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123 Poemas

Este poema recopila 55 estrofas de poesía escritas por Martina Colmegna en Villa Gesell, expresando sentimientos de ansiedad, melancolía, dolor y reflexiones sobre la vida, la muerte, el paso del tiempo y el recuerdo de un amor perdido. Los poemas exploran temas como la soledad, la búsqueda de la propia identidad, y la lucha interna del autor para expresar emociones a través de la escritura poética.

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Martina Colmegna
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123 Poemas

Este poema recopila 55 estrofas de poesía escritas por Martina Colmegna en Villa Gesell, expresando sentimientos de ansiedad, melancolía, dolor y reflexiones sobre la vida, la muerte, el paso del tiempo y el recuerdo de un amor perdido. Los poemas exploran temas como la soledad, la búsqueda de la propia identidad, y la lucha interna del autor para expresar emociones a través de la escritura poética.

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Martina Colmegna

<Villa Gesell; dic 2021>


<2022>

La poesía furibunda
en mi pecho abunda.
La ansiedad inerte
en mi cabeza hierve.

1 bis

Mundo, déjame dejar una huella en ti


antes de dejarte.

Estuviste aquí ayer…


Sí, puedo recordarte.
Permíteme pensarte,
permíteme olvidarte.

Desearía que entendieras todo


lo que no te sé decir
y que, atascado en los huecos de mi alma,
no me deja existir.
4

Perdóname
si algún día
se me da por olvidarte.

Las letras de tinta


plasmadas en papel
acarician mis ojos
cual terciopelo sabor miel.

Tu recuerdo me zamarrea
y tus palabras me tienen cautiva
y a merced del aplastante olvido.

La filosofía
me sirve para ejercitar la muerte
y la poesía
para describirla minuciosamente.

[Y el silencio
me sirve para olvidarte.]

Las puestas de sol


son hermosas
pero tristes
porque simbolizan
un final.

[Que nuestra puesta de sol


no llegue nunca.
Que no caiga la noche
entre nosotros.
Vivamos nuestro eterno día
y compartamos poesía.]

Tengo el alma en pedazos


y esta condena
va a acabar por matarme.
Porque el tiempo
me regala un abrazo
que termina por ahogarme.

10

Estos golpes
dentro del corazón
salen siendo lágrimas
junto a incontenible pasión.

11

La libertad
es el salto insaciable de tu corazón
ante la inmensidad del universo
a sabiendas de que nada podrá atar tu alma
nunca más.

12

Qué agónico
es observarte de lejos
presenciando esta lenta muerte
a la cual me encamino.
Tu mano sobre la mía
pero desprendiendo polvo
ante la ausencia del tiempo
que atosiga y mutila.
Intento ahuyentar
esta angustia cruel que se manifiesta
pero sólo queda un dolor latente
que me intoxica de manera despiadada.
¿Sabes qué es lo peor de todo?
Que tú eres tan ajeno a esta muerte
que me acecha de noche
y que lleva tu nombre…
13

Vivo en un constante
extrañamiento.
Me duele lo que antes era parte de mí,
ya no lo entiendo.

14

¿Quieres un mundo nuevo?


¿Quieres pasión, amor, color?
¿Quieres sanar, bailar?
¿Quieres sentirte vivo nuevamente?
¿Quieres comprenderte,
descifrarte?
¿Quieres permitirte llorar?
¿Quieres darle voz a tus gritos
y nombre a tu dolor?
¿Quieres armarte tras el caos?
¿Quieres paz y guerra al unísono?
¿Quieres irte bien lejos sin moverte?
¿Quieres, incluso, aprender a volar?
Bien,
dame tinta y papel,
que yo me encargo.

15

El mundo late,
y muchos tropezamos.
16

Y cuando muchos morimos,


muchos otros nacen.
¿Cuándo será mi turno
de nacer?

17

Escarbo en mis pensamientos


con desesperación.
Rasgo mi piel
e irónicamente pretendo sanarme.
Cierro mis heridas al abrir nuevas.
Quizás la respuesta esté
en el inocente daño.

18

Las preguntas me interrumpen,


irrumpen disparatadas en mi mente.
En cuanto me percate,
me habré pasado toda mi vida preguntándome
en vez de viviendo para hallar respuestas.

19

La arena huye entre mis dedos


como si estuviese escondiéndose de algo
que la atormenta.
La dulce luna es testigo
de lo que las aguas furiosas me relatan,
golpe tras golpe,
con una determinación envidiable.
Me persigue la tormenta
pero yo continúo ajena,
sorda en su totalidad,
desbordante de sentimientos.
Me paraliza el cuerpo
la frescura del agua
y contrasta con la eterna hipotermia
de mi alma.
Todo en mí se está muriendo.
Me marea el desdén
del océano
y se arremolinan mis
inútiles pretensiones
de supervivencia.

20

Podría haber elegido


miles de formas
para expresar emociones,
pero elegí las letras.
Captar las energías,
vivenciarlas
y lograr describirlas.
Es este un don
que pienso personificar
con gusto y orgullo,
con pasión y amor
hasta el fin de mis días.
21

La pasión enletrada
es la más bella de todas.
¿Quién logra provocar gritos
a través de simples escritos?
Ojalá pudieras entenderme.

22

Entre palabras,
símbolos
y escritos,
me encuentro con mis libros
y poetas perdidos.
Húndete en mi mundo de papel,
aquí estarás protegido.

23

Inspiración de tinta
que me volviste esclava de tu poesía
ahora me permites liberarme
pero prefiero quedarme cautiva.
Aquí el ruido tiene sentido,
y puedo volverlo letras.
No me afecta estar prisionera
mientras me protejas.
24

No toques un alma si piensas irte.

25

Me conformaré con las sobras


que dejaste tras de ti
al marcharte.

26

La gente me pregunta por mi nombre


y yo respondo
que soy demasiado joven
como para saber quién soy.

27

La melancolía
pinta de gris los recuerdos
de los días más felices
que te hicieron sentir eterno.

28
Sinceramente,
ya no tengo fuerzas
para seguir siendo
eso que vos querés que sea.

29

La inminente muerte me espera


del otro lado de la puerta.
¿Por qué tengo tantas ganas
de abrirla?
Yo y esta obsesión que tengo
con abrir las puertas cerradas
que no ceden, pero sí atormentan.

30

Evitar pensar en la muerte,


huir de su pensamiento,
nos tranquiliza.
Qué tontería,
como si eso la ahuyentara.
No se puede escapar de ella.
Nuestro encuentro está sellado.

31

¿Por qué siempre uno tiene que decidir


entre irse o quedarse?
32

La felicidad
es el único sentimiento
que para experimentarlo
se tiene que no saberlo.

33

No soy nada
y nunca lo seré.
No fui nada
y por eso me enterré.

Ya me enfrenté al tiempo
y este su veredicto dio.
No tengo remedio
mi futuro murió.

34

Me duele.
Me arde.
Me aterra existir.
Doy vueltas,
me caigo,
no puedo seguir.
35

Mi destino ha muerto
¿Qué más queda por hacer?
Le lloro al tiempo,
él no va a retroceder.
La muerte se observa,
la muerte se escribe.
Se detalla su esencia
y se le escapa a su presencia.

36

Hay murmullo,
tumulto,
voces
y vida.
Y luego pienso
¿Qué hago yo aquí?
Me siento perdida.

37

Entretejo recuerdos
para así
beberme mi tejido conjuntivo
con lágrimas desbordando.

38
El mundo tan volátil
que me rodea.
Mi alma frágil
merodea,
encerrada en un vaso
que se cierra sobre sí mismo
y limita mi libertad.

39

En aquella esquina
de Villa Gesell
cae el atardecer
y se esconde el ruido.

40

Un corazón perdido,
un destino molido,
el mundo me ha mordido
y a la mitad me ha partido.

41

Dedicamos nuestra vida entera


a descubrir quiénes somos
pero nos perdemos en el camino
y no hay retorno.
Este largo recorrido
nos despedaza a mordiscos.
Anticipo mi muerte
¿no es esto el destino?
Aún no me encuentro
pienso en rendirme.
Me duele la búsqueda
sólo queda reírme.

42

Mi intención es hablar,
gritar,
vaciarme por completo.
Pero termino optando
por desaparecer por un tiempo.

43

El tiempo pasa
las aguas cambian
la vida se renueva
y yo continúo ahogándome
siempre en el mismo río.

44

Intento derribar
las paredes que me oprimen
y construir puentes.
Pero es muy difícil
si primero no te deshaces de tu mente.
45

Esa devastadora sensación


de haber corrido con todas tus fuerzas
y darte cuenta que no te moviste en absoluto
y sigues atascado
en el mismo lugar.

46

Hasta lo más cotidiano


se volvió extraño.
A quién engaño
tu eres a quién yo extraño.

47

Las vueltas de la vida


los rincones entrañables.
Hallo luz en donde hay sombras
escribo hasta cansarme.

La razón fría
pienso tomarme.
Sorbo va,
sorbo viene.
Por fin este ritual
ha conseguido inspirarme.
48

Se enfrentan el bien y el mal


el veredicto, de tinta será.
Rasgo el papel
arranco las estrofas.
Balas de puntos suspensivos.
Ahora, el final es el mío.

49

Sombras olvidadas,
apiladas,
desterradas.
Qué oscuro está el mundo
recuérdenle que aún avanza.

50

Desgarro las hojas


arranco las palabras
escurro las letras
y nado en las sombras.

51

Me detengo en un punto,
aquí la tinta se corrió.
Se confunden los signos
la lapicera se mareó.

52

Dejas una huella


y esta te aplasta.
Me quiero comer el mundo
pero este muerde y arrastra.

53

Y si la vida es bella
¿Por qué la siento tan drástica,
trágica,
dramática?
¿Por qué me duele ser parte
de este camino con final?

54

Late mi corazón,
lento,
tranquilo.
Al compás del viento,
al compás del tiempo.

55
Y en cuanto la vida se vuelve
disparatada,
yo disparo.

56

Como ya no puedo odiarte,


voy a amarte
con locura
y sin que me veas.

57

La muerte
es la única experiencia
que no puede ser narrada
en primera persona.

58

La vida tan difusa


entre tanta porquería.
Se nos acaba
y no nos damos cuenta.
Hay tanta furia contenida.
La única manera
de salvarnos
es con poesía.
59

Nos atormenta
la finitud incuestionable.
Nos tortura
saber que tenemos un final
que espera por nosotros.
Pero, a su vez,
rogamos
para dormir y no despertar.
Porque otro día
no podremos soportar.

60

Todo lo que conocemos


es dolor;
todo lo que queremos
es amor.

61

Tengo una obsesión


con ver el final de las películas.
¿Cómo haré
con el final de mi propia vida?

62
Hay un fuego
adentro mío
que vuelve cenizas mi alma.
Pasión azul, rojo y amarillo.
Es imposible
mantener la calma.

63

Qué irónico:
nos damos cuenta
que fuimos felices
cuando ya no lo somos
y simplemente recordamos.

64

Y en el ejercicio del saber


uno apaga la luz
sabiendo que al final
nada va a comprender.
Porque cuanto uno más sabe,
más se cuestiona.
Estando a solas con mi mente
tengo las de perder.

65

Perdida
en este callejón
que estimula a perderse.

66

Y cada segundo que pasa


vamos siendo olvidados.
¿Cómo seremos recordados
si hasta nuestras huellas desaparecen?
Nuestro paso por el mundo
es borrado por este mismo
y su viento indomable.

67

La otredad quema.
¿Por qué se la abandona
en vez de prenderse fuego con ella?

68

Mundos,
culturas,
colores,
idiomas,
sentimientos,
pasado,
futuro,
pensamientos,
sueños,
presentes existentes
e inexistentes.
Historias,
lágrimas y risas.
Afirmaciones, negaciones.
Emociones atragantadas.
Todo eso,
en un simple libro.
Eso es magia.

69

Y aquí,
en las letras,
se encuentra
el pasaje,
la bisagra,
la transición,
la puerta,
entre mi muerte y mi vida.

70

Qué devastador
es ver los efectos del tiempo
sobre las cosas.
Al principio imperceptibles,
pero luego detonantes.
Realmente angustia ver
no solo cómo envejecen las personas,
sino ver envejecer lugares.
Que lo que era
ya no es
y no va a volver a ser.
Qué devastador
el paso del tiempo,
el tiempo
y el tiempo que lleva
su paso.

71

Hace tanto
que no soy yo
que ya me olvidé cómo era serlo.
Ya me olvidé cómo ser.

72

SER.
Tan fundamental
pero complejo.
Duele no serlo.
No serlo ¿también es ser?

73

Veo gente alrededor


eso quiere decir que yo soy el centro.
¿Por qué?
¿Por qué no me siento el centro?
¿Por qué me siento ajena
a mi propia historia?

74

Me siento huérfana
a causa de mi propia ausencia.

75

Pena de lejos
y de cerca.
Muerte que se abre y se cierra.
Destino que acaba al comenzar.
Reloj que marca las doce
y una herida que cicatriza
para no volver a sangrar jamás.
Poeta que espera pacientemente
para cazar su poema al vuelo.
Atardecer que se derrite en la luna
junto con las estrellas
que encierran historias.
Puertas que no ceden.
Una esquina
que se vuelve vieja
anhelando entrelazar destinos.
Pasión que se vuelve polvo,
recuerdos que se decoloran
y las pisadas que se superponen.
Un viento que se enfría
y un miedo que se achica.
Y, detrás de todo eso,
yo, escribiendo lo imposible.
76

Aquel momento
en el que te das cuenta
que aquello que tanto te aterraba
ya pasó.
Y sigues vivo.
Respirando.
Eso es la vida.
Sobrevivir.

77

Déjenme gritarle al mundo


quién quiero ser
antes que este decida por mí.

78

Me hundo al amarte.
Me duele este agarre.
Mi corazón, destrozado
se rehusa a olvidarte.

79
Sí, te amo en silencio,
pero no te imaginas
el ruido que hay
en mi cabeza.

80

Siempre hay un antes


o un después.
Nunca un ahora,
y ese es el problema.
Nos anticipamos
o nos arrepentimos.
No vivimos.

81

La existencia
se sabe finita
pero la angustia
se vuelve infinita.

82

Me quito la piel
y muestro el corazón
a cada paso que doy.
A este mundo
le hace falta más amor.
Y hablo del amor desinteresado,
natural,
fraterno.
Al mundo le hace falta más amor.

83

Me desgarro
imaginando cuánto más
puedo aguantar,
pero mis signos vitales
comienzan a fallar.

84

Las pieles se pliegan


se arrugan
se queman
se manchan
se estiran
se irritan.
Se acarician,
se admiran.
O se gana
o se pierde.
Pero la piel es siempre piel:
o un hogar o una jaula
a la cual se debe ser fiel.

85

Y allí,
en el fondo de las brasas,
puedo ver.
Puedo verme.
Achicharrada
y sin alma.

86

Repito siempre que ansío recorrer el mundo.


Pero ni hablar de las veces que el mundo
me recorrió a mí.
Me pasó por encima,
me pisoteó de principio a fin.
Me saltó y me destrozó.
No se detuvo para que yo sanara.
Pienso devolverle el favor.

87

Tengo tantas expectativas


que me da miedo no lograr cumplirlas.
El mundo se ve tan brillante
pero a su vez tan desafiante.
Escucho que me llama.
Aún no estoy lista.

88

Me asusta el movimiento
porque emana vida,
y yo estoy tan carente de ella,
quieta y en silencio.

89

¿Qué le pasa al mundo?


Todo se cae a pedazos.
Hace falta mucha poesía
para secar lágrimas y cerrar grietas
(¿o abrirlas?)
Para encontrar la llave
que hace falta
para comprendernos.
Para abrazar el dolor
y sembrar el amor.
Hace falta mucha escritura
para darle sentido a las palabras
y para motivar a actuar.
Lo que hace falta
no es sólo observar el desastre
sino hacer algo al respecto.
Sembremos un mundo
en el que podamos vivir.

90

Recuerda mi risa,
mi timidez.
mi pasión,
mis abrazos,
mi presencia.
Recuerda mi agarre,
mi sonrisa,
mis miedos.
Recuerda mis dudas,
mis gestos,
mis lágrimas.
Recuerda mi fuerza,
mis bailes,
mis comentarios y desenvoltura.
Recuerda el sonido de mi felicidad,
y mis palabras en mis momentos de paz.
Recuerda mi ayuda,
mis intentos,
mis errores
y mis motivos.
Recuerda mi voz.
No te olvides de mis indescifrables silencios,
de mi esencia,
ni del débil brillo en mis ojos.
Mientras te acuerdes de mí,
todo estará bien.

91

Las cosas duran lo que tienen que durar,


que a veces no es
lo que queremos que duren.
Todo a su tiempo,
el universo escucha.
El universo habla.

92

Uno. Dos.
Tres. Cuatro.
Cuento,
y se me descuenta tiempo de vida.

93

Alma mía.
Intentas ser buena persona
y, en el interín,
se te va la vida.

94

¿El tiempo se renueva


o a cada segundo
se vuelve viejo con nosotros?

95

Caída libre.
A la deriva,
en busca de la verdad
que es mentira.

96

El viento me saluda
y me atraviesa.
La vida se vuelve cruda
y yo permanezco muda.

97

La tranquilidad
de estar sentado en un banco
a la luz de la luna
con las venas abiertas
y temblando de pena.

Y con la soga al cuello


los ojos brillan
el corazón late
y la piel respira.

Se atraganta
el sentimiento
y uno se reencuentra
con el viento.

Se está vivo
¿por qué se intenta
acabar con eso?

98

¿Qué hay más allá


que mis ojos no permiten que vea?
Me siento foránea
en este mundo tan fugaz.
99

Te encuentras
pendiendo de un hilo,
desgarrándote los dedos
y manteniendo la cordura.
La ansiedad
te atraviesa los sentidos,
te carcome el pensamiento.
Estás exhausto
habiendo dormido.

100

La quemazón en la lengua
por un café caliente.
La canilla que gotea,
persistente.
Y unas voces que no se callan
en mi mente.

Tarde fresca,
tarde plena.
No alcanza el tiempo
para lo largo de la pena.
Para lo amargo de la espera.

101

Intento ser mientras no soy.


102

Y como estrategia de supervivencia


te escribo versos
que nunca vas a leer.

103

Esta rima latente


desemboca
en una herida permanente.

104

La oscuridad
como testigo
de mi sobriedad.
Duele desencajar
Duele intentar y fallar.
Y más cuando por la noche
lo intento remediar.

105

Je te veux- Erik Satie

Me hace acordar al amor.


Pero un amor que se acaba.
A un último baile quizás.
Ambos saben que el tiempo se les está acabando.
Saben que no van a volver a verse,
pero eso no es impedimento
para sentirlo todo una última vez.
Se miran a los ojos y se escuchan,
se lo dicen todo sin decir una palabra.
Sus recuerdos resuenan con fuerza entre ellos,
quienes no quieren soltarse,
pero saben que son arrastrados con fuerza.
Que su amor les es arrebatado.
Aún así gozan de este baile.
De este último instante eterno.

106

La muerte
angustia en todas sus formas.
Esa ausencia,
ese vacío que queda en el pecho
tras una pérdida
aparece en los momentos menos oportunos.
Si bien no tenemos poder sobre el destino
sentimos que podríamos haber hecho más.
Surge el arrepentimiento,
surgen las lágrimas.
Te encuentras rogando
por unos segundos más de vida
de aquella persona.
Lo que le sigue a esa fase del duelo,
es la superación.
El vivir sin esa pieza.
El continuar con la frente en alto.
La imagen de nuestro ser querido
nos sostiene.
Nos da fuerzas.
Porque el amor trasciende.
Está bien que duela,
pero se debe sanar.

107

Y aquí me encuentro
en acto y en potencia.
Siendo, pero con la posibilidad de ser otra cosa.
Transformación, cambio.
Metamorfosis.
Abandono y reencuentro.
Instantes de guerra y paz repentina.
Alivio tras el tacto de una superficie sólida.
En este instante me considero un ser,
pero un ser que no ansío ser.
A lo lejos
me espera otro ser el cual no soy,
pero puedo ser y seré.

108

Y siempre que quieras agradecer,


agradece con tu vida.

109
Voy hacia el cielo
en busca de una rima
que rime con mi alma
y con la eterna vida.

110

La Fe se siente,
no se entiende.

111

Busca, revuelve
entre mis cosechas.
No hallarás más
que viejas palabras
y dolorosas brechas.
Allí está la fisura
que tanto me acecha.
Pienso arrancarla toda
y dejarla maltrecha.

112

Basta de incertidumbre y vacilación


que no habrá hombre alguno
que alcance la salvación.
113

Y en aquellos lugarcitos
por los que fuimos caminando
reconoceremos nuestra propia historia
y todo lo que fuimos dando.
Inmediatamente,
nos sentiremos en casa,
fieles al cielo y a nuestro llamado.

114

La entrega y el servicio
simbolizan sacrificio.

115

Todo esto que hoy me pasa


y que no puedo comprender,
me carcomerá el pensamiento,
entre líneas intentaré entrever.
Me iré sin haberlo descubierto,
supongo.

116

Busco confidencia
de parte de mi alma.
Porque esta propia ausencia
me parte y me desarma.
117

Realmente siento algo muy fuerte


y no puedo permitirme seguir.
Lo único que me queda
es alentarme a escribir.

118

Me siento viva
y me dan náuseas.
Mis venas finas
se enredan con elegancia.
¿Qué es este sentimiento aplastante?
Me atormenta no ser parte.
Cuando lo soy,
huyo a través del arte.
Se marchita esta puerta
que no pienso abrir.

119

Cóseme las heridas


que se vuelven tierra
ante mis huellas ruidosas.

120
El mundo es caótico
pero eso no le quita la belleza.
En su desastre hay esperanza
hay algo poético en eso.

121

La poesía
es un poderoso nacimiento
que contiene ideas
a las que no le ha llegado su hora.
Se encuentran a medio florecer
esperando a ser encontradas.
Palabras concebidas
y letras engendradas.
Imágenes gestando
en mentes pensantes.
La poesía es un mensaje prematuro
que se define al escribirse.
Se hornea una idea
que será simulando ser.
La poesía es el futuro
anclado en el presente
relatando el pasado.

122

Está bueno
delirar un poco
cada tanto.
123

Uno es
cuando pretende ser
algo totalmente diferente.

124

Llegamos a este mundo


para ser lo que estamos destinados a ser
y muchas veces
somos lo que negamos ser.

125

¿De dónde venimos?


¿Hacia dónde vamos?
La insoportable existencia
entre signos de pregunta.

126

La poesía
se rinde ante la rima
del silencio.
Le escapa al vacío
del humano inhumano.
127

Si corro,
¿le ganaré al tiempo?

128

¿Podré cambiar el mundo


con mis letras?
¿Me recordarán?

129

Uno dice estar seguro de quién es.


Pero
¿Soy quien creo ser?

130

Se ahogan las almas


en un tejido de pieles.
¿No las oyes clamar
tan rotas y débiles?

131
Mis temblorosas letras
acabarán con el temblor del planeta.
Porque son fuertes
porque son reales.
Porque dicen verdades
y curarán males.
Porque cierran heridas
y unen mitades.
La respuesta a todo mambo
es mi poesía.

132

Para escribir
necesito ser fuerte
y escribir
me fortalece.
El único círculo vicioso
del que no quiero salir nunca.

133

Las cargas ajenas


suelen pesar más que las propias.

134

Aquellos momentos
en los que te cueste respirar,
es cuando más
tendrás que amar.

135

Me asusta amar
porque para hacerlo
tendré que amarme primero.

136

El cuerpo pesa.
El dolor no cesa.
Todos los sentimientos
esparcidos sobre la mesa;
y con certeza en los labios,
el alma me besa.
Me duele la cabeza,
me estiro con aspereza
pretendiendo huir de lo que soy
pero no quiero ser.

137

Pienso que pienso


mientras estoy pensando
en dejar de pensar.

138
Los recuerdos entrometidos
se me meten en los huecos
del olvido.

139

Los momentos
que me gustaría que vuelvan,
no vuelven.
Y si volviesen,
terminarían por matarme.

140

Voy de pozo en pozo,


buscando cosas,
encontrando otras.

141

2022
Este nuevo año
pienso gastarlo enterito
escribiendo sin parar.

142
Uno piensa
que, si se equivoca,
no hay camino alterno
para remediar lo hecho.
Lo que uno no sabe
es que son más los caminos que emergen
tras el tropiezo.
Uno, al caerse, aprende.
Y las posibilidades se multiplican.
Hay que seguir al frente.

143

Duele adueñarse
de un alma sin nombre.
Duele pisar
en donde ya había huellas.
Duele perder cuando se estaba ganando.
Planeo escribir más,
me estoy enfermando.

144

La idea de fraternidad
va quedando en el olvido.
¿Hacia dónde vamos, humanidad?
No cometamos fratricidio.

145
Y con su aguja,
el tiempo
descose nuestros retazos.

146

Estas piezas disímiles


vuelven a este rompecabezas
un conjunto divergente de esencias
luchando para comerse entre ellas.

147

Fondo blanco de estas letras.


Me queman la garganta.
Termino ebria de palabras,
de este licor que canta.
Aquí estoy yo
con esta alma vacía,
simulando estar sobria
embriagada de poesía.

148

El buen hombre
está siendo olvidado.
La moral tiene hambre,
se come nuestros pedazos.
149

Mantenme alejada,
poesía,
de la crítica y la estética.
No pretendo encajar,
ya para eso tengo mis letras.
Quien quiere que me lea,
y quien no,
que no vuelva.

150

Hay tanto ruido en el mundo


que cuando llega el silencio
nadie está escuchando.

151

Palabras sin fondo, vacías, sin ruido;


eso es lo que somos.
Letras quietas
y sin ningún motivo.
Cómo quema el no ser nada
mientras se está pretendiendo ser.

152

Abunda el caos
en cuanto cierro los ojos
rodeada de llantos
y calma engañosa.

153

En la repisa
hay tanto que observar.
Tantas historias, tantos momentos.
Todo eso,
quiero y debo recordar.

154

Llueve.
Gruesas gotas
me sorprenden.
Arremeten contra mi piel.
Fría lluvia, me hacés bien.
No puedo comprender
cuando miro al cielo y no está lloviendo.
La lluvia
que tanto me defiende,
soy yo,
y de ella estoy huyendo.

155

Y, por lo visto,
el mundo no tiene intenciones
de notarme entre tantas respiraciones.

156

Qué valiente
la gente
que dice lo que siente
sin temerle a la respuesta
de tacto tan caliente.

157

¿Por qué
tanto miedo
de amar?

158

Palabras huecas
que esperan ser habitadas.
Si se pronuncian,
se rompe el significado.
Se desconocen
y se reescriben.
Se posan dulces
en las entrañas.

159
La juventud
se marchita
junto al reflejo
de los años vividos.

Los recuerdos,
ya hartos de ser recordados,
rompen con el silencio
y terminan enredados.

160

El hombre,
despojado de inmortalidad,
se sabe mortal,
se sabe especial.

161

Las letras se confunden


se invierten al llorar.
La pluma las persigue
y su tinta se corre.
No se puede remediar.

162

El alma prisionera
en el cuerpo inmortal,
ruge y se desespera,
arde el cielo celestial.

163

Se respira el instante
que conmueve con su final.

164

Me muero
y es tarde
persigo al horizonte
que no me espera
y se vuelve agonizante.

165

Aquellos deseos
desterrados;
no hay lugar
para su huella.

166

El alarmante llanto
del arte
¿A dónde iré si ya es tarde?
167

Quedan por delante


muchas noches
sin días ni antes.
Los segundos revientan
en pasos sedientos de ser.

168

Cuando éramos niños


la muerte
era simplemente una palabra.
Ahora comienza a ser la nuestra
y se vuelve un vuelo
que adoptamos
dejando todo atrás.
Desplegamos las alas
pero cerramos los ojos.
La luz reposa
en las tinieblas.
Lo que ahora solloza,
resurge y se enmienda.

169

Las sombras se vuelven sombras


y los cantos,
ecos que abomban,
caricias que asombran.

170

Quien no se deja ayudar


provoca su propia muerte
antes de morir.

171

Y en este estado taciturno


la pena se vuelve muda
me encuentro esperando mi turno
para conversar con la duda.

172

El ser humano
envuelve en un tierno abrazo
los susurros del ocaso
y los vuelve polvo
en las cornisas de su mano.
Todo lo que no quiere perder
se vuelve víctima
de su desesperado envolver.
Porque cuando algo se sostiene
no se quema ni se pierde.
173

En las costas sin verano


se desdibuja el silencio,
indescifrable,
en su lenguaje inentendible.
Se aglomeran las pasiones
y resurgen más fuertes que antes.
La inmensidad se reduce
a un pequeño instante.

174

Un cosquilleo
que despierta
sensaciones de deseo
ante la luz alterna
y el dulce incendio.

175

La discordancia
en los latidos.
La tierra brilla
siempre que nos sentimos perdidos.

176

Árboles que en algún momento


han sido semillas.
Pero han crecido
han sufrido,
y en sus ramas albergan generaciones.
Sus raíces simbolizan su paso por el tiempo
y encierran miles de años en simple madera.
Vivos, nos asombran.
Aún muertos
nos sacian.
De su esencia
vienen los muebles,
vienen los libros
y viene el oxígeno del que subsistimos.

177

Semillas que anhelan ser árboles.


Letras que se juntan para formar palabras
y así ser más fuertes.
Un sueño que se vuelve imperio
y una sílaba que quiere ser canto.
Llama que desemboca en incendio
y cuerpos que arden en deseo
forzando el llanto.

178

Quema este
estruendoso silencio.
Esta preocupación sorda
y fingida empatía.
179

Esos oleajes indefinidos


que definen nuestra alma.

180

Se cierra lentamente una persiana


que le quita sonido a las risas
y las congela con su brisa.
La vida después de la vida,
algo muere y resucita.

181

Mi alma
respira y suplica
para volver a ser lo que era
pero no puede volver a ser.

182

Acaricio las superficies,


inhalo vida,
recargo mi energía
con los pies firmes en el suelo,
recordándome constantemente
que estoy viva.
El mundo no será lo que me gustaría
pero al menos es mío
y me permite escribir poesía.

183

Mi dolor
elige como refugio
esos lugares
que preferiría olvidar.

184

Soy una catástrofe


que cae eternamente
en el precipicio del tiempo.

185

Es nula la posibilidad
de salir viva
de este laberinto que se cuestiona a sí mismo.

186

Mis heridas
se agrandan con la indiferencia
del tiempo y su soberbia.
187

Los interrogantes existenciales


dejaron sus abundantes huellas
del recorrido dentro de mi cabeza
a cada hora, a cada momento.

188

Esperaré paciente
para que me fusilen, radiantes,
las ganas irremediables que tengo
de escribir a cada instante.

189

Me ocupé de cambiarle la piel


a aquellas pretensiones ilusas
producto de las tardes grises,
y consecuencia de las latentes cicatrices.

190

Olvidate de las palabras,


no saben lo que dicen.
191

La belleza
de no ser comprendido
pero no necesitar serlo
y no sentirte solo en el camino.

192

Estoy entumecida
en las encrucijadas del destino.
Caminé y llegué al final del camino.
¿Y ahora qué?

193

Las preguntas
ya se hartaron de preguntar,
de preguntarse,
de preguntarnos.

194

Este sentimiento
no fue adrede.
La mortalidad del ser
me invadió,
y antes de lo previsto,
me consumió.
195

La reflexión
a altas horas de la noche
alumbra esos callejones perdidos
escondidos por el viento
y árboles de gruesas raíces.
Aquellos lugarcitos
olvidados por el olvido.

196

Aquel momento en el que amanece la noche


y el tiempo se termina,
duelen mis rimas.

197

El todo se siente la nada.


Un vacío lo llena
y se termina lo que tendría que haber comenzado
pero no lo hizo.

198

La amargura de la duda
de inquietud aguda.
La incertidumbre de ser
y el miedo a no ser.

199

Muchas veces pienso


que habría podido
de no ser por vos.

200

Florece el amor
en donde la tierra late
y en donde no hay lugar para el olvido
ni para su fuerte agarre.

201

Un espejo
se hace trizas.
Mi reflejo
se pierde en las cornisas.
Lo busco con prisa,
pero ya no hay salida.
Se confunden las verdades,
ya no riman las mitades.
No hay más compatibilidad
entre mis otros iguales.
202

Luz que se apaga


pero que ilumina
el principio de los sueños
bordados en la almohada.

203

Nubes ligeras
que aprisionan ideas.
Fuertes lluvias y mareas
dentro de sí albergan.
Se mueven inquietas,
algunas veces más veloz que otras.
No muestran sus grietas,
por más que estén rotas.

204

La búsqueda de riqueza
empobrece el alma.

205

Por el entramado de la historia


se arrastra mi memoria.
Tan ajena a los hechos,
acostada en su lecho.
¿Logrará descubrir
quién es
antes de ser olvidada?
Antes
de ser
historia.

206

Si no puedes sanarte,
intenta sanar a otros
en el intento.
Amar sana.

207

Lo que se mantiene vivo


desde un único lado,
terminará por morir.
Lo que se mantiene a flote
desde una sola parte
terminará por hundirse.
Lo que no se cuida, perece.
Porque el olvido es grueso
y su veredicto pesa.

208

Lo que sana,
previamente,
se construye.
209

El viento quieto
me permite observarme
con el corazón abierto.

210

En tiempos de rebeldía
aprieto los dientes
y escribo poesía
para comprender lo que mi alma siente.

211

Estas cadenas,
que resuenan y rechinan,
lastiman mi corazón
y no puedo sentir las rimas.
Ansío liberarme
y darle nombre a cada amarre.
Pretendo correr
sin prisión y sin agarre.

212

Es tan irónica
la suavidad
con la que las agujas del reloj se mueven
a comparación
del efecto detonante
del tiempo.

213

Volví a leer.
Volví a leernos.
Es tan aterrador
cómo uno crece.
Ahora te respondería
tan diferente.
La madurez emerge
y uno no lo entiende
hasta que ya la siente.
Hasta que la adopta.

214

Mirar hacia atrás


y ver todo el camino recorrido.
Todo tan difuso.

215

La frescura de la lluvia
me empapa de dudas
y conceptos emergentes
que me ruegan ser usados
en mis poemas latentes.

216

Me dijiste
que no soportabas la idea
de que terminara con mi vida
y vos me la estás quitando
abriéndome las heridas.

217

Una radio vieja


repite sin cansancio
la melodía sin ritmo
que se va perdiendo en el aire
y se derrite en mis hoyos vigentes.
Si se la ignora,
se vuelve insistente
hasta que oyes
eso que quiere que oigas.
El daño rebusca entre mis memorias
alguna hendija por la cual colarse.

218

La nieve
de un blanco perlado
encerrada
en un hueco enrejado.
En cuanto abro mis ojos,
su latido se derrite asustado.

219

Me quiero reencontrar
con mi viejo yo
en una terraza en París.
Preguntarle
cómo se siente
y anticiparle
cómo será.
Decirle que no es todo tan malo
y que el mundo brilla de vez en cuando.
Que nada es en vano
y que es todo más fácil si se está amando.
Que llore y que ría,
que baile y que viva.
Pero por sobre todo
que nunca
deje
de escribir.
Que esa será su arma
contra lo que está por venir.

220

Que unas finas letras


muten
y se conviertan en Biblias enteras.
Que un pequeño cuarto
crezca
y se convierta en todo un planeta.
Que una insignificante llama
se propague
y se vuelva un colosal incendio.
Que un diminuto verso
florezca
y se convierta en un enorme poema.
Y que una simple historia
se desenvuelva
y se convierta en una gran leyenda.
Porque si de la mente depende,
la vida se vuelve eterna.

221

Grietas tétricas
en las paredes
que vuelven polvo
la piedad.

222

¿Qué pasa
si se deja de oír
cuando se debe escuchar?
¿Está permitido rendirse
cuando más se espera de tí?

223
El acolchado que me abriga
es áspero
y me lastima
cuando intento soñar.

224

El presente arrugado
dentro de una taza.
Bato con fuerza
agachada en mi terraza.
El futuro se ha roto
dentro de mis pupilas;
y el pasado marcha arrepentido
mientras el paraíso titila.

225

Un canto melancólico
que, dulcemente,
gime y llora,
ruega e implora
anhela y añora,
venera y adora.
Cuando acaba,
se vuelve un instante
que roza el ahora.

226
El futuro
ya está aquí,
atrapado en mi retina
tras una brisa vespertina
que lo vuelve pasado.

227

Una picazón en el espíritu.


La muerte reducida en una película.
Un grito adictivo.
Tacto suave en la clavícula.
La sensación de estar pero no sentir.
Un libro que me absorbe
pero que aún no abrí.

228

Un almohadón mullido
me permite recostar mi cabeza
pero me impide descansar.
Porque las plumas en su interior
son de los pájaros
que albergo yo;
y que aún no han aprendido a volar.

229

Qué hermoso es
tener en mente
un poema
que aún no nace.

230

Los escritores
le otorgamos la vida
a lo inexistente
y se la quitamos
a la muerte.

231

Me parece muy bello


el cuerpo humano
en la oscuridad.
Su contorno sombrío
y su flexibilidad.

232

Las figuras enmarcadas en la luna,


sentimientos aglomerados
y destellos que provocan amargura.
Termino por comerme a bocados
las conclusiones a las que arribo
a horas del ocaso
junto a mis pensamientos intrusivos.
233

La vida contemplativa
acaricia el alma
con unas garras emotivas.

234

No permitas que,
en tu vida,
la muerte tenga más vida
que la propia vida.

235

Nunca supe
qué era lo que mi alma quería decirme
esa vez que el mundo nos interrumpió.

236

Delgada hoja de papel


que, a mi paso,
se arruga tanto tanto,
que se vuelve ilegible
su letrado canto.
237

El mundo cruje
cual tostada que quema
y uno le huye
al ardor en la lengua.

238

Ante el aburrimiento
hago figuras con las sombras
en la pared que observa
y estas desaparecen
cuando me quedo sin ideas,
y la pared se vuelve ciega.

239

La luz del universo


me provocó esta ceguera
de la cual escapo en verso
y junto a mi lapicera.
Escribo el miedo,
escribo la escritura
pretendo que me arropen
mis letras y la pena.

240

Abro los ojos


pero, aún así,
no puedo ver.

241

El césped que aúlla


vuelve a mi tendón pedazos.
Se ha vuelto una lucha
el verde contra mis brazos.

242

La furia contenida
desprende cacerolazos.
El choque de las palmas abre heridas
que se deshacen de cualquier lazo.

243

En la vertiente del dedo índice


se encuentra la última esperanza
cual débil luz de tonos grises
como tormenta que viene y pasa.

244

Aquella escalera
fue testigo
de aquel abrazo con sabor a despedida
y aquella sonrisa como último adiós.

245

Mis anhelos se hacen trizas,


se deshacen en el aire.
Sólo se oyen pocas risas
que no le pertenecen a nadie.

246

Esa puerta corrediza


desde donde se divisan
los bocetos y las tizas.
La nada no me dice nada,
y termino aquí,
pensando en nada,
sintiendo nada.

247

Es como si me esperara,
paciente,
en un andén abandonado
en algún lugar de mi memoria.
Alguien que me avise
que no voy a volver.
Lo que es pasado
ya es historia.
248

Un fuerte trueno
ensordece al mundo
y, de esa forma,
perdemos el rumbo.

249

Catorce son las veces


que me desperté antes de dormir
y que recé ante el porvenir.

250

“Buscando el bien de nuestros semejantes,


encontramos el nuestro”
Platón

¿Por qué sólo pensamos


en nosotros
habiendo tantos hermanos
por quienes desvelarnos?

251

Arden esas llagas


en donde antes había fuego
y ahora hay cenizas.

252

Aquel
pensamiento cruel,
no podrás
escapar de él.
Piénsalo,
obsérvalo
que a la noche le es fiel.

253

Encontré plasmado
en el sol de la tarde
todo el amor
que jamás pude darte.

254

Ansío perderme
en el tic tac del tiempo.
En esta imagen eterna
que se deshace entre tanto viento.

255
Tanta gente simulando
no pensar en nada
mientras todos
pensamos en lo mismo.

256

Este gran abismo


que me absorbe en el silencio
siempre ha sido el mismo
pero ahora ha crecido.

257

Un sorbo de letras
ante el sueño nulo
que la noche desvela.

258

Huellas imborrables
que se borran
sin querer borrarse.

259

El agua furiosa
se lleva las letras.
La pena tediosa
se me hace eterna.

260

Las lágrimas de un tiempo


que ha llorado
y que ahora ríe.

261

Acobarda la idea
de ser sin miedo.

262

La sed irrumpe en mis labios,


los seca
y los vuelve grises.
Mis letras, sedientas,
buscan algún número impar
que con ellas rime.

263

Un relámpago sin trueno,


un juego que acaba al haber comenzado.
Un corazón que no late
y letras que no dicen nada interesante.

264

La única ropa que quiero vestir


es la del saber antes de morir.

265

La valentía de escribir
luego de ese drástico
punto final.

266

El tiempo deteriorado
entre bisagras de arena
y segundos congelados.

267

La vida me pasa por al lado


a una velocidad
que me raspa con engaño.
268

Este entramado de venas


que se inunda de penas.
Configura las coordenadas
para que yo me pierda.

269

Muchas veces me he encontrado


forzando la escritura.
¿Para qué?
Debo dejar que todo fluya.

270

No hay nada
como hablar
después del silencio.

271

Muchos me han dicho


que soy maravillosa.
¿Qué puedo decir?
Mi alma es quisquillosa,
y mis latidos en verso,
se vuelven prosa.
272

Es raro escribir sobre la muerte


estando viva y a su suerte.

273

Esa fórmula, esa ecuación.


Existe y resiste, sin solución.

274

Como dijo Darío Szeta,


nada del más allá
puede ser comprobado
estando acá.

275

Aquel mapa desorientado


y la cursiva
que se vuelve pecado.

276

Ni el conocimiento
se conoce
a sí mismo.

277

Y si nadie lee,
entonces,
el libro no sería libro,
sino letras sin sentido.

278

Hasta el tiempo
pierde tiempo
pensando en sí mismo.

279

La filosofía arremete creando problemas


en vez de resolviéndolos.

280

En el ejercicio para la muerte


se nos impide vivir.

281
Me doy cuenta que pienso.
Me doy cuenta que no quiero pensar,
pero que necesito hacerlo
para no morir.

282

Quiero ser el todo


que lo sabe todo
si es que existe el todo
y me vuelve el todo.

283

Acá ando, con migraña de tantas letras.

284

Mi mayor sueño
es cumplir todos y cada uno
de mis sueños.

285

Aquella agria pretensión


pliega mi corpórea pasión.
La vuelve polvo, la vuelve un eco.
Ya no tiene salvación.

286

Sin tiempo
se queda el tiempo
para hacer eso
que alguna vez quiso
y no le dio el tiempo.

287

Tengo a toda una orquesta


dentro de mi mente
pero los músicos
se están quedando sin cuerdas.

288

Acaricio las hojas escritas


ya que de ellas depende
lo que alguna vez diga.
A las hojas en blanco,
también.
Porque en ellas escribiré
lo que aún no se ha dicho.

289
Hay fuego en mi piel
pero aún no hay ningún fósforo encendido.

290

Estoy donde voy


y voy a donde soy y puedo ser.

291

El lápiz descarrila
su trazo intensifica
su boceto de cuentitos
se vuelve poesía.

292
El piso
se cansó de que lo pisen
y pretende ser invisible
para que lo eviten.

293

El tiempo corre
en una carrera
que no tiene tiempo,
punto de partida
ni línea de llegada.

294

Nefasto ruido
que se vuelve fluido
con el cual me atraganto
y al cual vuelvo mi enemigo.

295

No hay mayor contrincante


que el tiempo
el cual no es solo el atacante
sino el enfrentamiento mismo.
Él pone las reglas,
y decide cuándo se termina.
Y tras luchar sin descanso,
tendrás varios años más encima.

296

Nada puede conocerse en absoluto.


Ese saber bruto
que vuelve al ser humano
un conocedor de luto.

297
Este lobo que llevo dentro
me devora
cual alimento
que no sacia
y que a la pena conmemora.

298

¿Y quién dijo
que la verdad
es verdad?

299

Nunca pensé
que iba a llegar este momento.
Siempre lo vi tan eterno.

300

Águila de eternas plumas


que, con su grosor,
desafían al tiempo
el cual, en vez de restarse,
se vuelve suma.

301
¿Cómo le dices que oiga
a alguien que no quiere escuchar?

302

No pretendas
que te amen
de la manera que tu quieres.
La gente se preocupa
pero lo demuestra a su manera
la cual no siempre es la que se espera.

303

Qué olor a polvo


que tienen nuestros recuerdos.

304

¿Por qué- siendo el amor lo más lindo-


debe uno esconderlo
o fingir que no existe?
Yo espero a tu arribo,
valiente escrito.

305
Los recuerdos
a veces mienten
y se esconden
en la suavidad de una alfombra
que está siendo enrollada
para ser olvidada
en un sótano lejano.

306

A veces las palabras


se desarman
y, al volver a armarse,
significan otra cosa.

307

El presente es presente
hasta que uno respira
y se vuelve pasado.

308

El alma que busca


quedarse sola en sí misma
luce decepcionada
al estar encerrada
en un cuerpo que no rima.
309

Riega tu alma
en la calma de la noche.
Verás que hermosa florece
sin llanto ni reproche.

310

Este mutuo incendio


que se aviva ante la ausencia.

311

Mi sangre
se encuentra en tus manos
cuando aplaudes
mis insignificantes pasos.

312

Y cuando no sepas qué hacer


recuerda ser imperfecto.
Ese es tu deber.

313
Se encuentra la pena
cosida a mis pies
camino y tropiezo
contando hasta tres.

314

Intoxica el aferrarse
cuando eso a lo que te atas
ya ha decidido marcharse.

315

Esa sonrisa triste


tarde o temprano se romperá.
Sólo queda corregirse
y más que reír, llorar.

316

El corazón palpita
y los huesos tiemblan.
Mi poesía se regurgita
por más que no la entiendan.

317

El pueblo que oprime


será oprimido.
La gente que miente
será engañada.
Y quien escucha,
será escuchado.

318

Buscando y descubriendo
la vida que late
y el polvo ardiendo
después de tí.

319

Me destrozo internamente,
me cuestiono mi presente.
No somos para siempre,
siento una angustia latente.
Estoy jugando un juego
que ya no quiero jugar.
Me escucho y no me olvido
de lo que me quiero llevar.

320

Las lágrimas
no reviven fragmentos que han muerto
ni traen de vuelta
lo que ya se ha ido.
No tienen efecto alguno
en las decisiones del destino.

321

Tras un portazo
se fue la fuerza que necesitaba
para enfrentarme al ocaso.

322

El vaso se cayó
antes de que pudiese beberlo.
No sé si se rompió,
tampoco quiero saberlo.

323

Un corazón roto
suena a una mirada que no te mira
y huele a un abrazo de despedida.

324

Por más que había muchas ganas


de que algo ocurriera,
no volvió a ocurrir nada más.
325

Se nos va el momento ideal,


mientras lo esperamos.
Siempre busco algo especial
y se me escapa de las manos.
Cierro los ojos,
creyendo que lo hallaré en la oscuridad
y me pasa por al lado.

326

Preguntá.
Siempre preguntá.
Por más que no sepas qué preguntar
ni entiendas qué es una pregunta.
Por más que preguntar no te resuelva nada
o ya tengas la respuesta.
Por más que la pregunta te pregunte a vos
o los signos de pregunta te resulten vacíos.
Por más que la pregunta se repregunte ella misma
o se responda sola.
Por más que de ella
surjan otras miles de preguntas.
Preguntá.
Siempre preguntá.

327

No sé en qué pienso.
Vomito versos.
Ni Zeus ni Aristóteles:
el tiempo adverso.

328

El tiempo no es escaso,
sino que lo desperdiciamos.
¿Me muero, acaso?
Sólo nos queda lo que conservamos
todo eso que vivenciamos
y a lo que nos aferramos.

329

La vida pasa
mientras no reparamos
en que está pasando.

330

Conservo para siempre


esa puerta mal cerrada
y la historia tan ardiente
que sin quererlo se acaba.

331
Y el vinilo
que te empuja para hundirte,
te observa bien tranquilo
mientras tratas de sentirte.

332

Junto al día
se acaba aquella sensación sombría
que describo en poesía
y se acerca en lejanía.
Me recorre adormecida,
orgullosa de sí desfila.
Bien por dentro me fusila
y me atrapa en su caída.

333

Vivir es un arte
que muchos deshonran;
vivir es un arte
del que muchos no gozan.
Estar aquí
no quiere decir que estés viviendo.
Sin embargo,
vivir habiendo estado,
es un privilegio.

334
Las horas
me deleitan
con sus sombras
que han sido
y ya no son.

335

Unos piden tiempo


y otros lo prestan.
A muchos les sobra,
y a muchos otros,
les duele su ausencia.
¿El tiempo puede ser prestado?
¿O es acaso una mentira
para impedir estragos?
¿Para el tiempo
hay un otro?
¿O es sólo el mismo y su abismo?

336

Una silla que da vueltas


y me impide escaparme.
Me acorrala contra la mesa
y pretende enfriarme.
El sermón me lo da el tiempo
y ante sus acusaciones yo miento.
Los efectos los siento
cuando ya azota el viento.
337

La falacia,
reacia
ante las reglas del destino,
me vacía por completo
junto a,
verbigracia,
su desgracia y arrogancia.

338

Y mientras que pienso,


las ganas de no pensar
me invaden el pensamiento.

339

Algo dentro de mí
se remueve inquieto.
Te dije
que mis alas
terminarían de crecer.

340

Hoy,
me propongo estar tranquila
a la luz de la luna,
respirando en una esquina
y escuchando atenta.
Hoy, me propongo estar tranquila,
porque mañana
seré tormenta.

341

Hay momentos
en los que pienso
que me falla la memoria.
No me quejo de la ausencia,
el olvido no me jode.
Mi corazón está sufriendo:
recuerdo demasiado.

342

La poesía aparece
en cuanto la necesito.
Sin llamarla,
me persigue,
y la tengo ahí,
a un ladito de mi alma.

343

¿Qué es ser
y por qué duele tanto?
344

La escritura
me consuela
cuando siento que todo se derrumba
y no puedo sentir mi vuelo.
Me dice lo que tengo que hacer
mientras la escribo.
Y, por la noche,
me desvela.

345

Y cuando yo muera,
mis escritos estarán de luto
y serán mi legado
de lo que ahora oculto.

346

No hay mayor demonio


que el insomnio
enletrado
Es que ni dormir puedo
sin que me acechen los párrafos
y los poemas que aún no he creado.

347
Desgastado cartel de hotel
que alumbra por la mitad
como grito a medianoche
sin certeza y sin verdad.

348

El alma tibia
necesita de su dosis diaria
de inmortalidad.
La busca y rebusca
entre los momentos que acaban
y la encuentra
en las garras del final.

349

Siempre voy pisando donde no debo


y me estrello contra el cristal del tiempo
el cual se vuelve viejo
sin excusas y sin peros.

350

La tibieza con la que me habla el tiempo


me hace sentir eterno.
Su veredicto certero
me recuerda que envejezco.
351

La superficie que quema


me permite conectar
con mi interior que drena
lo que pretendo contar.

Andando por los bordes


termino en el centro,
y saliendo hacia afuera
me encuentro de adentro.

352

No sé qué sería de mí
sin la escritura
que me permite describir el mundo
y cuestionarlo con soltura.

353

Aquella mirada tuya


que me vela y que me cuida
sin importar que hace mucho
no me observa ni me mira.

354
Y cual torpe avestruz
me escondo de la luz.
Recito mis poemas
que se vuelven una cruz.

Extingo mi talento,
censuro mis fragmentos.
Todo lo que escondo,
saldrá en algún momento.

Entierro,
callo y ahogo
todo lo que sé que tengo que gritar
para ser yo y ningún otro.

Esta condición de avestruz


me condiciona.
Ser yo y dar la luz
me emociona.

355

Las grietas en el techo


imperceptibles a la vista.
Mi alma y su derecho
de ser libre y volar lejos.

356

Y estar falto de esperanza


es ceder ante la muerte.
Ya la vida no te alcanza,
estás solo y a tu suerte.

357

El piso tiembla
y yo estoy rota.
Mi alma revienta,
la angustia brota.

358

El dolor escarlata
en mi pecho se asoma.
A mi alma se ata,
ya no hay puntos ni comas.

359

La idea de la muerte
hierve en mi pensamiento.
¿Cuándo es que vendrás a verme?
Dímelo a través del viento.
Tengo miedo, no te miento;
pero te espero, quiero verte.

360

Mi espíritu, flaquito,
y su delgado himno.
Le pongo y le quito
pero nunca es como lo imagino.
Este viento fresquito
que desarma lo mío.

361

Ese latido angustiado


entre tantos otros, apilado.
Se vuelve un adorno
que me lastima, afilado.

362

Zapatillas blancas y negras


que han pisado
donde ya no podré.
Me han guiado
por ese camino que ya no haré.
Las miro y me quiebro,
ya no las usaré.
Me duele el entierro
de lo que fue y ya no es.

363

Un estanque
de penas
en el que me sumerjo
con mis letras.

364

A altas horas de la noche


aparecen esos cuentos
que nunca nadie quiere contar
y se vuelven adversos.

365

Un verso pendiente
revolotea en mi mente.
Me hallo en la pendiente,
rogando escribir,
con el alma caliente.

366

Un cajón que no cierra


de tantos recuerdos que encierra.

367

¿Por qué las cosas


tienen que morir?
Habiendo tanto
por lo que vivir.
368

La paradoja
del caminante.
Avanza,
pero retrocede a cada instante.
No se encuentra, está perdido.
La eternidad se vuelve un grito.

369

Y por cada libro


que se abre y se cierra,
la paz
le gana a la guerra.

370

¿Por qué algunos instantes


parecen eternos
y a la eternidad
fugaz la vemos?

371

Algunos sueños
conllevan sacrificios
porque en cuanto se vuelven viejos,
se vuelven vicios.

372

La duda me alcanza
como la luna a la noche.
Cual corte de lanza
me perfora el alma
y sangra el derroche.

373

Este momento efímero


el cual es sólo cuestión de tiempo
verlo convertirse en pasado.

374

Vivir es un acto de coraje


como dijo Séneca.
Una eterna imagen,
de grueso pelaje.
Este largo viaje
que viste de traje,
pero que asesina
con su letal lenguaje.
375

Nuestro eterno instante de amor:


sólo un roce de dedos
que ahogó el dolor.
Mi corazón atrapó,
y se volvió abrumador.
Aquel momento,
acabó con el temor
y me conmovió tu ilusión.

376

Y mientras la ansiedad me devora,


mi futuro se demora.
No puedo vivir el ahora
porque pienso en el reloj y su hora.

377

Y como escudo ante la muerte


tengo mis letras y mi poesía.
Me sirven como defensa y suerte
en esta indigestible travesía.

378

Y por donde una vez nos fuimos


hay que saber volver.
Aquellas palabras que dijimos,
y a las que no hay que temer.

379

De tantas letras que tiene este libro


no pude lograr cerrarlo.
Cuando alguien opte por abrirlo,
tendrá que volver a intentarlo.

380

Cortina fina
que le huye al viento
que la domina.
Le tiene miedo,
está escondida.
El viento entra
y no hay cortina.

381

Silla vacía
que representa el silencio
de días viejos,
de vieja vida.

382
El ruido insistente
de la ventana
que intenta y pretende
que la tormenta
se vuelva de lana.

383

Engañosa burbuja
que a la realidad dibuja
y se vuelve mentirosa.

384

Alianza que de mi alma goza


encierra mis ruidos
y los vuelve otra cosa.

385

Ruido que late


y mentes distantes.
El suelo se parte
ante las aguas cambiantes.

386

Quiero desnudar mi tristeza


y que se vuelva mariposa.
Que bostece su aspereza
y que vuele milagrosa.

387

Letras que se escabullen


y no se dejan ser encontradas.
Mi escritura que bulle
ansía hallar las palabras.

388

Y con cada principio


irrumpe un fin.
El tiempo en el precipicio,
nunca hay final feliz.

389

Un portazo
en las venas
y un ocaso
que aún no llega.

390

Un mazo de cartas
define al destino.
Más bajas, más altas
¿Es acaso asesino?

391

Una sonrisa
que se vuelve llanto
y una fiel risa
que se vuelve canto.

392

Cabello rizado
se pierde el dictado
que tanto despeina
al pasado pisado.

393

Cielo azul,
cielo verde.
De las nubes del sur,
el dolor emerge.

394

El pasado es despeinado,
y los recuerdos,
enredados.

395

Se capta el presente
en una fotografía color sepia.
Cuando duela la mente
las memorias estarán hechas.

396

La inmortalidad ausente
se mantendrá viva en la muerte.

397

Y si todavía hay huecos


a los que aspirar llenar,
¿de qué sirve el conocimiento
si se ha llegado a la totalidad?

398

La incertidumbre
se multiplica
en cuanto respondemos una pregunta
pero aparecen otras.
399

La decisión es clara:
o amar al saber
o dejar que este te consuma.

400

La textualidad
que te perfora los ojos
e introduce en tu mente
un juego de fósforos,
se vuelve demente
y te vuelve loco.

401

La percepción de la eternidad
oscila entre la fugacidad de los instantes,
la pretensión de inmortalidad
y la conciencia de los finales.

402

¿Cómo se puede ir por la vida


sin un sentido
si todo lo que rodea al enigma
se vuelve frío?

403

¿El origen
lo descubriremos
al final del camino?
Qué ilógico
que es el destino.

404

El peso
que pesa
cual carga
obesa.

405

Mi corazón está roto


pero sigue latiendo.
Cual escoba, las penas barriendo.
Los sueños hirviendo,
rugiendo para ser alcanzados.
Ritmo que duele
y silencio que aturde.
Fuerte se está volviendo
y vuela para ser visto.
Nadie jamás ha dicho
cuánto aterra no estar listo.

406

Una huella que se deshuesa


y pretende volverse presa.

407

Aquella rendición
ante los huecos del destino
se volvió la perdición
de mi palpable ritmo.

408

Ese mordisco agrio


ese latente himno.
El tiempo, sicario,
empobrece a mi destino.
Le ruego a mi barrio
que no me olvide en el camino.
Me presento a un cuestionario
del que no saldré invicto.

409

Y el tiempo
ha acusado de plagio
a la eternidad.

410

Valija olvidada
en los cauces del destino.
La encuentro cerrada
y ninguna clave permite abrirla.
¿A quién le pertenece?
Se pierde entre los caminos.
¿Cuántos recuerdos tendrá encima?
Todos serán olvidados
y todo estará perdido.

411

El temporal que avanza,


es azotado
por una lengua que no ha dicho nada
y no pretende hacerlo.

412

Me topé de imprevisto
con un espejo
que nunca se ha visto
a sí mismo.
413

Termino riéndome
de un chiste que no da risa
sólo para salir viva
del tiempo y su paliza.

414

Estoy en la mira
de una caja sellada
que me persigue
junto a una guerra letrada.
No sé si abrirla,
no sé si debo.
Me fatigan las arcadas.

415

¿Por qué hay tanta muerte alrededor?


¡Despiértense, corazones!
Que queda mucho por sentir
en este abrazo acogedor.

416

Aquella disquisición
en la que me analizo
a mí y a mi pasión.
417

Me despediré de ti
de una forma epistolar.
Para que no me extrañes,
y me puedas invocar.

418

El paroxismo del que sufro


se vuelve aún más palpable
cuando derribo cualquier muro
y escribo lo dañable.

419

Alguien quiere acabar con ella.


Qué extraño,
no son otras que sus propias manos.

420

Esa melodía
de la cual no podemos desprendernos
ni de noche ni de día.
421

La noche cae lentamente.


Qué raro, todavía es de día.

422

Qué irónico es
estar batallando una guerra interior
cuando no anhelamos nada más que paz.

423

Y como la mesa
no pudo armarse,
todos nuestros escritos
cayeron al suelo.

424

Cada tanto
me encuentro
fragmentos de ti
entremezclados en el tiempo.
Quizás son viento,
quizás son polvo.
Solo sé
que desde ti no hay retorno.
425

Busqué tu mirada
para sentirme en casa
y, al mirarme,
me rompiste el alma.

426

Cuando la risa se vuelve polvo,


ya sabemos
que no hay retorno.

427

Las balas del tiempo


me atravesaron corriendo
y dejaron mi piel ardiendo.

428

La tormenta
se peleó con su amante
y ahora llueve
a mares.
429

No hay mensaje
que no logre descifrar
con mis letras y su paz.

430

La rugosidad de las paredes.


El tiempo en cámara lenta.
Un grano de café que perfuma el ambiente.
Una moto a lo lejos.
Mi corazón no me miente,
el mundo tiene reflejos.

431

Una hoja que se desprende de su árbol


en Quilmes,
y, gracias al viento,
termina en un parque en Natal.
A veces, salir de nuestra zona de confort
no está tan mal.

432

La idea de la vejez
no me deja en paz.
Como un moscardón
sobre una canasta de pan.
433

El alma
salpicada de incertidumbre
y la quemazón del olvido
que se vuelve costumbre.

434

La muerte
es la muerte
de lo que alguna vez
vivió.

435

Se ahoga un respiro
y fallece un latido.

436

El dolor que emana


de la persiana
que no gana
por más que no pierda.
El fracaso
se abre temprano
y no se cierra.

437

Suena el daño
se oye la angustia.
Vuela el año,
se encarna el rasguño
y resurge la bestia.

438

En la carne se entierra
toda aquella miseria
que uno no puede resolver.

439

Se graba en la piel
el paso temeroso
de quien hace
lo que quiere hacer
y se vuelve preso
del fuerte ser.

440

Y por más que haya,


no siempre hay.
Duele la ausencia
de aquello que anhelamos
pero no puede haber.

441

Me espera una playa


colmada de tus recuerdos.
Vienen junto a la marea
y yo intento beberlos.

442

Alzo el vuelo
junto a mis letras.
Maravilloso pueblo,
de palabras finas
y trazos de tinta
que se vuelven eternos.

443

Ese lenguaje
que nunca podré hablar
me impide que ataje
lo que quiero conservar.
444

¿Y por qué seguimos preguntándole


a lo que no tiene respuesta?

445

Los conceptos mal escritos


que dentro de sí esconden gritos,
le impiden al tiempo
revivir lo que ha muerto
y olvidar lo que ha visto.

446

Y en esa mezcla
de letras muertas
está la esperanza
de un futuro poema.

447

Tus sentidos
harán huelga
y te olvidarás
de mi olor.
Quieras
o no quieras,
te quedarás
sin mi amor.
448

El acorde que agrieta


a la luz de la luna
al pecho que aprieta,
al corazón que duda.

449

Mi corazón
se sintió huérfano
en mi pecho
y se marchó
solo y maltrecho.

450

El pecho me quedó pequeño


para la inmensidad de mi corazón.

451

Se encoge la pena
ante la brisa serena.
452

Mi corazón empapelado
pretendiendo ser algo que no es
y el resorte oxidado
con el cual tropieza más de una vez.

453

Aquel amor que se oxida


y que presencia su propia muerte.
Su recuerdo no se olvida,
termina por romperte.

454

Las garras de un recuerdo


que excava, desesperado,
entre los versos de mi memoria.
En su ataque me pierdo,
siento el dolor esperado,
y lo que sigue, ya es historia.

455

Esta condición mortal


se vuelve escoria.
Anhelo ser inmortal
aunque pierda la memoria.
456

Se desprende un vagón
y comienzo a olvidarte.

457

Aquel escalón
que me saltee
se volvió desazón
y no hay después.

458

La angustia eterna
me ata con correa
y no deja que me mueva
hacia experiencias nuevas.

459

Me aferro a los vestigios


de lo que alguna vez tuvimos
sin caricias y sin ruidos.
Sólo nosotros como testigos.
460

Por esa salida de emergencia


comenzó la evacuación.
Mi corazón huye
de tu complicada seducción.

461

Nos vimos víctimas


de un asesinato.
Te pedí que me ayudaras
a esconder los rastros.
Nunca supiste
que el cadáver
era el mío.
Aún sigue intacto
tras tu indiferencia.

462

Y mi alma
optó por evacuar
de mi cuerpo
que rechazó ser inmortal.

463

Hay personas que se vuelven


un cordón que se desata
y que a uno hace tropezar.

464

Aquella entidad maravillosa


que me hace sentir viva.
Sin lectura no se goza:
el futuro es de tinta.

465

El tiempo
me eligió
para torturarme.
Como un tercer ojo,
que ni de noche duerme.

466

Como un ente que se altera


y por la noche desespera,
el tiempo, estático,
provoca interferencia.

467

Aquel coral olvidado


en las profundidades del tiempo,
no entiende la diferencia
entre ser sin ser visto
y ser visto sin ser.
Se volvió complicado
el ser sin temer.

468

Aquella mirada
con gusto a despedida
aún me mira
pero no hay reencuentro a la vista.

469

Se muestra, triunfante,
mi poesía radiante.
Es energía, es armonía.
Se rearma el mundo, incinerante.

Ese grito de victoria


bien latente en mi memoria.
Me esperaba, me llamaba.
Ahora me toca gozar la gloria.

470

Mis pensamientos
se armonizan
ante la calma del viento,
ante el veredicto del tiempo.

471

Esa entidad
tan pasional
que se vuelve extraña
cuando la empiezo a diseñar.

472

Mis memorias
se materializan
y las plegarias
se profundizan.

473

Y en este coito escrito


se alcanza un orgasmo de letras
y se siente el clímax en verso
junto a pasión y paroxismo.

474

La adrenalina
de amar sin ser amado,
de reír en el silencio
y de mirar en la oscuridad.
De escribir en hoja en blanco
y tomar del vacío vaso.
La adrenalina
de vivir estando muerto
y de existir habiéndote esfumado.

475

Y mientras muero por escrito,


la vida se vuelve delito.

476

En ocasiones, la duda duda de sí misma.

477

Se vuelve escaso
el dulce ocaso
y me invade la pesadez
de un delinquir
que se ha acabado
pero comienzan
las de sufrir.

478
Aquel período
se volvió denso
ante el grito
del verso.

479

La parte primera
de aquel gran poema
que se desespera
y ahoga el problema.

480

Cual sombrero de paja


me refugia del sol
aquella gran caja
que ya sabe quién soy.

481

Pisadas que suenan


tan diferente entre ellas.
Me encanta la pena
cuando al huir deja huellas.

482
Lo que echará a andar mi realidad
será la inexistente eternidad.
La metáfora y la rima
sumergidas en la dualidad.

483

Aquel papel desgastado


cuenta historias
que aún no se han contado
pero que ya han comenzado
y permanecen en las memorias.

484

La belleza viva
es la más bella de todas
y la vida bella
es la que más latidos te cobra.

485

¿Es real la realidad?


¿O es simplemente
un experimento fallido de la eternidad?

486
Sólo me queda sentir
una voraz taquicardia
ante el porvenir
que me llama a la distancia.
La belleza del universo
me acelera los latidos.
Me maravillo ante el verso
y lo que aún no he escrito
pero que ya está vivo.

487

Por las letras yo tropiezo


y me abraza el terciopelo
cual cortina de mil versos
que se ha roto en veinte espejos.

488

Tantas lágrimas ha gastado


mi alma
para volver presente al pasado.

489

Uno intenta comprender


cuando a sí mismo aún no se comprendió.
De esa forma no podrá entender
lo que alguna vez vivió.
490

Lo que alguna vez has hecho


y no recuerdas
se encuentra bajo techo
y sin puertas.

491

Mi alma seria
se siente plena
cuando la miseria
se vuelve pequeña.

492

Sí. Me siento mal


por no haber gritado todo eso
que me hacía falta
para respirar.

493

Uno a veces
olvida amar
a los que debe cuidar.
494

¿Cómo podré ser líder


si no quiero serlo?
¿Cómo podré ser libre
si no sé serlo?

495

Una lámpara
que no prende
y una crisis
que me envuelve.

496

Aprendiz del tiempo


de matiz color viento
que se esconde en cuanto lo miran
y no sabe cómo seguir viviendo.

497

Rápida lectura
que te define los huesos,
tus pasiones encanuta,
y las vuelve besos.
498

La joven frescura del tiempo


a pesar de su antigüedad.

499

Muchos momentos
se me escapan
porque no sé cómo
vivirlos.

500

Encontré varias respuestas


a muchas preguntas
pero no todas me gustan
y otras me asustan.

501

Muchas respuestas
se preguntan
por qué no han sido duda.
Muchas preguntas
se responden
que no quieren ser pregunta.
La pregunta odia preguntar
y la respuesta le huye al responder.
La vida no puede evitar
hacia la muerte correr.

502

Aquel punto en suspenso


tiene a toda la historia
en estado de alerta
ante el imponente verso.

503

No está
lo que debería estar
pero se fue.
Lo que debió haber estado
se volvió humo.

504

Los tres acordes


que suenan juntos
dibujan los bordes
del aparente punto.
Una historia se termina
ante un corazón difunto.

505
Si no es mutuo
se vuelve letal para uno.
Estoy de luto:
de mis recuerdos,
no sobrevivió ninguno.

506

Me intento deslizar por el mundo,


y aterrizar
en aquel atractivo punto.
Es un segundo
que pierdo el rumbo
y el bello aroma
se vuelve nauseabundo.

507

¿Puedes oír
cómo me hundo?
No puedo huir,
me come el mundo.

508

Como si me fuera a engañar


la huella que tengo que dejar
antes de permitirme volar,
antes de comenzar a llorar.
509

¿Cómo suena
un futuro
que se despedaza
en los ojos del mañana
y renace
en las sombras del ayer?

510

Qué infortunio el tuyo, Miguel.


Te creíste inmortal
y perdiste tu piel.

511

Collar de letras
que abraza al cuello.
Se aferra a este,
firme al pescuezo.
A veces aprieta,
a veces afloja.
Jamás revienta
sobre las hojas.

512
El tiempo
secuestró mi alma.
No entiendo
si me liberará la calma.

513

Créeme.
Escribir
exacerba el sentir.

514

La razón afirma
que el cuerpo firma
con la eternidad
y su recuerdo firme.

515

Un ruido hueco
que aturde con su eco.

516

En esa curva
la calma disturba
y lo eterno
se vuelve burla.

517

El espejo deteriorado
se sintió culpable
al haberme mostrado
algo que no soy.

518

La tristeza
de un sueño que se volvió fracaso,
un enero que se convirtió en diciembre,
una risa que culminó en llanto
y un sol que terminó chispeando.

519

Y no es la primera vez
que lo que estaba por delante
queda atrás.

520

Daría lo que sea


por dejarme ser.
521

El término tiempo
le escapa a la temporalidad.
El término todo
le huye al absolutismo.
El término muerte
no tiene mortalidad.
Y no hay peor suerte
que la del castigo y su verdad.

522

¿Qué?
¿Cómo?
¿Cuándo?
¿Por qué?
Así soy de frente
y de espaldas también.

523

Se agacha esta pena


de altura desmedida.
La siento que quema
y me vuelve cenizas.
524

Marchando febrero
termina en noviembre.
Se tiñe el futuro
del dolor que enciende.

525

Me encuentro rodando
en un camino derecho.
Al lado del tiempo,
termino sin techo.

526

Me discrimina el tiempo
por no ser inmortal.
Él, es eterno.
Y yo aquí,
de condición letal.

527

El viento cobra fuerza


y me impacta de reversa.
A mi oído se acerca
y me recita largos versos
que me explotan la cabeza.
528

El tiempo llora mi muerte


y yo le explico
que él es el culpable
de mi mortal suerte.

529

Había una vez,


un libro que se prendió fuego
y a todo un abismo incendió.

530

Quiero descifrarte, muerte


como quien estudia minuciosamente
las invisibles diferencias
entre hermanos gemelos
y su idéntica mente.

531

La peor vida
es la que se muere
al respirar.
532

La paradoja de los gemelos:


tan diferentes
en su igualdad.

533

El grito que aturde


da a luz al silencio.

534

Aquel microbio del tiempo


se mete en mi sistema
provocando un incendio
que acaba en velorio.

535

La mentira
se deja engañar
cuando la verdad
la simula extrañar.

536
Y empieza el principio
de un final con precipicio.

537

La nata colma la leche


ante el repentino hervor.
No hay pena que no aseche
cuando se extingue el amor.

538

La posibilidad
de lo imposible
es lo que me aterra
y me persigue.

539

Hasta el placer se cohíbe


cuando del tiempo se trata.
El desenlace se escribe
cuando las agujas lo atan.

540

El alma se rasca
cuando su mortalidad le pica.
Su angustia se arrastra
y nada le explica.

541

¿Cuándo el placer
se sentirá placentero?
El término está manchado
por el sentir tan vacío
y los irremediables huecos.
El amor
se convirtió en obsesión,
y la inmortalidad,
no es más que una ilusión
disfrazada de falsa eternidad.

542

Todo está tan borroso.


La nitidez tan necesaria
se volvió un simple trozo
de la realidad y sus plegarias.

543

Aún no hay hienas que lloren


ni ateos que oren.
Quien no es,
sigue siendo
por más que lo ignoren.
544

La confianza que me confirió,


a todo un mundo conquistó.

545

Él no la amaba
pero ella
por él imploraba
y pensaba amarlo
hasta que su último sol se ocultara.
Fin.

546

Y para llegar a lo alto


primero hay que conocer lo bajo.
¿Cómo piensas renacer
sin haber muerto un rato?

547

Todo éxito
conlleva sacrificios
y todo intento
trae gloria consigo.
No hay victoria
sin esfuerzo
ni memoria
tras el verso.

548

Miro lo que escribo


y pienso:
“Así da gusto
ser víctima y testigo
de lo que la pena
trae consigo”.

549

El dolor previo
al quiebre del alma
no tiene remedio:
se siente y se aguanta.

550

Cuando todo parezca


estar en su peor final,
ten en mente que la luz
primero fue oscuridad.
551

Los atajos
del abismo
están abajo
del camino.
No se ven:
los sentimos.
Son la piel
que tuvimos.

552

Giros de tinta,
que recorren la esquina
a la cual el atardecer pinta
y en donde el mundo se termina.

553

No hay rima
que rime con Martina
y su angustia repentina
ante su vida que termina.

554

El tiempo
y sus simulacros de muerte.
555

En cuanto la piel
se vuelva escombros
y un mapa todo arrugado,
tendrás a tu merced el tiempo
y todo lo que has viajado.

556

Me miro al espejo
y puedo verme envejeciendo.
No quiero ni pensar
en la catástrofe de adentro.
Mi piel evidencia
lo que mi cuerpo
está padeciendo en sus venas.

557

Y en cuanto la ida vuelva


y el principio acabe,
harán que llueva
durante todo el viaje.

558

Cuesta la subida,
empinada y decidida
pero duele la caída,
desatada y desabrida.

559

Esa pena es parecida


a la que tengo contenida
y que entra sin salida.

560

Gritaría
de no ser porque
mi voz ha decidido callarse
y no hay silencio que la incite
a gritar.

561

Qué belleza la del poeta


que mezcla todas sus letras
y bien al fondo encuentra rimas
que le dan a su poesía vida.

562

Un árbol que se inclina


y una huella que se ensucia.
Una vida que termina
y una muerte que se endulza.

563

Volveré.
Quizás no tan fuerte como me gustaría,
ni sana
ni con alegría.
Pero sí con el alma bien llena
para escribir poesía.

564

No sólo te fuiste,
sino que, al cerrar la puerta,
también me apagaste la luz.

565

Esa respuesta rotunda


que en mi mente no aparece.
En el aire, la asfixia abunda,
y la pregunta crece y crece.

566

Los opuestos
se atraen
porque a uno le gusta
lo que uno no es.
Queremos
sentir en nuestra piel
lo que es ajeno,
la discordia cruel.
Aquel antónimo
que no rima con nuestro ser
pero que se vuelve fiel
y se siente bien.

567

Con tantas rimas


habidas y por haber
me encuentro perdida
en el blanco papel.

568

Vi los relámpagos
y escuché los truenos.
Aún siento tus manos
en mis torpes sueños.

569

Y de la mortalidad me libro
pero sobre la muerte camino.
Me asusta el destino
escrito en el vidrio.
Las voces se apagan
y las luces se callan.
Me duelen las almas
que por mí se rayan.
No hay mayor delirio
que el de este asesino.

570

Acostada la noche
en la oscuridad plena
se cuestiona su reproche
ante el amanecer que quema.

571

Risas lejanas,
risas distantes.
No sé si me las imagino
o si son reales.

572

Necesitamos espacio del espacio


y respiro de la muerte.
Que la oscuridad sea clara
y el silencio te hable fuerte.
573

Selecciono todo lo que quiero borrar


para luego terminar optando
por sacar aún más fotos.
No puedo dejar ir
aquello que me rompió el bocho.

574

Duele pensar
en aquello que se debe olvidar.
La mente retorna
a donde supo amar
y a donde consiguió volar.

575

Y si ni las matemáticas
pueden resolverse a sí mismas,
¿por qué insiste el ser humano
en descifrar enigmas?

576

Ni el tiempo sabe
cuánto dura un beso.
Por más que se acabe,
sigue siendo eterno.

577

Se apura el tiempo
para llegar a tiempo
a donde uno lo espera
volviéndose viejo.

578

12:06
01:07
02:08
03:09.
Qué noche tan triste,
ni dormir pude.

579

Una cama deshecha


y los recuerdos que duermen,
sin color y sin fecha.

580

Puertas que se deshacen


tras los portazos del arte.
Dolor que se padece
pero que se vuelve parte.
La vida misma
se vuelve muerte
cuando intento amarte.

581

Este peso vital


al cual nos sometemos
por el mero hecho de existir
nos va a consumir.

582

Ese sueño eterno


que caracteriza al poeta
de escribirle al infierno
y acabar con la muerte.

583

Siempre escuché los cielos


en vez de mirarlos.
Siempre miré los latidos
en vez de escucharlos.
Me aterra el tiempo.
En vez de perderlo,
voy a acariciarlo.
584

El cuerpo se quiebra
el alma se enferma.
Pero no hay alma sin cuerpo,
ni cuerpo sin ella.

585

Al pie del olvido


comienzo a recordar.
Tú estabas conmigo
y yo te vi marchar.

586

No puede huir el alma


de su quebradura.
No le queda más que un arma
que la vuelve pura.
Aquella unívoca lectura
que el vocablo apura.

587

El consuelo
que oye al cielo,
una lluvia fresca
provocará su vuelo.

588

Si algo se te ocurre,
recurre a la tinta y al papel.
Si se te va el sol,
¡escríbele a la oscuridad cruel!

589

Tratemos de que el viento


se quede quieto
y de que el tiempo
siga su ejemplo.

590

Aquel templo,
calladito,
de silencio
y fuertes gritos.

591

Es cuando los oídos callan


que la muerte sobrevive.
Es cuando viene la calma
que el desastre no se escribe.

592

La profundidad
que de dos depende
se vuelve superficial
y con dolor se pierde.

593

Créeme cuando te digo


que ya es tiempo de volar.
Desentumece tus alas
y comienza el camino a andar.

594

Acaricio las plumas


del imponente destino.
Me visto de rimas
y a mi paso, escribo.

595

Si te han dicho
que estás loco
confírmales la teoría.
Si te han dicho
que eres poco
vuelve inmensa a tu alegría.

596

El celeste pastel
de esa casa que se está cayendo
arremete contra el papel
y escribe lo que estás leyendo.

597

Me deshago los ojos


al leer tantas letras.
La locura en mis hoyos
y la impotencia en mis venas.

598

Ese grito del silencio


que se ahoga en el universo,
quiere ser algo más que un grito
pero se reduce a un simple verso.

599

Por esa hendija


se escurre el viento
y por esa mina
se desdibuja el tiempo.

600

Crecen plantas
en mi cuello
de las semillas en las huellas
que me has hecho.

601

La introvertida noche
sale,
pero se esconde.

602

No es esto un libro,
es una mujer
que late y que respira
que escribe y que rima.
Que de su inquieta lengua
arranca poesía.

603
La ventana suspira
de tanto que se empaña
ante los gritos de mi alma
que siente que se daña.

604

Rasguños
de lo que uno extraña
pero que no volverá.

605

Rubia nube
que se frena,
no hará que se asuste
una débil vena.

606

Aquel sueño
que se enjuaga
y se vuelve débil.
No hay amor
que nazca
sin una mirada estéril.

607
El alma gruñe
y le dice adiós
a la eternidad de un mundo
que al final se rompió.

608

El alma sufre
por la incertidumbre
de un Dios que a veces no responde
pero que trasciende y oye.
No obtener respuesta,
no siempre es símbolo de ausencia.
Si bien el silencio quema,
uno siente su presencia.

609

El envión del cuerpo


tan liviano pero no eterno,
hacia el imponente puerto
que zarpa con destino
a un ardiente invierno.

610

El ensueño
que te atrapa
en un presente real,
se vuelve una apertura
imposible de cerrar.

611

El tiempo y la muerte
no dejan de molestar.
Las pláticas entre ellos mismos
nos terminarán por matar.

612

La muerte
a veces resulta
tan vivaz
que confunde a mi mente.

613

Me permitiré existir
cuando vivir no se sienta
como si estuviese por morir.

614

Mi espíritu se cansó de hurgar


en el cuerpo que lo pretende encerrar.
Nunca nada logró hallar
que su angustia logre callar
ni que de la muerte lo pueda salvar.

615

Uno se desconoce
cuando a la muerte conoce.

616

Aquel salto
que salta en el alma
y al cual uno le escapa.
Los deseos pendientes
se aglomeran en tandas
y no mantienen la calma
hasta que se los alcanza.

617

La noche sin luna


y un libro deshojado.
Un poema que no rima
y un cuerpo deshuesado.
Está vacía la cuna
y la muerte se ha cansado.
No sirve el alma sin vida
en un final que ha comenzado.
618

Lo que conviene
viene-con un muro
que a tu corazón contiene.

619

Ahuyenta esas energías


que resultan negativas.
Que de tu alma tiran
y se vuelven enemigas.

620

Deja de pensar en negativo,


que el destino se ha vuelto tu amigo.
Decide tú tu camino
y evita caer en peligro.

621

Ese sabor insulso


de haberlo dado todo
y haberte negado lo tuyo.

622
No colmes tu pensamiento
de afirmaciones como
“Ya se va a dar el momento” o
“ya llegará la oportunidad”
porque el momento pasa
y tú no te has volteado a mirar.
Las oportunidades surgen
en cuanto tú te propones buscar.
Mantente abierto
a cualquier posibilidad.

623

La pregunta
se cansó de preguntar
y se respondió.

624

¿Quién me mandó
a ser tan angustiosa?
¿Por qué mi existencia
resultó ser tan trágica?
Yo no sería yo
sin este anhelo de prosa,
y tú no serías tú
si no leyeras mis páginas.

625
Alma mía,
bailemos al compás
del estruendoso silencio
y su caótica paz.

626

Salto que te hundes:


más te vale
que por el mundo retumbes.

627

El hambre tiene hambre,


el hambre nos ha comido.
No hay peor instante
que el que se ha perdido.

628

El fuego
que a mi alma ha partido
se queda ciego
de tanto que ha ardido.

629
Molesta esta espina
como esa mentira que rima
pero que bien dentro lastima.

630

Aquella retina
se limpia en el sol.
Mirada que mima
como una canción.

631

Triste campanario
que marca el instante exacto
en el que cometo el daño.

632

¿Por qué su vida


simplemente se da el lujo
de seguir avanzando
mientras ella está atascada
en quién sabe qué momento del pasado?

633

Es raro
observar la quietud
mientras el tiempo se mueve
sin lentitud.

634

La dicha que habla


y que eleva la cumbre
se vuelve mirada
que observa con hambre.

635

La altura del cielo


termina en el suelo
tras una mirada
que ignora y que es fuego.

636

La entereza
se vuelve mitad
y la presa
termina en libertad.

637

Qué rica es la pobreza


cuando por dentro se reza.

638

Un vocablo que calla


y la luz que tiembla.
Un barco encalla
y sus penas entierra.

639

Sana que sana,


las penas se gastan.
Angustia que emana
del pobre al que matan.

640

El futuro le pertenece
a la gente que renace.

641

Aquel desasosiego
ante el papel ciego
y el arma de fuego
que apunta sin miedo.
642

Como perfume vencido


que las venas te mutila,
este cantar escrito
las penas te rocía.

643

Los labios cosidos


ante el miedo que enmudece
y el amor que no se dice
y junto al llanto perece.

644

Nada florece
si no se riega.
El odio crece
si no se entierra.

645

Un llamado sin respuesta


equivale
a una entrecortada siesta
y a una caricia superflua.
646

Se degusta el germen
que por dentro tropieza.
Aquella depresión
que te arranca las piezas.
No hay mayor temor
que el que sin saberlo empieza.

647

No hay sigilo
ante mi ruido.

648

Un dolor que se cose


y un amor que descose.
No hay solución sin reproche
ni pena que no azote.

649

Aquel resultado impar


que me dolió asimilar.
No hay verdad sin un pero
ni golpe sin un roce.
650

Esa verdad
de amarga azúcar
que amaga y refuta.

651

Marcas de rímel
y rastros de rima.
Duele la piel
y arde la espina.
Aquella noche que fue día
pero que ahora es de tinta.

652

Los pasitos depresivos


que terminan sin sonido.
Tras el camino exhaustivo,
por el mundo se han perdido.

653

Aquella duda arpía


que me impidió dormir
por sí sola se perdía
entre mi existir.
654

¡Háganse los amigos,


malditos segundos!
Bien que en cuanto cierro los ojos,
envejecen mi mundo.

655

Tendré que irme


para que veas
cómo se siente que me quede.
Sentirás mi ausencia
e implorarás que vuelva.

656

La comodidad
es desacomodada intensamente
por la inconformidad.

657
Fue un acierto
mantener a mi corazón abierto
amando al desierto.
658
Me permitiré degustar
a la vida apasionada
en cuanto choca con la rima.

659

Esa imagen eterna


del Cristo que me cuida
se encuentra en la taberna
de mi alma sin heridas.

660

Me acecha la pena,
con su risa malévola.
Somos sólo nosotras
pero aquí hay más problemas.

661

Al tiempo,
despreocupado,
se le dio por pasar más rápido
que lo dictado.

662
Una decena
de tristes curvas
que no giran ni doblan
y una docena
de sonrisas ocultas
y no avanzan ni curan.

663

La melancolía de un violín
que de sus cuerdas llora
y con su melodía implora.

664

Intento avanzar
pero un oír melancólico
no me deja pensar.

665

La falta de sentido
le da sentido
a la poesía.

666
Da placer cuando algo rima
y algo encaja como se quería.

667

Recostada
en mi lecho de muerte
la pena destella
y el miedo no cesa.

668

Me bebo una estrella


desde una botella.
Se vuelve pequeña
y la rima la asecha.

669

Cuando el miedo se vuelva


un simple miedito,
festeja el avance
¡te liberarás de a poquito!

670

Bosco Bosco,
que besas mi rostro
pregúntale a Dios
si me libraré de este monstruo.

671

El rostro de la depresión
se reconoce
en cada pozo, en cada ocasión.
En cada grieta, en cada canción.
En cada llanto, en cada falso adiós.

672

Y el miedo tuvo miedo


y desapareció.

673

Corazón, déjame oírte


latiendo en mi pecho
daría lo que fuera
por alguna vez sentirte
firme y derecho.

674

En el médano
de mis roturas
hay un calor sofocante
y tristes esculturas.

Se vuelve hogareño
en cuanto se cruza
pero el dolor es eterno
y la asfixia abunda.

675

Se deprimió la depresión,
indefensa ante la invasión.

676

Pasé con la bicicleta


y pude oír
todos esos gritos
que se ahogan en las canaletas
y pretenden huir.
A fuego lento,
desaparecen las penas
por el desagüe y el viento.

677

Se exhiben las pinturas


pero no hay introspección.
El arte no funciona
si no provoca reflexión.
678

Esas huellas indecisas


insisten con su clamor;
desorientadas e indefensas
en su silencio reparador.

[Seguras en su inseguridad,
no saben si perdurar
o morir].

679

Aquel diluvio
en mis grietas
se ha vuelto tormenta.
Me cubre esta brecha
que en el silencio comenta.

680

De noche,
las sombras se vuelven deformes
y nos quedamos a solas
que nuestros propios dolores.

681
Mi innovación
se vuelve el único cambio
que provoca perdición.

682

Me crucé con un árbol


y este me aturdió.
Se desprendieron sus cortezas
y el cielo se oscureció.
De la lluvia se defiende
pero no sobrevivió.
Pobre, el único árbol que hablaba
y bien no terminó.

683

Me preocupa mi esperanza
del tamaño de unas pecas.
En la vida uno gana
mientras no la pierda.

684

En la derrota ante el amor


se llora desconsolado
en un silencio desgarrador.
685

El reloj, resignado,
se peleó con el tiempo
y nunca más se movió.
No quiso moverse,
y no lo hará otra vez

686

Se ríe el llanto
con ansias de canto.

687

Riego mis recuerdos


con el pensamiento.
Los traigo a este momento
y otra vez los siento.

688

Y que el verso se rompa


no evita que uno escriba.
Se borró el signo de pregunta
pero la duda aún está viva.
689

La magia
de un verso solitario
que está en búsqueda
de algún poemario.

690

Como robusto caballo


en su firme galope,
la libertad se abre paso
en mi destino desesperado.
Mis rimas trotan
y el poema brota.

691

En mis sueños huérfanos


de dulce arquitectura
planeo vernos
sin restricciones ni ataduras.

692

Mi alma tiene pecas


porque el sol la ha incinerado.
693

Los gestos
que le hace el tiempo a mi cuerpo
me han quitado el aliento.
Y los susurros del silencio a mi grito
lo han dejado sediento.

694

Esa luz tenue


que me hizo sentir
que ya nos habíamos despedido
cuando aún seguíamos aferrados.

695

El porvenir
que ya ha venido
y se ha vuelto a ir.

696

El río nunca es el mismo,


pero yo siempre me ahogo.
Nada cambia en el abismo
y el dolor se vuelve sordo.
697

Ese encuentro nupcial


entre mi alma y la eternidad
se volvió un evento crucial
que ahuyentó a la muerte con intensidad.

698

Los oídos
se volvieron sordos
porque se cansaron
de tanto escuchar.

699

La ceguera
que reposa
y que espera
a los ojos.

700

La mirada cruda
ante la duda prematura.
Aquella mano zurda
que escribe sus roturas.
701

La oscuridad se esclarece
por la luz que oscurece.

702

Los nervios autodestructivos


que parecen adictivos
y nos arruinan los sentidos.

703

Vigila, curioso,
el tiempo rabioso.
Me queman las venas
y no encuentro reposo.

704

Aún recuerdo
cuando comenzó esa historia
que parecía no tener fin
pero que ya acabó.
Hay experiencias
que parecen eternas
y que se acaban
en esa instantánea eternidad.
De esas mañanas
me quedan memorias
gozando la gloria
del amor y su historia.

705

Y de mi mano zurda
mi alma se endereza,
la pena se conserva
y la calma se reserva.

706

Esas personas
con las que uno se cruza
cuando se está aprendiendo a vivir.

707

¿Haber ganado en la vida


significa
no haberla perdido?

708

Toma mi mano
y no la sueltes.
Podrás ver mi mundo
y sus placeres.
709

Y cuando golpee el destino


deberás estar listo
porque será cuando el tiempo
entone su grito
y tu futuro
esté decidido.

710

Siempre estarás
en mi corazón.
No importa qué digan
ni su opinión.
Me siento en la esquina
con ilusión
y nos veo bailando
en lo que fue y murió.

711

Yo te amo, Jesús,
por el simple hecho
de que has cargado tu Cruz,
y con la tuya también la mía.
Ahora mis hombros están livianos,
y mi espíritu más aliviado,
con el que escribo poesía.
712

La humilde compasión
significa “sufrir con”.
No sólo lo ajeno te entristece
sino que lo padeces,
sin excepción.

713

Uno soporta el sufrimiento


cuando sabe que se merece vivir
y que su derecho es sanar.

714

El tiempo no la quiso
hacer inmortal
y todo en una tragedia terminó:
ella, furiosa,
al tiempo asesinó.

715

Cómo duele
la mortalidad:
ver envejecer los cuerpos,
ver morir las almas.
Muchos sueñan
con la inmortalidad:
ver esfumarse a sus huecos
y sanar a sus heridas.

716

Me gusta cuando algo se siente


tan prohibido,
tan eterno.
El corazón no miente,
somos hijos
de lo alterno.

717

Y las manos
se asustaron de su tacto
y no quisieron
tocar nada más.

718

Aquel sueño en potencia


que terminó en acto
y perdió su esencia.
719

Todas las llaves del mundo


pudieron abrir aquella cerradura,
pero, justo esa,
no.

720

La crudeza de mis pecados


que por la noche se rezan,
me ha invadido, me ha cambiado
y ahora de día me pesan.

721

Ese término griego


que por más que he buscado,
nunca he podido encontrar.
Quiero algo que nos defina,
y que sea fácil de recordar.

722

Una almohada que te encierra


y no te deja soñar.
Lo que será aún no empieza
pero ya lo comencé a extrañar.
723

Qué fuerte es la debilidad


y cuán débil la fortaleza.
Cuando pienso en la eternidad,
esta me apunta a la cabeza.

724

me adentro.
da siente
miedo se
el lejos
paso de
del aun
tiempo cuando

725

Las grietas de un techo


que nunca se cayó
pero que se caerá.
Intentará salvarse,
pero fallará.

726

El corazón se cerró
y no quiso volver a abrirse nunca más.
727

Una gota de viento


que, en cuanto la siento,
termino ardiendo
sin remedio ni tiempo.

728

Metí todo lo que quería olvidar


en un cajón
y decidí no volverlo a abrir
nunca más.

729

Como espuma
brota una rima
y se vuelve suma
aquel pecado de tinta.

730

Se aquieta la vida
de un mundo que gira,
y su sueño de eternidad
se vuelve mentira.
731

Se enferma el corazón
de tanto esperar
sintiendo una canción
que no va a llegar.

732

Se hace camino al andar


pero oscuridad al brillar.
Un tropiezo al frenar
y grito al callar.

733

Hubiese deseado
que estos gritos fueran de canto
y no de guerra.
Ansío el júbilo
y no la flecha.

734

Se desespera la desesperación
y pierde razón la razón
en la muerta canción.
735

Y ruega mi mano
ansiando la entrega
que viene en camino
y ya se la lleva.

736

Los días de recordar


ya vendrán.
Mientras tanto,
toca vivir y gritar.

737

Hace ya tanto que muero


que aún me queda vivir.

738

La pena entrometida
de la piel me tira
pretende hacerse la amiga
pero me quita la vida.
739

La Cruz luce pesada


luce pesada la Cruz.
Aún me duele mi alma,
no me imagino la de Jesús.

740

Cegué a la luz
cuando intenté evadirla
y la asusté con mi Cruz.

741

Un acorde que rima con silencio,


late melodioso
en la orilla del infierno.

742

A veces no es cuestión de existir


sino de insistir
para que la vida aparezca
ante el porvenir.

743
¿Qué pensará el tiempo
cuando se entere que le describo
y que sobre él escribo?

744

Me ha suicidado la muerte
a la que he tenido que besar,
sin suerte.

745

Aguas que fluyen


y oídos que sufren.
La sangre que bulle
y las rimas que huyen.

746

Asusta la rima
cuando en ella desfilan
puntos sin vida
y dolores en fila.

747

Se entibia el corazón
cuando halla una pasión
que con su propia alma rime
y le de forma a su canción.

748

Cuando la amplia ovación


se vuelva muy fuerte,
no habrá solución
ante la cantarina muerte.

749

Esas cuadras eternas


que se volvieron arena
ante pisadas ajenas
y bajo el dominio de la pena.

750

Aquella ciudad
que quiso conocerse,
de un paso se recorrió
pero terminó por esconderse.

751

Todos saben hacia dónde ir


pero nadie sabe la razón
del porqué estamos aquí.
Quizás nadie se lo pregunta,
y soy la única loca que duda.

752

El viento azotado
por la calma en el aire.

753

No quedan más historias


si han muerto las memorias.

754

A la altura
de un corazón
que se cura
con su pasión.

755

Esa alma gris


que llora,
siente que los colores
la ignoran.
756

Diluvio de sangre
¡que alguien lo salve!
Se encuentra perdido
¿será que no hay nadie?

757

Me entierro
en la arena
queriendo
volar.

758

Curame de mi mente
que te llama,
impaciente.

759

¿Por qué fue uno el camino


y no fue otro el destino?
760

Grito que vela


los pasos en la arena.
No hay canción, no hay pena,
noche de luna llena.

761

Ningún pozo optará


por enterrarse vivo.

762

Cual ente salado,


de frente a los médanos,
grita el océano
sus recuerdos ahogados.

[Y sus secretos guardados.]

763

¿Por que fue un no la respuesta


ante una afirmación supuesta?

764
Agua va, agua viene.
Pasión de sol, alma de nieve.

765

Ícaro, Ícaro
de sueños tan pícaros.
Al sol has volado
y tu alma incinerado.

Tus alas de fuego


y tu corazón de cenizas.
No has entendido el juego
y te han dado una paliza.

Querías comerte el mundo


y terminaste ardiendo.
¿Por qué tus deseos
fueron más fuertes
que tu razonamiento?

766

Pretendemos hallar
aquello que unifique
lo que hemos partido
y nos ha hecho llorar.

767
Un suspiro a la deriva
que se volvió caricia.
El alma está vacía
pero el corazón brilla.

768

Mintiendo, prometió no mentir más.

769

Temió la oscuridad
por su vida
y se volvió luz su herida.

770

Todo verso es el destino


y todo bocado el hambre.
Con trazo elegante y fino
se define a sí mismo el hombre.

771

El calendario no adivina
lo que el destino ha decidido.
Si uno enjuicia la rima,
su futuro ha perdido.
772

Quema el sistema
y su conjunto de venas.

773

Si vives y no mueres,
no has amado.

774

En la cima del cielo


me espera mi miedo,
cortito de versos,
repleto de hechos.

775

¿Cómo es que no entendemos nada


al intentar entendernos?
Sólo sé que no sé nada,
me angustia lo eterno.

Las preguntas sin respuestas


duelen como el infierno.
¿Terminará esta fiesta
en la que bailamos sin vernos?

776

A veces pienso
que no morir
es morir en verso.

777

No hay travesura
que tenga buen augurio.
La maldad inocente
provoca repudio.

778

Muere el hueso
y escapa el alma
hacia el universo
en donde respira y reencarna.

779

Mi alma grita en verso


y recita su aventura.
Me pesa mucho el peso
siendo un as de la escritura.
780

No hay rima que no rime


cuando al corazón se oprime.

781

Mirada que admire


y caricia que roce.
En mis dulces sueños
no hay pena que goce.

782

De lágrimas los ojos llenos.


El tiempo que se hace eterno.
La espera que se vuelve infierno
y el dolor que termina muerto.

783

La peor despedida
es la que no se marcha.
Abierta está mi herida
porque aún te extraña.
784

Oye mi voz verdadera


mientras mi corazón late fuerte.
Llega la paz con la muerte
en cuanto mi alma desespera.

785

Alma mía,
que gemías
ante Poseidón
y sus aguas frías.

Rige Afrodita
la belleza escrita.
Sigilosa y secreta
cual verso maldito.

786

El sigilo
que hace ruido
y ese anhelo
grita ¡mío!

787

Le hace falta al mundo herido


un cambio radical
por nuestro entusiasmo regido
y de consecuencia vital.

788

Logros cumplidos,
valentía en auge.
Repleto el destino
de alegría y arte.

789

Cuerpos chamuscados
ante el roce del tiempo.
El alma se quedó sin envase
y a la deriva yace.
Sedienta de caricias,
invoca al viento.

790

Uno vive del recuerdo


pero hasta la muerte me olvida.

791

Cuando me crean muerta


me tendrán en sus manos.
Abriré una puerta
que me llevará a la eternidad.
En este libro está mi alma,
y en esta verdad, mi mundo.
Sin estar viva,
hablaré por medio de mis letras.
Lector mío, cuando te sientas vivo,
seré yo
que en ti despierto.

792

A amar se aprende amando.

793

La vida sin poesía


es filósofo sin dudas
y creador sin ideas.

794

La tierra queda atrás


cuando se marcha al compás
de un sueño que se sueña
queriendo dar la paz.

795
Y desde chica
crié a este verso
que aún no nacía
pero era eterno.

796

Gasté toda la tinta


habida y por haber.
Quizás de esa manera,
descubrí mi deber.
La escritura se vuelve eterna
cuando la dejo fluir.
No quiero saber nada
con dejar de escribir.

797

Está esperando
mi alma afuera
a que le abra mi pecho
y la deje entrar.

798

Me miro y me esquivo
es que en mí no confío.
Se confundió el camino
entre tanto frío.
799

Abunda en la tumba
el grito de un vivo.

800

Duele una huella


que aún no se hizo
y no se sabe si se hará.

801

Chica de lágrimas infinitas


que ante cada pena llora:
la vida no es sólo espinas
¡te lo mostraré ahora!

802

Delirio devastador
que aplasta al corazón.
¿Te gusta tu labor?
¡Pues busca una razón!
803

Mi alma duerme
pero ¿quién ha dicho que sueña?
Ya no se siente,
y la noche es dueña.

804

Prefiero
vivir el hoy
y a mi eterno destino
dejarlo para mañana.

805

Mi dolido ser
que ruega y que llora
no se siente ser
cuando a su hogar añora.

806

El que dice morir


no se muere más.
¡Apúrate en tu partir!
que nada ganas con esperar.
807

El que la vida quita


no se merece la propia.

808

Me gustaría
volver presente al futuro
para ver de día
lo que la noche augura.

809

El que da vida y la cuida


lleva dentro de sí
más de un sólo corazón.

810

Al que le escapa al universo,


sabiendo lo que le espera:
Del pecado no hay regreso,
no creas que el castigo olvida.
¡Deberás cargar tu piedra!

811
La angustia dorada
que se vuelve lejana,
no ha dicho nada
porque el silencio le gana.

812

Me apura el tiempo
cuando parece que se acaba
pero sigue corriendo.

813

El hacha del tiempo


que aplasta y machaca
no se presiente
hasta que, indomable,
te ataca.

814

El efecto del tiempo


es a largo plazo.
Lo largo se vuelve corto
en un abrir y cerrar de ojos.

815
La cortina se menea
en la brisa que anochece.
No hay victoria sin pelea,
agoniza el alma al verse.

816

Un brazalete
que encapsula memorias.
Lo ato y lo observo:
me recuerda a mi historia.

817

Atenta caracola
no sólo al mar me transportas
sino que mis penas escuchas
y en el fondo las entierras.

818

Me di cuenta que estaba viva


y, por las dudas, respiré.
No vaya a ser que el tiempo se arrepienta.

819

Qué bien que se siente


la luna en mi mente.
Me gusta la suerte
cuando ataca y no miente.
Recuerdo que viene,
espina que va.

820

Lapicera que retiene


tantos mundos en su tinta
y espera que la agarren
para darles vida.

821

Dos mil veintidós


son todas mis penas;
dos mil veintidós
el total de mis venas.
Dos mil veintidós
los sueños que empiezan;
dos mil veintidós
memorias que queman.
Dos mil veintidós
te espero, serena.
Viernes 31 dic., 2021

822

Cuando madrugue una angustia,


recíbela, tranquilo,
y ruégale a Dios
que te enderece el camino.

823

Una cama de madera


cuyas sábanas de seda
ocultan el latente fuego
de dos almas que se elevan.

824

Lo que tanto temía que se fuera


se fue.
Ahora,
¿en qué queda creer?

825

Anochecer madrugador
¿tanta prisa tenías?
Devolveme al sol.

826

Sombra diosa
de vestido negro
cuya aura misteriosa
me atrae por dentro.

827

Conocer es recordar,
aprender es liberar.
A nadie en especial,
más que a tu alma de la realidad.

Platón y su mundo intelegible


repleto de ideas y de lo no-material.
Al mundo, venimos vacíos
pero con conocimiento innato
esperando por nuestra anamnesis vital.

Aplicamos la verdad
al mundo sensible
para ver cómo encaja
lo que parece imposible.

828

Ese amanecer alcoholizado


de brillo distorsionado.
Las penas que ha inventado
el sol ebrio y borracho.

Los recuerdos borrosos


y las imágenes sin sonido.
Siento que floto
en un trance sin destino.
No determino
si tomé vino tinto
o si el libro
me dio de su tinta.

[Tengo resaca de letras.


¿Hace falta
escribir mi ebriedad?
Por eso estoy tan mal.]

829

Se me cierran los ojos


ante el sueño que domina.
Duele dejarse ir;
¿despertaré mañana?

830

A cada paso que des


impide el odio
y siembra el amor.
Evita el engaño
y fomenta inclusión.
Hazlo por todos, hazlo por ti.
Por un mundo mejor
ante el porvenir.

831
Y dijo Caín:
grande es mi castigo
para ser soportado.
Quien cometa fratricidio,
no será perdonado.

832

Platón y sus dos mundos


y yo, que apenas puedo con uno.

El mío pierde el rumbo


y no encuentro atajo alguno.

833

Evitar la indiferencia
hace la diferencia.

834

Te desayuna la pena
con abstinencia de ti.
Como si de ayuno estuviese,
con hambre te mastica
y te bebe con sed.
835

El saber es poder,
decía Foucault.
El saber es morir,
digo yo.

836

La angustia como parte esencial


de la existencia humana.
Me duele esa idea especial
del pensamiento kierkegaardiano.

837

Necesito más de esas risas


que terminan en llanto
y dolor de tripas.
Porque lo más bello de la vida
viene asociado a la risa.

838

La belleza del sufrimiento humano


es una belleza triste.
El universo se vuelve hermano
y provoca yugen.
839

La belleza que trasciende


de agonizante y breve duración
deja un sabor entre amargo y dulce
cuando el canto no es canción.

840

Un día la respuesta
se preguntó
porque su verdad
no le alcanzó.

841

Sueño de poeta
que frota el papel
hasta rasgar lo que queda
y que arda la piel.

842

Da escalofríos pensar
que lo que es
está aquí,
siendo.
843

Aquella alma delirante


no se olvida de sentir mientras piensa.
Su corazón no es distante
de su cabeza traviesa.

844

¡Que venga la nada,


que ya no tenemos qué hacer!
El todo no agrada
cuando no se puede ver.

845

Que tu pecho corrobore


lo que llevas dentro tuyo,
que no hay vida sin dolores
ni hay esfuerzo sin orgullo.

846

Me voy por donde vine


pienso siempre en morir
cuando soy tras el pensar
que así no se siente vivir.
847

Piensa bien antes de nacer


que al final te espera el fallecer.

848

Baila un baile mi perdición


y mi alma comprende
que su fin es canción.

849

Sólo quedan
nombres y huesos.
Al cielo se elevan
nuestras almas y versos.

850

Esa piedra que tropieza


en las encrucijadas de mi alma.

851

Se me muere el yo
desde que existí.
Comencé a morir
ni bien viví.

852

En la tristeza uno muere


y la cruel vida te hiere.

853

Tierra va
alma viene.

854

En un arrebato de ira
el alma le reclama al mundo
el por qué en la repartija
se olvidó de su sentido y su rumbo.

855

El día se volvió viejo


en cuanto se fue,
cansado y ciego.
856

A la vida se la recorre escondida,


porque sino se declara perdida.
A la muerte se la considera viva
cuando uno le da la bienvenida.

857

Lo que está bien


se vuelve malo
cuando la piel
deja al humano.

858

La vida no se olvida
ante la memoria contenida.
Por más que a veces duela
recordar lo que se ha ido.

859

El pasado
quedó escrito
y el futuro
ha de morir.
860

Todo lo que la realidad te grita


bien pronto se olvida.
La picazón no se quita
ante el roce de la vida.

861

No busques en vida
lo que muerto se siente.
Se cierra la herida
tan abierta y latiente.

862

Se cierra la puerta
ante un mundo ardiente.
Mi alma se quema
en las brasas calientes.

863

La pregunta cruza el cielo


y yo miro
hacia el suelo.

No es miedo ni desprecio,
es que de dudas
ya estoy harta.
864

¿Cómo podría
olvidarme la vida
si la he dejado
bajo el cuidado de la rima
a la vuelta de la esquina?

865

La agonía de la fe
que se queda sin tiempo
para volver a creer.

866

Cómo duele
reconocer en aquel
lo que uno
no puede tener.

867

Uno aspira a ser


lo que está llamado a ser,
que no siempre es lo que se quiere ser
pero se debe ser.
868

Los restos agonizan


junto al fuego del olvido.

869

Un despertador
que se escandaliza del tiempo
y ya no quiere despertar.

870

Se escondió el tiempo
de los segundos
que lo persiguen corriendo.

871

Desearía ser
cualquier otro yo
menos este yo que me soy
y que estoy siendo ahora.

872
Hola, yo,
que te sientes tan solo
no puedo siquiera
sentirte propio.

873

No hay tú sin ti,


ten eso asegurado.
El mundo no es solo un yo, lector,
sino yoes que se han amado.

874

El mudo ha hablado demasiado


tras haberse sentido amado.

875

El vivir
se ha vuelto pecado
y el morir
pasó a ser milagro.

876

El recuerdo de lo que fui


me impide ser estando aquí.

877

La letra sirve al alma en cuanto muere


ya que rima con su eterna vida breve.

878

Rodilla que colisiona


contra el suelo que, en el cielo,
es hogar que aprisiona.

879

Oficio que reencarna


es el de escritura:
vivir la vida para escribirla
y que quede
en los demás hombres.
Lo que en nosotros muere,
que en otros viva.
Nuestra alma se libra
de nuestro cuerpo que expira.

880

Se adormece el alma
ante el eterno sueño.
Aquel grito con calma
¡mi ser no tiene dueño!

881

El hombre que nace,


el hombre que sufre
el hombre que reza,
¡y sin alma muere!

882

Aquel primer asombro


que dio lugar a la pregunta,
hoy se vuelve polvo
ante la ignorancia absoluta.

883

Una sonrisa angelical


con el alma que viene detrás.
Ese brillo letal
que esconde un universo y más.

884

No se alteren,
Doñas Letras,
ya llegará su momento
de escritura intensa.
Ya serán escritas,
ya serán leídas.
No desesperen,
que el tiempo es vida.

885

Lágrimas amargas
que al océano salan.
Las olas las tragan
pero ellas no nadan.

886

La tragedia
acaba
y estalla
la carcajada.

887

El fin del ser


acabará por nacer.

888
Gritos que arden
en el paladar
nunca salen
y me ahogo al hablar.

889

Por fin se sintió vivo


cuando amó.

890

¿Quién podrá
contra el tiempo y su ego?

891

Aguarda la muerte
a tu resurrección
para aferrarse fuerte
a tu torpe corazón.

892

Soldado que huye


para otro combate sirve.
Miedo que bulle
ante el ataque firme.

893

Te falta carne, mundo.


Estás flaquito,
te faltan gritos,
te ves huesudo
y estás solito.
Nos has exprimido, extinguido.
Nos has matado y masticado.
Y ahora, te hacemos falta.
Sin nosotros
no eres más
que tierra de nadie
y sin compás.
Tus suelos sin venas,
ni almas ni penas.
¡te hace falta corazón!

894

Llevas abierto el corazón


cuando te declaras mi lector.

895

Cuello triste
que solo se ríe
y camina el camino
que la pena le pide.

896

Latiente corazón
que lates disparejo,
a tí te quiero
y no te dejo.
A tí te creo
estando lejos.

897

El planeta se compensa
ante cada destrucción;
el alma se endereza
ante cada situación.

898

Un baile no significa nada


si sus pasos no conducen
a la muerte por amor.

899

Lo vieron con el corazón en la mano


y le preguntaron
“¿Qué te ha pasado?”
Pero él no respondió.
“Se murió por amor”
Respondí yo.

900

¿Dejarás que te abrace esta noche?


¿O esperarás a que sea de día
para evitar mi roce?

901

Las almas se enderezan


en las curvas del destino.

902

Martirio agónico
de timbre sinfónico
te hallas recóndito
en caminos armónicos.

903

Escribo historias de amor


y así me voy a morir
sola con mis letras
que buscan lo que no existe.

904

Qué decirles, hombres vivos,


no nos queda otra que vivir.
Por más que no nos guste, por defecto,
hay que existir.

905

Soltar una mano


equivale
al morir lejano
que se acerca rápido.

El alma encadenada,
rozó la libertad con sus dedos.
Pero ahora no le queda nada
desde que te has ido.

906

Se ofendió la ilusión
y me quedé sin pasión.
¿A dónde has ido, imaginación?
Se ha callado la inspiración.
907

Dios me gritó que ¡sea!


pero no puedo ser
sin su fuerza.

908

Pe con ena se hace la pena,


eme con iedo se hace el miedo,
ce con ulpa se hace la culpa
y eme con uerte, las palabras han muerto.

909

Quien contempla, escucha


lo que el universo tiene para decirle.

910

Me salvaste la vida
y ni cuenta te diste.
Camino cuesta arriba
más unidos que libres.

911

Corazón que se desangra


de tanto latir.

912
Destino sangriento
del cual me arrepiento
aunque aún no está el viento
que me cuente los hechos.

913

Se borda en el tiempo
a cada paso la blanca paz.
Ten en claro tu nombre,
el que por siempre llevarás.

914

Ahí viene el momento


que no volverá.
Se detiene en el tiempo,
pero llegará.

915

Muere el sol
en el anochecer.
y la intriga
vuelve a aparecer.
916

Vertí sudor y lágrimas


en las letras de estas páginas.
Ninguno se imagina
lo que ha sido pasar página.

917

Fuiste la h en mi vida,
sin sonido pero decisiva.

918

La voz del amor


no siempre es la misma.
Aquel fuerte clamor
el alma penetra.

919

Me tortura tu nombre,
que con el olvido se muere.

920
El mundo se forma
a partir de uno,
pero sin otro no hay costas,
ni camino alguno.

921

La bella tensión
de un día que está comenzando.
Hay mucha presión
y el destino que está gritando.
¡Que sea lo que debe ser
de este día que acaba de nacer!

922

La esperanza nunca muere


por más que las almas la dejen.
Por los aires se mueve
y con la fe se entreteje.

923

Todo eso que eras


y que ya no eres
podrás serlo todavía
mientras no desesperes.
924

Para ver las estrellas


es necesario
que la oscuridad exista
en el cielo.

925

Marco el contorno de mi oreja


que escucha, perpleja,
lo que la tierra no nos deja
que oigamos sobre ella.

926

A aquella angustia sin nombre


la llamo insistente.
Ella no quiere que la llore
pero la siento latente.

927

Se desnuda la fe
ante pedidos de ayuda.
El cuerpo sin pies
ante la vida cruda.

Es por esto que los hombres


precisan ser salvados
y sólo alcanza con un nombre
que, de ser nombrado, acudirá a tu lado.

928

¿Y si viene otro mundo


por pisar y por vivir,
dejaremos el nuestro
para en el otro existir?

929

Si liberará tu prisión
cuando cumplas tu misión.

930

El destino
se vuelve duro de soportar
cuando en el camino
no alcanza con caminar.

931

El arte que llora


no se siente sola,
de hecho está toda
repleta de historias.

932

Individuos posesivos,
ningún ciudadano amigo.
¿Dónde ha quedado, mis queridos,
el sentimiento vivo?

933

El alma de los nuestros


no es más que un simple hueco.

Este no ha sido llenado


ni por nuestros ancestros.

934

La pesadumbre de nuestro existir


nos pesa desde el nacer.
No queremos partir
pero no sabemos ser.

935

¿Por qué manos y pies


que nos torturan la fe?
¿Por qué no eternidad y almas, diez?
Aún mortal, vuelo, Señor.

936

Sale pura la palabra


y se crea la esperanza.
Por ventura dejo que abra
el corazón la dulce danza.

937

El alma se sintió muerta


en cuanto sus alas plegó.
Y entonces se dio cuenta
que del cuerpo se enamoró.

938

Si en la muerte es posible soñar


¿soñaré con resucitar?

939

¿Se vive el dolor


o la vida nos duele?
940

¿Por qué no la Nada y sí el Todo?


La dicha soñada
que insiste con el codo.

941

Quieren al mundo darle fin


pero no piensan
en dónde existir.

942

Muchas cosas que no sé


ni con la muerte las sabré.

943

Infeliz, que buscas el sentido de tu alma,


no gozas de la dulce calma
ni de la vida que emanas.
Buscándote,
te pierdes en la orilla.
De hacer tantas cuentas,
te has perdido el resultado.
944

Perdemos el tiempo,
pero es lo único que quedará
cuando ya no estemos.
El tiempo es la constante
y el cambio se vuelve fijo.
Uno cambia a cada segundo
pero el mundo siempre es el mismo.

945

El alma
parada en el umbral
del olvido que la espera
para recordar.

946

Tu palabra grita ¡amor!


y del cielo se escucha el tambor.

947

Devórate el fuego
que te consumió.
¿O acaso te da miedo
terminar sin voz?
948

Las voces
quieren callar a solas.
Las luces
quieren oscurecerse por horas.

949

Cristo y su pena
de mirada tan plena.
Las heridas nos queman
pero Él nos las venda.

950

La penuria humana
no tiene un mañana.
Más vale que gana
la eternidad mundana.

951

Masticame mundo,
destrozame en un segundo.
Qué más que morir, me vivo
sin pasiones y sin rumbo.
952

Tú, que te acobardas ante el sentir


y que te aterra
quedarte sin ti.

953

Y en este eterno viaje,


la llegada es el punto de partida.
Nuestra alma parte lista
en cuanto nuestra vida termina.

954

Este sendero se endereza


y le miente a la realeza.
Lo que era derecha ahora es izquierda
y la vida, muerte eterna.

955

El libro quiso leerse


y bizco terminó.

956
El último ser humano vivo
podrá gozar de su soledad
o enterrarse vivo
ante la insoportable eternidad
que fiel lo espera.

957

Morir
y renacer en el ayer.

958

Me resbalo de tu mano.
Ansío con mis recuerdos
regresar a tu lado.

959

El universo en eje
y el sol que con sus rayos teje.
Cuando los planetas se alinean
yo me pierdo entre líneas.

960

Uno se olvida
que todo pasa
y que nada queda.
Se vuelve a la vida
estando en casa
por más que duela.

961

Quieres ver desnudas tus ideas


pero te da miedo desnudarlas.
Quédate en silencio y no las veas
pero no te olvides de amarlas.

962

El corazón que espera


vuelve a esperar
cuando sus latidos cesan
para volver a empezar.

963

Que lo que te hace llorar


te haga llorar aún más;
las lágrimas te han traicionado
cuando te prometieron parar.

964
Te quema el todo
cuando se vuelve nada,
un simple pozo
donde se esconde el alma.

965

La eternidad de papel
que se arruga con el tiempo
y se vuelve un ayer.

966

No te confundas
con la sonrisa del tiempo:
no es de goce, es de burla
ante tu destino lento.

967

¿El momento se queda


o la eternidad avanza?
Respira mis versos
quien de morir se cansa.

968

Respiro tu aire, Malvinas


de recuerdo triste.
Tus venas argentinas
te quisieron libre.

969

Mi cabeza se ha enfermado
de tanto soñar.
Al despertar ha esperado
pero este nunca ha llegado.

970

El alma olvida
de tanto leer.
Incluso en vida
su muerte ha de ver.

971

Escribo sabiendo
que yo seré lectura
en algún momento.

972

Uno se cuida
de la muerte
pero el nacer
no tiene cura.

973

Al ahogar todo grito


se te va la vida.
¡A ella le gusta el ruido!
No dejes que se despida.

973

Vivir
no basta con respirar.
Has algo de tu vida
que te reviva al recordar.

974

Y si no me amo,
¿cómo amaré al prójimo?
Te aseguro, mi hermano,
que lo intentaré al máximo.

975

El porvenir me retó a una carrera


y lo dejé atrás.
No podía ser de otra manera,
está por venir la paz.

976

Este día me comprometo


a pasar página por completo.
Hoy mi vida comienza
y la muerte es un eco.
Este final doloroso
se vuelve un nuevo comienzo.
Sin lágrimas y sin penas,
he emprendido mi regreso.

Domingo, 2 de enero 2022

977

Los cuentos cuentan mundos


que nos tientan a esperar.
Nunca vienen, están mudos
de lo que dicen al hablar.

978

Se atrasa la eternidad
y perdemos tiempo
pretendiendo esperar
por la vida viva
y la muerte muerta.
¡Al fin somos para siempre!

979

Mi alma has abandonado


y por eso mismo
no serás perdonado.

980

El ardor
de la eterna agonía del corazón
que no tiene comparación
con ningún otro dolor.

981

Mi alma pinta
una rima celestita
con la tinta
que dentro suyo late.

982

Las ruinas del recuerdo


que se pierde al recordarse
y se siente foráneo
en su propia cabeza.
983

El porvenir está viniendo


pero se pasó de largo
y no sabe por dónde volver.

984

El viento me canta en susurros


una canción de cuna
la cual me induce
en un sueño de pluma.

985

Ink-flight, written flight

En este vuelo de tinta


que se escribe al volar,
se sientan pasajeros escritos
y rimas que han de rimar.

986

Muchos han llegado,


y muchos otros se irán.
Aquí les dejo mi legado
con el que me recordarán.

987

De nuestro universo
de palabras
brotan ideas
y cuajan en verso.

988

Sangre que brotó con gloria


pena que cambió la historia.
Cristo que murió
por la triste humanidad
para así la verdad revelar
y el Pueblo de Dios instaurar.

989

El cielo
desnuda a la noche
y nacen estrellas
del fogoso roce.

990

Un plato que se estrella


contra un inocente muro.
La pena se despierta
ante el golpe del futuro.

991

Se moría la luz
en el corazón
de la oscuridad
y su triste canción.

992

Quiero arrancarme el alma


y lograr descifrarla.
Al respirar se agranda
pero plena nunca se siente.

993

Asusta perderse
en un mundo perdido
sin intenciones de encontrarse.

994

Un rock progresivo
colmando el ambiente.
Resulta atractivo
por los oídos entra
y con el corazón se siente.

995

Enredadera sombría
que se extiende por la reja.
Le pasa el mundo por arriba
pero ella vencer no se deja.

996

Tararea tu alma
unos cantitos sin ritmo.
¿Será que cuando canta
se ilumina su himno?

El alma se conoce
al cantarse a sí misma
y conocerse entre rimas.

997

Un sollozo se escapa
ante la angustia que atrapa.
El peso se vuelve muerto
cuando eterno se lo carga.
998

El triste castigo
del muerto
es no poder revivir
sabiendo lo que se siente estar vivo.

999

Si se desequilibran los latidos,


se confunden los destinos.

1000

El pecho se oprime
ante la rima que gime
pero que no se escribe
porque las lágrimas siguen.

1001

La eternidad del momento


se ha vuelto un simple instante
pero que dura para siempre
en la memoria del tiempo.

1002
La sed se bebió a sí misma
y nunca tuvo la necesidad
de volver a beber.

1003

El destino fatal
que al alma aguarda
se vuelve letal
cuando su tiempo se acaba.

1004

Morí aquel día


en que la angustia en mí nació.

1005

¿Habrá conciencia tras la muerte


de que se ha muerto
y el alma ha huido?
¿Se considerará uno muerto
cuando de la tierra haya partido?
¿O no será más que un sueño eterno
que se sueña dormido
y del que uno no despierta vivo?
1006

La filosofía
a la que doy vida
tiene como ideal
el pensar antes de saber
aún sin saber qué buscar.

1007

El futuro del ser


está siendo
sin saber.

1008

Están mis ojos


en los suyos.
¿Cómo haré para verme sin verlo?
De su mirada huyo.

1009

Mi alma se ha bebido
el vaso sin permiso.
Ahora ambos están vacíos
y en el pecho hace frío.
1010

Pasó un día ayer


y vendrá otro mañana.
Y así es como vas pasando,
vida apresurada.

1011

Y cuando el corazón que soñaba


pare de latir,
¿parará también su sueño
ante el desgraciado porvenir?

1012

Debes elegir en tu vida


si la que late es la muerte
o tu corazón bien fuerte.

1013

¿Los sueños
siempre tienen que tener
quien los sueñe
para ser soñados?
¿O existen por sí solos
independientemente de los humanos?
1014

El alma peregrina
ya no puede mantenerse de pie.
Ha pasado por mucho
y no todo es lo que fue.

1015

Hombre soñador,
que te has soñado soñando
y no puedes dejar de soñarte.
¿Estarás dormido
cuando te llegue la muerte?
Quedarás sumido
en un sueño eterno.
¿No querrás que te despierte?

1016

¿Quién mata la libertad


y te ata a la esclavitud?
Lo que era libre se volvió pecado
y lo que era vida se volvió ataúd.

1017

Las horas ciegas


se estrellan contra el destino.
Se vuelven viejas,
y en el reloj,
rejuvenecen en un giro.

1018

Eterno atardecer
tras una ventana
que simboliza el fallecer.
Siempre es de día
pero un día
existiremos sólo al anochecer.

1019

El mundo crece
y nosotros crecemos para él.
Y si el planeta muere,
todos morimos detrás.

1020

Sentir el peso del vacío


me dejó en el suelo,
presa de un silencio agresivo
y lejos del alto cielo.

1021
Hache que hace
del silencio un sonido.

1022

Sufro todo el peso


del Dios sobre los cielos.
Se prende fuego mi alma
buscando el sentido ciego.

1023

Encierro a mi alma
en un poema abierto
mientras la traviesa rima
se vuelve esclava del verso.

1024

En la eternidad,
el tiempo no corre:
siempre es temprano,
nunca es de tarde.

1025

Duele quedar atrapado


en las garras del tiempo pasado.

1026

Tejido de ensueños el corazón


y de rostros que hieren
con mucha razón.
Si late se olvida,
si late no es vida.

1027

Se come el sol a la noche


y nos incinera en la oscuridad.
Su negro estuche
encierra nuestra entidad.

1028

Me muero al quererte
y no quiero morir,
pero a ti voy a amarte
aunque no pueda vivir.

1029

Una mañana
se hace tarde
cuando se la intenta volver eterna.

1030

Aunque me deba rendir


lo haré con orgullo.
Me siento a escribir
para que lo mío se vuelva tuyo.

1031

El sentido de las cosas


no siempre tiene sentido.

1032

Aunque deba volverme piedra


ante las calamidades,
elegiré seguir siendo débil
ante todas las verdades.

1033

La sencillez
es el vivir más fácil
pero qué difícil es conseguirla:
no es presa fácil.
1034

Estoy herida,
en el suelo.
Pido auxilio,
pero no hay consuelo.

1035

Dame tu sostén
tras mi trascendente “amén”.

1036

El mortal despierta
tras la muerte y la agonía.
El inmortal se duerme
tras el suspiro de la vida.

1037

Mi amor vive en un mundo


en el cual lo que muere no se queda.
Le ha llegado el momento
para ser olvidado en la tierra.
1038

No sólo doy vida a la lengua


sino pasión al corazón.
Quien lee mis letras
inhala todo mi interior.

1039

Mi lenta mirada
ha de morir rápido
en el horizonte que espera
y que se vuelve lápida.

1040

No hay eternidad
si hay infierno.
Es la enemistad
del recuerdo.

1041

Ten paciencia
ante el peso
de la existencia
en tus huesos.
1042

El alma nos agarra


la angustia enferma
con la cual nos desgarra
el tiempo eterno.

1043

La pena empalidece
y el llanto por fin aparece.
En un vaivén la mece
al alma que se estremece.

1044

Aguarda a la muerte
que esta pasa sólo una vez.
Quizás tengas suerte
y la recibas en la vejez.

1045

Se recorrió el camino
y comprendió su destino.

1046
¿Y qué si hablo con la muerte
y me niego a irme con ella?
¿Se irá sin recogerme
o me obligará a seguirla?

1047

La primera vez que la muerte


asesinó con sus manos,
fue la vez que a ella misma se mató.

1048

El oleaje del cual brotó


una apertura que se cerró.
El corazón se resguardó
bajo las olas de Dios.

1049

Hallarás tu sentido
cuando el olvido te envuelva.
Tus ojos habrán dormido
lo que no dormirán de vuelta.

1050

Mi alma devuelta
por el cielo disconforme.
Esta da muchas vueltas
y tiene una angustia enorme.

1051

Las esquinas ansían


entrelazar destinos.

1052

¿Quién salvará a mi alma


cuando todo se destruya?
¿Será la mano de Dios
o la propia suya?

1053

El porvenir tormentoso
se atormenta de su propio ritmo.
El futuro es acoso
siempre que al presente pisa.

1054

El ruido ensordecedor
me impide escuchar
a mi propio corazón.
Lo siento, lector
intentaré transformar
los gritos en una canción.

1055

Muero porque al pensar en la muerte


no tengo miedo,
me vuelvo fuerte.

1056

El tiempo no pasa
cuando mi cabeza se parte.
El tic tac cansa
pero yo escribo el arte.

1057

En el amanecer
oiré lo que queda
antes del último atardecer.
Antes de caer.

1058

Mi vida enterrada
en tiernos momentos,
recuerdos de olvido
ante el fuerte abismo.

1059

Aquel último sismo


fue del abismo
que se aproxima
y el mundo tiembla
ante su venida.

1060

Mi hambre voraz
imposible de saciar
encuentra junto al compás
su raíces del cantar.

Aquel Dios que me guía


me arranca el espíritu
ante la falta de sentido
y me lo dice en poesía.

1061

Canta en vida
la sinfonía de la muerte
y sin quererlo duda
sobre su celestial suerte.
1062

El alma empieza a vibrar


cuando Dios nos mira la mirada
y nos hace volar
ante la dicha esperada.

1063

Y si dormir es como morir,


¿despertar es volver a nacer?
Cada día es vida nueva,
cada noche es muerte y pena.

1064

No, nada de a los ojos.


Dios te mira directamente al alma.

1065

Cuesta más subir de abajo que bajar de arriba.


Cuesta más la subida que la caída,
más la muerte que la vida,
la sanación que la herida.
1066

Este raro sentimiento


de eterna poesía.
Mi alma habrá muerto
pero mi eternidad estará viva.

Escritura que ha escrito


mi futuro que vendrá.
Lo que quiero hacer por siempre,
con sólo un sueño bastará.

Mi espíritu antiguo
que nunca se vio tan joven.

1067

Los recuerdos se derriten


ante el fragante sol.
Me olvidaré, si se me permite,
de los restos del amor.

1068

El humano verso
que se vuelve hueso
ante cada espejo
que revela un canto abierto.

Rimas que funcionan


como celdas de la libertad.
La verdad aprisiona
los anhelos de levedad.

La verdad pesa
pero la mentira aplasta.

1069

Los cantos, acoplados,


se vuelven universos cantados.
Las rimas bien armadas
construyen paraísos auditivos.

1070

Esta diaria poesía,


he aquí mi confesión,
se convirtió en mi salida
ante cada situación.

1071

No creo en lo que debo creer,


creo en lo que no puedo ver.
De esa manera, vuela alto mi fe
arraigada en el pecho de quien desde arriba me ve.

1072
Cuando leas mi libro
una vez que no esté contigo,
resucitar en ti me sentirás,
resucitar en ti me sentiré.

La historia es solo una


y nos uniremos en la Gloria.
La muerte no es más que una
en la que nos viviremos con memoria.

1073

Una vez que muera


estaré cautiva
en mi letra viva.

1074

Las palabras se las lleva el viento


a no ser
que las estés escribiendo.

La eternidad se plasma en arte


sino no es más que instante.

1075

Mundo, estás cubierto


del polvo que fue tu gente.
Pídele ayuda al viento
para que se lleve al presente.

1076

Los muertos le ceden el lugar


a los vivos que acaban de despertar.

1077

¿Es la muerte extensa


o no es más que un simple instante?
Díganle que se apure
y que no tarde una vida al llevarte.

1078

Cuan triste es la alegría


cuando no estimula poesía.

1079

Te da terror absoluto
que se te acabe el porvenir.
Hermano mío, ten por seguro
que sólo importa el sentir.
1080

Lo que se ha ido
nunca es más importante
que lo que vendrá;
aunque se prefiera regresar
que hacia al frente caminar.

1081

Que nuestras lenguas escriban


lo que nuestro pecho canta.
Que nuestras lapiceras rimen
en cuanto la voz suene alta.

1082

El soplo del espíritu


en todo el cielo narra
la historia de una rima
que se ha sentido rara.

1083

Se hartó la rima
y no quiso rimar más.
¡Ay de mí, poesía,
que sin ti no hay respirar!
1084

Despliega sus alas la niñez


y se pierde entre las nubes
para volver siendo vejez
cargando con más Cruces.

De niño se es liviano;
de viejo se carga el peso;
pero más alto o más bajo,
nunca se frena el vuelo.

1085

Soñaba con la amistad


pero se perdió en la soledad.
¡Alguien sálvelo ya
de su silenciosa mortalidad!

1086

La ambivalencia de los atardeceres:


la tristeza de lo que se va
y la esperanza de que algo bueno
por fin pasará.

1087

La libertad no cabe
en un alma
que a la muerte no le llora
y no le teme a su cárcel.

1088

La única alma
que rechazó la eternidad
yace en la palma
de la mano que la mató.

Prefirió morir
a la inmortalidad
porque se acostumbró a sentir
y le dolía recordar.

1089

Los que volamos,


somos nosotros,
no el tiempo.

1090

El fratricidio
no es suicidio
es un hermano
que comete suplicio
y mata a su propia sangre.
1091

La tinta de mi pluma
narra la guerra
entre individuo y frater.
El egoísmo suma
razones extensas
para alejarse los hombres
de sus hermanos y pares.

1092

De un corazón estéril
no puede nacer el amor.
El mundo se ha vuelto débil
y se puede oír su clamor.

1093

Recostada en la cama,
mirando un punto fijo en la ciudad.
La brisa entra por la ventana
y lo que menos quiero es descansar.

1094

Ese instante
me hizo sentir tan viva,
que por un segundo
me olvidé que iba a morir.

1095

Si estás buscando una salida,


no lo hagas en la tierra.
Toda ella es una herida
que nunca en vida se cierra.

1096

Se ha vuelto el mundo una jaula,


y una jaula un mundo entero.
Se encierran el uno al otro
¿quién se liberará primero?

1097

La inquietud de mi alma quieta


terminó por desatarse.
Ahora grita, corre y vuela
sin intenciones de calmarse.

1098

La eternidad nos devora


y el recuerdo del olvido nace.
Aún no te ha llegado la hora
pero el alma no quiere quedarse.

1099

Dudarás si has sido,


dudarás si no serás.
Vendrá ayer el destino
de lo que perdurará.

1100

El tiempo teje la memoria


y el olvido de la historia.
Rápidamente se acaba
y con lentitud empieza el día.
El tiempo otorga vida
y a cada paso nos la quita.

1101

El porvenir está siempre llegando


pero nunca llega.
¿Será una forma diferente
de llamar a la muerte?

1102
Hágase luz
siempre y cuando
la luz no duela
y signifiquen respuestas.

1103

En mi camino profundo
un calvario es celda y fuego.
Comienza donde se acaba el mundo
y termina al empezar el juego.

1104

¿Le pesa al peso ser pesado?


¿O se vuelve liviano
al pesar sobre nosotros?
El peso ya se siente
en mi hueso desterrado.

1105

Palpitar le fue imposible


a mi débil corazón
porque de tanto buscar
no halló a nunca una razón
ni a nadie para amar.
1106

He de llevarme del mundo


cada recuerdo construido.
He de llevarme memorias
de cada camino recorrido.
Dejo el mundo,
pero me llevo una réplica
de todo lo que he vivido.

1107

Se ensancha mi alma
cuando la inmortalidad se adentra.
Se aloca mi calma
cuando el viento fuerte entra.

1108

El eco en tu silencio
de un ruido en pasado.

1109

El alma se fuga
del cuerpo terrenal.
La vida en sí
¡Qué hecho sobrenatural!
1110

No hace falta saber leer


para poder sentir
los que las letras te quieren decir.

1111

El paraíso alado
se posó en mi recuerdo gris.
Lo revivió gritando
y con sus letras lo volvió feliz.

1112

El olvido
entreabrió los ojos
y el recuerdo
irrumpió valeroso.

1113

La persiana está pesada


pero la luz que atraviesa
por la prominente ventana
hizo valer la fuerza.
1114

La noche nunca muere


y se frena el tiempo
si no se duerme
y uno pasa el insomnio escribiendo.

1115

El recuerdo infinito
que desnuda a la guerra
cuando la paz suelta un grito
y el corazón desespera.

1116

El alma no está entera,


una pieza le hace falta.
El silencio se altera
ante la búsqueda que canta.

1117

Has muerto tantas veces


que piensas más en muerte que en vida.
Te ha herido tanta gente
que tu alma a veces no confía.
1118

Deja la eternidad
para otro momento.
Vive el instante
en el que te encuentras viviendo.
Escribe y suelta alas
que te acompañarán en tu vuelo.
Escucha las campanas
que te esperan en tu sueño
en el que estás destinado a ser sin miedo.
Si te sueltan manos, aférrate a otras:
nunca estás solo
en este mundo de almas rotas.

1119

Si no ser provoca eco,


prueba con tratar de ser.
Siempre habrá algún hueco
en el que podrás caber.

1120

Este círculo vicioso


encerrado en un cubo
del que la mente no sale
y se pierde ante el mundo.

El alma cautiva
ignorante e incapaz,
se siente inofensiva
al no poder razonar.

Mantén tus ojos abiertos


ante cada situación.
No todo lo que dicen es cierto,
prioriza tu sentido común.

1121

Cómica vida
que te pasas de viva,
¿por qué te haces corta
y te despides agresiva?

1122

¿Matarías a la muerte
para salvar vidas?

1123

Algún día serás


lo que no eras
pero no lo verás
hasta que lo seas.

1124
Querido mundo:
ya estoy lista para volar,
tan pero tan alto
que no me alcanzarás.

1125

Cómo quema el fuego


de algo que se ha consumido.
¿Acaso quedan los restos
que nunca se han rendido?

El veredicto del tiempo


es determinante
pero el amor no se rinde
ante el rayo fulminante.

1126

Lo único que quería hacer


antes de morir
era escribir este libro,
pero ahora me doy cuenta
que morirme no quiero.

1127

Lo que nunca sabremos


se queda en el pecho
y molesta con peros:
jamás será hecho.

1128

Quedan los lamentos,


al vaciar tu hogar,
de lo que fue en su momento
y no volverá a pasar.

1129

Dios no pudo salvar al cuerpo


pero al alma rescató
y aquellos sueños tan muertos
el olvido levantó.

1130

Se enamoró el olvido
de los recuerdos tan vivos
que no quiso destruirlos
y en la memoria los dejó intactos.

1131

El poeta
hace la tierra con sus ojos
y les mete corazón
que late junto al alma
de un papel que emana vida
y en donde se escribe la canción.

1132

Busca la razón su vida,


busca mi vida una razón
para sentirse viva
y redimirse a su pasión.

1133

Las huellas del olvido


recorren las casas que han sufrido.
No hay memorias que hayan sobrevivido
ante las garras del destino.

1134

Mientras no se dice nada,


se pretende decirlo todo.
¿Es que el todo le ha dicho a la nada
que callando se resuelve todo?

1135

Se pierde el hombre caminando


el camino de su vida
y se topa con la frente en alto
con el fin de su travesía.

1136

Tú, que me estás leyendo


¿te sientes yo
con tanto cuento?

En mis letras dejé mi viento


que se vuela
con los recuerdos.

Ten presente lo que te cuento


que ni yo sé qué me digo.
A veces la rima por dentro
se escucha como un eco perdido.

1137

La simpleza de la fuerza
con la que su mirada me miró
construyó un enorme mundo
pero, siendo capaz, lo destruyó.

1138

Las esquinas
del hombre común y corriente
no tienen remedio
y se las arranca impaciente.

Sus hoyos no se llenan


y sus grietas no se cierran.
¿Quién hizo que sea así,
y el hombre sufra su existencia
y en su pecho toda esta guerra?

1139

Se pierde el ocaso
en la esquina del camino.
¿Por qué robar la pobreza
si por dentro la sentimos?

1140

Se enreda el mañana
con el ayer del destino
y se desnuda el silencio
cuando por dentro se grita.

1141

El caballo camina
tranquilo y relajado
sin saber el destino
que de su alma se ha adueñado.
1142

El adolorido poema
no quiere dejar su rima.
La verdad está en sus venas
y se hunde el olvido en la cima.

1143

¿Sabes, Dios, hasta cuándo va a durar


este sentimiento devastador
que nunca me termina de matar?
Sólo dime, Señor,
si alguna vez
se va a marchar.

1144

Alma mía, te quiero viva


cuando me duela respirar.
Alma mía, te quiero viva
cuando tenga miedo al amar.
Alma mía, te quiero viva
siempre después de tropezar.
Alma mía, te quiero viva
cuando sólo me quede llorar.
Te quiero viva
cuando el silencio comience a gritar,
cuando no sepa bailar
y cuando me intente admirar.
Alma mía, te quiero viva
cuando la muerte me venga a buscar.

1145

El alma errante en la tierra,


se siente extranjera;
se esconde del tiempo
perdida en lo eterno.

1146

Flagrante delito
del cual mi alma se redime.
Inmenso castigo
el de no ser inmortal.

1147

Mi corazón augura,
presagia,
presiente
y predice.
Mi corazón siente
lo que vendrá a por mí,
pero la espera
se vuelve dura.
1148

La volátil pluma
que irrumpe en el léxico,
se arranca las letras
y las vuelve verso.

1149

La poesía mancomuna
y vuelve a todos
un alma única.

Se unen las respiraciones


y un sólo corazón late
irradiando vida a través de rimas.

1150

Se esclarece mi alma
y su oscuridad se hace tinta.

1151

La unívoca escritura
se cansó de ser leída de la misma forma
y estalló en significados,
volviéndose otra.
1152

No cuaja mi mente
en un mundo tan inerte.
Lo que rige el presente
se ha vuelto inercia y muerte.

1153

Una prenda de ropa


caminó el sendero de lo que ya ha muerto.
Ha vivido lo que ya no es
y ha visto lo que ha quedado lejos.
La gastada tela escupe
todas las huellas que evoca.
Se vuelve insoportable
el ruidoso recuerdo.

1154

Mi vida entera
se rige por la poesía.
La lectura eterna
es la que a mis actos guía.

1155

El tiempo redimió a mi dolor


pero lo volvió viejo con su calor.
Su trato adusto lo confundió
y su toque frío lo consumió.

1156

El tiempo rompió en llanto


porque no se puede enamorar.
¡Pero si es que con su tacto
es capaz de matar!

1157

Cual fuerte pestillo


aquel vigoroso anillo
aseguró que mi corazón se cierre
tras jalar el gatillo.

1158

Quiero que mi alma


sea devuelta
a donde estaba
antes de la tormenta.

1159

Existimos
porque hubo gente
que se amó.
Y luego no sabemos
hacia dónde vamos.
¡El camino
es el amor!

1160

Nuestros antepasados
han hablado
pero sólo han quedado ecos.
Hoy, nosotros oímos
y sus voces cobran vida
en nuestros recovecos.

1161

En cuanto te agobie el peso


de un día que comienza
y de un futuro que se acerca,
ten por sabido
que siempre podrás leerme.

1162

La enfermedad de escribir
y ahogarte en la tinta
de las letras que te hacen sentir.
1163

Te someto a ser recuerdo


y a imponerte ante el tiempo.
Que engañes a mi pensamiento
e irrumpas junto al viento.

1164

El ruido en mi cabeza
aturde al silencio de afuera.
Las paredes descascaradas
invocan recuerdos cualquiera
y se encierran sin puertas
en una oscuridad que quema.
Las huellas que se borran
son acechadas por la lapicera
que quiere describirlas
antes que desaparezcan.

1165

Los gritos
se cansaron de tanto gritar
y optaron por disfrutar
de su silencio.

1166
Yo no quiero vender mis libros
ni comercializar mis letras,
sólo quiero que los lean
y sientan cómo penetran.

1167

Viene la marea
y se lleva lo que queda.
Duelen las grietas
y lo pendiente quema.

Más allá de todo el dolor,


bien al fondo,
me siento ser
y no me pienso rendir.

1168

¿Te sientes caer?


¿Te sientes morir?
¡Pues grítale al mundo
que te deje existir!

1169

Mi sueño,
desde que tengo uso de razón,
es escribirle al mundo
y entregarle mi corazón.
1170

Te sientes solo y perdido,


pero no lo estás:
hay millones de ojos
que ansían leerte
y que no se irán jamás.

1171

La angustia quizás
no te abandone jamás,
pero aún así vivirás
junto a tus letras y el compás
¡Tú sabrás!
Volverás
¡Ya verás!

1172

Para morir,
de alguna forma hay que vivir.

1173

Manos que se aferran sin tocarse


encadenando su alma
y ansiando reencontrarse
en la tormenta y la calma.

1174

Puedo verte,
pero no tocarte.
Te alejas,
y despierto.

1175

Me arranqué el corazón
y escribí este libro.
¡Cuánta vida,
cuántos caminos!

1176

Transmiten tus ojos


el mundo entero que callas.

1177

¿Qué harás
cuando sepas
lo que ahora ignoras?
1178

Te pierdes buscándome,
me pierdo encontrándote.

1179

Me fascina
cómo luce mi muerte
en tus ojos.

1180

¿Se dará cuenta el alma


de cuanto la quiso el cuerpo?
Si hasta le ha dado alas
cuando él ha muerto.

1181

Para avanzar
tenemos que dejar ir;
para soñar,
es necesario dormir
y para al paraíso entrar,
debemos morir.
1182

Cuando uno se siente solo


busca con la mirada
algo que lo haga sentir fuerte
como un abrazo que despedaza.

1183

La tormenta
evocó recuerdos que no quería recordar
y se volvió eléctrica.

1184

Todo lo que nos sucede es real


pero hay momentos
que nos hacen sentir realmente reales.

1185

La erudición
me enamora
al igual que la sabiduría,
tan encantadora.

1186
Uno está siempre en búsqueda
¿pretendiendo encontrar qué?
El mundo se va y sólo queda
lo que uno nunca se animó a ver.

1187

Ese momento vino conmigo


y luego se fue junto al destino.

1188

Ese silencio incómodo


en el que la mente comienza a pensar.
La cabeza acelera
para nunca frenar.

1189

Una playa que se desmorona


en un rinconcito de la memoria.
El cigarrillo a medio terminar.
Aquel buzo atado en la cintura
que confirió seguridad
ante el frío de la historia.
Uno se sintió perdido
pero nunca tembló de soledad.
Se encontró en el olvido
lo necesario para recordar.
1190

Ayer hubo vida


y hoy hay muerte.
¿Qué habrá mañana
si es que tenemos suerte?

1191

Uno se siente siendo


cuando ya no queda más que ser.

1192

La vida pasa con prisa


y uno en la eterna corrida
se olvida
que ha de tener que morir.

1193

A cada paso que damos


la eternidad está presente.
Déjame terminar el vaso
mientras sigo huyendo demente.
1194

El mundo ha gritado
y yo terminé aturdida.
Sin embargo, él se ha vuelto sordo
ante mis plegarias repetitivas.

1195

Me piden que despliegue mis alas


pero yo estoy acá,
presa de mi ser.

En todos los huecos que quedan


no cabe esta jaula
que no para de crecer.

1196

Tantos ejercicios de respiración,


y tú, alma mía,
¡lo que quieres es no respirar más!

1197

La poesía escurridiza
huye de mi agarre
por puertas corredizas
que luchan por cerrarse.
Las palabras vacías
que se reprimen a sí mismas
crean mundos enfermizos
en el ayer que ya no es.

No alcancé a escribir
lo que en mi lengua se estaba muriendo.
De aquel pasadizo intenté salir
pero mi corazón ha muerto latiendo.

1198

Se rehúsa a latir
el corazón del poeta
si no puede escribir
lo que desborda de cada grieta.

1199

La herida
se dio cuenta
que ya no dolía tanto
y se cerró.

1200

Una ducha pendiente


cuyo grifo está abierto.
Corre el agua caliente
y se empañan con acierto
los espejos de la mente.

1201

Mi alma ha sufrido
y ha terminado repleta de esquirlas.
Su esqueleto se ha torcido
y se han hundido sus heridas.

1202

Ha gritado la guerra
y ha llorado la paz.
No hay sueño que soñar se pueda
sin que el alma sea capaz.

1203

Tango viejo que se baila


y recuerda el olvido.
En mis venas el tiempo canta
y lo eterno termina vivo.

Lo ajeno se vuelve amigo


en la música del destino.
La ráfaga que inventa abrigos
y despedaza con su trazo fino.
1204

Lo feo de dejar huellas en la gente


es que a veces uno las borra
sin querer.

1205

Cuando tu mirada me recite un verso


que solo yo pueda escuchar,
sabré que el universo
no es nada si tu no estás.

1206

Suplica el alma
por el porvenir que la roza
y ve de lejos
la verdad que se equivoca.

Lo que podría haber sido y no fue


la sofoca cada atardecer.
Y en el mundo del revés,
su destino ganó tras perder.

1207

No habrá ser
luego del óbito.
No habrá pasión
tras el deceso.
No habrá alma
después de ser estrangulado
su pescuezo.
No habrá vida
tras la muerte en verso.

El todo
acabará en la nada
y los hoyos
no estarán donde estaban.

1208

La mortandad
causada por la guerra
que el hombre insiste en mantener.
¿No oyen la angustia latente
y la letalidad que ha de vencer?

El grito de Dios en el cielo


y la muerte de Jesús en vano.
¿Acaso no han entendido nada?
La respuesta está en Cristo y su mano.

1209

Catástrofes naturales
que al mundo han de rodear.
Oigan la latente tormenta
que no ha dejado de tronar.
1210

La morbidez de la piel
y su escondida delicadeza.
Tantos secretos han de ocultar
y ante una caricia recitan su belleza.

1211

Simpleza que esconde


complicados rompecabezas.
¿Acaso el corazón responde
cuando no late su tristeza?

1212

Los sentimientos se aglomeran


hasta formar densas malezas
que sin quererlo se enredan
y provocan amarga escueza.

1213

La proeza del alma


antes los desafíos del tiempo.
¡El universo la llama!
Pero aún no hay verso.
1214

Si vivimos para morir


¿por qué nos cuesta tanto
esa realidad asumir?

1215

Que el viento se lleve


cualquier rastro
que me recuerde que me amaste
y que siga ardiendo en lo hondo
y termine por matarme.

1216

La fractura del alma


no tiene cura.
Se rompe un extremo
y no hay regreso.
La excesiva locura
de noche procura
que su auge supremo
no acabe confeso.

1217
“Murió de tanto escribir.
Cuando llegó el momento,
ni su alma pudo sobrevivir.
Pero ella
lo escribió todo”.

1218

Vio una letal hoja de papel


y pensó:
“Y bueno, de algo hay que morir”;
y se puso a escribir,
encaminándose hacia su muerte segura.

1219

Me aburrí de aprender a vivir


y me propuse
aprender a morir.

1220

Recostado en su vacío silencio


y despojado de lucidez,
aceptó a la muerte
como quien besa la desnudez.

1221
Quedó viuda el alma
al morir el cuerpo.
Junto al destino se empalma
y el vuelo acaba muerto
al enredarse las alas
de tan magnífico cuento.

1222

El mover del tiempo


tan torpe y desmañado,
se enreda en el galope
que nos dará nuestro final esperado.

1223

El ser humano
se caracteriza por pensar,
y en su oculta aura
lo que sobrevive es el sentir.
El mayor logro habido y por haber
es el de sentir y pensar a la vez.
¡Que la razón no le gane al corazón!
¡Que se empalmen unánimemente los dos!

1224

Tortura el recuerdo
al espíritu
porque no fueron meras fantasías:
todo fue real en su agonía.

1225

Se le desarma el corazón
al rompecabezas que se encuentra
pero se pierden sus piezas
las cuales se encastran
en un cantito sin canción.

1226

Alma mía,
venías en la dirección contraria
y ahora te alejas.
No solo de mí, sino de ti.
¿Siquiera habrá plegaria
que alcance a vivir
antes de morir?

1227

La rareza de un alma
que no se encuentra y se llama.
Su torpeza que insiste
en moverse atropellada
y leves disculpas la acompañan
ante la luna quemada.
1228

“Soy invencible”
dijo el vencedor
la primera vez que fue vencido.

1229

Que no falte una mirada


cuando tu mundo se desmorone.
Que no falte un abrazo
que todas tus piezas recomponga.
Que no falten las palabras
cuando haya silencio de sobra.
Que no falte tu gente
cuando no encuentres tu zona
y te pierdas en las sombras.
Que no falten
los pequeños trozos de vida
ante tanta muerte ambulante.

1230

¿Cómo es que viviré


si no tengo idea de cómo vivir?

1231
Uno es cuando tiene la necesidad de sentir,
pero no siente nada cuando intenta ser.

1232

Cómo duele
cuando algo está siendo
pero sabes que no será.

1233

Estoy sin estar


y lo haré sin pensar.

1234

Las lágrimas tienen su propio camino


a través de pupilas partidas
y mejillas que tiemblan
ante su propio destino.

1235

Que al desnudarnos con nuestras letras


dure eternamente
aquel suspiro que reza
por nuestra inmortalidad demente.
1236

Se unen nuestras descoordinadas voces


en la coordinada penuria
que nos escruta a todos.
Se vuelve la pena
nuestro grito unido
y llora el alma
en su laberinto perdido.

1237

El poeta
ante los efectos vespertinos
lima los extremos
que sobresalen de su pendiente libro.
De esta forma, lo que antes era fruto
termina siendo un campo entero
y las palabras desordenadas,
poemas eternos.

1238

¿Estamos todos encadenados


en esta carne que ha de morir?
Nos arrastra el tiempo
y ninguno podrá sobrevivir.
Quema bien dentro
el corazón que late sin reír
y nos recuerda su marcha
que el tiempo ha de concluir.

1239

Y el pájaro ha confiado en sus alas


más que en la débil rama.

1240

Estás haciendo
lo mejor que puedes.
Estás sanando y floreciendo.
Date tiempo para florecer
y no olvides
que al final del camino
te espera el renacer.

1241

La risa
se rió de sí misma
y se enamoró tanto de su sonido
que decidió repetirlo eternamente.

1242

Aquiles,
con tu grandeza y rapidez
eras considerado invencible
pero no inmortal.
Tu inhumana fuerza
no te pudo proteger
y tu indefenso talón
te hizo perecer.
¿A dónde irá tu belleza
ahora que de Troya has expirado?
Flecha de la desgracia,
flecha de la muerte,
te has llevado a un alma,
has matado a un héroe.

1243

Victoria alada de Samotracia


que representas a Niké,
se despedazan tus hermosas alas
y en tu cabeza no cabe el “¿por qué?”.

1244

Venus de Milo
y Afrodita desde labios griegos,
careces de brazos;
¡Tu amor necesito!

1245

Se enamoró el amor
al mirarse al espejo.
En él se introdujo
para morir eterno.

1246

Tiresias,
fuiste mujer
y fuiste hombre.
¡Y fue por dos serpientes
aunque a uno le asombre!

1247

Nace lo real
de lo que no está planificado.
De imprevisto surge
lo menos esperado.

1248

Mi corazón late tan rápido,


como si con sus latidos
pretendiera tapar algo
que no quiere que escuche.

1249
Las terribles pesadillas
han deshecho mi cama
a escondidas
mientras yo soñaba.

1250

Pandora, primer mujer humana,


creada por Hefesto
y dueña de la caja.
Su curiosidad la condenó
y todos los males liberó.
¡Ay de ti, Pandora!
¡Tú y tu debilidad mundana!

1251

Thanatos, propia muerte,


te viste a ti misma encerrada.
¡Dejó de morir la gente!
Sísifo y su astucia,
que a la muerte ha condenado,
pero al inframundo lo lleva.

1252

Es difícil pedirle a alguien


que no te olvide
asimilando la idea
de que probablemente lo haga.
1253

A ver si aprendemos a estar sin restar.

1254

La humanidad descubrió el fuego


y Zeus de este los despojó.
¡Pero luego intervino Prometeo
y a los mortales lo devolvió!
Su castigo fue incluso peor
que el de la muerte:
a una montaña se lo encadenó
para siempre.

1255

No hay tiempo alguno


en las palabras.
La tinta es inmortal
desde que fue creada.
En ella reside el hoy,
el mañana
y el ayer en telarañas.
¡Y el grito leído
nunca es lejano!
Siempre latente
en los libros cerrados.
1256

Cada alma
se salva diferente.
Algunas con ruido y música,
otras con silencio y poesía.
Pero todas son almas, al fin y al cabo.

1257

¿Qué tiene de malo


ser eso que querés ser?
Mandale para adelante,
yo te apoyo, lector.

1258

Debajo de las pestañas


se encuentra un mundo
oscurecido por las retinas
que quedan ciegas en un segundo.

1259

“La vida derriba a los débiles”


dijo el fuerte
y se hundió.
1260

Lo que realmente te mata


es dejar morir algo
que sabes que duele más si está vivo.

1261

Los muros se quiebran


en un crujido estruendoso
y mi corazón se cierra
tras aquella sonrisa falsa en el espejo
y aquellas cadenas que me llaman desde el pozo.

1262

El rugido del corazón


ante la intención de la vida
de arrebatarle a su amor.
Defendiendo lo que es suyo,
y que en el silencio
ahuyenta al dolor.

1263

Queda en la tierra el alma


y las nubes se desangran
en un intento por volar
del todo duradero
a la nada transitoria.

1264

La efímera sensación
de sentirse eterno
en un mundo pasajero.

1265

Las ruinas de un pasado que se olvida


arman una casa que se inclina
para seguir muriendo en vida
junto al sueño que te domina.

1266

Lo pasado fue vida


y lo que está vivo se agota.
Se esquilma el sentimiento
de ser a todas horas.

1267

Te vigila el tiempo
con los ojos cerrados.
1268

El hado del humano


que ha vivido despreciando
no será más que un castigo
y pronto sus callados gritos
estarán siendo escuchados..

1269

Uno va escuchando
cuando camina el sendero
de nunca acabar.
Lo especial de la vida es ir siendo,
andar, nunca parar.

1270

Todo lo que ha sucedido


parece ficción
cuando es recordado.
¿Acaso no ha acontecido?
Mi piel recuerda
lo que ha tocado.

1271

Admiró el odio
la magnitud del amor
y quiso ser como él.

1272

Hay tanta vida en las calles de un mismo lugar


que se unen en un mismo despertar.
¡Griten, almas sin paz!
Ya habrá lugar para sanar.

1273

Manos que rasgan


¿cómo es que nacen las emociones?
Los gritos sangran
y el corazón sufre temblores.
¿Es esto la vida?
¡Cuántas muertes y traiciones!

1274

Cuerpos dolientes
de mentes vibrantes.
Tantos oyentes
que leen mis cantares.
El mundo repleto
de vacíos hogares.
1275

γλυπτό (escultura)

Blanco rostro
que emana vida
sus ojos no han visto
pero recitan poesía.
¡Tanta historia contenida!
Siglos y siglos
resumidos en frío mármol.
La eternidad se vuelve corta,
y la muerte, un proceso largo.

1276

Exploran las manos


la invisibilidad
y los ciegos rasgos.
¡Cuánto mira la ceguera!
De tanta luz ya estoy ciega.
Los libros no tienen letras,
y la memoria me aterra.
La memoria que perdí
cuando me gritaste que era eterna
en aquel puente de recuerdos
bajo una hueca luna llena.
Reconozco enteramente
que no soy más que un eco
que se extiende por la mente,
y se llena de rimas
y poesía ante la gente.
1277

“Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento:
el momento en que el hombre
sabe para siempre quién es”.
Jorge Luis Borges

No soy quien digo ser.


Soy a quien ahora lees.
Soy esta amante de las letras,
a quien el tiempo le aterra
y su alma se arrastra de pie.
Soy este libro,
soy mis rimas
y la poesía que por dentro grita.
Soy a quien he perdido
y los pasos que he dado.
¡Incluso lo que no he recorrido
pero quedará grabado!
Soy quien desea morir
cuando la vida sueña
y nunca despierta.
Soy la juventud en cuenta regresiva
que crece mientras se achica
y sana al estar herida.
Soy la oscuridad que me acecha
cuando mi risa suena.
Soy un futuro
que acaba en memoria
y un pasado
que no es más que historia.
Soy el tintero vacío
de un hogar que se ha caído
pero escala la montaña
de recuerdos conocidos.
Soy esa puerta que nunca cerré
y esa ventana entreabierta.
Soy quien me gustaría ser
y que algún día seré
pero aún no puede nacer.
Soy un acorde perdido
que no ha sonado como esperaba
y se ha sentido fallido.
Soy esa luna que sale
pero su brillo escondido
sólo a las nubes se lo muestra.
Soy un libro que quedó inconcluso
y que todo final abierto le queda grande.
Soy un botón que se ha salido
¡incluso un escalón partido!
Soy quien no soy.
Soy quien no responderá
cuando a tocar mi puerta vengas
y quien se elevará
cuando sus alas de polvo
recorran la ciudad abiertas.

1278

Medusa,
tan bella y voluptuosa,
te encontraste sola
y te desfiguró una Diosa.
Ahora cargas para siempre
con una condena mortal.
Tus cabellos son serpientes
y tu mirada es letal.
La muerte te ha mirado a los ojos
y ella misma se volvió piedra.
La eternidad
que nos alumbra a los hombres
ya ni siquiera es eterna.
Perseo te dio
el destino más cruel
¡Tu cabeza cortó
y esta ahora es símbolo de guerra!

1279

Con mi lengua sentencié


una muerte justa para mis penas.
Mis letras fueron el veredicto
que acabó en cadena perpetua.

1280

Cuando comiencen las estrellas a titilar.


Cuando se vuelva polvo la tierra,
las letras
e incluso las palabras no signifiquen nada.
Cuando no haya absolutamente nada
y se nos sea imposible ser.
Cuando no haya pasado, ni presente
y el futuro esté ausente.
Cuando no haya aire ni podamos respirar;
en aquella eternidad silenciosa
ni un corazón podrá palpitar.
¿Qué nos espera tras la muerte?
Déjenme aunque sea delirar.
1281

Un coro que se muere en el aire


y canta sin importar el tiempo.
Una imagen dilatada, fugaz e instantánea
que se vuelve sombras en la marea;
mundanos caminantes
que frenan para admirar la vida
y sus cuestas;
el rincón de una luna
en un cielo que se desvanece;
la eternidad que se desprende
y se inserta en la muerte viva;
la tristeza por la piel que nos deja
pero que aún nos abriga el presente;
todo da vueltas
pero es cuando más quietos nos sentimos;
la velocidad nos golpea en la cara
y uno corre su línea de tiempo
pero el corazón ha quedado atrás
olvidado en un desierto enrejado en la mente.
Late en un sueño,
pero al despertar se apaga el cielo.

1282

El tanteo a ojos cerrados


y la dosis de tragedia
ante un futuro cerrado
y los días sin puertas
ni respuestas.
1283

Cuando lloren las lágrimas


y la muerte reviva
será tiempo de alzar las voces
y de sanarle al mundo la herida.
¿Qué cosas digo?
¡El momento es ahora!

1284

¿Son los días más cortos?


¿O las noches más largas?
Es mi vida la que no soporto
cuando me entierra sus garras.

1285

Pierde tanto
el ser humano
por el miedo a perder
más que por sus actos.

1286

Se hace nueva la espera


cada noche que pasa.
Desaparece la tierra
ante la eternidad en la casa.
1287

La vida es una eterna espera


cuando uno no sabe para qué vive.

1288

Lo malo de la luz
es que acaba con las sombras
tan diversas sus formas,
tan interesante su Cruz.

1289

Las manos del hombre


se vuelven armas
si actúan en nombre
de las pasiones inhumanas.

El alma pierde
su pura identidad
cuando se la somete
a alguna atrocidad.

1290

¿Se sentirá sola


aquella única estrella
que brilla en el cielo?
¿O su brillo le basta
para sentirse plena?

Qué vacío se ve el cielo


al igual que el pecho
que ya no tiene
por qué latir.

1291

¿Fue la muerte? ¿O fui yo quien se murió?


Cuando yo muera, incluso la muerte morirá
porque todo se reducirá a polvo
y el universo desaparecerá.

1292

Pobre de mí
que no sé quién soy
y nadie me explica
qué significa ser.

1293

He vivido yo, escribiendo


y estás viviendo tú, leyendo.
¡Qué hermosa coincidencia
que me hace sentir viva!
1294

Qué apasionante
encerrar al universo
en un simple verso
y volver a la humanidad
una rima en silencio.

1295

Hércules,
que con tus doce trabajos
has garantizado tu victoria ante el Olimpo.
La Hidra de Lerna,
con sus múltiples cabezas,
ha intentado vencerte
pero tu agilidad y fuerza
han evitado tu muerte.
Semidios resistente
de reflejos sobrehumanos
¡De Zeus descendiente
y su favorito sin dudarlo!

1296

Dionisio
representas el caos, el desorden,
los placeres y emociones.
De actitud alegre y festiva,
¡apenas ibas vestido!

1297

El ruido seco de una hoja acartonada


que equivale al ruido sordo
del inmenso universo
esperando para ser escrito.

1298

El sueño que se sueña


se hace oír a través del silencio.

1299

El tiempo de vibras escorpianas:


semejante silencio
y de letal aguijón.

1300

Esa inmortal sensación de estar vivo


está más dentro de mí que yo misma.
Me escarba en el alma aquel ruido
que no cesará hasta que lo escriba.

En el eterno cielo abisma


esa desgarradora necesidad de ser.
Penetra por la grisma
el grito que ansía perder.

1301

Esa sensación
de estar perdido pero no incómodo;
de estar a gusto siendo sin ser.
Quizás es esa costumbre
de armarte en el desastre
y oírte en el silencio.
Sin tierra firme pero nunca tan erguido.
Avanzando al estar estancadísimo
en quién sabe dónde.
De hecho, cuanto más callamos
más decimos de nosotros mismos.
Sólo ten en mente que después de la guerra
siempre
hay
paz.

1302

Unos borcegos a mitad de cuadra


con los cordones desatados
en el medio de la calle.
Caminan sin pisar
y se dejan pisar por el camino.
1303

La profundidad de nuestra mente


aún logra anclarnos en la tierra
y llenarnos de tanto presente
que no quedarán dilemas
ni futuros de guerra.

1304

Esa costumbre que tenemos


los seres humanos
de quedarnos en lugares
que no merecemos.

Esa dificultad que tenemos


de soltar esas manos
que nos hunden en vida
y nos quitan la energía.

1305

Lentamente
la fueron dejando
todas las cosas
que había sembrado.
Se quedó lampiña
¡sin siquiera una espina!
Cada verso, cada rima
desapareció con prisa.
1306

Hurgar y sumergirse
en la vida de los versos
a veces nos permite
encontrarnos dispersos
en los sesenta y tantos universos
perversos y adversos
que nos rodean los ojos abiertos.

1307

Tenía el joven la tarea


de describir el universo
y honró cada palabra
escribiéndolas en verso.

¡Pasión desmesurada
que escarba en cada hueco
te has vuelto necesaria
y tu tinta jamás habrá muerto!

1308

Uno pretende
darle muerte al verso
cuando al intentar escribir
no transmite lo que queremos decir.

El castigo del poeta


es que se sumerge tanto en la escritura
que a veces olvida
lo esencial que lo rodea.

Tan perfectas las estrofas,


y los versos bien marcados
pero a esa rima le hace falta
lo que en la búsqueda no ha encontrado.

1309

Ha quedado mi alma hirviendo


tras el suspiro del fuego
escondido en un libro viejo
que se ha caído en mi techo.

1310

Lo que realmente te mata


es dejar morir algo
que sabes que duele más vivo.

1311

Los muros se quiebran


en un crujido estruendoso
y mi corazón se cierra
tras aquella sonrisa falsa en el espejo
y aquellas cadenas
que me llaman desde el pozo.
1312

Fueron muchas las muertes


que me anduvieron visitando.
Por dentro y por fuera,
me estuvieron acariciando.
En la tierra y en sueños
aún me siento temblando.

1313

La dicha de estar viva y sentir,


me abrazó en un mañana
que se desvanece en el ayer sin fin.

1314

En un patio que ya no existe


me gritan voces que ya no viven
y han muerto tristes.
Mi espíritu se siente libre
al enamorarse de las cadenas
que lo retienen.

1315

Esa tarde, quise escuchar.


Sentada en el suelo, sin ganas de cantar,
ahogué el deseo de gritar
y me propuse al destino acariciar.
Esa tarde, quise escuchar.

1316

Paz en la guerra
y un mundo que se marchita a mi pesar.
Jamás habrá tierra
que impida nuestras historias contar.

1317

Me vi ahí,
tan perdida,
tan indefensa,
tan HUMANA,
que me compadecí de mí
y dejé de exigirme
cosas insalubres
que por dentro me matan.

1318

¡Alcémonos, humanidad!
Rebelémonos ante las sombras,
cansémonos de amar,
que nuestros corazones elijan palpitar
y recorramos senderos que no existen
pero que nos permitan crear.
1319

Esa condena que abraza el hombre


al ponerse triste
recordando momentos
que lo hicieron sentirse
el más feliz de todos.
¿Por qué duele tanto el recuerdo?
¿Acaso los recuerdos
no significaron vida en su momento?
¿Entonces por qué siento que me matan?

1320

Cuervos negros
que vuelan en la pálida noche.
Despliegan sus alas
y sus plumas trasnochan.
Se vuelven dueñas del viento
y una gota cae
sobre la sed del tiempo

al cual le tienen miedo


y huyen de la muerte en movimiento.
¿Dónde han quedado esas historias
que te duermen despierto
mientras vives sin remordimientos?

Las plumas del negro cuervo


se recuestan sobre el tintero
y más que escribir, borran
lo que alguna vez fue cierto.

1321

No sé cuántas veces pensé,


pero de tanto pensar
se hizo de noche.
No sé cuántas veces pensé,
pero los mitos se han vuelto
viejos sin reproche.

No sé cuántas veces pensé


pero mis sueños se volvieron
lejanos ante un golpe.
No sé cuántas veces pensé
pero una ráfaga
terminó por asfixiarse.

No sé cuántas veces pensé


pero ya no quiero pensar más
y me encuentro escribiendo mi pesar.
Y a mi corazón,
lo guardo en un estuche
para que su ruido no se escuche.

1322

¿Podré salvar el mundo


de las manos de los hombres?
Que con su tacto se vuelven polvo
la vida misma, los corazones.
No queda otro camino
que el futuro escrito
por nuestras voces
ahogando gritos.

¡Queremos salvar el mundo!


Aún quedan muchas almas
que acarician la tierra
y la consuelan sin armas.
Jóvenes que se beben su utopía
y tienen esperanza al acabar el día,
pretendiendo ser héroes
con su potente poesía.

1323

Cerró los ojos


y escuchó el vacío de manera física,
pudo tocarlo, pudo sentirlo
bien dentro de su pecho
que se desvanece en un sueño mal soñado,
de esos que uno no recuerda cuando despierta.
Fue absolutamente consciente
de la ausencia de vida en su vida propia
y no quiso saber más nada con la muerte
que lo espía desde una ventana en su mente.
¿La muerte en vida es justamente muerte?
¿O la vida tras la muerte es una vida nueva?
¡Pobre de él y su cabeza!
Ya está sacando chispas su pensamiento de humo
que se vuelve pasado en cuestión de segundos.
Acostado en la cobija del universo,
que se despliega en infinitos mundos,
sueña el hombre con su vida acabándose
de tanto que lo irrita estando viva
y le da picazón
cuando se encuentra respirando.

1324

La escucha invisible
y su tacto que sana.
Aquella mente limpia
que al sol descansa.
Cierra sus delicados ojos
y ante el universo se rinde.
Dulce mente, ya nadie podrá salvarte,
conviértete en tu propio héroe
y diseña tus propias rimas.
¿Por qué huir de tu hogar?
Si vos sabés bien que te querés quedar,
aunque sea para ver
cómo será el final.

1325

Todo pasa,
pero para pasar
primero debe pasarte por encima,
y pisotearte un par de veces.

1326

Si esperás a que tu vida comience,


morirás antes,
como un poeta que escribe su propia muerte
y no sabe qué esperar de sí mismo.

1327

Donde uno pueda ser sin culpa.


Donde seamos,
donde estemos,
donde se nos permita respirar.
Donde bailemos sin pensar
y donde pensemos en no pensar.
Donde abracemos corazones
y palpitemos sin temor.
Aquella tierra fértil
en donde nos permitamos florecer,
allí,
puedes leerme.

1328

Cuando la gente entienda


la magnitud de la mente
pasará más tiempo pensando
en vez de lamentándose.

1329

Vi el fondo de mi ser en su mirada


cuando me miró sin querer.
No me ha vuelto a mirar
pero sinceramente no quiero verme más.
¿Qué es eso de reconocerse a uno mismo
en miradas ajenas?
Ya tengo suficiente con los espejos
que me rodean.
Me duele verme
pero sentir mi ausencia.
Es como si mi ser se hubiese escapado
y estuviese haciéndome burla
recostado en pupilas que no son las propias.

1330

Se perderá mi alma en lo infinito


y sin ella sentir será un delito.
¿Cómo podré volverme un mito
si aún mi muerte no he escrito?

1331

Seré la que soy


se repite el hoy;
eternamente un mismo sueño
que se ha perdido sin ser.
Soy quien he sido
y no moriré sin haber sido.

1332

¿Cómo ganar tiempo


si la única forma de ganarlo
es dejando de perderlo?

1333

La inopia de un cuerpo
que no sabe lo que quiere
y lo busca donde no debe.
La débil llama que aguanta
pero se consume en el alba
sin rastros de que alguna vez
hubo fuego en el alma.
El desconocer el cuerpo propio
el no poder reconocerse a uno,
estando tan lejos de lo que alguna vez fue
y lo que algún lejano día será.
El escapar de lo que dentro late
pero añorándolo como nunca
una vez que se lo ha dejado.
Salimos del cuerpo y volvemos a él
y terminamos por despedirnos
de nuestra amada piel.

1334

Aquellos sitios
de mi cuerpo
que más que míos
eran nuestros.
Aquellas burbujas
del tiempo
que se asfixiaron respirando
y ahora,
se han vuelto cuento.
La muerte que fue mía
tras el silencio
que fue nuestro.

1335

Me lastiman los susurros del mundo,


los gritos,
el murmullo,
los rumores,
el barullo.
Me lastima oír pero no ser parte.
Pero no puedo ser parte
porque oigo demasiado.

1336

Pienso regalarte un ataúd de papel


en el que puedas recostarte
cuando creas que ya no puedes
seguir aguantando.
Que cierres los ojos y me leas sin morir.
Que tengas la muerte atragantada
pero no la dejes salir.
Simplemente lee y relee, y solita se irá yendo.
Cuando te des cuenta, habrá desaparecido
y serás libre de ser y seguir siendo.
1337

Encontré la forma de exhumar mi viejo yo;


aquellas partes enterradas
en lugares desconocidos
y que dudo hayan existido alguna vez.
Todo atardecer que fue esfumado por mis ojos
que querían cerrarse antes de tiempo.
Cada cicatriz que se abrió sola
por aquella imperiosa necesidad de existir.
Esos pensamientos desesperantes
que rasgaban la piel para ver la luz
y se ahogaron en la oscuridad del porvenir.
Aquellos gritos que fueron susurros
ante la debilidad de los muros
que jamás fueron derribados.
Esa televisión apagada
que no hallaba canal alguno
que la representara.
Los libros cerrados
que se asustaron de su propio final.
Y ni hablar de los latidos
que prefirieron bombear lágrimas
para esconderse del amor.
Ya lo descubrí:
la forma de exhumar(me)
es escribiendo.

1338

El alma ha sido mellada


por su propia falta de sentido
y la insondabilidad de su sentir.
Aquella imposibilidad
de penetrar su existir.
Todo lo que la rodea es misterio
y considero que jamás será resuelto.

1339

Sentados como niños


jugamos con la despedida.
Le damos vueltas a las mentiras
y hacemos de la espera
una canción que rima.
Nos miramos a los ojos
con una inocencia que lastima
y probamos, curiosos,
si la cuerda es realmente floja.
La vida se vuelve muerte
mientras nosotros corremos y nos perseguimos
amándonos para siempre.

1340

Me ha quemado el cuerpo
mi corazón eterno
pero estoy en casa
donde sea que vaya.

1341

Una muerte necesaria


que atraviesa la carne
con todas las letras de su traje.
Me duele dejarme
pero de otra manera
estaré sin ser.
Las partes me abandonan
y se vuelven irrecuperables
al partir.
¿Qué más queda
de este viaje
que no existe sin sentir
y que sólo se vive al existir?

1342

Abarca el silencio
la poderosa fuerza de cada despedida.
Encierra la muerte
toda aquella vida
que se perdió en las cosas no dichas.

1343

¿Sabes qué es lo peor de todo?


Que podría mandarte al peor lugar
que jamás existió
con mis palabras
pero igual te iría a buscar.
Podría escribirte el peor final
que jamás hayas imaginado
pero igual te reviviría
sin siquiera pensar.
1344

Este amasijo
que late dentro mío
aún no ha definido
si sus latidos son
de vida
o un simple batiburrillo,
un revoltijo que mata.

1345

Quiere el tiempo retroceder,


quiere el mundo quedarse quieto.
No será posible mover
lo que en algún pasado ya ha muerto.

1346

El poema es el problema
no la solución;
es el reclamo,
son las voces ante el desgarrador silencio;
son esas ideas que rompen con lo cotidiano;
son esos hoyos que no se cierran,
sino que se provocan y arden
ante la falta de respuesta
tras una pregunta que
hemos hecho con las letras;
es el elegir respirar
en ambientes tóxicos;
es escarbar en lo que nunca se ha dicho;
es volver mentira a una verdad que miente.
El poema es la vida
que se escapa
ante una intencionada muerte.

1347

La poesía se vuelve un camino empinado


sin final asegurado.
Es la silenciosa búsqueda
de interpretar lo humano.
De contar cada vena,
cada mano que se ha soltado.
De deletrear los sueños
y explicar las letras.
De ejecutar los deseos
ante la tierra que trepa.
¡Tanta vida en simples palabras!
En un momento indeterminado
el recorrido se vuelve llano
y comienza el sendero
hacia lo muerto de lo humano.

1348

Tengo una crucecita


colgando de mi muñeca
que se enreda,
se engancha,
encastra en cada hendija
como si me recordara,
a cada segundo,
“Aquí estoy.
No tengas miedo.
Yo te sostengo”.

1349

El ensordecedor silencio
anuncia su llegada a los gritos
como si no fuera suficiente
con su ruido escandaloso
y su estrépito en los huesos.
Adopta la vida
de todos los objetos visibles
y te perfora los oídos
con maldad invisible.
Se arrastra,
se hace oír;
se siente
y de él no se puede huir.
Has de matar al silencio
y has de verte morir.

1350

Agamenón,
rey de Micenas y gran guerrero.
Has hecho enfadar a Aquiles
al raptar a su esclava.
Y para obtener el permiso de los Dioses,
has enviado a tu hija
al destino de la muerte.
¡No habrá perdón para ti,
y será tu muerte vengada
por la impotente Electra!

1351

Paris, príncipe troyano


has raptado a Helena
y el caos has ocasionado.
¡Por tu culpa
Troya ha caído en guerra!
Afrodita te ha prometido
a la mujer más hermosa del mundo.
¡Y es por eso que la has elegido
y has puesto en peligro a tu mundo!

1352

No importa lo que miras,


importa lo que ves al mirar.
No importa lo que dices,
importa lo que sientes al hablar.
No importa lo que piensas,
importa lo que haces al pensar.

1353

J’ai douleur d’être moi


Me duele ser yo.
Más bien, me duele no poder ser yo.
Me duele verme
en algunas memorias perdidas
y no poder alcanzarme.
Me duele haberme dejado morir
en algún momento del pasado
sin fuerzas
y sin un latido que respalde la esencia
e impida mi muerte.
Me duele haber escrito tanto
pero nunca haberme animado a escribir
un final para mi dolor.

1354

¿Entonces por qué si el amor murió


sigue latiendo en mi interior?
Quiere llamarme,
lo ignoro sin hambre
de seguir llorando

por un final de sangre.


¿Por qué esos ojos
terminaron por matarme?
Sólo sé que esos versos
que alguna vez me recitó
fueron la flecha
que a mi alma atravesó.

1355
“Tengo ganas de vivir”
dijo la muerte,
con lágrimas en sus ojos
y un llanto al porvenir.

1356

Engañé tanto a mi mano


para que se acostumbrara
a sentirse de a dos
cuando en realidad había ausencia
y el camino era sin vos.
Le costó aceptar
que la mano a la que se aferraba
era polvo deshilachado
que se escapó de nuestra despedida
y te sigue llamando.

1357

Se me congelaron las venas


en un invierno que abriga
y permanecen dentro decenas
de fuegos sin vida.
No hay peor invierno
que el inventado por el alma
y que espía, curioso,
el verano que lo llama,
circundando el cuerpo herido.
1358

Se volvió loco el olvido


al no poder olvidar.

1359

El final del hombre


comenzó a respirar
cuando el primer corazón
dejó de palpitar.

1360

Edificaré un mundo entero


en algún rincón oculto de mi mente.

1361

La eterna lucha del hombre


por descubrir de qué está hecho,
el por qué de su inmortalidad inexistente
y la razón de la muerte en vida.
Se sueña en un sueño eterno
sintiendo al estar viviendo
mientras despierta en la garganta
el grito milagroso.
¿Descubrirá el final el hombre
o el final se apoderará de su nombre?
1362

Ese silencio devastador


entre cada latido
que ocupa el pecho entero
y se adueña de lo vivo,
deplora mi alma.
Sólo cuando escribo
habita en mí ese explosivo
que amenaza con acabar con todo
y prender fuego al olvido.

1363

Cuando cobra vida el dolor


dejamos de sentir.
¡Letras desapacibles
fueron la serendipia que me tocó vivir!

1364

Siempre
tener algo que decir
duele menos
que el silencio.

1365
En ningún lugar
se sabe quién es.
En ningún lugar
sabe quién podrá ser.
Ha quedado obsoleto
el sentirse ser
sin llorarle al tiempo
el cual no ha de retroceder.
Se acabó el momento
de sentarse a ver
lo que en alguna ilusión
pidió nacer.

1366

Fácilmente difícil
arduamente simple.
La vida se escondió en la muerte
y la suerte se encogió el triple.

1367

Me aterra lo que la gente


pueda pensar de mí
tras leer mis letras.
Pero luego me acuerdo
de las sabias palabras de Aristóteles
quien proponía
que para no ser criticado
el hombre no debería decir nada,
ni hacer nada
ni ser nadie.
Más precisamente,
no debería existir.
Es por eso que elijo vivir
aunque eso conlleve
alguna que otra crítica.

1368

En un sendero sin nombre,


las luces me encandilaron.
Aquel camino desorientado
que no se sabía si subía,
bajaba
o estaba muerto,
daba vueltas en mi campo visual.
A pesar de que quería gritar,
no lo hice.
Mi corazón dejó de latir por su cuenta.
El viento, furioso,
arremetía contra mi ser.
Pero me sorprendió la calma
que reinaba en el momento.
El comienzo es catastrófico
y el final es pacífico.
Entonces entendí
que estaba presenciando
el fin del mundo
en su máximo esplendor.
El mundo no gritaba,
ni lloraba,
simplemente
moría.
1369

¿Cómo decirle que no


a la muerte
si te da vida
al sacarte a bailar?

1370

La respuesta no siempre está en el vuelo.


Díselo a los pájaros
que han volado pero ahora lloran.
Se han desencontrado
al desplegar sus alas
y no han sabido dónde posar.
El cielo de repente
se volvió inmenso
y les dio miedo acelerar.
Sentían que si se apresuraban
en la viva muerte iban a encallar.
Su corazón no dio un salto
dio miles
al verse próximos a reventar
y su pequeña alma
danzando hacia el desplume en el mar.

1371

Mi corazón busca
tantos rincones
sabiendo que no encontrará
ningún refugio como
las letras.
Aquel escondite inigualable
que no se derrumba
ni aunque llueva.

1372

Esa fuente armoniosa


de donde bullía el agua
a borbotones
fue el paraje exacto
en el que lo nuestro se volvió
algo de nadie,
recuerdo de pocos
silencio de muchos.

1373

Tu armadura
que ante mi toque
se hizo eternamente blanda.

1374

Dejaste cenizas
dentro de mi corazón
pero, supongo,
que como toda erupción.
1375

Mi torpe bicicleta
se topó con vidrios rotos
en el medio de la bicisenda.
Aquel cristal que se rompió
en algún momento
fue amor.

1376

Ojalá algún día


me pueda animar
a volar
a bailar
a dejarme soñar.

1377

La única forma que tengo de ser


es ser en palabras.
Es ser escribiendo.
Dejarme fluir mientras rimo.
De esa forma
me pierdo
me encuentro
me conozco
me siento un caos
totalmente real y latente.
De esa forma me arranco cada parte
que arde y que duele;
ahogo cada grito
que ansía ser escrito.
Pongo en palabras
lo que mi alma recita.
Ni más ni menos.
Soy la elegida
de mi propio destino
que bulle eterno
en el vacío.
Nada tiene vida
si yo no se la dedico.
Aquí no hay lugar para la muerte
ni hay conciencia del tiempo.
Mejor dejemos que ellos mueran
y se cuenten solos.
Doy justo en la tecla
que nunca ha sido vista.
De esa forma
pasado,
presente
y futuro,
se fusionan en mi poesía.

1378

Si me apago algún día,


¿brillarías por mí?

1379

Los poetas
descansarán eternamente
en sus letras
sabiendo que han cambiado mentes
con ellas.

1380

Mis caminos
y su manía
de querer
seguir chocando
contra los tuyos.

1381

¿Desamparo?
Sentir que te empujan
y darte cuenta
que fuiste vos mismo
empujándote por dentro.
Nosotros y esa manía
de autosabotearnos.

1382

Escribir sobre el dolor duele.


No por el dolor
sino por la escritura.
Duele escribir,
pero esa es la idea.
De esa manera,
podremos sanar.

1383

¿Habrá algún momento


en el que mi yo del pasado
se encuentre con lo que hoy soy?
Mientras tanto, lo espero en paz.

1384

Todos mis recuerdos sangran


y se esconden
para que no los recuerde.
Para que no los encuentre.
Deberé coser
una brecha perfecta
para mantenerme lejos
de lo que aún quema.

1385

Pero,
si todo se derrumba
y así logramos admirar
el mundo en su totalidad,
¿por qué nos pone tristes
el derrumbe?
Deberíamos sentirnos libres.
Es necesario respirar
de vez en cuando.

1386

Sin este caos


interno
no seríamos humanos.

1387

Renacer también conlleva sacrificios.


¿De quién si no es de uno mismo?

1388

Corro,
caigo,
me atrapas,
te observo
y despierto.
¿Has experimentado alguna vez
esos deseos irremediables
de no querer despertar nunca?

Que los sueños se vuelvan


nuestra eterna realidad.
1389

Visitó la amnesia mis olvidos


que alguna vez fueron recuerdos
y los pintó de un rojo vivo
que me incinera cuando pienso.
Caigo en un eterno pozo
de oscuridad desmedida
y pretendo salvarme un poco
porque ya ha muerto la herida.

1390

Las ganas de que sea hoy


se han vuelto
una intensa melodía del pasado.
Se ha vuelto el ayer
un gran respiro que ha comenzado
y que acabará por asfixiarse.

1391

Está aún en mi lienzo


lo que no está escrito
pero que hemos sentido
un sinfín de veces.

1392

Tú sigue buscando
la perfección pura
y terminarás acurrucado
en la inexistencia absoluta.
Ese sublime autosabotaje
que hace ruido
pero no quiere que lo escuchen
se hizo propio del ser humano
y su pérdida de tiempo.
Deja de perder minutos de vida
mientras buscas algo
que no la tiene.

1393

Como arquetipo de nuestro amor


hubo muchas obras anteriores
pero nada habrá jamás
como lo que hemos escrito al danzar
nuestra eterna danza en los renglones.

1394

Desde que te has ido,


no me he atrevido a abrir
ningún otro libro.
¿Será que temo encontrarte
en los letales escritos?
Qué cosas digo,
si nuestro final
lo he escrito yo misma
de puño y letra.
1395

Llegó un momento de la historia


en el que deduje
que perdí toda mi fuerza
haciéndote fuerte,
lector.
Escribiré para tí,
siempre que lo necesites.
De noche, de día,
incluso en tus sueños.
Ábreme el alma
cuando sientas que te hundes.
Y sumérgete en mi océano
para respirar nuevamente.
Soy ese libro de filosofía
al cual relees un sinfín veces
y siempre le encuentras
un significado diferente.
No dormiré para que duermas.
Lloraré para que rías.
Escribiré eternamente
para que leas.
Y de ser necesario,
moriré para que vivas,
porque tú has hecho eso por mí
cuando ni existías.
Yo soy porque tú estás.

1396

Volvemos a donde fuimos felices.


pero también a donde nos rompimos
y nos sentimos morir
un par de veces.

1397

No pierdas tiempo
en vivir algo que ya se ha ido
o algo que aún no llegó.
Viví el hoy,
que está aburrido
esperando a que lo lleves con vos.
No te pierdas de vivir el hoy
por el dolor del pasado
y el miedo al futuro.
Ya va a llegar. Ya vas a sanar.
Pero mientras tanto, viví.
Viví hasta que te duela hacerlo.
Amate hasta que los espejos
resulten inservibles.
Gritá tu euforia
y llorá tus miedos.
Aceptá el caos y esparcilo,
que al mundo le hace falta
alguna que otra partecita tuya.

1398

Latidos latentes
que laten latiendo.
Si el corazón no late
el que palpita es el tiempo.
1399

Se ha visto el fantasma
y le ha dado miedo.
¿Qué está ocultando?
¿Qué está tramando?

1400

Agradéceles a esos amigos


con los que has crecido,
con los que te has comprendido.
Por esa risa mutua,
por el aprendizaje compartido.
Incluso estando rotos,
te han tendido una mano.
Así es como los fragmentos de otros
encajan perfectamente
en los hoyos de uno.

1401

Y cuando el poeta vio que su lector


lo leía
y su sonrisa
era más grande que su rostro,
supo que había hecho bien su trabajo.
1402

Todas las letras que recojo


como palabras han de volar.
Alzan vuelo sobre mi piel
y las estrellas han de estallar.

1403

Era extraño
merodear por las calles perdidas
de la ciudad sin vida
y a cada instante, sentirme a salvo.

1404

Escribo
para vivir dos veces;
para llorar el triple;
para cambiar mentes;
para sentirme libre.

1405

Se despedaza el corazón
innumerables veces,
una tras otra

pero
sigue
vivo.

1406

Resultó ser tan amarga


la dulzura que me prometiste.
Se ha vuelto negro nuestro futuro
desde que, sin mirarme, te fuiste.

1407

Destrozada, pero sin dejar de ser yo

Me encontré en cada hueco,


en cada rincón,
en cada fisura,
en aquel constante silencio
que dentro mío grita y agoniza,
en aquella esquina olvidada,
en esos sueños que nunca he soñado
y en ese espejo al que le da vergüenza que lo mire.
Había pedazos míos
hasta en lugares que no creía conocer,
pero el mundo lo dio todo
para que yo me reencontrase
con todos y cada uno de ellos.
Este me susurró al oído, confirmándome
lo que tanto temía:
“Sí, querida,
para comprenderte
primero debes destrozarte”.
1408

Todo estará bien.


Te lo repites incesablemente
mientras todo a tu alrededor
parece ir en contra de esa afirmación.

1409

Me encanta la lluvia,
porque el mundo
también necesita desahogarse
de vez en cuando.

1410

Me gusta oír a quien oye,


escucharlos escuchar
los susurros del mundo
que nos rozan al hablar
y se enmudecen al gritar.

1411

Abriste la ventana
para buscar lo que nos faltaba
pero, de esa forma,
mataste lo que teníamos.
Me repetiste que ibas a irte,
que tenías que hacerlo
pero nunca supiste
que ya te habías ido hace tiempo,
y estabas al fondo de ese punto final
que tanto me dolió escribir.

1412

Morir es un lugar al que se va.


Allí, donde no hay luz,
ni ruido
ni absolutamente nada.
A la muerte hay que ir mientras se muere,
pero cuando se llega
ya no se siente.

1413

Obligamos a nuestras miradas a encontrarse


aun sabiendo
que lo nuestro sería catastrófico.
Callamos nuestros gritos
para sumirnos en un ruido tan enmudecido.
El silencio perfora nuestros tímpanos
mientras nuestras manos ceden
y se encuentran para iniciar
una danza improvisada
de la cual - los dos sabemos -
no saldremos vivos.
Marchamos al desierto
en busca de algo
para beber;
y nuestros dedos se entrelazan
estrangulando cada fibra
de nuestro ser.
Me dejo caer en tus brazos
los cuales me garantizan
una muerte segura.
Se agrieta la solidez
de nuestra jaula
y pretendemos ser libres
mientras todo se derrumba.
Un fuerte latido
me recordó que tenía corazón
pero lo asesinó el hecho de reconocer
que no te pertenece
por más que lo desee.
Él por sí mismo
decidió latir por ti
y ahora cae en la cuenta
que provocó su propia muerte.

Qué más da.


A veces da gusto morir.

1414

Nos encontramos en aquella coyuntura


de nuestros latidos
que luchan por unirse
pero no coordinan ni en el silencio.
Mi piel cuarteada en pedacitos
por el filo de tus palabras
suplica para unir los puntos
de esos tajos que insisten
en perforarme
y me acechan siendo sin ser.
¿Por qué lo que no es
duele más que lo que es
y que en algún momento dejará de ser?

1415

Ya llegará ese amor


que te deje al desnudo
y que hará que te asombres
de tu propia piel.
Que te hará descubrir hogares
en tu propia casa
y hará de lo cotidiano
algo único.
Temblarán las vigas
de tus estructuras
pero eso no te volverá débil:
te hará más fuerte que nunca.
Ese amor
te hará encontrarte
cuando más te estés perdiendo
y logrará que te conozcas más a fondo
cuando te sientas huérfano.
Porque uno, amando,
se conoce más a uno mismo
que al otro.

1416
No sólo vivas tu vida.
Vive tu cuerpo,
siéntelo existir.
Amígate con él
e incítalo a vivir.

1417

Ya me olvidé cómo hacer


para olvidarte.
Recuérdame cómo hiciste
para olvidarme.

1418

El mundo improvisado por Dios


tan bello y magnífico.
Luego el hombre surgió
y lo está haciendo añicos.

1419

Esta vida, otra vez no vendrá


y es por esto
que la debemos apreciar.
Exprimir su jugo por completo
y dejarnos acariciar.
1420

Ese latido aguerrido


y de actitud avezada
en la guerra ha escrito
y es experto en armas.

Ha ganado la lucha
tan fuerte que dentro estallaba
pero su llanto versado
siente que no ha vencido.

¡Cuán habilidoso el palpitar


cuando se tiene algo por lo que morir!

1421

Intenté inventarte.
Inventar algo de lo cual enamorarme,
pero duele enamorarse de algo que no es real.
Intenté moldearte para que fueras perfecto
pero me di cuenta que tus defectos
eran lo que más me gustaban de ti.
Intenté inventarte.
Pero no pude.
No pude.
Y ahora te amo pero no te conozco.

1422

Desearía verte como el enemigo


pero no puedo.
Y es ahí,
en ese momento de duda,
de vacilación,
en ese momento indefenso
que, cuando menos me lo espero,
atacas.

1423

Escucho voces, pero no logro reconocerlas.


Avanzo sin pausa, sin descanso.
Me enfrento a este mundo que me desafía.
Con toda la fuerza de mi existencia
huyo de todo lo que me hace
aferrarme a ti.

1424

Recordemos que somos una sola vez en la vida


y cuando queramos ser y ya no seamos
no podremos volver a ser.
Por eso, sé hoy, vive hoy.
Mañana no importa,
el resto es historia.

1425

Tengo el presentimiento
de que vas a estar
donde no quiero encontrarte.
Tengo miedo de dar un paso
y toparme contigo nuevamente.
No te quiero hallar,
por más que te llame cada noche,
a cada instante.

1426

El mundo me ha arrebatado
todo el amor que necesito
para escribir sin sucumbir.
Estoy destinada a ser poeta
pero cada mañana que acaba
me siento en la oscuridad plena.
¿Seré capaz
de darle la espalda
a mi destino?

1427

Lo que se guarda, estalla dentro.


Sacalo.
No lo guardes.
Vomitalo.
Gritalo.
Escribilo si es necesario.
Pero no lo tragues,
no lo calles,
no lo extingas.

No escribo para herir,


para ganar,
para vencer.
Escribo para sanar.
Me doy gracias a mí misma
por permitirme ser
esta yo que soy entre las letras.
Me dejo ir para dejarme llegar más fuerte.
Más real.

1428

El todo que nos rodea


no es más que el ojo humano
percibiendo
diminutos detalles.

1429

Desistiré de recordar el pasado,


de buscar lo que en su momento anduve.
Buscaré nuevos caminos por los que andar,
y que algún día
recordaré.

1430

Recién cuando veas


las raíces en mi cabeza
sabrás
que he crecido de tu riego.
Fuerte,
sin miedos
y dispuesta a aferrarme.

1431

Nos angustia la muerte del otro


porque en ella
vemos la nuestra
que late, más paciente que nunca,
recordándonos que aún nos espera.

1432

La desolación de sentirse humano


entre tanta muerte,
entre tanta maldad.
Yo sólo entiendo lo que quiere decir “hermano”
y prefiero nunca despertar
si a mis hermanos les debo fallar.
¿Dónde ha quedado el amor
que tanto nos representa?
Ahora sólo hay oscura ambición
y mentiras fugaces
por la sed de poder.
Esa codicia letal
que acaba con cada mortal.
El viaje de sus almas no será tan placentero
si de amor no podrán hablar.

1433
He aprendido a vivir por lo que muero.
Respiro por lo que me mata.
Quizás deba escribir más seguido
porque nada de esto está bien.

1434

Eso que te impones constantemente


con insistencia
por el simple hecho de encajar
y sentirte bien contigo mismo,
¿te hace feliz?

1435

Me encuentro siendo
ese cuarto de la casa al que nadie quiere entrar,
y esa sensación de ahogo que la angustia genera.
Me encuentro siendo
ese sueño que no querés soñar
y esa puerta que sólo sabe cerrarse
y que no te espera.

1436

Me hablás
y no puedo evitar
mirarle la boca a tu cerebro.
1437

No. No tenés el derecho de lastimar.


Sí, te lastimaron.
Pero yo me quedo con quien no hace daño
aunque lo hayan dañado,
y con quien compone música
aunque su mundo sea puro silencio;

porque estar roto


no te permite romper.

1438

El hombre prefirió morir cuanto antes;


morir antes de que la muerte lo mate.
Prefirió morir
porque la muerte en vida
lo volvió demente.

1439

reacia
reluctante
remisa
negada
a existir
luego caigo en ese círculo
sin principio ni final
que se transforma en escalera
pero no tiene ninguna dirección
no hay ni arriba ni abajo
puertas que se cierran
ante mis ojos de piedra
una playa sin nombre
a donde se dirigen los verbos
y me dejan sola con el papel
que no sirve ni para hacer
barquitos
porque se ahogarán
en la lluvia.

1440

Sueño fatal

Destejemos el universo
en cuanto cerramos los ojos
en ese himno latente
ese ritual del sueño.
Estrella va, estrella viene.
Entrelazamos deseos,
hilamos colores.
Todo pierde su forma,
todo se abandona.
Inclusive nuestro cuerpo
que yace acostado
y no tiene idea de quién es
ahora que lo hemos dejado.
Trenzamos planetas
y todo un cielo anochecido
es testigo de nuestras muecas.
A veces no hay sonido,
a veces hayamos lo familiar
en lo desconocido
¡Sé que ese eres tú!,
pero no se parece a ti en lo absoluto.
Construimos ciudades, galaxias
personas, objetos.
Nos teletransportamos,
viajamos de sueño en sueño.
Uno, dos, tres…
y cuando despertamos no sabemos
cuál recordar primero.
Todo es producto de nuestra mente
pero realmente nos sentimos presentes.
A veces simplemente somos espectadores
y otras los protagonistas de la historia.
Oímos voces
¿o hablamos nosotros?
Lo olvidamos todo.
Toda nuestra realidad se esfuma
y olvidamos quiénes somos,
a dónde pertenecemos,
las leyes básicas.
La verdad y la mentira pierden sentido
y ni con lo más maravilloso nos inmutamos.
Estamos ejercitando para lo que vendrá,
para cuando esa absoluta oscuridad
nos envuelva por primera y única vez.
Pero ahora no es el momento.
Ahora despertamos.
¿Ha existido alguna vez
algo tan similar a la muerte?
Espero soñar
porque, en mis sueños,
por más que todo sea confuso,
siempre
tengo
la certeza
de que voy a despertar.

1441

Desde algún lugar de la noche


me llama el radiante sol
que se esconde porque no quiere salir.
Quizás deba explicarle
que no tiene por qué temer:
la oscuridad no es tan mala
cuando uno brilla por sí solo.

1442

La literatura es íntima y es pública.


Es hacer público lo íntimo.
Que las ruinas de mi mente construyan puentes
para quienes me leen.
Que mi silencio les diga
todo lo que necesiten escuchar.
Que de mis letras surjan ideas y pensamientos
que cambien al mundo.
Es conocerme mientras me hago conocer.
Es entenderme ni bien entiendo a los que me leen,
descubrirme en lo ajeno.
Es destapar eso que hace tiempo estaba enterrado
en quién sabe qué pozo de mi mente.
Es volver extraordinario lo simple.
Es reducir la eternidad a una pequeña página.
Es provocar risas y lágrimas al unísono.
Es lograr que la guerra y la paz se reconcilien.
Es sanarme mientras me descoso el corazón
y le enseño cómo latir en cada renglón.

Es aceptar que en mi cabeza tengo monstruos,


pero decido escuchar los míos y no los de otros.
Porque ¿cuánto van a conocerme
los monstruos ajenos?
Si los únicos que vivieron toda mi vida junto a mí
fueron los propios…

1443

Entre ellos.
Entre ellos se entendían.
Incomprendidos que no necesitaban
de la comprensión de nadie;
que sobrevivían en la oscuridad,
lejos de los ojos de la gente
y se escribían poemas
sin decirse una palabra.
Se escondían en la mirada del otro
y la eternidad reposaba en sus labios,
dándoles el gusto amargo de la inmortalidad.
Pero se estaban muriendo.
Su romance se caía a pedazos.
No por falta de amor,
sino por abundancia de él.
Uno no podía vivir sin el otro,
y ahí fue cuando empezaron a morir los dos.
Porque no habitaban mundos, sino nombres.
Porque no había luna, sino un par de ojos.
Porque llamaban hogar a esas paredes
notoriamente resquebrajadas,
que no podían aguantar el latido
de dos corazones a la par.
Fue demasiado amor para su historia
y tuvieron que escribir su final.

1444

¿Sabré después de mi muerte


si he sido una escritora
o he sido la palabra misma?
¿Si he escrito letras
o he sido ellas?
¿Si les he dado vida a mis escritos
o su vida era la mía?
Ya no me entiendo si no es con signos.

1445

Aquel cielo morado


parecía que cantaba
millones de canciones diferentes,
una en cada idioma existente,
y me incitaba a bailar
al borde de la muerte.
Cuántos colores,
cuántos secretos.
¿Qué es lo que escondes
cielo latente?

1446

Quien sea amable


en situaciones deplorables;
quien nunca pierda la sonrisa
cuando el llanto se quiebre dentro;
nunca perderá la elegancia,
y su alma nunca se volverá vieja.

1447

El hombre le huye al nihilismo;


él es valioso.
La vida se torna rica
abundante
extraordinaria.
Busca y rebusca el hombre
un motivo por el cual vivir,
rasga sus muros internos
y se responde a sí mismo sus preguntas,
esas preocupaciones permanentes y mundanas.
Hojea libros y los destruye desesperado.
Mastica letras dentro de su mente.
Entona un canto de esperanza reflexiva,
utópica
sometida al contexto siempre vigente de su historia.
La imposibilidad de actuar lo atormenta,
lo debilita
pero siempre es su propia cabeza.
Fiel a sus aspiraciones más profundas.
El hombre es un ser superior
capaz de autodestruirse.

1448
Séptimo hijo de una familia del demonio;
delgado
con sueños chamuscados.
Alma joven que escucha por unos ojos de piedra.
El ángel y la bestia en un único hombre.
Un cuerpo portador
de todas las verdades del mundo.
Un secreto en cada poro de la piel.
Escribe atemorizado
porque no puede lidiar con su mente él solo.
Varios temblores le recuerdan
de la vida que se esconde en su pecho;
de los antipoemas que palpitan
en aquel papel vetusto.
Las venas anticuadas,
y esos lentes que le impidieron
ver la simpleza del entorno.
Ese espíritu decrépito que se sentaba a la mesa
junto a sus seis hermanos,
uno mayor que el otro.
Uno más sabio que el otro.
Uno más idiota que el anterior.
Porque tanta erudición los volvió ignorantes.
Quisieron domar la vida
y esta contraatacó con dulce muerte,
con miseria latente.
El provecto joven es absorbido
por su futuro prometedor,
pero incluso prometiendo se engaña.
Los susurros del fin del mundo
se agolpan en sus manos:
de ellas saldrá vida
o la capacidad de acabar con ella
y con todo a su alrededor.
Hombre y bestia
dos en uno
pero cuando es el segundo
no queda ninguno.

1449

Gracias a la nada
somos capaces
de producir algo.
Ese silencio etéreo,
sin forma
que se abre paso por nuestros oídos
y nos susurra una idea.
Así es como empezamos
ese viaje inquieto
que se forja por la noche
junto a la pregunta por el ser.
La vida y todo lo que conlleva
es combustión eterna
entonces
¿por qué nos asusta tanto quemarnos?

Esas palabras que se aprisionan


en gargantas damnificadas
y no salen
no se merecen ser llamadas
silencio,
ese,
tan colosal
de silueta eternamente fugaz
que muere en cuanto se lo nombra.
El silencio,
origen y destino
de todo lenguaje
existente.

1450

Mi forma de agradecer
es dar de ese amor que me dieron
cuando caí,
cuando el dolor pareció apoderarse de mí.
Pero no,
aún quedaban pequeñas grietas
por las que pudieron asomarse
y llevarme a la luz.
Ahora quiero hacer lo mismo,
quiero salvar a quien se sienta como yo me sentí.
Y es por eso que escribo.

1451

Porque si mis ojos no te pueden amar


prefiero cerrarlos de por vida.
Si mis brazos no te merecen
pues nunca más abrazaré a nadie.
Si mis labios no pronuncian tu nombre
entonces jamás volveré a hablar
y si no puedo soñarte,
pues la cama no será mi lugar.
Las estrellas perderán sentido
y el mundo se olvidará de cómo girar.
No tiene sentido dormir
si uno no puede soñar.
1452

Decidí olvidar la memoria


porque ya no tenía ganas
de recordar.

1453

Desearía poder traer de vuelta


eso que te llevaste de mí.

1454

La gente suele estar de luto


por lo que han sido,
pero yo ando siempre de rodillas
por quien podría haber sido y no fui.

1455

La ansiedad excava,
se abre paso por nuestro pecho
destrozándonos por dentro,
y la soledad se ha vuelto sociable
y aparece únicamente
cuando hay gente alrededor.
1456

Esa oscuridad
que se infiltra por nuestras grietas
y nos tapa los ojos desde adentro;
es imposible dejar de verla.

1457

Soy un desastre, un hermoso quilombo


si no me conocés te voy a resultar tímida
y si me conocés
sabrás que soy insoportablemente extrovertida.
¿Te vas a quedar?
¿O voy preparando una despedida
como amparo?
Así de paso
me empiezo a sentir sola
antes de que me dejes.
Me voy acostumbrando a estar sola
antes de que llegue la soledad.

1458

Arde tanto la piel


que uno encuentra más adentro
que lo que busca por fuera.
Se ve el desastre
pero todo lo provocó
el haber callado más de lo debido,
el no haber dicho
lo que se tendría que haber dicho.
Aburrida,
dibujaba figuras invisibles sobre tu pecho
ante tu mirada atenta.
Escogí un hoyo de los muchos que tenías
y dejé allí el recuerdo
de lo que se sentía tocarte.
Allí, en tu piel
quedaron los indicios de mis suaves manos,
los restos de mi amor por tu espalda.
Si algún día sanás
y cerrás esos hoyos,
no sólo te olvidarás de mí
sino que mi recorrido por tu cuerpo
será borrado para siempre.

1459

Este mundo de plástico


da por sentado
que yo voy a caer rendida
ante su insistente daga,
ante ese vago discurso,
esa irrefutable necesidad de pertenecer.
Pero no,
porque prefiero morir de frío
antes que volverme él.
Esos experimentos fallidos
que simulan ser corazones
no laten ni por sí mismos,
menos van a dar su vida por los demás.
Yo elijo amar
antes que caer a merced
de un mundo que no sabe soñar.
Prefiero que me dañen a dañar
porque de heridas, se sana;
de insensibilidad, no.

Seré uno de los pocos supervivientes


de este mundo de posmodernidad
de este mundo líquido y light,
de estas órdenes que exigen
no sentir compasión
ni empatizar.
Yo no vivo para eso,
yo vivo para dar vida al resto,
no para salvarme sólo a mí.

1460

Ese túnel empapelado de recuerdos


parece caerse
y no sólo se derrumban los hechos
sino también la capacidad de recordar.
Ese hogar sin techo
pero que me permite observar
todo lo que el mundo y su cielo
tienen para contar.

1461

Estamos siempre esperando que nos digan


todo aquello
que diríamos nosotros.
1462

Tomé de la ardiente arena


una caracola
que me mostró un mundo eterno
y no me gustó en lo absoluto.
Porque en ocasiones los finales son lindos
y aunque el tiempo parezca un enemigo,
a veces también es un aliado.
En algún momento
tendremos que dejar de ser
pero eso no es tan malo,
después de todo.
En algún momento nos aburriremos.
No hay nada tan único
como las relaciones humanas
y uno no poder entender
cómo es que
experimentamos emociones,
respiramos, vivimos.
La caracola tampoco supo la respuesta.
Todo ese vaivén existencial.
Mostrarse
y que vean lo que ofrecemos,
lo que somos:
unas simples letras
que contarán la verdad.
Es que
¿por qué estar solos
si gritamos mejor estando acompañados?
Y no poder negar que el llanto
llora mejor
si es escuchado.
Sabemos que corremos el riesgo
de morir ahogados
al sumergirnos en nuestros sueños,
pero es mejor que despertarnos
de ese dormir eterno.

1463

La piedad
requiere de mucha más fuerza
que la venganza.
Es todo un trabajo interno
para ejercitar nuestra mente
y entrenar nuestra paciencia.
No es lo mismo escuchar que oír,
ver que mirar
aceptar que tolerar.
No es lo mismo haber sido
que estar siendo.

1464

La maldita sociedad
sigue creyendo que tiene el poder
o el derecho
de decir cosas
sobre cómo debería ser,
verme,
sentir,
pensar,
actuar,
vivir.

Sigue creyendo que puede juzgar


pero no sabe que si yo dejo de ser
ella morirá.

1465

Vos sí tenés ganas.


La que no tiene ganas es la ansiedad.
Dejá de engañarte
y empezá a incluir el mundo
en el acto de amar.
No importa si caminás rápido o lento
siempre y cuando vayas hacia adelante.
Hay tanto por sentir,
por conocer,
por aprender.
Volvé a tu mente una mochila
y en ella verté absolutamente todo;
meté lo que veas, lo que te digan,
lo que te enseñen.
Lo que experimentes, lo que leas.
Lo que digas.
Lo que no digas también.
Meté miradas, latidos
y el tacto de otras pieles.
Meté risas,
que vas a ver que recordarlas
hace bien.
Quizás entren sueños y planes.
Futuros que aún no son.
Vos metelo todo,
que siempre va a haber espacio
para algo más.
Cuando sea necesario,
abrí la mochila y buscá lo que te sirva;
o dala vuelta
y tirá todo a la mierda.
Siempre se puede volver a empezar.

1466

Me encontré mirándote,
escudriñándote, mejor dicho.
Examinándote con atención
porque mis ojos jamás elegirían
mirar hacia otra parte.
Estudiándote con devoción.
Todo aquello que suele pasar desapercibido
yo quiero descubrirlo,
averiguando cómo te ves por dentro,
cómo tu cuerpo y rostro
responden a estímulos
con diferentes movimientos y gestos.
Cómo tu garganta se prepara para hablar
mientras tu mente escoge
las palabras adecuadas.
Cómo te ves mirando,
cómo te oyes pensando.
Aquel camino que has recorrido
y que ha quedado grabado
en tu alma y pecho.
Todos esos detalles que no manifiestas
pero que sí sientes,
atraviesas,
desencadenas.
Cómo luces recordando,
enojado, nostálgico;
deseando que todo hubiese sido
de una forma que no fue.
Cómo me lo dices todo
con tus silencios,
esperando que yo tome las riendas
y escriba lo que quieres que sea para nosotros,
sólo nuestro.
Porque el mundo no sería lo mismo
si tu no lo pisases seguido.
Nada de vistazos,
miradas superficiales
ni ligeras ojeadas:
yo estoy aquí
para aprenderte de memoria
como un mapa que no sabe dónde está,
pero que tiene bien en claro hacia dónde va;

y todo eso
sin que sepas que te miro,
y que tú existes
mientras yo existo
para andar mirándote.

1467

La vida me ha golpeado tantas veces


que aún no entiendo
cómo es que no sé defenderme.
Ella siempre termina encontrando
mi punto débil
o nuevos huequitos
por los cuales fulminarme.

Sabe perfectamente cómo derribarme.


Pero lo que ella no sabe,
es que yo no voy a ceder
y que deberá acabar conmigo,
eliminarme por completo
para salirse con la suya.

1468

Mis heridas abiertas siguen latiendo


por más que su destino
no sea otro sino la muerte misma.
Porque no van a rendirse,
porque no dejarán de amar.

Creo que las entiendo.

1469

¿Cómo puede pasar el mundo


de una inmensurable,
omniabarcante calma
a una tragedia descomunal,
a una guerra brutal?

Sólo el hombre lo sabe.

Ay de Dios y su conflictiva creación.

1470

Pensalo así:
si no hay situaciones límite,
desgarradoras,
detonantes…
¿Cuándo vas a demostrar lo fuerte que sos?

1471

Hogar son tus brazos


cuando te sentís desmoronar
y estás ahí,
al pie del cañón,
para atraparte.
Hogar son tus ojos
cuando te mirás con cariño
al enfrentarte al espejo
y no poder querer lo que ves.
Hogar sos vos aprendiendo a escuchar los susurros
entre el ruido que pelea en tu cabeza.
Hogar son tus piernas
que te mantienen de pie
y caminan con seguridad
aunque te sientas caer.
Hogar es tu piel
que te mantiene seguro
y se vuelve un refugio
en el que te podés esconder.
Hogar sos vos
adoptando tu dolor como propio
y llevándolo como bandera,
encastrado en cada sien.

1472

Nadie sabía cómo es que sobrevivía,


pero ella sí: tenía verbo.
Uno, dos. Miles.
Uno más escuálido que el otro
pero con una fuerza insuperable.
Estaba protegida por sus letras.
No era mucho
pero era todo lo que tenía,
todo lo que sabía,
todo lo que quería decir.

1473

Cada noche me despierto


con escalofríos escurridizos
colonizando cada rincón de mi piel.
Sintiéndose libres a costa de mi libertad.
Leer juntos es poesía
pero ahora ya no oigo nuestros latidos
sino sólo los míos.
No niego que
tal vez
nunca sucedimos.
Mientras se está vivo,
uno elige cómo morir
y yo riego una estéril flor
en un cementerio
de algo que nunca vivió
sólo para verte partir.
Andate de mi mente
de una vez por todas.

1474
Estoy lejos de ser lo que quería ser.
Me abrazo mientras pienso,
pensar me satisface.
Le echo flores a mi léxico
y con él pretendo amarme.
Alas en los pies
que me llevan a soñar despierta
y a cerrar heridas sin mirar atrás.
Somos libres ante nuestros libros,
leer nos libera
de ese cautiverio que son tus letras.
Se desmorona ese encierro
cuando dejamos de permitirlo;
cuando volvemos polvo el desprecio
y logramos combatirlo.
Soy fuerte porque soy yo
y me siento serlo.

1475

Y cuando lo tuvo delante,


se olvidó de cómo hablar.
El problema es que, antes de que se fuera,
ya lo había comenzado a extrañar.

1476

¿Por qué le tememos a la muerte


si ya sabemos qué se siente?
Ni nos damos cuenta,
pero morimos todo el tiempo.
De a ratitos.
Por la noche. Durante el día.
En silencio o de poesía.
Por pedacitos,
cada día menos latidos.
A veces no sentimos,
otras veces, demasiado.
Morimos si no amamos,
también morimos por amor.
Esa gasa no remedia
ni la mitad del ardor.
Siempre estamos muriendo,
sea por lo mismo que ayer
o por algún nuevo motivo
que acaba de nacer.
Pero déjame decirte algo:
aunque de tu corazón
sólo queden mitades
aún es capaz de amar,
aún es capaz de ser.

1477

Siempre con un libro en mano,


pido auxilio
para que alguien se anime a rescatar
cada pedacito de mí.
Que se enamore de lo que soy,
no por cómo me veo.
No soy la única que se ha embarcado
en una larga travesía
pretendiendo regresar.
Los pájaros dentro mío
también buscan volver a su hogar;
es por eso que siento que me tira el pecho.

1478

Tu mirada que es tuya y mía


me susurra al oído
que nunca dejará de quererme
y que siempre habrá un para siempre
en la esquina y a la par.

1479

Tenemos tantas ansias de vida,


tanto ahínco de existir,
que no pueden compaginarse
con la idea de morir.

1480

Ambos nos miramos


y en nuestros ojos encontramos
nuestras ansias de existir,
de narrar poemas
recorriendo con un dedo nuestra piel.
Ambos susurramos
y en el silencio oímos
nuestro alocado deseo
de hacer de nuestros dos cuerpos
uno solo.
1481

Seré esa mujer


que me hace falta ser
para enfrentarme al mundo.
Ahora
me dije
sólo escucharé
lo que tenga para decirme mi corazón.
No tendré cabeza
ni equilibrio
pero siempre daré ese paso
con el que la tierra tiembla.
Escupiré esa tinta bullidora
y veré cómo se escriben
todos esos versos sin razón.
Haré del arte
mi segunda piel.
Caeré
y el suelo se volverá cielo
sólo para verme latir
sólo para hacerme feliz.

1482

¿Quién dijo que la soledad


era silenciosa?
Los de afuera callan,
lo de adentro grita.
1483

Me peleé con mis ojos


porque no supieron guardar mis secretos.

1484

A este mundo venimos a aprender.


A atesorar cada instante
como si fuese el último.

1485

No creo que la muerte se atreva


a sofocar el aliento
del cual respiramos los dos.

1486

Si te caés diez veces,


te levantás otras diez,
veinte, sesenta.
Escribo poesía
y me transporto a un lugar inexistente
en donde no soy bien recibida
pero me esperan con la puerta abierta.
1487

Pasamos mucho tiempo


intentando salvarlo todo.
Eso que está colgando del precipicio
hace rato
pero no te animás a soltar.
Eso que te duele pero en algún momento
te hizo amar.
Eso que late sin estar vivo
y atormenta sin rayos ni truenos.
Sólo un viento implacable
dentro de cada sueño.
Tu corazón nunca volvió a palpitar igual,
y quizá ya se olvidó de cómo hacerlo.
No te preocupes, para todo hay un manual,
aunque quizás te tome varias vidas
aprender a vivir como lo hacías.

Tiene el poder de devolverte la vida


un susurro al oído.
Tiene la materia propensa a un latido
un abrazo fuerte que junte todas tus piezas
sin siquiera pedirte permiso.
El choque de pieles que se encuentran
te permitirá encontrarte a ti.
Pero también es capaz de revivirte
una mirada comprensiva y resiliente
al encontrarte con tus propios ojos
en un espejo caído.
Porque no renacerás si no lo quieres
y si no te amas primero.

1488
Mi cuerpo es triste
y las puertas
parecen cerrarse para adentro.
No me escucha pero está dispuesto
a oír cada sonido que hagas.
Tu caos es arte
pero veo que te consumen
todos esos pensamientos
que no tienen intenciones de dormir.
Es por eso que le digo a tus recodos
que los amaré yo
porque en este momento
tú no puedes hacerlo.
Mis lágrimas grávidas de recuerdos
dibujarán las periferias de tus latidos
y ese eco silencioso
nos unirá en una danza desfigurada
y de trazos infelices.
Pero qué más da,
es el único vestigio de música que me queda.
Inventándome heridas
lograré que te quedes;
pero mi corazón,
desde ya,
es tuyo:
en cuanto te arrimas,
se aprieta entre estas paredes.
Se ha vuelto difícil quedarme
pero no me imagino,
ni en esta
ni en ninguna otra vida paralela,
yéndome.
Así que quedate tranquilo
que cuando abras los ojos
yo voy a seguir ahí.
1489

No sabemos cómo ser felices.


Pero eso no nos da el derecho
de destrozar lo que tenemos
por el miedo a serlo.

1490

De tanto correr
atrás del tiempo
no queda nada
por lo que vivir.

1491

Nadie entendió tu dolor


hasta que el tuyo
se volvió nuestro.
Hasta que cada tropiezo
se volvió una caída masiva
de sentido colectivo.
Porque si uno sufre,
todos morimos.

1492
Esa suave piel
esos ojos brillantes
esa sonrisa expectante
el pulso ardiente
y el futuro prometedor
en la yema de sus dedos
revelaron que el mundo
todavía no lo había manchado.
Todavía no lo había mordido.
Era una escurridiza víctima
pero que no tardaría en perecer.
Es de esas pocas joyas
que tienen el maravilloso don
de vivir sin culpa.
De los pocos que saben respirar.
Que viven escondidos
entre la oscura muchedumbre
despojada de ganas de vivir.
Ese silencio tajador
que a muchos nos hace sangrar,
ellos lo convierten en música.
Esos vacíos
que a muchos nos amputan el corazón,
se vuelven para ellos la oportunidad de llenar.
Es de esos que, con un simple tacto
funcionan como curitas
que encuentran tus heridas
incluso antes de que se las muestres.

1493

Nos lleva la contraria el tiempo.


Se vuelve lento en cuanto sufrimos
y, cuando gozamos, vuela lejos.
La vida le pide que pare, y él corre;
y en cuanto se lo apura,
elige una esquina y se sienta a esperar.

1494

Los recuerdos sacudieron su cabeza


violentamente
y entendió que escribía
para no morir.
Para no morir de esa angustia
que surgía al escribir.
Huía pero regresaba.
Olvidaba pero recordaba.
Todo a la par de las letras,
todo con tinta en las venas.

Lo veía
y algo en el pecho le dolía.
Una masacre se desplegaba
en sus neuronas.
Esa demencia descomunal
que se aglomera en ese momento
en el cual sus miradas se encuentran.
Ella no sabía qué era ese espectáculo,
él lo sabía bien.
Pero no sólo lo provocaba,
también lo sabía gritar.
Sabe perfectamente
cómo hacer que duela.
Pero ella le quitó el poder
de hacerla sangrar.
1495

No sé dónde estaba.
Viajando en el tiempo,
pero congelada en un momento exacto.
Esperando a morir.
No sé si me iba
o estaba asesinando al mundo
pero el silencio se volvió absoluto.
Después creí haber gritado,
no lo recuerdo bien.
Sólo sé que luego volví a escribir
y todo murió de nuevo.

1496

Cada día
intento
no sentirme
como todos los días,
pero siempre siento
no haberlo logrado.

1497

Eso que tanto querías


lo tenés enfrente
y ahora te aterra.
1498

Qué paradoja:
sanar duele.

1499

Te extraño tanto
que me rompo en pedacitos
para esparcirlos por todos lados
y olvidarme de tu ausencia.
Me desarmo si te pienso
pero tampoco puedo olvidarte.
Volveré mío
cada lugar nuestro,
y tu nombre se sentirá extraño
en mis labios.
Deseame suerte.

1500

Desprecio lo que soy ahora


porque no soy lo que alguna vez soñé ser.

1501

A veces los recuerdos


duelen más que el hecho mismo.
la experiencia se reduce a memorias
que arden cada vez más.
Sientes cómo tu alma se desarma
y por más que luchas
no puedes volver a recomponerla.

1502

Tenemos tanto adentro


que no nos dijimos
que apenas podemos respirar.
Entre suspiros
nos escupimos lo no dicho
mientras vos hablás
y yo interpreto lo que nunca supiste decir.
Que el ayer se vuelva hoy
y así entender lo que fuimos (o no fuimos).
Se sella el presente
con esas miradas que jamás nos dimos
pero nos dedicamos
en nuestros propios silencios
que provocaron lágrimas de desesperación
al no poder afrontar
cuán grande se había vuelto
lo que habíamos construido.
Sólo voy a decir
que me acostumbré tanto a tus ojos
y los llamé mi paisaje oficial
que, cuando dejaste de mirarme,
me olvidé de cómo respirar.
Mi corazón te pertenecía
pero al tomarlo en tus manos
lo estrellaste contra el piso
y nunca me pude levantar

de nuevo.
1503

En ese abrazo
nos escondimos de un mundo
que no nos quería.
Allí estábamos, fugitivos,
sosteniéndonos el uno al otro,
y distrayendo a las amenazas
para poder escapar.
Qué ilusos,
nunca nos dimos cuenta
de que el peligro éramos nosotros.
Mis pensamientos retorcidos
fueron interrumpidos
por el suave ruido
que hiciste al entrar en mi mente,
derribando mis barreras
y provocando mis eternas muertes;
a tus pies.
Nunca logré que comprendieras
eso que quería que comprendieras
porque vi en tus ojos
que jamás pudiste descifrarme del todo.
Pero a ti te fascinaban los acertijos,
al fin y al cabo.
No me amabas con tu piel,
me amabas con los ojos.
Tus labios inmóviles se sellaban
mientras tu mirada gritaba, cantaba,
rogaba, imploraba.
Mientras tu mirada me recorría las curvas
y vacilaba en cada cuerda vocal.
Gritos ahogados que explotaban mi pecho
y definían el amor sin nombre
pero que llevaba el tuyo.
Me amabas sin decir ni una palabra.
Con tus ojos me lo dijiste todo
más allá de lo que un simple corazón
podría comprender,
en un idioma que no sabía que sabía
hasta que te escuché y te entendí.
Hasta que te pude sentir.
Atrás de los ojos,
tu mente.
Tanto que sabías
y lo poco que me pudiste transmitir.
Conservaste más secretos
de los que te hubiese gustado
pero tampoco supiste cómo hablar.
Si bien te conocía como a nadie,
siempre fuiste un desconocido,
al cual tenía la sensación de nunca
terminar de comprender.
El secreto del amor
no fue tan secreto
cuando me lo susurraste con tus versos.
Ahí entendí
que no quería estar en ningún otro lugar
pero ya habías decidido irte
y

eso sí,
tus ojos no se animaron a decírmelo.

Quizás, un poco, me quisiste.

1504
Ese adictivo gesto
de deslizar suavemente los dedos
por entre los cabellos de la persona amada
como si de esa forma estuviese más segura
y esa caricia le despojara de cualquier dolor.
Peinar con los dedos y cerrar heridas
con ese hilo invisible
a través de latidos del corazón
se volvió el mecanismo de defensa
más puro y efectivo.

1505

Aquella mirada mortal que me dedicaste


sellándola con un pecaminoso beso
aún me cosquillea en los labios
aún provoca que mi alma tiemble.
No tendrías que haberme abierto tus puertas:
te has vuelto el infierno en mi tierra.

1506

Vos tranquilo, no te muevas.


Dejá que te ame mi corazón.
Dejá que el tuyo se encargue del resto.

1507

Todo en ella es caótico.


Todo en ella es vida que tiene miedo de morir;
y densa muerte que ruega por vivir.
Todo en ella es diferente,
todo es tan ruidosamente sigiloso,
que hasta el universo está fascinado
al sentirla existir.

¿Y cómo no?
Si su simple presencia
abarrota de lágrimas
a corazones fríos y egoístas
y provoca la sensibilidad
de cualquier hombre sin alma.
Vuelve bellísimo lo feo
y hasta la oscuridad aprende a brillar
cuando ella la incita a bailar.
Quiérela, mundo,
quiérela de verdad
porque jamás habrá ninguna otra
que a la muerte haga temblar.
Se merece ser querida,
se merece tu cariño
porque presta sus latidos
a quienes no han vuelto a respirar.

Sus dulces ojos transmiten vida


a todo el que ha vivido sin ella
y hasta la más honda herida
aprende a sanar
ante su tacto.
Y si no me crees, búscala
y verás que responderá a tus llamados.

1508
Nunca existió tal distancia
que la que vi entre nosotros
cuando me miraste, vacío.

1509

Pienso estar dispuesta


a dejar toda mi piel
en otra piel
que me acaricie sin espinas.
De otro modo,
jamás confiaré
ni un centímetro de mi cuerpo
a esas manos asesinas.

1510

Siempre fui una


desobediente gota de lluvia
que ha caído
pero ansía regresar al cielo.
Que para ella no hay escalera
ni soga al cuello.
No puede volver por donde ha venido
pero aún tiene mucho camino
por donde llover.

1511
Se enamoró la lluvia de la tierra
y no ha dejado de llover.
El mundo se ha vuelto un furioso océano
que representa un amor sin límites.
Ahora sólo nos queda
mirarnos a los ojos
y así romper el mar en mil pedazos,
estrellándonos en las olas.

1512

Ella era como poesía.


Poesía pura,
de esas que se deslizan por tu espina dorsal
y hacen a todo tu cuerpo temblar.
De esas que te hacen sentir vivo
cuando no tienes nada por lo que latir.
De esas que encanutan la belleza en simples letras
y se escurren por esta página de papel
que ahora estás leyendo.
De esas que escriben un final
pero parecen nunca terminar.
De esas que envejecen
pero todo parece rejuvenecido a tu alrededor.
De esas que te mueres por leer,
y te encuentras gritando con tus ojos
mientras te las devoras, con hambre de cultura.
Fina alma erudita que te cargas encima.

Y ella.
Ella era tanto que no la pudiste soportar.
Ella te amó aún cuando amarte le dolía.
Y tratar de describirla
se convirtió en la razón de tus pesadillas
al no poder encontrar las palabras justas.
No querías dormir
porque no podías aceptar
que tendrías que dejar de verla.
Ella fue la razón de tu muerte
pero porque no pudiste asimilar
toda la vida que te brindaba
y te rehusaste a respirar.

1513

Fiebre
de no tenerte;
agobio
de no encontrarte;
agonía
siempre
al pensarte.

1514

Me encuentro vacía
cerrada
callada
sumisa
sola
en esta oscuridad de nadie
pero mía
en esta paz de todos
pero impropia.
Laten lento los sentidos
pero la razón ni asoma
acá
en mi herida
tendida
en la orilla
del silencio que estremece
a cada tonta poesía.
De ese grito sin respuesta
mutan
sombras dobles
que se fusionan siendo una
pero se rompen
y ya no se entienden
ya no existen
ni oscurecen.
Mi cuerpo
se proyecta hacia adelante
anclándose en el pasado
aferrándose
a cada abrazo interrumpido
ininterrumpidamente
en cada universo que alguna vez existió
dentro de mi mente.
Estoy siendo donde estoy
y anhelo ese lugar
en donde sé
que nunca voy a estar.
Acá estoy
en esta muerte tan viva
que acaba con mi vida.

1515

Nuestros cuerpos
limitan diferente
porque no quieren alejarse
quieren permanecer juntos
imitando a algo parecido
al amor.

1516

Huyó a la oscuridad,
a cualquier lugar
en donde su sombra no se proyectase
ni lo intimidase.

Se despliega hacia adelante,


doble.
Se fusiona
con sus latidos,
adelante y atrás.

Descubrió que era bastante ciego


para percibir la oscuridad.

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