UNIVERSIDAD REGIONAL
SEDE CHIQUIMULA
TRABAJO SOCIAL
CURSO DIAGNOSTICO SOCIAL
CUARTO SEMESTRE
LICDA.: YESENIA ELIZABETH DÍAZ RAMOS..
EVALUACIÓN EN TRABAJO SOCIAL
AMILSA ADALY SOLÓRZANO GARCÍA
CARNÉ: 2142021
CORREO ELECTRÓNICO: Solorzanogarciaamilsaadaly@gmail.com
CHIQUIMULA, 24 DE SEPTIEMBRE DEL 2022
INTRODUCCIÓN
Una evaluación son los procedimientos desarrollados, durante un largo tiempo. La
utilización de métodos cuantitativos resulta inaplicable en muchos campos del trabajo
social; la importancia de la evaluación se fue desarrollando y perfeccionando a medida que
su aplicación fue más allá de unos simples programas educativos.
EVALUACIÓN EN TRABAJO SOCIAL
Al definir el Trabajo Social como disciplina tecnológica se aprecia que su intervención
sobre la realidad se constituye en acción transformadora de los problemas sociales. Surge
entonces la necesidad de una búsqueda constante de perfeccionamiento de este quehacer,
proponiéndose a la propia realidad como fuente de conocimiento y de superación de los
análisis teóricos.
De esta forma la obtención de información y conocimiento para el enriquecimiento del
Trabajo Social se realiza fundamentalmente a través de una función retro-alimentadora
entre teoría y práctica. La retroalimentación puede ser entendida corno el proceso a través
del cual la intervención en la realidad social es regulada por si misma, posibilitándose la
existencia de la dialéctica entre teoría y práctica.
Esta función retro-alimentadora es realizada principalmente por medio de la evaluación de
la práctica social. La evaluación como fuente de retroalimentación no sólo es una etapa del
proceso metodológico, ya que constituye en sí, un proceso enriquecedor de toda la
actuación social.
El proceso evaluativo apunta a valorizar o enjuiciar de forma sistemática e intencionada
una determinada intervención en la realidad. Permite revisar, corregir y orientar la acción
futura, la acción en desarrollo y el cuerpo teórico o marco referencial utilizado.
La evaluación en Trabajo Social adquiere características específicas que tienen como base
la concepción general de esta disciplina: Su objeto de acción, los principios o valores guías
en que se sustenta, las características de los procesos que desarrolla y los objetivos de la
acción profesional.
Considerando el desarrollo incipiente de la evaluación como parte del proceso
metodológico de Trabajo Social y la relevancia que ésta tiene en su función
reatroalimentadora, resulta fundamental la búsqueda de formas de evaluaciones coherentes
y adecuadas al marco conceptual de la profesión, y a las características propias de cada
intervención.
A continuación se explicitan los elementos conceptuales elaborados en la tesis, en relación
al proceso evaluativo de los proyectos sociales. Finalmente se refiere sucintamente una
experiencia de evaluación realizada a partir de este marco de referencia establecido.
ELEMENTOS CONCEPTUALES.
1. Intencionalidad de toda intervención, dada por su marco de referencia.
Considerando que toda intervención, en el contexto del Trabajo Social se realiza en función
de su carácter de disciplina tecnológica y que la evaluación se concibe como una dimensión
dentro de la intervención de la realidad social, se plantea como exigencia la definición
previa de una fundamentación teórica-valórica básica que proporcione los supuestos
epistemológicos y la orientación necesaria.
A partir de esta fundamentación deben realizarse las interpretaciones. El marco referencial
expone el punto de vista o perspectiva desde la cual se analizará la realidad. La evaluación
no es un proceso aislado que puede realizarse mecánicamente, ya que se realiza en el
contexto de la intencionalidad definida por el marco referencial establecido.
El Trabajo Social tiene su propio marco referencial, el que especifica su intervención y está
dado en su aspecto valórico por la concepción general de la profesión. La intencionalidad
del Trabajo Social corresponde a la promoción de sus principios de valor, a la consecución
de sus objetivos y a la consideración de su objeto de intervención.
Por otra parte el marco de referencia guía entre otras cosas el establecimiento de óptimos a
alcanzar y la selección de instrumentos de evaluación adecuados al tipo de intervención.
2. Concreción de los principios de valor.
La evaluación, como cada una de las etapas del proceso metodológico, debe promover en
forma explícita y operativa los principios de valor, de forma que se plantea como exigencia
del proceso evaluativo, lo siguiente:
a) Promover la participación de los sujetos involucrados en el proyecto, de manera tal
que se constituyen en actores de su propio proceso.
b) Facilitar la organización de los participantes. Un proceso de evaluación sistemático
requiere de un mínimo de organización a fin de que el proceso cumpla con la función
reatroalimentadora de la realidad. Conjuntamente la organización permite el
desarrollo de la autonomía de los sujetos en la búsqueda de soluciones alternativas en
los problemas que enfrentan.
c) Constituir la intervención en un instrumento de elevación del nivel de conciencia, lo
que se verá facilitado mediante la participación y la organización. La evaluación
debe permitir que las personas amplíen su campo de conocimiento, y su capacidad
de análisis de aquellas situaciones en las que el proyecto social requiere intervenir.
d) Promover a través de la intervención la capacitación de los participantes de los
proyectos sociales. Toda evaluación debe constituir en sí un proceso de desarrollo
de capacidades personales. A través de la evaluación se podrá detectar necesidades
de capacitación, posibilitando también el establecimiento de metas en relación al
desarrollo de estas potencialidades.
3. Relación evaluación - objeto a evaluar.
Toda intervención en la realidad social supone la subordinación del método al objeto de
intervención, de esta forma el proceso evaluativo también debe responder al objeto de
intervención. En la medida en que exista un marco de referencia intencionado que
considere el contexto cultural, los instrumentos y estrategias de evaluación responderán a
las características del objeto de intervención, dando paso así a una evaluación con
elementos coyunturales y ubicados dentro de un ambiente cultural y socio-económico
determinado.
La naturaleza y características del objeto a evaluar determinarán el tipo de evaluación a
implementar. De esta dorma existirán evaluaciones más o menos participativas, de corto o
largo plazo, más o menos cuantitativas o cualitativas, etc.
Es posible distinguir y establecer algunas exigenciás específicas a las que debería responder
la evaluación del Trabajo Social, en su adecuación al objeto de intervención, de tal forma
que:
a) La complejidad que plantean los problemas sociales sobre los cuales se interviene,
exige que la evaluación de las estrategias de acción, se realice de acuerdo a las áreas
de incidencia. Estas áreas responden a los diferentes aspectos que debe considerar la
evaluación de un proyecto social.
b) La evaluación debe ser planteada en forma integral y totalizante. El -proceso debe
terminar con una evaluación sistemática general, que refleje la interrelación de todas
las áreas, y que no sea una mera suma de las partes.
c) Ciertas variables pueden priorizarse dado el carácter multidimensional de la realidad
social. No siempre es posible la evaluación de todos los aspectos en forma
simultánea.
d) La evaluación debe tener flexibilidad. La consideración de la dinamicidad social
exige una metodología de tipo contingente con la situación social enfrentada.
e) La participación es un elemento básico de la evaluación. Adquiere especial
importancia la observación hecha por los mismos beneficiarios. El Trabajador
Social como agente externo deberá recoger las opiniones y percepciones de éstos, a
través de dinámicas grupales y entrevistas, constituyendo esta interacción en una
fuente fundamental de información.
f) La participación es un elemento básico de la evaluación. Adquiere especial
importancia la observación hecha por los mismos beneficiarios. El Trabajador
Social como agente externo deberá recoger las opiniones y percepciones de éstos, a
través de dinámicas grupales y entrevistas, constituyendo esta interacción en una
fuente fundamental de información.
4. La evaluación como proceso permanente.
En general en todas las disciplinas se destaca el carácter de permanencia del proceso
evaluativo. Se establece una -evaluación inicial o diagnóstica (también denominada
evaluación conceptual, potencial e investigación metodológica), evaluación durante la
realización del proyecto (evaluación operativa y conocimiento de los avances realizados) y
evaluación final o de término (evaluación de resultados).
El proceso evaluativo constituye una constante en todas las etapas del proceso
metodológico, dando coherencia e integración a las actividades que conforman un
determinado proyecto. La relación existente entre las etapas de diagnóstico, programación y
ejecución se ve facilitada por el carácter evaluativo de éstas, permitiendo la reorientación y
revisión de unas en función de otras. Los refuerzos necesarios para que la evaluación se
constituya en un proceso permanente son los siguientes:
a) La investigación de consecuencias no previstas, una vez el proyecto esté operando
permite trabajar aspectos importantes en cualquier acción social. Estas
consecuencias no previstas se refieren a resultados no programados resultantes de la
dinámica propia de los proyectos.
b) Que los instrumentos de evaluación estén claramente basados en el marco de
referencia elaborado, lo cual facilita y orienta al proceso de evaluación.
c) El previo establecimiento de objetivos finales y objetivos operativos facilita que el
proceso evaluativo se dé en forma constante, ya que se tendrá que ir analizando las
metas u óptimos que se van obteniendo.
d) La conciencia de los procesos de cambio y conflicto inherentes a cualquier
proyecto. Se requiere de diagnósticos permanentes adecuados a las situaciones que
se viven en el proyecto.
e) El real acercamiento de los sujetos involucrados en el proceso evaluativo. No sólo
es importante conocer cómo perciben el proyecto, sino que es de gran importancia
entregarles esta información a los beneficiarios.
5. Función retroalimentación del proceso evaluativo
La evaluación constituye por esencia una función reatroalimentadora de los proyectos
sociales. Existen ciertos elementos que actúan como facilitadores de la retroalimentación.
Estos elementos son la negociación previa con las partes interesadas en la evaluación
respecto a lo que se va a evaluar, el análisis comparativo del proyecto con otros realizados
por la institución o por otros organismos, la elaboración de recomendaciones o sugerencias
y la redacción de un informe final que explicite adecuadamente el proceso.
Tipos de evaluación.
Se destacan como relevantes para el Trabajo Social diferentes tipos de evaluación, que en
cierta forma corresponden a modelos propios de los procesos de investigación.
La evaluación retrospectiva permite conocer un proyecto social realizado con
anterioridad, u otras intervenciones realizadas con sus dimensiones y consecuencias.
La evaluación prospectiva permite conocer la factibilidad de un proyecto considerando
variables tales como tiempo, recursos, capacidad institucional y otros. Se refiere a proceso
de mediciones planteadas a futuro.
Las evaluaciones de diseño experimental requieren de metodologías más rigurosas, no
siempre aplicables a situaciones sociales, las cuales revisten gran complejidad. Como su
nombre lo indica se "experimenta" con una determinada variable, estudiándose
comparativamente situaciones específicas.
La evaluación conceptual se analiza si la realidad es coincidente con ciertos postulados
teóricos, relacionándose marco teórico y estrategias definidas.
La evaluación potencial permite un proceso de análisis a través de un marco de referencia
diferente al que se ha planteado. Por ejemplo hacer un análisis de un mismo proyecto, pero
desde una perspectiva psicológica.
La evaluación operativa es la que se realiza durante la implementación del proyecto. Se
refiere a procesos de medición orientados a la forma como se está operando en el presente.
Evaluación de la situación nutricional.
Se estableció como objetivos los siguientes:
- Evaluar el estado nutricional de los niños.
- Evaluar la dieta entregada.
-Determinar la ingesta real de alimentos en cada centro,
- Comparar la ingesta real con los requerimientos nutricionales de acuerdo a normas
internacionales.
- Evaluación de las asistencias de los menores.
Evaluación del área de educación.
Se estableció como objetivo el evaluar en sus diferentes aspectos el proceso vivido por las
mujeres y la calidad de la atención educativa entregada a los niños de los centros
comunitarios. Es necesario destacar que este proyecto utilizaba como recurso humano para
la atención y recuperación de los menores a las propias madres.
Evaluación administrativa.
Esta evaluación tenía por objetivo el evaluar el proyecto en cuanto a la gestión,
organización y funcionamiento de los aspectos intracentro y del desarrollo de los proyectos
específicos. Se establecieron variables según áreas de incidencia.
CONCLUSIÓN
La evaluación en Trabajo Social adquiere características específicas que tienen como base
la concepción general de esta disciplina: Su objeto de acción, los principios o valores guías
en que se sustenta, las características de los procesos que desarrolla y los objetivos de la
acción profesional.
BIBLIOGRAFÍA
"MANUAL DE RECURSOS: DE ALGUNAS INSTITUCIONES Y PROGRAMAS QUE
IMPLEMENTAN LAS POLITICAS SOCIALES SECTORIALES" Documento de trabajo
NO 24, Obtenido de:
https://repositorio.uc.cl/xmlui/bitstream/handle/11534/6349/000381751.pdf