una tecnología de punta y
un potencial humano motivado orientado al servicio del ciudadano, e identificado con el desarrollo y
crecimiento de su institución”.749
4. CONSIDERACIONES FINALES
La Organización del Estado peruano está conformado por: El gobierno Central: Poder Legislati-
vo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial; el Gobierno Regional; el Gobierno Local y los Organismos
Constitucionales Autónomos: Jurado Nacional de Elecciones, Oficina Nacional de Procesos Elec-
torales y Registro Nacional de Identificación y Estado Civil, Consejo Nacional de la Magistratura,
Tribunal Constitucional, Ministerio Público – Fiscalía de la Nación, Defensoría del Pueblo, Contraloría
General de la República, Superintendencia de Banca, Seguros y Administradoras Privadas de Fon-
dos de Pensiones AFP y el Banco Central de Reserva.
5. BILBIOGRAFÍA CONSULTADA
1. BASTOS PINTO, Manuel. 2012. “Ministerio Público”. Pág. 296– En BASTOS PINTO, Manuel et
al. Diccionario de Derecho Constitucional Contemporáneo. Lima: Gaceta Jurídica S.A.
2. BASTOS PINTO, Manuel. 2012. “Poder Judicial”. P. 333 – En BASTOS PINTO, Manuel et al.
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
190
José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
25. ISASI CAYO, Juan Felipe. (1997). Cultura Política y Constitución. 1ra edición, Lima: Fondo de
Desarrollo Editorial de la Universidad de Lima.
26. MORÓN URBINA, Juan Carlos. (2014). Comentarios a la Ley del Procedimiento Administrativo
General. Décima edición, Lima: Gaceta Jurídica.
27. NEYRA FLORES, José Antonio. (2010). Manual de Derecho Penal & Litigación Oral. Lima:
IDEMSA.
28. PIZZORUSSO, Alessandro. (1984). Lecciones de Derecho Constitucional. Tomo II. Madrid: Cen-
tro de Estudios Constitucionales.
29. RUBIO CORREA, Marcial. (2009). Sistema Jurídico. Introducción al Derecho. Décima edición.
Lima: Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
30. SAGUES, Nestor Pedro. (2007). Manual de Derecho Constitucional. Buenos Aires: ASTREA.
31. SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. (2009). El Nuevo Proceso Penal. Lima: IDEMSA.
32. SOTO VALLENAS, Gastón. “Funciones del Consejo Nacional de la Magistratura” (comentario al
artículo 154 de la Constitución). En: La Constitución comentada. Tomo III, Gaceta Jurídica, Lima,
2013, p. 1112.
33. TÁVARA CÓRDOVA, Francisco A. (2007). Comentarios sobre el Consejo Nacional de la Magis-
tratura. Lima: Gaceta Jurídica.
34. THURY CORNEJO, Valentín. (2002). Cultura Política y Constitución. 1ra edición, Lima: Fondo de
Desarrollo Editorial de la Universidad de Lima.
35. VILA ORMEÑO, Cynthia. (2013). “Oficina Nacional de Procesos Electorales” (comentario al artículo
182 de la Constitución). En: La Constitución comentada. Tomo III, Lima: Gaceta Jurídica, p. 701.
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
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Manual de Derecho Constitucional José Alberto Estela Huamán
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José Alberto Estela Huamán Manual de Derecho Constitucional
ÍNDICE
DEDICATORIA 3.1. EL DERECHO CONSTITUCIONAL COMO
INTRODUCCIÓN “TÉCNICA DE LA LIBERTAD”
3.2. EL DERECHO CONSTITUCIONAL COMO
CAPÍTULO I TÉCNICA DE AUTORIDAD
EL DERECHO Y LA SOCIEDAD 3.3. EL DERECHO CONSTITUCIONAL COMO
1.EL DERECHO TÉCNICA DE LIBERTAD Y TÉCNICA DE
1.1. LA DEFINICIÓN DE DERECHO AUTORIDAD
2.LA SOCIEDAD
2.1. DEFINICIÓN DE LA SOCIEDAD 4. DIMENSIONES DEL DERECHO CONSTITUCIONAL
2.2. ELEMENTOS DE LA SOCIEDAD 4.1. EL ORDEN NORMATIVO
2.2.1. CAUSA MATERIAL DE LA SOCIEDAD 4.2. EL ORDEN DE LA REALIDAD EXISTENCIAL
2.2.2. CAUSA FORMAL DE LA SOCIEDAD 4.3. EL ORDEN AXIOLÓGICO
2.2.3. CAUSA EFICIENTE DE LA SOCIEDAD 5. DERECHO CONSTITUCIONAL GENERAL, DERECHO
2.2.4. CAUSA FINAL DE LA SOCIEDAD CONSTITUCIONAL PARTICULAR O
ESPECIAL Y DERECHO CONSTITUCIONAL
3. EL DERECHO Y LA SOCIEDAD COMPARADO
4. LA SOCIEDAD Y LA CONSTITUCIÓN 5.1. EL DERECHO CONSTITUCIONAL GENERAL
4.1. LA DESCONSTITUCIONALIZACIÓN DE LA 5.2. EL DERECHO CONSTITUCIONAL ESPECIAL
SOCIEDAD O PARTICULAR
4.2. LA “CONSTITUCIONALIZACIÓN” DE LA SOCIEDAD 5.3. EL DERECHO CONSTITUCIONAL COMPARADO
4.3. LA CONSTITUCIÓN ECONÓMICA 6. EL CONSTITUCIONALISMO
5. CONSIDERACIONES FINALES 6.1. ORIGEN DEL CONSTITUCIONALISMO
6. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA 6.2. CONCEPTO DE CONSTITUCIONALISMO
6.3. CONSTITUCIONALISMO CLÁSICO Y SOCIAL
CAPÍTULO II 6.4. CONSTITUCIONALISMO POSTINDUSTRIAL
EL ESTADO
1.EL ESTADO 7. NEOCONSTITUCIONALISMO
1..1.CONCEPTO DE ESTADO 8. CROSS CONSTITUCIONALISMO
1.2.ELEMENTOS DEL ESTADO 9. CONSIDERACIONES FINALES
1.2.1. EL TERRITORIO 10. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
1.2.2. LA POBLACIÓN
1.2.3. EL PODER CAPÍTULO IV
1.3.FINALIDAD Y FUNCIONES DEL ESTADO LA CONSTITUCIÓN Y EL ESTADO DE DERECHO
1.4. TIPOS DE ESTADO 1.LA CONSTITUCIÓN
1.4.1. EL ESTADO BIENESTAR 1.1. EL CONCEPTO DE CONSTITUCIÓN
1.4.2. EL ESTADO LIBERAL 1.2. LA CONSTITUCIÓN COMO NORMA JURÍDICA
2.EL ESTADO DE DERECHO SUPREMA
3. CONSIDERACIONES FINALES 1.3. LA CONSTITUCIÓN COMO LÍMITE DEL PODER
4. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA POLÍTICO
1.4. LA CONSTITUCIÓN Y EL ORDENAMIENTO
CAPÍTULO III JURÍDICO
EL DERECHO CONSTITUCIONAL 1.5. CLASIFICACIÓN DE LA CONSTITUCIÓN
1.DEFINICIÓN DE DERECHO CONSTITUCIONAL 1.5.1. CONSTITUCIÓN FORMAL
1.1. EL DERECHO CONSTITUCIONAL COMO DERECHO 1.5.2. CONSTITUCIÓN MATERIAL
DEL ESTADO 1.5.3. CONSTITUCIÓN FLEXIBLE
1.2. EL DERECHO DEL ESTADO COMO 1.5.4. CONSTITUCIÓN RÍGIDA
ORDENAMIENTO JURÍDICO 1.5.5. CONSTITUCIÓN ESCRITA
1.3. POSICION DEL DEREHCO CONSTITUCIONAL EN EL 1.5.6. CONSTITUCIÓN NO ESCRITA
ORDENAMIENTO JURÍDICO: LA PECULIARIDAD 1.5.7. CONSTITUCIÓN DINÁMICA
DEL DERECHO CONSTITUCIONAL COMO 1.5.8. CONSTITUCIÓN ESTÁTICA
DERECHO 2. EL ESTADO DE DERECHO
2. EL ORIGEN DEL DERECHO CONSTITUCIONAL 2.1. CONCEPTO DEL ESTADO DE DERECHO
3. SIGNIFICADO Y ALCANCES DEL DERECHO 2.2. ESTRUCTURA DEL ESTADO DE DERECHO
CONSTITUCIONAL 2.3. FORMAS DEL ESTADO DE DERECHO
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