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Tutela Mosquera Guerra

El documento describe una acción de tutela presentada por Alix Yolanda Mosquera Guerra contra la Dirección de Sanidad Militar. Mosquera Guerra padece de obesidad grado III y necesita una cirugía bariátrica urgente, pero no puede pagarla. A pesar de tener una orden médica, la Dirección de Sanidad Militar no le ha cubierto el procedimiento, poniendo en riesgo su vida y salud. El documento analiza la jurisprudencia sobre el derecho fundamental a la salud y cómo este debe ser garantizado de manera especial para
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Tutela Mosquera Guerra

El documento describe una acción de tutela presentada por Alix Yolanda Mosquera Guerra contra la Dirección de Sanidad Militar. Mosquera Guerra padece de obesidad grado III y necesita una cirugía bariátrica urgente, pero no puede pagarla. A pesar de tener una orden médica, la Dirección de Sanidad Militar no le ha cubierto el procedimiento, poniendo en riesgo su vida y salud. El documento analiza la jurisprudencia sobre el derecho fundamental a la salud y cómo este debe ser garantizado de manera especial para
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Bogotá D.C.

Señor:
JUEZ PENAL MUNICIPAL DE MANIZALEZ (REPARTO)
E. S. D.

Referencia: ACCIÓN DE TUTELA


ACCIONANTE: ALIX YOLANDA MOSQUERA GUERRA
ACCIONADO: DIRECCION DE SANIDAD MILITAR

I. ASUNTO

ALIX YOLANDA MOSQUERA GUERRA, mayor de edad, vecina de la ciudad de


Bogotá D.C., identificada con la Cedula de Ciudadanía No. 1065574948 actuando
en nombre propio, ante usted, respetuosamente promuevo ACCIÓN DE TUTELA
contra la Dirección de Sanidad Militar, por la vulneración a los derechos
fundamentales a la vida en conexidad con el derecho a la salud y a la seguridad
social.

II. HECHOS

1. Actualmente presento diagnostico con Obesidad Grado III o morbida con


francas indicaciones de cirugía bariátrica para evitar complicaciones de alto
riesgo en mi salud.

2. Como consecuencia de lo anterior en el Centro Médico Preferencial del


Hospital de Caldas me ordenaron la realización de cirugía bariátrica tipo
bypass gástrico para el día 14 de julio de 2022.

3. A pesar de tener esta orden médica de cirugía, y ante los altos costos que
esto implica me es imposible económicamente practicarme esta cirugía que
debería ser cubierta por la accionada, lo cual pone en alto riesgo mi salud y
mi vida.

III. DERECHOS FUNDAMENTALES VULNERADOS

Como se puede observar en los hechos sustento de esta acción Constitucional, la


EPS Sanitas con las demoras en la programación de mis citas de terapias le causa
un grave perjuicio en su vida y en su salud vulnerándose así mis derechos
fundamentales.

En la Constitución Política de 1991, el derecho a la salud ocupa un lugar de gran


relevancia al ser punto de referencia en varias disposiciones normativas. Así en el
artículo 44, se le menciona como parte del derecho fundamental de los niños; en el
artículo 48, se le hace alusión dentro de la seguridad social como un servicio público
de carácter obligatorio e irrenunciable a cargo del Estado; o en el artículo 49, cuando
se indica que la atención en salud y el saneamiento ambiental son servicios que el
Estado debe garantizar a todas las personas, a través del acceso a los servicios de
promoción, prevención y recuperación de la salud .

3.2. Así, con la Ley 100 de 1993, que estructuró el SGSSS y reguló el servicio
público de salud, se estableció un acceso igualitario a la población en general al
implementar al margen del régimen contributivo, un régimen subsidiado para las
personas que no contaban con la posibilidad de gozar de este tipo de servicios . En
la búsqueda de éste objetivo, la Ley 1122 de 2007 y la Ley 1438 de 2011 han
efectuado ajustes “encaminados a fortalecer el Sistema de Salud a través de un
modelo de atención primaria en salud y del mejoramiento en la prestación de los
servicios sanitarios a los usuarios . Actualmente la Ley 1751 de 2015, Estatutaria
de Salud, no deja dudas del rango fundamental del derecho a la salud y continúa
con la optimización de dichos cambios estructurales” .

3.3. Respecto de la salvaguarda del derecho a la salud, la jurisprudencia


constitucional en diferentes momentos ha cumplido con el deber de garantizarlo;
para sus inicios (años 1992 y 2003 ) se utilizaba la figura de la conexidad a un
derecho fundamental (vida, dignidad humana, integridad física, etc.) en pro de que
prosperara la protección a través de la acción de tutela, ya que por la ubicación
dentro del texto de la Carta Política se le dio a la salud una connotación prestacional
al encontrarse en el capítulo de los derechos económicos sociales y culturales
(DESC) .

3.4. Con posterioridad, el derecho a la salud fue adquiriendo una identidad propia
cuando se estaba en presencia de un riesgo en la población vulnerable, identificada
con el status de sujetos de especial protección constitucional. Tal era el caso de los
menores de edad, las mujeres embarazadas, las personas de la tercera edad, los
enfermos del VIH, entre otros.

En relación con la protección de los derechos de los menores de edad, la sentencia


T-282 de 2008 se pronunció de la siguiente manera:

“Los menores son sujetos de especial protección constitucional por expreso


mandato constitucional. Debido a que tal condición implica el reconocimiento de su
situación de extrema vulnerabilidad, el Estado tiene la obligación de brindarles
protección y asistencia, así como de garantizar de manera reforzada las condiciones
necesarias para el pleno ejercicio de todos sus derechos”.

En tanto, que en el caso de los adultos mayores, la sentencia T-111 de 2003


estableció que:

“La protección de las personas de la tercera edad tiene un carácter reforzado dentro
del Estado social de derecho. Uno de los ámbitos en el cual se manifiesta este
tratamiento preferencial es en la salud.

Es tal la vulnerabilidad y desprotección de este grupo poblacional que, en algunas


ocasiones, la jurisprudencia de esta Corporación ha llegado a considerar la salud
de las personas de la tercera edad como derecho fundamental autónomo” (n.f.d.t.).

3.5. Con posterioridad, los primeros antecedentes del carácter autónomo del
derecho a la salud, se dieron con la sentencia T-307 de 2006 , cuando se protegió
el derecho a la salud de un menor de edad con una deformidad en sus orejas,
enfermedad que afectaba su esfera psíquica; postura que tomo una mayor fuerza
con la sentencia T-760 de 2008 , la cual hizo evidente graves falencias dentro del
sistema de salud, por lo cual profirió una serie de órdenes a diferentes entidades,
en aras de brindar una real y efectiva protección de todos los usuarios .
Existe un aspecto a tener en cuenta de la providencia hito, por cuanto se abordó el
estudio del derecho fundamental a partir de una definición amplia, entendiendo la
salud como:

“Un estado variable, susceptible de afectaciones múltiples, que inciden en mayor o


menor medida en la vida del individuo. La ‘salud’, por tanto, no es una condición de
la persona que se tiene o no se tiene. Se trata de una cuestión de grado, que ha de
ser valorada específicamente en cada caso. Así pues, la salud no sólo consiste en
la ‘ausencia de afecciones y enfermedades’ en una persona. (…) Es ‘un estado
completo de bienestar físico, mental y social’ dentro del nivel posible de salud para
una persona”.

3.6. No obstante, hoy la salud al ser un derecho fundamental plenamente autónomo,


todavía conserva un vínculo cercano con el derecho a la dignidad humana y con el
de otros derechos de índole constitucional; en este sentido, la sentencia T-014 de
2017 expresó:

“Así las cosas, el derecho a la seguridad social en salud, dada su inexorable relación
con el principio de dignidad humana, tiene el carácter de derecho fundamental,
pudiendo ser objeto de protección judicial, por vía de la acción de tutela, en relación
con los contenidos del PBS que han sido definidos por las autoridades competentes
y, excepcionalmente, cuando la falta de dichos contenidos afecta la dignidad
humana y la calidad de vida de quien demanda el servicio de salud”.

3.7. Por último, vista la autonomía del derecho a la salud con la actual legislación,
artículo 2º de la Ley Estatutaria 1751 de 2015, el cual fue estudiado previamente en
sede de constitucionalidad en la sentencia C-313 de 2014 se tiene que:

“El derecho fundamental a la salud es autónomo e irrenunciable, tanto en lo


individual como en lo colectivo. En segundo lugar, manifiesta que comprende los
servicios de salud de manera oportuna, eficaz y con calidad para la preservación, el
mejoramiento y la promoción de la salud. En tercer lugar, radica en cabeza del
Estado el deber de adoptar políticas que aseguren la igualdad de trato y
oportunidades en el acceso a las actividades de promoción, prevención,
diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y paliación para todas las personas.
Finalmente, advierte que la prestación de este servicio público esencial obligatorio,
se ejecuta bajo la indelegable dirección, supervisión, organización, regulación,
coordinación y control del Estado”.

3.8. En consecuencia, es innegable la protección reforzada que debe brindar el


Estado a los adultos mayores y a los menores de edad, que como población en
circunstancias de debilidad manifiesta merecen todas las garantías
constitucionales; puesto que en ellos, el derecho a la salud reviste una mayor
importancia, por la misma situación de indefensión en las que se encuentran .

3.8.1. En jurisprudencia reciente, frente a la protección de los adultos mayores, la


Corte Constitucional afirmó que:

“es innegable que las personas de la tercera edad tienen derecho a una protección
reforzada en salud, en atención a su condición de debilidad manifiesta y por el hecho
de ostentar -desde el punto de vista constitucional- el rol de sujeto privilegiado. Por
lo tanto, y a efectos de materializar a su favor los mandatos del Estado Social de
Derecho, es necesario que se les garantice la prestación continua, permanente y
eficiente de los servicios en salud que requieran” .

3.8.2. En igual sentido, respecto de la garantía dada a los menores de edad, en la


actualidad, ésta Corporación ha sostenido que:

“Cualquier afectación a la salud de los menores reviste una mayor gravedad, pues
compromete su adecuado desarrollo físico e intelectual. En palabras de la Corte:
“En una aplicación garantista de la Constitución, y de los distintos instrumentos que
integran el Bloque de Constitucionalidad. La jurisprudencia ha señalado que el
derecho a la salud de los niños, niñas y adolescentes debe ser garantizado de
manera inmediata, prioritaria, preferente y expedita, sin obstáculos de tipo legal o
económico que dificulten su acceso efectivo al Sistema de Seguridad Social en
Salud” .

Como lo ha reiterado esta Corporación, en diferentes sentencias, “el derecho a la


salud es un derecho fundamental y autónomo para toda la población” 1, y es por la
misma razón que la jurisprudencia de esta Corte ha señalado pacíficamente que
cuando está en juego el derecho a la salud de un usuario, procede su protección
constitucional, aun tratándose de un servicio médico excluido del POS,
prescindiendo incluso de las disposiciones legales o reglamentarias que definen los
contenidos fijos de los planes de beneficios.

Uno de los signos más notables del Estado Social de Derecho (artículo 1° superior)
se relaciona con el compromiso asumido por la organización estatal consistente en
brindar protección a los derechos económicos, sociales y culturales. Como ha sido
señalado de manera abundante en la jurisprudencia de esta Corporación, por medio
de estas garantías se materializa el propósito que animó el tránsito del Estado de
Derecho, anclado en una concepción puramente formal de las libertades, hacia este
nuevo modelo en el cual se reconoce el trasfondo económico y social que subyace
la totalidad de las relaciones presentes en el ordenamiento, del cual depende, en
último término, la posibilidad real de goce de tales libertades.

5.- En tal sentido, el objetivo al cual se hace alusión con la cláusula Estado social
de derecho consiste en ofrecer un acceso material al conjunto de derechos
reconocidos en los textos constitucionales, pues por motivo de la profunda escisión
entre economía y derecho –la cual había sido concebida como la fórmula ideal para
la realización de las libertades de las personas, se hizo evidente la necesidad de
enmendar las rupturas del tejido social que habían surgido como consecuencia de
la liberalización total del mercado que, a su vez, había apartado a buena parte de
la población de la oportunidad de ejercer sus libertades fundamentales. El Estado
Social de Derecho emerge, entonces, como el resultado de una acentuada
reformulación de los instrumentos para la consecución de la libertad y, hasta cierto
punto, de una nueva reflexión acerca del concepto mismo de libertad que pretende
ser amparada en las democracias constitucionales.

6.- En este contexto, los derechos sociales, económicos y culturales adquieren una
innegable importancia como condición, en la mayoría de los casos insustituible, para
la efectiva puesta en vigencia de las libertades, motivo por el cual la realización de
los supuestos que los hagan posible constituye uno de los asuntos más relevantes

1
Sentencias T-760 de 2008, T- 209 de 2013, T- 447 de 2014.
que deben ser atendidos no sólo por el Estado, sino por la sociedad en conjunto.

7.- El texto constitucional colombiano da fe de la enorme importancia que adquieren


los derechos económicos, sociales y culturales – tales como el derecho a la salud,
a la educación, a la alimentación, a la vivienda, al reconocimiento y protección de la
diversidad étnica y cultural -. Así, por ejemplo, en relación con la salud el artículo 49
de la Constitución Nacional le asigna una doble connotación –derecho
constitucional fundamental y servicio público2-. En tal sentido, todas las personas
deben poder acceder al servicio de salud y al Estado le corresponde organizar,
dirigir, reglamentar y garantizar su prestación de conformidad con los principios de
eficiencia, universalidad y solidaridad3.

8.- En este orden, el artículo 49 de la Constitución Nacional dispone que le


"[c]orresponde al Estado organizar, dirigir y reglamentar la prestación del servicio
de salud a los habitantes [y] (...) establecer las políticas de prestación de servicio de
salud por entidades privadas y ejercer su vigilancia y control." Esta facultad que la
Constitución le otorga de manera amplia a las instituciones estatales y a los
particulares comprometidos con la garantía de prestación del servicio público de
salud está conectada con la realización misma del Estado Social de Derecho y con
los propósitos derivados del artículo 2º de la Constitución4.

9.- Inicialmente, la jurisprudencia constitucional aplicó la distinción doctrinal de


conformidad con la cual al ser de contenido prestacional y al formar parte de los
denominados derechos de segunda generación, esto es, de los derechos sociales
económicos y culturales, la salud no era un derecho constitucional fundamental y,
por consiguiente, no podía ser protegido ese derecho por vía de tutela. Pronto la
Corte varió su jurisprudencia y amplío los alcances del derecho a la salud.

Con apoyo en este nuevo horizonte de comprensión, admitió que en aquellos


eventos en los cuales la no protección del derecho a la salud implicara, a su vez,
desconocer el derecho a la vida o a la dignidad humana, entonces, el derecho a la
salud podía ser amparado acudiendo, para tales efectos, a la acción de tutela. Más
adelante, sostuvo la jurisprudencia constitucional que existían situaciones como
aquella en la que se encuentran las niñas y los niños, cuyos derechos por orden del
artículo 44 superior merecen una protección especial y en las que se hallan algunas
personas por motivo de sus limitaciones físicas, psíquicas, sensoriales o
económicas (artículo 13 superior) – en las que el derecho a la salud se tornaba
autónomo y podía ser protegido acudiendo a la tutela. Empero, tales matizaciones

2
En relación con el derecho a la salud, esta Corporación ha señalado que este es un derecho
fundamental de tipo asistencial, porque requiere para su efectividad de normas presupuéstales,
procedimentales y de organización que hagan viable su eficacia en la práctica. Ver sentencia T-544
de 2002 y T-304 de 2005, entre otras.
3
Al respecto, consultar sentencias C-577 de 1995 y C-1204 de 2000.
4 “Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y

garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución;


facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política,
administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad
territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo. / Las autoridades de la
República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida,
honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los
deberes sociales del Estado y de los particulares.”
dejaron en parte sin resolver el interrogante sobre el eventual carácter
iusfundamental que el derecho a la salud puede revestir.

10.- Como ocurre con el conjunto de derechos económicos, sociales y culturales,


en contra de dicho reconocimiento se suelen oponer razones de diferente índole
que, en últimas, apuntan en especial al elemento prestacional que los distingue
como el obstáculo más importante para su estructuración como derechos
fundamentales amparables por vía de tutela. Con el propósito de analizar la validez
de tales argumentos, la Sala encuentra preciso realizar un breve examen del
mencionado enfoque.

11.- En primer lugar, con fundamento en la clasificación ampliamente difundida por


la doctrina y por la jurisprudencia, según la cual el proceso histórico que permitió la
consolidación de los derechos humanos enseña una categorización de éstos en
concordancia con las demandas exigibles, se ha sostenido que el derecho a la salud
no contiene una pretensión de contenido fundamental en la medida en que éste
hace parte de los derechos de segunda generación, los cuales por su raigambre
puramente prestacional no son objeto de protección por vía de amparo. En armonía
con tal consideración, sólo aquellos derechos que en estricto sentido amparan la
libertad de las personas, mediante el establecimiento de esferas de
autodeterminación dentro de las cuales no es legítima la intervención del Estado ni
de terceros, son considerados verdaderos derechos fundamentales.

12.- La Corporación ha encontrado dos objeciones en relación con esta formulación,


las cuales se conectan entre sí: (i) en primer término, ha señalado la imprecisión de
esta categorización de los derechos fundamentales en la medida en que la
distinción por generaciones de dichas garantías sólo explica de manera rigurosa
tales derechos como producto histórico, sin ahondar de manera suficiente en la
manera en que éstos deben ser satisfechos, puesto que en ningún caso su
cumplimiento depende de la observación exclusiva de un deber, bien de abstención
o de prestación. En tal sentido, en sentencia T-557 de 2006 la Corte Constitucional
señaló cómo resulta preciso constatar “que esta distinción no deja de ser artificial
en muchos [aspectos], y desconoce pronunciamientos efectuados en el seno de la
comunidad internacional en el sentido que todos los derechos humanos, tanto
civiles y políticos como económicos sociales y culturales, son indivisibles e
interdependientes5”. (ii) En segundo lugar, sumado al elemento histórico aludido, se
observa que esta idea trae consigo una insostenible simplificación del contenido de
los derechos fundamentales pues su adopción supone aceptar que la totalidad de
las libertades clásicas se consiguen mediante mandatos de abstención; mientras
que las garantías sociales imponen en todos los casos deberes de prestación. Al
contrario, al examinar con detenimiento la estructura de los derechos fundamentales
se concluye que éstas son garantías de doble vía, dado que reclaman obligaciones
de ambos tipos.

Así ocurre, a manera de ejemplo, en el caso de los derechos políticos, los cuales a
pesar de encontrarse inscritos dentro de la categoría de los derechos de primera
generación –esto es, de abstención-, reclaman la más alta participación del Estado

5
[Cita del aparte trascrito] Cfr. Inter. Alia. Comité de Derechos Económicos sociales y culturales,
Observación General 2, Medidas internacionales de asistencia técnica, 1990. Párrafo 6; Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General 3, La índole de las obligaciones de
los Estados Partes, 1990, Párrafo 8.
mediante el establecimiento de la estructura organizacional y electoral que los hace
posibles. A su vez, el derecho a la conservación de la identidad cultural indígena 6 –
derecho cultural de tercera generación- impone al Estado el despliegue de un
conjunto de actividades y la adopción de un grupo de medidas para procurar su
garantía eficaz en la práctica. Por las razones anotadas, tal diferenciación entre
derechos de abstención –de primera generación- y derechos prestacionales –de
segunda generación- como criterio de reconocimiento de los derechos
fundamentales, no constituye un elemento válido para negar de manera terminante
el carácter fundamental a los derechos sociales y de manera específica al derecho
a la salud.

13.- De otra parte, como se indicó atrás, son varios los instrumentos internacionales
que reconocen el derecho de las personas a la salud7. El artículo 25 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos afirma en su párrafo 1º que “toda
persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia
médica y los servicios sociales necesarios.”

El artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales


contiene, a su turno, una de las disposiciones más completas y exhaustivas sobre
el derecho a la salud. En su párrafo 1º determina que los Estados partes reconocen
“el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y
mental’, mientras que en el párrafo 2 del artículo 12 se indican, a título de ejemplo,
diversas ‘medidas que deberán adoptar los Estados Partes a fin de asegurar la
plena efectividad de este derecho.”

La Observación General 14 del Comité de Naciones Unidas sobre Derechos


Económicos, Sociales y Culturales con fundamento en la cual el Comité fijó el
sentido y los alcances de los derechos y obligaciones derivados del Pacto, recordó
que: “la salud es un derecho humano fundamental e indispensable para el ejercicio
de los demás derechos humanos. Todo ser humano tiene derecho al disfrute del
más alto nivel posible de salud que le permita vivir dignamente.” (Subrayas fuera de
texto)8.”

6
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo
7 El derecho a la salud se reconoce en el inciso iv) del apartado e) del artículo 5 de la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, de 1965; en el
apartado f) del párrafo 1 del artículo 11 y el artículo 12 de la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, de 1979; así como en el artículo 24 de la
Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989. Varios instrumentos regionales de derechos
humanos, como la Carta Social Europea de 1961 en su forma revisada (art. 11), la Carta Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos, de 1981 (art. 16), y el Protocolo adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de
1988 (art. 10), también reconocen el derecho a la salud. Análogamente, el derecho a la salud ha sido
proclamado por la Comisión de Derechos Humanos, así como también en la Declaración y Programa
de Acción de Viena de 1993 y en otros instrumentos internacionales.”
8
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, Observación General
14, (artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), (22º período
de sesiones, 2000), U.N. Doc. E/C.12/2000/4 (2000).
La Observación 14 del Comité enfatizó, de otro lado, la necesidad de realizar una
interpretación amplia del concepto de salud contenida en el párrafo 1º, artículo 12
del Pacto sobre Derechos Sociales, Económicos y Culturales. Recomendó el
Comité prestar atención al precepto contenido en el párrafo segundo del mismo
artículo pues sólo de ese modo era posible reconocer que: “la salud abarca una
amplia gama de factores socioeconómicos que promueven las condiciones merced
a las cuales las personas pueden llevar una vida sana, y hace ese derecho
extensivo a los factores determinantes básicos de la salud, como la alimentación y
la nutrición, la vivienda, el acceso a agua limpia potable y a condiciones sanitarias
adecuadas, condiciones de trabajo seguras y sanas y un medio ambiente sano 9.”
Mediante la Observación General 14, el Comité de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales destacó, por lo demás, que el derecho a la salud supone la existencia
de cuatro elementos sin la presencia de los cuales no podría sostenerse que se está

9
Ibíd.
garantizando la efectividad del derecho a la salud. Estos elementos son:
disponibilidad10, accesibilidad11, aceptabilidad12 y calidad13.

10 Esto es, la presencia del “número suficiente de establecimientos, bienes y servicios públicos de
salud y centros de atención de la salud, así como de programas.” El Comité admite que la naturaleza
misma de estos establecimientos, bienes y servicios puede estar determinada por diferentes
factores dentro de los cuales se cuenta también el nivel de desarrollo del Estado Parte. Subraya, sin
embargo, cuáles son los servicios básicos de salud que deben ser incluidos con independencia de
ese nivel de desarrollo. Al respecto, indica lo siguiente: “[c]on todo, esos servicios incluirán los
factores determinantes básicos de la salud, como agua limpia potable y condiciones sanitarias
adecuadas, hospitales, clínicas y demás establecimientos relacionados con la salud, personal médico
y profesional capacitado y bien remunerado habida cuenta de las condiciones que existen en el país,
así como los medicamentos esenciales definidos en el Programa de Acción sobre medicamentos
esenciales de la OMS.” Ibíd.

11 Es decir, que las personas puedan ingresar a los establecimientos de salud y hacer uso efectivo de
los bienes y servicios de salud sin que se presente ningún tipo de discriminación. A juicio del Comité,
lo anterior supone asegurar, de una parte, que los sectores más vulnerables y marginados de la
población no sean discriminados respecto de su posibilidad de hacer uso de los establecimientos,
bienes y servicios de salud. Toda suerte de discriminación – sea ella de género, origen, raza o
condición social, cultural o económica – queda terminantemente prohibida. En opinión del Comité,
la accesibilidad implica, de otra parte, garantizar el acceso físico en el sentido de procurar las
condiciones para que los establecimientos, bienes y servicios de salud estén al alcance de todas las
personas con independencia del lugar geográfico que habiten. Con ello se trata de proteger de
manera especial a sectores vulnerables o marginados tales como “las minorías étnicas y poblaciones
indígenas, las mujeres, los niños [y las niñas], [las y] los adolescentes, las personas mayores, las
personas con discapacidades y las personas con VIH/SIDA. La accesibilidad también implica que los
servicios médicos y los factores determinantes básicos de la salud, como el agua limpia potable y
los servicios sanitarios adecuados, se encuentran a una distancia geográfica razonable, incluso en lo
que se refiere a las zonas rurales. Además, la accesibilidad comprende el acceso adecuado a los
edificios para las personas con discapacidades.” La accesibilidad conlleva asimismo a establecer
condiciones por medio de las cuales se haga factible el acceso a la salud de quienes carecen de los
suficientes recursos económicos para tales efectos. Así,“los establecimientos, bienes y servicios de
salud deberán estar al alcance de todos. Los pagos por servicios de atención de la salud y servicios
relacionados con los factores determinantes básicos de la salud deberán basarse en el principio de
la equidad, a fin de asegurar que esos servicios, sean públicos o privados, estén al alcance de todos,
incluidos los grupos socialmente desfavorecidos. La equidad exige que sobre los hogares más pobres
no recaiga una carga desproporcionada, en lo que se refiere a los gastos de salud, en comparación
con los hogares más ricos.” (Subrayas fuera del texto original).La accesibilidad comporta, del mismo
modo, el derecho a estar informados en forma suficiente sobre los establecimientos, bienes y
servicios de salud y, en tal sentido, a “solicitar, recibir y difundir información e ideas acerca de las
cuestiones relacionadas con la salud. Con todo, el acceso a la información no debe menoscabar el
derecho de que los datos personales relativos a la salud sean tratados con confidencialidad.” Ibíd.

12Este requisito se cumple, según el Comité, cuando los establecimientos actúan y los bienes y
servicios se prestan de manera que se asegure el respeto por la ética médica y por las diferencias
culturales, esto es, cuando se obre bajo cánones “respetuosos de la cultura de las personas, las
minorías, los pueblos y las comunidades, a la par que sensibles a los requisitos del género y el ciclo
de vida,” y se conciban los servicios de tal modo que garanticen, en forma simultánea, el respeto
por el principio de confidencialidad.
14.- Según lo establecido en el Pacto sobre Derechos Sociales, Económicos y
Culturales la salud es, pues, un derecho fundamental que envuelve – como sucede
también con todos los demás derechos fundamentales -, prestaciones de orden
económico orientadas a garantizar de modo efectivo la eficacia de estos derechos
en la práctica. A ese respecto es muy clara la Observación 14 cuando admite que
el Pacto “establece la aplicación progresiva y reconoce los obstáculos que
representan los limitados recursos disponibles.” Lo anterior no significa, sin
embargo, que la salud deje de ser un derecho fundamental. Justamente en este
sentido, agrega la Observación General 14, el Pacto también impone a los Estados
Partes diversas obligaciones de efecto inmediato.

15.- En este punto emerge con claridad el reconocimiento de la salud como derecho
fundamental, en la medida en que implica un compromiso orientado a cumplir con
un conjunto de prestaciones específicas que pueden ser amparadas por vía de
tutela. Dichos niveles básicos, toda vez que comprometen la dignidad del ser
humano, no pueden ser concebidos como el resultado baldío de postulados
programáticos carentes de significado jurídico, pues en realidad resumen una
obligación impostergable que se enmarca en un ordenamiento constitucional
encaminado a brindarle a la salud un lugar preponderante dentro de los valores
defendidos por la Norma de Normas.

Justo en la dirección indicada con antelación, la Corte Constitucional ha acentuado


en jurisprudencia reciente que la salud es un derecho constitucional fundamental14
y le corresponde al Estado, tanto como a los particulares comprometidos con la
prestación del servicio público de salud, desplegar un conjunto de tareas,
actividades o actuaciones encaminadas a garantizar el debido amparo de este
derecho cuyo contenido ha sido paulatinamente precisado por la jurisprudencia
constitucional, como tendrá la Sala ocasión de indicar más adelante.

16.- Ahora bien, ha acentuado la Corporación asimismo que la salud no es un


derecho amparable prima facie por vía de tutela. La garantía de este derecho implica
el reconocimiento de que su faceta prestacional obliga al Estado a racionalizar la
asignación de inversión suficiente para que su garantía tenga un alcance integral,
frente a la necesidad de sostenimiento que tiene también el amparo de otros
derechos. Y esto dentro de un contexto de recursos escasos como el colombiano.

De otra parte, al igual que numerosos enunciados normativos de derechos


constitucionales, el derecho constitucional a la salud tiene la estructura normativa
de principio - mandato de optimización – y supone, en esa medida, una doble
indeterminación, normativa y estructural, la cual debe ser precisada por quien ejerce
la tarea de interpretación, verbigracia, mediante la determinación de las
prestaciones que lo definen. En este contexto, es preciso tanto racionalizar su

13 De conformidad con lo establecido por el Comité en la Observación General 14, los


establecimientos, bienes y servicios de salud no sólo han de ser aceptables, mirados desde un
enfoque cultural, sino “también apropiados desde el punto de vista científico y médico y ser de
buena calidad. Ello requiere, entre otras cosas, personal médico capacitado, medicamentos y
equipo hospitalario científicamente aprobados y en buen estado, agua limpia potable y condiciones
sanitarias adecuadas.” (Subrayas fuera del texto original).Ibíd.
14
Consultar entre otras, Corte Constitucional. Sentencia T-016 de 2007; T-173 de 2008; T-60 de
2008.
prestación satisfactoria a cargo de los recursos que conforman el sistema de salud
en Colombia, como determinar en qué casos su protección es viable mediante
tutela.

17.- En esa misma línea argumentativa, la protección del derecho constitucional


fundamental a la salud está prima facie en cabeza del Legislador y de la
Administración mediante la adopción de políticas así como de un conjunto de
medidas, actuaciones o actividades orientadas a garantizar la debida y efectiva
protección de este derecho. Ahora bien, la jurisprudencia de la Corte Constitucional
ha establecido que el amparo por vía de tutela del derecho constitucional
fundamental a la salud procede cuando se trata de: (i) falta de reconocimiento de
prestaciones incluidas en los planes obligatorios, siempre que su negativa no se
haya fundamentado en un criterio estrictamente médico y, (ii) falta de
reconocimiento de prestaciones excluidas de los planes obligatorios, en situaciones
en que pese a la necesidad de garantizarlas de manera urgente, las personas no
acceden a ellas a causa de la incapacidad económica para asumirlas. En estos
eventos, el contenido del derecho a la salud no puede ser identificado con las
prestaciones de los planes obligatorios.

18.- A su turno, la urgencia de la protección del derecho a la salud se puede dar en


razón a que o bien se trata de un sujeto que merece especial protección
constitucional (niños y niñas, población carcelaria, adultos mayores, personas que
padecen enfermedades catastróficas, entre otros), o bien se trata de una
situación en la que se puedan presentar argumentos válidos y de suficiente
relevancia constitucional, que permitan concluir cómo la falta de garantía del
derecho a la salud implica un desmedro o amenaza de otros derechos
fundamentales de la persona, o un evento manifiestamente contrario a lo que ha de
ser la protección del derecho constitucional a la salud dentro de un Estado Social y
Constitucional de Derecho. Así, el derecho a la salud debe ser amparado en sede
de tutela cuando se verifiquen los criterios mencionados con antelación.

19.- No resulta pues razón suficiente, en caso de presentarse las situaciones


descritas, que a las personas se les prive de reclamar y, de esta suerte, se les
impida acceder a prestaciones excluidas de los planes obligatorios por el sólo hecho
de no tener cómo asumir su costo. De un lado, esta Corporación ha definido el
principio de justicia que procura que los servicios de la medicina se brinden en la
sociedad equitativamente entre la población, “… que es una expresión específica
del derecho de igualdad en el campo de la salud (C. N. arts 13 y 49)” 15. De otro, el
inciso final del artículo 13 de la Constitución de 1991, establece una clara obligación
en cabeza del Estado de proteger especialmente a personas en condiciones
desfavorables, incluso de índole económica. Y, la protección que el juez de tutela
brinda en estos casos, no es más que el cumplimiento de dicha obligación.

20.- En este lugar resulta preciso advertir, de nuevo, que así como ocurre con la
totalidad de los derechos fundamentales, el derecho a la salud se encuentra
vinculado con otras garantías en virtud del nexo profundo que comparten estas
libertades, el cual les comunica el norte ideológico que comparten, que no es otro
distinto, a obtener la cabal realización del principio de dignidad humana. De este
modo, el derecho a la salud guarda una estrecha relación con los derechos

15
Corte Constitucional. Sentencia. SU-337 de 1999.
fundamentales a la integridad personal y a la vida en condiciones de calidad y
de dignidad, entre otros. Puestas así las cosas, es necesario resaltar que dicha
relación de articulación tan sólo indica la unidad de propósito que recorre el conjunto
de derechos reunidos bajo el signo de los derechos fundamentales. Lo anterior
significa que la alteración de una determinada garantía –en este caso, el derecho a
la salud- de manera ineluctable concluye en la afectación de otros derechos que la
rodean.

21.- Por tal razón, en todos los casos se presenta una relación de conexidad con
derechos de diferente orden, tal como se hace evidente al suponer una violación
cualquiera de un derecho fundamental específico, en cuyo caso se observa que, sin
importar la garantía particular en la cual se piense, tal infracción coincide con una
vulneración del derecho a la dignidad humana –Vgr. Libertad de locomoción –
dignidad humana; derecho a la educación – dignidad humana; derecho al debido
proceso – dignidad humana. La anterior consideración pone de presente en el caso
particular del derecho bajo estudio que el carácter fundamental del derecho a la
salud no puede depender de una alegada relación de conexidad con otros derechos
fundamentales pues dicha exigencia trae consigo dos proposiciones que suscitan
serios reparos: (i) en primer lugar, por esta vía se niega la naturaleza
iusfundamental del derecho a la salud, en la medida en que se demanda la
acreditación de un vínculo con un derecho del cual sí se pueda predicar
efectivamente tal carácter; (ii) en segundo término, como ha sido señalado en esta
providencia, en cierta medida tal requisito es un contrasentido dado que una
vulneración de un derecho fundamental –cualquiera sea éste- en todos los casos
trae consigo la alteración de otras garantías, por lo que en estos eventos siempre
se presenta una relación de conexidad.

22.- Esclarecida esta cuestión inicial sobre la cual se apoyan las consideraciones
restantes, esta Sala se aparta de la línea jurisprudencial según la cual el derecho a
la salud no es derecho fundamental sino bajo ciertas circunstancias en las que, bien
sea por motivo del sujeto de quien se predica – niños y niñas, adultos mayores - o
en virtud de la conexidad con otro derecho o con la dignidad humana, el derecho a
la salud se torna fundamental16..De acuerdo con la línea de pensamiento expuesta
y que acoge la Sala en la presente sentencia, la fundamentabilidad de los derechos
no depende – ni puede depender – de la manera como estos derechos se hacen
efectivos en la práctica. Los derechos todos son fundamentales pues se conectan
de manera directa con los valores que las y los Constituyentes quisieron elevar
democráticamente a la categoría de bienes especialmente protegidos por la
Constitución. Estos valores consignados en normas jurídicas con efectos

16En reiterado número de veces la Corte Constitucional ha estimado que “el derecho a la salud, si
bien [es] un derecho prestacional, adquiría el carácter de derecho fundamental [en el evento en que
estuviera] en conexión inescindible con el derecho a la vida o a la vida en condiciones dignas. Así,
cuando la insatisfacción del derecho a la salud [comprometía] la vida misma de su titular, o su vida
en condiciones dignas, la acción de tutela [era] el mecanismo idóneo de protección. Pero,
adicionalmente, la jurisprudencia ha estimado que el derecho a la salud adquiere una connotación
especial cuando su titular es una persona de la tercera edad, circunstancia que refuerza el que su
protección proceda mediante la acción de tutela. Cfr. Corte Constitucional. Sentencia T-1016 de
2005. En esa misma dirección, consultar, entre muchas otras, las sentencias SU-111 de 1997 y SU-
225 de 1998 así como la T-958 de 2001.
vinculantes marcan las fronteras materiales más allá de las cuales no puede ir la
acción estatal sin incurrir en una actuación arbitraria (obligaciones estatales de
orden negativo o de abstención). Significan, de modo simultáneo, admitir que en el
Estado social y democrático de derecho, no todas las personas gozan de las
mismas oportunidades ni disponen de los medios – económicos y educativos -
indispensables que les permitan elegir con libertad aquello que tienen razones para
valorar. De ahí el matiz activo del papel del Estado en la consecución de un mayor
grado de libertad, en especial, a favor de aquellas personas ubicadas en un
situación de desventaja social, económica y educativa. Por ello, también la
necesidad de compensar los profundos desequilibrios en relación con las
condiciones de partida mediante una acción estatal eficaz (obligaciones estatales
de carácter positivo o de acción).

2.2.1.Los artículos 48 y 4917 de la Constitución Política de Colombia consagraron


el derecho a la salud, el cual fue entendido como el derecho de acceso al servicio
público y luego, conforme a lo establecido en el artículo 44 de la Constitución, se
consideró como un derecho fundamental para casos que estuvieran relacionados
con niños. Actualmente, la Corte Constitucional reconoce la salud como un derecho
fundamental autónomo de todos los ciudadanos. Dicha aseveración fue producto de
un largo desarrollo jurisprudencial, que se expondrá a continuación de forma
sucinta.

En primer lugar, en la sentencia T-406 de 1992 la Corte advirtió que los derechos
sociales, económicos y culturales podían concebirse como fundamentales cuando
tuvieran una relación de conexidad con alguno de los derechos de aplicación

17
Constitución Política de 1991: “Artículo 48. La Seguridad Social es un servicio público de
carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado, en
sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos que establezca
la Ley. Se garantiza a todos los habitantes el derecho irrenunciable a la Seguridad Social. El
Estado, con la participación de los particulares, ampliará progresivamente la cobertura de la
Seguridad Social que comprenderá la prestación de los servicios en la forma que determine la Ley.
La Seguridad Social podrá ser prestada por entidades públicas o privadas, de conformidad con la
ley. No se podrán destinar ni utilizar los recursos de las instituciones de la Seguridad Social para
fines diferentes a ella. La ley definirá los medios para que los recursos destinados a pensiones
mantengan su poder adquisitivo constante. (…)”.”Artículo 49. Modificado por el Acto Legislativo 2
de 2009 artículo 1°. El cual quedará así: La atención de la salud y el saneamiento ambiental son
servicios públicos a cargo del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de
promoción, protección y recuperación de la salud. Corresponde al Estado organizar, dirigir y
reglamentar la prestación de servicios de salud a los habitantes y de saneamiento ambiental
conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad. También, establecer las
políticas para la prestación de servicios de salud por entidades privadas, y ejercer su vigilancia y
control. Así mismo, establecer las competencias de la Nación, las entidades territoriales y los
particulares y determinar los aportes a su cargo en los términos y condiciones señalados en la ley.
Los servicios de salud se organizarán en forma descentralizada, por niveles de atención y con
participación de la comunidad. La ley señalará los términos en los cuales la atención básica para
todos los habitantes será gratuita y obligatoria. Toda persona tiene el deber de procurar el cuidado
integral de su salud y de su comunidad. El porte y el consumo de sustancias estupefacientes o
sicotrópicas está prohibido, salvo prescripción médica. Con fines preventivos y rehabilitadores la
ley establecerá medidas y tratamientos administrativos de orden pedagógico, profiláctico o
terapéutico para las personas que consuman dichas sustancias. El sometimiento a esas medidas y
tratamientos requiere el consentimiento informado del adicto. Así mismo, el Estado dedicará
especial atención al enfermo dependiente o adicto y a su familia para fortalecerla en valores y
principios que contribuyan a prevenir comportamientos que afecten el cuidado integral de la salud
de las personas y, por consiguiente, de la comunidad, y desarrollará en forma permanente
campañas de prevención contra el consumo de drogas o sustancias estupefacientes y en favor de la
recuperación de los adictos.”
inmediata y, por ende, su protección se viabilizaba a través de la acción de tutela.
En ese mismo sentido, se llegó a la conclusión de que la salud podía protegerse por
su conexidad con el derecho fundamental a la vida y la dignidad humana. 18

En segundo lugar, en la sentencia T-227 de 2003 se definió como “derecho


fundamental” todo derecho subjetivo que estuviera encaminado a garantizar la
dignidad humana.19 La referida postura implicó un avance en la concepción del
derecho a la salud, pues pasó a ser considerado como el mecanismo que permitiría
procurarles a las personas una vida digna, garantizándoles así un adecuado
desarrollo en la sociedad.

En este fallo se estableció la postura según la cual los derechos sociales,


económicos y culturales hacían parte de la categoría de los fundamentales, no por
su conexidad con los derechos que se denominaban de primera generación, sino
en sí mismos considerados. Lo anterior trajo consigo la eliminación de la distinción
que existía entre los derechos fundamentales consagrados en el Capítulo 1 de la
Constitución Política y los sociales, económicos y culturales del Capítulo 2 de la
misma; decisión tomada con fundamento en el marco establecido en un Estado
Social de Derecho y por su relación con la dignidad humana.

Posteriormente, en la sentencia T-760 de 2008, esta Corporación sostuvo que todos


los derechos fundamentales involucran necesariamente una prestación; haciendo
énfasis en el derecho a la salud, este comprende una prestación integral de los
servicios y tecnologías requeridos para garantizar una vida digna y la integridad
física, psíquica y emocional de los ciudadanos. En este sentido, la Corte indicó que:
“la sola negación o prestación incompleta de los servicios de salud es una violación
del derecho fundamental, por tanto, se trata de una prestación claramente exigible
y justiciable mediante acción de tutela”.20

En el mismo fallo, se mencionó el Pacto Internacional de Derechos Económicos,


Sociales y Culturales – PIDESC, en el que se consagró como derecho el “disfrute
del más alto nivel posible de salud física y mental”21, y también se hizo referencia a
la Observación General No. 14 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. La Corte Constitucional se basó en dichas normas internacionales para
reconocer el derecho a la salud como fundamental; pues en aquella observación se
estipuló que la salud es “un derecho humano fundamental e indispensable para el

18
Corte Constitucional, Sentencia T-406 de 1992, M.P. Ciro Angarita Barón.
19
Corte Constitucional, Sentencia T-227 de 2003, M.P. Eduardo Montealegre Lynnet.
20
Corte Constitucional, Sentencia T-760 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda.
21
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Diciembre 16 de 1966.
Ratificado por Colombia mediante la Ley 74 de 1968: “Artículo 12. 1. Los Estados Partes en el
presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud
física y mental. 2. Entre las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el Pacto a fin de
asegurar la plena efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para: a) La reducción de la
mortinatalidad y de la mortalidad infantil, y el sano desarrollo de los niños; b) El mejoramiento en
todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente; c) La prevención y el
tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra índole, y la lucha
contra ellas; d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios
médicos en caso de enfermedad.” Éste artículo fue desarrollado en la Observación General No. 14
del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales – CDESC.
ejercicio de los demás derechos humanos”.22 Asimismo, destacó la necesidad de
crear un sistema de protección orientado a garantizarle a las personas iguales
oportunidades para el “disfrute de toda una gama de facilidades, bienes, servicios y
condiciones necesarios para alcanzar el más alto nivel posible de salud”.23

No obstante lo expuesto anteriormente, el referido derecho no es ilimitado, habida


cuenta que su materialización depende de los recursos disponibles para la
prestación de los servicio requeridos por los ciudadanos. Ello llevó a que el Comité
estableciera cuatro criterios esenciales dirigidos a garantizar un nivel mínimo de
satisfacción del derecho, a saber: (i) disponibilidad, (ii) accesibilidad, (iii)
aceptabilidad y (iv) calidad. Al ser conceptos muy amplios, señaló la responsabilidad
de cada Estado de concretar e implementar el contenido de cada uno de los
elementos antes señalados a través de su legislación interna.

2.2.2.De otra parte, debe señalarse que se han entendido como sujetos de especial
protección constitucional las personas que padecen enfermedades degenerativas,
catastróficas y de alto costo, como aquellas que han sido diagnosticadas con
cáncer.24 Estas personas gozan de la posibilidad de acudir a la tutela como
mecanismo para proteger su derecho a la salud, cuando este se vea amenazado o
vulnerando y no exista un medio idóneo de defensa judicial.

No solamente se ha tratado de dar protección a las personas con cáncer en sede


de la jurisdicción constitucional, sino también a través de la rama legislativa. El
Congreso de la República expidió la Ley 1384 de 2014, denominada como la “Ley
Sandra Ceballos”, a través de la cual se pretendió “establecer las acciones para el
control integral del cáncer en la población colombiana, de manera que se reduzca
la mortalidad y la morbilidad por cáncer adulto, así como mejorar la calidad de vida
de los pacientes oncológicos, a través de la garantía por parte del Estado y de los
actores que intervienen en el Sistema General de Seguridad Social en Salud
vigente, de la prestación de todos los servicios que se requieran para su prevención,
detección temprana, tratamiento integral, rehabilitación y cuidado paliativo.”
(Subrayado fuera del texto) En dicha ley se caracterizó al cáncer como una
enfermedad de interés en salud pública y como prioridad nacional; lo que hace
ineludible su protección25.

En la sentencia T-920 de 2013, la Corte Constitucional se refirió a la protección que


debe dársele a estas personas, en los siguientes términos: “Por la complejidad y el
manejo del cáncer esta Corporación ha reiterado el deber de protección especial
que deben tener las entidades prestadoras del servicio de salud, y por lo tanto, ha

22
Naciones Unidas, Comité de Derechos Sociales, Económicos y Culturales, Observación General
No. 14, “El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (artículos 12 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, Noviembre de 2002. párrafo 1.
23
Ibídem, párr. 9.
24
Corte Constitucional, Sentencia T-261 de 2017, M.P. Alberto Rojas Ríos.
25
Ley 1384 de 2014, “Por La Cual Se Establecen Las Acciones Para La Atención Integral Del
Cáncer En Colombia“: “Artículo 5. Control integral del cáncer. Declárese el cáncer como una
enfermedad de interés en salud pública y prioridad nacional para la República de Colombia. El
control integral del cáncer de la población colombiana, considerará 105 aspectos contemplados
por el Instituto Nacional de Cancerología, apoyado con la asesoría permanente de las sociedades
científicas clínicas y/o quirúrgicas relacionadas directamente con temas de oncología y un
representante de las asociaciones de pacientes debidamente organizadas y avalado por el
Ministerio de la Protección Social, que determinara acciones de promoción y prevención, detección
temprana, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos.”
ordenado que se autoricen todos los medicamentos y procedimientos POS y no
POS que se requieran para el tratamiento específico e incluso inaplicar las normas
que fundamentan las limitaciones al POS, razón por la cual se le debe otorgar un
trato preferente”.26

La postura expuesta en el párrafo precedente se relaciona con el principio de


integralidad que rige al Sistema de Seguridad Social de Salud en Colombia. Al
respecto, el artículo 8 de la Ley 1751 de 2015 dispuso que: “Los servicios y
tecnologías de salud deberán ser suministrados de manera completa para prevenir,
paliar o curar la enfermedad, con independencia del origen de la enfermedad o
condición de salud (…) No podrá fragmentarse la responsabilidad en la prestación
de un servicio de salud específico en desmedro de la salud del usuario. En los casos
en los que exista duda sobre el alcance de un servicio o tecnología de salud cubierto
por el Estado, se entenderá que este comprende todos los elementos esenciales
para lograr su objetivo médico respecto de la necesidad específica de salud
diagnosticada.”27

Por consiguiente, las personas que padecen cáncer no están en las mismas
condiciones en la que se encuentra una persona sana o con un diagnóstico de
menor gravedad para desplegar una adecuada defensa de sus derechos. De esta
manera, es responsabilidad del Estado y de las entidades prestadoras de los
servicios de salud ofrecer un servicio eficiente e integral para tratar la enfermedad
mientras esta perdure, para poder garantizar que el paciente pueda sobrellevar su
padecimiento dignamente.28

2.2.3.En lo concerniente a la salud y su amplio alcance, en la sentencia T-659 de


2003 la Corte estimó que este no sólo tiene que ver con el estado de bienestar físico
o funcional, sino también con el psicológico, emocional y social de una persona; ya
que son todos esos aspectos los que viabilizan el desarrollo de una vida de calidad
y también tienen incidencia en el desarrollo integral del ser humano. Por lo anterior,
esta Corporación ha considerado que una decisión que afecte tanto el ámbito
funcional como el psicológico, emocional y social sería vulneratoria de los derechos
fundamentales de la persona, tales como el de la integridad física, moral y psíquica
y a una vida digna.29

En la sentencia T-307 de 2006 se reiteró el concepto amplio de salud y se agregó


que no sólo es visto de esa manera a nivel nacional sino también
internacionalmente. Se hizo alusión a la Observación 14 del Pacto de Derechos
Sociales, Económicos y Culturales en el que se consagró que: “la salud es un
derecho humano fundamental e indispensable para el ejercicio de los demás
derechos humanos. Todo ser humano tiene derecho al disfrute del más alto nivel

26
Corte Constitucional, Sentencia T-920 de 2013, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
27
Ley 1751 de 2018, “Por Medio De La Cual Se Regula El Derecho Fundamental A La Salud Y Se
Dictan Otras Disposiciones”: “Artículo 8°. La integralidad. Los servicios y tecnologías de salud
deberán ser suministrados de manera completa para prevenir, paliar o curar la enfermedad, con
independencia del origen de la enfermedad o condición de salud, del sistema de provisión,
cubrimiento o financiación definido por el legislador. No podrá fragmentarse la responsabilidad en
la prestación de un servicio de salud específico en desmedro de la salud del usuario. En los casos
en los que exista duda sobre el alcance de un servicio o tecnología de salud cubierto por el Estado,
se entenderá que este comprende todos los elementos esenciales para lograr su objetivo médico
respecto de la necesidad específica de salud diagnosticada.”
28
Corte Constitucional, Sentencia T-261 de 2017, M.P. Alberto Rojas Ríos.
29
Corte Constitucional, Sentencia T-659 de 2003, M.P. Alfredo Beltrán Sierra; en el mismo sentido
la sentencia T-630 de 2004, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
posible de salud que le permita vivir dignamente (…) un derecho al disfrute de toda
una gama de facilidades, bienes, servicios y condiciones necesarios para alcanzar
el más alto nivel posible de salud”. (Subrayado fuera del texto) La Corte señaló que,
a través de la referida observación, el Comité enfatizó en la necesidad de interpretar
de manera amplia el concepto de salud contenido en el párrafo 1 del artículo 12 del
Pacto.30

En ese mismo fallo, se procedió a hacer un breve resumen de las intervenciones de


algunos especialistas de diferentes Facultades de Medicina del país respecto del
concepto integral de “salud”. En una de dichas intervenciones, se expuso la
siguiente idea: “La garantía del derecho a la salud incluye varias facetas: una faceta
preventiva dirigida evitar que se produzca la enfermedad, una faceta reparadora,
que tiene efectos curativos de la enfermedad y una faceta mitigadora orientada a
amortiguar los efectos negativos de la enfermedad. En este último caso, ya no se
busca una recuperación pues esta no se puede lograr. Se trata, más bien, de
atenuar, en lo posible, las dolencias físicas que ella produce y de contribuir, también
en la medida de lo factible, al bienestar psíquico, emocional y social del afectado
con la enfermedad.”31 (Subrayado fuera del texto)

Ahora bien, la Corte también ha desarrollado un concepto amplio del derecho a la


vida, pues ha considerado que este no sólo implica “la mera subsistencia biológica”,
sino también “el reconocimiento y la búsqueda de una existencia digna”32.

En ese mismo sentido, se enfatizó en que el derecho a la vida digna “se extiende a
la posibilidad concreta de recuperación y mejoramiento de las condiciones de salud,
en la medida en que ello sea posible, cuando éstas condiciones se encuentran
debilitadas o lesionadas y afecten la calidad de vida de las personas o las
condiciones necesarias para garantizar a cada quien, una existencia digna”33.

De lo anterior y teniendo en consideración que el derecho fundamental a la vida ha


sido consagrado y garantizado en el preámbulo y los artículos 1, 2 y 11 de la
Constitución Política, se puede afirmar que éste no hace referencia exclusivamente
a la existencia material, sino también a la posibilidad de ésta sea desarrollada de
forma digna.

En la sentencia T-038 de 2007, la Corte Constitucional expuso uno ejemplo en el


que se evidencia este alcance amplio del derecho a la vida digna. Se refirió a un
caso en el cual “la accionante solicitaba implante de prótesis mamarias, ya que
ambos senos le habían sido afectados por una intervención quirúrgica para extirpar
tumores malignos, conllevándole ya no el padecimiento de dolores físicos, sino
afectaciones sicológicas y estados depresivos, la corporación sustentó, con el
mayor cubrimiento que exigía aquel caso: ´Bajo los anteriores supuestos, la Sala
estima que además del tratamiento quirúrgico consistente en la implantación de las
prótesis mamarias que requiere la actora, se deberá ordenar el tratamiento
psicológico que le garantice una reafirmación de su autoestima y carácter femenino,

30
Corte Constitucional, Sentencia T-307 de 2006, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
31
Corte Constitucional, Sentencia T-307 de 2006, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto; ibídem la
sentencia T-381, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
32
Corte Constitucional, sentencia T-038 de 2007, M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
33
Corte Constitucional, sentencia T-038 de 2007, M.P. Nilson Pinilla Pinilla, reiterando la sentencia
T-076 de 1999, M. P. Alejandro Martínez Caballero y T-956 de 2005, M. P. Alfredo Beltrán Sierra,
entre muchas otras.
los cuales han resultado bastante afectados con la mutilación de la que ha sido
objeto, tal como han recomendado los médicos legistas del Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses, conforme a las pruebas recaudadas dentro del
expediente´”34.

En varias oportunidades la Corte ha hecho especial énfasis en la importancia que


tiene que tanto la reglamentación como la aplicación del Plan de Beneficios en Salud
no desconozcan los derechos fundamentales de las personas; situación que podría
presentarse en los casos en que una entidad prestadora del servicio de salud hace
una interpretación restrictiva de la reglamentación del Plan o cuando se abstiene de
autorizar y practicar un procedimiento quirúrgico que tiene la capacidad de afectar
directamente la dignidad o vida misma del paciente, argumentando indebidamente
que se trata de una intervención excluida del Plan de Salud. Así, cuando una
persona instaura una acción de tutela encaminada a lograr su recuperación física y
emocional, psicológica o mental, producto de un padecimiento por una afección
física, aquella actuación también busca lograr la protección de sus derechos a la
integridad personal y a una vida digna.35

De allí que pueda colegirse que la salud no sólo involucra el tener un estado de
bienestar físico o funcional, pues también debe comprender un bienestar psíquico,
emocional y social. Ello, toda vez que todos esos elementos permiten proporcionarle
a una persona el desarrollo de su vida en condiciones dignas y de calidad. Es por
esto que “tanto el Estado como los particulares que intervienen en la prestación del
servicio público de salud desconocen el derecho constitucional a la salud cuando
adoptan una medida que no solo afecta el bienestar físico o funcional de las
personas, sino que se proyecta de modo negativo en su bienestar psíquico, social
y emocional.”36

En tanto, es claro que las demoras injustificadas en la realización de mis terapias


por parte de mi EPS ponen en grave peligro mi vida y mi salud, lo cual me afecta no
solo en mi salud, sino que también me causa afectaciones a nivel psíquico y
psicológico.

IV. PETICIONES

PRIMERA: Se ordene a la Dirección de Sanidad Militar que me cubra el tratamiento


de bypass gástrico.

SEGUNDA: Que se ordene a la Dirección de Sanidad Militar, la atención prioritaria


e inmediata para acceder al servicio de salud a que tengo derecho.

TERCERA: Que se ordene a la Dirección de Sanidad Militar brindarme tratamiento


integral con servicio sin cobro de copagos

V. PRUEBAS

Solicito se tengan como tales las siguientes:

Documentales:

34
Corte Constitucional, sentencia T-038 de 2007, M.P. Nilson Pinilla Pinilla, exponiendo como
ejemplo la sentencia T-572 de 1999, M. P. Fabio Morón Díaz.
35
Corte Constitucional, sentencia T-038 de 2007, M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
36
Corte Constitucional, Sentencia T-381 de 2014, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
1. Fotocopia de mi historia clínica.
2. Fotocoopia de resultados de examenes

VI. FUNDAMENTOS DE DERECHO

Artículo 11, 44, 50 y 86 de la Constitución Política de Colombia.

VII. PROCEDIMIENTO

El contemplado en los Decretos 2591 de 1991, Decreto 306 de 1992, Decreto 1382
de 2000 y Decreto 1981 de 2017.

VIII. COMPETENCIA

Es usted señor juez competente para conocer la presente acción constitucional de


acuerdo a lo establecido en la Constitución Nacional y la normatividad vigente.

IX. DECLARACIÓN JURADA

Bajo la gravedad del juramento manifiesto que sobre los mismos hechos invocados
en esta Acción constitucional no he interpuesto otra acción de tutela.

X. NOTIFICACIONES

• El accionante en la Calle 24 C No. 80 C – 05 de Bogotá D.C. correo


electrónico jojinho_tuc@hotmail.com. Celular: 3002107636.

• El accionado en la Carrera 7 No. 52-48 de la ciudad de Bogotá D.C. Correo


electrónico: disan.juridica@buzonejercito.mil.co

Del Señor Juez,

Atentamente:

Alix Mosquera Guerra


ALIX YOLANDA MOSQUERA GUERRA
Cedula de Ciudadanía No. 1065574948
*04090503*
LABORATORIO CLINI
Servicios Especiales de Salu
Fecha y Hora Solicitud Medica: 08/04/2022 11:53:45 Fecha y Hora Ingreso Orden: 2022-04-09 07:07 Página 1 De 3

Paciente: MOSQUERA GUERRA ALIX YOLANDA Entidad: PARTICULARES


Historia: 1065574948 Medico:
Telefono:3147358870-30021076 Area de Servicio: LABORATORIO CLINICO GENERAL
Email: 3147358870-30021076 Servicio: CONSULTA EXTERNA

Fecha y Hora Toma Muestra:


Fecha y Hora Entrega Muestra Laboratorio:

Examen Resultado Unidades Valores de referencia Fecha y Hora


Validacion

QUIMICA-HORMONAS
GLICEMIA BASAL 127 mg/dl H 70 - 115 09/04/2022 11:36
RESULTADO CONFIRMADO CON LA MISMA MUESTRA, SE SUGIERE CORRELACIONAR CON HISTORIA CLINICA
HEMOGLOBINA GLICOSILADA 0.7 g/dl 09/04/2022 07:50

HEMOGLOBINA PARA GLICO 14.140 gr/dl 09/04/2022 07:50

% DE HEMOGLOBINA GLICOSILADA 6.56 % H 4.80 - 5.90 09/04/2022 07:50


Menor o igual a 5.9 % No Diabético
De 6.0 a 6.5 % Riesgo Aumentado Prediabetes
Mayor o igual 6.6 % Diabetes
Menor o igual a 7.0 % Diabético Controlado
Mayor a 7 % Diábetico mal Controlado
TIROXINA LIBRE T4 L 1.16 ng/dl 0.90 - 1.70 09/04/2022 11:13

TSH HORMONA TIRO ESTIMULANTE 2.81 uUI/ml 0.27 - 4.20 09/04/2022 11:13
ULTRASENSIBLE
TECNICA ECLIA
Tercera generación
Ultrasensible

Validado por :
CREATININA 0.69 mg/dl 0.50 - 1.17 09/04/2022 08:39

Validado por :

HEMATOLOGIA
CUADRO HEMATICO
GLOBULOS BLANCOS 10.21 X10³mm³ H 4.50 - 10.00 09/04/2022 07:32

RECUENTO DE GLOBULOS ROJOS 5.20 10*6 x 3.80 - 5.80 09/04/2022 07:32


mm3

HEMOGLOBINA 12.0 g/dl 11.0 - 16.5 09/04/2022 07:32

HEMATOCRITO 39.3 % 35.0 - 50.0 09/04/2022 07:32

VOLUMEN CORPUSCULAR MEDIO 75.0 fl L 80.0 - 97.0 09/04/2022 07:32

HEMOGLOBINA CORPUSCULAR MEDIA 23.0 pg L 26.5 - 33.5 09/04/2022 07:32

S.E.S Hospital de Caldas Cll 48 No 25 - 71 Manizales - Caldas - Colombia PBX: +57 -6-8782500 Linea Gratuita: +57 01 8000 08 9999

Fecha : 10/04/2022 10:09:52


*04090503*
LABORATORIO CLINI
Servicios Especiales de Salu
Fecha y Hora Solicitud Medica: 08/04/2022 11:53:45 Fecha y Hora Ingreso Orden: 2022-04-09 07:07 Página 2 De 3

Paciente: MOSQUERA GUERRA ALIX YOLANDA Entidad: PARTICULARES


Historia: 1065574948 Medico:
Telefono:3147358870-30021076 Area de Servicio: LABORATORIO CLINICO GENERAL
Email: 3147358870-30021076 Servicio: CONSULTA EXTERNA

Fecha y Hora Toma Muestra:


Fecha y Hora Entrega Muestra Laboratorio:

Examen Resultado Unidades Valores de referencia Fecha y Hora


Validacion

HEMATOLOGIA
CONCENTRACION HB CORPUSCULAR MEDIA 30.5 g/dl L 31.5 - 35.0 09/04/2022 07:32

PLAQUETAS 458 10³/uL H 150 - 450 09/04/2022 07:32

ANCHO DE DISTRIBUCION DE GLOBULOS 44.6 % 35.0 - 55.0 09/04/2022 07:32


ROJOS

RDW CV 16.5 % H 10.0 - 15.0 09/04/2022 07:32

VOLUMEN MEDIO PLAQUETARIO 9.0 fl 6.5 - 11.0 09/04/2022 07:32

NEUTROFILOS # 5.0 10^3/uL 09/04/2022 07:32

LINFOCITOS # 4.10 10^3/uL 09/04/2022 07:32

MONOCITOS # 0.76 10^3/uL 09/04/2022 07:32

EOSINOFILOS # 0.30 10^3/uL 09/04/2022 07:32

BASOFILOS # 0.00 10^3/uL 09/04/2022 07:32

NEUTROFILOS % 49.1 % 43.0 - 76.0 09/04/2022 07:32

LINFOCITOS % 39.9 % 17.0 - 48.0 09/04/2022 07:32

MONOCITOS % 7.0 % 4.0 - 12.0 09/04/2022 07:32

EOSINOFILOS % 2.8 % 1.0 - 7.0 09/04/2022 07:32

BASOFILOS % 0.6 % 0.0 - 2.0 09/04/2022 07:32

NORMOBLASTOS # 0.000 0.000 - 0.001 09/04/2022 07:32

NORMOBLASTOS % 0.00 % 0.00 - 1.00 09/04/2022 07:32

GRANULOCITOS INMADUROS # 0.020 H 0.000 - 0.002 09/04/2022 07:32

GRANULOCITOS INMADUROS % 0.20 0.00 - 2.00 09/04/2022 07:32

DIFERENCIAL MANUAL . 09/04/2022 07:32

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Fecha : 10/04/2022 10:09:52


*04090503*
LABORATORIO CLINI
Servicios Especiales de Salu
Fecha y Hora Solicitud Medica: 08/04/2022 11:53:45 Fecha y Hora Ingreso Orden: 2022-04-09 07:07 Página 3 De 3

Paciente: MOSQUERA GUERRA ALIX YOLANDA Entidad: PARTICULARES


Historia: 1065574948 Medico:
Telefono:3147358870-30021076 Area de Servicio: LABORATORIO CLINICO GENERAL
Email: 3147358870-30021076 Servicio: CONSULTA EXTERNA

Fecha y Hora Toma Muestra:


Fecha y Hora Entrega Muestra Laboratorio:

Examen Resultado Unidades Valores de referencia Fecha y Hora


Validacion

HEMATOLOGIA

Validado por :

COAGULACION
TIEMPO DE PROTROMBINA 9.9 Seg L 10.2 - 13.8 09/04/2022 08:51
VALOR DE REFERENCIA: 9.9 -11.8 SEG
CONTROL PT 10.50 Seg 09/04/2022 08:51

INR 0.94 0.00 - 4.00 09/04/2022 08:51

TIEMPO PARCIAL DE TROMBOPLASTINA 25.9 Seg 25.0 - 45.0 09/04/2022 08:51


VALOR DE REFERENCIA: 24.5-32.8 SEG
CONTROL DEL PTT 25.7 Seg 09/04/2022 08:51

Validado por :

Los Valores de Referencia varian de acuerdo a la Metodología utilizada para el análisis,


interpretar el análisis frente a los Valores de Referencia reportados por el Laboratorio

Resultados Validos solo para la Muestra Analizada

S.E.S Hospital de Caldas Cll 48 No 25 - 71 Manizales - Caldas - Colombia PBX: +57 -6-8782500 Linea Gratuita: +57 01 8000 08 9999

Fecha : 10/04/2022 10:09:52

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