El sistema linfático
Tejidos y órganos que producen, almacenan y transportan los glóbulos blancos que combaten
las infecciones y otras enfermedades. El sistema incluye la médula ósea, el bazo, el timo, los
ganglios linfáticos y los vasos linfáticos (red de tubos delgados que transportan la linfa y los
glóbulos blancos).
importancia del sistema linfático en el cuerpo humano
Los ganglios linfáticos filtran el líquido linfático a medida que fluye por ellos, atrapando
bacterias, virus y otras sustancias extrañas, que después son destruidas por los linfocitos. El
sistema linfático también es una parte importante del sistema inmunitario, la defensa del
cuerpo contra las enfermedades.
Funciones del sistema linfático
El sistema linfático cumple tres funciones principales:
1. Renovación y transporte
Es el encargado de renovar y transportar la linfa (Linfa: Un líquido que contiene glóbulos
blancos que defienden al cuerpo de los gérmenes). y el líquido intersticial hacia el sistema
circulatorio a través de los vasos linfáticos. Al no tener un órgano con capacidad para
bombear el líquido por el organismo, se aprovecha de las contracciones musculares y de los
capilares.
2. Filtración
Es el encargado de filtrar la sangre y limpiarla de toxinas, microorganismos patógenos y
desechos. Por ejemplo, las proteínas y ácidos grasos se eliminan desde el intestino a través del
sistema linfático torácico, porque no se pueden filtrar hasta los riñones o el hígado a través de
los capilares sanguíneos.
3. Función inmunológica
Es esencial para combatir cualquier tipo de infección debido a su alto contenido en glóbulos
blancos. Las bacterias no suelen encontrarse en la sangre, sino en los tejidos a nivel del
líquido intersticial y, por este motivo, los macrófagos (células) pueden actuar contra ellas. Los
linfocitos (células) nos protegen de ciertas bacterias y virus, además de controlar a las células
cancerosas siempre que estén en contacto con ellos.
El sistema linfático está compuesto por:
la linfa
La linfa es un líquido incoloro compuesto de glóbulos blancos, proteínas, grasas y sales. Se
transporta desde los tejidos hasta la sangre a través de los vasos linfáticos.
En el sistema linfático no existe una bomba que impulse la linfa, a diferencia de lo que ocurre
en el aparato circulatorio, sino que se mueve, aprovechando las contracciones musculares.
Ello es posible porque los vasos linfáticos se sitúan entre el tejido muscular y al realizar el
cuerpo movimientos cotidianos o comunes, es cuando se activa la circulación linfática siendo
muchísimo más lenta que la sanguínea.
los vasos linfáticos
Los vasos linfáticos son los conductos por donde circula la linfa y son muy similares a las
venas ya que están formados por tejido conjuntivo y unas válvulas en las paredes que evitan el
retroceso de la linfa.
Los vasos linfáticos, según van penetrando en los tejidos corporales, se van haciendo cada vez
más pequeños y más finos hasta convertirse en capilares linfáticos. Aquí es donde se recogen
las sustancias que no pueden ir por la sangre debido a que su tamaño les impide atravesar la
pared del vaso sanguíneo siendo transportadas a través de los vasos linfáticos que se van
haciendo cada vez más grandes según se van acercando al final del trayecto.
Los vasos linfáticos convergen en dos troncos principales:
1. Conducto linfático derecho que recoge toda la linfa de la parte superior del cuerpo.
2. Conducto linfático torácico que recoge la linfa del lado izquierdo del cuerpo
los ganglios linfáticos
Los ganglios linfáticos son nódulos pequeños en forma de fríjol con un tamaño inferior a un
centímetro que en condiciones normales no se llegan a palpar.
Se encuentran formando racimos en varias zonas del cuerpo como el cuello, las axilas, las
ingles, el tórax y el abdomen.
Las funciones de los ganglios linfáticos son la de filtrar la linfa de sustancias extrañas, como
bacterias y células cancerosas, y destruirlas, así como producir glóbulos blancos, como
linfocitos, monocitos y células plasmáticas, encargados de destruir a las sustancias extrañas.
el sistema linfático constituye una parte muy importante del sistema inmunológico, es el
encargado de defendernos de las agresiones externas, debido a la función de los órganos
linfoides. Los órganos linfoides pueden ser primarios o secundarios.
órganos linfoides primarios
En los órganos linfoides primarios es donde maduran los linfocitos y son el timo y la médula
ósea.
El timo es una glándula formada por dos lóbulos y situada detrás del esternón. Su función es
la maduración de los linfocitos T.
La médula ósea es el tejido donde se fabrican las células de la sangre, glóbulos rojos, glóbulos
blancos y plaquetas. Se encuentra en el interior de los huesos y es donde maduran los
linfocitos B.
Los linfocitos B elaboran anticuerpos y los linfocitos T ayudan a destruir las células tumorales
y a controlar las respuestas inmunitarias. Un linfocito es un tipo de glóbulo blanco
órganos linfoides secundarios
En los órganos linfoides secundarios es donde se presentan las sustancias extrañas o antígenos
y se inicia la respuesta inmune específica. Son los ganglios linfáticos, el bazo y el MALT.
Los ganglios linfáticos producen glóbulos blancos ante la presencia de un antígeno.
El bazo este situado en el lado izquierdo de la cavidad abdominal y formado por la pulpa
blanca, correspondiente al tejido linfoide y la pulpa roja, a los vasos sanguíneos. Su función
inmunológica consiste en la producción de anticuerpos y la destrucción de bacterias.
El MALT que es el tejido linfoide asociado a mucosas, se encuentra en el tracto
gastrointestinal, respiratorio y genitourinario