Tutela Mosquera Guerra
Tutela Mosquera Guerra
Señor:
JUEZ PENAL MUNICIPAL DE MANIZALEZ (REPARTO)
E. S. D.
I. ASUNTO
II. HECHOS
3. A pesar de tener esta orden médica de cirugía, y ante los altos costos que
esto implica me es imposible económicamente practicarme esta cirugía que
debería ser cubierta por la accionada, lo cual pone en alto riesgo mi salud y
mi vida.
3.2. Así, con la Ley 100 de 1993, que estructuró el SGSSS y reguló el servicio
público de salud, se estableció un acceso igualitario a la población en general al
implementar al margen del régimen contributivo, un régimen subsidiado para las
personas que no contaban con la posibilidad de gozar de este tipo de servicios . En
la búsqueda de éste objetivo, la Ley 1122 de 2007 y la Ley 1438 de 2011 han
efectuado ajustes “encaminados a fortalecer el Sistema de Salud a través de un
modelo de atención primaria en salud y del mejoramiento en la prestación de los
servicios sanitarios a los usuarios . Actualmente la Ley 1751 de 2015, Estatutaria
de Salud, no deja dudas del rango fundamental del derecho a la salud y continúa
con la optimización de dichos cambios estructurales” .
3.4. Con posterioridad, el derecho a la salud fue adquiriendo una identidad propia
cuando se estaba en presencia de un riesgo en la población vulnerable, identificada
con el status de sujetos de especial protección constitucional. Tal era el caso de los
menores de edad, las mujeres embarazadas, las personas de la tercera edad, los
enfermos del VIH, entre otros.
“La protección de las personas de la tercera edad tiene un carácter reforzado dentro
del Estado social de derecho. Uno de los ámbitos en el cual se manifiesta este
tratamiento preferencial es en la salud.
3.5. Con posterioridad, los primeros antecedentes del carácter autónomo del
derecho a la salud, se dieron con la sentencia T-307 de 2006 , cuando se protegió
el derecho a la salud de un menor de edad con una deformidad en sus orejas,
enfermedad que afectaba su esfera psíquica; postura que tomo una mayor fuerza
con la sentencia T-760 de 2008 , la cual hizo evidente graves falencias dentro del
sistema de salud, por lo cual profirió una serie de órdenes a diferentes entidades,
en aras de brindar una real y efectiva protección de todos los usuarios .
Existe un aspecto a tener en cuenta de la providencia hito, por cuanto se abordó el
estudio del derecho fundamental a partir de una definición amplia, entendiendo la
salud como:
“Así las cosas, el derecho a la seguridad social en salud, dada su inexorable relación
con el principio de dignidad humana, tiene el carácter de derecho fundamental,
pudiendo ser objeto de protección judicial, por vía de la acción de tutela, en relación
con los contenidos del PBS que han sido definidos por las autoridades competentes
y, excepcionalmente, cuando la falta de dichos contenidos afecta la dignidad
humana y la calidad de vida de quien demanda el servicio de salud”.
3.7. Por último, vista la autonomía del derecho a la salud con la actual legislación,
artículo 2º de la Ley Estatutaria 1751 de 2015, el cual fue estudiado previamente en
sede de constitucionalidad en la sentencia C-313 de 2014 se tiene que:
“es innegable que las personas de la tercera edad tienen derecho a una protección
reforzada en salud, en atención a su condición de debilidad manifiesta y por el hecho
de ostentar -desde el punto de vista constitucional- el rol de sujeto privilegiado. Por
lo tanto, y a efectos de materializar a su favor los mandatos del Estado Social de
Derecho, es necesario que se les garantice la prestación continua, permanente y
eficiente de los servicios en salud que requieran” .
“Cualquier afectación a la salud de los menores reviste una mayor gravedad, pues
compromete su adecuado desarrollo físico e intelectual. En palabras de la Corte:
“En una aplicación garantista de la Constitución, y de los distintos instrumentos que
integran el Bloque de Constitucionalidad. La jurisprudencia ha señalado que el
derecho a la salud de los niños, niñas y adolescentes debe ser garantizado de
manera inmediata, prioritaria, preferente y expedita, sin obstáculos de tipo legal o
económico que dificulten su acceso efectivo al Sistema de Seguridad Social en
Salud” .
Uno de los signos más notables del Estado Social de Derecho (artículo 1° superior)
se relaciona con el compromiso asumido por la organización estatal consistente en
brindar protección a los derechos económicos, sociales y culturales. Como ha sido
señalado de manera abundante en la jurisprudencia de esta Corporación, por medio
de estas garantías se materializa el propósito que animó el tránsito del Estado de
Derecho, anclado en una concepción puramente formal de las libertades, hacia este
nuevo modelo en el cual se reconoce el trasfondo económico y social que subyace
la totalidad de las relaciones presentes en el ordenamiento, del cual depende, en
último término, la posibilidad real de goce de tales libertades.
5.- En tal sentido, el objetivo al cual se hace alusión con la cláusula Estado social
de derecho consiste en ofrecer un acceso material al conjunto de derechos
reconocidos en los textos constitucionales, pues por motivo de la profunda escisión
entre economía y derecho –la cual había sido concebida como la fórmula ideal para
la realización de las libertades de las personas, se hizo evidente la necesidad de
enmendar las rupturas del tejido social que habían surgido como consecuencia de
la liberalización total del mercado que, a su vez, había apartado a buena parte de
la población de la oportunidad de ejercer sus libertades fundamentales. El Estado
Social de Derecho emerge, entonces, como el resultado de una acentuada
reformulación de los instrumentos para la consecución de la libertad y, hasta cierto
punto, de una nueva reflexión acerca del concepto mismo de libertad que pretende
ser amparada en las democracias constitucionales.
6.- En este contexto, los derechos sociales, económicos y culturales adquieren una
innegable importancia como condición, en la mayoría de los casos insustituible, para
la efectiva puesta en vigencia de las libertades, motivo por el cual la realización de
los supuestos que los hagan posible constituye uno de los asuntos más relevantes
1
Sentencias T-760 de 2008, T- 209 de 2013, T- 447 de 2014.
que deben ser atendidos no sólo por el Estado, sino por la sociedad en conjunto.
2
En relación con el derecho a la salud, esta Corporación ha señalado que este es un derecho
fundamental de tipo asistencial, porque requiere para su efectividad de normas presupuéstales,
procedimentales y de organización que hagan viable su eficacia en la práctica. Ver sentencia T-544
de 2002 y T-304 de 2005, entre otras.
3
Al respecto, consultar sentencias C-577 de 1995 y C-1204 de 2000.
4 “Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y
Así ocurre, a manera de ejemplo, en el caso de los derechos políticos, los cuales a
pesar de encontrarse inscritos dentro de la categoría de los derechos de primera
generación –esto es, de abstención-, reclaman la más alta participación del Estado
5
[Cita del aparte trascrito] Cfr. Inter. Alia. Comité de Derechos Económicos sociales y culturales,
Observación General 2, Medidas internacionales de asistencia técnica, 1990. Párrafo 6; Comité de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General 3, La índole de las obligaciones de
los Estados Partes, 1990, Párrafo 8.
mediante el establecimiento de la estructura organizacional y electoral que los hace
posibles. A su vez, el derecho a la conservación de la identidad cultural indígena 6 –
derecho cultural de tercera generación- impone al Estado el despliegue de un
conjunto de actividades y la adopción de un grupo de medidas para procurar su
garantía eficaz en la práctica. Por las razones anotadas, tal diferenciación entre
derechos de abstención –de primera generación- y derechos prestacionales –de
segunda generación- como criterio de reconocimiento de los derechos
fundamentales, no constituye un elemento válido para negar de manera terminante
el carácter fundamental a los derechos sociales y de manera específica al derecho
a la salud.
13.- De otra parte, como se indicó atrás, son varios los instrumentos internacionales
que reconocen el derecho de las personas a la salud7. El artículo 25 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos afirma en su párrafo 1º que “toda
persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su
familia, la salud y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia
médica y los servicios sociales necesarios.”
6
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo
7 El derecho a la salud se reconoce en el inciso iv) del apartado e) del artículo 5 de la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial, de 1965; en el
apartado f) del párrafo 1 del artículo 11 y el artículo 12 de la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, de 1979; así como en el artículo 24 de la
Convención sobre los Derechos del Niño, de 1989. Varios instrumentos regionales de derechos
humanos, como la Carta Social Europea de 1961 en su forma revisada (art. 11), la Carta Africana de
Derechos Humanos y de los Pueblos, de 1981 (art. 16), y el Protocolo adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, de
1988 (art. 10), también reconocen el derecho a la salud. Análogamente, el derecho a la salud ha sido
proclamado por la Comisión de Derechos Humanos, así como también en la Declaración y Programa
de Acción de Viena de 1993 y en otros instrumentos internacionales.”
8
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas, Observación General
14, (artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales), (22º período
de sesiones, 2000), U.N. Doc. E/C.12/2000/4 (2000).
La Observación 14 del Comité enfatizó, de otro lado, la necesidad de realizar una
interpretación amplia del concepto de salud contenida en el párrafo 1º, artículo 12
del Pacto sobre Derechos Sociales, Económicos y Culturales. Recomendó el
Comité prestar atención al precepto contenido en el párrafo segundo del mismo
artículo pues sólo de ese modo era posible reconocer que: “la salud abarca una
amplia gama de factores socioeconómicos que promueven las condiciones merced
a las cuales las personas pueden llevar una vida sana, y hace ese derecho
extensivo a los factores determinantes básicos de la salud, como la alimentación y
la nutrición, la vivienda, el acceso a agua limpia potable y a condiciones sanitarias
adecuadas, condiciones de trabajo seguras y sanas y un medio ambiente sano 9.”
Mediante la Observación General 14, el Comité de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales destacó, por lo demás, que el derecho a la salud supone la existencia
de cuatro elementos sin la presencia de los cuales no podría sostenerse que se está
9
Ibíd.
garantizando la efectividad del derecho a la salud. Estos elementos son:
disponibilidad10, accesibilidad11, aceptabilidad12 y calidad13.
10 Esto es, la presencia del “número suficiente de establecimientos, bienes y servicios públicos de
salud y centros de atención de la salud, así como de programas.” El Comité admite que la naturaleza
misma de estos establecimientos, bienes y servicios puede estar determinada por diferentes
factores dentro de los cuales se cuenta también el nivel de desarrollo del Estado Parte. Subraya, sin
embargo, cuáles son los servicios básicos de salud que deben ser incluidos con independencia de
ese nivel de desarrollo. Al respecto, indica lo siguiente: “[c]on todo, esos servicios incluirán los
factores determinantes básicos de la salud, como agua limpia potable y condiciones sanitarias
adecuadas, hospitales, clínicas y demás establecimientos relacionados con la salud, personal médico
y profesional capacitado y bien remunerado habida cuenta de las condiciones que existen en el país,
así como los medicamentos esenciales definidos en el Programa de Acción sobre medicamentos
esenciales de la OMS.” Ibíd.
11 Es decir, que las personas puedan ingresar a los establecimientos de salud y hacer uso efectivo de
los bienes y servicios de salud sin que se presente ningún tipo de discriminación. A juicio del Comité,
lo anterior supone asegurar, de una parte, que los sectores más vulnerables y marginados de la
población no sean discriminados respecto de su posibilidad de hacer uso de los establecimientos,
bienes y servicios de salud. Toda suerte de discriminación – sea ella de género, origen, raza o
condición social, cultural o económica – queda terminantemente prohibida. En opinión del Comité,
la accesibilidad implica, de otra parte, garantizar el acceso físico en el sentido de procurar las
condiciones para que los establecimientos, bienes y servicios de salud estén al alcance de todas las
personas con independencia del lugar geográfico que habiten. Con ello se trata de proteger de
manera especial a sectores vulnerables o marginados tales como “las minorías étnicas y poblaciones
indígenas, las mujeres, los niños [y las niñas], [las y] los adolescentes, las personas mayores, las
personas con discapacidades y las personas con VIH/SIDA. La accesibilidad también implica que los
servicios médicos y los factores determinantes básicos de la salud, como el agua limpia potable y
los servicios sanitarios adecuados, se encuentran a una distancia geográfica razonable, incluso en lo
que se refiere a las zonas rurales. Además, la accesibilidad comprende el acceso adecuado a los
edificios para las personas con discapacidades.” La accesibilidad conlleva asimismo a establecer
condiciones por medio de las cuales se haga factible el acceso a la salud de quienes carecen de los
suficientes recursos económicos para tales efectos. Así,“los establecimientos, bienes y servicios de
salud deberán estar al alcance de todos. Los pagos por servicios de atención de la salud y servicios
relacionados con los factores determinantes básicos de la salud deberán basarse en el principio de
la equidad, a fin de asegurar que esos servicios, sean públicos o privados, estén al alcance de todos,
incluidos los grupos socialmente desfavorecidos. La equidad exige que sobre los hogares más pobres
no recaiga una carga desproporcionada, en lo que se refiere a los gastos de salud, en comparación
con los hogares más ricos.” (Subrayas fuera del texto original).La accesibilidad comporta, del mismo
modo, el derecho a estar informados en forma suficiente sobre los establecimientos, bienes y
servicios de salud y, en tal sentido, a “solicitar, recibir y difundir información e ideas acerca de las
cuestiones relacionadas con la salud. Con todo, el acceso a la información no debe menoscabar el
derecho de que los datos personales relativos a la salud sean tratados con confidencialidad.” Ibíd.
12Este requisito se cumple, según el Comité, cuando los establecimientos actúan y los bienes y
servicios se prestan de manera que se asegure el respeto por la ética médica y por las diferencias
culturales, esto es, cuando se obre bajo cánones “respetuosos de la cultura de las personas, las
minorías, los pueblos y las comunidades, a la par que sensibles a los requisitos del género y el ciclo
de vida,” y se conciban los servicios de tal modo que garanticen, en forma simultánea, el respeto
por el principio de confidencialidad.
14.- Según lo establecido en el Pacto sobre Derechos Sociales, Económicos y
Culturales la salud es, pues, un derecho fundamental que envuelve – como sucede
también con todos los demás derechos fundamentales -, prestaciones de orden
económico orientadas a garantizar de modo efectivo la eficacia de estos derechos
en la práctica. A ese respecto es muy clara la Observación 14 cuando admite que
el Pacto “establece la aplicación progresiva y reconoce los obstáculos que
representan los limitados recursos disponibles.” Lo anterior no significa, sin
embargo, que la salud deje de ser un derecho fundamental. Justamente en este
sentido, agrega la Observación General 14, el Pacto también impone a los Estados
Partes diversas obligaciones de efecto inmediato.
15.- En este punto emerge con claridad el reconocimiento de la salud como derecho
fundamental, en la medida en que implica un compromiso orientado a cumplir con
un conjunto de prestaciones específicas que pueden ser amparadas por vía de
tutela. Dichos niveles básicos, toda vez que comprometen la dignidad del ser
humano, no pueden ser concebidos como el resultado baldío de postulados
programáticos carentes de significado jurídico, pues en realidad resumen una
obligación impostergable que se enmarca en un ordenamiento constitucional
encaminado a brindarle a la salud un lugar preponderante dentro de los valores
defendidos por la Norma de Normas.
20.- En este lugar resulta preciso advertir, de nuevo, que así como ocurre con la
totalidad de los derechos fundamentales, el derecho a la salud se encuentra
vinculado con otras garantías en virtud del nexo profundo que comparten estas
libertades, el cual les comunica el norte ideológico que comparten, que no es otro
distinto, a obtener la cabal realización del principio de dignidad humana. De este
modo, el derecho a la salud guarda una estrecha relación con los derechos
15
Corte Constitucional. Sentencia. SU-337 de 1999.
fundamentales a la integridad personal y a la vida en condiciones de calidad y
de dignidad, entre otros. Puestas así las cosas, es necesario resaltar que dicha
relación de articulación tan sólo indica la unidad de propósito que recorre el conjunto
de derechos reunidos bajo el signo de los derechos fundamentales. Lo anterior
significa que la alteración de una determinada garantía –en este caso, el derecho a
la salud- de manera ineluctable concluye en la afectación de otros derechos que la
rodean.
21.- Por tal razón, en todos los casos se presenta una relación de conexidad con
derechos de diferente orden, tal como se hace evidente al suponer una violación
cualquiera de un derecho fundamental específico, en cuyo caso se observa que, sin
importar la garantía particular en la cual se piense, tal infracción coincide con una
vulneración del derecho a la dignidad humana –Vgr. Libertad de locomoción –
dignidad humana; derecho a la educación – dignidad humana; derecho al debido
proceso – dignidad humana. La anterior consideración pone de presente en el caso
particular del derecho bajo estudio que el carácter fundamental del derecho a la
salud no puede depender de una alegada relación de conexidad con otros derechos
fundamentales pues dicha exigencia trae consigo dos proposiciones que suscitan
serios reparos: (i) en primer lugar, por esta vía se niega la naturaleza
iusfundamental del derecho a la salud, en la medida en que se demanda la
acreditación de un vínculo con un derecho del cual sí se pueda predicar
efectivamente tal carácter; (ii) en segundo término, como ha sido señalado en esta
providencia, en cierta medida tal requisito es un contrasentido dado que una
vulneración de un derecho fundamental –cualquiera sea éste- en todos los casos
trae consigo la alteración de otras garantías, por lo que en estos eventos siempre
se presenta una relación de conexidad.
22.- Esclarecida esta cuestión inicial sobre la cual se apoyan las consideraciones
restantes, esta Sala se aparta de la línea jurisprudencial según la cual el derecho a
la salud no es derecho fundamental sino bajo ciertas circunstancias en las que, bien
sea por motivo del sujeto de quien se predica – niños y niñas, adultos mayores - o
en virtud de la conexidad con otro derecho o con la dignidad humana, el derecho a
la salud se torna fundamental16..De acuerdo con la línea de pensamiento expuesta
y que acoge la Sala en la presente sentencia, la fundamentabilidad de los derechos
no depende – ni puede depender – de la manera como estos derechos se hacen
efectivos en la práctica. Los derechos todos son fundamentales pues se conectan
de manera directa con los valores que las y los Constituyentes quisieron elevar
democráticamente a la categoría de bienes especialmente protegidos por la
Constitución. Estos valores consignados en normas jurídicas con efectos
16En reiterado número de veces la Corte Constitucional ha estimado que “el derecho a la salud, si
bien [es] un derecho prestacional, adquiría el carácter de derecho fundamental [en el evento en que
estuviera] en conexión inescindible con el derecho a la vida o a la vida en condiciones dignas. Así,
cuando la insatisfacción del derecho a la salud [comprometía] la vida misma de su titular, o su vida
en condiciones dignas, la acción de tutela [era] el mecanismo idóneo de protección. Pero,
adicionalmente, la jurisprudencia ha estimado que el derecho a la salud adquiere una connotación
especial cuando su titular es una persona de la tercera edad, circunstancia que refuerza el que su
protección proceda mediante la acción de tutela. Cfr. Corte Constitucional. Sentencia T-1016 de
2005. En esa misma dirección, consultar, entre muchas otras, las sentencias SU-111 de 1997 y SU-
225 de 1998 así como la T-958 de 2001.
vinculantes marcan las fronteras materiales más allá de las cuales no puede ir la
acción estatal sin incurrir en una actuación arbitraria (obligaciones estatales de
orden negativo o de abstención). Significan, de modo simultáneo, admitir que en el
Estado social y democrático de derecho, no todas las personas gozan de las
mismas oportunidades ni disponen de los medios – económicos y educativos -
indispensables que les permitan elegir con libertad aquello que tienen razones para
valorar. De ahí el matiz activo del papel del Estado en la consecución de un mayor
grado de libertad, en especial, a favor de aquellas personas ubicadas en un
situación de desventaja social, económica y educativa. Por ello, también la
necesidad de compensar los profundos desequilibrios en relación con las
condiciones de partida mediante una acción estatal eficaz (obligaciones estatales
de carácter positivo o de acción).
En primer lugar, en la sentencia T-406 de 1992 la Corte advirtió que los derechos
sociales, económicos y culturales podían concebirse como fundamentales cuando
tuvieran una relación de conexidad con alguno de los derechos de aplicación
17
Constitución Política de 1991: “Artículo 48. La Seguridad Social es un servicio público de
carácter obligatorio que se prestará bajo la dirección, coordinación y control del Estado, en
sujeción a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad, en los términos que establezca
la Ley. Se garantiza a todos los habitantes el derecho irrenunciable a la Seguridad Social. El
Estado, con la participación de los particulares, ampliará progresivamente la cobertura de la
Seguridad Social que comprenderá la prestación de los servicios en la forma que determine la Ley.
La Seguridad Social podrá ser prestada por entidades públicas o privadas, de conformidad con la
ley. No se podrán destinar ni utilizar los recursos de las instituciones de la Seguridad Social para
fines diferentes a ella. La ley definirá los medios para que los recursos destinados a pensiones
mantengan su poder adquisitivo constante. (…)”.”Artículo 49. Modificado por el Acto Legislativo 2
de 2009 artículo 1°. El cual quedará así: La atención de la salud y el saneamiento ambiental son
servicios públicos a cargo del Estado. Se garantiza a todas las personas el acceso a los servicios de
promoción, protección y recuperación de la salud. Corresponde al Estado organizar, dirigir y
reglamentar la prestación de servicios de salud a los habitantes y de saneamiento ambiental
conforme a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad. También, establecer las
políticas para la prestación de servicios de salud por entidades privadas, y ejercer su vigilancia y
control. Así mismo, establecer las competencias de la Nación, las entidades territoriales y los
particulares y determinar los aportes a su cargo en los términos y condiciones señalados en la ley.
Los servicios de salud se organizarán en forma descentralizada, por niveles de atención y con
participación de la comunidad. La ley señalará los términos en los cuales la atención básica para
todos los habitantes será gratuita y obligatoria. Toda persona tiene el deber de procurar el cuidado
integral de su salud y de su comunidad. El porte y el consumo de sustancias estupefacientes o
sicotrópicas está prohibido, salvo prescripción médica. Con fines preventivos y rehabilitadores la
ley establecerá medidas y tratamientos administrativos de orden pedagógico, profiláctico o
terapéutico para las personas que consuman dichas sustancias. El sometimiento a esas medidas y
tratamientos requiere el consentimiento informado del adicto. Así mismo, el Estado dedicará
especial atención al enfermo dependiente o adicto y a su familia para fortalecerla en valores y
principios que contribuyan a prevenir comportamientos que afecten el cuidado integral de la salud
de las personas y, por consiguiente, de la comunidad, y desarrollará en forma permanente
campañas de prevención contra el consumo de drogas o sustancias estupefacientes y en favor de la
recuperación de los adictos.”
inmediata y, por ende, su protección se viabilizaba a través de la acción de tutela.
En ese mismo sentido, se llegó a la conclusión de que la salud podía protegerse por
su conexidad con el derecho fundamental a la vida y la dignidad humana. 18
18
Corte Constitucional, Sentencia T-406 de 1992, M.P. Ciro Angarita Barón.
19
Corte Constitucional, Sentencia T-227 de 2003, M.P. Eduardo Montealegre Lynnet.
20
Corte Constitucional, Sentencia T-760 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda.
21
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Diciembre 16 de 1966.
Ratificado por Colombia mediante la Ley 74 de 1968: “Artículo 12. 1. Los Estados Partes en el
presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud
física y mental. 2. Entre las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el Pacto a fin de
asegurar la plena efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para: a) La reducción de la
mortinatalidad y de la mortalidad infantil, y el sano desarrollo de los niños; b) El mejoramiento en
todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente; c) La prevención y el
tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y de otra índole, y la lucha
contra ellas; d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios
médicos en caso de enfermedad.” Éste artículo fue desarrollado en la Observación General No. 14
del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales – CDESC.
ejercicio de los demás derechos humanos”.22 Asimismo, destacó la necesidad de
crear un sistema de protección orientado a garantizarle a las personas iguales
oportunidades para el “disfrute de toda una gama de facilidades, bienes, servicios y
condiciones necesarios para alcanzar el más alto nivel posible de salud”.23
2.2.2.De otra parte, debe señalarse que se han entendido como sujetos de especial
protección constitucional las personas que padecen enfermedades degenerativas,
catastróficas y de alto costo, como aquellas que han sido diagnosticadas con
cáncer.24 Estas personas gozan de la posibilidad de acudir a la tutela como
mecanismo para proteger su derecho a la salud, cuando este se vea amenazado o
vulnerando y no exista un medio idóneo de defensa judicial.
22
Naciones Unidas, Comité de Derechos Sociales, Económicos y Culturales, Observación General
No. 14, “El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (artículos 12 del Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”, Noviembre de 2002. párrafo 1.
23
Ibídem, párr. 9.
24
Corte Constitucional, Sentencia T-261 de 2017, M.P. Alberto Rojas Ríos.
25
Ley 1384 de 2014, “Por La Cual Se Establecen Las Acciones Para La Atención Integral Del
Cáncer En Colombia“: “Artículo 5. Control integral del cáncer. Declárese el cáncer como una
enfermedad de interés en salud pública y prioridad nacional para la República de Colombia. El
control integral del cáncer de la población colombiana, considerará 105 aspectos contemplados
por el Instituto Nacional de Cancerología, apoyado con la asesoría permanente de las sociedades
científicas clínicas y/o quirúrgicas relacionadas directamente con temas de oncología y un
representante de las asociaciones de pacientes debidamente organizadas y avalado por el
Ministerio de la Protección Social, que determinara acciones de promoción y prevención, detección
temprana, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos.”
ordenado que se autoricen todos los medicamentos y procedimientos POS y no
POS que se requieran para el tratamiento específico e incluso inaplicar las normas
que fundamentan las limitaciones al POS, razón por la cual se le debe otorgar un
trato preferente”.26
Por consiguiente, las personas que padecen cáncer no están en las mismas
condiciones en la que se encuentra una persona sana o con un diagnóstico de
menor gravedad para desplegar una adecuada defensa de sus derechos. De esta
manera, es responsabilidad del Estado y de las entidades prestadoras de los
servicios de salud ofrecer un servicio eficiente e integral para tratar la enfermedad
mientras esta perdure, para poder garantizar que el paciente pueda sobrellevar su
padecimiento dignamente.28
26
Corte Constitucional, Sentencia T-920 de 2013, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
27
Ley 1751 de 2018, “Por Medio De La Cual Se Regula El Derecho Fundamental A La Salud Y Se
Dictan Otras Disposiciones”: “Artículo 8°. La integralidad. Los servicios y tecnologías de salud
deberán ser suministrados de manera completa para prevenir, paliar o curar la enfermedad, con
independencia del origen de la enfermedad o condición de salud, del sistema de provisión,
cubrimiento o financiación definido por el legislador. No podrá fragmentarse la responsabilidad en
la prestación de un servicio de salud específico en desmedro de la salud del usuario. En los casos
en los que exista duda sobre el alcance de un servicio o tecnología de salud cubierto por el Estado,
se entenderá que este comprende todos los elementos esenciales para lograr su objetivo médico
respecto de la necesidad específica de salud diagnosticada.”
28
Corte Constitucional, Sentencia T-261 de 2017, M.P. Alberto Rojas Ríos.
29
Corte Constitucional, Sentencia T-659 de 2003, M.P. Alfredo Beltrán Sierra; en el mismo sentido
la sentencia T-630 de 2004, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
posible de salud que le permita vivir dignamente (…) un derecho al disfrute de toda
una gama de facilidades, bienes, servicios y condiciones necesarios para alcanzar
el más alto nivel posible de salud”. (Subrayado fuera del texto) La Corte señaló que,
a través de la referida observación, el Comité enfatizó en la necesidad de interpretar
de manera amplia el concepto de salud contenido en el párrafo 1 del artículo 12 del
Pacto.30
En ese mismo sentido, se enfatizó en que el derecho a la vida digna “se extiende a
la posibilidad concreta de recuperación y mejoramiento de las condiciones de salud,
en la medida en que ello sea posible, cuando éstas condiciones se encuentran
debilitadas o lesionadas y afecten la calidad de vida de las personas o las
condiciones necesarias para garantizar a cada quien, una existencia digna”33.
30
Corte Constitucional, Sentencia T-307 de 2006, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
31
Corte Constitucional, Sentencia T-307 de 2006, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto; ibídem la
sentencia T-381, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
32
Corte Constitucional, sentencia T-038 de 2007, M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
33
Corte Constitucional, sentencia T-038 de 2007, M.P. Nilson Pinilla Pinilla, reiterando la sentencia
T-076 de 1999, M. P. Alejandro Martínez Caballero y T-956 de 2005, M. P. Alfredo Beltrán Sierra,
entre muchas otras.
los cuales han resultado bastante afectados con la mutilación de la que ha sido
objeto, tal como han recomendado los médicos legistas del Instituto Nacional de
Medicina Legal y Ciencias Forenses, conforme a las pruebas recaudadas dentro del
expediente´”34.
De allí que pueda colegirse que la salud no sólo involucra el tener un estado de
bienestar físico o funcional, pues también debe comprender un bienestar psíquico,
emocional y social. Ello, toda vez que todos esos elementos permiten proporcionarle
a una persona el desarrollo de su vida en condiciones dignas y de calidad. Es por
esto que “tanto el Estado como los particulares que intervienen en la prestación del
servicio público de salud desconocen el derecho constitucional a la salud cuando
adoptan una medida que no solo afecta el bienestar físico o funcional de las
personas, sino que se proyecta de modo negativo en su bienestar psíquico, social
y emocional.”36
IV. PETICIONES
V. PRUEBAS
Documentales:
34
Corte Constitucional, sentencia T-038 de 2007, M.P. Nilson Pinilla Pinilla, exponiendo como
ejemplo la sentencia T-572 de 1999, M. P. Fabio Morón Díaz.
35
Corte Constitucional, sentencia T-038 de 2007, M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
36
Corte Constitucional, Sentencia T-381 de 2014, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
1. Fotocopia de mi historia clínica.
2. Fotocoopia de resultados de examenes
VII. PROCEDIMIENTO
El contemplado en los Decretos 2591 de 1991, Decreto 306 de 1992, Decreto 1382
de 2000 y Decreto 1981 de 2017.
VIII. COMPETENCIA
Bajo la gravedad del juramento manifiesto que sobre los mismos hechos invocados
en esta Acción constitucional no he interpuesto otra acción de tutela.
X. NOTIFICACIONES
Atentamente:
QUIMICA-HORMONAS
GLICEMIA BASAL 127 mg/dl H 70 - 115 09/04/2022 11:36
RESULTADO CONFIRMADO CON LA MISMA MUESTRA, SE SUGIERE CORRELACIONAR CON HISTORIA CLINICA
HEMOGLOBINA GLICOSILADA 0.7 g/dl 09/04/2022 07:50
TSH HORMONA TIRO ESTIMULANTE 2.81 uUI/ml 0.27 - 4.20 09/04/2022 11:13
ULTRASENSIBLE
TECNICA ECLIA
Tercera generación
Ultrasensible
Validado por :
CREATININA 0.69 mg/dl 0.50 - 1.17 09/04/2022 08:39
Validado por :
HEMATOLOGIA
CUADRO HEMATICO
GLOBULOS BLANCOS 10.21 X10³mm³ H 4.50 - 10.00 09/04/2022 07:32
S.E.S Hospital de Caldas Cll 48 No 25 - 71 Manizales - Caldas - Colombia PBX: +57 -6-8782500 Linea Gratuita: +57 01 8000 08 9999
HEMATOLOGIA
CONCENTRACION HB CORPUSCULAR MEDIA 30.5 g/dl L 31.5 - 35.0 09/04/2022 07:32
S.E.S Hospital de Caldas Cll 48 No 25 - 71 Manizales - Caldas - Colombia PBX: +57 -6-8782500 Linea Gratuita: +57 01 8000 08 9999
HEMATOLOGIA
Validado por :
COAGULACION
TIEMPO DE PROTROMBINA 9.9 Seg L 10.2 - 13.8 09/04/2022 08:51
VALOR DE REFERENCIA: 9.9 -11.8 SEG
CONTROL PT 10.50 Seg 09/04/2022 08:51
Validado por :
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