123 Poemas
123 Poemas
La poesía furibunda
en mi pecho abunda.
La ansiedad inerte
en mi cabeza hierve.
1 bis
Perdóname
si algún día
se me da por olvidarte.
Tu recuerdo me zamarrea
y tus palabras me tienen cautiva
y a merced del aplastante olvido.
La filosofía
me sirve para ejercitar la muerte
y la poesía
para describirla minuciosamente.
[Y el silencio
me sirve para olvidarte.]
10
Estos golpes
dentro del corazón
salen siendo lágrimas
junto a incontenible pasión.
11
La libertad
es el salto insaciable de tu corazón
ante la inmensidad del universo
a sabiendas de que nada podrá atar tu alma
nunca más.
12
Qué agónico
es observarte de lejos
presenciando esta lenta muerte
a la cual me encamino.
Tu mano sobre la mía
pero desprendiendo polvo
ante la ausencia del tiempo
que atosiga y mutila.
Intento ahuyentar
esta angustia cruel que se manifiesta
pero sólo queda un dolor latente
que me intoxica de manera despiadada.
¿Sabes qué es lo peor de todo?
Que tú eres tan ajeno a esta muerte
que me acecha de noche
y que lleva tu nombre…
13
Vivo en un constante
extrañamiento.
Me duele lo que antes era parte de mí,
ya no lo entiendo.
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El mundo late,
y muchos tropezamos.
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19
20
La pasión enletrada
es la más bella de todas.
¿Quién logra provocar gritos
a través de simples escritos?
Ojalá pudieras entenderme.
22
Entre palabras,
símbolos
y escritos,
me encuentro con mis libros
y poetas perdidos.
Húndete en mi mundo de papel,
aquí estarás protegido.
23
Inspiración de tinta
que me volviste esclava de tu poesía
ahora me permites liberarme
pero prefiero quedarme cautiva.
Aquí el ruido tiene sentido,
y puedo volverlo letras.
No me afecta estar prisionera
mientras me protejas.
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27
La melancolía
pinta de gris los recuerdos
de los días más felices
que te hicieron sentir eterno.
28
Sinceramente,
ya no tengo fuerzas
para seguir siendo
eso que vos querés que sea.
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31
La felicidad
es el único sentimiento
que para experimentarlo
se tiene que no saberlo.
33
No soy nada
y nunca lo seré.
No fui nada
y por eso me enterré.
Ya me enfrenté al tiempo
y este su veredicto dio.
No tengo remedio
mi futuro murió.
34
Me duele.
Me arde.
Me aterra existir.
Doy vueltas,
me caigo,
no puedo seguir.
35
Mi destino ha muerto
¿Qué más queda por hacer?
Le lloro al tiempo,
él no va a retroceder.
La muerte se observa,
la muerte se escribe.
Se detalla su esencia
y se le escapa a su presencia.
36
Hay murmullo,
tumulto,
voces
y vida.
Y luego pienso
¿Qué hago yo aquí?
Me siento perdida.
37
Entretejo recuerdos
para así
beberme mi tejido conjuntivo
con lágrimas desbordando.
38
El mundo tan volátil
que me rodea.
Mi alma frágil
merodea,
encerrada en un vaso
que se cierra sobre sí mismo
y limita mi libertad.
39
En aquella esquina
de Villa Gesell
cae el atardecer
y se esconde el ruido.
40
Un corazón perdido,
un destino molido,
el mundo me ha mordido
y a la mitad me ha partido.
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42
Mi intención es hablar,
gritar,
vaciarme por completo.
Pero termino optando
por desaparecer por un tiempo.
43
El tiempo pasa
las aguas cambian
la vida se renueva
y yo continúo ahogándome
siempre en el mismo río.
44
Intento derribar
las paredes que me oprimen
y construir puentes.
Pero es muy difícil
si primero no te deshaces de tu mente.
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La razón fría
pienso tomarme.
Sorbo va,
sorbo viene.
Por fin este ritual
ha conseguido inspirarme.
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Sombras olvidadas,
apiladas,
desterradas.
Qué oscuro está el mundo
recuérdenle que aún avanza.
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Me detengo en un punto,
aquí la tinta se corrió.
Se confunden los signos
la lapicera se mareó.
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53
Y si la vida es bella
¿Por qué la siento tan drástica,
trágica,
dramática?
¿Por qué me duele ser parte
de este camino con final?
54
Late mi corazón,
lento,
tranquilo.
Al compás del viento,
al compás del tiempo.
55
Y en cuanto la vida se vuelve
disparatada,
yo disparo.
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La muerte
es la única experiencia
que no puede ser narrada
en primera persona.
58
Nos atormenta
la finitud incuestionable.
Nos tortura
saber que tenemos un final
que espera por nosotros.
Pero, a su vez,
rogamos
para dormir y no despertar.
Porque otro día
no podremos soportar.
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Hay un fuego
adentro mío
que vuelve cenizas mi alma.
Pasión azul, rojo y amarillo.
Es imposible
mantener la calma.
63
Qué irónico:
nos damos cuenta
que fuimos felices
cuando ya no lo somos
y simplemente recordamos.
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Perdida
en este callejón
que estimula a perderse.
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La otredad quema.
¿Por qué se la abandona
en vez de prenderse fuego con ella?
68
Mundos,
culturas,
colores,
idiomas,
sentimientos,
pasado,
futuro,
pensamientos,
sueños,
presentes existentes
e inexistentes.
Historias,
lágrimas y risas.
Afirmaciones, negaciones.
Emociones atragantadas.
Todo eso,
en un simple libro.
Eso es magia.
69
Y aquí,
en las letras,
se encuentra
el pasaje,
la bisagra,
la transición,
la puerta,
entre mi muerte y mi vida.
70
Qué devastador
es ver los efectos del tiempo
sobre las cosas.
Al principio imperceptibles,
pero luego detonantes.
Realmente angustia ver
no solo cómo envejecen las personas,
sino ver envejecer lugares.
Que lo que era
ya no es
y no va a volver a ser.
Qué devastador
el paso del tiempo,
el tiempo
y el tiempo que lleva
su paso.
71
Hace tanto
que no soy yo
que ya me olvidé cómo era serlo.
Ya me olvidé cómo ser.
72
SER.
Tan fundamental
pero complejo.
Duele no serlo.
No serlo ¿también es ser?
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74
Me siento huérfana
a causa de mi propia ausencia.
75
Pena de lejos
y de cerca.
Muerte que se abre y se cierra.
Destino que acaba al comenzar.
Reloj que marca las doce
y una herida que cicatriza
para no volver a sangrar jamás.
Poeta que espera pacientemente
para cazar su poema al vuelo.
Atardecer que se derrite en la luna
junto con las estrellas
que encierran historias.
Puertas que no ceden.
Una esquina
que se vuelve vieja
anhelando entrelazar destinos.
Pasión que se vuelve polvo,
recuerdos que se decoloran
y las pisadas que se superponen.
Un viento que se enfría
y un miedo que se achica.
Y, detrás de todo eso,
yo, escribiendo lo imposible.
76
Aquel momento
en el que te das cuenta
que aquello que tanto te aterraba
ya pasó.
Y sigues vivo.
Respirando.
Eso es la vida.
Sobrevivir.
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78
Me hundo al amarte.
Me duele este agarre.
Mi corazón, destrozado
se rehusa a olvidarte.
79
Sí, te amo en silencio,
pero no te imaginas
el ruido que hay
en mi cabeza.
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81
La existencia
se sabe finita
pero la angustia
se vuelve infinita.
82
Me quito la piel
y muestro el corazón
a cada paso que doy.
A este mundo
le hace falta más amor.
Y hablo del amor desinteresado,
natural,
fraterno.
Al mundo le hace falta más amor.
83
Me desgarro
imaginando cuánto más
puedo aguantar,
pero mis signos vitales
comienzan a fallar.
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Y allí,
en el fondo de las brasas,
puedo ver.
Puedo verme.
Achicharrada
y sin alma.
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Me asusta el movimiento
porque emana vida,
y yo estoy tan carente de ella,
quieta y en silencio.
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Recuerda mi risa,
mi timidez.
mi pasión,
mis abrazos,
mi presencia.
Recuerda mi agarre,
mi sonrisa,
mis miedos.
Recuerda mis dudas,
mis gestos,
mis lágrimas.
Recuerda mi fuerza,
mis bailes,
mis comentarios y desenvoltura.
Recuerda el sonido de mi felicidad,
y mis palabras en mis momentos de paz.
Recuerda mi ayuda,
mis intentos,
mis errores
y mis motivos.
Recuerda mi voz.
No te olvides de mis indescifrables silencios,
de mi esencia,
ni del débil brillo en mis ojos.
Mientras te acuerdes de mí,
todo estará bien.
91
92
Uno. Dos.
Tres. Cuatro.
Cuento,
y se me descuenta tiempo de vida.
93
Alma mía.
Intentas ser buena persona
y, en el interín,
se te va la vida.
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95
Caída libre.
A la deriva,
en busca de la verdad
que es mentira.
96
El viento me saluda
y me atraviesa.
La vida se vuelve cruda
y yo permanezco muda.
97
La tranquilidad
de estar sentado en un banco
a la luz de la luna
con las venas abiertas
y temblando de pena.
Se atraganta
el sentimiento
y uno se reencuentra
con el viento.
Se está vivo
¿por qué se intenta
acabar con eso?
98
Te encuentras
pendiendo de un hilo,
desgarrándote los dedos
y manteniendo la cordura.
La ansiedad
te atraviesa los sentidos,
te carcome el pensamiento.
Estás exhausto
habiendo dormido.
100
La quemazón en la lengua
por un café caliente.
La canilla que gotea,
persistente.
Y unas voces que no se callan
en mi mente.
Tarde fresca,
tarde plena.
No alcanza el tiempo
para lo largo de la pena.
Para lo amargo de la espera.
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103
104
La oscuridad
como testigo
de mi sobriedad.
Duele desencajar
Duele intentar y fallar.
Y más cuando por la noche
lo intento remediar.
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106
La muerte
angustia en todas sus formas.
Esa ausencia,
ese vacío que queda en el pecho
tras una pérdida
aparece en los momentos menos oportunos.
Si bien no tenemos poder sobre el destino
sentimos que podríamos haber hecho más.
Surge el arrepentimiento,
surgen las lágrimas.
Te encuentras rogando
por unos segundos más de vida
de aquella persona.
Lo que le sigue a esa fase del duelo,
es la superación.
El vivir sin esa pieza.
El continuar con la frente en alto.
La imagen de nuestro ser querido
nos sostiene.
Nos da fuerzas.
Porque el amor trasciende.
Está bien que duela,
pero se debe sanar.
107
Y aquí me encuentro
en acto y en potencia.
Siendo, pero con la posibilidad de ser otra cosa.
Transformación, cambio.
Metamorfosis.
Abandono y reencuentro.
Instantes de guerra y paz repentina.
Alivio tras el tacto de una superficie sólida.
En este instante me considero un ser,
pero un ser que no ansío ser.
A lo lejos
me espera otro ser el cual no soy,
pero puedo ser y seré.
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109
Voy hacia el cielo
en busca de una rima
que rime con mi alma
y con la eterna vida.
110
La Fe se siente,
no se entiende.
111
Busca, revuelve
entre mis cosechas.
No hallarás más
que viejas palabras
y dolorosas brechas.
Allí está la fisura
que tanto me acecha.
Pienso arrancarla toda
y dejarla maltrecha.
112
Y en aquellos lugarcitos
por los que fuimos caminando
reconoceremos nuestra propia historia
y todo lo que fuimos dando.
Inmediatamente,
nos sentiremos en casa,
fieles al cielo y a nuestro llamado.
114
La entrega y el servicio
simbolizan sacrificio.
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116
Busco confidencia
de parte de mi alma.
Porque esta propia ausencia
me parte y me desarma.
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Me siento viva
y me dan náuseas.
Mis venas finas
se enredan con elegancia.
¿Qué es este sentimiento aplastante?
Me atormenta no ser parte.
Cuando lo soy,
huyo a través del arte.
Se marchita esta puerta
que no pienso abrir.
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120
El mundo es caótico
pero eso no le quita la belleza.
En su desastre hay esperanza
hay algo poético en eso.
121
La poesía
es un poderoso nacimiento
que contiene ideas
a las que no le ha llegado su hora.
Se encuentran a medio florecer
esperando a ser encontradas.
Palabras concebidas
y letras engendradas.
Imágenes gestando
en mentes pensantes.
La poesía es un mensaje prematuro
que se define al escribirse.
Se hornea una idea
que será simulando ser.
La poesía es el futuro
anclado en el presente
relatando el pasado.
122
Está bueno
delirar un poco
cada tanto.
123
Uno es
cuando pretende ser
algo totalmente diferente.
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126
La poesía
se rinde ante la rima
del silencio.
Le escapa al vacío
del humano inhumano.
127
Si corro,
¿le ganaré al tiempo?
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129
130
131
Mis temblorosas letras
acabarán con el temblor del planeta.
Porque son fuertes
porque son reales.
Porque dicen verdades
y curarán males.
Porque cierran heridas
y unen mitades.
La respuesta a todo mambo
es mi poesía.
132
Para escribir
necesito ser fuerte
y escribir
me fortalece.
El único círculo vicioso
del que no quiero salir nunca.
133
134
Aquellos momentos
en los que te cueste respirar,
es cuando más
tendrás que amar.
135
Me asusta amar
porque para hacerlo
tendré que amarme primero.
136
El cuerpo pesa.
El dolor no cesa.
Todos los sentimientos
esparcidos sobre la mesa;
y con certeza en los labios,
el alma me besa.
Me duele la cabeza,
me estiro con aspereza
pretendiendo huir de lo que soy
pero no quiero ser.
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138
Los recuerdos entrometidos
se me meten en los huecos
del olvido.
139
Los momentos
que me gustaría que vuelvan,
no vuelven.
Y si volviesen,
terminarían por matarme.
140
141
2022
Este nuevo año
pienso gastarlo enterito
escribiendo sin parar.
142
Uno piensa
que, si se equivoca,
no hay camino alterno
para remediar lo hecho.
Lo que uno no sabe
es que son más los caminos que emergen
tras el tropiezo.
Uno, al caerse, aprende.
Y las posibilidades se multiplican.
Hay que seguir al frente.
143
Duele adueñarse
de un alma sin nombre.
Duele pisar
en donde ya había huellas.
Duele perder cuando se estaba ganando.
Planeo escribir más,
me estoy enfermando.
144
La idea de fraternidad
va quedando en el olvido.
¿Hacia dónde vamos, humanidad?
No cometamos fratricidio.
145
Y con su aguja,
el tiempo
descose nuestros retazos.
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147
148
El buen hombre
está siendo olvidado.
La moral tiene hambre,
se come nuestros pedazos.
149
Mantenme alejada,
poesía,
de la crítica y la estética.
No pretendo encajar,
ya para eso tengo mis letras.
Quien quiere que me lea,
y quien no,
que no vuelva.
150
151
152
Abunda el caos
en cuanto cierro los ojos
rodeada de llantos
y calma engañosa.
153
En la repisa
hay tanto que observar.
Tantas historias, tantos momentos.
Todo eso,
quiero y debo recordar.
154
Llueve.
Gruesas gotas
me sorprenden.
Arremeten contra mi piel.
Fría lluvia, me hacés bien.
No puedo comprender
cuando miro al cielo y no está lloviendo.
La lluvia
que tanto me defiende,
soy yo,
y de ella estoy huyendo.
155
Y, por lo visto,
el mundo no tiene intenciones
de notarme entre tantas respiraciones.
156
Qué valiente
la gente
que dice lo que siente
sin temerle a la respuesta
de tacto tan caliente.
157
¿Por qué
tanto miedo
de amar?
158
Palabras huecas
que esperan ser habitadas.
Si se pronuncian,
se rompe el significado.
Se desconocen
y se reescriben.
Se posan dulces
en las entrañas.
159
La juventud
se marchita
junto al reflejo
de los años vividos.
Los recuerdos,
ya hartos de ser recordados,
rompen con el silencio
y terminan enredados.
160
El hombre,
despojado de inmortalidad,
se sabe mortal,
se sabe especial.
161
162
El alma prisionera
en el cuerpo inmortal,
ruge y se desespera,
arde el cielo celestial.
163
Se respira el instante
que conmueve con su final.
164
Me muero
y es tarde
persigo al horizonte
que no me espera
y se vuelve agonizante.
165
Aquellos deseos
desterrados;
no hay lugar
para su huella.
166
El alarmante llanto
del arte
¿A dónde iré si ya es tarde?
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168
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171
172
El ser humano
envuelve en un tierno abrazo
los susurros del ocaso
y los vuelve polvo
en las cornisas de su mano.
Todo lo que no quiere perder
se vuelve víctima
de su desesperado envolver.
Porque cuando algo se sostiene
no se quema ni se pierde.
173
174
Un cosquilleo
que despierta
sensaciones de deseo
ante la luz alterna
y el dulce incendio.
175
La discordancia
en los latidos.
La tierra brilla
siempre que nos sentimos perdidos.
176
177
178
Quema este
estruendoso silencio.
Esta preocupación sorda
y fingida empatía.
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180
181
Mi alma
respira y suplica
para volver a ser lo que era
pero no puede volver a ser.
182
183
Mi dolor
elige como refugio
esos lugares
que preferiría olvidar.
184
185
Es nula la posibilidad
de salir viva
de este laberinto que se cuestiona a sí mismo.
186
Mis heridas
se agrandan con la indiferencia
del tiempo y su soberbia.
187
188
Esperaré paciente
para que me fusilen, radiantes,
las ganas irremediables que tengo
de escribir a cada instante.
189
190
La belleza
de no ser comprendido
pero no necesitar serlo
y no sentirte solo en el camino.
192
Estoy entumecida
en las encrucijadas del destino.
Caminé y llegué al final del camino.
¿Y ahora qué?
193
Las preguntas
ya se hartaron de preguntar,
de preguntarse,
de preguntarnos.
194
Este sentimiento
no fue adrede.
La mortalidad del ser
me invadió,
y antes de lo previsto,
me consumió.
195
La reflexión
a altas horas de la noche
alumbra esos callejones perdidos
escondidos por el viento
y árboles de gruesas raíces.
Aquellos lugarcitos
olvidados por el olvido.
196
197
198
La amargura de la duda
de inquietud aguda.
La incertidumbre de ser
y el miedo a no ser.
199
200
Florece el amor
en donde la tierra late
y en donde no hay lugar para el olvido
ni para su fuerte agarre.
201
Un espejo
se hace trizas.
Mi reflejo
se pierde en las cornisas.
Lo busco con prisa,
pero ya no hay salida.
Se confunden las verdades,
ya no riman las mitades.
No hay más compatibilidad
entre mis otros iguales.
202
203
Nubes ligeras
que aprisionan ideas.
Fuertes lluvias y mareas
dentro de sí albergan.
Se mueven inquietas,
algunas veces más veloz que otras.
No muestran sus grietas,
por más que estén rotas.
204
La búsqueda de riqueza
empobrece el alma.
205
206
Si no puedes sanarte,
intenta sanar a otros
en el intento.
Amar sana.
207
208
Lo que sana,
previamente,
se construye.
209
El viento quieto
me permite observarme
con el corazón abierto.
210
En tiempos de rebeldía
aprieto los dientes
y escribo poesía
para comprender lo que mi alma siente.
211
Estas cadenas,
que resuenan y rechinan,
lastiman mi corazón
y no puedo sentir las rimas.
Ansío liberarme
y darle nombre a cada amarre.
Pretendo correr
sin prisión y sin agarre.
212
Es tan irónica
la suavidad
con la que las agujas del reloj se mueven
a comparación
del efecto detonante
del tiempo.
213
Volví a leer.
Volví a leernos.
Es tan aterrador
cómo uno crece.
Ahora te respondería
tan diferente.
La madurez emerge
y uno no lo entiende
hasta que ya la siente.
Hasta que la adopta.
214
215
La frescura de la lluvia
me empapa de dudas
y conceptos emergentes
que me ruegan ser usados
en mis poemas latentes.
216
Me dijiste
que no soportabas la idea
de que terminara con mi vida
y vos me la estás quitando
abriéndome las heridas.
217
218
La nieve
de un blanco perlado
encerrada
en un hueco enrejado.
En cuanto abro mis ojos,
su latido se derrite asustado.
219
Me quiero reencontrar
con mi viejo yo
en una terraza en París.
Preguntarle
cómo se siente
y anticiparle
cómo será.
Decirle que no es todo tan malo
y que el mundo brilla de vez en cuando.
Que nada es en vano
y que es todo más fácil si se está amando.
Que llore y que ría,
que baile y que viva.
Pero por sobre todo
que nunca
deje
de escribir.
Que esa será su arma
contra lo que está por venir.
220
221
Grietas tétricas
en las paredes
que vuelven polvo
la piedad.
222
¿Qué pasa
si se deja de oír
cuando se debe escuchar?
¿Está permitido rendirse
cuando más se espera de tí?
223
El acolchado que me abriga
es áspero
y me lastima
cuando intento soñar.
224
El presente arrugado
dentro de una taza.
Bato con fuerza
agachada en mi terraza.
El futuro se ha roto
dentro de mis pupilas;
y el pasado marcha arrepentido
mientras el paraíso titila.
225
Un canto melancólico
que, dulcemente,
gime y llora,
ruega e implora
anhela y añora,
venera y adora.
Cuando acaba,
se vuelve un instante
que roza el ahora.
226
El futuro
ya está aquí,
atrapado en mi retina
tras una brisa vespertina
que lo vuelve pasado.
227
228
Un almohadón mullido
me permite recostar mi cabeza
pero me impide descansar.
Porque las plumas en su interior
son de los pájaros
que albergo yo;
y que aún no han aprendido a volar.
229
Qué hermoso es
tener en mente
un poema
que aún no nace.
230
Los escritores
le otorgamos la vida
a lo inexistente
y se la quitamos
a la muerte.
231
232
La vida contemplativa
acaricia el alma
con unas garras emotivas.
234
No permitas que,
en tu vida,
la muerte tenga más vida
que la propia vida.
235
Nunca supe
qué era lo que mi alma quería decirme
esa vez que el mundo nos interrumpió.
236
El mundo cruje
cual tostada que quema
y uno le huye
al ardor en la lengua.
238
Ante el aburrimiento
hago figuras con las sombras
en la pared que observa
y estas desaparecen
cuando me quedo sin ideas,
y la pared se vuelve ciega.
239
240
241
242
La furia contenida
desprende cacerolazos.
El choque de las palmas abre heridas
que se deshacen de cualquier lazo.
243
244
Aquella escalera
fue testigo
de aquel abrazo con sabor a despedida
y aquella sonrisa como último adiós.
245
246
247
Es como si me esperara,
paciente,
en un andén abandonado
en algún lugar de mi memoria.
Alguien que me avise
que no voy a volver.
Lo que es pasado
ya es historia.
248
Un fuerte trueno
ensordece al mundo
y, de esa forma,
perdemos el rumbo.
249
250
251
252
Aquel
pensamiento cruel,
no podrás
escapar de él.
Piénsalo,
obsérvalo
que a la noche le es fiel.
253
Encontré plasmado
en el sol de la tarde
todo el amor
que jamás pude darte.
254
Ansío perderme
en el tic tac del tiempo.
En esta imagen eterna
que se deshace entre tanto viento.
255
Tanta gente simulando
no pensar en nada
mientras todos
pensamos en lo mismo.
256
257
Un sorbo de letras
ante el sueño nulo
que la noche desvela.
258
Huellas imborrables
que se borran
sin querer borrarse.
259
El agua furiosa
se lleva las letras.
La pena tediosa
se me hace eterna.
260
261
Acobarda la idea
de ser sin miedo.
262
263
264
265
La valentía de escribir
luego de ese drástico
punto final.
266
El tiempo deteriorado
entre bisagras de arena
y segundos congelados.
267
269
270
No hay nada
como hablar
después del silencio.
271
273
274
275
276
Ni el conocimiento
se conoce
a sí mismo.
277
Y si nadie lee,
entonces,
el libro no sería libro,
sino letras sin sentido.
278
Hasta el tiempo
pierde tiempo
pensando en sí mismo.
279
280
281
Me doy cuenta que pienso.
Me doy cuenta que no quiero pensar,
pero que necesito hacerlo
para no morir.
282
283
284
Mi mayor sueño
es cumplir todos y cada uno
de mis sueños.
285
286
Sin tiempo
se queda el tiempo
para hacer eso
que alguna vez quiso
y no le dio el tiempo.
287
288
289
Hay fuego en mi piel
pero aún no hay ningún fósforo encendido.
290
291
El lápiz descarrila
su trazo intensifica
su boceto de cuentitos
se vuelve poesía.
292
El piso
se cansó de que lo pisen
y pretende ser invisible
para que lo eviten.
293
El tiempo corre
en una carrera
que no tiene tiempo,
punto de partida
ni línea de llegada.
294
Nefasto ruido
que se vuelve fluido
con el cual me atraganto
y al cual vuelvo mi enemigo.
295
296
297
Este lobo que llevo dentro
me devora
cual alimento
que no sacia
y que a la pena conmemora.
298
¿Y quién dijo
que la verdad
es verdad?
299
Nunca pensé
que iba a llegar este momento.
Siempre lo vi tan eterno.
300
301
¿Cómo le dices que oiga
a alguien que no quiere escuchar?
302
No pretendas
que te amen
de la manera que tu quieres.
La gente se preocupa
pero lo demuestra a su manera
la cual no siempre es la que se espera.
303
304
305
Los recuerdos
a veces mienten
y se esconden
en la suavidad de una alfombra
que está siendo enrollada
para ser olvidada
en un sótano lejano.
306
307
El presente es presente
hasta que uno respira
y se vuelve pasado.
308
Riega tu alma
en la calma de la noche.
Verás que hermosa florece
sin llanto ni reproche.
310
311
Mi sangre
se encuentra en tus manos
cuando aplaudes
mis insignificantes pasos.
312
313
Se encuentra la pena
cosida a mis pies
camino y tropiezo
contando hasta tres.
314
Intoxica el aferrarse
cuando eso a lo que te atas
ya ha decidido marcharse.
315
316
El corazón palpita
y los huesos tiemblan.
Mi poesía se regurgita
por más que no la entiendan.
317
318
Buscando y descubriendo
la vida que late
y el polvo ardiendo
después de tí.
319
Me destrozo internamente,
me cuestiono mi presente.
No somos para siempre,
siento una angustia latente.
Estoy jugando un juego
que ya no quiero jugar.
Me escucho y no me olvido
de lo que me quiero llevar.
320
Las lágrimas
no reviven fragmentos que han muerto
ni traen de vuelta
lo que ya se ha ido.
No tienen efecto alguno
en las decisiones del destino.
321
Tras un portazo
se fue la fuerza que necesitaba
para enfrentarme al ocaso.
322
El vaso se cayó
antes de que pudiese beberlo.
No sé si se rompió,
tampoco quiero saberlo.
323
Un corazón roto
suena a una mirada que no te mira
y huele a un abrazo de despedida.
324
326
Preguntá.
Siempre preguntá.
Por más que no sepas qué preguntar
ni entiendas qué es una pregunta.
Por más que preguntar no te resuelva nada
o ya tengas la respuesta.
Por más que la pregunta te pregunte a vos
o los signos de pregunta te resulten vacíos.
Por más que la pregunta se repregunte ella misma
o se responda sola.
Por más que de ella
surjan otras miles de preguntas.
Preguntá.
Siempre preguntá.
327
No sé en qué pienso.
Vomito versos.
Ni Zeus ni Aristóteles:
el tiempo adverso.
328
El tiempo no es escaso,
sino que lo desperdiciamos.
¿Me muero, acaso?
Sólo nos queda lo que conservamos
todo eso que vivenciamos
y a lo que nos aferramos.
329
La vida pasa
mientras no reparamos
en que está pasando.
330
331
Y el vinilo
que te empuja para hundirte,
te observa bien tranquilo
mientras tratas de sentirte.
332
Junto al día
se acaba aquella sensación sombría
que describo en poesía
y se acerca en lejanía.
Me recorre adormecida,
orgullosa de sí desfila.
Bien por dentro me fusila
y me atrapa en su caída.
333
Vivir es un arte
que muchos deshonran;
vivir es un arte
del que muchos no gozan.
Estar aquí
no quiere decir que estés viviendo.
Sin embargo,
vivir habiendo estado,
es un privilegio.
334
Las horas
me deleitan
con sus sombras
que han sido
y ya no son.
335
336
La falacia,
reacia
ante las reglas del destino,
me vacía por completo
junto a,
verbigracia,
su desgracia y arrogancia.
338
339
Algo dentro de mí
se remueve inquieto.
Te dije
que mis alas
terminarían de crecer.
340
Hoy,
me propongo estar tranquila
a la luz de la luna,
respirando en una esquina
y escuchando atenta.
Hoy, me propongo estar tranquila,
porque mañana
seré tormenta.
341
Hay momentos
en los que pienso
que me falla la memoria.
No me quejo de la ausencia,
el olvido no me jode.
Mi corazón está sufriendo:
recuerdo demasiado.
342
La poesía aparece
en cuanto la necesito.
Sin llamarla,
me persigue,
y la tengo ahí,
a un ladito de mi alma.
343
¿Qué es ser
y por qué duele tanto?
344
La escritura
me consuela
cuando siento que todo se derrumba
y no puedo sentir mi vuelo.
Me dice lo que tengo que hacer
mientras la escribo.
Y, por la noche,
me desvela.
345
Y cuando yo muera,
mis escritos estarán de luto
y serán mi legado
de lo que ahora oculto.
346
347
Desgastado cartel de hotel
que alumbra por la mitad
como grito a medianoche
sin certeza y sin verdad.
348
El alma tibia
necesita de su dosis diaria
de inmortalidad.
La busca y rebusca
entre los momentos que acaban
y la encuentra
en las garras del final.
349
350
352
No sé qué sería de mí
sin la escritura
que me permite describir el mundo
y cuestionarlo con soltura.
353
354
Y cual torpe avestruz
me escondo de la luz.
Recito mis poemas
que se vuelven una cruz.
Extingo mi talento,
censuro mis fragmentos.
Todo lo que escondo,
saldrá en algún momento.
Entierro,
callo y ahogo
todo lo que sé que tengo que gritar
para ser yo y ningún otro.
355
356
357
El piso tiembla
y yo estoy rota.
Mi alma revienta,
la angustia brota.
358
El dolor escarlata
en mi pecho se asoma.
A mi alma se ata,
ya no hay puntos ni comas.
359
La idea de la muerte
hierve en mi pensamiento.
¿Cuándo es que vendrás a verme?
Dímelo a través del viento.
Tengo miedo, no te miento;
pero te espero, quiero verte.
360
Mi espíritu, flaquito,
y su delgado himno.
Le pongo y le quito
pero nunca es como lo imagino.
Este viento fresquito
que desarma lo mío.
361
362
363
Un estanque
de penas
en el que me sumerjo
con mis letras.
364
365
Un verso pendiente
revolotea en mi mente.
Me hallo en la pendiente,
rogando escribir,
con el alma caliente.
366
367
La paradoja
del caminante.
Avanza,
pero retrocede a cada instante.
No se encuentra, está perdido.
La eternidad se vuelve un grito.
369
370
371
Algunos sueños
conllevan sacrificios
porque en cuanto se vuelven viejos,
se vuelven vicios.
372
La duda me alcanza
como la luna a la noche.
Cual corte de lanza
me perfora el alma
y sangra el derroche.
373
374
376
377
378
379
380
Cortina fina
que le huye al viento
que la domina.
Le tiene miedo,
está escondida.
El viento entra
y no hay cortina.
381
Silla vacía
que representa el silencio
de días viejos,
de vieja vida.
382
El ruido insistente
de la ventana
que intenta y pretende
que la tormenta
se vuelva de lana.
383
Engañosa burbuja
que a la realidad dibuja
y se vuelve mentirosa.
384
385
386
387
388
389
Un portazo
en las venas
y un ocaso
que aún no llega.
390
Un mazo de cartas
define al destino.
Más bajas, más altas
¿Es acaso asesino?
391
Una sonrisa
que se vuelve llanto
y una fiel risa
que se vuelve canto.
392
Cabello rizado
se pierde el dictado
que tanto despeina
al pasado pisado.
393
Cielo azul,
cielo verde.
De las nubes del sur,
el dolor emerge.
394
El pasado es despeinado,
y los recuerdos,
enredados.
395
Se capta el presente
en una fotografía color sepia.
Cuando duela la mente
las memorias estarán hechas.
396
La inmortalidad ausente
se mantendrá viva en la muerte.
397
398
La incertidumbre
se multiplica
en cuanto respondemos una pregunta
pero aparecen otras.
399
La decisión es clara:
o amar al saber
o dejar que este te consuma.
400
La textualidad
que te perfora los ojos
e introduce en tu mente
un juego de fósforos,
se vuelve demente
y te vuelve loco.
401
La percepción de la eternidad
oscila entre la fugacidad de los instantes,
la pretensión de inmortalidad
y la conciencia de los finales.
402
403
¿El origen
lo descubriremos
al final del camino?
Qué ilógico
que es el destino.
404
El peso
que pesa
cual carga
obesa.
405
406
407
Aquella rendición
ante los huecos del destino
se volvió la perdición
de mi palpable ritmo.
408
409
Y el tiempo
ha acusado de plagio
a la eternidad.
410
Valija olvidada
en los cauces del destino.
La encuentro cerrada
y ninguna clave permite abrirla.
¿A quién le pertenece?
Se pierde entre los caminos.
¿Cuántos recuerdos tendrá encima?
Todos serán olvidados
y todo estará perdido.
411
412
Me topé de imprevisto
con un espejo
que nunca se ha visto
a sí mismo.
413
Termino riéndome
de un chiste que no da risa
sólo para salir viva
del tiempo y su paliza.
414
Estoy en la mira
de una caja sellada
que me persigue
junto a una guerra letrada.
No sé si abrirla,
no sé si debo.
Me fatigan las arcadas.
415
416
Aquella disquisición
en la que me analizo
a mí y a mi pasión.
417
Me despediré de ti
de una forma epistolar.
Para que no me extrañes,
y me puedas invocar.
418
419
420
Esa melodía
de la cual no podemos desprendernos
ni de noche ni de día.
421
422
Qué irónico es
estar batallando una guerra interior
cuando no anhelamos nada más que paz.
423
Y como la mesa
no pudo armarse,
todos nuestros escritos
cayeron al suelo.
424
Cada tanto
me encuentro
fragmentos de ti
entremezclados en el tiempo.
Quizás son viento,
quizás son polvo.
Solo sé
que desde ti no hay retorno.
425
Busqué tu mirada
para sentirme en casa
y, al mirarme,
me rompiste el alma.
426
427
428
La tormenta
se peleó con su amante
y ahora llueve
a mares.
429
No hay mensaje
que no logre descifrar
con mis letras y su paz.
430
431
432
La idea de la vejez
no me deja en paz.
Como un moscardón
sobre una canasta de pan.
433
El alma
salpicada de incertidumbre
y la quemazón del olvido
que se vuelve costumbre.
434
La muerte
es la muerte
de lo que alguna vez
vivió.
435
Se ahoga un respiro
y fallece un latido.
436
437
Suena el daño
se oye la angustia.
Vuela el año,
se encarna el rasguño
y resurge la bestia.
438
En la carne se entierra
toda aquella miseria
que uno no puede resolver.
439
Se graba en la piel
el paso temeroso
de quien hace
lo que quiere hacer
y se vuelve preso
del fuerte ser.
440
441
442
Alzo el vuelo
junto a mis letras.
Maravilloso pueblo,
de palabras finas
y trazos de tinta
que se vuelven eternos.
443
Ese lenguaje
que nunca podré hablar
me impide que ataje
lo que quiero conservar.
444
445
446
Y en esa mezcla
de letras muertas
está la esperanza
de un futuro poema.
447
Tus sentidos
harán huelga
y te olvidarás
de mi olor.
Quieras
o no quieras,
te quedarás
sin mi amor.
448
449
Mi corazón
se sintió huérfano
en mi pecho
y se marchó
solo y maltrecho.
450
451
Se encoge la pena
ante la brisa serena.
452
Mi corazón empapelado
pretendiendo ser algo que no es
y el resorte oxidado
con el cual tropieza más de una vez.
453
454
455
Se desprende un vagón
y comienzo a olvidarte.
457
Aquel escalón
que me saltee
se volvió desazón
y no hay después.
458
La angustia eterna
me ata con correa
y no deja que me mueva
hacia experiencias nuevas.
459
461
462
Y mi alma
optó por evacuar
de mi cuerpo
que rechazó ser inmortal.
463
464
465
El tiempo
me eligió
para torturarme.
Como un tercer ojo,
que ni de noche duerme.
466
467
468
Aquella mirada
con gusto a despedida
aún me mira
pero no hay reencuentro a la vista.
469
Se muestra, triunfante,
mi poesía radiante.
Es energía, es armonía.
Se rearma el mundo, incinerante.
470
Mis pensamientos
se armonizan
ante la calma del viento,
ante el veredicto del tiempo.
471
Esa entidad
tan pasional
que se vuelve extraña
cuando la empiezo a diseñar.
472
Mis memorias
se materializan
y las plegarias
se profundizan.
473
474
La adrenalina
de amar sin ser amado,
de reír en el silencio
y de mirar en la oscuridad.
De escribir en hoja en blanco
y tomar del vacío vaso.
La adrenalina
de vivir estando muerto
y de existir habiéndote esfumado.
475
476
477
Se vuelve escaso
el dulce ocaso
y me invade la pesadez
de un delinquir
que se ha acabado
pero comienzan
las de sufrir.
478
Aquel período
se volvió denso
ante el grito
del verso.
479
La parte primera
de aquel gran poema
que se desespera
y ahoga el problema.
480
481
482
Lo que echará a andar mi realidad
será la inexistente eternidad.
La metáfora y la rima
sumergidas en la dualidad.
483
484
La belleza viva
es la más bella de todas
y la vida bella
es la que más latidos te cobra.
485
486
Sólo me queda sentir
una voraz taquicardia
ante el porvenir
que me llama a la distancia.
La belleza del universo
me acelera los latidos.
Me maravillo ante el verso
y lo que aún no he escrito
pero que ya está vivo.
487
488
489
491
Mi alma seria
se siente plena
cuando la miseria
se vuelve pequeña.
492
493
Uno a veces
olvida amar
a los que debe cuidar.
494
495
Una lámpara
que no prende
y una crisis
que me envuelve.
496
497
Rápida lectura
que te define los huesos,
tus pasiones encanuta,
y las vuelve besos.
498
499
Muchos momentos
se me escapan
porque no sé cómo
vivirlos.
500
501
Muchas respuestas
se preguntan
por qué no han sido duda.
Muchas preguntas
se responden
que no quieren ser pregunta.
La pregunta odia preguntar
y la respuesta le huye al responder.
La vida no puede evitar
hacia la muerte correr.
502
503
No está
lo que debería estar
pero se fue.
Lo que debió haber estado
se volvió humo.
504
505
Si no es mutuo
se vuelve letal para uno.
Estoy de luto:
de mis recuerdos,
no sobrevivió ninguno.
506
507
¿Puedes oír
cómo me hundo?
No puedo huir,
me come el mundo.
508
¿Cómo suena
un futuro
que se despedaza
en los ojos del mañana
y renace
en las sombras del ayer?
510
511
Collar de letras
que abraza al cuello.
Se aferra a este,
firme al pescuezo.
A veces aprieta,
a veces afloja.
Jamás revienta
sobre las hojas.
512
El tiempo
secuestró mi alma.
No entiendo
si me liberará la calma.
513
Créeme.
Escribir
exacerba el sentir.
514
La razón afirma
que el cuerpo firma
con la eternidad
y su recuerdo firme.
515
Un ruido hueco
que aturde con su eco.
516
En esa curva
la calma disturba
y lo eterno
se vuelve burla.
517
El espejo deteriorado
se sintió culpable
al haberme mostrado
algo que no soy.
518
La tristeza
de un sueño que se volvió fracaso,
un enero que se convirtió en diciembre,
una risa que culminó en llanto
y un sol que terminó chispeando.
519
Y no es la primera vez
que lo que estaba por delante
queda atrás.
520
El término tiempo
le escapa a la temporalidad.
El término todo
le huye al absolutismo.
El término muerte
no tiene mortalidad.
Y no hay peor suerte
que la del castigo y su verdad.
522
¿Qué?
¿Cómo?
¿Cuándo?
¿Por qué?
Así soy de frente
y de espaldas también.
523
Marchando febrero
termina en noviembre.
Se tiñe el futuro
del dolor que enciende.
525
Me encuentro rodando
en un camino derecho.
Al lado del tiempo,
termino sin techo.
526
Me discrimina el tiempo
por no ser inmortal.
Él, es eterno.
Y yo aquí,
de condición letal.
527
529
530
531
La peor vida
es la que se muere
al respirar.
532
533
534
535
La mentira
se deja engañar
cuando la verdad
la simula extrañar.
536
Y empieza el principio
de un final con precipicio.
537
538
La posibilidad
de lo imposible
es lo que me aterra
y me persigue.
539
540
El alma se rasca
cuando su mortalidad le pica.
Su angustia se arrastra
y nada le explica.
541
¿Cuándo el placer
se sentirá placentero?
El término está manchado
por el sentir tan vacío
y los irremediables huecos.
El amor
se convirtió en obsesión,
y la inmortalidad,
no es más que una ilusión
disfrazada de falsa eternidad.
542
543
545
Él no la amaba
pero ella
por él imploraba
y pensaba amarlo
hasta que su último sol se ocultara.
Fin.
546
547
Todo éxito
conlleva sacrificios
y todo intento
trae gloria consigo.
No hay victoria
sin esfuerzo
ni memoria
tras el verso.
548
549
El dolor previo
al quiebre del alma
no tiene remedio:
se siente y se aguanta.
550
Los atajos
del abismo
están abajo
del camino.
No se ven:
los sentimos.
Son la piel
que tuvimos.
552
Giros de tinta,
que recorren la esquina
a la cual el atardecer pinta
y en donde el mundo se termina.
553
No hay rima
que rime con Martina
y su angustia repentina
ante su vida que termina.
554
El tiempo
y sus simulacros de muerte.
555
En cuanto la piel
se vuelva escombros
y un mapa todo arrugado,
tendrás a tu merced el tiempo
y todo lo que has viajado.
556
Me miro al espejo
y puedo verme envejeciendo.
No quiero ni pensar
en la catástrofe de adentro.
Mi piel evidencia
lo que mi cuerpo
está padeciendo en sus venas.
557
558
Cuesta la subida,
empinada y decidida
pero duele la caída,
desatada y desabrida.
559
560
Gritaría
de no ser porque
mi voz ha decidido callarse
y no hay silencio que la incite
a gritar.
561
562
563
Volveré.
Quizás no tan fuerte como me gustaría,
ni sana
ni con alegría.
Pero sí con el alma bien llena
para escribir poesía.
564
No sólo te fuiste,
sino que, al cerrar la puerta,
también me apagaste la luz.
565
566
Los opuestos
se atraen
porque a uno le gusta
lo que uno no es.
Queremos
sentir en nuestra piel
lo que es ajeno,
la discordia cruel.
Aquel antónimo
que no rima con nuestro ser
pero que se vuelve fiel
y se siente bien.
567
568
Vi los relámpagos
y escuché los truenos.
Aún siento tus manos
en mis torpes sueños.
569
Y de la mortalidad me libro
pero sobre la muerte camino.
Me asusta el destino
escrito en el vidrio.
Las voces se apagan
y las luces se callan.
Me duelen las almas
que por mí se rayan.
No hay mayor delirio
que el de este asesino.
570
Acostada la noche
en la oscuridad plena
se cuestiona su reproche
ante el amanecer que quema.
571
Risas lejanas,
risas distantes.
No sé si me las imagino
o si son reales.
572
574
Duele pensar
en aquello que se debe olvidar.
La mente retorna
a donde supo amar
y a donde consiguió volar.
575
Y si ni las matemáticas
pueden resolverse a sí mismas,
¿por qué insiste el ser humano
en descifrar enigmas?
576
Ni el tiempo sabe
cuánto dura un beso.
Por más que se acabe,
sigue siendo eterno.
577
Se apura el tiempo
para llegar a tiempo
a donde uno lo espera
volviéndose viejo.
578
12:06
01:07
02:08
03:09.
Qué noche tan triste,
ni dormir pude.
579
580
581
582
583
El cuerpo se quiebra
el alma se enferma.
Pero no hay alma sin cuerpo,
ni cuerpo sin ella.
585
586
587
El consuelo
que oye al cielo,
una lluvia fresca
provocará su vuelo.
588
Si algo se te ocurre,
recurre a la tinta y al papel.
Si se te va el sol,
¡escríbele a la oscuridad cruel!
589
590
Aquel templo,
calladito,
de silencio
y fuertes gritos.
591
592
La profundidad
que de dos depende
se vuelve superficial
y con dolor se pierde.
593
594
595
Si te han dicho
que estás loco
confírmales la teoría.
Si te han dicho
que eres poco
vuelve inmensa a tu alegría.
596
El celeste pastel
de esa casa que se está cayendo
arremete contra el papel
y escribe lo que estás leyendo.
597
598
599
600
Crecen plantas
en mi cuello
de las semillas en las huellas
que me has hecho.
601
La introvertida noche
sale,
pero se esconde.
602
No es esto un libro,
es una mujer
que late y que respira
que escribe y que rima.
Que de su inquieta lengua
arranca poesía.
603
La ventana suspira
de tanto que se empaña
ante los gritos de mi alma
que siente que se daña.
604
Rasguños
de lo que uno extraña
pero que no volverá.
605
Rubia nube
que se frena,
no hará que se asuste
una débil vena.
606
Aquel sueño
que se enjuaga
y se vuelve débil.
No hay amor
que nazca
sin una mirada estéril.
607
El alma gruñe
y le dice adiós
a la eternidad de un mundo
que al final se rompió.
608
El alma sufre
por la incertidumbre
de un Dios que a veces no responde
pero que trasciende y oye.
No obtener respuesta,
no siempre es símbolo de ausencia.
Si bien el silencio quema,
uno siente su presencia.
609
610
El ensueño
que te atrapa
en un presente real,
se vuelve una apertura
imposible de cerrar.
611
El tiempo y la muerte
no dejan de molestar.
Las pláticas entre ellos mismos
nos terminarán por matar.
612
La muerte
a veces resulta
tan vivaz
que confunde a mi mente.
613
Me permitiré existir
cuando vivir no se sienta
como si estuviese por morir.
614
615
Uno se desconoce
cuando a la muerte conoce.
616
Aquel salto
que salta en el alma
y al cual uno le escapa.
Los deseos pendientes
se aglomeran en tandas
y no mantienen la calma
hasta que se los alcanza.
617
Lo que conviene
viene-con un muro
que a tu corazón contiene.
619
620
621
622
No colmes tu pensamiento
de afirmaciones como
“Ya se va a dar el momento” o
“ya llegará la oportunidad”
porque el momento pasa
y tú no te has volteado a mirar.
Las oportunidades surgen
en cuanto tú te propones buscar.
Mantente abierto
a cualquier posibilidad.
623
La pregunta
se cansó de preguntar
y se respondió.
624
¿Quién me mandó
a ser tan angustiosa?
¿Por qué mi existencia
resultó ser tan trágica?
Yo no sería yo
sin este anhelo de prosa,
y tú no serías tú
si no leyeras mis páginas.
625
Alma mía,
bailemos al compás
del estruendoso silencio
y su caótica paz.
626
627
628
El fuego
que a mi alma ha partido
se queda ciego
de tanto que ha ardido.
629
Molesta esta espina
como esa mentira que rima
pero que bien dentro lastima.
630
Aquella retina
se limpia en el sol.
Mirada que mima
como una canción.
631
Triste campanario
que marca el instante exacto
en el que cometo el daño.
632
633
Es raro
observar la quietud
mientras el tiempo se mueve
sin lentitud.
634
635
636
La entereza
se vuelve mitad
y la presa
termina en libertad.
637
638
639
640
El futuro le pertenece
a la gente que renace.
641
Aquel desasosiego
ante el papel ciego
y el arma de fuego
que apunta sin miedo.
642
643
644
Nada florece
si no se riega.
El odio crece
si no se entierra.
645
Se degusta el germen
que por dentro tropieza.
Aquella depresión
que te arranca las piezas.
No hay mayor temor
que el que sin saberlo empieza.
647
No hay sigilo
ante mi ruido.
648
649
Esa verdad
de amarga azúcar
que amaga y refuta.
651
Marcas de rímel
y rastros de rima.
Duele la piel
y arde la espina.
Aquella noche que fue día
pero que ahora es de tinta.
652
653
655
656
La comodidad
es desacomodada intensamente
por la inconformidad.
657
Fue un acierto
mantener a mi corazón abierto
amando al desierto.
658
Me permitiré degustar
a la vida apasionada
en cuanto choca con la rima.
659
660
Me acecha la pena,
con su risa malévola.
Somos sólo nosotras
pero aquí hay más problemas.
661
Al tiempo,
despreocupado,
se le dio por pasar más rápido
que lo dictado.
662
Una decena
de tristes curvas
que no giran ni doblan
y una docena
de sonrisas ocultas
y no avanzan ni curan.
663
La melancolía de un violín
que de sus cuerdas llora
y con su melodía implora.
664
Intento avanzar
pero un oír melancólico
no me deja pensar.
665
La falta de sentido
le da sentido
a la poesía.
666
Da placer cuando algo rima
y algo encaja como se quería.
667
Recostada
en mi lecho de muerte
la pena destella
y el miedo no cesa.
668
669
670
Bosco Bosco,
que besas mi rostro
pregúntale a Dios
si me libraré de este monstruo.
671
El rostro de la depresión
se reconoce
en cada pozo, en cada ocasión.
En cada grieta, en cada canción.
En cada llanto, en cada falso adiós.
672
673
674
En el médano
de mis roturas
hay un calor sofocante
y tristes esculturas.
Se vuelve hogareño
en cuanto se cruza
pero el dolor es eterno
y la asfixia abunda.
675
Se deprimió la depresión,
indefensa ante la invasión.
676
677
[Seguras en su inseguridad,
no saben si perdurar
o morir].
679
Aquel diluvio
en mis grietas
se ha vuelto tormenta.
Me cubre esta brecha
que en el silencio comenta.
680
De noche,
las sombras se vuelven deformes
y nos quedamos a solas
que nuestros propios dolores.
681
Mi innovación
se vuelve el único cambio
que provoca perdición.
682
683
Me preocupa mi esperanza
del tamaño de unas pecas.
En la vida uno gana
mientras no la pierda.
684
El reloj, resignado,
se peleó con el tiempo
y nunca más se movió.
No quiso moverse,
y no lo hará otra vez
686
Se ríe el llanto
con ansias de canto.
687
688
La magia
de un verso solitario
que está en búsqueda
de algún poemario.
690
691
692
Los gestos
que le hace el tiempo a mi cuerpo
me han quitado el aliento.
Y los susurros del silencio a mi grito
lo han dejado sediento.
694
695
El porvenir
que ya ha venido
y se ha vuelto a ir.
696
698
Los oídos
se volvieron sordos
porque se cansaron
de tanto escuchar.
699
La ceguera
que reposa
y que espera
a los ojos.
700
La mirada cruda
ante la duda prematura.
Aquella mano zurda
que escribe sus roturas.
701
La oscuridad se esclarece
por la luz que oscurece.
702
703
Vigila, curioso,
el tiempo rabioso.
Me queman las venas
y no encuentro reposo.
704
Aún recuerdo
cuando comenzó esa historia
que parecía no tener fin
pero que ya acabó.
Hay experiencias
que parecen eternas
y que se acaban
en esa instantánea eternidad.
De esas mañanas
me quedan memorias
gozando la gloria
del amor y su historia.
705
Y de mi mano zurda
mi alma se endereza,
la pena se conserva
y la calma se reserva.
706
Esas personas
con las que uno se cruza
cuando se está aprendiendo a vivir.
707
708
Toma mi mano
y no la sueltes.
Podrás ver mi mundo
y sus placeres.
709
710
Siempre estarás
en mi corazón.
No importa qué digan
ni su opinión.
Me siento en la esquina
con ilusión
y nos veo bailando
en lo que fue y murió.
711
Yo te amo, Jesús,
por el simple hecho
de que has cargado tu Cruz,
y con la tuya también la mía.
Ahora mis hombros están livianos,
y mi espíritu más aliviado,
con el que escribo poesía.
712
La humilde compasión
significa “sufrir con”.
No sólo lo ajeno te entristece
sino que lo padeces,
sin excepción.
713
714
El tiempo no la quiso
hacer inmortal
y todo en una tragedia terminó:
ella, furiosa,
al tiempo asesinó.
715
Cómo duele
la mortalidad:
ver envejecer los cuerpos,
ver morir las almas.
Muchos sueñan
con la inmortalidad:
ver esfumarse a sus huecos
y sanar a sus heridas.
716
717
Y las manos
se asustaron de su tacto
y no quisieron
tocar nada más.
718
720
721
722
724
me adentro.
da siente
miedo se
el lejos
paso de
del aun
tiempo cuando
725
726
El corazón se cerró
y no quiso volver a abrirse nunca más.
727
728
729
Como espuma
brota una rima
y se vuelve suma
aquel pecado de tinta.
730
Se aquieta la vida
de un mundo que gira,
y su sueño de eternidad
se vuelve mentira.
731
Se enferma el corazón
de tanto esperar
sintiendo una canción
que no va a llegar.
732
733
Hubiese deseado
que estos gritos fueran de canto
y no de guerra.
Ansío el júbilo
y no la flecha.
734
Se desespera la desesperación
y pierde razón la razón
en la muerta canción.
735
Y ruega mi mano
ansiando la entrega
que viene en camino
y ya se la lleva.
736
737
738
La pena entrometida
de la piel me tira
pretende hacerse la amiga
pero me quita la vida.
739
740
Cegué a la luz
cuando intenté evadirla
y la asusté con mi Cruz.
741
742
743
¿Qué pensará el tiempo
cuando se entere que le describo
y que sobre él escribo?
744
Me ha suicidado la muerte
a la que he tenido que besar,
sin suerte.
745
746
Asusta la rima
cuando en ella desfilan
puntos sin vida
y dolores en fila.
747
Se entibia el corazón
cuando halla una pasión
que con su propia alma rime
y le de forma a su canción.
748
749
750
Aquella ciudad
que quiso conocerse,
de un paso se recorrió
pero terminó por esconderse.
751
752
El viento azotado
por la calma en el aire.
753
754
A la altura
de un corazón
que se cura
con su pasión.
755
Diluvio de sangre
¡que alguien lo salve!
Se encuentra perdido
¿será que no hay nadie?
757
Me entierro
en la arena
queriendo
volar.
758
Curame de mi mente
que te llama,
impaciente.
759
761
762
763
764
Agua va, agua viene.
Pasión de sol, alma de nieve.
765
Ícaro, Ícaro
de sueños tan pícaros.
Al sol has volado
y tu alma incinerado.
766
Pretendemos hallar
aquello que unifique
lo que hemos partido
y nos ha hecho llorar.
767
Un suspiro a la deriva
que se volvió caricia.
El alma está vacía
pero el corazón brilla.
768
769
Temió la oscuridad
por su vida
y se volvió luz su herida.
770
771
El calendario no adivina
lo que el destino ha decidido.
Si uno enjuicia la rima,
su futuro ha perdido.
772
Quema el sistema
y su conjunto de venas.
773
Si vives y no mueres,
no has amado.
774
775
776
A veces pienso
que no morir
es morir en verso.
777
No hay travesura
que tenga buen augurio.
La maldad inocente
provoca repudio.
778
Muere el hueso
y escapa el alma
hacia el universo
en donde respira y reencarna.
779
781
782
783
La peor despedida
es la que no se marcha.
Abierta está mi herida
porque aún te extraña.
784
785
Alma mía,
que gemías
ante Poseidón
y sus aguas frías.
Rige Afrodita
la belleza escrita.
Sigilosa y secreta
cual verso maldito.
786
El sigilo
que hace ruido
y ese anhelo
grita ¡mío!
787
788
Logros cumplidos,
valentía en auge.
Repleto el destino
de alegría y arte.
789
Cuerpos chamuscados
ante el roce del tiempo.
El alma se quedó sin envase
y a la deriva yace.
Sedienta de caricias,
invoca al viento.
790
791
792
793
794
795
Y desde chica
crié a este verso
que aún no nacía
pero era eterno.
796
797
Está esperando
mi alma afuera
a que le abra mi pecho
y la deje entrar.
798
Me miro y me esquivo
es que en mí no confío.
Se confundió el camino
entre tanto frío.
799
Abunda en la tumba
el grito de un vivo.
800
801
802
Delirio devastador
que aplasta al corazón.
¿Te gusta tu labor?
¡Pues busca una razón!
803
Mi alma duerme
pero ¿quién ha dicho que sueña?
Ya no se siente,
y la noche es dueña.
804
Prefiero
vivir el hoy
y a mi eterno destino
dejarlo para mañana.
805
Mi dolido ser
que ruega y que llora
no se siente ser
cuando a su hogar añora.
806
808
Me gustaría
volver presente al futuro
para ver de día
lo que la noche augura.
809
810
811
La angustia dorada
que se vuelve lejana,
no ha dicho nada
porque el silencio le gana.
812
Me apura el tiempo
cuando parece que se acaba
pero sigue corriendo.
813
814
815
La cortina se menea
en la brisa que anochece.
No hay victoria sin pelea,
agoniza el alma al verse.
816
Un brazalete
que encapsula memorias.
Lo ato y lo observo:
me recuerda a mi historia.
817
Atenta caracola
no sólo al mar me transportas
sino que mis penas escuchas
y en el fondo las entierras.
818
819
820
821
822
823
824
825
Anochecer madrugador
¿tanta prisa tenías?
Devolveme al sol.
826
Sombra diosa
de vestido negro
cuya aura misteriosa
me atrae por dentro.
827
Conocer es recordar,
aprender es liberar.
A nadie en especial,
más que a tu alma de la realidad.
Aplicamos la verdad
al mundo sensible
para ver cómo encaja
lo que parece imposible.
828
829
830
831
Y dijo Caín:
grande es mi castigo
para ser soportado.
Quien cometa fratricidio,
no será perdonado.
832
833
Evitar la indiferencia
hace la diferencia.
834
Te desayuna la pena
con abstinencia de ti.
Como si de ayuno estuviese,
con hambre te mastica
y te bebe con sed.
835
El saber es poder,
decía Foucault.
El saber es morir,
digo yo.
836
837
838
840
Un día la respuesta
se preguntó
porque su verdad
no le alcanzó.
841
Sueño de poeta
que frota el papel
hasta rasgar lo que queda
y que arda la piel.
842
Da escalofríos pensar
que lo que es
está aquí,
siendo.
843
844
845
846
848
849
Sólo quedan
nombres y huesos.
Al cielo se elevan
nuestras almas y versos.
850
851
Se me muere el yo
desde que existí.
Comencé a morir
ni bien viví.
852
853
Tierra va
alma viene.
854
En un arrebato de ira
el alma le reclama al mundo
el por qué en la repartija
se olvidó de su sentido y su rumbo.
855
857
858
La vida no se olvida
ante la memoria contenida.
Por más que a veces duela
recordar lo que se ha ido.
859
El pasado
quedó escrito
y el futuro
ha de morir.
860
861
No busques en vida
lo que muerto se siente.
Se cierra la herida
tan abierta y latiente.
862
Se cierra la puerta
ante un mundo ardiente.
Mi alma se quema
en las brasas calientes.
863
No es miedo ni desprecio,
es que de dudas
ya estoy harta.
864
¿Cómo podría
olvidarme la vida
si la he dejado
bajo el cuidado de la rima
a la vuelta de la esquina?
865
La agonía de la fe
que se queda sin tiempo
para volver a creer.
866
Cómo duele
reconocer en aquel
lo que uno
no puede tener.
867
869
Un despertador
que se escandaliza del tiempo
y ya no quiere despertar.
870
Se escondió el tiempo
de los segundos
que lo persiguen corriendo.
871
Desearía ser
cualquier otro yo
menos este yo que me soy
y que estoy siendo ahora.
872
Hola, yo,
que te sientes tan solo
no puedo siquiera
sentirte propio.
873
874
875
El vivir
se ha vuelto pecado
y el morir
pasó a ser milagro.
876
877
878
879
880
Se adormece el alma
ante el eterno sueño.
Aquel grito con calma
¡mi ser no tiene dueño!
881
882
883
884
No se alteren,
Doñas Letras,
ya llegará su momento
de escritura intensa.
Ya serán escritas,
ya serán leídas.
No desesperen,
que el tiempo es vida.
885
Lágrimas amargas
que al océano salan.
Las olas las tragan
pero ellas no nadan.
886
La tragedia
acaba
y estalla
la carcajada.
887
888
Gritos que arden
en el paladar
nunca salen
y me ahogo al hablar.
889
890
¿Quién podrá
contra el tiempo y su ego?
891
Aguarda la muerte
a tu resurrección
para aferrarse fuerte
a tu torpe corazón.
892
893
894
895
Cuello triste
que solo se ríe
y camina el camino
que la pena le pide.
896
Latiente corazón
que lates disparejo,
a tí te quiero
y no te dejo.
A tí te creo
estando lejos.
897
El planeta se compensa
ante cada destrucción;
el alma se endereza
ante cada situación.
898
899
900
901
902
Martirio agónico
de timbre sinfónico
te hallas recóndito
en caminos armónicos.
903
904
905
El alma encadenada,
rozó la libertad con sus dedos.
Pero ahora no le queda nada
desde que te has ido.
906
Se ofendió la ilusión
y me quedé sin pasión.
¿A dónde has ido, imaginación?
Se ha callado la inspiración.
907
908
909
910
Me salvaste la vida
y ni cuenta te diste.
Camino cuesta arriba
más unidos que libres.
911
912
Destino sangriento
del cual me arrepiento
aunque aún no está el viento
que me cuente los hechos.
913
Se borda en el tiempo
a cada paso la blanca paz.
Ten en claro tu nombre,
el que por siempre llevarás.
914
915
Muere el sol
en el anochecer.
y la intriga
vuelve a aparecer.
916
917
Fuiste la h en mi vida,
sin sonido pero decisiva.
918
919
Me tortura tu nombre,
que con el olvido se muere.
920
El mundo se forma
a partir de uno,
pero sin otro no hay costas,
ni camino alguno.
921
La bella tensión
de un día que está comenzando.
Hay mucha presión
y el destino que está gritando.
¡Que sea lo que debe ser
de este día que acaba de nacer!
922
923
925
926
927
Se desnuda la fe
ante pedidos de ayuda.
El cuerpo sin pies
ante la vida cruda.
928
929
Si liberará tu prisión
cuando cumplas tu misión.
930
El destino
se vuelve duro de soportar
cuando en el camino
no alcanza con caminar.
931
932
Individuos posesivos,
ningún ciudadano amigo.
¿Dónde ha quedado, mis queridos,
el sentimiento vivo?
933
934
935
936
937
938
939
941
942
943
Perdemos el tiempo,
pero es lo único que quedará
cuando ya no estemos.
El tiempo es la constante
y el cambio se vuelve fijo.
Uno cambia a cada segundo
pero el mundo siempre es el mismo.
945
El alma
parada en el umbral
del olvido que la espera
para recordar.
946
947
Devórate el fuego
que te consumió.
¿O acaso te da miedo
terminar sin voz?
948
Las voces
quieren callar a solas.
Las luces
quieren oscurecerse por horas.
949
Cristo y su pena
de mirada tan plena.
Las heridas nos queman
pero Él nos las venda.
950
La penuria humana
no tiene un mañana.
Más vale que gana
la eternidad mundana.
951
Masticame mundo,
destrozame en un segundo.
Qué más que morir, me vivo
sin pasiones y sin rumbo.
952
953
954
955
956
El último ser humano vivo
podrá gozar de su soledad
o enterrarse vivo
ante la insoportable eternidad
que fiel lo espera.
957
Morir
y renacer en el ayer.
958
Me resbalo de tu mano.
Ansío con mis recuerdos
regresar a tu lado.
959
El universo en eje
y el sol que con sus rayos teje.
Cuando los planetas se alinean
yo me pierdo entre líneas.
960
Uno se olvida
que todo pasa
y que nada queda.
Se vuelve a la vida
estando en casa
por más que duela.
961
962
963
964
Te quema el todo
cuando se vuelve nada,
un simple pozo
donde se esconde el alma.
965
La eternidad de papel
que se arruga con el tiempo
y se vuelve un ayer.
966
No te confundas
con la sonrisa del tiempo:
no es de goce, es de burla
ante tu destino lento.
967
968
969
Mi cabeza se ha enfermado
de tanto soñar.
Al despertar ha esperado
pero este nunca ha llegado.
970
El alma olvida
de tanto leer.
Incluso en vida
su muerte ha de ver.
971
Escribo sabiendo
que yo seré lectura
en algún momento.
972
Uno se cuida
de la muerte
pero el nacer
no tiene cura.
973
973
Vivir
no basta con respirar.
Has algo de tu vida
que te reviva al recordar.
974
Y si no me amo,
¿cómo amaré al prójimo?
Te aseguro, mi hermano,
que lo intentaré al máximo.
975
976
977
978
Se atrasa la eternidad
y perdemos tiempo
pretendiendo esperar
por la vida viva
y la muerte muerta.
¡Al fin somos para siempre!
979
980
El ardor
de la eterna agonía del corazón
que no tiene comparación
con ningún otro dolor.
981
Mi alma pinta
una rima celestita
con la tinta
que dentro suyo late.
982
984
985
986
987
De nuestro universo
de palabras
brotan ideas
y cuajan en verso.
988
989
El cielo
desnuda a la noche
y nacen estrellas
del fogoso roce.
990
991
Se moría la luz
en el corazón
de la oscuridad
y su triste canción.
992
993
Asusta perderse
en un mundo perdido
sin intenciones de encontrarse.
994
Un rock progresivo
colmando el ambiente.
Resulta atractivo
por los oídos entra
y con el corazón se siente.
995
Enredadera sombría
que se extiende por la reja.
Le pasa el mundo por arriba
pero ella vencer no se deja.
996
Tararea tu alma
unos cantitos sin ritmo.
¿Será que cuando canta
se ilumina su himno?
El alma se conoce
al cantarse a sí misma
y conocerse entre rimas.
997
Un sollozo se escapa
ante la angustia que atrapa.
El peso se vuelve muerto
cuando eterno se lo carga.
998
El triste castigo
del muerto
es no poder revivir
sabiendo lo que se siente estar vivo.
999
1000
El pecho se oprime
ante la rima que gime
pero que no se escribe
porque las lágrimas siguen.
1001
1002
La sed se bebió a sí misma
y nunca tuvo la necesidad
de volver a beber.
1003
El destino fatal
que al alma aguarda
se vuelve letal
cuando su tiempo se acaba.
1004
1005
La filosofía
a la que doy vida
tiene como ideal
el pensar antes de saber
aún sin saber qué buscar.
1007
1008
1009
Mi alma se ha bebido
el vaso sin permiso.
Ahora ambos están vacíos
y en el pecho hace frío.
1010
1011
1012
1013
¿Los sueños
siempre tienen que tener
quien los sueñe
para ser soñados?
¿O existen por sí solos
independientemente de los humanos?
1014
El alma peregrina
ya no puede mantenerse de pie.
Ha pasado por mucho
y no todo es lo que fue.
1015
Hombre soñador,
que te has soñado soñando
y no puedes dejar de soñarte.
¿Estarás dormido
cuando te llegue la muerte?
Quedarás sumido
en un sueño eterno.
¿No querrás que te despierte?
1016
1017
1018
Eterno atardecer
tras una ventana
que simboliza el fallecer.
Siempre es de día
pero un día
existiremos sólo al anochecer.
1019
El mundo crece
y nosotros crecemos para él.
Y si el planeta muere,
todos morimos detrás.
1020
1021
Hache que hace
del silencio un sonido.
1022
1023
Encierro a mi alma
en un poema abierto
mientras la traviesa rima
se vuelve esclava del verso.
1024
En la eternidad,
el tiempo no corre:
siempre es temprano,
nunca es de tarde.
1025
1026
1027
1028
Me muero al quererte
y no quiero morir,
pero a ti voy a amarte
aunque no pueda vivir.
1029
Una mañana
se hace tarde
cuando se la intenta volver eterna.
1030
1031
1032
1033
La sencillez
es el vivir más fácil
pero qué difícil es conseguirla:
no es presa fácil.
1034
Estoy herida,
en el suelo.
Pido auxilio,
pero no hay consuelo.
1035
Dame tu sostén
tras mi trascendente “amén”.
1036
El mortal despierta
tras la muerte y la agonía.
El inmortal se duerme
tras el suspiro de la vida.
1037
1039
Mi lenta mirada
ha de morir rápido
en el horizonte que espera
y que se vuelve lápida.
1040
No hay eternidad
si hay infierno.
Es la enemistad
del recuerdo.
1041
Ten paciencia
ante el peso
de la existencia
en tus huesos.
1042
1043
La pena empalidece
y el llanto por fin aparece.
En un vaivén la mece
al alma que se estremece.
1044
Aguarda a la muerte
que esta pasa sólo una vez.
Quizás tengas suerte
y la recibas en la vejez.
1045
Se recorrió el camino
y comprendió su destino.
1046
¿Y qué si hablo con la muerte
y me niego a irme con ella?
¿Se irá sin recogerme
o me obligará a seguirla?
1047
1048
1049
Hallarás tu sentido
cuando el olvido te envuelva.
Tus ojos habrán dormido
lo que no dormirán de vuelta.
1050
Mi alma devuelta
por el cielo disconforme.
Esta da muchas vueltas
y tiene una angustia enorme.
1051
1052
1053
El porvenir tormentoso
se atormenta de su propio ritmo.
El futuro es acoso
siempre que al presente pisa.
1054
El ruido ensordecedor
me impide escuchar
a mi propio corazón.
Lo siento, lector
intentaré transformar
los gritos en una canción.
1055
1056
El tiempo no pasa
cuando mi cabeza se parte.
El tic tac cansa
pero yo escribo el arte.
1057
En el amanecer
oiré lo que queda
antes del último atardecer.
Antes de caer.
1058
Mi vida enterrada
en tiernos momentos,
recuerdos de olvido
ante el fuerte abismo.
1059
1060
Mi hambre voraz
imposible de saciar
encuentra junto al compás
su raíces del cantar.
1061
Canta en vida
la sinfonía de la muerte
y sin quererlo duda
sobre su celestial suerte.
1062
1063
1064
1065
Mi espíritu antiguo
que nunca se vio tan joven.
1067
1068
El humano verso
que se vuelve hueso
ante cada espejo
que revela un canto abierto.
La verdad pesa
pero la mentira aplasta.
1069
1070
1071
1072
Cuando leas mi libro
una vez que no esté contigo,
resucitar en ti me sentirás,
resucitar en ti me sentiré.
1073
1074
1075
1076
1077
1078
1079
Te da terror absoluto
que se te acabe el porvenir.
Hermano mío, ten por seguro
que sólo importa el sentir.
1080
Lo que se ha ido
nunca es más importante
que lo que vendrá;
aunque se prefiera regresar
que hacia al frente caminar.
1081
1082
1083
Se hartó la rima
y no quiso rimar más.
¡Ay de mí, poesía,
que sin ti no hay respirar!
1084
De niño se es liviano;
de viejo se carga el peso;
pero más alto o más bajo,
nunca se frena el vuelo.
1085
1086
1087
La libertad no cabe
en un alma
que a la muerte no le llora
y no le teme a su cárcel.
1088
La única alma
que rechazó la eternidad
yace en la palma
de la mano que la mató.
Prefirió morir
a la inmortalidad
porque se acostumbró a sentir
y le dolía recordar.
1089
1090
El fratricidio
no es suicidio
es un hermano
que comete suplicio
y mata a su propia sangre.
1091
La tinta de mi pluma
narra la guerra
entre individuo y frater.
El egoísmo suma
razones extensas
para alejarse los hombres
de sus hermanos y pares.
1092
De un corazón estéril
no puede nacer el amor.
El mundo se ha vuelto débil
y se puede oír su clamor.
1093
Recostada en la cama,
mirando un punto fijo en la ciudad.
La brisa entra por la ventana
y lo que menos quiero es descansar.
1094
Ese instante
me hizo sentir tan viva,
que por un segundo
me olvidé que iba a morir.
1095
1096
1097
1098
1099
1100
1101
1102
Hágase luz
siempre y cuando
la luz no duela
y signifiquen respuestas.
1103
En mi camino profundo
un calvario es celda y fuego.
Comienza donde se acaba el mundo
y termina al empezar el juego.
1104
1105
1107
Se ensancha mi alma
cuando la inmortalidad se adentra.
Se aloca mi calma
cuando el viento fuerte entra.
1108
El eco en tu silencio
de un ruido en pasado.
1109
El alma se fuga
del cuerpo terrenal.
La vida en sí
¡Qué hecho sobrenatural!
1110
1111
El paraíso alado
se posó en mi recuerdo gris.
Lo revivió gritando
y con sus letras lo volvió feliz.
1112
El olvido
entreabrió los ojos
y el recuerdo
irrumpió valeroso.
1113
1115
El recuerdo infinito
que desnuda a la guerra
cuando la paz suelta un grito
y el corazón desespera.
1116
1117
Deja la eternidad
para otro momento.
Vive el instante
en el que te encuentras viviendo.
Escribe y suelta alas
que te acompañarán en tu vuelo.
Escucha las campanas
que te esperan en tu sueño
en el que estás destinado a ser sin miedo.
Si te sueltan manos, aférrate a otras:
nunca estás solo
en este mundo de almas rotas.
1119
1120
El alma cautiva
ignorante e incapaz,
se siente inofensiva
al no poder razonar.
1121
Cómica vida
que te pasas de viva,
¿por qué te haces corta
y te despides agresiva?
1122
¿Matarías a la muerte
para salvar vidas?
1123
1124
Querido mundo:
ya estoy lista para volar,
tan pero tan alto
que no me alcanzarás.
1125
1126
1127
1128
1129
1130
Se enamoró el olvido
de los recuerdos tan vivos
que no quiso destruirlos
y en la memoria los dejó intactos.
1131
El poeta
hace la tierra con sus ojos
y les mete corazón
que late junto al alma
de un papel que emana vida
y en donde se escribe la canción.
1132
1133
1134
1135
1136
1137
La simpleza de la fuerza
con la que su mirada me miró
construyó un enorme mundo
pero, siendo capaz, lo destruyó.
1138
Las esquinas
del hombre común y corriente
no tienen remedio
y se las arranca impaciente.
1139
Se pierde el ocaso
en la esquina del camino.
¿Por qué robar la pobreza
si por dentro la sentimos?
1140
Se enreda el mañana
con el ayer del destino
y se desnuda el silencio
cuando por dentro se grita.
1141
El caballo camina
tranquilo y relajado
sin saber el destino
que de su alma se ha adueñado.
1142
El adolorido poema
no quiere dejar su rima.
La verdad está en sus venas
y se hunde el olvido en la cima.
1143
1144
1145
1146
Flagrante delito
del cual mi alma se redime.
Inmenso castigo
el de no ser inmortal.
1147
Mi corazón augura,
presagia,
presiente
y predice.
Mi corazón siente
lo que vendrá a por mí,
pero la espera
se vuelve dura.
1148
La volátil pluma
que irrumpe en el léxico,
se arranca las letras
y las vuelve verso.
1149
La poesía mancomuna
y vuelve a todos
un alma única.
1150
Se esclarece mi alma
y su oscuridad se hace tinta.
1151
La unívoca escritura
se cansó de ser leída de la misma forma
y estalló en significados,
volviéndose otra.
1152
No cuaja mi mente
en un mundo tan inerte.
Lo que rige el presente
se ha vuelto inercia y muerte.
1153
1154
Mi vida entera
se rige por la poesía.
La lectura eterna
es la que a mis actos guía.
1155
1156
1157
1158
1159
Existimos
porque hubo gente
que se amó.
Y luego no sabemos
hacia dónde vamos.
¡El camino
es el amor!
1160
Nuestros antepasados
han hablado
pero sólo han quedado ecos.
Hoy, nosotros oímos
y sus voces cobran vida
en nuestros recovecos.
1161
1162
La enfermedad de escribir
y ahogarte en la tinta
de las letras que te hacen sentir.
1163
1164
El ruido en mi cabeza
aturde al silencio de afuera.
Las paredes descascaradas
invocan recuerdos cualquiera
y se encierran sin puertas
en una oscuridad que quema.
Las huellas que se borran
son acechadas por la lapicera
que quiere describirlas
antes que desaparezcan.
1165
Los gritos
se cansaron de tanto gritar
y optaron por disfrutar
de su silencio.
1166
Yo no quiero vender mis libros
ni comercializar mis letras,
sólo quiero que los lean
y sientan cómo penetran.
1167
Viene la marea
y se lleva lo que queda.
Duelen las grietas
y lo pendiente quema.
1168
1169
Mi sueño,
desde que tengo uso de razón,
es escribirle al mundo
y entregarle mi corazón.
1170
1171
La angustia quizás
no te abandone jamás,
pero aún así vivirás
junto a tus letras y el compás
¡Tú sabrás!
Volverás
¡Ya verás!
1172
Para morir,
de alguna forma hay que vivir.
1173
1174
Puedo verte,
pero no tocarte.
Te alejas,
y despierto.
1175
Me arranqué el corazón
y escribí este libro.
¡Cuánta vida,
cuántos caminos!
1176
1177
¿Qué harás
cuando sepas
lo que ahora ignoras?
1178
Te pierdes buscándome,
me pierdo encontrándote.
1179
Me fascina
cómo luce mi muerte
en tus ojos.
1180
1181
Para avanzar
tenemos que dejar ir;
para soñar,
es necesario dormir
y para al paraíso entrar,
debemos morir.
1182
1183
La tormenta
evocó recuerdos que no quería recordar
y se volvió eléctrica.
1184
1185
La erudición
me enamora
al igual que la sabiduría,
tan encantadora.
1186
Uno está siempre en búsqueda
¿pretendiendo encontrar qué?
El mundo se va y sólo queda
lo que uno nunca se animó a ver.
1187
1188
1189
1191
1192
1193
El mundo ha gritado
y yo terminé aturdida.
Sin embargo, él se ha vuelto sordo
ante mis plegarias repetitivas.
1195
1196
1197
La poesía escurridiza
huye de mi agarre
por puertas corredizas
que luchan por cerrarse.
Las palabras vacías
que se reprimen a sí mismas
crean mundos enfermizos
en el ayer que ya no es.
No alcancé a escribir
lo que en mi lengua se estaba muriendo.
De aquel pasadizo intenté salir
pero mi corazón ha muerto latiendo.
1198
Se rehúsa a latir
el corazón del poeta
si no puede escribir
lo que desborda de cada grieta.
1199
La herida
se dio cuenta
que ya no dolía tanto
y se cerró.
1200
1201
Mi alma ha sufrido
y ha terminado repleta de esquirlas.
Su esqueleto se ha torcido
y se han hundido sus heridas.
1202
Ha gritado la guerra
y ha llorado la paz.
No hay sueño que soñar se pueda
sin que el alma sea capaz.
1203
1205
1206
Suplica el alma
por el porvenir que la roza
y ve de lejos
la verdad que se equivoca.
1207
No habrá ser
luego del óbito.
No habrá pasión
tras el deceso.
No habrá alma
después de ser estrangulado
su pescuezo.
No habrá vida
tras la muerte en verso.
El todo
acabará en la nada
y los hoyos
no estarán donde estaban.
1208
La mortandad
causada por la guerra
que el hombre insiste en mantener.
¿No oyen la angustia latente
y la letalidad que ha de vencer?
1209
Catástrofes naturales
que al mundo han de rodear.
Oigan la latente tormenta
que no ha dejado de tronar.
1210
La morbidez de la piel
y su escondida delicadeza.
Tantos secretos han de ocultar
y ante una caricia recitan su belleza.
1211
1212
1213
1215
1216
1217
“Murió de tanto escribir.
Cuando llegó el momento,
ni su alma pudo sobrevivir.
Pero ella
lo escribió todo”.
1218
1219
1220
1221
Quedó viuda el alma
al morir el cuerpo.
Junto al destino se empalma
y el vuelo acaba muerto
al enredarse las alas
de tan magnífico cuento.
1222
1223
El ser humano
se caracteriza por pensar,
y en su oculta aura
lo que sobrevive es el sentir.
El mayor logro habido y por haber
es el de sentir y pensar a la vez.
¡Que la razón no le gane al corazón!
¡Que se empalmen unánimemente los dos!
1224
Tortura el recuerdo
al espíritu
porque no fueron meras fantasías:
todo fue real en su agonía.
1225
Se le desarma el corazón
al rompecabezas que se encuentra
pero se pierden sus piezas
las cuales se encastran
en un cantito sin canción.
1226
Alma mía,
venías en la dirección contraria
y ahora te alejas.
No solo de mí, sino de ti.
¿Siquiera habrá plegaria
que alcance a vivir
antes de morir?
1227
La rareza de un alma
que no se encuentra y se llama.
Su torpeza que insiste
en moverse atropellada
y leves disculpas la acompañan
ante la luna quemada.
1228
“Soy invencible”
dijo el vencedor
la primera vez que fue vencido.
1229
1230
1231
Uno es cuando tiene la necesidad de sentir,
pero no siente nada cuando intenta ser.
1232
Cómo duele
cuando algo está siendo
pero sabes que no será.
1233
1234
1235
1237
El poeta
ante los efectos vespertinos
lima los extremos
que sobresalen de su pendiente libro.
De esta forma, lo que antes era fruto
termina siendo un campo entero
y las palabras desordenadas,
poemas eternos.
1238
1239
1240
Estás haciendo
lo mejor que puedes.
Estás sanando y floreciendo.
Date tiempo para florecer
y no olvides
que al final del camino
te espera el renacer.
1241
La risa
se rió de sí misma
y se enamoró tanto de su sonido
que decidió repetirlo eternamente.
1242
Aquiles,
con tu grandeza y rapidez
eras considerado invencible
pero no inmortal.
Tu inhumana fuerza
no te pudo proteger
y tu indefenso talón
te hizo perecer.
¿A dónde irá tu belleza
ahora que de Troya has expirado?
Flecha de la desgracia,
flecha de la muerte,
te has llevado a un alma,
has matado a un héroe.
1243
1244
Venus de Milo
y Afrodita desde labios griegos,
careces de brazos;
¡Tu amor necesito!
1245
Se enamoró el amor
al mirarse al espejo.
En él se introdujo
para morir eterno.
1246
Tiresias,
fuiste mujer
y fuiste hombre.
¡Y fue por dos serpientes
aunque a uno le asombre!
1247
Nace lo real
de lo que no está planificado.
De imprevisto surge
lo menos esperado.
1248
1249
Las terribles pesadillas
han deshecho mi cama
a escondidas
mientras yo soñaba.
1250
1251
1252
1254
1255
Cada alma
se salva diferente.
Algunas con ruido y música,
otras con silencio y poesía.
Pero todas son almas, al fin y al cabo.
1257
1258
1259
1261
1262
1263
1264
La efímera sensación
de sentirse eterno
en un mundo pasajero.
1265
1266
1267
Te vigila el tiempo
con los ojos cerrados.
1268
1269
Uno va escuchando
cuando camina el sendero
de nunca acabar.
Lo especial de la vida es ir siendo,
andar, nunca parar.
1270
1271
Admiró el odio
la magnitud del amor
y quiso ser como él.
1272
1273
1274
Cuerpos dolientes
de mentes vibrantes.
Tantos oyentes
que leen mis cantares.
El mundo repleto
de vacíos hogares.
1275
γλυπτό (escultura)
Blanco rostro
que emana vida
sus ojos no han visto
pero recitan poesía.
¡Tanta historia contenida!
Siglos y siglos
resumidos en frío mármol.
La eternidad se vuelve corta,
y la muerte, un proceso largo.
1276
“Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento:
el momento en que el hombre
sabe para siempre quién es”.
Jorge Luis Borges
1278
Medusa,
tan bella y voluptuosa,
te encontraste sola
y te desfiguró una Diosa.
Ahora cargas para siempre
con una condena mortal.
Tus cabellos son serpientes
y tu mirada es letal.
La muerte te ha mirado a los ojos
y ella misma se volvió piedra.
La eternidad
que nos alumbra a los hombres
ya ni siquiera es eterna.
Perseo te dio
el destino más cruel
¡Tu cabeza cortó
y esta ahora es símbolo de guerra!
1279
1280
1282
1284
1285
Pierde tanto
el ser humano
por el miedo a perder
más que por sus actos.
1286
1288
Lo malo de la luz
es que acaba con las sombras
tan diversas sus formas,
tan interesante su Cruz.
1289
El alma pierde
su pura identidad
cuando se la somete
a alguna atrocidad.
1290
1291
1292
Pobre de mí
que no sé quién soy
y nadie me explica
qué significa ser.
1293
Qué apasionante
encerrar al universo
en un simple verso
y volver a la humanidad
una rima en silencio.
1295
Hércules,
que con tus doce trabajos
has garantizado tu victoria ante el Olimpo.
La Hidra de Lerna,
con sus múltiples cabezas,
ha intentado vencerte
pero tu agilidad y fuerza
han evitado tu muerte.
Semidios resistente
de reflejos sobrehumanos
¡De Zeus descendiente
y su favorito sin dudarlo!
1296
Dionisio
representas el caos, el desorden,
los placeres y emociones.
De actitud alegre y festiva,
¡apenas ibas vestido!
1297
1298
1299
1300
1301
Esa sensación
de estar perdido pero no incómodo;
de estar a gusto siendo sin ser.
Quizás es esa costumbre
de armarte en el desastre
y oírte en el silencio.
Sin tierra firme pero nunca tan erguido.
Avanzando al estar estancadísimo
en quién sabe dónde.
De hecho, cuanto más callamos
más decimos de nosotros mismos.
Sólo ten en mente que después de la guerra
siempre
hay
paz.
1302
1304
1305
Lentamente
la fueron dejando
todas las cosas
que había sembrado.
Se quedó lampiña
¡sin siquiera una espina!
Cada verso, cada rima
desapareció con prisa.
1306
Hurgar y sumergirse
en la vida de los versos
a veces nos permite
encontrarnos dispersos
en los sesenta y tantos universos
perversos y adversos
que nos rodean los ojos abiertos.
1307
¡Pasión desmesurada
que escarba en cada hueco
te has vuelto necesaria
y tu tinta jamás habrá muerto!
1308
Uno pretende
darle muerte al verso
cuando al intentar escribir
no transmite lo que queremos decir.
1309
1310
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1315
1316
Paz en la guerra
y un mundo que se marchita a mi pesar.
Jamás habrá tierra
que impida nuestras historias contar.
1317
Me vi ahí,
tan perdida,
tan indefensa,
tan HUMANA,
que me compadecí de mí
y dejé de exigirme
cosas insalubres
que por dentro me matan.
1318
¡Alcémonos, humanidad!
Rebelémonos ante las sombras,
cansémonos de amar,
que nuestros corazones elijan palpitar
y recorramos senderos que no existen
pero que nos permitan crear.
1319
1320
Cuervos negros
que vuelan en la pálida noche.
Despliegan sus alas
y sus plumas trasnochan.
Se vuelven dueñas del viento
y una gota cae
sobre la sed del tiempo
1321
1322
1323
1324
La escucha invisible
y su tacto que sana.
Aquella mente limpia
que al sol descansa.
Cierra sus delicados ojos
y ante el universo se rinde.
Dulce mente, ya nadie podrá salvarte,
conviértete en tu propio héroe
y diseña tus propias rimas.
¿Por qué huir de tu hogar?
Si vos sabés bien que te querés quedar,
aunque sea para ver
cómo será el final.
1325
Todo pasa,
pero para pasar
primero debe pasarte por encima,
y pisotearte un par de veces.
1326
1327
1328
1329
1330
1331
1332
1333
La inopia de un cuerpo
que no sabe lo que quiere
y lo busca donde no debe.
La débil llama que aguanta
pero se consume en el alba
sin rastros de que alguna vez
hubo fuego en el alma.
El desconocer el cuerpo propio
el no poder reconocerse a uno,
estando tan lejos de lo que alguna vez fue
y lo que algún lejano día será.
El escapar de lo que dentro late
pero añorándolo como nunca
una vez que se lo ha dejado.
Salimos del cuerpo y volvemos a él
y terminamos por despedirnos
de nuestra amada piel.
1334
Aquellos sitios
de mi cuerpo
que más que míos
eran nuestros.
Aquellas burbujas
del tiempo
que se asfixiaron respirando
y ahora,
se han vuelto cuento.
La muerte que fue mía
tras el silencio
que fue nuestro.
1335
1336
1338
1339
1340
Me ha quemado el cuerpo
mi corazón eterno
pero estoy en casa
donde sea que vaya.
1341
1342
Abarca el silencio
la poderosa fuerza de cada despedida.
Encierra la muerte
toda aquella vida
que se perdió en las cosas no dichas.
1343
Este amasijo
que late dentro mío
aún no ha definido
si sus latidos son
de vida
o un simple batiburrillo,
un revoltijo que mata.
1345
1346
El poema es el problema
no la solución;
es el reclamo,
son las voces ante el desgarrador silencio;
son esas ideas que rompen con lo cotidiano;
son esos hoyos que no se cierran,
sino que se provocan y arden
ante la falta de respuesta
tras una pregunta que
hemos hecho con las letras;
es el elegir respirar
en ambientes tóxicos;
es escarbar en lo que nunca se ha dicho;
es volver mentira a una verdad que miente.
El poema es la vida
que se escapa
ante una intencionada muerte.
1347
1348
1349
El ensordecedor silencio
anuncia su llegada a los gritos
como si no fuera suficiente
con su ruido escandaloso
y su estrépito en los huesos.
Adopta la vida
de todos los objetos visibles
y te perfora los oídos
con maldad invisible.
Se arrastra,
se hace oír;
se siente
y de él no se puede huir.
Has de matar al silencio
y has de verte morir.
1350
Agamenón,
rey de Micenas y gran guerrero.
Has hecho enfadar a Aquiles
al raptar a su esclava.
Y para obtener el permiso de los Dioses,
has enviado a tu hija
al destino de la muerte.
¡No habrá perdón para ti,
y será tu muerte vengada
por la impotente Electra!
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“Tengo ganas de vivir”
dijo la muerte,
con lágrimas en sus ojos
y un llanto al porvenir.
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1364
Siempre
tener algo que decir
duele menos
que el silencio.
1365
En ningún lugar
se sabe quién es.
En ningún lugar
sabe quién podrá ser.
Ha quedado obsoleto
el sentirse ser
sin llorarle al tiempo
el cual no ha de retroceder.
Se acabó el momento
de sentarse a ver
lo que en alguna ilusión
pidió nacer.
1366
Fácilmente difícil
arduamente simple.
La vida se escondió en la muerte
y la suerte se encogió el triple.
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1371
Mi corazón busca
tantos rincones
sabiendo que no encontrará
ningún refugio como
las letras.
Aquel escondite inigualable
que no se derrumba
ni aunque llueva.
1372
1373
Tu armadura
que ante mi toque
se hizo eternamente blanda.
1374
Dejaste cenizas
dentro de mi corazón
pero, supongo,
que como toda erupción.
1375
Mi torpe bicicleta
se topó con vidrios rotos
en el medio de la bicisenda.
Aquel cristal que se rompió
en algún momento
fue amor.
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1379
Los poetas
descansarán eternamente
en sus letras
sabiendo que han cambiado mentes
con ellas.
1380
Mis caminos
y su manía
de querer
seguir chocando
contra los tuyos.
1381
¿Desamparo?
Sentir que te empujan
y darte cuenta
que fuiste vos mismo
empujándote por dentro.
Nosotros y esa manía
de autosabotearnos.
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1385
Pero,
si todo se derrumba
y así logramos admirar
el mundo en su totalidad,
¿por qué nos pone tristes
el derrumbe?
Deberíamos sentirnos libres.
Es necesario respirar
de vez en cuando.
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1387
1388
Corro,
caigo,
me atrapas,
te observo
y despierto.
¿Has experimentado alguna vez
esos deseos irremediables
de no querer despertar nunca?
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1392
Tú sigue buscando
la perfección pura
y terminarás acurrucado
en la inexistencia absoluta.
Ese sublime autosabotaje
que hace ruido
pero no quiere que lo escuchen
se hizo propio del ser humano
y su pérdida de tiempo.
Deja de perder minutos de vida
mientras buscas algo
que no la tiene.
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1397
No pierdas tiempo
en vivir algo que ya se ha ido
o algo que aún no llegó.
Viví el hoy,
que está aburrido
esperando a que lo lleves con vos.
No te pierdas de vivir el hoy
por el dolor del pasado
y el miedo al futuro.
Ya va a llegar. Ya vas a sanar.
Pero mientras tanto, viví.
Viví hasta que te duela hacerlo.
Amate hasta que los espejos
resulten inservibles.
Gritá tu euforia
y llorá tus miedos.
Aceptá el caos y esparcilo,
que al mundo le hace falta
alguna que otra partecita tuya.
1398
Latidos latentes
que laten latiendo.
Si el corazón no late
el que palpita es el tiempo.
1399
Se ha visto el fantasma
y le ha dado miedo.
¿Qué está ocultando?
¿Qué está tramando?
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Era extraño
merodear por las calles perdidas
de la ciudad sin vida
y a cada instante, sentirme a salvo.
1404
Escribo
para vivir dos veces;
para llorar el triple;
para cambiar mentes;
para sentirme libre.
1405
Se despedaza el corazón
innumerables veces,
una tras otra
pero
sigue
vivo.
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1409
Me encanta la lluvia,
porque el mundo
también necesita desahogarse
de vez en cuando.
1410
1411
Abriste la ventana
para buscar lo que nos faltaba
pero, de esa forma,
mataste lo que teníamos.
Me repetiste que ibas a irte,
que tenías que hacerlo
pero nunca supiste
que ya te habías ido hace tiempo,
y estabas al fondo de ese punto final
que tanto me dolió escribir.
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No sólo vivas tu vida.
Vive tu cuerpo,
siéntelo existir.
Amígate con él
e incítalo a vivir.
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Ha ganado la lucha
tan fuerte que dentro estallaba
pero su llanto versado
siente que no ha vencido.
1421
Intenté inventarte.
Inventar algo de lo cual enamorarme,
pero duele enamorarse de algo que no es real.
Intenté moldearte para que fueras perfecto
pero me di cuenta que tus defectos
eran lo que más me gustaban de ti.
Intenté inventarte.
Pero no pude.
No pude.
Y ahora te amo pero no te conozco.
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Tengo el presentimiento
de que vas a estar
donde no quiero encontrarte.
Tengo miedo de dar un paso
y toparme contigo nuevamente.
No te quiero hallar,
por más que te llame cada noche,
a cada instante.
1426
El mundo me ha arrebatado
todo el amor que necesito
para escribir sin sucumbir.
Estoy destinada a ser poeta
pero cada mañana que acaba
me siento en la oscuridad plena.
¿Seré capaz
de darle la espalda
a mi destino?
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He aprendido a vivir por lo que muero.
Respiro por lo que me mata.
Quizás deba escribir más seguido
porque nada de esto está bien.
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Me encuentro siendo
ese cuarto de la casa al que nadie quiere entrar,
y esa sensación de ahogo que la angustia genera.
Me encuentro siendo
ese sueño que no querés soñar
y esa puerta que sólo sabe cerrarse
y que no te espera.
1436
Me hablás
y no puedo evitar
mirarle la boca a tu cerebro.
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reacia
reluctante
remisa
negada
a existir
luego caigo en ese círculo
sin principio ni final
que se transforma en escalera
pero no tiene ninguna dirección
no hay ni arriba ni abajo
puertas que se cierran
ante mis ojos de piedra
una playa sin nombre
a donde se dirigen los verbos
y me dejan sola con el papel
que no sirve ni para hacer
barquitos
porque se ahogarán
en la lluvia.
1440
Sueño fatal
Destejemos el universo
en cuanto cerramos los ojos
en ese himno latente
ese ritual del sueño.
Estrella va, estrella viene.
Entrelazamos deseos,
hilamos colores.
Todo pierde su forma,
todo se abandona.
Inclusive nuestro cuerpo
que yace acostado
y no tiene idea de quién es
ahora que lo hemos dejado.
Trenzamos planetas
y todo un cielo anochecido
es testigo de nuestras muecas.
A veces no hay sonido,
a veces hayamos lo familiar
en lo desconocido
¡Sé que ese eres tú!,
pero no se parece a ti en lo absoluto.
Construimos ciudades, galaxias
personas, objetos.
Nos teletransportamos,
viajamos de sueño en sueño.
Uno, dos, tres…
y cuando despertamos no sabemos
cuál recordar primero.
Todo es producto de nuestra mente
pero realmente nos sentimos presentes.
A veces simplemente somos espectadores
y otras los protagonistas de la historia.
Oímos voces
¿o hablamos nosotros?
Lo olvidamos todo.
Toda nuestra realidad se esfuma
y olvidamos quiénes somos,
a dónde pertenecemos,
las leyes básicas.
La verdad y la mentira pierden sentido
y ni con lo más maravilloso nos inmutamos.
Estamos ejercitando para lo que vendrá,
para cuando esa absoluta oscuridad
nos envuelva por primera y única vez.
Pero ahora no es el momento.
Ahora despertamos.
¿Ha existido alguna vez
algo tan similar a la muerte?
Espero soñar
porque, en mis sueños,
por más que todo sea confuso,
siempre
tengo
la certeza
de que voy a despertar.
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1442
1443
Entre ellos.
Entre ellos se entendían.
Incomprendidos que no necesitaban
de la comprensión de nadie;
que sobrevivían en la oscuridad,
lejos de los ojos de la gente
y se escribían poemas
sin decirse una palabra.
Se escondían en la mirada del otro
y la eternidad reposaba en sus labios,
dándoles el gusto amargo de la inmortalidad.
Pero se estaban muriendo.
Su romance se caía a pedazos.
No por falta de amor,
sino por abundancia de él.
Uno no podía vivir sin el otro,
y ahí fue cuando empezaron a morir los dos.
Porque no habitaban mundos, sino nombres.
Porque no había luna, sino un par de ojos.
Porque llamaban hogar a esas paredes
notoriamente resquebrajadas,
que no podían aguantar el latido
de dos corazones a la par.
Fue demasiado amor para su historia
y tuvieron que escribir su final.
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Séptimo hijo de una familia del demonio;
delgado
con sueños chamuscados.
Alma joven que escucha por unos ojos de piedra.
El ángel y la bestia en un único hombre.
Un cuerpo portador
de todas las verdades del mundo.
Un secreto en cada poro de la piel.
Escribe atemorizado
porque no puede lidiar con su mente él solo.
Varios temblores le recuerdan
de la vida que se esconde en su pecho;
de los antipoemas que palpitan
en aquel papel vetusto.
Las venas anticuadas,
y esos lentes que le impidieron
ver la simpleza del entorno.
Ese espíritu decrépito que se sentaba a la mesa
junto a sus seis hermanos,
uno mayor que el otro.
Uno más sabio que el otro.
Uno más idiota que el anterior.
Porque tanta erudición los volvió ignorantes.
Quisieron domar la vida
y esta contraatacó con dulce muerte,
con miseria latente.
El provecto joven es absorbido
por su futuro prometedor,
pero incluso prometiendo se engaña.
Los susurros del fin del mundo
se agolpan en sus manos:
de ellas saldrá vida
o la capacidad de acabar con ella
y con todo a su alrededor.
Hombre y bestia
dos en uno
pero cuando es el segundo
no queda ninguno.
1449
Gracias a la nada
somos capaces
de producir algo.
Ese silencio etéreo,
sin forma
que se abre paso por nuestros oídos
y nos susurra una idea.
Así es como empezamos
ese viaje inquieto
que se forja por la noche
junto a la pregunta por el ser.
La vida y todo lo que conlleva
es combustión eterna
entonces
¿por qué nos asusta tanto quemarnos?
1450
Mi forma de agradecer
es dar de ese amor que me dieron
cuando caí,
cuando el dolor pareció apoderarse de mí.
Pero no,
aún quedaban pequeñas grietas
por las que pudieron asomarse
y llevarme a la luz.
Ahora quiero hacer lo mismo,
quiero salvar a quien se sienta como yo me sentí.
Y es por eso que escribo.
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La ansiedad excava,
se abre paso por nuestro pecho
destrozándonos por dentro,
y la soledad se ha vuelto sociable
y aparece únicamente
cuando hay gente alrededor.
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Esa oscuridad
que se infiltra por nuestras grietas
y nos tapa los ojos desde adentro;
es imposible dejar de verla.
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La piedad
requiere de mucha más fuerza
que la venganza.
Es todo un trabajo interno
para ejercitar nuestra mente
y entrenar nuestra paciencia.
No es lo mismo escuchar que oír,
ver que mirar
aceptar que tolerar.
No es lo mismo haber sido
que estar siendo.
1464
La maldita sociedad
sigue creyendo que tiene el poder
o el derecho
de decir cosas
sobre cómo debería ser,
verme,
sentir,
pensar,
actuar,
vivir.
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1466
Me encontré mirándote,
escudriñándote, mejor dicho.
Examinándote con atención
porque mis ojos jamás elegirían
mirar hacia otra parte.
Estudiándote con devoción.
Todo aquello que suele pasar desapercibido
yo quiero descubrirlo,
averiguando cómo te ves por dentro,
cómo tu cuerpo y rostro
responden a estímulos
con diferentes movimientos y gestos.
Cómo tu garganta se prepara para hablar
mientras tu mente escoge
las palabras adecuadas.
Cómo te ves mirando,
cómo te oyes pensando.
Aquel camino que has recorrido
y que ha quedado grabado
en tu alma y pecho.
Todos esos detalles que no manifiestas
pero que sí sientes,
atraviesas,
desencadenas.
Cómo luces recordando,
enojado, nostálgico;
deseando que todo hubiese sido
de una forma que no fue.
Cómo me lo dices todo
con tus silencios,
esperando que yo tome las riendas
y escriba lo que quieres que sea para nosotros,
sólo nuestro.
Porque el mundo no sería lo mismo
si tu no lo pisases seguido.
Nada de vistazos,
miradas superficiales
ni ligeras ojeadas:
yo estoy aquí
para aprenderte de memoria
como un mapa que no sabe dónde está,
pero que tiene bien en claro hacia dónde va;
y todo eso
sin que sepas que te miro,
y que tú existes
mientras yo existo
para andar mirándote.
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Pensalo así:
si no hay situaciones límite,
desgarradoras,
detonantes…
¿Cuándo vas a demostrar lo fuerte que sos?
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Estoy lejos de ser lo que quería ser.
Me abrazo mientras pienso,
pensar me satisface.
Le echo flores a mi léxico
y con él pretendo amarme.
Alas en los pies
que me llevan a soñar despierta
y a cerrar heridas sin mirar atrás.
Somos libres ante nuestros libros,
leer nos libera
de ese cautiverio que son tus letras.
Se desmorona ese encierro
cuando dejamos de permitirlo;
cuando volvemos polvo el desprecio
y logramos combatirlo.
Soy fuerte porque soy yo
y me siento serlo.
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Mi cuerpo es triste
y las puertas
parecen cerrarse para adentro.
No me escucha pero está dispuesto
a oír cada sonido que hagas.
Tu caos es arte
pero veo que te consumen
todos esos pensamientos
que no tienen intenciones de dormir.
Es por eso que le digo a tus recodos
que los amaré yo
porque en este momento
tú no puedes hacerlo.
Mis lágrimas grávidas de recuerdos
dibujarán las periferias de tus latidos
y ese eco silencioso
nos unirá en una danza desfigurada
y de trazos infelices.
Pero qué más da,
es el único vestigio de música que me queda.
Inventándome heridas
lograré que te quedes;
pero mi corazón,
desde ya,
es tuyo:
en cuanto te arrimas,
se aprieta entre estas paredes.
Se ha vuelto difícil quedarme
pero no me imagino,
ni en esta
ni en ninguna otra vida paralela,
yéndome.
Así que quedate tranquilo
que cuando abras los ojos
yo voy a seguir ahí.
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De tanto correr
atrás del tiempo
no queda nada
por lo que vivir.
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Esa suave piel
esos ojos brillantes
esa sonrisa expectante
el pulso ardiente
y el futuro prometedor
en la yema de sus dedos
revelaron que el mundo
todavía no lo había manchado.
Todavía no lo había mordido.
Era una escurridiza víctima
pero que no tardaría en perecer.
Es de esas pocas joyas
que tienen el maravilloso don
de vivir sin culpa.
De los pocos que saben respirar.
Que viven escondidos
entre la oscura muchedumbre
despojada de ganas de vivir.
Ese silencio tajador
que a muchos nos hace sangrar,
ellos lo convierten en música.
Esos vacíos
que a muchos nos amputan el corazón,
se vuelven para ellos la oportunidad de llenar.
Es de esos que, con un simple tacto
funcionan como curitas
que encuentran tus heridas
incluso antes de que se las muestres.
1493
1494
Lo veía
y algo en el pecho le dolía.
Una masacre se desplegaba
en sus neuronas.
Esa demencia descomunal
que se aglomera en ese momento
en el cual sus miradas se encuentran.
Ella no sabía qué era ese espectáculo,
él lo sabía bien.
Pero no sólo lo provocaba,
también lo sabía gritar.
Sabe perfectamente
cómo hacer que duela.
Pero ella le quitó el poder
de hacerla sangrar.
1495
No sé dónde estaba.
Viajando en el tiempo,
pero congelada en un momento exacto.
Esperando a morir.
No sé si me iba
o estaba asesinando al mundo
pero el silencio se volvió absoluto.
Después creí haber gritado,
no lo recuerdo bien.
Sólo sé que luego volví a escribir
y todo murió de nuevo.
1496
Cada día
intento
no sentirme
como todos los días,
pero siempre siento
no haberlo logrado.
1497
Qué paradoja:
sanar duele.
1499
Te extraño tanto
que me rompo en pedacitos
para esparcirlos por todos lados
y olvidarme de tu ausencia.
Me desarmo si te pienso
pero tampoco puedo olvidarte.
Volveré mío
cada lugar nuestro,
y tu nombre se sentirá extraño
en mis labios.
Deseame suerte.
1500
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de nuevo.
1503
En ese abrazo
nos escondimos de un mundo
que no nos quería.
Allí estábamos, fugitivos,
sosteniéndonos el uno al otro,
y distrayendo a las amenazas
para poder escapar.
Qué ilusos,
nunca nos dimos cuenta
de que el peligro éramos nosotros.
Mis pensamientos retorcidos
fueron interrumpidos
por el suave ruido
que hiciste al entrar en mi mente,
derribando mis barreras
y provocando mis eternas muertes;
a tus pies.
Nunca logré que comprendieras
eso que quería que comprendieras
porque vi en tus ojos
que jamás pudiste descifrarme del todo.
Pero a ti te fascinaban los acertijos,
al fin y al cabo.
No me amabas con tu piel,
me amabas con los ojos.
Tus labios inmóviles se sellaban
mientras tu mirada gritaba, cantaba,
rogaba, imploraba.
Mientras tu mirada me recorría las curvas
y vacilaba en cada cuerda vocal.
Gritos ahogados que explotaban mi pecho
y definían el amor sin nombre
pero que llevaba el tuyo.
Me amabas sin decir ni una palabra.
Con tus ojos me lo dijiste todo
más allá de lo que un simple corazón
podría comprender,
en un idioma que no sabía que sabía
hasta que te escuché y te entendí.
Hasta que te pude sentir.
Atrás de los ojos,
tu mente.
Tanto que sabías
y lo poco que me pudiste transmitir.
Conservaste más secretos
de los que te hubiese gustado
pero tampoco supiste cómo hablar.
Si bien te conocía como a nadie,
siempre fuiste un desconocido,
al cual tenía la sensación de nunca
terminar de comprender.
El secreto del amor
no fue tan secreto
cuando me lo susurraste con tus versos.
Ahí entendí
que no quería estar en ningún otro lugar
pero ya habías decidido irte
y
eso sí,
tus ojos no se animaron a decírmelo.
1504
Ese adictivo gesto
de deslizar suavemente los dedos
por entre los cabellos de la persona amada
como si de esa forma estuviese más segura
y esa caricia le despojara de cualquier dolor.
Peinar con los dedos y cerrar heridas
con ese hilo invisible
a través de latidos del corazón
se volvió el mecanismo de defensa
más puro y efectivo.
1505
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1507
¿Y cómo no?
Si su simple presencia
abarrota de lágrimas
a corazones fríos y egoístas
y provoca la sensibilidad
de cualquier hombre sin alma.
Vuelve bellísimo lo feo
y hasta la oscuridad aprende a brillar
cuando ella la incita a bailar.
Quiérela, mundo,
quiérela de verdad
porque jamás habrá ninguna otra
que a la muerte haga temblar.
Se merece ser querida,
se merece tu cariño
porque presta sus latidos
a quienes no han vuelto a respirar.
1508
Nunca existió tal distancia
que la que vi entre nosotros
cuando me miraste, vacío.
1509
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1511
Se enamoró la lluvia de la tierra
y no ha dejado de llover.
El mundo se ha vuelto un furioso océano
que representa un amor sin límites.
Ahora sólo nos queda
mirarnos a los ojos
y así romper el mar en mil pedazos,
estrellándonos en las olas.
1512
Y ella.
Ella era tanto que no la pudiste soportar.
Ella te amó aún cuando amarte le dolía.
Y tratar de describirla
se convirtió en la razón de tus pesadillas
al no poder encontrar las palabras justas.
No querías dormir
porque no podías aceptar
que tendrías que dejar de verla.
Ella fue la razón de tu muerte
pero porque no pudiste asimilar
toda la vida que te brindaba
y te rehusaste a respirar.
1513
Fiebre
de no tenerte;
agobio
de no encontrarte;
agonía
siempre
al pensarte.
1514
Me encuentro vacía
cerrada
callada
sumisa
sola
en esta oscuridad de nadie
pero mía
en esta paz de todos
pero impropia.
Laten lento los sentidos
pero la razón ni asoma
acá
en mi herida
tendida
en la orilla
del silencio que estremece
a cada tonta poesía.
De ese grito sin respuesta
mutan
sombras dobles
que se fusionan siendo una
pero se rompen
y ya no se entienden
ya no existen
ni oscurecen.
Mi cuerpo
se proyecta hacia adelante
anclándose en el pasado
aferrándose
a cada abrazo interrumpido
ininterrumpidamente
en cada universo que alguna vez existió
dentro de mi mente.
Estoy siendo donde estoy
y anhelo ese lugar
en donde sé
que nunca voy a estar.
Acá estoy
en esta muerte tan viva
que acaba con mi vida.
1515
Nuestros cuerpos
limitan diferente
porque no quieren alejarse
quieren permanecer juntos
imitando a algo parecido
al amor.
1516
Huyó a la oscuridad,
a cualquier lugar
en donde su sombra no se proyectase
ni lo intimidase.