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Fuente Ovejuna

Análisis de las relaciones psico- y socio-lingüísticas en la obra teatral Fuente Ovejuna. Hecho por CATHERINE SWIETLICKI en la universidad de Wisconsin.
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Análisis de las relaciones psico- y socio-lingüísticas en la obra teatral Fuente Ovejuna. Hecho por CATHERINE SWIETLICKI en la universidad de Wisconsin.
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LA ESCRITURA, LA VOZ, Y LA COMUNIDAD:

RELACIONES PSICO- Y SOCIO- LINGÜÍSTICAS EN FUENTEOVEJUNA

CATHERINE SWIETLICKI
University of Wisconsin

La gran diversidad entre los juicios críticos sobre el «mensaje» y los temas
principales de Fuenteovejuna muestra la flexibilidad textual de la bien conocida
pieza teatral. Sin embargo, las diversas lecturas de Fuenteovejuna no han sido
consideradas en relación con la intensa interacción cultural en que se basan: la
del encuentro dinámico entre la oralidad y la escritura. Muchas de las conside-
raciones morales, legales, sociopolíticas, noéticas, y literarias en el texto de la
pieza teatral tienen que ver con los cambios transformadores de una cultura en
un estado de profundo flujo psico- y sociolingüístico. En el presente estudio, se
demuestra que en Fuenteovejuna Lope de Vega —igual que sus contemporá-
neos Mateo Alemán, Pedro de Navarra, y otros tratadistas del tema— se intere-
só por las relaciones entre el habla y la escritura y por los valores relativos de
los dos medios de comunicación.1 Sin embargo, en vez de tratar la materia en
diálogos humanísticos como los de sus contemporáneos, el Monstruo de la Na-
turaleza llevó el tema al escenario donde lo expuso más ampliamente en los
contextos sociohistórico y literarios del texto dramático.
La cultura que Lope retrata en Fuenteovejuna, igual que la de su propio am-
biente sociolingüístico del siglo diecisiete, fue una cultura caracterizada por
mentalidades mucho menos textualmente definidas que nuestras culturas letra-
das y tecnologizadas actuales. Para acercarnos al tema del habla y la escritura
en Fuenteovejuna, se necesita una valorización del dinamismo psicológico, el
cual caracteriza una cultura oral. Además, es forzoso reconocer los profundos
cambios que experimenta una sociedad en transición desde el analfabetismo

1. Sobre Alemán, véase M.D. JOHNSTON, «Mateo Alemán's Problem with Spelling», PMLA,
CDI (1988), pp. 759-769. Sobre Pedro de Navana, véase E.L. RIVERS, «LO escrito y lo oral: don Pe-
dro de Navarra», Homenaje a Ana María Barrenechea, (ed. L. Schwartz Lemer e I. Lemer), Madrid,
Castalia, 1984, pp. 307-311.

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AIH. Actas X (1989). La escritura, la voz y la comunidad: relaciones psico- y socio- lingüísticas en Fuent...
hasta la textualización total de la cultura. En general, se puede decir que el texto
dramático de Fuenteovejuna implica que existen cuatro grados básicos en la es-
cala del alfabetismo y de la textualización cultural: 1) los analfabetos, 2) los
parcialmente textualizados o los que no son completamente letrados, 3) los le-
trados que participan residualmente en la cultura oral, y 4) los totalmente letra-
dos que teóricamente viven aislados de la cultura oral. No obstante, en Fuenteo-
vejuna los personajes que predominan son los del segundo y del tercer tipo. Es
decir que los fuenteovejuneros que nos pinta Lope forman una sociedad en que
los letrados —junto con los no letrados— siguen participando en una cultura
común, una cultura tradicional, y una cultura que es, por lo menos, residualmen-
te oral.
El mundo textual de los letrados fue afectado por las propensiones orales del
sistema educativo, por un aprecio de la retórica y de todo tipo de oratoria. Sobre
todo, el mundo de los letrados mantenía una lealtad psicológica con el mundo
oral y auditivo. Según varias investigaciones científicas sobre los cinco senti-
dos, el oído es la facultad perceptiva con la cual el ser humano se identifica más
intensamente para conceptuar su propia existencia física y mental.2 En un nivel
más fundamental, todo el mundo ser forma un concepto de su ser basándose en
el oído porque los sonidos se registran internamente cuando se oyen; no se re-
gistran externamente como es el caso con la facultad de la vista. Es decir, la vis-
ta y —en consecuencia— la lectura son actividades que aislan el pensamiento y
el concepto del ser. Por otro lado, el oído —que se basa en la comunicación
oral— tiende a fomentar un sentido de unidad y comunidad con otros. La rela-
ción entre el sonido y el oído es una de las bases psicológicas para un estudio de
los profundos efectos que la cultura oral continúa ejerciendo en una cultura tex-
tual y letrada. Efectivamente, el poder del sonido en la cultura oral determina,
en parte, la influencia de los residuos de la cultura oral en la cultura letrada que
se esfuerza en desarrollar.
Numerosos estudiosos de las literatura antigua, medieval, y renacentista nos
han revelado que la cultura letrada ha seguido mostrando residuos de las atadu-
ras lingüísticas y literarias que enlazan la cultura oral con la letrada.3 Además,
los testimonios de antropólogos y etnógrafos nos han mostrado que el proceso
hacia la alfabetización y la textualidad es bien complejo. Es un proceso carac-
terizado por frecuentes recaídas en la mentalidad oral y auditiva; mejor dicho,

2. WJ. ONG, The Prespnce ofthe Word. Some Prolegómeno for Cultural and Religious History,
New Haven, Yale University, 1967.
3. Para un resumen bibliográfico de estudios literarios y antropológico-etnográficos sobre el te-
ma de la oralidad residual, véase la amplia bibliografía de WJ. ONG, Orality and Literacy. The Te-
chnologizing ofthe Word, London, Methuen, 1982. Para estudios sobre la difusión oral en la España
aureosecular, véase M. FRENK, «"Lectores y Oidores". La difusión oral de la literatura en el Siglo de
Oro», Actas del Séptimo Congreso Internacional de Hispanistas, celebrado en Venecia del 25 al 30
de agosto de 1980, Roma, Bulzoni, 1982, 101-123.

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AIH. Actas X (1989). La escritura, la voz y la comunidad: relaciones psico- y socio- lingüísticas en Fuent...
es un proceso en que la oralidad y la textualidad parecen estar solapadas, la una
sobre la otra en una práctica de interacción constante. Se ve, por ejemplo, que
los letrados y los iletrados seguían participando juntos en una cultura común
que hoy en día llamamos la cultura popular. Según los historiadores, las clases
letradas se alejaran de la cultura común o popular durante un largo proceso que
tuvo lugar en Europa entre 1500 y 1800.4 Durante ese período, especialmente en
los siglos de oro, existía una cultura en que la oralidad residual de los letrados
mezclaba con lo que se ha llamado la «textualización de los analfabetos».5 Los
analfabetos participaban en una interacción con la cultura de los letrados me-
diante sermones, la iconografía, la costumbre de leer en voz alta, la actuación
de piezas teatrales, las presentaciones de cantantes y de cuentistas, y el contacto
cotidiano entre lectores y nolectores. A pesar de la «textualización» parcial de
los analfabetos, prevalía una cultura residual antes de que la imprenta llegara a
ser la forma predominante de comunicación escrita. Psicológicamente, las cul-
turas quirográficas del temprano período moderno seguían mentalmente entona-
das con la cultura oral. Según lo que nos han mostrado Elizabeth Eisenstein y
Walter Ong, una cultura en que los manuscritos son más comunes que los textos
impresos sigue estando más ligada a la cultura oral que lo está una cultura más
tipográfica o más tecnológicamente textualizada.6 Hasta que predominó la letra
impresa —cuya regularidad y claridad fomentaban la abstracción lógica y el
aislamiento del individuo— los letrados seguían participando en una cultura re-
sidualmente oral.
Este breve resumen interdisciplinario de lo que es una cultura residualmente
oral nos servirá de fondo para discutir los papeles que desempeñan el habla y la
escritura en Fuenteovejuna. Al principio del segundo acto, Lope hace hincapié
en las diferencias entre las comunidades que son residualmente orales y las que
son más bien tipográficas. Volviendo de Salamanca, el estudiante universitario
Leonelo le manifiesta al campesino Barrildo su desencanto con las consecuen-
cias de la cultura tipográfica. Se puede interpretar su queja con respecto a la
pérdida de comunidad y el aislamiento del individuo —dos condiciones que re-
sultan del desarrollo de una sociedad más letrada y de un concepto del ser hu-
mano que es más abstracto y más textual. El licenciado se refiere a la confusión
que resulta de la proliferación de ideas y de conocimiento mediante la expan-
sión de la cultura tipográfica:7

4. Peter BURKE, Popular Culture in Early Modern Europe, New York, Harper Torch, 1978.
5. B. STOCK, The Implications of Literacy. Writlen Language and Models of Interpretación in
the Etevenlh and Twelflh Centuries; Princeton, Princeton University, 1983.
6. E. EISENSTEIN, The Printing Press as an Agent of Social Change: Communications and Cul-
tural Transformations in Early-Modern Europe, Cambridge, Cambridge University, 1979; W.J. ONG,
ÓOrality and Literacy.
7. Esta cifra y todas las siguientes del texto de Fuenteovejuna son de la edición de A. Blecua,
LOPE DE VEGA.: Peribañez y Fuente Ovejuna, Alianza, Madrid, 1981.

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AIH. Actas X (1989). La escritura, la voz y la comunidad: relaciones psico- y socio- lingüísticas en Fuent...
porque la confusión, con el exceso,
los intentos resuelve en vana espuma;
y aquel que de leer tiene más uso,
de ver letreros solo está confuso
(904-907).

Leonelo anhela volver a una época menos complicada; desea volver, por lo
menos, a una cultura quirográfica, a una cultura que podía producir —como nos
cuenta el licenciado— «un Jerónimo santo, un Agustino» (929). Claro, la cultu-
ra oral había sido algo alterada en términos sociológicos y psicológicos por la
introducción de la quiografía. Sin embargo, fueron mucho menos significativos
los cambios que resultaron de la quiografía en comparación con los que siguie-
ron el desarrollo de la tipografía. En este contexto, la cautela que manifiesta
Leonelo en cuanto a la tipografía es semejante a las quejas expresadas por Pla-
tón sobre la quirografía —la única escritura conocida por los griegos antiguos.
En Pedro (272-277), el filósofo revela sus reservas contra la escritura por ser un
medio de transmisión limitado, mecánico, rígido e inhumano en comparación
con la comunicación oral. El filósofo, al igual que el licenciado, favorece el diá-
logo por ser el modo de comunicación que permite un mejor intercambio de
ideas y la flexibilidad de pensamiento por parte de los interlocutores.
En Fuenteovejuna, el diálogo entre Leonelo y Barrildo muestra que el habla
de los aldeanos ha sido textualizado o algo informado por textos. Sin embargo,
se revela en su conversación cierta falta de confianza en los cambios que resul-
tan de la textualización de una cultura. Aunque la cultura letrada contribuye
mucho a la microsociedad de Fuenteovejuna, la aldea es todavía una sociedad
tradicional que mantiene el contacto íntimo del mundo oral y auditivo y que
afirma los valores esenciales de la comunidad oral. Se ve en la reacción de Leo-
nelo una nostalgia por las tendencias unificadoras y personalizadas de su comu-
nidad cuyas relaciones públicas se basan en el contacto auditivo y oral.
Se nota una reacción semejante a la de Leonelo en los comentarios del alcal-
de Esteban y el regidor primero al comienzo del segundo acto, inmediatamente
antes del discurso entre Leonelo y Barrildo. Refiriéndose a la falta de reservas de
granos en los hórreos públicos, muestran su preocupación por «gobernar en paz
esta república» (866). Los dos oficiales aldeanos rechazan los consejos de foras-
teros quienes —cargados de pronósticos basados en textos extranjeros— podrían
traer a su pueblo dictámenes para aliviar la falta de granos. Comenta Esteban:

No se puede sufrir que estos astrólogos,


en las cosas futuras y ignorantes,
nos quieran persuadir con largos prólogos
(868-870)

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AIH. Actas X (1989). La escritura, la voz y la comunidad: relaciones psico- y socio- lingüísticas en Fuent...
El alcalde y el regidor rechazan —por ser ajenos a su modo de vivir aldea-
no— los sucesos en «Alemania», «Gascuña» e «Hircania» (887-889). No es
una mera coincidencia que la discusión entre los dos es seguida por los co-
mentarios de Leonelo sobre la palabra impresa. El licenciado está desilusio-
nado con los efectos de la «invención» de «Gutemberga» que viene de las le-
janas tierras alemanas (913-914). La escritura, especialmente la tipografía,
puede resultar muy útil para una comunidad como Fuenteovejuna, pero puede
resultar amenazante también para los valores comunes promovidos por la cul-
tura oral.
Irónicamente, no es el licenciado salmantino sino el campesino Barrildo
quien defiende la tipografía al oponerse a la crítica expresada en la queja de
Leonelo. Barrildo declara que, «No soy de esa opinión/.../Leonelo, la impresión
es importante» (924, 926). Las palabras de Barrildo son un testimonio a las con-
diciones paradójicas que resultan de la interacción dinámica entre la oralidad y
la textualidad en una comunidad tradicional.
Otro ejemplo de esa diglosia dinámica en Fuenteovejuna ocurre en el primer
acto cuando los demás aldeanos muestran que aunque son analfabetos, se dan
cuenta de que existen ciertos conceptos de amor y de armonía basados en la fi-
losofía neoplatónica. Mediante su diálogo, se ve que los fuenteovejuneros pare-
cen verse obligados a comentar como el mundo de los analfabetos se relaciona
con el de los letrados en función de un tema tan elevado. Explica Pascuala que
el asunto que discuten pertenece normalmente a los letrados:

En materia habéis entrado


que, por ventura, acrisola
ios caletres de los sabios
en las cademias y escuelas
(427-30)

Pascual implica que el letrado que sirvió de intérprete de los textos para los
analfabetos habría de ser un clérigo de la comunidad. Ella les recomienda a sus
vecinos:

Con la quistión
Podéis ir al sacristán,
porque él o el cura os darán
bastante satisfación
(437-440)

Concentrándose en el significado de las referencias platónicas y pitagóri-


cas que forman parte del discurso de los fuenteovejuneros sobre el amor y la
armonía, unos estudiosos han pasado por alto el sentido político de la obra

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AIH. Actas X (1989). La escritura, la voz y la comunidad: relaciones psico- y socio- lingüísticas en Fuent...
teatral.8 En parte, el debate crítico sobre el significado político de Fuenteove-
juna ha resultado de lecturas modernas que confunden la democracia de hoy
en día con otra de una sociedad tradicional del siglo quince. Sin embargo,
nuestra aproximación sociolingüística al texto de la obra hace hincapié en los
aspectos políticos al examinarlos en su contexto cultural de una comunidad
oral o residualmente oral. Por ejemplo, se puede considerar el diálogo sobre
el amor y la armonía en el primer acto como un intercambio entre los ciuda-
danos de una primitiva res publica —la misma palabra que los oficiales de la
aldea emplean para describir su comunidad (866). Los fuenteovejuneros vi-
ven una vida pública basada en la identidad comunal, en la comunicación oral
y de frente a frente: el mismo tipo de comunidad que los antropólogos anali-
zan en sociedades tradicionales hoy en día. Aunque los fuenteovejuneros par-
ticipan en una primitiva democracia (de un voto para cada hombre), no viven
en una utopía natural. Su pequeña democracia es un híbrido que depende de
un poder feudal suplementario; es decir que depende de un comendador y, al-
ternativamente, de una monarquía.
El éxito artístico —y político— de Lope consiste en haber ligado la identi-
dad comunal de los fuenteovejuneros —una identidad basada en una cultura
oral— con la cultura más textual y letrada de la monarquía nacional del siglo
quince. Esa unión de lo oral y lo textual se realiza, en parte, mediante una serie
de actos de habla en que los aldeanos muestran su lealdad política. El dicho
«Vivan los Reyes», por ejemplo, se repite varias veces durante el tercer acto.
Ese dicho, sin embargo, se relaciona textualmente con otro acto de habla —
«Fuenteovejuna lo hizo»— mediante sus consecuencias políticas, legales, y dra-
máticas. Simultáneamente los aldeanos admiten su culpabilidad comunal y rin-
den homenaje a los Reyes Católicos.
La manera en que el rey declara la libertad legal y la fidelidad política de
los aldeanos es particularmente significativa para nuestro estudio del habla y la
escritura en Fuenteovejuna. Anuncia el rey que los fuenteovejuneros no serán
castigados porque «aunque grave fue el delito/ no puede averiguarse/ el suceso
por escrito» (2442-2444). La declaración del rey no privilegia el habla sobre la
escritura, y no muestra ninguna desconfianza logocéntrica de la escritura. En es-
te caso la escritura simplemente no existe. Históricamente, la falta de confianza
en documentos legales y la preferencia por testimonios orales habían prevaleci-
do durante dos siglos de transición hacia un sistema de leyes escritas.9 Sin em-

8. L. SPITZER, «A Central Theme and Its Structural Equivalent in Lope's Fuenteovejuna», Hís-
pante Review, XXIII (1955), pp. 274-292. W. MCCRARY, «.Fuenteovejuna: Its Platonic Vision and
Execution», Studies in Philology, LVIII (1961), pp. 179-92.
9. Véase el estudio sobre la transición en Inglaterra por M.T. CLANCEY, From Memory to Writ-
ten Record: J066-I307, Cambridge, Cambridge University, 1979. España habría experimentado el
mismo proceso lento. Sin embargo fue posible que la tradición de escribiente —basada en la ley ro-
mana— hubiera perdurado en España y que mitigara parcialmente la tradición de la ley oral.

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AIH. Actas X (1989). La escritura, la voz y la comunidad: relaciones psico- y socio- lingüísticas en Fuent...
bargo, la manera en que Lope trata la ley escrita en Fuenteovejuna no implica
que la textualidad en sí represente una amenaza a la comunidad tradicional.
Hay varias escenas en Fuenteovejuna que enfatizan las típicas actividades
orales y auditivas de la pequeña comunidad. En estos contextos el arte dramáti-
co de Lope se asemeja al trabajo de un etnógrafo describiendo las ceremonias y
otros ritos tradicionales de la sociedad bajo su escudriñamiento. Ven los espec-
tadores o lectores de Fuenteovejuna tales actos tribales como los planes para
una dote y un matrimonio (1358-1448), la boda misma (1472-1569), la rendi-
ción de homenaje a un señor feudal (529-548), la pr esentación de tributo (549-
577), y, finalmente, la ostentación triunfante de la cabeza del tirano celebrada
con canciones de epopeya (2028-2080).
Es especialmente interesante una tal escena «etnográfica» mediante la
cual nos muestra la relación entre el habla y la textualidad. Me refiero al mo-
mento intenso cuando Laurencia incita a acción a los hombres del pueblo
contra el comendador. Ella exige hablar con el concilio —formado exclusiva-
mente de hombres— y luego contrasta su estado mujeril con el de los hom-
bres:

Dejadme entrar, que bien puedo,


en consejo de los hombres;
que bien puede una mujer,
si no a dar voto, a dar voces
(1711-1715)

Aunque lingüísticamente el habla de Laurencia no difiere mucho de la de


los hombres analfabetos de su pueblo, sus actos de habla sí contrastan semánti-
ca y estructuralmente con la de Leonelo —el letrado representativo del mundo
textual, el mundo de la escritura. A pesar de que Laurencia es analfabeta, su
parlamento al concilio es uno de los más impactantes de la pieza teatral. Sus pa-
labras nos recuerdan un topos del Siglo de Oro: la mujer varonil. Sin embargo,
la manera en que ella emascula a los hombres del pueblo es más que un simple
cambio de ropa o de identidad. La voz de Laurencia es la reafirmación de una
sociedad pre-textual, de una perdida cultura matriarcal, o de una tribu de ama-
zonas. Al darle a Laurencia una identidad amazónica, Lope le da una voz más
auténtica, la voz de un sujeto que habla. Laurencia no imita simplemente a un
hombre; ella es la voz de una cultura cuya existencia Lope y sus contemporá-
neos no dudaron:10

10. M. MCKENDRICK, Woman andSociely in the Spanish Drama ofthe Golden Age, Cambridge,
Cambridge Press, 1974, p. 177.

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y yo me huelgo, medio hombres,
porque quede sin mujeres
esta villa honrada, y torne
aquel siglo de amazonas
eterno espanto del orbe
(1789-1793)

Después de haber sido llamados «hilanderas, maricones,/ amujerados, co-


bardes» (1779-1780), los hombres de la aldea hacen caso del rebato de
Laurencia. Tomando armas con las mujeres y resonando su grito de guerra,
los hombres repiten su acto de habla con las voces de la comunidad entera.
«Juntad el pueblo a una voz» declara Mengo (1806). Aun el enemigo Flores
se da cuenta de que «la plebe/ a fuerza de esta voz» es un coro armonioso en
voz y acción (1970). La voz a la cual se refiere es simultáneamente la podero-
sa frase «Fuenteovejuna lo hizo» y el medio por el cual se comunican las pa-
labras.
Más allá de su significado para el protagonista colectivo de la obra, la frase
«Fuenteovejuna lo hizo» y otros dichos semejantes que muestran la unidad de
voz y de acción son ejemplos cabales de la manera en que Lope expone la orali-
dad característica de sociedades tradicionales. Especialmente llamativos para
lectores de culturas textualizadas son las frases de odio en Fuenteovejuna:
«mueran los tiranos», «mueran malos cristianos», y «mueran los traidores».
Igual que las frases de odio, las de alabanza —«vivan los reyes» y «muchos
años vivan/ Isabel y Fernando» son ejemplos del lenguaje intensamente polari-
zado y agonístico que se emplea en culturas orales y frecuentemente en las que
son residualmente orales.
En Fuenteovejuna, se observa en diversas ocasiones cómo la oralidad y la
textualidad se enfrentan en sociedades tradicionales y resídualmente orales. Sus
versos muestran que los sucesos significativos para una cultura oral están me-
morializados en las canciones, refranes y epítetos que constituyen la literatura
de una cultura oral y que son, simultáneamente, el medio por el cual la cultura
confía tales sucesos a la memoria colectiva. En parte, Fuenteovejuna tiene que
ver con la creación dé una tradición oral que, en las culturas primarias, es sinó-
nima con la creación de una cultura y una sociedad. Esa obra teatral tiene que
ver con un suceso cuyo significado cultural y sociológico cristaliza en una frase
para una cultura tradicional que lo creó, lo repitió, y que luego lo legó a cultu-
ras más textualizadas: «Fuenteovejuna lo hizo». En este contexto, hemos de no-
tar que la interpretación lopesca de los asuntos históricos que tuvieron lugar en
Fuenteovejuna en el siglo quince se base más en las tradiciones orales favorece-
doras a los fuenteovejuneros oprimidos que en tratados escritos tales como la
Crónica de 1490 o los Sermones de Quaresma de 1609 que menosprecian a los

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AIH. Actas X (1989). La escritura, la voz y la comunidad: relaciones psico- y socio- lingüísticas en Fuent...
aldeanos rebeldes.11 En Fuenteovejuna, Lope entreteje constantemente aspectos
complementarios y tradicionales de la cultura oral con los de su propia cultura
contemporánea, más letrada, y más textualizada. Lope retrata el carácter conser-
vador de la sociedad oral de Fuenteovejuna, muestra que su cultura es informa-
da por valores textuales comunes a una sociedad tradicional y a la del siglo die-
cisiete en España, y permite que los sonidos de la obra —sus canciones, sus
versos tradicionales, y sus refranes— evoquen memorias, que transmitan argu-
mentos, y que inspiren compasión entre los espectadores, aún entre los aristó-
cratas. Finalmente, si en Fuenteovejuna Lope crea su retrato más positivo de los
aldeanos y campesinos españoles, puede ser que la favorable acogida del vulgo
resulta, hasta cierto punto, de la manera en que el habla y la escritura se tratan
dentro del contexto de la pieza teatral.

11. T. KlRSCHNER, «La importancia de la tradición oral y el héroe unanimista en Fuenteovejuna


de Lope de Vega», Actas del Sexto Congreso Internacional de Hispanistas celebrado en Toronto del
22 al 26 de agosto de 1977 (ed. A.H. Gordon y E. Rugg), Toronto, University of Toronto, 1980; y T.
KKSCHNER, El protagonista colectivo en Fuenteovejuna, Salamanca, Universidad de Salamanca,
1979.

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