ANUNCIO DE CUARESMA
Parroquia Santa Catalina Labouré
Martes, 14 de febrero de 2023
Transcripción de la grabación
para uso reservado
2023 © Pro Manuscripto
CENTRO NEOCATECUMENAL DIOCESANO DE MADRID
C/ Blasco de Garay 8
28015 Madrid, España
Teléfono:+34914473037
Email: cncmadrid@ffn.es
Queda expresamente prohibida cualquier reproducción, distribución,
transformación, total o parcial, del contenido recogido en este documento,
con independencia del medio empleado, impreso, digital,
o a través de cualquier tipo de publicación en Internet,
sin la autorización expresa y por escrito
del Centro Neocatecumenal Diocesano de Madrid.
ANUNCIO DE CUARESMA
Parroquia Santa Catalina Labouré - Madrid
Martes, 14 de febrero de 2023
KIKO:
Ánimo, chicos. A la batalla. Buenas tardes a todos. Espero que el Señor
nos ayude y nos dé la alegría de estar juntos y de estar con él, preparándonos a
hacer su voluntad para esta Pascua que viene.
Oremos.
Señor, te damos las gracias de la vida que nos das, de esta parroquia, de
este encuentro. Mándanos tu Espíritu Santo. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo,
que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Al ataque. Sentaos.
Comenzamos recordando la apertura de la Causa de Carmen. Creo que
estuvisteis presentes muchos de vosotros. Fue muy importante la presencia de unos
50 obispos, así como las palabras del Cardenal Osoro. Fue un día de gracia, de
gran comunión, de alegría, el poder vivir juntos este acontecimiento tan importante
para el Camino. Tantos hermanos están dando testimonio de su ayuda. Cuantas
más gracias de Carmen sean notificadas, más rápido puede ir el proceso.
Hermanos, ¡ya podemos llamar a Carmen “Sierva de Dios”! (¡Un aplauso a
Carmen!).
Sabéis que comenzamos el año 2023 con la muerte de dos personas que han
hecho tanto por el Camino: el Papa Benedicto XVI y el Cardenal Pell. En los
últimos años el cardenal Pell sufrió calumnias e injusticias que lo llevaron a la
cárcel; su respuesta siempre fue el perdón.
Benedicto XVI ha sido el Papa que ha aprobado los Estatutos del Camino
en el año 2008, por eso siempre le estaremos agradecidos. También defendió el
Camino en Japón cuando se encontraba en una situación muy difícil. Sufrió tantas
incomprensiones porque siempre defendió la verdad del Evangelio. Los poderes
económicos y gubernamentales mundiales, que ya tenían listo un proyecto de
ingeniería social de deconstrucción del hombre, no soportaron la denuncia que
Benedicto XVI realizó desde el primer momento de su pontificado. Desde el
principio denunció la más hipócrita de las dictaduras, la que él llamó
“DICTADURA DEL RELATIVISMO”. Proféticamente anunció lo que hoy ya
estamos viviendo: quien se opone a la dictadura universal de las ideologías actuales
(con el aborto, la eutanasia, la ideología de género, el matrimonio homosexual,
3
como pilares centrales), queda excluido del consenso social. Este es el mundo en
que vivimos hoy.
Pero nosotros venimos consolados de la convivencia mundial de itinerantes.
El Señor está haciendo una gran obra con nosotros: ¡El Camino está presente en
135 naciones! Algo verdaderamente increíble. La convivencia la hizo el Señor.
Escuchamos experiencias de muchos itinerantes, algunas verdaderamente
conmovedoras. Hemos visto itinerantes llenos de celo en medio de situaciones muy
difíciles. ¿Cómo es posible que tengamos el mismo espíritu los hermanos de
Madrid y los de las islas más remotas? ¡ Cómo no estar agradecidos al Señor por
esta comunión maravillosa con la que el Espíritu Santo siempre ha bendecido al
Camino!
Supongo que habéis seguido las noticias del terremoto y sabéis que
Antioquía ha quedado prácticamente destruida. Existía una única parroquia
católica donde había 3 comunidades. Han muerto 2 hermanos y el resto han tenido
que marcharse a otros lugares. Aprovechamos este encuentro para rezar también
por ellos.
Comenzamos presentándonos. Es importante presentarnos para vernos, para
ver cómo estáis de jóvenes, de guapos.
Entonces, está aquí presente:
- La comunidad del Centro Neocatecumenal.
Presbítero: José María Garciandía
- La comunidad 1ª Nuestra Señora del Tránsito
El párroco: Oscar Alba
- La comunidad 1ª San José
El párroco: José Julio
- La comunidad 1ª Virgen de la Paloma
El párroco: Gabriel Benedicto
Saludamos al obispo José Luis del Palacio.
- La comunidad 1ª San Sebastián
Párroco: Pedro Pablo Colino
- La comunidad 1ª San Roque
Párroco: Juan Antonio Navarro
- La comunidad 1ª Santa Catalina Labouré
Párroco: José Gregorio, que nos preside.
- El equipo de Getafe
4
Párroco nuevo de la parroquia de San Saturnino.
- Los hermanos de Barcelona, Santas Juliana y Semproniana.
Párroco:
- Los hermanos de Zamora, de San Frontis.
Párroco: Román
Los equipos itinerantes de España y Portugal:
- Zona Nordeste
- Aragón y Soria.
- Zona Noroeste
- Extremadura
- Zona Levante
- Alicante y Albacete
- Sur de España.
- Córdoba y Jaén
- Huelva.
- Málaga y Granada
- Cádiz, Jerez y Ceuta
- Canarias
- Portugal
KIKO:
¿Qué tal va la preparación de la JMJ?
ANGEL BELLO:
Estamos trabajando, con dificultad, pero estamos trabajando.
KIKO:
Nos acogeréis bien ¿no? Ánimo, chicos. ¡Viva Portugal!
- Portugal norte
- Portugal sur
- Madeira, Azores y Cabo Verde
Después están itinerantes de las naciones:
Francia norte, Bélgica y Luxemburgo, Suiza alemana, Bolivia, Santo
Domingo, Ghana, Nigeria, Togo, Guinea Ecuatorial.
- Rectores y formadores de los seminarios Redemptoris Mater
- Presbíteros invitados del Redemptoris Mater.
- Seminaristas del seminario de Madrid
- Chicos del prevocacional de Madrid
5
- Hermanos que ayudan en el SRM de Madrid
- Hermanas que trabajan en el Taller Litúrgico
- Hermanos que colaboran con la Fundación Obra Artística.
KIKO:
Comenzamos cantando. Poneos de pie. “Shemá Israel”.
Canto: Shemá Israel.
Permanecemos de pie, y escuchamos la palabra de San Lucas
Proclamación: Lc 9,22-27
Bien hermanos, la Cuaresma es un tiempo de conversión, de preparación a la
Pascua; es un tiempo, por tanto, de combate. Es maravilloso poder tener un tiempo
fuerte, porque viene la Pascua; en esa noche, va a pasar el Señor arrastrándonos
con él, sacándonos de la muerte y llevándonos a su Reino.
Muchos se escandalizan de lo largo que es el Camino, pero un árbol cuanto
más profundas tiene las raíces, más alto y fuerte crece. Nosotros ponemos raíces
fuertes, y esperamos que nuestros presbíteros no caigan en la trampa de la
religiosidad natural, que es una trampa que puede venir del demonio. La
religiosidad natural no es suficiente, porque basta un cambio sociológico –como
ahora ha sucedido con el Covid– y tanta gente ha dejado de asistir a la Iglesia; y
no solo la pandemia, porque en los últimos 20 años, la participación a los
sacramentos ha descendido casi a la mitad en la mayoría de los países europeos.
Es necesario hacer cristianos, preparar cristianos auténticos con raíces
profundas, que hayan tenido crisis, problemas, con sufrimientos y esto requiere
mucho tiempo. Una fe que no esté basada solamente en el sentimiento, sino que
esté basada en la historia, en la respuesta a Dios en el combate de cada día en la
historia. Llegar a entender que cada día me tengo que convertir, que cada día Dios
dialoga conmigo en mi propia historia.
Hacemos este anuncio para ayudaros un poco. La Cuaresma es un tiempo en
que la Iglesia nos invita a combatir, a luchar contra el demonio. Cristo irá 40 días
al desierto a combatir contra el demonio. Moisés irá 40 días antes de recibir las
tablas de la Ley. Durante la Cuaresma la Iglesia nos presenta a Jesús que combate
contra el demonio, y lo combate con tres armas: con el ayuno, la limosna y la
oración.
Miremos a Cristo, y a Cristo Crucificado. Él es nuestro Camino. Dice Cristo:
"Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y encontrareis descanso
para vuestras almas". Dice un Padre de la Iglesia una cosa preciosa: dice que los
6
fardos, el yugo que cayó sobre Adán por causa del pecado, este yugo Cristo ha
querido que cayese sobre Él, para aligerarnos del peso del pecado.
¿Y cuál es el peso que a nosotros nos destruye? Pues dicen los Padres del
desierto que son los pecados capitales, las pasiones. Estas pasiones en nosotros
tienen unas ramas a través de las cuales el demonio se insinúa y logra poseernos a
nosotros. Es necesario conocer las ramas de la malicia para saber desenmascararlas
porque a través de ellas el demonio nos doblega y nos mete en el infierno.
Dice Isaías de Ascete, que es un Padre del desierto:
Un pecado capital: la Soberbia. Dicen los Padres que una de las ramas que
tiene el orgulloso es cuando se escandaliza porque no se le tiene en cuenta.
Las ramas de la lujuria en la Tradición de la Iglesia son: la intemperancia -el
beber y comer sin poner ningún freno- es una rama de la malicia con la que el
demonio te va a llevar a la lujuria; el cuidar excesivamente el cuerpo (el que
está siempre preocupado de su belleza personal); el desear divertirse fuera de
Dios (bufonerías, chascarrillos, chistes verdes); las miradas impúdicas.
Ramas de la avaricia: El amor al dinero. El avaricioso no cree que Dios cuida
de él.
Y el avaro es uno que desprecia a Dios no cree jamás en la Palabra, porque dice
el Sermón de la Montaña "no andéis inquietos por vuestra vida" pues desprecia las
promesas de Dios, dice: “sí, sí que te crees tú que me van a llevar el sueldo a casa”
Es un ateo.
Es un idólatra. Son aquellos que destruyen de raíz la fe en Dios. La avaricia
nos lleva a ser implacables.
Duros con los hijos, duros con la mujer, implacables, fruto del amor al dinero.
La conciencia se endurece. Se duda del juicio de Dios.
Ramas de la ira: la cólera; el querer siempre hacer su propia voluntad; el
amor excesivo por los bienes de este mundo; la impaciencia; la relajación
espiritual, y de ahí le viene la ira de que no está contento consigo mismo.
Las ramas de la envidia: odio al prójimo. El envidioso no se censura, es
perezoso; desea meterse en los asuntos de este mundo, y que se le tenga siempre
en cuenta.
La vanagloria, la pereza, el amor por la vida perecedera: Al que le gusta
hablar siempre de sí mismo para ser glorificado por los hombres; no ve la
gloria de Dios en nada.
7
Aquí tenéis, estos son los siete pecados capitales, las siete naciones que
dominan la tierra.
Dice Isaías de Ascete:
“Duros son los fardos de Adán, duro es el yugo de Adán cuando salió del
Paraíso. Duro es el yugo de la esclavitud. Todas estas ramas, te aprisionan, te
subyugan y te obligan a vivir en ellas. Todo esto es lo que el demonio obra en
el hombre que se separa de Dios. Pero dice el profeta Isaías que Cristo tomó
nuestras flaquezas, nuestros fardos, nuestras debilidades y llevó nuestras
enfermedades. Los llevó El”.
Son las calamidades que se abaten sobre Adán y que JESUCRISTO HIZO
MORIR EN LA CRUZ, LLEVÓ ESTO PARA QUE NO LO LLEVÁRAMOS
NOSOTROS, PARA SER LIBERADOS DE ESTAS CADENAS.
Estas pasiones: la lujuria, la envidia, la ira, la gula, la ira, la pereza, la
soberbia… viejos odres donde no se puede echar el vino nuevo.
Por eso los que habéis terminado el Camino, no podéis seguir en ellos. SON
LAS SIETE PASIONES QUE DOMINAN AL HOMBRE VIEJO.
EL FARDO DE CRISTO, EL YUGO DE CRISTO ES LIGERO, ¿CUÁL ES? LA
PUREZA, LA AUSENCIA DE COLERA, LA BONDAD, LA DULZURA, LA
ALEGRÍA DE ESPIRITU, LA TEMPLANZA DE LAS PASIONES, LA
CARIDAD HACIA TODOS, EL DISCERNIMIENTO, LA SANTIDAD, LA FE
INQUEBRANTABLE, LA PACIENCIA EN LAS TRIBULACIONES, EL VIVIR
COMO EXTRANJEROS SOBRE LA TIERRA, EL DESEAR SALIR DEL
CUERPO PARA IR CON CRISTO, ÉSTE ES EL CAMINO DE LA FE.
Esto dice un Padre del Desierto del siglo V. No se entiende el Cristianismo
como una ley, sino como una liberación.
Es muy importante en esta Cuaresma estar atento a las ramas de la malicia, a
las trampas del demonio. Nuestra vida, hermanos, es un combate; es inútil que no
queramos llevar la fe a nuestra propia vida concreta. Quien vive contigo en tu casa
está puesto por Dios para ayudarte a ser santo. No soportamos que el otro nos hable
más fuerte. ¿Y si Dios le ha dicho que te hable más fuerte? ¿Si no cómo te vas a
santificar? Somos rencorosos, se tiene que contar con nosotros para todo. Exigimos
nuestra justicia, la falsa justicia. Y ¿cómo es posible hermanos que no miremos en
esta Cuaresma a Nuestro Señor Jesucristo? Él es nuestro Camino: Cristo, y éste
Crucificado.
Lo llevaron a la cárcel, le pegaron, le escupieron, le insultaron. A ÉL QUE
ERA DIOS. ÉL NOS PRESENTA LA CRUZ QUE ES EL MEDIO DE
8
REALIZAR NUESTRA SANTIFICACIÓN Y DE REALIZAR TOTALMENTE
NUESTRA PERSONA COMO CRISTIANOS.
LA CRUZ TIENE UN PALO VERTICAL Y UNO HORIZONTAL, ES EL
SHEMÁ: ESCUCHA ISRAEL, AMARÁS A DIOS CON TODO TU CORAZÓN,
CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS Y AL PRÓJIMO (el
palo horizontal) COMO A TI MISMO.
Su amor es tan grande, hermanos, que no puede amarnos más. Porque la
naturaleza de Dios es darse totalmente, sin quitarnos la libertad. Y si alguna vez
Dios permite alguna cosa desagradable es porque lo necesitas para tu santificación,
porque estás yendo hacia la muerte.
Él nos presenta la cruz como el único camino que tenemos para deshacer las
armas del demonio y para poder llegar al cielo. Cada uno de nosotros tiene una
cruz, por eso es necesario no tirarla, sino amarla.
¿Qué es ser cristiano? Dicen todos los Padres de la Iglesia: “Va, vende tus
bienes, toma tu cruz y sígueme”. Todos los que estáis apegados a vuestros bienes
no sois cristianos. El dinero es un enemigo mortal. Se nos llama a vivir en
precariedad, como extranjeros de este mundo.
¿Qué es la verdad? CRISTO, Y CRISTO CRUCIFICADO. Dime cuanto te
pareces a Cristo crucificado, porque es lo único que ha sido resucitado de entre los
muertos, y está como KYRIOS, levantado por encima de todo poder. CRISTO, Y
CRISTO CRUCIFICADO. Él es el Amor. La única gloria que tenemos los
cristianos es parecernos un poquito a Jesucristo.
Por eso dice San Pablo: "Que ninguno me moleste; llevo en mi cuerpo las
señales de Cristo", y podía enseñar las cicatrices de haber estado metido en prisión,
con grilletes, por causa de predicar el Evangelio; de haber sido flagelado tres veces;
de haber estado en peligros en el mar; en ayunos, en desvelos, en angustias, en
zozobras, en insultos, en calumnias: “como impostores, más siendo veraces;
insultados, bendecimos; abatidos mas no aniquilados; hemos venido a ser como el
deshecho del mundo, como la basura de todos! Porque Dios ha querido que
nosotros, los apóstoles, ocupemos en el mundo el último lugar como son los
condenados a muerte.
Pero esto no supone algo horrible. No, hermanos; ¡es una gloria! Es la gloria
inmensa de ser cristiano, esto es, que en nosotros Cristo ha querido imprimir su
imagen. ¿Cuál es la felicidad humana? La capacidad que Dios nos da de amar.
Mirad los yugos del pecado: la soberbia, la lujuria, la ira, la gula, el amor al
dinero, el querer siempre hacer tu voluntad, el querer que prevalezca tu opinión.
Entonces te enfadas porque aquél no te hace caso, porque el otro no te obedece;
constantemente estamos apesadumbrados, aprisionados por las ramas de la
9
avaricia, por las pasiones del hombre viejo que viven en nosotros y el demonio se
insinúa en ellas.
El que ama al mundo es enemigo de Cristo; amar al mundo es ser enemigo
de Dios. La concupiscencia de la carne; el orgullo, la soberbia de la vida. A
nosotros en el Camino el Señor nos da una cosa enorme, que es la Cruz de su Hijo
como el camino de nuestra salvación.
Entonces, en esta Cuaresma, hermanos, os invito a tomar la Cruz de
Jesucristo. La Cruz de Cristo es gloriosa, porque está vivo, está resucitado. Por
eso, cualquier sufrimiento que tengamos en la vida nos invita a esperar un
momento en el Señor, a confiar en Él. Mira a Cristo crucificado y victorioso,
vencedor.
En esta Cuaresma la cruz viene en ayuda de nuestra flaqueza, nos invita a
hacernos pequeños; solamente ella puede hacernos pequeños. ¿Y qué es la cruz?
Pues es la humildad. "Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y
encontrareis descanso para vuestras almas. Tomad sobre vosotros mi yugo, porque
mi yugo es suave y mi carga es ligera". ¿Cuál es su yugo? Cristo nos ha dado su
Espíritu. ¿Y para qué nos ha dado ese Espíritu? Para que dentro de nuestro corazón,
el Espíritu de Cristo pueda gritar a Dios: Abbá, Papá, ¡Padre! Y si Dios es nuestro
Padre, Él, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y llover sobre justos e
injustos, y que todo depende de Dios; que jamás nos ha faltado en nada, que es
buenísimo con nosotros, lleno de ternura; este Espíritu nos testifica: Dios es tu
Padre, ¡ánimo!
Porque el que nace del Espíritu es como el viento, que no se sabe de dónde
viene ni a dónde va. Toda la espiritualidad del desierto, del que hemos hablado
tantas veces en la Cuaresma, la precariedad, es la espiritualidad cristiana. Basta
pararse para aburguesarse, instalarse; e inmediatamente el instalarse detiene la
conversión en nosotros. Por eso dirá Jesucristo: estad atentos a que vuestro corazón
no se engrase, no se haga pesado por la embriaguez y, sobre todo, por las
preocupaciones de la vida. Las preocupaciones económicas hacen pesado el
corazón; hacen que no reces, desalojan a Dios del corazón, enfrían tu corazón. Y
comienzas a ser implacable frente a tu prójimo, lleno de cólera, lleno de ira,
violento, sensual. Pero Jesucristo nos quiere dar las ramas de la cruz que son: la
pureza, la alegría del corazón, la templanza, la dulzura, el discernimiento, la
caridad hacia los demás. La alegría del corazón, el levantarte por las mañanas
contento; el que no te pese hacer las cosas. Qué duro y qué pesado es el yugo de
Adán, del hombre viejo que tiene constantemente que gratificarse, tiene que
sublimar constantemente la jornada que le resulta horrible; está trabajando y está
pensando en el fin de semana. No puede vivir el momento presente porque es
insoportable para él.
Pero nosotros no. Cristo ha llevado sobre sí nuestras enfermedades para poder
destruir en su Cuerpo el poder del pecado, Ofreciéndose como rescate por nosotros,
el Padre le ha resucitado de la muerte, lo ha levantado sobre todo poder y es nuestro
10
Sumo Sacerdote que intercede por nosotros a la derecha del Padre presentando sus
llagas gloriosas, para que ante el anuncio de la Evangelización, Cristo, que ha dado
su sangre por todo hombre, mientras que yo os hablo pueda descender sobre
vosotros el Espíritu Santo, un Espíritu que nos garantiza, nos certifica que somos
hijos de Dios.
Pero estamos llenos de soberbia: que tenemos que ser catequista, que tenemos
que ser el primero, que tenemos que ser responsables; que mi mujer no me habla,
que no se cuenta conmigo para nada. Odiando y rechazando la cruz de Cristo. “Él,
que siendo Dios no retuvo ávidamente su dignidad, sino que se hizo hombre; y
hecho hombre se humilló a sí mismo y tomó la condición de siervo, obedeciendo
en todo, haciéndose último de todos”.
No es posible ser cristiano y ser enemigo de la cruz de Cristo. El demonio
odia la cruz de Cristo. Y frente a los demonios y a sus trampas, a las tentaciones
que te presenta el demonio: la del pan, de la comodidad, de la lujuria, de la
sensualidad, de la pereza…, viene la Cuaresma a llamarnos a conversión.
La primera tentación, la del pan, la de la sensualidad, el demonio se insinúa
en ella. Frente a esta tentación la Iglesia nos presenta el AYUNO. Sacrifícate un
poquito, alégrate de parecerte un poquito a Jesucristo, que estaba sobre el duro
lecho de una cruz sufriendo. Estás llamado a llevar un poco los sufrimientos de
Cristo en tu cuerpo.
Los cristianos somos el Cuerpo de Cristo; todo sufrimiento que nos venga
dado redime al mundo con Cristo. El sufrimiento tiene una misión, nos es
necesario. Jesucristo ha elevado el sufrimiento a la categoría de redención, el
sufrimiento, después de Cristo, es redentor. Todo enfermo para un cristiano es
Cristo, está participando de la cruz de Cristo; por eso, cuando visitamos a un
enfermo, visitamos a Cristo. Dios te da una pequeña enfermedad y te ayuda; como
te ayudó cuando se murió tu padre; y cuando se murió tu madre; y cuando a tu hijo
le pasó eso; te ha ayudado siempre. Es el Espíritu el que te lo testifica.
O estás lleno de soberbia. La falsa pretensión de justicia destruye la
conversión -dicen los Padres del desierto. Cristo renunció a la justicia y tuvo un
juicio inicuo. ¡Ah, pues yo quiero que se me haga justicia! ¡Pues no eres cristiano!
Escandalizarse de los pecadores también destruye la conversión. Despreciar
al negligente enfría el corazón y expulsa al Espíritu Santo, dicen los Padres del
desierto. Si tú has visto un hermano que es negligente, que no reza, que es un vago,
despreciarlo, juzgarlo, es la muerte del Espíritu en ti. Ésta es la sabiduría que tiene
la Iglesia.
Cristo nos ha dicho: "No juzguéis. No condenéis a nadie". Dice el Sermón de
la Montaña, cómo deben tratarse los cristianos entre sí: no juzguéis, no condenéis,
sed misericordiosos; perdonad y se os perdonará. No juzguéis, que el que juzga
11
mata. Y, además, el pecado que juzgues, ése cometerás; con el juicio con que
juzgues, serás juzgado, con la misma medida.
La Cuaresma viene a decirnos: ¡qué lejos estoy de Cristo! Tantas veces
detesto la Cruz de Cristo; no amo a Cristo crucificado. Si Cristo te liberó, no debes
tener miedo a nada, que Cristo ha vencido la muerte para ti. Y te ha preparado un
lugar en el cielo. Morir es con mucho lo mejor, porque morir es irse con Cristo.
Por eso, ánimo, que viene la Cuaresma invitándonos a coger nuestras armas,
las armas del cristiano. La cruz es nuestra gloria: parecernos un poquito a Cristo.
Al final del día censúrate a ti mismo: “Señor, no me he parecido en nada a ti; no
he aceptado quedar en segundo lugar; me he enfadado con mi mujer, o con los
niños”. Repasa un momento: ¿Has murmurado contra Dios porque te ha salido
algo mal? Has caído en la primera tentación; ya el demonio está tan contento.
La segunda tentación: el orgullo. ¿Buscamos la humillación? Busquemos la
humillación un poquito para parecernos a Cristo.
Y la tercera: la limosna. Humillemos el “dios” que hay en nosotros. Que no
podemos vivir sin dinero.
Hermanos, el Señor te ha elegido para que seas cristiano, otro Cristo. Los
cristianos estamos sellados por la cruz de Cristo. “Y si la sal se desvirtúa, ¿con qué
se le devolverá el sabor? No sirve para nada, sino para ser pisoteada”.
Dice un Padre del desierto: súbete a la cruz con Cristo y encontrarás
descanso. Este es el secreto. ¿Sabéis por qué sufrís los que ahora estáis aquí
sufriendo? Sufres porque te has bajado de la cruz; no la aceptas. El carácter de tu
mujer; tu enfermedad; ¿qué es lo que te tiene angustiado hoy? Que te niegas a subir
a la cruz con Cristo, y decir: “Señor, contigo lo llevo; tienes tú razón, la historia
me la fabricas tú; eres tú el que me ha puesto esta mujer; eres tú el que me ha
puesto este marido; eres tú el que me has puesto estos hijos; eres tú el que me has
dado este trabajo; eres tú el que me ha dado esta enfermedad; ERES TU !Y TU
ERES AMOR!”.
Súbete a la cruz y reclina ahí tu cabeza. “El Hijo del Hombre no tiene donde
reclinar la cabeza”. “Las aves del cielo tienen nidos y las raposas tienen
madrigueras”. Pues si todos tienen su sitio y su lugar, “el Hijo del Hombre no tiene
donde reclinar la cabeza”. Y con Él, los cristianos, porque por el Bautismo somos
el Cuerpo de Cristo. “El que a vosotros escucha, a mí me escucha; quien a vosotros
recibe a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe al Padre que me ha enviado.
Como el Padre me ha enviado a mí, así os envío Yo a vosotros. Id por todo el
mundo y enseñad a los hombres a guardar estas leyes”.
¿Qué leyes? Solamente una ley: LA CRUZ. No te resistas al mal, ama al
enemigo. Porque tú has sido mi enemigo; yo era tu Dios y te has levantado contra
mí. Y Yo me he dejado crucificar por ti. Y hoy reconoces que esta forma que he
12
tenido de amarte crucificado es lo justo, es lo santo y es lo bueno. ¡Haz tú lo
mismo! Ama a tu enemigo.
¿Y quién es mi enemigo? El que te ofende: “Al que te abofetea la mejilla
derecha, preséntale la izquierda” ; el que te roba lo que es tuyo: el que te quita el
chalet, ¿por qué pones pleito al ayuntamiento o a tus hermanos? Es inútil, hombre,
regálaselo; el que te hace una injusticia ¿Y cómo puedes amarlo?
Te lo dice Cristo: no le opongas resistencia, acepta llevar su injusticia; lleva
sobre tu cuerpo las injusticias de los demás. Esto es lo que nos ha enseñado el
Señor Jesús. Y sabemos que aquí está la felicidad.
Dios ha mostrado en Cristo lo que es la verdad. Y no solamente nos lo
presenta como un ideal inalcanzable, sino que nos lo da en el Espíritu Santo
cumplido. Él nos da de su Espíritu. Pero el Espíritu Santo no puede actuar sin ti.
Por eso tiene que aparecer la injusticia, el insulto, las injurias… ¿Cómo es posible
que, después de tantos años, quieras ser cristiano y no aceptas ser injuriado?
Vamos a meternos esto en la cabeza: hemos dicho que Cristo es la Verdad, y
no aceptamos ser injuriados. Y Cristo, el Hijo de Dios, que todo lo que ha hecho
es norma de verdad: “Él es el Camino, es la Verdad y es la Vida”. Él ha aceptado
la injuria, ha aceptado que le escupan al rostro; dos veces fue torturado, una en la
sinagoga. Le ponían una capucha en la cabeza y le daban con un palo en la cabeza,
que duele muchísimo, al tiempo que le decían: “Uuuh, ¡adivina quién te dio,
profeta! ¿Crees tú que era Dios?” Este pobre hombre era Dios mismo.
Después los soldados -que no hay cosa peor que los soldados en una tarde de
calor, que están hartos de la rutina, del cansancio que les hace sádicos- se
divirtieron con este pobre hombre allí en el cuerpo de guardia. Allí le pusieron la
corona de espinas, bien metida; y le pusieron en las manos una caña, y le vistieron
con un manto de púrpura. Se inclinaban y le decían: ¡Salve, rey de los judíos!
Además, le dieron 40 latigazos, con el látigo romano que son cintas de cuero con
la punta de plomo. Y encima le crucificaron.
Pero no es que nosotros presentamos esto como una imitación que tengamos
que hacer, no. El llevó esto por amor a ti y por amor a mí.
Y te presenta en esta Cuaresma la forma más perfecta de ser feliz, que es
subirte con El a la cruz. No te preocupes que no te va a dar un sufrimiento que tú
no puedas llevar, te va a dar la gracia de llevarlo. No se trata de sufrir; se trata de
recibir la dulzura de su amor.
Otra rama de la malicia es la falsa estima; ¿te crees alguien? ¿A ti no se te
puede decir nada? Pero hombre, mira a Jesucristo que era Dios; mírale insultado,
vejado, y piensa que ser verdaderamente cristiano, la fe adulta -como dice San
Pablo- es considerar a los otros superiores a ti.
13
El que tiene el Espíritu Santo, la fuerza del Espíritu es tan grande que se ve
lejos de Dios, indigno, pecador, poco cristiano. Y ve a cualquier persona y dice:
“Seguro que ése se salva; yo no sé”. Porque la verdad es ésa. Un verdadero
cristiano al ver la potencia del Espíritu de Dios, ve lo mal que respondemos a la
santidad de Dios, que habita en el cristiano, y se queda horrorizado. Y piensa: si
cualquiera de los que están aquí tuviera la mínima parte de las gracias que yo tengo,
sería, sin duda, mucho mejor que yo.
Había un monje que era muy santo, y le dice el Señor: “Pues hay un zapatero
que vale mucho más que tú; no te creas tan santo, con todos tus ayunos y con todo
lo que tú haces”. “¿Y dónde vive?” Se fue cerca de Egipto, en un arrabal de una
ciudad, y allí estaba el zapatero. Y este monje le dijo: “Oye, ¿qué haces tú de
extraordinario ”Yo estoy casado y no hago nada extraordinario; trabajo, doy
limosnas, voy a Misa, lo normal que hace todo el mundo”. Y según estaban allí
hablando, jugaban por allí unos chicos y algunos blasfemaban contra la Virgen y
le dice el monje: “¿Cómo puedes tú vivir aquí, tú que veo que eres un hombre
temeroso de Dios; no te molestan todas estas barbaridades? ¿Qué piensas cuando
las oyes?” Y le contestó el zapatero: “Pues pienso que esos seguro que van al cielo,
y yo no estoy seguro de ir”. Y el monje dijo: “Esto me supera”.
O sea, que ese zapatero se creía de verdad peor que todos esos golfos y se lo
creía de verdad. También la ascesis, el que hace muchas cosas, ¿se puede creer
cristiano?
En este tiempo de Cuaresma, contra la primera tentación, la de murmurar, la
de la comodidad, la de instalarse, la de la sensualidad, la Iglesia nos invita al
AYUNO, a dar muerte a lo que te separa de Dios.
Frente a la tentación del orgullo, que no queremos ser humillados en nada, la
Iglesia te invita a hacer ORACION. Los Salmos destruyen la impureza en el
hombre, dice toda la Tradición de la Iglesia. Contra pensamientos de impureza, es
muy importante los Salmos, la Escritura, la oración diaria y la lectura de la Palabra
de Dios antes de acostarte.
El Señor nos ha llamado a reconstruir la Iglesia, a construir una comunidad
de salvados que bendice a Dios. ¿Por qué nos reunimos en la parroquia por la
mañana? ¿Por qué nos levantamos y cantamos que Dios existe, que nos ama, que
tuvo misericordia de nosotros? Le exaltamos, le bendecimos por todos los
hombres: por los que no le alaban, por los que no creen en El, por los que
blasfeman, por los que le insultan, por los que piensan que la vida no tiene sentido.
Para nosotros tiene un sentido enorme, ¿cómo no cantar al Señor? ¡Cómo no
bendecirle! ¡Cómo no experimentar la comunión, si Cristo ha hecho de nosotros,
que éramos una pluralidad de personas solas, un pueblo, una comunión! La
Asamblea Litúrgica expresa esta comunión.
14
Por eso, es muy importante el amor; es muy importante quererse entre los
que están en la Asamblea Litúrgica. Y cantar a Dios, proclamar su Nombre.
Proclamar por la mañana su fidelidad, con arpegios de guitarras y cantos diciendo:
eres grande, eres estupendo. Porque, mira, estuve en aquel problema y me salvaste;
tuve aquél otro problema y me ayudaste. ¿De qué problema no te ha sacado el
Señor?
Y frente a la tentación del orgullo de la vida, que viene puesta en el dinero,
LA LIMOSNA.
Ánimo, hermanos, que esta Cuaresma viene el Señor invitándonos a ser
cristianos. Yo solamente quiero deciros que siento la cruz de Jesús como lo más
grande que puede tener un cristiano, la cruz de Jesucristo. Subirnos con El a la
cruz. Porque en la cruz de Cristo nosotros podemos vivir el Shemá, esto es, amar
a Dios con todo el corazón, sin murmurar en nuestro corazón por las
incomodidades; con toda el alma, con toda nuestra razón, coronándonos de espinas
cuando algo no entendemos. La Virgen María nos enseña a guardar en nuestro
corazón lo que no entendemos. La Virgen, que es nuestra Madre, cuando no
entendía una cosa lo guardaba en su corazón sabiendo que Dios se lo haría
entender.
El problema es que no se trata de decirlo así, porque parece un moralismo.
Es el Espíritu de Cristo el que te dice que en la cruz de Cristo está la felicidad,
porque ahí está la posibilidad que tienes de amar, de darte totalmente a los demás.
De amar a Dios y de amar a tu prójimo; de cumplir el Shemá.
Yo estoy convencido, porque me lo dice el Espíritu, que el día en que yo me
parezca un poquito a Jesucristo seré mucho más feliz que ahora. Nuestra verdadera
frustración es no ser santos, porque hemos sido programados por Dios para ser
santos, y en todas nuestras células hay un imperativo: amar, poder darse.
En esta Cuaresma revistámonos de las armas de la luz. Parecernos cada día
un poquito a Jesús: “Hoy voy a ofrecer a Jesús las incomodidades, los sufrimientos
que me sucedan”. Hazte violencia en el cuerpo, ¿te cuesta levantarte por la mañana
para venir a rezar en comunidad? Ofréceselo al Señor por los muchos sufrimientos
que Él ha padecido por ti. Que eso es el ayuno: levantarse pronto, dormir poco;
ofrecer las pequeñas molestias de la jornada.
¿Cómo llegaremos a la Pascua? ¡Porque va a pasar el Señor! Espero que sea
una Pascua maravillosa, habiendo abandonado toda la levadura de los fariseos, que
son las pasiones, los siete pecados capitales: la soberbia, la lujuria, la avaricia, la
gula, la ira, la pereza, la envidia y todas sus ramificaciones, que nos impiden
aceptar ser puestos en segundo lugar.
La tentación primera: que no dude nunca de su amor; si nosotros creyéramos
de verdad que todo es gracia, que todo contribuye a nuestro bien -como dice San
15
Pablo- sabríamos esperar. Nos son necesarias las pruebas. Quita las tentaciones y
ninguno se salva nadie, dicen los Padres del desierto.
¿Que hoy llegaste a casa y te has encontrado con un follón tremendo, llevabas
varios días sin rezar y ante ese follón te metiste en tu cuarto y rezaste? Mira
hombre, ya ganaste una cosa: te has acordado de Jesucristo. Esa cruz pequeña te
ha hecho sentirte pequeño, te has puesto de rodillas.
¿Cómo hará el Señor para hacernos pequeños? Gracias a Dios está la vejez,
que acabamos sufriendo, que nos hace pobres como Jesucristo; se nos desprecia,
comenzamos a ser cristianos por fuerza. Si los hombres conocieran la dulzura de
nuestro Señor Jesús, todos se convertirían.
El ayuno: Hacer un pequeño sacrificio te llevará a pensar un poquito en
Jesucristo.
La limosna: ¿Quién es nuestro prójimo? El que necesita de nosotros.
Y la oración. Sin oración no hay fe. Os invito a hacer la oración constante,
porque de verdad que no podemos llegar a la humildad si no la pedimos al Señor
Jesús. ''Señor Jesús, Hijo de Dios, ten piedad de mí que soy un pecador". Verás
que esta oración dicha durante la jornada incesantemente comienza a producir en
ti frutos de humildad, de desear parecerte a Jesucristo y alegrarte en la humillación,
que son los pequeños signos de la predestinación. Predestinados somos todos a la
santidad, todos estáis llamados a ser santos. Y esta generación necesita de nuestra
santidad para salvarse. He dicho.
Hacemos un canto.
Canto: Himno a la Cruz Gloriosa
Mario, dinos una palabra.
P. MARIO:
Queridos hermanos y hermanas pido al Señor que mantenga este alimento
substancial con el que nos ha alimentado con el anuncio de Kiko en preparación al
tiempo de Cuaresma. Digo a Kiko: “Tu anuncio, Kiko, ha sido un alimento
abundante que alimenta nuestro espíritu, ¡como un chocolate espeso y caliente!”.
Espero que el Señor me inspire. He preparado algunas reflexiones sobre este
último periodo, en las que desarrollo un poco el saludo inicial de Kiko. Leo porque
es más fácil para mí.
16
Apertura de la Causa de Beatificación de Carmen y Concilio Vaticano II
Como ha recordado Kiko, la apertura de la Causa de Beatificación de Carmen
ha sido un día de gracia, de comunión, de alegría. Un momento muy importante
para nosotros, para el Camino y para toda la Iglesia. Se encontraban presentes —
como habéis podido ver por internet— además del Arzobispo de Madrid, el
cardenal Carlos Osoro, el Arzobispo emérito, cardenal Rouco, y el Arzobispo
emérito de Palermo, el cardenal Don Paolo Romeo, varios obispos y obispos
auxiliares, además de los miembros del tribunal y del postulador. También muchos
hermanos de las comunidades fundadas por Kiko y Carmen de Roma, España y
París y muchos itinerantes. Otros miles y miles de hermanos siguieron el
acontecimiento por internet. Hasta el momento lo han visto medio millón.
Durante esta celebración solemne, festiva, llena de alegría, he tenido la
percepción de que no se trataba de una simple casualidad el hecho de que el
Camino naciera en 1964, en las chabolas de Madrid, coincidiendo exactamente con
la última etapa final del Concilio Vaticano II, y que la apertura de la causa de
beatificación de Carmen, haya coincidido también con el 60º aniversario del inicio
del Concilio.
Hoy, todos nosotros aquí presentes, y los que os escucharán, somos testigos
de cómo gracias al hecho de que Kiko y Carmen reconocieron la presencia y la
inspiración del Espíritu Santo en los Padres Conciliares durante todos los trabajos
del Concilio, la supieran interpretar como la respuesta concreta dada por el Espíritu
Santo a la Iglesia para afrontar los problemas de esta sociedad cada vez más atea
y secularizada. Es por ello que el Señor les inspiró fundar el Camino
Neocatecumenal sobe el Trípode, Palabra, Liturgia y Comunidad, inspirándose en
las cuatro Constituciones del Concilio Vaticano II.
Y por haber creído, Kiko y Carmen, en la acción del Espíritu Santo en el
Concilio, hoy, sesenta años después, con ocasión de la apertura de la Causa de
Beatificación de Carmen, podemos mostrar los frutos concretos: un pueblo
renovado gracias a la restauración del Catecumenado por etapas, auspiciado por el
Concilio Vaticano II.
Hoy el Camino no presenta proyectos futuribles, como el metaverso y otras
diablurías parecidas, ni últimas teologías renovadas, no presenta teorías sino
HECHOS: constituye un testimonio público de que para renovar la Iglesia es
suficiente creer y obedecer al Espíritu Santo, sostenidos por el Magisterio de los
Papas.
Todos nosotros aquí presentes, junto con otros muchos hermanos de
diferentes naciones y culturas, hemos sido alcanzados por el anuncio del Kerigma,
que gradualmente nos ha hecho resucitar de nuestros sepulcros, de la muerte en la
que nos encontrábamos. ¡Cuántas familias salvadas, cuántas personas
reconstruidas! Algunas de ellas, después de un largo periodo, se han ofrecido para
17
ir en misión con sus hijos dejándolo todo, por agradecimiento a Dios y a la Iglesia.
Por haber encontrado la perla preciosa, se han sentido como en el deber de dar la
vida para llevar este mismo anuncio a personas más destruidas en una sociedad
cada vez más atea y pagana.
Nuevos movimientos de tipo carismático
Quería ahora, después de esta ambientación, dar una palabra sobre los nuevos
movimientos de tipo carismático, que están surgiendo en la Iglesia, como por
ejemplo HAKUNA para los jóvenes. Y hoy quiero hablar del PROYECTO AMOR
CONYUGAL para recuperar y ayudar a los matrimonios en crisis y recuperar su
matrimonio. Seguramente todo lo que puede ayudar y alimentar la fe viene de Dios,
pero puede crear confusiones en los hermanos más débiles del Camino
Neocatecumenal. Ya hace años Kiko y Carmen han clarificado que no es posible
caminar al mismo tiempo en dos caminos muy distintos, aunque superficialmente
parezcan complementarios.
Hoy es el tiempo de las sensaciones, de los sentimientos, ¡atención! porque
la vida espiritual, -dice la Imitación de Cristo- “Dios está más cerca de un alma
que está en la noche oscura, de los sentidos y del espíritu”, como ha vivido Carmen
y como ha vivido Santa Teresa, muchos santos; cuando te parece que el Señor no
está, está más presente que nunca, y te estás uniendo más profundamente a Cristo.
No a nivel sentimental. La fe va más allá que el sentimiento, la fe va en el espíritu,
donde crece el Espíritu Santo, el hombre interior.
Como decía Kiko al principio, el Camino es como un árbol: cuantas más
raíces tiene, más alto sube. Así sucede con nosotros: durante años metemos raíces,
pero luego los frutos van a ser grandes. Se trata de que en verdad se dé el Espíritu
Santo. Si el Señor te ha llamado a la fe a través del Camino, sé fiel a la acción del
Señor en tu vida. A los catequistas y a los presbíteros les invitamos a tener en
cuenta que no se puede estar en el Camino y en otra realidad eclesial, o de lo
contrario tienes que invitar a esos hermanos a dejar el Camino.
Convivencia Mundial de los Itinerantes de las Naciones, 16 - 22 de Enero
Ahora deseo compartir con vosotros algunos momentos de la convivencia
mundial de itinerantes que hemos tenido del 16 al 22 del pasado mes de enero. Ya
Kiko os ha explicado cómo esta Convivencia ha sido una manifestación de la
Potencia y de la Gloria del Señor, aun en la debilidad de nuestro equipo y en la de
muchos otros.
Paso al Padre del Papa emérito Benedicto XVI
En la apertura de la convivencia hemos hablado del paso al Padre del Papa
emérito Benedicto XVI, el pasado 31 de Diciembre. Unos días antes habíamos
enviado a los hermanos de todas las Comunidades una carta invitando a todos a
18
rezar por su paso al Cielo, tal como había pedido el Papa Francisco, y manifestando
también nuestro agradecimiento al Señor por su constante cercanía al Camino
Neocatecumenal.
En la mañana del primer día de la convivencia, el lunes, celebramos Laudes
y después la penitencial, como siempre. En la Liturgia de las Horas, después de los
Salmos, proclamamos el texto de la carta a los Romanos 5,1-11, y el comentario
de San Agustín, que nos iluminó sobre la actitud a mantener en este tiempo de una
cierta tensión que se ha creado en la Iglesia, después de la muerte del Papa
Benedicto XVI, adhiriendo fielmente a la Palabra de Dios.
San Agustín subraya que la caridad de la que hablamos —como bien ha
explicado Kiko en el kerigma— depende del Espíritu Santo, como dice el Apóstol
Pablo: “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que se nos ha dado”.
Por este motivo, tal como ha predicado hace un momento Kiko en este
Anuncio de Cuaresma, es fundamental que en nuestro corazón esté únicamente el
Amor de Jesucristo, pues solamente Él hace de nosotros ciudadanos del cielo.
Kiko y Carmen siempre han estado unidos al Papa, tanto a san Pablo VI,
como al beato Juan Pablo I, como a san Juan Pablo II, como a Benedicto XVI, y
ahora al Papa Francisco.
Nosotros somos de Jesucristo —ciudadanos celestiales— y creemos que el
Papa Francisco ha sido enviado por el Señor, por el Espíritu Santo para el bien de
la Iglesia. No compartimos la batalla que se está haciendo para denigrarlo —sobre
todo después de la muerte del Papa Benedicto XVI— nosotros somos fieles,
nosotros lo amamos y rezamos cada día por él.
Gracias al apoyo del Papa Francisco, el Camino se vio salvado cuando
algunos sectores intentaron quitar la Eucaristía en pequeñas comunidades, que
hubiera provocado la muerte del Camino. Desde el inicio de su Pontificado ha
mostrado gran estima por Kiko y Carmen. Muchas veces, en las numerosas
Audiencias privadas, ha dado gracias a nuestro equipo por el testimonio de las
familias en misión y por las “Missio ad Gentes”, porque decía que con su vida
tienen el poder de atraer los paganos a Jesucristo, confirmando lo que ya decía san
Pablo VI: “El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los testigos que a los
maestros, o si escucha a los maestros es porque son testigos”. Hoy se necesitan
testigos de la fe.
Entre otras cosas, en el viaje que ha hecho recientemente al Congo y a Sudán
del Sur —sabéis que África está en mi corazón siendo comboniano— el Papa
Francisco se ha mostrado muy valiente, a pesar de la salud precaria, del dolor a la
rodilla. Confiando en el Señor ha afrontado este viaje en el que ha dicho palabras
fuertes: ¡Que el Occidente quite sus manos de África! Que el Occidente acabe de
19
explotar las riquezas del África. Desde hace muchos siglos sabemos lo que está
sucediendo en estos países a causa de la explotación por parte de Naciones potentes
y de los chantajes que han provocado la corrupción de los gobernantes locales.
Pero de esto, en el mundo de hoy, es mejor no hablar mucho y no muy alto, porque
si no nos encierran. El Papa Francisco ha sido muy valiente, muy fuerte. Ha
hablado mucho de perdón, de amor al enemigo y de reconciliación. En el corazón
de Sudán del Sur ha hablado también de San Daniel Comboni y de los primeros
misioneros que dieron su vida en esa tierra.
Ahora paso a un segundo aspecto.
Las experiencias de los equipos sobre la post-pandemia.
Durante la última Convivencia, la experiencia de los equipos que han podido
hablar sobre la situación de las comunidades durante el periodo de la pandemia, ha
mostrado cómo el Señor ha sostenido a los hermanos en las enfermedades, en los
tiempos de confinamiento forzado, algunos han sido aislados, sin poder salir,
durante meses o años. Nos ha impresionado el testimonio de los equipos en países
que están en guerra o bajo dictaduras que llevan a la población a la hambruna o a
emigrar.
Los itinerantes han manifestado la presencia y la acción del Señor en las
comunidades del Camino. Algunos hermanos, presbíteros, familias o chicas en
misión se han quedado encerrados en casa por mucho tiempo y han experimentado
en la oración la intimidad y la ternura por parte del Señor. En algunos países han
muerto algunos hermanos y presbíteros a causa de la pandemia, como en Méjico.
La pandemia ha sido como una purificación, un crecimiento en la fe, una mutua
ayuda a los hermanos más necesitados.
En casi todos los países, los itinerantes, en los últimos meses, han podido
visitar a las comunidades después de dos años y medio, durante los cuales han
mantenido relación por teléfono, internet o carta. Actualmente ya se han reanudado
en todas partes las celebraciones semanales, las convivencias y los pasos
presencialmente. En diferentes regiones se han organizado grandes
peregrinaciones de miles de jóvenes y se han hecho llamadas vocacionales. Nos ha
impresionado mucho el hecho de que algunas comunidades en las Islas Mauricio
y Reunión, nacidas poco antes del Covid, y que los catequistas debieron abandonar
de prisa, y ahora visitándoles después de dos años y medio, las han encontrado con
todos los hermanos presentes y fieles a las celebraciones del Camino: el Señor ha
velado por ellos.
Palabras de Kiko a los equipos Itinerantes en la Convivencia Mundial
Al final de la convivencia Kiko ha hecho presente una especie de “Carta
Magna” de los itinerantes, ¡bellísima! Os leo la parte final que vale para todos
nosotros.
20
“Cristo no tiene rencor ni contra el mundo ni contra los hombres. Esto lo
debemos aprender todos. Porqué es fácil llenarte de rencor, de juicio, de inquina
contra todos, tanto contra los políticos de izquierda como contra los políticos
de derecha, contra todos, contra la misma Iglesia, contra los cardenales, los
obispos. Es facilísimo porque no aceptas la historia como va, las injusticias, las
cosas malas. En esto te eriges tú como dios, te haces dios.
Porque Cristo no tiene ningún resentimiento contra los hombres —tampoco
contra los paganos y los desastres morales y de víctimas que están haciendo—
al contrario, los ama y los salva mediante su crucifixión. ¡Los salva, y los salva
eternamente!
Dios nos llama a algo inmenso: ofrecer a los hombres la Salvación, ofrecer a
todos, mediante la necedad de la predicación, la posibilidad de ser liberados de
la esclavitud del demonio y de ser llevados a la vida eterna. La cosa más grande
es la conexión que existe entre nuestra vida —la llave de la que hablaba antes,
la llave celestial, la cruz gloriosa—, nuestra acción, y la acción divina.
Lo que estamos haciendo no es en función de este mundo, nuestra vida tiene
una dimensión celestial. Gracias a Dios, yo moriré, y todos nosotros moriremos,
sin duda. Lo que estamos haciendo tiene una dimensión eterna, celestial.
Moriremos, sin duda, pero lo que estamos haciendo aquí, ¿cómo sobrevivirá?
¿cómo se extenderá el Camino? Kiko dice:
Estas cosas tienen poquísima importancia. Lo importante son las personas que
tú has ayudado a encontrar a Cristo, que morirán y que irán al Cielo gracias a
tu mediación. Dios ya pensará al futuro.
Morimos nosotros, pero no la Santísima Trinidad, ni el Espíritu Santo, ni la
Iglesia.
Esto sí que es importante. Es algo más importante que la obra en sí misma,
porque nuestra obra es un medio para llevar a la gente al cielo, es la dimensión
celestial de nuestra existencia: la dimensión celestial, eterna, ¡la vida eterna!,
¡vida eterna!”.
KIKO:
Canto: Como oveja que ve cómo se llevan su corderito al matadero.
Bien, hermanos, ánimo, que llega la Pascua del 2023. La Vigilia Pascual, la
Pascua, la Cuaresma, tenemos que prepararnos para vivir esta Pascua como la
última, no hay otra, porque nos vamos a morir todos. Tenemos que vivir la Pascua,
la liturgia, con toda fuerza y con todo nuestro ser, con toda nuestra alma, con todas
21
nuestras fuerzas, por eso este encuentro es para prepararnos a vivir esta Pascua que
viene, que viene invitándonos al perdón, invitarnos a amar a Dios con todo el
corazón, con toda el alma y con todas nuestras fuerzas.
Hermanos, es maravilloso que Dios nos ha dado una comunidad, es
maravilloso que nos ha dado un Camino, es maravilloso que os ha dado
catequistas, como padre Mario, como yo, como Ascen, que tenemos una misión de
ayudaros en vuestra débil fe, de llevaros a Cristo, de prepararos al encuentro con
Cristo, a todos, esperemos vernos en el cielo todos. Y las humillaciones que nos
vienen del Señor para nuestra santificación, son muy importantes. Ánimo
hermanos, a todos os deseo que nos preparemos para la Pascua en el Señor
Amaos, amaos, dice el Jesucristo, amaos unos a otros, amaos como yo os he
amado. Esta es una palabra del Señor para nosotros, que nos amemos, que nos
queramos. Yo no sé si os quiero o no, yo hago lo que puedo, poco y mal. Bueno,
hago lo que puedo, y también vosotros que nos queráis un poco. Bueno, amaos,
amaos, dice Jesús, amaos unos a otros, dice Jesucristo, como yo os he amado. Éste
es el mandamiento de Jesús, que os améis, que nos queramos por eso que el Señor
nos conceda a todos el querernos, el amarnos, el ayudarnos, ayudémonos a vivir
esta Pascua, yo hago lo que puedo, yo tengo la misión del Señor, ser ministerio de
vuestra fe, sacudir la fe, prepararos a que vuestra fe crezca para que podáis recibir
en la próxima Pascua los frutos de la Pascua, que son la resurrección de Cristo, la
victoria sobre la muerte el amor de los unos a los otros. Por eso, ánimo hermanos,
que el Señor nos quiere mucho nos ama y quiere que nos amemos entre nosotros,
por eso este encuentro debería ayudarnos a querernos todos, unos a otros. Amaos
como yo os he amado.
¿En qué consiste este amor? Pues lo que podamos, el Señor sabe cómo
podernos querer unos a otros.
Yo os amo haciendo este servicio estando aquí en este atril diciendo cuatro
cosas que el Señor me inspira para vosotros, por eso, ánimo hermanos. Amaos,
dice el Señor, querámonos unos a otros, recemos los unos por los otros. Amad a
vuestros hermanos de comunidad, amémonos, amaos es el mandamiento del Señor,
que nos queramos, por eso, ánimo, ahora cuando nos demos la paz, nos besamos,
nos abrazamos, nos decimos: ¡Te quiero! Te quiero mucho.
Ánimo, chicos, no os desaniméis, que el Señor es amor y os quiere y se
complace en que nos queramos los unos a los otros.
P. MARIO:
Hoy San Valentín, el día del amor.
KIKO:
22
Ahora Ascensión va a decirnos unos avisos.
ASCENSIÓN:
Ya que Mario ha hablado de África, no sé si en España han dicho algo, desde
luego, en Italia hablaron muy poco del viaje del Papa, que ha sido un viaje
impresionante e histórico, con su edad y con su enfermedad, estar allí con 35
grados de temperatura, porque todas las celebraciones y la Eucaristía eran a la
intemperie, ha sido heroico el Papa. En el Congo recibió a las familias en misión,
estuvo hablando con los niños, con las familias en misión que están en Kinshasa.
A mí lo que me ha impresionado de este viaje es que en la Eucaristía de
Kinshasa, el 1 de febrero, estuvieron presentes un millón y medio de personas y en
los medios de comunicación escritos, en los periódicos, fue completamente
ignorado. No puede ser, una persona que reúne a un millón y medio de personas
en todo el mundo, absolutamente, ninguna noticia. Es oscurecer la figura del Papa,
que ha sido un sostén y un consuelo para los hermanos del Congo. Les ha dicho
tres palabras, algo muy típico del Papa que le gusta mucho sintetizar, en plan
jesuita, tres palabras que nos viene muy bien a nosotros para esta Cuaresma; en la
Eucaristía les dijo como resumen: perdón, comunidad y misión. Parece que vienen
también para nosotros estas palabras, porque, como decía ahora Kiko, a lo que
nosotros estamos llamados es a ser luz, y esa luz en medio de las tinieblas en que
vive nuestra sociedad no puede ser más que que se vea que nos amamos, que nos
queremos, que en nuestra comunidad se da el perdón.
Entonces, en esta Cuaresma toda esta la predicación de Kiko viene en nuestra
ayuda para que verdaderamente podamos ser una comunidad donde se da el amor,
donde nos podamos querer, es lo único que está deseando de ver y anhela la gente.
También estuvo el Papa en Sudán, que fue no tan espectacular como el
Congo, porque el Congo tes un país que tiene cien millones de habitantes, la
mayoría cristianos y como el cincuenta por ciento son católicos y practicantes, es
una nación con un gran futuro para la Iglesia. Todavía siguen con guerrillas y con
muchísimo sufrimiento y ha sido un gran consuelo para todos su presencia.
El Papa estuvo en Sudán del Sur, sabéis que la patrona es santa Josefina
Bakhita, supongo que conocéis la historia que va muy bien con la predicación que
ha hecho Kiko de la Cruz, porque Josefina es una niña que fue secuestrada, una
sudanesa que fue secuestrada, que fue de amo en amo, vendida, maltratada, que
sufrió tantísimas violencias y al final la compraron unos italianos y la llevaron a
Italia y al fin quedó libre, conoció a Jesucristo y se hizo monja canosiana y lo que
impresiona, leyendo su biografía, que es muy bonita, dice que haber conocido a
Jesucristo era tan valioso, era lo más importante en su vida y estaba tan agradecida
a ese conocimiento tan sublime -como dice San Pablo- que todo lo consideraba
basura con tal de haber conocido a Jesucristo. Decía: “Si me encontrara con los
que me secuestraron, con aquellos patrones que me maltrataron, si me encontrara
23
con ellos les besaría las manos, porque gracias a que fui secuestrada he conocido
a Jesucristo y no hay nada comparable como conocer a Cristo”. Como veía que
todos los males de su vida y sus sufrimientos eran nada en comparación con haber
conocido a Cristo.
Y otra cosa que me impresionó del Sudán también, fue un obispo italiano,
recién nombrado en estos tiempos de la pandemia, que antes de tomar posesión,
sufrió un atentado, le dispararon; y ha estado grave recuperándose más de un año
y ahora ha vuelto a su diócesis, le dispararon unos católicos, no yihadistas, porque
en Sudán hay decenas de tribus y de etnias que no se ponen de acuerdo, que están
en lucha entre ellos, a parte de los problemas de explotación occidental, pero entre
ellos están en continuas luchas y con motivo del encuentro del Papa, le hacían una
entrevista a este obispo que acaba de entrar en la diócesis y le decían, pero ¿cómo
puedes ir allí si tus diocesanos te han disparado, como puedes ir? Dice: “¿Que
cómo voy? ¡Voy con la Cruz! porque la Cruz es capaz de superar todas las
envidias, los celos, los egoísmos, todas las incomprensiones se pueden superar con
la Cruz”.
Me parece que estas palabras vienen a propósito también para nosotros para
los que estén en descomunión en su comunidad o en su familia, la Cruz es lo único
que nos puede hacer superar todo lo que nos divide del otro.
Ahora los avisos prácticos:
El libro de cantos nuevo está a punto de salir. A primeros de marzo ya podréis
encontrar en el Centro Neocatecumenal el nuevo libro de cantos.
Me han pedido que diga que si alguien de los que estáis aquí, de los
catecúmenos de Kiko, o algún itinerante tiene grabaciones antiguas de los años 70
y 80, grabaciones buenas de cantos y quiere prestarlas al Centro Neocatecumenal
nos harían falta. Si hay alguno que tiene buen material, pues os agradeceríamos
que pudieran tener copia también en el Centro.
Y viendo aquí a los de Portugal: Es muy importante la JMJ de este año, va a
hacer 7 años que no hay una JMJ, hay una generación de jóvenes que no ha vivido
unas Jornada Mundial de la Juventud. Es muy importante que animéis para que
vayan todos los jóvenes. España está muy cerca de Portugal, tienen que ir todos
los de España. Y si hay alguno que tiene dificultad, los catequistas animad a los
chicos.
Nosotros hemos preparado un encuentro vocacional en el que Kiko hará una
llamada vocacional, al día siguiente de la Eucaristía final con el Papa, o sea, el
lunes 7 de agosto a las 4 y media de la tarde en el Parque Bela Vista de Lisboa. Es
un sitio muy grande, pero es necesario que os inscribáis para saber el número de
jóvenes, hay una página web donde hay que inscribirse a este encuentro
vocacional, y pagar una mínima cuota que la necesitan para organizar todo.
24
Así que inscribíos cuanto antes los que todavía no lo habéis hecho, para que
el equipo de Portugal puedan moverse y saber con cuántos jóvenes contamos de
verdad. Y también para saber el número de Obispos que vienen, el número de
personas que vamos a ser, organizar los parkings, necesitan un número más o
menos real de los que vamos a ser. Por eso, os repito lo que nos han pedido el
equipo de Portugal, “Diles que se inscriban porque si no tenemos dificultad para
organizar el encuentro”.
El papa ha escrito un mensaje para ayudar a los jóvenes a prepararse a la JMJ.
Recordad que el mensaje del Papa para la JMJ de Panamá fue: “He aquí la esclava
del Señor, hágase en mí según tu palabra”, y para Lisboa ha continuado con María
y ha centrado su mensaje en el fragmento de la Visitación del Evangelio de Lucas:
“María se levantó y se fue de prisa”, la visita a Ein Karen. Entonces, hemos
pensado que las Escrutazio que hacemos los domingos con los jóvenes,
excepcionalmente, de aquí hasta la peregrinación de Lisboa, estos meses que
quedan, dedicarlos a leer este mensaje del Papa. Hemos dividido el mensaje, que
es muy cortito, lo hemos dividido en cuatro partes, para que en cada domingo, en
cuatro domingos, hacer una parte de ese mensaje con una cita del Evangelio
referido a las palabras del Papa: 1) María se levantó. 2) Se fue deprisa. 3) La prisa
nos empuja a ayudar a los demás y 4) Estamos todos juntos en Lisboa.
Entonces, en el mamotreto de este anuncio, os adjuntaremos el mensaje del
Papa, junto con estas citas, para que los jóvenes puedan escrutar los meses que
quedan hasta Lisboa. Y si en alguna zona todavía no se ha empezado a hacer esta
Escrutazio de los domingos, con esta excusa de la JMJ, os animamos a que la
hagáis, porque es una ayuda para los jóvenes.
Oremos.
Te damos gracias, Señor, por este encuentro. Te damos gracias por esta Pascua
que viene. Ayúdanos Tú, Señor, a todos, con tu Espíritu Santo, que nos haga
uno, uno solo en Ti, uno sólo en Ti somos, verdaderamente. Danos de tu
Espíritu Santo, que dé testimonio a nuestro propio espíritu de tu presencia, de
tu amor y de tu misericordia y del amor que nos tienes.
Señor, concédenos la conversión en esta Cuaresma para que en la Pascua te
demos gloria.
Padrenuestro.
Signo de la paz
Bendición final
Canto: La Salve
25
ANEXO
Líneas para la Escrutazio para la JMJ de Lisboa
Mensaje del Santo Padre Francisco para la XXXVII JMJ
“María se levantó y se fue de prisa” (Lc 1,39): éste es el tema del Mensaje del
Santo Padre a los jóvenes con ocasión de la XXXVII Jornada Mundial de la
Juventud, que se celebrará en las Iglesias particulares el próximo 20 de noviembre
de 2022 y a nivel internacional en Lisboa del 1 al 6 de agosto de 2023.
«María se levantó y se fue de prisa» (Lc 1,39)
Queridos jóvenes:
1. El tema de la JMJ de Panamá fue: «He aquí la sierva del Señor: hágase en mí
según tu palabra» (Lc 1,38). Después de ese acontecimiento, retomamos el camino
hacia un nuevo destino —Lisboa 2023—, dejando que haga eco en nuestros
corazones la apremiante invitación de Dios a levantarnos. En 2020 meditamos la
palabra de Jesús: «¡Joven, a ti te digo, levántate!» (Lc 7,14). El año pasado nos
inspiramos en la figura del apóstol san Pablo, a quien el Señor Resucitado le dijo:
«¡Levántate! Te hago testigo de las cosas que has visto» (cf. Hch 26,16). En el
tramo que aún nos queda antes de llegar a Lisboa, caminaremos junto a la Virgen
de Nazaret que, inmediatamente después de la anunciación, «se levantó y se fue de
prisa» (Lc 1,39) para ir a ayudar a su prima Isabel. El verbo común a los tres temas
es levantarse, una expresión que —es bueno recordar— adquiere también el
significado de “resurgir”, “despertar a la vida”.
En estos últimos tiempos, que han sido tan difíciles, cuando la humanidad, probada
ya por el trauma de la pandemia, se ve desgarrada por el drama de la guerra, María
reabre para todos y especialmente para ustedes, que son jóvenes como ella, el
camino de la proximidad y del encuentro. Espero, y creo firmemente, que la
experiencia que muchos de ustedes vivirán en Lisboa en agosto del año próximo
representará un nuevo comienzo para ustedes, jóvenes, y —con ustedes— para
toda la humanidad.
María se levantó
2. María, después de la anunciación, hubiera podido concentrarse en sí misma, en
las preocupaciones y temores debidos a su nueva condición. Pero no; ella confió
plenamente en Dios. Pensaba más bien en Isabel. Se levantó y salió a la luz del sol,
donde hay vida y movimiento. Aunque el impactante anuncio del ángel haya
provocado un “terremoto” en sus planes, la joven no se dejó paralizar, porque en
ella estaba Jesús, el poder de la resurrección. Dentro de ella ya estaba el Cordero
inmolado, pero siempre vivo. Se levantó y se puso en camino, porque estaba segura
de que los planes de Dios eran el mejor proyecto posible para su vida. María se
convirtió en el templo de Dios, imagen de la Iglesia en camino, la Iglesia que sale
y se pone al servicio, la Iglesia portadora de la Buena Noticia.
Experimentar la presencia de Cristo resucitado en la propia vida, encontrarlo
“vivo”, es la mayor alegría espiritual, una explosión de luz que no puede dejar a
nadie “quieto”. Nos pone en movimiento inmediatamente y nos impulsa a llevar
esta noticia a otros, a dar testimonio de la alegría de este encuentro. Es lo que
animó la prisa de los primeros discípulos en los días siguientes a la resurrección:
«Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del
sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos» (Mt 28,8).
Los relatos de la resurrección utilizan a menudo dos verbos: despertar y
levantarse. Con ellos, el Señor nos insta a salir a la luz, a dejarnos llevar por Él
para cruzar el umbral de todas nuestras puertas cerradas. «Es una imagen
significativa para la Iglesia. También nosotros, como discípulos del Señor y como
comunidad cristiana, estamos llamados a levantarnos rápidamente para entrar en
el dinamismo de la resurrección y dejarnos guiar por el Señor en los caminos que
Él quiere mostrarnos» (Homilía en la Solemnidad de san Pedro y san Pablo, 29 de
junio de 2022).
La Madre del Señor es modelo de los jóvenes en movimiento, no inmóviles frente
al espejo contemplando su propia imagen o “atrapados” en las redes. Ella estaba
totalmente orientada hacia el exterior. Es la mujer pascual, en permanente estado
de éxodo, de salida de sí misma hacia el gran Otro que es Dios y hacia los demás,
los hermanos y las hermanas, especialmente los más necesitados, como lo fue su
prima Isabel.
...y se fue de prisa
3. San Ambrosio de Milán, en su comentario al Evangelio de Lucas, escribe que
María se fue hacia la montaña porque «llena de gozo y de prisa […] se sentía
impulsada por el deseo de cumplir un deber de piedad, anhelante de prestar sus
servicios y presurosa por la intensidad de su alegría. Llena ya totalmente de Dios,
¿a dónde podía dirigirse María con prisa sino hacia las alturas? En efecto, la gracia
del Espíritu Santo ignora la lentitud». La prisa de María es, por tanto, la solicitud
del servicio, del anuncio gozoso, de la respuesta pronta a la gracia del Espíritu
Santo.
María se dejó interpelar por la necesidad de su prima anciana. No se echó atrás, no
permaneció indiferente. Pensaba más en los demás que en sí misma. Y esto dio
dinamismo y entusiasmo a su vida. Cada uno de ustedes puede preguntarse: ¿Cómo
reacciono ante las necesidades que veo a mi alrededor? ¿Pienso inmediatamente
en una justificación para desentenderme, o me intereso y me pongo a disposición?
Por supuesto, ustedes no pueden resolver todos los problemas del mundo. Pero tal
vez puedan empezar con los más cercanos, con los problemas de su propia zona.
A la Madre Teresa le dijeron una vez: “Lo que usted hace es sólo una gota en el
océano”. Y ella respondió: “Pero si no lo hiciera, el océano tendría una gota
menos”.
Ante una necesidad concreta y urgente, hay que actuar con rapidez. ¡Cuántas
personas en el mundo están esperando la visita de alguien que los atienda! ¡Cuántas
personas mayores, cuántos enfermos, presos, refugiados necesitan nuestra mirada
compasiva, nuestra visita, un hermano o una hermana que rompa las barreras de la
indiferencia!
Queridos jóvenes, ¿qué “prisas” los mueven? ¿Qué les hace sentir el impulso de
moverse, tanto que no pueden quedarse quietos? Muchos —afectados por
realidades como la pandemia, la guerra, la migración forzosa, la pobreza, la
violencia, las catástrofes climáticas— se preguntan: ¿Por qué me pasa esto a mí?
¿Por qué justo a mí? ¿Por qué ahora? Por ello, la pregunta central de nuestra
existencia es: ¿Para quién soy yo? (cf. Exhort. ap. postsin. Christus vivit, 286).
La prisa de la joven de Nazaret es la de quienes han recibido dones extraordinarios
del Señor y no pueden dejar de compartir, de hacer desbordar la inmensa gracia
que han experimentado. Es la prisa de los que saben poner las necesidades de los
demás por encima de las suyas. María es un ejemplo de persona joven que no
pierde el tiempo buscando la atención o la aprobación de los demás —como ocurre
cuando dependemos de los “me gusta” en las redes sociales—, sino que se mueve
para buscar la conexión más genuina, la que surge del encuentro, del compartir,
del amor y del servicio.
A partir de la anunciación, desde que fuera por primera vez a visitar a su prima,
María no deja de cruzar espacios y tiempos para visitar a sus hijos necesitados de
su ayuda solícita. Nuestro caminar, si está habitado por Dios, nos lleva
directamente al corazón de cada uno de nuestros hermanos y hermanas. ¡Cuántos
testimonios nos llegan de personas “visitadas” por María, Madre de Jesús y Madre
nuestra! ¡En cuántos lugares remotos de la tierra, a lo largo de los siglos —con
apariciones o gracias especiales— María ha visitado a su pueblo! Prácticamente
no hay lugar en esta tierra que no haya sido visitado por ella. La Madre de Dios
camina en medio de su pueblo, movida por una ternura amorosa, y asume sus
angustias y vicisitudes. Y allí donde hay un santuario, una iglesia, una capilla
dedicada a ella, sus hijos acuden en gran número. ¡Cuántas expresiones de piedad
popular! Las peregrinaciones, las fiestas, las súplicas, la acogida de imágenes en
los hogares y tantas otras son ejemplos concretos de la relación viva entre la Madre
del Señor y su pueblo, que se visitan mutuamente.
La prisa “buena” siempre nos empuja hacia arriba y hacia los demás
4. La prisa buena siempre nos empuja hacia arriba y hacia los demás. También
existe una prisa que no es buena, como por ejemplo la que nos lleva a vivir
superficialmente, a tomar todo a la ligera, sin compromiso ni atención, sin
participar realmente en las cosas que hacemos; la prisa de cuando vivimos,
estudiamos, trabajamos, salimos con los demás sin poner en ello la cabeza y,
mucho menos, el corazón. Puede ocurrir en las relaciones interpersonales: en la
familia, cuando no escuchamos realmente a los demás ni les dedicamos tiempo; en
las amistades, cuando esperamos que un amigo nos entretenga y satisfaga nuestras
necesidades, pero lo evitamos inmediatamente y acudimos a otro si vemos que está
en crisis y nos necesita; e incluso en las relaciones afectivas, entre novios, pocos
tienen la paciencia de conocerse y entenderse a fondo. Podemos tener esta misma
actitud en la escuela, en el trabajo y en otros ámbitos de la vida cotidiana. Pues
bien, todas estas cosas vividas con prisas es poco probable que den fruto. Existe el
riesgo de que permanezcan estériles. Esto es lo que leemos en el libro de los
Proverbios: «Los proyectos del hombre laborioso son pura ganancia, el que se
precipita —la prisa mala— acaba en la indigencia» (21,5).
Cuando María llegó finalmente a la casa de Zacarías e Isabel se produjo un
encuentro maravilloso. Isabel había experimentado una prodigiosa intervención de
Dios sobre ella, que le había dado un hijo en su vejez. Hubiera tenido razones
suficientes para hablar primero de sí misma, pero no estaba llena de sí, sino
inclinada a acoger a su joven prima y al fruto de su vientre. En cuanto escuchó su
saludo, Isabel se llenó del Espíritu Santo. Estas sorpresas e irrupciones del Espíritu
ocurren cuando experimentamos la verdadera hospitalidad, cuando ponemos en el
centro al huésped, y no a nosotros mismos. Esto es también lo que vemos en la
historia de Zaqueo. En Lucas 19,5-6 leemos: «Al llegar a ese lugar [donde estaba
Zaqueo], Jesús miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo
que alojarme en tu casa”. Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría».
A muchos de nosotros nos ha sucedido que, inesperadamente, Jesús salió a nuestro
encuentro: por primera vez, experimentamos en Él una cercanía, un respeto, una
ausencia de prejuicios y condenas, una mirada de misericordia que nunca habíamos
encontrado en los demás. No sólo eso, también sentimos que a Jesús no le bastaba
con mirarnos desde lejos, sino que quería estar con nosotros, quería compartir su
vida con nosotros. La alegría de esta experiencia despertó en nosotros una prisa
por acogerlo, una urgencia por estar con Él y conocerlo mejor. Isabel y Zacarías
acogieron a María y a Jesús. ¡Aprendamos de estos dos ancianos el significado de
la hospitalidad! Pregunten a sus padres y abuelos, y también a los miembros
mayores de sus comunidades, qué significa para ellos ser hospitalarios con Dios y
con los demás. Les hará bien escuchar la experiencia de los que les han precedido.
5. Queridos jóvenes, es hora de volver a emprender de prisa el camino de los
encuentros concretos, de una verdadera acogida de los que son diferentes a
nosotros, como ocurrió entre la joven María y la anciana Isabel. Sólo así
superaremos las distancias —entre generaciones, entre clases sociales, entre etnias
y categorías de todo tipo— e incluso las guerras. Los jóvenes son siempre la
esperanza de una nueva unidad para la humanidad fragmentada y dividida. Pero
sólo si tienen memoria, sólo si escuchan los dramas y los sueños de sus mayores.
«No es casual que la guerra haya vuelto en Europa en el momento en que la
generación que la vivió en el siglo pasado está desapareciendo» (Mensaje para la
II Jornada Mundial de los abuelos y de los mayores). Es necesaria una alianza
entre los jóvenes y los ancianos, para no olvidar las lecciones de la historia, para
superar las polarizaciones y los extremismos de este tiempo.
Escribiendo a los efesios, san Pablo anunció: «Ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los
que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque Cristo
es nuestra paz; él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de
enemistad que los separaba, a través de su propia carne» (2,13-14). Jesús es la
respuesta de Dios a los desafíos de la humanidad en cada época. Y esta respuesta,
María la llevaba dentro cuando fue al encuentro de Isabel. El mayor regalo de
María a su parienta anciana fue llevarle a Jesús. Ciertamente, la ayuda concreta
también es inestimable. Pero nada más podría haber llenado la casa de Zacarías de
una alegría y un significado tan grandes como la presencia de Jesús en el seno de
la Virgen, que se había convertido en el sagrario del Dios vivo. En esa región
montañosa, Jesús, solamente con su presencia, sin decir una palabra, pronunció su
primer “sermón de la montaña”: proclamó en silencio la bendición de los pequeños
y los humildes que se confían a la misericordia de Dios.
¡Mi mensaje para ustedes, jóvenes, el gran mensaje del que es portadora la Iglesia,
es Jesús! Sí, Él mismo, su amor infinito por cada uno de nosotros, su salvación y
la nueva vida que nos ha dado. Y María es el modelo de cómo acoger este inmenso
don en nuestras vidas y comunicarlo a los demás, haciéndonos a su vez portadores
de Cristo, portadores de su amor compasivo, de su generoso servicio a la
humanidad que sufre.
¡Todos juntos en Lisboa!
6. María era una joven como muchos de ustedes. Era una de nosotros. El obispo
Tonino Bello escribió sobre ella: «Santa María, [...] bien sabemos que fuiste
destinada a singladuras en alta mar, pero si te obligamos a navegar a vela próxima
a la costa, no es porque queramos reducirte a los niveles de nuestro pequeño
cabotaje. Es porque, viéndote tan cerca de las playas de nuestro desánimo, nos
pueda salvar la conciencia de que también nosotros hemos sido llamados a
aventurarnos, como tú, por los océanos de la libertad» (María, mujer de nuestros
días, Paulinas, Madrid 1996, 11).
Desde Portugal, como recordé en el primer Mensaje de esta trilogía, en los siglos
XV y XVI, numerosos jóvenes —muchos de ellos misioneros— partieron hacia
tierras desconocidas, para compartir también su experiencia de Jesús con otros
pueblos y naciones (cf. Mensaje de la JMJ 2020). Y a esta tierra, a principios del
siglo XX, María quiso hacer una visita especial, cuando desde Fátima lanzó a todas
las generaciones el poderoso y admirable mensaje del amor de Dios que llama a la
conversión, a la verdadera libertad. A cada uno y cada una de ustedes les renuevo
mi calurosa invitación a participar en la gran peregrinación intercontinental de
jóvenes que culminará en la JMJ de Lisboa en agosto del próximo año; y les
recuerdo que el próximo 20 de noviembre, solemnidad de Cristo Rey,
celebraremos la Jornada Mundial de la Juventud en las Iglesias particulares de todo
el mundo. A este respecto, el reciente documento del Dicasterio para los Laicos, la
Familia y la Vida –(Orientaciones pastorales para la celebración de la Jornada
Mundial de la Juventud en las Iglesias particulares)- puede ser de gran ayuda para
todas las personas que trabajan en la pastoral juvenil.
Queridos jóvenes, sueño que en la JMJ vuelvan a experimentar la alegría del
encuentro con Dios y con los hermanos y las hermanas. Tras largos periodos de
distancia y aislamiento, en Lisboa —con la ayuda de Dios— redescubriremos
juntos la alegría del abrazo fraternal entre los pueblos y entre las generaciones, el
abrazo de la reconciliación y la paz, ¡el abrazo de una nueva fraternidad misionera!
Que el Espíritu Santo encienda en sus corazones el deseo de levantarse y la alegría
de caminar todos juntos, en estilo sinodal, abandonando las falsas fronteras. ¡El
momento de levantarse es ahora! ¡Levantémonos de prisa! Y, como María,
llevemos a Jesús dentro de nosotros para comunicarlo a todos. En este hermoso
momento de sus vidas, sigan adelante, no pospongan lo que el Espíritu puede hacer
en ustedes. De todo corazón bendigo sus sueños y sus pasos.
Roma, San Juan de Letrán, 15 de agosto de 2022, solemnidad de la Asunción de
la Bienaventurada Virgen María.
Francisco
LÍNEAS PARA LA ESCRUTAZIO EN PREPARACIÓN A LA JMJ
El Papa, en su mensaje, sugiere cuatro puntos, que se pueden proponer como temas
para la Escrutazio de los jóvenes en preparación para la peregrinación a Lisboa:
- María se levantó
- …y se fue de prisa
- La prisa buena siempre nos empuja hacia arriba y hacia los demás.
- ¡Todos juntos en Lisboa!
1. "María se levantó". Lc 1,39 (Pasaje del Evangelio Lc 1,39-56)
El Papa insiste en "ponerse en camino". El Papa también se refiere al verbo
levantarse = resucitar, despertar a la vida: Leer pp. 1 y 2 del Mensaje del
Papa.
Hechos 26,16: “¡Levántate! Te constituyo testigo de lo que has visto”.
2. "... y se fue de prisa". (Pasaje del Evangelio Lc 19,1-10)
El Papa indica la prisa de María como afán del servicio, del anuncio gozoso,
de la rápida respuesta a la gracia del Espíritu Santo: Leer pp. 2-3 del
Mensaje del Papa.
Lc 19,6: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que quedarme en tu casa".
Bajó de prisa y lo recibió lleno de alegría.
3. La prisa “buena” siempre nos empuja hacia arriba y hacia los demás.
(Pasaje del Evangelio Mt 28,1-10)
El Papa subraya el celo y la preocupación por los demás: Leer pp. 4-5 del
Mensaje del Papa:
Mt 28,8: "Partiendo a toda prisa del sepulcro, con temor y gran alegría, las
mujeres corrieron a anunciar a sus discípulos".
4. ¡Todos juntos en Lisboa! (Pasaje del Evangelio Mc 1,35-39)
El Papa recuerda la peregrinación a Lisboa: Leer pp. 5-6 del Mensaje del
Papa:
Mc 1,37: Simón y los que estaban con él salieron en busca de Jesús, lo
encontraron y le dijeron: 'Todos te buscan'".