RELIGION DEL BENI
En Beni se encuentran varias iglesias muy conocidas como :
San Joaquín (Beni)
San Joaquín es una pequeña localidad y municipio de Bolivia,
capital de la Provincia de Mamoré en el Departamento del
Beni.
También se la conoce con los nombres de San Joaquín de
Aguas dulce, por ser sus aguas dulce en la localidad, y La Perla
del Beni, nombre otorgado por el Obispo Monseñor Carlos
Anasagasti. Está situado a la orilla izquierda del río Machupo,
afluente del río Iténez. Tiene una población de 4 500 habitantes
según el último censo boliviano de 2012.
El Regimiento de Caballería 2 Ballivián (perteneciente
al Ejército de Bolivia) se encuentra asentado en San Joaquín.
La religión con mayor número de practicantes es la católica.
Cuenta con centros sociales, pastoral de ancianos, jóvenes,
vocacionales, club de madres, pastoral familiar, catecismo y
sacramentales.
Existen otras confesiones, como la Iglesia Evangélica
Boliviana, Iglesia Adventista Boliviana e Iglesia Cristiana
Bautista.
Beni se caracteriza por ser un estado donde predomina la
religión cristiana y la católica, que fueron traídas por los
jesuitas durante la finalización de los años 1600 y que se
practica en varias festividades nacionales y estadales y en
distintos templos, siendo la Virgen de Loreto la patrona del
estado. Sin embargo, hay que resaltar que debido a la fuerte
presencia de distintos grupos indígenas o amerindios, existen
vestigios de creencias espirituales donde adoraban a dioses
como el sol, la lluvia, la tierra y el viento, además del respeto
hacia los animales del entorno.
En penúltimo lugar se sitúa el departamento de Beni con 75%
de católicos y 12.9% de evangélicos, juntos los dos grupos
religiosos llegaron a 88% de su población que en aquel
entonces tenía 268,702 personas. Cierra la tabla el
departamento de La Paz, con credo diverso. (EZB).
La religión oficial, consagrada en la Constitución de 2009, es el
catolicismo. La gran mayoría de la población afirma ser
católica, pero en realidad el grado de fervor varía mucho de
una persona a otra y de una región a otra. De hecho, el
catolicismo ha sido históricamente una herramienta de
colonización y un medio de control masivo por parte de la clase
dirigente. En consecuencia, ser católico se percibe como un
elemento que juega a favor del propio prestigio social, de ahí el
gran número de personas que se declaran católicas (alrededor
del 75% de la población).
Pero de manera concreta, este cristianismo está fuertemente
coloreado por las creencias, prácticas y supersticiones locales.