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Sucesión. Remoción Del Albacea

Este documento resume una decisión de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Necochea sobre un caso de sucesión testamentaria. La Cámara analiza el recurso de apelación presentado por el albacea testamentario contra una sentencia que ordenó su destitución. Luego de considerar los argumentos de las partes, la Cámara confirma la sentencia recurrida al encontrar que la heredera preterida que inició la acción tenía legitimación para solicitar la destitución.

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Sucesión. Remoción Del Albacea

Este documento resume una decisión de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de Necochea sobre un caso de sucesión testamentaria. La Cámara analiza el recurso de apelación presentado por el albacea testamentario contra una sentencia que ordenó su destitución. Luego de considerar los argumentos de las partes, la Cámara confirma la sentencia recurrida al encontrar que la heredera preterida que inició la acción tenía legitimación para solicitar la destitución.

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Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial-Necochea.

Expte. 10698; Reg. 109 (S) del 28/10/2016

En la ciudad de Necochea, a los días del mes de octubre de dos mil dieciséis, reunida la
Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial, en acuerdo ordinario, a los efectos de dictar
sentencia en los autos caratulados: “D., M. S. s/Sucesión Testamentaria” habiéndose
practicado oportunamente el sorteo prescripto por los arts. 168 de la Constitución de la
Provincia y el art. 263 del Código Procesal Civil y Comercial, resultó del mismo que el orden de
votación debía ser el siguiente: Señores Jueces Doctores Oscar Alfredo Capalbo y Fabián
Marcelo Loiza, habiendo cesado en sus funciones el Doctor Garte (Decreto n| 200 del 13 de
mayo de 2013).

El tribunal resolvió plantear y votar las siguientes:

CUESTIONES

1a ¿Es justa la sentencia de fs. 75/76vta.?

2a. ¿Qué pronunciamiento corresponde?

A LA PRIMERA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR JUEZ DOCTOR CAPALBO DIJO:

I) Conforme surge de las constancias de autos a fs. 75/76vta. el Sr. Juez de


grado dicta sentencia en la que resuelve: I) Hacer lugar al planteo de destitución del albacea
testamentario, imponiéndose las costas a la parte incidentada vencida; II) Diferir la regulación
de honorarios para su oportunidad

Contra dicho pronunciamiento a f. 77 interpone recurso de apelación el


albacea testamentario Dr. J. A. R., obrando sus agravios a fs. 80/81vta.

II) Sostiene el recurrente que “el recurso de apelación lleva encaballado el de


nulidad de la sentencia, en este caso por entender que el resolutorio en crisis ha omitido el
tratamiento de una cuestión esencial, cual es expedirse fundadamente sobre la legitimación de
M. S. D. para incoar el pedido del albacea.

Sostiene que “la incidentista carece de aptitud procesal para llevar adelante el
pedido de remoción.”, y que disiente con el fallo, “el cual nada dice al respecto, sosteniendo
escuetamente y sin argumento alguno que “…todo interesado puede solicitar la remoción del
administrador…”. Destaca seguidamente que “el albacea no es administrador de la herencia
sino por el contrario ejecutor de la voluntad del causante.”

Expresa que “la crítica se centra, en cuanto a que los únicos investidos de
legitimación desde el día del fallecimiento del causante son los que taxativamente enumera el
art. 2337 del Código Civil y Comercial de la Nación. En relación a los colaterales debe acudirse
al contenido del art. 2338 del nuevo ordenamiento fondal (3412 del Código de Vélez). En
síntesis y sin ánimo de fatigar a V.E., es indudable que M. S. D., quien solo cuenta con
aspiraciones de colateralidad parental con la causante no puede arrogarse legitimación para
llevar adelante la incidencia de destitución del albacea, toda que la ley no la ha instituido hasta
la fecha como tal.” Resalta asimismo que “el art. 2528 del Código Civil y Comercial de la Nación
ha limitado la legitimación sólo a herederos y legatarios.”

Alega que “la sentencia atacada adolece de un vicio sustancial sumamente


grave, cual es la ausencia de fundamentación respecto de uno de los pilares fundamentales del
proceso, concretamente la legitimación de la peticionante. La decisión carece de adecuada y
razonable fuerza de convicción o tratamiento de una cuestión esencial, mereciendo entonces
la calificación de arbitraria. No es cierto, como erróneamente se sostiene, que ‘cualquier
interesado’ puede incoar la incidencia de destitución del albacea, pues así se abre un abanico
difuso e interminable de posibilidades, sin ningún tipo de limitación legitimante, que atenta
contra cualquier interpretación analógica y que la propia ley de fondo prohíbe (art. 2528 CCN),
agraviando claramente los principios de garantía de defensa en juicio y las normas del debido
proceso. Los interesados que la ley autoriza a avanzar sobre la figura del albacea, son solo
aquellos herederos que hayan sido declarados, aptitud jurídica de la cual carece M. S. D.."

Sostiene luego el recurrente: “Afirma el fallo posteriormente, que debe


considerarse falta grave la acreditación pericia mediante, de haber sido sembrado el campo
que integra el acervo hereditario, durante la vigencia de mi albaceazgo, aunque dicha
circunstancia temporal el perito tampoco puede afirmarla con certeza. Con solo leer su
informe pericial y por averiguaciones difusas que habría practicado el idóneo, el campo habría
sido ocupado por quien históricamente fue su arrendatario, me refiero a ‘Casa Jou’. De allí
entonces, que carece de sustento fáctico y jurídico la afirmación de la sentencia, en cuanto a
que considera falta grave que el predio rural supuestamente haya sido sembrado, y menos aún
involucrarme en una cuestión ajena a mi función, pues no revisto la calidad de administrado
sino, reitero, que como albacea soy solo un ejecutor de la voluntad del causante. Sin perjuicio
de los fundamentos precedentes relativos a la ausencia de legitimación de la parte que
propone la destitución, también destaco que en el proceso de nulidad de testamento,
íntimamente vinculado a la cuestión debatida, había sido dictado una medida de no innovar
sobre los bienes del sucesorio con clara incidencia sobre el expediente testamentario que nos
ocupa, circunstancia de neto corte procesal que la sentencia ignora.”

Agrega que “tampoco puede admitirse que la ausencia de realización de


inventario de los bienes, es razón suficiente para argumentar la destitución. Ello así por cuanto
en dos oportunidades, oficial de justicia mediante, la incidentista conjuntamente con su
apoderada Dra. M. se había constituido en el predio rural, por lo cual teniendo en cuenta la
situación comprobada de que se trata de una propiedad sin población, sin habitantes y en
estado de abandono, carece de todo sentido práctico y queda desprovisto de toda utilidad. Es
decir, la rigurosidad de los formalismos debe ceder frente al principio de economía procesal y
el criterio de razonabilidad que debe exhibir toda resolución.”

En consecuencia, concluye el recurrente, “siendo función de la jurisdicción de


V.E. examinar y decidir si la ley o los principios doctrinarios han sido aplicados ilógicamente, o
en otras palabras la existencia de defectos de motivación del fallo que constituyen serios vicios
de juzgamiento, corresponde frente a la carencia de citas legales y argumentos sostenibles y la
falta de tratamiento de una cuestión esencial como es la relativa a la ausencia de legitimación
de la incidentista, la íntegra revocación del resolutorio.”

Corrido el traslado de ley, y contestados los agravios, a f. 83/86 la Dra. F. M. se


presenta ante esta alzada señalando que “ha llegado a conocimiento de esta parte que la
demandada en autos principales “D. M. c/S., M. s/Nulidad de Testamento” está ofreciendo el
inmueble (campo) que integra el acervo hereditario en arrendamiento.”

Que “dicha propiedad es ofrecida por martilleros e intermediarios de la zona.


Ello a pesar de las medidas cautelares vigentes en dichas actuaciones.”
Sostiene que “se trata de una maniobra utilizada por la Sra. S. a fin de evitar la
administración de dichos bienes en manos de quien oportunamente se determine. Ello
claramente si se suscribe un contrato de locación inevitablemente se deberá respetar el mismo
a fin de no perjudicar a la parte locataria.”

En consecuencia, “y a fin de evitar perjuicios mayores en contradicción al


mantenimiento y resguardo de los bienes del acervo de la causante, pido se resuelva la
cuestión pendiente con carácter urgente y habilitación de días y horas inhábiles.”

III) Sostiene el recurrente que la resolución atacada ha de revocarse toda vez


que el art. 2528 del Código Civil y Comercial de la Nación ha limitado la legitimación para pedir
la remoción del albacea sólo a herederos y legatarios, lo que excluiría a “todo interesado”
conforme la fundamentación del resolutorio en crisis.

Sin embargo ha de señalarse que la norma en cuestión si bien solamente se


refiere a los herederos, como indica Azpiri, ha de extenderse dicha legitimación a otros
supuestos como son aquellos en los que se tenga un interés legítimo, enumerando a los
legatarios, los acreedores y el Fisco, reiterando de ese modo la doctrina ya elaborada al
respecto del Código anterior ( Azpiri, Jorge. A. “Incidencias en el Código Civil y Comercial de la
Nación. Derecho Sucesorio”, Edit. Hammurabi, 2015).

En efecto, ya refería Borda (Tratado de Derecho Civil, Sucesiones, T. II,


parágrafo 1699) que es evidente que no la se puede negar a los legatarios, ni aún a los
acreedores, quizá tan interesados como los primeros en una gestión honesta y diligente.
Agrega que también puede hacerlo el Fisco tratándose de sucesiones vacantes; en idéntico
sentido Maffia, Tratado de las sucesiones, t. 3, pág. 443.

En sentido concordante, como sostiene Ollantay Caparrós en el Código Civil y


Comercial de la Nación dirigido por Rivera-Medina, T. VI, pág. 582, “El Código de Quebec,
Canadá, es la fuente más inmediata de este artículo. En este sentido el Código de Quebec
dispone que ‘Cualquier interesado puede solicitar al tribunal el reemplazo del liquidador que
está imposibilitado de ejercer su cargo, descuida sus deberes o no respeta sus obligaciones’.”

Siendo ello así, ha de concluirse que la heredera preterida que incoara la


acción de nulidad de testamento resultaba legitimada para peticionar la medida en tanto
ostenta un claro interés legítimo en requerir aquellas medidas que el Juez, en definitiva,
estime prudente adoptar conducentes al aseguramiento del mejor orden procesal y a los fines
de resguardar los bienes del sucesorio.

Como afirma Medina: “Efectos de la acción de nulidad antes de la sentencia.


Habiéndose intentado la nulidad del testamento, no basta la mera impugnación del
instrumento para destruir la fe que el mismo hace, sino que ésta subsiste hasta el momento en
que mediando sentencia firme, se declare judicialmente la falsedad. Ello, sin perjuicio de las
medidas que el juez estime prudente adoptar, conducentes al aseguramiento del mejor orden
procesal y a los efectos que ocasiona, a su tiempo y en su caso, la declaración de invalidez.”
(Nulidad de Testamento, Ediciones Ciudad Argentina, 1996, pág. 294).

En cuanto al resto del memorial se anticipa que el mismo no merece atención


en lo que se refiere a las razones que fundan la destitución, aspecto al que este tribunal no ha
de abocarse en tanto omite crítica alguna al argumento esencial brindado por el a quo para
fundarlo (arts. 260/261 CPC).
En efecto, afirma el a quo: “del análisis del proceso sucesorio, como asimismo
de las constancias de la nulidad de testamento articulada, que tengo ante mi vista, se constata
la falta o mal desempeño en su labor por el lapso de 4 años –dato que no puede pasar
desapercibido-, conducta que ha sido contraria a los intereses del sucesorio, la que reviste el
carácter de grave según mi criterio. Recordemos que el bien más importante del acervo
hereditario lo constituye una fracción de campo de 205,26 hectáreas de superficie neta total
agrícola (fs. 314 vta.), detallando el ingeniero agrónomo que el rinde promedio de soja para un
campo de estas características es de 1.715 kilos por hectárea. Es decir, el albacea no cuidó el
acervo hereditario, más bien hizo todo lo contrario. Ello fulmina cualquier intento de
justificación del Dr. Ríos respecto de su función de albacea testamentario.”

Por otra parte el recurrente insiste en negar su condición de administrador


desoyendo de modo palmario lo ya considerado por este tribunal en la resolución de fs.
362/365 de los autos “D., M. S. c/S., M.y otro/a s/Nulidad de testamento.”, que se tienen a la
vista, respecto de los alcances de su función y conforme lo prescripto en el art. 2529 del CCyC.

Y es en ese orden que como refiere la cita de la Dra. Medina no puede privarse
al juez del sucesorio el dictado “de las medidas que el juez estime prudente adoptar
conducentes al aseguramiento del mejor orden y, desde luego, de los efectos que ocasione, a
su tiempo y en su caso, la declaración de invalidez.” (CNCiv., sala D, mayo 20-1981, “Dufour de
Busco, María E., suc.”, El Derecho (t. 96), pág. 549 y sgtes.).

En síntesis, más allá del acierto de la resolución dictada, el único agravio que
porta el memorial, conforme se considerara precedentemente, no lleva sino a confirmar la
resolución apelada, y aún cuando otra hubiera podido ser la solución del caso (arts. 2529, 2531
del CCyC y 260/261 CPC), con costas (art. 69 CPC).

Por las consideraciones expuestas a la cuestión planteada voto por la


AFIRMATIVA.

A la misma cuestión planteada el señor juez Doctor Loiza votó en igual sentido
por análogos fundamentos.

A LA SEGUNDA CUESTION PLANTEADA EL SEÑOR JUEZ DOCTOR CAPALBO DIJO:

Corresponde confirmar la sentencia de fs. 75/76vta., con costas (art. 69 CPC),


difiriéndose la regulación de honorarios para su oportunidad (art. 31 dec. Ley 8904/77).

ASI LO VOTO.

A la misma cuestión planteada el señor Juez doctor Loiza votó en igual sentido
por los mismos fundamentos.

Con lo que terminó el acuerdo dictándose la siguiente:

SENTENCIA

Necochea, de octubre de 2016.-

VISTOS Y CONSIDERANDO: Por los fundamentos expuestos en el precedente acuerdo


se confirma la sentencia de fs. 75/76vta., con costas (art. 69 CPC), difiérese la regulación de
honorarios para su oportunidad (art. 31 dec. Ley 8904/77). Devuelvanse juntamente con los
principales D. M.S. s/Sucesión Ab-Intestato" Expte. 39407 en un cuerpo y 56 fojas y "D. M. S. y
c/S. M. y otro/a s/Nulidad de Testamento" en II cuerpos y 379 fojas. Notifíquese
personalmente o por cédula (art. 135 CPC). (arts. 47/8 ley 5827). Devuélvase.

Dr. Fabián M. Loiza Dr. Oscar A. Capalbo

Juez de Cámara Juez de Cámara

Angel Pablo M. Gómez

Auxiliar Letrado

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