Historia de la Educación Argentina
• De 1550 a 1700: En los primeros años de poblamiento del actual territorio argentino, la educación
estuvo centrada en la escolaridad primaria a cargo de las órdenes religiosas (franciscanos, dominicos y
más tarde, jesuitas) y basada en la evangelización y en el uso del idioma español con carácter
obligatorio. Se cree que quizás haya sido durante la gobernación de Hernando Arias de Saavedra
(Hernandarias) cuando se establecieron las primeras escuelas. En 1613 se fundó la primera universidad
del país: la Universidad de Córdoba, a manos de jesuitas y dominicos, sustentada en una concepción
filosófica aristotélico–tomista, proponiéndose como objetivos formar al alto clero y a la burocracia
colonial.
• De 1700–1800: La burguesía criolla adoptaba los ideales de la Ilustración. La educación se orientó
hacia el comercio, la marina, la agricultura y los oficios, con carácter práctico y utilitario. Autores como
Copérnico, Descartes o Newton no formaron parte del corpus de textos universitarios.
• De 1800–1852: Lograda la emancipación y ante la carencia de profesionales de la educación se
implementó el sistema lancasteriano (el Gral. San Martín fue uno de sus defensores) que, apoyándose
en alumnos monitores, intentaba compensar las desigualdades del simultaneísmo en el aula. Se trataba,
no obstante, de una educación memorística sustentada en una férrea disciplina.
• De 1850–1880: La Constitución Nacional de 1853 estableció el derecho a educar y enseñar como una
responsabilidad atribuida a los gobiernos provinciales. Uno de los pioneros en tal sentido fue el gobierno
de la Provincia de Corrientes. Una ley de 1857 estableció como uno de los destinos de la renta la
fundación de escuelas. En esa dirección, se realizaron las primeras experiencias en la Provincia
de Buenos Aires, que sancionó su Ley de Educación en 1875. Las bibliotecas populares en tanto,
cubrían la instrucción de las mujeres y fue Juana Manso la primera Directora de una escuela mixta
en Buenos Aires. En 1864, a instancias de Bartolomé Mitre, se fundó el Colegio Nacional de Buenos
Aires sobre la base del Libres del Sur y con dependencia de la Universidad, creada en 1821. Sobre este
modelo institucional crecieron otros colegios nacionales en Catamarca, Tucumán, Mendoza, San Juan y
Salta. Durante este período abrió sus puertas la Escuela Normal de Paraná, paradigma del normalismo
y, a instancias de Sarmiento, arribaron al país 65 maestras estadounidenses que fueron afectadas a la
formación de docentes.
• De 1880–1910: La educación tuvo un papel central en la constitución de la nación, considerada una
condición esencial para hacer del país una república. En ese marco se sancionó la Ley Nº1420 de
educación común, estableciendo su carácter obligatorio, estatal, laico y graduado. Sin embargo, este
impulso del Estado a la educación pública universal entró pronto en contradicción con el sistema político
restrictivo. Las consecuencias de esta tensión estallaron en las primeras décadas del siglo XX, cuando
los nuevos sectores medios en expansión pusieron fin al régimen conservador.
• De 1910–1930: En las primeras décadas del siglo XX, la población escolar se duplicó, alcanzando
prácticamente al 70% de los niños de edad entre 6 y 13 años. Hacia 1910, en el marco de los festejos
del centenario, se profundizaron los contenidos patrióticos a fin de consolidar una concepción unificadora
de la identidad nacional. En esta línea de acción, se había sancionado la Ley Láinez que señalaba
claramente el influjo del estado nacional en los sistemas educativos provinciales. Por otra parte, en la
universidad tuvo lugar una profunda democratización en los claustros, a través de la Reforma
Universitaria de 1918. Paralelamente, la discusión sobre la reforma en la enseñanza media entre 1916 y
1917, giró en torno al proceso de ampliación política.
• De 1930–1955: El peronismo resignificó socialmente la infancia. Se redactaron nuevos programas
educativos y se impusieron celebraciones y conmemoraciones a tono con el enaltecimiento de la figura
de la pareja presidencial. En el país la ampliación del consumo y la vigencia de los derechos sociales
repercutieron en la extensión de la matrícula educativa.
• De 1955 a la actualidad: Con el desarrollismo se fortalecieron las escuelas técnicas y se dio un
proceso de sistematización de la enseñanza media. A partir de los comienzos de los años 60
comenzaron a soplar aires de renovación en las aulas: surgieron los cuestionamientos y empezó a
fortalecerse la opción de la educación problematizadora al influjo de Paulo Freire y las nuevas corrientes
pedagógicas.
Las interrupciones democráticas (1966–1973 y 1976–1983) asestaron duros golpes a la educación
argentina, cercenando la libertad de cátedra y postulando la selección de contenidos fundamentalistas y
obsoletos. Dos hechos trágicos: La noche de los bastones largos – que significó un duro revés para la
universidad pública– y La Noche de los lápices – salvaje golpe a la participación estudiantil secundaria–
lo ilustran tristemente. El retorno a la democracia permitió cambios y transformaciones que aún hoy
continúan en implementación y evaluación permanente.
PERSONALIDADES: Rosario Vera Peñaloza (Educadora, 1873–1950)
Mujer riojana que dedicó su vida a la enseñanza. Fundó el primer jardín de infantes del país y el primer
museo para la escuela primaria. Fue inspectora de enseñanza secundaria, normal y especial. Falleció el
28 de mayo de 1950, jornada en la que se conmemora – en su honor– el Día de la Maestra Jardinera y el
Día de los Jardines Maternales.
Cronología Educativa
1613: Se crea la Universidad de Córdoba, la primera del país, por obra de jesuitas y dominicos. Sustenta
una concepción filosófica aristotélico–tomista y tiene como objetivos formar al alto clero y a la burocracia
colonial.
1821: Se funda la Universidad de Buenos Aires.
1852: Reapertura del Colegio Seminario y Ciencias Morales de Buenos Aires como Colegio Libres del
Sur.
1853: El gobernador Juan Pujol en la Provincia de Corrientes sanciona la primera Ley de Educación del
país que establece la educación gratuita impartida desde el Estado.
1857: Por ley se destinan rentas para la fundación de escuelas.
1858: Se funda el Colegio Catedral al Norte y Monserrat. En ese mismo año Juana P. Manso asume
como Directora de la primera Escuela Mixta de Buenos Aires. Su gestión privilegia nuevos métodos
pedagógicos y la enseñanza del idioma inglés, propiciando una educación integral. Por esta misma
época crecen las propuestas de instrucción de mujeres en bibliotecas populares.
1864: Se funda, por iniciativa de Bartolomé Mitre, el Colegio Nacional de Buenos Aires sobre la base del
Libres del Sur. Se crean también los Colegios Nacionales de Catamarca, Tucumán, Mendoza, San Juan
y Salta.
1875: Se sanciona la Ley de Educación de la Provincia de Buenos Aires. Se crea la segunda Escuela
Normal de Varones de Tucumán.
1881: Se funda el Consejo Nacional de Educación. También durante este año tiene lugar la primera
huelga docente: encabezadas por Enriqueta Lucero de Lallement, las maestras de la Escuela Graduada
y Superior de San Luis reclaman por el recorte salarial a los empleados públicos y por el atraso en el
pago de sus haberes.
1882: Se crea el Observatorio Astronómico de La Plata. Durante el mismo año se instaura la polémica en
torno a la cuestión religiosa, polarizándose la sociedad argentina en torno a la antinomia: educación laica
vs. educación religiosa, en el marco de la realización del Primer Congreso Pedagógico.
1883: Tiene lugar el primer Censo Nacional Educativo, que arroja un 75% de analfabetismo.
1884: Se sanciona la Ley 1.420, estableciéndose así la educación mixta, gratuita, laica, obligatoria y
graduada.
1885: A través de la denominada “Ley Avellaneda” se concede la autonomía universitaria para las casas
de altos estudios de Córdoba y Buenos Aires.
1889: Se crea la Facultad de Ciencias Veterinarias.
1890: Se implementa la denominada Reforma de O. Magnasco, Ministro de Educación, que alienta
nuevos planes y contenidos para el Bachillerato. Se llevan a cabo cambios en el nivel primario y se prevé
la creación de escuelas industriales. También en ese año se funda la Escuela Carlos Pellegrini, primera
Escuela de Comercio.
1896: Se crea el Instituto Nacional del Profesorado, dedicado a la formación de docentes de materias
comunes.
1897: Se funda la Escuela Industrial de la Nación –Otto Krause– en Buenos Aires y nuevas Escuelas de
Comercio en Capital Federal, Rosario y otras provincias. Se acrecienta la demanda educativa para las
mujeres.
1900: Creación del Instituto Nacional de Sordomudos.
1903: Se organiza la formación de profesores de secundario, con antecedentes en el Instituto Nacional
del Profesorado Secundario.
1905: Se funda la Universidad de La Plata. Se sanciona la Ley Láinez (Nº 4.874) de escuelas primarias
nacionales en distintos puntos del interior del país.
1916– 1917: Reformas del Ministro Carlos Saavedra Lamas sobre la denominada “Escuela Intermedia”.
Tales cambios se implementan bajo el concepto de nueva escuela, cuyos rasgos más destacados son: la
implementación del cuaderno único, la concepción del niño como sujeto, la incorporación de la dimensión
lúdica a la enseñanza y la organización escolar.
1918: Se lleva a cabo la Reforma Universitaria, que será modelo a imitar en todos los países de
Latinoamérica, basada en los ejes: renovación de claustros y co–gobierno tripartito (estudiantes,
profesores y graduados); concursos docentes y apertura académica.
1921: Se funda la Universidad Nacional de Tucumán.
1927: Se crea el Instituto de Didáctica en la Universidad de Buenos Aires.
1943: La Primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas
instaura como Día del Maestro en todos los países americanos el 11 de septiembre, fecha del
fallecimiento de Sarmiento, como homenaje al educador sanjuanino. En ese mismo año, el Decreto Nº
18.411 de Edelmiro Farell reestablece la enseñanza religiosa católica en las escuelas.
1946: Se conforma la Comisión Popular en Defensa de la Ley 1.420 y el Congreso Argentino de
Educación Laica. En el mismo año se instaura el Instituto Pedagógico en la Universidad Nacional de
Cuyo.
1948: Se suprime el Consejo Nacional de Educación. Se crea la Secretaría de Educación de la Nación
que tendrá rango ministerial al año siguiente. Se implementan estudios pedagógicos superiores en
Tucumán. Surgen los Institutos Nacionales del Profesorado Secundario de Filosofía y Pedagogía en
Paraná, Catamarca y Buenos Aires.
1949: Se crea el Ministerio de Educación de la Nación. Se lleva a cabo el Primer Congreso Nacional de
Filosofía e Implicancias en Educación. Se crean las Escuelas Normales de Profesores y el Instituto
Nacional de Lenguas Vivas.
1950: Se suspende el cobro de aranceles universitarios, reafirmándose la gratuidad de la enseñanza
universitaria.
1954: Se proclama el Estatuto Profesional del Docente del Gral. Perón.
1955: Se firma el Decreto Nº 6.403, cuyo artículo 28º concede autorización para el funcionamiento de
universidades privadas. El Ministerio de Educación de la Nación pasa a ser Secretaría de Educación de
la Nación. Se deroga el Estatuto del Profesional Docente.
1956: Se crean las Universidades Nacionales del Sur y del Nordeste.
1957: Tiene lugar en Santa Fe la Conferencia de Ministros de Educación de las Provincias en torno a la
adecuación de planes y requerimientos para la transferencia de escuelas nacionales a las jurisdicciones
provinciales. Años más tarde se dará marcha atrás en la decisión por la férrea resistencia del interior.
1958: Se sanciona la Ley 14.557 que autoriza el funcionamiento de universidades privadas. Son las
primeras del país: Universidad del Museo Social Argentino, Universidad Católica de Córdoba,
Universidad Católica de Santa Fe, Universidad Católica Argentina, Universidad del Salvador e Instituto
Tecnológico de Buenos Aires.
1959: Se crea la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) y el Consejo Nacional de Educación Técnica
(CONET). Surgen las Escuelas Nacionales Técnicas (ENET). Se implementa la Dirección General de
Enseñanza Privada.
1966: Durante el gobierno de facto de Onganía tiene lugar la denominada “Noche de los bastones
largos”, que arrasa con la autonomía en las ocho Universidades Nacionales. Se suceden las renuncias
docentes en masa. Nuestros profesionales encuentran campo para la enseñanza y la investigación en
México, Chile, Venezuela, Estados Unidos y algunos países europeos.
1968: Se funda la Universidad Nacional de Rosario. Se sanciona la Ley 17.878 y luego la Ley 18.586,
que transfieren nuevamente escuelas primarias a las provincias.
1969: Se crea el Consejo Federal de Educación.
1970: Se intenta realizar una nueva reforma del sistema educativo nacional, conocida como “Reforma de
la Escuela Intermedia”. Se sanciona la Ley 18.614 que implementa el llamado Proyecto 13 en 44
establecimientos educativos.
1971: Se crean las Universidades Nacionales de Río Cuarto y del Comahue.
1972: Se fundan las Universidades Nacionales de Salta, Catamarca, Lomas de Zamora y Luján.
1973: Abren sus puertas las Universidades Nacionales de La Pampa, Patagonia, Entre Ríos, San Juan,
Santiago del Estero, San Luis y Jujuy.
1974: Se crean las Universidades Nacionales de Misiones y del Centro de Buenos Aires.
1975: Se funda la Universidad Nacional de Mar del Plata.
1976: El gobierno de facto procede a una nueva regulación del sistema universitario estatal.
1978: Concluye la transferencia de escuelas primarias a las provincias.
1984: El Congreso Nacional por medio de la Ley 23.114 convoca al Segundo Congreso Pedagógico
Nacional, que dará inicio en 1986.
1988: Se exponen las conclusiones de la Asamblea del Congreso Pedagógico Nacional en Córdoba. La
Universidad de Buenos Aires aprueba definitivamente el Ciclo Básico Común (CBC). Se crea la Junta
Coordinadora de Asociaciones de Enseñanza Privada (Coordiep) y la Asociación Argentina de
Graduados en Ciencias de la Educación.
1993: Se sanciona el 14 de abril la Ley 24.195, como Ley Federal de Educación, produciéndose una
importante reestructuración del Ministerio de Educación.
1994: El 11 de septiembre se firma en San Juan el Pacto Federal Educativo.
1995: Se sanciona la Ley 24.521 de Educación Superior y se crean nuevas Universidades Nacionales y
Privadas. Se funda el Instituto Nacional de Educación Tecnológica.
1996: Se reglamenta la Ley Federal de Educación por Decreto 1.276 y se crea la Comisión Nacional de
Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU).
2000: Se sanciona la Ley Nacional Pasantías Formativas.
2002–2004: Se implementan las Pruebas Internacionales de Evaluación PILS y TIMSS.
2003: Se da curso a la Nueva Agencia de Evaluación Superior y al Programa Nacional de Difusión de la
Lectura.
2004: Se impulsa el fortalecimiento de la ciencia y la educación tecnológica. Se implementan planes
compensatorios, a fin de evitar la repitencia y el abandono escolar.
INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN
La educación argentina nunca estuvo ausente de los temas que preocuparon a los hombres de
gobierno del país. La presencia de las universidades de Córdoba y Buenos Aires y el
desarrollo de los estudios elementales en todas las provincias, con una trayectoria más o
menos afortunada, según las épocas, configuraron el cuadro de la situación educativa con la
que se encontraron los hombres que sancionarían la Constitución nacional de 1853.
Entonces, la educación era un problema que reclamaba imperiosa solución, por varias
razones.
Después de cuarenta años de guerra, que todavía continuarían en el orden interno por casi
treinta años más, las medidas que se arbitraran para llevar adelante el programa de la
Constitución y concretar el proyecto de país que lo sustentaba requerían una expansión de
la educación y de la instrucción como no se la había conocido hasta entonces. El fantasma
del desierto que acicateaba la mente de hombres como Alberdi y Sarmiento impulsó un
conjunto de ideas que por una vía u otra, para sustantivarlas, necesitaban de la concreción
de un sistema educativo eficaz.
Las conocidas consignas de ‘gobernar es poblar’ y de ‘educar al soberano’ planteaban una
lucha sin cuartel para combatir el analfabetismo y crear, al mismo tiempo, hábitos y
disciplina de trabajo y de aprendizaje constantes para ponerse a la altura del progreso de la
época y hacer de la Argentina una nación moderna, sin resignar el papel de la burguesía
como clase dirigente ni mucho menos desatender los intereses económicos con que se
beneficiarían a través de la inserción del país en la división internacional del trabajo.
Alberdi abogó, sobre todo, por la educación a partir del ejemplo de las naciones más
industriosas que se recibiría a través de la inmigración, el tendido de los ferrocarriles y la
codificación, con una confianza mayor en estos elementos que en un proceso expandido de
alfabetización. Sarmiento, sin descuidar la importancia del ejemplo de los inmigrantes,
apostó con la misma fuerza a otorgar los beneficios de la instrucción y la educación pública
al mayor número posible de personas.
En ello estaba la base de la socialización y también del disciplinamiento de las nuevas
generaciones como ciudadanos. La Argentina de entonces se enfrentaba, además, a otros
requerimientos. Por cierto, la universidad cubría las necesidades de formación de la clase
dirigente, pero la organización de la nación sobre la base del programa constitucional
reclamaba un plantel de funcionarios administrativos que constituyeran la indispensable
burocracia estatal.
Esta circunstancia implicaba la preparación de personas que pudieran desempeñarse con
eficacia adecuada; esa era la misión que debería realizar la escuela secundaria, además de
cumplir funciones de institución preparatoria para los estudios universitarios y aún más para
dotar a los estudiantes de un necesario y suficiente bagaje de cultura general, como para
manejarse con soltura en todos los órdenes de la vida.
Con el país definitivamente unificado después de Pavón y Bartolomé Mitre en la presidencia
de la República, llegaría la hora de propiciar, especialmente, la fundación de colegios
nacionales, uno de cuyos objetivos sería el de proveer el personal para la administración
pública y con ello serían satisfechas, además, las aspiraciones de ascenso social y político
que alentaban los sectores medios tanto del interior como del Litoral.
A partir de la creación del Colegio Nacional de Buenos Aires (1863) sobre la base del
antiguo Colegio de Ciencias Morales rivadaviano, como un instituto integral que aunaba en
su oferta educativa las humanidades y las ciencias, se fundaron, a su semejanza, hacia
fines de 1864, los de Catamarca, Mendoza, Salta, San Juan y Tucumán y más adelante los
del resto de las provincias. Un plan de instrucción pública general y universitaria (1865),
que finalmente no se llevó a cabo por los trastornos derivados de la guerra con el Paraguay,
apuntaba a la articulación completa de todos los niveles del sistema educativo de acuerdo
con las orientaciones auspiciadas por Mitre.
Respecto de la escuela primaria, sería durante la gestión de Sarmiento, sucesor de Mitre al
frente del gobierno nacional, cuando recibiría nuevo impulso con la aparición de las escuelas
normales destinadas a la formación de maestros. La primera, fundada en Paraná en 1870,
se constituiría en el modelo a seguir en el resto de las jurisdicciones y echaría las bases de
una mística pedagógica que impregnaría todo el desarrollo educativo argentino a lo largo de
los siguientes cien años. Pero ese desenvolvimiento no sería fácil ni estaría libre de
marchas, contramarchas y propuestas de reforma, ni la educación escaparía como ámbito, a
servir de caja de resonancia de las confrontaciones políticas, ideológicas y de intereses de
clase que estaban en la base de las disputas por el poder y por el rumbo por el que, en cada
época, se pretendió guiar a la nación.
LA HISTORIA DE LOS PRIMEROS EDUCADORES EN ARGENTINA
Los franciscanos y la pedagogía de la evangelización. Apenas descubierta América,
iniciaron los discípulos de San Francisco de Asís su obra de evangelización, convirtiendo y
pacificando a millares de indígenas, enseñándoles los rudimentos de las primeras letras y
reuniéndolos en reducciones.Para ello debieron superar, con una constancia sin límites, las
dificultades del idioma. Con este objeto aprendieron las lenguas de las razas vencidas y
buscaron en ellas palabras o símbolos que hicieran comprensibles los misterios de la fe para
la mentalidad nativa.
Fue una obra ejemplar de abnegación y sacrificio la de estos misioneros ignorados, que se
lanzaron entre las masas indígenas afrontando muchas veces el martirio y la muerte.
Entre los misioneros de esta orden sobresalió la figura de fray Pedro de Gante, uno de los
creadores de la pedagogía de la evangelización. Organizó en México el Colegio de San
Francisco, con talleres de artes e industrias, donde centenares de niños aprendieron a leer,
escribir, cantar y tañer y se ejercitaron en las diferentes artes manuales.
Con este ensayo aparece por vez primera la idea desarrollada posterior mente en más vasta
extensión por el obispo Vasco de Quiroga de una colonia industrial donde el trabajo se
realiza en cooperación. Se destacaron también, entre estos religiosos, el fraile flamenco
Jodoco Ricki, introductor de las artes y oficios manuales en Quito; fray Luis de Bolaños, que
se ocupó con celo infatigable de la evangelización en el litoral guaranítico, y San Francisco
Solano, que catequizó en el noroeste quichua.
Las misiones jesuíticas. Entre todas las congregaciones Religiosas establecidas en las Indias,
se distinguió la Compañía de Jesús por su eficaz obra de civilización.
Los jesuitas, que llegaron a América después que las otras órdenes, constituían ya en el
1700 el principal organismo de cultura y una de las más grandes potencias políticas y
económicas del Nuevo Mundo. “A la insustituible jerarquía intelectual que imponen los
jesuitas en el siglo XVIII se agrega su fuerza económica y formidable poderío social.
Universidad en la Iglesia Jesuita de Córdoba
La riqueza jesuítica de la época se diversifica en bienes tan variados como las grandes
haciendas del valle central chileno, las estancias del Río de la Plata, las enormes fincas
rústicas y urbanas de Perú y México, los obrajes paraguayos, peruanos y quiteños y hasta la
explotación minera de que disfrutaban en la región del Chocó en la Nueva Granada.
Con las rentas do la gran propiedad inmobiliaria dirigen colegios y misiones que tienen
dentro de la vida económica de la Colonia una importancia tan preeminente como la de la
orden de los Templarios en la Edad Media europea”.
Desde el convento principal de la Orden, establecido en Lima, avanzó la misión religiosa y
cultural de los padres jesuitas hasta las más lejanas e inexploradas regiones del inmenso
Virreinato. En el año 1606 se creó la provincia jesuítica del Paraguay, que abarcaba las
gobernaciones d Tucumán, Paraguay, Río de la Plata y Chile. Su primer provincial fue el
padre Diego de Torres.
Para llevar a cabo su obra civilizadora, comenzaron los jesuitas por pacificar a los indígenas
reuniéndolos en reducciones, organismos gobernados por caciques, alcaldes y regidor «
indios, bajo la suprema dirección de los misioneros.
El aspecto general de los pueblos jesuitas era análogo: alrededor de una amplia plaza
cuadrada o rectangular se agrupaban la iglesia, la casa de los misioneros, las escuelas y los
talleres; a espaldas la huerta; a los otros lados, alineadas regular mente, las casas de los
indios.
Por medios persuasivos, los integrantes de la Compañía procuraron atraer a los naturales,
que eran ocupados en distintas tareas. Los jesuitas ‘supieron aprovechar admirable mente
la capacidad adquisitiva y de imitación de los indios para trabajos de artesanos y labores
artísticas.
Ya a media dos del siglo XVII había en cada pueblo talleres con herreros, carpinteros,
tejedores, pintores, decoradores, estatuarios, torneros y relojeros y hasta grabadores,
impresores y fabricantes de instrumentos musicales. Los mismos indios construían violines,
flautas, arpas y órganos para sus iglesias. Las tareas, amenizadas con música, cantos y
procesiones, se iniciaban al alba y finalizaban al atardecer.
En cada reducción había escuelas y colegios. En 1611 acudían a la escuela jesuita de
Asunción unos 400 indígenas. “En la escuela al decir de Bayle se estudiaban las inclinaciones y mañas de
los niños, para dedicarlos al arte que mejor cuadraba con ellas, de la escuela salían los músicos, los alcaldes,
fiscales, cuanto valía y significaba algo en la administración o en la vanidad. En la escuela se preparaban los
actores y danzantes que amenizaban las fiestas y encendían la piedad. En la escuela, finalmente, se moldeaba el
corazón y se ilustraba el entendimiento para producir las virtudes cristianas, pasmo de los extraños y legítimo
orgullo de los misioneros” .
Con la expulsión de los jesuitas, ordenada en 1767 por Carlos III, fracasaron las misiones
por ellos establecidas, que aunque confiadas al cuidado de otras órdenes, se fueron
extinguiendo hasta convertirse en ruinas.
Entre la legión de misioneros jesuitas se destacó el padre Roque González (15761628),
emparentado con el gobernador Hernandarias, que murió martirizado en Todos los Santos
del Caaró (Brasil).
Sobresalieron también entre estos religiosos el ya citado padre Diego de Torres y el padre
Alfonso Barzana, que inició su ministerio en el Tucumán en 1585.